Dcivil Iii Tema #4 Bienes Muebles e Inmuebles

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DERECHO CIVIL III

Bienes y
derechos reales

TEMA Nº 4
LOS BIENES MUEBLES E INMUEBLES

MARY SOL GRATERÓN GARRIDO


UNIVERSIDAD SANTA MARÍA
TEMA Nº 4
LOS BIENES MUEBLES E INMUEBLES
NOCION. LA CATEGORÍA DE LOS BIENES INMUEBLES. LA
CATEGORÍA DE LOS BIENES MUEBLES. IMPORTANCIA DE LA
DISTINCIÓN ENTRE LOS BIENES MUEBLES E INMUEBLES.

Noción.
El artículo 525 del Código Civil establece la “summa divissio” de los bienes al
preceptuar que las cosas que pueden ser objeto de la propiedad pública o privada
son bienes muebles e inmuebles.
En principio, los bienes muebles son aquellos que pueden desplazarse de un
lugar a otro, es decir, los cuerpos móviles que pueden transportarse de un sitio a
otro, por su propia fuerza, como los animales; o, movidos por una fuerza exterior.
Son inmuebles, aquellos que estando adheridos a la tierra, su desplazamiento se
hace imposible y por su ubicación fija no se pueden transportar de un sitio a otro,
como los terrenos, edificios.
A través del estudio del tema podrán observar que esta distinción no tiene un
carácter absoluto, pues existen cosas incorporales que la ley considera muebles o
inmuebles, e igualmente, conocerán como ciertos bienes que por naturaleza son
muebles la ley los considera inmuebles.

La categoría de los bienes inmuebles.


El artículo 526 del Código Civil, los
clasifica así: Los bienes son inmuebles por
su naturaleza, por su destinación o por el
objeto a que se refieren. Las dos primeras
categorías se refieren a bienes corpóreos
(bienes inmuebles por su naturaleza y por
su destinación); la última, está constituida
por bienes incorporales (bienes inmuebles
por el objeto a que se refieren).

Los bienes inmuebles por su naturaleza.


El artículo 527 del Código Civil, enumera esta clase de bienes. De su lectura
se observa que los inmuebles por su naturaleza no pertenecen todos a una misma
categoría; algunos los son por su naturaleza misma, como el suelo, que no puede
ser transportado de un sitio a otro; otros, son por su naturaleza mueble, pero se
convierten en inmuebles por naturaleza tomando este vocablo en sentido jurídico,
en virtud de la incorporación (natural o artificial) a un inmueble.
Otros, que también son muebles por su naturaleza como los hatos, rebaños y
piaras (semovientes), se convierten en inmuebles por su naturaleza, mientras no
sean separados de sus pastos o criaderos, justificándose ésta “inmovilización” en
el hecho de que los animales de cría junto con la tierra, forman una unidad y se
complementan de tal modo que la existencia de animales sin tierra o criaderos sin
sus animales, no representan ninguna unidad económica para el hombre.
Los terrenos: Son los inmuebles por excelencia por la inmovilidad que
presentan, se trata de un elemento natural fijo.
Las minas: Este vocablo puede ser entendido como la excavación que se
haga en la tierra para extraer minerales, o como el mineral mismo que se
encuentra bajo la tierra sin ser explotado, en ambos casos, la mina forma parte
integrante del suelo o terreno.
Los edificios y, en general, toda construcción que adherida de modo
permanente a la tierra o que sea parte de un edificio: Aquí se verifica una
incorporación artificial, que es el nexo que une la cosa mueble a la tierra
convirtiéndola en inmueble, esta incorporación es impuesta por el hombre. La
norma exige que la construcción esté adherida a la tierra de forma permanente,
término que no debe ser confundido con perpetuidad.
Los árboles mientras no hayan sido derribados y los frutos de la tierra y
de los árboles, mientras no hayan sido cosechados o separados del suelo:
Son inmuebles por su naturaleza por estar incorporados naturalmente al suelo, es
decir, por el nexo creado sin el concurso de la intención del hombre entre el suelo
y otro. Los árboles dejarán de ser inmuebles una vez que sean derribados o
arrancados del suelo. Cabe señalar, que los árboles son inmuebles a condición de
que sus raíces estén introducidas en el suelo mismo, por consiguiente, las plantas
y arbustos colocados en macetas o materos son muebles por su naturaleza, pero
no es indispensable que la planta permanezca sembrada permanentemente.
Los hatos, rebaños, piaras y, cualquier otro conjunto de animales de cría,
mansos o bravíos, mientras no sean separados de sus pastos o criaderos:
En este caso existe inmovilización ficticia o legal y una incorporación artificial, se
trata de cosas muebles por su naturaleza que el legislador asimila a los inmuebles
por su naturaleza, a condición de que se encuentren en sus pastos o criaderos.
Esta ficción de inmovilización se funda en la máxima “accesorium sequitur
principale”, lo accesorio sigue la suerte de lo principal, aquí lo accesorio está
representado por ese conjunto de animales, que seguirá la suerte del predio, con
el objeto de obtener el mayor provecho que son capaces de producir. Sin
embargo, debe tenerse presente que para que exista esta ficción legal de
inmovilización deben darse 3 requisitos: 1) Que se trate de un conjunto de
animales, 2) Que estén en sus pastos y criaderos, y 3) Que el suelo donde ellos se
encuentran tenga como actividad económica lucrativa la explotación de ese
conjunto de animales.
Las lagunas, estanques, manantiales, aljibes y toda agua corriente, los
acueductos, canales o acequias que conducen el agua a un edificio o terreno
y forman parte del edificio o terreno a que las aguas se destinan: Se
encuentran dentro de los inmuebles por naturaleza en virtud de estar adherida de
forma permanente a la tierra.

Los bienes inmuebles por su destinación:


Se llaman inmuebles por su destinación, los objetos que son muebles por su
naturaleza pero que están considerados como muebles a título de accesorios
necesarios de un inmueble, al cual están unidos. Estos bienes conservan su
naturaleza de mueble; y, difieren de los inmuebles por su naturaleza, por una parte
en que en los inmuebles por su destinación su inmovilización es meramente
jurídica y ficticia, mientras que en los inmuebles por su naturaleza la inmovilización
es real (con excepción de los animales de cría mansos o bravíos que
permanezcan en sus partos y criaderos); y por la otra, en que los inmuebles por su
destinación se agregan o anexan al inmueble conservando su individualidad, en
tanto que los inmuebles por su naturaleza pierden su individualidad y se les
considera parte constitutiva del inmueble.
Los inmuebles por su destinación están previstos en los artículos 528 y 529 del
Código Civil que establecen de manera enunciativa, no taxativa, las cosas
consideradas como tal.
Los bienes que se mencionan en el artículo 528, son destinados por el
propietario del suelo a la industria o a la explotación que se realice en él y que
directamente concurren a satisfacer las necesidades de explotación del suelo.
En esta categoría se encuentran los objetos que se consideran inmuebles por
destino agrícola: los animales destinados a la labranza, es decir, de animales de
labor o dedicados al transporte de los productos del fundo o de los abonos, son
inmuebles por encontrarse al servicio continuo del fundo para su cultivo. Los
instrumentos rurales persiguen el mismo fin, que consiste en conceder una
protección especial a los intereses de la agricultura, son instrumentos agrícolas:
los arados, azadones y otras maquinarias aplicables al cultivo del fundo.
Así también se encuentra el destino industrial y declara como inmuebles por su
destinación los instrumentos o utensilios que sirven para el ejercicio de la misma
(prensas, calderas, alambiques, cubas, toneles). Siendo el fin de los inmuebles los
intereses industriales, desde luego que no es concebible que pueda hablarse de
inmuebles cuando no haya industria. En este caso el fundo debe estar destinado
por el propietario a un género de industria dado y los utensilios que para la misma
sirvan estén allí colocados por él.
Los viveros de animales (palomares, conejeras, estanques de peces,
colmenas) son inmuebles por su destinación en cuanto sirvan al predio en que se
encuentran. Si los animales no se encuentran en conejeras, palomares, estanques
o colmenas entendidos éstos como formando parte del fundo, sino en jaulas sin
gozar de su libertad, son muebles por su naturaleza, porque no están dedicados al
servicio del fundo y si al uso personal de su propietario.

Requisitos para que un bien mueble por naturaleza se convierta en inmueble


por su destinación:
Para que existan los bienes inmuebles por destinación y en consecuencia se
produzca la inmovilización legal, deben concurrir los siguientes requisitos:
 Categoría de los bienes: Que se trate de un bien mueble por su
naturaleza que se destine a un inmueble por su naturaleza.
 Pertenencia: Que el inmueble por su naturaleza y el mueble por su
naturaleza pertenezcan a una misma persona.
 Servicio: Que se haya establecido entre estos bienes una relación de
servicio.
 Permanencia: Que la destinación efectuada por el propietario tenga
carácter duradero, no ocasional.
 Complemento: La función del bien inmueble por su naturaleza se ve
complementada con la función del mueble por su naturaleza, es decir,
que los muebles destinados son los adecuados para la actividad que se
desarrolla en el inmueble.
En cuanto a la primera y segunda condición, supone que el propietario es
quien colocó la cosa en su propiedad, lo que implica que tanto el mueble
inmovilizado y el fundo le pertenecen, de manera que las cosas que pertenecen a
un arrendatario, a un usufructuario, nunca son consideradas inmuebles por
destino, aun cuando de hecho se encuentren empleadas en el mismo uso que las
que son consideradas como inmuebles por destino.
En cuanto a las tres últimas condiciones, la relación de destino entre el mueble
y el inmueble por su naturaleza, el artículo en análisis señala: “…las cosas que el
propietario del suelo ha puesto en él para su uso, cultivo y beneficio…”, establecen
una condición general: deben emplearse estos bienes al servicio de la finca y no
en servicio de la persona, la destinación es objetiva y se lo imprime la función que
cumple la cosa principal; pero, esta destinación debe ser hecha de modo
duradero, no bastando un destino accidental o temporal, y debe atenderse a la
actividad que en el suelo se realiza para determinar si el mueble por naturaleza
complementa esa actividad.
La relación de destino puede verificarse de dos maneras diferentes:
 Sin ninguna unión material, por la sola afectación del mueble al servicio
del suelo; y,
 por medio de una unión material que fije el mueble a perpetuidad.
Por esto, además de los inmuebles por destinación que señala el artículo 528
del Código Civil, en los que la inmovilización es solamente ficticia porque no han
perdido su individualidad, el legislador en el artículo 529, señala otros bienes que
se insertan dentro de la misma categoría de inmuebles por su destinación.
Para los objetos que esta categoría designa, la conexidad del fundo y de su
accesorio mueble reside en la circunstancia de que el mueble ha sido colocado allí
en forma constante o permanente. De modo que nuestro legislador añade otro
destino, el cual resulta cuando el propietario une a su fundo o a su edificio objetos
muebles para que estén allí de una manera constante, pero que pueden encuadrar
en la categoría de los bienes inmuebles por su naturaleza, salvo por la inclusión
de la figura del propietario quien es el que realiza la destinación.
En este último destino, impera la voluntad del propietario, por lo que la
inmovilización de los objetos no se logra sino cuando sea querida por el pro-
pietario, anexionando de un modo estable y permanente un objeto mueble a su
inmueble, ambos por su naturaleza. Así por ejemplo, las puertas, ventanas, son
objetos por su naturaleza muebles pero que al ser incorporados sirven para
completar el edificio, ya que sin éstos quedarían incompleto. No es a estos objetos
a los que el Legislador ha querido referirse, porque son inmuebles por su
naturaleza debido a la incorporación artificial. El legislador se refiere en estos
casos a los muebles unidos que son objeto de uso u ornamentación, que
embellecen y adornan el edificio, que han sido clavados o incrustados, como las
estatuas, los espejos adheridos a las paredes, las lámparas, los gabinetes
empotrados para las cocinas, etc., que por complementar, no completar, la
edificación se consideran inmuebles por su destinación.

Inmuebles por el objeto a que se refieren.


El artículo 530 del Código Civil establece la última categoría de los inmuebles,
enumerando derechos reales que por recaer y ejercerse sobre una cosa corporal
inmuebles son igualmente considerados inmuebles.
Este artículo comprende entre las cosas inmuebles por el objeto a que se
refieren las acciones encaminadas a recuperar inmuebles (reivindicatoria), sino
también las que se refieren a derechos relativos a los mismos, es decir, cualquier
derecho que tenga por objeto conseguir un inmueble, debe formar parte del
patrimonio inmueble (verbigracia, la resolución de la venta de un inmueble por
falta de pago).
Los derechos que integran esta categoría son derechos reales que tienen por
objeto bienes inmuebles (propiedad, enfiteusis, servidumbres prediales, hipoteca,
habitación; usufructo y uso cuando recaen sobre bienes inmuebles), no pueden
incluirse dentro de esta categoría los derechos de crédito u obligaciones, puesto
que forman parte integrante de la categoría de los bienes muebles por el objeto a
que se refieren.

La categoría de los bienes muebles.


Los bienes muebles se encuentran clasificados en el artículo 531 y, al igual
que los inmuebles, esta clasificación se basa en cosas corporales e incorporales.

Los bienes muebles por su naturaleza:


La definición legal de los bienes muebles
por su naturaleza, la localizamos en el artículo
532 del Código Civil. Esta categoría
comprende todas las cosas materiales que no
son inmuebles por su naturaleza o por su
destinación, susceptibles de desplazamiento,
por ello procede una definición con carácter
residual en relación con esta categoría de
bienes.
En este sentido, son bienes muebles por su naturaleza, todos los cuerpos que
pueden transportarse de un lugar a otro, ya sea que se muevan por sí mismos,
como los animales; o que no puedan cambiar de lugar más que por el efecto de
una fuerza extraña, como las cosas inanimadas, y a los que la ley no le atribuya la
condición de ser inmuebles por su naturaleza o inmuebles por su destinación.
Muebles por su naturaleza son las naves, los automóviles, mesas, etc; y,
también lo serán los materiales provenientes de la demolición de un edificio y los
reunidos para la construcción de uno nuevo, hasta que no sean empleado (art.
534 CC).

Mueble y mueblaje:
Las palabras muebles y mueblaje son muy usadas con sentidos diferentes, el
legislador ha querido evitar confusiones, indicando la interpretación que debe
dársele. Ciertamente es muy raro que la intención de las partes o del testador no
resulte de alguna circunstancia particular, y es más raro que concuerde con las
definiciones del Código. No obstante, sucede algunas veces que nada permite
precisar el sentido de la expresión empleada y debemos entonces conformarnos
con la decisión de la ley.
Bajo la denominación de bienes muebles se comprende todo lo que es mueble
(sea por su naturaleza, por el objeto a que se refiere o por determinarlo así la ley)
cuando tal denominación se emplea por el sujeto o por la ley, sin adición o
indicación alguna que restrinja su significado.
El artículo 535 del Código Civil, nos aclara el significado de la palabra
mueblaje. Las cosas indicadas por la ley para definir la palabra mueblaje, no son
taxativas, sino demostrativos, en la duda, sin embargo, la controversia se resuelve
según la idea del legislador, pues lo que en dicha norma se comprende es todo lo
que está destinado al uso y adorno las habitaciones (no se incluyen las ropas,
joyas, que no están destinadas a estos fines).
El artículo 536, nos refiere a la casa amueblada y casa con todo lo que en ella
se encuentre. Se excluyen los créditos u otros derechos, porque el crédito o el
derecho no se encuentran en la casa, los documentos son la prueba de los
créditos o derechos, no son el crédito o el derecho.
Estos artículos definen el sentido que debe atribuirse a las palabras em-
pleadas en las definiciones dadas por las partes o el testador, pero este signi-
ficado puede variar teniendo en cuenta las adiciones o restricciones contenidas en
el documento. El legislador no nos da en consecuencia una definición absoluta,
por cuanto él mismo advierte que las expresiones por él definidas pueden ser
susceptibles de significado distinto del legal cuando tal significado resulte con un
sentido diferente en la intención de quien las empleare (por las adiciones,
restricciones o contraposiciones contenidas en el documento), según el artículo
537. Lo que principalmente interesa en los contratos y testamentos, es investigar
la voluntad de los contratantes y del testador, y así, cuando esta resulta y aparece
de un modo preciso, cierto, no debe ser sacrificada ante las definiciones legales.

Muebles por el objeto a que se refieren o por determinarlo así la ley.


En este rubro se insertan los derechos, las obligaciones y acciones que ten-
gan por objeto cosa mueble; las acciones o cuotas de participación en las
sociedades civiles y de comercio. El artículo 533 del Código Civil menciona esta
clase de bienes muebles incorporales.
En los derechos mobiliarios, al igual que en los derechos inmobiliarios, el
contenido propio del derecho o de la acción en cuanto tienda a la consecución de
una cosa mueble, es lo que determinará su naturaleza mobiliaria, es decir, que
para la designación de mueble o de inmueble de un derecho real se debe atender
necesariamente al objeto corporal sobre que recae según este tenga naturaleza
mueble o inmueble. Así un derecho real es mueble cuando es de esta naturaleza
la cosa corporal sobre la que ese derecho se ejerce, por ejemplo, el derecho del
usufructuario y del propietario será mueble, si el objeto sobre el que recaen estos
derechos es mueble.
En cuanto a las acciones o cuotas de participación en las sociedades civiles y
de comercio, hay que tener en cuenta que si los inmuebles forman parte del
patrimonio social no entran como objeto directo en la cuota del socio; dada la
separación del patrimonio social, la cuota no puede dirigirse, en tanto la persona
jurídica subsista, sino a los provechos o dividendos y sólo cuando se liquide la
sociedad y haya lugar al reparto en especie, el derecho del socio se transformará
en inmobiliario si hay asignación de inmueble, tal como lo establece el artículo
533.

Importancia de la distinción entre los muebles e inmuebles.


La distinción entre los bienes muebles y los bienes inmuebles reviste gran
utilidad, no solo en cuanto al derecho sustantivo se refiere, sino también para el
derecho adjetivo o procesal, por esto normalmente el tratamiento a darse a unos y
a otros sea diferente. Debe tenerse presente que el criterio de la movilidad o no de
estos bienes no es elemento diferenciador, sino los aspectos que a continuación
se explican:
 Régimen de publicidad registral: A los fines de garantizar la tradición y
demás transacciones de la propiedad inmobiliaria, nuestra legislación creó la
institución del Registro Público, ante sus oficinas se deben protocolizar los
instrumentos cuando se enajena o grava un inmueble. El artículo 1915 del
Código Civil establece que el registro debe efectuarse en la Oficina del
Departamento o Distrito donde esté situado el inmueble objeto del acto, la
ubicación de estas oficinas es fácilmente determinable dado que los inmuebles
tienen asiento fijo en el espacio. El artículo 1920 enumera otros actos que
están sometidos a la formalidad del registro.
En cuanto a los bienes muebles en principio les es inaplicable el régimen de
publicidad registral, por encontrarse estos en capacidad de ser trasladados de un
sitio a otro, de modo que el instrumento donde conste alguna transacción sobre un
mueble no tiene que ser protocolizado.
Sin embargo, en nuestra legislación se presentan ciertas excepciones, como la
establecida en la Ley de Aeronáutica Civil, que exige para la eficacia de la
transferencia de la propiedad de las aeronaves o de la constitución de
gravámenes sobre las mismas, la inscripción del título en el Registro Aeronáutico
Nacional. Estas excepciones tienen por fundamento eliminar la incertidumbre
acerca de la titularidad del enajenante y evitar el riesgo de adquirir una cosa que
se encuentra gravada.
Ley General de Marinas y actividades conexas crea la Oficina de Registro
Naval Venezolano (artículo 96) y exige asentar todo documento por el que se
constituya, transmita, ceda, declare, renuncie, resuelva, revoque, rescinda,
prorrogue, modifique o extinga derechos reales, contratos o actos sobre buques
construidos y en construcción que pertenezcan al registro nacional, para atribuirle
a un buque la nacionalidad venezolana, éste debe estar inscrito en el Registro
Naval Venezolano.
Asimismo, en relación con la publicidad registral establece el artículo 125 que
la plenitud, limitación o restricción de los derechos inscritos y la libertad de
disposición, sólo podrá acreditarse con relación a terceros con las certificaciones a
que se refieren los artículos de este capítulo, y el artículo 126 dispone que las
certificaciones emitidas por los Registros Navales hacen fe pública, tienen el valor
y surten los efectos de un documento público y contendrán el estado jurídico de
los bienes y de las personas según las constancias registrales, además del
número, fecha y hora que resulten de su inscripción.
Otro caso que requiere de la publicidad registral es el de la prenda de
semovientes, los cuales por excepción pueden quedar en posesión del deudor
prendario, pero para que el contrato de prenda surta sus efectos legales, es
preciso que el instrumento donde conste la garantía se registre en la Oficina de
Registro en cuya jurisdicción se encuentre el inmueble donde van a ser
mantenidos los semovientes.
 Garantías reales o derechos reales accesorios: Son tres las garantías
reales: la hipoteca, la anticresis y la prenda. Las dos primeras se constituyen
sobre bienes inmuebles; la última, sobre los bienes muebles. El artículo 1881,
numeral 1 del Código Civil, señala que son susceptibles de hipoteca los bienes
inmuebles, así como sus accesorios reputados como inmuebles; pero, a esta
regla existen excepciones, es decir que sobre bienes muebles puede
constituirse garantía hipotecaria, como la prevista en la Ley de Aeronáutica
Civil que permite la constitución de hipoteca sobre las aeronaves, que son
muebles de naturaleza especial, conforme al artículo 23 de la ley que
establece: Las aeronaves aún en construcción, en todo o en parte, son
hipotecables con tal que la escritura respectiva sea inscrita en el Registro
Aeronáutico Nacional y contenga las características y signos necesarios para
su cabal identificación; la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión, en su artículo 21 especifica en forma taxativa los
bienes que pueden ser objeto de hipoteca mobiliaria y por tanto sometidos al
régimen especial de la publicidad registral, tales son: establecimientos
mercantiles, las motocicletas, automóviles y camiones de pasajeros,
autobuses, vehículos de carga, las locomotoras, vagones de ferrocarril, las
aeronaves, maquinaria industrial, etc.
La prenda tradicional se encuentra establecida en el artículo 1837 del Código
Civil, sólo puede constituirse sobre los bienes muebles, pero al igual que la hipo-
teca, tiene sus excepciones establecidas en la Ley de Hipoteca Mobiliaria y
Prenda sin Desplazamiento de Posesión, que en su artículo 51 enumera los
bienes objeto de esta prenda, entre ellos se encuentran bienes inmuebles como es
el caso de los frutos pendientes y la cosecha esperada, los productos forestales
por cortar, las máquinas, herramientas, aperos, útiles y demás instrumentos de las
explotaciones agrícolas, pecuarias y forestales.
 Competencia territorial de los Tribunales: En materia de bienes inmuebles,
será competente para conocer las demandas relativas a derechos reales sobre
inmuebles, el Tribunal del lugar donde esté situado el inmueble, del domicilio
del demandado, o el del lugar donde se haya celebrado el contrato, caso de
hallarse allí el demandado; todo a elección del demandante. Si el inmueble
está situado en territorio correspondiente a dos o más jurisdicciones, la
demanda se propondrá ante la autoridad judicial de cualquiera de ellas, a
elección del demandante (Artículo 42 del Código de Procedimiento Civil). En el
caso de los bienes muebles, la demanda se propondrá ante la autoridad
judicial del lugar donde el demandado tenga su domicilio, o en su defecto su
residencia. Si el demandado no tuviere ni domicilio ni residencia conocidos, la
demanda se propondrá en cualquier lugar donde él se encuentre (Artículo 40
ejusdem).
Sin embargo, debe tenerse presente lo previsto en el artículo 47 del Código de
Procedimiento Civil, respecto del denominado domicilio de elección o elegido, en
el sentido que la competencia por el territorio puede derogarse por convenio de las
partes, caso en el cual la demanda podrá proponerse ante la autoridad judicial del
lugar que se haya elegido como domicilio.
 Medidas preventivas o cautelares: El artículo 588 del Código de Proce-
dimiento Civil, establece las medidas preventivas que pueden ser solicitadas y
decretadas en cualquier estado y grado de la causa. Tratándose de bienes
muebles la medida será el embargo preventivo; y, para los bienes inmuebles,
la prohibición de enajenar y gravar. En tanto que el secuestro es una medida
preventiva que puede recaer tanto sobre los bienes muebles como sobre los
inmuebles.
No debe confundirse el embargo preventivo con el ejecutivo; este último recae
sobre muebles e inmuebles sólo cuando se trate de ejecución de sentencia, pues
para llegar al estado de remate, subasta y adquisición, previamente deben ser
embargados ejecutivamente todos los bienes sobre los cuales van a versar las
posturas del remate.
 Tutela posesoria: Tanto los bienes muebles como los inmuebles son objeto
de la protección posesoria, sin embargo se establece una diferencia en cuanto
a los bienes protegidos por el Interdicto de Amparo. en efecto, el artículo 782
del Código Civil, establece que los bienes objetos de esta querella son los
bienes inmuebles, los derechos reales y la universalidad de bienes muebles;
de manera que un bien mueble, singularmente considerado, no será objeto de
la protección que brinda el Interdicto de amparo.
Con respecto a los demás interdictos (Restitutorio, obra nueva y obra vieja),
protegen tanto los bienes muebles como los inmuebles.
 Aplicación de la Ley de venta con reserva de dominio: Esta es aplicable
sólo en los casos de venta a plazos de bienes muebles por su naturaleza,
hasta que el comprador haya pagado la totalidad del precio, así lo establece el
artículo 1º de la ley: “En las ventas a plazo de cosas muebles por su
naturaleza, el vendedor podrá reservarse el dominio de estas hasta que el
comprador haya pagado la totalidad del precio. El comprador adquiere la
propiedad de la cosa con el pago de la última cuota del precio, pero asume el
riesgo desde el momento en que la recibe. La cesión del crédito del vendedor
contra el comprador comprende, asimismo, el dominio reservado.”
En el caso de que la cosa vendida a plazos sea un bien inmueble no tiene
aplicabilidad esta ley, en este supuesto de conformidad con el numeral 1º del
artículo 1885 del Código Civil tienen hipoteca legal el vendedor u otro enajenante,
para el cumplimiento de las obligaciones que se derivan del acto de enajenación,
bastando para ello que en el instrumento de enajenación conste la obligación, esto
significa que basta con que en el instrumento conste la existencia de un saldo
deudor para que de pleno derecho exista una hipoteca legal a favor del vendedor.
 Prescripción adquisitiva: En materia de bienes inmuebles éstos pueden ser
adquiridos por prescripción adquisitiva decenal o veintenal, según se trate de
un poseedor de buena fe o de un poseedor legítimo. Tratándose de bienes
muebles por su naturaleza, el principio general es que su posesión equivale a
título, pero este principio sólo es aplicable a los de poseedores buena fe.
En cuanto a los poseedores de buena fe de cosas perdidas o sustraídas, se
aplica lo dispuesto en el artículo 1986 del Código Civil, de manera que no se
produce una adquisición instantánea, sino que pueden adquirir por prescripción de
dos años..
 Conflicto de leyes: Tratándose de bienes y derechos reales, rige el principio
lex rei sitae, es decir, la ley del lugar donde están situados los bienes, así lo
establece el artículo 10 del Código Civil en relación con el artículo 27 de la Ley
de Derecho Internacional Privado.
 Formas de adquisición: Además de poder ser adquiridos tanto los bienes
muebles como los inmuebles por los modos regulares de adquirir la propiedad,
los bienes muebles pueden ser adquiridos a través de la ocupación, modo
exclusivo de adquirir para esta clase de bienes. (Léanse artículos 796 y 797
CC).

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