Principio de Imparcialidad
Principio de Imparcialidad
Principio de Imparcialidad
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Preliminar
En un Estado Constitucional de Derecho organizado bajo el esquema repu-
blicano, no es concebible que quien interviene como parte y con competencias
decisorias en un procedimiento administrativo, sea quien deba intervenir, en
sede judicial, en ocasión de revisar judicialmente los procedimientos y actos
dictados en ejercicio de la función administrativa. Si bien en ciertos casos pue-
de coincidir el órgano, no pueden ser las mismas personas físicas quienes ac-
túen consecutivamente en ambas funciones en la misma causa.
En los países que se organizan bajo el esquema de estricta separación de
poderes –como Francia, donde no conciben que el Poder Judicial deba contro-
lar los actos del Poder Ejecutivo, y sea un órgano dentro de este último el
encargado de “juzgar” sus actos–, aparecen perfectamente delimitadas las fun-
ciones activas y pasivas: las primeras, a cargo del órgano ejecutivo, y las se-
gundas, a cargo del Consejo de Estado, para evitar así que el mismo órgano sea
quien conozca y decida a la hora del control jurisdiccional.
Sin embargo, aún admitiendo que sea el mismo órgano institución quien
intervenga en ambos momentos, no es posible sostener que sean las mismas
personas físicas quienes revisen sus propios actos administrativos en instancia
jurisdiccional, bajo el riesgo de retroceder a finales del siglo XVIII cuando im-
peraba en Francia el sistema llamado del Ministro-Juez, donde las reclamacio-
1
El autor es Abogado y Escribano (UNNE), Doctor en Derecho (UNNE), Especialista en
Derecho Administrativo –UNNE– (Primer Promedio), Profesor JTP de Derecho Administrativo
I en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional del
Nordeste (UNNE) e Investigador Categorizado (IV).
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2
Conf. Weil, Prosper (1986), Derecho Administrativo, Civitas, Madrid, pág. 41.
3
Conf. Wade, H. W. R., Derecho Administrativo, traducción de la 2ª Edición inglesa, págs. 256
y ss., Instituto de Estudios Políticos, 1971, Madrid; ver igualmente en Wade, H. W. R. & Forsyth, C.
F. (2004), Administrative Law, 9ª edition, p. 450 y ss., Oxford University Press, London.
4
“Haber emitido opinión o dictamen o dado recomendaciones acerca del pleito, antes o
después de comenzado”.
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“Todo juez que se hallare comprendido en alguna de las causas de recusación menciona-
das en el artículo 17 deberá excusarse”.
EL PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD EN OCASIÓN DEL EJERCICIO DE FUNCIÓN... 311
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Que todavía perdura en las causas residuales que hubiesen sido promovidas hasta el año
2009 inclusive.
7
Por ejemplo, STJ Ctes., Interlocutorio N° 216 del 20-06-2007, en autos: “Galiana,
Roberto Antonio c/ Superior Tribunal de Justicia s/ Amparo”, Expte. N° 499/6, con cita de los
fallos de la SCBA, 1404/92, “Icazzati, Ana c/ Prov. de Bs.As. s/ Demanda contencioso adminis-
trativa”, BA B81569; y SCBA 29/12/92; “Alvarez, J. c/ Pcia. De Bs. As. s/ Dem. Contenc.
Adm.”, BA B82228.STJ Ctes.
También STJ Ctes., Resolución Nº 289 de fecha 22-04-2008, en autos: “Sindicato de
Trabajadores Judiciales s/Prepara Acción Judicial”, Expte. Nº STD 158/8; “Sindicato de Traba-
jadores Judiciales s/Prepara Acción Judicial”, Expte. Nº STD 223/8, Resolución Nº 427 de fecha
25-06-2009.
En esta última, no obstante, el Ministro Fernando Niz ha votado en disidencia por hacer
lugar a la recusación con causa deducida, advirtiendo que su voto importaba un cambio de criterio
respecto del sostenido hasta el momento en casos análogos, luego de haber reflexionado deteni-
damente sobre el tema y en el entendimiento que constituye una facultad de los jueces modificar
sus posiciones fundándolas debidamente, lo que hace con base en pronunciamientos de la Comi-
sión Interamericana de Derechos Humanos interpretando, según el art. 8.1 del Pacto de San José
de Costa Rica, que la imparcialidad supone un juez o tribunal sin opiniones preconcebidas o el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la consecuente doctrina que la Corte Suprema viene
delineando en aquellos procesos penales en los que el tribunal de juicio se halle integrado por
magistrados que hayan intervenido anteriormente, de cualquier modo, en otra instancia de la
causa (Fallos 328:1491; 329:3034; entre otros).
Luego agregó el Sr. Ministro Fernando Niz en el Considerando III de su Voto disidente que:
“En esa línea de pensamiento y, advirtiendo que en esta instancia el Superior Tribunal deberá
``revisar’’ la decisión adoptada por el mismo, con idéntica composición y en ejercicio de sus
funciones administrativas, es dable concluir que, asiste razón a la actora cuando recusa a sus
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miembros manifestando que la única manera de asegurar a su parte aquella garantía constitu-
cional es la integración del órgano con otros jueces. En primer lugar, es necesario aclarar que
la exigencia de imparcialidad y, por ende, la facultad de apartar a los jueces sospechados de
parcialidad, no puede (ni debe) confundirse con una agresión a su honorabilidad u honestidad
porque el temor de imparcialidad es un vicio objetivo del procedimiento y no una mala cualidad
subjetiva o personal del juez. Los jueces no somos imparciales por el solo hecho de ser indepen-
dientes de los otros Poderes del Estado sino que es preciso vincular la relación con el caso
concreto que nos toca juzgar; no requiriéndose prueba de la parcialidad sino que es suficiente
la existencia de razones o motivos que justifiquen la desconfianza sobre la imparcialidad del
juez, es decir, que sean suficientemente idóneas para insinuar esa conclusión. Y, en el caso
concreto, el hecho que el Tribunal que adopto decisión en ejercicio de sus funciones administra-
tivas haya estado integrado en esa oportunidad por los mismos jueces que deben fallar en esta
instancia sobre la legitimidad de aquella decisión, reviste idoneidad para alimentar la descon-
fianza expresada por la actora sin llegar, a criterio del suscripto, a configurar la expresión de
la misma un demerito para quienes hemos sido recusados”.
8
En dicho precedente, recaído en autos: “Priebke, Erich s/Solicitud de Extradición –causa
16.063/94– s/ su pedido de nulidad”, contra la sentencia de la Corte Suprema el recurrente
promovió “incidente de nulidad para que sea analizado mediante una reposición” y recusa a los
señores jueces que suscribieron el voto en mayoría del fallo que impugna.
9
Criterio reiterado en Sentencia del 20-07-2007, en la causa M. 747. XLIII. Originario
Municipalidad de San Luis c/ San Luis, Provincia de s/ acción declarativa de certeza.
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En rigor, es el Estado el legitimado pasivamente, pero por actos imputables al órgano
Poder Judicial.
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Lo expuesto es aplicable incluso en casos donde exista un fuero contencioso administra-
tivo compuesto por jueces unipersonales o tribunales colegiados, en la medida en que le competa
intervenir en instancia de apelación ordinaria o extraordinaria al Superior Tribunal de Justicia.
12
Así, por ejemplo, el Tribunal Superior de Córdoba se encuentra dividido en Salas, por lo
que no coinciden las personas físicas llamadas a actuar en la faz administrativa o de
superintendencia con las instituidas para actuar en la esfera jurisdiccional.
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13
Dictámenes 93:264, citados por Gordillo, Agustín (Director) (2003), Procedimiento
Administrativo. Decreto Ley 19549/1972 y Normas Reglamentarias – Ley de Procedimientos
Administrativos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Comentados y Concordados, LexisNexis
- Depalma, Buenos Aires, pág. 79.
14
Hutchinson, Tomás, “De la irrevisibilidad a la revisibilidad jurisdiccional de la función
administrativa del Poder Judicial”, LL, Sup. Adm. 2010 (agosto), 63 (El destacado me pertene-
ce). Cita no obstante en la Nota 36 que el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de
Formosa, 7/3/2002, “Roda, Felipe Abel c. Superior Tribunal de Justicia y otro” , LL Litoral
2002, 1192, ha aceptado la revisibilidad, pero por mayoría dispuso que “Es improcedente la
recusación por prejuzgamiento de un miembro del Superior Tribunal de Justicia de la provincia
de Formosa, con fundamento en que suscribió los actos administrativos cuestionados —en el
caso, relativos a la situación de un agente judicial— pues el ejercicio de los poderes de
superintendencia que inviste no puede dar lugar al apartamiento de los jueces individualmente
considerados”, lo que parece inconveniente por lo analizado en el texto.
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Causa L. 486. XXXVI. - «Llerena, Horacio Luis s/ abuso de armas y lesiones -
arts. 104 y 89 del Código Penal -causa N° 3221-» - CSJN - 17/05/2005, Fallos 328:1491,
y más recientemente en la causa: “D. 81. XLI. – “Dieser, María Graciela y Fraticelli,
Carlos Andrés s/ homicidio calificado por el vínculo y por alevosía -causa N° 120/02-”,
CSJN, 08/08/2006, Fallos 329:3034.
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La Ley 1999-B, 738.
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CSJN, Sentencia del 04-09-2007, Fallos 330:3793, causa M. 132. XLII. Montes, María
Dolores y Ferrara, Laura B. c/ Estado Pcial. de San Luis y Sup. Gob. de la Pcia. de San Luis -dem.
contencioso administrativa”, Dictamen de la Procuradora General al que adhiere la Corte.
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CSJN, «Charpin, Osvaldo José René c/ EN –Poder judicial de la Nación, CSJN- s/
empleo público» REX S.C. C. 3378, L. XXXVIII fallada el 08-04-2008, Fallos 331:536.
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Buteler, Alfonso, “La revisión judicial de los actos administrativos dictados por la Corte
Suprema”, DJ 2008-II, 6839. Refiere el autor que “a partir del caso «Mai de Alegre» (Fallos,
317:1539, 17/11/1994) de 1994 la Corte revierte esa posición negatoria, admitiendo la revisión de
las decisiones administrativas dictadas por las autoridades jurisdiccionales locales. En ese caso,
revocó la sentencia que había rechazado la acción contencioso—administrativa dirigida a obtener
la declaración de nulidad de unas resoluciones dictadas por el Superior Tribunal de la Provincia
de Chaco por medio de las cuales se le aplicó una medida disciplinaria a la actora. Esa nueva
directriz jurisprudencial, se consolidará luego en «Merchán» (14/03/1995, «Merchán, María Inés
c/ Prov. de Buenos Aires (Poder Judicial)», Expte. M. 473. XXVI) en donde el Máximo tribunal —
luego de reiterar la doctrina de «Persoglia» (Fallos, 311:260, 10/03/1988) y «Aranzazu» (Fallos,
317:683 (Sumario), 23/06/1994) para actos administrativos emanados del Poder Legislativo—
dejó sin efecto la sentencia de la Corte Suprema de Buenos Aires que al rechazar in limine la
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Tribunal del Chaco como violatoria del principio de imparcialidad del juzgador
en materia de enjuiciamiento de magistrados, donde uno de sus miembros cum-
pliera sucesivamente funciones constitucionalmente incompatibles, al integrar
el Jurado de Enjuiciamiento, órgano que, en el caso, mandara instruir el sumario
previo y resolviera encomendar al procurador general que promueva la acusa-
ción contra el investigado; y después, ese mismo juez participara como miem-
bro del jurado, juzgando la responsabilidad política del juez por esos mismos
hechos y decidiera su destitución.
Para así resolver, estimó que
frente a la naturaleza y raigambre del planteo señalado, así como de
su patente influencia sobre el resultado final del proceso en los térmi-
nos de lo decidido por esta Corte en los precedentes de Fallos:
316:1710 y 324:1211, y su cita, su desestimación por parte del supe-
rior tribunal con la afirmación de que constituía una mera reedición
de cuestiones introducidas con anterioridad y de que el desarrollo
«...luce vacuo e inconsistente...» no sostiene constitucionalmente el
pronunciamiento, pues da una respuesta meramente dogmática y
formularia, desprovista de todo desarrollo argumentativo racional.
Conclusión
El principio de justicia natural o de imparcialidad del juzgador, según el cual
“no podrán intervenir en un mismo asunto, ejercitando función adminis-
trativa, legislativa o judicial, quienes antes hubiesen ejercido otra de ellas
en el mismo asunto”, rige en la multiplicidad de supuestos, y constituye un
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Gutiérrez Colantuono, Pablo Ángel; Justo, Juan Bautista (col.) (2009), Administración
Pública, Juridicidad y Derechos Humanos, Abeledo Perrot, Buenos Aires, pág. 124-125.