107a Materiales Sobre Voseo, SeseoDistinción, Yeísmo

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‘Historia de la Lengua Española’ – Prof.

Silvio Cornú

Reajuste de las sibilantes del español: Sistema de Seseo y Sistema de Zonas distinguidoras

Fonemas Siglos XV-XVI Español moderno


consonánticos Español medieval -Ensordecimiento -Adelantamiento /s/ > /θ/
-Neutralización -Velarización /š/-/ž/ > /x/
fixo [fíšo] fijo [fíxo]
Sorda /š/ exemplo ejemplo
Prepa- <x> exir ‘salir’ /š/ > /x/ <j, ge,i> eje
latales fijo [fížo] hijo [íxo]
Sonora /ž/ consejero consejero
Fricativas <j, ge,i> gente gente
osso [óso] ‘oso (sust.)’ oso [óso] ‘oso (sust.)’
Sorda /s/ condessa /s/ condesa
Alveo- <s-, -ss-, -s> soles /s/ <s> soles
lares oso [ózo] ‘(yo) oso (verbo)’ oso [óso] ‘(yo) oso (v.)’
Sonora /z/ condesa Zonas ---
<-s-> distin- / s/
Sorda decir [deŝír] ‘descender’ guidoras Seseo ---
Africadas /ŝ/ parecer, acontesció parecer, aconteció [θ]
Dento- <ç, ce,i, sce,i> março, açucar /ŝ/ /θ/ marzo, azúcar
alveolares Sonora dezir [deẑír] ‘decir’ <z, ce,i> decir [deθír] / [desír]
/ẑ/ fazer hacer
<z> razón razón

Notas:
a) En este cuadro presentamos de manera simplificada el paso de cambio intermedio en las sibilantes. En cuanto a España, respecto de los siglos XV-XVI, se
debería mencionar una distinción que, en nuestro curso cuatrimestral vamos a obviar. Refiere a dos normas de funcionamiento simultáneo, la del centro-
norte o castellana (con centros en Madrid y Toledo) y la del sur (Andalucía y Sevilla), que involucran dos pares distintos de fricativas alveolares que se
representan, respectivamente, como /s̺/, /z̺/ y /s̪/, /z̪/. Se podrá ampliar sobre este particular, mediante la consulta a los materiales de cátedra.
b) En el cuadro hemos conservado la representación fonológica de las consonantes según el sistema de la Revista de Fonología Española (RFE), ya que la gran
mayoría de los materiales han seguido tradicionalmente este sistema. Debemos tener en cuenta, no obstante, que a partir de la Nueva Gramática de la
Lengua Española (RAE, 2009), se ha convenido la adopción del sistema correspondiente al “Alfabeto Fonético Internacional” (AFI). Los cambios serían como
sigue: a) Para las fricativas prepalatales sorda y sonora, de /š/-/ž/ (RFE) a /ʃ/-/ʒ/ (AFI) respectivamente. b) Para las africadas dentoalveolares sorda y sonora,
de /ŝ/-/ẑ/ (RFE) a /t͡s/-/d͡z/ resp.
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--Para los fenómenos del "seseo” y de “zonas distinguidoras de las fricativas” (también para “yeísmo” y “voseo”), hay elementos en varios
materiales de la carpeta o sugeridos por la cátedra, entre otros: el Folio 9 ("El español americano" y "El español de Argentina"), págs. 19 y 91; en
los Apéndices de Lathrop (pp. 222 a 224 del libro) (archivo 104b, pp. 21-24); en el Manual de Lapesa, buscando en el Índice por temas (archivo
302), etc. Pero en algunos tramos puede resultar confuso lo presentado en estas fuentes, ya que dan precisiones fonológicas que escapan a lo
que pudimos estudiar en nuestro cursado cuatrimestral. Por ej., algunos autores confunden el concepto de "ceceo" con el “sistema distinguidor
de las fricativas”. El “ceceo”, en realidad” refiere a algunas zonas del sur de España en las que todas las grafías asociadas al "seseo" se
pronuncian con un sonido similar al de la fricativa interdental sorda [θ].
--Nosotros nos concentraremos más en la distinción entre el sistema del “seseo” y el de las “zonas distinguidoras”. Para ello, conviene partir de
los tres pares de consonantes sibilantes del español medieval (archivo 104a, Folio 4a, pág. 9) y seguir lo consignado en el cuadro de la pág. ant.,
que consiste en una síntesis de los materiales mencionados.
--Recuerden, entre otros puntos, que en toda América sólo se da el fenómeno del "seseo" y es en España donde se dan los dos fenómenos.
Según nuestra visión simplificada, denominamos:
--(a) Zonas “distinguidoras de las fricativas”: aquellas áreas de España en las que se distingue entre el sonido de la fricativa interdental
sorda [θ] como pronunciación de las grafías <z +a/u> (ejs. "zapato", "zeta", "zinc", "zorro", "azul") y <c +e,i> (ejs. "cena" y "cielo") y el sonido de
la fricativa alveolar sorda [s] para las grafías <s+a/u> ("saco", "seco", "así", "paso", "puso").
--(b) Zonas de "seseo": América y aquellas zonas de España en que no se emplea la pronunciación de la fricativa interdental sorda [θ] y en
todas las circunstancias apuntadas se pronuncia el sonido de la fricativa alveolar sorda [s], así entonces para las grafías <s+a/u> ("saco", "seco",
"así", "paso", "puso"); <z +a/u> ("zapato", "zeta", "zinc", "zorro", "azul", pronunciados con [s]) y <c +e,i > ("cena" y "cielo", pronunciados [s]).
--En la Página de Hispanoteca, http://hispanoteca.eu/gram%C3%A1ticas/Gram%C3%A1tica%20espa%C3%B1ola/Ceceo-Seseo.htm , figura una
explicación similar respecto del "seseo" [que toman de RAE: Diccionario Panhispánico de Dudas. Madrid: Santillana, 2005, p. 598]. Para el
"ceceo" dan la orientación algo errónea apuntada más arriba. Por lo tanto, de la página de Hispanoteca, tomemoss sólo lo relativo al "Seseo".
--Lo estudiado en los materiales mencionados permitirá sustentar las explicaciones correspondientes cuando realicen la evolución fónico-gráfica
y etimológica de palabras o analicen los rasgos lingüísticos de textos medievales. Como modelo de análisis para el examen escrito, del ‘Enxemplo
XI’ de El Conde Lucanor, de Juan Manuel, surge lo siguiente:
“acaesció (6), adereçó (19) y fazienda (1), dezir (17): Distinción entre las consonantes africadas dentoalveolares sorda, [ŝ] <sce,i>, <ce,i> o <ça/u>
(verbos acaesció, sust. adereçó), y sonora, [ẑ] <za/u> (sust. fazienda, infinitivo verbal dezir). En el tránsito hacia el español moderno se producirían
los siguientes cambios: esp. med. [ŝ] <sce,i>, <ce,i> o <ça/u> y [ẑ] <za/u> > esp. mod. [θ] <ce,i>, <za/u> o [s] <sa/u> (en zonas ‘distinguidoras’ entre las
fricativas sordas interdental y alveolar, respectivamente) o bien [s] (fricativa alveolar sorda, en zonas de ‘seseo’) <ce,i>, <za/u>, <sa/u> ( acaeció,
adereçó, hacienda, dezir)”.
‘Historia de la Lengua Española’ – Prof. Silvio Cornú

Para completar la explicación del fenómeno del seseo y de las zonas distinguidoras de las fricativas

Para completar la explicación del fenómeno del seseo y de las zonas distinguidoras de las fricativas, conviene contemplar al menos los pasos
siguientes. Para ello hay que basarse en todo lo explicado en el cuadro y en la página que antecede a ésta y, de considerarlo necesario, en
cualquier otra información de los restantes materiales de cátedra:

a) La existencia de los tres pares de sibilantes en el español medieval: fricativas alveolares sorda y sonora; fricativas prepalatales sorda y
sonora y africadas dentoalveolares sorda y sonora.

b) Transformación de este sistema en los pasos siguientes:


--Ensordecimiento: se pierden las consonantes sonoras al asimilarse a las sordas correspondientes, quedan solo las sordas de las
frivativas alveolar y prepalatal y la africada dentoalveolar.
--Neutralización: las tres consonantes sordas mencionadas tienden a neutralizarse de modo que solo prevalece como sibilante la
fricativa alveolar sorda [s].
--Adelantamiento /ŝ/ - /ẑ/> /θ/: la neutralización aludida implica el adelantamiento de las africadas dentoalveolares hacia la fricativa
interdental sorda /θ/, sonido no sibilante que no existía en el español medieval.
--Velarización /š/-/ž/ > /x/: dicha neutralización también implica la velarización de las fricativas prepalatales hacia la fricativa velar sorda
/x/, sonido no sibilante que tampoco existía en el español medieval y que como el anterior se incorpora a partir de los Siglos de Oro
españoles (segunda mitad del siglo XVI y primera mitad del siglo XVII).

c) Descripción de los hábitos de pronunciación en las zonas distinguidoras entre la fricativa interdental sorda /θ/ y la fricativa alveolar
sorda /s/ y las zonas en que se da el sistema del seseo, donde sólo se da la pronunciación de la fricativa alveolar sorda en todas las
circunstancias.

Para todos estos puntos deben definirse fonológicamente las consonantes mencionadas y registrarse la notación de los fonemas y los grafemas
correspondientes, como así también aportar ejemplos.

***
FHUC, UNL - “Historia de la lengua española” (2016) - Prof. Silvio Cornú – Santa Fe, República Argentina

El yeísmo

El yeísmo es uno de los rasgos de la evolución fonético-fonológica del español hablado


en el mundo que, al igual que el seseo, se extiende a todos los estratos sociales. Consiste
en la pronunciación del dígrafo <ll> con el sonido comúnmente atribuido a la <y>, de
modo que tanto la palabra calló (verbo callar) como la palabra cayó (verbo caer) se
pronuncian [ka'ʝo].1 El yeísmo refiere, por lo tanto, a la fusión de los dos fonemas
aproximantes palatales sonoros: la lateral palatal /λ/, representada gráficamente por <ll>
y la fricativa palatal /ʝ/, representada por <y>, con un único resultado coincidente con
esta última que, no obstante, suele presentar variaciones según las regiones.2

Se trata de un proceso que posee indicios en la Edad Media y que aún sigue su curso
de desarrollo. Hay testimonios escritos que remontan su presencia a tiempos previos e
inicios de la conquista de América, como son las confusiones que se dan en la cadena
gráfica entre la <ll> y la <y> al escribir y que delatan la existencia de yeísmo en la
cadena fónica. Por otra parte, no faltan casos de ultracorrección como *sullos (por
suyos) o *vallan (por vayan).

Una variante muy peculiar se da en la zona de influencia del español rioplatense, en


Argentina y Uruguay, donde el yeísmo implica la producción de las consonantes
fricativas prepalatales –o postalveolares–, la sonora /ʒ/ con una tendencia creciente al
ensordecimiento /ʃ/, acompañadas de un sonido rehilante. El rehilamiento comprende
una vibración o zumbido producido en el punto de articulación. Según este “yeísmo
rehilado” –de acuerdo con la denominación de Amado Alonso–, calló y cayó se
pronuncian [ka'ʒo], o bien, [ka'ʃo].

El fonema unificado debido al yeísmo presenta ciertas variantes en su pronunciación,


las que asumen el carácter de alófonos. Entre las diversas situaciones que se dan en
relación con la distinción o la no distinción entre ambos fonemas, figuran las siguientes:
a) Las zonas no yeístas, distinguidoras, recurren a dos sonidos diferentes para las
grafías <ll> y <y>. La grafía <ll> se corresponde con el fonema consonántico lateral
palatal /λ/ –ejemplos malla ['maλa], lluvia ['λuβia]– y la grafía <y> con el fonema
consonántico central palatal /ʝ̞/ –maya ['maʝa], yo ['ʝo]–.
b) En las zonas yeístas, como dijimos, tanto la grafía <ll> como la grafía <y> se
pronuncian como /ʝ/; de este modo, tanto malla como maya se pronuncian ['maʝa], lluvia
['ʝuβia], yo ['ʝo].
c) Hay áreas donde el yeísmo lleva a una consonante que se vuelve africada, /ʤ/,
sobre todo al comienzo de palabra o con intención enfática –['maʤa], ['ʤuβia], ['ʤo]–.
d) En ciertas zonas se da una articulación abierta, la aproximante palatal sonora [j]
–['maja], ['juβia], ['jo]–.

1
Para las representaciones fonética, fonológica y gráfica usamos aquí las siguientes señalizaciones: <a>
indica grafía, /a/ indica fonema y [a] indica transcripción fonética.
2
El algunas publicaciones la /ʝ̞/ se representa como /y/. Aquí emplearemos, en todos los casos, los
símbolos correspondientes al AFI –Alfabeto Fonético Internacional–.
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e) También suele darse la desaparición de sonido [Ø], al producirse su asimilación


con una [i] contigua –[tor.'ti:.a] tortilla, [po.'i:.to] pollito–.
f) En el español rioplatense, mediante lo que algunos autores llaman “žeísmo”
o “zheísmo”, se produce la fricativa prepalatal sonora /ʒ/ –['maʒa], ['ʒuβia], ['ʒo]–.
g) También en el español rioplatense, y cada vez con mayor frecuencia, aparece, a
través de denominado “šeísmo” o “sheísmo”, la fricativa prepalatal sorda /ʃ/ –['maʃa];
['ʃuβia], ['ʃo]–.3
h) Existe, además, un yeísmo que, si bien desfonologiza la lateralización de la
consonante palatal lateral /λ/, grafía <ll>, no confunde totalmente el sonido resultante
con el correspondiente a <y>, sino que mantiene una cierta distinción entre ambos.
i) Debemos mencionar también las zonas de “lleísmo”, en las que se neutralizan
ambos fonemas en favor de la lateral palatal /λ/, de manera contraria a como ocurre con
el yeísmo.

Los estudiosos mencionan algunas posibles causas de la evolución hacia el yeísmo.


Algunos autores sostienen que el yeísmo responde a una necesidad de economía
lingüística, que se traduce en el menor esfuerzo que implica utilizar un solo fonema para
dos grafías. Otra de las causas, estaría dada por el hecho de que la utilización de ambos
fonemas, en las zonas diferenciadoras, reviste escaso rendimiento lingüístico, debido a
que es reducido el número de pares mínimos que permite distinguir, y los hablantes
tienden naturalmente a diferenciar únicamente los elementos imprescindibles para la
comprensión de las palabras. Entre estos pares mínimos, aparte de maya – malla ya
presentados, figuran:
vaya o baya – valla haya o aya – halla cayó – calló
arroyo – arrollo raya – ralla raya – ralla
cayado - callado

En la Nueva gramática de la lengua castellana, de la R.A.E. (2011: 220-221),


leemos:
“El proceso es explicable por la cercanía articulatoria, acústica y perceptiva de estos
sonidos, ya que ambos son palatales sonoros. La consonante /λ/ se caracteriza por el
cierre central del conducto vocal; sin embargo, cuando se produce debilitamiento, la
lengua deja de estar en contacto con la parte central y anterior del paladar, y el aire no
se expulsa por la zona lateral de la lengua y el paladar, sino por el centro del canal
bucal. Se produce así una articulación central, que corresponde a la consonante
obstruyente fricativa /ʝ/. Este proceso existe en las lenguas románicas y se ha producido
en francés (ej. fille ['fiʝ]) y en rumano (fiye, muyere); es observable también en muchas
hablas portuguesas, sobre todo del Brasil, y en variantes italianas y catalanas”.

Otro factor de carácter más sociológico responde al desplazamiento de las masas


rurales con pronunciación yeísta hacia las ciudades en España. De este modo, una

3
Las denominaciones “žeísmo” y “šeísmo” aluden a los fonemas fricativos prepalatales sonoro y sordo,
representados en el AFI como /ʒ/ y /ʃ/, que la Revista de Filología Española (RFE) representa,
respectivamente, como /ž/ y /š/.
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pronunciación que primeramente se censuraba termina recibiendo el carácter de


pronunciación aceptada. A lo anterior, debemos agregar, tanto en España como en
América, el uso creciente del yeísmo en los medios de comunicación con centro en las
grandes ciudades que ha favorecido su difusión al resto de cada país.

Según R.A.E. (222), existe un alto grado de complejidad en la manifestación de los


fenómenos de variación que experimentan los segmentos relacionados con el yeísmo, de
modo que para lograr una “explicación y descripción completas, hay que atender a los
tres parámetros fundamentales de variación lingüística: la dimensión histórica, la
dimensión espacial y la dimensión social”. En este sentido, a continuación,
presentaremos, a grandes rasgos, nociones presentes en la mencionada publicación, que
podrán profundizarse mediante consulta directa (222ss.).

Desde el punto de vista histórico, como dijimos, se trata de un fenómeno que se da


tanto en España como en América, que comienza a documentarse en la Edad Media y
cuyo proceso aún sigue en evolución. Se encuentra actualmente muy difundido en la
mayoría de los países hispanohablantes, plenamente establecido en unas zonas y como
cambio en proceso de difusión, en otras. Son focos antiguos de yeísmo algunos
ejemplos aislados que se registran en distintas hablas de la Península desde la Edad
Media. En castellano aparece claramente en el siglo XVI, en España y también en
América, en lugares como Cuba, Santo Domingo, México, Honduras, Venezuela, la
antigua Nueva Granada y el Perú, y en textos de personas de diferentes extracciones
sociales. Se cree que no ha habido un único foco de expansión y que en esta época su
origen remite, en gran medida, a entornos urbanos. Se menciona, además, la existencia
de un yeísmo más moderno que, procedente de Andalucía, se extendió primero a
Madrid y luego tanto a otras ciudades españolas como a México y Lima.

En España el yeísmo se extiende con rapidez. Se lo encuentra en Cantabria y en la


meseta sur. En Madrid, de ser común primero entre las clases menos instruidas llega a
ser hoy casi general. Andalucía es mayormente yeísta, con algunos puntos
distinguidores sobre todo en el andaluz oriental y cerca de Sevilla y otras zonas. En
Canarias, como en otras áreas, el yeísmo se afianza también en entornos urbanos; son
yeístas los hablantes más jóvenes, mientras que los campesinos y mujeres tienden a
conservar la distinción. Según las zonas, la diferenciación suele asociarse, además, a
personas de edad mediana o avanzada. Distinguen en Aragón, Navarra y Rioja y en las
capitales de provincia situadas en la meseta norte. También lo hacen en las zonas menos
comunicadas de la provincia de Toledo y, en el norte, en Cuenca y Guadalajara. Varias
islas españolas distinguen en buena parte y otras, como Gran Canaria, sólo
parcialmente. La solución prepalatal [ʒ] está documentada en Toledo, tanto en zonas
rurales como urbanas.

En América predomina el sistema yeísta y es el que presenta documentación más


antigua. Se manifiesta en textos de personas de diferentes extracciones sociales, no
necesariamente en un foco único de expansión y con origen, según se cree, en entornos
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urbanos. El yeísmo se da en sus distintas variantes en zonas del Caribe, como Puerto
Rico y Cuba, y también en México, donde es prácticamente general. En el español de
Estados Unidos sobresalen las realizaciones abierta y elidida. Éstas se observan,
asimismo, en Panamá y en América Central, lugares en que incluso se registran
fenómenos de ultracorrección, como [‘fe.ʝo] feo. En Costa Rica, la más frecuente es una
variante africada. “En puntos costeros del Ecuador, en la costa atlántica de Colombia y
en el centro de la Argentina, se registra la pronunciación de una vocal no silábica, como
en ['kai̯ e] calle u ['oi̯ o] hoyo, y esporádicamente se produce pérdida de la consonante:
[ga.'i.na] gallina.” (224) La pérdida se registra también en Chile. Gran parte de
Colombia es yeísta, en sus distintas variantes. Y el fenómeno es general en la costa del
Ecuador, mientras que la Sierra y la zona oriental son áreas distinguidoras. En Perú, en
general son yeístas Lima y la mayor parte de las áreas costeras del centro y del norte. Se
documentan soluciones prepalatalizadas desde Chala (Perú) hasta Salta (Argentina),
como así también en Uruguay. En Montevideo, sobre todo entre las mujeres, se dan
tanto la prepalatal sonora como la sorda, las que, en realidad, se extienden por todo el
territorio uruguayo.

A continuación citaremos el párrafo completo que refiere a la Argentina:


“En las zonas no distinguidoras de la Argentina, la fusión se manifiesta en forma de
fricativa palatal [ʝ] o de fricativa prepalatal [ʒ]: la realización rehilada aparece al oriente,
en las hablas porteñas, Patagonia y Tierra del Fuego, y al este de la línea entre Córdoba
y Bariloche, en la frontera con Chile. El proceso [ʝ] > [ʒ] es de origen urbano, irradiado
desde Buenos Aires y otras ciudades de la zona litoral pampeana hacia el interior del
país; llega a ser general en Salta y Tucumán. Se trata de un fenómeno variable,
manifestado en la aparición de la variante sonora [ʒ], la variante sorda [ʃ] y también de
una forma intermedia, la prepalatal ensordecida [ʒ]. El ensordecimiento es más frecuente
en las mujeres, en las clases cultas y en los jóvenes, y en su etapa inicial suele estar
favorecido por la posición interna de palabra y por el carácter acentuado de la sílaba. El
ensordecimiento está ampliamente documentado en ciudades como Buenos Aires y
Bahía Blanca; en Rosario se presenta algo menos avanzado que en la capital, aunque
tanto el ensordecimiento parcial como el total muestran signos de expansión. En
conjunto, su configuración se acerca a la de un cambio originado desde las clases
superiores.” (225)

Referiremos, finalmente, al sistema que distingue entre los dos fonemas


correspondientes a las grafías <ll> y <y>. Existen, al menos dos subsistemas que
conservan el contraste pero con distintas características fonéticas, si bien no dejan de
darse ejemplos de fusión:
a) distingue entre /λ/ y /ʝ/
b) entre /λ/ y /ʤ/

El subsistema a) se advierte en zonas rurales de Puerto Rico, como Barranquitas. En


Colombia, aparece en una amplia sección central que se extiende por toda el área de las
hablas andinas orientales, con excepción de Bogotá, en el centro de dicha zona andina,
en que es mayoritario el yeísmo. Nos interesará citar lo relacionado con el sustrato
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aborigen: “En el Perú se suele conservar la distinción en la zona andina, tanto entre
quechuahablantes como entre no quechuahablantes, y quedan restos de distinción en la
zona sur, desde Arequipa hasta Tacna. La diferenciación, en todo caso, no es
sistemática, pues el patrón distinguidor y el no distinguidor pueden encontrarse en un
mismo hablante”. En el Perú amazónico, alternan la distintas soluciones fricativas y
africada del yeísmo y la fricativa palatal aparece a veces en los contextos propios de /λ/.
“En Bolivia, la distinción se mantiene en todo el país, excepto en hablantes bilingües de
la zona oriental, ya que su lengua materna, el chiquitano o el guaraní, carece del
segmento /λ/, que es reemplazado por /ʝ/”. En Chile quedan algunas zonas
distinguidoras, como en la provincia de Parinacota, sobre todo entre los hablantes de
menor instrucción. Hay zonas de convivencia con el yeísmo. En la provincia de Cautín
se registran, incluso, casos de lleísmo. “Es normal la articulación /λ/ en palabras
españolas entre la población rural indígena de Cautín, seguramente apoyada por la
existencia de este sonido en mapudungu. Más al sur del país, en medio de una región de
predominio del subsistema yeísta, hay todavía puntos distinguidores, como Llifén
(Valdivia)”. (226) En la Argentina existen algunas zonas que conservan la distinción.

El subsistema b), que distingue entre /λ/ y /ʤ/, es propio del Paraguay pero también
se manifiesta en puntos de Ecuador y la Argentina (en Formosa, Chaco, Corrientes y
Misiones) como continuación del área paraguaya.

“El fenómeno se vincula al influjo del guaraní. La sonante /λ/ se conserva de manera
casi general en el Paraguay, aunque existen algunos ejemplos incipientes de pérdida de
distinción en los que la realización se produce como fricativa palatal, de modo que /λ/ >
/ʝ/. En ocasiones, se documenta una realización fricativa prepalatal tras /s/, como por
ejemplo en [la.'ʒe.ma] las yemas. La pronunciación más frecuente del segmento /ʝ/ es,
sin embargo, la africada [ʤ], tanto en posición inicial como en posición intervocálica:
['ʤema] . . .; ocasionalmente, puede aparecer también la fricativa prepalatal sonora [ʒ]:
['ma.ʒo] mayo”. (226-227)

Finalmente, debemos mencionar que existe registro de que así como en el subsistema
distinguidor a) la fricativa palatal suele aparecer en los contextos propios de /λ/, en el
subsistema distinguidor b) se documentan realizaciones no laterales de /λ/. Esto último
se advierte, por ejemplo, en los hablantes jóvenes de zonas urbanas y de clase media y
alta de Quito. El incremento de la neutralización del fonema lateral en las áreas
distinguidoras, apoya la idea de que el yeísmo es un fenómeno de cambio en difusión
que sigue ganando terreno en la aceptación y el hábito de los hispanohablantes.

Bibliografía:

Real Academia Española - Asociación de Academias de la Lengua Española (2011)


Nueva gramática de la lengua española. Volúmenes: I-Fonética y Fonología. II-
Morfología. Sintaxis I. III-Sintaxis II. Barcelona, Espasa Libros S.L.U.

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