Exegesis Bartimeo
Exegesis Bartimeo
Exegesis Bartimeo
"Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran
muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al
enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: « ¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»
Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: « ¡Hijo de David, ten
compasión de mí!» Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: « ¡Animo,
levántate! Te llama.» Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a
él, le dijo: « ¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu
fe te ha salvado.» Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino". (Mc 10:46-52)
El pasaje de Marcos nos relata el encuentro de Jesús con Bartimeo, un mendigo ciego a quien
Cristo sana por petición suya y que desemboca en alegría y seguimiento por parte de Bartimeo.
3. Bartimeo: personaje central del relato. Se le describe con dos condiciones que lo hacen un
excluido total; es mendigo y encima ciego, está sentado en el camino, a la salida de la ciudad y
descartado de la gran polis y lujos. Bartimeo es un anawin; alguien que habiendo puesto toda su
esperanza en Dios, se entiende así mismo como alguien cuya única y verdadera riqueza era Dios
mismo. Cabe resaltar su actitud ante la negativa de la multitud que es el gritar más fuerte y luego
de recibir el milagro sigue al Señor en su andar.
4. Jesús: centro de la atención e interés de tlos personajes en el relato; todos le buscan y pretenden
algo, cada uno desde su realidad. El Mesías no se deja obnubilar el juicio ante multitudes y tiene
la capacidad de percatarse de Bartimeo, a pesar de que él no era precisamente el objetivo de su
viaje a Jericó y habían factores para que él no se percatara de su suplica. Jesús habla con
autoridad e instrucción. Los dichos de su boca son presentados como en la narración de la
creación, es decir, con poder creador desde su Palabra.
El autor de este relato no escribe para judíos, sino para los gentiles conversos al cristianismo,
probablemente latinos, como atestigua el obispo Papías.1
La exclusión de los desfavorecidos por alguna condición física o condición económica es el principal
problema que podemos encontrar en este texto; Bartimeo es alguien exceptuado, que vive marginado en
las fronteras de la sociedad judaica, determinada por la práctica estricta de la ley por encima de la
dignidad de la persona. También es afectado por la incomprensión de sus semejantes ante su condición.
1
Charpentier, E. (2014b). Para leer el Nuevo Testamento. En Evangelio según San Marcos (p. 75). Verbo Divino.
Los principales verbos de este texto son: estar, seguir, gritar, ver, decir, levantarse, recobrar y
salvar. En las acciones de Bartimeo los vocablos aparecen en tiempo presente en su mayoría (…Y él,
arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús…) como si se pretendiera que viéramos el
acontecimiento al momento que se nos narra, se busca hacernos parte de él. Todos giran en torno a la
petición de Bartimeo y la respuesta de Jesús.
Compasión, Jesús, Hijo de David y seguir son las palabras más repetidas e importantes del texto.
Vistas en detalle podemos intensificar su significado de la siguiente forma:
2
Compasión DicPC. (1991). Mercaba. https://mercaba.org/DicPC/C/compasion.htm
de Israel 2 Sm 7; Ez 34; Zac 9-14; Sal 2. Esta expresión es ante todo una afirmación de que
cumplimiento de la promesa de Dios y expresión de pertenencia al pueblo escogido.3
En cuanto el hecho relatado, la curación del ciego Bartimeo, nos encontramos situados entre los años
30 y 33 de la era cristiana, ya que en este lapso de tiempo se entiende que se desarrollo el itinerario de
predicación de Jesús. Sobre su posterior redacción nos situamos se acepta ordinariamente los años del
55-62. Ambas fechas están marcadas por la marginalidad del pueblo de Israel y la carencia de libertad,
ya que se encuentran dominados por el imperio romano, que si bien respetaban muchas de sus prácticas
religiosas, esta situación no era lo previamente pensado por los judíos como ideal de sociedad. Roma
imponía altos impuestos, exhibía una forma de vida banal frente a los acérrimos practicantes de la ley,
los fariseos, y demás grupos religiosos y políticos.
Es una época de esplendor para unos pocos que negocian “su vista” en permutación de estatus social,
otros en cambio, humildes campesinos, enfermos y mendigos, aceptan que en medio de esta sociedad
pagana impuesta por Roma y aceptada por los mas religiosos, su única riqueza es el Señor, en quien
esperan “poder a ver”, es decir, gozar de esa vida de comunión con Dios, donde todos son recibidos e
iguales ante el. Es posible que este fuera un anhelo utópico, pero en esa sociedad era necesario abrazarse
a la esperanza y creer en un Reino de Dios.
En el antiguo testamento se señala, entre los signos mesiánicos, la curación de los ciegos: “Se
despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un siervo el cojo, la lengua
del mudo cantará.” (Is 35, 5-6). Ante los emisarios enviados por Juan el Bautista para preguntarle:
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? Jesús responde: “Vayan y cuenten a Juan lo
que han visto y oído: los ciegos ven, lo cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los
muertos resucitan…” (Lc 7, 22). Hay una referencia directa a textos mesiánicos (Cf., Is 26, 19; 35, 5-7;
42, 7). Por otra parte, uno de los profetas que mas plantea el acudir a Dios en medio de los males que
nos afectan es Oseas, esto lo podemos distinguir en los siguientes pasajes: "Después de dos días nos
hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él." (Oseas 6, 2) y "Después de dos días
nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él." (Oseas 5, 15).
3
Charpentier, E. (2014b). Para leer el Nuevo Testamento. En Evangelio según San Marcos (p. 46). Verbo Divino.
Para el teólogo francés Etienne Charpentie debemos hacernos algunas preguntas claves sobre
este texto:
“¿Cuáles son los protagonistas, sus actos y palabras? Observad la transformación que se opera
del principio al fin: un ciego - sentado - a la vera - del camino - él ve - le sigue - sobre - el camino.
¿Cuál es esta transformación (es el mismo «camino») y cómo se ha hecho? Señalad los elementos
habituales de un relato de milagro (ved p. 24); la petición de intervención (v. 47-50) es aquí muy larga;
no hay reacción final. Este relato debió ser utilizado para algo distinto de un simple relato de milagro.
Ved el contexto anterior (10,32-34): los discípulos caminan hacia Jerusalén: ¿qué camino?; ¿lo ven los
discípulos? (10, 35-45); ¿no están ciegos Santiago y Juan? Notad la relación entre este relato y el
siguiente (la misma pregunta en los v. 36 y 51). Ved el contexto posterior (11, ls): llegan a Jerusalén;
Jesús es saludado como hijo de David (v. 10) Para la gente, Jesús no es más que el nazareno (v.47);
para el ciego, es el hijo de David, no como lo sueñan todavía Santiago y Juan, sino como se presentará
el mismo Jesús: el Mesías que sufre”. 4
Lo expuesto por este autor nos deja en evidencia la forma en la que es vista Jesús, el lugar en el
que es colocado el texto en alusión a la ceguera espiritual de los discípulos y cuestionarnos a nosotros
mismos, invitándonos a entender a Jesús como la única riqueza que debemos tener, abandonando la
ceguera de la conformidad y la exclusión al diferente.
Como iglesia y cristianos estamos llamados a denunciar la exclusión social que se hace a la persona
que presenta alguna discapacidad. El autor sagrado invita, promueve la fe autentica en Jesús e incita a no
marginar a nadie.
Nuestro país, actualmente atraviesa un contexto muy difícil al igual que numerosas otras naciones.
La pandemia que nos azota, COVID-19 ha causado muchas muertes, pero también ha sembrado en las
personas el temor a contagiarse. En esta situación lamentable las autoridades tuvieron que tomar
decisiones drásticas, como por ejemplo invitar a los ciudadanos a tener distanciamientos social y físico
hasta un tiempo indefinido.
4
Charpentier, E. (2014b). Para leer el Nuevo Testamento. En Evangelio según San Marcos (p. 81). Verbo Divino.
Precisamente este distanciamiento ha causado que las personas vivan más distantes del prójimo, se
ha ido perdiendo el afecto, el valor humano. La persona contagiada es excluida de la sociedad
especialmente nuestros ancianos.
Cuando cualquiera estornuda en público los demás les dan la espalda dándole a entender que él está
dañado, podrido, es más dejamos morir a alguien por el temor a contagiarnos. Todo indica que el amor
al prójimo se ha perdido, el sufrimiento del otro ya no nos importa.
Sin embargo, en medio de dichas situación Jesús nos llama a ser Bartimeos; tener fe, una fe adulta,
madura. Pero esta fe no ha de ser superficial o de palabras, sino de compromiso ya que misma fe nos
exige una responsabilidad moral. A obrar; a ayudar a los más necesitados como Jesús hizo con
Bartimeo. Que el distanciamiento no nos robe el afecto, el amor por nuestros hermanos.
Nuestra cultura es muy dada a las tradiciones culturales, peregrinación, procesión, u otro tipo de
actividad cultural o de fe. En dichos acontecimientos muchas veces encontramos mendigos, necesitados,
personas que aprovechan la situación para pedir limosna y pedir sanación. Un ejemplo de esto son las
diferentes actividades que se realizan en la Basílica de Higuey. De una u otra manera estos indigentes
tienen su fe puesta en los peregrinos que le pasan por la vera.
Es exactamente algo similar a lo ocurrido en Jericó: las personas que van de peregrinación hacia
la ciudad santa (Jerusalén), tienen que pasar por Jericó, estas circunstancias las aprovechan los mendigos
sentados a la vera del camino para pedir y Bartimeo no era la excepción. Escucho hablar que por allí
pasaba el taumaturgo, y en vez de demandar dinero prefirió salir de la ceguera, entonces se dio el
milagro que cambiaría su vida.
El texto nos habla sobre la Fe madura de Bartimeo, la cual nos enseña:
Acerca de la oración practica y segura, hecha con fe, como la que realiza Bartimeo, que supera
todos los obstáculos y dificultades a los que queremos acercarnos más a nuestro Señor Jesucristo, que
pasa cerca de nuestras vidas. Nuestra oración ha de ser directa, viva.
Nos dice que para seguir a Jesús tenemos que ser desprendido y sobretodo tener fe.
En cuanto a lo personal; el texto me dice que mi oración personal, ha de ser directa y con fe
firme, aunque haya muchos obstáculos en el camino que estoy recorriendo, Jesús nunca pasara de largo.
Es decir, se detendrá a ayudarme, animarme, escucharme y así, juntos buscar una posible solución a los
problemas. También, el texto presente me dice, que la salvación al igual que la fe es un compromiso
moral. Esta ha de ser personal y comunitaria. Sin embargo, en el texto se me presenta de manera
personal; el Señor se me presenta, me invita, pero también me da la libertad de poder elegir, y decidir.
Algo interesante del texto es, que las personas que rodeaban a Jesús a la ora del encuentro con
Bartimeo eran personas piadosas, sin embargo, vemos su comportamiento hacia el ciego. Esta misma
realidad está pasando en muchas de nuestras comunidades. Decimos que somos cristianos, pero no
somos capaces de sufrir con el prójimo. A la comunidad que yo predico le diría que no seamos
indiferentes, ajenos al sufrimiento del prójimo como aquellos que quisieron callar y troncharle el camino
a Bartimeo, sino más bien, preocupemos por saber la realidad de nuestros hermanos, estar siempre
dispuestos a acojan el sufrimiento del prójimo, así nuestra oración será verdadera y fructífera. Y nuestra
fe tendrá el sentido del que habla el apóstol Santiago:
“De qué sirve la fe sin obras? ¿Acaso lo salvara esa fe? Si la fe no produce obra está muerta”
(Sant. 2, 14-17)
Si practicamos la misericordia y tenemos una comunicación directa y empírica con nuestro señor
Jesucristo, nuestra vida ha de dar un cambio; la misma oración nos da vida nueva, nos ayuda a tener paz
interior. La fe nos hace ser más comprometido, responsables y sobre todo más creyentes. Nuestra
salvación entonces está cerca.
El texto sin duda me compromete a mirar la realidad de más hermanos, a ser más generoso,
misericordioso, compasivo con los demás. Acoger el sufrimiento del prójimo, a no voltear la cara
cuando una persona necesitada me solicita, es más, no esperar que me solicite, más bien estar atento,
tomar la iniciativa.
Por otra parte, me compromete a aumentar mi fe y a tener una relación más íntima, más directa
con Jesús que siempre está ahí, solo vasta gritar como Bartimeo “Hijo de David, Ten misericordia de
mi”.