Memorias Deportivas - Crónica No. 55
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No obstante la buena preparación y los buenos augurios, los rivales a vencer eran
equipos de mucho respeto: Brasil, Perú, Argentina, Paraguay, Chile, Uruguay y
Venezuela.
El estreno del quinteto nacional no pudo ser más auspicioso. Gracias al buen
trabajo estratégico, una mejor disposición en la cancha, efectivos lanzamientos y
estupendo estado físico, se superó al equipo de Venezuela por 97 - 54. Un
marcador amplio, generoso. Brasil, también en su primer juego, apabulló a Chile.
Conocidos los resultados iniciales, colombianas y brasileñas comenzaron a
vislumbrarse como las factibles protagonistas de una insospechada y dramática
final, al menos desde el punto de vista colombiano, pues el equipo criollo siempre
había estado ajeno a grandes definiciones en esta disciplina deportiva.
Los sucesivos partidos del quinteto criollo frente a Paraguay, Uruguay y Chile,
dada la neta superioridad de las pupilas de Moreno Rumié, se liquidaron con
marcadores muy holgados, podría decirse que aplastantes: Colombia 88 -
Uruguay 20 y Colombia 82 - Chile 32.
Con capacidad para cerca de 7.000 personas, el coliseo quedó pequeño en esta
ocasión. Desde el pitazo inicial Colombia buscó asegurar el partido lo más pronto
posible. Gracias a una mezcla de marca a presión y en zona, paulatinamente
menguó el poder ofensivo del Brasil. Con evidentes muestras de superioridad en
los rebotes defensivos, mayor claridad en sus ataques y más contundencia para
romper en zona adversaria, en cuestión de minutos la ventaja fue notable:
Colombia 17, Brasil 2.
A la fase final Colombia entró con inexplicable desajuste en todas sus líneas.
Brasil olvidó la hostilidad del público y el amplio marcador en contra, para
proyectarse ofensivamente rebajar la ventaja en forma alarmante. Ilsa Silveiro y
Tania Soares recuperaron la lucidez mental de otros partidos y pusieron en serios
aprietos al quinteto nacional. Errores infantiles hicieron el partido especialmente
angustioso a partir de los 12 minutos. La ansiedad llegó al máximo hacia el final
del juego, pues pese a ganar el elenco nacional, el margen era muy estrecho, 55
puntos contra 47.
El título para el cuadro dirigido por Moreno Rumié se logró gracias a las cestas de
Gloria Ortiz, 24 puntos; Gloría Gómez, 7; Patricia Ordóñez, 10; María de Jesús
Arizala, 11; Elizabeth Hinestroza, 8 y Myrian León 2. En el juego final también
actuaron Norma Lozano, Margarita Martí y Janeth Torijano. El equipo campeón
contó igualmente con el aporte de las jugadoras Irene Lamprea, Consuelo
Aristizábal y Mónica Villamil, para completar la docena de jugadoras galardonadas.
Los tres primeros puestos del Suramericano fueron los siguientes: Campeón el
equipo de Colombia; subtítulo para Brasil y tercera casilla para el representativo
del Perú.