Ensayo Dimensiones Del Voluntariado

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EL VOLUNTARIADO DESDE UNA PERSPECTIVA HOLÍSTICA

El propósito de este texto es analizar la importancia de que se tenga en cuenta el voluntariado


desde la teoría y la práctica para la generación de una perspectiva integral. Esto, con base en
las partes que deben ir articuladas en el marco de la acción solidaria, en la que se involucran
los siguientes aspectos: social, político, cultural, comunitario y ambiental.
En primer lugar, es importante observar cómo se ve el voluntariado actualmente,
desde los actores involucrados en el mismo. Usualmente, esto se visibiliza a partir de la
realización de una radiografía o escaneo social, ya sea, desde indagar las dinámicas de la
fragmentación social a partir de la insatisfacción de necesidades en todos los sectores
involucrados, así como la marginalización de estos grupos. Estos cambios y acciones que se
realizan para mitigar esta fragmentación representan los pactos sociales que se han realizado
a partir de las utopías de la realidad.
No obstante, esto se puede analizar desde el contrato social, término que ha tenido
discrepancias y discusiones filosóficas; desde Rosseau, Locke y Hobbes. El cual, aunque sean
perspectivas muy distintas el punto en común entre los tres, es que se entiende como un
acuerdo que se realiza de forma intrínseca para la convivencia en comunidad de los seres
humanos, teniendo en cuenta la socialización en esa convivencia como un rasgo innato y
esencial en la naturaleza. Otro punto, es el reconocimiento de los derechos individuales y
colectivos, aunque la discusión se enmarque en quien establece estos según las monarquías o
si el poder lo ejerce el pueblo.
A partir de estos pactos, se crean políticas sociales en las que se involucra la
solidaridad y con esto se desglosan aspectos pragmáticos como el voluntariado. Es en este
aspecto, en el que se mencionan las dimensiones y la importancia de tenerlas presentes en la
práctica de voluntariado para no incurrir en asistencialismos e instrumentalización para el
neoliberalismo.
Págola, J. (2001) menciona que es importante que en estos ejercicios se realice una
revisión constante en la que “debemos pararnos a pensar, descubrir y denunciar los nuevos
focos de desigualdad, examinar los objetivos de nuestras acciones, adecuar nuestro hacer a la
persona y/o grupos y dejarnos interpelar por la realidad cotidiana. Se han de poner los cauces
para que el compromiso voluntario sea constantemente analizado y expresado”.
Por otro lado, Fernández, J. (2002) plantea un modelo sobre las características del
voluntariado. Este surge desde la filantropía, la autoayuda y el profesionalismo, que se
acompaña desde un paralelo entre la gratuidad y la remuneración, así como desde algo
corporativo o algo solidario, algo organizado o puntual y un aspecto político o partidario.
Lo que plantean los dos autores es importante tenerlo en cuenta, ya que en estos
ejercicios se debe manejar una coherencia, de esta forma no se desvía el propósito mismo de
las acciones voluntarias que se ejercen o realizan en las comunidades, y tampoco se incurre
en un sesgo sobre estas. Con base en esto, surge la pregunta de cómo se puede llevar a cabo
esto de una manera integral.
Al hablar del voluntariado desde una visión holística, es importante reconocer la
relevancia de cada una de las dimensiones que involucran tanto al individuo como al
contexto:
Desde la dimensión ética se menciona este concepto como una guía base que rige los
comportamientos dentro de la sociedad, con base en la igualdad, justicia y solidaridad. Lo
que contribuye en la construcción del tejido social en las comunidades. Si no se tiene en
cuenta la ética y las malas acciones o sí solo se piensa a partir del bienestar egoísta e
individualista se puede generar una acción con daño.
Otro tema importante para abordar en la ética, es cuando los procesos de voluntariado
se encuentran permeados de corrupción, en que se instrumentaliza la comunidad y se re
vulneran los derechos.
Desde la dimensión ambiental, es importante asumir el papel que cumple el entorno,
el reconocimiento del territorio como un sujeto, la importancia de tenerlo en cuenta y
protegerlo como tal. También, es importante generar acciones y buscar estrategias de cuidado
desde una visión sostenible y sustentable.
No obstante, el aspecto cultural cumple una función importante y muchas veces no es
reconocido o no se le brinda la relevancia que requiere desde los enfoques diferenciales -
étnicos, ya que el voluntariado construye vínculos en la comunidad. El tener en cuenta las
costumbres, las lenguas, la religión, entre otros aspectos, permite que desde el voluntariado se
realice una acción positiva y transformar las realidades, así como permite un mayor
reconocimiento social de las culturas, de esta forma mitigar brechas y barreras que se tienen
debido a las dinámicas sociales, así como fomenta el cuidado por la preservación del
patrimonio y la historia.
Una dimensión que usualmente genera discusiones es la económica, en la que se tiene
en cuenta la gestión y manejo de los recursos para acciones solidarias, sin que esta se tome
como un instrumento del neoliberalismo.
De manera que esta se relacona con otro aspecto importante al involucrar la parte
política desde la participación en estos procesos, el deseo de querer ayudar desde una
perspectiva crítica, en el que no se supla el papel del Estado, sino que sea un complemento.
A continuación, se nuestra cada una de las partes y su relevancia en llenar el embudo
que sería la sociedad en los ejercicios de voluntariado:
Fuente: elaboración propia

Conclusiones:
Esto permite analizar los retos y desafíos que tienen las acciones solidarias, desde el
reconocimiento como derecho, así como las discusiones y los pactos sociales que se han
realizado para la convivencia, lo que permite comprender cada una de las partes que
intervienen, de cómo estas funcionan como si fueran engranajes para que las acciones se
realicen de una manera integral. No se debería omitir ninguna para que estos ejercicios
funcionen efectivamente.
De igual forma, al tener una visión crítica ante los procesos solidarios y de
participación ciudadana se promueve la legitimación social y de la comunidad, para la
corresponsabilidad y complementariedad entre los actores sociales y las dimensiones, en la
que se tiene en cuenta una visión holística del voluntariado como un agente nivelador de
desigualdades sociales, vistas desde las necesidades y no desde el consumo, teniendo una
visión competitiva y racional-económica, así como una reciprocidad y un enriquecimiento
colectivo y comunitario en pro de la organización y cooperación, que contribuye al
crecimiento, a la redefinición del derecho a la solidaridad como principio para la acción
voluntaria y la arquitectura social.

Referencias:
Fernandez, J (2002). La categoría social del voluntariado y su realidad en España. Revista
Internacional de Sociología.
Págola, J (2001). La formación del voluntariado.

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