Monografía Ética

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN

ENRIQUE GUZMÁN Y VALLE


Alma Máter del Magisterio Nacional

FACULTAD DE PEDAGOGÍA Y CULTURA FÍSICA

TRABAJO MONOGRÁFICO:

NORMAS EDUCATIVAS, CÓDIGO DE DEONTOLOGÍA DOCENTE, PRAXIS ÉTICA


DOCENTE Y PARADIGMAS PEDAGÓGICOS

DOCENTE: Dr. Caszely Orlando Rivera Huarancca

ESTUDIANTES:
Layme Colan, Eveline Samantha

Justo Quispe, Sara Guadalupe

Rojas Calixtro, Marleny

ESPECIALIDAD: Educación primaria

AULA: P1
ASIGNATURA: Ética y Deontológica Docente

Lima, agosto del 2021

1
DEDICATORIA:

Agradecemos principalmente a Dios por permitirnos

estar con vida y seguir aprendiendo de esta noble

profesión, que nos permitirá realizar un buen trabajo

como maestras. También nuestro agradecimiento al

Dr. Caszely Orlando Rivera Huarancca, por

instruirnos con sus conocimientos, orientándonos a

ser profesionales de éxito formados en ética y valores.

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................... 4
UNIDAD I ........................................................................................................................................ 5
1. NORMAS EDUCATIVAS ................................................................................................... 5
1.1. Las consecuencias de una educación sin normas ........................................................... 5
1.2. Trucos para aplicar las normas en la educación ............................................................. 6
1.3. Educación en valores ..................................................................................................... 6
1.4. Educación democrática e integral .................................................................................. 7
1.5. Roles en la familia, la escuela, la sociedad y el estado en un enfoque de educación en
valores ..................................................................................................................................... 10
UNIDAD II .................................................................................................................................... 11
2. PERFIL PROFESIONAL DEL DOCENTE Y DEONTOLOGÍA ..................................... 11
2.1. Perfil cognoscitivo-intelectual docente: ....................................................................... 11
2.2. Perfil procedimental docente: ...................................................................................... 12
2.3. Perfil actitudinal docente: ............................................................................................ 12
UNIDAD III ................................................................................................................................... 14
3. PROPÓSITO DEL CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL PROFESIONAL DOCENTE ..... 14
3.1. Problemas específicos de deontología docente (distorsiones) ..................................... 15
UNIDAD IV ................................................................................................................................... 20
4. PARADIGMAS PEDAGÓGICOS ..................................................................................... 20
4.1. Paradigmas en la educación ......................................................................................... 20
4.2. Paradigma de la ética ................................................................................................... 21
4.3. La ética del cuidado como paradigma educativo ......................................................... 22
4.4. Paradigmas éticos de los docentes peruanos: casuística elemental ............................. 23
4.5. Deontología: paradigmas ............................................................................................. 25
UNIDAD V .................................................................................................................................... 29
5. DEONTOLOGÍA DOCENTE ............................................................................................ 29
5.1. Calidad de educación y calidad de vida ....................................................................... 29
5.2. El nuevo docente que necesitamos y su deontología: desafíos de la época y
perspectivas de desarrollo ....................................................................................................... 30
CONCLUSIONES ......................................................................................................................... 32
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................ 33
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INTRODUCCIÓN

El presente tema: Normas educativas código de deontología docente y praxis ética docente y

paradigmas pedagógicos, se desarrolla desde una perspectiva problematizadora y analítico-

crítica, los aspectos medulares que comprende el vasto y complejo ámbito temático de la

deontología, la educación y la ética docente; observandose un enfoque teórico global de la

realidad educativa analizando la cuestión deontológica y valórica, por el mismo hecho de la

esencia formativa de la educación, la cual implica a su vez, múltiples aspectos éticos y

axiológicos. El objetivo a lograr es la comprensión problematizadora y crítica del contenido. En

cuanto a las fuentes, se han priorizado aquellas de naturaleza pluridisciplinaria, crítica y

actualizadas. La monografía consta de tres unidades: en la primera unidad; Normas educativas, la

segunda unidad denominada; Perfil profesional del docente y deontología, finalmente en la

tercera unidad denominada, Paradigmas entices de los docentes peruanos. Al final alcanzamos

las conclusiones correspondientes seguidas de la bibliografía general actualizada.

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UNIDAD I

1. NORMAS EDUCATIVAS

Es una cuestión que no queda libre de controversias. Por un lado, queremos que los

niños y niñas cumplan unas normas y se comporten como esperamos que deban hacerlo, por otro

lado, no sabemos si poner normas es bueno para ellos o no. Y finalmente, tampoco sabemos

cómo establecer, y ejecutar las normas.

Como consecuencia de todo esto, los niños y niñas crecen, en muchas ocasiones sin

límites, en otras muchas ocasiones crecen sin normas claras, o sin tener porque cumplirlas.

Las normas en la educación son necesarias para el desarrollo de los niños y las niñas,

siempre y cuando sean establecidas en el marco de una educación democrática y la disciplina

positiva. Los niños y niñas necesitan orientaciones que guíen su conducta y necesitan saber que

las normas contribuyen a una convivencia sana y respetuosa.

1.1. Las consecuencias de una educación sin normas

o La ausencia de normas en la infancia da lugar a niños y niñas déspotas, que tratan de

imponer sus deseos y no toleran no hacer lo que quieren en cada momento.

o La ausencia de normas genera intolerancia y frustración. Las cosas no siempre son como

queremos y no siempre podemos hacer lo que queramos, sin normas no toleraran estas

situaciones y experimentaran niveles altos de frustración.

o Mala convivencia en familia, en el centro escolar, con los iguales, etc.

o La carencia de normas impide el desarrollo de la resiliencia.

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o Crecer sin normas puede afectar al desarrollo de su autoestima.

1.2. Trucos para aplicar las normas en la educación

El proceso educativo ha de ir unido a las normas, veamos cómo podemos aplicar las

normas en la educación.

o Establece normas lógicas y adecuadas a la edad y nivel de desarrollo del niño o la

niña. No se trata de imponer por imponer, sino de usar el sentido común y establecer

criterios que guíen la conducta del niño o la niña.

o Procura consensuar las normas con el niño o la niña. Se trata de establecer las normas

entre todos y llegar a acuerdos en las mismas. De este modo conseguimos que el niño

o la niña se comprometa con ellas y que las comprenda y acepte. Tal vez tengamos

que ceder en algo, pero logramos que se comprometa con las normas.

o Procura que las normas sean conocidas, comprendidas y aceptadas por todos.

o Se coherente y consecuente a la hora de aplicar las normas. Es decir, si establecemos

una norma ha de cumplirse siempre, procura que las excepciones sean mínimas y

cuando las haya explícales porque se produce la excepción.

o Establece una consecuencia cuando no se cumpla la norma. No es un castigo, sino

una consecuencia preferiblemente acordada con anterioridad.

o Refuerza el cumplimiento de la norma.

1.3. Educación en valores

Durante las tres últimas décadas, el reconocimiento de determinadas manifestaciones

amenazantes para las sociedades y estados a escala mundial, han generado reacciones o Centro

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Interfacultativo de Formación Profesional Semipresencial 36 Ética y Deontología Docente

respuestas sistemáticas de significación estratégica, pero de muy desiguales resultados en los

diversos escenarios en los cuales se han aplicado. He aquí dos ejemplos de nuestro directo

interés:

 El reconocimiento de la denominada «crisis de valores», vigencia de la «cultura

masificada»

 La identificación de las dictaduras, totalitarismos, graves y crónicos problemas de

derechos humanos agudizados por factores de distorsión tan mayúsculos como el

narcotráfico y el terrorismo como males que afectaban a gran parte de la humanidad y

que iban en drástico incremento.

1.4. Educación democrática e integral

Analíticamente, este sentido estaría conformado por un complejo de aspectos muy

compatibles entre sí:

 Educar para desarrollar autonomía, independencia, autocontrol y autogobierno.

 Desarrollar espíritu crítico y autocrítico.

 Desarrollar actitudes de tolerancia y dialogicidad.

 Desarrollar en las más variadas condiciones, la capacidad de tomar decisiones

 individuales y colectivas.

 Consolidar la actitud participativa, activa y consciente.

 Elevado respeto por la dignidad de la persona.

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Se recomienda que este sentido se vaya desarrollando en forma gradual, pero muy

tempranamente, desde la Educación Inicial. Afortunadamente, en cada rango etéreo de la

Educación en Valores, se disponen de variados aspectos que posibilitan sensibilizar, involucrar y

concienciar a los sujetos educativos en función de los propósitos predeterminados en un

programa de Educación en Valores, como sucede con la permeabilidad del niño y la rebeldía y

orientación hacia el futuro, propia de los adolescentes.

En lo referente al significado de la Educación en Valores en un contexto de educación

Democrática e Integral, comprende a los mismos contenidos o componentes valóricos. Por

Universidad Nacional de Educación Ética y Deontología Docente 37 ejemplo, se considera que,

entre los valores a promover vivencialmente en una educación de este tipo, son imprescindibles,

entre otros, los siguientes (Moragues, 1989):

a) Solidaridad: Valor que induce a las personas a responder dinámicamente a las

necesidades, problemas y urgencias existenciales de los otros. Además, se relaciona

con una compleja fenomenología como asociación, comunidad de intereses,

reciprocidad y participación. Asimismo, la dinámica de la solidaridad presenta rasgos

como la afirmación del «yo», toma de conciencia y asunción de la realidad del

«otro», sentimiento de corresponsabilidad con él y compartir o comprometerse con

las situaciones problemáticas de «otros».

b) Criticidad: es el sistema de valor - actitud según el cual se tiende a juzgar personas,

situaciones y acontecimientos, con equilibrio, originalidad, pertinencia y profundidad.

Esto supone manejo de criterio objetivo, lucidez, información, comprensión,

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capacidad argumental y demostrativa, autocrítica, asertividad, adecuado nivel

analítico -sintético e integración teórica - practica. En el fondo, el ejercicio de la

criticidad significa la negación de la superficialidad, el dogmatismo, el simplismo y el

relativismo.

c) Libertad: sistema de valor - actitud en el que, a partir del desarrollo de nuestra

conciencia crítica y la praxis de otros aspectos afines, nos autoimpulsamos a actuar

con autonomía y responsabilidad. Debe sumirse la libertad como un proceso de

conquista gradual, a la vez como una posibilidad y una realidad, puesto que se avanza

en el camino de ganar autonomía, elección y capacidad de decisión, actuación libre y

responsabilidad, reforzando el «yo», la autoestima y autoconfianza; promoviendo la

independencia: estimulando el autocontrol; fomentando la toma de decisiones propia,

proporcionando canales de participación real y propiciando la abierta expresión de

sentimiento y opiniones. Se trata de combinar adecuadamente estos valores según su

compatibilidad.

d) Creatividad: sistema de valor - actitud que impulsa a responder innovadoramente

y con originalidad a las situaciones de la vida real. Entre muchos otros factores

estimulantes de la creatividad son la apertura al entorno y la sensibilidad, la

flexibilidad, la originalidad en el pensar y actuar, el desarrollo de la actividad

imaginante y especulativa, la maduración de las inteligencias divergente, lateral y

fluida, la perseverancia en adquirir múltiples experiencias diversas, la amplitud de

enfoque,

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1.5. Roles en la familia, la escuela, la sociedad y el estado en un enfoque de

educación en valores

Toda función compleja se concibe como estructurada por un conjunto sistemático de roles

cumplidos por diversos agentes o instituciones que coadyuven al funcionamiento del sistema

global. En tal sentido y desde una óptica o enfoque de Educación en Valores, devienen relevantes

cuatro componentes o agentes estructurales plenamente identificables e individualizables:

escuela, familia, sociedad y Estado. Es cierto, como se consideró anteriormente, que, al interior

de la concepción de Educación en Valores, existen diversas tendencias relativamente discrepantes

entre sí. No obstante, existen algunos aspectos en los cuales se manifiestan gran coincidencia y

uno de ellos es el reconocimiento del peso e influencia de estas instituciones en el proceso de

desarrollo de programas de Educación en Valores y en sentido positivo o negativo, dependiendo

del tipo de viabilidad y/o manejo que se le otorgue a cada uno.

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UNIDAD II

2. PERFIL PROFESIONAL DEL DOCENTE Y DEONTOLOGÍA

Quien carece de un perfil real propio de un profesional docente y, no obstante, ostenta un

título profesional como tal y ejerce la carrera, probablemente afrontará serios y retirados

desajustes ético-axiológicos a lo largo de su experiencia magisterial. Pour lo moms, es deseable

optimizar tempranamente, aun desde antes del acceso a la carrera docente como opción

profesional, una real y confiable evaluación de sus aptitudes y disposiciones para ejercer

cabalmente el magisterio. De este modo se revertirá en algo marcada tendencia a considerar la

docencia como «carrera de refugio» por no haber podido seguir otras carreras o como clientelaje

de los gobiernos de turno. Los siguientes rasgos o componentes del perfil profesional docente

presentan implicancias deontológicas de significación:

2.1. Perfil cognoscitivo-intelectual docente:

 Dominio amplio de los contenidos de las materias de su especialidad.

 Fuerza lógica y coherencia argumental.

 Imaginación, creatividad.

 Dominio sobre temas de aprendizaje y conducta humanos. Ejemplo: no dominar

los contenidos de las materias de su especialidad o manipular la conducta de sus

alumnos arbitrariamente acciones antideontològicas.

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2.2. Perfil procedimental docente:

• Buen dominio didáctico.

• Capacidad de organización y presentación del material.

• Buena capacidad comunicativa.

• Buen manejo de las diferencias individuales.

• Dominio de estrategias de innovación y promoción de la calidad educativa.

Ejemplo: Un docente puede dominar su material (perfil cognitivo), pero no transmitir

dichos conocimientos con calidad didáctica (perfil procedimental). Adicionalmente,

muchos docentes hacen a sus alumnos exigencias irracionales con propósitos de

evaluación, configurándose un cuadro ética y axiológicamente no recomendable.

2.3. Perfil actitudinal docente:

 Grado de compromiso con el desarrollo educativo de sus alumnos.

 Capacidad de motivación.

 Cordialidad, actitud democrática.

 Vocación docente.

 Creación de buen clima psicosocial.

 Liderazgo docente.

 Responsabilidad.

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Ejemplo: si el docente genera un clima psicosocial adverso a la participación y confianza

y luego exige tal participación, la contradicción resulta evidente, además de resultar evidente la

importancia del factor deontológico para la obtención de desarrollos educativos satisfactorios.

Cualquier docente experimentado no solo conoce sino ha vivido múltiples veces

circunstancias educativas que contribuye a desarrollar su perfil profesional y lo ponen a prueba.

Precisamente son estas situaciones problemáticas las que merecen especial dedicación desde el

punto de vista teórico - práctico, por los deontólogos los considera como casos - muestra para sus

correspondientes análisis.

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UNIDAD III

3. PROPÓSITO DEL CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL PROFESIONAL

DOCENTE

Es usual que las diversas carreras profesionales asuman como códigos deontológicos a un

sistema normativo y/o legal legitimado por sus propios colegios profesionales, institución con la

que ya cuenta la profesión docente; aunque en la práctica, otros factores como la costumbre, la

exigencias de la realidad, las correlaciones de fuerzas, espacios de poder, liderazgos y otros,

contribuyen a delinear «códigos deontológico informales» e «implícitos»; que incluyen deberes,

derechos y responsabilidades de los docentes.

A nivel normativo, existe pues todo un arsenal de dispositivos de carácter deontológico;

tales como los artículos 56, 57, 58 y 59 de la Ley General de Educación (Ley N° 28044), artículo

14 de la Ley del Profesorado (Ley N° 24029) y muchos otros que deben ser de nuestro

conocimiento. Por ejemplo, el inciso c) del artículo 14 de la Ley del Profesorado señala como

uno de los deberes de los docentes, «respetar los valores éticos y sociales de la comunidad y

participar en su desarrollo cultural cívico y patriótico».

En realidad, es deseable que un Código Deontológico de los docentes peruanos, obedezca

al consenso democrático de los profesionales de la educación del país, así como de la comunidad

educativa es su conjunto. Debería ser cuerpo dinámico, perfectible y que expresa los valores

éticos, axiológicos, sociales y profesionales y las tendencias históricas del cambio de época.
14
Un elemental sondeo entre los maestros de base indica con claridad algunos de los

requisitos o características que debería tener un buen código deontológico del docente peruano.

Entre estas características se mencionan:

o Establecimiento democrático.

o Altos niveles de consensualidad.

o Fuertemente reivindicativo.

o Sólidos fundamentos socio - políticos.

o Equilibrio entre deberes y derechos.

o Consideración de las especificidades del trabajo docente: zonas de

frontera, menor desarrollo económico social relativo, etc.

o Buen manejo de la problemática socio profesional, etc.

3.1. Problemas específicos de deontología docente (distorsiones)

Algunas cuestiones que se expresan como problemas que distorsionan un correcto

enfoque y desempeño deontológico de la acción docente, son los siguientes:

a) Fetichización: cuando se atribuye poderes taumatúrgicos a algún elemento

deontológico, por ejemplo, a la norma.

b) Reificación: cuando acciones docentes evidentemente inmorales o indebidas como

el maltrato físico o trato denigrante a los alumnos, a fuerza de repetirse, se van

convirtiendo gradualmente en «normales».

c) Inversión: cuando una acción docente normal, moral y justa, es paradójicamente

valorada de modo negativo debido a un ethos o ambiente cultural anómalo o

viceversa. Por ejemplo, el docente que cumple con evaluar permanentemente el


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avance académico de sus alumnos es considerado un «sobón» o «tonto» por sus

colegas o «verde» por los alumnos, porque «más fácil» es tomar una sola

evaluación bimestral.

d) Disociación: cuando un docente tiene comportamientos éticos-axiológicos muy

diferentes en los diversos planos de su praxis docente. Por ejemplo, puede ser muy

puntual y buen enseñante pero a la vez autoritario y mal evaluador.

e) Competitivismo: cuando se desnaturaliza una sana competencia o comparencia

entre docentes por ser mejores o conseguir ciertos logros, derivándose en

conflictos, rivalidades, grupismo y otro tipo de relaciones anormales que

enrarecen el ambiente psicosocial del centro educativo.

f) Eficienticismo: cuando no importa violar cualquier precepto ético-axiológico, con

tal de cumplir los objetivos. Es lo que sucede cuando se avanzan los temas del

programa de los cursos muy veloz y superficialmente sólo por cumplir con todo el

contenido curricular.

g) Mercenarización: cuando el docente cobra dinero u otro tipo de aportes indebidos

a sus alumnos o a los padres de familia, a cambio de favorecerlos es sus

calificativos o alguna otra ventaja que pueda ofrecer.

h) Tabuismo: cuando de modo implícito o explícito, imperan determinadas

prohibiciones sobre algunas funciones o acciones docentes, apareciendo como

«cotos privados» de algunos docentes «privilegiados». Por ejemplo, la función de

investigación ha devenido para los docentes de aula en un tabú implícito, como

aspecto clásico del ancestral proceso de desprofesionalización de la docencia.

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i) Alienación: proceso de despersonalización e in autenticidad que deriva en la

pérdida real de la condición docente, asumiendo otras diferentes, puesto que sus

genuinas funciones docentes se han extrañado de él y dominan su vida profesional

entidades como «el horario», «el programa escolar», «el reglamento

disciplinario», «la autoridad superior», etc.

j) Legalismo: subordinación absoluta, mecánica e irracional de la práctica docente al

sistema legal y/o normativo vigente, al margen de su calidad, nivel ético-

axiológico o pertinencia.

k) Meritocracia: tendencia a jerarquizar a los sujetos educativos en base a supuestos

«méritos» o «performances», sin democratizar antes las oportunidades

correspondientes y a través de cuestionables procesos de competitivismo.

l) Autoritarismo: cuando el docente emplea de modo extremo a abusa de la

autoridad de la que está investido; se entiende como componente de una praxis

antidemocrática.

m) Vulgarización: desnaturalización del modo de ser popular, degenerando en

acciones decentes de carácter indecente, chabacanas o huachafas, ejemplo

intensivo de jerga o repiana durante las clases.

n) Banalización: minimización de la dimensión ético-axiológica de las acciones

educativas hasta el punto tal de asumirla como intrascendente, como si no

interesara para nada la naturaleza oral ni valórica de las mismas.

Una responsabilidad deontológica del docente es hacer que sus clases sean activas u no

aburridas.

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En la praxis magisterial se registran muchos otros problemas de deontología docente que

caen dentro del ámbito de la distorsión, manifestándose en un complejo bastante frecuente de

realidades que contribuyen a establecer niveles de interpretación bastante contradictorios y

confusos aún para los mismos especialistas.

En esta proliferación de casos contribuyen una serie de factores como los siguientes:

o Promiscuidad social.

o Hogares desestructurados.

o Delincuencia y pandillaje.

o Medios de comunicación social con contenidos antieducativos.

o Procesos de anomia social.

o Vigencia de condiciones antieducativos en las instituciones escolares.

o No tratamiento de casos delicados que requieren un enfoque

psicopedagógico o de especialidades afines.

o Errores de evaluación.

o Problemas de gestión educativa: autoritarismo, falta de participación,

corrupción, etc.

Por lo mismo, es muy difícil hacer generalizaciones arbitrarias las que cuando se hacen,

son frecuente génesis de errores y disfunciones en la toma de decisiones, contribuyendo más bien

resultados opuestos a los que querían alcanzar. Además, el tratamiento de estos casos debe ser

normalmente pluridisciplinario; en muchos casos, las condiciones de la solución no son de

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ningún modo inmediato, sino que presenta una secuencia bastante gradual, procesos de ajuste y

acomodación, constituyendo lo que genéricamente se denomina un manejo psicopedagógico en el

cual concurren por ejemplo elementos de tutoría, consejería, orientación, psicopedagogía y

muchos otros. La participación estudiantil en el proceso de consolidación de sus propios saberes

es decisiva.

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UNIDAD IV

4. PARADIGMAS PEDAGÓGICOS

4.1. Paradigmas en la educación

Un paradigma es un modelo mental que filtra nuestras percepciones, organiza nuestros

saberes en torno a un esquema, los relaciona de un modo determinado; nos dice en definitiva

cómo pensar, cómo enseñar, cómo aprender, cómo solucionar un problema. Son las herramientas

con las que contamos, entre otras cosas para educar, que sirven de base a nuestras estrategias

metodológicas y a nuestros objetivos educacionales.

La educación tiene una intencionalidad, que es en los estados democráticos formar

personas cívicamente solidarias, políticamente responsables y participativas, interesadas por los

problemas de la comunidad, que puedan participar en el mundo cultural y laboral de su época,

que contribuyan al progreso moral y material de su nación

Según el modelo o paradigma que se acepte, el que fue variando a través del tiempo,

vamos adaptando nuestro quehacer docente. El modelo conductista nos obligaba a buscar

resultados observables, y a imponer premios y castigos; el cognitivismo, se centró en el proceso

mental que implica el aprendizaje; el modelo constructivista, más reciente, nos hace diagramar

actividades donde el educando sea protagonista y hacedor de su conocimiento, descubriendo la

realidad mediante su propia experiencia. El educando busca la información, la contrasta con las

de sus compañeros, con su propia experiencia, y de allí surge su aprendizaje. Hace hincapié

también en los procesos mentales, en las ideas previas, y cómo las nuevas se van acomodando

para que tengan un significado.


20
Un paradigma que se descarta, tiende a ser olvidado, descalificado, criticado; mientras el

adoptado reúne durante su vigencia, características indubitables. Cuidado con este modo de

considerar los paradigmas, todos pueden ser revisados, aun los que están en uso, y tal vez los

desterrados tengan aún algo para enseñarnos. Nada es tan malo ni tan bueno como parece.

En la actualidad conviven varios paradigmas, que tienen en común hacer del alumno un

sujeto activo en el aprendizaje, responsable, crítico, comprometido, solidario, etcétera,

demasiadas cosas para un alumno que en la práctica no alcanza motivación suficiente, se aburre

con facilidad, se dispersa, no escucha. Y entonces cabe preguntarse, si el paradigma está bien,

¿qué está fallando?

4.2. Paradigma de la ética

En relación con la ética, y aquí se cita al filósofo estadounidense Michael Walzer, los

paradigmas han tenido una serie de momentos importantes, como lo son el del orden natural (la

ética está ya dada por la Naturaleza), el del orden mental (el “tribunal de la razón”) y el

consensual (el del consenso entre unos y otros paradigmas). Todos se relativizan, sin embargo, y

hasta hoy no se encuentra un paradigma absolutamente funcional.

En suma, esta lección quiere dar a conocer cuáles son los paradigmas de la ética y deja

abierta, de manera totalmente intencionada, la pregunta acerca de si es que en algún momento se

logrará establecer un paradigma ético único o de si es que más bien en la diversidad de

paradigmas se encuentra lo fundamental de la ética.

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4.3. La ética del cuidado como paradigma educativo

Probablemente, ninguna reforma educativa emprendió la necesaria reforma de la

educación. Las reformas educativas han ido reparando, remodelando y mejorando elementos que

pertenecen al mismo sistema. La ética del cuidado contiene la semilla de un nuevo modo de

enfrentar el acto educativo; se configura en palanca que acciona estructuras, contenidos

educativos, relaciones, modelos de aprendizaje y de evaluación, metodologías, pedagogías y

didácticas renovadas. Por ello, la ética del cuidado nos obliga a retomar las preguntas educativas

clásicas: el qué y el cómo de la educación. A ellas les hemos dedicado mucho tiempo en las

últimas décadas. Con todo, la ética del cuidado, explora en otras dos preguntas que casi nunca

aparecen en la agenda de las políticas educativas:

 El para qué de la educación. Son los fines educativos, esos que normalmente damos por

supuestos. Valoramos la educación integral, apostamos por ella porque nada humano nos

es ajeno. Y además educamos para la inserción crítica en un tipo de sociedad plural,

hospitalaria y justa. No basta preparar para insertarse en el mercado de trabajo. El cambio

climático y la pandemia del covid-19 son señales que nos alertan en una educación que

vaya más allá de la lógica del mercado y alumbre personas capaces de sentir y pensar

otras relaciones, otras organizaciones y otro mundo por construir.

 El desde dónde de la educación. Probablemente la pregunta más olvidada y menos

respondida. Toca la fuente de nuestro ser y de nuestro hacer. ¿Desde dónde educamos? El

papa Francisco nos propone una real conversión ecológica, que pasa por la conciencia de

que los seres humanos no estamos desconectados de las criaturas ni de la vida. Articular

22
la fuente de vida que haga del vínculo con lo vivo una referencia reverencial fundamental,

constituye un desafío educativo ineludible para los próximos años.

Cuidado y educación se hermanan en la construcción de otro mundo posible desde

acciones concretas que tienen que ver con el cuidado de la palabra, saludar al otro, pedir perdón,

resolver pacíficamente los conflictos, acompañar los duelos y sanar heridas, cuidarse para poder

cuidar o movilizarse ante el cambio climático. Porque el mundo no es, sino que está siendo, nos

recuerda Freire. Y el cuidado también se vincula con la indignación ante la injusticia y ante

aquello que nos hace gritar “¡no hay derecho”! Cuidado y justicia no se excluyen; al contrario,

son dos caras de la misma moneda que trata de humanizar nuestro mundo.

4.4. Paradigmas éticos de los docentes peruanos: casuística elemental

Existen tablas y códigos éticos-axiológicos docentes más o menos paradigmáticos o

modélicos. Por ejemplo, a nuestro juicio, en el medio escolar peruano habitual, se prefieren

erróneamente puntualidad rígida, obediencia ciega o adulonería en el lugar de tolerancia

democrática, dignidad y empatía.

Por otra parte, recorriendo la historia dela educación peruana, son múltiples los casos

paradigmáticos o selectos a considerar desde una perspectiva ético-axiológica. Así, los nombres

de Mercedes Cabello de Carbonera, Teresa Gonzáles de Fanning, Juana Alarco de Dammert,

Enrique Guzmán y Valle Mendoza, su gloria literaria opaca su condición de maestro dedicado,

proactivo, informado y afectuoso, trabajo que debiéramos conocer mucho más. El bate peruano

César Abraham Vallejo Mendoza, el escritor y antropólogo José María Arguedas, entre otros.

23
Desde luego, es posible diferenciar entre el aporte técnico-pedagógico a secas y la opinión

ético-axiológica, pues esta última alude al respecto moral-valorizo de las acciones docentes. Son

bastante conocidas, por ejemplo, las experiencias educativas de José Antonio Encinas, quien

entre 1901 y 1911, como director del Centro Escolar N° 881 de Puno, desarrollo exitosamente

sus ideales de una escuela democrática, nacionalista, popular, libre activa, proactiva, productiva y

comunitaria; además de un gran desarrollo moral, afectivo y actitudinal mediante el cultivo de la

solidaridad, la justicia, la veracidad, etc.

Asimismo, es rescatable la experiencia democratizadora del maestro Germán Caro Ríos

en las escuelas Nro. 434 y 455 de la comunidad campesina de Huayopampa (Huaral Lima)

durante la década de 1930-40, donde los logros ético-axiológicos de los docentes alumnos, padres

y la comunidad a través del Consejo Escolar, la Asamblea general de la Comunidad Escolar, el

Consejo de Profesores y otros son reconocidos por la posteridad. Los aportes del profesor

Horacio Cevallos Gámez, como luchador gremial por los derechos de los maestros y una

educación digna a través del SUTEP, aspectos de gran connotación ético-axiológica, son también

considerables por su carácter prototípico.

Existen también grandes pedagogos peruanos de la actualidad como Emilio Barrantes

Revoredo y Walter Peñaloza Ramella (de muy reciente fallecimiento), que tienen justo

reconocimiento por sus aportes y cumplimiento de sus misiones docentes.

Finalmente, y más allá de las menciones individuales, no podemos dejar de mencionar el valor

paradigmático que tiene el aporte ancestral de miles y miles de maestros anónimos que, a lo largo

y ancho del país, aun en las comunidades más remotas y en condiciones muy difíciles, cumplen

24
muchas veces con una destreza y creatividad estimulantes, los diversos aspectos de su trabajo

docente.

4.5. Deontología: paradigmas

El objeto de estudio de la Deontología son los fundamentos del deber y las normas

morales. Dicho propiamente la deontología profesional docente se refiere al conjunto de deberes

reconocidos dentro de la profesión de los maestros, es decir; las normas a seguir para que l

profesión esté enmarcada en una labor de humanidad y no de obligación curricular. Estas normas

determinan los deberes mínimamente exigibles a los profesores en el desempeño de su actividad.

Siendo estas exigencias de orden moral puesto que regulan el comportamiento interno del

docente y apelan a la conciencia y buena voluntad de este.

4.5.1. Concepciones de Deontología

El término Deontología proviene de las raíces griegas deon que significa deber y logos

que significa tratado acerca de algo, entonces deontología podría significar el tratado acerca de lo

que el hombre debe hacer. Sin embargo, alguna definición un poco más comprensiva ha

considerado a la deontología como: “el conjunto de normas éticas o morales que son válidas para

toda persona en la práctica de alguna profesión en sus distintas modalidades, que facilita además

comprender los requerimientos éticos hábitos y virtudes, que atañen a los deberes específicos de

su profesión” (Wanjiru, 1995).

4.5.2. Origen de la Deontología docente

La Deontología de las profesiones se expresa en códigos deontológicos construidos por

los colectivos de profesionales, este se refiere al conjunto de normas y principios éticos que

25
expresan los deberes mínimos o más bien básicos para el ejercicio de una actividad profesional.

En 1966 la Asociación Americana de Profesores Universitarios (AAPU), propuso una

Declaración sobre ética de la profesión educativa, a nivel universitario, su propósito era mostrar

un ideal de profesor que sirviera de referencia. Para poder complementar la propuesta de AAPU,

se hacía necesaria una reflexión filosófica y pedagógica, reflexionar sobre el status de profesión

de la docencia, del educando, el rol del profesor en la sociedad. Uno de los autores que mayor

inquietud ha suscitado por sus propuestas y críticas es Lord Eric Ashby (1969), para quien era

una gran “vergüenza” que una profesión como la educación careciera de un código deontológico.

En relación a los aportes de varios autores (Wanjiru, 1995), formular un código

deontológico requeriría:

 En relación a la práctica docente, especificar responsabilidades y eficacia.

 En relación a los resultados obtenidos deben poder ser verificables.

 En relación al código mismo debe ser comprensible y actualizable.

 En relación a la relación del profesor con la sociedad, deberá ofrecer una especificación

de los servicios de esta relación.

Otra de las conclusiones de Wanjiru es si se debe realizar un código deontológico que

traspase lo ideal o que sea factible. De otro lado, para algunos autores deben estar explícitas las

responsabilidades de los maestros, para otros como Baumgarten, es más importante poder

identificar los valores en una sociedad democrática. Este último nos recuerda que toda profesión

debería buscar el bien de los que sirve, entonces el ethos de la profesión de educar estaría en

comprender en que consiste ese bien. (Wanjiru, 1995). Desde hace varios años se denuncia una

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crisis de la sociedad, fruto entre otras de una crisis en la educación y esta a su vez asentada en

una crisis de la moral. ¿Qué podemos hacer desde la escuela? Esta es una de las preguntas que

debemos hacernos los maestros a la hora de pensar en nuestro código deontológico.

4.5.3. ¿Es posible hablar de una Deontología de la educación?

La pregunta con la que terminamos la cartilla anterior: ¿Cree usted que es necesario

proponer una Deontología de la profesión docente? Y en la que pudieron reflexionar a partir del

taller propuesto, es el punto de inicio de esta segunda cartilla. La respuesta es sí, claro que sí, es

posible y necesario plantearse una Deontología de la profesión de educar. A continuación,

desarrollaré algunas de las razones que soportan esta respuesta.

4.5.4. El ethos del educador

En primer lugar y, como lo afirma el párrafo introductorio, la cuestión a la hora de

preguntarnos por la Deontología de la profesión docente, se remonta a pensar en ¿Cuál es el ethos

del educador? ¿Cómo se configuran esa serie de prácticas, principios costumbres que surge de la

naturaleza misma de la actividad educativa? De acuerdo con los autores (Wanjiru & Gichure.

1995) para definir el ethos de la educación es preciso abrir dos focos de reflexión que aborden

por un lado el ¿qué? y por otro lado el ¿cómo? Estas dos preguntas, orientan la labor del profesor

todo el tiempo, ¿qué es para mí la educación? Y ¿cómo logro que exprese eso que significa para

mí?

Generalmente los profesores aspiramos a que nuestros estudiantes adquieran aprendizajes

que vayan más allá de los teóricos, buscamos brindarles oportunidades para que desarrollen todo

su potencial y puedan ser personas felices. Los profesores tenemos claro que nuestra

responsabilidad con la sociedad es formar ciudadanos capaces participar en la construcción de su


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sociedad. Para poder determinar ese ethos docente, es decir el conjunto de principios que rigen

una profesión y que son trasmitidos por la tradición, se hace necesario ver a las figuras más

influyentes de la profesión, de quienes podemos extraer el ideal ético, la idea de qué es un buen

docente y un docente bueno.

4.5.5. ¿Por qué la educación se considera profesión?

Volviendo a las razones que sustentan la posibilidad de una Deontología para la

educación es necesario revisar las condiciones que hace de la educación una profesión, condición

necesaria para proponer una Deontología. Aquí es necesario recordar que la Deontología, como

lo mencionamos en la primera cartilla, se refiere al conjunto de normas y principios éticos que

expresan los deberes mínimos o más bien básicos para el ejercicio de una actividad profesional.

Esta discusión tiene asidero en dos tendencias, por un lado, la idea de que el pedagogo no

se dedica al desarrollo de una ciencia, sino que guía su actuar a partir de los elementos que le dan

otras ciencias como la psicología, la filosofía, la sociología, entre otras (Combs, 1965). De otra

parte, teóricos como Millan Puelles, en su discurso de contestación a García Hoz, recuerda la

separación que hacen los alemanes de la educación. El docente en su cotidiano hacer combina

vocación y profesión, no basta con que el maestro “no puede ser solamente el científico que

conoce lo que hay, sino también el sabio, que conoce cómo obrar” (Altarejos, 1998).

Pero ¿qué se entiende por profesión? Para Sarramona citado por Altarejos “se entiende

por profesión aquel conjunto de actividades específicas que, fundadas en conocimientos

científicos y técnicos, se aplica a la resolución de problemas sociales” (Altarejos, 1998) Visto así

es incuestionable que la educación sea considerada una profesión.

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UNIDAD V

5. DEONTOLOGÍA DOCENTE

5.1. Calidad de educación y calidad de vida

El sistema de dominación y expoliación usufructuado por el imperialismo y la oligarquía

nacional en nuestro país, ha generado condiciones de drástica carencia material (infraestructura,

equipamiento, etc.) en la educación pública. Eso se ha agudizado, desde luego, por la falta de

voluntad política real de nuestros sucesivos gobiernos para darle a la educación nacional la

prioridad que merece. Es precisamente en estas condiciones que la decisiva importancia del

factor subjetivo, es decir, de la calidad humana en general (calidad técnica, profesional, ético-

axiológica, etc.) adquiere relieve particular. Múltiples son los ejemplos en los cuales se

demuestran que una buena performance deontológica del docente peruano ha logrado superar las

grandes limitaciones contextuales para conquistar significativos logros en cuanto a calidad de

educación y calidad de vida.

Un común denominador de enseñanza que nos dejan todas estas experiencias es la

posibilidad de construir calidad educativa y calidad de vida sobre la base de una performance o

desempeño ético-axiológico docente de nivel excepcional y colectivo. Percibiendo gráficamente

todo esto, tendríamos: Relación entre deontología docente, calidad de educación y calidad de

vida.

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5.2. El nuevo docente que necesitamos y su deontología: desafíos de la época y

perspectivas de desarrollo

En la actualidad y en perspectiva, dados los desafíos que constatamos y avizoramos, se

considera que, entre muchas otras exigencias ético-axiológicas, los docentes peruanos tendremos

que:

 Enriquecer nuestras propias experiencias e investigaciones pedagógicas y aplicar

transformadoramente sus resultados.

 Democratizar la educación en todos sus aspectos, lo cual implica consolidar una buena

educación compensatoria.

 Renovar integralmente los currículos del sistema educativo nacional.

 Desarrollar una educación totalizadora con especializaciones selectas de alto nivel.

 Asumir críticamente la realidad nacional, promoviendo no solo cambios intrasistema sino

de naturaleza cualitativa, es decir, orientados a cambiar el sistema (la sociedad) hacia uno

superior, es decir, más humano, democrático y solidario.

 Desarrollar nuestra praxis heurística (auto descubridora), demiúrgico (creadora), critica,

desalienante, etc.

 Actualizarnos y lograr avances teórico –prácticos en las disciplinas a nuestro cargo y que

solucionen problemas concretos que afrontamos en nuestro quehacer docente.

 Asumir una praxis preactiva, rupturista, que planifique y conquiste colectivamente sus

utopías.

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 Practicar conscientemente, pero de modo espontáneo, elevados valores tales como la

dignidad, autoestima y solidaridad docentes.

 Desalinearnos activamente, eliminando críticamente los «mitos» difundidos por el

sistema.

 Desarrollar una educación que priorice la competencia, la pertinencia, la calidad,

identidad y equidad, detectando y potenciando las capacidades de los educandos

multilateralmente.

 Comprender y demostrar, con nuestra práctica, que la primera y suprema responsabilidad

es con nuestros propios alumnos en función de las aspiraciones estratégicas del pueblo.

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CONCLUSIONES

Las nuevas nociones científicas, las tendencias epistemológicas actuales holísticas, de

transdisciplinariedad y complejidad, no son aún prioridad en las políticas educativas en el Perú y

su discusión es aún incipiente. En nuestro país, a raíz del nuevo modelo educativo, se está

intentando producir conocimiento de forma más democrática, participativa e incluyente, y

definitivamente más ética; lo cual requiere del desarrollo de variadas opciones epistemológicas,

del diálogo de saberes, y del pensamiento crítico. Que es importante involucrarse en la propuesta

cambio de paradigma, hacia una educación revolucionaria que produzcan en su seno, ese

reconocimiento de la complejidad de lo ético como un proceso personal, y la socialización de lo

moral, ambos factores claves para la forja de nueva sociedad. Para lograrlo el único camino que

tiene la educación peruana es retomar las posiciones críticas desde una postura ética, por lo cual

se invita a continuar la discusión desde la praxis y la co-responsabilidad.

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BIBLIOGRAFÍA

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instituciones públicas de Juliaca.

 Narváez Rivero, M. (2015). El docente como formador ético.

 Aranguren, L. (2021, 18 enero). La ética del cuidado como paradigma educativo.

EDUforics. https://www.eduforics.com/es/la-etica-del-cuidado-como-paradigma-

educativo/

 Melé, D. (2018, 22 enero). Tres paradigmas para integrar la ética en la investigación.

Ética empresarial. https://blog.iese.edu/eticaempresarial/2018/01/22/tres-paradigmas-

para-integrar-la-etica-en-la-investigacion/

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