SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, Ángel Peña, 2013
SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, Ángel Peña, 2013
SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, Ángel Peña, 2013
LIMA – PERÚ
1
SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, MISIONERO POPULAR
Nihil Obstat
Padre Ricardo Rebolleda
Vicario Provincial del Perú
Agustino Recoleto
Imprimatur
Mons. José Carmelo Martínez
Obispo de Cajamarca (Perú)
LIMA – PERÚ
2
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN
Ambiente social.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
3
INTRODUCCIÓN
4
ANOTACIONES
Al citar Tannoia, nos referimos al libro escrito por el padre Antonio María
Tannoia, que conoció a san Alfonso durante 40 años y es su primer y mejor
biógrafo. Su libro se titula Della vita ed Istituto del Ven. Servo di Dio Alfonso M.
de Liguori, Napoli, 1798. Tiene cuatro libros y lo citaremos como Tannoia,
seguido del número del libro y la página.
5
AMBIENTE SOCIAL
6
algunas lacras sociales. Entre ellas estaba la blasfemia contra Dios y contra la
Virgen; las supersticiones y artes mágicas; las infidelidades conyugales; la
prostitución, el odio entre personas o familias, el duelo y otros vicios. Pero
también había grandes santos.
Entre sus santos podemos citar a varios que san Alfonso conoció
personalmente como Gerardo Mayela (redentorista), Francisco de San Jerónimo,
Juan José de la Cruz y Francisco Javier Bianchi. De otros conoció muy de cerca
su vida y acciones como de san Leonardo de Puerto Mauricio, Pablo de la Cruz,
beato de Baldinucci…
Podemos decir que era una sociedad en que vivían santos y pecadores,
pero en la que casi no se conocían los pecados del aborto y del suicidio; y donde
había un ambiente creyente y cristiano generalizado. Este fue el mundo en que le
tocó vivir a nuestro santo, con sus lacras y vicios, pero también con sus santos y
virtudes.
PRIMERA PARTE
SU VIDA
SU FAMILIA
7
complimentar a la familia por el nacimiento de Alfonso, hizo una profecía
después de bendecir al niño: Este niño llegará a viejo, muy viejo: no morirá
antes de los noventa años. Será obispo y realizará grandes obras por Jesucristo 1.
Sus padres tuvieron ocho hijos: cuatro hombres y cuatro mujeres. Además
de Alfonso, el primogénito, Antonio (1698), que le seguía en edad; entró a los 14
años en la Orden benedictina y llegó a ser maestro de novicios. Murió santamente
a los 40 años de edad el 3 de agosto de 1739.
SUS PADRES
Don José de Liguori (Ligorio) era cadete de las galeras reales y orgulloso
de su hijo varón en quien iban a recaer todos los títulos de nobleza, herencia y
distinción de la familia. Era un hombre ejemplar y buen cristiano, que
frecuentaba la iglesia y los sacramentos. Desde 1708 fue comandante a bordo. Su
cabina parecía la celda de un monje. Tenía cuatro estatuas de Cristo en su pasión,
de unos cincuenta centímetros, en madera pintada: Jesús agonizante, Jesús
flagelado, el Ecce homo coronado de espinas y Jesús llevando la cruz 2. Dirá en
su ancianidad: Esta devoción a Cristo paciente me ha valido muchas y grandes
gracias. Ella me libró de las manos de los turcos 3.
8
cristianas de Italia. Los barcos de Nápoles, con don José de Ligorio a la cabeza
estaban al acecho, unidos a los barcos del Papa, de Génova, de Malta y de
España. Y consiguieron la gran victoria naval de Imbro sobre la media luna. El
Papa Clemente XI quiso recordar esta victoria, extendiendo la fiesta del
Santísimo Rosario a toda la Iglesia. Don José de Ligorio demostró su valentía de
marino y de cristiano en esta gran batalla del 1 de julio de 1717.
Cuidó a Alfonso desde niño con singular esmero por ser el heredero de sus
títulos de nobleza y herencia. Para que no se contaminara con otros colegiales de
malas costumbres, consiguió para él un preceptor dentro de casa. Era el docto y
buen sacerdote calabrés don Domingo Bonaccia, quien, además de enseñarle las
buenas costumbres, le enseñó matemáticas e historia, ciencias físicas y
astronómicas; y otros cursos de lengua francesa y española, sin descontar latín,
griego e italiano. Aparte recibió lecciones de dibujo, pintura, música y canto; y
más tarde de esgrima y arte militar, imprescindibles en los jóvenes de alta
alcurnia.
Su padre era bueno, pero severo hasta llegar en algunas ocasiones a cerrar
con llave al alumno y al profesor para que no acortaran el tiempo de clase.
Alfonso, entre otras cosas, aprendió a tocar muy bien el clavicordio. En los años
de su ancianidad exclamará: ¡Qué loco he sido, perdiendo tanto tiempo ante el
teclado! Pero había que obedecer a la voluntad perentoria de mi padre. No
crean que sea enemigo de la música: me agrada y, cuando era seglar, me di a
ella por entero. ¡Más me valiera que me hubiese aplicado a amar a Dios! 4.
9
sus obligaciones, doña Ana tomó con toda solicitud su tarea… Cada mañana la
santa dama bendecía a sus hijos y hacía que ofrecieran a Dios los debidos
obsequios. Cada tarde los juntaba en torno suyo para enseñarles los rudimentos
cristianos; recitaba con ellos el rosario y otras preces en honor de los santos.
Velaba para que no frecuentaran a los de su misma edad y para que la gracia
los previniera contra la malicia y para que sus hijos se acostumbraran a odiar el
pecado. Cada ocho días los llevaba a la iglesia de los padres Girolamini a
confesarse con el padre Tomás Pagano, confesor y pariente suyo 7.
7
Ib. pp. 4-5.
8
Ib. p. 7.
9
Proceso ordinario de Santa Águeda III, fol 1200.
10
Tannoia I, p. 5.
11
Proceso ordinario de Santa Águeda III, p. 1039.
10
Cuando todavía no tenía doce años, ya tocaba el clavecín, como un
maestro. Los padres Girolamini hicieron que varios jóvenes caballeros
representaran la opera de San Alejo, un drama musical de Bernardo Pasquini,
en el que participaba Alfonso. Éste debía representar el papel del diablo,
tocando el clavecín. Lo hizo con tal maestría que todos los espectadores
quedaron asombrados 12.
DOCTOR EN DERECHO
A los doce años comenzó Alfonso los estudios oficiales, lo que ahora
llamamos universidad. El 25 de octubre de 1708, al mes de cumplir los doce
años, se incorporó al año primero de Leyes, dedicado a las Instituciones de
Justiniano. Así comenzaba sus estudios de abogado del reino, que duraban cinco
años. Como era de esperar en un alumno aplicado e inteligente, superó los cinco
años de estudios con nota de sobresaliente. Sin embargo, para presentarse al
título de doctor en Leyes tuvo que pedir dispensa de edad. La dispensa se la
otorgó el virrey el 10 de enero de 1713; y la otorgaba a nombre del archiduque
Carlos, rey de las Españas y emperador de los Romanos.
12
Tannoia I, p. 8.
11
o sea, de la unión de vuestro cuerpo y alma. Pública y privadamente hasta el
último aliento de mi vida, esto enseñaré y con la ayuda de Dios y en cuanto yo
pueda procuraré que los demás enseñen y defiendan. Así lo testifico, así lo
prometo, así lo juro y que así Dios me ayude y sus santos Evangelios 13.
Pero nunca asistía a defender una causa como abogado sin asistir antes a
misa; y tenía como norma suprema no aceptar causas que considerara injustas.
PERSONALIDAD DE ALFONSO
El padre Tannoia, que lo trató durante 40 años, nos dejó de él este retrato:
Alfonso era de talla mediana, de cabeza un tanto grande, la tez rojiza, frente
espaciosa, mirada atractiva y ojos azul claro. La nariz aguileña, la boca pequeña,
graciosa y sonriente. Sus cabellos eran negros y su barba espesa. Él se la cortaba
con tijera. Como era miope usaba anteojos, pero se los quitaba para predicar o
para hablar con las mujeres. Tenía una voz sonora y clara. Por grande que fuera
la iglesia nunca le faltó la voz y así la conservó hasta su extrema vejez. Tenía un
aire imponente, unas maneras serias, pero mezcladas de jovialidad 16.
13
Tellería I, p. 40.
14
Tannoia I, p. 16.
15
Proceso ordinario de Nocera, fol 1076.
16
Tannoia III, pp. 200-201.
12
Tenía un temperamento vivaz, sanguíneo y colérico, al mismo tiempo que
era propenso a la compasión y bondad de corazón. Una vez que tomaba una
determinación, se mantenía firme e inconmovible como una roca en medio de las
olas. Pero jamás tomó una resolución sin madurez de examen y sin antes
consultar la voluntad del cielo, sujetándose humildemente al parecer de sus
sabios directores 17.
VIDA ESPIRITUAL
Su padre lo llevaba todos los años, desde los 18, a hacer ejercicios
espirituales, o con los jesuitas en la Cornocchia o en la casa de los padres paúles.
En 1714 fue con los jesuitas a la Cornocchia y ahí comenzó a pensar ya en la
posibilidad de entregar su vida al servicio de Dios como seglar. Teniendo ya 19
17
Mermet, pp. 176-177.
18
Proceso ordinario de Santa Águeda; Tannoia, Sum N° 3, p. 13.
13
años, pasó del Oratorio para jóvenes de la parroquia al de Nuestra Señora de la
Visitación, que estaba reservado para jóvenes doctores. Muchos días estos
caballeros doctores iban al hospital de Santa María del Popolo o de los incurables
de Nápoles a hacer actos de caridad con los enfermos. Este hospital tenía
entonces más de 600 mujeres y 500 hombres. Era una de las instituciones
hospitalarias más grandes y mejor organizadas de Europa.
Los jóvenes doctores, con sus cuotas, sostenían 48 camas. Los domingos,
que eran los días que hacían las visitas, daban de comer a 310 enfermos comunes
y a 60 tiñosos, haciéndoles las camas y mudándoles de ropa, sin rehuir otros
servicios por repugnantes que fueran.
14
dama casada. Murió la dama casi de repente y el joven fue a hacer ejercicios en
la casa de los paúles. El primer día, a la hora de la cena, estaba ausente. Fueron a
llamarlo y lo encontraron desvanecido en su habitación, llena de humo. Vieron
que la imagen de Jesús crucificado que allí había, tenía la impronta de dos
manos. Vuelto en sí declaró que se le había aparecido la dama difunta, diciéndole
que estaba en el infierno y que ella había dejado la huella de sus manos en aquel
cuadro de Jesús crucificado. El padre Cuttica les mostró ese cuadro con las
manos impresas en la tela. Este cuadro se conserva, mide poco más de medio
metro de alto por unos treinta centímetros de ancho. Los dedos han perforado el
papel y el tejido; y han dejado estilizada la huella dactilar con los rebordes
todavía ennegrecidos. El Superior de los paúles, padre Scaramelli, autenticó el
hecho con el sello de su Instituto el 4 de noviembre de 1712.
Quizás algunos pueden dudar del suceso en sí, pero lo cierto es que este
hecho fue tan impactante en la sociedad de entonces, en Nápoles, que hasta el rey
enviaba a sus hijos para que vieran el cuadro y meditaran a su vista. De hecho
impactó también en el corazón ya preparado de Alfonso y se decidió a vivir una
vida en celibato por amor a Jesucristo, aunque viviera en el mundo, cumpliendo
sus obligaciones sociales.
Era tanta su piedad que públicamente era notorio el cambio. Así lo declaró
el padre Mazzini: Iba yo con dos compañeros sacerdotes, cuando vimos por
primera vez a Alfonso mientras se hallaba en la iglesia de los Girolamini. La
vista de aquel joven pulcramente vestido, de aspecto bello y serio continente,
modesto y afable, en quien se revelaba una persona de no vulgar alcurnia y que
oraba con tal devoción y fervor, arrodillado y absorto en Dios, nos causó a los
tres edificación extraordinaria, aumentada en lo sucesivo al encontrarle todos
los días en las iglesias donde se celebraban las Cuarenta Horas. Hecha por
nuestra parte la visita, lo dejábamos allí y comentábamos luego la ejemplaridad
de su conducta. Yo pensaba en mi interior cómo debía avergonzarme el que un
seglar aventajara en devoción a un eclesiástico, y sentíamos la comezón de
averiguar quién era dicho joven y de anudar con él lazos de amistad 19.
19
Proceso ordinario de Nocera I, fol 301.
15
ENTREGA TOTAL
Por fin, Dios le preparó la ocasión propicia. Tenía que defender Alfonso
un juicio en el que se ventilaban 600.000 ducados. Estaba seguro de ganar el
juicio y con ello mucho dinero. Se trataba del feudo de Amatrice, perteneciente al
finalizar el siglo XVIII a la familia Orsini y que, al morir el príncipe Alejandro
Orsini en 1692, sin herederos, había pasado a la Corona; y por ello fue vendido a
los duques de Toscana. Felipe Orsini reclamó en 1719 a la Corona y le entabló un
juicio, porque le había desposeído injustamente a su padre de los derechos del
feudo. Alfonso fue escogido para defender estos derechos. Creía tener los
argumentos suficientes para la victoria y el día de la defensa todos parecían
aprobar su exposición. Pero se alzó el abogado contrario y se limitó a decir:
Señor don Alfonso, hay una laguna en su exposición. Relea los autos y hallará
una pieza que desmiente cuanto su señoría ha dicho. Lo volvió a leer y encontró
su error.
20
Proceso ordinario de Nocera IV, fol 1728.
16
tomara una raja de melón, que, según recordará, le supo a amarga hiel. Esos
tres días fueron de meditación para dejar el mundo de los juicios y de los
tribunales.
HACIA EL SACERDOCIO
21
Tannoia I, p. 25.
17
atreví a preguntarle por su nombre y condición, y respondiónos que se llamaba
Alfonso de Ligorio 22.
No habían pasado más que unos meses desde que recibió el diaconado,
cuando Alfonso cayó enfermo con peligro de la vida. Una noche, entre otras, los
médicos ya lo dieron por perdido y, a las tres de la mañana, le llevaron
apresuradamente el santo viático. En ese estado, Alfonso, teniendo fe en María
Santísima, pidió con gran insistencia la prodigiosa imagen que se veneraba en
la iglesia de la Redención de cautivos, ante cuyo altar se había desligado del
mundo y ofrecido todo a Dios. No dejaron de darle ese consuelo. La imagen fue
llevada inmediatamente a la casa y, habiéndola puesto ante su lecho, fueron tan
eficaces las oraciones de Alfonso y tan pronta la Virgen en escucharlo que, en
ese momento, se vio mejorado y fuera de peligro. Pero la enfermedad fue tan
ruda que necesitó no menos de tres meses para restablecerse 23.
CELO PASTORAL
18
mucha caridad. En la mañana era el primero en llegar a la iglesia y en la tarde
era el último en levantarse del confesonario 25.
Por otra parte, debía adherirse a una de las tres asociaciones sacerdotales
existentes en Nápoles: la del padre Pavone, la de San Jorge (de los píos
operarios) o la de la catedral. Alfonso escogió la de la catedral, que también se
llamaba de Propaganda o de las Misiones apostólicas, creada para dar misiones
populares en el reino de Nápoles. También, para dar rienda suelta a su celo por la
salvación de las almas, se anotó en la Cofradía de los Bianchi della giustizia
(llamada de los blancos) por su capucha y ropón blancos, que asistían a los
condenados a muerte y trasladaban sus restos al cementerio. Hasta su muerte
permanecerá Alfonso en contacto con los dirigentes de esta Hermandad para él
tan querida.
25
Tannoia I, p. 38.
26
Tannoia I, p. 40.
19
complazco infinitamente de que hayas escogido carrera tan santa y de tanto
agrado del Señor 27.
LAS MISIONES
27
Tellería I, p. 127.
28
Tellería I, p. 130.
29
Proceso ordinario de Nocera I, fol 306.
20
La principal característica de la vida apostólica de Alfonso fue el dar
misiones populares, de modo especial en los poblados más alejados, donde estaba
la gente más pobre e ignorante en cuestiones religiosas. En una carta que le
escribió al Papa Clemente XIII en 1758, le dice: Anualmente damos de 40 a 50
misiones y pasan de 20 a 30 las tandas de ejercicios que se dan en las casas a
los seglares, ordenandos y sacerdotes 30.
Para comenzar las misiones exigía que lo recibiera el clero a las puertas de
la ciudad con el sonar de todas las campanas. En la plaza se hacía una invitación
con sermón breve. Y en unión con el pueblo se dirigía a la iglesia donde adoraba
al Santísimo y abría la Misión. Por la mañana daba una prédica para quienes
debían salir al campo y, a continuación, unos misioneros iban a confesar a los
hombres y otros a las mujeres. Después de la comida del mediodía, dos de sus
misioneros daban charlas: uno a los niños y otro a las niñas. Por la tarde, después
de vísperas, reunía a las mujeres y cantaba el rosario a la Virgen en italiano, no
en latín. El acto más importante de la tarde era la explicación del catecismo,
enseñándoles alguna canción religiosa 32.
Los últimos días eran de comunión general. Primero los niños y niñas
hasta los 14 años; después las señoritas y las viudas. Otro día las mujeres
casadas. El último día era la comunión de los hombres. Era un día de fiesta y
debían darse el abrazo de la paz para reconciliarse entre sí. Después de las
comuniones generales, un padre predicaba sobre algún vicio particular como la
borrachera, el rencor o la deshonestidad; y los animaba a todos a la recepción
frecuente de los sacramentos. También en esos días se daban charlas especiales a
los clérigos y a las religiosas.
21
pecadores arrepentidos. Los temas imprescindibles de predicación en las
misiones eran: muerte, juicio, infierno y gloria; la oración, el patrocinio de María,
la Eucaristía y la necesidad de la oración para salvarse. Al final de la misión, se
hacía una devota procesión eucarística por el pueblo e, incluso, por los campos
para bendecirlos. Como recuerdo de la misión, instalaba en el atrio de la iglesia,
o en otro lugar oportuno, algunas cruces que sirvieran como recordatorio de la
misión. También procuraba que volvieran algunos misioneros a los cinco o seis
meses para refrescar las verdades enseñadas y para impulsar la perseverancia en
las decisiones tomadas.
22
En marzo de 1746 había una gran sequía en Foggia. Alfonso fue llamado
para hacer una novena a la Virgen María. Estaba afiebrado, pero fue. Apenas
comenzada la novena le dejó la fiebre y la novena fue de tanto provecho que se
obtuvo lo que se pedía, lloviendo en abundancia como todos deseaban 36.
23
perseveraron. Una de ellas Angiola Bonito, fue tan constante que casi todos los
días comulgaba. Si Alfonso no hubiera hecho otra cosa, éste ya era el máximo de
los milagros 39.
Y añade: Había una joven prostituta, que por su mala vida y por los
males que producía en la juventud, la hizo sacar de la diócesis, pero ella,
aprovechando que estaba ausente por enfermedad en Pagani, regresó a Santa
Águeda. Cuando lo supo, descuidando su salud, volvió y la hizo llamar y,
hablándole con las puertas abiertas en mi presencia, la convirtió y la convenció
para que fuera a la casa de retiro de San Rafael de Nápoles a sus expensas,
donde llevó una vida de verdadera penitencia 43.
39
Tannoia II, p. 273.
40
Tannoia II, p. 292
41
Tannoia II, p. 303.
42
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 10, p. 118.
43
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 10, p. 120.
24
un pecado reservado y a los blasfemos los hacía castigar por la autoridad civil de
acuerdo a las leyes establecidas al respecto.
A los sacerdotes que llevaban una vida escandalosa con borracheras o vida
disoluta los llamaba y les aconsejaba con bondad. Si aceptaban, los enviaba de
retiro unos días. Pero, si se obstinaban en su mal camino, los encerraba en algún
monasterio lejano o, de acuerdo a las leyes, hacía que los desterraran o
encarcelaran. En cuanto a los malos religiosos, avisaba primero a sus Superiores
para que pusieran remedio; de otro modo, los hacía expulsar de la diócesis.
OBISPO
44
Tannoia II, pp. 315 y 332.
25
Llegó a Roma el 25 de abril de 1762, pero el Papa Clemente XIII estaba
unos días de vacaciones. Por ese motivo aprovechó para ir a Loreto a visitar el
santuario de la Sagrada Familia de Nazaret, y que, según una tradición bien
documentada, allí está la verdadera casa de Nazaret, donde vivieron Jesús, José y
María, que fue trasladada milagrosamente por los ángeles, primero a un lugar de
Yugoslavia, y después a Loreto. En Loreto celebró todos los días la misa en el
altar de la Virgen. Se sintió feliz aquellos días pasados en lugares tan santos y
que le hicieron mucho provecho espiritual.
26
particular; el padre Juan Nicolás Rubini, Vicario general; el padre José Jermieri,
canciller. El hermano redentorista Francisco Antonio Romito fue su permanente
compañero, enfermero y factótum (disponible para todo).
En cuanto a los sacerdotes o religiosos que vivían con él, los hacía vivir
como en comunidad, rezando en común el Oficio divino. También hacían
meditación en común en la capilla privada y, al mediodía, la visita al Santísimo.
Por la tarde, después de la comida del mediodía, había siesta para el que lo
deseara. Después se tomaba un café y había media hora de lectura espiritual en
común o en privado. A continuación, el rezo de Vísperas y Completas. No faltaba
la visita común al Santísimo Sacramento. Y, al final del día, les daba a todos la
bendición para ir a sus habitaciones a descansar.
Una de las primeras cosas que trató de reformar fue el Seminario. Era un
edificio insano donde faltaba el espacio, la luz y el aire. Él lo amplió y
acondicionó para que pudiera albergar a unos setenta alumnos internos. Por otra
parte, seleccionó a los prefectos de disciplina y a los profesores, no sólo por su
ciencia, sino también por su ejemplo. Y lo mismo hizo con los criados, porteros,
etc. En el Seminario, un día al mes, tenían retiro espiritual; y todos los años
tenían ocho días de ejercicios espirituales. Él mismo se preocupaba de darles
algunas charlas sobre la Eucaristía y sobre la Virgen María para que vivieran en
un ambiente eucarístico y mariano.
HAMBRE GENERAL
27
A fines de 1763 y hasta la primavera de 1764, en todo el reino de Nápoles
debieron soportar hambre por falta de alimentos, debido a las malas cosechas. Él
lo había predicho. Predicando en la iglesia de la Misericordiella de Nápoles
contra el pecado les dijo: “Vivid alerta, pues el Señor nos estrechará con el
hambre”. En Arienzo también profetizó: “Dios nos apretará a todos.
Sobrevendrá tal escasez de víveres que, a falta de pan, rebuscaréis las hierbas
entre las matas de esos cercados” 45.
28
alcalde para darle un escarmiento. El alcalde buscó asilo en el palacio episcopal.
Alfonso tuvo que salir al encuentro de los revoltosos para interceder. Pero la
turba no lo respetó. Se dividió en dos partes: una entró al palacio y la otra lo
rodeó para que no escapara. Hubo que esconder al alcalde en lo más recóndito
del palacio y el santo obispo se ofreció a sí mismo como víctima de su furor,
excusando al alcalde y tratando de calmar los ánimos. Les dio todo el pan y
harina que había en el obispado y en el Seminario. Así se calmaron.
Todos los días se veía en ese tiempo rodeado de una multitud de pobres
que pedían pan. Él sufría por no poderles atender, pero todos los días buscaba
ayuda de los ricos, de las autoridades y de los canónigos 48.
En este tiempo de carestía habló con los Superiores de los conventos para
que socorrieran a los pobres. Y, habiendo sabido que un Superior daba muy
poco a los pobres, lo llamó y le dijo que fuera más generoso. El Superior le
respondió que su obligación era mantener primero a sus religiosos. El santo
obispo se levantó de su silla y le dijo en tono grave: “¿Sabe usted lo que
significa mantener? Que deben comer tanto que no se mueran y el resto dárselo
a los pobres. Cuando se hizo religioso, prometió una vida pobre y penitente, no
querer llenar la panza y saciarse. ¿Cree en el Evangelio o es un turco?” 49.
El duque de Maddaloni tuvo que vender 200 cargas de trigo, que tenía
guardado, pero pidió ayuda y enviaron un destacamento de soldados para
salvaguardar el orden. Sin embargo, los soldados tenían orden de registrar las
casas y detener a los cabecillas del motín. De nuevo Alfonso tuvo que interceder
por ellos y que se fueran los soldados. Felizmente, para marzo llegaron a
Nápoles, barcos cargados de trigo que el Gobierno había comprado en el exterior
y se pudo calmar por entonces la situación.
48
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 10, p. 124.
49
Tannoia III, p. 97.
29
En Santa Águeda la situación no llegó a extremos lamentables. En otros
lugares la gente se murió de hambre por las calles y por los caminos, tratando de
comer hierbas. El rey de España Carlos III, que había sido rey de Nápoles, envió
desde Cádiz, Nantes y El Havre, varios barcos llenos de víveres hasta que llegó la
nueva cosecha, y todo se tranquilizó. Pero era demasiado tarde. En los seis
primeros meses de 1764 habían muerto 300.000 personas y 27.000 familias
habían huido a los Estados pontificios en busca de pan.
CARIDAD
Esta fue una de las virtudes más sobresalientes de su vida. A los enfermos
los visitaba siempre que podía en sus casas y les daba lo que podía, incluso iba a
confirmarlos a sus hogares. Precisamente, por su amor a los pobres y a los
enfermos se ganó el calificativo de padre de los pobres.
50
Tellería II, p. 395.
51
Tannoia IV, p. 169.
30
También se preocupó de los presos y de sus condiciones. Nombró un
capellán para sus necesidades espirituales y le pidió al duque de Maddaloni que
tuvieran mejores condiciones de vida.
Algo también que no podemos dejar de anotar es que había hecho voto de
no perder nunca el tiempo. Por eso, si no estaba en trabajos pastorales o
escribiendo libros para fomentar la fe, estaba en oración o cosas referentes a la
gloria de Dios.
POBREZA
31
El señor Pascual Buonapane escribió sobre su visita a Alfonso en Arienzo:
En Monseñor Ligorio he visto personificada la imagen de la pobreza: Palacio
desnudo de superfluidades, cuartos a la apostólica, unas sillas de chopo con
asiento de paja, mesas sencillas, una cama pobrísima y un silloncete de ruedas
sobre el cual le trasladaba de una habitación a otra su criado, tirando de un
cordel. Ese ha sido el espectáculo del palacio de Arienzo y no he podido verlo
sin llorar 55.
PUREZA
55
Proceso ordinario de Nocera III, fol 1549.
56
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 14, p. 194.
57
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 14, p. 189.
58
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 18, p. 120.
59
Proceso ordinario de Santa Águeda IV, fol 1634.
32
Esta virtud era como una joya preciosa en la vida de Alfonso. Ya desde
jovencito se esmeró en guardar esta virtud. Odiaba que dijeran en su presencia
palabras deshonestas y las corregía con fuerza. A las prostitutas de su diócesis las
corregía paternalmente; pero, si no se corregían, acudía a la autoridad civil para
que actuaran de acuerdo a las leyes establecidas. También se esforzaba en que los
matrimonios de convivientes regularizaran su situación con el matrimonio
religioso, luchando mucho en sus prédicas contra la infidelidad matrimonial.
El padre Félix Verzella nos dice: Por haberlo confesado puedo decir con
certeza que lo he admirado como un ángel en carne. En toda su vida fue heroica
su virtud de la pureza. Por amor a esta virtud renunció a unas bodas ventajosas.
Nunca se le oía decir una palabra equívoca o poco honesta. Su hablar era grave
y de edificación, aunque, a veces, en la recreación, contaba algún hecho
curioso. Cuando tuvo la enfermedad de reumatismo, me dijo, en presencia del
criado Alejo que, después de muerto, no abrieran su cuerpo. Nunca daba a besar
sus manos a las damas ni siquiera a su cuñada. A sus empleados no los hacía
entrar en su habitación, si no estaba bien compuesto y, cuando estaba enfermo
en cama, vestía de sotana negra. A las mujeres nunca las miraba al rostro o no
las veía, porque era miope y no usaba las gafas. Normalmente tenía el rosario
entre las manos, al que siempre llevaba suspendido en la cintura 61.
33
VOLUNTAD DE DIOS
63
Conformidad con la voluntad de Dios, Lima, 2008, p. 7.
64
Ib. p.20.
65
Ib. pp. 22-23.
34
Cuando en Arienzo le vino aquella grave enfermedad de fuerte
reumatismo, teniendo fuertes dolores y con la cabeza doblada que ni podía
acostarse en el lecho, decía: “Oh Señor, así lo quieres tú, así lo quiero yo” 66.
A esta santa le hizo un voto. Voto valedero sólo para cuando esté en
nuestras casas: “Decir cada miércoles nueve padrenuestros, avemarías y gloria;
y además no comer la fruta ni el segundo plato. Se entiende frutas crudas, no
cocidas”. Y se consagró a ella escribiendo: “Oh virgen seráfica, Teresa de
Jesús... En presencia de la Santísima Trinidad, del ángel de mi guarda y de toda
la corte celestial, te elijo hoy, después de María, por madre, maestra y abogada
especial y tomo la firme resolución de servirte siempre y de procurar que los
demás también te sirvan. Te suplico por tanto... que me recibas para siempre en
el número de tus devotos servidores. Socórreme en mis necesidades y alcánzame
la gracia de imitar tus virtudes, caminando por la verdadera senda de la
perfección cristiana” 67.
66
Alejo. Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 17, p. 213.
67
Tellería I, p. 143.
68
Proceso ordinario de Nocera III, fol 1474.
35
También era devotísimo de todos los ángeles y santos del cielo,
especialmente del arcángel san Miguel. Puso a la casa de Pagani y a su iglesia
bajo el título y patrocinio de san Miguel arcángel. En 1732 hizo una visita para él
muy importante. Fue al santuario de San Miguel del Monte Gárgano. No en vano
Miguel era uno de sus nombres de pila. Dentro de ese santuario entró en la gruta
santa, cuyas negras paredes goteaban agua día y noche, y en aquel ambiente
sagrado celebró la misa pidiendo al santo arcángel que le diera fortaleza para
afrontar tantas dificultades que tenía en su ministerio y en la Fundación del
Instituto.
Su amor y caridad para con las almas del purgatorio era de todos los días.
El padre Andrés Villani nos dice: Me consta de vista y oído que nuestro
fundador fue devotísimo de las almas del purgatorio, habiendo hecho incesantes
oraciones, penitencias y sufragios por ellas; y estimulaba a los fieles, cuando
predicaba y en sus libros y en sus conversaciones, a dar a las almas del
purgatorio los sufragios como limosna, al igual que sacrificios, oraciones y
penitencias y otros actos de virtud y prácticas devotas 69.
El padre Gerardo Petrone añade: Fue caritativo toda la vida, no sólo con
los vivos, sino también con los difuntos, porque procuraba con penitencias,
oraciones y sacrificios e indulgencias, ayudar a las almas del purgatorio. Soy
testigo de haberme estimulado a dar siempre sufragios a las almas benditas, lo
que hacía en las prédicas, las que yo tantas veces he oído. Y sobre esta piadosa
costumbre escribió una novena, la que repartió por toda la ciudad y la diócesis
de Santa Águeda, cuando la gobernaba 70.
69
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 10, p. 113.
70
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 10, p. 117.
71
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 10, p. 129.
36
Su amor a Jesús Eucaristía se manifestaba en el fervor con que celebraba
la santa misa, en la que muchas veces se quedaba en éxtasis y hasta se elevaba
del suelo.
37
atender y escuchar al que le ruega! ¡Qué delicia pedirle perdón de los disgustos
que le dimos, exponerle nuestras necesidades, como hace un amigo a otro
amigo, en quien tiene la más entera confianza y pedirle sus gracias, su amor, su
cielo y, sobre todo, hacer y repetir actos de amor a aquel divino Señor que sin
cesar sobre el altar, ruega al Padre por nosotros y por nosotros se abrasa en
llamas de amor! El amor es el que le hace llevadero, el quedar oculto y
desconocido y hasta despreciado de los ingratos en este sacramento. Y no
añadiré aquí más palabras: “Pruébenlo y verán”.
Sobre el amor a María bastaría leer su famoso libro Las glorias de María.
Un día le dijo Alfonso a don Nicolás Sorrentino: La Virgen me ha hecho dejar el
mundo. Yo era seglar. La Virgen me dio luz para dejar el mundo y hacerme
eclesiástico 76.
En una de las notas escritas por Alfonso dice: El demonio maldice la hora
en que me entregué a Dios y detesta cuanto he realizado por el monasterio de
Scala, pero Jesús lo bendice. En su Corazón divino distinguió (sor Celeste) mi
nombre escrito y que le placía a Él grandemente mi devoción a María. Me
reconoció entre los hijos de María y entendió que perduraría nuestra unión,
basada en la amistad con Dios 77.
Félix Verzella declaró: Tenía siempre ante los ojos la imagen de María,
llamada del Buen Consejo, y muchas veces lo vi hacer actos de amor y de
confianza hacia la santa Señora; y ordinariamente a todos aquellos que venían a
buscarlo para cualquier asunto de conciencia, tanto diocesanos como
forasteros, les regalaba alguna imagen de María Santísima, inculcándoles su
devoción. Solía decirles: “Ésta es nuestra mamá, la que nos ha de llevar al
paraíso; ésta es la que nos ha de ayudar en el momento de la muerte. ¡Pobres de
nosotros, si no tuviéramos a esta gran Madre de Dios! 78.
76
Tannoia I, p. 26.
77
Tellería I, p. 160.
78
Summarium super virtutibus, p. 296.
38
conversaba frecuentemente con la Madonna. Ella me aconsejaba en todos los
asuntos de la Congregación”.
- ¿Y qué le decía?
- Tantas cosas y tan bellas…
- ¿Qué cosas?
- “Tante belle cose”, repetía. Y permaneció en silencio 79.
79
Summarium super virtutibus, pp. 287-288.
39
escapulario de la Virgen Dolorosa. “Hijo —continuó el confesor—, ¿no ves que
la Virgen es la que te ha otorgado esta gracia? Y has de saber que esta iglesia
está consagrada a la Virgen”. Al oír esto el joven se enterneció, comenzó a
compungirse y a llorar. Mientras manifestaba sus pecados creció a tal punto su
compunción y llanto, que se desmayó. El padre lo reanimó y finalmente acabó la
confesión, lo absolvió con gran consuelo y, del todo contrito y resuelto a
cambiar de vida, se despidió para volver a su patria, dando licencia al confesor
para anunciar públicamente la gran misericordia que con él había tenido
María80.
MILAGROS DE LA VIRGEN
El día de Jueves Santo, después del primer terremoto, la Virgen dejó ver
su rostro en el óvalo del cuadro sin que hubieran tocado los velos. Lo mismo
ocurrió el Viernes Santo ante una gran multitud de fieles, como dando a todos
esperanza ante la tragedia. Y también continuó el prodigio, cuando llevaron la
imagen a la iglesia de San Juan Bautista, que era la mejor conservada de todas. El
obispo, Monseñor Falccolli, realizó una investigación sobre los hechos y
concluyó que los milagros habían sido reales e instituyó una fiesta especial para
recordar el suceso. Así lo refiere el mismo obispo en la Relación del 29 de abril
de 1733 a la Sagrada Congregación vaticana del Concilio.
80
Las Glorias de María, Ed. Covarrubias, Madrid, 1992, p. 316.
40
Al año siguiente Alfonso fue de nuevo a predicar a Foggia una novena
ante la imagen de la Virgen de los siete velos que todos consideraban como muy
milagrosa por lo que había sucedido el año anterior. Asistió tal cantidad de gente
a la novena que tuvieron que colocar el púlpito junto al vestíbulo, junto al cuadro
milagroso. Nuestro santo se emocionó al hablar de la Virgen María. Lo hizo con
tanto amor y cariño que, en un momento dado, quedó paralizado por la emoción,
como extático, contemplando la imagen. En aquel momento, un rayo de luz
partió del óvalo central de la imagen y envolvió su rostro. Los presentes
prorrumpieron en gritos de milagro, milagro.
Este mismo milagro de la Virgen de los siete velos que envolvió con un
rayo de luz el rostro de Alfonso se repitió trece años más tarde al dar otra misión
en Foggia en 1745. En esta misión de Foggia se encontró con sor María Celeste,
que era la Priora del reclusorio de Foggia, donde tenían un internado de
jovencitas de clase media. Esta visita entre ambos fortaleció su amistad y los unió
para siempre en la empresa de la Congregación masculina y femenina del
Santísimo Salvador, que después se llamaría del Santísimo Redentor.
81
Tellería I, p. 164.
41
siervo de Dios, nos alentó con estas palabras: “Alegraos, porque la Virgen os
otorga la gracia que habéis pedido” 82.
DONES SOBRENATURALES
A) PROFECÍA
42
luz una hija que sería religiosa. También le dijo que no curaría de su
enfermedad y que su único hijo varón, que estaba sano, moriría antes de tomar
estado. Todo lo cual se cumplió puntualmente. Nació la hija y, con el tiempo, se
hizo religiosa en el reclusorio de Santa Rosa de Conca, donde ahora está. El
hijo se murió a la edad de siete u ocho años y ella murió después de mucho
tiempo de la misma enfermedad que tenía. Todo esto me consta por ser yo
confesor de ella, amigo y vecino de la casa 86.
El padre Celestino Pepe refiere: Una prima hermana mía, María Josefa de
Palma, de 30 años, era dirigida espiritualmente por el siervo de Dios. Su padre
quería que fuese religiosa en el monasterio de la Puridad de esta ciudad, donde
hasta ahora están dos de sus hermanas religiosas. Se aconsejó con el siervo de
Dios y él la animó a obedecer a su padre; pero, al mismo tiempo, le dijo que
Dios no la quería religiosa, sino célibe en su casa. Cuanto predijo se cumplió,
ya que por más que hizo todo lo posible por entrar en el convento, no lo
consiguió 89.
43
santa Iglesia —insistió el arzobispo— hay sitio para los misioneros. No es por
eso —repuso Alfonso—, es que preveo que se van a venir abajo las tribunas.
Sonrió el Prelado. Don Alfonso —dijo—, respeto en usted al padre espiritual no
al profeta. Y mandó prevenir dos sillas para los misioneros. Alfonso mandó las
colocaran cerca de la puerta, so pretexto de que debía ausentarse antes del final
de la comedia. Pero apenas habían recitado el prólogo, derrumbóse con
estrépito la tribuna que estaba encima del arzobispo. Quedó éste contuso y
suspendieron la representación. Alfonso aprovechó el incidente para marcharse
entre los primeros que se escabulleron de la sala 90.
A una señora encinta, que le pidió rezara por su hijo por nacer, le dijo:
Llegará a ser sacerdote y canónigo. El canónigo Casanova refirió en el Proceso
que llegó a ser canónigo de la catedral de Amalfi 92.
Su hermano Hércules estaba feliz con sus tres hijos varones y se los llevó
a Arienzo para que los viera. Alfonso, mirando a los dos niños gemelos, le dijo:
“Si perdieses uno de éstos, ¿te desalentarías mucho?”. “Oh, qué dices”,
respondió su hermano. El 4 de febrero murió el pequeño Carlos de cuatro años.
Pero, queriendo consolar a su hermano, le dijo: “No temas, estos dos que tienes
los verás grandes” 93.
44
penitencia. Era conmovedor ver al anciano obispo, inválido, predicando. Les
prometió que, si se convertían, el domingo Dios los consolaría con la lluvia. Y en
la tarde del domingo, dos horas antes del Angelus, sopló un huracán de tormenta
y, antes del anochecer, por toda la vega de Pagani estaba lloviendo. Y cosa
curiosa, la ansiada lluvia sólo cayó en el distrito de Pagani, cuyos habitantes se
habían unido a Alfonso en la oración y penitencia 94.
B) BILOCACIÓN
En Pagani, el año 1756, había una dama a quien Alfonso había sacado
del pecado y a quien socorría con limosnas, porque era muy pobre. Una mañana
fue a pedir la limosna y el portero le dijo que no estaba Alfonso, porque había
viajado a Nápoles. Afligida, entró en la iglesia, encomendándose al Señor y,
mientras oraba, vio a Alfonso que la llamaba desde la puerta de la sacristía. Le
dio la acostumbrada limosna y le aconsejó que siempre fuese fiel a Dios.
Saliendo de la iglesia, la señora, viendo al portero, le dijo: “¿Cómo dice
mentiras? Me ha dicho que don Alfonso está en Nápoles, cuando está aquí y me
ha dado la limosna en la iglesia”. Y le mostró el dinero. El portero quedó
asombrado. Así pudo comprobarse que Alfonso estaba con el espíritu en Pagani
y todos daban gracias a Dios 96.
45
hablaba. Así estuvo toda la noche siguiente sin tomar alimento ni por la mañana
ni en la tarde. Todos los empleados de la casa no sabían qué hacer. La mañana
del 22, viéndole todavía taciturno, no se sabía qué pensar. Parecía estar en un
verdadero éxtasis. De pronto, más tarde, se despertó y tocó la campanilla para
celebrar la misa. Todos lo rodearon y le preguntaron qué había pasado, pues
hacía dos días que no hablaba, ni comía ni daba señales de vida. El respondió:
“He estado asistiendo al Papa que ya ha muerto”. Cuando llegó la noticia a
Santa Águeda, se supo que el 22 de septiembre Clemente XIV había muerto 97.
C) ÉXTASIS Y LEVITACIONES
46
concentrado en Dios y con el rostro tan encendido que parecía un ángel. El
padre Angelo Verdesca lo encontró un día de rodillas delante de las imágenes de
Jesucristo y de María Santísima, pero alzado sobre la tierra dos o tres palmos.
Estaba con los brazos abiertos, los ojos mirando al cielo y con el rostro todo
encendido y luminoso. Se colocó detrás de su sillón y así, extático, estuvo por
otro cuarto de hora. Y después de haber dado un fuerte suspiro dijo: “Dios
mío”. Y tomó la pluma para escribir. Entonces se dio cuenta de que el padre
Verdesca estaba detrás de él y, lleno de rubor, le dijo: “¿Qué haces tú? No
digas nada a nadie”…
100
Proceso ordinario de Santa Águeda, Sum N° 9, p. 110.
101
Proceso ordinario de Santa Águeda, Sum N° 7, p. 81.
47
sentidos en el momento de la oración y con el cuerpo en el aire varios palmos
sobre la tierra como he oído decir a testigos dignos de fe 102.
D) MILAGROS EN VIDA
Fray Leonardo Cicchetti nos dice: Algunos años antes de ser obispo se
incendió un pajar cercano a esta casa (de Pagani), corriendo el peligro de que
otras casas se incendiaran. Yo, con toda la comunidad, estaba con el siervo de
Dios en el coro por la noche haciendo el examen de la tarde y oímos los gritos
de la gente. El siervo de Dios se asomó a una de las ventanas y, viendo la gran
llamarada de fuego, me llamó y, dándome una imagen de María Santísima, me
dijo que la echara dentro del fuego. Lo hice así y, cosa admirable, en el mismo
momento se apagó la llama y sólo quedó el humo que pronto se evaporó 104.
48
senderos de cabra y se rompió una pierna; trasladado a casa y, mientras se
afanaban los curanderos en calmarle los dolores y en entablillarle la rotura,
llegó de parte de Alfonso el criado Alejo, para informarse del accidente.
Después le mandó de nuevo junto al herido, esta vez con una estampa de la
Virgen para ponerla sobre el vendaje. “Virgen mía —rezó el paciente—; por los
merecimientos de Monseñor Ligorio libradme de este tormento”. “En el mismo
punto, cuenta su hermano canónigo, desaparecieron los dolores y entró el mal
en vías de curación. Mi hermano conservó la estampa con especial veneración
durante el resto de sus días” 106.
106
Proceso ordinario de Santa Águeda I, fol 460.
107
Tellería II, p. 84.
108
Proceso apostólico de Nocera II, fol 818.
109
Tannoia II, p. 143.
49
En 1761 estaba dando Alfonso con sus misioneros ejercicios espirituales
al pueblo en la catedral de Amalfi. Dios fue glorificado por sus milagros. Había
en la ciudad una epidemia general y no había medicina que curara la fiebre. Un
canónigo pidió a uno de los misioneros que le consiguiera una camisa de
Alfonso, después de cambiársela al terminar la prédica y él le daría una nueva. Al
preguntarle después el por qué, respondió: En esta epidemia de fiebres malignas
y mortales a cuantos enfermos he colocado encima la camisa de Alfonso a todos
se les ha pasado la fiebre 110.
SUS OBRAS
Veamos algunos de los 111 libros y folletos que escribió para fomentar la
fe católica y defenderla de sus detractores. Las ediciones de sus libros superan las
20.000 en más de 70 idiomas.
50
Compendio de la doctrina cristiana.
Disertación para defender la autoridad del Papa.
Conformidad con la voluntad de Dios.
Reglamento para los seminarios.
Breve tratado sobre la necesidad, eficacia y condiciones de la plegaria.
Consideraciones para aquéllos que son llamados al estado religioso.
Preparación y acción de gracias para los sacerdotes al celebrar la misa (1758).
Estímulos a los religiosos para adelantar en la perfección de su estado.
Preparación para la muerte (1758).
La verdadera esposa de Jesucristo.
Práctica del confesor.
Selva (colección) de materias predicables y de instrucciones para dar ejercicios a
los sacerdotes y también para lectura de los mismos.
Avisos a los jóvenes que estudian y siguen la carrera eclesiástica.
Fidelidad de los súbditos (1777).
El sacrificio de Jesucristo (1775).
La misa y el Oficio divino atropellados (1760).
Respuesta apologética contra los jansenistas.
Obra dogmática contra los herejes protestantes.
Historia de las herejías con sus refutaciones correspondientes.
Victoria de los mártires.
Práctica sobre la predicación a la manera de los apóstoles (1761).
Sermones compendiados para todos los domingos del año.
Camino de salvación (1766).
Camino de la divina providencia en la salvación del hombre por Jesucristo.
Instrucción al pueblo sobre los mandamientos y sacramentos (1767).
La supremacía del Pontífice romano, reivindicada de los ataques de Justino
Febronio.
GRAN MORALISTA
112
Mermet, p. 705.
51
espirituales y recortaban la autoridad papal hasta el punto de negar la publicación
de sus documentos en sus Estados, al igual que no permitían la existencia de
Congregaciones religiosas o erección de conventos sin permiso expreso de la
autoridad real.
52
(rigorismo) fueron condenados por la Iglesia. La opinión que triunfó y de la que
fue abanderado san Alfonso en su Teología Moral fue la del equiprobabilismo.
CAMPAÑA ANTIJESUÍTICA
Pero no quedaron ahí los ataques de los reyes Borbones de Madrid, París y
Nápoles. Querían la destrucción total de la Compañía y presionaron con todas sus
fuerzas para que fuera disuelta. Y lo pudieron conseguir. El valiente Papa
Clemente XIII murió el 2 de febrero de 1769 y fue elegido Papa Clemente XIV.
113
Tannoia III, p. 282.
114
Ibídem.
53
vida. Y él les dijo: “Era verdad, pero no dormía, he asistido al feliz tránsito del
Papa que acaba de morir”.
SEGUNDA PARTE
FUNDACIÓN DE LA CONGREGACIÓN
FUNDACIÓN FEMENINA
54
inauguración de este convento bajo la Regla de san Francisco de Sales
(visitandinas), es decir, en 1724, entraron en él tres hermanas napolitanas de
buena familia: sor Mª Evangelista, sor Mª Iluminada y sor Mª Celeste. Esta
última recibió revelaciones del Señor para fundar un convento con una nueva
Regla, que el mismo Señor le reveló junto con el hábito que debían vestir y
algunas otras costumbres. También le reveló que debía ser fundada una
comunidad de varones, siguiendo la misma Regla. Aquí comienza la historia de
la fundación de las hermanas y hermanos redentoristas con todos sus altibajos.
Según la misma sor Celeste, Dios le anunció que el padre Alfonso de Ligorio
debía ser el hombre que dirigiera la nueva Congregación de hombres.
Sor María Celeste y sus hermanas, por no ser comprendidas por Monseñor
Falcoia, salieron del convento de Scala en mayo de 1733 y fueron acogidas en un
monasterio de dominicas en Pareti (Nocera). El obispo obligó a sor Celeste a
aceptar el cargo de Superiora y ella reformó el monasterio. Dos años más tarde,
en 1735, pasó a Roccapiemonte e intentó formar una comunidad de acuerdo a la
Regla revelada. Finalmente, en marzo de 1738 se trasladó a Foggia, logrando
establecer allí un monasterio de hermanas redentoristas de acuerdo a la Regla
revelada. Murió el 14 de septiembre de 1755 con fama de santidad, siendo
recordada por la gente de Foggia como la santa Priora.
Veamos ahora lo que dice sor María Celeste sobre las vicisitudes de los
comienzos en el Proceso de Cava.
55
Hasta los 21 años de edad estuve en casa de mi padre y de mi madre, en
la ciudad de Nápoles, mi patria. Después, a los 21 años, y hace justamente 19,
tomé estado de religiosa y entré en el conservatorio de Santa María de los
Dolores, en la tierra de Marigliano, en el cual estuve cinco años y medio, hasta
que el conservatorio fue suprimido por algunas diferencias que surgieron entre
la señora duquesa de Marigliano y los superiores eclesiásticos.
En aquella visión, que consiste en lo que cuento y digo como verdad, fui
arrebatada fuera de mis sentidos, tanto que, llamada no oí, como me contaron
mis hermanas religiosas; me fue mostrado en un momento, y vi que era la
voluntad de Dios, formar esta nueva Regla, esto es, los nueve capítulos del
Evangelio que son la unión y caridad mutua del prójimo, la pobreza, la pureza,
la obediencia, la humildad y mansedumbre, mortificación, recogimiento,
silencio, oración, abnegación de sí mismo y amor a la cruz.
Esta visión fue vista también por las siguientes religiosas que estaban en
el conservatorio y según ellas me dijeron, esto es, sor María Paloma y sor María
Serafina. Y fue comunicada al director que gobernaba entonces el conservatorio,
llamado don Tomás Falcoia, pues entonces todavía no era obispo. Hechos
56
nuestros ejercicios, y examinada por él y después por otros hombres doctos, de
los cuales no sé ni nombres ni apellidos, y como no fue encontrada cosa
contraria a la santa fe católica romana, y el llevarse a cabo y ponerse en
práctica dicha revelación era cosa de mucha perfección, por esto la Regla fue
aprobada por el obispo de Scala y Ravello, hoy difunto, Monseñor Nicolás
Guerriero, y después confirmada por el actual obispo de dicha ciudad Monseñor
Santoro. Y por la nueva Regla se cambió el título del conservatorio de la
Santísima Concepción en el que antes he explicado. Después de dos años que ya
se observaba esta nueva Regla, Monseñor Falcoia cogió esta Regla y en ella
añadió y quitó a su modo, especialmente añadiendo el escapulario. Y querían
que yo la firmara y suscribiera, como fue suscrita por casi todas las demás
religiosas del conservatorio; cosa que no quise hacer; ni lo quise aceptar como
mi director espiritual, que lo había dejado hacía un año.
Por esto fui llamada a Capítulo por las religiosas; y me quería obligar a
aceptarlo todo, es decir, el dicho cambio de Regla y la dirección ya dicha, o que
de otro modo saliera del conservatorio. No habiendo podido aceptar tal cambio
por escrúpulo de mi conciencia, me vi obligada a salir del conservatorio.
57
En cuanto a mi nombre que me fue puesto en el bautismo, declaro que en
el siglo era llamada Julia y mi apellido es Crostarosa. En el conservatorio de
Marigliano me fue puesto por la Superiora el nombre de sor Cándida del Cielo,
y fui llamada con tal nombre. En el conservatorio (reclusorio de mujeres) de
Scala fui llamada Celeste del Desierto, nombre que tomé al mismo tiempo del
cambio de hábito salesiano (visitandino); cambiando después con el nombre de
la nueva Regla, me hice llamar sor María Celeste del Santísimo Salvador, que es
el nombre que todavía tengo actualmente 115.
FUNDACIÓN MASCULINA
Era ya la hora de la mesa, por lo cual me animé a entrar para saber qué
cosa era su aflicción, si acaso la causa era la citada discusión, diciéndole que si
no era cosa de confesión la manifestara sencillamente, para ver si era cosa que
nosotros pudiéramos remediar. Oyendo esto el siervo de Dios me dijo: “Sor
María Celeste me ha dicho que deje Nápoles y que funde aquí un Instituto
dedicado sólo a hacer misiones por los pueblos y aldeas que tienen necesidad de
ayudas espirituales, que allí les faltan como no les faltan tanto en las ciudades y
lugares cultos, por ser ésta la voluntad de Dios. Pero yo ¿cómo voy a hacer? No
es cosa posible de ninguna manera. Usted sabe mis ocupaciones en Nápoles, mi
tarea de las misiones y otros cuidados por el bien del prójimo”. Y muchas otras
cosas me dijo sobre el particular; y exageraba la imposibilidad del éxito; y al
mismo tiempo decía que no siguiendo la insinuación de aquella sierva de Dios se
oponía a la voluntad divina; y por eso entre estas dudas se sentía desfallecido y
desalentado.
115
Autobiografía de la venerable María Celeste Crostarosa, PS Editorial, Madrid, 1998, pp. 255-258.
58
están?”. Yo añadí: “Aquí estoy yo, yo soy el primero, pero vayamos a comer
algo y dejémosle a Dios el cuidado”. Se tranquilizó y fue a comer. Poco después
regresamos él y nosotros a Nápoles 116.
SCALA
116
Summarium super dubio, pp. 26-27, en Positio super introductiones causae, Roma, 1806;
Autobiografía, pp. 239-240.
117
Tannoia. Sum N° 5, p. 35.
118
Tellería I, p. 197.
59
Las declaraciones de este milagro corresponden a 19 religiosas del
convento y a otros cinco presentes. Todos tuvieron el milagro como señal de
buen augurio para la nueva Congregación. Por ello, pondrían como emblema
heráldico de la nueva familia religiosa Copiosa apud Eum Redemptio (En él hay
abundante redención).
VILLA LIBERI
Mirando al futuro, Alfonso deseó que esta casa de Villa Liberi fuera
también casa de reclutamiento de postulantes y noviciado. Por ello tuvo que
pensar en ampliarla. Él mismo hizo de albañil, cantero y arquitecto, ayudado por
algunas personas del lugar. Para los gastos pidieron limosna en lugares vecinos.
60
El dinero escaseaba pero las obras seguían adelante, confiando en la providencia.
Dios no los defraudó y así pudieron tener una casa de dos pisos, que podía
albergar unas cincuenta personas y donde podían dar ejercicios espirituales.
CIORANI
119
Proceso ordinario de Nocera, fol 621.
120
Tannoia I, pp. 105-106.
61
Ese mismo año de 1736, Alfonso deseó la aprobación de la Congregación
por el infante don Carlos y sus ministros, pero todo fue en vano. Sin la
aprobación regia no podía subsistir ninguna Congregación en el reino de
Nápoles, aunque fuera aprobada por la Santa Sede.
121
Tannoia II, p. 119.
62
celestial, me obligo y hago voto en manos de Monseñor Falcoia de perseverar en
ella hasta la muerte con el auxilio de la divina gracia y de la sangre de
Jesucristo. Este voto entiendo hacerlo con pacto y condición expresa de que
solamente pueda ser dispensado por el Superior mayor que fuere o por el Sumo
Pontífice, y no por otros 122.
En esta casa empezó Alfonso a recibir novicios, que eran la pupila de sus
ojos. El padre Domingo Corsano declaró: Con frecuencia él acudía al noviciado
y en el tiempo de recreo común, en la tarde, se entretenía en conversaciones con
ellos, haciendo chistes o cosas jocosas, pero con gravedad; y después les
hablaba de la mejor manera de servir a Dios, de estudios y de aprender las
buenas costumbres. Nunca fue áspero en el corregir o castigar. Se hacía
respetar y obedecer con maneras suaves y eficaces 123.
63
principales de Nuestro Señor y de la Virgen, y media docena más. Del refectorio
con el “Te Deum” o el “Miserere” en los labios, según los tiempos, regresaban
al coro, donde, luego de adorar brevemente al Santísimo Sacramento, entonaban
las letanías de la Virgen por los vivos y el “De profundis” por los bienhechores
difuntos.
PAGANI
64
principio sólo se construyó una pequeña capilla, pero con el tiempo sería
construida una magnífica basílica, que actualmente guarda el relicario con los
restos del santo y es meta de peregrinación para sus devotos.
DELICETO
Por este tiempo Alfonso fue reconocido por la Santa Sede con la dignidad
de misionero pontificio, como mérito a sus esfuerzos misioneros.
CAPOSELE
Otra nueva casa con capacidad para 13 religiosos fue abierta en agosto de
1747 en Caposele con el visto bueno del obispo del lugar. El padre Sportelli tomó
posesión de ella después de haber sido aprobada la fundación por la Cámara real
y por la Santa Sede. La nueva casa formaba parte del santuario diocesano de
Caposele, llamado Materdomini, en honor de la Virgen María. El arzobispo
126
Landi Historia I, p. 223.
65
aprobó las Reglas y Constituciones del Instituto el 24 febrero de 1748. Sobre esta
casa dice el padre Sportelli: El día 12 de febrero de 1748 vino el Vicario general
a darnos posesión del santuario y entregarnos el decreto que aprueba nuestras
Reglas. El día 13, el mismo Vicario nos reservó por primera vez el Santísimo en
el tabernáculo y el 16 hemos celebrado la primera exposición eucarística 127.
Cuatro años más tarde, en 1747, Alfonso había conseguido tener una
entrevista con el rey para que se aprobaran las Reglas y Constituciones de la
Congregación y así poder operar en el reino con toda legalidad. Fue recibido con
toda cordialidad y el rey pasó su solicitud al Consejo de Estado, que el 23 de
agosto de 1747 emitió un informe negativo, dejando las cosas como estaban.
Ante el desaire de la Corte, a comienzos de 1748 intentó conseguir la aprobación
127
Tellería I, p. 418.
66
de la Santa Sede de las Reglas y Constituciones, a la vez que supervisaba la
nueva publicación sobre teología moral. En la Santa Sede sugirieron que debía
cambiarse el título de la Congregación de Santísimo Salvador por el del
Santísimo Redentor para no confundirse con los canónigos regulares
lateranenses, llamados del Santísimo Salvador. También hubo que hacer algún
pequeño reajuste en el orden de la Regla. Y fue aprobada la Congregación por la
Santa Sede. El 25 de febrero de 1749, a la sombra de la basílica Santa María la
Mayor, se promulgó el Breve Ad Pastoralis dignitatis fastigium, aprobando
oficialmente el Instituto Redentorista.
NUEVOS PROBLEMAS
67
conseguir un rescripto pontificio, consiguiendo que lo reincorporaran de nuevo
como abad.
Ese mismo año de 1751 estaba un día el rey de caza y vio en un altozano
el santuario de santa María de la Consolación de Deliceto de los misioneros del
padre Alfonso. Alguien le dijo que acababan de heredar más de 60.000 ducados.
Bastó decir esto para que el rey mandara inmediatamente hacer una investigación
para ver qué había de cierto, pensando en requisarles la herencia. Alfonso tuvo
que presentar a los enviados del monarca un memorial con la cifra exacta de las
rentas de Deliceto, que eran de 300 ducados al año, manifestando así que todo
había sido una calumnia.
68
En el mes de octubre se reunió el Capítulo general en Pagani. El mismo
día de la apertura moría en Caposele el hermano Gerardo Maiela, que en solo seis
años de vida religiosa, se había elevado a los más altos grados de santidad. En el
mes de noviembre Alfonso fue a visitar a su madre, gravemente enferma, por tres
días y se fue a dar misiones, dejándola al cuidado de su hermano sacerdote don
Cayetano y de su hermano Hércules. Murió el 28 de noviembre a los 85 años de
edad, como una santa, aunque él no estuvo presente, pero rezó mucho por ella
desde Benevento donde daba misiones.
130
Proceso ordinario de Nocera III, fol 1525.
131
Landi, Istoria, p. 79.
69
En 1761 se presentó la oportunidad de fundar en Agrigento (Sicilia).
Después de varios inconvenientes, que retrasaron el viaje, primero por un
naufragio y luego debido a una peste, llegaron a Agrigento el 11 de diciembre.
Allí dieron misiones y, con el beneplácito del obispo, se establecieron
permanentemente en el lugar, aunque sin el permiso del rey.
RENUNCIAS AL OBISPADO
A los tres años de obispo, en 1765, presentó Alfonso por motivos de edad
y de salud la renuncia al Papa clemente XIII. En invierno se agudizaban sus
males de pecho y no podía respirar bien, ni podía hacer visitas pastorales. Pero el
Papa respondió que no aceptaba y que bastaba la sombra de Monseñor Ligorio
para santificar la diócesis. De todos modos, los médicos le recomendaron que
no residiera en Santa Águeda por el clima húmedo e insano y que pusiera su
residencia habitual en Arienzo, lo que tuvo que hacer a pesar de sus deseos de
permanecer en la capital. Allí estuvo de modo habitual hasta el final de su
gobierno episcopal, aunque en primavera y verano hacía sus visitas a Santa
Águeda y a algunos otros lugares de la diócesis.
132
Tellería II, p. 147.
133
Tellería II, p. 349.
70
me apesadumbra el ver multiplicarse de día en día los atropellos sin que
aparezca esperanza humana de remedio 134.
134
Tellería II, p. 350.
71
aprovecharon para llevarse cosas personales del santo obispo como reliquias,
considerándolo un verdadero santo.
EL REGLAMENTO
Por este motivo el Papa Pío VI quitó a las casas de Nápoles los privilegios
y facultades e indulgencias que les había concedido en 1777 de acuerdo a una
instancia que se había elevado a la Santa Sede para concederles los mismos
privilegios que les había concedido a los pasionistas. El mismo Papa nombró al
padre De Paolo como presidente de las casas de la diócesis de Benevento como si
los del reino de Nápoles hubieran desertado de las antiguas Reglas por su culpa.
Este Reglamento original fue seguido por las nuevas casas de Scifelli, Frosinone,
135
Tellería II, p. 618.
136
Tellería II, p. 635.
72
Veroli y san Ángel de Cúpolo. Esta escisión, aprobada por el Papa, fue un duro
golpe para Alfonso, que sólo atinó a decir: Sólo a Dios quiero, basta que su
gracia no me desampare. Tenía tentaciones. El demonio lo atacaba fuerte y pedía
oraciones a sus hermanos. Todos temían que pudiera morir de un infarto o algo
parecido; pero, poco a poco, se restableció y pasó la tentación. Sin embargo, el
dolor era muy fuerte, porque algunos sacerdotes y religiosos jóvenes prefirieron
irse a las casas de los Estados Pontificios para vivir la Regla antigua, ya que a las
casas de Nápoles no se las reconocía como parte de la Congregación.
En 1781 Alfonso y los suyos trataron de aclarar las cosas en Roma, pero el
24 de agosto recibieron la respuesta de que no se admitían más instancias sobre
este asunto. De esta manera quedaba consumada la separación de las dos ramas
de Instituto.
Las casas de los Estados Pontificios sin las restricciones reales de Nápoles,
pudieron crecer. El padre De Paola, el 22 de marzo de 1783, compró la iglesia de
San Julián ai Monti en Roma. A fines de 1783, se había concedido que la casa de
Agrigento (Sicilia) no quedara fuera de la Congregación con tal de que observara
la Regla original aprobada por Benedicto XIV.
Los avances del Instituto más allá del reino de Nápoles fueron
providenciales, pues las casas de Nápoles, además de no haber obtenido el visto
bueno regio, podían ser suprimidas al igual que las de los jesuitas. Por su parte,
Alfonso le decía a los suyos del reino de Nápoles que tuvieran fe, que la situación
se arreglaría después de su muerte, restableciéndose la unión; lo que así sucedió
como lo había profetizado.
ESCRÚPULOS Y ANSIEDADES
73
los días a lo largo del corredor. Los primeros años lo hacía a pie; después
sentado. Hasta su muerte tenía unas ocho horas diarias de oración. En vez del
Oficio divino, el Papa le permitió rezar las tres partes del rosario. A cada cuarto
de hora, cuando sonaba el reloj, rezaba tres avemarías. Y, cuando por estar sordo
no oía el reloj, pedía que le avisaran. Sus achaques se iban acentuando.
137
Tannoia IV, p. 166.
138
Proceso ordinario de Nocera I, fol 321-327.
74
En otra ocasión, el diablo bajo la figura de una mujer. El hermano Alejo lo
declaró en el Proceso: Me llamó a la hora de la siesta y me dijo con voz
temblorosa: “Aquí ha estado una muchacha”. “Imposible, en este momento
todas las puertas tienen la llave echada y la de la portería la guarda el hermano
Leonardo”. Me mandó buscar al hermano Leonardo y éste, al verse en su
presencia, le mostró las llaves y le reafirmó la imposibilidad de que mujer
alguna hubiera franqueado la clausura 139.
Por fin, llegó la paz y escribió: Resolución mía postrera acerca de la fe.
En los últimos tiempos siempre o casi siempre me han fatigado las dudas y
angustias. Finalmente ahora, 21 de octubre de 1785, poniéndome en las manos
de Jesucristo muero tranquilo, creyendo llegar a salvarme por los méritos de
Jesucristo y de María, esperando ir pronto a agradecérselo en el paraíso.
Alfonso de Ligorio del Santísimo Redentor 140.
SU MUERTE
75
de sus días, traían a la portería objetos de piedad como rosarios, estampas y
medallas para que las aplicaran al cuerpo del moribundo y guardarlas como
reliquias. Otros pedían objetos de su uso.
142
Proceso ordinario de Nocera II, fol 652.
76
Después de una hora ocurrió el mismo maravilloso y sorprendente signo
sobrenatural 143.
El padre Tannoia manifestó que pasarían unas diez mil personas. El día
dos de agosto tuvieron lugar las honras fúnebres presididas por el obispo
diocesano. Y ese mismo día Dios quiso manifestar su poder con algunos
milagros. Un niño de dos años, llamado Pepito María Fusco, estaba para morir
tras doce días de fiebre y disentería. Una tía lo llevó al túmulo y pidió al hermano
Romito que le hiciera tocar el cadáver. El prodigio fue inmediato. Así lo
atestiguó su tío canónigo don Cayetano Fusco. La gente gritaba: Milagro,
milagro y exclamaba: Era un santo.
143
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 24, p. 289.
144
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 24, p. 296.
145
Esta imagen de la Virgen con la que murió, se conserva en la casa de los redentoristas de París.
146
Proceso ordinario de Nocera, Sum N° 25, p. 301.
77
El padre Tannoia declaró: En los funerales, fue a la iglesia una mujer
ciega, no sé si de meses o de años; y gritando a vista de todo el pueblo, dijo:
“Padre Alfonso, yo no te tengo por santo y que estás en el cielo, si no me
sanas”. Y en presencia de todos fue consolada, recibiendo en ese mismo instante
la vista deseada 147.
REUNIFICACIÓN
78
redactaron un acta de concordia con vistas al Capítulo general. El padre De Paola
ofreció su renuncia con tal de conservar el título de ex-general con sus derechos y
prerrogativas, escogiendo la casa adonde ir y teniendo a su servicio un padre y un
hermano. Todo ello sería refrendado por la Sagrada Congregación con un
rescripto y un Breve de Su Santidad. El Capítulo general fue convocado para
marzo de 1793 en Pagani. El día 12 de marzo se cantó la misa del Espíritu Santo
y procedieron a la elección del Rector mayor. Al tercer escrutinio, recayó en el
padre Blasucci con 30 votos de los 46 asistentes. Al padre De Paola se
concedieron algunos privilegios como escoger la casa, el título de ex-general, un
hermano lego para su servicio, pero le rehusaron la precedencia sobre el Rector
de la casa y el servicio de un padre y un subsidio económico especial. Todos los
capitulares y miembros de la comunidad de Pagani, renovaron la profesión
religiosa conforme a la Regla aprobada por Benedicto XIV.
BEATIFICACIÓN
79
vendas. Al mismo tiempo tragó la enferma, con unos sorbos de agua, un trocito
del vestido de Alfonso.
152
Proceso apostólico de Nocera I, fol 321.
80
a las piernas, le dirigí esta plegaria, que aún no he olvidado: “Mi querido don
Alfonso: Quiero comprobar ahora si de veras eres grato a Dios y gozas de su
presencia en el paraíso. No quiero morir con esta muerte tan repugnante para
todos. Dame otra enfermedad cualquiera, de la cual estoy dispuesto a morir, y
concédemelo no por amor mío, pues soy un pobre pecador, sino por el amor que
habéis tenido al Santísimo Sacramento y a María Santísima, y te prometo que
luego de curar pregonaré por doquier tu santidad y procuraré con las limosnas
de los devotos llevarte un presente de cera en acción de gracias y visitar
anualmente tu sepulcro”. Se durmió. Al visitarlo en la mañana siguiente el
doctor Vicente de Aquela, lo halló perfectamente curado. Ni fiebre, ni tos, ni
expectoración, ni inapetencia. Mostraba color natural y pulmones sanos y
fuertes. “Esto es un milagro”, sentenció el médico. Desde entonces el enfermo
ya curado añade: “No he advertido síntoma alguno del mal y me siento
perfectamente curado” 153.
CANONIZACIÓN
81
primera mitad del año 1816 empeorando notablemente el enfermo. El tumor se
había corrido hacia el brazo y amenazaba nuevas complicaciones. Sin embargo,
como otros especialistas llamados a consulta discreparan en el dictamen, nadie
se resolvía a emplear a fondo el bisturí. Hasta principios de octubre de 1816 el
pobre hermano, apoyándose en un bastón, se había arrastrado a los ejercicios
de comunidad, pero a partir de entonces le desampararon cada vez más las
fuerzas y aparecieron síntomas de envenenamiento progresivo de toda la sangre.
155
Tellería II, pp. 843-844.
82
peldaños le falló el pie y la pobre mujer, cayendo al suelo de espaldas, recibió
en pleno el peso del saco. Con el pecho magullado, aplastado el vientre y
dislocado el fémur derecho, la transportaron al lecho. “Me mato, me mato”,
había exclamado, al perder el equilibrio, y ya no pudo articular una palabra.
Pronto aparecieron los efectos de graves lesiones internas: hinchazón y negrura
del vientre, imposibilidad de retener líquidos ni alimentos. La desgraciada pasó
dos días entre la vida y la muerte, al tercero la desahució el médico y aconsejó
le administrasen los últimos sacramentos. Después de la extremaunción y ya
anochecido sobrevino a la enferma un síncope: le temblaban los miembros
contraídos, nubláronsele los ojos y tomó aspecto cadavérico. El párroco le dio
la bendición “in articulo mortis” y dejó a su coadjutor para que la asistiera en
los últimos instantes.
“Me bendijo por tres veces como hacen los obispos, y miraba hacia el
lado donde yo sentía el mal, y vuelta al sacerdote que decía las preces de los
agonizantes, le detuve repitiéndole: Usted me encomienda el alma, pero estoy
curada por merced del beato Alfonso, que ha venido a sanarme. No me creían,
mas pedí los vestidos para levantarme y como acababan de darme la
extremaunción, tendieron, por respeto a los santos óleos, una manta en el
suelo”.
83
Se levantó sin sentir rastro del mal ni de luxación en la pierna, comió dos
chuletas y pidió le trajeran al niño para darle de mamar. La estupefacción de la
familia se cambió en lágrimas de alegría y de agradecimiento. La nueva se
difundió como un relámpago por la ciudad. “El beato a quien hoy festejamos ha
obrado un prodigio” 156.
El 7 de julio de 1871 fue nombrado doctor de la Iglesia por el Papa Pío IX.
Se le llama doctor zelantissimus (celosísimo). El 26 de abril de 1950 el Papa Pío
XII lo nombró patrono de los confesores y moralistas con estas palabras: A
ciencia cierta y tras madura liberación, por la plenitud de Nuestra potestad
apostólica y a perpetuidad, elegimos y nombramos a san Alfonso María de
Ligorio patrono ante Dios de todos los confesores y moralistas, con todos los
honores y privilegios litúrgicos que van anejos a los patronos de las
corporaciones 157.
MENSAJE FINAL
Una de las cosas que san Alfonso María de Ligorio nos deja como
mensaje y testamento a todos los cristianos en general y a sus hijos en particular,
es la necesidad de la oración. Él insistía siempre: El que reza ciertamente se
salva y el que no reza ciertamente se condena. Todos los que se han salvado, se
han salvado con la oración; y todos los condenados, se han condenado por no
haber orado 158.
156
Ib. pp. 844-845.
157
Tellería II, p. 992.
158
Tannoia I, p. 42.
84
Les ruego que amen mucho a la Madonna (Virgen María) y que la llamen
siempre en su ayuda, si quieren hacerse santos.
Las religiosas redentoristas son también numerosas. Sus siglas son OSSR:
Ordo Sanctissimi Redemptoris: Orden del Santísimo Redentor.
159
Mermet, p. 545.
160
Mermet, pp. 736-737.
85
CONCLUSIÓN
Que Dios te bendiga también a ti, querido lector, y que la lectura de esta
biografía te estimule en el camino a la santidad.
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Pueblo Libre - Lima - Perú
Teléfono 00(511)461-5894
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