Qué Dice La Biblia Acerca de La Ira
Qué Dice La Biblia Acerca de La Ira
Qué Dice La Biblia Acerca de La Ira
Acerca de la Ira?
El manejo de la ira es un tema importante. Los consejeros cristianos
reportan que el 50% de la gente que acude para consejería, tiene
problemas con el manejo de su ira. La ira puede destruir la comunicación,
romper las relaciones y arruinar tanto el gozo como la salud de muchos.
Lamentablemente, la gente tiende a justificar su ira, en vez de aceptar la
responsabilidad. Todos luchan, en diferentes grados, con la ira.
Afortunadamente, la Palabra de Dios contiene principios sobre cómo
manejar la ira de una manera piadosa, y cómo vencer la ira pecaminosa.
1
La ira se vuelve pecado cuando:
Es motivada por el egoísmo (Santiago 1:19-20).
2
Nada nos sucede que Él no lo cause o lo permita. Y como todos estos
versos lo dicen:
Dios es un Dios BUENO (Salmos 145:8,9 y 17) que hace y
permite todas las cosas en nuestras vidas para nuestro bien y el
bien de otros. Reflexionar sobre esta verdad hasta que se mueva
de nuestra mente a nuestro corazón, alterará nuestra reacción
hacia aquellos que nos hieren profundamente
Podemos manejar el enojo bíblicamente dejando lugar para la ira de Dios.
Esto es especialmente importante en casos de injusticia, especialmente
cuando es hecho por hombres “malvados” hacia gente “inocente”.
Tanto Génesis 50:19 como Romanos 12:19 nos dicen que no
juguemos a ser Dios. Dios es recto y justo, y podemos confiar en
Él, quien conoce todo y lo ve todo para actuar con justicia
(Génesis 18:25).
3
4) Actuar, no reaccionar (Efesios 4:31-32). A causa de nuestra
naturaleza caída, generalmente nuestro primer impulso es uno
pecaminoso (versículo 31). El tiempo utilizado para “contar
hasta diez” debe ser usado para reflexionar sobre la manera
amable de responder (versículo 32), y para recordarnos a
nosotros mismos, cómo se debe usar la ira para resolver
problemas y no para crear unos mayores.
Por último, debemos actuar para resolver nuestra parte del problema
(Romanos 12:18). No podemos controlar la manera en que los demás
actúen o respondan, pero sí podemos hacer los cambios necesarios para
hacerlo por nuestra parte. Conquistar nuestro temperamento no es algo
que suceda de la noche a la mañana. Pero a través de la oración pidiendo
ayuda, el estudio de la Biblia, y la confianza en el Espíritu Santo de Dios,
se puede vencer la ira. Así como hemos permitido que la ira se haya
atrincherado en nuestras vidas por la práctica habitual, también debemos
practicar responder correctamente hasta que se convierta en un hábito
que reemplace a las viejas actitudes.