Fisiología - Sistema Tegumentario
Fisiología - Sistema Tegumentario
Fisiología - Sistema Tegumentario
GRUPO 5
2021-2022
Definición.
El sistema tegumentario está formado por la piel y sus anexos. La piel o tegumento es el
órgano que constituye el límite del cuerpo; tapiza su superficie exterior y es la primera barrera
protectora del organismo. La piel es un claro ejemplo de cómo colaboran entre sí distintos
tejidos para dotar a un órgano de funciones que, de otra forma, no sería posible cumplir, para
realizar sus funciones especializadas, la piel tiene requerimientos básicos que han de ser
cumplidos por los distintos tejidos:
Impermeable
resistencia
mecánica irrigación sanguínea
transmitir información
La piel está constituida por tres capas: un
epitelio, la epidermis, que es el tejido
especializado característico de este órgano y su
parte más externa; un tejido conjuntivo,
la dermis, por debajo del anterior; y
la hipodermis, su capa más profunda.
Epidermis.
La epidermis es el tejido del organismo más expuesto a las agresiones; debe estar
necesariamente adaptado para la renovación y la reparación. La epidermis es un epitelio
pluriestratificado, cuyas células reciben el nombre de queratinocitos, pues están
especializadas en la producción de queratinas, proteínas de los filamentos intermedios.
Ilustración 1.
Capas de la piel
Renovación de la epidermis.
La epidermis se renueva continuamente. Las células basales son las únicas que se
reproducen. Algunas células hijas permanecen en la capa basal, mientras que otras pasan
al estrato espinoso. Luego ascienden al estrato granuloso, donde comienzan a degradarse
convirtiéndose en escamas. Ya en el estrato córneo, las escamas se desprenden de la
superficie de la piel.
Todo el proceso de diferenciación de los queratinocitos dura alrededor de un mes. Las
células de la capa basal permiten la autorrenovación, pues reúnen las características de
una célula madre (“stem cell”): no se diferencian, se dividen sin límite y cada célula hija puede
permanecer como célula madre o emprender un trayecto de diferenciación. Una de las
condiciones para que una célula basal perdure como célula madre es que no pierda el
contacto con la membrana basal. Las células que conservan este estado son las que poseen
niveles elevados de un tipo de integrina, proteína que participa en uniones con la MEC.
Dermis.
La dermis es el tejido conectivo de la piel. Es un tejido laxo en su parte más superficial
y denso no modelado o irregular, en su parte más profunda. Las fibras colágenas y
elásticas de la dermis hacen a la piel resistente y deformable, al mismo tiempo. La dermis
forma elevaciones llamadas papilas que se proyectan hacia la epidermis. En algunas partes
del cuerpo, como las palmas de las manos y las plantas de los pies, la epidermis acompaña
los pliegues de la dermis, formando surcos y elevaciones: son las huellas que se utilizan para
identificar a las personas. La dermis recibe abundante irrigación sanguínea; como los
epitelios son tejidos no vascularizados, los nutrientes y desechos que deben llegar a la
epidermis o que deben abandonarla, difunden a través de
la matriz amorfa de la dermis. El diámetro de los vasos
sanguíneos de la piel es controlado por el sistema
nervioso autónomo. La vasodilatación (aumento del
diámetro del vaso) y la vasoconstricción (disminución del
diámetro) se utilizan para aumentar o disminuir el flujo
sanguíneo de la piel.
Ilustración 3. Segunda capa de la piel
Hipodermis
También llamada panículo adiposo o tejido celular subcutáneo, la hipodermis es la capa más
profunda de la piel. Está formada por tejido adiposo, especializado en la reserva de grasas.
El grosor de la hipodermis varía según las zonas del cuerpo y el estado nutricional del
individuo. La grasa de la hipodermis es la reserva energética a largo plazo. La capa de grasa
subcutánea actúa como aislante térmico, ayudando a conservar el calor corporal.
Glándulas
En la piel hay tres tipos de glándulas que se desarrollan a partir de la epidermis: las sebáceas,
las sudoríparas y las mamarias. Las glándulas, de naturaleza epitelial, se desarrollan como
invaginaciones de la epidermis. Su cuerpo queda ubicado en el espesor de la dermis, pero
se mantienen conectadas con la superficie corporal a través de sus conductos.
Las glándulas sebáceas secretan sebo, una materia grasa cuya misión es impermeabilizar y
lubricar la piel y los pelos. Además, los ácidos grasos presentes en el sebo impiden el
crecimiento de algunos microbios. Las sebáceas pertenecen al tipo de glándulas
denominadas holocrinas (holo: total, crino: secreción) aquéllas que pierden la totalidad del
contenido celular cuando liberan su secreción. Sus conductos desembocan en el folículo
piloso.
Las glándulas sudoríparas secretan sudor, que se libera por los poros de la piel. Como el
sudor contiene desechos, pero también sustancias que cumplen un papel de defensa contra
los microbios, pueden decirse que es al mismo tiempo una excreción y una secreción.
Además, tiene una función refrigerante.
Los pigmentos responsables del color del pelo son las melaninas, que son producidas por
unas células especializadas llamadas melanocitos.
El pelo: se aloja en una dependencia de la piel llamada folículo piloso, y se divide en dos
partes: raíz y tallo.
Raíz: En la raíz se produce una gran actividad metabólica y mitótica. La raíz termina
en un bulbo en cuyo hueco central se alberga la papila dérmica que es la que alimenta
el pelo. Cuando la circulación sanguínea es activa el crecimiento del pelo es rápido,
siendo lento en el caso contrario.
Tallo: Es la parte principal del pelo y está formado por tres partes concéntricas:
cutícula, córtex y médula. El diámetro del tallo es de 70 a 100 micras, y la carga de
ruptura del cabello es de aproximadamente de 40 a 60 gramos.
Cutícula: Ocupa el 9% de la superficie total del cabello y es una capa protectora
resistente a las fuerzas de orden físico
y químico que podrían dañar con
rapidez las fibras del cabello al
emerger de la piel. Su integridad
proporciona brillo al cabello y facilidad
de deslizamiento cuando se cepilla.
Córtex: Constituye la capa media del
tallo piloso, ocupa un 70% de la
superficie total del cabello, y es el
responsable de las propiedades
mecánicas del cabello.
Médula: Representa el 21% de la
superficie del cabello. Se encuentra
ubicada en la parte central y está
compuesta por células córneas
redondeadas, sin núcleo y poco pigmentadas.
En la piel encontramos miles de receptores que detectan todos los estímulos provenientes
del medio externo, que están distribuidos de forma variada, donde podemos encontrar
grandes concentraciones de receptores sensitivos como es en la palma de las manos y
plantas de los pies, lengua, genitales externos, a lugares con pocos receptores como la cara
interna de los brazos por carecer de vellos, así como las extremidades inferiores. La piel
detecta toda una serie de estímulos que son tacto, presión, vibración, calor, frío, dolor, cada
estímulo es detectado por un receptor específico o hay receptores más sensibles a ciertos
estímulos generalmente sólo a uno o pueden ser dos. Reciben nombres dependiendo el
estímulo que perciben las terminaciones nerviosas libres detecta dolor o también son
conocidas como nociceptores, entre otros.
Corpúsculos receptores
Corpúsculo de Paccini: Responden a la vibración rápida y presión
mecánica profunda.
Corpúsculo de Krause: Localizado a nivel profundo, es el encargado de
registrar el frio. La sensibilidad es variable. La sensibilidad es variable
según la región de la piel que se considere.
Corpúsculo de Ruffini: Es un termorreceptor y su función es percibir el
calor.
Corpúsculo de Merkel: Son mecanorreceptores que se encuentran en la
piel y la mucosa.
Corpúsculo de Meissner: Responsables de la sensibilidad para el tacto
suave, tienen el umbral de sensibilidad más bajo, son capaces de captar
vibraciones menores de 50Hz.
Corpúsculo de Golgi: Son los encargados de la propiocepción.
Terminaciones libres: Son las encargadas de recoger los estímulos
dolorosos.
Bibliografía
A.L. Kierszenbaum. Histology and Cell Biology. St.Louis: Mosby, Elsevier, 2nd Edition,
2006.
M.H. Ross et al. Histology: A text and atlas. Baltimore, Williams and Wilkins, 4th Edition,
2003.
Tortora, G., & Derrickson, B. (2013). Principio de Anatomía y Fisiología (13° ed.). Editorial
Médica Panamericana.
Wecker, J., Lenz, D., & Marques Soares, M. (19 de Diciembre de 2019). Sistema tegumentario.
Obtenido de https://www.auladeanatomia.com/novosite/es/sistemas/sistema-tegumentar/