Hal Foster Et Al La Posmodernidad
Hal Foster Et Al La Posmodernidad
Hal Foster Et Al La Posmodernidad
LA POSMODERNIDAD
Selección y Prólogo de Hal Foster
Numancia, 117-121
08029 Barcelona
Título original: TH E ANTI-AESTH ETIC:
ESSAY S O N PO STM O DER N CULTURE
IS B N -10: 84-7245-154-2
IS B N -13: 9 7 8 -8 4-7245-154-4
D epósito legal: B -5 2 .100/2008
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Sobre las minas del museo
Douglas Crimp
Referencias
1. Hilton Kramer, « D oes G éróm e Belong with G oya and M onet?» N ew Y ork
T im es, 13 abril 1980, sección 2, p. 35.
2. Theodor W. Adorno, «Valéry Proust M useum», en P rísm s (Londres: Nevillé
Speannan, 1967), pp. 173-186.
3. Kramer, p. 35.
4. Leo Steinberg, «Other Criteria», en O ther Criteria (Nueva York: Oxford Uni
versity Press, 1972), pp. 55-91. Este ensayo se basa en una conferencia pronunciada
en el M useo de Arte M oderno de N u eva York en marzo de 1968.
5. Ibid., p. 84.
6. Véase el comentario de Rosalind Krauss sobre la diferencia radical entre collag¿:
cubista y collage «reiventado» de Rauschenberg, en «Rauschenberg and the Materia-
lized Image», A rtforum , X III, 4 (diciembre 1974), pp. 36-43.
7. N o todos los historiadores del arte estarían de acuerdo en que M anet hizó
problemática la relación de la pintura con sus fuentes. Esta es, sin embargo^ la
suposición inicial del ensayo de M ichael Fried «Las fuentes de Manet: aspectos de su
arte, 1859-1865» (A rtforum , VII, 7 [marzo 1969), pp. 2 8 -82), cuya primera frase
dice: «Si hay una sola pregunta orientadora para nuestra comprensión del arte de
M anet durante la primera mitad de la década de 1860, es ésta: ¿qué vamos a hacer cori
[as numerosas referencias en sus cuadros de aquellos años a la obra de los grandes
pintores del pasado?» (p. 28). En parte, la presuposición de Fried de que las refe^
rencias de M anet a un arte anterior eran diferentes, en su «literalidad y obviedad», de
las formas en las que la pintura occidental había utilizado previamente las fuentes
llevó a Theodore Reff a atacar el ensayo de Fried, diciendo, por ejemplo, que «cuando
Reynolds retrata a sus m odelos en actitudes tomadas en préstamo de H olbein, Miguel
Angel y Annibale Caracci, jugando ingeniosamente con su pertinencia a sus propios
temas; cuando Ingres se refiere deliberadamente en sus com posiciones religiosas a las
de Raifael, y en sus retratos a ejem plos familiares de la escultura griega o la pintura
romana, ¿no revelan la misma conciencia histórica que anima las primeras obras de
Manet?» (Theodore Reff, « ‘M anet’s Sources: A Critical Evaluation», Ariforuvtiy
VIII, 1 [setiembre 1969], p. 4 0 ). C om o resultado de esta negativa de diferencia, Reff
puede continuar aplicando al m odernismo metodologías histórico artísticas ideadas
para explicar el arte del pasado, por ejem plo la que explica la relación muy particular
del arte del Renacimiento italiano con el de la antigüedad clásica.
Precisamente, lo que originó el presente ensayo fue el ejemplo paródico de esa
aplicación ciega de la m etodología histórico-artística al arle de Rauschenberg. En este
caso, presentado en una conferencia de Robert Pincus-W ittem, la fuente de la obra
M onogram de Rauschengberg (un montaje que utiliza una cabra de angora disecada)
se dijo que era S capegoat, de W illiam Holman Hunt.
8. Michel Foucault, «Fantasía o f the Library», en Language, C ou nter-M em ory,
Practice (Ithaca: Cornell University Press), pp. 92-93.
9, Citado de «The M useum ’s Furnace: N otes Toward a Contextual Reading o f
Bouvard and Pécuchet», de Eugenio D onato, en Textual Síraiegtes: Perspectivas in
post'Struciuralist Criticism , ed. Josué V. Harari (Ithaca: Cornell University Press,
1979), P- 234. D eseo agradecer a Rosalind Krauss que llamara mi atención sobre el
ensayo de Donato, y de manera m ás general por sus muchas sugerencias útiles
durante la preparación de este texto.
]0 . Ibid., p. 220. La aparente continuidad entre los ensayos de Foucault y D onato
: es desorientadora, en cuanto que Donato está explícitamente empeñado en un ataque
a la metodología arqueológica de Foucault y afirma que implica a éste en un retorno a
una metafísica de los orígenes. El m ism o Foucault fue más allá de su «arqueología»
en cuanto la codificó en L a arqueología del conocim iento (trad. inglesa: Nueva York:
pantheon Books, 1969).
11. G ustave Flaubert, B ou vard y Pécuchet
; 12, D onato, p, 223.
13. Esta comparación fue presentada inicialmente por Robert Rosenblum en un
simposio titulado «M odem Art and the Modern City: From Caillebotte and the
Impressionists to the Present D ay», celebrado conjuntamente con la exposición de
Gustave Caillebotte en el Brooklyn Museum en marzo de 1977. Rosenblum publicó
una versión de su conferencia, aunque sólo se ilustraron las obras de Caillebotte. El
siguiente extracto bastará para dar una impresión de las comparaciones que efectuó
Rosenblum: «E3 arte de Cailiebótte parece igualmente en armonía con algunas de las
innovaciones estructurales de la pintura y la escultura modernas no figurativas. Su
adopción, en los años 1870, de [a nueva experiencia del París moderno (...) implica
nuevas maneras de ver que están sorprendentemente próximas a nuestra propia
década. Por ejemplo, parece haber polarizado más que cualquiera de sus coetáneos
impresionistas los extrem os del azar y lo ordenado, normalmente yuxtaponiendo estos
estilos contrarios en la misma obra. Los parisienses, en la ciudad y el campo* van y
vienen por espacios abiertos, pero en sus ociosos movimientos hay cuadrículas de
regularidad aritmética, tecnológica. Líneas cruzadas o paralelas, cuadrículas repeti
tivas y franjas nítidas imponen de súbito un orden alegre, primariamente estético al
flujo y la dispersión urbanos.
14. André Malraux, Las voces d e l silencio,
15. Véase W alter Benjamín, «The W ork of Art in the A ge o f M echanical Repro-
duction», en Illum inations (N ueva York: Schocken Books, 1969). pp. 2 1 7 -2 5 1 .
16. Para más comentarios sobre estas técnicas posmodernistas que invaden el arte
reciente, véanse mis ensayos «Pictures», O ctober, n.° 8 (primavera 1979), pp. 6 7 -8 6 ,
y «The Photographic Activity o f Postmodernism», October, n.° 15 (invierno 1 9 8 0 ),
pp. 91 -101. El hecho de que estem os ahora experimentando la «decadencia del aura»
que predijo Benjamín puede entenderse no sólo en estos términos positivos de lo que
la ha sustituido, sino también en los muchos intentos desesperados de recuperarla
haciendo revivir el estilo y la retórica del expresionismo. Esta tendencia es fuerte
sobre todo en el mercado, pero también ha sido plenamente acogida por los m useos.
Por otro lado, tanto los m useos com o el mercado han empezado también a «natura
lizar» las técnicas del posm odernism o, convirtiéndolas en simples categorías según las
cuales puede organizarse toda una nueva gama de objetos heterogéneos. V éase mi
ensayo: «Appropriating Appropriation» en Im age Scavengers: Photographs (F ila-
delfia: Institute of Contemporary Art, 1982), pp. 27-34.
ÍNDICE
H a l F o st e r
Introducción al Postmodernismo ......................... 7
JÜ R G E N H ABERM AS
La modernidad, un proyecto incompleto ............ 19
K e n n e t h F r a m pt o n
Hacia un regionalismo crítico: Seis puntos
para una arquitectura de resistencia ................... 37
R o s a l in d K r a u s s
La escultura en el campo expandido................... 59
D o u g l a s C r imp
Sobre las ruinas del museo .................................. 75
C r a ig O w e n s
El discurso de los otros:
Las feministas y el posmodernismo..................... 93
G r e g o r y L. U l me r
El objeto de la poscrítica...................................... 125
F r e d r j c Ja m e s o n
Posmodernismo y sociedad de consumo.............. 165
Je a n B a u d r il l a r d
El éxtasis de la comunicación ............................. 187
E d w a r d W. S a i d
Antagonistas, públicos, seguidores y comunidad 199