Pedagogía Divina

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METODOLOGÍA CATEQUÍSTICA

I. COMPETENCIA
Al finalizar el módulo el educador en la fe elaborará catequesis respetando los principios de la
pedagogía divina y las indicaciones metodológicas dadas por el magisterio eclesial, para suscitar
auténticas respuestas de fe en sus destinatarios.

SABERES HABILIDADES ACTITUDES/VALORES


Describe el proceso de la Aplica los conocimientos Valora la importancia de seguir
metodología catequística. adquiridos en la una metodología que respete
Enuncia los principios que deben elaboración de sus los principios de la pedagogía
caracterizar la metodología según catequesis. divina.
la pedagogía divina.

II. CONTENIDO
1. La pedagogía Divina
2. Conceptos de método, metodología, metodología general y especial.
3. Método inductivo y deductivo
4. El método catequístico según la pedagogía divina
5. Primer momento: La experiencia
6. Segundo momento: La propuesta del mensaje.
7. Tercer momento: La respuesta en la catequesis.
7.1 La oración en la catequesis
7.2 El compromiso en la catequesis
7.3 La memorización
7.4 La actividad en la catequesis
8. Los objetivos en la catequesis
- Qué es una competencia
- La redacción de competencias

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III. EVIDENCIAS
CONOCIMIENTO DESEMPEÑO PRODUCTO
Describe los pasos de la Desarrolla la habilidad de Elabora por escritocatequesis
metodología catequística encontrar experiencias creativas y de calidad. Comentado [YUN1]: ¿ES UN PRODUCTO? ASÍ COMO ESTÁ
REDACTADO ES UNA HABILIDAD
siguiendo la pedagogía adecuadas para sus temas.
divina. Aplica los conocimientos
adquiridos en la elaboración de
sus catequesis.

IV. CRITERIOS DE APROBACIÓN


CRITERIO PONDERACIÓN

Examen 20%
Elaboración de Catequesis 60%
Participación en clase 20%

V. BIBLIOGRAFÍA
BÁSICA
CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General para la catequesis (DGC) 15
agosto 1997.
CONFERENCIA EPISCOPAL DOMINICANA,Queremos ver a Jesús. Propuesta de kerygma
para adolescentes. 2009.
COMPLEMENTARIA
ALBERICH Emilio,La catequesis en la vida de la Iglesia= Estudios de catequética 18, Madrid,
CCS 1992.
BENAVIDES Luis, Metodología catequística, Buenos Aires Editorial Bonum1997.

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I. INTRODUCCIÓN

1. CONCEPTOS GENERALES
1.1 PEDAGOGÍA
El significado etimológico de Pedagogía está relacionado con el arte o ciencia de enseñar.
La Palabra proviene del griego antiguo paidagogos, el esclavo que traía y llevaba los niños a la
escuela.

La palabra paidea o paidos se refiere a niños:


 Pedagogía:Enseñar a NIÑOS
 Andragogía: Enseñar a ADULTOS
PEDAGODÍA por tanto es la ciencia de la educación o ciencia que estudia los procesos educativos.

1.2 PEDAGOGÍA DIVINA

¿Qué entendemos por Pedagogía Divina?


A veces sucede que en una reunión llega una persona tarde y alguien dice: “ya sabía que iba
a llegar tarde, SIEMPRE LLEGA TARDE”.
Cuando una persona repite un comportamiento varias veces decimos que la persona es
así.Lo mismo sucede con Dios, si el pueblo de Israel pudo decir cómo era Dios, fue porque Dios
repitió siempre su comportamiento. Hay ciertas constantes en el actuar de Dios, en el modo de
intervenir con su pueblo a las cuales llamamos rasgos de su pedagogía divina.
Pedagogía Divina es el modo de comportarse de Dios con su pueblo, el modo como Dios fue
educando a su pueblo, hasta hacer de él, el pueblo de su propiedad. 1

Fueron los Padres de la Iglesia los primeros en usar el término “Pedagogía Divina” al inspirarse
en el modo de comportarse de Dios, visto como supremo salvador-educador de la humanidad, el
cual dedicó toda su obra a hacer crecer a Israel, primero, y al pueblo de la Nueva Alianza después,
llamando a todos los hombres a vivir según la dignidad de hijos a imagen de su Hijo divino.

1) San Ireneo de León (140 d.C. - ?) concibió las relaciones entre Dios y el hombre como
relaciones esencialmente educativas. El hombre ha sido pensado como un ser perfectible,
llamado a imitar a Dios, del cual es imagen y semejanza. Este perfeccionamiento es actuado
por el hombre en plena libertad bajo la guía misma de Dios como su maestro y educador.
Dios participa a esta obra de perfeccionamiento del hombre según una pedagogía o
economía progresiva, puesta en obra en la historia, la cual asume una dimensión nueva,
convirtiéndose en historia de la acción salvífico-educativa de Dios.
2) San Clemente de Alejandría (150 – 215 d.C.) presenta a Cristo con el título de pedagogo, lo
que significa que sin excluir los títulos de salvador y redentor, lo considera “educador

1Cf SORAVITO Lucio, La pedagogia di Dios, fonte e modello Della pedagogia catechistica, in STENICO
Tommaso (a cura di), Evangelizzazione, Catechesi, Catechisti. Una nuova tappa per la Chiesa del terzo
millennio, Cittá del Vaticano, Librería Editrice Vaticana 1999, 386.

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supremo del género humano, aquel que dona al hombre la cultura, la formación, la
educación integral y definitiva”
3) Para Orígenes (185 –253 d.C.) toda la historia humana se convierte en una manifestación
de la providencia sapiente de Dios: los acontecimientos de la historia bíblica como aquellos
de la historia profana manifiestan la paedagogia Dei.

Por pedagogía divina se entiende una intervención divina dotada de sus características
propias, evidenciadas en la historia de la salvación, pero siempre válidas con el cambiar del tiempo
y por eso irrenunciables en la obra catequística. Sus tratos constitutivos vienen actualmente
descritos en el DGC como una pedagogía de la condescendencia y de la encarnación, una pedagogía
de la relación interpersonal entre Dios y el hombre, una pedagogía de los signos donde se entrelazan
hechos y palabras, enseñanzas y experiencia, una pedagogía de la docilidad a la acción Espíritu, del
discipulado en la comunidad eclesial en vistas a la participación a una misión, una pedagogía que
acepta el principio de la gradualidad, que subraya la iniciativa divina, la gratuidad, la motivación
amorosa, el respeto de la libertad.

1.3 MÉTODO Y METODOLOGÍA

MÉTODO es el conjunto de pasos y procedimientos que encamina a un grupo al logro de sus


objetivos.

METODOLOGÍA es aquella serie de principios prácticos, que concretizan la pedagogía y


condicionan el método.

METODOLOGÍA FUNDAMENTAL es la que se propone definir en general las reglas que


orientan toda forma de catequesis. Se trata de buscar la fisonomía de toda la catequesis, de hallar
las formas que hacen que la catequesis sea tal.

La METODOLOGÍA ESPECIALestudia las reglas de la adecuación del discurso y de los recursos


pedagógicos a la catequesis de una determinada edad, de un determinado grupo o de una
determinada circunstancia.

La pregunta sobre el método se plantea a dos niveles:


• A las reuniones del grupo
• Al proceso integral del grupo en un lapso de tiempo determinado, por lo menos anual.

1.4 MÉTODO INDUCTIVO Y DEDUCTIVO

Método inductivo y deductivo

150. La comunicación de la fe en la catequesis es un acontecimiento de gracia, realizado por


el encuentro de la Palabra de Dios con la experiencia de la persona, que se expresa a través
de signos sensibles y finalmente abre al misterio. Puede acontecer por diversas vías que no
siempre conocemos del todo.

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Atendiendo a la historia de la catequesis, hoy se habla habitualmente de vía inductiva y
deductiva. El método inductivo consiste en la presentación de hechos (acontecimientos
bíblicos, actos litúrgicos, hechos de la vida de la Iglesia y de la vida cotidiana...) a fin de
descubrir en ellos el significado que pueden tener en la Revelación divina. Es una vía que
ofrece grandes ventajas, ya que es conforme a la economía de la Revelación; corresponde a
una instancia profunda del espíritu humano, la de llegar al conocimiento de las cosas
inteligibles a través de las cosas visibles; y es también conforme a las características propias
del conocimiento de fe, que consiste en conocer a través de signos.

El método inductivo no excluye, más bien exige el método deductivo, que explica y describe
los hechos procediendo desde sus causas. Pero la síntesis deductiva tendrá pleno valor sólo
cuando se ha hecho el proceso inductivo. (DGC)

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II METODOLOGÍA CATEQUÍSTICA SEGÚN LA PEDAGOGÍA DIVINA

Para comprender la pedagogía divina vamos a leer con atención el texto Exodo 19, 1-8.

Iniciemos por ubicar el contexto de esta narración. El pueblo de Israel se encontraba esclavo en
Egipto. Dios envía a Moisés para liberar al pueblo de un modo extraordinario: primero manifiesta
su poder y voluntad a través de las diez plagas (cf Ex 7,14-11,10) y después interviene
milagrosamente para que el pueblo pueda pasar caminando el mar Rojo y para que los egipcios
quedaran sepultados en el fondo de las aguas. (cf Ex 14, 5-31)

Dios conduce al pueblo por el desierto y continúa manifestando su poder a través de una serie
de intervenciones: convierte en agua dulce las aguas amargas (cf Ex 15, 22-27); envía el Maná y una
parvada de codornices para alimentar a su pueblo (cf Ex 16, 1-35); hacer brotar agua de la roca(cf
Ex 17,1-7); los ayuda a ganar batallas (cf Ex 17, 8-16), etc.

Después de que el pueblo pudo EXPERIMENTAR EL PODER DE DIOS a través de todos estos
acontecimientos, Dios le propone una Alianza.

¿Qué entendemos por Alianza?

Una alianza es un pacto, un acuerdo que se hace entre dos o más personas, en la cual cada
uno de los contrayentes (o participantes) adquiere derechos y se compromete a ciertas
obligaciones.

Leamos ahora este texto bíblico

(Éxodo 19, 3-8)

Promesa de la alianza

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Moisés subió hacia Dios, Yahveh le llamó desde el monte, y le dijo:
“así dirás a la casa de Jacob y esto anunciarás a los hijos de Israel: 4Ya
habéis visto lo que hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he
llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. 5Ahora, pues, si de
veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi
propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la
tierra: 6seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.
Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel”.
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Fue, pues, Moisés y convocó a los ancianos del pueblo y les expuso
todas estas palabras que Yavheh le había mandado. 8Todo el pueblo
a una respondió diciendo: “Haremos todo cuanto ha dicho Yahveh. Y
Moisés llevó a Yahveh la respuesta del pueblo.

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¿Quiénes son los personajes en este texto? Dios, Moisés y el pueblo.

El texto se estructura en tres partes marcadas por tres diálogos:

Primer diálogo: Dios con Moisés

Segundo diálogo: Moisés con el pueblo

Tercer diálogo: El pueblo responde a Dios a través de Moisés.

Profundicemos el contenido y el mensaje de cada versículo:

Los versículos 1-2 hacen una contextualización de tiempo y lugar.

Los versículos 3-6 presentan el diálogo entre Dios y Moisés.

Dentro de este diálogo podemos distinguir dos ideas fundamentales:

 En el versículo 4 Dios invita al pueblo a reconocer todo lo que Él ha hecho por ellos con la
expresión “Ya han visto […] como los he llevado sobre alas de águila”. ¿Qué significa esta
expresión? El águila coloca a su polluelo sobre sus alas para enseñarlo a volar. Mientras van
en vuelo, la madre águila retira su ala para que el aguilucho intente volar y cuando ve que
está cayendo extiende nuevamente su ala para sostenerlo. Con esta expresión Dios quiere
hacer comprender a su pueblo que Él los ha acompañado y sostenido, que en los momentos
que se sentían caer, Él ha estado presente para extender su ala y levantarlos. Recordemos
todas las intervenciones que hemos mencionado (el agua, el maná, etc). Con la expresión
“ustedes ya han visto” Dios invita al pueblo a REFLEXIONAR SOBRE LAS EXPERIENCIAS
VIVIDAS y descubrir que sin Él no puede lograr nada y por lo tanto NECESITA DE DIOS.
 En los versículos 5-6 está concretamente LA PROPUESTA DELA ALIANZA. ¿En qué consiste
esta alianza? ¿Cuáles son los deberes del pueblo y cuáles los deberes de Dios? ¿qué
beneficios o derechos obtendrá el pueblo con esta Alianza? El contenido concreto de la
Alianza es:
* El pueblo se compromete a cumplir los mandamientos del Señor.

* Dios se compromete a hacerse cargo del pueblo, es decir a considerarlo algo de su


propiedad. ¿Qué hacemos con las cosas que son de nuestra propiedad? Las cuidamos.

La propuesta que Dios le hace al pueblo no es a ciegas, no es un pacto con alguien


desconocido, sino con alguien de quien ya se ha tenido experiencia. Israel ha probado el poder de
Dios y ahora puede decidir si hace alianza con Él o no.

En los versículos 7-8 el pueblo DA UNA RESPUESTA a la propuesta de Dios. ¿Cuál fue la respuesta
del pueblo? Su respuesta fue Sí, acepto tu propuesta.

En la dinámica de la salvación siempre vamos a encontrar dos elementos:

1. Dios que propone y respeta la libertad del hombre

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2. El hombre que responde aceptando o rechazando la propuesta de Dios.

Como podemos ver Dios no improvisó el momento en el cual hizo la propuesta de alianza al
pueblo. Primero se dio a conocer con su pueblo, intervino en su historia, se manifestó de muchas
maneras. Dios preparó al pueblo antes de hacer la Alianza.

¿Ustedes creen que si Dios no hubiera intervenido antes en la historia de Israel, si se hubiera
mantenido un Dios silencioso y ausente, el pueblo hubiera hecho alianza con él?

Seguramente no, si el pueblo aceptó y se comprometió, fue porque había hecho experiencia
de Dios.

Lo que sucedió en este texto bíblico es lo mismo que haremos nosotros en cada encuentro
de catequesis.

Nosotros somos Moisés, los niños y adolescentes son el pueblo, Dios nos ha llamado a
nosotros para que a través de nuestro medio, Él pueda hacer una propuesta de salvación a estos
niños y adolescentes.

Nuestra misión por tanto es llevar esta propuesta y suscitar una respuesta en los adolescentes.

Siguiendo la pedagogía de Dios, es decir, el modo como Dios se comportó con el pueblo de
Israel podemos decir que en una catequesis tiene que haber tres momentos fundamentales que
son:

* Una Experiencia (Dios hizo experimentar al pueblo su poder)(“Ya vieron ….”)

* La Propuesta de parte de Dios (“Si ustedes cumplen… serán para mí…”)

* La Respuesta de la persona(“Haremos todo…”)

Cada encuentro o tema se convierte de este modo en un acontecimiento de gracia, realizado


por el encuentro de la Palabra de Dios con la vida de la persona. Cada sesión es un momento
salvífico, que entra, también, dentro de esta dinámica: Dios que hace su propuesta de salvación y
el hombre que responde.

Profundicemos ahora la función de cada uno de estos momentos.

1. PRIMER MOMENTO: LA EXPERIENCIA

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La experiencia es un momento que permite al niño o adolescente identificarse con una
determinada situación. Voy a poner un ejemplo.

Un hombre vende jabón para piso, su misión es ir de casa en casa ofreciendo el producto.

Si él sólo dice: “¿quiere comprar jabón para piso?”, es probable que todos le cierren la
puerta y le digan: “no, gracias”.

En cambio si él dice: “Señora, vengo a ofrecerle un producto nuevo, es un jabón para piso.
Mire usted esta mancha que tiene aquí en su piso, (y le señala una de esas manchas que se hacen
con el tiempo), ya no sale con los limpia pisos normales. Permítame ponerle un poco de este nuevo
producto y verá que en menos de 10 minutos la mancha desaparece.”

El vendedor llevó a la señora a darse cuenta que su piso no está tan limpio como ella creía,
y ella tomará conciencia de su situación de necesidad, se sentirá identificada con el destinatario
de ese producto.

Entonces la señora dirá: “Voy a probar el producto para ver si es cierto que limpia las
manchas”.

Lo mismo pasa con la catequesis, si nosotros le ofrecemos a los muchachos algo que ellos creen que
no necesitan, lo rechazarán, pero si los hacemos identificarse con la situación y darse cuenta de que
están necesitados de ese algo y de que pueden encontrar la respuesta a su necesidad en la
propuesta de Dios, ellos dirán: “Quiero probar”.

La experiencia por tanto no es una motivación para captar el interés de los adolescentes, ni
es un recurso más, sino que es el punto de partida de una conversión.

Por ningún motivo podemos eliminar este momento, de lo contrario corremos el riesgo de
que el niño o adolescente nos cierre la puerta y nos diga: “Yo no necesito lo que me estás
ofreciendo”.

1.1 EL MAGISTERIO ECLESIAL

La experiencia humana en la catequesis

152. La experiencia ejerce diversas funciones en la catequesis, a la luz de las cuales


la existencia misma debe ser siempre debidamente valorada.

a) Hace que nazcan en el hombre intereses, interrogantes, esperanzas e


inquietudes, reflexiones y juicios, que confluyen en un cierto deseo de transformar
la existencia. Es tarea de la catequesis procurar que las personas estén atentas a
sus experiencias más importantes, ayudarlas a juzgar a la luz del Evangelio las
preguntas y necesidades que de estas experiencias brotan, educar al hombre a

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vivir la vida de un modo nuevo. De esta forma la persona será capaz de
comportarse de modo activo y responsable ante el don de Dios.

b) La experiencia ayuda a hacer inteligible el mensaje cristiano. Esto se ajusta al


modo de obrar de Jesús, que se sirvió de experiencias y situaciones humanas para
anunciar realidades escatológicas y transcendentes e indicar a la vez la actitud ante
ellas. En este aspecto, la experiencia es mediación necesaria para explorar y
asimilar las verdades que constituyen el contenido objetivo de la Revelación.

c) Estas funciones indican que la experiencia asumida por la fe viene a ser en cierto
modo ámbito en el que se manifiesta y realiza la salvación, en la que Dios, de
acuerdo con la pedagogía de la encarnación, se acerca al hombre con su gracia y
lo salva. El catequista debe ayudar a la persona a leer de este modo lo que está
viviendo, para descubrir la invitación del Espíritu Santo a la conversión, al
compromiso, a la esperanza, y así descubrir cada vez más el proyecto de Dios en
su propia vida.

153. La iluminación y la interpretación de la experiencia a la luz de la fe se convierte


en una tarea permanente de la pedagogía catequética, no exenta de dificultades,
pero que no puede descuidarse, so pena de caer en yuxtaposiciones artificiosas o
en comprensiones reduccionistas de la verdad.

Esta tarea hace posible una correcta aplicación de la correlación o interacción


entre las experiencias humanas profundas y el mensaje revelado. Lo testifican
ampliamente el anuncio de los profetas, la predicación de Cristo y las enseñanzas
de los apóstoles, que por eso constituyen el criterio básico y normativo para todo
encuentro entre fe y experiencia humana en el tiempo de la Iglesia. (DGC)

1.2 LOS CATEQUETAS

( ALBERICH Emilio,Catequesis y praxis eclesial, Central catequística salesiana, Madrid 1982)

En la amplia reflexión, especialmente filosófica, que se refiere a la realidad de la experiencia,


nos interesa recalcar algunos caracteres propios de su estructura de fondo. Nos importa el concepto
de experiencia en su densidad antropológica y en su significado hermenéutica, esto es, en cuanto
camino de acceso para la comprensión de la realidad. Y ante todo hay que superar, al respecto, una
concepción superficial de la experiencia que la identifica con el tiempo transcurrido o con el
conjunto de las realidades vividas o de las cosas vistas. Esquemáticamente, se pueden resumir así
los elementos constitutivos de la experiencia en su significado antropológico :

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a) Realidad o situación vivida. Es el carácter de inmediatez, de vivencia, de contacto vital y
existencial con la realidad. Ordinariamente, no se tiene una verdadera experiencia por haber oído
hablar de algo, o como resultado del estudio, de la lectura, etc.

b) Realidad vivida con intensidad y globalidad. Para no quedar en la superficie, la realidad objeto
de experiencia debe vivirse con una cierta intensidad y en forma global, es decir, implicando toda la
persona (esferas intelectiva, afectiva, activa).

e) Realidad refleja e interpretada. Es la dimensión de la profundidad, por la que en la reflexión y


en el esfuerzo interpretativo, la realidad experimentada adquiere significado y es valorada
convenientemente, inserta en el contexto de la vida, relacionada con otros acontecimientos y
experiencias. Solamente con este esfuerzo interpretativo, lo vivido (Erlebnis) se hace experiencia
(Erfahrung), y por ende, lección de vida, acceso a la realidad, orientación existencial.

d) Realidad expresa y objetivada. Es el momento expresivo en el que lo vivido viene dicho,


objetivado en formas diversas de lenguaje (palabra, gesto, rito, conducta, etc.). Adviértase: la
expresión no es sólo necesaria para una eventual comunicación a otros de la experiencia, sino que
llega a ser mediación necesaria para la elaboración y el esclarecimiento de la experiencia misma.
También aquí, como en el proceso general de la revelación, la «palabra» interpreta la vida y descubre
su «misterio».

e) Realidad transformadora. En la medida en que la experiencia es profunda y auténtica, se


realizan cambios en las personas, que salen de ella transformadas.

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1.3 LA EXPERIENCIA EN LA METODOLOGÍA CATEQUÍSTICA

En una sesión de catequesis el momento de la experiencia se puede dividir en dos pasos, de acuerdo
a la pedagogía divina:

* A través de diversas experiencias el pueblo conoce a Dios.

* Dios invita al pueblo a reflexionar sobre lo vivido. (“Ya vieron”)

1.1 La experiencia

¿Cómo elegir una experiencia? ¿Hay algún libro de donde pueda sacar las experiencias? Son
las preguntas que generalmente se hacen. Elegir la experiencia es uno de los momentos más
difíciles en la preparación de una catequesis, requiere creatividad y reflexión.

Sugiero los siguientes pasos para buscar experiencias:


1. Tener claro el objetivo: ¿cuál es la propuesta concreta que quiero hacer en esta
sesión a los niños?
2. Para que se interesen de esta propuesta ¿de qué tienen que sentirse
necesitados?
3. ¿Cómo puedo lograr que sientan esto?¿qué quiero que experimenten?
La reflexión de estas preguntas nos llevará a encontrar un juego, una dinámica, una
narración, un diálogo, un video, un canto, una actividad que me sirva de experiencia.

1.2 Profundización de la experiencia

Una vez que el alumno ha vivido la experiencia intensamente, se le guía a través de un


diálogo para que profundice la experiencia vivida y analice la repercusión y las consecuencias de un
hecho o de un acontecimiento, y pueda sentirse identificado con la situación que se propondrá en
el tema. Esto prepara para la presentación de la Palabra de Dios.

Este momento puede parecer poco importante, sin embargo si lo eliminamos equivale a NO
HABER HECHO LA EXPERIENCIA.

Recordemos que Dios no se conformó con haber hecho vivir experiencias al pueblo de Israel,
sino que lo invitó a reflexionar, a profundizar, a tomar conciencia de lo que había vivido.

Para poder profundizar la experiencia correctamente es NECESARIO que el catequista


OBSERVE CON ATENCIÓN cómo se desarrolla el juego o dinámica, qué hace cada uno de los
participantes, qué dicen, cómo reaccionan, qué sucede; Y QUE REALICE UN TRABAJO MENTAL
INMEDIATO de relacionar cada situación con el contenido del tema.

Profundizar la experiencia es toda un arte, pues el catequista debe conducir al niño o


adolescente a descubrir causas y consecuencias de una acción y sobre todo a darse cuenta que él
vive o ha vivido esa situación.

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La experiencia no se debe abandonar después de haber logrado la reacción del niño o
adolescente frente a ella, sino que debe mantenerse abierta durante todo el desarrollo del tema.
La experiencia tiene que ser como un hilo conductor que se va retomando en cada momento del
tema, incluso hasta el momento final de la oración. Esto es una arte, que se va aprendiendo poco, y
que requiere que estemos constantemente autoevaluándonos.

Cuando el niño o adolescente logra identificarse con la situación, entonces está preparado para
escuchar la propuesta que Dios le hace.

Podemos decir que el primer momento de la catequesis, que es LA EXPERIENCIA debe llevar
estos pasos:

 Se elige la experiencia que vaya de acuerdo al objetivo, es decir a la respuesta que


espero del niño.
 Se reflexiona y se analiza,
 se relaciona con otras experiencias del niño o de otras personas
 Se sacan conclusiones
 Se hace la conexión de la experiencia con el texto bíblico.

Podemos comparar esto con el pueblo de Israel:

 Dios eligió las experiencias (paso del mar, nube, maná, etc.)
 El pueblo piensay recuerda lo que vivió y lo que le sucedió a los egipcios
 Llega a la conclusión de que Dios es verdaderamente poderoso
 “Nos conviene hacer alianza con él” Veamos de qué se trata….

2.SEGUNDO MOMENTO: LA PROPUESTA DE SALVACIÓN


El catequista debe tener, en primer lugar, la convicción de que es otro Moisés y que ha sido
elegido por Dios para llevar un mensaje a los niños y adolescentes. Por tanto el mensaje que
comunica no es propio “sino del que lo ha enviado” (cfJn 7,16).

Esta certeza debe estar presente en el corazón y en la boca del catequista, de modo que su
anuncio vaya siempre acompañado de la expresión: “Hoy tengo un mensaje para ti de parte de
Dios”, u “Hoy Dios te quiere dar un mensaje”.

Por otra parte el catequista debe fundamentar debidamente su mensaje en la Palabra de


Dios.

Una segunda convicción que no debe olvidar el catequista es que su mensaje es una
PROPUESTA, por lo tanto, nunca debe ser proclamada como una imposición o un deber sino como
una posibilidad “si tú quieres…”, “si tú aceptas”…., “si tú decides…”.

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En tercer lugar el catequista debe tener bien claro que la propuesta que va a ofrecer a los
niños y adolescentes de parte de Dios, no es una propuesta más entre todas las que ofrece el mundo,
sino que ES UNA PROPUESTA DE SALVACIÓN.

El mensaje que nosotros comunicamos no tiene ningún sentido si no es presentado como la


propuesta de salvación que Dios te hace.

¿Y qué es la salvación? La salvación es el proyecto que Dios tiene pensado para ti y ese
proyecto es LA FELICIDAD.

Por lo tanto en la propuesta de Dios no hay otra cosa que EL CAMINO PARA QUE cada uno
de nosotros ENCONTREMOS la verdadera felicidad.

En conclusión, el catequista debe tener bien claro en cada tema y en cada momento que el
mensaje que trae de parte de Dios a los niños y adolescentes es UNA PROPUESTA DE FELICIDAD.

PASOS DE LA PRESENTACIÓN DE LA PROPUESTA.

La presentación de la propuesta tiene también varios pasos que podemos enunciar:

 Palabra de Dios
 Profundización
 Actualización

En todo el desarrollo de la catequesis, pero sobre todo en este momento se debe tener
presente el principio fundamental de la catequesis que es: Fidelidad a Dios y fidelidad al hombre.

34. La catequesis guarda fidelidad a la palabra de Dios y a su expresión (DV. 24).


Sacando la verdad de la palabra de Dios, con plena adhesión a la expresión segura
de esta palabra, la catequesis intenta enseñar la palabra de Dios con toda fidelidad.

De todos modos su tarea no se limita a repetir las fórmulas tradicionales, sino que
exige que estas sean adecuadamente comprendidas y que, según las necesidades
se reexpresen fielmente en un lenguaje adaptado a los oyentes.

El lenguaje, por tanto, será diferente según las edades, las condiciones sociales, la
cultura y la civilización (DCG).

2.1 PALABRA DE DIOS

En toda sesión de catequesis debe ser proclamada la Palabra de Dios, porque ella es la
fuente de donde toma su mensaje.

94. La fuente de donde la catequesis toma su mensaje es la misma Palabra de Dios.

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96. Todas éstas son las fuentes, principales o subsidiarias, de la catequesis, las cuales de ninguna
manera deben ser tomadas en un sentido unívoco. (304) La Sagrada Escritura « es Palabra de Dios
en cuanto que, por inspiración del Espíritu Santo, se consigna por escrito »; (305) y la Sagrada
Tradición « transmite íntegramente a los sucesores de los apóstoles la Palabra de Dios que fue a
éstos confiada por Cristo Señor y por el Espíritu Santo ». (306) El Magisterio tiene la función de «
interpretar auténticamente la Palabra de Dios », (307) realizando —en nombre de Jesucristo—
un servicio eclesial fundamental. Tradición, Escritura y Magisterio, íntimamente entrelazados y
unidos, son, « cada uno a su modo », (308) fuentes principales de la catequesis. (DGC)

Forma de presentar la Palabra de Dios

El texto bíblico debe ser leído con solemnidad, sin tartamudeos, ni errores, de modo que el
niño comprenda que es Dios quien le está hablando. Para ello debe ser preparado con anterioridad.
Se puede utilizar un signo para darle realce. (encender una lámpara, ponerse de pie, cerrar sus ojos,
etc.)
Si el texto es muy largo, de preferencia, narrarlo, usar el franelógrafo, escenificarlo
preparado con anterioridad, pasar algún video, así se favorecerá la atención del niño. Pero aún
cuando sea presentado en estas modalidades siempre debe ser leído, al menos, un versículo de la
Palabra de Dios, aquel versículo que contiene la frase clave para nuestra propuesta.

Para garantizar que el texto bíblico fue comprendido en todos sus detalles es recomendable
guiar a los niños en su reconstrucción. El catequista debe conducirlos a poner atención en aquello
detalles que son importantes para el logro del objetivo.

Formas para reconstruir la Palabra de Dios.


- Preguntas
- Escenificación espontánea
- Gráficos

2.2 PROFUNDIZACIÓN

Es el momento en el que el niño o adolescente conoce y comprende en toda su amplitud la


propuesta que Dios le hace. Es el momento de explicar el contenido doctrinal. La presentación del
mensaje debe respetar el principio de fidelidad a Dios, por esto se debe poner atención en
presentarlo en toda su integridad y pureza.

La integridad del mensaje evangélico

111. En la tarea de la inculturación de la fe, la catequesis debe transmitir el mensaje evangélico


en toda su integridad y pureza. Jesús anuncia el Evangelio íntegramente: « Todo lo que he oído a
mi Padre os lo he dado a conocer » (Jn15,15). Y esta misma integridad la exige Cristo de sus
discípulos, al enviarles a la misión: « Enseñadles a guardar todo lo que yo os he mandado » (Mt
28,19). Por eso, un criterio fundamental de la catequesis es el de salvaguardar la integridad del

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mensaje, evitando presentaciones parciales o deformadas del mismo: « A fin de que la "oblación
de su fe" sea perfecta, el que se hace discípulo de Cristo tiene derecho a recibir la "palabra de la
fe" no mutilada, falsificada o disminuida, sino completa e integral, en todo su rigor y su vigor ».
(DGC)

El mensaje, además, debe presentarse como un bien deseable de recibir, como el don
de una vida nueva, que se acoge con alegría, como un “evangelio”, es decir una buena
noticia.
La eficacia de este momento de la catequesis exige que se adopte un lenguaje sencillo y
llano a fin de que la explicitación del anuncio de fe, sea accesible a las posibilidades cognitivas del
niño.
Didácticamente esto será favorecido, también, por la modalidad dialógica, por la cual, en el
curso de la sesión, se mantiene despierta la atención de los niños involucrándolos en el
descubrimiento de la verdad. Por tanto con oportunas preguntas, el catequista guiará a los niños a
reflexionar sobre el significado de la Palabra de Dios.

2.3 ACTUALIZACIÓN

En este momento se trata de hacer comprender que la realidad divina presente en el hecho
anunciado es vivificante, benéfica, transformante, no sólo en el pasado, sino hoy, para cada uno, si
bien con modalidades diversas.

La actualización es el momento donde el mensaje se convierte en una propuesta concreta


para el niño de parte de Dios. El mensaje aquí, adquiere un carácter personal: “Hoy Dios te invita
a…”. La actualización debe tocar la realidad del niño y del adolescente, sus intereses, dar solución a
sus búsquedas. Sin este momento, faltaríamos al principio de Fidelidad al hombre.

Un mensaje significativo para la persona humana

116. La Palabra de Dios, al hacerse hombre, asume la naturaleza humana en todo menos en el
pecado. La revelación, en efecto, « no está aislada de la vida, ni yuxtapuesta artificialmente a ella.
Se refiere al sentido último de la existencia y la ilumina, ya para inspirarla ya para juzgarla, a la
luz del Evangelio ».

La relación del mensaje cristiano con la experiencia humana no es puramente metodológica, sino
que brota de la finalidad misma de la catequesis, que busca la comunión de la persona humana
con Jesucristo. Jesús, en su vida terrena, vivió plenamente su humanidad: « trabajó con manos
de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón
de hombre ». Pues bien, « todo lo que Cristo vivió, hace que podamos vivirlo en El y queEl lo viva
en nosotros ».

117. Por esta razón, eminentemente cristológica, la catequesis, al presentar el mensaje cristiano,
« debe preocuparse por orientar la atención de los hombres hacia sus experiencias de mayor
importancia, tanto personales como sociales, siendo tarea suya plantear, a la luz del Evangelio,

22
los interrogantes que brotan de ellas, de modo que se estimule el justo deseo de transformar la
propia conducta ». En este sentido:

– En la primera evangelización, propia del precatecumenado o de la precatequesis, el anuncio del


Evangelio se hará siempre en íntima conexión con la naturaleza humana y sus aspiraciones,
mostrando cómo satisface plenamente al corazón humano.

– En la catequesis bíblica, se ayudará a interpretar la vida humana actual a la luz de las


experiencias vividas por el pueblo de Israel, por Jesucristo y por la comunidad eclesial, en la cual
el Espíritu de Cristo resucitado vive y opera continuamente.

– En la explicitación del Símbolo, la catequesis mostrará cómo los grandes temas de la fe


(creación, pecado original, Encarnación, Pascua, Pentecostés, escatología...) son siempre fuente
de vida y de luz para el ser humano.

– La catequesis moral, al presentar en qué consiste la vida digna del Evangelio y promover las
bienaventuranzas evangélicas como espíritu que impregna al decálogo, las enraizará en las
virtudes humanas, presentes en el corazón del hombre.

– En la catequesis litúrgica, deberá ser constante la referencia a las grandes experiencia humanas,
significadas por los signos y los símbolos de la acción litúrgica a partir de la cultura judía y cristiana.

3 TERCER MOMENTO: LA RESPUESTA


El momento culmen de cada encuentro es ese momento en que el niño y el adolescente
dará respuesta a la propuesta de salvación.

La Palabra de Dios es un llamado que espera una respuesta de parte del hombre. La
catequesis hace realidad este diálogo. La educación de la fe se realiza sobre el esquema de este
llamado. Lo que Dios espera del hombre en primer lugar no es que aprenda algo sino que responda
a su llamado. Lógicamente para que pueda responder a la Palabra de Dios, el hombre debe enterarse
de algo y aprender algo. Pero lo más importante de la comunicación entre Dios y el hombre en la
catequesis reside en la relación interpersonal. Por eso, todo lo que se refiere al aprendizaje y a la
memorización está en función de la respuesta que el hombre da a Dios.

Esta respuesta es parte integral y necesaria del encuentro catequístico. No se puede


terminar el encuentro sin haber intentado siquiera suscitar una respuesta de parte de los
catequizandos. Es cierto que el hombre debe responder libremente y que no siempre se da esta
respuesta. Pero el catequista debe poner en marcha todos los recursos pedagógicos de los que
dispone para lograrla. Si no lo logra, que no sea porque él no lo haya intentado. La catequesis no es
completa si falta la respuesta del catequizando.Concluir nuestro tema sin haber intentado siquiera
suscitar una respuesta es haber realizado una misión incompleta.

23
La respuesta puede ser positiva o negativa. Es necesario abrirnos a la posibilidad del rechazo
de la propuesta. Si el niño o adolescente dice: “no acepto la propuesta de Dios”, hemos cumplido
igualmente nuestra misión.

La respuesta en la catequesis tiene diversos modos de expresión. Concretamente en la


metodología que aquí propongo la respuesta se da en los momentos de: actividad, oración,
compromiso y memorización.

Todos estos momentos tienen que ayudar al destinatario a dar una respuesta.

No hay que confundir el aprendizaje con la respuesta. Esta confusión se presenta


bastantemente frecuente, creemos que porque el niño sabe, ya le dio una respuesta a Dios.

El aprendizaje tiene que hacerse siempre, por su propia gravitación, y en algunas


circunstancias, puede ser una respuesta, si está preparado y ambientando convenientemente. Pero
la respuesta es mucho más que eso. Los dos aspectos (aprendizaje y respuesta) son necesarios.

En la EvangeliiNuntiandi, el Papa Pablo VI habla de algunos modos de dar respuesta a la


propuesta de Dios:

1) Aceptación de la verdad: Se trata de la fe por la que aceptamos el Mensaje del Evangelio. Es


de alguna manera un acto cognoscitivo, pero no lo es puramente. La fe es un acto de
aceptación del amor de Dios, es un sí a la amistad que él nos ofrece.
2) Aceptación de la nueva vida: es desear vivir según un nuevo modo de relacionarse con el
mundo y con los hombres, es comprometerse a vivir los valores del Evangelio.
3) Incorporación en la comunidad de la Iglesia: No crecemos solos, ni nos relacionamos como
individuos con Dios. Si somos hijos, tenemos un mismo Padre y somos hermanos. Quien
responde a Dios, lo hace en una comunidad eclesial.
4) Participación en los sacramentos: Son verdaderos encuentros con Dios en Cristo bajo el
manto de la fe. Quien responde a Dios continúa a encontrarse con Él.

Por otra parte el DGC en el número 157 nos dice:

157. La participación activa en el proceso formativo de los catequizandos está en plena


conformidad, no sólo con una comunicación humana verdadera, sino especialmente con la
economía de la revelación y la salvación. De hecho, en la vida cristiana ordinaria, los creyentes
están llamados a dar respuesta activa, personalmente y en grupo, al don de Dios por medio de la
oración, la participación en los sacramentos y en las demás acciones litúrgicas, el compromiso
eclesial y social, el ejercicio de la caridad, la promoción de los grandes valores humanos, como la
libertad, la justicia, la paz, y la salvaguardia de la creación.

En la catequesis, por tanto, los catequizandos asumen el compromiso de ejercitarse en la


actividad de la fe, de la esperanza y de la caridad, de adquirir la capacidad y la rectitud de juicio,
de fortalecer su decisión personal de conversión y de práctica de la vida cristiana. (DGC)
3.1 LA ORACIÓN EN LA CATEQUESIS

24
No hay catequesis sin oración. En este punto vamos a justificar el porqué es indispensable
la oración en una sesión de catequesis. Damos tres justificaciones.

1. La pedagogía divina exige un momento de respuesta.

Este punto lo hemos ya profundizado, sólo quiero que tengamos presente que la dinámica
de la salvación ha sido, es y siempre será la misma: Dios que hace una propuesta y el hombre que
da una respuesta. La oración en la catequesis tiene que ser ese momento en la que el catequizando
da una respuesta personal a Dios. No sé trata de que el catequista reciba la respuesta, tenemos que
llevar al alumno a ponerse en contacto directo con Dios para darle su respuesta.

2. La catequesis es un acto comunicativo.

En su valiosísima encíclica Ecclesiamsuam el Papa Pablo VI describe por primera vez la


Revelación como un diálogo. Esta reflexión de Pablo VI fue un hito en la historia de la catequesis.

Toda la Revelación, y también la catequesis, están estructuradas sobre este diálogo. Lo que
Dios quiere, a lo que Dios nos invita es a entrar en diálogo con Él como hijos verdaderos.

La Revelación no consiste en enterarse de algo sobre Dios sino en escuchar de parte de Dios
una palabra que nos invita y nos llama. El objetivo de la Revelación, y de la educación de la fe, es
una realidad “relacional”. Más que un tratado de Teología, la Revelación es la invitación de un padre
o de un amigo. El aspecto cognoscitivo deja paso al aspecto exhortativo y vivencial.

Tres momentos del diálogo

1. El diálogo explícito que forma la trama de la metodología comienza con el hombre. Este
busca a Dios, necesita de su salvación, de su perdón, anhela su Palabra, lo necesita para
amarlo y para ser amado por Él. Esta súplica es el comienzo del diálogo. Es posible
gracias a que Dios ha dejado su huella en el hombre. Por eso el hombre lo busca y tiene
nostalgia de su presencia. El catequista ha tenido él mismo esta experiencia y tiene que
saber descubrir los interrogantes y las búsquedas de sus catequizandos.

2. El segundo paso es la Palabra de Dios que ilumina al hombre.

3. Con los dos pasos el hombre elabora una respuesta. De diversas maneras expresa a Dios
su voluntad de seguirlo, de amarlo y de amar al prójimo. Así los tres pasos coinciden con
la Alianza que Dios hizo con los hombres. De este modo el diálogo es al mismo tiempo
método y contenido. Porque el método debe ser la puesta en ejecución de aquello que
anunciamos.

Para que los hombres acepten ser hijos de Dios, Dios los trata como hijos suyos. Para que la
fe pueda llamarse un acto libre de parte del hombre, Dios nos ejercita la libertad. Para que tengamos
confianza en el socorro mutuo de nuestro Salvador, Dios nos va dando muestras de su salvación.

25
Para que sepamos inculturar el mensaje, Dios nos ayuda a hacerlo paso a paso: el método es la
puesta en marcha del contenido.

Partiendo del presupuesto que la Revelación es, ante todo, comunicación de Dios con el
hombre a través de hechos y palabras,2 la catequesis debe ser entendida, por naturaleza, como un
acto de comunicación dialógica de la intervención salvífica de Dios.

La Iglesia, por lo tanto, es cada vez más consciente que comunicar no es una opción, sino su
misión principal, porque es «sacramento de la comunicación de Dios». 3

Por lo tanto, la catequesis, es un acto de comunicación al mismo tiempo humana y divina:


«como humana está sujeta a las reglas de toda comunicación entre personas. Como divina está
sujeta a las reglas que surgen de la manera como Dios se comunica en su revelación». 4

Profundicemos esta expresión: “la catequesis debe responder a las reglas de toda comunicación
humana”.

En todo acto comunicativo existen ciertos elementos indispensables: un emisor, un receptor y


un mensaje.

Hemos aprendido que cuando se envía el mensaje en una sola dirección, es decir, el emisor
manda el mensaje al receptor, no se realiza la comunicación, sino sólo información. Es lo que sucede
con la TV, la radio.

Para que haya verdadera comunicación se requiere que el receptor se convierta en emisor
y mande un mensaje al emisor inicial.

Si en la comunicación humana es necesaria una respuesta del receptor para que haya
verdadera comunicación, en la comunicación con Dios, sucede lo mismo.

Si el destinatario recibe un mensaje de parte de Dios pero no responde, todo quedara en


una mera información (que es lo que generalmente hacemos en nuestras catequesis).

Es necesario que el alumno de una respuesta a Dios, para que haya verdadera catequesis.

Aquí se justifica porque no hay catequesis sin oración: si no hay comunicación sin respuesta
del receptor y la catequesis es comunicación, entonces no hay catequesis sin repuesta del receptor.

3. La oración realiza la finalidad de la catequesis

La finalidad de la catequesis es : Llevar a la comunión e intimidad con Jesucristo y con todo lo


que está unido a Jesucristo.(Cf DGC 80-81)

2 Cf DV n. 6
3Ivin. 139.
4 DECAT DEL CELAM, La catequesis en América n. 143.

26
Dicho con otras palabras la catequesis está finalizada a realizar y a profundizar la relación
interpersonal de diálogo y de comunión entre el Dios Tripersonal y la persona humana.

La catequesis tiene que llevar a un momento de intimidad en el cual se realiza un


acontecimiento de gracia, realizado por el encuentro de la Palabra de Dios con la experiencia de la
persona. Cada sesión de catequesis es un momento salvífico, que entra, también, dentro de esta
dinámica: Dios que hace su propuesta de salvación y el hombre que responde.

Si la finalidad de la catequesis se llevar a la intimidad con Jesucristo, ¿puede haber otro


modo al cual llevar a la intimidad con Dios que no sea la oración (comprendiendo todas las formas
de oración?

Para lograr esta finalidad, el DGC propone diversas tareas mutuamente implicadas. Entre
ellas está la de ENSEÑAR A ORAR.

«La comunión con Jesucristo lleva a los discípulos a asumir el carácter orante y contemplativo
que tuvo el Maestro. Aprender a orar con Jesús es orar con los mismos sentimientos con que se
dirigía al Padre: adoración, alabanza, acción de gracias, confianza filial, súplica, admiración por su
gloria. Estos sentimientos quedan reflejados en el Padre Nuestro, la oración que Jesús enseñó a
sus discípulos y que es modelo de toda oración cristiana. La “entrega del Padre Nuestro”, resumen
de todo el Evangelio, es por ello, verdadera expresión de la realización de esta tarea. Cuando la
catequesis está penetrada por un clima de oración, el aprendizaje de la vida cristiana cobra toda
su profundidad. Este clima se hace particularmente necesario cuando los catecúmenos y los
catequizandos se enfrentan a los aspectos más exigentes del Evangelio y se siente débiles o
cuando descubren – maravillados- la acción de Dios en sus vidas»(DGC 85).

Aprender a orar no es una tarea que dependa exclusivamente de cada persona. Orar es una
de esas cosas que nos superan. No aprenderemos a orar más y mejor porque apliquemos mil
técnicas. Aprender a orar tiene mucho que ver con el gran Maestro de oración que es el Espíritu de
Jesús.

Muchas veces nos desanimamos porque preparamos una oración muy bonita y a la hora de
realizarla los niños estuvieron indisciplinados, jugando y no hicieron oración. Eso es normal. Si tú
llevas a un equipo de niños a un campeonato de basket pero nunca los entrenaste, es lógico que
van a perder y no sólo eso, sino que los van a apalear. Lo mismo sucede en la oración en la
catequesis, nunca entrenamos a los niños y queremos que el día del retiro se concentren en la
oración. Si nunca los entrenas es lógico que salgas apaleada en tu intento de oración.

Hay que entrenar a los niños a orar, poco a poco, iniciando con pequeños ejercicios. El
primer paso para educar a la oración es educar al silencio.

Dijimos anteriormente que la oración es un Don del Espíritu, pero también pide una
colaboración. Si la oración es comunicación, entonces debemos usar en la oración todo aquello que

27
utilizamos para comunicarnos. Requiere que pongamos los cinco sentidos en aquello que hacemos
para que realmente sea una obra humana consciente, pensada.

Nuestros sentidos están saturados de mensajes y de impresiones parciales que vienen de


todas partes. No cabe duda de que los sentidos tienen una gran importancia en nuestra vida y en
nuestro proceso de crecimiento. El ser humano ha sido creado por Dios de tal manera que nada
entra en su mente que no haya pasado por sus sentidos. Todo lo que aprendemos aún lo más
elaborado intelectualmente ha sido procesado a partir de las cosas que “sentimos”: que vimos, que
oímos, que palpamos, que gustamos, que olimos. Hubo un tiempo en que se creía que la educación,
la enseñanza, y también la catequesis, podían realizarse partiendo de conceptos abstractos y de un
trabajo puramente intelectual. Los estudios y la práctica nos enseñan que los sentidos son mucho
más importantes en el aprendizaje de lo que se creía.

La propuesta de fe se hace por medio de signos sensibles. La gran importancia de los


sentidos en la catequesis, en la educación de la fe, no tiene otro fundamento mayor que la
Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo. Al hacerse hombre, Jesús tomó nuestra condición humana
y se comunicó con nosotros por medios de las cosas visibles y tangibles. Es más: Él mismo se hizo
visible y palpable para nosotros. Lo sensible no se opone a lo espiritual: se hace portador y signo.
De ahí que toda enseñanza tenga que partir de lo que perciben nuestros sentidos. Una catequesis
puramente abstracta no puede lograr su cometido.

Buscamos en los libros cómo aprender a orar, lo consideramos una “asignatura difícil” del
cristianismo y olvidamos lo más sencillo, lo más original: que la oración es, ante todo, un encuentro
de persona a persona y que nos bastaría revivir cualquiera de nuestras experiencias profundas de
relación para saber cómo orar.

Un encuentro está hecho de palabra y de deseo, y de eso sí sabemos, eso está a nuestro alcance.
Aquel que es un experto en humanidad, aquel que sabe mirar, sentir, callar, decir, escuchar, ése es
el que puede ser “experto en oración”.

Formas de expresar la oración.

1. Comenzar por una oración dirigida por el catequista a nombre del grupo y los niños la siguen
en su interior.
2. El maestro dirige la oración y los niños van repitiendo.
3. El niño piensa su oración en silencio
4. EL niño escribe su oración.
5. El niño escribe su oración y la lee
6. Se les da una hoja con la oración escrita y la leen todos juntos.
7. Se da una hoja con una oración (salmo) y el niño subraya la frase que siente que expresa sus
sentimientos y después la lee en voz alta.
8. Un canto, pero primero se lee la letra y el niño subraya la frase que siente que expresa sus
sentimientos.
9. Una expresión o posición corporal que indique lo que queremos decirle a Dios.
10. Por último, una oración espontánea de parte del niño.

28
Importante: la oración siempre debe ser libre, sin presiones, sin imposiciones. La contenido de la
oración debe ser respuesta a la propuesta de Dios, es decir, relacionada con el tema que se vió.

3.2 EL COMPROMISO

No basta con enseñar contenidos, es preciso dar testimonio de ello. El lenguaje cristiano no es
sólo “informativo” sino “performativo”. Eso significa que el Evangelio no es solamente una
comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia
la vida.

Dado que la transmisión del mensaje implica una llamada personal de Dios, resultaría que sería
parcial la catequesis que no ayudase al sujeto a formular una respuesta práctica de vida.
Evidentemente, cada sujeto responderá en la medida de sus capacidades de “gracia” y de
“naturaleza”.

El compromiso o propósito en la catequesis va muy unido a la oración. De hecho es


recomendable que siempre se invite a los niños a decírselo y a pedirle su ayuda para cumplirlo.

La respuesta debe surgir del interior del hombre que escucha la Palabra de Dios; dicho de otro
modo, el hombre debe ser libre. La fe es un acto eminentemente libre. La respuesta tiene que ser
elegida y elaborada por los catequizandos; ellos deben ser libres en la elección y en su puesta en
marcha. El catequista puede y debe sugerir tal o cual respuesta, siempre que ayude al catequizando
a sentirla suya.

Esto para evitar que el niño haga compromisos superficiales. Con frecuencia los niños tienden a
hacer propósitos que nada tienen que ver con el tema y entonces quiere decir que no es una
respuesta a la propuesta de Dios, sino una acción mecanizada.

Tenemos que estar muy atentos a que el propósito o compromiso sea de verdad una respuesta
al tema que se dio.

La educación en la libertad es una de las tareas más importantes de la catequesis. El catequista


debe trabajar con los catequizando para que puedan librarse de las coacciones e inhibiciones que
pesan sobre ellos y los hacen incapaces de ser libres.

Cuando un catequista dirige un grupo de catequizandos ya acostumbrados, será normal que


ellos mismos propongan o elaboren la respuesta. En los otros casos tendrá que ayudarlos a elegir
oa realizar la respuesta y tal vez incluso en ciertas ocasiones tendrá que proponer él mismo la
respuesta intentando percibir con su intuición lo que los catequizandos hubieran elegido.

3.3 LA MEMORIZACIÓN EN LA CATEQUESIS

El rol de la memoria ha sido discutido arduamente en el contexto de la renovación de la


catequesis. La catequesis tradicional la tenía como uno de los pilares más importantes. La memoria

29
era quizás la facultad más destacada entre todas las demás capacidades del hombre. La catequesis
era casi exclusivamente memorística; consistía en explicar las fórmulas teológicas propuestas y
luego ( o antes) aprenderlas de memoria. “Ir al catecismo” era lo mismo que aprender cosas de
memoria.

El movimiento renovador borró casi por completo la intervención de la memoria. No


podemos dejar de reconocer que esta negación fue ciertamente exagerada. Pero mientras tanto en
la pedagogía catequística se han ido descubriendo nuevos caminos para la memoria – el valor de la
liturgia, el canto y la buena recitación como medios de internalización de lo grandes temas de la fe
– y se ha puesto la atención especialmente sobre la memoria afectiva. Los catequistas se han
percatado de que el clima afectivo en el cual se estudia el Evangelio es de suma importancia para la
retención positiva de lo anunciado. Muchas veces los catequizandos se acuerdan a una edad
avanzada solamente del clima afectivo de los encuentros de Catequesis en los que participaron. Por
eso será importante cuidar este aspecto afectivo en las reuniones catequísticas. Si el Credo o el
Padre nuestro se aprenden de memoria, en un clima de coerción y de reproche, los sentimientos
que generó este clima quedarán pegados a las oraciones.

Pero también hay que tener en cuenta que nuestra cultura ha cambiado profundamente;
de una cultura oral hemos pasado a una cultura escrita. La primera se basa para su transmisión casi
exclusivamente en la memoria, mientras que la segunda dispone del enorme acerbo de lo escrito,
lo impreso, lo fotografiado, etc. Este abundante material está siempre a mano y cambia la función
de la memoria. La cultura escrita tiene a su disposición tal cantidad de datos que la memoria no
podría ni remotamente acopiarlos. Por eso nuestra memoria son los libros. Esto no anula la
importancia de la memoria: le da otro sentido.

¿Por qué memorizar?

En el Antiguo Testamento la memoria es una de las categorías fundamentales de la relación


entre Dios y el pueblo de Israel. Dios cuando hace una propuesta a su pueblo, infaliblemente la
hace preceder de una anámnesis5, para que Israel tenga presente todos los beneficios recibidos.
Sobre el Sinaí la estipulación de la alianza es introducida por un reclamo del pasado: “Ustedes
mismos ya vieron lo que he hecho con Egipto y como los he llevado sobre alas de águila y los he
hecho venir a me” (Ex 19,4).

Transmitir la memoria de los hechos pasados se convierte para Israel en ley de vida (Ex
13,14; Dt 6, 7; Sal 78, 3-5) y olvidar las obras de Dios es fuente mal y de pecado (Sal 106, 7.13.21).

El libro del Deuteronomio exhorta con insistencia a Israel a hacer memoria de los hechos
históricos que constituyen su identidad de pueblo de la Alianza.

5 Memoria que la fe de la Iglesia hace en los sacramentos de los hechos salvíficos.

30
“Pero ten cuidado y fíjate bien. No vayas a olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto ni
dejes nunca que se aparten de tu corazón. Por el contrario, enséñaselas a tus hijos y a los hijos
de tus hijos… Guárdate pues de olvidar la Alianza que yavhé ha pactado contigo.” (Dt 4, 9.10.23)

La memoria del pasado infunde confianza en el presente y esperanza en el futuro. Lo que


Dios ha hecho ayer es prenda de aquello que hace hoy y de aquello que hará mañana, porque el
amor de Dios es inmutable y su fidelidad dura en eterno.

Por otra parte, el Señor no se cansa de asegurar que se recuerda de su Alianza. (Gn 9,15; Ex
2, 24; Lv 26,42), se recuerda de su pueblo y de su proyecto sobre él (Is 46, 10)

La relación Dios-hombre se basa en la memoria recíproca.

Esto vale también para el Nuevo Testamento. El cristiano es esencialmente un hombre de


buena memoria. Su fe se funda en un evento histórico: Jesucristo; se nutre de un memorial: la
Eucaristía; crece con una fuerza que lleva a hacer memoria: el Espíritu Santo.

En el texto evangélico no faltan explícitos invitaciones de Jesús a “recordar”: “De antemano


se los digo para que cuando llegue la hora recuerden que se lo había dicho” (Jn 16, 4).

El ejercicio de la memoria es, por tanto, un elemento constitutivo de la pedagogía de la fe.6


De ahí la importancia extrema de la memoria, pero no en el sentido de “memorización mecánica”,
sino de recuerdo y celebración en la fe de la Historia de Salvación.

¿Qué hay que aprender de memoria? Esta es una pregunta que nos debemos plantear. En
casi todos los documentos del Magisterio de la Iglesia respecto a la catequesis encontramos listas
de cosas que tienen que aprenderse de memoria. Estos listados no coinciden en los detalles pero
en grandes líneas se asemejan bastante.

La memorización en la catequesis

154. La catequesis está vinculada a la « Memoria » de la Iglesia que mantiene viva entre
nosotros la presencia del Señor. El ejercicio de la memoria es, por tanto, un elemento
constitutivo de la pedagogía de la fe, desde los comienzos del cristianismo. Para superar
los riesgos de una memorización mecánica, el ejercicio de la memoria ha de integrarse
armónicamente entre las diversas funciones del aprendizaje, tales como la
espontaneidad y la reflexión, los momentos de diálogo y de silencio, la relación oral y el
trabajo escrito.

En particular, se han de considerar oportunamente como objeto de memoria las


principales fórmulas de la fe, ya que aseguran una exposición más precisa de la misma y
garantizan un rico patrimonio común doctrinal, cultural y lingüístico. El conocimiento y
asimilación de los lenguajes de la fe es condición indispensable para vivir esa misma fe.

6 DGC n. 154

31
Es necesario, sin embargo, que tales fórmulas, propuestas como síntesis después de una
previa explicación, sean fieles al mensaje cristiano. Entran ahí algunas fórmulas y textos
mayores de la Biblia, del dogma, de la liturgia, y las oraciones bien conocidas de la
tradición cristiana (Símbolo apostólico, Padre Nuestro, Ave María...).

« Estas flores, por así decir, de la fe y de la piedad no brotan en los espacios desérticos
de una catequesis sin memoria. Lo esencial es que esos textos memorizados sean
interiorizados y entendidos progresivamente en su profundidad, para que sean fuente
de vida cristiana personal y comunitaria ». (DGC)

CT n. 55
«Una cierta memorización de las palabras de Jesús, de pasajes bíblicos importantes, de los diez
mandamientos, de fórmulas de profesión de fe, de textos litúrgicos, de algunas oraciones
esenciales, de nociones-clave de la doctrina […]es una verdadera necesidad. […] Lo esencial es
que esos textos memorizados sean interiorizados y entendidos progresivamente en su
profundidad, para que sean fuente de vida cristiana personal y comunitaria»

3.4 LA ACTIVIDAD

Las actividades de fe constituyen la respuesta inmediata que el niño da a la Palabra


escuchada, son: la manifestación de los contenidos de la fe asimilados. En otros términos, se trata
de las llamadas actividades expresivas que tienen relevancia en el interior del acto de la catequesis
y constituyen una armónica complementariedad en el proceso de adquisición (relación entre
comprender, razonar y comunicar). Porque existen diversas formas de expresión que corresponden
a modos diversos de decir los contenidos interiores, sentimientos y/o actos de la voluntad

Para que una actividad sea significativa es necesario que reúna las siguientes características:

 Que respondan al objetivo y al contenido del tema


 Que sea una objetivación de la respuesta que el catequizando da a Dios, es decir que
permita expresar la respuesta del niño o adolescente.
 Que sean novedosas e interesantes para ellos.
 Que todos los estudiantes puedan participar en su organización y desarrollo.

De acuerdo a su función las actividades pueden ser:

 Actividades de evaluación
Permite obtener información sobre cómo han aprendido los estudiantes para
reforzar y corregir errores. Estas actividades permiten el desarrollo de las
competencias previstas, los conceptos y actitudes aprendidas.
 Actividades de práctica

32
Permiten que los alumnos hagan uso de estos nuevos conocimientos. Con estas
actividades los alumnos refuerzan y consolidan sus aprendizajes, con el apoyo del
maestro, mediante la aplicación de los nuevos aprendizajes a su vida diaria; es aquí
cuando los aprendizajes se vuelven significativos para los alumnos.
 Actividades de extensión
Es el conjunto de acciones que permiten profundizar los nuevos aprendizajes en otros
contextos. Desarrollan un conjunto de acciones para crear, investigar, analizar, obteniendo
nuevos conocimientos. Las estrategias que debemos emplear serán variadas: experimentos,
consultas de libros, solución de problemas, encuestas.

De acuerdo al área de la persona que desarrollan pueden ser:

 Actividades cognitivas: resúmenes, mapas conceptuales, preguntas de reflexión,


juegos didácticos.
 Actividades manuales: modelar con plastilina, dibujos, collage, papiroflexia,
construir cosas.
 Actividades de expresión dramática (artística): escenificaciones, aprender un canto,
hacer un canto.

Conclusión

Cada uno de los momentos de la metodología deben de ser muy bien preparados y motivados
de modo que se realice en ellos un verdadero diálogo entre Dios y el catequizando. Cada uno de los
momentos del tema tiene una función específica y por lo tanto NO PUEDEN SER ELIMINADOS bajo
ninguna circunstancia.

33
FICHA DE OBSERVACIÓN DE CATEQUESIS

NOMBRE : _____________________________________________________

GRUPO: ____________________________

TEMA:

OBJETIVO: ¿Se pudo deducir el objetivo?¿Logró el objetivo?

EXPERIENCIA

EXPERIENCIA: ¿La experiencia fue adecuada al tema? ¿La condujo correctamente?

PROFUNDIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA: ¿Profundizó suficientemente la experiencia? ¿La conectó adecuadamente a la


Palabra de Dios? ¿La consideró hilo conductor del tema?

PROPUESTA

PALABRA DE DIOS: ¿ Se preparó la lectura de la Palabra? ¿Se motivó a los niños antes de su lectura? ¿Fue
proclamada con unción? ¿se utilizó algún signo o gesto para darle realce?¿La Palabra de Dios ilumina
verdaderamente el tema?

PROFUNDIZACIÓN: ¿ Reconstruyóla Palabra de Dios?¿Llevó a los niños a analizarla en sus detalles? ¿ Insistió en una
idea central? ¿Fue correcto doctrinalmente el contenido? ¿Explicó el contenido de acuerdo a la capacidad de los
niños?

ACTUALIZACIÒN: ¿Llevó los niños a reflexionar en sus propias situaciones? ¿Hubo una propuesta concreta de parte
de Dios para el niño?

RESPUESTA

ACTIVIDAD: ¿Respondió al objetivo? ¿Fue adecuada a la edad de los niños? ¿Condujo correctamente la actividad
para el logro del objetivo?

COMPROMISO: ¿Invitó a los niños a dar una respuesta?¿Lo impuso o dio margen a la libertad?¿Se relacionó con el
objetivo?¿Cuestionó a los niños para suscitar en ellos una respuesta? ¿Propició un momento en el cual el niño
exprese su respuesta?

ORACIÓN: ¿Llevó a los niños al encuentro con Dios? ¿ Motivó a la participación en la libertad y en la serenidad? ¿Se
creó un clima de recogimiento?¿Se relacionó con el tema y el logro del objetivo?

MEMORIZACIÓN: La frase a memoriza ¿responde al objetivo y a la experiencia de Dios que hizo el niño o
adolescente?

34
III. LOS OBJETIVOS EN LA CATEQUESIS

EN 44
Los métodos deberán ser adaptados a la edad, a la cultura, a la capacidad de las personas,
tratando de fijar siempre en la memoria, la inteligencia y el corazón las verdades esenciales que
deberán impregnar la vida entera.

Esta cita de la EvangeliiNuntiandi habla de tres componentes de la persona a los cuales debe llegar
la catequesis:

• Componente cognoscitivo: Es el sector de opinión o de creencia. Por ejemplo la creencia que


hombres y mujeres somos iguales, es una opinión que corresponde a este componente.

• Componente afectivo: Se refiere al sector emocional o sentimental. Por ejemplo si una persona
dice: aprecio a mi jefe, porque nos trata con respeto, está reflejando este componente.

• Componente del comportamiento: Se refiere a la intención de un individuo, al comportarse de


cierto modo hacia una persona o hacia un objeto. Por ejemplo continuando con el ejemplo anterior
esa persona podría invitar a una reunión para agasajar a su jefe.

Estos tres componentes pueden ser llamados de modos diferentes:


Cognoscitivo / Afectivo/ Comportamental
Conceptual/Actitudinal/Operacional
Cognitivo/ Afectivo/ Vivencial

ACTITUDES

Rodríguez definió la actitud como una organización duradera de creencias y cogniciones en


general, dotada de una carga afectiva a favor o en contra de un objeto definido, que predispone a
una acción coherente con las cogniciones y afectos relativos a dicho objeto.

Kimball Young: “Se puede definir una actitud como la tendencia o predisposición aprendida,
más o menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bastante persistente y
característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en contra), con referencia a una
situación, idea, valor, objeto o clase de objetos materiales, o a una persona o grupo de personas”.

Según la psicología, las actitudes son internas y dan origen a nuestro comportamiento.

Con la formación de actitudes adecuadas se favorece un “modo de ser”. Con la transmisión


de los contenidos del misterio cristiano se proponen las verdades de la fe que sostienen las razones
mismas de la actitud que se forma y se expresará en el comportamiento cristiano.

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Función de los objetivos:

1. Ayudan al profesor a clarificar la orientación que le debe dar a la clase y a elegir las
actividades a realizar.
2. Ofrecen criterios de evaluación para que sea objetiva.

Cómo redactar objetivos:

1. Deben expresar el comportamiento final deseado y no los pasos que se van dando.
2. Debe expresar la respuesta que esperamos dé el alumno a Dios
3. Debe expresar los criterios de buen éxito, es decir, el grado mínimo de aceptabilidad o las
condiciones que delimitan la actividad del alumno.
4. Es necesario que el enunciado exprese comportamientos y capacidades operativos
observables en orden a un cambio que se quiere realizar en el niño o adolescente.
5. La formulación debe ser tal que contenga elementos concretos que consientan el control –
evaluación del resultado de la intervención catequística.

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IV. COMPETENCIAS
Las nuevas exigencias actuales y la necesidad de estar al día y adaptarse a situaciones
inesperadas exigen a los educandos capacidades que rebasan los «conocimientos»
proporcionados por la formación específica.

¿Qué justifica la formación basada en competencias?

– Parece responder mejor a la necesidad de encontrar un punto de convergencia


entre educación y ámbito de desempeño.

– Centra a la educación y a la formación en el aprendizaje y no en la enseñanza o los


contenidos.

– Se adapta a la necesidad de un cambio omnipresente en la sociedad bajo múltiples


formas.

Formación basada en competencias

El aprendizaje está El alumno se vuelve un La evaluación está


basado en sujeto activo dentro basada en la ratificación
resultados. Lo que de su proceso de de que sehan obtenido
los estudiantes aprendizaje resultados
pueden hacer, así
como aquello que
saben.

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ALGUNAS DEFINICIONES DE COMPETENCIAS

• “… un conjunto identificable y evaluable de capacidades que permiten desempeños


satisfactorios en situaciones reales, de acuerdo a estándares históricos y tecnológicos
vigentes.”

• “… en la definición de competencia se integran el conocimiento y la acción.”

• Pero va más allá de esta, conjuga la interacción y utilización de las funciones cognitivas,
psicomotrices y actitudinales en un determinado contexto.

• “ Estas competencias representan una combinación dinámica de cualidades, de


capacidades y de actitudes. El fomento de estas capacidades es la finalidad de los
programas educativos. Las competencias serán formadas en varias unidades del curso y
determinadas en diversas etapas. (Las competencias son obtenidas por el estudiante)”

Las competencias implican la integración de conocimientos, procesos cognitivos, habilidades


intelectuales, destrezas, valores y relaciones sociales, que permiten dar respuesta a los
requerimientos de la práctica profesional presente y futura. Manteniendo la calidad del
ejercicio en una pluralidad de contextos y situaciones.

COMPETENCIAS
SABERES HABILIDADES VALORES/ACTITUDES
Representan información, se Pueden ser de dos tipos: Patrones de comportamiento
trata de los conocimientos que Psicomotrices. Se necesitan que caracterizan el actuar. Las
se desarrollarán con la unidad para operar máquinas, actitudes están asociadas a los
de aprendizaje, ya sea saberes aparatos e instrumentos de valores y creencias, pero se
teóricos, de procedimientos, cualquier tipo, así como diferencian de estos por
de reconocimiento de diversas habilidades tratarse de formas de actuar.
técnicas, terminología, en perceptuales como agudeza Los valores son principios que
general, los datos que son visual, del oído, etc. rigen los comportamientos,
requeridos para operar sobre Mentales. Deducción, formas de pensar y de ser. Son
una realidad determinada inducción, análisis, etc. los patrones de significación
más profundos de los sujetos.

1. Verbo(s) 2.Objeto(s) 3. Intención 4.Rango(s) o 5.Criterio(s)


o finalidad situaciones de una buena
ejecución

Acción ¿Qué? ¿Para qué? ¿dónde o Bajo qué ¿Cómo? (+ -)


circunstancias

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V. LA PREPARACIÓN DEL CATEQUISTA.

Retomando el texto de Éxodo 19, podemos decir que el papel de Moisés fue comunicar al pueblo el
mensaje que Dios le había dado. Para poder realizar esto, Moisés realizó dos actos de comunicación:

- primero se pone en comunicación con Dios


- segundo comunica al pueblo lo que Dios le dice.

En la catequesis se repite esta misma dinámica: el catequista, después de haber estado en


comunicación con Dios, comunica al destinatario el mensaje que Dios le envía.

En cada catequesis se deben dar por tanto tres actos comunicativos:

 el catequista con Dios


 el catequista con el niño o adolescente
 el niño o adolescente con Dios

La comunicación del catequista con el catequizando será durante el tema; la comunicación del
catequizando con Dios, se realizará en los momentos de oración conclusivos de cada tema… y
¿el primer tipo de comunicación cuándo se va a realizar?

Jesucristo no es un contenido que se estudia, sino una experiencia que se vive. Por lo tanto cada
tema debe estar acompañado y preparado por fuertes experiencias de encuentro con Dios.

Por tanto se recomienda que el catequista se prepare con tiempo a través de la oración personal
y comunitaria, de la frecuencia del sacramento de la reconciliación y de la Eucaristía y de la
lectura de la Palabra de Dios, además del estudio de los temas.

Si tú catequista no te pones en comunicación con Dios, ¿qué propuesta le vas a hacer a los niños
y adolescentes? ¿Puede tener alguna fuerza tu anuncio si estás dando un mensaje que no has
escuchado o recibido?

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VI. DIFERENTES MÉTODOS, UNA MISMA METODOLOGÍA
TEXTO EXPERIENCIA PROPUESTA DE RESPUESTA
SALVACIÓN
Método de los VER JUZGAR ACTUAR
documentos de las
Conferencias
episcopales de
América Latina

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