El Arte en La Mesa
El Arte en La Mesa
El Arte en La Mesa
En cuanto a las servilletas o más bien toallas (por su tamaño) las pasaban los
criados después de que se lavaran las manos los invitados en una palangana
con agua de rosas. Su mayor apogeo y reconocimiento lo tuvieron en el siglo
XVI donde los manteles y servilletas más apreciados eran de damasco. Les
gustaba almidonar y plegar las servilletas de diferentes formas.
Despachar un banquete de múltiples platos y sirviéndose de los dedos, exigía
que una servilleta tuviera el tamaño de una toalla; en realidad las primeras
servilletas fueron toallas y de las grandes. Las utilizaron los egipcios, griegos y
romanos para limpiarse las manos durante los banquetes, pero con el fin de
procurar mayor aseo se utilizaron pequeños recipientes o cuencos llenos de
agua aromatizada con pétalos de rosa, hierbas ó romero. En Roma la nobleza
instituyó un segundo uso de la servilleta, que empezó a servir como bolsa, se
esperaba que los invitados a un banquete envolvieran golosinas de la mesa
para llevárselas a sus casas. Salir con las manos vacías se consideraba una
grosería.
Con la adopción del tenedor, el contacto directo con los alimentos fue menor y
con ello el tamaño toalla de la servilleta menguó, ahora su uso se limitaba sólo
para limpiarse la boca. Desde entonces la evolución de la servilleta fue en
aumento, ya en la Italia de 1680 se contaba con 26 maneras de doblar las
servilletas según ocasiones y rango social. Un manual de etiqueta de 1729
explica con claridad los numerosos usos de una servilleta de gran tamaño,
como para limpiarse la boca, los labios y los dedos cuando estaban grasientos.
Un sastre londinense llamado Doily del siglo XVIII, diseñó una pequeña
servilleta circular con delicados encajes que se utilizaba para proteger el mantel
al servir los postres. Los clientes les dieron el nombre de "servilletas de Doily"
nombre que se conserva en su país de origen.
Materias primas
Diseños o dibujos
Así pues, la familia de dibujos por Jacquard obtiene dibujos que según su
tamaño se conocen normalmente en las mantelerías como “cerrados” cuando
un solo dibujo es del tamaño de una servilleta, un cubremantel ó un mantel.
Cada prenda exige una fabricación por separado del resto. Es el tipo de diseño
más valioso y de gran categoría en el restaurante. Puede ser completado con
un solo anagrama central por cada prenda.
La otra familia de dibujos son aquellos más pequeños que se repiten varias
veces en toda la superficie del tejido en forma regular. Del mismo tejido se
obtienen todas las prendas diferentes de un restaurante. El motivo puede ser
desde una figura geométrica, floral hasta un logotipo que se reproducirá en
toda la tela. Esto ofrece la facilidad que con una sola pieza de tejido pueden
fabricarse manteles para todas las medidas de mesa.
Personalización
Dimensiones
Una vez definidas las medidas que deben tener los manteles; una vez lavados;
ha de calcularse qué medidas deben de tener las prendas cuando son nuevas.
La dificultad es la consecuencia de conocer el encogimiento que las prendas
van a sufrir en la lavandería. No hay cálculo matemático alguno que indique en
qué medida saldrán de la lavandería después del primer lavado, segundo y
tercero hasta que en el quinto o sexto queden fijadas.