ANTROPOLOGÍA FINAL Teorias y TP
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ANTROPOLOGÍA FINAL Teorias y TP
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ANTROPOLOGÍA FINAL
La forma de ver el mundo y explicarlo conforma marcos teóricos o visiones del mundo que no están
alejados ni abstraídos del entorno social. Los hechos que estudia la antropología están marcados
por historicidad, se trata de hechos socioculturales, cambian permanentemente, al igual que todo el
mundo material. Tener en cuenta esto favorece a no hacer abstracciones prematuras de la realidad
e ingenuas.
El compromiso de la antropología es el análisis de los problemas sociales y la colaboración con
distintos actores para buscar soluciones a estos problemas.-
Por su parte Spencer, estaba abocado en demostrar el progresivo y continuo desarrollo del
universo que abarcaba todos los fenómenos inorgánicos, orgánicos y superorganicos. Para explicar
el progreso de la humanidad, afirmaba que la lucha por la vida conducía a la disminución de los
ineptos y a la supervivencia de los más aptos (darwinismo social).
La antropología se nutrió de estas fuentes.
La Antropología y el Evolucionismo:
El esquema evolutivo se mantuvo dentro de la tradición filosófica del Iluminismo. La secuencia
evolutiva salvajismo, barbarie y civilización que explicaba el desarrollo de la razón humana en las
ideas de los filósofos, fue retomada para explicar la evolución de la cultura.
Objeto: el hombre, como tal pertenecía a la especie homo sapiens, que se diferenciaba a su vez de
otras especies, encerraba una particularidad: el homo era un ser dual, cuerpo y espíritu. Como
cuerpo pertenecía al mundo natural y como espíritu al mundo de la cultura.
El surgimiento de la Sociología y la Antropología, amplio la necesidad de conocer científicamente a
aquellos otros hombres que la expansión capitalista introducía a la historia occidental. La expansión
de Europa fue un encuentro con otros pueblos, otras culturas, pero ésta expansión sistemática de
Europa no fue ingenua; la intencionalidad del colonialismo dominaba la relación. El asombro dejo
paso al desprecio por lo diferente, y las respuestas ya no vinieron de la religión o de la filosofía,
sino venían del método científico.
La antropología se constituyó como ciencia a finales del siglo XIX siendo su primera corriente de
pensamiento el evolucionismo. Tenían que dar respuestas sobre esos otros hombres que se
constituirán científicamente no por lo que son, sino por lo que les falta: los no-occidentales.
Principales representantes Lewis Morgan y Edward Tylor (considerados los fundadores de la
Antropología). Se propusieron responder científicamente por qué las sociedades humanas eran tan
diferentes, por qué algunos pueblos estaban tan atrasados, como se producían los cambios. El
evolucionismo contesto a la pregunta sobre las semejanzas y diferencias de los hombres a través
del concepto de progreso, explicando la historia como un proceso natural.
Hasta ese momento la explicación sobre el “hombre” estaba dividida; en tanto cuerpo era objeto de
la anatomía, en tanto espíritu pertenecía al campo de la filosofía y la religión. El evolucionismo
propuso el estudio del hombre como una totalidad, donde cada una de sus partes podía entenderse
bajo el criterio de que el hombre como especie era el resultado de la evolución biológica, como el
resto de los seres vivos. Era un eslabón más de una cadena de organismo, pero que se
completaba con la cultura, que se desarrollaba a través del tiempo en diferentes grados de
evolución o progreso, la evolución cultural.
Ambas partes de la dualidad humana, la naturaleza y la cultura, eran entendidas por los
evolucionistas como una continuidad. Para Tylor la cultura comenzaba en el hombre cuando la
naturaleza había concluido su obra. La cultura era el producto de las transformaciones de la
naturaleza en el tiempo. Era un producto superior, dependiente de las propiedades de la mente
humana. Por lo tanto, el estudio de la cultura podía realizarse bajo las mismas premisas que el
ámbito natural
La teoría evolucionista partía de tres premisas:
- todos los hombres pertenecen a una sola especie, Homo Sapiens (unidad psicobiológica de
la especie humana)
- el hombre es un ser dual: es al mismo tiempo un ser biológico y ser cultural
- a igual especie corresponde una sola cultura con diferencias de grado.
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El evolucionismo concibe la existencia de una sola cultura, y los diversos pueblos o formas de
vida conocidos, representan momentos, en una escala de progreso donde cada escalón en
ascenso constituye un grado mayor de cultura. La cultura humana pasa por diferentes estadios de
desarrollo que van de lo simple a lo complejo. La humanidad desde su origen y en su devenir
histórico va ascendiendo desde un estadio de simplicidad total a otros de complejidad creciente.
Todas las sociedades se originan con una cultura muy primitiva, salvaje, y llegaron a un estadio con
una cultura más compleja, más rica, más variada. Por lo tanto el evolucionismo postula una la ley
del progreso universal para explicar las diferencias y semejanzas entre los hombres. Esta ley es
considerada “impulsadora” del cambio, considera que el progreso humano es lineal porque existe
un único camino por recorrer, es acumulativo, porque el conocimiento genera otros nuevos; es
inevitable porque tarde o temprano hay que transitarlo; es unidireccional porque tiende a anular las
diferencias. Todos, hipotéticamente, se dirigen hacia la misma meta. Describen el avance en
etapas, del salvajismo a la barbarie, de la barbarie a la civilización.
El progreso ponía en evidencia que entre el hombre occidental y el primitivo no existía nada que
impidiera que estos últimos evolucionaran hasta llegar a estadios superiores, las diferencias
culturales eran solo cuestión de tiempo. Si consideramos que la cultura se transmite por
aprendizaje, el contacto entre pueblos con distintos grados de evolución podía acelerar el proceso
de evolución cultural, evitando que los que estuvieran más abajo en la escala recorrieran todo el
camino
La reconstrucción histórica que propuso el evolucionismo abarcaba a toda la humanidad, desde su
origen hasta la actualidad, y espacialmente a todo el planeta. Pero no estudiaron todas las
sociedades, sino solamente las no-occidentales y no se ocuparon de todos los aspectos de la
cultura sino que dieron prioridad a algunos de ellos.
El método:
Los datos para el estudio llegaban en general de dos fuentes: los conocimientos cada vez más
amplios sobre la prehistoria de Europa, restablecida por la investigación arqueológica, y la
creciente información de los viajeros, funcionarios, misioneros, acerca de las costumbres y
creencias de los pueblos no occidentales. La civilización europea tenía sus fuentes en culturas
semejantes a la de los pueblos primitivos contemporáneos.
Morgan y Tylor reunieron cantidad y variedad de datos, aplicaron el método comparativo. Se
pensaba que las formas más simples son las más antiguas, que las más complejas son las más
modernas y que las más simples originaron a las más complejas.
Lewis Morgan de origen norteamericano, considerado por muchos como el adre de la
antropología. Sostenía que la humanidad había recorrido un único camino de progreso. Distinguía
dos lógicas evolutivas: la de los inventos y descubrimientos, y la de las instituciones. Una de las
instituciones que se ocupo fue de la familia. Sostenía que la evolución de la familia había
comenzado en el salvajismo inferior (promiscuidad sexual); luego hacia la flia consanguínea; luego
en la flia punalúa (sobre la base del matrimonio de varias hermanas con un grupo de hombres que
no están emparentados entre si y viceversa); después la sindiásmica o por pareja (transición entre
el matrimonio en grupo y la monogamia); más tarde la flia patriarcal y por último la flia monógama
en la civilización moderna (grado máximo de desarrollo de la institución en este esquema
evolutivo).
Para este autor la evolución de la humanidad no se detendría con la civilización, sino que sería una
época transitoria que llevaría, por ley de progreso, al nacimiento de un estadio superior donde
prevalecerían las formas más justas e igualitarias de vida (por ellos fue tomado por Marx y Engels
como fuente para las bases de la sociedad comunista)
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sus rasgos, de ahí la tendencia de tratar a cada uno de los grupos como un sistema social aislado,
cerrado, autosuficiente y homogéneo. Este análisis ahistórico y sincrónico ocultaba que esas
sociedades eran cada vez más dependientes y subordinadas a un sistema económico, político y
social mucho mayor. Los antropólogos clásicos estaban dedicados a mostrar la gran diversidad de
culturas existentes con una mirada relativista.
PARTICULARISMO HISTÓRICO figura principal FRANZ BOAS.
Surge en Norteamérica. Para Boas, los objetivos de esta ciencia era el estudio de la historia de la
sociedad humana en su conjunto. Debía resolver “por qué las diferencias entre las distintas tribus y
naciones del mundo y como había llegado a desarrollarse dichas diferencias.”
La cultura singular de los evolucionistas, se convirtió en “las culturas” en plural. Se afianzó el
concepto antropológico de cultura y se sentaron las bases del relativismo cultural.
Boas había desechado la posibilidad de encontrar uniformidades de desarrollo que afectaran a
conjuntos completos de instituciones, como proponían los evolucionistas. Otra cuestión que abordó
fue la relación entre individuo y sociedad. El interés centro importancia en el proceso de
socialización y el rol del lenguaje en la incorporación de pautas y valores de cada cultura, que se
incorporan de manera inconsciente y tienen una fuerte carga emocional.
El concepto de cultura: Boas defendió una visión histórica, según la cual todas las culturas
estaban constituidas por complejos de rasgos, producto de condiciones ambientales, factores
psicológicos y relaciones históricas. No existía un único sentido de la historia a través de cuyas
etapas debían transitar todas las culturas como señalaban los evolucionistas. Cada cultura tiene
una historia particular, ya que aún lo adquirido por difusión es adoptado y adquiere una nueva
significación.
Cada cultura es un conjunto coherente de rasgos conductuales e ideacionales que se dieron tanto
por difusión como por creación independiente. Cada cultura es cualitativamente diferente e
históricamente particular.
Las ciencias antropológicas: Para Boas la antropología englobaba cuatro campos: arqueología,
antropología física, lingüística antropológica y antropología cultural. El objetivo era estudiar la raza,
el lenguaje y la cultura para reconstruir la historia primitiva de la humanidad y cuando fuera posible,
expresar las regularidades en formas de leyes del suceder histórico. Boas insistió en los estudios
de primera mano, libre de todo prejuicio de cada cultura en particular; aprender a ver el mundo a
través de los ojos del otro.
Dio un gran impulso a la lingüística antropológica, era necesario estudiar cada lengua en sus
propios términos. Demostró también que no existía diferencia entre las lenguas escritas y no
escritas. Anticipo la noción contemporánea de los “universales lingüísticos”; es decir los rasgos
elementales de la estructura gramatical son comunes en todos los idiomas ( distinción entre el que
habla, la persona a quien uno se dirige, la persona de la que se habla y los conceptos de espacio y
tiempo son universales)
Sus estudios comprobaron la imposibilidad de establecer cualquier correlación entre raza, lengua y
cultura, lo que significó un avance en la refutación científica de las ideologías racistas.
través de la cultura sus necesidades básicas, planteó la necesidad del trabajo de campo como
técnica fundamental y la observación participante.
Los funcionalistas ponen entre paréntesis la situación histórica, ven el colonialismo como un
contacto cultural, como un encuentro entre dos culturas. No se toma en cuenta la situación de
asimetría, la dimensión de explotación y violencia.
Concepto funcionalista de cultura: para Malinowski la cultura es un sistema complejo en parte
material, conductual y también espiritual, cuyo fin es facilitar la supervivencia del hombre en un
medio hostil, el medio natural. Es a partir de la cultura que el hombre intenta crear un segundo
medio más favorable. Para él la cultura es el instrumento mediante el cual el hombre ha logrado
satisfacer sus necesidades (para esta concepción las necesidades que satisface la cultura son
individuales, no sociales). Tanto la definición del evolucionismo como la del funcionalismo refuerzan
el carácter extra-somático de la cultura. Se va a interesar por la función que cumple, la cultura
como respuesta adaptativa al medio ambiente, como el elemento que completa al hombre (ser
biológico y ser social y cultural).
En su teoría la cultura se relaciona con la satisfacción de necesidades psicobiológicas individuales:
nutrición, reproducción, cuidados corporales, seguridad, relajación, movimiento y crecimiento. Para
cada una de estas necesidades básicas todos los sistemas socioculturales han encontrado una
respuesta cultural. Estas respuestas culturales determinan a su vez “necesidades derivadas” que
son del orden cultural y solo aparecen en el hombre. Estas necesidades para Malinowski se dividen
en cuatro imperativos culturales: economía, control social, organización política y educación. Estas
necesidades son tan importantes como las básicas y biológicas.
Todo elemento cultural cumple una función. Para los funcionalistas, nada que pertenezca a un
sistema cultural y que perdure es una invención caprichosa o arbitraria. Todo elemento cultural
cumple una función. Para que se incorpore a un sistema cultural debe satisfacer una necesidad.
Paradójicamente, la satisfacción de las necesidades de los individuos no se efectúa de forma
individual, sino por medio de acciones grupales. Para el logro de cualquier fin los hombres deben
organizarse. El concepto de organización está relacionado al de instituciones.
“La cultura consta de la masa de bienes e instrumentos, así como las costumbres y de los hábitos
corporales o mentales que funcionan directa o indirectamente para satisfacer las necesidades
humanas. (…) La antropología funcionalista se interesa por la función de las instituciones, las
costumbres, las herramientas y las ideas. (…) Lo pertinente para el estudioso de la cultura es la
diversidad de funciones y no la identidad de forma.”
Aspectos teóricos-metodológicos: el antecedente del funcionalismo es la Escuela Sociológica
Francesa desarrollada por Durkheim. En ella se concibe al sistema social formado por múltiples
partes, cada una con una función específica, en armonía con otra parte (metáfora organicista).
Malinowski si bien se aleja de Durkheim al dar mayor importancia al individuo que a la sociedad,
comparte la idea de totalidad, equilibrio, integración, para referirse a la cultura como ese todo
integrado compuesto por partes independientes que tiende al equilibrio del sistema.
Los principios del funcionalismo, el hecho de que deben ser investigados todos los rasgos de las
culturas y que hay que buscar las formas en que las estructuras y las instituciones de una sociedad
se interrelacionan para formar un sistema, son básicos para una ciencia antropológica orientada
teóricamente.
El funcionalismo parte de una analogía con lo orgánico. Los sistemas culturales son presentados
como si fueran organismos cuyas partes, relacionadas, contribuyen a la conservación, equilibrio y
supervivencia de la totalidad. La concepción funcionalista enfatiza la cohesión, el equilibrio y se
maneja con estos supuestos:
- todos los elementos de la cultura están relacionados entre sí: unidad funcional de una sociedad;
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Malinowski analiza la aculturación (el pasaje de instituciones, prácticas y creencias de una cultura a
otra) como un aspecto del cambio cultural. Lo que no dice Malinowski es que esos contactos entre
culturas son en realidad choques entre la cultura colonizadora occidental y la colonizada. Esta
relación se dá en términos de poder y explotación de una cultura por parte de la otra.
Al enfatizar la cohesión y el equilibrio, se concibe que las culturas que se estudian van a cambiar
lenta y gradualmente. En estos estudios sincrónicos no hay lugar para las explicaciones causales,
ya que para darlas hace falta tener en cuenta la historia. Los funcionalistas se interesan por
explicar el “cómo” pero no el “porqué” histórico. Principales críticas es haberse desarrollado en el
contexto histórico del colonialismo y del neocolonialismo y haberlo soslayado, constituyéndose en
un análisis estático y ahistórico. Dejaban de lado el análisis de la sociedad y la cultura de los
administradores colonialistas; no se analizó la realidad total de las colonias.
A partir de Malinowski se desarrolló la etnografía moderna, apoyada en una metodología rigurosa y
precisa: el trabajo de campo antropológico.
ESTRUCTURAL-FUNCIONALISMO RADCLIFFE-BROWN
A diferencia de Malinowski, cuyo interés principal era el estudio de la cultura, Radcliffe Brown dirigió
su atención al estudio de la sociedad. Su punto de partida fue Durkheim que presentaba los
fenómenos sociales como exteriores al individuo. Para que exista un hecho social es preciso que
muchos individuos hayan combinado su acción. La costumbre existe antes de que el individuo
nazca y perdura después de su muerte. El conjunto de hechos sociales de los que se ocupa el
científico deben entenderse como constituyendo un sistema y, de este modo, el significado y
propósito de una costumbre solo pueden ser entendidos refiriéndolos al conjunto total de los
hechos sociales de la comunidad.
Para Durkheim debía abandonarse la búsqueda de los orígenes históricos, ya que la función de
una institución debía encontrase en su utilidad actual. La sociedad constituía un orden moral, “la
conciencia colectiva”. La misma estaba formada por representaciones colectivas, ideales, valores y
sentimientos comunes a todos los individuos de una sociedad y era impresa en cada individuo a
través del proceso de socialización. Esta “conciencia colectiva” precedía al individuo, se le imponía,
era exterior a él y lo trascendía. El órden social dependía del mantenimiento del sentimiento de
solidaridad.
Estructura y función: Brown interpretó a la sociedad como un organismo cuyos distintos
elementos constitutivos contribuyen todos a la vida del conjunto y se ocupó fundamentalmente del
estudio de las relaciones sociales.
Concibe a los fenómenos sociales como una clase diferente de fenómenos naturales susceptibles
de ser observados empíricamente. Al antropólogo social le concierne investigar las formas de
asociación entre los seres humanos que generan esos fenómenos. Estas formas de asociación
entre ellos ponen en evidencia una compleja red de relaciones sociales. Define a la estructura
social como el conjunto de las relaciones existentes en un momento dado, que vinculan a
determinados seres humanos entre sí.
-Estructura social representa la “morfología” de la sociedad.
-Al concepto función lo asemeja a la “fisiología” de la sociedad. Brown el uso que le da a la palabra
función, la vida de un organismo se concibe como el funcionamiento de su estructura. Mediante la
continuidad de este funcionamiento se preserva la continuidad de la estructura.
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La estructura de la vida social se mantiene, continúa, gracias a un proceso compuesto por las
actividades e interacciones de los individuos y de los grupos en los que están organizados.
Estructura y función son interdependientes.
Para Brown la función tiene que ver con la contribución que una institución hace el mantenimiento
de la estructura social; mientras que en Malinowski ésta se relacionaba con la satisfacción de
necesidades psicobiológicas individuales.
El estructural funcionalismo se interesa por el estudio de las sociedades entendiéndolas como
sistemas sociales totales que pueden ser descriptos a partir de tres aspectos diferenciables:
la estructura social, es decir los dispositivos por los que se mantiene una vida social
ordenada;
el aspecto ecológico, el modo en que el sistema se adapta a su entorno físico;
el aspecto cultural, los mecanismos por los que el individuo adquiere “hábitos y las
características mentales que le capacitan para la participación de la vida social”.
Más que explicar el cambio social, su preocupación estuvo centrada en la continuidad de la
estructura social. Sostenía que, si bien los miembros de la sociedad podían cambiar, la “forma” de
la estructura tendía a mantenerse.
La cultura no era otra cosa que la expresión distintiva de dicha estructura.
Método y estudios de parentesco: el camino para alcanzar el conocimiento de su objeto es el
“método de análisis sociológico”. Se requiere investigaciones de campo. A través de la
comparación se pueden obtener generalizaciones validas sobre la naturaleza humana,
características universales de todas las sociedades. Su objetivo final será formular generalización,
es decir leyes sociales.
Desarrollo importantes investigaciones relacionadas con los sistemas de parentesco. Concentro
sus investigaciones en dos aspectos: en los usos que gobiernan las relaciones entre parientes y en
los términos que se utilizan para dirigirse a los parientes y para referirse a sí mismos.
En cuanto a las críticas específicamente metodológicas, las mismas se centran en el hecho de que
Lévi-Strauss no explicita de qué manera es posible descubrir las estructuras subyacentes, ni cómo
operan las transformaciones que vehiculizan el pasaje de un sistema simbólico a otro.
que identifica a este sujeto colectivo, a éste pueblo, no es un patrimonio cultural estable, de
contenidos fijos, sino la autopercepción por parte de sus miembros de compartir una historia
común, que viene de un pasado y se dirige a un futuro, aunque existan situaciones de disenso
interno y conflictividad.
Qué es un pueblo?... un pueblo es el proyecto de ser una historia. Cuando la historia que tejía
colectivamente se interrumpe por una fuerza externa, este sujeto colectivo tratara de repararla y
continuar.
Cuál sería el mejor papel del Estado?...lejos de ser un estado que imponga su propia ley, será un
estado restituidor de la jurisdicción propia y el fuero comunitario, garante de la deliberación interna.
El argumento relativista tiene que ceder lugar al argumento histórico, de la propia historia, de la que
Segato llama pluralismo histórico.
En toda aldea por menor que sea, la divergencia es inevitable, el papel del Estado será estar
disponible a través de sus agentes para supervisar, mediar o interceder con el único fin de
garantizar que el proceso interno de deliberación ocurra libremente, sin abusos por parte de os más
poderosos en el interior de la sociedad. No se trata de pedir la retirada del Estado, no puede ya
simplemente ausentarse. Debe ofrecer garantías y protección, debe promover y facilitar el dialogo
entre los poderes de la aldea y sus miembros más frágiles.
Siete Corolarios:
1. Para la defensa de Derechos es más adecuado hablar de “pueblos” que de “grupo étnico”. Un
pueblo es un sujeto colectivo vivo y dinámico, mientras que el segundo es una categoría objetiva,
que sirve para clasificar.
2. Pueblo es el colectivo, con una historia común, que comparten un pasado y un futuro.
3. Es más adecuado hablar de “historia” que de cultura.
4. Un buen Estado debe tener un perfil restituidor de la justicia propia.
5. Restituir la justicia propia es promover la restauración del tejido comunitario.
6. Es devolverle a la comunidad las riendas de su propia historia.
7. El Estado no puede simplemente ausentarse, debido al desórden instaurado en las comunidades
como consecuencia de la larga intervención del mundo de los blancos sobre ellas. Debe garantizar
la deliberación interna cuando se obstaculiza por los poderes establecidos dentro de las
comunidades.
-Con respecto a la ley habla de la importancia del discurso legal, no le basta sólo existir. Para su
eficacia plena, depende de la propaganda y la divulgación activa de su discurso, para instalar
nuevas sensibilidades e introducir cambios en la moral vigente.
Habla del impulso o deseo que hace posible que contestemos la ley y que reflexionemos sobre los
códigos morales que nos rigen para extrañarnos de ellos, encontrarlos inadecuados e inaceptables.
El impulso ético es lo que nos permite abordar críticamente la ley y la moral para poder evaluarlas.
Nos permite transformar las costumbres morales de las que formamos parte. La importancia de
extrañarnos, sospechar de los códigos instalados que programan y automatizan nuestro
comportamiento.
Somos plenamente humanos porque la misma cultura que nos implanta los chips de los valores
morales y prácticas, también nos equipa con las herramientas que nos permiten reflexivamente
detectar esos chips y desactivarlos.
Los patrones para el comportamiento son los automatizadores de la conducta; los patrones que nos
hacen actuar en su versión reflexiva, como un producto del autoconocimiento por parte de una
sociedad o de un individuo. Es en este segundo nivel que nos hacemos seres históricos, ejercemos
algún grado de libertad y autonomía, solamente en este nivel es que damos plenitud humana a
nuestra existencia en cualquier sociedad que nos toque vivir.
Somos plenamente humanos no porque somos miembros natos de nuestras comunidades morales
y sociedades jurídicas, sino porque estamos en la historia, porque no respondemos a una
programación. Por ello dentro de una comunidad moral, la comunidad de cultura que estudia el
antropólogo, pueda existir más de una sensibilidad ética. Idealmente la contribución del etnógrafo,
debería ser interpelarnos y desafiarnos con las presunciones que tenemos del otro.
Contexto fin del XIX (1) entre Después de la 2da. Guerra. (3)
guerras (2)
1. Fines del siglo XIX: La Antropología se constituyó como ciencia y la teoría que logró
dominar el discurso antropológico fue el evolucionismo.
Objetos (explicar la diferencia cultural ya que el otro es diferente por la evolución): Los
distintos modos de vida se hizo más patente por los cambios en Europa y Occidente.
La revolución industrial: Generó nuevas diferencias, de clases, nacionales,
éticas y problemas, que con el tiempo fueron denominándose sociales.
Expansión de Occidente: Por el mundo, sobre otros pueblos, sobre otras
culturas, sobre otros modos de vidas distintos al modo de Europa.
Explicación: el evolucionismo se constituyó como tal en función de:
la aplicación del método comparativo y sobre la base de una concepción precisa de su
objeto: el hombre, que como cuerpo pertenecía al mundo de la naturaleza, en tanto que
como “espíritu” pertenecía a otro mundo, al de la cultura.
Así, la Antropología se constituyó en dos ramas: la Antropología física y la Antropología
cultural. Pero las diferencias entre los hombres fueron pensadas como “diferencias”
culturales.
Para estudiar al hombre, se estableció una división del trabajo entre la historia y la
sociología tomaron como objeto de estudio las sociedades complejas, civilizadas,
desarrolladas. Por el otro, las sociedades primitivas, no complejas, no desarrolladas, sin
historia y sin Estado pasaron a constituirse como el objeto propio de la Antropología,
teniendo como parámetro la ubicación de Occidente
Técnicas: Inventarios y encuestas realizada por los antropólogos de escritorios.
2. Entre guerras:
Cierre de fronteras nacionales. Aparece el estructuralismo
Consolidación de las colonias europeas. y funcionalismo inglés, el
En la antropología europea y norteamericana se producen dos hechos: particularismo histórico en
EEUU, la escuela histórico-
La crisis del evolucionismo como paradigma único. cultural en Alemania, y la
Separación de la ciencia en las escuelas nacionales escuela sociológica
Elaboran teorías alternativas pero todas critican al evolucionismo. francesa.
(superioridad sobre los demás, lleva a una persona o grupo social a interpretar la realidad a
partir de sus propios parámetros culturales.).
Objeto: Es la DIVERSIDAD CULTURAL, donde todas las culturas son diferentes entre sí,
pero equivalentes por lo tanto son diversas, es decir, variedad de diferentes culturas dentro
de un grupo de personas o una sociedad.
Método: El método comparativo es sustituido por el RELATIVISMO, implica la imposibilidad
de comparar, ya que cada cultura es una configuración distinta y entendible sólo en sus
propios términos. El enfoque holista y relativista llevó a la antropología a trabajar sobre
las diferencias para terminar dando cuenta de la diversidad cultural.
Técnicas: Observación participante, buscar datos en las otras culturas para construir una
teoría, lo que implica el traslado del investigador a otras sociedades.
Separación de la antropología:
Trabajo práctico N°2 HERSKOVITS/ NARVAJA: “El principio metodológico del relativismo
cultural: aportes y limitaciones”
Principio METODOLOGICO del relativismo cultural: Se basa en los juicios (todo lo que
hacemos), basados en la experiencia que es interpretada por cada individuo a base de su
propia ENDOCULTURACION: proceso por el cual una generacion transmite sus formas de
pensar, sus conocimientos, costumbres, normas, valores, experiencias a las más jóvenes
de manera parcialmente consciente o inconsciente.
Se opone al enfoque EVOLUCIONISTA (primer momento de la antro), se los acuso de
etnocentricos, ya que tenían en cuenta para comparar, valores de la sociedad occidental.
ETNOCENTRISMO: es el punto de vista según el cual el propio modo de vida es preferible
a todos los demás. Este sentimiento es propio de la naturaleza de los individuos, lo
expresen o no. Se lo puede considerar como un factor que opera en favor de la adaptación
individual y de la integración social, ya que es importante para el fortalecimiento del ego,
identificándose con el propio grupo de uno. Sólo cuando se le racionaliza y se lo presenta
como base de acción en detrimento de otros pueblos es GRAVE.
El problema del relativismo cultural: Todos los pueblos forman juicios acerca de los
modos de vida diferentes de los suyos propios. Muchos de los criterios en los que están
basados los juicios son incompatible, así las conclusiones sacadas de una definición de lo
que es deseable no coincidirían con las basadas en otra formulación. (ejemplo: la
monogamia, poligamia, sus valoraciones son relativas al fondo cultural del cual surgen).
El autor ve al relativismo y etnocentrismo como par de opuestos dialécticos, que se
interpenetran y tienen cada uno parte de su opuesto, sin el cual su existencia no sería
posible.
Con el transcurso del tiempo la palabra PRIMITIVO, fue teniendo otras consideraciones, más
valorativas que descriptivas.
Se dice que los pueblos primitivos: tienen culturas simples, inferiores, bárbaros o salvajes,
basándose en una presunta secuencia evolutiva.
La nueva versión del concepto primitivo es ANTEPASADOS CONTEMPORANEOS.
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Los valores absolutos están fijos, no se permite que tengan variación, ni pasen de cultura
a cultura, ni de época a época.
Los valores relativos, son relativos al tiempo y lugar, los establece cada sociedad para
guiar su propia vida
Una de las formulaciones más extremas del ULTRA-REALTIVISMO en términos políticos,
es el proyecto de Declaración de los Derechos del Hombre (presentados en 1977 a la ONU
x la Asoc. Antropológica Americana)
El individuo realiza su personalidad x la cultura, el respeto x la diferencia individual implica
un respeto x las diferencias culturales. Si todos los valores son relativos, toda práctica
social, aún las más deshumanizadas, encontrarían su justificación en la cultura de la cual
derivan. Deja de lado también la existencia de contradicciones en el interior de las culturas.
Si no somos capaces de verla, nos estamos alineando con los sectores dominantes de las
mismas.
La LENGUA (lo social) “es un tesoro depositado por el uso de la palabra en los sujetos que
pertenecen a una misma comunidad, un sistema gramatical existente virtual en cada
cerebro, mejor dicho en los cerebros de una colectividad, porque la lengua no está completa
en ninguno y solo existe perfectamente en la masa”.
En tanto que el HABLA “es un acto individual de voluntad e inteligencia, en el que se
distingue las combinaciones que genera la persona que habla utilizando el código de la
lengua para expresar su pensamiento personal (frases y discurso) y el mecanismo
psicofísico que le permite exteriorizar esas combinaciones.
Desde la antropología y la lingüística se enfatiza la importancia de lo SOCIAL más allá de las
capacidades propias de la especie.
Comparando a los humanos con los animales, el sistema de comunicación de señales en los
animales, su significación, depende de “una conducta decodificadora genéticamente programada”.
Los rasgos esenciales del lenguaje humano son: la universalidad semántica, su capacidad de
producir información abstracta, la arbitrariedad del signo lingüístico y por último la función
simbólica.
Se entiende por UNIVERSALIDAD SEMÁNTICA a un sistema de comunicación que “puede
transmitir información sobre aspectos, ámbitos, propiedades, lugares o acontecimientos del
pasado, presente o futuro, reales, posibles o imaginarios, cercanos o lejanos.”
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Se refiere a la capacidad humana de dar significado a todas las cosas. El lenguaje humano
da cuenta de lo real tanto como de lo imaginario o posible. En los animales esta capacidad
exigua (insuficiente) si no nula. La memoria de los hechos no es mantenida de generación
en generación como el hombre. Aquí la memoria colectiva juega un papel importante en la
construcción de la historia, tanto en los pueblos ágrafos como en las sociedades con
escritura.
El lenguaje humano es INFINITAMENTE PRODUCTIVO, el contenido informativo de cada
mensaje puede ser reproducido y enriquecido con nuevos mensajes sin perder por ello
eficiencia en la codificación de la información. No solo la capacidad productiva es infinita en
el hombre sino la posibilidad de dar cuenta de gran número de campos de interés. Esta
capacidad de hablar de diferentes campos presentes o desplazados, permite transmitir
información abstracta.
¿En qué consiste la ARBITRARIEDAD LINGÜÍSTICA? Si bien la capacidad del lenguaje es
especifica de la especie, nuestros códigos portadores de información “se construyen a partir
de sonidos cuya forma física y significado no han sido programados en nuestros genes”.
Arbitrariedad lingüística quiere decir que para el mismo significado hay palabras diferentes y
porque la adquisición de palabras depende del ambiente en que los conjuntos sociales son
enculturados (proceso por el cual los individuos desde la niñez adquieren pautas y normas
culturales a través del aprendizaje en sociedad). No hay relación física con los
acontecimientos y propiedades que significan. Los humanos nos comunicamos
frecuentemente mediante elementos del lenguaje hablado que tienen normalmente una
relación arbitraria con su significado, incluso onomatopeyas (ding-dong campana en infles;
bam-bam en alemán; din-don en español)).
Los signos lingüísticos están compuestos por el significante: la imágen acústica, y el
significado: el concepto. Los signos arbitrarios son aquellos en que la relación entre
significante y significado se basa en la convención y en el hábito colectivo… el signo parece
arbitrario a quien lo utiliza y no puede encontrarse un fundamento más que en una
convención social expresa o tácita. Debido a esta arbitrariedad se producen dos
características: la continuidad o permanencia de los signos cuando parecen inmutables a
los individuos inconscientes que los usan y la alteración en el tiempo, que origina cambios
lingüísticos.
Lo fundamentalmente distintivo del lenguaje es su FUNCIÓN SIMBÓLICA o sea la
“capacidad de representar lo ausente, función que se manifiesta luego en diversas formas
de conducta que la implican”. El hombre puede evocar los objetos ausentes, alejados en el
mismo tiempo y espacio. Evoca objetos diversos sustitutivos: retratos, esquemas, símbolos,
signos, etc. a estos sustitutivos se les aplica especiales tipos de conductas simbólicas
verbales o mentales.
El carácter de los símbolos es doble e intermediario ya que indica que algo es y no es a la vez.
La gran capacidad general que tienen los seres humanos de aprender, y no lo programación
instintiva, es la que determina los pasos dados en la adquisición del lenguaje. Prueba de ello es
que por más que tengamos un aparato fonador y un conducto auditivo aptos para el habla, no
podemos aprender a hablar desde pequeños con solo oír hablar a otros. Es necesario interactuar
con los demás para poner a prueba y mejorar nuestros conocimientos.
El reconocimiento de la diversidad cultural y de la lógica inherente a cada cultura son rasgos
característicos del quehacer antropológico desde su configuración como ciencia.
La ruptura con el etnocentrismo; el conocimiento de la lengua permite al investigador ubicarse y
comprender la trama de las relaciones sociales en las que este también está inmerso cuando
realiza el trabajo de campo, evitando entrar en el juego de facciones. -
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La imagen del hombre propia del siglo XVIII que lo veía como un puro razonador cuando se lo
despojaba de sus costumbres culturales, fue sustituida a fines del siglo XIX y principios del XX por
la imagen del hombre visto como el animal transfigurado que se manifestaba en sus costumbres.
Esta gran estrategia se dedicó primero a buscar en la cultura principios universales y uniformidades
empíricas que, frente a la diversidad de las costumbres en todo el mundo y en distintas épocas,
pudieran encontrarse en todas partes y aproximadamente en la misma forma, y, segundo, hizo el
esfuerzo de relacionar tales principios universales con las constantes establecidas de la biología
humana, de la psicología y de la organización social.
Ya en la ilustración estaba el concepto de consensus gentium (consenso de toda la humanidad) la
noción de que hay cosas sobre las cuales todos los hombres convendrán en que son correctas,
reales, justas. Murdock agregó la noción de que “algunos aspectos de la cultura asumen sus
formas especificas solo como resultado de accidentes históricos; otros son modelados por fuerzas
que propiamente pueden llamarse universales”. De esta manera, la vida cultural del hombre está
dividida en dos: una parte es independiente de los movimientos internos de los hombres y la otra
parte, es una emanación de esos mismos movimientos.
Que se sostenga o no depende de que pueda establecerse y afirmarse el dualismo entre los
aspectos empíricamente universales de la cultura y aspectos empíricamente variables. Esto a su
vez exige que: los principios universales propuestos sean sustanciales y no categorías vacías; que
estén fundados en principios biológicos, psicológicos y sociológicos y no asociados vagamente con
realidades subyacentes; y que puedan ser definidos como elementos centrales en una definición de
humanidad. En estos tres puntos, Geertz dice que este consensus gentium fracasa, en lugar de
dirigirse a los elementos esenciales de la situación humana, se aparta de ellos. Afirma, no es que
no se puedan hacer generalizaciones sobre el hombre como hombre, salvo que este es un animal
sumamente variado, o que el estudio de la cultura en nada contribuye a revelar tales
generalizaciones; conduce a un relativismo que se habían propuesto evitar.
El relativismo continúa siendo un peligro real que puede evitarse solo encarando directa y
plenamente las diversidades de la cultura humana, abarcándolas dentro del concepto de hombre, y
no eludiéndolas con vagas tautologías y trivialidades sin fuerza.
La concepción “estratificada” de las relaciones entre factores culturales y factores no culturales
impide esa fundamentación del modo más efectivo. Una vez que se ha llevado la cultura, la psique
y el organismo a “planos científicos separados”, completos y autónomos en sí mismos, es muy
difícil volver a unirlos.
Se conciben universales culturales cristalizadas a realidades ineludibles. Cotejar supuestos
universales con postuladas necesidades subyacentes y en intentar mostrar que hay cierta buena
correspondencia entre ambas. En el nivel social, el de que todas las sociedades para persistir
necesitan que sus miembros se reproduzcan, o que deben producir bienes y servicios, de ahí la
universalidad de cierta forma de familia o cierta forma de comercio. En el plano psicológico, se
recurre a las necesidades básicas como el crecimiento personal. En el plano biológico se trata de
metabolismo y de la salud; en el cultural, de hábitos alimentarios y procedimientos de cura, etc. el
plan de acción consiste en considerar subyacentes exigencias humanas de una u otra clase y luego
tratar de mostrar que esos aspectos culturales que son universales están “cortados” por esas
exigencias.
Al pretender que el enfoque de consensus gentium no puede presentar ni universales sustanciales
ni conexiones especificas entre fenómenos culturales y fenómenos no culturales que los expliquen,
todavía queda pendiente la cuestión de si tales universales deberían tomarse como los elementos
centrales de la definición del hombre, o si lo que necesitamos es una concepción de la humanidad
fundada en un común denominador de un orden más bajo (filosófico).
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La principal razón de que los antropólogos se hayan apartado de las particularidades culturales
cuando se trataba de definir al hombre y se hayan refugiado en cambio en agotados principios
universales es el hecho de que, encontrándose frente a enormes variaciones de la conducta
humana, se dejaban ganar por temor de caer en el historicismo, de perderse en un torbellino de
relativismo cultural.
Lo que necesitamos, dice Geertz, es buscar relaciones sistemáticas entre diversos fenómenos, no
identidades sustantivas entre fenómenos similares. Debemos reemplazar la concepción
“estratificada” de las relaciones que guardan entre si los varios aspectos de la existencia humana
por una CONCEPCIÓN SINTÉTICA, es decir, una concepción en la cual factores biológicos,
psicológicos, sociobiologicos y culturales puedan tratarse como variables dentro de sistemas
unitario de análisis. Establecer un lenguaje común en las ciencias sociales, se trata de integrar
diferentes tipos de teorías y conceptos de manera que pueda formular proposiciones significativas
que abarquen conclusiones ahora confinadas en campos de estudio separados.
Esa integración desde el terreno antropológico es para llegar a una imagen más exacta del hombre.
Propone dos ideas: es la de que la cultura se comprende mejor no como complejos de esquemas
concretos de conducta –costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hábitos-, sino como una
seria de mecanismos de control –planes, recetas, formulas, reglas, instrucciones- que gobiernan la
conducta. La otra idea es que el hombre es precisamente el animal que más depende de esos
mecanismos de control extragenéticos, que están fuera de su piel, de esos programas culturales
para ordenar su conducta.
Algo que a todos nos caracteriza podría ser en definitiva el de que todos comenzamos con un
equipamiento natural para vivir millar de clases de vida, pero solo acabamos viviendo una.
La concepción de cultura desde el punto de vista de “mecanismos de control” comienza con el
supuesto de que el pensamiento humano es fundamentalmente social y público. El pensar no
consiste en “sucesos que ocurren en la cabeza” sino en un tráfico que llamaron símbolos
significativos. Esos símbolos ya le están dados en gran medida. Ya los encuentra corrientemente
en la comunidad en que nació y esos símbolos continúan existiendo, con agregados, sustracciones
y alteraciones parciales a las que el puede haber contribuido o no, después de su muerte.
La conducta del hombre si no estuviera regida por estructuras culturales –por sistemas organizados
de símbolos significativos -, sino seria ingobernable, un caos de actos sin finalidad y de estallidos
de emociones. La cultura, la totalidad acumulada de esos esquemas o estructuras, no es solo un
ornamento de la existencia humana, sino que es una condición esencial de ella.
El hombre es desde el punto de vista físico, un animal incompleto, un animal inconcluso, que lo que
lo distingue más gráficamente de los no hombres es menos su pura capacidad de aprender que las
particulares clases de cosas que debe aprender antes de ser capaz de funcionar como hombre.
La tradicional visión de las relaciones entre el progreso biológico y el progreso cultural del hombre
sostenía que el primero, el biológico, se había completado para todos los fines antes que el
segundo, antes de que comenzara el cultural. Es decir que esta concepción era nuevamente
estratificada: el ser físico del hombre evolucionó por obra de los habituales mecanismos de
variación genética y de selección natural hasta el punto en que su estructura anatómica llegó más o
menos al estado en que la encontramos hoy: luego se produjo el desarrollo cultural.
El hombre tienen días de nacimiento, el Hombre no lo tiene. Esto quiere decir que la cultura más
que agregarse a un animal terminado o virtualmente terminado, fue un elemento constitutivo y un
elemento central en la producción de ese animal mismo.
El hecho de valerse cada vez mas de sistemas de símbolos significativos (lenguaje, arte, mirto,
ritual) en su orientación, comunicación y dominio de sí mismo fueron todos factores que crearon al
hombre un nuevo ambiente al que se vio obligado a adaptarse.
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El hombre no puede ser definido solamente por sus aptitudes innatas, como pretendía hacerlo la
Ilustración, ni por sus modos de conducta efectivos, como tratan de hacer en buena parte las
ciencias sociales contemporáneos, sino que ha de definirse por el vínculo entre ambas esferas, por
la manera en que la primera se trasforma en la segunda, por la manera que las potencialidades
genéricas del hombre se concentran en sus acciones específicas.
La cultura nos formó para constituir una especie, así también la cultura nos da forma como
individuos separados. Eso es lo que realmente tenemos en común, no un modo de ser subcultural
inmutable ni un establecido consenso cultural.
Es necesario hacer a un lado los tipos metafísicos y las vacuas similitudes para captar firmemente
el carácter esencial de, no solo las diversas culturas, sino las diversas clases de individuos que
viven en el seno de cada cultura.-
incesto es un residuo de la exogamia; que ésta se explica por las prohibiciones especiales que
afectan a las mujeres.
El problema de la prohibición del incesto no consiste tanto en buscar que configuraciones
históricas, diferentes según los grupos, explican las modalidades de la institución en tal o cual
sociedad singular. El problema consiste en preguntarse qué causas profundas y omnipresentes
hacen que, en todas las sociedades y en todas las épocas, exista una reglamentación de las
relaciones entre los sexos.
No pertenece al etnógrafo sino al biólogo y al psicólogo explicar por qué el hombre experimenta tan
profundamente el horror hacia el incesto.
Por su universalidad, la prohibición del incesto tiene que ver con la naturaleza, vale decir con la
biología, o con la psicología, o con ambas; pero no es menos cierto que, como reglas, vale decir de
la cultura, y en consecuencia atañe a la sociología, cuyo objeto es el estudio de la cultura.
Los antiguos teóricos que se dedicaron al problema de la prohibición del incesto se situaron en uno
de los tres puntos de vistas: algunos se invocaron el doble carácter, natural y cultural, de la regla,
pero se limitaron a establecer entre uno y otro una conexión extrínseca, establecida mediante un
procedimiento racional del pensamiento. Los otros quisieron explicar la prohibición del incesto
exclusiva o predominantemente, por causas naturales; o exclusiva o predominante, un fenómeno
cultural. Cada una de estas tres perspectivas conduce a callejones sin salida o contradicciones.
Queda abierta entonces una sóla vía; la que hara pasar del análisis estático a la síntesis dinámica..
La prohibición del incesto no tiene origen puramente cultural, ni natural, y tampoco es un
compuesto de elementos tomados en parte de la naturaleza y en parte de la cultura. Constituye el
movimiento fundamental gracias al cual se cumple el pasaje de la naturaleza a la cultura. En un
sentido pertenece a la naturaleza, ya que es una condición general de la cultura y por lo tanto, no
debe ser causa de asombro comprobar que tiene el carácter formal de la naturaleza, vale decir, la
universalidad. También en cierto sentido es ya cultura, pues actúa e impone su regla en el seno de
fenómenos que no dependen en principio de ella. La relación entre la existencia biológica y la
existencia social del hombre nos llevaron a plantear el problema del incesto y comprobamos que la
prohibición no corresponde con exactitud ni a una ni a la otra. La prohibición del incesto constituye
precisamente el vínculo de unión entre una y la otra.
Esta unión no es estática ni arbitraria, y en el momento en que se establece modifica por completo
la situación total. Es menos una unión que una transformación o un pasaje; antes de ella, la cultura
aún no existe; con ella, la naturaleza deja de existir. La prohibición del incesto es el proceso por el
cual la naturaleza se supera a si misma; una estructura nueva y más compleja se forma y se
superpone –integrándolas- a las estructuras más simples de la vida psíquica, así como estas
últimas se superponen –integrándolas- a las estructuras más simples de la vida animal. Opera, y
por si misma constituye el advenimiento de un nuevo orden.-
Determinismo biológico: Es un tipo especial de Determinismo cultural: postula que la biología se detiene
reduccionismo donde el comportamiento humano en el momento en el que nacemos y desaparece en el
está regido por la acción de los genes. Naturaleza instante que entramos al dominio de la cultura. La
humana determinada x los genes, las causas de naturaleza humana es definida como una tábula rasa en la
los fenómenos sociales deben buscarse en la que la experiencia temprana puede imprimir lo que desee y
biología de los actos individuales. Las conductas, la cultura diseñar nuestro comportamiento. Este
diferencias sociales y económicas se pueden determinismo en antro se lo conoce también como
explicar x las características biológicas heredadas “culturalismo”
e innatas de los individuos.
Darwinismo social: Es una perspectiva teórica e ideológica que interpreta los fenómenos
sociales a partir de categorías biológicas y de los principios más difundidos y “vulgarizados”
de la teoría darwiniana: la lucha por la existencia, la selección natural, la supervivencia del
más apto. extrapola los conceptos adecuados a un nivel de análisis, el de los fenómenos
biológicos, pero inadecuados e incorrectos para interpretar el mundo social y cultural de los
hombres.
Sociobiología: Es una rama de la Biología, que estudia la base biológica de todo comportamiento
social desde los invertebrados hasta los primates. Explica la evolución de los seres vivos desde
una base genética, la biología sistemática y la paleontología, apropiándose de los resultados de la
etología y la ecología, se alimenta de estas para extrapolar y generalizar conclusiones sobre
comportamientos de las especies animales al comportamiento social humano.
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esencia es que AUSENTA AL OBJETO, x ello, el lenguaje humano puede nombrar la ausencia, es
abstracto.
en los pueblos que observa. Va avanzando en la comprensión del respeto por lo diferente.
La cultura empieza a ser concebida como “el estilo de vida de un pueblo” (Geertz)
La cultura reflejaba lo característico de cada pueblo, su identidad. Ya a finales del s. XVIII, Herder
planteaba la diversidad de las culturas partiendo de la multiplicidad de las lenguas; pretendía
expresar las peculiaridades y la idiosincrasia de cada pueblo en oposición a la idea de
universalismo de los franceses, propia del espíritu de las Luces. Sostenía que cada pueblo tenía
derecho a su diversidad, a su orgullo, a su espíritu particular. Fue en cierto sentido un precursor del
relativismo cultural.
La definición más aceptada por la antropología del s. XIX es la que propone Tylor, “cultura o
civilización, tomadas en su sentido etnológico más extenso, es todo complejo que comprende las
creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y otras capacidades o hábitos adquiridos
por el hombre en tanto miembro de una sociedad.” La noción de cultura tendía a designar a esas
sociedades, considerándolas un todo complejo, incluyendo sus múltiples particularidades.
Con los avances tecnológicos de la primera mitad del siglo XX, desarrollo de los medios masivos
de comunicación, las dos guerras mundiales, intento de urbanización; influyo en el campo de la
antropología a extender el ámbito de aplicación de sus estudios hacia la propia sociedad,
superando su dedicación exclusiva al estudio de sociedades sencillas.
Concepto “cultura” influyó los estudios sobre el lenguaje durante el siglo XX, tanto el desarrollo de
la lingüística. Adquirieron los temas relacionados con la cultura en el pensamiento marxista.
El concepto cultura fue modificando su alcance: paso gradualmente de designar a la totalidad de
una sociedad, lejana y exótica, a referirse a un nivel acotado en el análisis de las sociedades
complejas, pasadas o presentes.
Signos, lengua y cultura:
Los antropólogos comenzaron tempranamente a tomas conciencia de que el contacto con los
europeos contribuía a la deformación o la desaparición de las culturas que estudiaban. Muchos
antropólogos se ocuparon de registrar, coleccionar y tratar de resguardar esos variados rasgos y,
sobre todo, los lenguajes, frente a la creciente amenaza de contaminación y eventual desaparición.
Porque cada lengua es un tesoro, una producción original e irrepetible elaborada por un pueblo
en sus prácticas hablantes a los largo de la historia.
El lenguaje es el nivel más conveniente y accesible para abordar el estudio de la cultura (Sapir
planteaba que la lengua era la base principal de la cultura). A partir de la perspectiva de la cual
Margulis propone definir y abordar la cultura, cuyo centro son los sistemas simbólicos, los signos y
la significación, la LENGUA se nos presenta como un sistema de signos que da cuenta de los
demás sistemas que componen una cultura. La noción de cultura que se ha ido elaborando en el
siglo XIX y XX ha tendido a ser descriptiva: sobre todo un inventario de rasgos, una colección de
normas, costumbres e instituciones. A partir del gran interés por la cultura manifestado en el siglo
XX, las definiciones se fueron hacia el plano de las significaciones.
“El concepto de cultura es un CONCEPTO SEMIÓTICO. Max Weber creía que el hombre es un
animal inserto en tramas de significación que el mismo ha tejido, no es una ciencia experimental
sino una ciencia interpretativa en busca de significados. Lo que se busca es la explicación
interpretando expresiones sociales que son enigmáticas en su superficie.” (Geertz)
Otra definición en esta línea semiótica es la que define Néstor Canclini: “Se puede afirmar que la
cultura abarca el conjunto de los procesos sociales de significación; la cultura abarca el conjunto de
los procesos sociales de producción, circulación y consumo de la significación en la vida social”.
Una característica principal del ser humano: el hombre se relaciona con el mundo a través de
signos, es su modo de vinculación con los objetos materiales e inmateriales, con los problemas y
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con los saberes, con lo que siente y percibe. El signo es un mediador entre el hombre mismo y los
procesos materiales o inmateriales que presenta la existencia. El hombre ha desarrollado esa
capacidad de significar. Sobre esa base el hombre se relaciona con otros hombres, se relaciona
con el mundo y articula los procesos de comunicación.
Lo que solemos llamar “realidad” (el mundo que nos rodeas, sus acontecimientos y también nuestro
mundo interno, la captamos y procesamos por medio de esos signos. Los signos son elaborados
social y culturalmente, son producidos por un grupo humano en su interacción recíproca a lo largo
del tiempo; las palabras son construidas históricamente por hombre y mujeres en su vida social:
agrupan hechos del mundo externo o interno, objetos, ideas, etc. Somos poseedores de signos y
esos signos nos orientan frente al mundo.
Los SIGNOS LINGÜÍSTICOS son una CONSTRUCCIÓN HUMANA. Cada signo lingüístico
constituye una forma posible de agrupar objetos, una clasificación de algo existente (en el mundo
concreto o en la fantasía), implica una manera de construir la realidad y de experimentar el mundo
social, físico, afectivo o imaginario. Lo que llamamos “realidad” está en gran medida determinado
por los signos con los cuales la apresamos y nos comunicamos. La realidad en nuestra vida
cotidiana depende de los modos de percibir, significar y clasificar característicos de nuestra cultura
que se manifiestan en los signos y sentidos que son construidos por la interacción humana en el
devenir de la vida social.
El concepto CULTURA que empleamos esta en el plano los SIGNOS, en esta habilidad
especial del ser humano que le permite significar, manejarse con signos, reemplazar en la
comunicación o en el pensamiento el mundo material o social al que pertenece, y los
objetos que lo integran, por signos compartidos, inteligibles y comunicables.
Cultura y naturaleza:
Frente a la noción de naturaleza, simplificadora y ocultadora de las diferencias, se desarrolla la
noción de cultura que apunta a poner de manifiesto lo realizado por el hombre, y sobre todo, la gran
diversidad que se puede observar en las sociedades humanas. El hombre nace en un mundo ya
modificado por su presencia y él, en tanto colectivo, es el productor de los sistemas de signos por
cuyo medio se relaciona, comunica y percibe.
Cada lengua connota las formas de vivir, de apreciar, de percibir, gustar, juzgar, de relacionarse
con el mundo y de resolver los problemas de existencia.
El lenguaje se presenta como el aspecto más accesible para abordar el estudio de una cultura. La
lengua es un sistema que contiene y remite a otros sistemas. Perder un idioma es perder también
un tesoro de saberes y de maneras de entender el mundo que contiene la cultura que generó ese
idioma.
Nada es natural en el comportamiento humano: las formas de responder a las necesidades han
sido procesadas por cada cultura, incluyendo las más básicas como el hambre, la necesidad de
abrigo, el afecto. No existe el hombre natural. El hombre es producto de una cultura que los
integrantes de una sociedad van construyendo y transmitiendo de generación en generación,
socializando continuamente a nuevos individuos que reciben e incorporan la herencia cultural. La
cultura es producción de los hombres y las mujeres en su vida social y en constante cambio.
Cada grupo humano ELABORA formas de comunicarse, de defenderse, formas familiares, formas
de gobernarse, de sentir, de percibir, de distribuir los bienes económicos. Hay que sospechar
entonces de toda apelación a la naturaleza: suele ser un indicador de la ideologización del
discurso!!!
También en la constitución del plano corporal y biológico del hombre interviene la cultura. El
hombre que conocemos es social, nace como un ser incompleto en el interior de una sociedad y se
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completa con la cultura. Empieza a ser hombre cuando aprende los códigos de su cultura, desde
que nace va incorporando los programas culturales compuestos de signos, de múltiples sistemas
de signos. Cuando lo hace a través del aprendizaje, puede convertirse en miembro pleno de su
grupo. Todos los grupos humanos tienen cultura, pero ésta se adquiere mediante el
APRENDIZAJE, no la traen consigo al nacer. Ese proceso de incorporación de la cultura es la
suma de los procesos de socialización y aprendizaje necesarios para que pueda ser aceptado
como miembro del grupo al que pertenece.
El hombre desde su equipamiento físico es considerado relativamente indefenso, debe ser capaz
de comunicarse eficientemente con los otros, debe adquirir los saber, es y las destrezas necesarios
para desarrollar su existencia como integrante de un grupo social determinado. La gran capacidad
de aprender que tiene el hombre, su plasticidad: la adquisición de conceptos, la aprehensión y
aplicación de sistemas específicos de significación simbólica.
El hombre actual seria resultante de una interrelación dialéctica, desarrollada a lo largo de miles de
milenios, entre biología y cultura. La cultura no es una adquisición externa del hombre que este
logra una vez completado su proceso evolutivo sino que en el interior de este proceso han
intervenido fenómenos culturales. Geertz dirá: “la cultura más que agregarse por así decirlo, a un
animal terminado, fue un elemento constitutivo central en la producción de ese animal mismo”.
Definición SEMIOTICA de “cultura”:
La cultura implica, sobre todo, capacidad de COMUNICACIÓN. La cultura supone modos
compartidos de significar el mundo que proveen orientaciones hacia la acción, lo que implica que
cuando se comparte la cultura los comportamientos de los demás se tornan inteligibles y
relativamente predecibles. Estos conjuntos de signos que poseemos y compartimos definen lo que
llamamos “realidad”.
Cada sentido, cada palabra que usamos ha sido socialmente construida, tiene una historia y hasta
puede ser producto de pujas y conflictos sociales. Esto alude a un proceso social que Bourdieu
denomina “construcción social del sentido”.
El lenguaje es un instrumento privilegiado para la incorporación de la cultura. Gran parte de los
códigos que poseemos no sabemos que los tenemos, no sabemos que los sabemos, no tomamos
conciencia de su posesión. Pero hemos internalizado los códigos de la cultura y eso hace que
actuemos espontáneamente.
Pertenecer a una cultura y dominar sus códigos aporta competencia cultural que incluye
competencia lingüística. Para entender los mensajes es necesario descifrar correctamente el
contexto. También soy hablado por mi cuerpo.
La interacción con gente que no comparte nuestros códigos, topar con la otredad cultural, nos hace
tomar conciencia de nuestra propia cultura, de su vigencia y alcance y también de sus límites. Al no
compartir todos los códigos se percibe la carencia de lo habitual, la extrañeza. Desde un punto de
vista identitario, la otredad pone de manifiesto las fronteras de la propia cultura. La reacción más
habitual ha sido el rechazo de lo diferente y la exaltación de lo propio.
Se considera que todo SIGNIFICA, que hay una dimensión significativa en todo fenómeno social.
La dimensión significativa se complementa con otras dimensiones: la vida social se nos presenta
“una” pero la analizamos pero la analizamos desde diferentes ángulos.
La cultura se ocupa de la “dimensión significativa” en los fenómenos sociales: en tanto poseedores
de los códigos de esa cultura, sus integrantes tienen la capacidad de “leer” las situaciones sociales
que se les presentan. Pero si bien todo significa, el análisis social no se agota en el plano de la
significación. La cultura es una de las dimensiones desde donde podemos analizar los procesos
sociales.
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El signo es un mediador entre el hombre y el mundo, pero el signo aislado no es nada, para que
signifique, funciones, comunique, tiene que ser parte integrante de un sistema de signos.
Definición de CULTURA:
“La cultura será el conjunto interrelacionado de códigos de la significación, históricamente
constituido, compartidos por un grupo social, que hacen posible, entre otros aspectos, la
comunicación, la interacción y la idenficiacion”(Margulis).
Durante los años ochenta/noventa el interés de la cultura invade los estudios literarios, feministas,
la historia, la sociología, las ciencias política. Es lo que hoy se conoce como “giro cultural”.
Se prefiere entender a la cultura como un conjunto de prácticas simbólicas dispersas y
descentradas, como repertorio simbólico de estrategias de acción.
Transversalidad de la cultura:
La cultura tiene una propiedad, la transversalidad, es ubicua, está en todos lados, resiste a ser
confinada en un sector delimitado de la vida social, porque es una DIMENSIÓN DE TODA LA VIDA
SOCIAL. Un problema que surge es como abordarla a la hora de la investigación científica.
-Se podría abordar a la cultura sectorialmente. Cada uno de los sectores tiende a convertirse en un
universo autónomo, controlado por especialistas y dedicado a la producción de un sistema de
bienes culturales. Cada época y cada sociedad jerarquiza estos sectores.
-Otra manera de abordar el universo de la cultura es el “enfoque dinámico”. Todos y cada uno de
los sectores culturales puede dividirse en cinco procesos que se articulan entre si, aunque pueden
autonomizarse:
La cultura “objetivada” suele ser la más estudiada por ser fácilmente accesible a la documentación
y a la observación etnográfica. En cambio, el estudio de la cultura interiorizada suele ser menos
frecuentado.
Para el estudio de las “formas interiorizadas” disponemos de tres paradigmas principales:
Trabajo práctico N°4 GRAVANO: “La cultura como concepto central de la Antropología”
Sentido amplio y restringido de cultura:
El primero sería definirlo por lo que el hombre crea y produce, un modo de vida o el
conjunto de representaciones y prácticas de todo el grupo humano. Este sentido amplio del
concepto proviene de la definición clásica del antropólogo E. Taylor.
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El sentido más restringido, es el que considera que la cultura está compuesta x ciertas
manifestaciones y comportamientos como las artes plásticas, escritura, literatura, la
educación, música, danza, poesía, cine, espectáculos.
Estos dos sentidos no se distinguen solamente xq el primero abarca todo lo que el hombre hace y
el segundo x ciertos tipos de obras, sino q, el autor dice que forman parte de una misma moneda
ya q todo lo q el hombre hace tiene un carácter significante y conforman la misma matriz histórica.
Esta oposición implica la construcción del hombre como ser histórico, por esto, la historia es
la lucha continua con lo dado, con lo que aparece como naturalizado dentro de las
representaciones del mundo.
La cultura como arena de lucha por los significados (dominación y hegemonía), los
significados o sentidos no son algo dado, en las culturas SIEMPRE se establecen modelos
(de lo que hay que hacer, decir, pensar, etc.). Las funciones de la cultura tienden a la
reproducción, a la actualización, y re-presentación de ciertos valores, ideas y NO de otras.
El mantenimiento o no de los mismos va a depender de quien detente el poder de
establecer esos sentidos o de convencer a los demás que esos sentidos son los que hay
que mantener.
menos. (era un tipo de pensamiento donde los pueblos diferentes veía a la cultura ligada a
los avances y a la imagen de los pueblos europeos como un modelo a seguir).
Este modelo ubica a la pluralidad como subordinadas, degradadas o marginales. Donde
resulta que no solo considere que hay personas, sectores, o pueblos más cultos que otros,
sino que hayan actividades valoradas como propiamente culturales y otras en el campo de
la in-cultura. Este sentido tiene un carácter socio-céntrico y elitista.
Definición operativa de cultura compartida por varias disciplinas: la cultura abarca el conjunto de los
procesos sociales de significación, o sea, el conjunto de procesos sociales de producción,
circulación y consumo de la significación de la vida.
Identidades: camisa y piel:
La cultura no es apenas un conjunto de obras de arte, ni libros, ni la suma de objetos materiales
cargados de signos y símbolos. La cultura se presenta como procesos sociales, y parte de la
dificultad de hablar de ella deriva de que se produce, circula y se consume en la historia social. No
es algo que aparezca siempre de la misma manera. Ya que un mismo objeto puede transformarse
a través de los usos y reapropiaciones sociales, el significado del objeto cambio, se “transformo” al
pasar de un sistema cultural a otro.
Al pensar en los desplazamientos de función y significados de los objetos en tránsito de una cultura
a otra, llegamos a la necesidad de contar con una definición SOCIOSEMIOTICA DE CULTURA:
que abarca el proceso de producción, circulación y consumo de significaciones en la vida social.
Hay cuatro vertientes contemporáneas:
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1. La primer tendencia es la que ve a la cultura como la instancia en la que cada grupo organiza su
identidad. Como se reelabora el sentido interculturalmente. Configuración transversal
2. La cultura es vista como una instancia simbólica de la producción y reproducción de la sociedad.
3.Cultura como una instancia de conformación de consenso y la hegemonía, o sea, de la
configuración de la cultura política. La cultura es la escena en que adquieren sentido los cambios,
la administración del poder.
4. La cultura como dramatización eufemizada de los conflictos sociales, por eso tenemos el teatro,
las artes plásticas, el deporte.
Esta esta relacionada con la conformación del consenso y la hegemonía, porque estmos hablando
de luchas de poder, disimuladas o encubiertas.
Hobsbawm: La mayor parte de las identidades colectivas son más bien camisas y no piel,
ya que son opcionales, no ineludible.
Critica: recordar cuántas veces las conductas racistas ontologizan en la piel as
diferencias identitarias. Hay camisas que no nos van a quedar aunque las queramos
usar por las diversas tallas, pero lo que realmente somos y no vamos a poder
cambiar es nuestra piel, y no siempre vamos a poder elegir la camisa sino lo que
imponen otros (identidades negativas).
Sustantivo o adjetivo:
La definición sociosemiótica de cultura sigue siendo útil para evitar los dualismos entre lo
material/espiritual, entre lo económico/simbólico, entre lo individual/colectivo. Desautoriza la
escisión entre camisa y piel, y por lo tanto las bases ideológicas del racismo.
Pero esta definición, concebida para cada sociedad y con pretensiones de validez universal, no
abarco lo que constituye a cada cultura por su diferencia e interacción con otras. Los procesos de
globalización exigen trascender el alcance nacional o étnico del término a fin de abarcar las
relaciones interculturales.
(Appadurai) prefiere considerar la cultura no como un sustantivo, como si fuera algún tipo de objeto
o cosa, sino como adjetivo. Ya que lo cultural facilita hablar de la cultura como una dimensión que
refiere a diferencias, contrastes y comparaciones, permite pensarla no como una esencia o algo
que porta en sí cada grupo, sino como el subconjunto de diferencias que fueron seleccionadas y
movilizadas con el objetivo de articular las fronteras de la diferencia.
El antropólogo no sería un especialista en una o varias culturas, sino en las estrategias de
diferenciación. El objeto de estudio cambia. En vez de la cultura como sistema de significados
(Geertz), hablaremos de lo cultural como “choque de significados en las fronteras”
Al proponernos estudiar lo cultural, abarcamos el conjunto de procesos a través de los cuales dos o
más grupos representan e intuyen imaginariamente lo social, conciben y gestionan las relaciones
con otros, o sea las diferencias, ordenan su dispersión mediante una limitación que fluctúa entre el
órden que hace posible el funcionamiento de la sociedad, las zonas de disputa (local y global) y los
actores que la abren a lo posible.
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La identidad tiene que ver con la idea que tenemos acerca de quiénes somos y quiénes son los
otros, es decir, con la representación que tenemos de nosotros mismos en relación con los demás.
Implica hacer comparaciones entre las gentes para encontrar semejanzas y diferencias entre las
mismas. La identidad define el actor social.
Se puede hablar de identidades individuales y colectivas. La identidad es uno de los parámetros
cruciales que definen al actor social.
La identidad individual puede definirse como un proceso subjetivo (autorreflexivo) por el que los
sujetos definen su diferencia de otros sujetos (y de su entorno social) mediante la autoasignación
de un repertorio de atributos culturales frecuentemente valorizadas y relativamente estables en el
tiempo. Esa autoidentificación del sujeto debe ser reconocida por los demás sujetos con quienes
interactúa para que exista social y públicamente. La identidad del individuo se forma, se mantiene y
se manifiesta en y por los procesos de interacción y comunicación social. El fenómeno de
reconocimiento es fundamental en la identificación del sujeto. En buena parte – dice Pizzorno –
nuestra identidad es definida por otros, en particular por aquellos que se arrogan el poder de
otorgar reconocimientos “legítimos” desde una posición dominante. Aquí surge la posibilidad de
conflictos entre la imagen que tenemos de nosotros mismos y la imagen que poseen los otros de
nosotros.
El sujeto presenta atributos distintivos, atributos de pertenencia social que implican la identificación
del individuo con diferentes categorías, grupos y colectivos sociales (la clase social, etnicidad,
localidad-región-nación, los grupos de edad y género; compartir los modelos culturales de tipo
simbólico y expresivo), atributos particulares que hace referencia a la ideología del sujeto, su
estilo de vida, por el conjunto de objetos que se poseen.
Identidades colectivas:
Ambas formas de identidad, individual y colectiva, son diferentes y semejantes entre sí.
-Se diferencian en que los grupos y otras categorías colectivas carecen de autoconciencia por lo
que debe evitarse su personalización abusiva, la tendencia de atribuirle rasgos que sólo
corresponden al sujeto individual. No constituyen entidades homogéneas y delimitadas Las
identidades colectivas constituyen un acontecimiento contingente producido por un proceso social.
Los grupos se hacen y se deshacen.
-Dentro de las semejanzas, las colectivas tienen también la capacidad de diferenciarse de su
entorno, de definir sus propios límites, de situarse en el interior de un campo y de mantener en el
tiempo el sentido de tal diferencia y delimitación, es decir de tener una duración temporal a través
de los sujetos que la representan o administran invocando una real o supuesta delegación de
poder.
La reflexión contemporánea sobre la identidad incita a considerarla como un sistema de relaciones
y de representaciones, sistemas de acción. La acción colectiva es producto de procesos sociales
múltiples y heterogéneos, y supone actores colectivos dotados de identidad.
Para Melucci la identidad colectiva implica orientaciones para la acción a los fines, los medios y el
campo de la acción, estos elementos son definidos a través de un lenguaje compartido por el grupo
y son incorporados a un conjunto determinado de rituales, prácticas y artefactos culturales. Hay un
involucramiento emocional, lo que los hace sentirse parte de la comunidad.
La formación de las identidades individuales mediante el mecanismo de interpelación, que opera a
través de símbolos e imágenes de nuestro entorno que nos invitan a reconocernos en ellos y a
identificarnos con el grupo que designan. Goffman plantea que la identidad se forma y se desarrolla
representando en forma irrefutable determinados roles en conformidad con las expectativas
sociales.
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La cultura entendida por este enfoque sociosemiótico son esquemas de percepción y se hacen
cuerpo los significados que implican valoración y cognición. Me permiten ver modelos del mundo,
pero a medida que yo lo entiendo lo valoro. Por eso es tan difícil sacar los prejuicios, porque ese
algo lo hemos aprendido con un sesgo valorativo. Son modelos para la acción, la acción social
siempre es una acción orientada por significados, por más espontaneas que nos parezca la acción.
Este concepto me permite pensar que también se genera una lucha de significados y no solo en el
ámbito politico-economico dice Gravano. La disputa por quien tiene el poder de hacer valer su
mirada del mundo como la verdad, una disputa por imponer la realidad. Porque lo que se genera en
el campo de las representaciones sociales
Cambia la cultura, sí, porque hay luchas internas por definir significados y además por estar
condicionada a otras esferas de la sociedad. Y porque a su interior contiene el motor del cambio
dice Segato, la disidencia interna, la discusión al interior.
La ley es un conjunto de significados que tiene el respaldo estatal para hacerse cumplir, es el
discurso legitimado y llega un cambio porque al interior del conjunto de significados existía un
grupo excluido que busca la inclusión.
La cultura me permite actuar sobre el mundo y tiene un aspecto comunicativo, volver inteligible,
entendible mis conductas y la de los otros. Existe una polisemia en la vida social.
Tiene una función a la hora de construir identidades, por eso Canclini que la cultura así entendida
permite hacer distintos tipos de investigación, como a partir de la cultura se refuerzan discursos de
dominación y hegemonía. Como a través de la cultura se construye resistencia, se construyen las
identidades individuales y colectivas.
Gimenez dice que la cultura existe de manera subjetiva en cada uno de los miembros, internalizada
por el proceso de endoculturación y de manera objetiva en todo lo visible, en prácticas, en objetos.
Herramientas sea la entrevista y la observación de lo que se hace. Se puede reproducir lo que
debe ser impuesto por las clases dominantes y en la práctica hacer la resistencia, otras cosas. A
partir del campo de las prácticas se modifican los sentidos. Desde este universo de significados
compartidos es de donde se sacan los elementos para construcción de identidades.
Como aquellos significados y sentidos que el grupo y el sujeto escoja a la hora de describir su yo o
su nosotros frente a otro, pero además si la cultura así entendida se la piensa como un campo de
lucha, necesariamente la identidad forma parte del campo de lucha.
Lo que plantea Gimenez sobre la modernidad y la postmodernidad, lo que interesa rebatir es que
las identidades fluyen tanto y casi no se puede hablar de identidad.
En el sujeto hay una sola identidad mulitidimensional que trata de mantener mas o menos integrada
y unificada frente a los cambios de su entorno.
Vemos que cambian las características con las que el sujeto se describe, Barth dice que lo que en
realidad persiste es la frontera, es decir, la distinción de un nosotros frente a otro. Mi identidad
frente a la de los otros.
Pensar la identidad desde un enfoque relacional, es un proceso de identificación, y que se
construye a partir de una distinción. La construcción que el propio grupo hace de sí mismo es la
autoidentificación, y la que los otros hacen de nosotros es la heteroidentificación. Como se
construyen las fronteras? Lo que olvida Barth es la desigualdad, esa relación no es simétrica, no es
una negociación. Se olvida de las relaciones de poder.
El que domina, nomina dice Chiriguini. Por eso Gravano dice que el sentido antropológico (socio
semiótico) de la cultura es un campo de lucha. Los procesos de identidad también son procesos de
luchas, porque tiene un correlato material, el cual genera disputas.
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A través de la hegemonía, logro un consenso sobre ver el mundo que los excluye, porque se
domina por medio de los significados. La mejor manera de lograr la hegemonía es poner la mirada,
el discurso particular de cierto grupo como un universal. Si digo que mi manera de considerar el
mundo no es mi manera de considerarlo, sino es el universal no hay discusión.
Chiriguini muestra el enfoque subjetivista, identidades individuales, depende de las elecciones de
cada persona y va de la mano con lo planteado por la postmodernidad. Todo fluido, líquido y cada
uno elige lo quiere para su identidad. El texto de Giménez dice que en realidad lo que se plantea
como especifico en la postmodernidad, no es nuevo, pero si algunas tendencias son reforzadas y
no hay alguna ruptura tan grande.
Es posible encontrase lo bastante adaptado al sistema escolar como para encontrase aislado del
medio de trabajo, sin estarlo lo suficiente como para lograr encontrar trabajo por medio de los
títulos académicos. Uno puede ser muy desdichado dentro del sistema escolar, sentirse extraño
dentro de él, y participar de todas formas de esa especie de subcultura escolar; y por otro lado
tener una especie de sentimiento de desasosiego, de desesperación ante el trabajo.
Para que las clases populares pudieran descubrir que el sistema escolar funciona como
instrumento de reproducción, era necesario que pasaron por él. Podían creer que la escuela era
liberadora. Actualmente en las clases populares, tanto entre los adultos como entre los
adolescentes, se está descubriendo que aún no ha encontrado su lenguaje, de que el sistema
escolar es un vehículo de privilegios.
Es útil distinguir entre familia y unidad doméstica: para poder examinar las relaciones
que se dan entre ellas. Distinguirlas nos permite tomar las relaciones de parentesco de
forma más dinámica y desnaturalizar a la familia como algo estático y natural. Rayna Rapp
dice que actualmente las personas vivimos en unidades domésticas (no en “familias”), en
donde sus integrantes comparten un techo, donde la composición de sus miembros cambia,
mancomunan los recursos económicos, reparten tareas, etc. El significado de familia es
más resbaladizo, puede tener dos niveles de significado: uno normativo (marido-esposa-
hijos, conjunto de parientes que deben vivir juntos), y x otro lado incluye una red de
parentesco más extensa que la gente elige selectivamente.
El matrimonio opera como discurso para devaluar otras formas de relaciones porque
es un concepto que opera desde lo patriarcal, por ello devalúa y niega otras formas de
relaciones en las que los hombres están ausentes u ocupan un lugar secundario, como
sucede por ejemplo en las sociedades matrifocales (donde al hombre se le asigna un lugar
importante de poder y se lo considera como una figura fundamental).
La autora entiende como identidad colectiva a las identificaciones con determinados grupos
sociales o colectivos, etnias, clases sociales o nación; incluyendo a las identificaciones
relacionadas con movimientos sociales como de género, de raza, religiosos o políticos. Implica la
pertenencia a algo y la diferencia con un algo que no somos, el reconocimiento de esta diferencia
se lo denomina alteridad.
La NATURALIZACION (mirada esencialista) del sentido que los sujetos le otorgan a las edades/
grados de edades (infancia, juventud, adultez y vejez), las expectativas sobre las mismas, las
prácticas que se suponen que corresponden y los estereotipos que se generan en base a la edad
son parte de lo que se nombra como el procesamiento sociocultural de las edades. La lectura
naturalista permite siempre postular la noción como de aplicación universal: La adolescencia
existiría en todas las partes y del mismo modo, no tiene en cuenta la conceptualización de la
sociedad.
Por ejemplo: hay jóvenes que tienen que trabajar a pesar de que no es una edad considerada para
es, hay jóvenes que ya son padres aunque no es una edad considerada para serlo.
Feixa explicaba que para que exista la juventud deben existir condiciones sociales (normas,
comportamientos e instituciones que identifiquen a los jóvenes de otros grupos de edad) y
una serie de imágenes culturales (valores, atributos, ritos asociado a los jóvenes). Ambas
dependen de la estructura social en su conjunto, es decir, de las formas de subsistencia, las
instituciones políticas y los puntos de vista ideológicos que predominan en cada sociedad.
Pierre Bourdieu planteaba que la juventud es una categoría construida mediante lo que el
otro grupo no es, instalando así un límite.
Mario Margulis considera que la juventud tiene usos particulares, sentidos singulares y
efectos concretos.
La juventud no es una categoría definida únicamente por la edad y con límites fijos de carácter
universal, no es algo en sí, si no que se construye en el juego de relaciones sociales. Cada
sociedad, cada cultura, cada época dará su significado y no será único.
La juventud como metáfora del cambio social: el sentido metafórico que cargan los/las
jóvenes, es que la juventud esta siempre en el centro del lugar donde nace lo nuevo. El
acontecer juvenil es considerado como un espacio privilegiado de conflicto socio-cultural.
Esto lo convierte en una “palanca metodológica” para analizar el juego de la
reproducción/transformación de la cultura en perspectiva histórica.
Así mismo la autora aclara que hay dos perspectivas de la juventud como metáfora que son
inconvenientes:
Una es entender a la juventud como portadora del cambio social que solucionara o
empeorara el futuro. No hay que pensarla como futuro posible sino como presente
La segunda es que no es posible explicar el cambio social exclusivamente como
cambio cultural (culturalismo), ya que se perderían de vista los análisis en términos
de relaciones de dominación políticas y económicas, como tampoco se pude dejar
de lado la constitución de la subjetividad.
Jóvenes con capacidad de agencia: es entender la manera en que los jóvenes producen
y negocian las formas culturales, la manera en que las micro-culturas juveniles influencian
también sobre la cultura hegemónica y en las culturas parentales.
Concepto de FAMILIA:
Es una estructura vincular compleja, articulada al sistema de parentesco, abierta a intercambios
con su entorno de pertenencia y atravesada por mitos, creencias y significaciones socialmente
construidas. Su heterogeneidad actual, hace que se más correcto hablar de “las” flia.
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Suele definirse la intersexualidad como un conjunto de síndromes que producen cuerpos sexuados
marcados por la “ambigüedad genital”. Esta definición funciona habitualmente porque remite a
quien la recibe a una suerte de fondo cultural común, en el que mitos, historias, secretos familiares,
noticias, etc. se combinan para crear seres sexualmente “indefinidos”, “deformados”,
“malformados”, “con los dos sexos” o ”ambiguos”. Esa definición no solo describe, sino que también
produce efectos muy específicos.
Efectos: la tranquilidad de quieres se saben, o creen saberse, hombres o mujeres. La existencia de
esos seres “ambiguos” pareciera venir a confirmar que hombres y mujeres encarnan versiones
apropiadas a la diferencia sexual, mientras que cualquier variación respecto de esa diferencia ha
de arrojar a quien la encarna por fuera, hacia la ambigüedad antigua de los monstruos o la
ambigüedad moderna de los enfermos. Otro efecto el confinamiento de la intersexualidad en límites
estrechos de la medicina. Al definir la intersexualidad como una cuestión médica, se considera que
solo la medicina puede pronunciarse y resolver, como que solo a ellos les pertenece y a nadie más
le incumbe. Estos efectos producen un tercero, el empobrecimiento generalizado de las
experiencias del imaginar, del desear, del coger, del nombrar, del registrar la crueldad e intervenir
críticamente para detenerla. Esa definición limita las oportunidades y las experiencias del celebrar.
No es algo que les pasa, la intersexualidad es algo que nos pasa. Cada vez que se asume que los
genitales normales hacen a la felicidad, cada vez que se cree que esa “normalidad” debe pagarse a
cualquier precio… la intersexualidad nos pasa.
No se trata de la inmutabilidad de la carne o en la de las instituciones que la regulan. Se trata de un
destino que se actualiza con cada nacimiento, con cada diagnóstico, con cada padre, madre.
Desde mediados del s. XX vivimos en una cultura que identifica de manera normativa nuestra
identidad con nuestros genitales. Esta identificación no solo importa a la hora de ser asignados a
uno u otro sexo al nacer, sino también para proyectar la que será nuestra vida futura en ese sexo.
Este paradigma identitario, tan naturalizado se nos ha vuelto carne, el único modo posible de crecer
para convertirnos en hombres o mujeres felices es contar con genitales que se corresponden con el
sexo que nos fue asignados, la heterosexualidad, es la medida normativa de esa felicidad.
Existen variaciones corporales que no representan riesgo alguno para la salud de quienes las
encarnan, pero se consideran que sí representan un peligro para su felicidad como hombres o
mujeres; comprometiendo su presente y su futuro como hombres y mujeres. Los protocolos
establecen que quienes nacen con estas variaciones corporales deben ser normalizados por vía
quirúrgica en la primera infancia. Esas cirugías suelen desaparecer de la historia personal de
quienes las sufrieron, dejando tras de sí cicatrices que sellan la promesa de una femineidad o una
masculinidad sin fallas.
La mayoría de las personas que nacen con cuerpos que varían del promedio corporal masculino o
femenino son sometidas a cirugías de “normalización” genital durante los primeros meses o años
de sus vidas, sin su consentimiento. Son denunciadas como formas occidentales de mutilación
genital.
Las luchas LGBTI (comunidades y movimientos de la diversidad sexual) abordan críticamente la
intersexualidad. También están quienes la consideran una cuestión de género, atendiendo al modo
en el que el tratamiento médico de niñes intersex refuerza estereotipos de la feminidad y
masculinidad. Otros enfocan el abordaje de la cuestión desde el marcos de los Derechos del Niño,
y quienes lo hacen desde la perspectiva de la autonomía de les pacientes. Hay quienes consideran
la intersexualidad como una forma de discapacidad culturalmente producida. Hay quienes en lugar
de hablar de intersexualidad prefieren hablar de trastornos de la diferenciación sexual, centrando
su crítica en los modos habituales en los que la medicina occidental trata a quienes los padecen.
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La intersexualidad atañe al marco de los derechos sexuales, asumir esta posición implica asumir
sus propios desafíos:
Abrirnos a la experiencia de la diversidad corporal sin la necesidad de medicalizar su
ocurrencia –cuestionando la versión autorizada de la humanidad sexuada.
Considerar a niñes y jóvenes como sujetos plenos de los derechos sexuales –aceptando
que ser sujeto de su ejercicio requiere ser sujeto de su proposición.
Abrazar políticas capaces de encontrar fundamentos distintos al sufrimiento individual o
colectivo –imaginar horizontes transformadores.
Disolver las relaciones necesarias entre cuerpo e identidad –trabajar sobre la
intersexualidad sin transformarla ni en un estado corporal objetivo ni en una etiqueta
identitaria.
Reconocer que incluso aquellos a quienes criticamos en nuestro trabajo viven en la misma
cultura que nosotros –necesidad de hacer posible una cultura distinta.
Admitir que la diversidad es incompatible con el pensamiento único –reconocer que nuestra
propia manera de abordar la intersexualidad no es la única.
Creer que la sexualidad excede siempre en el marco de sus derechos.
Luciana Lavigne
Ha sido la ciencia médica, a partir de procesos históricos de medicalización, la disciplina que ha
creado discursos hegemónicos sobre la intersexualidad, produciendo un corpus de saberes
particulares y de intervenciones especificas desde su perspectiva disciplinar. Con la medicalización
de la intersexualidad, los médicos obtienen el monopolio del conocimiento y tratamiento vinculado
con la disfunción del cuerpo físico. Se entiende por modelo medico hegemónico, al conjunto de
prácticas, saberes y teorías generadas por la medicina científica, que culminaron identificándose
como la única forma de atender la enfermedad, legitimada tanto por criterios científicos como por el
propio Estado. Consideramos la perspectiva de médicos y médicas en tanto actores en ejercicios
de ese poder hegemónico, que regula los cuerpos y construye los problemas que deben ser
considerados como tales.
Retomando el pensamiento de Foucault sobre intersexualidad, su método genealógico posibilito
reconocer el modo en el que el poder fluye socialmente a través de discursos y prácticas,
convirtiendo cierto conocimiento en hegemónico en un momento histórico dado, pero que también
posibilitó reconocer la resistencia a ese dominio. Este poder, que en el abordaje de la
intersexualidad se circunscribió a la institución médica, actualmente está siendo cuestionado por
diferentes grupos sociales y comunidades desde diversos lugares del mundo, siendo el movimiento
intersex uno de los fundamentales promotores de estos cuestionamientos.
Se fueron construyendo discursos e impartiendo prácticas normalizadoras biomédicas sobre esos
llamados “intersex”, involucrándose en estos procesos de intervención un entramado de
concepciones y representaciones acerca del cuerpo, el sexo, el género y la sexualidad. Estas
concepciones y representaciones responden a un marco más amplio que implica el interés del
Estado y del sistema legal por mantener el sistema sexual bipartito que posibilita determinadas
existencias clasificadas y catalogadas como normales, excluyendo toda existencia ambigua o no
clasificable en este modelo de sexo binario, que exige desde el nacimiento mismo una identidad
genérica masculina o femenina, definida e inmutable.
La intersexualidad involucra procesos interdependientes de “visibilizacion/invisibilizacion”.
Siguiendo a Bourdieu cabe considerar las representaciones, individuales o colectivas, que hacen
ver y valer ciertas realidades y el intento de transformar las categorías de percepción y apreciación
del mundo social, que tienen lugar en las luchas simbólicas por la percepción de ese mundo. Asi la
invisibilizacion es producto de ciertos mecanismos socioculturales que silencian y omiten a
determinados grupos o cuestiones sociales, en un lugar y momento histórico en particular. Estos
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clases sociales la atención varia o no, el acceso o no a centros de salud y las garantías para el
seguimiento en cada caso.
Existe poco conocimiento y poca reflexión sobre la intersexualidad ya que hay un conocimiento
súper-especializado en las y los profesionales que se forman para atender estos casos, al mismo
tiempo que define que determinados lugares de atención de salud se constituyan como los centros
especializados. Estas condiciones suman al hecho de que la intersexualidad constituye una
problemática “invisibilizada” socioculturalmente sobre la cual existe poco conocimiento y poca
reflexión.
Una de las causas sobre el desconocimiento social de esta problemática es que se cree que son
poco frecuente, un tema raro, no lo consideran un problema de salud pública, más bien un tema
privado y que, por tanto, difícilmente se convierten en cosas públicamente conocidas. Se reconoce
que existen cuestiones que pertenecen al órden de lo “privado”. Una operación de los genitales
constituye un hecho a ser “guardado”. Zonas del cuerpo que puedan ser públicamente más visibles
y nombradas.
Al analizar algunos entramados de las lógicas de las intervenciones contemporáneas, se evidencia
que las intervenciones se vuelven necesarias porque la ambigüedad no tiene representación
identitaria sexual en el marco sociocultural
Reflexiones para seguir visibilizando
Aunque existe un modelo hegemónico, existen también otras voces que expresan la “producción,
apropiación, reelaboración, impugnación y transformación” de las representaciones y prácticas.
Es importante viabilizar otros modos de abordaje, tanto en el ámbito de la biomedicina como en
otros sectores de la sociedad. Los movimientos intersex y de derechos humanos han interpelado y
resquebrajado las concepciones del paradigma dominante.
El dilema pertenece al ámbito de la cultura, más allá de los médicos, que conforman la institución
que, hasta el momento, hegemoniza las decisiones y las intervenciones.
Es la sociedad en su conjunto, con sus construcciones simbólicas (representaciones, discursos y
prácticas) la que se encuentra involucrada. No se trata de situar la problemática de la
intersexualidad únicamente en la órbita de la intervención médica, sino justamente, de producir el
deslizamiento que posibilita desnaturalizar las relaciones sociales de poder existentes en las
lógicas de intervención en estos casos, que responden a los principios fundamentales de la
medicalización y a su vez, involucran representaciones sobre el cuerpo, el sexo, el género y la
sexualidad.
Reconocer críticamente los discursos y prácticas socioculturales que expresan como cada cultura
construye, reproduce, disputa y resignifica las representaciones y los significados posibles.
Así la intersexualidad permite comprender la forma en que las representaciones de la corporeidad
definen los abordajes socioculturales posibles en un momento histórico preciso; como las
representaciones socioculturales disponen las construcciones del conocimiento desde la biología y
la medicina, culturalmente construidas que se modifican a lo largo de la historia. Estas
producciones de conocimiento atravesadas por relaciones de poder, demandas y negociaciones
por las representaciones que se sostendrán como las dominantes y los significados que se
disputan, discuten y trasforman. Es indispensable promover espacios de discusión y trabajo
interdisciplinario.
No es casual la invisibilizacion de la intersexualidad, sino que se sustenta en el propio modo de
atención médica, en los principios del protocolo médico y clasificaciones histórico-culturales de las
identidades sexuales y de regulación de las identidades genéricas..
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Salir de la lógica binaria implica dejar de pensar linealmente y aceptar la posibilidad de que no
existan universales, ni trascendencias, ni identidades fijas, intentar no pensar dicotómicamente, es
un reto cotidiano. Involucrarse con la problemática de la regulación biomédica de la intersexualidad,
implica comprometerse con un proceso de deconstrucción que transforma nuestros propios modos
de conocimiento, buscando la apertura hacia otras formas de significación de los cuerpos e
identidades sexuales.-
Los grupos con más poder son los que imponen su definición de realidad.
Los determinantes de las enfermedades son ante todo de orden político, hay que buscarlos en la
actividad clasificadora de los profesionales de la medicina, de los que tienen más poder. Distintos
procesos históricos y sociales hicieron posible que la medicina moderna alcanzara la jurisdicción
más autorizada para determinar que es una enfermedad. Por eso se les llama a los médicos
empresarios morales.
La profesión médica se encuentra activamente comprometida en la medicalización de la realidad, lo
que se traduce en constante expansión del horizonte medico: cada vez son más las conductas, los
signos y los síntomas que la medicina reclama como objetos de su competencia.
El enfoque del construccionismo, dentro del estudio de los determinantes de la enfermedad, postula
que la creación de las propias categorías y conceptos con los que nos relacionamos con la realidad
están determinados por factores sociales. Que los determinantes “objetivos” de la enfermedad y
sus procedimientos sociales a través de los cuales los nombramos, no son tan fácilmente
distinguibles.
Este enfoque también se nutre de Foucault que demostró que la medicina es una forma de
discurso, de ideas, relaciones sociales e instituciones, que crea sus propios objetos y que cumple
una función disciplinaria para con los cuerpos y los individuos. Determinados padecimientos han
sido “construidos” más que descubiertos. No puede obviarse el papel que juegan las grandes
empresas farmacéuticas en la invención de nuevas enfermedades.
Foucault sugirió una teoría de cinco pasos para describir el proceso de construcción social de
diversas enfermedades:
Identificación de una conducta como desviada
Propuesta de un diagnóstico para la misma
Actividad de grupos en la cual padres, maestros y agencias de gobierno se convencen de la
necesidad de medicalizar un problema determinado
Aprobación de leyes que autorizan el derecho a medicalizar el problema
Institucionalización do creación de instituciones para enfrentar el problema e inscripción del
nombre de la nueva enfermedad en los manuales correspondientes.
Es interesante revisar los cambios de las distintas clasificaciones internacionales de las
enfermedades y ver como se anotan y se eliminan otras. Recién en 1990 la OMS desclasifico a la
homosexualidad como enfermedad.
3º. Tercera aproximación: estudio sociológico-reflexivo de los determinantes de la
enfermedad (para criticar al objeto)
El enfoque del construccionismo social nos permite identificar e intervenir que los determinantes no
solo son objetos de lucha, sino que además nos brinda herramientas para identificar a los
principales actores de esas luchas; nos permite historizar la verdad, localizarnos a nosotros mismos
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dentro del campo que está siendo estudiado. Si el objeto de estudio son los determinantes de la
enfermedad, y si las categorías médicas que dan cuenta de esos determinantes están a su vez
determinadas por la dinámicas de las luchas de poder relativas al campo médico, no habría razón
para suponer que las variedades de la experiencia sociológica, esto es, que el desarrollo de los
marcos teóricos que nos permiten distinguir la primera y la segunda aproximación al objeto que
hemos ensayado, no está también sujeto a determinaciones específicas.
Se trata de un enfoque reflexivo. Habría que explorar que papel han jugado las ciencias sociales en
los procesos de clasificación y desclasificación de los diversos determinantes de la enfermedad.
Pensar los determinantes sociales de la enfermedad en el marco de la relación de subordinación
que las ciencias sociales han mantenido con las ciencias biomédicas, en los espacios políticos y
académicos.
El estudio de los determinantes de la salud y enfermedad interesa a una epidemiologia
sociocultural porque a través del análisis detallado en todos los niveles de realidad que tocan
(desde lo macro hasta las construcciones simbólicas microsociales), es posible reconstruir el mapa
general de las relaciones sociales. Se llega a un mayor entendimiento de los grupo sociales, su
articulación en torno a la estructura de poder y su papel en la construcción de representaciones
ideológicas que tensionan al orden social mismo; y no solo por el esclarecimiento que se logra
sobre los procesos de morbimortalidad en si mismo-
Los tres ámbitos de la psiquiatría cultural han sido los estudios comparativos de los
trastornos psiquiátricos y las terapias tradicionales; los esfuerzos en responder las
necesidades de poblaciones culturales diversas como los indígenas, los inmigrantes y los
refugiados; y el estudio etnográfico de la propia psiquiatría.
La cultura como eje explicativo de la psicopatología y de su tratamiento. El termino psiquiatría
cultural como categoría comprehensiva que incluya las diferentes investigaciones y teorías sobre
las relaciones entre la cultura, la terapia y los trastornos mentales.
La psiquiatría cultural ha crecido en los diferentes niveles apuntados. La postergada validación
cultural del DSM-IV (Manual Diagnostico y Estadístico de los trastornos mentales de la Asociación
Americana de Psiquiatría) es un buen ejemplo.
Los enfermos mentales no son islas psicopatológicas carentes de contexto. Es tan incompleta una
psiquiatría que no valore el contexto, como una psiquiatría que no dé cuenta de los procesos
psíquicos y/o biológicos.
La teoría o el descubrimiento de la cultura profesional:
La psiquiatría como conjunto de saberes y de prácticas, es también un sistema cultural. Es lo que
podemos llamar el “descubrimiento de la cultura profesional”. Que había quedado invisibilizada por
una fuerte demarcación entre ciencia y cultura, entre sujeto y objeto de estudio, entre profesional y
paciente.
La psiquiatría cultural ha introducido la idea que las nosologías psiquiátricas (conjunto de trastornos
mentales) son tentativas de otorgar nombres a los fenómenos psicopatológicos, pero también
categorías dependientes de los contextos históricos-culturales en donde han sido creadas.
La concepción baconiana del lenguaje ha estado presente en los paradigmas hegemónicos de la
psiquiatría, especialmente en la corriente llamada neokraepelinismo (corriente norteamericana
interesada por la obra de Kraepelin; se interesó por la observación, investigación biológica y la clasificación
científica de los trastornos mentales) y del positivismo. El DSM se parte de la ilusión de una
clasificación ateórica, asocial y acultural de los trastornos mentales. Desde la psiquiatría cultural se
entiende que esos manuales son el resultado de epistemologías naturalistas de los trastornos
mentales y concretamente del uso de analogías botánicas.
El uso de las categorías psiquiátricas como realidades más que como representaciones es una
“falacia categorial” cuando exportamos nosologías y criterios diagnósticos a contextos culturales en
donde estos no adquieren coherencia ni sentido, o adoptan otras coherencias y otros sentidos. Una
de las consecuencias de la “falacia categorial”, es la tendencia a forzar la universalidad de criterios
diagnósticos, cuando se podría partir de la diversidad de síntomas y cuadros clínicos. Otra es la
confusión que se establece entre validez y fiabilidad, es decir, el grado de consenso y
reproductibilidad de los juicios diagnósticos, es utilizada como criterio encubierto para validar las
nosologías.
La crítica que puede realizarse a los presupuestos del neokraepelinismo –y al determinismo
biológico- no es precisamente su exceso de cientificidad, sino su falta de ella a la hora de abordar
una complejidad que no puede reducirse a determinaciones genéticas y a la ilusión de un mundo y
unas taxonomías estables. El contexto social, cultural y económico-político de la aflicción es una
realidad que está ahí, como los cromosomas y los neurotransmisores, mostrándose necesario para
distinguir correctamente un caso de un no caso.
Desde los trabajos institucionales clásicos sobre modelo manicomial, sabemos que las instituciones
generan dinámicas de control social que no siempre responden al ideal terapéutico. El estudio de
las interacciones sociales producidas en los centros de salud mental informan acerca del peso de
los intereses corporativos de los diferentes profesionales, de las estrategias de los pacientes y
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familiares , de las disensiones entre los discursos teóricos y las prácticas y de la construcción
cultural de la realidad clínica. Los profesionales se convierten en éste tipo de investigaciones en
objeto de estudio, por lo tanto en sujetos culturales del mismo orden que los pacientes y familiares.
La etnografía se convierte en este punto en un instrumento reflexivo para repensar la “cultura de la
psiquiatría” y sus múltiples acomodaciones.
La investigación comparativa o el problema de la variabilidad:
Hay tres ámbitos que se tienen en cuenta en las investigaciones comparativas:
1-La cuestión de la diversidad sintomatológica: ya Kraepelin (1909) señaló la presencia de
distintas expresiones de los trastornos mentales en las culturas no occidentales.
Uno de los grandes problemas de las investigaciones comparativas es su tendencia a esquematizar
constituyendo grandes bloques como “culturas occidentales” y “culturas no occidentales”, o “países
desarrollados” y “países en desarrollo”, que no son útiles para abordar las diferencias intrínsecas a
cada uno de estos bloques y a cada uno de los contextos nacionales analizados.
Otra de las limitaciones es la falta de investigaciones que incluyan síntomas ajenos a los criterios
diagnósticos preestablecidos.
La solución más frecuente al problema de la variabilidad ha sido aplicar el modelo
patogenia/patoplasia; se utiliza para distinguir entre el núcleo patogénico duro (patogenia) y las
condiciones circunstanciales que impone la precedencia étnica, las formas de vida y la biografía del
paciente (patoplasia). Una de las carencias de éste modelo es que no permite contextualizar
adecuadamente. En la medida que lo patoplastico es del orden de lo anecdótico, no es un
determinante para definir si una manifestación es del orden psicótico o consecuencia de una
costumbre de un grupo cultural.
Con el modelo patogenia/patoplasia se intenta confirmar la “universalidad” de los criterios
diagnósticos a costa de reducir la importancia del factor local. El factor cultural desborda el plano
sintomatológico para afectar otras variables clínicas como el pronóstico.
2-Las investigaciones transculturales: informan de un mejor pronóstico de la esquizofrenia en
los países en vías de desarrollo (PVD) comparado con países desarrollados (PD). A través de
trabajos comparativos se había planteado que el pronóstico dependía de la respuesta social.
La hipótesis sociocultural generó un gran campo de investigación, hoy se puede hablar de cuatro
líneas de estudio, que no son excluyentes entre sí:
El papel del trabajo y de las variables económicas y policías, en los PD se convierte en
obstáculo la reinserción social de los pacientes
El impacto de las concepciones culturales, las ideas persona, de entender la enfermedad,
las expectativas de curación o cronicidad son factores importantes para el pronóstico.
Impacto de la familia a partir de variables como la “expresión expresada” (EE). Son las
actitudes emocionales de los familiares con respecto al paciente. A mayor hostilidad se
producen más recaídas.
Estudios sobre el impacto del tamaño y morfología de las redes sociales, las redes
caracterizadas por una alta densidad, parecen tener un efecto protector en cuanto a las
recaídas en los contextos culturales con baja estigmatización.
3- Problemas en la traducción y adaptación cultural de los instrumentos diagnósticos y
epidemiológicos: desde la epidemiologia se cree que una simple traducción lingüística es
suficiente, pero el problema es que cada cultura muestra patrones diferentes de expresión de la
aflicción y de la enfermedad. La cultura no es solo un esquema cognitivo de representaciones,
símbolos y formas de pensar, sino también un sistema que modela la experiencia y emocionalidad
humana!!!
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La enfermedad: Es una construcción social y cultural porque las enfermedades son juicios
que los seres humanos emiten en relación con condiciones que existen en el mundo natural;
son esencialmente construcciones sociales, construcciones hipotéticas creadas por
nosotros mismos; y como son juicios sociales son juicios negativos.
En los
supuesta existencia de alguna norma de buen funcionamiento que sirva como
enfermos
patrón de medida. El estado de enfermedad puede ser reconocido x el médico. Al mentales no
ocuparse solamente de los estados orgánicos, delimitan su concepto de concuerda
enfermedad al MORBO. Algunos escinden los conceptos: Mientras que esa
el patólogo examina el morbo, el médico ve solamente los signos y síntomas de definición.
la enfermedad y deduce el morbo. Esto permite que haya enfermedades sin
morbo, y morbo sin enfermedad.
Si bien estos enfoques tienen cierta utilidad y validez en los contextos en los que se los
emplea, el autor menciona un tercer concepto y dice que la enfermedad y los morbos son
CONSTRUCCIONES SOCIALES, que existen en tanto una cultura lo defina y reconozca de
dicha manera.
Si reconoce que infecciones, rupturas de tejidos, alteraciones cromosómicas, etc., pero todo
esto no es enfermedad en el acto. Hay una significación social para que se constituyan en
enfermedad y morbo. Utilizamos los fenómenos biofisiologicos como base para etiquetar.
Las enfermedades al ser juicios sociales (construcciones), son juicios negativos, se la
considera indeseable y se le añade al estado biofiologico, un estado social, al asignarse el
significado de enfermedad al morbo (con el diagnostico, la palabra del médico, cambia todo
el comportamiento del ser)
Relación entre enfermedad y anormalidad: Talcott Parsons en sus escritos del “rol del
enfermo” dice que tanto la criminalidad y la enfermedad son comportamientos anormales,
se violan normas sociales y médicas respectivamente, rompen con la vida social aunque
tengan distintas causas.
La anormalidad que aparece como intencionada es DELITO
Cuando aparece como no intencionada es ENFERMEDAD
Al criminal se lo castiga para alterar sus motivaciones y a la persona enferma se la trata con el fin
de alterar las condiciones que impiden su convencionalismo.
Existe para los enfermos lo que llama “rol del enfermo”, culturalmente disponible. Sirve para
legitimar condicionalmente la anormalidad de la enfermedad y encauzar al enfermo a la sociedad o
grupo. Tiene cuatro componentes:
- Se le exime de responsabilidades
Georgina Cabello 75
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En éste rol está implícita la idea de la medicina como INSTITUCION DE CONTROL SOCIAL. El
medico (agente de control social) como legitimador del rol del enfermo y como curador que vuelve
a reinsertar a los enfermos en sus roles sociales.
Medicalización de la anormalidad: antes de que pueda medicalizarse la “anormalidad”, el
comportamiento debe ser definido y reconocido como anormal, es necesario que sea visto
como un problema para algunos miembros de la sociedad, y los que lo definen tienen el
poder para hacer efectivas sus definiciones.
La medicalización tiene lugar cuando las formas tradicionales o previas de control social dejan de
ser eficientes o aceptables. Para medicalizar la anormalidad es necesaria disponer de alguna forma
médica de control social, otro factor necesario, es la existencia de algunos datos orgánicos
ambiguos sobre la fuente del problema; antes de que algo pueda medicalizarse, es esencial que la
clase médica acepte que tal comportamiento anormal entra en su jurisdicción. Para medicalizar la
anormalidad es necesario disponer de alguna forma médica de control social. En nuestra sociedad
es más aceptable el tratamiento que el castigo.
A lo largo de la historia hubo grandes transformaciones de la definición de anormalidad. De
religioso a moral, a estatal, a médico-científico.
Durkheim dijo que a medida que las sociedades pasan de ser más sencillas a más complejas, las
sanciones a la anormalidad cambian:
De represivas a sustitutivas del castigo se pasa al tratamiento o rehabilitación. Con el cambio de
la sanción va cambiando también el agente de control social
Instituciones sociales:
-Religión: Por confesión o excomulgación.
-Salud pública: Psiquiatría
-Medicina: Visión científica.
A medida que el tratamiento le va ganando terreno al castigo como sanción preferida de la
anormalidad, hay una proporción mayor de comportamientos que se CONCEPTUALIZAN como
enfermedad. La salud pública y la psiquiatría se han ocupado del comportamiento social, es muy
significativa la esfera que abarcan. Gran parte de la “anormalidad” que antes se consideraba como
maldad ahora se considera como “enfermedad”.
Cambia también la responsabilidad que se le imputa a la anormalidad, en el caso de la maldad, al
anormal se lo consideraba responsable del comportamiento; con la enfermedad no sucede lo
mismo (respuesta terapéutica en vez de punitiva)
Des-medicalización: básicamente, el concepto de des-medicalización, establece que algo
que antes se considera enfermedad, con el correr del tiempo se dejó de considerar de esa
manera. Un ejemplo concreto es la homosexualidad, que estaba medicalizada en gran parte
como enfermedad psiquiátrica hasta 1973. Si bien los factores que condujeron a esta
decisión son complejos, el agente que la propicio fue la politización del asunto x personas
del movimiento de liberación gay. Es importante destacar que la homosexualidad nunca
Georgina Cabello 76
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conto con datos orgánicos significativos que apoyasen su definición como enfermedad y
que los tratamientos médicos no dieran buenos resultados
No existe una sociedad normal sino muchas, donde cada una trata de adaptarse a sus
condiciones de vida, momentos históricos, etc.
No hay un concepto universal de hombre, es reemplazado por un concepto de relativismo
cultural.
No hay un concepto único de enfermedad mental.
Según este criterio seria “normal” toda aquella persona que responda a las características
que reúne la mayoría de las personas de su sociedad. Quedan fuera aquellos que por una
causa u otra escapan a tales características.
A este criterio también se lo llama “Adaptativo”, parte de la adecuación de la conducta
individual a las normas y valores de la sociedad.
Críticas:
- NO contemplan las desigualdades o diferencias. Se trata de aceptar o no un sistema
económico-social, aceptando como sanos a quienes ayudan a mantenerlo y tomando como
enfermos a quienes se oponen a él o no sirven como materia productiva humana.
- Se establece una relación entre adaptación y conformidad, ya que estar adaptado a una
sociedad implica para este criterio conformarse con las pautas establecidas por ésta, esto
no implica que sean sinónimos de salud mental.
- Aceptar y estar adaptado a aun marco socia sin promover modificaciones estructurales,
implicaría promover su existencia, interviene como factor ideológico del conservadurismo o
defensa del estatus quo.
La conclusión, es que tanto el criterio estadístico como normativo de “salud” mental. Muestran una
dificultad casi insuperable de hallar una formulación que determine el significado de ese término.
Las distintas acepciones propuestas representan distintas concepciones del hombre y la sociedad,
cargándolas de la visión de quién las formula (etnocentrismo, universalismo, ideologicismo), no
aceptándose la mayor parte de las veces la relatividad histórica y social. La definición de salud
mental solo puede referirse a un marco social y un periodo histórico en el cual el hombre actúe y
evolucione.
Georgina Cabello 78
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Criterios que deberían ser tenidos en cuenta según Damiani para una definición de
salud/enfermedad:
Toma de conciencia de todas las determinaciones psicosociales limitantes.
Elección consciente y libre de conductas frente a todos los aspectos de la vida social
humana,
Eliminación de los síntomas que esclavizan al paciente.
El autor aclara que éste criterio salud/enfermedad, es irrealizable pero su definición sirve para fijar
los objetivos de la psicoterapia.
TAYLOR Y BOGDAN- El que es juzgado, no los jueces. Una visión desde adentro del
retardo mental
Georgina Cabello 79
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El significado de la expresión “retardo mental” depende de aquellos que la usan para describir los
estados cognitivos de otras personas. Es una construcción social o un concepto que existe en las
mentes de los “jueces” ante las mentes de los “juzgados”.
Éste rótulo como otros rótulos clínicos, sugieren generalizaciones sobre la naturaleza de los
hombres y mujeres a los que se les aplican. Es como si la humanidad pudiera dividirse en dos
grupos: el de los normales y el de los retardados.
Al que es rotulado se le imputa una amplia gama de imperfecciones, como por ejemplo, la
incapacidad para analizar su vida y su situación presente, la incapacidad de expresarse, para saber
y decir quién es y en qué se quiere convertir.
El texto se desarrolla con la transcripción de conversaciones que se sostuvieron con un hombre
que había sido rotulado con retardo mental. Debemos escuchar a éstas personas, con la idea de
descubrirnos a nosotros mismos, a nuestra sociedad y a la naturaleza del rótulo.
Esta narración ilustra claramente que el concepto de retardo mental, es un concepto desvalorizador
que conduce a sanciones impuestas a lo rotulados. Entre tales se encuentra una autoimagen
menguada y la limitación de oportunidades económicas y sociales.
El relato muestra también el profundo efecto de un diagnóstico temprano sobre el modo en que las
personas son tratadas y sobre lo que piensan de sí mismas. Demuestra que los ambientes de vida
y los servicios segregados tales como escuelas especiales limitan severamente la socialización
básica mediante habilidades que se necesitan para participar en una sociedad global. También el
hecho de ser institucionalizado está más en función de contingencias económicas y sociales, más
que en la naturaleza de la incapacidad o del tratamiento que se necesite.
Las personas rotuladas como retardadas mentales tienen su propia comprensión de sí mismos, de
sus situaciones y sus experiencias. Estas comprensiones difieren con frecuencia de las que tienen
los profesionales. El vocabulario del terapeuta suele entrar en contradicción con el del paciente.
Otro punto tiene que ver con la falta de caminos alternativos para que los “diferentes”
conceptualicen su situación. Las categorías de que se disponen para ubicar a los individuos no
ayudan pero influyen sobre el modo en que nosotros sentimos acerca de ellos y en que ellos
sienten acerca de sí mismos.
Tradicionalmente los científicos sociales han estudiado a los retardados como una categoría
separada de seres humanos, se supone que es básicamente distinto del resto de nosotros. Las
propias palabras de Ed constituyen una fuente de datos y comprensión que nos permite conocer
íntimamente a una persona. A través de esta intimidad aprendemos cómo el sujeto se ve a sí
mismo y se aclara lo que tiene en común con todos nosotros. Las diferencias pierden importancia.
Las propias palabras de la persona nos fuerzan pensar en los sujetos como “individuos” y las
categorías de toda clase pasan a ser menos importantes.-