M-T5 Habilidades Destrezas Estrategias Del Mediador

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M-T5

MEDIACIÓN

HABILIDADES, DESTREZAS, ESTRATEGIAS DEL MEDIADOR

¿Qué es un mediador y cuál es su función?

Los mediadores son profesionales especializados que facilitan el diálogo


entre las personas que concurrieron al proceso de mediación. Son una figura
neutral e imparcial que facilita el diálogo entre las partes.

Existen diferentes tipos de mediadores, mediadores familiares: son


profesionales como abogados, psicólogos, asistentes sociales, profesores, etc.,
que han estudiado las técnicas de los procesos de mediación, que incluyen
contenidos tales como teoría de sistemas familiares, teoría de la comunicación,
habilidades comunicacionales y derecho de familia; mediadores licitados: del
universo de los mediadores registrados, puede que algunos de ellos participe
en alguna licitación ofertada por el Ministerio de Justicia y finalmente se la
adjudique, en este caso, además de ser mediadores registrados, pasarán a ser
“mediadores contratados por el Ministerio de Justicia” o denominados
Mediadores Licitados; mediadores privados: son aquellos que no han
participado en las licitaciones públicas del MINJU pero que igualmente están
registrados en el Ministerio de Justicia y, por lo tanto, están habilitados
legalmente para prestar servicios de mediación en las; materias de mediación
previa y obligatoria de manera particular o en otras que no estén prohibidas por
la ley,

Los mediadores, sin importar su tipo, deben resguardar el cumplimiento de los


siguientes principios de todo proceso de mediación:

Igualdad: las personas en conflicto deben encontrarse en iguales condiciones


para comenzar a dialogar y llegar al acuerdo, si esto no ocurriese se proponen
medidas para alcanzar un equilibrio, si lo anterior no es posible, se debe
declarar terminada la mediación, por ejemplo: que una de las partes asista a la
mediación acompañada de su abogado y la otra parte, no.

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Voluntariedad: los participantes tienen la libertad de iniciar un proceso de


mediación o de buscar resolver el problema a través de otra alternativa,
además, las partes pueden retirarse de la mediación en cualquier momento,
por ejemplo: si las conversaciones se están llevando por camino que las partes
no desean, pueden detener la mediación y seguir el proceso por otra vía.

Confidencialidad: todas las conversaciones u declaraciones expresadas


durante la mediación podrán ser relatadas a terceros con la autorización de las
partes en conflicto.

Imparcialidad: los mediadores deberán abstenerse de promover acciones que


comprometan el trato igualitario que deben dar a las partes en conflicto, si
estas consideran que el mediador no está siendo imparcial, pueden solicitar la
designación de un nuevo mediador, por ejemplo: si alguna de las partes siente
que el mediador está tomando partido por la otra parte en cualquier etapa del
proceso de mediación.

Interés superior del niño: el mediador velará para que se tome en cuenta el
interés del niño, niña o adolescente involucrados en el conflicto.

Opiniones de terceros: el mediador velará para que se consideren las


opiniones de los terceros que no fueron citados a la audiencia, a quienes
también se les podría invitar a participar, por ejemplo: si el conflicto es regular
la manutención de un niño, reconocido por su padre, entre su madre y sus
abuelos, el padre del niño deberá ser convocado a la mediación.

Criterios de legitimidad como reaseguros contra la arbitrariedad

La legitimidad, siempre responde a la pregunta: ¿Qué criterios, externos a


nuestra voluntad, son aplicables a este caso y sirven para convencer a las
partes de que no están siendo estafadas, ni presionadas o abusadas por la otra
parte, e incluso por el propio negociador o mediador?

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Los negociadores eficaces persuaden a sus adversarios generando


simplemente en ellos la condición de la justicia del resultado al que están
arribando: sin tozudez ni amenazas. Prepararse para convencer exige pensar e
investigar que normas permiten demostrarle al virtual oponente porque debería
estar de acuerdo, cuál es su sentido y su justificación, ante sí mismo y aun ante
los terceros a los que deba explicarle las razones del acuerdo.

El mediador debe ser agente de la realidad y promotor de la búsqueda de


criterios de legitimidad. En el ejercicio de su rol, debe ser especialmente
cuidadoso con la práctica de la imparcialidad y que esta sea así percibida por
las partes. Por ello, la tarea más saludable para el mediador es la de provocar
que sean las propias partes las que busquen criterios de legitimidad en los
cuales fundar sus aspiraciones.

Otra de las funciones del mediador es fundamentar porque los criterios


objetivos en cuestión son aplicables al caso. Por lo tanto, es necesario que se
anticipe a este tipo de situaciones, trabajando con cada parte los fundamentos
en los cuales se asienta el acuerdo, dándoles argumentos para que no sientan
el vacío de justificación.

Ejemplo 1

La representación de roles en la conferencia (BARUCH BUSH, R.A. –


FOLGER, J.P)

En una conferencia de profesionales, de resolución de disputas, una sesión


concentró la atención en las cuestiones referidas a la neutralidad en el caso de
la mediación en el divorcio. Después de algunos breves comentarios
introductorios destinados a los cincuenta profesionales que asistieron, los
presentadores, dos hombres y una mujer, todos mediadores experimentados,
comenzaron a representar el panel de los roles de una hipotética sesión
mediadora.

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El caso era el de una pareja de clase media que había estado casada veinte
años y tenía dos hijos adolescentes. Ambos cónyuges desempeñaban tareas
profesionales, bien pagadas. La pareja poseía una casa y tenía ahorros por
valor de unos 40.000 dólares. La esposa había adoptado la decisión de
apartarse de la relación y el marido había llegado a aceptar el divorcio como un
hecho inevitable. Era evidente que a la mujer le incomodaba insistir en la
necesidad de la ruptura, pero también que deseaba vivamente continuar
realizando su propia vida. La mayoría de las alternativas financieras y relativas
a la custodia de los niños habían sido analizadas en una sesión precedente. Se
había pedido al marido y a la esposa que considerasen estas variantes,
buscando consejo exterior si era necesario, y que acudiesen a la siguiente
reunión, dispuestos a adoptar decisiones acerca de los términos del acuerdo.

Cuando comenzó la representación de roles, el mediador preguntó a la pareja


qué pensaba cada una acerca de la propiedad y la custodia. La mujer habló
primero. Dijo que era importante que el marido recibiera la custodia de los dos
varones, en vista de la edad que éstos tenían y de su estrecha relación con
padre. Deseaba estar con los varones, quizás un fin de semana mensual y
durante las principales festividades, pero dejó en claro que en definitiva las
fechas y los lapsos serían determinados por ellos: los vería cuando ellos
desearan verla. Agregó que, si los muchachos se quedaban a vivir con el
padre, solo aspiraba a una suma global de 30.000 dólares, sin más reclamos
sobre la casa o los activos conjuntos. El marido aceptó estas condiciones. El
mediador formuló varias preguntas a ambos acerca de los arreglos propuestos.
Preguntó a la mujer si había consultado a su abogado acerca de los arreglos y
si estaba satisfecha al dejar todo el patrimonio representado por la vivienda en
manos del esposo. Ella lo consideraba justo en vista de las futuras
responsabilidades del padre con los varones. Dijo que lo que le parecía más
importante era que ella estaba “retirándose”. El mediador después le pidió que
aclarase por qué estaba dispuesta a dejar la visita a sus hijos como un tema
más o menos abierto. La esposa reiteró que los varones se sentían mucho más
cerca de su padre, y que ella no deseaba amenazar esa relación: ya había

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provocado considerable tensión cuando decidió apartarse del matrimonio, y no


quería ser causa de más dificultades. Cuando se le preguntó al marido acerca
de la propuesta de la esposa, manifestó que él y su mujer habían conversado
los problemas, llegado a la conclusión de que esas condiciones eran las más
convenientes para todos. Hacia el final de la sesión, el mediador preguntó de
nuevo si ambos creían que habían reflexionado bastante acerca de ese
acuerdo y si estaban cómodos con él. Los dos cónyuges afirmaron que era lo
que deseaban. El mediador concluyó la sesión anunciando que pondría por
escrito el acuerdo.

La representación de roles insumió alrededor de quince minutos.


Inmediatamente después, los presentadores preguntaron al público qué
pensaba. Todos los que hablaron criticaron la intervención del mediador. Las
reacciones oscilaron entre la irritación moderada y la hostilidad lisa y llana. Una
persona afirmó: eso no fue neutralidad… ¡De ningún modo fue mediación!, las
objeciones se centraron en lo que se percibió como la actitud de prescindencia
del mediador. La gente creía que la esposa estaba otorgando demasiado,
probablemente porque “huía” y se sentía culpable al abandonar a la familia. La
solución alcanzada era mediocre, y el mediador se mostraba remiso con su
actitud prescindente y tolerante.

Sin reaccionar ante las objeciones de la audiencia, los presentadores


preguntaron si alguien deseaba asumir el papel de mediador y repetir la sesión.
Dos mujeres del público se ofrecieron a colaborar. Otra vez los presentadores
asumieron los dos roles del marido y la mujer y los nuevos mediadores
preguntaron a la esposa qué pretendía ella en el acuerdo. La esposa suministró
el mismo panorama general de sus condiciones acerca de la custodia y la
propiedad. Entonces, los mediadores formularon una serie de desafíos a la
esposa. Preguntaron por qué ella no reclamaba una participación más
considerable en los activos financieros, sobre todo sí estaba entregando la
casa al marido. También preguntaron por qué trataba tan “sueltamente” las
visitas y cómo podía sentirse cómoda si veía a sus hijos sólo cuando ellos
querían verla. Cuando la madre comenzó a explicar su posición, uno de los

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mediadores preguntó derechamente: “¿Cuál es su concepción de la


maternidad? Después, la sesión se prolongó, y en el curso de ésta, el mediador
indicó que no se había llegado a ese acuerdo. El público elogió la segunda
representación del caso.

GUIA DE TRABAJO

A) ¿Qué opina del relato del role-playing que antecede? ¿Con cuál de los dos
abordajes se siente más identificado? ¿Qué hubiera hecho usted frente al
mismo caso?

B) ¿Dónde pone el acento el primer mediador? ¿Y el segundo?

C) ¿Qué estrategias o actitudes le critica al primer y al segundo mediador?


¿Cuáles pondera?

D) ¿Cuál es la postura mayoritaria del público respecto del rol del mediador?
¿Por qué critican la postura del primer mediador?

E) ¿Qué aspectos esenciales de la mediación cree que usted que han sido
vulnerados en el desempeño del primer y del segundo mediador del juego de
roles descrito?

Lic. Esther C. Peluffo


Directora
E.C.O. Escuela de Comunicación Ontológica
Coach Educativo
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