Sindrome Piramidal

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 2

SINDROME PIRAMIDAL

El haz piramidal o córtico-espinal es la vía cortical eferente mejor reconocida en clínica,


siendo la única conexión sin intermediarios entre la corteza cerebral y la médula espinal. El 80 % se
proyecta cruzadamente, es decir, las lesiones del hemisferio izquierdo se manifiestan en el
hemicuerpo derecho y viceversa. Existe una somatotopía de las fibras piramidales en todo su
trayecto, la cara es más medial y anterior, hasta llegar al pié que es más lateral y posterior. (Fig. Nº
1).

Se describen clásicamente dos fases en la lesión piramidal, una fláccida y otra espástica. La
Etapa Fláccida se observa en lesiones agudas y no suele presentarse en procesos de instalación
crónica. Se caracteriza por una parálisis fláccida y arrefléctica de los segmentos comprometidos. La
duración de este período es variable (en promedio dos a cuatro semanas), y ocasionalmente
permanente. La Etapa Espástica es la que define el síndrome piramidal. Hay parálisis o paresia de
diversa magnitud que se relaciona con la intensidad y localización de la noxa, además hipertonía,
hiperreflexia y signo de Babinski.

La parálisis o paresia se caracteriza, por presentar en las extremidades superiores un


compromiso mayor de los músculos extensores y rotadores externos; en las extremidades inferiores,
predomina en los flexores y rotadores internos. El resultado es que la extremidad superior se
encuentra adducida, semiflectada y pronada; la inferior está abducida y extendida. Esta modalidad
constituye la postura piramidal. Cuando la paresia es pequeña no se observa la postura
característica, pero al levantar las extremidades superiores con la palma hacia atrás se aprecia una
caída y pronación en el lado afectado (prueba de pequeña paresia).

La hipertonía piramidal, se manifiesta por el intenso aumento de la resistencia a poco de


iniciar el movimiento, para luego disminuir abruptamente. Es lo que se denomina hipertonía espástica
("muelle de navaja"). La espasticidad se hace más notable cuando se elongan rápidamente los
músculos, apreciándose especialmente, en los músculos flexores de la extremidad superior, y en los
extensores de la inferior (al extender el codo o flectar la rodilla). Este fenómeno tiene su origen en la
exaltación de las respuestas de estiramiento muscular, que es causado por la pérdida de las
influencias inhibitorias descendentes de origen cortical.

La hiperreflexia es la exaltación de los reflejos profundos u osteotendinosos. Esta alteración


se expresa por reflejos policinéticos, que es la generación de varias respuestas a un sólo estímulo.
También hay aumento del área reflexógena, que se expresa por la obtención del reflejo al estimular
sectores próximos, donde normalmente no se obtiene Otro componente es la difusión que representa
la respuesta de áreas cercanas no estimuladas directamente. El clonus es una forma de reflejo
policinético y consiste en una serie de contracciones rítmicas, en respuesta al estiramiento brusco y
sostenido de un tendón. Generalmente se evoca en el tobillo y en la rodilla (clonus de pié, clonus de
rodilla).

Los reflejos cutáneos están abolidos: como los cutáneos abdominales o el reflejo
cremasteriano; o pervertidos como el reflejo plantar que genera el signo de Babinski. Este, se obtiene
al estimular el borde externo de la planta del pié, normalmente se flectan los dedos, en cambio, en el
síndrome piramidal se produce extensión del ortejo mayor y a veces, también una extensión en
abanico de los demás ortejos, especialmente del quinto. Esta misma respuesta puede obtenerse al
estimular otras regiones, como el borde externo del pié (Chaddock), la cara interna de la tibia, etc.
(sucedáneos). Este signo representa el componente más distal de una sinergia nociceptiva.

1
En el síndrome piramidal, suelen observarse movimientos involuntarios de las extremidades
afectadas, que se producen al realizar actos voluntarios con el lado sano o con el enfermo. Estos
movimientos son las sincinesias de imitación y de coordinación, respectivamente. Ejemplo de la
última es el signo de Strümpell, que consiste en la contracción del tibial (dorsiflexión de pié) al intentar
elevar el muslo contra resistencia. En un síndrome piramidal pueden estar todos los elementos
descritos, pero no siempre es así, sin embargo, el valor de algunos signos como el Babinski es tan
fundamental, que su sola presencia habla de compromiso piramidal.

Finalmente debe destacarse que dependiendo del nivel de la lesión se pueden observar
patrones semiológicos diferentes. Así, el compromiso de regiones corticales puras dan habitualmente
hemiparesias o hemiplejias que afectan mayormente una extremidad que otra (hemiplejia
predominante), en tanto que las lesiones capsulares dan un compromiso semejante en la extremidad
superior como en la inferior (hemiplejias proporcionales). Las lesiones que afectan la vía piramidal en
el tronco cerebral generan los llamados síndromes alternos (cap. VII). Las lesiones medulares se
expresan generalmente como paraparesias o paraplejias (compromiso de ambas piernas) o
tetraparesias (cap. VI).

También podría gustarte