María Julia Barboza
María Julia Barboza
María Julia Barboza
Plata
De mi mayor consideración:
i
Agradecimientos
De las muchas las personas que en alguna forma han colaborado en la realización
de este trabajo, deseo destacar la contribución de algunas. Quisiera entonces
manifestar mi mayor agradecimiento a:
Mabel Zeballos y Leandro Lena por las sugerencias y el interés, por dedicarme
tiempo y saber escuchar.
Las autoridades del Registro Civil que concedieron los permisos necesarios para
obtener los datos. A Rodolfo Robert, Luis Blanco, Mario Durán, Hernán Duarte y
ii
Mary Carro del archivo del Registro Civil de Canelones por su paciencia,
excelente disposición y compañerismo, brindando su tiempo y esfuerzo para
facilitarme el trabajo.
Soledad Dos Santos y Antonella Ferreira que acompañaron este proceso desde la
cotidianeidad, por haber sido un respaldo confiable en el día a día que facilitó la
concreción de este trabajo.
Virginia Matos por ser un apoyo constante, por las horas de estudio que
compartimos y por la corrección ortotipográfica de este trabajo.
iii
Tabla de contenidos
Agradecimientos…………………………………………………..…….………...ii
Tabla de cuadros………………………………………………………………….vii
Tabla de figuras……...………………………………………………………..…..ix
Resumen…………………………………………………………………………...x
Abstract………………………………………………………………………..…xii
Capítulo 4. Resultados...................................….....................….………..............68
4.1. Número y distribución temporal de los matrimonios..…….......................68
4.1.1. Número de matrimonios..............................…......……….................68
4.1.2. Distribución anual........................................….....………..................68
4.1.3. Distribución estacional.......................…...............……….................73
4.2. Estructura de los matrimonios.....................................……......................78
4.2.1. Estado civil.........................................…...............……….................78
4.2.2. Edad nupcial................................................…......……….................80
4.3. Pautas de cruzamiento..........................................….....……..........….......91
4.3.1. La endogamia...........................….........................……….......….......91
4.3.2. La consanguinidad.....................….........................………................98
v
Capítulo 5. Discusión.....................…………................................................…..103
5.1.Generalidades...........................……........................................………….103
5.2. Distribución temporal…………….………….……..…………………...103
5.2.1. Distribución anual....………..........….................…................…......103
5.2.2. Distribución mensual………………………………………………107
5.3. Estructura de los matrimonios……...…….………….………………….109
5.3.1. El estado civil..............…............…..........................……..……......109
5.3.2. La edad nupcial……………………………...……………….…….112
5.4. Pautas de cruzamiento…………………...………...….………………...115
5.4.1. Lugar de procedencia…………………………………..…….…….115
5.4.2. Integración de las parejas por origen geográfico…………………..117
5.4.3. La endogamia…………..…..………………………………………119
5.4.4La consanguinidad……...…………..……………………………….122
Capítulo 6. Conclusiones……...............................…..........................................128
Referencias bibliográficas…........................................…….……………......130
Archivos y documentación inédita consultada…...……….…….………..….154
Glosario................................................................................................................156
vi
Tabla de cuadros
viii
Tabla de figuras
ix
Resumen
x
tendencia a la endogamia, comportamiento que pudo haber afectado la integración
de sus pobladores.
xi
Abstract
Santa Rosa city is located in the Nrth Central region of Canelones department,
near the the cross road of routes 11 and 6. It is part of a group of villages and rural
areas that are named after saints. That is why this place is known as El Santoral.
Santa Rosa began at the end of the Guerra Grande, when the Oribe army
withdraws and the neighbors start to settle around a chapel built during the army
occupation. From then on, small agricultural producers and merchants established
in the area. This research proposes, from a biodemographic perspective, to know
the characteristics of the population process in this location from the beginning, in
the mid-nineteenth century, to the first thirty years of the twentieth century by
analyzing its nuptial and intermarriage patterns.
The general objective is to know the incidence that the demographic phenomenon
of nuptiality had on the microevolutionary processes of the population of Santa
Rosa from the beginning of the registration of marriages in the Parish Books, in
the middle of the 19th century, until the beginning of the 20th century (1853-
1929). This information is complemented with information from other sources,
both ecclesiastical and civil. The specific objectives planted are: 1.- to analyze the
temporal variation (annual and seasonal) of the marriages; 2.- to study the
conformation of the couples with respect to the marital status and age of the
contracting parties; 3.- to analyze the nuptial preferences as for the origin or
origin; 4.- to consider the characteristics of the consanguinity by dispensations.
During the relevant period Santa Rosa was a town of small farmers dedicated
mainly to the cultivation of cereals. The main results show a rapid population
growth in the last two decades of the nineteenth century with the presence of
immigrants of various origins, mostly Spanish and to a lesser extent Italian. These
groups, as well as the native population, presented a strong tendency to endogamy,
which could have affected the integration of their inhabitants.
En el tercer capítulo se detallan las fuentes, sus características, las dificultades que
presentaron y cómo se intentó superarlas o tenerlas presentes a la hora de
interpretar los resultados. Se presenta la construcción de la base de datos y su
codificación para posteriormente ingresar en los aspectos metodológicos de cada
tema y el motivo de su elección.
2
En el cuarto capítulo se muestran los resultados con los cuadros y las gráficas
correspondientes.
Ya desde sus inicios, a mediados del siglo XIX, la antropología recurre a las
fuentes documentales. Tylor las utilizó en la elaboración de su trabajo sobre las
leyes del matrimonio y la descendencia. Murdock compiló datos de fuentes
repartidas en 11 países para realizar un tratamiento estadístico de diferentes rasgos
culturales en 240 grupos (Harris, 1996).
Más específicamente Hawkes (2006) señala que para estimar tanto las tasas de
mortalidad en diferentes edades como la edad al momento de la muerte, la
información que brindan las fuentes documentales es más confiable que el registro
arqueológico, debido a que algunos grupos de edad pueden estar subrepresentados
y a que los procesos tafonómicos afectan de manera diferente los huesos según la
edad y el sexo. Madrigal (2003) afirma que en el caso de poblaciones pasadas se
puede abordar el estudio de la mortalidad mediante los libros de defunciones, la
natalidad a través de los libros de bautismos y el aislamiento reproductivo con los
libros de matrimonio.
3 Ciencia que estudia las poblaciones humanas desde un punto de vista cuantitativo tratando
factores como la dimensión, la estructura, los caracteres generales además y sus cambios (Sánchez
Compadre, 2001).
4 La genética de poblaciones es una disciplina que, mediante el uso de marcadores moleculares y
herramientas matemáticas, describe e intenta predecir la distribución de los ALELOs en una
población (Barrantes, 1998).
5 Pèrez Brignoli (2004) define a la demografía histórica como una disciplina científica
interdisciplinaria que se constituyó a mediados del siglo XX la cual aplica a poblaciones del
pasado métodos y conceptos que provienen de la demografía
5
culturales del grupo estudiado. Por su parte, la antropología demográfica tiene
como objetivo explicar los fenómenos demográficos dentro de un contexto
sociocultural, biológico y ecológico teniendo en cuenta las consecuencias a nivel
evolutivo. Es decir que se trata de otra forma de designar a la biodemografía que,
se encuentra con frecuencia en los trabajos de origen mexicano.
6 La selección opera mediante las diferencias fenotípicas heredadas que llevan a que haya
individuos que se reproduzcan más que otros, o sea que es producto de la capacidad diferencial de
dejar descendencia (Acreche et al., 2004).
7 Se llama mutación al mecanismo que origina la variabilidad en el material genético. Es la base
sobre la que llevan a cabo los procesos evolutivos (Acreche et. al., 2004).
8 La DERIVA GÉNICA es la fluctuación al azar que se acumula a través de las generaciones hasta la
fijación o desaparición de un ALELO, en otras palabras la desaparición o fijación de la variedad de
un gen (Acreche et al., 2004).
9 FLUJO GÉNICO es la expresión genética del fenómeno demográfico llamado migración que
posibilita el ingreso o salida de genes en una población haciendo variar su frecuencia (Acreche et
al., 2004)
6
la DERIVA bajo la que se encuentra una población. Debido a que se trata de una
característica que influye en la selección del cónyuge, contribuye a una desviación
de la PANMIXIA, es decir de los cruzamientos al azar (Acreche y Albeza, 2010;
Acreche, Albeza y Caro., 2011). El FLUJO GÉNICO encuentra su expresión en el
fenómeno demográfico llamado migración, más específicamente en la de los
grupos que dejan descendencia (Acreche y Albeza, 2010; Acreche, Albeza,
Caruso, Broglia y Acosta., 2004). Estos factores determinantes de la divergencia
genética varían conjuntamente con factores culturales ( Acreche y Albeza 2010;
Acreche et al., 2004; Barreto, 2011; Cavalli-Sforza et al., 1994; Sánchez
Compadre, 2001).
Por otra parte hay quienes, como Leach o Needham, consideran que el
matrimonio no es una institución que necesariamente deba encontrarse en otras
culturas y que se trata de un concepto que puede resultar engañoso si se aplica
fuera de su contexto original. Para esta corriente, hablar de matrimonio en otras
culturas es referirse a un conjunto de derechos relacionados con principios de
residencia. Más específicamente, se puede considerar matrimonio cualquier
institución que cumpla con alguna de las siguientes funciones: establecer quién es
el padre legal de los hijos o hijas de una mujer o la madre legal de los hijos o hijas
de un hombre, dar al hombre un monopolio sobre la vida sexual de la esposa o a la
esposa un monopolio sobre la vida sexual del marido, dar a uno de los cónyuges
una parte o el monopolio de los derechos sobre el trabajo o los bienes que
pertenecen real o potencialmente al otro, establecer un fondo común de bienes a
favor de los hijos e hijas del matrimonio o establecer una alianza socialmente
significativa entre el marido y los hermanos de la esposa (Needham, 2004).
8
1.2.2. La elección del cónyuge. El Homo sapiens es una especie que en su
búsqueda de pareja se aleja considerablemente del modelo de PANMIXIA (Cavalli-
Sforza y Bodmer, 1981), es decir de un sistema de apareamientos al azar. Como
afirman Acreche y Albeza (2010) el apareamiento aleatorio no es una condición
frecuente debido a la influencia de factores geográficos, sociales y culturales. Es
más, cualquier preferencia puede implicar caracteres que aunque no sean
determinados genéticamente pueden, de todas formas, afectar la estructuración de
una población.
Según Lévi-Strauss (1993a, 1993b) las reglas del matrimonio son inseparables de
la estructura de parentesco de cual forman parte. Tienen su origen en un sistema
de intercambio que se puede diferenciar en dos tipos: restringido y generalizado.
En el intercambio restringido se establecen reglas positivas y negativas para la
elección de la pareja, es decir que definen a la vez con quién está prohibido
casarse y dentro de qué grupo se puede elegir al cónyuge. La elección del cónyuge
está determinada por la posición que este encuentre en el sistema, es decir que
depende de una situación objetiva, tanto sea una relación de parentesco como una
categoría de alianza. Son las normas que caracterizan a las estructuras elementales
del parentesco. Por otra parte en el intercambio generalizado corresponde a las
estructuras complejas. En este caso se define solo a los cónyuges prohibidos,
como es el caso europeo que tiene solo un pequeño número de prescripciones
negativas. La elección del cónyuge no se encuentra definida de manera estructural
por el sistema, sino por criterios sociales de apreciación relativa como el estatus,
la profesión o la apariencia física. Uno de los principios más importantes que se
aplican al matrimonio es la prohibición de estas uniones dentro de un grupo
específico, habitualmente definido en términos de parentesco o descendencia, es
9
decir el tabú del incesto. Es importante tener en cuenta que estos modelos no son
excluyentes entre sí, ya que existen formas híbridas y equívocas entre ambos así
como estructuras que marcan el pasaje de formas simples a formas complejas.
10
edad y por el estado civil, dos variables que influyen en las posibilidades de
encontrar pareja. En general las prohibiciones o limitaciones en la elección del
cónyuge vienen estipuladas además por el grado de parentesco y por
prescripciones religiosas, de clase social o de origen étnico.
Desde las ciencias sociales se denomina exogamia a la elección del cónyuge fuera
del propio grupo, y lo opuesto, la endogamia, es la unión entre integrantes del
mismo grupo. Se llama homogamia a la tendencia al matrimonio entre personas
que comparten ciertas características como el estatus socioeconómico, la
profesión, el nivel educativo, la nacionalidad, la religión, la afinidad física o
intelectual (Savorgnan, 1950), y su opuesto se denomina heterogamia. Los
términos endogamia y homogamia son diferenciables cuando dentro del mismo
grupo existen subdivisiones que se estratifican de acuerdo a algunas de las
características mencionadas.
11
señalado por Barreto (2011) es el del origen étnico, haciendo referencia a la
pertenencia a grupos indígenas, negros o blancos.
Siguiendo este modelo, Baily (1980), Barreto y Sans (2000, 2003, 2004), Barreto
Sans y Bonilla (2004) y Míguez, Argeri, Bjerg y Otero (1991) afirman que un
índice alto de endogamia corresponde a un modelo de pluralismo cultural, en el
que diferentes colectividades conviven, pero no se integran. La situación opuesta,
cuando la endogamia es menor que la esperada, responde a una sociedad integrada
en la que el proceso de asimilación se da en forma relativamente rápida (se la
denomina crisol de razas). Una tendencia a la endogamia señala que se trata de un
colectivo que mantiene la cohesión y el apego a sus pautas culturales o que la
sociedad receptora presenta dificultades para asimilar a los extranjeros.
12
se elaboró esta teoría.
10 Las reglas de filiación cognaticias (usan ambas filiaciones, masculina y femenina para
establecer derechos, deberes y privilegios). Pueden ser bilaterales, si se trazan simétricamente para
la línea paterna y materna, o ambilineales en el caso de ser diferentes para ambas líneas (Harris,
2011).
13
Altamirano (2008) y Aresti et al. (2001) enumeran los impedimentos para el
matrimonio, que consistían en: el origen desconocido de uno de los contrayentes,
la falsedad, el haber dado la palabra de esponsales11, la bigamia, el crimen, la
impotencia masculina, la coacción, que uno de ellos hubiera tomado el voto
religioso, que alguno no fuera católico, y el parentesco, tanto por consanguinidad
como por afinidad, que hasta 1918 llegaba al cuarto grado y se redujo
posteriormente al tercero.
11 Se llama esponsales a la promesa de contraer matrimonio que los futuros cónyuges hacían ante
la Iglesia. Era un acto voluntario que luego de realizado se convertía en impedimento para casarse
con otra persona, aunque se podía cancelar por acuerdo de ambos o por infidelidad de uno de los
postulantes (Bentancur, 2011).
14
En el Concilio de Trento, celebrado entre 1545 y 1563, se dispuso que la Iglesia
debía llevar una nómina inscripta de los hechos vitales de la población. De esta
forma se genera un dispositivo de control social sobre la población: nacimientos,
matrimonios y defunciones. Estos registros brindan información valiosa al
momento de tomar disposiciones en cuestiones económicas y para cumplir con
una de las atribuciones más importantes de la Iglesia que era la de certificar la
identidad y la condición social, es decir la de asignar una categoría con
consecuencias en el lugar que se ocupaba en la sociedad (Morin, 1972).
15
1.3. Antecedentes
12 Se toman como antecedentes las investigaciones a nivel regional (Uruguay y países limítrofes).
16
el siglo XVIII; Mateo (1996) analiza el tema en Buenos Aires entre 1810 y 1869
mientras que Moreno (1998) hace lo mismo pero para el período comprendido
entre 1780 y 1850.
Frías (1998) aborda temas relacionados con la familia en Buenos Aires entre los
siglos XVII y XVIII usando datos extraídos de padrones; Ghirardi et al. (2007)
analizaron la influencia que tenían sobre el trabajo la tipología, la composición y
el tamaño de los grupos domésticos de Córdoba usando los datos del padrón de
1813; con los datos relevados en un censo eclesiástico en la provincia de Córdoba
en 1795, Küffer (2008) reconstruye la composición de las familias y los tipos de
hogares de la época.
Brasil. Gran número de los trabajos en Brasil vuelven la mirada sobre grupos
17
nativos sin dejar de lado a los inmigrantes relacionando diferentes tópicos; son
pioneros los trabajos de Francisco Salzano.
Los estudios sobre grupos migrantes son numerosos. Nadalin (1998) analiza las
características de las familias en grupos de origen germánico en Curitiba;
Andreazza (2008) realizó una aproximación a la dinámica familiar de los
ucranianos que se establecieron en la colonia Antonio Olyntho en Paraná;
Monsma, Truzzi y Bôas (2004) describen la endogamia en inmigrantes italianos
en San Pablo entre 1890 y 1914; a través del origen del cónyuge y de la situación
económica Klein (1989) investigó la integración de los inmigrantes españoles a la
sociedad brasileña desde el siglo XIX hasta mediados del XX; Volpi Scott (2008)
trabajó sobre la influencia de las relaciones de compadrazgo en las familias de la
América portuguesa en la segunda mitad del siglo XVIII.
18
Desde una perspectiva más general se abordaron también diferentes temáticas.
Con dispensas anotadas en libros matrimoniales católicos, Freire-Maia (1952,
1957) analiza la variación geográfica y temporal de la consanguinidad en el país;
Marcilio (1993) analiza las particularidades de las familias a lo largo de la
historia; con datos de los censos de 1950 y 1980 Oliveira (1986) trabaja sobre el
comportamiento de la nupcialidad para profundizar su investigación sobre la
fecundidad en Brasil y en los estados de San Pablo y Río Grande del Norte;
Galvão y Nadalin (2001) trabajan la ilegitimidad en la ciudad de Curitiba en los
siglos XVIII y XIX; Volpi Scott y Frachini da Silva (2015) analizan la
ilegitimidad en sociedades históricas de Brasil; Truzzi (2013) analiza los patrones
de la nupcialidad entre 1860 y 1930 en San Pablo; Botelho (2016) aborda las
estrategias en la elección del cónyuge en Minas Gerais entre 1815 y 1850.
Estudios sobre los diferentes aportes poblacionales del Uruguay a partir de datos
obtenidos de fuentes parroquiales y civiles, entre ellas libros de registros de
matrimonios, que en algunos casos incluyeron también marcadores genéticos
(Pollero y Sans, 1991). Estos trabajos permitieron considerar aspectos
demográficos e históricos involucrados en la conformación de las poblaciones y
19
aportaron al conocimiento del proceso de integración de los grupos inmigrantes en
diferentes regiones del país (Barboza y Barreto, 2013; Barreto, 1999; Barreto y
Sans, 2000, 2003; Barreto et al., 2004; Camou y Pellegrino, 2013; Lusiardo et al.,
2004; Portas et al., 1994; Sans y Barreto, 1997; Sans, 1998).
1.4. Fundamentación
21
legítimas13 que se realizan conforme a la legislación o a la costumbre, otorgando a
los participantes derechos y obligaciones (Segalen, 1992; ONU-ISSUP en Pollero,
2013). Se trata de un fenómeno complejo definido por cruzamientos sistemáticos
que no puede ser explicado exclusivamente por factores socio-culturales porque
también intervienen factores relacionados con la demografía, como la estructura
de la población y sus determinantes (Acreche et al., 2004; Rodríguez García,
2002).
13 La definición detalla que se trata de uniones entre participantes del sexo opuesto, detalle que
omití debido a que para la ley uruguaya el matrimonio se puede celebrar entre personas del mismo
sexo
22
2001).
1.5. Objetivos
1.5.2. Específicos.
24
Capítulo 2. Marco histórico y geográfico
Las diferencias que los indígenas de tipo pampeano tenían con las estructuras
socioeconómicas del conquistador los mantuvo alejados y los colonos encontraron
grandes dificultades para introducirlos en su sistema organizativo cuando
ocuparon su territorio en el siglo XVIII (Cabrera Pérez, 2007). Con el proceso
fundacional de Montevideo la migración proveniente de Europa y África
comienza a incrementarse (Reyes Abadie en Pollero, 2001).
26
siglo XX, cuando comienza a desacelerarse (Pellegrino 2003).
27
2.2. Canelones: características geográficas y proceso de poblamiento
28
algunas corrientes de agua, aunque hoy es difícil de encontrar (Barrios Pintos,
1981a).
29
2.2.2. El poblamiento y su contexto histórico. De acuerdo a los hallazgos
arqueológicos el territorio que hoy ocupa el departamento de Canelones se
encontraba habitado hace 4.800 años. Los sitios ubicados en la costa y centro del
departamento presentan materiales fundamentalmente líticos, aunque también
cuentan con restos de cerámica (Erchini, Ferrari, Sosa y Tobella, 2010). Los
lugares ubicados cerca de las márgenes del río Santa Lucía se caracterizan por
tener unos montículos formados por la acumulación de conchas de moluscos y por
la presencia de alfarería y de cultígenos que evidencian una planificación espacial
y temporal en la explotación de los recursos (Beovide y Campos, 2015).
Cuando llegaron los primeros conquistadores europeos en el siglo XVI, el sur del
territorio se encontraba habitado por grupos de origen pampeano, que fueron
desplazados hacia el norte a medida que avanzaba la colonización (Pi Hugarte,
1998).
El padrón de 1778 (en “Pueblos y Números”, s.d.) muestra 2.178 personas, en una
población blanca masculinizada, repartidas en los siguientes siete partidos que
entonces pertenecían a la jurisdicción de Montevideo: las Piedras y Colorado; los
arroyos Canelones Grande, Chico y Cerrillos; Sauce y Pando; Tala; Santa Lucía
Grande; arroyo de las Brujas y Solís Grande y Chico.
Estimaciones hechas para el año 1829 indican que Canelones era el segundo
departamento más poblado con 11.000 habitantes de los 74.000 que había en todo
el país (Barrios Pintos, 1981a).
El censo de 1836 arrojó un total de 128.371 habitantes de los cuales 7.800 (el 6
%) estaban en Canelones (Barrios Pintos, 1981a). Moraes y Pollero (2003)
sostienen que las dos terceras partes de los pobladores se concentraban en las
villas de Pando, Coello y Guadalupe.
El final del conflicto dio lugar a una nueva etapa de recuperación. Para 1860
Canelones proveía a Montevideo de productos agrícolas, siendo el trigo y el maíz
los más importantes. Los inmigrantes italianos plantaban montes artificiales e
introdujeron cambios en la agricultura que incrementaron la producción de
frutales e innovaron los equipos y las herramientas de trabajo (Barrios Pintos,
1981a).
Hacia 1875 la mayoría del ganado se utilizaba para las actividades de labranza
mientras crecía el cultivo de legumbres y la cría de aves. La elaboración de las
harinas fue cobrando importancia hacia principios del siglo XX (Barrios Pintos,
1981a).
33
Figura 2.2. Ubicación de la ciudad de Santa Rosa.
En: http://www.turismodeluruguay.com/Web/espanol/infogral/departamentos/
canelones/centro.htm
Según datos actuales (INE, s.d.) la ciudad tenía 3.127 habitantes (1.809 hombres y
1.918 mujeres). Si se toma en cuenta el Municipio de Santa Rosa, que incluye las
zonas rurales adyacentes, había 6.751 habitantes de los cuales 55,2 % viven en la
34
ciudad. Por otra parte el 96 % declara tener ascendencia étnica blanca y el 1,5 %
negra (Observatorio Territorio Uruguay, 2014). En los alrededores existe una
amplia zona rural donde persisten algunos parajes con caseríos hasta hoy
habitados de los que Barrios Pintos (1981b) presenta algunos datos: a 4 km. al
oeste, en la intersección de la ruta 11 y ruta 33, se ubica el paraje La Paloma;
siguiendo hacia el oeste por la misma ruta 11, encontramos el Paso de La Paloma,
en la cercanía del arroyo Canelón Chico; hacia el este por la misma ruta 11
encontramos Puntas del Pantanoso Este; al norte del poblado, siguiendo la ruta 6,
Paso de los Difuntos.
35
otros estancieros de la zona, se refugiaron junto a sus familias en Montevideo
(Barrios Pintos, 1981b).
La primera escuela se fundó en 1873 (Escuela N.º 7); su director fue Jacinto
Alfaro. En 1878 asistían 39 niños y 27 niñas. A fines de 1879 se crea la escuela
N.º 16 para niñas, quedando la anterior solo para varones (Barrios Pintos, 1981b).
Según las crónicas a fines del siglo XIX las diversiones de reducían a los bailes y
tertulias familiares, carreras de caballos, partidas de bochas y las fiestas anuales
del santoral (San Isidro Labrador el 15 de mayo, Santa Rosa de Lima el 30 de
agosto o el día de la Virgen que se celebra el 8 de diciembre) (Barrios Pintos,
1981b).
37
El molino a vapor de los hermanos Roca producía 5.950 kilogramos de harina al
día (Barrios Pintos, 2008).
Es en los libros del Registro Civil y en el censo de 1900 cuando Santa Rosa
aparece claramente diferenciada como la sección n.º 13 (ver Figura 2.3).
38
Cuadro 2.1.
Estadísticas vitales. Datos absolutos.
Fuentes: Anuarios Estadísticos, Censo de 1900, Censo de 1908 y Registro Civil*. Elaboración
propia.
Censos Lugar Población Nacimientos Defunciones Muertos -1 año
Uruguay 915.647 30.589 12.878 3.244
1900
Canelones 83.143 2810 962 274
Santa Rosa 4.818 190 39 20
Uruguay 1.042.686 35.520 14.421 3.574
1908
Canelones 87.874 3.232 853 243
Santa Rosa 4.881 200 45 22
*Los datos en negrita fueron extraídos del Registro Civil
Tanto a nivel nacional como departamental hay un predominio del sexo masculino
en la población, así como también en la 13ª sección. Según ambos censos Santa
Rosa presenta una tasa de natalidad y un crecimiento vegetativo superiores tanto a
los del departamento como a los del país, y una tasa de mortalidad inferior al
departamental y al nacional. En cambio, el guarismo de la mortalidad infantil es
más alto que en el departamento y el país. En tanto, la tasa de crecimiento
intercensal entre 1900 y 1908 es de 0,0016, un valor por debajo de las cifras
departamentales y nacionales. El crecimiento vegetativo es alto en comparación
con el departamental y con el nacional. Según las Naciones Unidas (en Pollero
2013) difícilmente la tasa de crecimiento de una población supere el 3 % cuando
la población crece solamente por el crecimiento vegetativo y las poblaciones
pretrancisionales rara vez superaban el 2 % (ver Cuadro 2.2.).
39
Cuadro 2.2.
Estadísticas vitales. Índices estimados.
Fuentes: Anuarios Estadísticos, Censo de 1900, Censo de 1908 y Registro Civil. Elaboración
propia.
Censos Lugar Im TBN ‰ TBM ‰ M 0-1 ‰ TCV ‰ r
Uruguay 107,7 33,4 14 106 19,34
1900
Canelones 110,9 33,8 11,57 97,5 22,23
Santa Rosa 103,6 39,4 8,1 105,2 31,34
Uruguay 103,9 32,1 13,8 100,6 20,23 0,016
1908
Canelones 103 36,8 9,7 75,18 27 0,007
Santa Rosa 108,4 40,9 9,2 110 31,75 0,0016
Im:índice de masculinidad, TBN: tasa básica de natalidad, TBM: tasa básica de mortalidad, M
0-1: mortalidad infantil, TCV: tasa de crecimiento vegetativo, r: crecimiento intercensal.
Los dos censos muestran una población en general muy joven, la mayoría no
superaba los 30 años. Al desagregar a los extranjeros se observa que superan en
edad a los uruguayos y constituyen la mayoría de quienes tienen más de 60 años.
Tienen también un índice de masculinidad mayor (Barboza y Barreto, 2013).
40
Cuadro 2.3.
Porcentaje y origen de extranjeros.
Fuentes: Anuarios Estadísticos, Censos de 1900 y 1908. Elaboración propia.
En el país Entre extranjeros
Cuadro 2.4.
Tasas brutas de nupcialidad.
Fuentes: Anuarios Estadísticos, Censos de 1900 y 1908. Elaboración propia.
Censos Lugar Población Nº de matrimonios TBN ‰
Uruguay 915.647 4.549 4,9
1900 Canelones 83.143 409 4,9
Santa Rosa 4.818 25 5,2
Uruguay 1.042.686 6.368 6,1
1908 Canelones 87.874 726 8,3
Santa Rosa 4.881 44 8,8
41
En resumen, lo que tenemos para principios de siglo XX en la 13a sección es una
población muy joven, la mayoría de los habitantes no supera los 30 años. Presenta
índices altos de natalidad y bajos de mortalidad, con excepción de la mortalidad
infantil que arroja valores importantes. Entre el 13 % y el 18 % de los habitantes
son inmigrantes, principalmente españoles e italianos. La proporción de hombres
y de inmigrantes se incrementa con la edad.
Como relatan Barrios Pintos (1981b) y Mourat (2002) la localidad de Santa Rosa
comenzó a conformarse con vecinos que poco a poco se fueron asentando en torno
a una capilla ubicada en terrenos de la estancia del Canelón Grande que
pertenecían a Gervasio Muñoz y que habían sido ocupados por las tropas de
Oribe. El comandante Golfarini donó aproximadamente 3.700 metros cuadrados
de los terrenos que pertenecían a la estancia en los que se construirá la capilla.
42
Tuvieron el mismo origen los terrenos de la plaza frente a la capilla y los del
cementerio. Al ser insuficiente la suma aportada por el gobierno, Golfarini
contribuyó para finalizar la construcción de la capilla que dependía del curato de
Canelones y que se inauguró el 10 de diciembre de 1850 con la bendición del
entonces cura párroco de Canelones Jacinto Vera. El edificio, que según Mourat
(2002) tenía paredes de material y techo de paja, había sido construido por Ignacio
Sarobe. Como la iglesia no tenía una imagen que representara a la titular, Santa
Rosa de Lima, fue colocada provisionalmente otra, que fue conducida en
procesión desde la casa del comandante general. Al día siguiente tuvo lugar la
bendición del cementerio.
Cuadro 2.5.
Sacerdotes de la Parroquia de Santa Rosa de Lima entre 1852 y 1939.
Fuente: Libros Parroquiales y Roldós Puig (s.d.). Elaboración propia.
43
Barrios Pintos (1981b) menciona que la construcción terminó desmoronándose en
el 1900 y durante los 10 años siguientes ofició como templo un galpón que se
alquilaba a los hermanos Roca.
44
Figura 2.4: Plano de la ciudad de Santa Rosa.
En: https://www.directoriodecalles.org/UY/Canelones/Santa-Rosa/Streets/Uruguay/Mapa-De-La-
Ciudad/
45
Capítulo 3. Materiales y métodos
3.1. Materiales
3.1.1. Elección de las fuentes. En el ciclo vital de los humanos se destacan por su
importancia tres acontecimientos: el nacimiento, el ingreso a la etapa reproductiva
y la muerte. Stone (1977) sostiene que los libros parroquiales constituyen una
fuente primordial para el análisis de las poblaciones del pasado ya que estos
sucesos se anotan en los libros de bautismos, matrimonios y defunciones. Son
particularmente importantes para investigar el período que va desde su creación,
en el siglo XVI, hasta que se implementan los registros civiles en la segunda
mitad del siglo XIX. Según Morin (1972) los registros parroquiales han permitido
superar el obstáculo que significa carecer de censos ya que las fluctuaciones
presentes en los nacimientos, matrimonios y defunciones se pueden tomar como
un índice local de la evolución de la cantidad de habitantes y una aproximación a
la estructura demográfica.
Las fuentes con datos demográficos más antiguas que se conocen para Santa Rosa
son sus libros parroquiales que comienzan a fines del año 1852 14, cuando da inicio
el registro de los acontecimientos de la capilla y sus feligreses. Dado que el único
registro de pobladores de Santa Rosa es un censo comercial de 1878, el cual
enumera y describe los establecimientos comerciales y sus propietarios, serán
justamente los registros parroquiales los que permitan conocer esta población en
el siglo XIX. Hasta la creación del Registro Civil en Uruguay en 1879, la Iglesia
Católica era la única institución que registraba los movimientos de población
como los nacimientos, matrimonios y defunciones (Barreto y Sans, 2003).
Archivos eclesiásticos.
Archivos civiles.
Desde el inicio hasta la foja 14 del Libro 1 figura siempre la misma caligrafía, a
pesar de que bajo cada registrose exhiben diferentes nombres: los de José Armasa,
Pedro Letamendi y Francisco Tapia. Resulta aún más claro cuando se ve la letra
de Tapia en la foja 15 y se compara la escritura de Armasa y de Tapia en los libros
de Bautismos y Defunciones. Además la falta de la primera hoja con el nombre
del libro lleva a pensar que las primeras 14 hojas no son las originales, sino que se
trata de un segmento transcripto.
Hubo dificultades para acceder a ciertos períodos por la falta de continuidad en los
registros, tanto entre los libros I y II de Matrimonios de Santa Rosa como en los
expedientes matrimoniales. En el primer caso hay entre los dos libros una
discontinuidad de casi 21 años, entre 1869 y octubre de 1890. Afortunadamente se
logró acceder a los datos porque en la hoja inicial del Libro II de Matrimonios se
detalla que las inscripciones correspondientes a dicho período se encuentran en
Canelones19.
50
Cuadro 3.1.
Estructura de la base de datos.
Número
Número ordinal asignado a cada matrimonio Numérico
identificador
Número anual Número ordinal por año de cada matrimonio Numérico
Año Año de la celebración Numérico
Mes Mes de la celebración Numérico
Cons1 Grado de parentesco según dispensa simple Numérico
Grado de parentesco en caso de dispensa
Cons2 Numérico
doble
Nombre 1 Nombre del novio Alfabético
Apellido 1 Primer apellido del novio Alfabético
Edad 1 Edad del novio. Numérico
Origen1 País de nacimiento del novio Alfabético
Regiónac 1 Lugar de nacimiento del novio Alfabético
Otros nac.1 Localidad de origen u origen étnico del novio Alfabético
Hn1 Condición de hijo natural del novio Alfabético
LugarRes 1 Lugar de residencia del novio Alfabético
Est. 1 Estado civil del novio al contraer matrimonio Alfabético
Padre 1 Nombre del padre del novio Alfabético
Origen padres 1 Nacionalidad del padre del novio Alfabético
Madre 1 Nombre y/o apellido de la madre del novio Alfabético
Nombre del cónyuge anterior en caso de
Observaciones 1 Alfabético
viudez
Nombre 2 Nombre de la novia Alfabético
Apellido 2 Primer apellido de la novia Alfabético
Edad 2 Edad de la novia. Numérico
Origen2 País de nacimiento de la novia Alfabético
Regionac2 Región de nacimiento de la novia Alfabético
Localidad de origen u origen étnico de la
Otros nac.2 Alfabético
novia
Hn2 Condición de hija natural de la novia Alfabético
Lugar res 2 Lugar de residencia de la novia Alfabético
Est. 2 Estado civil de la novia Alfabético
Padre 2 Nombre del padre de la novia Alfabético
Origen padres 2 Nacionalidad de los padres de la novia Alfabético
Madre 2 Nombre y/o apellido de la madre de la novia Alfabético
Nombre del cónyuge anterior en caso de
Observaciones 2 Alfabético
viudez
Codificación. Algunas de las variables que se han utilizado en este estudio han
sido codificadas:
Cuadro 3.2.
Codificación de las dispensas por consanguinidad.
Grado Parentesco Código
Primero con segundo Tío/sobrina o tía/sobrino 21
Segundo Primos hermanos 2
Segundo con tercero Tío/sobrina o tía/sobrino en segundo grado 23
Tercero Primos segundos 3
Tercero con cuarto Tío/sobrina o tía/sobrino en tercer grado 34
Cuarto Primos terceros 4
52
Origen1 y Origen2: los datos sobre el origen o la procedencia geográfica de los
cónyuges se agruparon para su análisis de acuerdo al país de nacimiento o al
origen socioétnico. La codificación se realizó de la siguiente manera: «1» África,
«2»Argentina, «3» Brasil, «4» España, «5» Francia, «6» Inglaterra, «7» Italia, «8»
Paraguay, «9» Polonia, «10» Portugal, «11» Siria, «12» Uruguay y «13» Uruguay/
morenos.
Período: se establecieron ocho períodos en función del año en que tuvo lugar la
boda. Fueron codificados como se señala a continuación: «1» 1853-1859, «2»
1860-1869, «3» 1870-1879, «4» 1880-1889, «5»1890-1899, «6» 1900-1909, «7»
1910-1919 y «8» 1920–1929.
53
Porcentaje de datos consignados. La información que se detalla en todos los
casos es la fecha en la que se realizó la ceremonia y los nombres de ambos
contrayentes. En la gran mayoría de los casos figuran la nacionalidad, la edad, el
lugar de residencia, el nombre de los padres y su procedencia, así como también el
grado de consanguinidad entre los novios cuando hay dispensa. El Cuadro 3.3
muestra el porcentaje de datos de cada variable.
Cuadro 3.3.
Porcentaje de datos registrados.
Variable Con dato % Sin dato %
Año 100 0
Mes 100 0
Cons1 91,5 8,5
Cons2 100 0
Nombre 1 100 0
Apellido 1 100 0
Edad 1 85,4 14,6
Paísnac1 97,6 2,4
Regiónac 1 14,1 85,9
LugarRes 1 99,9 0,1
Otros nac.1 6,6 93,4
Hn1 100 0
Est. 1 98,7 1,3
Padre 1 97 3
Origen padres 1 18,5 81,5
Madre 1 96,7 3,3
Observaciones 1 100 0
Nombre 2 100 0
Apellido 2 100 0
Edad 2 85,38 14,62
Paísnac2 97,6 2,4
Regionac2 9,2 90,8
Otros nac. 4,4 95,6
Hn2 100 0
Lugar res 2 92,8 7,2
Est. 2 97,6 2,4
Padre 2 95,2 4,8
Origen padres 2 18,5 81,5
Madre 2 96,7 3,3
Observaciones 2 100 0
54
3.2.2. Criterio para la elección y el tratamiento de los temas. Con el objetivo
de respetar la extensión que se indica para la presentación de las tesis de maestría
y teniendo en cuenta que son pocos los estudios históricos y demográficos sobre
Santa Rosa y su entorno, se valoró como la opción más adecuada aquella que
ofrece un panorama más general antes que profundizar en algún aspecto en
particular. Esto significa que la decisión fue abordar la mayor cantidad de temas,
pero con menor profundidad, para que en su conjunto desplieguen un panorama
general del proceso demográfico y de su contexto. Es decir que se puede
profundizar en el análisis de cualquiera de los temas que aquí se abordan
indagando en las particularidades de cada grupo o aplicando otros métodos de
análisis que pudieran brindar información complementaria.
Interpretar los datos obtenidos de los libros parroquiales de Santa Rosa se vuelve
difícil cuando no existen censos o padrones locales con información sobre el
contexto demográfico en el que tuvieron lugar. Dentro del período estudiado la
cantidad de habitantes de la 13ª Sección Judicial figura únicamente en los censos
de 1900 y 1908; no sucede lo mismo en los anuarios del INE en los que no se
detalla la cantidad de habitantes por sección judicial. En consecuencia, la
información sobre la cantidad y la estructura de la población histórica de Santa
Rosa y su entorno se reduce los dos años correspondientes a los censos.
Por otra parte hay que tener en cuenta que al tratarse de libros que registran
matrimonios, no se contemplaron las uniones consensuales. Los hijos nacidos
fuera del matrimonio dan una idea de las uniones que pudieron existir y que no
pasaron por la iglesia. Pollero (1994, 2003) señala que estas uniones han sido
históricamente más frecuentes en América Latina que en Europa. Al respecto,
menciona que en la década de 1880 la ilegitimidad alcanzaba el 9 % y el 26 % de
los nacimientos anotados en el Registro Civil de Montevideo y Minas
respectivamente Sostiene que esta diferencia podría estar relacionada con el
origen de los habitantes, ya que por su condición de ciudad-puerto Montevideo
concentraba más europeos que Minas (Pollero, 1994).
55
En Santa Rosa, entre 1852 y 1865, de 2056 bautismos el 9,3 % (191) figuran
como ilegítimos, sin embargo entre los contrayentes la cifra es de solo el 0,3 %.
La diferencia entre estos valores podría ser un indicio de que, tal como señala
Pinto Venancio (1998), hubiera sectores con tendencia a tener hijos fuera del
matrimonio y de que esto se extendiera como pauta familiar y generacional. Al
respecto Barreto et al. (2014) y Bentancur (2011) observan que se trató de una
práctica habitual en afrodescendientes.
56
3.3. Métodos analíticos
Para tener una referencia del número de matrimonios esperables para cada año
que permita apreciar cuál es la tendencia general de la nupcialidad, lo habitual es
57
utilizar la media móvil. Con el fin de observar la tendencia en la cantidad de
matrimonios a largo plazo y siguiendo a Toja (1987) se aplicó lo que señalan Del
Panta y Livi Bacci (1977): tomar el valor del año en cuestión, el de los cinco
precedentes y el de los cinco posteriores para calcular el promedio de siete
valores, ya que se excluyen los dos valores más altos y los dos más bajos de los
once considerados. Con la intención de tener la posibilidad de comparar el dato
puntual con el esperado se siguió también a estos autores (Del Panta y Livi Bacci,
1977) quienes sostienen que el contar con un régimen normal de la cantidad de
registros habilita el intento de analizar hasta qué punto las desviaciones son
aleatorias o producto de circunstancias del entorno. Los autores toman como
desviaciones no aleatorias aquellas que se alejan en más del 50 % del valor
esperado.
Cm = 1200.(Nm/Dm )/(∑ Nm
/Dm)
58
Se minimizaron las diferencias entre las frecuencias de meses sucesivos, que
pueden resultar de tratar un fenómeno temporal continuo a través de la
discontinuidad que implica la división del año en doce meses, mediante las
distribuciones de las medias móviles. Para cada mes se tomó en cuenta el
promedio de su valor y los valores de los meses anterior y posterior. Estos
coeficientes fueron incluidos en la representación gráfica.
T = ½ A2N
S = Σ√Ni(seno θ)
C = Σ√Ni(coseno θ)
V = Σ√Ni
D = √ S2 + C2
V
A = 4D
Por el estado civil. Designa la situación legal de las personas respecto del
matrimonio. Las categorías posibles son las de soltero, casado o divorciado; la
Iglesia Católica permite el divorcio en raras excepciones y esto genera la nulidad
del vínculo, por lo tanto esta categoría no aparece en los registros de Santa Rosa.
Esto determina que los contrayentes solamente puedan ser solteros, es decir no
haberse casado nunca, o viudos en el caso de que el matrimonio anterior se haya
disuelto por la muerte de uno de los cónyuges.
Otro punto a considerar es el impacto que pueden tener las nupcias sucesivas
sobre algunos parámetros como la edad al matrimonio, lo cual se analiza
posteriormente. Debido a que la pérdida del potencial reproductor con la edad
incide más en la mujer que en el hombre, es importante tomar en cuenta las
posibles combinaciones en el estado civil de ambos cónyuges para producir los
cuatro tipos de enlaces posibles: soltero con soltera, soltero con viuda, viudo con
soltera y viudo con viuda (Toja, 1987). Esparza (2004) considera que la
composición por estado civil permite conocer la influencia de esta variable en la
elección de la pareja.
Por la edad al matrimonio. En las sociedades históricas, como la que nos ocupa
en este trabajo, el matrimonio señala el inicio del periodo reproductivo por lo que
la edad de los individuos, especialmente de las mujeres a la hora de contraer
matrimonio es uno de los datos más informativos sobre las características
demográficas de una población (Toja, 1987). Segalen (1992) sostiene que la edad
de las mujeres en las primeras nupcias tiene relación inversa con el número de
61
hijos que tendrán. Así, el número de hijos por mujer se puede ver reducido en
aquellas poblaciones en las que los habitantes se casen tardíamente. No sería así
en el caso de los hombres, la mayoría de autores niegan que edades nupciales
elevadas tengan algún efecto directo sobre la fecundidad de la pareja.
Se consignaron los años anotados en los registros, asumiendo que se trata de años
cumplidos, por lo que se consideró que tendrían en promedio la edad declarada.
Se calculó la mediana de edad para hombres y mujeres así como la diferencia de
edad entre ellos discriminados por estado civil y por la composición de la pareja
de acuerdo al estado civil de cada cónyuge. Por último se analizó si hubo cambios
en la edad al primer matrimonio a lo largo del período.
62
situaciones esto implica recorrer distancias más grandes que, en el caso del
Uruguay, llegan a abarcar diferentes países y continentes. Estos movimientos
reflejados en los registros matrimoniales constituyen una de las principales
evidencias de migración en poblaciones humanas (Beckman y Cedergren, 1971).
Savorgnan (1950) desarrolló este método para analizar los procesos sociales de
asimilación de los inmigrantes a las sociedades receptoras y define la homogamia
como el casamiento entre personas con características similares. Lo aplicó
específicamente a los inmigrantes presentes en dos ciudades donde convergían
grupos étnicos con diferencias entre sí y con la sociedad receptora en Boston y
Buenos Aires, entre fines del siglo XIX y principios del XX. A partir de la década
de los 80 fue retomado por otros autores como Baily (1980) y Míguez et al.
(1991) para estudiar los modelos de integración. Esta perspectiva considera la
homogamia como una tendencia general pudiéndose estimar la intensidad de las
fuerzas que obstaculizan la amalgama entre diferentes grupos étnicos.
64
relacionados (Barreto y Sans, 2000; Calderón, 2000; Segalen 1992). Entre los
múltiples factores que pueden incidir en los niveles de consanguinidad. Aresti et
al. (2001) destacan los geográficos, demográficos, económicos y relacionados con
el grado de ruralización o industrialización de las poblaciones así como otros
factores socioculturales, ya que cualquier limitación en la elección de la pareja,
como las étnicas o lingüísticas, repercuten en la estructura por el incremento en la
endogamia que generan. Calderón (2000) sostiene que es un fenómeno en el que
se expresan las prácticas religiosas y culturales de un grupo. Segalen (1992)
afirma que ha sido una práctica corriente en el entorno rural a causa del
aislamiento y del tamaño reducido de la población. Bentancur (2011) y Calderón
(2000) adjudican este hecho también a la voluntad de conservar el patrimonio
familiar.
F=∑N1ºcon2º(1/8)+N2º(1/16)+N2ºcon3º(1/32)+N3º(1/64)+N3ºcon4º(1/128)+N4º(1/256)
Nt
65
Las categorías de los matrimonios consanguíneos son: 1º con 2º corresponde a la
unión de tío-sobrina o tía-sobrino, 2º, a la de primos hermanos, 2º con 3º, a la de
tío o tía con sobrina o sobrino segundo, 3º es la de primos segundos, 3º con 4º, la
de tío o tía segundo con sobrina o sobrino tercero, y las uniones de 4º grado
corresponden a la de primos terceros. N es el número de matrimonios para cada
grado de consanguinidad, las fracciones entre paréntesis indican la probabilidad
de homocigosis y Nt es el número total de matrimonios en el período considerado.
Los valores de F entre 1 y 0,01 se consideran altos, entre 0,009 y 0,0001 medianos
y los menores a 0,0001, bajos (Cavalli-Sforza y Bodmer, 1981).
66
parentesco como si correspondiera a un matrimonio independiente. Hay
consanguinidad múltiple cuando la pareja comparte el mismo antepasado por
diferentes líneas o cuando tienen dos o más ancestros en común. Así pues, más
que el número de matrimonios de cada tipo, se ha considerado el número de
dispensas de cada tipo.
67
Capítulo 4. Resultados
4.1.1. Número de matrimonios. Entre los años 1853 y 1929 se registran 1.968
matrimonios celebrados en la Parroquia Santa Rosa de Lima. Toja (1987) señala
que, en ocasiones, en las parroquias pequeñas donde los eventos demográficos
suelen ser escasos, estos no se registraban en el libro correspondiente pudiendo
traspapelarse o, con mejor suerte, figurar en otro libro o haber sido anotados con
posterioridad. Con esto queda abierta la posibilidad de que no hayan sido
anotados todos los matrimonios, particularmente en la etapa más temprana de la
parroquia.
68
Cuadro 4.1.
Distribución anual de los matrimonios. Santa Rosa 1853 - 1929.
Fuente: archivos parroquiales, libros de matrimonios. Elaboración propia.
69
70
Nº mat Media móvil
60
50
Nº de matrimonios
40
30
20
10
0
1853
1856
1859
1862
1865
1868
1871
1874
1877
1880
1883
1886
1889
1892
1895
1898
1901
1904
1907
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
Años
Figura 4.1.
Variación anual del número de matrimonios. Santa Rosa 1853-1929.
Fuente: archivos parroquiales, libros de matrimonios. Elaboración propia.
Con respecto a la media móvil, se pueden apreciar tres fases: 1. con oscilaciones
homogéneas y de poca magnitud hasta 1874 (7,71); 2. a partir de 1775 (10,71),
cuando se observa un brusco incremento, el más importante de toda la gráfica, que
alcanza su máximo en 1884 y 1885 (33,71) seguido luego de un descenso
paulatino hasta 1900 (24,14); 3. en 1901 (26,86) crecen nuevamente los registros,
con un máximo en 1907 (39,57), volviendo a descender hacia 1918 (35,43),
presentando otra vez valores altos en 1921 y 1922 (40,14).
Factores que pudieron haber influido sobre la variabilidad anual. Los libros
inician los registros luego de la retirada del ejército de Oribe, quedando en la zona
unos pocos vecinos. La fase 1 (1853-1875) corresponde a la etapa previa a la
fundación del pueblo. Durante esos 22 años el crecimiento demográfico no fue
muy acentuado. De todos modos se puede observar cierto incremento sostenido
desde el inicio del período hasta 1869 en la media móvil. Sin descartar la
posibilidad de que las variaciones se deban al azar, llama la atención que entre los
años 1870 y 1871 no se registran matrimonios, lo cual coincide con las levas de la
70
Revolución de las Lanzas (1870-1872).
Para analizar los posibles motivos de las variaciones con más detenimiento, en la
Cuadro 4.2 se muestran las desviaciones en la cantidad de registros anuales que se
apartan más del 50 % de lo esperado (por exceso y por defecto), tal como lo
plantean Del Panta y Livi Bacci (1977). Se puede observar que los años con
menos matrimonios de lo esperado (por defecto) son más numerosos que los que
presentan exceso.
71
Cuadro 4.2.
Años en los que el número de matrimonios se aleja más del 50% de la media
móvil.
Santa Rosa 1853–1929.
Fuente:archivos `parroquiales, libros de matrimonio. Elaboración propia.
Año Nº Media móvil Exceso % Defecto %
1858 2 9,9 ----- 79,7
1862 28 11,9 136,1 -----
1865 22 13 69,2 -----
1868 24 13,1 82,6 -----
1869 5 14,9 ----- 66,3
1870 0 13,9 ----- 100
1871 0 11,4 ----- 100
1873 29 9,7 198,7 -----
1874 26 7,71 237,2 -----
1876 5 14,7 ----- 66
1878 1 20,6 ----- 95,1
1879 10 21,4 ----- 53,3
1881 41 23,6 73,9 -----
1886 12 33,6 ----- 64,2
1888 54 32,6 65,8 -----
1897 8 27,9 ----- 71,3
1898 45 25,6 76 -----
1904 10 31 ----- 67,7
1914 17 35,7 ----- 52,4
No hay valores que se aparten de la media móvil más allá del 50%, variando los
72
extranjeros entre 47,43 % por defecto a 11,43 % por exceso; en el caso de los
viudos la variación no supera 6 % en ambos casos.
73
despliegan ciclos repetitivos, inflexiones direccionales y cambios al azar que se
conjugan en la red de interacciones de comportamientos que caracterizan a nuestra
especie (Jonhston, 2009).
Cuadro 4.3.
Distribución mensual y coeficiente de estacionalidad de Henry
(Cm). Santa Rosa 1853-1929.
Fuentes: libros parroquiales de matrimonios. Elaboración propia.
74
ajusta a un modelo sinusoidal de variación armónica simple, es decir, a una
oscilación periódica. El Cm alcanza el máximo valor en el mes de marzo y el
mínimo en enero.
160
140 F
i
g
u
r
a
4
.
2
120
100
80
60
40
20
0 Cm Media movil Cm Cm en ausencia de estacionalidad
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses
Figura 4.2
Estacionalidad (Cm). Santa Rosa 1853-1929. Fuente: archivos
parroquiales, libros de matrimonio. Elaboración propia
75
Cuadro 4.4.
Coeficientes de estacionalidad y valores del test de Edwards para diferentes períodos. Santa Rosa 1853 -1929.
Fuente: Archivo Parroquial; Libros de Matrimonios.
Mes 1853-1859 1860-1869 1870-1879 1880-1889 1890-1899 1900-1909 1910-1919 1920-1929
N Cm N Cm N Cm N Cm N Cm N Cm N Cm N Cm
Enero 1 23,15 3 23,60 2 22,73 9 30,19 7 30,72 3 11,26 9 30,61 8 24,66
Feb. 1 25,41 8 69,06 4 49,88 12 44,18 8 38,53 19 78,26 29 108,34 27 91,34
Marzo 3 69,46 20 151,03 18 204,57 36 120,77 28 122,89 33 123,86 51 173,47 56 172,63
Abril 3 71,77 17 138,19 10 117,44 46 159,46 31 140,59 28 108,60 37 130,05 50 159,28
Mayo 9 208,37 16 125,86 7 79,55 39 130,84 31 136,06 25 93,83 39 132,66 41 126,39
Junio 7 167,47 13 105,67 7 82,21 32 110,93 36 163,27 39 151,26 28 98,42 37 117,86
Julio 5 115,76 16 125,86 8 90,92 31 104,00 22 96,56 24 90,08 24 81,64 35 107,90
Agosto 1 23,15 15 117,99 10 113,65 46 154,32 30 131,67 39 146,38 41 139,46 24 73,99
Set. 2 47,85 14 113,80 11 129,18 39 135,20 23 104,31 33 127,99 35 123,02 24 76,45
Oct. 4 92,61 9 70,80 9 102,28 28 93,93 24 105,34 37 138,87 20 68,03 28 86,32
Nov. 10 239,24 9 78,67 8 93,95 19 65,86 19 86,17 16 62,06 19 66,78 28 89,19
Dic. 5 115,76 10 65,05 10 113,65 15 50,32 10 43,89 18 67,56 14 47,62 24 73,99
Total 51 150 104 352 269 314 346 382
2
χ Edwards 12,32 10,73 11,51 3,83 5,50 14,37 13,33 177,50
p =0,002 =0,005 =0,003 =0,146 =0,064 <0,001 <0,001 <0,001
En la Figura 4.3 se ve la estacionalidad de los matrimonios para cada uno de los
subperíodos. Con excepción del cuarto (1880-1889) y del quinto (1890-1899)
subperíodos, el resto tiene un patrón que concuerda con el modelo de variación
armónica simple de Edwards. En estos se puede observar la coincidencia de
valores mínimos en el mes de enero, con excepción de 1853-1859 que repite la
cifra en agosto. Los máximos varían un poco más: de los seis subperíodos con
distribución estacional marzo se repite en cuatro de ellos, mientras que el primer
subperíodo (1853-1859) tiene su máximo en noviembre y el sexto (1900-1909) en
junio.
200
150
Cm
100
50
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Mes
Figura 4.3.
Estacionalidad (Cm) por subperíodos. Santa Rosa 1853-1929.
Fuente:archivos parroquiaesl; libros de matrimonios. Elaboración propia.
77
4.2. Estructura de los matrimonios
4.2.1. Estado civil. En este apartado se analiza el estado civil de los contrayentes,
diferenciados por el sexo y por la composición de las parejas, tomando en cuenta
las variaciones temporales.
El estado civil según el sexo. El dato sobre la condición civil de los cónyuges se
registra en el 98,1 % del total de contrayentes, en 1942 (98,7 %) hombres y 1920
(97,6 %) mujeres. El 4,6 % de los contrayentes es viudo o viuda y en el 8,2 % de
los enlaces participa al menos uno con ese estado civil.
Cuadro 4.5.
Porcentajes relativos de estado civil por sexo. Santa Rosa 1853 – 1929
Fuente: archivos parroquiales, libros de matrimonio. Elaboración
propia.
78
La evolución del estado civil a lo largo del tiempo. La Figura 4.4 muestra la
variación temporal del estado civil de los contrayentes al momento de casarse.
Esta no arrojó diferencias significativas ni en hombres (χ2= 7,95; g.l. =7; p=0,337)
ni en mujeres (χ2 = 1,67; g.l. = 7; p = 0,976). Se observa que los hombres viudos
sobrepasan a las mujeres de igual condición en todos los intervalos.
F
g
i
u
r
a
4
.
5
.
79
Cuadro 4.6.
Estado civil de ambos cónyuges: combinaciones observadas.
Santa Rosa 1853-1929.Fuente: archivos parroquiales; libros de matrimonios.
Mujeres
Solteras Viudas Total
Solteros 1.747 (91,75%) 27 (1,42%) 1.774 (93,2%)
Hombres Viudos 117 (6,14%) 13 (0,68%) 130 (6,8%)
Total 1.864 (97,9) 40 (2,1%) 1904 (100%)
El análisis de diferencia entre sexos arroja resultados estadísticamente significativos (χ 2 = 38,3;
gl = 1; p < 0,01).
80
se inicia en 1860 debido a la falta de datos para 1853–1859.
Cuadro 4.7.
Edad al matrimonio y diferencia entre hombres y mujeres. Santa Rosa 1853-1929.
Fuentes: archivos parroquiales y Registro Civil, libros de matrimonios.
Número Mediana (años) Rango intercuartil (años)
Hombres 1.661 26 6
Mujeres 1.569 21 5
Diferencia 1.552 5 6
En la Figura 4.6 se puede observar que las edades mínimas son de 10 y 17 años y
las máximas de 57 y 72, en mujeres y hombres respectivamente. Los casos se
81
concentran entre los 24 y los 30 años en hombres y entre los 19 y los 24 en las
mujeres. Las edades superiores a 39 son valores atípicos en los hombres mientras
que no se encuentran valores atípicos inferiores (menores que 15). En las mujeres
son datos atípicos los inferiores a 11,5 y los superiores a 31,5.
Edad de los contrayentes en función del estado civil. El Cuadro 4.8 presenta los
valores de las medianas y los correspondientes rangos intercuartiles de la edad de
los cónyuges, discriminados por sexo y estado civil. En primer lugar hay que
señalar que la edad mediana de los solteros es la misma que la de la totalidad de
los hombres que contraen matrimonio (incluyendo viudos): 26 años. Lo mismo
82
ocurre con la edad mediana de las solteras y la edad de todas las mujeres que se
están casando (incluyendo viudas), que es de 21 años.
Cuadro 4.8.
Edad al matrimonio: hombres y mujeres según estado civil.
Santa Rosa 1852-1929. Fuentes: archivos parroquiales y Registro Civil, libros de
matrimonios. Elaboración propia.
Número Mediana (años) Rango intercuartil (años)
Solteros 1.537 26 5
Viudos 108 38 13
Solteras 1.518 21 5
Viudas 31 33 9
Las diferencias de 12 años entre solteros y viudos, tanto sea en hombres como en
mujeres, resultan significativas en los dos sexos (U = 12.398; p <0,001 en los
hombres y U = 4.133; p <0,001 en las mujeres). Esto muestra claramente que la
edad y el estado civil al contraer matrimonio están asociados tanto en hombres
como mujeres. Se constata que la diferencia de cinco años de edad al contraer
matrimonio tanto entre viudos y viudas (U = 942,5; p <0,001) como entre solteros
y solteras (U = 483.430,5; p <0,001) es significativa en ambos casos.
83
La edad en función del estado civil de ambos contrayentes. Cuando se analiza la
edad nupcial en función del estado civil se puede hacer otro tipo de aproximación.
Esta consiste en observar las diferencias en los diversos tipos de matrimonios
según el estado civil (a saber: ambos solteros, soltero/viuda, viudo/soltera, ambos
viudos). Se tiene el dato del estado civil y de la edad de ambos en el 77,5 % de los
matrimonios. El Cuadro 4.9 muestra la mediana y los rangos intercuartiles de la
edad al matrimonio en hombres, mujeres y la diferencia entre ambos en función
de las combinaciones del estado civil.
84
mujeres viudas, lo que resulta de combinar hombres que en general son cinco años
mayores que sus esposas y mujeres viudas cuya edad nupcial es mayor que la de
las solteras. La diferencia de edad más importante la presentan los matrimonios
entre viudos y solteras, en la que los hombres son 11 años mayores que sus
esposas, lo cual es de esperar sabiendo que los viudos se casan más tarde que los
solteros, aunque estas mujeres se casen más tarde que el resto de las solteras. Las
edades nupciales más altas se presentan en los matrimonios entre viudos.
Cuadro 4.9.
Edad de los cónyuges en función del estado civil de ambos. Santa Rosa entre 1853-1929.
Fuentes: archivos parroquiales y Registro Civil, libros de matrimonio. Elaboración propia.
Cuadro 4.10.
Edad de los hombres en función del estado civil de ambos contrayentes.
Santa Rosa 1853-1929. Fuentes: archivos parroquiales y Registro Civil, libros de
matrimonios. Elaboración propia.
De a cuerdo a los datos que muestra el Cuadro 4.11 se puede afirmar que el estado
civil del cónyuge está asociado a la edad nupcial en las mujeres solteras, pero no
en las viudas. Como se indica en el Cuadro 4.9 las solteras que se casan con
solteros son más jóvenes (21) que las que se casan con viudos (25,5). No hay
diferencia significativa entre estas últimas y las viudas que se casan con solteros
(30,5).
86
Cuadro 4.11.
Edad de las mujeres en función del estado civil de ambos contrayentes.
Santa Rosa 1853-1929. Fuentes: archivos parroquiales y Registro Civil, libros
de matrimonios. Elaboración propia.
Cuadro 4.12.
Diferencias de edad en función del estado civil de ambos contrayentes.
Santa Rosa 1853-1929. Fuentes: archivos parroquiales y Registro Civil, libros
de matrimonios. Elaboración propia.
En la Figura 4.8 se puede ver que las edades alcanzan el máximo (27 en hombres
y 22,5 en mujeres) y la diferencia el mínimo (4,5) entre 1870 y 1879. En 1880-
1889 y 1890-1899 las edades llegan al mínimo (25 en hombres y 20 en mujeres) y
la diferencia alcanza el máximo (6) entre 1880 y 1889, la cual se mantiene
constante (5) a partir del subperíodo siguiente (1890-1899). En 1900-1909 la edad
de los hombres mantiene el mismo valor (26) y la de las mujeres sigue
aumentando hasta 22 años el penúltimo período para disminuir a 21 al final.
30 27
26 25 25 26 26 26
25 22 22.5 22
20 20 21 21
20
15
Edad
0
1853-1859 1860-1869 1870-1879 1880-1889 1890-1899 1900-1909 1910-1919 1920-1929
Figura 4.8.
Edad a lo largo del período de los solteros casados entre sí.
Santa Rosa 1853 - 1929. Fuentes: archivos paroquiales y Registro Civil, libros de matrimonio.
Elaboración propia.
88
de la edad de hombres, mujeres y su diferencia para cada subperíodo se muestran
en el Cuadro 4.13.
Cuadro 4.13.
Edad al matrimonio de solteros, solteras y la diferencia entre ambas según el período.
Santa Rosa 1853-1929.
Fuentes: archivos parroquiales, libros de matrimonios. Elaboración propia.
Cuadro 4.14.
Cotejo de la edad de las mujeres en diferentes períodos. Santa Rosa 1853-1929.
Fuentes: Archivo Parroquial y Registro Civil; Libros de Matrimonios.
90
4.3. Pautas de cruzamiento
La Figura 4.9 presenta el origen de los contrayentes discriminados por sexo. Las
mujeres son el grupo con mayor representación de contrayentes locales. (χ2 =
103,299; g.l. = 1; ˂ 0,001). El grupo «Otros» está compuesto por un pequeño
porcentaje de extranjeros de otros orígenes (2,3 % de los hombres y 0,6 % de las
mujeres). La composición de este grupo se presenta en el Cuadro 4.15 en el que
también se pueden observar los períodos en los que aparecen registrados.
91
87.8
90
74.9
80
70
60
50
%
40
30 16.2
20 6.6 9.4
10 2.3 2.2 0.6
0
Hombres Mujeres
Uruguay España Italia Otros
Cuadro 4.15.
Procedencia de los grupos menos representados. Santa Rosa 1853-1929.
Fuente: Archivo Parroquial; Libros de Matrimonios.
Cuadro 4.16.
Períodos en que aparecen los grupos inmigrantes más numerosos. Santa Rosa
1853-1929.
Fuente: Archivo Parroquial; Libros de Matrimonios.
93
Cuadro 4.17.
Composición de las parejas por origen. Santa Rosa 1853 – 1929.
Fuente: Archivo Parroquial; Libros de Matrimonios. Elaboración
propia.
Uruguayos Extranjeros
Uruguayas 1.348 (94,8%) 317 (67%)
Extranjeras 74 (5,2 %) 156 (33%)
De las 1905 parejas con datos de origen de ambos contrayentes, son uruguayos el
94
74,9 % de los hombres y el 87,9 % de las mujeres. En la Figura 4.11. se puede
observar que ambos sexos muestran una tendencia creciente a la localidad a
medida que avanza el período. Se trata de una tendencia significativa como
muestran los valores de la prueba de independencia (χ 2 = 417,847; g.l. = 7; p ˂
Uruguayos Extranjeros
Uruguayas Extranjeras
98.3 99.2
100 92
87.5
90 97.6
74.5 75.1 91.9
80 69.4
70 60 83.8
60 70.4
50
40 53.3
48
30 38.1
2032.3
10
0
1853-1859 1860-1869 1870-1879 1880-1889 1890-1899 1900-1909 1910-1919 1920-1929
Figura 4.11.
Porcentaje de cónyuges uruguayos y extranjeros por período. Santa Rosa 1853 - 1929.
Fuentes: archivo parroquial; libros de matrimonio.
0,001 para los hombres y χ2 = 221,546; g.l. = 7; p ˂ 0,001 para las mujeres).
Italia 4 52 5 1 62
Segunda
Las cifras que se presentan en las filas, columnas o diagonales son valores que dan
una idea sobre la dinámica migratoria y de la elección del cónyuge en relación con
el lugar de origen. En el caso de los inmigrantes se puede observar como los
valores de la segunda generación son mayores que los de la primera para las
parejas del mismo origen, a la vez que disminuye la cantidad de parejas
exógamas.
96
0.56
0.51 0.51
0.6
0.5 0.38 0.36 0.39
0.4
0.3
0.2
0.1
0
Uruguayos Españoles Italianos
Primera generación Segunda generación
Figura 4.12.
Índices de Endogamia de uruguayos, españoles e italianos.
Santa Rosa 1853-1929. Fuentes: archivos parroquiales; libros de matrimonios
97
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
H
0.2
0.1
0 Uruguayos Españoles Italianos
-0.1
Figura 4.13.
Variación temporal del Índice de Endogamia. Santa Rosa 1853 - 1929.
Fuentes: archivo parroquial; libros de matrimonios. Elaboración propia.
Del total de 1968 matrimonios celebrados, 141 (7,2%) tuvieron que solicitar
dispensas por consanguinidad. Hay dos casos de consanguinidad múltiple (0,1%
del total de matrimonios y un 1,4% de los matrimonios consanguineos), uno de
ellos es de 4º y 2º y el otro es de 2º y 3º. Así pues, se contabilizan un total de 144
dispensas ya que a las 142 se le suman las dos dispensas dobles. En 13 casos
(9,2%) no se indica el grado de parentesco entre cónyuges. El porcentaje más bajo
de estas uniones se presenta en 1880-1889 y a partir de entonces se va
98
incrementando hasta llegar al máximo en el último subperíodo (1920-1929).
99
Cuadro 4.19.
Matrimonios consanguineos e Índices de Consanguinidad (F). Santa Rosa 1853-1929.
Fuente: archivos parroquiales; libros de matrimonios.
Año Total NMC* %MC3 %MC4 M12 M22 M23 M33 M34 M44 CA NCA CM F3 F4
1853 – 1859 51 3 5,9 5,9 0 1 2 0,00245 0,00245
1860 - 1869 150 13 7,3 8,7 0 3 6 2 2 0,00229 0,00238
1870 - 1879 104 8 6,7 7,7 0 3 4 1 0,00240 0,00248
1880 - 1889 352 20 5,4 5,7 0 10 5 4 1 1 0,00240 0,00241
1890 - 1899 269 17 5,9 6,3 0 9 1 5 1 1 1 0,00261 0,00263
1900 - 1909 314 20 5,4 6,4 0 14 3 3 0,00294 0,00300
1910 - 1919 346 21 5,78 6,07 0 17 3 1 0,00321 0,00323
1920 - 1929 382 40 10,47 10,47 0 19 5 15 1 1 0,00429 0,00429
1853-1929 1968 143 6,8 7,27 0 76 11 40 2 1 6 7 2 0,00302 0,00305
MC% 0 53,15 8,39 27,97 1,4 0,7 4,2 4,2
NMC: número de matrimonios consanguíneos; *: casos de consanguinidad doble se contaron como un solo matrimonio; MC:
matrimonios consanguíneos; 3: hasta tercer grado de consanguinidad; 4: hasta cuarto grado de consanguinidad; M12: tío/a-
sobrina/o; M22 primos hermanos; M23 tío/a 2do con sobrina/o; M33 primos segundos; M34 tío/a 3ro con sobrina/o, M44
primos terceros; CA: comparten apellido; NCA: no comparten apellido; CM: consanguinidad múltiple
Para discriminar a los matrimonios con dispensa por el origen de los contrayentes,
el análisis se puede realizar para uruguayos y españoles debido a que no hay
dispensas en matrimonios en los que ambos contrayentes sean italianos. Como se
puede observar en el Cuadro 4.20 con excepción de los matrimonios entre
españoles, en los que no hay casos con grados mayores al tercero, la
consanguinidad es menor cuando se toma hasta el tercer grado que cuando se
incluye hasta el cuarto. Es notoria la variación de F según se consideren o no
dentro de los grupos España u Otros a las uniones en las que al menos uno de los
contrayentes es español. Los valores más altos de F se presentan en uruguayos y
los mínimos en la categoría Otros cuando deja afuera a las uniones con un
contrayente español.
Cuadro 4.20.
Matrimonios consanguíneos e Índices de Consanguinidad (α) en uruguayos, españoles y demás
matrimonios. Santa Rosa 1853-1929.
Fuente: Archivo Parroquial; Libros de Matrimonios.
101
F
0,00500
0,00450
0,00400
0,00350
0,00300
0,00250
0,00200
0,00150
0,00100
0,00050
0,00000
1860 - 1869 1880 - 1889 1900 - 1909 1920 - 1929
1853 – 1859 1870 - 1879 1890 - 1899 1910 - 1919
Total Uruguayos Españoles Otros
Figura 4.14.
Variación temporal del Índice de Consanguinidad. Santa Rosa. 1853 - 1929.
Fuente: archivo parroquial; libros de matrimonios. Elaboración propia.
Cuadro 4.21.
Matrimonios consanguineos de cónyuges con diferente procedencia.
Santa Rosa 1853-1929.
Fuente: Archivo Parroquial; Libros de Matrimonios. .Elaboración propia.
102
5 Capítulo 5. Discusión
5.1. Generalidades
Los libros parroquiales son las fuentes más antiguas con las que se cuenta para
conocer los aspectos histórico-demográficos de Santa Rosa. Hasta 1900 no hay
a
padrones ni censos en los que se especifique la cantidad de habitantes de la 13
sección de Canelones y sus características que brinden una visión del contexto
demográfico en el que tuvieron lugar los matrimonios que se analizan en este
trabajo. En estas condiciones la nupcialidad se toma como recurso para
aproximarse al conocimiento de los procesos sociales y demográficos de la
historia local. Como afirma Ruiz García (2017) conocer la nupcialidad permite
acceder a aspectos relacionados con los procesos de poblamiento, las migraciones
y la mortalidad.
Los defectos de 1870 y 1871 que alcanzan el 100 % quedan comprendidos dentro
del período en el que tuvo lugar la Revolución de las Lanzas (1870-1872). El 25
de diciembre de 1870 al sur del arroyo del Sauce, en las cercanías de la localidad
homónima, tuvo lugar la batalla de Sauce, que causó la mayor cantidad de
muertos de la Revolución de las Lanzas (Aroztegui, 1968). Prieto (2014) afirma
que existe una correlación inversa entre nupcialidad y mortalidad. Entre las
situaciones desfavorables que desatan el comportamiento divergente entre estas
variables se encuentran los problemas climáticos, las epidemias y las malas
cosechas. No obstante resalta la fuerte influencia de los enfrentamientos bélicos,
104
dado que llevan a la confluencia de crisis demográficas, políticas y agrarias.
Fernández (1982) observa que el estancamiento de la nupcialidad se debe
principalmente a circunstancias económicas y que su descenso en muchos casos es
ocasionado por la guerra.
Los defectos de 1897 y 1904 coinciden con las revoluciones de Aparicio Saravia.
No se encontraron indicios que lleven a pensar que esto tenga relación directa con
los levantamientos del caudillo, pero sí podrían estar influenciados por las
consecuencias políticas y económicas. Es posible que el exceso en 1898 tenga
relación con el fin del primer conflicto.
105
En virtud de que no hay elementos suficientes que permitan afirmarlo, el impacto
económico que tuvo la Primera Guerra Mundial en nuestro país, descripto por
Moraes (2008), se toma como una causa posible del defecto en la cantidad de
matrimonios de 1914.
Según el presbítero Luis Moratorio (en Roldós Puig, s.d.) hubo un aumento lento
pero sostenido en la población de Santa Rosa desde 1850 hasta 1879. Roldós Puig
(s.d.) sostiene que el haber llegado a los 500 habitantes fue un factor de peso para
la fundación del pueblo. A parte de este no se encontraron más datos sobre el
tamaño de la población hasta el censo de 1900.
Esparza (2004), García Moro et al. (1992) y Toja (1987) hallaron que en
poblaciones históricas el crecimiento de la población es acompañado por el
incremento sostenido en el tiempo del número de matrimonios. En Santa Rosa
tanto el número como las fluctuaciones de los matrimonios inscriptos en los libros
parroquiales llevan a pensar que la población aumentó a partir de la década de
1880, luego de la fundación del pueblo.
Los factores que podrían haber incidido en las oscilaciones del número de
matrimonios podrían estar relacionados con circunstancias políticas y económicas
que afectaron a la localidad, como los conflictos armados, y con la
autorregulación propia de sociedades preindustriales. No obstante, se podría
profundizar sobre el alcance que estas circunstancias tuvieron en la localidad
analizando la relación entre los matrimonios y las defunciones, como afirman
Esparza (2004), García Moro et al. (1992), Prieto (2014) y Toja (1987).
106
5.2.2. Distribución mensual. Otra forma de analizar la distribución temporal de
los matrimonios es la distribución mensual dentro del ciclo anual. Se toma en
cuenta la relación entre individuo, ambiente y población, para ver cuáles son los
factores (sociales, religiosos o económicos) que están influyendo (Font,
Hernández y Esparaza, 2000). Así pues, la elección de la fecha de un enlace puede
ser un reflejo claro de las costumbres y las características de tipo social, cultural,
religioso o económico de la población. Las variaciones estacionales permiten
analizar los patrones que sigue esta distribución e inferir cuáles de los factores
mencionados tienen más incidencia (Toja, 1987).
Los matrimonios registrados en Santa Rosa entre 1853 y 1929 han mostrado un
modelo estacional estadísticamente significativo tanto para el período total como
para seis de las ocho décadas en las que se dividió la muestra. Son las dos últimas
décadas del siglo XIX las que no presentan estacionalidad para los matrimonios.
Este lapso se encuentra comprendido dentro de la segunda fase, definida en
relación con la cantidad anual de matrimonios, cuando ocurrió el mayor
crecimiento demográfico.
Los valores máximos de marzo, tanto de todo el período como de cuatro de los
subperíodos, estarían indicando que la distribución estacional no responde a la
disminución que se esperaría en el calendario católico, el cual indica las fechas en
que los fieles deben guardar penitencia. Esta normativa exige ayuno y abstinencia
durante las épocas de Cuaresma,22 Semana Santa y Adviento23 y aunque no
imposibilita la celebración del matrimonio sí prohíbe la ceremonia de
«velación».24 El hecho de que el mes de marzo presente siempre valores en el
coeficiente mensual de Henry (Cm) mayores a lo esperado y que tampoco los
mínimos coincidan con el Adviento, permitiría pensar que en Santa Rosa las
22 La Cuaresma es un período de cuarenta días que comienza el miércoles de ceniza, entre el 4 de
febrero y el 10 de marzo, finaliza el domingo de ramos, que cae entre el 15 de marzo al 18 de abril
(Román Busto, 2009).
23 El Adviento ocupa todo el mes de diciembre y se extiende hasta la primera semana de enero.
24 El rito de la velación se realizaba a continuación de la boda cuando los contrayentes, cubiertos
por un velo, comulgaban y recibían las bendiciones. Aquellos matrimonios celebrados en
Cuaresma o Adviento tenían que recibir las velaciones en otra fecha (Bentancur, 2011).
107
normas canónicas no tuvieron un peso determinante en la elección de la fecha al
contraer enlace. Bentancur (2011) llega a la misma conclusión con respecto al
calendario religioso para la población de Montevideo de fines del siglo XVIII.
Según el Almanaque del Labrador del Banco de Seguros Estado (BSE, 1914) el
trigo se cosechaba durante diciembre y enero, lo cual debía realizarse con
celeridad para emparvar y trillar adecuadamente con el fin de conservar la
cosecha. Es justamente cuando finalizan estas tareas que se observa un aumento
abrupto de los matrimonios (en el mes de marzo), postergados en los meses
anteriores de mayor trabajo rural. Los valores máximos se observan en los meses
de marzo y abril. Este patrón estacional puede explicarse mediante el ciclo agrario
de una zona cerealera donde, como señala el BSE (1914), el cuidado de los
cultivos comenzaba en noviembre cuando se realizaban los preparativos para la
cosecha, durante la cual el trabajo se hacía más intenso. La preparación de la tierra
y la siembra del trigo se hacían en otoño e invierno y la etapa de menor actividad
se extendía hasta noviembre.
Calderón, Fuster, Bernis, Prado y Sandim (1978) afirman que el ciclo agrícola
tiene una importante influencia en la distribución estacional de los matrimonios en
el medio rural. Un ejemplo de la incidencia de los ritmos económicos y
productivos en la estacionalidad de los matrimonios lo encuentran García Moro et
al. (1992; 1994) en la provincia de Magallanes, situada en el extremo sur de
108
Chile, entre los años 1885 y 1920. Si bien gran parte de la población era católica,
la estacionalidad matrimonial no se ajusta al calendario religioso y sí lo hace al
ciclo productivo de la cría de ovinos. Los matrimonios se celebran en los meses de
menor actividad productiva (entre abril y octubre). Los autores encuentran
también una asociación entre las condiciones climáticas (menor temperatura) y la
nupcialidad.
5.3.1. El estado civil. Como se carece de datos sobre la cantidad total de viudos y
de viudas que había en la población no es viable profundizar en la incidencia que
109
podrían haber tenido las preferencias matrimoniales así como la mortalidad
diferencial por sexo en el estado civil de los contrayentes. De todos modos, la
comparación con otros trabajos brinda una visión general que aporta a la
comprensión del tema en Santa Rosa.
Madrigal et al. (2003) señalan que hay dos características de este tipo de nupcias
que se reiteran: son más frecuentes los matrimonios de viudos que de viudas y la
edad al matrimonio difiere en hombres y mujeres dado que ellas no suelen
contraer matrimonio cuando sobrepasan la edad reproductiva.
Santa Rosa mantiene una mayor frecuencia de viudos (6, 9 5%) que de viudas (2,1
%) contrayendo matrimonio a lo largo de todo el período estudiado, lo cual
coincide, como afirma Madrigal et al. (2003), con lo hallado en la mayoría de los
estudios realizados sobre el tema. La proporción de viudos y viudas se mantiene
estable a lo largo del período estudiado.
111
5.3.2. La edad nupcial. Debido a que la edad nupcial está relacionada con la edad
reproductiva de las mujeres, es importante no perder de vista que tanto las madres
muy jóvenes como las muy tardías presentan un riesgo mayor de sufrir abortos o
de tener hijos con malformaciones y bajo peso (Calderón en Esparza, 2004).
Históricamente la fecundidad global se podría ver afectada por la edad al
matrimonio de la mujer. En esta línea es que Pierre Chaunu (en Segalen, 1992)
consideraba que el retraso en la edad al casarse fue una respuesta que en el siglo
XIX Europa encontró como mecanismo de control de la natalidad, cuando el
crecimiento demográfico se aceleró. Arango (1980) coincide con esta visión de las
consecuencias demográficas y económicas de la edad al matrimonio, que llevaron
a reducir la presión de la población sobre los recursos que en ese momento se
encontraban disponibles, particularmente en grupos neolocales,25 permitiendo
retrasar la edad para generar el ahorro necesario que favoreciera el asentamiento
de una nueva residencia. Según Pellegrino y Pollero (2001) este retraso en la edad
al contraer matrimonio tiene como consecuencia una disminución de la
fecundidad ya que esto reduce tanto el tiempo en que la mujer se ve expuesta a
concebir como la cantidad de mujeres habilitadas legítimamente para hacerlo.
En esta línea Gómez Carrasco (2007) sostiene que la edad al matrimonio fue en
Europa occidental un elemento clave en la regulación de la población,
constatándose su aparición hacia el siglo XVI. En el centro y sur de España y sur
de Italia sería de aparición más tardía, limitándose a la reducción de la diferencia
25 Patrón de residencia postmarital en el que los adultos, luego del matrimonio se establecen
separados de los parientes de los integrantes de la pareja (Harris, 1984)
112
de la edad entre los cónyuges.
Entre los siglos XVI y XVIII en Francia, excepto en algunas regiones del sur
donde el matrimonio no se asociaba con un nuevo lugar de residencia, los hijos de
las familias aristocráticas se casaban a una edad promedio de 21 años los hombres
y 18 las mujeres, mientras que en los sectores populares lo hacían a los 28 y 25
años respectivamente. A mediados de siglo XIX la media de edad de los hombres
era de 28,7 y de 26,8 para las mujeres, reduciéndose a mediados del siglo XX a
25,2 y 22,8 respectivamente (Segalen, 1992). Reher (1994) encuentra en dos
poblaciones de España (Belmonte en Cuenca y Piedrahita en Ávila) para la
segunda mitad del siglo XIX, una media de 23 años en la mujer y 26 en el hombre
en Belmonte y de 22 y 24 en Piedrahita, con una diferencia de edad entre
cónyuges de dos y tres años en las respectivas localidades. Hajnal considera que el
modelo nupcial europeo se caracterizaba por una edad tardía del matrimonio,
superior a 23 años en mujeres y a 26 en hombres, y con un celibato del 15 %, lo
cual limitaba la fecundidad en comparación con un modelo de matrimonios más
temprano y menos restringido (en Pollero, 2001).
113
diferencia raramente supera los tres años en el siglo XX (Cachinaro en Cortina
Trilla, 2007).
Pollero (2001) encuentra que la diferencia en la edad entre los cónyuges para el
siglo XIX, sería de 9,2 años (Montevideo), 8 y 8,3 años (Minas urbana y rural,
respectivamente), y 7,3 años (Canelones); en Santa Rosa es de 5 años.
Es importante señalar que aun en el caso de que ambos cónyuges sean viudos, las
medianas de edad indican que todavía enstán en período fértil (ver Cuadro 4.9).
De todas maneras el escaso número de viudos hace que en Santa Rosa las
segundas nupcias no aporten en forma considerable a la fecundidad, como
también sucede en la localidad de Costa Rica estudiada por Madrigal et. al (2003).
En Santa Rosa los resultados apuntan a una fuerte relación entre el estado civil y
la edad nupcial. El estado civil de la pareja influye en la edad de hombres y
mujeres solteros, ya que estos suelen casarse entre sí a edades más tempranas que
con viudas o viudos. En cambio en el Delta del Ebro Esparza (2004) encuentra
que la edad de ambos cónyuges se halla bajo la influencia del estado civil de los
dos, en sus cuatro combinaciones posibles. La autora determina que la diferencia
más importante se da en parejas de viudos con solteras, mientras que no hay
diferencias significativas en las uniones de solteros con viudas, lo que es de
esperar conociendo las medianas de edad por sexo y estado civil de los
contrayentes.
114
Debido al escaso número de viudos y viudas y a que la edad de los solteros varía
según el estado civil del otro miembro de la pareja, para investigar si la edad
nupcial sufrió variaciones temporales, se consideró exclusivamente las parejas con
ambos cónyuges solteros. Tanto la edad de los contrayentes como su diferencia
presentan oscilaciones durante todo el período que comienzan a disminuir a partir
de la década de 1890 (ver Cuadro 4.13). Sin embargo, solo hay variaciones
significativas en la edad de las mujeres, que comienza a incrementarse a
comienzos del siglo XX (ver Cuadro 4.14) para alcanzar una diferencia
significativa de dos años en relación con el período que presenta la mediana más
baja: 1880-1889. Pero no sucedió lo mismo con la diferencia en la edad entre los
cónyuges. En Cerro Largo, Portas et al. (1994) encuentran que la edad tiende a
aumentar a lo largo del siglo XIX pasando de 20 a 25 años en mujeres y de 22 a
30 en varones, si bien el cambio no sería significativo.
115
a otras nacionalidades.
Si bien son pocas las veces en las que se detalla el pueblo o región de la que
provienen los inmigrantes, el origen canario es el que se menciona con más
frecuencia; este dato figura entre los años 1853 a 1867 y 1885 a 1897. Barreto
(2008) encuentra en tres localidades del Santoral (Santa Rosa, San Antonio y San
Ramón) que, el 57,5 %. de la población actual tiene algún ancestro canario que
habría llegado entre 1840 y 1880.
En Montevideo, entre los años 1840 y 1899, los italianos también muestran una
tendencia a casarse entre sí (46,7 %); le siguen las uniones entre hombres italianos
y mujeres no italianas (42,3 %) y en menor proporción, los matrimonios entre no
italiano con mujer italiana (10,9 %) (Barreto y Sans, 2003). Para Santa Rosa los
valores son de 21,7 % entre italianos, de 69,6 % entre italianos con mujeres no
italianas y de 8,7 % entre hombres no italianos y mujeres italianas.
También entre españoles la mayoría de las uniones se dan con mujeres de distinto
origen (53,4 %), seguidas por los matrimonios entre españoles (26,4 %) y en
menor cantidad entre hombre no español con mujer española. Desagregando por
región y teniendo en cuenta que el dato solo existe para españoles en Santa Rosa,
diversas investigaciones establecen la preferencia por uniones entre cónyuges
extranjeros de igual región o incluso poblado. Al respecto Barreto et al (2004)
encuentran en la mencionada investigación sobre Montevideo y Canelones que:
59,2 % y 69 % serían matrimonios con ambos cónyuges canarios, 25,4 % y 16,1
% entre hombre no canario con mujer canaria, 15,4 % y 14,8 % involucran un
hombre canario con mujer no canaria (datos de Montevideo y Canelones
respectivamente). Comportamiento similar determina Barreto (1999) en
inmigrantes gallegos de Montevideo: 53,2 % serían uniones entre hombre gallego
con mujer no gallega y 40,3 % entre ambos cónyuges gallegos, siendo el menos
frecuente entre hombres no gallegos con mujeres gallegas (6,5 %)
Se podría decir que las uniones mixtas (extranjero con mujer uruguaya) se
relacionan directamente con una migración masculinizada y que el proceso de
118
integración de estos inmigrantes se vio de alguna manera favorecido, por un
mercado matrimonial donde habría un excedente o una preferencia por uniones de
mujeres locales con hombres extranjeros (Barreto, 1999 y 2011; Barreto y Sans,
2004; Pollero, 2001).
En relación con trabajos similares en el Río de la Plata, todos coinciden en que los
italianos siempre alcanzan valores más altos de endogamia. Así lo determina Baily
(1980) para Buenos Aires entre 1893 y 1908, Camou y Pellegrino (2013) en base
a Baily para Montevideo entre 1860 y 1880, Barreto y Sans (2000) para
Montevideo entre 1800 y 1920, al igual que Silberstein (1991) para la ciudad de
Rosario en el período 1870-1910. Que los italianos presenten indices superiores a
los determinados para otros grupos de inmigrantes, puede deberse a distintas
razones. Barrios, Mazzolini y Orlando (1992), consideran que la lengua sería un
elemento clave y que podría haber dificultado la integración con el resto la
población. Para Míguez et al. (1991) las cadenas migratorias así como la
vinculación y la continuación de los lazos familiares en situación de migración
podrían ser condicionantes al momento de elegir un cónyuge.
119
Es importante tener presente que estos valores corresponden a los de la primera
generación de inmigrantes.
Con datos de Baily, Camou y Pellegrino (2013) también constatan una tendencia
descendente, aunque más leve, en la endogamia en los mismos tres grupos entre
1860 y 1908 en Montevideo. El índice más alto en uruguayos (0,48) se presenta
en 1860 mientras que en los españoles (0,66) se observa en 1875 y en los italianos
(0,74) en 1865. Los mínimos para los tres grupos se ven en el último año, 1908,
con valores de 0,37 en uruguayos, 0,54 en españoles y 0,32 en italianos. Al igual
que en Santa Rosa, son los uruguayos quienes presentan los valores menos
acentuados. También en inmigrantes italianos de Montevideo, Barreto y Sans
(2003) constatan una disminución en los valores de endogamia. El estudio
realizado considera el período 1840-1899, con valores de endogamia de 0,74 entre
1840-1849 y 0,56 entre 1890-1899.
120
Camou y Pellegrino (2013) atribuyen la variación de las tasas de endogamia de
franceses en Montevideo al peso de esta migración sobre el total de la población,
lo que lleva a que los valores se incrementen o disminuyan junto con la afluencia
de estos migrantes. Teniendo en cuenta el bajo porcentaje de italianos que hay en
Santa Rosa, tanto si se consideran los contrayentes como los censos de 1900 y
1908, seguramente el motivo de las oscilaciones se relaciona con el potencial
numérico de cónyuges italianos en el mercado matrimonial y con el desequilibrio
entre hombres y mujeres que, según Pollero (2001), favorece la exogamia. El
aumento en la cantidad de inmigrantes de ambos sexos es un factor que favorece
las uniones endógamas (Camou y Pellegrino, 2013), por lo tanto el número de
inmigrantes permitiría explicar la variación de los índices a lo largo del período en
Santa Rosa.
Hemos visto que los índices de endogamia de Santa Rosa son menores que los de
Montevideo, lo que se puede atribuir al tamaño de la población. Como observan
Camou y Pellegrino (2013) al comparar Montevideo con Buenos Aires, el menor
tamaño y complejidad de la sociedad facilitarían el encuentro y la interacción de
sus habitantes. Lo mismo sostienen Míguez et al. (1991) al comparar Buenos
Aires y Tandil cuando afirman que los lugares menos poblados podrían facilitar el
acercamiento entre grupos de diferente origen, favoreciendo la exogamia.
Se puede afirmar que la endogamia en Santa Rosa, con valores más bajos que en
otras zonas y con tendencia a la disminución, responde a un proceso lento de
integración de los inmigrantes a la sociedad receptora. Esto es coincidente con lo
determinado tanto para los grupos inmigrantes en Montevideo (Barreto, 1999;
Barreto y Sans, 2000, 2003; Camou y Pellegrino, 2013) y en Canelones (Barreto,
2007, Barreto, 2008; Barreto y Sans, 2003; Barreto et al., 2004) en los siglos XIX
y XX.
Para Barreto (1999), Barreto y Sans, (2000, 2003) y Míguez et al. (1991) estos
grupos muestran una predisposición a conservar sus pautas culturales y a
121
preservar su identidad a través de uniones endógamas, lo que favorecería un
modelo de integración similar al pluralismo cultural y no un crisol de razas, tal
como lo define Blanco (2000).
Según Rodríguez García (2002) existe desde siempre una tendencia general a
casarse con quienes se consideran iguales, con personas cercanas, y a rechazar a
quienes se ven como diferentes o desconocidos. Cuando la ley civil y canónica
prohíbe los matrimonios entre parientes cercanos, la búsqueda de alianzas se
extiende al círculo extremo de la parentela con consanguineos lo suficientemente
alejados para ser llamados primos o tíos. Por otra parte, Héritier (en Olavarría,
2002) encontró que en sociedades complejas la parentela tiende a cerrarse sobre sí
misma a través de la tendencia a las uniones entre parientes consanguineos que no
son afectadas por el tabú del incesto, como es el caso de los primos lejanos. La
consanguinidad es un factor clave en las pautas matrimoniales ya que en relación
con ella, en muchos lugares del mundo, se permiten algunas uniones o se prohíben
otras consideradas incestuosas, como es el caso de la preferencia al matrimonio
entre primos cruzados y la prohibición entre primos paralelos que hay en
diferentes grupos.
122
Bittles (1994) encuentra que en la segunda mitad del siglo XX los niveles de
consanguinidad en el mundo variaban hasta alcanzar un máximo del 50 % según
la región. Uruguay se encuentra en una zona con menos del 1 % de matrimonios
consanguineos. Sin embargo en Santa Rosa entre 1853 y 1929, el 7,2 % de los
matrimonios solicitó dispensa por consanguinidad, lo cual supera el promedio de
3,21 % y 1,57 % hallados por Lusiardo et al. (2004) entre 1800 y 1994 en Melo y
Montevideo respectivamente.
123
descrito poblaciones con valores superiores a 0,01, que generalmente son
pequeñas y aisladas. Bittles y Black (2015) señalan en la década del cincuenta del
siglo XX un F de 0,0019 para el Uruguay mientras que para Montevideo fue de
0,00057 y para otros departamentos del sur, de 0,00078. Se puede afirmar que en
nuestro país la consanguinidad ha arrojado valores medios.
124
entre primos terceros se da en españoles (72,4 %), seguidos por la población en
general (20,9 %) y por italianos (6,7 %).
Bittles (1994) asegura que el matrimonio entre primos hermanos es la forma más
común de las uniones matrimoniales entre parientes consanguíneos. No es de
extrañar si se tiene en cuenta, como dice Fuster (2005), que la probabilidad de
encontrar matrimonios consanguíneos depende de la cantidad de parientes que
sean cónyuges potenciales, por lo que pertenecer a la misma generación es uno de
los determinantes principales. Por otra parte, tanto Bittles (1994) como
McCullough y O`Rourke (1986) destacan al matrimonio entre primos hermanos
como una estrategia para conservar el capital económico dentro de la familia al
observar que el incremento de este tipo de unión coincidió con una mayor división
de la tierra, consecuencia del descenso de la mortalidad durante el siglo XIX en
Europa.
Cuando se separa por grupos de origen, los uruguayos tienen un índice más alto
(0,00245) que los españoles (0,00014) en Santa Rosa. Así también sucede en
Montevideo en el siglo XIX y principios del XX, con índices en uruguayos de
0,00012 y en españoles de 0,000046 (Barreto y Sans, 2000). Sin embargo cuando
se toma solo a los canarios, estos presentan índices más altos que los conocidos
para los españoles en general, con valores de 0,003 en Montevideo y en Las
Piedras de 0,002 en el siglo XIX (1816-1865) (Barreto et al., 2004). En diferentes
períodos del siglo XIX Barreto (2007) encuentra que los índices de
consanguinidad en canarios varían en Montevideo entre 0 y 0,0002 y entre 0,0002
y 0,0034 en Canelones dependiendo de la parroquia. Hay que tener en cuenta que
125
en los valores de Santa Rosa se tomó a los canarios dentro de los españoles debido
a que aparecen señalados solo en períodos determinados (ver Tabla 4.16).
126
1920 y 1949 (Lusiardo et al. 2004). En Villa Soriano Barreto (2011) encuentra un
aumento de la consanguinidad a lo largo del siglo XIX, con un valor mínimo de
0,00017 a comienzos del período que crece hasta llegar a 0,0028 en las últimas
dos décadas.
127
Capítulo 6. Conclusiones
Se podría decir que Santa Rosa tiene un crecimiento como poblado hacia el último
cuarto del siglo XIX. El pueblo se fundó en 1879, a partir de entonces se inicia un
período de desarrollo económico y productivo que coincide con el incremento en
la cantidad de matrimonios, lo cual se acentúa particularmente en las dos últimas
décadas del siglo XX. La migración fue una de las causas de este crecimiento,
sobre todo la migración interna en particular de zonas aledañas del mismo
departamento o de los departamentos limítrofes, es decir de Montevideo y Florida.
A pesar de esto, no se puede dejar de considerar el impacto que debieron tener
eventos como la Revolución de las Lanzas (1870-1872) y los levantamientos de
Aparicio Saravia (1897 y 1904).
Se constata que la edad nupcial de las mujeres, cae dentro de lo esperado para la
época; los hombres se casan posteriormente. Existe una clara asociación entre el
estado civil y la edad, tanto en hombres como en mujeres. Se determina que el
128
estado civil del cónyuge influye tanto en solteros como en solteras. Las
diferencias de edad más importantes se dan entre las parejas de viudos con
solteras y las menores en las de solteros con viudas. El número de hombres y
mujeres que contraen nupcias sucesivas y la edad a la que lo hacen, lleva a
especular sobre una contribución diferencial, a favor de los hombres, al acerbo
genético de la población. Hay un aumento de dos años a partir de 1910 en la edad
de las mujeres solteras casadas con solteros, lo cual sería de esperar para la época
o incluso un poco antes.
Santa Rosa forma parte de una región que tuvo un importante crecimiento
demográfico en los últimos veinte años del siglo XIX, con una economía basada
en la producción de cereales, que habría condicionado las épocas del año para
celebrar las bodas. La joven edad nupcial de las mujeres lleva pensar en una
129
fecundidad importante que pudo haber empezado a disminuir hacia la segunda
década del siglo XX. El aporte al pool génico de la población de los hombres fue
algo más importante que el de las mujeres y la migración fue predominantemente
masculina. Hubo FLUJO GÉNICO entre diferentes grupos aunque manteniendose
una tendencia a la unión entre coterráneos. La consanguinidad señala niveles
medios en la probabilidad de homocigosis con una tendencia a incrementarse
hacia las dos primeras décadas del siglo XX en los uruguayos.
130
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