Derechos Humanos - Dra. Micaela Alarcon
Derechos Humanos - Dra. Micaela Alarcon
Derechos Humanos - Dra. Micaela Alarcon
María Micaela
Alarcón Gambarte
TIPOLOGÍA DE LOS INSTRUMENTOS
INTERNACIONALES
Los instrumentos internacionales sobre derechos humanos pueden dividirse en tres
grandes categorías. La primera consiste en las grandes declaraciones de 1948: la
Declaración Universal de Derechos Humanos y la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre. Dichos instrumentos comparten tres características
fundamentales:
1. Reconocen una amplísima gama de los derechos fundamentales, incluidos los de
carácter civil, político, social, económico y cultural.
2. No son tratados internacionales y en el momento de su elaboración carecían de
carácter vinculante.
3. Hoy día son considerados por los órganos internacionales competentes
manifestaciones del derecho internacional consuetudinario, vinculantes para todos los
Estados Partes en las Naciones Unidas y la OEA, respectivamente.
TIPOLOGÍA DE LOS INSTRUMENTOS
INTERNACIONALES
La segunda categoría consiste en los grandes tratados universales y regionales en
materia de derechos humanos, en particular el PIDCP y el PIDESC en el sistema
universal, y la Convención Americana y el Protocolo Adicional a la Convención
Americana en materia de derechos económicos, sociales y culturales, en el sistema
interamericano.
Estos instrumentos, con pocas excepciones, consagran los mismos derechos plasmados
en las grandes declaraciones de 1948. No obstante, como fueron elaborados con el
propósito de ser vinculantes, definen el contenido, el alcance y los límites de estos
derechos en forma más precisa y pormenorizada. En el sistema universal, los dos
Pactos Internacionales (el PIDCP y el PIDESC) y la Declaración Universal son
conocidos colectivamente como la Carta Internacional de Derechos Humanos, en
reconocimiento a su lugar especial en el derecho internacional de los derechos
humanos.
TIPOLOGÍA DE LOS INSTRUMENTOS
INTERNACIONALES
La tercera categoría consiste en los demás instrumentos sobre derechos humanos
dedicados a derechos o principios específicos, o los derechos de determinados
sectores de la sociedad humana, como los niños, los indígenas, los trabajadores
migrantes, las personas con discapacidad, los presos y tantos otros. En esta
amplísima categoría es posible distinguir muchas subcategorías. Para nuestros
propósitos, las más relevantes son la subcategoría de tratados, por una parte, y la
subcategoría que agrupa los demás instrumentos que carecen de carácter
contractual. Dichos instrumentos –que son numerosos–se conocen bajo diferentes
denominaciones, entre ellas declaración, principios básicos, reglas mínimas, reglas,
principios, directrices.
El sitio web de la Oficina del Alto Comisionado de las Nacions Unidas para los
Derechos Humanos contiene más de sesenta instrumentos universales sobre derechos
humanos, sin contar los protocolos ni los instrumentos del derecho internacional
humanitario, derecho internacional penal o derecho internacional social.
CORPUS JURIS DE LOS DERECHOS
HUMANOS
La expresión “corpus juris de los derechos humanos” es un aporte de la Corte
Interamericana a la doctrina internacional. En su Opinión Consultiva OC-16/1999, la
Corte Interamericana manifestó que “El corpus juris del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos está formado por un conjunto de instrumentos internacionales de
contenido y efectos jurídicos variados (tratados, convenios, resoluciones y
declaraciones)” (párr. 115). Con respecto a una de las preguntas concretas
sometidas a su consideración, la Corte concluyó que:
(…) el derecho individual de información establecido en el artículo 36.1.b) de la
Convención de Viena sobre Relaciones Consulares permite que adquiera eficacia, en
los casos concretos, el derecho al debido proceso legal consagrado en el artículo 14
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y que este precepto establece
garantías mínimas susceptibles de expansión a la luz de otros instrumentos
internacionales como la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, que
amplían el horizonte de la protección de los justiciables (párrs. 124 y 141.6).
EL JUS COGENS
La expresión “jus cogens” designa las normas de máxima jerarquía en el derecho
internacional. La definición más aceptada es la plasmada en el artículo 53 del
Convenio de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, que lo define
como “una norma imperativa de derecho internacional general”, y agrega:
Para los efectos de esta Convención, una norma imperativa de derecho internacional
general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de
naciones como una norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser
modificada por otra norma ulterior de derecho internacional general posterior que
tenga el mismo carácter.
También se emplea la expresión “norma perentoria” del derecho internacional, la
cual quizás capta el sentido de esta institución mejor que “norma imperativa”.
LOS DERECHOS HUMANOS DESDE LA
PERSPECTIVA DEL SERVIDOR PÚBLICO
-El fiscal juega un papel clave no sólo en la aplicación de las leyes, sino más
importante aún, en brindar pleno efecto a los derechos, incluyendo, por
supuesto, los derechos humanos. Cualquiera que sea su tarea específica en el
sistema nacional de justicia penal, sin duda involucra la noción de los
‘Derechos Humanos en Servicio. Se da énfasis al derecho internacional de los
derechos humanos y a las decisiones y comentarios de organismos
internacionales, porque constituyen fuentes para los estándares actuales en
materia de derechos humanos. Sin embargo, siempre debemos tener en
cuenta que los derechos humanos están mejor protegidos y defendidos a nivel
nacional.
-Los fiscales deben desempeñar un papel fundamental como guardianes de
los derechos humanos a nivel práctico, en los Estados.
LOS DERECHOS HUMANOS DESDE LA
PERSPECTIVA DEL SERVIDOR PÚBLICO
-El fiscal del Ministerio Público tiene que observar las normas internacionales de
derechos humanos. Esto consiste en el derecho internacional imperativo, como los
tratados internacionales de derechos humanos (por ejemplo, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y los tratados regionales como el Convenio Europeo de
Derechos Humanos), como también los estándares internacionales, que no han sido
establecidos en tratados como tales, pero cuyo objeto está dirigido a la profesión
del fiscal, tales como las Directrices de las Naciones Unidas sobre la Función de los
Fiscales y el texto de la recomendación del Consejo de Europa sobre la función del
ministerio público en el sistema de justicia penal. Estos dos instrumentos constituyen
‘soft-law’ internacional, o derecho blando. Lo que significa que existe un acuerdo
internacional de que estas normas deberían ser efectivamente aplicadas, pero un
país no está obligado legalmente a cumplirlas porque para que eso suceda tiene
que existir un tratado internacional que así lo indique.
LOS DERECHOS HUMANOS DESDE LA
PERSPECTIVA DEL SERVIDOR PÚBLICO
-Al terminar la Segunda Guerra Mundial, las naciones victoriosas decidieron
introducir en el derecho internacional nuevos conceptos diseñados para prohibir en el
futuro tales abusos horribles y sistemáticos de los derechos humanos, para que su
reiteración sea, por lo menos, más improbable. Para lograr este nuevo objetivo se
establecieron organizaciones intergubernamentales como las Naciones Unidas y
dentro de estas organizaciones se desarrolló una nueva rama del derecho
internacional. La suscripción a la Carta de las Naciones Unidas en 1945 fue un intento
claro de ofrecer una protección más exhaustiva e integral para todos los individuos.
-La protección de los derechos humanos en el derecho internacional en general se ha
desarrollado con posterioridad a la suscripción de la Carta de las Naciones Unidas,
ya que ésta obliga a los Estados a promover y alentar el respeto de los derechos
humanos y las libertades fundamentales, aunque esto pueda ser leído más como una
obligación moral que una legalmente vinculante.
LOS DERECHOS HUMANOS DESDE LA
PERSPECTIVA DEL SERVIDOR PÚBLICO
-La primera declaración importante luego de la Carta de las Naciones Unidas sobre
la protección jurídica internacional de los derechos humanos es la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General el 10 de
noviembre de 1948.
-El primer tratado abierto a la firma de todas las naciones de las N. U. que tradujo
los principios de derechos civiles y políticos de la Declaración Universal en derechos
jurídicamente exigibles fue el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(PIDCP), adoptado por las Naciones Unidas en 1966. EL PIDCP estuvo acompañado
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
-Fuera del PIDCP y del PIDESC, existe una gran variedad de tratados internacionales
de derechos humanos así como otros instrumentos adoptados por las Naciones
Unidas. Estos instrumentos protegen derechos específicos o una clase de derechos
asociados a una materia en particular, como la Convención de las Naciones Unidas
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
DERECHOS HUMANOS Y EL DERECHO A LA
VIDA
-A partir del reconocimiento de la dignidad inherente a la vida humana, el derecho a
la vida es el más supremo de todos los derechos humanos fundamentales. El derecho
a la vida tiene, por supuesto, una relación muy tensa con la cuestión de la pena
capital. Por lo tanto, las disposiciones internacionales pertinentes sobre el derecho a
la vida a veces contienen párrafos relativos a la pena de muerte, ya sea sobre
condicionamientos para el ejercicio de la pena capital o recomendaciones para su
abolición, mientras que varios tratados internacionales tienen protocolos adicionales
que prohíben la pena de ejecución.
-El derecho a la vida que tiene toda persona humana es la condición previa
necesaria para la realización y disfrute de todos los demás derechos. En efecto, de
no ser respetado y garantizado el derecho a la vida, los demás derechos de la
persona se desvanecen, ya que se afecta la existencia misma de su titular. Como
consecuencia de ello, no son aceptables las restricciones del derecho a la vida que
configuran, por tanto, una violación a la Convención Americana y que comprometen
la responsabilidad internacional de los Estados parte.
IMPORTANCIA Y JERARQUÍA DEL
DERECHO A LA VIDA
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte Interamericana) ha empleado
un lenguaje más sutil y cuidadoso al abordar este tema, señalando en una ocasión:
“Si el debido proceso legal, con su conjunto de derechos y garantías, debe ser
respetado en cualesquiera circunstancias, su observancia es aún más importante
cuando se halle en juego el supremo bien que reconocen y protegen todas las
declaraciones y tratados de derechos humanos: la vida humana”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha sido enfática en el
reconocimiento del carácter especial del derecho a la vida. En una decisión
adoptada en 1996 expresa:
(…) la Comisión Interamericana de Derechos Humanos debe destacar (…) que el
derecho a la vida entendido como un derecho fundamental de la persona humana
consagrado en la Declaración Americana y en diversos instrumentos internacionales a
escala regional y universal, tiene el estatus de jus-cogens.
DOCUMENTOS RELEVANTES A NIVEL DEL
SISTEMA DE N. U.
La Declaración Universal de Derechos Humanos incluye el derecho a la vida en el
artículo 3:
‘Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona.’ En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos este principio se ha
traducido en un derecho. El artículo 6 inc.1 establece:
‘El derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará
protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente.’
Acerca de la pena de ejecución capital el segundo inciso establece:
‘En los países en que no hayan abolido la pena capital sólo podrá imponerse la
pena de muerte por los más graves delitos y de conformidad con leyes que estén en
vigor en el momento de cometerse el delito y que no sean contrarias a las
disposiciones del presente Pacto ni a la Convención para la Prevención y Sanción del
Delito de Genocidio. Esta pena sólo podrá imponerse en cumplimiento de sentencia
definitiva de un tribunal competente.’
DOCUMENTOS RELEVANTES A NIVEL
REGIONAL
El artículo 4 de la Convención Americana de Derechos Humanos contiene el derecho a
la vida. El inciso 1 de este artículo establece:
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie
puede ser privado de la vida arbitrariamente.
El artículo 4 contiene mayores restricciones sobre la aplicación de la pena de muerte:
2. En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá imponerse
por los delitos más graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal
competente y de conformidad con una ley que establezca tal pena, dictada con
anterioridad a la comisión del delito. Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a
los cuales no se la aplique actualmente.
DOCUMENTOS RELEVANTES
Durante la última década se han adoptado dos instrumentos importantes sobre la
desaparición: la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las
desapariciones forzadas (en adelante Declaración contra las desapariciones
forzadas) aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992, y la
Convención Interamericana sobre desaparición forzada de personas, aprobada por
la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el año
1994. La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas está elaborando
una convención universal.
DOCUMENTOS RELEVANTES
- La Declaración de Naciones Unidas sobre la Protección de Todas las Personas contra
las Desapariciones Forzadas de 1992 contiene una disposición en la que afirma que
todo acto de desaparición forzada constituye una amenaza para el derecho a la
vida. El artículo 1 inc.2 dice lo siguiente:
‘Todo acto de desaparición forzada sustrae a la víctima de la protección de la ley y
le causa graves sufrimientos, lo mismo que a su familia. Constituye una violación de
las normas del derecho internacional que garantizan a todo ser humano, entre otras
cosas, el derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica, el derecho a la
libertad y a la seguridad de su persona y el derecho a no ser sometido a torturas ni
a otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Viola, además, el derecho
a la vida, o lo pone gravemente en peligro.’
El artículo 2 simplemente prohíbe a un Estado permitir las desapariciones forzadas:
´1. Ningún Estado cometerá, autorizará ni tolerará las desapariciones forzadas. 2.
Los Estados actuarán a nivel nacional, regional y en cooperación con las Naciones
Unidas para contribuir por todos los medios a prevenir y a eliminar las
desapariciones forzadas.’
DOCUMENTOS RELEVANTES
Algunas veces la desaparición forzosa es conceptualizada como una violación
agravada del derecho a la vida, debido a las violaciones de otros derechos
cometidas con el afán de perpetuar la impunidad de los autores, así como por las
consecuencias que tiene la desaparición de una persona en los derechos
fundamentales de otras, en particular de los familiares de la persona desaparecida.
Si bien esta apreciación es correcta en la mayor parte de los casos, es menester
recordar que la desaparición no siempre entraña una violación consumada del
derecho a la vida. La muerte de la víctima, como indica la última frase del artículo
1.2 de la Declaración, no es elemento de la definición de la desaparición.
La tipificación de la desaparición como crimen de lesa humanidad está recogida por
el Estatuto de la Corte Penal Internacional en su artículo 7.1.i). La definición
operativa es semejante a la de la Convención Interamericana, con un elemento
subjetivo adicional que figura en la última frase del artículo 7.2.i): seguido de la
negativa de informar sobre la privación de libertad o dar información sobre la suerte o
el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de la ley
por un periodo prolongado.
DOCUMENTOS RELEVANTES
La Declaración contra las desapariciones forzadas es más extensa y detallada. De
particular interés es el artículo 8, que prohíbe la devolución o extradición de una
persona a un país en donde dicha persona corre riesgo de desaparición; el artículo
11, que establece salvaguardias a la puesta en libertad de presos; el artículo 13,
relativo a la investigación de casos de desaparición; el artículo 18, que dispone que
los autores de desaparición no deben beneficiarse de leyes de amnistía, y el artículo
19, que reconoce el derecho de las víctimas y sus familiares a una adecuada
reparación o indemnización.
DERECHO BOLIVIANO
El Artículo 15, párrafo IV de la CPE, determina que: “Ninguna persona puede ser
sometida a desaparición forzada por causa o circunstancia alguna”; por su parte el
Artículo 114, parágrafo I de la Norma Constitucional determina que, queda
prohibida toda forma de tortura, desaparición, confinamiento, coacción, exacción o
cualquier forma de violencia física o moral. Cabe señalar que, previa a la vigencia
de la CPE de 2009, el Estado a través de la Ley Nº 3326 de 18 de enero de 2006
“Ley Nº 3326”; incorporó en el Código Penal (CP) el delito de desaparición forzada
de personas.
La Ley Nº 3326 de 18 de enero de 2006, insertó el delito de “Desaparición
Forzada de Personas” al Código Penal, y fue a partir de la vigencia de la CPE que
esta prohibición tiene rango constitucional (2009).
DERECHO BOLIVIANO
En cuanto a la tipificación de la desaparición forzada como delito, la Ley N° 3326,
incorporó en el CP el Artículo 292 Bis, como Desaparición Forzada de Personas,
estableciendo:
“El que con la autorización, el apoyo o la aquiescencia de algún órgano del Estado,
privare de libertad a una o más personas y, deliberadamente oculte, niegue
información sobre el reconocimiento de la privación de libertad o sobre el paradero
de la persona, impidiendo así el ejercicio de recurso y de garantías procesales, será
sancionado con pena de presidio, de cinco (5) a quince (15) años. Si como
consecuencia del hecho resultaren graves daños físicos o psicológicos de la víctima, la
pena será de quince (15) a veinte (20) años de presidio. Si el autor del hecho fuera
funcionario público, el máximo de la pena, será agravada en un tercio. Si a
consecuencia del hecho, se produjere la muerte de la víctima, se impondrá la pena
de treinta (30) años de presidio.”
JURISPRUDENCIA RELEVANTE DE LA
CORTE I.D.H.
El derecho a la vida es uno de los más desarrollados en la jurisprudencia de la Corte
IDH, la cual ha declarado la violación del artículo 4 de la Convención Americana en
65 de sus 141 sentencias de fondo. En relación a las desapariciones forzadas de
personas como hechos constitutivos de una violación al artículo 4 de la Convención, la
Corte Interamericana, desde su primera jurisprudencia hasta su más reciente, ha
tratado a ésta como una violación de carácter pluriofensiva, de tal forma que genera
la responsabilidad internacional del Estado por violación al derecho a la vida, la
integridad personal (artículo 5 de la Convención), la libertad personal (artículo 7 de
la Convención) y el derecho a la personalidad jurídica (artículo 3 de la Convención).
DERECHO BOLIVIANO
En relación a la definición de desaparición forzada como crimen de lesa humanidad,
el Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional, instrumento que fue
ratificado por el Estado boliviano mediante Ley Nº 2398 de 23 de mayo de 2002,
establece que la desaparición forzada de personas se encuentra considerada como
delito de lesa humanidad y por ende imprescriptible, éstos estándares
internacionales fueron recogidos por el Artículo 111 de la CPE.
En cuanto al régimen de responsabilidad penal en relación con la desaparición
forzada de personas el Artículo 110 de la CPE, dispone que:
“I. Las personas que vulneren derechos constitucionales quedan sujetas a la
jurisdicción y competencia de las autoridades bolivianas.
II. La vulneración de los derechos constitucionales hace responsables a sus autores
intelectuales y materiales.
DERECHO BOLIVIANO
III. Los atentados contra la seguridad personal hacen responsables a sus autores
inmediatos, sin que pueda servirles de excusa el haberlos cometido por orden
superior.”
Asimismo, el Artículo 115 de la CPE instituye que toda persona debe ser protegida
de manera oportuna y efectiva por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos; así como, el Estado garantiza el derecho a un debido
proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente
y sin dilaciones.
La CPE, establece la imprescriptibilidad de los delitos de genocidio, de lesa
humanidad, de traición a la patria, crímenes de guerra. Adicionalmente, cabe
señalar que Bolivia se adhirió a la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los
Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad mediante Ley Nº 2116
de 11 de septiembre de 2000.
DERECHO BOLIVIANO
En Bolivia se ha dispuesto la imprescriptibilidad de la desaparición forzada, porque
es un delito continuo, toda vez que la privación ilegal de libertad y el hecho de que
las víctimas no hayan recuperado la misma, define el carácter permanente de la
comisión del ilícito, por tanto, no corre la prescripción, puesto que, para determinar
este aspecto, debe empezar a contabilizar desde el día que cesa la ejecución del
delito. En esa línea se ha pronunciado el Tribunal Constitucional a través de la
Sentencia Constitucional Nº 1190/01-R de 12 de noviembre de 2001, misma que
consideró, entre otros que “(…) la privación ilegal de libertad o detenciones ilegales,
conforme lo entiende de manera uniforme la doctrina y la jurisprudencia comparada,
es un delito permanente, debido a que en la ejecución de la acción delictiva, el o los
autores están con el poder de continuar o cesar la acción antijurídica (privación
ilegal de libertad) y que mientras ésta perdura, el delito se reproduce a cada
instante en su acción consumativa (…)”.
DERECHO BOLIVIANO
Tratándose la desaparición forzada de personas de un delito tipificado en el CP, es
aplicable el procedimiento común u ordinario, en el que la titularidad de la acción
penal es del Ministerio Público, que puede disponer el inicio de las investigaciones, la
imputación formal o la acusación, actuando el órgano jurisdiccional (Jueces de
Instrucción, de Sentencia, Tribunales de Sentencia, Departamentales, etc.) como
contralor de garantías.
El Artículo 115 de la CPE, determina:
“I. Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales
en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos. II. El Estado garantiza el derecho
al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita,
transparente y sin dilaciones.”
JURISPRUDENCIA RELEVANTE DE LA
CORTE I.D.H.
La Corte Interamericana añade, a tales efectos, que:
En lo que se refiere al artículo 4 de la Convención Americana, la Corte ha
considerado que por la naturaleza misma de la desaparición forzada, la víctima se
encuentra en una situación agravada de vulnerabilidad, de la cual surge el riesgo de
que se violen diversos derechos, entre ellos, el derecho a la vida. Además, el Tribunal
ha establecido que la desaparición forzada ha incluido con frecuencia la ejecución
de los detenidos, en secreto y sin fórmula de juicio, seguida del ocultamiento del
cadáver con el objeto de borrar toda huella material del crimen y procurar la
impunidad de quienes lo cometieron, lo que significa una violación del derecho a la
vida, reconocido en el artículo 4 de la Convención. Véase: Corte IDH. Caso Anzualdo
Castro vs. Perú. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de
22 de Septiembre de 2009. Serie C No. 202, párr. 63; y Corte IDH. Caso Ibsen
Cárdenas e Ibsen Peña vs. Bolivia. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 1 de
septiembre de 2010. Serie C No. 217, párr. 63.
JURISPRUDENCIA RELEVANTE DE LA CORTE
I.D.H.
-Se ha considerado que la prohibición de desaparición forzada ha obtenido el rango
de ius cogens siendo una prohibición inderogable salvo por otra norma del mismo
rango, “e implica un craso abandono de los principios esenciales en que se fundamenta el
Sistema Interamericano de Derechos Humanos”.
-En este sentido debemos tomar en cuenta la obligación de los Estados partes de
tipificar legalmente el delito de desaparición forzada conforme a la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas.
Artículo II
Para los efectos de la presente Convención, se considera desaparición forzada la
privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma,
cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen
con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de
información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar
sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos
legales y de las garantías procesales pertinentes.
JURISPRUDENCIA RELEVANTE DE LA
CORTE I.D.H.
Especialmente en su reciente sentencia al Caso González Medina y Familiares vs.
República Dominicana, se reafirmaron como elementos configuradores del delito de
desaparición forzada: 1) la privación de libertad, 2) la intervención o aquiescencia
de agentes estatales, y 3) la negativa de reconocer la detención y de revelar el
paradero del interesado. Se añade que se perpetúa la existencia de la desaparición
forzosa hasta tanto se conozca del paradero del desaparecido, y se determina su
identidad con certeza, y que su análisis debe ser realizado de forma integral.
Por consiguiente, existe una violación al artículo 4 que reconoce el derecho a la vida,
cuando se está en presencia de una desaparición forzosa. El Estado debe no sólo
evitar que tales violaciones sean cometidas dentro de su Estado, sino también debe
crear las condiciones necesarias para que se promueva la salvaguarda de los
derechos humanos.
JURISPRUDENCIA RELEVANTE DE LA CORTE
I.D.H.
Afirma la Corte que:
El fenómeno de la desaparición forzada de personas requiere ser analizado desde
una perspectiva integral en razón de la pluralidad de conductas que, cohesionadas
por un único fin, vulneran de manera permanente, mientras subsistan, bienes jurídicos
protegidos por la Convención. De este modo, el análisis legal de la desaparición
forzada debe ser consecuente con la violación compleja de derechos humanos que
ésta conlleva.
La prohibición de desaparición forzosa impone consigo igualmente obligaciones
positivas a los Estados. En el caso Gelman vs. Uruguay, se dispone que esta obligación
incluye “todas aquellas medidas de carácter jurídico, político, administrativo y cultural
que promuevan la salvaguarda de los derechos humanos”. En este sentido, aduce la
sentencia que la mera existencia de centro clandestino de detención configura en sí
mismo una violación al deber de garantía de protección contra las desapariciones
forzosas.
DERECHOS HUMANOS Y PROHIBICIÓN DE LA
TORTURA
Existen tres instrumentos normativos importantes consagrados específicamente a la
temática de la tortura:
• Declaración sobre la protección de todas las personas contra la tortura y otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, adoptada por la Asamblea
General en su resolución 3452 (XXX), del 9 de diciembre de 1975.
• Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su
resolución 39/46, del 10 de diciembre de 1984 y que entró en vigor el 26 de junio
de 1987.
• Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura, aprobada por la
Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) del 9 de
diciembre de 1985, y que entró en vigor el 28 de febrero de 1987.
DERECHOS HUMANOS Y PROHIBICIÓN DE
LA TORTURA
Este rol central de la prohibición de la tortura se manifiesta en que esta acción es
considerada un claro ejemplo de una norma absoluta en derecho internacional de los
derechos humanos. Este carácter absoluto implica que, a diferencia de lo que ocurre
con la gran mayoría de los derechos humanos consagrados internacionalmente, no
puede restringirse ni suspenderse bajo ninguna circunstancia.
A juicio de la Corte, el derecho a no ser sometido a torturas constituye no solo una
norma que no admite limitaciones, sino que además posee una especial calidad
dentro del derecho internacional público, a saber, es una norma jus cogens, es decir,
una norma imperativa del derecho internacional respecto de la cual ningún Estado
puede sustraerse, por ejemplo, haciendo una reserva al momento de obligarse por un
tratado de derechos humanos.
DERECHOS HUMANOS Y PROHIBICIÓN DE
LA TORTURA
Curiosamente, ni la Declaración Universal de Derechos Humanos ni la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre ni el PIDCP reconocen
expresamente el derecho ala integridad personal como tal. No obstante, es evidente
que la integridad personal es el bien jurídico cuya protección constituye el fin y
objetivo principal de la prohibición de tortura y otros tratos y penas crueles,
inhumanas o degradantes previstas en el artículo 5 de la Declaración Universal y 7
del PIDCP. El artículo 5.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en
adelante Convención Americana) consagra expresamente el derecho a la integridad
personal y hace un aporte valioso a la definición de su contenido, al precisar que
comprende la “integridad física, psíquica y moral.”
DERECHOS HUMANOS Y PROHIBICIÓN DE
LA TORTURA
La Declaración Americana no sólo carece de una disposición que reconozca el
derecho a la integridad personal, sino que también carece de una prohibición
expresa de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. No
obstante, su primer artículo consagra el derecho de toda persona a “la vida, la
libertad y a la seguridad de su persona.” La Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) considera que el concepto de seguridad personal comprende la
integridad personal. En una oportunidad manifestó “(…) que la tortura física o moral
no se justifica en modo alguno, por ser atentatoria contra la dignidad humana y viola
la integridad de la persona, cuya defensa está consagrada en el artículo 1 de la
Declaración Americana”.
DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL
El derecho a no ser objeto de tortura ni de tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes es un derecho absoluto. El artículo 7 del PIDCP lo cataloga como norma
cuya vigencia no puede ser alterada ni siquiera durante una emergencia que
amenace la vida de la nación.
En el PIDCP, este estatus de derecho, cuya vigencia y contenido no pueden ser
afectados por medidas de emergencia, no se extiende al derecho de las personas
privadas de libertad a un trato digno. La Convención Americana otorga una
protección más amplia contra medidas de emergencia, extendiendo dicho nivel de
protección a todo el artículo 5, incluyendo el derecho de las personas privadas de
libertad a un trato digno y humano. La Corte Interamericana subrayó el carácter
perentorio de este derecho en el caso Loayza Tamayo cuando manifiestó: “Las
necesidades de la investigación y las dificultades innegables del combate al
terrorismo no deben acarrear restricciones a la protección de la integridad física de
la persona”.
DOCUMENTOS RELEVANTES
Convención contra la tortura en su artículo 11 establece específicamente sobre el
interrogatorio:
‘Todo Estado Parte mantendrá sistemáticamente en examen las normas e
instrucciones, métodos y prácticas de interrogatorio, así como las disposiciones para
la custodia y el tratamiento de las personas sometidas a cualquier forma de arresto,
detención o prisión en cualquier territorio que esté bajo su jurisdicción, a fin de evitar
todo caso de tortura.’.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos contiene el derecho a un trato
humano en el artículo 5 y 8:
1. ‘Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y
moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido
a la dignidad inherente al ser humano.’
‘(..) Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas: g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí
mismo ni a declararse culpable. (..)’
DERECHO BOLIVIANO
-El Estado Plurinacional de Bolivia firmó la Convención contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes el 4 de febrero de 1985,
ratificándola mediante ley 1939 de 10 de febrero de 1999, depositando el
instrumento de ratificación el 12 de abril de 1999 en la Secretaría General de las
Naciones Unidas.
-La Constitución Política establece de manera clara la prohibición de la tortura y los
tratos crueles, inhumanos, degradantes o humillantes en sus artículos 15, parágrafo I,
y 114.
Artículo 15. I. Toda persona tiene derecho a la vida y a la integridad física,
psicológica y sexual. Nadie será torturado, ni sufrirá tratos crueles, inhumanos,
degradantes o humillantes. No existe la pena de muerte.
DERECHO BOLIVIANO
Artículo 114. I. Queda prohibida toda forma de tortura, desaparición, confinamiento,
coacción, exacción o cualquier forma de violencia física o moral. Las servidoras
públicas y los servidores públicos o las autoridades públicas que las apliquen,
instiguen o consientan, serán destituidas y destituidos, sin perjuicio de las sanciones
determinadas por la ley. II. Las declaraciones, acciones u omisiones obtenidas o
realizadas mediante el empleo de tortura, coacción, exacción o cualquier forma de
violencia, son nulas de pleno derecho”.
El Código Penal Boliviano tipifica la tortura en su artículo 295 de la siguiente
manera:
Artículo 295.- (Vejaciones y Torturas). Será sancionado con privación de libertad de
6 meses a 2 años, el funcionario que vejare, ordenare o permitiere vejar a un
detenido.
La pena será de privación de libertad 2 a 4 años si le inflingiere cualquier especie
de torturas o tormentos. Si estas causaren lesiones, la pena será de privación de
libertad de 2 a 6 años y su causaren la muerte, se aplicará la pena de presidio de
10 años”.
DERECHO BOLIVIANO
Entre las garantías que la Constitución Política del Estado ofrece a toda persona
sindicada de la comisión de un delito o que estuviere detenida, el artículo 23
expresa:
“III. Nadie podrá ser detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los
casos y según las formas establecidas por la ley. La ejecución del mandamiento
requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea emitido por escrito;
IV. Toda persona que sea encontrada en delito flagrante podrá ser aprehendida por
cualquier otra persona, aun sin mandamiento. El único objeto de la aprehensión será
su conducción ante autoridad judicial competente, quien deberá resolver su situación
jurídica en el plazo máximo de veinticuatro horas; V. En el momento en que una
persona sea privada de su libertad, será informada de los motivos por los que se
procede a su detención, así como de la denuncia o querella formulada en su contra”.
DERECHO BOLIVIANO
Artículo 115. I. Toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces
y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos.
II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia
plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones.
Artículo 116. I. Se garantiza la presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso
de duda sobre la norma aplicable, regirá la más favorable al imputado o
procesado.
II. Cualquier sanción debe fundarse en una ley anterior al hecho punible.
Artículo 117. I. Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido oída y
juzgada previamente en un debido proceso. Nadie sufrirá sanción penal que no haya
sido impuesta por autoridad judicial competente en sentencia ejecutoriada.
DERECHO BOLIVIANO
II. Nadie será procesado ni condenado más de una vez por el mismo hecho. La
rehabilitación en sus derechos restringidos será inmediata al cumplimiento de su
condena.
III. No se impondrá sanción privativa de libertad por deudas u obligaciones
patrimoniales, excepto en los casos establecidos por la ley.
Artículo 120. I. Toda persona tiene derecho a ser oída por una autoridad
jurisdiccional competente, independiente e imparcial, y no podrá ser juzgada por
comisiones especiales ni sometida a otras autoridades jurisdiccionales que las
establecidas con anterioridad al hecho de la causa.
II. Toda persona sometida a proceso debe ser juzgada en su idioma;
excepcionalmente, de manera obligatoria, deberá ser asistida por traductora,
traductor o intérprete.
DERECHO BOLIVIANO
Artículo 121. I. En materia penal, ninguna persona podrá ser obligada a declarar
contra sí misma, ni contra sus parientes consanguíneos hasta el cuarto grado o sus
afines hasta el segundo grado. El derecho de guardar silencio no será considerado
como indicio de culpabilidad”.
La Constitución Política del Estado, en su artículo 110 establece:
“I. Las personas que vulneren derechos constitucionales quedan sujetas a la
jurisdicción y competencia de las autoridades bolivianas.
II. La vulneración de los derechos constitucionales hace responsables a sus autores
intelectuales y materiales.
III. Los atentados contra la seguridad personal hacen responsables a sus autores
inmediatos, sin que pueda servirles de excusa el haberlos cometido por orden
superior”.
El artículo 111 de la Constitución Política del Estado establece la imprescriptibilidad
de los crímenes de lesa humanidad.
DERECHO BOLIVIANO
La Constitución Política del Estado establece en su Parte I, Título II, Capítulo V, Sección
IX, los derechos de las persona privadas de libertad.
El Código de Procedimiento Penal, en el artículo 13, establece el principio de
legalidad de la prueba, bajo el cual: “Los elementos de prueba sólo tendrán valor si
han sido obtenidos por medios lícitos e incorporados al proceso conforme a las
disposiciones de la Constitución Política del Estado y de este Código. No tendrá valor
de prueba obtenida mediante torturas, malos tratos, coacciones, amenazas, engaños
o violación de los derechos fundamentales de las personas, ni la obtenida en virtud
de información originada en un procedimiento o medio ilícito”.
ELEMENTOS DIFERENCIADORES DE LA
TORTURA
-En este sentido, podría ser relevante la distinción entre las diversas formas de
afectación al derecho a la integridad personal conforme a la obligación de garantía
expresada en la obligación de investigar y sancionar penalmente estos ilícitos.
- Distinguir entre las diversas formas de afectación al derecho a la integridad
personal es un punto complejo, ya que si bien hay diferentes tratamientos normativos,
la práctica de los órganos de control se han pronunciado muchas veces por no hacer
la distinción y tratar el tema como una afectación indiferenciada del derecho a la
integridad personal.
- Por otra parte, se puede sostener que la distinción entre las distintas conductas
merece ser hecha, particularmente, para destacar la tortura, dado que esta
calificación lleva consigo una estigmatización mayor que debe ser expresada. La
tortura genera obligaciones diferenciadas para el Estado y puede tener
consecuencias en materia de reparaciones; finalmente, la diferenciación entre las
formas de afectación a la integridad personal puede ser relevante en materia de
activación de mecanismos de protección a nivel de la Convención de Naciones Unidas
sobre tortura.
ELEMENTOS DIFERENCIADORES DE LA
TORTURA
-Primero, la tortura debe ser un acto intencional.
-Segundo, que el elemento determinante será el sufrimiento o dolor, ya sea físico o
mental. Es interesante, por una parte, señalar que respecto de este requisito ambos
instrumentos defieren en un elemento central: la Convención de Naciones Unidas
exige que el padecimiento sea “grave”, cuestión que no es exigida por la
Convención Americana en esta materia. Este es un punto muy relevante a la hora de
realizar una posible distinción entre tortura y otros actos que afectan la integridad
personal, ya que podría pensarse (como lo ha hecho el sistema europeo en algún
momento) que este sería el elemento clave de distinción. Por otra parte, nos
encontramos con un segundo aspecto diferenciador. En el sistema interamericano se
ha agregado un elemento que amplía la noción del padecimiento, cual es, que
también se considerará como tortura un acto que sin provocar este dolor o
sufrimiento, este destinado a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su
capacidad física o mental.
ELEMENTOS DIFERENCIADORES DE LA
TORTURA
Tercero, que el acto debe perseguir una finalidad. Aquí hay un punto interesante de
distanciamiento entre ambos sistemas: en el caso del sistema interamericano este
requisito es prácticamente fútil ya que se establece que “cualquier otro fin”, aparte
de los mencionados expresamente en el texto podrán ser considerados como
suficientes para dar por cumplido con el requisito de la finalidad. En cambio, en el
sistema de Naciones Unidas la finalidad es más restringida y cuando abre el tema,
lo hace de la siguiente forma: “o por cualquier razón basada en cualquier tipo de
discriminación”. De este modo, sigue siendo una apertura acotada, ya que esta
finalidad deberá estar basada en algún tipo de discriminación.
Cuarto, en cuanto a los sujetos activos, ambos instrumentos mantienen una vinculación
con una actividad (acción u omisión) de un agente estatal. Sin embargo, aun cuando en
el art. 3.2 de la Convención Americana sobre Tortura hay un esfuerzo por vincular a
privados de forma más categórica que lo que se hace en el ámbito de Naciones
Unidas.
JURISPRUDENCIA RELEVANTE DE LA CORTE
I.D.H
En el Caso Bueno Alves vs. Argentina, la Corte determinó los elementos constitutivos
de tortura. Si bien este tribunal ha tenido oportunidad en el pasado de revisar
violaciones al derecho a la integridad personal, esta es la primera vez que
sistematiza los criterios y requisitos constitutivos de este ilícito.
En esta sentencia se desarrollan los elementos de la tortura y los actos cometidos por
agentes del Estado que configuraron esta conducta prohibida. Para estos efectos, la
Corte utilizó como fuente de interpretación el artículo 5 de la Convención Americana
y lo dispuesto por el artículo 2 de la CIPST.
Con estas fuentes a la vista señaló que:
[…] los elementos constitutivos de la tortura son los siguientes: a) un acto intencional;
b) que cause severos sufrimientos físicos o mentales, y c) que se cometa con determinado
fin o propósito” (párr. 79). Estos requisitos son los que habitualmente cita la doctrina y
jurisprudencia internacional para efectos de conceptuar la tortura y distinguirla de los
tratos crueles, inhumanos y degradantes.
JURISPRUDENCIA RELEVANTE DE LA CORTE
I.D.H
El Caso Fernández Ortega y otros marca un precedente de gran importancia en la
jurisprudencia de la Corte IDH en materia de género vinculado con la prohibición de
tortura y por tanto, expresión clara sobre los alcances de la obligación general de
no discriminación aplicable también a este derecho.
En este caso, la Corte IDH confirma y desarrolla el criterio asentado en el Caso del
Penal Miguel Castro Castro, conforme el cual una violación sexual, bajo ciertas
circunstancias, constituye tortura:
[…] Esta Corte considera que una violación sexual puede constituir tortura aún
cuando consista en un solo hecho u ocurra fuera de instalaciones estatales, como
puede ser el domicilio de la víctima. Esto es así ya que los elementos objetivos y
subjetivos que califican un hecho como tortura no se refieren ni a la acumulación de
hechos ni al lugar…
JURISPRUDENCIA RELEVANTE DE LA CORTE
I.D.H
…donde el acto se realiza, sino a la intencionalidad, a la severidad del sufrimiento
y a la finalidad del acto, requisitos que en el presente caso se encuentran cumplidos
[…].
Si bien la Corte Interamericana tuvo una primera oportunidad de pronunciarse sobre
la calificación de la violación sexual de una mujer como tortura en el Caso Loayza
Tamayo, declinó hacerlo tras estimar que no había sido suficientemente acreditada la
violación sexual de la víctima.
Esta posición fue revertida en el Caso del Penal Miguel Castro Castro, donde la Corte
IDH dio un paso destacable, no sólo al afirmar que la violación sexual de una mujer
podía constituir tortura, sino al admitir también un concepto amplio de violación
sexual: […] Tomando en cuenta lo dispuesto en el artículo 2 de la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, este Tribunal concluye que los
actos de violencia sexual a que fue sometida una interna bajo supuesta “inspección”
[…] constituyeron una violación sexual que por sus efectos constituye tortura.
DERECHOS HUMANOS Y PRISIÓN
El derecho de las personas privadas de libertad a ser tratadas humanamente y con
el debido respeto a la dignidad inherente al ser humano es, a pesar de la sencillez
del concepto y su formulación, un derecho que tiene muchas y variadas implicaciones.
Quizás es también el derecho cuya alegada violación origina más denuncias.
Si bien la jurisprudencia sobre este derecho es extensa tanto en el sistema universal
como en el interamericano, las conclusiones de los órganos internacionales
competentes casi siempre se refieren a un conjunto de hechos, lo que dificulta en
cierta medida el análisis de los actos precisos con el fin de identificar aquellos que
con en 1992 el Comité de Derechos Humanos adoptó una nueva
Observación General sobre el artículo 10 del PIDCP, esta Observación resalta que el
derecho a un trato digno y humano no se limita a los presos, sino que se extiende a
toda persona privada de libertad “en virtud de las leyes y la autoridad del Estado”.
Menciona, en particular, hospitales, incluyendo hospitales psiquiátricos y campos de
detención instituyen violaciones de la normativa internacional.
DERECHOS HUMANOS Y PRISIÓN
Convención contra la Tortura
Como las personas privadas de la libertad están en una posición vulnerable, la
ausencia de tortura y maltrato es un principio guía detrás de los estándares sobre el
tratamiento de detenidos. Los detenidos están a veces sujetos a tortura y maltrato
para obligarlos a confesar y divulgar información. Por lo tanto, la prueba obtenida
de esa manera debe ser excluida y las denuncias de tortura deben ser investigadas
vigorosamente.
El artículo 5 (derecho a un trato humano) de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos contiene disposiciones que el fiscal debería tener en cuenta durante la
detención y la prisión preventiva. Las disposiciones relevantes leen:
1. ‘Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y
moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido
a la dignidad inherente al ser humano. 4. Los procesados deben estar separados de
los condenados, salvo en circunstancias excepcionales, y serán sometidos a un
tratamiento adecuado a su condición de personas no condenadas.’
DERECHOS HUMANOS Y PRISIÓN
-La Declaración Universal sobre Derechos Humanos, un instrumento fundacional del
derecho internacional de los derechos humanos, contiene varios principios sobre el
arresto y la prisión preventiva. Además, otros instrumentos fueron promulgados sobre
la prevención y el control del crimen que interpretan, especifican y aseguran la
protección de los derechos humanos.
-La prohibición de la tortura y maltrato fue establecida en casi todos los documentos
relevantes en relación con el arresto y la prisión preventiva. El fiscal juega un rol
clave asegurando el derecho a estar libre de tortura y maltrato. No solo debe el
fiscal excluir toda evidencia procurada por tortura, sino que también investigar
vigorosamente todas las alegaciones de tortura y perseguir a sus perpetradores.
-Por su puesto que la ‘presunción de inocencia’ es el punto inicial para los estándares
sobre prisión preventiva y debería, por lo tanto, ser tenida en cuenta cuando se trata
del tratamiento de detenidos.
DERECHOS HUMANOS Y PROCEDIMIENTOS
PRE JUDICIALES
En el nivel de Naciones Unidas hay varias disposiciones que garantiza los derechos
de una persona en los procedimientos previos al juicio.
La Declaración Universal de Derechos Humanos establece en el artículo 9:
‘Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.’
Luego continúa sobre los procedimientos pre- judiciales en el artículo 11:
‘Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que
se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no
fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá
pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.’
DOCUMENTOS DE RELEVANCIA
-El artículo 9 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos contiene
disposiciones similares y establece en los párrafos 1 y 2:
‘Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie
podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su
libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento
establecido en ésta.
Toda persona detenida será informada, en el momento de su detención, de las
razones de la misma, y notificada, sin demora, de la acusación formulada contra
ella.’
DOCUMENTOS DE RELEVANCIA
Más adelante requiere a los Estados que un juez o un funcionario autorizado por ley
ejerzan el poder judicial sobre la legalidad del arresto y que un tribunal lo haga
sobre la necesidad de la detención. Los párrafos 3, 4 y 5 del artículo 9 dicen:
‘Toda persona detenida o presa a causa de una infracción penal será llevada sin
demora ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones
judiciales, y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser
puesta en libertad. La prisión preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas
no debe ser la regla general, pero su libertad podrá estar subordinada a garantías
que aseguren la comparecencia del acusado en el acto del juicio, o en cualquier otro
momento de las diligencias procesales y, en su caso, para la ejecución del fallo.
Toda persona que sea privada de libertad en virtud de detención o prisión tendrá
derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad posible
sobre la legalidad de su prisión y ordene su libertad si la prisión fuera ilegal.
Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o presa, tendrá el derecho
efectivo a obtener reparación.’
DOCUMENTOS DE RELEVANCIA
La Convención Americana sobre Derechos Humanos contiene disposiciones sobre los
derechos de una persona durante la detención previa al juicio. Artículo 7:
1. ‘Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. 2. Nadie
puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones
fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las
leyes dictadas conforme a ellas. 5. Toda persona detenida o retenida debe ser
llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para
ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo
razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su
libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en el
juicio. 6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o
tribunal competente, a fin de que éste decida, sin demora, sobre la legalidad de su
arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales.
En los Estados Partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada
de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal
competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho
recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o
por otra persona.’
DERECHOS HUMANOS Y PROCEDIMIENTOS
JUDICIALES
Cuando se trata de derechos humanos y procedimientos judiciales la Declaración
Universal de Derechos Humanos estableció principios relevantes para el fiscal en los
artículos 10 y 11 de la Declaración. El artículo 10 establece:
‘Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída
públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier
acusación contra ella en materia penal.’
El artículo 11 inciso 1 luego establece:
‘Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que
se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.’
CONVENCIONES RELEVANTES
-1. ‘Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda
persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la
substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o
para la determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil.
-2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley.
3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada,
de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella;
b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su
defensa y a comunicarse con un defensor de su elección;
c) A ser juzgada sin dilaciones indebidas;
CONVENCIONES RELEVANTES
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida
por un defensor de su elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del derecho
que le asiste a tenerlo, y, siempre que el interés de la justicia lo exija, a que se le
nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de medios suficientes para
pagarlo;
e) A interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la
comparecencia de los testigos de descargo y que éstos sean interrogados en las
mismas condiciones que los testigos de cargo;
f) A ser asistida gratuitamente por un interprete, si no comprende o no habla el
idioma empleado en el tribunal;
g) A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable.
CONVENCIONES RELEVANTES
El artículo 8 (derecho a un juicio justo) de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos contiene varias importantes disposiciones para el fiscal considerando su rol
en procesos judiciales. El artículo 8 párr. 1 dice:
‘Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un
plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones
de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.’
El artículo 8 párr. 2 continúa con la ‘presunción de inocencia’ y mínimas garantías
para cada persona acusada de un delito penal. Es relevante para fiscales:
‘Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia
mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda
persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
CONVENCIONES RELEVANTES
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete,
si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación
de su defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un
defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el
Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se
defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la
ley;
CONVENCIONES RELEVANTES
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de
obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan
arrojar luz sobre los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
Todas esta disposiciones se conectan de forma directa con el Derecho al Debido
Proceso, considerado desde su faceta adjetiva y sustantiva. Pero además desde una
triple dimensión de acuerdo a la propia jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Plurinacional ha ideado, la triples dimensión del Debido Proceso en el Derecho
boliviano.
MUCHAS GRACIAS POR SU ATENCIÓN!