Planilandia

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PLANILANDIA (Texto adaptado a partir de fragmentos) Edwin Abbott

Les voy a contar la historia de un mundo llamado Planilandia. En realidad los habitantes de
este lugar no le llaman así, pero le voy a llamar Planilandia para que ustedes, que tienen el
privilegio de vivir en el espacio, entiendan cómo es este lugar.

Imaginen una hoja de papel en la que líneas rectas, triángulos, cuadrados, pentágonos,
hexágonos y otras figuras, en vez de permanecer fijas en sus lugares, se moviesen libremente
pero sin la capacidad de elevarse por encima ni de hundirse por de bajo de la hoja. Si piensan
en cómo se comportan las sombras, tendrán entonces una buena noción de cómo es
Planilandia.

Les contaré cómo son los habitantes de este lugar. La máxima longitud o anchura de un
habitante plenamente desarrollado de Planilandia puede considerarse que es de unos doce
centímetros y medio. Dentro de Planilandia se consideran inferiores a los polígonos que no son
regulares (estos son los de la clase baja) y hay también una clasificación dentro de los
regulares. La clase media está formada por triángulos equiláteros. Luego le siguen los
profesionales, que son cuadrados y figuras de cinco lados o pentágonos. Inmediatamente por
encima de estos viene la nobleza, formada por figuras de seis lados, o hexágonos. A partir de
ahí va aumentando el número de lados hasta que reciben el honorable título de poligonales, o
de muchos lados. Finalmente, los de la clase más alta son aquellos cuyo número de lados es
tan grande que su figura se asemeja a un círculo.

Los polígonos irregulares tienen una vida dura, eso es indiscutible, no están bien integrados a
la sociedad. Los intereses de la mayoría exigen que sea así. No se puede vivir bien con
peligrosos polígonos irregulares, que al verlos uno de frente no puede saber qué forma
esconden y qué peligro representan.

Les voy a contar la historia de un habitante de Planilandia, un cuadrado. Este cuadrado tenía
una esposa, que también era un cuadrado y tuvieron un hijo pentágono y un nieto hexágono. El
cuadrado se llevaba particularmente bien con su nieto, decía que era un joven sumamente
prometedor, de una inteligencia extraordinaria y una angularidad perfecta.

Por las mañanas solía enseñarle cosas a su brillante nieto. Una mañana, en la que le estaba
enseñando los fundamentos de la aritmética y su aplicación a la geometría, le enseñó que el
número de metros cuadrados de un cuadrado se calcula elevando al cuadrado el número de
metros de uno de sus lados.

El pequeño hexágono reflexionó durante un largo momento y después dijo:


«También me has enseñado a elevar números a una tercera potencia. Supongo que 33 debe
tener algún sentido geométrico; ¿cuál es?».

«Nada, absolutamente nada», replicó el abuelo, «al menos en la geometría, porque la


geometría solo tiene dos dimensiones»>.
Y luego le enseñó al muchacho cómo un punto que se desplaza tres metros genera una línea
de tres metros, lo que se puede expresar con el número 3; y si una línea de tres metros se
desplaza paralelamente a sí misma tres metros, genera un cuadrado de tres metros, lo que se
expresa aritméticamente por 3².

El pequeño hexágono insistía: «Pero si un punto, al desplazarse tres metros, genera una línea
de tres metros, que se representa por el número 3, y si una recta, al desplazarse tres metros
paralelamente a sí misma, genera un cuadrado de tres metros por lado, lo que se expresa por
3², entonces un cuadrado de tres metros por lado que se mueve de alguna manera (que no
acierto a comprender) paralelamente a sí mismo, generará algo (aunque no puedo imaginarme
qué) y este resultado podrá expresarse por 3³».

<<Andá a la cama», le dijo el abuelo, algo molesto por su interrupción.

-Ese chico es tonto; 33 no puede tener ningún significado en geometría.

Y en ese mismo instante escuchó una voz que le dijo:

-El chico no es ningún tonto; y 33 tiene un significado geométrico evidente.

A primera vista parecía ser un segmento visto de lado; pero unos instantes de observación le
mostraron que los extremos se hacían borrosos con demasiada rapidez para que se tratase de
un segmento, hubiera pensado que se trataba de un círculo si no pareciese cambiar de tamaño
de una forma imposible en un círculo o en cualquier figura regular de la que ya hubiese tenido
experiencia.

-Soy una esfera, vengo de la tercera dimensión.

Ese día el cuadrado aprendió lo que era un esfera y muchas cosas más que este cuerpo le
contó sobre la tercera dimensión. Por eso escribió esta historia, con la esperanza de que pueda
llegar hasta los seres de otras dimensiones y puedan impulsar la aparición de rebeldes que se
nieguen a estar en una dimensionalidad limitada.

(Abbott, 2010).

1. a. Imagina que ves Planilandia desde arriba, dibuja cómo ve rías a uno de sus habitantes.
Luego dibuja cómo lo vería otro habitante de Planilandia.

b. Piensa en algo que los habitantes de Planilandia tengan que hacer de un modo distinto a
nosotros.

c. En Planilandia se clasifica a los polígonos de acuerdo a si son regulares o no. Explica qué es
un polígono regular.
d. La clase media esta formada por triángulos equiláteros, ¿cómo son estos triángulos? ¿Qué
otros triángulos conoces?

e. Si clasificamos a los triángulos por sus ángulos tenemos tres clases de triángulos diferentes.
¿Cuáles de estos pueden ser de clase media en Planilandia?

2. a. El hexágono, ¿tenía razón al decir que 3³ tenía una interpretación geométrica? En caso
afirmativo, ¿cuál es? ¿Por qué él y su abuelo no podían imaginarlo?

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