Novela Kiss Me Liar
Novela Kiss Me Liar
Novela Kiss Me Liar
라이어
• Autor: Zig
• Género/Categoría: Omegaverse A&O | Nudos |
Marcas | MPREG | Obsesión | Pérdida de memoria |
Traumas | Hetero | Experimentos | RUT | Celos
• Año: 2017
• Volúmenes: 4 + 2 Extras
• Traducido por: Its_Unfortunxte | Unfortunxte
• Edición: Magna Vega
✤✤✤✤✤✤ Índice ✤✤✤✤✤✤
Prólogo
Epílogo
Bésame mentiroso • Prólogo
¡Pom!
—Llama a Whitake.
Yeonwoo estaba tan sorprendido por el nombre del líder del
equipo de guardaespaldas que comenzó a jugar con sus
manos en señal de nerviosismo
—... ¿Estás tratando de encontrarlo?
—No. —Antes de sentir alivio, Keith agregó—: Voy a matarlo.
En ese momento, su dulce sonrisa asesina fue vista como una
sentencia de muerte para Yeonwoo.
Bésame mentiroso • Capítulo 1
Le respondí indiferente:
—Acabo de contarte una realidad. Sólo el Sr. Pittman puede
tomar decisiones que la beneficiarán.
—Oye, espera.
La interrumpí.
Ella gritó:
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—Ah, sí.
Me disculpé rápidamente.
—Oye.
—Llámame Grayson.
—¿Podemos jugar?
—Me negaré.
—¿Yo?
—Ahhh...
Suspiré. No podía soportarlo, solté un gemido. Mi parte
trasera estaba empapada, luego sentí un líquido resbalar.
Pronto llegaría mi ciclo de calor, tal vez era por eso que
estaba más sensible a las feromonas.
—Oh.
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—¡...!
—Oye, Omega.
Siguiendo la baja voz, el hombre presionó con fuerza la mano
que sostenía mi hombro. Inmediatamente caí al suelo.
Escuché un golpe, pero no sentí ningún dolor. Cuando miré
hacia arriba, el pene erecto de aquel hombre estaba a la vista.
—Lo que quiero decir aquí, es que este niño también tiene la
intención.
—¿Estas bromeando?
—Wow.
—Es asqueroso.
Pensé que estaban locos. Debió haber sido que sus propias
feromonas provocaron que sus cerebros se volvieran
estúpidos, por qué… ¿De qué otra forma podían sonreír así
en un tipo de conversación como esas? Pero hablaban tan
casualmente como si hablaran del clima.
—... ¡No!
De repente me atraparon y grité.
—Esta perra.
Cuando trató de forzarlo en mi boca y falló, me golpeó en la
mejilla. Mi mente había vuelto. El hombre empujó
nuevamente su pene sobre mis labios. Tan pronto como me
vi obligado a abrir la boca, me sacudió la garganta.
✤✤✤✤✤✤
—Lo siento.
Me disculpé. Miré hacia abajo y vi como mi mano temblaba,
la escondí detrás de la manta y abrí mis labios, los cuales
estaban secos.
—Fue una situación inesperada... Debí haber sido más
cuidadoso.
Estaba seguro de que conocía la situación, pero no estaba
tratando de escucharme. Las lágrimas parecieron salir sin mi
conocimiento.
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—Sí.
Las feromonas se redujeron según lo prometido. Keith tenía
razón. La sala de estar era demasiado pequeña. Acaba de
darme cuenta que él y yo estábamos demasiado cerca.
Conscientemente contuve el aliento.
De repente se acercó frente a mí. Inesperadamente hicimos
contacto visual. Mientras bajaba la cabeza
apresuradamente, Keith extendió un brazo, apoyándose en
la pared.
—¿Estás bien? ¿Debo llamar al 911?
—Oh no.
Tenía prisa por negarlo, sin embargo, Keith no me creyó.
—¿No tienes fiebre? Tu cara está muy roja.
—Estaré bien después de descansar. Es demasiado tarde.
Estaba nervioso así que levanté la cabeza con cuidado. Mi
corazón pareció estallar. Me apoyé contra la pared e
inadvertidamente tragué saliva seca. De repente, mis ojos
comenzaron a cerrarse. Recién me había dado cuenta de que
Keith y yo estamos frente a frente en mi sala de estar y él me
estaba mirando. Mis labios se estaban acercando. Era
ridículo.
Cerré los ojos y negué la realidad.
Bésame mentiroso • Capítulo 6
✤✤✤✤✤✤
—¡Yeonwoo!
Emma gritó cuando vio mi cara, aunque ya les había enviado
un mensaje a todos, el día anterior.
Como siempre, fui el primero en llegar a la oficina.
—Tuve muchos problemas. Lo siento, de repente renuncie.
En el futuro les avisare anticipadamente.
Todos me miraron con un alivio.
Eran menos de 10 días, pero era casi imposible preguntar
qué había sucedido. Sin embargo, había una historia que
quería escuchar.
—La fiesta se convirtió en un desastre. —Emma me informó
como si supiera que estaba esperado—. Cuando Yeonwoo
llamó ese día, Jane recibió la llamada de la Srta. Elisha.
Pregunto con tanta calma el horario el Sr. Pittman que nunca
pensé lo que ocurriría. Le informe sobre la fiesta a la cual
asistiría el Sr. Pittman. Bueno, eso es suficiente información
para Elisha. Parece que ella y la señorita Abigail se
encontraron en la fiesta.
Emma, que habló sin dudarlo, revoloteó.
—Escuché que pelearon tanto que nadie pudo meterse entre
ellas. El Sr. Pitman estuvo presenciando todo. Las cabezas de
ambas estaban revoloteadas, los rasguños y las marcas en
sus cuerpos eran inmensos. No fue frenético, la policía no
vino. Que alivio. Probablemente, si se supiera que hubo tal
caso, la persona que estaba organizando la fiesta también
hubiera estado en problemas. Estoy tratando de esconder lo
sucedido tanto como puedo. Bueno, creo que el artículo
aparecerá pronto. Sin embargo, no solo una o dos personas
lo han visto… ¡Sino toda la fiesta! Porque el Sr. Pittman era el
escándalo central. ¡Oh, debería haber visto la escena!
Emma suspiró con sinceridad. No era inusual para ella estar
tan emocionada de hablar. No era difícil adivinar la situación
cuando pensaba en el día anterior.
—¿Yeonwoo?
Mientras estaba alerta a la voz de Emma, inadvertidamente
acaricié mis labios.
—¿Está bien? ¿Por qué tus labios están así? No sabía que
tenías la costumbre de morderte los labios.
—Oh, esto es solo...
Ya no me preguntó más, solo sacó algo de su bolso.
—Creo que volverán a sangrar. Si lo dejas, será un gran
problema.
Hablando amenazadoramente, me entregó un protector
labial. Fue amabilidad innecesaria. No quería que esa herida
sanara. Tenía miedo de que su único rastro desapareciera.
Quería estos labios desgarrados por un día más.
—... Gracias.
Acepté el protector labial pero no lo use. Lo puse en el cajón
y comencé a imprimir documentos. Afortunadamente,
Emma fue a su asiento. Notó mi mensaje silencioso de que es
hora de comenzar a trabajar. Como de costumbre, programé
el día con los documentos organizados y salí de la oficina.
Incluso después de tomarme solo unos días de descanso, el
pasillo familiar se sintió extraño. Finalmente, llegué a la
oficina de Keith.
Después de un breve golpe, esperé un momento antes de
abrir la puerta. La espalda de Keith era visible, él estaba de
pie directamente hacia la ventana delantera. Estaba
fumando, mirando hacia los rascacielos. Giró lentamente la
cabeza, tan pronto como nuestros ojos se encontraron,
inadvertidamente contuve el aliento. Por un momento nos
miramos en silencio. No tenía idea de lo que Keith estaba
pensando. Solo había una vaga suposición de que no era solo
yo quien recordaba el beso del día anterior. Solo esperaba a
que él hablara primero.
Whoo ...
Keith, que había escupido el humo durante mucho tiempo,
volvió a mover su cuerpo y silenciosamente volvió a ir al
asiento, haciendo un chillido monótono.
—Es el horario de hoy.
Después de que Keith se sentó, di un paso y puse el horario
que imprimí en medio del gran escritorio. Observé en
silencio mientras Keith jugaba con el cigarrillo en sus labios
y revisaba su horario. Esperando a que me diera
instrucciones.
—... ¿Eh?
De repente me quedé perplejo. El aroma de los cigarrillos se
volvió más oscuro, y tosí sin que yo lo supiera.
—¿Qué?
—Lo siento, fue el humo del cigarrillo.
Inmediatamente me disculpé. Keith no dijo nada. Parecía
incapaz de concentrarse de alguna manera. Keith suspiró con
el humo del tabaco.
—Cancela todos los horarios hoy. —Continuó hablando—:
Voy a ir a la fiesta de Ian por la noche. Haz una lista de
posibles socios.
Me había estado cansando de esto desde que me uní por
primera vez. Ese hombre tenía tanto dinero que podía vivir
sin trabajar. A menudo pensaba que la razón por la que
dirigía una empresa de entretenimiento no solo era para
gastar dinero como un pasatiempo, sino porque era fácil
encontrar a alguien con quien tener relaciones sexuales.
Debido a que es el dueño de una compañía de
entretenimiento, sus socios siempre son modelos o actrices.
Podía elegir a cualquiera que se adaptara a su gusto. Y de
nuevo, el trabajo que había estado odiando, tendría que
hacerlo de nuevo.
No tuve que pasar por procedimientos molestos como citas.
Todo lo que necesitaba era una tarjeta de presentación con
su nombre. Aun sabiendo que simplemente eran parejas
sexuales, estaban dispuestas a hacerlo. Eso era porque Keith
era muy atractivo para ellas. El Dueño de P Entertainment, el
Alfa dominante, y el hecho de que fueran elegidas por él…
¡Era un halago!
Incluso si no tuviera dinero, había mujeres dispuestas a
acostarse con él con tal de atraparlo. Había mucho que hacer
a partir de ahora, aunque lo más importante era reorganizar
el horario. Le pediría a Emma que hiciera una suposición
aproximada y a Jane que se comunicara nuevamente con el
anfitrión de la fiesta. Moví mi cabeza tan pronto como salí de
la oficina.
—¿Canceló el horario? —preguntó Emma con cara de
sorpresa.
Apresuradamente saqué el archivo de programación del
cajón y respondí seco:
—Debe haber cambiado de opinión. En primer lugar, el
horario de hoy está cancelado. Vamos a limpiarlo de nuevo y
reprograma todas las reuniones de hoy. Muéstrame cuando
esté organizado para comprobarlo. Rachel, llama a cada
departamento y diles que se cancelaron las reuniones de hoy
y luego ve a Tiffany & Co. Si preguntan por qué estás ahí, diles
que vas a recoger las joyas del Sr. Pittman. No tienes que
pagar...
Todos tenían prisa por las instrucciones que les había dado,
y dejando atrás al ocupado personal comencé con el trabajo
más importante.
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—Estoy de vuelta.
La voz de Emma hizo que levantara mi cabeza. Sentí
compasión interna por su tez, mostraba una apariencia
cansada.
No solo era Emma. Lo mismo había ocurrido con los otros
miembros del personal en la oficina. Aunque yo estaba más
cansado que nadie.
Pensé, agotado: «No es esa la cantidad de trabajo que
mereces». Más bien, es mejor sufrir con un trabajo pesado
que encontrar una compañera para la cama de Keith que
también era doloroso y, además, tenía que soportar la
ruptura.
Si esa oportunidad se presentaba nuevamente, debía pedir
un millón de acciones. Pensé, fruncí el ceño. No. ¿De qué
estaba hablando?
—¿Yeonwoo?
Emma me estaba mirando perpleja.
Fingí hacer otra cosa. Entonces Emma me dijo:
—Lo siento, Yeonwoo. Yeonwoo siempre hace el trabajo
duro.
Cuando levanté la vista ante sus repentinas palabras, vi una
expresión de culpa en su rostro. Últimamente me había dado
cuenta del significado de su palabra. Hoy iba a escoger a una
nueva mujer, y pronto debería ir con la misma que había
dejado, lo cual era malo.
—Es mi trabajo, no me importa.
Hablé claramente y tragué un suspiro. Siempre hay algo a lo
que no te acostumbras, incluso después de algunas veces.
Escuchar palabras insultantes frente a ti, incluso si vacías tu
corazón. Además, el período entre ellos había sido
demasiado corto.
—¿Pittman no cambia muy a menudo de mujer en estos días?
Emma de repente habló fuera de mis pensamientos. El
pensamiento parecía inesperado, no era solo para Emma y
para mí. Jane y Rachel también habían ayudado.
—Sí.
—Me pregunto qué está pasando.
—¿Qué quieres decir...?
Quería negarlo, pero no tenía más información que ellos
sobre Keith. Todo lo que pude decir fue:
—¿No es lo usual en el señor Pittman? Un cambio constante
de vez en cuando.
—Pero es demasiado corto.
Emma señaló de nuevo.
—¿Pero no ha estado al menos dos o tres meses antes? A
veces hasta 6 meses, y hubo varias veces. Pero ahora está
cambiando cada mes.
Rachel abrió la boca.
—De todos modos, esa es la privacidad del Sr. Pittman y lo
que tenemos que hacer es lo que el Sr. Pittman quiera... —dijo
Emma con una cara poco dispuesta.
—Así es.
—Así es.
Me puse de pie en el sentido de terminar la conversación.
—Entonces iré a conocer a la Srta. Annabel James. Después
que regrese, el horario del Sr. Pittman debe completarse sin
interrupción alguna.
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—¿Qué...?
Algo apareció de repente. Los deslumbrantes faros reflejaron
mi rostro. Alguien haló de mi brazo y me tiró. Me quedé sin
aliento. Un auto deportivo estaba pasando asombrosamente
justo frente a mí.
—¿Estás bien?
Desde arriba escuché una voz y me di cuenta, tardíamente,
de que uno de los guardaespaldas me había salvado.
—Oh, ah. Sí.
Cuando apenas y tropecé, respondí, me miró y frunció el
ceño.
—Ten cuidado. ¿Por qué conducen así? —dijo, como si
estuviera cansado, pero no llegó a mis oídos.
Me despedí y me dirigí al lugar donde estaba estacionado el
auto.
Y eso es todo lo que puedo recordar.
Mas tarde, cuando desperté e intenté abrir la puerta de mi
casa no pude ingresar la clave, tenía mucho tiempo
sosteniendo la manija de la puerta.
Tan pronto como abrí, corrí. Mientras temblaba, cerré las
tres cerraduras y llené el pestillo interior. Puse la silla frente
a la puerta, pero aún no estaba aliviado, así que fui
urgentemente a la habitación sin quitarme la ropa, cerré las
ventanas. Finalmente, salté a la cama y volteé la manta hacia
mi cabeza. Aun así, el temblor no se detuvo. Lo único en mi
cabeza era el hombre sentado en el auto deportivo que pasó
junto a mí. El hombre que trató de violarme. El pene del sujeto
que mordí tan fuerte ese día. Inmediatamente tuve náuseas,
pero no salió nada excepto el jugo gástrico amargo. Pensé
que lo había superado. Estaba aterrado. Aunque me acaba de
dar cuenta que nunca traté de superarlo, solo lo ignoré. Y
ahora se había convertido en un monstruo gigante.
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—... Ah.
El paisaje fuera de la ventana me era familiar, fue entonces
cuando me di cuenta de que nuestro automóvil se dirigía a mi
casa.
Keith no respondió cuando dije que renunciaría. Me
preguntaba que estaba pensando.
—¿Crees que deberías encontrar otra secretaria para
reemplazarme? Hay tantos talentos en el mundo —dije y
dudosamente agregué—: ... Incluso si es incómodo por
primera vez, pronto se adaptará.
Keith me miró y me miró. Hablé con los ojos bajos.
—Porque hay muchas personas competentes... Emma ya está
acostumbrada, así que no habrá problema.
Keith se rio inesperadamente cuando terminé de hablar.
Como podía reírse de mí mientras fruncía el ceño de esa
manera.
—Eres el único que trabajará conmigo en este momento.
Y era cierto. En la vida de ese hombre todo estaba
relacionado a su voluntad, si él quería algo, él lo obtenía.
Keith Knight Pittman no tenía motivos para esperar a que
alguien más se ajustará a él. Yo también había tenido
dificultades en mis primeros meses, cuando mi senior
renunció y fue demandado por Keith. Al principio cuando
comencé a trabajar con él sentía que era una pesadilla, sin
embargo, traté de satisfacer las necesidades de Keith, incluso
si tenía que usar mis fines de semanas. Después de un
tiempo, pareció que estaba bastante satisfecho con lo que
estaba haciendo.
Fue natural renunciar a mi vida por este hombre, mientras
trabajaba temblaba de alegría cada vez que me enteraba de
sus gustos y pensamientos. Hacer lo que ese hombre quería
y estar inmerso en su vida, me alegraba, aunque Keith…
nunca se dio cuenta.
—... Lo siento.
Eso es todo lo que tenía que decir. Keith se quedó sin
palabras otra vez. La velocidad del auto disminuyó. Se
detendría pronto. Cuando pensé en eso, de repente dejé de
respirar. Tenía que bajar del auto. Tenía que ir a casa. Tenía
que acostarme solo en la cama para luchar contra el miedo.
De nuevo mi cabeza se enredó, un cierto aroma despertó mi
mente. Era una fragancia de feromonas.
Al mismo tiempo, volví a mirar Keith. Me estaba mirando sin
siquiera moverse. El aire flotando era el mismo. Solo el aroma
de sus feromonas penetraba fuerte y se volvía más intenso.
Solo abrí la boca, no podía hablar porque no podía creerlo,
pero ya sabía la respuesta. Los ojos morados de Keith se
decoloraron intermitentemente en oro.
Las feromonas que había estado enviando se habían
multiplicado en cuestión de horas. Todo mi cuerpo parecía
estar siendo aplastado por su fragancia. Se aceleró
rápidamente y el sudor frío fluyó detrás de mi espalda, estaba
mareado.
Entonces, el recuerdo de la fiesta de repente pareció
golpearme. Los hombres desnudos, las manos que me
golpearon e incluso las sensaciones extrañas.
—... Ah.
Respiré profundamente sin siquiera saberlo. Al mismo
tiempo, las feromonas fueron absorbidas profundamente
por mis pulmones y de repente se detuvieron. Cuando dejé
de respirar, Keith repentinamente me tiró del cabello.
—¡...!
Abrí mis ojos. Inmediatamente sentí sus labios presionando
contra los míos y su lengua pidiendo entrar en mi boca.
Casi lo rechacé, pero Keith simplemente agarró mi mano e
hizo que el desistimiento fuera imposible. Luché, aunque no
pude superar el agarre de la mano que sostenía mi cabeza. Mi
boca estaba ocupada y mis labios fueron mordidos
salvajemente hiriéndolos, Keith se frotó la sangre y se la
tragó. Al separarnos, la saliva cayó de nuestros labios.
Estaba aterrorizado y fui besado con violencia, y al final, lo
acepté.
—… Bien.
El aliento de Keith era tan áspero como el mío. Sus ojos
dorados eran increíblemente fuertes.
—Vivirás en mi casa.
Bésame mentiroso • Capítulo 8
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Intente abrí los ojos por la mañana, sin querer gruñí. Después
de algunos intentos, apenas levanté mis párpados. Cuando
revisé mi muñeca sin saberlo, estaba ligeramente magullado.
En silencio, me toqué. Mi pecho latía con fuerza, mientras
estas contusiones permanecían.
Toqué mi muñeca con mis labios, pero de repente escuché un
golpe. Aparte la mano apresuradamente.
Me senté en la orilla de la cama.
Charles, entró.
—¿Estás despierto? ¿Qué te gustaría para el desayuno? El Sr.
Pittman dijo que comerá en su habitación.
—Ah...
Era una voz llena de desilusión incluso para mí.
Apresuradamente salí de la cama.
—Bajaré y comeré. Gracias.
Después de confirmar el pedido como siempre, Charles salió
de la habitación. Después de eso, suspiré y dejé caer mis
hombros. La mesa donde desayunaba con Keith todos los
días no era demasiado grande. Era hora de comer juntos una
vez al día, pero por qué me había acostumbrado tan rápido.
—Ah.
Incluso el sonido de un tenedor golpeando la mesa sonó tan
fuerte que escupí un suspiro. Charles se puso de pie a mi lado
intentado llenar mi vaso de jugo, me negué. Cuando regresé
a la habitación y terminé los preparativos restantes, de
repente me mareé.
Mientras estaba apoyado en la pared contuve el aliento por
un tiempo, sentía una sensación que sacudió mi
cuerpo. Sabía lo que era este sentimiento. A veces pasaba una
vez al mes por un tiempo corto y otras veces, cada pocos
meses por un tiempo prolongado.
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El personal médico que esperaba curó de inmediato la herida
de Keith.
—Pueden quedar o no cicatrices... Como sabe, es diferente a
otros pacientes.
El médico no tenía mucha confianza. Fue una suerte que la
herida se curara rápidamente. Contrariamente a mi
preocupación, no hubo otras lesiones. Todo lo que tenía que
hacer era coser la herida, dijo el médico.
—Tiene que volver otra vez para retirar los hilos. Cosí
bastante…
Después de completar el procedimiento, estaba ocupado
llamando a todas partes para mantener la seguridad.
También llamé a Charles para informar la situación y
comentarle sobre los cuidados de Keith.
Debía cuidar su herida. Compré una camisa de cambio y me
dirigí a la habitación del hospital donde se encontraba Keith,
había varios guardaespaldas en la puerta.
Después de abrir observe a Keith que se encontraba sentado
en la cama, inmediatamente me miró.
Cerré la puerta.
Me acerqué a él y saqué la camisa nueva.
—Por favor, póntela. ¿Cómo está la herida?
Keith levantó el brazo. Un vendaje estaba envuelto alrededor
de su musculoso brazo.
—Se trata de coser algunos puntos. El médico dijo que era
muy bueno en la hemostasia.
Se rio.
Ningún pensamiento me vino a la mente. No dije nada, saqué
la camisa de la caja y la desdoblé. Keith se quitó la camisa rota
que llevaba puesta. Extendió los brazos y le ayudé a ponerse
la camisa, haciendo todo lo posible para evitar lastimar la
herida.
Keith estaba tratando de cerrar el botón de la camisa cuando
el frunció ceño. En el momento en que trató de abotonarse,
tiró de la herida y le llegó un dolor.
—¡Yo! Lo haré.
Me senté en la cama y comencé a cerrar los botones. Cada vez
que abotonaba uno por uno, me venían poco a poco los
recuerdos. El hombre que había atacado a Keith, el cuchillo
que se clavó en su brazo, la sangre roja que se dispersó
gradualmente e incluso yo, indefenso e incapaz de hacer algo
para ayudarlo.
Detuve mis manos. Para ser exactos intenté seguir pero fallé,
mis manos me fallaron. Una venda blanca apareció cerca de
mis ojos.
—¿Qué?
Solo podía ver un vendaje blanco.
Sus manos temblorosas se detuvieron en el aire. Apenas abrí
la boca.
—Lo siento.
—¿Qué?
Keith no parecía entenderlo realmente, pero solo seguí
hablando.
—Debí haberlo detenido, pero pude hacerlo.
Keith guardó silencio, solo me estaba mirando.
—Lo siento... Por herirte.
—No lo hiciste.
Keith escupió sin rodeos. Sacudí la cabeza.
—Pero… aun así, debería haberlo detenido. Yo... Debería
haber sido más rápido...
Debí haberme movido rápidamente. Vi al hombre acercarse,
había sido poco antes de que mis ojos se nublaran. Chasqueé
los labios a toda prisa.
Keith, guardó silencio por un momento.
—Eso es lo que debería hacer Whitaker.
Sacudí la cabeza violentamente. No, no, no. Debería haberlo
hecho yo. Debería haberlo notado más rápido.
—... Debería haber sido herido —murmuré.
Keith no dijo nada. De repente, mis ojos se oscurecieron. Sin
darme cuenta, un calor se sintió sobre mis párpados y la luz
desapareció. Keith cubrió mis ojos con sus manos. Solo me
quedé en blanco. Prefería no ver nada.
No fue hasta más tarde que me di cuenta de que lloraba.
Cuando apenas recuperé mi respiración temblorosa con
sollozos, sentí unos labios encima de los míos.
—...Ah.
Al principio, no me di cuenta de lo que estaba pasando. Mi
cabeza estaba vacía, mis ojos estaban llorando, y mi
respiración era muy áspera.
Su lengua pasó sobre mis dientes y se abrió paso en mi boca,
nuestros los labios se engancharon.
—¡...!
De repente, sentí un peso sobre mí. Me caí sin ayuda. El suave
colchón se sintió en la parte posterior, pero no hubo
conmoción cuando la mano, que estaba cubriendo mis ojos
se colocó atrás de mi cabeza y la protegió. Abrí los ojos con
dificultad, pero los volví a cubrir.
Nuestros labios se tocaron, luego giré la cabeza nuevamente
para atacar el otro lado. Este había sido el primer beso tierno,
como reconfortante, relajante y acariciante. Con tanto
cuidado como si me fuera a romper.
—Ah.
Presionado completamente entre el colchón y Keith, pude
sentir su cuerpo completo. Los músculos duros y fuertes de
Keith, su peso pasó sobre mí.
Quería levantar mi mano temblorosa y abrazarlo, pero no
pude. Parecía que esta ilusión desaparecería tan pronto
como me moviera un poco. Quería mantenerlo un poco más.
Esta dulzura. Solo cerré los ojos y respiré mientras estaba
inmerso en un beso con él. De alguna manera quería tener
más, quería recordar este momento.
Keith besó mi cuello una y otra vez. Sus dedos descendieron
lentamente. Cuando la punta de su dedo presionó mi pezón,
tragué mi aliento a través de los labios superpuestos. Un
dedo pausado frotó lentamente mi pezón encima de mi
camisa, haciendo un movimiento circular. Soporté
desesperadamente mis gemidos, pero el aliento se volvió
áspero. No podía soportarlo. Cuando Keith volvió a mí,
agarró mi pezón, dejé de respirar porque pensé que mi
corazón iba a estallar. Sentí que algo palpita debajo. Me
esforcé por no ponerme de pie.
Cuando apenas abrí los ojos, la cara de Keith era visible en un
campo de visión medio abierto. Separo sus labios de los míos
y me miró. Su mano cubrió mis ojos nuevamente. Nada se
reflejaba en la oscura vista.
—Ah.
Un suspiro tembloroso golpeó los labios de Keith y volvió a
mí. De nuevo nuestros labios estaban fuertemente
comprometidos. Quería morder su labio inferior y chuparlo.
La sensación de los dedos que sostuvieron mi pezón y el
movimiento de su lengua que deambula por mi boca fue muy
intensa.
Deseaba poder convertirme en uno con él. Quería que este
hombre entrara en mí. Hasta el fondo. Podría hacer cualquier
cosa si pudiera tener a este hombre.
Un golpe repentino sonó en mi mente. Volví a la realidad.
Quitó sus labios, levantó su cuerpo. Incluso entonces, su
mano que cubría mis ojos permaneció igual. Sentí que me
estaba mirando por alguna razón. Todavía aguanté la
respiración acostado. Me preguntaba qué estaba pensando
Keith, cómo se veía y por qué me dejaba ir, pero… al
contrario, era bueno. Era suficiente que él me estuviera
mirando y solo éramos nosotros dos en este espacio.
—... Maldición.
No fue hasta que escuché su voz y pasaron unos segundos
antes que me diera cuenta que Keith había estado
maldiciendo. La mano que cubría mis ojos se fue.
Me senté en la cama y lo miré atentamente. Todo lo que
habíamos hecho había sido solo besarnos, pero sentí lo
absurdo de ser abandonado después del sexo. Keith caminó
frente a la puerta, agarró la manija y abrió la boca de repente:
—Tú, por qué...
Inmediatamente abrió la puerta de la habitación del hospital.
El campo de visión brevemente iluminado volvió a
oscurecerse cuando salió al pasillo. Me di cuenta de que me
había quedado solo. Tenía que ir.
Pensé sin comprender. No quería mover un solo dedo, pero
tenía que ir tras Keith, volver a la mansión y hacer lo que él
me indicará. Ese era mi trabajo. Seguí deslizando mis manos
y arreglando mi camisa; limpié mi ropa y me pasé los dedos
por el cabello.
Las palabras de Keith vinieron a mi mente. Él estaba en lo
correcto. Sabía que Keith lo lamentaría. Sabía que debería
haberlo detenido. Sin embargo, aunque sabía el resultado, lo
dejé solo porque no quería perderme la sensación de ser
tocado por él.
Lo dejé solo por mi codicia. Aunque ya conocía el miserable
final. Cuando apenas tomé coraje y salí al pasillo, Keith estaba
hablando con Whittaker. Parecía que el tiempo había pasado,
pero el reloj en el pasillo indicaba que solo había pasado 20
minutos.
Afortunadamente, Keith me estaba dando la espalda. Me
quedé en silencio detrás de él, prestando atención a su
expresión.
—... Lo estoy haciendo así.
Whittaker asintió brevemente después de informar. Keith se
alejó sin decir nada. Me apresuré a seguirlo.
A pesar del sonido del hospital sentí un pesado silencio.
Seguí a Keith, subí al coche y pensé en aclarar esto lo antes
posible. La sutil fragancia de feromonas todavía flotaba en el
auto.
Cerré mis ojos.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 2 | Parte 1
—Buenos días.
Keith entró al comedor con un saludo habitual.
—¿Está bien su brazo? —pregunté cuidadosamente, él me
miró en lugar de responder y levantó la vista en breve—. Si
te duele toma tu analgésico, está en el baño —agregué
palabras innecesarias, pero tenía que hacerlo. La mirada de
Keith se volvió hacia mí otra vez.
Me enfrenté a él, lo miré directamente a los ojos esperando a
que Keith hablará, pero no dijo nada hasta que Charles entró
y colocó la comida uno frente al otro. Finalmente, fingí no
saberlo. Alcé la vista y levanté el tenedor.
Keith también comenzó a comer, él había pedido huevos
revueltos para el desayuno, aunque parecía estar abrumado.
Lo estuve mirando, hasta que nuestros ojos se encontraron
de nuevo, me sentí ansioso.
—Bueno, si tienes algo que decir...
No podía soportarlo, le pregunté, pero Keith ni siquiera se
sintió avergonzado.
—No.
—...
—No. —Una vez más enfatizó, sin mirarme—. Terminé.
Salió del comedor y yo me quede murmurando en blanco.
—Debería haber tomado medicamentos...
Finalmente volvió Charles.
—Le recetaron antibióticos...
—¿Te refieres al señor Pittman? Lo sé. Yo me encargaré.
—Gracias.
Charles dijo abruptamente como siempre:
—Es mi trabajo. Estoy en casa y Yeonwoo en el trabajo.
“¿Correcto?"
Asentí con la mirada.
—Sí, así es.
Charles agregó cuando pensó que necesitaba traer su
medicina para el almuerzo.
—El Sr. Pittman le encargo la medicina que debe tomar a la
compañía a Whitaker. Por favor, compruebe si lo tomo.
—Oh, está bien.
Parpadeé mientras admiraba su mirada tensa.
¿Podía estar un poco sensible por el momento? Nunca había
pensado que Keith u otros Alfas tendría un nervio delicado,
pero también eran seres humanos.
Después de que Charles tomó el plato vacío, me quedé solo
para terminar la comida. Después de un rato, Keith bajo para
dirigirse a la entrada, antes de salir me miró, él fue el primero
en subirse al auto.
De repente me preocupe. ¿Tendría un trauma como yo?
Estuve a su lado toda la mañana, pero no vi nada inusual.
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El auto lentamente disminuyó la velocidad. En el pesado
silencio, solo toqué el maletín sin sentido. No me sentí
aliviado en absoluto. El mayor accidente ocurrió justo
después de eso. Keith no me miró, pero seguía sentado con
las piernas cruzadas, apartándose de mí. ¿Estaba diciendo
que no quería verme? Sentí que era una molestia. Tan pronto
como el auto se detuvo y se abrió la cerradura,
inmediatamente abrí la puerta del auto y salí.
Cuando volteé la cabeza, vi a Whittaker caminando hacia
Keith quien hizo una pausa mientras dudaba por un
momento.
Fue entonces cuando Keith dijo:
—Tengo algunos pensamientos, así que cierra el auto, ¿Sí?
Whittaker pareció no entender así que dudo un momento.
—Cierra la puerta del auto. ¿No escuchaste?
Cerró apresuradamente la puerta. Poco después el
desconcertado Whittaker, se encogió de hombros y se
detuvo allí. Dudé por un momento y luego retrocedí. ¿Era una
verdadera molestia para él?
Todos los pensamientos flotaron en mi cabeza, aunque una
realidad miserable vino de inmediato. Sólo era un secretario.
La brillante vida de Keith Knight Pittman podía tener al
menos un recuerdo desagradable.
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—Sr. Pittman.
Emma murmuró avergonzada y eso fue todo. Ninguno de los
tres abrió la boca después. ¿Por qué estaba de repente aquí?
Fue lo que se me ocurrió primero. Keith me miró sin siquiera
pestañear, como si dijera algo. Por supuesto no estaba listo;
pero en este caso, era natural para mí ser el líder del equipo.
Luché por abrir la boca y hablar:
—Sr. Pittman, ¿qué está haciendo? Regresaré a mi oficina
pronto. ¿Tiene algo para decirme?
Afortunadamente, mi voz fue la misma de siempre,
probablemente.
Estaba convencido de que no había ningún cambio en la cara
de Keith mirándome. Después de revisar el reloj en la pared,
me di cuenta de que aún era la hora del almuerzo, solo habían
transcurrido cerca de 15 minutos. Era extraño que viniera
hasta el área de secretariado.
Revisé mi celular, tenía tres llamadas perdidas. Eran todas
del número de Keith. El teléfono se puso en silencio sin
darme cuenta.
—Lo siento. No lo sabía que se había configurado en
silencioso...
Me disculpé, pero él seguía en silencio. Estaba nervioso. Keith
se dio vuelta y se fue.
—Entonces me retiro.
Simplemente me despedí de Emma y salí detrás de Keith.
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—¡... !
Más tarde, me di cuenta de la realidad e intenté levantar mi
cuerpo, pero fallé porque Keith me abrazó de inmediato para
no escapar. Presionó mi cabeza contra su pecho para
dificultar el movimiento. No podía escapar y no tuve más
remedio que estar encerrado en los brazos de Keith. Estaba
congelado. Sentí que Keith estaba vertiendo feromonas. El
dulce aroma se extendió en el automóvil cerrado.
Lentamente exhale mi tembloroso aliento.
—¿Estás bien?
—Sí...
Después de la convulsión, llegó el mareo y no me importó.
Debería haberle dicho a Naomi. ¿Cómo podía decirle a Keith
que fallé? Demasiados pensamientos inundaron mi mente.
Keith abrió la boca primero:
—¿Qué pasó?
La voz tranquila no era tan diferente de lo habitual. No
parecía culparme hasta ahora. Abrí la boca para decir algo,
pero no pude encontrar la expresión correcta. Keith me
esperó así. Después de un rato, apenas hablé:
—Fui a ver a la Sra. Parker... Según sus instrucciones... fui
primero a Tiffany, todo iba bien, sin incidentes... pero en la
mansión de la Sra. Parker... Me guiaron a la sala de
recepción... Ahí, estaba el Sr. Miller.
Cuando comencé a hablar sobre Grayson, las palabras se
detuvieron. El miedo de ese momento revivió y todo mi
cuerpo se tensó nuevamente.
Keith me tocó la espalda como para intentar calmarme como
a un niño. Me mordí los labios.
—Entonces eso sucedió...
Aun en sus brazos estaba asombrado por la respuesta. Cerré
mis ojos.
—Lo siento...
—Todavía estás lejos de estar mejor.
En el momento en que oí sus palabras mi corazón se encogió.
¿Era patético? ¿Acaso él creía que ya no servía para nada?
Luché con mis pensamientos. ¿Qué hacía?
De momento, pensé que las lágrimas se iban a volver a caer,
así que cerré los ojos. Mordí mis labios para reprimir las
ganas de llorar.
Apenas abrí la boca:
—Lo siento... déjame ir.
Estaba ahogado y mi discurso fue interrumpido. Keith
todavía acariciaba mi espalda, sosteniéndome. De repente,
sentí que tenía su nariz en mi cabeza y emergió un olor
profundo.
—No puedo... —Dejé de desesperarme—... Lo siento —De
nuevo murmuré, pero Keith ya no dijo nada. En sus brazos,
que simplemente no se movían, mordí mis labios y soporté
mis ganas de llorar.
Steward había dicho que usaríamos un nuevo tratamiento,
así que lo único que quedaba era usarlo. De alguna forma
debía ser curado. Decidí aclarar mi mente, no quería ser
abandonado como un ser inútil. Al menos hasta el final,
quería seguir siendo un secretario competente. Me dolía el
corazón. Cerré los ojos y respiré profundamente. Keith se
quedó conmigo hasta entonces. No podía entender lo que
estaba pensando, pero una cosa era segura, era patético.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 6
✤✤✤✤✤✤
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—Vamos, Yeonwoo.
Steward me dio la bienvenida.
Era desconocido y misterioso, miré alrededor de su oficina,
me imaginaba el consultorio de un médico lleno de libros
como un estudio, pero no había nada más que un escritorio,
incluso el escritorio era bastante grande.
—¿Qué pasa?
Steward preguntó con una sonrisa. Lo lamenté tanto que abrí
la boca con cuidado:
—Uh, no es lo que pensaba. Bueno, pensé que habría muchos
libros o algo así.
Steward me sonrió.
—Creo que este es un lugar temporal. Tengo una oficina real.
—Ah, sí... ¿No tienes una consulta aquí?
Parecía tener varias salas de asesoramiento. Cuando se lo
pregunté, pareció pensar por un momento y se encogió de
hombros.
—Depende de la situación. De todos modos, está bien. ¿Ya
preparaste tu mente?
Inmediatamente se dirigió al tema principal. Estaba nervioso
en este momento, mi expresión se endureció.
—S... sí.
La voz quedó atrapada en las cuerdas vocales y se partió al
salir.
Steward sonrió amargamente como si hubiera notado mis
miedos.
—No te excedas.
Estaba dispuesto a hablar la próxima vez, pero como
siempre, pensé en Keith. Entonces con coraje levanté la
cabeza, apreté mi mano temblorosa y lo miré.
—Lo haré. Por favor.
Steward me miró a la cara, como si realmente se preocupara.
—Si, está bien proceder así. En cambio, te diré de inmediato,
si creo que va a ser difícil —añadió una advertencia con una
cara seria—. Puede que sea demasiado difícil, pero podrías
sufrir un trauma mayor. Entonces se volverá realmente
difícil de tratar. Hoy solo estoy haciendo una prueba, ¿de
acuerdo?
Respondí después de tragar la saliva seca.
—Sí.
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—...
—Sólo disfruta.
¿Estaba desesperado? ¿No importaba que fuera yo? Entre el
deseo de abrazarlo y el miserable orgullo, apenas hablé:
—Yo... Usted no... duerme con... hombres... ¿No es así?
Keith se detuvo por primera vez en protesta. ¿Estaba
tratando de renunciar? Pero no había tiempo para sentir un
amargo alivio.
Me miró mientras apretaba los dientes.
—Cállate.
Mordió mis labios. Una gota de agua fría cayó sobre mi boca
y una lengua gruesa pidió entrar, abrí la boca y su lengua
finalmente se enredó con la mía.
—Ah.
Estaba abrazando su cuello sin saberlo. Ya no podía
resistirme, no tenía sentido. Lo único que nos quedaba a los
dos, era nosotros dos y sus feromonas que cada vez se
profundizaban más. Si tan solo pudiera resolver este loco
deseo por su cuerpo, quería que lo pusiera dentro de mí,
deseaba que su mano acariciara mi cuerpo. Mi estomago hizo
cosquillas y la parte de abajo palpitó más y más con cada
beso. Ya no podía soportarlo, rápidamente me colgué de él.
—Keith, ¡Keith...!
—Sí, lo sé.
Sollocé y froté sus mejillas. Su fuerte brazo tiró de mi cintura
con fuerza y mi cuerpo cayó encima del suyo. Su pene, que
estaba firme, se podía sentir con tanta fuerza. Estaba
sollozando y respirando con dificultad. Keith sostuvo mi
cintura con uno de sus brazos, luego bajó la otra mano y
agarró mi cadera. Mientras lo abrazaba, envolví mis piernas
alrededor de su cintura. Nuestros labios nunca se separaron
cuando nos movimos. Cada vez que nuestras bocas se unían
se oía un constantemente sonido áspero, le agarré las
mejillas.
No tenía idea de cómo fue que sucedió. Besé a Keith, lo toqué
y tendría sexo con él, sentía que mi cuerpo iba a explotar.
—¡.. !
Caímos sobre la cama. Keith continúo besando mis labios. Su
parte inferior golpeó mi trasero, y yo apreté las piernas con
fuerza para sentirlo más. No podía respirar de la emoción.
Keith repentinamente separó su cuerpo, pero no estaba
tratando de terminar, más bien, fue todo lo contrario. Me
miró a la cara y se quitó la camisa con rudeza. Su aliento
parecía más urgente que el mío. Tardé en quitarme la camisa
mojada, cuando apenas iba por la mitad, Keith ya tenía sus
manos sobre mi ropa interior. Me cubrí la cara.
—¡Oh esperé...!
Keith, quien intentó bajarme los pantalones y la ropa interior
no se detuvo hasta que lo logró.
Por un momento, Keith no dijo nada. Sólo el fuerte sonido de
su respiración se extendió por todo el lugar. Esperé a que
Keith se diera cuenta de la realidad, aunque mi mente ya se
había derretido por completo a causa del ciclo de calor. Si
Keith me hubiera dejado así, tendía que luchar solo contra
esta pasión. Herviría mi corazón con miseria antes de que
perdiera por completo la razón.
—...Ah.
Keith exhaló un profundo suspiro como si estuviera
bloqueado. El momento había sido abrumado. Temeroso,
mirando a través de mis dedos. La mirada de Keith se dirigió
a la parte inferior de mi cuerpo. Cuando mis hombros se
encogieron de miedo, de repente él soltó una breve risa,
como si no hubiera nada de qué preocuparse.
—¿...?
No pude entender el significado, sólo parpadeé y Keith de
repente me agarró el brazo que ocultaba mi cara, mi
temeroso rostro apareció a la vista.
—Ah.
Abrí la boca sin comprender y al momento siguiente, sus
labios se superpusieron inmediatamente.
Su aliento áspero y los gemidos se filtraron por los labios. El
cuerpo de Keith estaba encima de mí. Increíblemente, él
estaba desnudo y yo también. ¿Estaba loco por las
feromonas? Pensé vagamente. Su piel desnuda que tocaba
todo mi cuerpo también estaba caliente y tanto su pene como
el dulce aroma de su cuerpo aplastante, eran increíbles.
Estaba teniendo sexo con él. Keith me besó incluso después de
asegurarse de que era un hombre.
Estaba claro que estaba teniendo un sueño loco en ese
momento debido al ciclo de calor, de lo contrario, él no me
besaría, no me tocaría…
Su lengua se frotó en el interior de mi boca, su saliva entraba
en mi garganta y sus manos me apretaron mis nalgas y mis
pezones, era tan realista. Sobre todo, el pesado pene que
estaba presionando firmemente contra mi estómago.
—Ahhh... Ugh.
Un gemido salió por sí solo. Mi cintura se retorció
constantemente debido a estímulos desconocidos. Keith
chupó y mordió mis labios; y el lugar que no podía imaginar
se mojó. Me aferré a él y lo besé.
—Oh Dios mío.
Keith susurró con una voz burlona:
—Me he equivocado durante mucho tiempo.
Me culpé por la respiración agitada. Un dedo grueso frotó el
interior de mi agujero y un gemido lloroso salió de mi boca.
—Oh, ah, ah, ah.
—¿Escuchas? ¿Qué es ese sonido?
Frotó mi interior violentamente. Pude oír por mismo el
desbordamiento de mis gemidos.
—Huh...
No pude soportarlo y estallé en llanto, pero Keith nunca se
detuvo. Más bien, doblo los dedos en el interior y comenzó a
frotar nuevamente. Grité mientras me tragaba el aliento por
primera vez. En el momento en que intenté escapar, Keith me
besó. Mi cuerpo fue presionado hacia abajo, por lo que fue
imposible moverme. Estaba acostado cómodamente entre
mis piernas abiertas, Keith estiró los dedos y volvió a sacudir
mi interior. Cada vez que doblaba un dedo sentía como se
rasgaba mi parte interior. Grité.
—Ah.
Keith escupió brevemente un gemido y retiró sus dedos.
Pude observar cómo sus dedos estaban empapados de mis
fluidos. Él frunció el ceño, si me odiaba no importaba. Solo
quería algo, quería que lo pusiera.
—Keith, rápido...
Me acerqué a él con el cuerpo temblando. Él apenas me
abrazó.
—¿Con cuántos hombres jugaste cuando parecías tan
inocente?
—Nunca, nunca...
—¿Qué? —Keith se echó a reír como si no estuviera
realmente preocupado. —Si lo vas a disfrutar de todos
modos, es bueno ser sincero el uno con el otro.
—¿Tú también? —susurré y me besó.
No podía permitirme decir algo. Simplemente lo abracé y
froté mi entrada contra él como un loco. Vamos, solo quería
que pusiera sus dedos en mi interior como antes. En el lugar
donde había tocado, se sentía un hormigueo. No pude
soportarlo. Moví mis caderas y toqué su cuerpo a tientas.
—Keith, rápido... Ponlo rápidamente. Ah, no puedo
soportarlo...
—Ah.
Mientras lloraba y rogaba, él soltó un gemido y me miró por
un momento. Era la primera vez que lo veía así, pero no tuve
tiempo de pensar en esto o aquello. Bajé mi mano y agarré su
pene. Keith se detuvo. Intenté ponerlo dentro de alguna
manera, pero estaba tan mojado que se resbaló y no pudo
entrar.
—Pobre de mí...
Las lágrimas se desbordaron de nuevo. Miré hacia arriba y
miré la cara de Keith. Solo quería que este hombre entrara
una y otra vez en mí; pero Keith simplemente me miró a la
cara sin comprender. Me estaba volviendo loco, aunque él no
se movió. Finalmente, lloré y froté mi entrada contra su pene.
—Por favor, por favor... ¡Hazlo rápido! ¡Creo que me voy a
volver… ¡Loco!
Mientras gritaba golpeaba su hombro.
—Oh, Dios mío. Es realmente un desperdicio verte así.
Keith agarró mis muñecas con una mano y las colocó sobre
mi cabeza. Su pene tanteó mi entrada mientras separaba con
su otra mano mis nalgas. Instintivamente me puse nervioso.
—¡¡Ah!!
Un gemido fluyó desde lo profundo de mi garganta.
Empecé a frotar su pene contra mi entrada, sentí un
cosquilleo, necesitaba más.
Keith inclinó la cabeza y besó mi mejilla ligeramente, aunque
fue corto, me pareció tan lindo, como el beso de un niño.
A través de mi brumosa vista, pude ver a Keith sonreír. Jadeé
y lo miré fijamente. Un grito insoportable atravesó mis
cuerdas vocales.
Quería abrazarlo, pero no podía porque él tenía sujetas mis
muñecas, no lograba zafarme de su agarre, mi cuerpo estaba
temblando. El ajustado espacio entre el colchón y su cuerpo,
no me permitían moverme ni una pulgada...
De pronto, él entró.
—¡Ufff! —jadeé.
Retrocedió un poco y volvió a entrar para después quedarse
quieto. Sorprendido y con el aliento entrecortado, hablé:
—Sigue.
Pero él no se movió
No podía soportarlo más, y torcí la espalda. Entonces,
naturalmente, mi interior se tensó y Keith gimió,
distorsionando su frente.
Lo único que podía hacer era contraer mi entrada, debido a
que mis manos estaban atrapadas, me detuve
frenéticamente, él avanzó poco a poco para que su pene
entrara en mi interior. De alguna forma, traté de atraerlo más
profundo, en un esfuerzo desesperado.
—Ah...
De repente suspiré, había llegado a mi límite, sentía que me
volvería completamente loco, Keith soltó un profundo
gruñido...
Luego salió completamente de mi para después entrar con
fuerza.
—¡...!
No emití un ningún sonido, aunque respiré con la boca
abierta. Ligeramente, todo mi cuerpo temblaba. Keith
penetraba tan profundamente dentro de mí, disfrutando del
lugar estrecho. Su aliento se volvió más áspero que el mío.
Keith tenía la cara enrojecida. Parecía estar demostrando que
solo había sido paciente anteriormente y que ahora toda esa
paciencia había llegado a su fin.
—... ¡Ah, no!
Violentamente, Keith entró de nuevo. Cuando tocó en el
fondo de mi interior, un gemido salió fuera de mi boca, le
siguió un breve grito.
Él estaba más emocionado que nunca, a medida que pasaban
los segundos su parte inferior se hinchaba cada vez más.
—Ah... tu agujero me está succionando, has estado fingiendo
ser inocente... Ah... ¡Maldición! ¿Por qué eres tan estrecho?
Keith se quedó sin aliento sobre mí.
En el momento en que su cuerpo entró en contacto con el
mío, solté un grito lleno de dolor; incluso el calor del ciclo no
aliviaba la molestia de la fricción que estaba recibiendo. De
repente sollocé y temblé.
—Shhh, está bien —susurró en mi oído mientras me
consolaba, su voz era infinitamente dulce.
Cuando soltó mi muñeca, no pude responder. Keith besó mi
mejilla, luego se dirigió hacia mis labios al mismo tiempo en
que su pene volvió a golpear en mi interior. Grité porque
estaba sorprendido. Sus manos se deslizaron hacia mis
caderas, aún nos encontramos unidos, súbitamente, sacudió
su cabeza.
—¡Estás tan mojado!
Acarició mi entrepierna. Yo solo salté. Fue tan doloroso que
mi abdomen se estremeció. La dolencia duro
persistentemente, pero me gustaba sentir su pene tan grueso
y caliente, aplastando y friccionando en mi interior, sin
embargo, deseaba que eyaculara pronto.
—Si me estabas tentando, ha sido un éxito... Ah... ¿Qué
demonios quiere este obsceno agujero?
Me dio una nalgada. El interior de mi cuerpo tembló y se
contrajo, él presionó su pene en mi punto más débil.
Su rostro estaba enojado y distorsionado, pero al mismo
tiempo, Keith me miró con la cara roja. ¿Acaso no le
gustaba? No lo sabía, pero no me importaba. Todo lo que
quería era que llenará mi interior rápido.
—¡Por favor, Keith...! ¡Ayúdame...! ¡Es insoportable...!
Él se detuvo, y comencé a llorar y a rogar, nuevamente él
volvió a penetrarme y a sacarlo rítmicamente.
—¡Oh, ah, ah, ah!
Rápidamente lo abracé.
Mi agujero estaba caliente y doloroso, y aunque no tenía
intención, mi interior se apretó por auto reflejo, succionando
el pesado pene de Keith.
—¡Maldición! ¿Dónde aprendiste a hacer esto?
Keith escupió junto con malas palabras, pero no esperó mi
respuesta, como evidencia, continuó entrando y saliendo de
mí.
Sus brazos eran tan fuertes como las manos que sostenían
mis caderas. Golpeteos violentos eran lo único que se podía
escuchar, todos mis sentidos estaban concentrados allí, así
que no podía sentir nada más. Parecía una locura cada vez
que su grueso glande se hundía en mí.
—Ahh, ahí —grité—. Ahí, ahí... Más, más... ¡Más fuerte, más
fuerte...! —supliqué con lágrimas.
De repente, Keith sonrió. Noté que ese hombre lo había
hecho a propósito así que mordí su hombro.
—¡Ah!
Fue cuando me di cuenta de que yo estaba provocando que
él estuviera más excitado.
Solté un grito. Keith frotó justo en el lugar exacto que quería.
Siempre que su grueso pene frotaba mi interior, sentía que
me mojaba cada vez más.
De pronto, se escuchó el sonido un líquido rebosante
mezclado con el sonido de los golpes de carne. Levanté mi
trasero, abriéndome más. Keith soltó mis manos y agarró mis
nalgas.
—Oh, ah, ah, ah, ah.
Los gemidos continuaron sin parar. ¡Estaba completamente
emocionado!
Cada vez que él golpeaba mi interior violentamente, se
escuchaba el sonido fuerte de nuestros cuerpos chocando...
Inesperadamente, sentí un fluido que me llenó. Mi aroma se
mezcló entre sus feromonas desbordantes.
Escuché un suspiro.
—Ahh...
Keith estaba eyaculando, gemía con una respiración
profunda. Mordió y sacudió mi cuello, fue cuando mi entrada
caliente apretó con más fuerza su pene para no dejarlo ir.
Él se detuvo y el mareo surgió.
Keith vertió sus feromonas mientras su semen se extendía
profundamente en mi cuerpo, todo el dolor desapareció.
Mi cuerpo se quedó sin fuerzas y mis brazos, que estaban en
sus hombros cayeron sobre la cama. Keith continuó
eyaculando. Mi cuerpo tembló, sentí el fluido caliente llenar
mi estómago. Incluso, aunque había estado tomando
medicamento, hasta ahora era que sentía que este ciclo de
calor había sido diferente a los demás.
Exhalé.
El pene de Keith no se había encogido después de la
eyaculación...
—¿Por qué no querías tener sexo conmigo?
¿Qué quería decir?
Pestañeé sin saber el significado.
—No soy del tipo del Sr. Pittman.
Keith se rio como si estuviera fuera de lugar, pero pronto sus
labios se sobrepusieron a los míos.
De nuevo, mi cuerpo estaba palpitando. Mi ciclo aún no había
terminado... Repentinamente los ojos de Keith se volvieron
de nuevo dorados. Su pene, que estaba en mi interior, se
hincho todavía más... E instintivamente me di cuenta de que
su RUT tampoco había terminado.
—¡Ahhhh!
Inhalé profundo.
Aunque no había tiempo para sorprenderse. Keith agarró
mis hombros y volteo mi cuerpo, su mano agarró mi trasero
para separarlo, dejando a la vista mi orificio mientras el
semen que se había acumulado en el interior fluía.
Keith suspiró ante la vista. Giré la cabeza y lo miré, pero él no
vio mi cara, solo observaba mi entrada. Mi rostro comenzaba
a quemarme por la vergüenza, pero no era el momento.
Mi cuerpo se calentó de nuevo, no podía soportarlo y me
recosté. Keith me miró y me sostuvo la cintura.
—... ¡Ugh!
Mi parte inferior estaba apretada y mis caderas se
contrajeron espontáneamente. Keith entró y salió varias
veces, golpeando mi punto, con más facilidad que la primera
vez.
—¡...Uuff!
Keith suspiró por la satisfacción.
Una mano grande se adelantó y acarició mi abdomen, su
mano empezó a deambular cerca de mi ombligo,
seguidamente, se detuvo donde su glande se marcaba y
presionó contra mi estómago.
—¡Ah!
Escupí un gemido corto ante una sensación extraña que fue
dolorosa, incómoda y emocionante.
La sensación de apretar el mismo lugar por dentro y por
fuera, donde solo una piel delgada los dividía... era aterrador
y emocionante.
Keith escupió un lenguaje abusivo detrás de mí. De repente,
comenzó a moverse hacia adentro y hacia afuera mientras se
aferraba a mi vientre. Luché con el dolor.
—¡Oh, ah, ah, ah, ah, ah! ¡Ahhh!
El semen que brotaba de mi interior y el fluido de mi
miembro comenzaron a derramarse entre mis muslos.
Incluso después de haber eyaculado, agité el trasero sin
parar. De repente, Keith dejó de agarrar mi cintura y disfrutó
de mi movimiento. La palma de su mano golpeó mi trasero.
Un áspero gemido salió de mi boca. Volvió a poner sus manos
sobre mi cadera y tiró de ellas.
—Vamos, vamos... ¡Lléname, por favor!
Keith estaba increíblemente emocionado. La feromona que
derramó sobre mí fue la prueba, pero era
sorprendentemente codicioso.
—¡Oh!
Los gritos de dolor salieron.
—Ah...
La cantidad de semen que ingresó en mí fue enorme. Keith
me acarició lentamente la espalda desnuda. Parecía que
disfrutaba de verme temblar. Contraje mi interior para
presionar su pene. Keith satisfecho, vertió más semen en mí.
Después de golpear mis caderas unas cuantas veces más,
terminó sin esfuerzo. Cuando Keith me dejó ir, me desvanecí
sobre la cama. Mis entrañas todavía estaban calientes. El
placer que sentía en mí cuerpo, por primera vez, no
desapareció.
Este era un verdadero ciclo de calor. Vi su desnudez con una
febril visión. Su pene estaba empapado.
Caí boca abajo y Keith empujó su pene hacia mi agujero
expuesto. Puse mis manos sobre la cama y las mantuve
flexionadas. Él entraba y salía, cada vez con más frecuencia y
rapidez.
De repente dejó de moverse y se quedó un rato así, inmóvil.
Me estaba penetrando profundamente.
Su cara estaba húmeda por el sudor y su aliento era tan
entrecortado como el mío. Mi cabeza estaba empapada de
feromonas por todas partes, no podía pensar en nada e hice
lo que quería sin ningún cálculo.
Lo sorprendente fue la reacción de Keith, solía ser más
racional, aun cuando su RUT se manifestará. Me
pregunté: ¿Por qué no se había detenido? Después de un rato
inclinó la cabeza. Nuestros labios se encontraron y se
mezclaron con un sonido húmedo.
Pronto Keith comenzó a moverse de nuevo, lo besé, sentí
como su miembro estaba revolviéndose dentro de mí.
Lo único que quedaba era el deseo. Pronto jadeé y me volteé,
quedando a mi vista el rostro de Keith. Agarró mis rodillas y
las empujó contra mi cuerpo, flexionadolas. Su grueso pene
me penetró más profundo que antes. Estaba completamente
cubierto de feromonas, observé como su pene mojado entró
y salió de mi interior, mis genitales eran tan delgados
comparándolos con los de él. Ni siquiera me había dado
cuenta de cuántas veces me había corrido, sentía que ya no
podía más. Algunas gotas de mi fluido cayeron sin fuerza, y
pronto se volvieron transparentes.
Mi vientre estaba hinchado y las costillas inferiores parecían
arder.
Keith, extendió la mano y trazó el lugar donde su pene
marcaba mi abdomen. De repente, me agarró la muñeca y se
corrió de nuevo, pude sentir como su semen se mezclaba en
mi interior.
Antes de darme cuenta, Keith hizo que mi mano recorriera
sus genitales cubiertos de fluidos. Lo agarré con ambas
manos y lo froté. Podía sentir como sus vasos sanguíneos
palpitan entre mis dedos.
—Ah...
Keith sacudió la cabeza y exhaló una respiración profunda.
Su entusiasmo llegó a la palma de mi mano. Rápidamente
froté su pene, esperando que él entrara en mí, aunque ya me
encontraba lleno de semen, inmediatamente me calenté.
Seguí masturbándolo, pero no fue por mucho tiempo. No
estaba satisfecho con mi torpe toque, empujó mi mano y me
giró hacia un lado, conectándome con la parte inferior de su
cuerpo.
Keith finalmente comenzó a moverse frotando su pene
contra mi entrepierna... Mi campo de visión se fue
oscureciendo.
—Ugh, uh.
Nuestros gemidos fluyeron, sin embargo, Keith no se detuvo.
—Oh...
Con un suspiro de satisfacción, terminó. Pero ese no fue el
final. Sin descanso, Keith me abrazó de nuevo. Esta vez de
frente.
—¡Ah... Ah!
Ante la presión repentina, grité. Todo mi cuerpo tembló por
un momento cuando su pene volvió a entrar en mí. Y el sexo
comenzó de nuevo... Keith agarró mi cintura, mientras su
pene entraba y salía, una y otra vez.
—Ah...
Un gemido cansado salió de su boca.
Con cada movimiento de Keith, el semen acumulado se
desbordaba.
Mi conciencia se iba desvaneciendo. ¿Cuántas veces lo
habíamos hecho ya? No sabía cuánto tiempo había
transcurrido, simplemente rodamos sobre la cama sin parar.
Nuevamente estaba acostado en la cama, Keith cayó sobre mi
cuerpo, el semen volvió a llenar mi interior.
La cara de Keith apareció en mi vista borrosa mientras él
parpadeaba sin comprender. Me besó de nuevo...
✤✤✤✤✤✤
Mi vista fue sacudida con brusquedad. Miré fijamente al
techo con las pupilas dilatadas. Mi cabeza no funcionaba
correctamente. Quizás se debía a la sensación de temblor
constante. Miré hacia mi pelvis, el pene de Keith estaba en mi
entrepierna. Lo miré desconcertado. No podía creer que
hubiera estado con él durante todo el ciclo de calor.
Perdí la conciencia, pero cuando abrí los ojos, este hombre
todavía estaba encima de mí.
—... El ciclo ha terminado...
Apenas lo dije, pude escuchar mi voz como un chillido.
Solté un largo gemido, su semen salió de nuevo. Era la
primera vez que pasaba mi ciclo de calor con alguien,
siempre lo había soportado con medicina. Inadvertidamente,
fruncí el ceño. Su semen continuaba vertiéndose... Los ojos de
Keith eran morados. ¿Había terminado? Cuando pensé en
eso, sus ojos se volvieron dorados. Keith parecía estar quieto.
Esta vez lo había solucionado todo con sexo, pero Keith no
era el tipo de persona que tuviera sexo con hombres, incluso
lo había manifestado públicamente, aun así, tuvo sexo
conmigo.
Suavemente chupé mis labios.
—Uf, uh...
Hubo un sonido de dolor y poco a poco, me desorienté...
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 9
✤✤✤✤✤✤
No era tan tarde, pero después del RUT, se dice que los Alfa
dominantes permanecen profundamente dormidos, tanto
que pueden dormir hasta tres días. Keith lleva durmiendo
dos.
Fue entonces cuando de repente una sirvienta entró a la
habitación, informando que Keith se había despertado.
—La mayoría de las veces se levanta a medio día, aunque esta
vez ha estado durmiendo de más.
Charles habló mientras yo estaba sentado en la cama,
comiendo. Levanté mi rostro.
Él todavía hablaba con indiferencia:
—No se pudo evitar, tuvo un RUT muy intenso, diferente a
los habituales, pero no es su culpa Yeonwoo.
Cuando parecía aliviado, agregó para sí mismo:
—Debe haber una razón.
Intenté preguntar de qué estaba hablando, pero de
inmediato se dio la vuelta sin dudarlo.
Después de que Charles me ayudó, fue a la habitación de
Keith. Terminé la comida y me quedé solo hasta que Emily
entró después de un rato, como si Charles le hubiera dado
instrucciones por adelantado. Me preguntó qué iba a comer
de postre con una actitud diferente a la habitual, me ánimo a
descansar y desapareció con los platos vacíos.
Lentamente mi cara se volvió roja de vergüenza. Todos en la
mansión sabían que había tenido sexo con Keith. Quería
convertirme en polvo y desaparecer.
¡Estaba bien! Alfas y Omegas dormían juntos durante el ciclo
de calor en cualquier parte del mundo... Sin embargo, no creía
que todos los Omegas desearan desaparecer tanto como lo
deseaba yo.
La actitud de los empleados que habían venido a la
habitación no había sido la misma de siempre.
Sabía que estaban hablando detrás de mí, pero pretendí estar
tranquilo, fingí que no sabía nada y los traté como de
costumbre.
Más tarde, Charles me dijo que Keith iría a trabajar al día
siguiente.
—Los recuerdos del Sr. Pittman no están completos. Parece
haber una pérdida de memoria. Su RUT nunca ha sido así... —
dijo Charles, luego agregó—: Creo que no ha tenido una
compañera últimamente, ¿cierto?
Intente recordar cuándo había sido la última vez que vio a
Naomi. No lo sabía porque el recuerdo era débil. Respondí
con franqueza:
—No lo sé.
—De todos modos, le pregunté a su médico de cabecera. —
Charles asintió y agregó—: Si esto vuelve a ocurrir, entonces
hay una advertencia de que puede producirse un deterioro
grave de la memoria.
Eso pareció motivarme a buscar una nueva compañera para
el Sr. Pittman.
Era algo normal, con calma, acepté la realidad. Lo que sucedió
solo había sido un accidente. Keith había roto su propia regla,
la de no acostarse con un hombre.
Pronto, Charles se fue y me quedé solo.
Mi cuerpo se estaba recuperando lo suficiente como para
salir de la cama. La razón por la había cenado en la habitación
había sido porque no estaba en buena forma. Pero la verdad
era que no tenía coraje para ver a Keith a la cara. En cambio,
verifiqué el estado de la compañía por teléfono e hice un
informe. Mientras Keith estaba dormido, estuve manejando
los asuntos de la oficina por teléfono como usualmente hacia
cuando salía de vacaciones.
— ¿Estás bien? Me preguntaba si el Sr. Pittman te estuvo
forzando en exceso.
Emma estaba preocupada por mí, a pesar de que tenía que
organizar miles de cosas. Estaba agradecido, así que le dije
honestamente:
—Sí, lo siento. De repente llegó mi ciclo de calor. No pude ir a
trabajar.
Debido al fin de semana que se atravesó, no pude decirle
porque estuve ausente durante una semana. Le dije que se lo
compensaría con dinero. Emma se rio como de costumbre.
—No me importa eso, lo entiendo —dijo, luego agrego
amargamente—: Mi hermano también es Omega, sé lo difícil
que es.
Como Emma era Beta, por supuesto, pensaba que su
hermano también lo era. Me sentí mal por mis prejuicios.
Aparte de mí en la mansión, todos eran Betas, yo era el único
Omega.
Después de decir gracias de nuevo, colgué.
Más tarde, recordé que me había dicho que su hermano
trabajaba como guardaespaldas. ¿Podía un Omega ser un
guardaespaldas? Pensé que era difícil debido a las
feromonas. Cuando Keith reclutaba guardaespaldas siempre
excluía a los Omegas porque siempre resultaban afectados
por las feromonas. Creo que debía estar equivocado. Pronto
perdí la cabeza y me puse a trabajar. El tiempo pasó.
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
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✤✤✤✤✤✤
—...
Solo era posible producir Alfa y Omegas dominantes en una
familia de dominantes. Había oído que era un caso raro, pero
también era posible producir Omegas ordinarios. Cuando vi
a Keith, encendió un cigarrillo y respiró un poco. No dijo
nada, pero la respuesta era obvia. Los Omegas dominantes
eran capaces de ocultar sus feromonas sin medicina, por lo
tanto, era una suerte descubrirlo.
Huir y ser perseguido.
Los Omegas de las familias dominantes, eran propiedad
conjunta de los Alfa dominantes. Pensé que era una historia
que estaba cerca de ser una leyenda urbana, pero tal vez, sí
era verdad. Sin embargo, no podía pedir la historia familiar
de otra persona solo para llenar mi curiosidad.
—Podría encadenar su cuello y mantenerlo encerrado.
En el momento me sentí tan avergonzado por preguntar,
pero me pareció una alternativa natural.
—... ¿A menudo hacen eso?
Cuando dudaba en volver a preguntar, Keith respondió,
como si no fuera nada:
—Es el pasatiempo de Harrison sacarlo y cuidarlo.
Pronto dejé de pensar al respecto. De todos modos, nunca
conoceré su mundo. La mano de Keith sostuvo mi barbilla e
inclinó su cabeza, me dio un corto beso y dijo:
—¿Hay algo que quieras tener?
—¿Qué quiera tener? —repetí sus palabras como un tonto.
Keith suavemente se rio.
—Si, lo que quieras. Compraré cualquier cosa. —Luego
agregó—: Todo lo que quieras será tuyo.
Pensé internamente, sin embargo, nunca podría sacarlo de
mi boca.
—No —dije de forma seca—. No hay nada que quisiera
tener... Gracias.
Keith me miró, pero no tenía nada más que decir. En poco
tiempo, había escupido el humo de nuevo, abrió la boca:
—No eres codicioso.
Casi lance una risa nerviosa. Dije amargamente
distorsionando mi rostro:
—Está equivocado.
Deliberadamente miré hacia abajo e intenté no revelar mis
emociones desordenadas. Por un momento, él guardó
silencio. El aroma de los cigarrillos y las feromonas a la deriva
se mezclaron. Y de pronto, mis labios fueron atrapados por
los suyos, abracé su cuello para profundizar su beso, pero
una esquina de mi corazón parecía tener un pequeño
agujero.
«¡Te quiero a ti!».
✤✤✤✤✤✤
Después de mucho tiempo, la mansión se quedó en silencio.
Me senté en el salón y me llevé la taza de té tibio a la boca.
De pronto, escuché el pequeño sonido de la taza golpeando la
mesa. El ruido terminó con eso.
Miré fijamente por la ventana. Las hojas se mecían acorde al
viento. No recordaba un paisaje tan sereno.
Por la mañana Keith había salido de la mansión a tiempo,
posiblemente hoy podría venir o no. De todas maneras, era
fin de semana así que no importaba si llegaba mañana por la
noche, aunque la espera me resultaba larga.
Todavía no podía creer en las palabras de Keith.
Él pensaba que yo tenía mucha experiencia, incluso me había
preguntado con cuántas personas jugaba a la vez. Dejé de
preguntarme eso y me abracé con dureza, como si fuera un
castigo.
Fue entonces cuando recordé la primera vez que Keith me
abrazó mientras mordía mi cuello y metía su pene en mi
interior, así como su semen que me llenó por completo para
luego quedarnos dormidos en la habitación.
Esa noche Keith me abrazó con ternura. No hizo preguntas
inútiles. Sin embargo, mi cuerpo aún no entendía bien lo qué
sucedía, aunque no tenía la intención de corregirlo.
Parecía que no era malo para él que me quedara a dormir en
su habitación.
Rápidamente corté mis pensamientos. Esto era solo sexo. Las
expectativas prematuras solo me harían sentir miserable. No
debía esperar nada, solo era un compañero sexual más.
Fruncí el ceño.
—¿Quieres más té?
La voz de Charles me despertó de mis pensamientos.
Miré por la ventana y sacudí la cabeza.
—No, gracias.
Charles inmediatamente arregló la mesa. Cuando estaba a
punto de salir del salón de té, me detuve y miré hacia atrás.
Charles, que sintió mi mirada, me miró directamente, con la
espalda recta.
Dudé.
—Mmm. ¿Hubo alguna llamada del Sr. Pittman?
Charles dijo:
—Llegará al día siguiente después de ir a la mansión de
Ángel. No es razonable ir y venir el mismo día.
—Ah... ya veo. Gracias.
Me apresuré a salir del camino. El pasillo estaba tranquilo y
toda la casa silenciosa, como si estuviera muerta. Era porque
Keith no estaba. No esperaba que se sintiera tan vacío solo
porque él no estaba en la mansión. Había estado ocupado
todo el día trabajando, y leyendo libros, aunque ahora estaba
en mi límite. Estaba ansioso.
¿Debería leer más?
No era una idea muy atractiva. El libro que elegí por la
mañana no había sido muy divertido. Sin embargo, la
biblioteca de Keith era enorme. Estaba llena de libros por lo
que elegir uno llevaba bastante tiempo así que, decidí que
podía leer algo porque tenía tiempo libre, me decidí y pasé
por mi habitación para dirigirme directamente hacia la
biblioteca.
Pero cuando me detuve frente al estudio, la habitación de
Keith apareció ante mi vista. Me quedé quieto por un
momento. El aroma de mis feromonas, que nunca antes
había sentido, de repente se sintió con fuerza. Me moví como
si estuviera poseído y me dirigí a la habitación de Keith. El
dulce aroma se volvió más y más oscuro. En el momento en
que finalmente abrí la puerta, cerré los ojos. Mi interior se
calentó. No podía soportarlo así que me acosté en su cama.
La sábana estaba llena de su aroma.
Resoplé.
«¡Te extraño!».
No había pasado ni un día. Sin embargo, no podía soportarlo.
¿Qué haría por las noches cuando tuviera que dormir
solo? Parecía que la vida sin Keith era inexistente. Mi vida
ahora era él.
La rígida respiración sonó en mis oídos, estaba acostado
respirando desesperadamente su fragancia que flotaba en el
aire. La sábana todavía tenía mucho de su olor. De repente
me encontré deambulando por la cama. No podía soportarlo
así que volví a acostarme para mirar hacia el techo. Bajé la
mano y abrí mis pantalones.
No era de extrañar, esto ya había pasado varias veces antes
de entrar a la mansión. En aquellos tiempos, hubo un día en
que Keith llegó borracho, por supuesto me fui a casa a
masturbar; no obstante, en la mansión lo hice el primer día
en que llegué. Me sentí tan inescrupuloso al recordarlo que
no pude evitar sonreír.
Aunque ahora, el haberme atrevido a recostarme en su cama
y masturbarme… Jadeé. De pronto, un sentimiento de culpa
me invadió. No podía soportarlo porque mi interior estaba
palpitando. Bajé mis pantalones y mi ropa interior a la vez.
—Keith...
Mi cuerpo era tan lujurioso que me mojé con solo pensar en
él. Incluso ahora, era suficiente con solo oler sus feromonas
para excitarme, era imposible resistirlo, mi cuerpo estaba
ardiendo por dentro. Tan pronto como abracé la almohada,
me recosté y abrí las piernas.
Antes solía frotar mi pene vigorosamente, pero hacer eso
ahora no funcionaría.
Después de conocer la sensación que se siente por detrás,
nada lo puede reemplazar.
Extendí mi mano y mis dedos encontraron mi agujero.
—Ah...
Estaba completamente húmedo. Metí mis dedos y acaricié mi
interior.
Respiré con dificultad.
—Ahhh.
Mi respiración se fue acortando. Su aroma, que sentía cada
vez que respiraba, gradualmente me hizo perder la razón.
Cerré los ojos y escupí un gemido tembloroso. Por supuesto,
la sensación fue diferente a la que sentía cuando él me
penetraba. Abrí los muslos para que mis dedos entraran con
más facilidad. Empujé y comencé a frotar mi interior, no me
sentía satisfecho con el grosor y la profundidad, pero no tenía
más remedio que satisfacerme con mis dedos. Continué
frotando apresuradamente mi agujero, podía sentir como mi
cuerpo temblaba a medida que aumentaba el ritmo.
—Ahh.
Eyaculé mientras unos profundos gemidos salían de mi boca.
Mi mente se quedó en blanco después de la eyaculación.
—Whoo...
Suspiré y luego mi cabeza giró.
Keith estaba ahí.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 11 | Final
✤✤✤✤✤✤
—¡Ay...!
Distorsioné mi rostro sin darme cuenta cuando un profundo
dolor me atravesó. Keith paró de lamer mi nuca, la cual
estaba mordida y chupeteada.
Tímidamente lo miré.
—¿Estás bien?
Asentí. Era difícil imaginar cómo se veía mi cuello en estos
momentos. Keith, quien me miró por un instante, besó mis
labios de una forma tan tierna.
Estaba avergonzado, pero él no me dijo nada.
De repente, salió de mi interior. Cada vez que respiraba
sentía como un fluido espeso escurría entre mis nalgas. Me
sentía como un niño abandonado, parpadeé ansiosamente,
en eso, me llegó a la nariz un olor dulce y familiar.
—Ah.
Solté un suspiro.
Keith se dio la vuelta, luego regresó con una caja entre sus
manos.
—Ábrelo.
Se acercó a la cama y frunció el ceño brevemente. Dentro
había un reloj. No sabía lo que significaba. Él lo sacó y tomó
mi muñeca. Cuando el frío metal tocó mi piel, sentí miedo,
pero no dije nada, tan solo me lo quedé mirando.
Solo después de que Keith colocó el reloj me dejó ir, fue
entonces cuando llevé mi muñeca cerca de mi rostro y lo
miré. Era un reloj con piedras preciosas de colores.
Extrañamente sentí que mi corazón se estaba enfriando.
Lo miré de nuevo.
¿Qué significa esto?
—¿Te gusta?
Keith me miró, esperando una respuesta. Por supuesto, yo
estaba seguro de que tenía curiosidad por saber si me
gustaba su regalo.
Asentí.
—... Sí. Es hermoso, pero… ¿Por qué...?
Cuando pregunté vacilante, Keith estaba sentado a mi lado,
luego me abrazó por la cintura. Como de costumbre suspiro
cómodamente después de enterrar su nariz y oler mi cuerpo.
—Cuando vas a la casa de Ángel, no debes ir con las manos
vacías —dijo, tranquilamente—. Siempre compro joyas, pero
los collares y anillos están prohibidos. Ya ha pasado que se
los traga para intentar suicidarse. Debe ser algo lo
suficientemente grande para que no pueda tragarlo.
Como si fuera molesto, Keith habló con rudeza. Sin embargo,
encontré algo inesperado en sus palabras.
No me había dicho a mí, se lo había dicho a Emma.
Ni siquiera sabía que le estaba dando un regalo al Omega que
lo dio a luz. Entre tanto, Keith parecía siempre comprar joyas
cada vez que visitaba a Ángel. Estaba avergonzado porque
había encontrado un lado que no conocía de él. No tenía idea
alguna sobre su familia.
—La regla es que tienes que elegir el regalo que le das a
Ángel. Es ridículo, tienes que ir y conseguir una joya cada vez
que lo atrapan. Ni siquiera sé por qué estoy haciendo esto.
Keith se quejó mientras me abraza más de cerca. Tenía
vergüenza que mi piel desnuda se pegará, pero audazmente
puse mis brazos alrededor de su espalda y de la misma
manera en la que él lo había hecho, yo también inhalé su
fragancia de feromonas, la cual parecía derretir mi cerebro.
Mi interior se mojó. Quizás se debía a mi emoción que mi
aroma también se había espesado. Sentí que Keith levantó mi
trasero, fue entonces cuando abrí cuidadosamente una
pierna y la subí sobre su cintura.
Él entró como si lo hubiera esperado.
—Uh... Ugh.
Mi interior estaba lo suficientemente húmedo, sin embargo,
la presión que puso al entrar todavía estaba allí. Sin querer
distorsioné mi rostro. Al darse cuenta, Keith besó mi mejilla,
y lentamente movió su espalda.
—Ah. Suspiré, feliz.
—¿Tú lo elegiste...?
Le pregunté con el aliento caliente.
Keith sonrió y besó de nuevo mis labios.
—¿Por qué, no te gusta?
—No. —Sacudí la cabeza. No podía ser que yo fuera el primer
compañero sexual al cual le elegía personalmente un
regalo—. Estoy tan feliz... Gracias.
Keith deslizó su mano hacia abajo y empujó su pene en mi
interior.
—¡Ah!
Después de un breve grito, Keith se echó a reír.
—¿Qué estás haciendo?
En el momento en que vi su sonrisa, me quedé en blanco.
Él me sonrío.
Mientras su mano tocaba mi cuerpo, el sol cayó sobre su
cabellera y el olor a hierba del día se mezcló con el dulce
aroma de sus feromonas.
Todo era perfecto.
—¿Qué sucede? —preguntó Keith, perplejo.
Abrí la boca para contestar, pero no hubo ningún sonido.
Apenas y respiraba con dificultad cuando de pronto sentí mis
ojos brillar.
Keith volvió a besarme, luego sonrió.
De repente mis emociones me empujaron violentamente
contra la realidad, perdí la razón. Nunca lo dije. Una esquina
de mi corazón se sacudió, dolía. Había estado pensando por
mucho tiempo. No lo soporté y dije:
—¡Me gustas...!
Keith de la nada, dejó de moverse.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 1 | Parte 1
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
—... Huh
Cuando desperté, lo hice con la sensación de unos besos que
estaban siendo esparcidos en mis pezones, cuello y hombros.
Keith sonrió a mis espaldas, parpadeé inexpresivamente y lo
saludé:
—... Buenos días —dije un poco tímido.
Pero Keith, en lugar de responder, bajó su mano a mi muslo
y me levantó una pierna. Naturalmente, cerré los ojos y dejé
escapar un breve gemido cuando su grueso pene me perforó.
Desde el día en que me confesé, había estado durmiendo en
su cama; aunque era mejor decir que me quedaba dormido
después de tener relaciones. Era muy difícil volver a mi
habitación al amanecer porque sus grandes músculos
permanecían siempre alrededor de mi cuerpo, además, si
tenía éxito, su humor al día siguiente no era tan desastroso.
Cuando la hora de ir a trabajar llegaba, Keith solía golpear mi
trasero o penetrarme violentamente.
Era muy difícil para mí no emocionarme al ser besado por él.
No podía evitar despertarme y tener sexo, parecía que le
gustaba hacerlo por las mañanas. Siempre me despertaba a
causa de sus besos y mordidas en mi cuerpo. Con las más
triviales de sus caricias, mi cuerpo se calentaba y, por
supuesto, mi interior se humedecía.
Keith se introdujo en mi interior, como si lo hubiera
esperado.
—Oh... Ah.
Me estremecí por el repentino movimiento.
Él mordió mi hombro y hundió su nariz en mi cuello para
poder percibir todavía más mi aroma.
—Sí...
Keith eyaculó profundamente dentro al mismo tiempo en
que emitió un largo gemido de placer. Me besó por detrás,
entrecortando nuestras respiraciones. Sus labios tocaron mi
cuello y orejas. De pronto, encogí mis hombros ante la
sensación, fue en ese instante cuando solté una breve sonrisa
y mi parte inferior volvió a palpitar.
—Ah.
Keith suspiró.
Él todavía se encontraba en mi interior cuando su mano
repentinamente se movió hasta llegar a mi pene. Me
sorprendió su tacto, tenía miedo, pero lo tocó con suavidad,
como si estuviera jugando con su mano.
—Hay un evento de caridad hoy.
—Ah...
Solté un gemido.
Él continuó acariciando mi pene mientras sus labios se
apoderaban de mi cuello, su respiración en mi piel me
estremeció.
—¿Valdrá la pena un millón de dólares?
Apenas moví la cabeza, Keith habló:
—... Eso es lo que estoy donando.
—Ah.
Liberé un grito por la excitación. Todo mi cuerpo estaba
caliente y temblando, finalmente Keith retiró su mano. Lo
había hecho a propósito. Lo miré con ojos resentidos, pero él
solo me besó.
—Whoo.
Siempre dejaba mi cuerpo como quería, no solo el frente, sino
todo mi cuerpo.
Casi habíamos pasado una hora en la cama.
Al final, sacó su pene de mi interior y mi entrepierna se
empapó de su semen.
Esta mañana había sido más larga que otras porque hoy era
festivo. Keith se había levantado ya así que pensé que sería
bueno dormir toda la mañana, mi cuerpo estaba muy
agotado.
De pronto sentí que unos brazos me envolvían.
—¿...?
Mis ojos brillaron por un momento.
Keith me miró a la cara.
—Tú también deberías lavarte.
—¿También voy a ir yo?
Keith agregó con el ceño fruncido:
—No iré sin una pareja.
—Oh no... Por supuesto.
Mi expresión todavía era de sorpresa, parpadeé un par de
veces para terminar de entender la situación.
—Pero… ¿Yo, como pareja...? ¿De Verdad?
Keith citó con una mirada fría:
—Entonces… ¿Quién irá conmigo?
Él tenía razón. No tenía una compañera, tampoco le había
buscado una. En otras ocasiones lo hubiera hecho con
anticipación, pero esta vez yo era su compañero. Por
supuesto, él pensó en mí como su compañero. El cuerpo me
dolía, incluso me era difícil mover un dedo, aunque pronto
sentí que me llené de energía.
Un susurro suave salió de mis labios hinchados:
—Gracias...
Keith me respondió con una sonrisa burlona:
—De nada.
Luego me volvió abrazar y se dirigió al baño.
Estaba tan feliz, parecía un sueño.
✤✤✤✤✤✤
—Ah... Sí, sí, sí. —gemí una y otra vez por los constantes
besos.
Keith lamió la saliva que fluyó de mi boca con su lengua, y
luego volvió a colocar sus labios sobre los míos. En ese
momento estaba expulsando feromonas deliberadamente.
Keith había comenzado a besarme tan pronto como subí al
auto. La avalancha de feromonas era una locura.
Lamentablemente, eso había sido todo. Estaba excitado y no
podía soportarlo. Sentí húmedo mi agujero. Ahora parecía un
niño que se colgaba y se aferraba a él, queriendo que le bajara
los pantalones.
También fue gracias a su represión que no sucedió. Nuestros
labios apenas se separaron luego de que el conductor nos
informará a través del intercomunicador que llegaríamos a
nuestro destino pronto, luego se calló.
Estaba jadeando.
Apoyé mi cabeza en su hombro y él enterró su nariz en mi
cuello para respirar profundamente mi aroma. Mientras sus
feromonas continuaban siendo vertidas sobre mi cuerpo,
Keith se rio con júbilo. Fascinado, contemplé su rostro
sonriente. Incluso después de que el auto se detuvo tardamos
un tiempo en salir. Después de regularizar mi respiración,
ordenar mi cabello y acomodarme la ropa, tuve que esperar
a que mi rostro ruborizado volviera a la normalidad.
Era muy difícil no tener una convulsión en esta situación así
que, no fue hasta que tomé la medicina que Steward me había
dado de antemano que pude salir. Pensé que debía tomar
inhibidores, aunque no tenía tiempo para hacerlo. En eso
recordé que Keith no quería que los tomará, pero de todas
maneras siempre los llevaba conmigo.
Iba a estar bien, aunque estuviese lejos de Keith. Me animé y
lo seguí apresuradamente.
El clima era infinitamente tranquilo. Me quedé a su lado lo
más cerca posible mientras miraba a mi alrededor. La lista de
personas que iban a asistir a la fiesta me había sido enviada
con antelación. Algunos de ellos eran a los que había visto el
día de la orgía. Sabía que cuando los volviera a ver, me
quedaría tranquilo. Pero, realmente… ¿Podría hacerlo? No
podía garantizarlo.
“Esta es la última prueba restante”.
Con las palabras de Steward en mi mente, respiré hondo.
Solía hablar en serio.
“Si pasas la etapa, podremos pensar que has mejorado”.
Pensé que no harían algo raro en este lugar. En ese momento
fue una situación diferente, se malinterpretó y carecí de
precaución.
Pero si sucedía lo mismo… ¿Keith me diría lo mismo otra
vez? Mi cuerpo se enfrió instantáneamente.
De repente, el teléfono sonó. Era una llamada del organizador
para confirmar nuestra asistencia.
—Sí, el Sr. Pittman ha llegado, también estoy aquí...
Eché un vistazo a Keith. Estaba hablando con otros asistentes
a pocos metros de distancia. De nuevo me concentré en la
llamada.
—Después de la competencia, asistiremos a la entrega de
premios y a la recaudación de fondos... Sí, ha donado
alrededor de un millón de dólares...
Los organizadores estaban preparando varios eventos
infantiles. Uno de ellos había sido el escondite.
Tal vez realizaban este tipo de juegos para que se conocieran
y pudieran hablar naturalmente unos con otros. Si Keith
hubiera venido solo, tal cosa nunca podría haber sucedido.
Incluso fue imposible encontrarle en este momento un
compañero. Me alegraba tanto que me hubiera pedido venir
con él. Una inusual fiesta benéfica, era quizás solo un evento
de apariencia.
Giré la cabeza y miré a Keith. En esos momentos sentí mi
corazón palpitar y como mi sangre comenzaba a ponerse
caliente. Dios, solo lo estaba mirando. Exhalé profundamente
para calmar mi respiración temblorosa.
—¡Ugh!
De pronto, alguien me agarró del hombro, solté un grito,
sorprendiéndome de más cuando reconocí a aquella
persona. Ahí, un hombre con una sonrisa bastante familiar se
me quedó mirando.
—¿No eres Yeonwoo? ¿Cómo estás?
Era Grayson.
Abrí mucho los ojos cuando sentí su dulce aroma. Lo miré
sorprendido por un momento. Grayson habló con una
sonrisa en su rostro:
—Me dolió mucho la última vez. ¿Cómo pudiste escapar tan
pronto me viste?
Estaba bromeando como siempre. Lo sabía, lo tenía claro en
mi cabeza, pero de todas maneras no pude evitar que mi
respiración se entrecortara. Había tomado la medicina. Me
las arreglé para soportar el impulso de abrir el frasco de
medicina y vaciarlo en mi boca.
Está bien, estaba bien.
Incluso yo lo sabía. Miré hacia atrás, Keith seguía ahí, como
antes. Giré solo un poco mi cabeza para no ser muy obvio,
quería confirmar que se encontraba cerca. Su presencia me
hacía sentir aliviado.
“Eres molesto”.
De repente, sus palabras frías volvieron a mi mente. No
debería molestarlo...
—¿Yeonwoo?
Grayson todavía me estaba hablando. Me observaba en
silencio mientras yo parpadeaba de nuevo.
—¿Estás un poco más tranquilo ahora?
Me preguntó, pero apenas pude respirar.
Aún tenía miedo de él así que lo saludé manteniendo una
expresión seria para que mis emociones no fueran reveladas.
—... Sí, lo siento. ¿Cómo ha estado, Señor Miller?
—Grayson —corrigió ligeramente mis palabras y volvió a
preguntar con una sonrisa—: Tengo la suerte de encontrarte
aquí. ¿Viniste con Keith?
—Sí.
Di una respuesta fría. No había nada más que decir porque
era la respuesta correcta.
Grayson dijo liviano:
—Oye, ten la seguridad de que no voy a hacerte nada de
repente. —Luego se echó a reír—: Ni siquiera traje a Alex
hoy.
Lo miré sin expresión. A veces, estar demasiado alerta era
peligroso. Respondí que "estaba bien", fingiendo ser de lo
más inofensivo posible. De repente, el viento sopló y el aroma
de Grayson se sintió aún más intenso. Tanto el aroma de
Keith como el aroma de Grayson eran dulces para mí. Si
embargo, dependiendo de quién se tratará, yo podría
cambiar de opinión.
De pronto recordé que Grayson sabía que Keith me gustaba
así que levanté la barbilla lo más descaradamente posible.
Las cosas ya habían pasado de todos modos, Keith conocía
mis sentimientos, sin embargo, no había dicho nada respecto
a mi confesión... aunque no importaba. Mi confesión talvez
había sido un error.
Estaba aterrorizado en ese momento, pero gracias a Grayson,
podía ser un poco más atrevido. Entonces, abrí la boca con
una expresión convincente, no obstante, Grayson
interrumpió mis palabras para preguntarme con una actitud
diferente:
—Keith… ¿Encontró una nueva compañera?
—Sí.
Nuevamente di mi misma respuesta.
Por supuesto, nunca iba a decirle quién era. La reacción de
Grayson fue difícil de predecir por lo que no quise que
supiera algo. De nuevo hubo silencio. Escuché el ruido
desordenado de la gente, pero misteriosamente, me sentí
desolado. Él y yo nos miramos en silencio, un silencio en
donde incluso podíamos escuchar la respiración del otro.
Mantuve la boca cerrada, esperando a que él hablará
primero. Pensé en rendirme, pero Grayson, contrariamente,
preguntó con una sonrisa en su rostro, sin ningún cambio:
—¿Quién es?
Le respondí sin rodeos.
—No tiene nada que ver con el Sr. Miller.
Grayson se inclinó. Me sorprendió su acción inesperada.
—... ¿Qué está haciendo?
Bajó la cabeza y hundió su rostro en mi cuello. Me tomó
desprevenido y grité. Él solo sonrió:
—¿No eres Omega? —Fruncí el ceño ante su repentina
pregunta. Grayson todavía sonrió aún más—. ¿Cuánto
tiempo tendrás el olor de un Alfa dominante impregnado en
ti?
Al instante, retiró su rostro. En el auto en el que habíamos
llegado, Keith vertió descaradamente sus feromonas sobre
mí mientras besaba y tocaba mi cuerpo; y ahora era que lo
recordaba, las feromonas siempre se conservaban. Me sentí
avergonzado.
—Soy el secretario del Sr. Pittman.
Apenas fingí ser casual, pero mi voz dejó de filtrarse. Grayson
sonrió de una manera extraña mientras tosía
apresuradamente y me miraba mientras aclaraba su voz.
Estaba irritado.
¿Cómo podía salir de este lugar?
Grayson preguntó:
—¿Terminó con Naomi?
—Fueron las instrucciones del Sr. Pittman.
Con una respuesta simple dijo:
—Oh. —Luego escupió con pesar—: Pobre Naomi. Debería
consolarla como su amigo. Vino conmigo. ¿Te gustaría
saludar? Pobre Srta. Parker...
Inadvertidamente abrí la boca:
—No sabía que tenías una relación con la Srta. Parker.
En esos momentos recordé el día en que salí huyendo de la
casa de Naomi a causa de él.
Grayson espetó con una sonrisa:
—Toda belleza en el mundo es mi amiga.
—Tiene una relación muy profunda con la Srta. Parker. Va a...
Le pregunté mientras observaba su rostro, pero Grayson me
interrumpió y me preguntó con una sonrisa burlona:
—¿Cómo pasaste el RUT?
—¿RUT? —pregunté sin comprender.
No sabía cómo era que lucía en esos momentos, pero
Grayson se rio de mí porque obviamente estaba
avergonzado. Sus largos dedos barrieron lentamente su
rubia cabellera.
—Sí, era el RUT de Keith. ¿No fue particularmente malo esta
vez? ¿Cómo te fue?
Fue difícil adivinar la intención de su pregunta por lo que
permanecí en silencio, pero de repente su voz irrumpió mis
pensamientos.
—No sabía que el celo de un Omega podía causar cambios en
el RUT de un Alfa dominante.
Inesperadamente, se echó a reír. Solo después de que
terminó de hablar me di cuenta de que tenía algunos
comentarios que Keith le había hecho. Grayson sonrió aún
más.
—Oh, Dios mío. No estudiaste, Yeonwoo. El ciclo de calor de
los Omega es una bendición para los Alfa.
Hablaba sin rodeos, con los brazos abiertos, como si rezara
en una catedral.
—No existe el autoestudio. Solo te dije lo que dijo el Sr.
Pittman.
Luego de ello, permanecí en silencio, porque sus palabras
eran ciertas. Todavía sonriendo me dijo:
—Pero es cierto que, en el período del RUT, las cosas
empeoran de muchas maneras.
En silencio, trataba de ordenar todo lo que él me había dicho.
Sin dejar de sonreír, Grayson añadió:
—Si no elimina las feromonas correctamente durante su
período del RUT, será difícil —dijo—: Incluso escuche que los
recuerdos pueden desaparecer.
Grayson habló sin rodeos, luego volvió a reírse.
—Escuché que no ha estado con Naomi por mucho tiempo.
Las feromonas se acumularon y me pregunté si algo había
sucedido. ¿O es que te apuraste para encontrar una nueva
compañera y solucionarlo? No hubiera sido fácil.
—... ¿Por qué?
Me lamenté tan pronto como lancé la pregunta. Sus ojos se
entrecerraron mientras bromeaba:
—¿Yeonwoo, eres su secretario desde hace años y no has
visto a Keith pasar su RUT? — Luego agregó—: Siempre te
pierdes los momentos especiales. Ja, ja, ja.
Grayson carcajeó alegremente.
—Pero creo que este RUT fue especial. A Keith nunca se le
habían acumulado tantas feromonas. ¿No es así? —inquirió,
sonriendo deliberadamente.
¿Qué era lo que este hombre quería preguntar exactamente?
Grayson parecía tener curiosidad, era como si esperara a que
me confesara. Hasta donde sabía, Keith había estado
acostándose con Naomi hasta que me pidió que finalizara la
relación. Sin embargo, cuando su RUT llegó había acumulado
demasiadas feromonas y a causa de esto terminó perdiendo
temporalmente una parte de sus recuerdos. Tenía curiosidad
de preguntarle a Grayson si él sabía algo al respecto, pero me
avergoncé de mi propia curiosidad.
Grayson silbó brevemente y luego abrió la boca:
—No eres divertido Yeonwoo.
Cuando escuché eso, de repente recordé lo que no quería. El
aroma de mis feromonas se extendió por todo el lugar, eran
más oscuras de lo habitual.
—Lo vi en la fiesta del yate... El Sr. Pittman no parecía
participar en la fiesta con las demás personas.
Esa fue la primera vez que vi una orgía de Alfas dominantes,
hasta ese entonces solo había escuchado historias. La
mayoría de las fiestas a la que Keith siempre asistía eran
sociales por lo que me fue difícil imaginar que aquella fiesta
sería diferente.
—No le gusta tener sexo con varias personas. Por eso se
mantuvo alejado de la fiesta y reservó una habitación para él
y su compañera.
Las palabras de Grayson de repente me hicieron sentir
aliviado ¿Por qué me había tranquilizado? A Grayson no le
importaban mis sentimientos.
—Pero Keith es un buen hombre... Bueno, aunque yo prefiero
a los Betas. A mi hermana le gusta jugar con Omegas sin
importar si son mujeres u hombres.
Grayson se rio ligeramente y sacudió la cabeza, saco un
cigarrillo y se lo puso en la boca, murmurando para sí mismo.
—Algún día mi cerebro se romperá y voy a morir estúpido.
No tenía nada que decir a eso así que me callé. Más tarde,
Grayson escupió el humo mientras yo lo observaba en
silencio. Hablé:
—Tengo una pregunta.
Grayson levantó una ceja ante mis palabras. Dudé en
preguntar, aun así, lo hice:
—Ese día... ¿No me advertiste sobre que tuviera cuidado?
Pero... ¿Por qué no me dijiste sobre la fiesta...?
Las últimas palabras sonaron con resentimiento. Grayson
debía saber lo que sucedería, pero… ¿Por qué no me lo había
advertido?
Era cierto que me salvó más tarde, pero en primer lugar si me
hubiera dicho, seguramente no hubiera pasado, de alguna
forma habría encontrado una manera de prevenirlo. Me
preguntaba qué estaba pensando. Su respuesta fue muy
simple:
—Era difícil decirte de antemano, y si te escapabas, la fiesta
no hubiera continuado.
Como si fuera natural, sonrió. Qué malvado era este hombre.
Podía sonreír y decir algo como esto. Era un hombre que te
haría daño con usarte. Respiré profundamente para borrar la
creciente ira. A comparación de este hombre, Keith... No,
lamente hacer una comparación, él al menos no escondía sus
intenciones. ¿Por qué este hombre era un cuervo
inteligente? En el momento en que lo pensé, tuve miedo de él.
—Oh, Yeonwoo. Ha sido un tiempo.
—Srta. Parker.
Cuando le salude, se abalanzó a mis brazos.
—¿Cómo estás? No sabía que te encontraría aquí.
—Sí... ¿Cómo está?
Le pregunté torpemente, ella solo sonrió y me miró.
—¿Se están llevado bien? No sé si Grayson cometió un error
la última vez...
No pude responder.
Grayson sonrió brillantemente en su lugar, con los brazos
abiertos de par en par:
—Hice lo mejor que pude para acercarme. Ahora, ¿me vas a
recompensar? Estoy esperando, es urgente.
Naomi sonrió y empujó a Grayson. Los dos no eran simples
amigos. Tenía curiosidad y pregunté:
—Bueno, desde cuándo ustedes dos...
Naomi sonrió y añadió:
—¿Lo conoces antes que al Sr. Pittman?
Entonces se echó a reír.
Estaba confundido.
—Ha pasado mucho tiempo desde que Keith me llamó. Ya era
hora de romper, y conocí a Grayson en una fiesta.
—Sí... —respondí dudosamente.
Entonces recordé que no le había dado el mensaje de
despedida. En un apuro por hablar sobre el asunto, Naomi
abrió la boca primero:
—Revisé los regalos que me dejó. Pero esa película… ¿De
verdad podré hacerlo? No creo que mi imagen vaya muy bien
con el papel.
El papel que le habían dado en la película era la de una mujer
que extrañaba a su esposo que se había perdido por el resto
de su vida. No era un papel que fuera con la imagen de Naomi.
Por lo tanto, dije exactamente lo que Keith había dicho:
—El Sr. Pittman dijo que tiene buenas habilidades de
actuación, por lo cual le irá bien en la película, además
invertirá en su imagen.
—Estoy tan agradecida de que Keith elogiara mi actuación.
Era la primera vez que tenía una ruptura tan
atmosférica. ¿Era porque se encontraba con Grayson?
Naturalmente continuó aferrándose al brazo de él, me sentí
poco familiarizado con su rostro sonriente. Naomi prosiguió:
—Firmé el papeleo así que lo enviaré a la oficina. He tenido
muchos problemas, Yeonwoo.
Estiré mi mano para estrechar la suya, luego la sostuve
ligeramente.
—Espero con ansias la película.
Naomi se rio y le preguntó a Grayson:
—Mi compañero de actuación es Chase Miller. ¿Podré
hacerlo?
Grayson se rio en voz alta ante sus palabras, lo que no parecía
una broma en absoluto.
—Por favor, lo harás —dijo con una sonrisa—. Me alegro de
que seas una Beta. Es difícil dejar una marca.
—¿Por qué? —preguntó Naomi.
Grayson se rio de nuevo.
—Por supuesto, tienes que diferenciar entre una pareja
sexual y una pareja de matrimonio.
Yo era el único que sabía cómo se sentía Naomi en este
momento. Pocas personas habían escuchado tantas palabras
arrogantes de parte de los Alfas dominantes.
¿Podría la noticia de la muerte de Grayson Miller aparecer en
el periódico mañana por la mañana?
Junto con mi espeluznante imaginación, surgió un pequeño
título, como: "El testimonio del secretario de Pittman en la
escena”.
Tenía prisa por alejarme a una atmósfera más tranquila y
fresca. De repente, alguien me abrazó por atrás. Me sentí
aliviado por el dulce aroma que reconocí de inmediato. Era
Keith.
—¿Que están haciendo todos ustedes?
—Keith.
Grayson sonrió y lo saludó mientras que Naomi a toda prisa
trató de voltear la cabeza, su rostro estaba distorsionado.
—Ah... Estabas saludando a dos personas después de mucho
tiempo. El Sr. Brown es quien organiza el evento, vamos a
saludarlo. Entonces Sr. Miller, Srta. Parker fue bueno verlos
otra vez.
Después de despedirme, salí apresuradamente de ahí junto
con Keith, estaba preocupado por lo que había pasado con
Grayson y Naomi, pero no era momento de preocuparme por
los demás.
Pocos pasos después Keith se detuvo y preguntó con voz
aguda:
—¿Estás bien?
—¿Ah?
Keith me miró seriamente.
Asentí.
—Estoy bien. Tomé la medicina...
Dudé por un momento y luego evité su mirada.
—Yo no estaba nervioso porque el señor Pittman estaba
cerca... Se que me habría ayudado de inmediato.
Extrañamente, Keith no respondió. Me sentí avergonzado,
entonces pregunté:
—¿No es así?
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 1 | Parte 2
—No es justo.
—¿Por qué?
Keith sonrió como si fuera divertido, luego mordió
ligeramente la punta de mi nariz. No me dolió en absoluto.
—Duele.
Se quejó, golpeando ligeramente mi frente.
✤✤✤✤✤✤
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✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
No fue sino hasta el amanecer que Keith me dejo ir. Fue
sorprendente darme cuenta de que mi ciclo de calor no
llegará a pesar que él expulso una gran cantidad feromonas.
Eventualmente, la razón desapareció por completo y lo
acepté, colocando mis brazos alrededor de su cuello
mientras mi cuerpo lo recibía
plenamente, independientemente de mi voluntad e incluso,
me subí sobre él. Cada vez que Keith eyaculaba, mi estómago
vibraba de felicidad. Finalmente, después que él resolviera su
lujuria, su feromona que había estado derramando sobre mi
cuerpo se desvaneció. Sin embargo, aun podía sentir el
semen que había derramado en mi interior. Fue entonces
cuando recordé que era un Omega.
Mi corazón ardió por la desilusión y el odio. Me sentí
aturdido. Whittaker y Steward se habían burlado de que los
Alfas dominantes eran como animales, pero en realidad, los
animales eran los Omegas. Como yo. Estaba aturdido por las
feromonas y las había aceptado.
Me había transformado en una bestia loca por el
apareamiento.
De pronto, miré la cara de Keith con un campo de visión
nublado, tenía el aliento agitado mientras me miraba. Me
sonrió. Puso su mano sobre mi cabello, tan dulce como
siempre, luego, se inclinó. Sabía lo que sucedería después y
así como lo esperé, me besó. Fue como si me diera un premio,
pero cuando sus labios se separaron lo abofeteé. El sonido
fue tan fuerte e impotente. Todo lo que pude hacer fue
golpear su mejilla con la palma de mi mano por que ni
siquiera pude tener el poder de apretar el puño.
—... ¿Qué haces?
Keith había sido el primer hombre al que había golpeado en
la mejilla. Me estremecí y lo miré.
—Yo... Si vuelves a soltar tus feromonas sobre mí... Te mataré.
Fui más sincero que nunca. Me apoderé de toda mi fuerza
restante y lo empuje hacía atrás. Su cuerpo retrocedió un
poco, pero fue suficiente para mí. Salí de debajo de él. Cuando
caí al costado, tragué involuntariamente un aliento áspero.
Mi corazón palpitó y sentí como mis lágrimas se acumularon
en mis ojos, pero apreté los dientes y lo soporté.
—Espera... ¿Qué estás...?
Keith me agarró por el brazo.
Intenté zafarme con todas mis fuerzas, pero él no me dejo ir.
Por un momento perdí la razón.
—¡Déjame, no me toques! ¡Déjame ir, no me toques! ¡No, no,
no...! —grité y luché.
Fue sorprendente ver mi propia determinación.
Keith, quien me vio llorar, finalmente me dejo ir. Por primera
vez, se dio cuenta de que hablaba en serio. El silencio se hizo
presente. Respiré hondo y lo miré. Keith no dijo nada, solo
me miró sorprendido.
—Al amanecer, saldré de la mansión.
Mi voz se quebró, las palabras no salían correctamente, sin
embargo, hablé sobre el dolor de las cuerdas vocales:
—Gracias por su consideración. Pronto, le buscaré a su nueva
compañera Sr. Pittman.
—... ¿Qué?
Keith respondió como si no entendiera de lo que estaba
hablando, pero yo no tenía la intención de explicar más.
—Esta es la última vez. En el futuro, no dormiré con usted Sr.
Pittman. Si me obligas entonces...
—¿Fuiste forzado?
Keith no me dejo terminar, tenía una expresión escandalosa
ya que ni siquiera entendía lo que había hecho. Después de
todo, él creía que yo había abierto mis piernas a voluntad
porque lo aceptaba. Sin embargo, él ignoró los hechos.
Respiré brevemente hasta que apenas hablé con una voz
normal:
—Muchas gracias.
—Espera un minuto. Quédate ahí.
Él intentó retenerme, pero yo solo recogí mi ropa y salí del
dormitorio. Eso era todo lo que necesitaba para mantener mi
orgullo. Tan pronto como cerré la puerta, mis rodillas se
doblegaron; y el semen que se derramó a través de mi
entrepierna, escasamente cayó a través del pasillo cada vez
daba un paso, pero yo ya no me sentía avergonzado. Después
de todo…
Ya estaba hundido hasta el fondo.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 3
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
“Ouch”
✤✤✤✤✤✤
—...Tú.
—¿Sr. Pittman?
—De acuerdo.
¿...Eh?
✤✤✤✤✤✤
Era solo una simple frase que siempre decían, pero cada vez
que escuchaba estas palabras, mi corazón se aceleraba.
✤✤✤✤✤✤
“Whoo”
“¡Bang!”
—¡Argh!
“Hoo-hoo”
“... Ouch”
—Ah.
✤✤✤✤✤✤
—Ah.
Esperaba a que Keith volviera tarde, pero eso era algo que no
iba suceder. Me tomé un poco de tiempo antes de tocar la
puerta de la oficina. Cuando abrí, él estaba sentado en su
escritorio fumando. Cerré la puerta y rápidamente avancé
hacia él, que me miró mientras me detenía a unos pasos de
distancia.
—¿...?
—¿Qué accidente?
Estaba enfadado.
—Sí.
—Maldición.
—Entonces...
—Ve al hospital.
—¿Qué?
Dije la verdad:
—La parte trasera está un poco rota, así que... Puedo
conducir sin dificultad...
Yo respondí torpemente:
—Todavía no la he verificado.
—No.
—¿Cómo?
—Ya ni siquiera tengo sexo con el Sr. Pittman, así que… ¿Por
qué debería darme un regalo?
—Eso es...
—Beneficio.
—...
—Ve al hospital.
Me ordenó otra vez.
“Tak”
✤✤✤✤✤✤
Whitaker hablo:
Casi me eché a reír sin darme cuenta. Dios, ¿Qué tontería era
esta? Whittaker continuó hablando conmigo, pero no pude
decir nada porque apreté los labios con fuerza para contener
la risa.
—Solía tardar unas dos o tres horas, pero en estos días son
30 minutos como máximo. Algunas dicen que en realidad no
lo hicieron, y no estoy seguro. —Whittaker suspiró
brevemente—. También me preocupa, porque puede dañar
su cerebro.
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
—Yo...
Cuando no pude soportar más, la campana del ascensor sonó.
Perdí la oportunidad de hablar, pero por un lado me alegré.
Después de un suspiro de alivio, la puerta se abrió; luego
Keith salió al pasillo. Me apresuré en seguirlo.
—¿...?
—¡Keith!
—Dile a Whittaker...
— Mi Alfa —
Estaba vertiendo café en una taza cuando escuché el rugido
de un trueno afuera. Me asuste y deje de moverme. Es muy
raro que llueva. Inconscientemente mire por la ventana
oscura. Todo lo que podía ver en ella era el reflejo de mi cara
pálida. La débil lluvia parecía mostrarse, pero no estaba clara.
✤✤✤✤✤✤
De repente me desperté debido a los violentos golpes que
provenían de la puerta. Estaba tan sorprendido que casi me
caí de la cama.
¿Por qué había venido aquí en este momento? Esto era tan
repentino.
—Sr. Pittman...
Me lamento...
—No llores.
—Yeonwoo.
—¡Ah...!
Susurro llorando.
—Mi Alfa.
Me besó de todo corazón, con tanto amor, una y otra vez. Pero,
yo sé, que este hombre me abandonará de nuevo. Sin
embargo, dejé una marca en él. Me da una satisfacción
maliciosa. En este momento, pienso que todo será mejor
ahora.
—Uh...
¿Keith?
Haa, haa.
Hugh...
Giro la cabeza tragando saliva. El tono de llamada continúa.
La voz de la cantante, que generalmente es relajada, suena
particularmente grotesca hoy. No puedo moverme, mi
cuerpo comienza a temblar. El ringtone se detiene después
de sonar durante mucho tiempo, pero no hay lugar para el
alivio, la música vuelve a sonar. Finalmente, me muevo
titubeando, buscando el teléfono móvil. El tono de llamada se
interrumpe un par de veces más y luego continúa
nuevamente antes de que pueda contestar.
—Hola.
—Charles.
—¿Se desmayó?
—...
—Estoy seguro de que lo sabremos cuando se despierte por
completo, pero no tiene ningún recuerdo de las horas en que
se perdió. El médico dijo que aún hay muy pocas
posibilidades de recordar después de que despierte.
—... Sí.
Whoo
¿No te acuerdas?
✤✤✤✤✤✤
Ugh
¡Pom!
Él nunca lo sabrá.
—Llama a Whitaker.
Woo-Wook
Whoo-hoo
—¿Ah?
—Estoy bien...
✤✤✤✤✤✤
Sonrió brevemente.
—Gracias.
—Sr. Miller.
—... Lo siento.
—Yo lo haré.
—¿Estás bien?
—... Gracias.
—...
—Jajajajaja.
—...
Los Omegas solo pueden dejar una marca una vez en la vida y
a riesgo de morir asesinados.
Grayson sonríe.
—¿Por qué?
—Solo curiosidad.
—¿A ambos?
—No lo he pensado.
—Le dije a Keith que el Omega que lo marcó podría estar más
cerca de lo que se imagina. ¿Sabes lo que me dijo?
—¿Qué dijo?
Grayson dice:
✤✤✤✤✤✤
—...Woo, Yeonwoo.
Tartamudeo avergonzado:
—... ¿Yeonwoo?
Él se rio amargamente.
Solo sé que cuando llegue ese día, me iré para siempre. A donde
Keith nunca me encontrará.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 7 | Parte 2
—Trae la lista.
—De acuerdo.
—Quédate ahí.
—Sí.
Me detengo y espero.
Dudo antes de detenerme, pero parece que Keith habla en
serio. Luego de un momento camina hacia donde estoy, a
medida que se acercaba con cada paso, mi corazón
comenzaba a sacudirse por la inquietud. Keith me mira con
los ojos entrecerrados y se detiene a un par de pasos antes de
llegar a mí.
—Ah...
—...Sal de aquí.
¿Y si duda de mí?
✤✤✤✤✤✤
—Sí, puedes dejar las flores allí. Oh, un poco a la derecha. Sí,
está bien.
—Los autos están llegando así que creo que tendremos que
prepararnos —dice Whitaker al otro lado de la línea.
—Ok, gracias.
—¿Qué?
Le pregunto y él continúa:
—Sr. Pittman.
—Vamos.
—De acuerdo.
✤✤✤✤✤✤
—Ah.
—¿...?
—Ah...
—¿Estás bien?
—¿Puedes levantarte?
—...Gracias.
—¿No lo sabías?—
—Sr. Pittman.
—Oh... sí.
—Hay algo que me gustaría ver, solo estaba... Está bien, iré.
Ah, ah.
—Espera, no te acerques.
—¿Por qué?
—Ni siquiera puedo saber en qué parte del mundo está. ¿Es
una excusa para que no tenga sexo contigo?
—¡Para...!
✤✤✤✤✤✤
A.
Le digo de inmediato.
— ¿De verdad? —
Hay un silencio mortal. Nadie abre la boca. El médico, que
nota la atmósfera sospechosa, se despide de manera evasiva
y sale de la habitación del hospital. Incluso ahora todavía no
acepto la realidad. Lo extraño es la reacción de Keith.
¿Por qué me miras así? ¿Por qué está tan blanco, como si
estuviera sorprendido? No me digas que te diste cuenta.
¿Qué lo hace hacer tal pregunta? Tal vez no hay ninguna razón
en absoluto. No lo sé, no quiero pensar en nada.
¡Dios, que comedia! ¿De qué estás hablando ahora, después que
pisoteaste mi confesión como si nada hubiera pasado? Tú
fuiste quien se rio de mi amor y lo pisoteó sin piedad.
Escupo fríamente:
—¿Y qué? Pensé que el Sr. Miller era el único que tenía
delirios.
Ahora Keith sabe que nunca podré ser suyo. Sí, además este
tipo nunca verá a su propio hijo. ¡No voy a dar a luz a este
bebé! Y huiré. Entonces él nunca sabrá que soy el Omega que
dejó la marca. Haré que la vida de este hombre sea solitaria
para siempre, pero a cambio también mi vida será solitaria,
no podré ser dueño de nadie excepto de él. Qué dulce veneno.
Quería llorar y reír. Tengo pensamientos mezclados en mi
cabeza.
—¿Yeonwoo?
✤✤✤✤✤✤
—¿...?
—No.
—¿Por qué?
✤✤✤✤✤✤
—Uh...
—El Sr. Pittman estará en casa pronto. Pidió que cenaras con
él.
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
—¿Cómo estás?
Keith me mira.
—¿De qué estás hablando de repente? ¿Qué tiene que ver eso
con el Sr. Pittman?
—Lo pagaré.
Tak, tak.
—¿Sucede algo?
—...
¿Esa es la razón?
Keith se ríe.
—...
—Ah.
—...Lo pensaré.
Apenas lo digo.
—Simplemente curiosidad.
—¿De Verdad?
Lo miro directamente.
—... ¿Qué?
Keith me mira.
—Yeonwoo.
—Arréglalo.
—...
✤✤✤✤✤✤
Al amanecer las náuseas repentinas me despiertan. Un
temblor invade mi cuerpo cuando intento pararme de la
cama para correr al baño.
Wook, wook.
✤✤✤✤✤✤
—Iré cuando tenga un día libre. Tengo que hacer una cita, así
que... Gracias por su preocupación ¿Empezamos a trabajar
ahora? —añado con una ligera sonrisa.
✤✤✤✤✤✤
—Entonces renuncia.
—Charles me dijo.
—Ah...
—Puedo trabajar...
—... Lo siento.
—Sí.
—Ah.
✤✤✤✤✤✤
—Oh mi Dios.
—¡Wow!
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
Digo maravillado:
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
—Oh, gracias.
—Sí, dos.
—... ¿Sí?
Esa es toda su reacción. Al mirar a Emma, que está sin
palabras nuevamente, me siento avergonzado.
—...
Whoo.
—Espera un minuto.
—... ¿Keith?
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 11
—¿Sí?
—Bueno, quién...
—No sabía que tenías tal relación con el Sr. Pittman... Es del
Sr. Pittman, ¿no es así?
Sonrío amargamente.
—Confío en ti Emma.
Emma sonríe.
—Sí, gracias.
—Sí, Yeonwoo.
—Fuiste a mi casa.
—... ¿Qué?
—¿Por qué?
Su respuesta es simple.
—Porque lo quiero.
¿Y si no lo hago?
—Ven conmigo.
—...
—Yeonwoo.
—Sí.
✤✤✤✤✤✤
—No.
—¿Qué?
—De qué manera debería arreglarlo.
—No me importa.
—Ah.
✤✤✤✤✤✤
—Estás embarazado.
El médico aún mira el monitor de una manera meramente
profesional.
—Oh, no.
—Sí.
✤✤✤✤✤✤
Tuk.
—¡Oh!
—Papi, papi.
—Oh.
—Uh. Huh.
—Ah-ah-ha-ha.
—Woo woo...
Sonrío torpemente.
—¡Ah!
—¿Tú también...?
—¿Qué?
—... ¿Qué?
—... ¿Qué?
—Ahhhh...
—Número.
—¿Qué?
—... Gracias.
Me quedo atónito.
—¿Dónde estás?
—Ya voy.
—¿Qué?
—¿Qué es eso?
—Pudín.
—¿Pudin?
—Sí.
Asiento suavemente. Hay muchos contenedores vacíos en la
bolsa. Keith se da cuenta y no puede creer que comiera tantos
pudines solo. Digo fingiendo no saberlo.
—¿No le preguntaste?
—...
—Carls Jr.
—¿Qué?
—...
—¿No puedo?
✤✤✤✤✤✤
—¿En el parque?
—¿Vamos a Miami?
—Uhm.
Keith me sonríe.
—¿Delicioso?
—Sí.
—Mmm.
—¿... Uh?
✤✤✤✤✤✤
—Tómalo.
Sonríe y asiente.
✤✤✤✤✤✤
—Todas.
—Como quieras.
—¿Te gusta?
—Si no te gusta...
—No. —Me dice, observando los numerosos lazos en la
mesa—. Me gusta.
—...
—Bien.
—Hazlo despacio.
—Gracias.
—... Gracias.
✤✤✤✤✤✤
—¿...?
✤✤✤✤✤✤
Le agradezco su amabilidad.
—Por favor, dile a la persona que lo hizo que lo disfruté. Tú
también, Charles, gracias por tu cuidadosa atención.
—...
—Ah.
—¿ADN?
—El ADN del Omega que dejó una marca en el Sr. Pittman.
Parecen haber encontrado una cantidad muy pequeña y les
resultó difícil.
—...
—Si el Sr. Pittman pudiera oler al Omega... ¿No sería el
criminal?
—... Sí.
... Probémoslo.
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 1 | Parte 1
“Cof-Cof”
Emma de repente tosió violentamente.
—¿Estás bien?
Ella dio otra sonrisa brillante, aun así, era una sonrisa poco
usual.
✤✤✤✤✤✤
—¡... !
Un puñado de sangre se acumuló en mi boca. Tan pronto
como la abrí la boca algo rojo fluyó. Me senté, todavía
respirando con dificultad. Ahora la transacción ha
terminado. El hombre se irá pronto. Entonces llamaré a
Emma. Entonces Keith lo sabrá de inmediato
—¿...?
✤✤✤✤✤✤
Me las arregle para abrir los ojos con repetidos gritos. Pude
ver a alguien mirándome. Cuando intenté cerrar los ojos de
nuevo, me dio unas palmaditas sin dudarlo. No tuve más
remedio que abrir los ojos con un gemido. El hombre siguió
gritando fuerte.
—Vamos al hospital ahora. ¿Cómo te llamas? ¡Mantente
consciente, no puedes perder el conocimiento!
✤✤✤✤✤✤
Cuando recuperé la conciencia, fue un silencio incomparable.
Traté de abrir los ojos, pero pronto fallé.
—Uh...
✤✤✤✤✤✤
—... ¿Despertaste?
—¿Cómo te sientes?
—Pero...
—Lo siento.
—No te disculpes.
—¿Cómo estás?
—Estoy bien...
—¿Viste su cara?
—¡Ah!
✤✤✤✤✤✤
"Hoo-hoo"
—...
—Gracias.
—Lo siento.
Lo miré todavía.
—Ok.
—Ah.
Keith bajó los labios y los puso sobre mis pezones. Los apretó
entre sus dientes y lamió con su lengua. Escupí un gemido de
emoción sin saberlo. Mi interior se mojó.
—Sí, sí.
—Ah...
—Ah, ah...
—Soy tuyo.
—¡Duele, detente!
—Aaah...
¿Y el niño...?
—Uh, ahh...
Y besó mi oreja.
Todo mi cuerpo se puso rígido en ese momento. Si este
hombre me muerde ahora, lo sabrá de inmediato. ¡No! Apreté
mi agujero con urgencia. Al mismo tiempo, un dolor terrible
atravesó mi estómago y Keith dejó escapar un profundo
gemido. Escuché un murmullo espontáneo de dolor.
—Uh, Ugh...
—...
—...
—Tengo sed...
"Toc, toc"
—...
—¿Quieres beber?
—¿Qué te gustaría?
—Caramelo.
—... Gracias.
—¡Ups!
—Sí, gracias.
—¿...?
—Keith.
—... ¿Qué?
Keith tan solo repitió eso. Saqué a colación lo que había
preparado cuidadosamente.
—...
—Y lo olvidaste todo.
Me reí de nuevo.
—Este es el precio.
—Sí.
Estoy mareado...
✤✤✤✤✤✤
—Lo siento.
—¿Qué?
—¿Parezco un Alfa?
—... No, no creo que haya sido muy popular, pero pienso que
era extraño.
—...
—¿Sí?
Parpadeé sorprendido.
—...
✤✤✤✤✤✤
Me alegré.
Le dije la verdad.
—Entra.
—¿...?
—Espera un minuto.
¡Ah!
Tal vez así esté bien, porque si hay una marca, se verá menos
influenciado por otros Alfa. Al mismo tiempo pensé: ¿Qué
pasó con tener un bebé solo cuando hay una marca? Por
supuesto que no podía preguntar. Todos tienen sus propias
razones. Lo mismo ocurre con Josh y conmigo.
—Yeonwoo, bájate.
✤✤✤✤✤✤
Y sonrió dulcemente.
✤✤✤✤✤✤
—Oh...
—No puedo darte una fecha antes de este día. El día más
temprano es este... Si es posible, estaría bien que buscaras
otro hospital.
Porque era cierto, no tenía nada que refutar. Solo hice una
sonrisa amarga. ¿Cómo reaccionará este hombre cuando
descubra que me escapé dejando una marca en la oreja de
Keith? Fue cuando recordé con amargura lo que Keith me dijo
un día, que era “aburrido”. Porque soy de ese tipo de
personas, por supuesto. ¿Cómo llegué aquí tan lejos en esta
aventura?
—Si Yeonwoo no hubiera estado embarazado, tampoco lo
habría ayudado aquí.
—...
—¿Estás seguro?
—Será mejor que lo hagas rápido. Dios, creo que hay más
borrachos aquí de los que he visto en toda mi vida.
—Bueno, Emma...
—¡Mira de nuevo!
—¡Yeonwoo!
¡Ah!
—Uh...
—... Oh.
Whoo.
—¿Qué? ¿Dónde?
—Oh.
✤✤✤✤✤✤
—Ah, ah.
♬ ♪♪ ♩ ♬ ♩♩...
—¡Ah!
✤✤✤✤✤✤
—Bienvenido.
—¿Yeonwoo?
—No, no hay...
✤✤✤✤✤✤
—Espera un minuto.
—Siéntate.
El hombre me sonrió.
No era una persona para ellos. Era solo un cheque con un “0”
sellado innumerables veces. Sentí miedo en aquel ambiente
ruidoso. El hombre que le había arrebatado el teléfono
celular a otro hombre, el cual presionaba el número
apresuradamente, me miró.
—No lo pierdas.
—¿Quién eres?
¡Boom, boom!
—...
—Espera un segundo.
—... ¿Amigo?
Cuando se lo pregunté con asombro, asintió, mostrando
signos de gran molestia. Descubrí tardíamente quién era el
hombre que estaba mascando chicle. El hecho de que este
increíble hombre guapo me pareciera familiar, lo recordé en
el momento en que lo vi apartar casualmente sus enredados
cabellos rubio rojizos.
—Calendario...
“Hice esa foto hace mucho tiempo”. Parecía decir: “Estoy tan
cansado de niños como tú”.
—¿Qué?
—... Sí.
✤✤✤✤✤✤
—¡Darling!
Sin duda, Dane fue sincero. Dije que sí y asentí. Me miró por
un momento, luego pronto comenzó a darse la vuelta y
guiarme por la casa. Tenía un dormitorio y el otro cuarto se
utilizaba como trastero y estudio. Afortunadamente, había
dos baños. Me permitió usar el baño y el inodoro afuera. A un
lado estaba la caja de arena de Darling.
—Te dije que soy bombero, ten por seguro que te daré
permiso de vivir aquí, pero espero que no seas tan
desvergonzado.
—Gracias...
—... Ay.
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
“Ah... Gracias”.
✤✤✤✤✤✤
—Vamos...
—¿Esta es tu pareja?
—Sí.
—Oye.
Toc, toc.
—¿Comemos algo?
—Gracias.
—Gracias.
✤✤✤✤✤✤
—Ups.
✤✤✤✤✤✤
—Tomalo.
—Tranquilo.
—Ahora.
Dane, que rompió el sobre frente a mis ojos, vertió la
medicina él mismo en el agua. La agitó rápidamente para
derretir la medicina y pronto me dió una taza. Dije: "Gracias"
y me la llevé a la boca.
—Lo siento.
—Lo siento.
—Gracias.
Le agradecí con la voz ronca. Cuando terminé de beber, Dane
me recostó.
—Ahora duerme.
✤✤✤✤✤✤
—Dane.
—¿Cómo te sientes?
—Pudín.
—¿Pudín?
—Estoy cansado.
✤✤✤✤✤✤
—...
Me desperté repentinamente por el chillante sonido de una
campana. Me senté y parpadeé sin comprender. Hubo un
sonido de nuevo. Esta vez, pude decir qué era. Era la campana
del porche. El tono de llamada siguió y siguió en el transcurso
de la procrastinación. Parecían tener prisa en alguna parte.
¿Es Dane?
Keith.
—¡...!
—¡...!
—¿No es mi hijo?
—Mentiroso.
—... ¡Ah!
✤✤✤✤✤✤
“No es justo”
✤✤✤✤✤✤
—... Levántate.
—No lo hice.
De repente Keith me interceptó, como si no quisiera
escucharlo. Pronto, hablo como si estuviera cansado.
—...
✤✤✤✤✤✤
—Estoy de acuerdo.
—¿No es así?
Miré por la ventana otra vez sin decir nada más. El camino de
regreso a la mansión era interminable. No dije nada,
solamente apoyé la cabeza sobre la ventana del coche. Mi
cara reflejada en el cristal estaba locamente devastada.
Simplemente íbamos por un camino largo sobre la carretera,
pero de pronto el conductor habló por el micrófono.
—Está bien.
—Hazlo.
—Bueno.
—Ahh...
—¿Estas bromeando?
—...
—Creo que será posible que lo hagas dos veces, así que
súbete encima de mí. En cambio, no voy a hacer nada.
—Si vas a decir tonterías, como que me amas o algo así, mejor
déjalo.
—Los vi besándose.
—¡Dios mío! ¡Jamás en mi vida haría algo así con él! Sobre
todo, sus amantes intentarían matarme primero... ¡Oh, Dios
mío! ¡Eso es ridículo...! —Keith exclamó de nuevo—. ¡Dios!
—Le dije que eligiera joyas para él... —continuó Keith, con
desesperación—... Parece que hubo algo que ofendió a Ángel.
Estaba en una situación en la que todos tenían que aliviar mi
estado de ánimo, pero desafortunadamente, me agarré con
él.
—Busquemos en internet.
—...
✤✤✤✤✤✤
—...
—Quiero hacerlo.
—¿Qué ocurre?
—¿...Una isla?
—¿Ambas veces?
—Ambas veces.
—¿...Cómo?
—Sí.
—Así que hice lo único que pude. Puse una marca en tu oreja.
—Se quitó las manos de la cara y levantó lentamente la
cabeza. Keith me miró a los ojos y yo sonreí con frialdad—.
¿Acaso no te advertí que, si volvías a usar tus feromonas
sobre mí, no me quedaría quieto?
✤✤✤✤✤✤
—¿Qué?
Respondí:
—Mira allá.
—¿Qué?
—Detén el coche.
—Detén el coche.
—¡...!
✤✤✤✤✤✤
—...
—¿Estás bien?
—¿Estás herido?
—¿Qué pasa?
—...
—No lo sé.
Y me reí de nuevo.
Debes estar loco para reírte de tal situación.
—Agárrate fuerte.
¡Ah!
Había un leve olor dulce. Era el aroma de Keith. Su olor a
feromonas me tranquilizaba como en aquel entonces.
Enterré mi nariz en su garganta e inhalé profundamente. De
repente, Keith se detuvo. Miró hacía un lugar cuando levantó
la vista con sorpresa. Cuando volví mis ojos tardíamente, yo
también dudé. Un árbol enorme y el suelo, se derrumbaron y
se amontonaron frente a mí, bloqueando el camino.
Inusualmente la respiración de Keith era agitada. Abrí la boca
al darme cuenta que el siniestro rugido se había alejado un
poco más.
—Espera, descansa.
—...
—Ah...
—No.
—Gracias.
—...
—Tú...
—Keith...
✤✤✤✤✤✤
—Yeon-woo.
—¡Yeon-woo, despierta!
Sonreí levemente.
—¡Yeon-woo!
—¡No me dejes...!
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 6
—¿Adónde vamos?
—Bebé.
✤✤✤✤✤✤
—…
—Él bebé también está sano. —Con un profundo suspiro de
alivio la enfermera volvió a hablar—: Es un bebé muy fuerte.
Estaba en peligro, pero lo logró. Aún no es momento de sentir
alivio, aunque la crisis ya pasó. —La enfermera sonrió y
agregó—: Gracias a que Yeonwoo no se rindió, él bebe fue
capaz de fortalecerse.
✤✤✤✤✤✤
—Uh…
—… ¿Qué?
—Gracias.
—…
—Yeonwoo.
Me vi forzado a responder ante la voz baja que salió como si
fuese una amenaza.
—¡Tú…!
—…
—¡Dime! ¡Maldición!
—Está bien.
—Haaa.
Keith exhalo fuertemente. Sus ojos color púrpura estaban
temblando ansiosamente y mirándome fijamente. Abrió y
cerró su boca repetidamente, hasta que por fin emitió un
sonido. Con una voz completamente abrumada.
—… Por favor.
—…
✤✤✤✤✤✤
✤✤✤✤✤✤
—¡Emma!
—¡Yeon-woo!
—¡Mentira!
—…
Ella apretó los puños con resentimiento. Oh, Dios mío, y pensé
profundamente. Pero la extraña sensación no desapareció.
Cuando le pregunté sobre su trabajo en la empresa, agregué
algunas preguntas sobre los recién llegados. Y después de
escuchar la respuesta de Emma, la conclusión que salió fue:
—¿Qué?
—Creo que es una historia posible. ¿No se está enamorando
de Emma y cometiendo errores y tartamudeando? ¿Lo odias
tanto?
Emma continuó:
—¿Belleza? ¿Yo?
—Me han comparado mucho con Josh desde que era niña.
Josh es un chico guapo, pero yo soy simple, así que...
No, debería haber dicho que estaba bien, pero mis labios no se
movieron. Mi cabeza estaba hecha un desastre. Finalmente,
recordé a Keith, quien me estaba gritando. ¿Qué diablos está
pasando aquí?
—... Charles.
—...
—Ahora mismo.
✤✤✤✤✤✤
Charles llegó al hospital en menos de dos horas. Emma se
apresuró a regresar después de despedirse. Solo, esperando
a que viniera, estaba muy nervioso cuando apareció Charles.
—... ¿RUT?
Sí, dijiste que compraste una isla. Tuviste dos RUT, sin mí.
Me mareé por un momento y parpadeé a toda prisa. No
importa cuán marcado esté el Alfa dominante, si continúa
pasando el RUT solo de esta manera, seguramente se
romperá en alguna parte. ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué
fuiste solo? Si me lo hubieras dicho... De repente lo pensé. ¿Qué
hubiera pasado si lo hubiera hecho?
—¿Yeon-woo?
Charles respondió:
—Lo haré.
—Aahh...
Keith.
—Él se fue.
—…
—Huh.
—… ¿De verdad?
—Sí.
—Esto…
—Y volverás a abandonarme.
—No te abandone.
—…
—Y entonces ¿qué?
—Eso es amor.
—…
—…
—Te amo.
—Entonces demuéstralo.
—…
—Solo...
—Yeonwoo.
Keith susurro mi nombre y superpuso sus labios sobre los
míos. Los froto, mordió, chupó. No era suficiente solo
abrazarlo por lo que subí su camisa y acaricié su cuerpo
desnudo como loco. Keith me empujo y ambos caímos al
suelo, como peso muerto. Un gemido escapó de las
profundidades de mi garganta. Sus feromonas se
derramaron por todo mi cuerpo. Su dulce aroma recorrió mis
venas como una feliz canción de amor. Mi parte baja
comenzó a humedecerse, todas mis células deseaban a este
hombre. Lo empujé apresuradamente y me subí sobre él. Él
besó mi cuello y clavícula, inhalando el aroma.
—¡Ahh...!
—… Ugh.
—¡…!
—Mi Alfa.
✤✤✤✤✤✤
—¿...?
Toc Toc
—Señorita Parker.
—Yeonwoo.
Sonreí.
Sonreí.
—Sí… un poco.
—Oh, no...
—…
—Estoy deseando que llegue el momento.
Él contestó:
—...
—Por favor.
Pero solo miré el bebé que sostenía Keith. Tan pronto como
corregí mi postura, extendí mis brazos inmediatamente.
Traté de sostener al niño, pero dudé en cuanto mis brazos
aparecieron a la vista.
—...
—Abrázalo.
¡Ahh…!
—...
—...
—¿Conmigo?
Me reí casualmente de las palabras que agregué. Ni siquiera
pensé en una boda porque no me sentía bien durante el
embarazo. Hay muchas parejas que piensan que las marcas
de grabado y el matrimonio son temas separados, pero Keith
parecía tener ideas diferentes.
—¿...?
—¿Camino?
—...
Bajé la mirada hacia el rostro del niño sin hablar más. El niño
agitó los brazos mientras lo besaba de nuevo en la mejilla. ¿El
sabrá que soy yo quien lo dio a luz?
—MI OMEGA.
Levanté la cabeza y lo besé en los labios. De repente, mis ojos
ardían, pero mi corazón estaba más lleno que nunca.
—Sí, gerente.
✤✤✤✤✤✤
—Hola, Yeonwoo.
—¡Spencer!
—Gerente.
—Compraré todo.
Yeonwoo continuó:
—Oh mi...
—Woo…
✤✤✤✤✤✤
—Uh...
—Seo Yeon-hee.
—¿De verdad?
—De verdad.
—Oh, eso está bien. Más bien, creo que debería cancelar la
cita que había hecho para encontrarnos.
Estaba deseando que llegara, así que suspiró sin saberlo. Josh
se disculpó al otro lado del teléfono.
—Sí...
Hasta ahora ha sido privado, así que enviarle fotos fue una
gran prueba de confianza. Hijos de celebridades cuyo género
se desconoce. Incapaz de resistir la curiosidad, Yeonwoo
miró la imagen enviada por Josh. Era una foto de dos niños
sentados uno al lado del otro, uno era un hijo y el otro era una
hija. Entre ellos, el chico, Pete, era muy alto como se esperaba.
Como si hubiera heredado exactamente la mitad de la sangre
de ambos lados, pensó que se merecía el objetivo de los
paparazzi porque tenía una cara bonita y atractiva.
—Papá, papá.
—Papá, papá.
—¡Papá, ahí!
Yeonwoo se sonrojó.
—¿Qué es eso?
—¿... Es azúcar?
—¿Bien?
—... ¿Qué?
—Bésame primero.
—Ah… yo…
Yeonwoo tartamudeo.