CAPÍTULO 1.

TRABAJO SOCIAL CON GRUPOS EN EL SIGLO XXI

2. Ciudadanía, Trabajo Social y Bienestar: una dinámica imparable de universalización de derechos

La noción de ciudadanía transforma la ayuda al necesitado en la reconfiguración del entorno para que todos puedan ejercitar sus derechos; la
capacitación de las personas se convierte en el objetivo básico de la intervención social. Se trata de hacer posible el ejercicio de la ciudadanía.
Destacan dos consecuencias de la moderna condición de ciudadanía: 1) hay una lógica interna en las sociedades democráticas que nos lleva a
la universalización de las prestaciones y servicios; y 2) lo que se considera básico para el ejercicio de la ciudadanía será redefinido en cada
momento histórico por los ciudadanos. Universalización y redefinición de los derechos y condiciones para ser ciudadano suponen la base del
proceso de visibilización de colectivos excluidos. En nuestras sociedades, los ciudadanos buscan acceder al estilo de vida de las clases
medias, definido por el acceso a un conjunto de bienes y servicios, vinculados con el bienestar, la educación, la salud, el ocio y el poder. Sin
embargo, la crisis económica ha demostrado que alcanzar dicho estilo de vida, al menos en EEUU y la UE, no es fácil. La crisis de las clases
medias en los países occidentales es un problema presente en la investigación en el ámbito del Trabajo Social.

3. Trabajo Social en un entorno cambiante

En el contexto social en el que estamos inmersos, el Estado de Bienestar debe reformularse para asegurar las condiciones estructurales que
permiten disfrutar de nuestra condición de ciudadanía. Para responder a estos desafíos globales desde el Trabajo Social, se ha desarrollado un
proceso participativo entre las organizaciones ISFW, IASSW y ICSW. Los resultados pueden consultarse en www.globalsocialagenda.com.

Se establecieron cuatro áreas prioritarias: 1) Desigualdades sociales y económicas entre países y regiones. 2) Dignidad y valor de la persona.
3) Desarrollo sostenible. 4) Importancia de las relaciones humanas. En relación con estas áreas, se alcanzó una evaluación compartida del
contexto global. Algunas de las condiciones más relevantes fueron las siguientes: 1) Solo una minoría de la población mundial puede disfrutar
y ejercer sus derechos humanos en toda su amplitud. 2) La desregulación de los sistemas económicos, la ausencia de normas internacionales
estandarizadas sobre condiciones de trabajo y la falta de responsabilidad social corporativa, han deteriorado la salud y el bienestar de personas
y comunidades. 3) Deterioro de las relaciones comunitarias y de apoyo en un contexto de crisis económica. 4) El deterioro medioambiental
favorece el incremento de desigualdades y necesita una respuesta internacional.

Uno de los puntos de partida para establecer los objetivos de la Agenda es reconocer la importancia de la fortaleza y resiliencia de las
personas y comunidades, así como potenciar sus capacidades y el ejercicio de sus derechos. Nuestra interacción a través de la tecnología se
convierte también en ámbito para la investigación en el ámbito del Trabajo Social, dando lugar al Trabajo Social online o al Trabajo Social en
la red. En este sentido, el Trabajo Social tendrá que utilizar las nuevas tecnologías para potenciar las capacidades de los ciudadanos e
investigar los nuevos procesos de exclusión que en ellas se generan.

4. ¿Qué puede aportar el Trabajo Social como disciplina científica?

La capacidad para generar nuevos conocimientos y procedimientos, para mejorar los protocolos y las intervenciones llevados a cabo en la
actualidad, se convierte en un predictor clave de progreso o retroceso de nuestra disciplina. Las políticas científico-tecnológicas, factor
estratégico en las sociedades actuales, insisten particularmente en este punto. En el nuevo consenso entre el mundo político, económico e
investigador, y la sociedad en el que estamos inmersos en el Trabajo Social, prima la evaluación de resultados y la capacidad para
transferirlos y producir con ello una mejora en la sociedad. Nuestra disciplina no puede permanecer ajena a estos requisitos de evaluación si
quiere desarrollarse en términos de igualdad con otras disciplinas. La demanda de evaluación va unida a la preocupación por el futuro, la cual
se ha expandido al Trabajo Social con Grupos, ámbito en el que necesitamos diseñar aplicaciones que nos permitan diseñar mejores sistemas
de atención social. El futuro del Trabajo Social se vincula con la capacidad para convertirnos en expertos que contribuyan, en todos los
entornos institucionales, con su experiencia práctica y sus resultados de investigación.

5. Altruismo, generosidad y comunidad: ¿una vuelta a los orígenes del Trabajo Social?

Los principales retos para la intervención social con grupos en países con un estado de bienestar consolidado pueden organizarse en cuatro
grandes ámbitos: la puesta en valor de la dinámica grupal, las estrategias para afrontar mediante dicha dinámica los procesos de desafiliación
y exclusión, la redefinición de la actividad profesional de los trabajadores sociales y el reto de las nuevas tecnologías como aceleradores de la
experiencia grupal.

- En primer lugar, la recuperación de la legitimidad del grupo como ámbito para la intervención profesional. El Trabajo Social con Grupos ha
ido perdiendo relevancia, sustituido por la burocratización y el individualismo. En la intervención social con grupos, debemos ser capaces de
articular y dejar articularse dinámicas grupales y movimientos comunitarios reales, y de tomar en consideración la tendencia hacia el dominio
del espacio público y los recursos por parte de grupos y comunidades organizados que se afirman de forma excluyente.

- Los procesos de exclusión social, la transformación de la familia (última barrera que nos protege de la exclusión social) y la heterogeneidad
de la población nos obliga a evaluar con más detalle los procesos de desafiliación, con el objetivo de recrear vínculos sociales. La exaltación
del individualismo, la complejidad de la burocracia y la profesionalización de la política como actividad, ha llevado a una cierta indiferencia
hacia lo público. Necesitamos revitalizar nuestros vínculos, la preocupación por los otros, y la dignidad de la vida pública Y para eso es
necesario el Trabajo Social con Grupos.

- El tercer reto consiste en la reinvención del Trabajo Social en un entorno de crisis. El Trabajo Social tiene que hacer frente a la redefinición
de las políticas sociales y sus profesionales al tiempo que se produce una burocratización de la profesión; y a la disminución de los recursos
disponibles, provocando una mayor precariedad en la carrera profesional de los trabajadores sociales. Una de las formas de adaptarnos a la
crisis que se ha consolidado en los últimos años es la transferencia al sector privado, o al sector asociativo, de un número mayor de
prestaciones, recursos y servicios.
- El cuarto reto para la renovación del Trabajo Social con Grupos tiene que ver con la utilización de las nuevas tecnología de la información y
la comunicación. La respuesta de los trabajadores sociales no puede ser otra que diseñar el "trabajo social en la red". En la red se dan nuevos
y viejos procesos de exclusión y, a la vez, a través de la red podemos reforzar nuestros vínculos grupales.

6. E-Social Work: un nuevo ámbito para el Trabajo Social con Grupos

6.1. Hacia una definición de e- Social Work

El e-Social Work puede definirse como el uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito del Trabajo Social y
los Servicios Sociales. Incluye investigación online (cuyo enfoque destacado es la netnografía), tratamiento de pacientes (de forma individual,
grupal y comunitaria), formación y capacitación de los trabajadores sociales, y monitorización de los programas de servicios sociales. Permite
crear una mejor comunicación entre usuarios y profesionales, independientemente de la proximidad física; así como mejorar el proceso de
cambio, monitorizarlo y potenciar el proceso de retroalimentación entre el trabajador social y el usuario.

6.2. Nuevos desafíos en una sociedad de nativos digitales

Entre los nuevos desafíos a los que el e-Social Work tiene que hacer frente en nuestra sociedad, podemos resaltar la privacidad y la capacidad
de interpretar correctamente los mensajes que nos llegan. El código ético de los trabajadores sociales debe garantizar el correcto uso de la
información obtenida en la red. El análisis de los mensajes de texto se ha convertido ya en una cuestión clave en el trabajo social con jóvenes.
Los trabajadores sociales necesitan más y mejores habilidades para poder diseñar estrategias de intervención adecuadas al contexto juvenil.
En el ámbito del acoso, es importante empoderar a los usuarios para poder gestionar correctamente las nuevas tecnologías.

6.3. Fases para desarrollar un proyecto de e-Social Work

Podemos diferenciar tres fases que garantizan la viabilidad de un proyecto de e-Social Work:

- La primera fase es la escucha activa: se trata de analizar y monitorizar las intervenciones en las redes sociales, indagando en el discurso y las
demandas de los ciudadanos, y en las características de sus patrones de interacción.

- La segunda fase se centra en diseñar un espacio virtual en el que desarrollar actividades de intervención social. En este punto, es importante
crear un ámbito de interacción online en el que los usuarios puedan debatir, y entrar en relación con los servicios sociales y los trabajadores
sociales. En el ámbito del Trabajo Social con Grupos, habrá que analizar el objetivo del grupo, las dinámicas más apropiadas para alcanzar
dicho objetivo, y la metodología más adecuada para desarrollar dichas dinámicas en las redes sociales.

- La tercera fase se centra en el desarrollo de aplicaciones online específicas. El diseño de dichas aplicaciones debe tener 3 prioridades: el
análisis de opinión, el diseño de la intervención online, y la puesta en marcha de proyectos específicos.