Mandamiento Del Amor - Cuarto

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

I.E.

Nº 5076 “Nuestra Señora de las Mercedes”

Año Litúrgico “San José Patrono de la Iglesia”

COMPETENCIA CAPACIDAD
Construye su identidad como Conoce a Dios y asume su
persona humana, amada por Dios, identidad religiosa y espiritual
digna, libre y trascendente, como persona digna, libre y
comprendiendo la doctrina de su trascendente.
propia religión, abierta al dialogo
con las que le son cercanas.
DESEMPEÑO
Reflexiona sobre el mensaje de Jesucristo en las enseñanzas de la
Iglesia (Mandamiento del Amor) para un cambio de vida personal.

MANDAMIENTO DEL AMOR


12
Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
13
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
14
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
15
Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero
os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado
a conocer.
16
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto
para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que
pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
17
Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Jn 12, 15-17

Sabemos bien que el gran mandamiento que nos ha dejado el Señor


Jesús es el de amar: amar a Dios con todo el corazón, con toda el
alma y con toda la mente y amar al prójimo como a ti mismo (cf
Mateo 22,37-39), es decir estamos llamados al amor, a la
caridad: y esta es nuestra vocación más alta, nuestra vocación por
excelencia; y a esta está unida también la alegría de la
esperanza cristiana. Quien ama tiene la alegría de la esperanza, de
llegar a encontrar el gran amor que es el Señor.

El apóstol Pablo, en el pasaje de la Carta a los Romanos nos advierte: existe el riesgo de que nuestra caridad
sea hipócrita, que nuestro amor sea hipócrita. Nos tenemos que preguntar entonces: ¿cuándo sucede esta
hipocresía? ¿Y cómo podemos estar seguros de que nuestro amor es sincero, que nuestra caridad es
auténtica? De no fingir hacer caridad o que nuestro amor no sea una telenovela: amor sincero, fuerte…La
Mandamiento del Amor Página 1
hipocresía puede insinuarse en cualquier parte, también en nuestra forma de amar. Esto se verifica cuando
el nuestro es un amor interesado, movido por intereses personales; y cuántos amores interesados hay…
cuando los servicios caritativos en los que parece que nos esforzamos se cumplen para mostrarnos a
nosotros mismos o para sentirnos satisfechos: “¡Pero qué bueno soy!” ¡No, esto es hipocresía! O incluso
cuando tendemos a cosas que tengan “visibilidad” para hacer una demostración de nuestra inteligencia o de
nuestras capacidades. Detrás de todo esto hay una idea falsa, engañosa, es decir, que, si amamos, es porque
nosotros somos buenos; como si la caridad fuera una creación del hombre, un producto de nuestro corazón.
La caridad, sin embargo, es sobre todo una gracia; un regalo; poder amar es un don de Dios, y debemos
pedirlo. Y él lo da con gusto, si lo pedimos. La caridad es una gracia: no consiste en hacer ver lo que somos,
sino lo que el Señor nos dona y que nosotros libremente acogemos; y no se puede expresar en el encuentro
con los otros si antes no es generada del encuentro con el rostro manso y misericordioso de Jesús.

Pablo nos invita a reconocer que somos pecadores, y que también


nuestra forma de amar está marcada por el pecado. Al mismo
tiempo, sin embargo, nos hace portadores de un nuevo anuncio,
un anuncio de esperanza: el Señor abre delante de nosotros un
camino de liberación, un camino de salvación. Es la posibilidad
de vivir también nosotros el gran mandamiento del amor, de
convertirse en instrumento de la caridad de Dios. Y esto sucede
cuando nos dejamos sanar y renovar el corazón de Cristo
resucitado. El Señor resucitado que vive entre nosotros, que vive
con nosotros es capaz de sanar nuestro corazón: lo hace, si
nosotros lo pedimos. Es Él que nos permite,
aun en nuestra pequeñez y pobreza, experimentar la compasión del Padre y celebrar las maravillas de su
amor. Y se entiende entonces que todo lo que podemos vivir y hacer por los hermanos no es otra cosa que
la respuesta a lo que Dios ha hecho y continúa haciendo por nosotros. Es más, es Dios mismo que, habitando
en nuestro corazón y en nuestra vida, continúa haciéndose cercano y sirviendo a todos aquellos que
encontramos cada día en nuestro camino, empezando por los últimos y los más necesitados en los cuales
Él, en primer lugar, se reconoce.
Jesús, con su nacimiento, vida, muerte y resurrección, tuvo un único
objetivo: enseñarnos que Dios nos ama y enseñarnos a corresponderle
amándolo a él y amándonos unos a otros. Es más: él superó y nos pide que
superemos el mandamiento antiguo de «amar al prójimo como a sí
mismo», cambiándolo por el suyo: «Ámense los unos a los otros como yo
los amo». Él nos reveló su forma de amar: «Nadie tiene un amor más
grande que el que da la vida por los que ama».
El verdadero amor a Dios y al prójimo es la única fuente de la felicidad y
de la libertad en el tiempo y en la eternidad. Pero la mayoría pretenden
beber el agua de la felicidad sin conectarse a su fuente, y buscan todos los charcos contaminados de los
placeres: drogas, alcohol, orgías, sensualidad, lujos, poder…, incluso a costa del sufrimiento y de la
infelicidad del prójimo. Lo cual sucede también entre gente que se tiene por “muy religiosa”.

Se hace pasar por amor lo que es puro egoísmo, y por felicidad lo que es sólo cosquillas superficiales del
sistema nervioso. Son muchas las cosas que gustan, pero que no llenan, porque no son justas, y terminan
por llevar a la total infelicidad. Es el pan envenenado de cada día en la sociedad de consumo, que va camino
hacia la autodestrucción.

Amar como Cristo Jesús ama, es nuestra vocación, realización, libertad y felicidad en el tiempo y en la
eternidad. El amor a Dios y al prójimo no pueden reducirse a un código rígido y moralizador. Es libertad
para mejorar las expresiones y experiencias de ternura, de amistad, de dulzura.
El amor es fuego encendido por el Espíritu Santo en el corazón humano, que está hecho a imagen del
Mandamiento del Amor Página 2
corazón de Dios-Amor-Cariño-Ternura al infinito. «Si me falta el amor, de nada me sirve…». El
mandamiento del amor no es pesado, sino que da alas a toda la vida.

AMAR AL PRÓJIMO COMO A NOSOTROS MISMOS


1. Lee atentamente la “Parábola del Buen Samaritano” colorea y responde
las preguntas.

30 Jesús empezó a decir:

—Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le


quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Resulta
que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. 32 Así también
llegó a aquel lugar un levita y, al verlo, se desvió y siguió de largo. 33 Pero un samaritano que iba de viaje
llegó a donde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. 34 Se acercó, le curó las heridas con vino
y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo
cuidó. 35 Al día siguiente, sacó dos monedas de plata[c] y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo
—le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva”. 36 ¿Cuál de estos tres piensas que
demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

37 —El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.

—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús. (Lc. 10, 30-36)

2. Responder del texto bíblico

a. ¿Qué le ocurrió al hombre que iba de Jerusalén a Jericó?


__________________________________________________________________________
b. ¿Qué hizo el sacerdote cuándo pasó por allí?
__________________________________________________________________________
c. ¿Qué hizo el levita al llegar al lugar?
__________________________________________________________________________
d. ¿Qué hizo el samaritano cuando llegó al lugar?
__________________________________________________________________________
e. ¿Cuál de los tres demostró el amor por su prójimo?
__________________________________________________________________________

Mandamiento del Amor Página 3


3. Lee y responde:

Juan 13:34-35

34
»Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también
ustedes deben amarse los unos a los otros. 35 De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los
unos a los otros»

➢ ¿Qué nos dice sobre el amor?


__________________________________________________________________________
➢ ¿Cómo vivió Jesús el amor?
__________________________________________________________________________
➢ ¿Qué es lo fundamental para vivir el amor?
__________________________________________________________________________
➢ ¿Vivimos realmente el amor que nos enseña?
__________________________________________________________________________
➢ ¿De qué manera se expresa el amor?
__________________________________________________________________________
4. Según los siguientes textos bíblicos cómo se evidencia el amor?

• I Cor. 13,3-6
3 Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me
aprovecha.
4 La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;
5 es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal;
6 no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
• 1 Juan 4,20-21
20 Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a
quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve.
21 Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano.
• Juan 15, 12-15
Este es el mandamiento mío: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor
que el que da su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. No les llamo ya
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes les he llamado amigos, porque todo lo que he
oído a mi Padre se los he dado a conocer. No me han elegido ustedes a mí, sino que yo los he elegido a ustedes,
y los he destinado para que vayan y den fruto, y que su fruto permanezca; de modo que todo lo que pidan al
Padre en mi nombre se lo conceda. Lo que les mando es que se amen los unos a los otros.
____________________________________________________________________________

Mandamiento del Amor Página 4

También podría gustarte