Frases Henry Newwman Sobre La Santidad

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2

Frases sobre la Santidad

1. Obtener el regalo de la santidad es el trabajo de toda una vida.


2. Cuanto más frecuentes sean nuestras oraciones, cuanto más humildes, pacientes y
religiosos nuestros actos, ésta comunión con Dios, éstas obras santas serán los
medios de hacer santos nuestros corazones y prepararnos para la futura presencia de
Dios.
3. Los actos puntuales de obediencia a la voluntad de Dios, las buenas obras como
son llamadas, nos sirven para irnos separando gradualmente de este mundo de los
sentidos, e imprimiendo en nuestros corazones el carácter celestial.
4. Los actos externos de venir a la iglesia y decir oraciones, que son por cierto
deberes imperativos para todos nosotros, sólo sirven realmente a aquellos que los
hacen en el espíritu de la guarda del cielo. Porque tales hombres solo hacen estos
actos buenos para la mejora del corazón, mientras que ni la más
exacta devoción externa aprovecha al hombre si no lo mejora.
5. Una prueba principal de ser verdaderos siervos de Dios es nuestro deseo de servirle
mejor
6. ¿No es la santidad el resultado de muchos esfuerzos de obediencia, pacientes y
repetidos, trabajando gradualmente en nosotros, primero modificando y luego
cambiando nuestros corazones?
7. Nadie encontrará la felicidad en el cielo a menos que sea santo, nadie puede
aprender a serlo en corto tiempo y cuando quiera. Está implícito en el texto lo que se
llama una calificación, la cual sabemos que, de hecho, ordinariamente, lleva tiempo
ganar. Lo propone claramente, aunque en figura, en la parábola del vestido de bodas,
en la cual la santificación interior se constituye en una condición, distinta de nuestra
aceptación de la oferta de misericordia, y que no puede pasarse de largo
negligentemente en nuestros pensamientos como si fuera una consecuencia necesaria
de ella. Y está también en la parábola de las diez vírgenes, la cual muestra que
debemos encontrar al novio con el aceite de santidad, y que lleva tiempo conseguirlo.
Y nos asegura solemnemente en las cartas de San Pablo, que es posible presumir de
la gracia divina hasta dejar escapar el tiempo aceptable y ser sellado aún antes del fin
de la vida como una mente réproba. (Heb.6, 4-6; 10, 26-29; 2Pe 2, 20,22)
8. No os contentéis con nada menos que la perfección. Ejercitaos día a día para crecer
en conocimiento y en gracia, y de ser así, podréis al fin llegar a la presencia del Dios
Todopoderoso.
9. No estamos abandonados a nosotros mismos, sino que el Espíritu Santo está
bondadosamente presente con nosotros, y nos capacita para triunfar y para cambiar
nuestras mentes. Es un consuelo y un estímulo, mientras que es algo ansioso y
temible, saber que Dios trabaja en y a través nuestro (Fil 2, 12.18).

Frases sobre el amor al prójimo


10. La mejor preparación para amar el mundo en general, y amarlo debida y
sabiamente, es cultivar una íntima amistad y afecto hacia aquellos que están
inmediatamente a nuestro alrededor.
11. Honrar a nuestros padres es el primer paso para honrar a Dios, amar a nuestros
hermanos según la carne, el primer paso para considerar a todos lo hombres nuestros
hermanos. Por eso dice nuestro Señor que debemos llegar a ser como niños para ser
salvados, llegar a ser en Su Iglesia, como hombres, lo que fuimos una vez en el
pequeño círculo de nuestros hogares de juventud
12. Tenemos que empezar por amar a nuestros amigos cercanos, y gradualmente
ensanchar el círculo de nuestros afectos hasta encontrar a todos los cristianos, y luego
a todos los hombres.
13. Lo que se entiende por amar a todos los hombres es sentirse bien dispuesto hacia
ellos, estar listo para asistirlos y actuar hacia los que pasan por nuestro camino, como
si los amáramos. No podemos amar a aquellos de quienes nada sabemos, excepto que
los veamos en Cristo como objetos de su expiación, es decir, más en la fe que en
el amor.
14. El amor real del hombre debe depender de la práctica, y por eso debe comenzar
por ejercitarse en nuestros amigos que nos rodean, pues de lo contrario no existirá.
Tratando de amar a nuestros parientes y amigos, sometiéndonos a sus deseos aunque
sean contrarios a los nuestros, cargando con sus enfermedades, superando su
ocasional indocilidad con bondad, insistiendo en sus excelencias, y tratando de
imitarlas, es como formamos en nuestros corazones esa raíz de caridad que, aunque
pequeña al principio, puede al final, como la semilla de mostaza, cubrir toda tierra con
su sombra.
15. (Sobre San Juan…) ¿empezó él con un esfuerzo enorme por amar en gran escala?
No, él tuvo el inefable privilegio de ser amigo de Cristo. De este modo fue enseñado
para amar a otros; primero su afecto se concentró, después se expandió. Luego tuvo
el encargo solemne y reconfortante de cuidar a la Madre de nuestro Señor, la
Santísima Virgen, después de su partida. ¿No distinguimos aquí las fuentes secretas
de su amor especial a los hermanos? ¿Podría él, que fue favorecido primero con el
afecto de su Salvador, quien luego le confió el oficio de hijo de Su Madre, ser otra
cosa que un memorial y modelo (tanto como un hombre puede serlo) de amor
profundo, contemplativo, ferviente, sereno, ilimitado?
16. Hijitos, amémonos los unos a los otros. Seamos mansos y bondadosos, pensemos
antes de hablar, tratemos de mejorar nuestros talentos en la vida privada, hagamos el
bien, no esperando retribución y evitando todo exhibicionismo delante de los
hombres.
17. No nos pertenecemos, hemos sido comprados con la sangre de Cristo, estamos
consagrados para ser templos del Espíritu Santo, un privilegio inexpresable que es lo
suficientemente pesado como para hundirnos por la vergüenza de nuestra indignidad,
si mientras no nos fortaleciera por la ayuda que él mismo imparte para soportar su
altísimo precio
18. En vez de enviar a Su Hijo desde el cielo, lo envió como el Hijo de María, para
mostrar que todo nuestro sufrimiento y nuestra corrupción podía ser bendecida y
cambiada por El

También podría gustarte