Sindrome Piramidal
Sindrome Piramidal
Sindrome Piramidal
Se describen clásicamente dos fases en la lesión piramidal, una fláccida y otra espástica. La
Etapa Fláccida se observa en lesiones agudas y no suele presentarse en procesos de instalación
crónica. Se caracteriza por una parálisis fláccida y arrefléctica de los segmentos comprometidos. La
duración de este período es variable (en promedio dos a cuatro semanas), y ocasionalmente
permanente. La Etapa Espástica es la que define el síndrome piramidal. Hay parálisis o paresia de
diversa magnitud que se relaciona con la intensidad y localización de la noxa, además hipertonía,
hiperreflexia y signo de Babinski.
Los reflejos cutáneos están abolidos: como los cutáneos abdominales o el reflejo
cremasteriano; o pervertidos como el reflejo plantar que genera el signo de Babinski. Este, se obtiene
al estimular el borde externo de la planta del pié, normalmente se flectan los dedos, en cambio, en el
síndrome piramidal se produce extensión del ortejo mayor y a veces, también una extensión en
abanico de los demás ortejos, especialmente del quinto. Esta misma respuesta puede obtenerse al
estimular otras regiones, como el borde externo del pié (Chaddock), la cara interna de la tibia, etc.
(sucedáneos). Este signo representa el componente más distal de una sinergia nociceptiva.
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En el síndrome piramidal, suelen observarse movimientos involuntarios de las extremidades
afectadas, que se producen al realizar actos voluntarios con el lado sano o con el enfermo. Estos
movimientos son las sincinesias de imitación y de coordinación, respectivamente. Ejemplo de la
última es el signo de Strümpell, que consiste en la contracción del tibial (dorsiflexión de pié) al intentar
elevar el muslo contra resistencia. En un síndrome piramidal pueden estar todos los elementos
descritos, pero no siempre es así, sin embargo, el valor de algunos signos como el Babinski es tan
fundamental, que su sola presencia habla de compromiso piramidal.
Finalmente debe destacarse que dependiendo del nivel de la lesión se pueden observar
patrones semiológicos diferentes. Así, el compromiso de regiones corticales puras dan habitualmente
hemiparesias o hemiplejias que afectan mayormente una extremidad que otra (hemiplejia
predominante), en tanto que las lesiones capsulares dan un compromiso semejante en la extremidad
superior como en la inferior (hemiplejias proporcionales). Las lesiones que afectan la vía piramidal en
el tronco cerebral generan los llamados síndromes alternos (cap. VII). Las lesiones medulares se
expresan generalmente como paraparesias o paraplejias (compromiso de ambas piernas) o
tetraparesias (cap. VI).