Sentencia Bullying T-905-11
Sentencia Bullying T-905-11
Sentencia Bullying T-905-11
Magistrado Ponente:
JORGE IVÁN PALACIO PALACIO
SENTENCIA
Dentro del proceso de revisión del fallo proferido por el Juzgado Primero Civil
Municipal.
I. ANTECEDENTES.
1. Aclaración preliminar.
1
La protección de la intimidad se ha presentado por petición expresa del accionante o por que la Corte
advierte la necesidad de proteger el derecho, por ejemplo en temas relacionados con hermafroditismo,
señalamientos públicos de conducta, enfermos de (VIH/SIDA), sexualidad etc. La Corte ha considerado
proteger el derecho a la intimidad de los accionantes impidiendo referenciar todo tipo de información que
pueda identificarlos. Al respecto pueden verse las Sentencias SU-256 de 1996, SU-480 de 1997, SU-337 de
1999, T-810 de 2004, T-618 de 2000, T-436 de 2004, T-220 de 2004, T-143 de 2005, T-349 de 2006, T-628 de
2007, T-295 de 2008, T-816 de 2008, T-948 de 2008, entre muchas otras.
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2. Hechos.
3.1. El ITI, por medio de su rector, aclaró que conoció el caso a través de los
padres de K el 26 de mayo de 2011. Relató que dio a conocer el conducto
regular previsto en el manual de convivencia para imponer sanciones
disciplinarias y solicitó que se acercaran a la Coordinación de Convivencia, a
fin de iniciar el trámite respectivo. Indicó que ese mismo día se celebró una
reunión con todos los integrantes del grupo de bachillerato y que se citó a una
reunión a los padres de familia de los estudiantes involucrados en los hechos
para el día 31 siguiente. Sobre ésta explicó lo siguiente:
1. Instancia Única
luego concluyó que aunque están probados los actos ocurridos en contra de la
menor K, también se evidenció que el ITI cumplió con el procedimiento
establecido en el manual de convivencia, “al realizar la exposición análisis y
solución de los hechos para mantener la integralidad en la formación de los
menores, suscribir compromiso y amonestación en el observador del alumno”.
Infirió que bajo tales circunstancias no se presenta la vulneración de los
valores señalados por H y F, así como tampoco se patentiza la existencia de un
perjuicio irremediable que justificara la procedencia de la acción como
mecanismo transitorio.
III. PRUEBAS
A- Los padres del estudiante OIFC expresaron que su hijo no tuvo que ver con
los hechos planteados en la demanda. Bajo estas condiciones, solicitaron que
se les excluyera de la decisión que se llegara a tomar (folio 1, AZ de pruebas
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de revisión)
Sobre los estudios adelantados por esa Institución en los niños y niñas de la
Costa Caribe, manifestó lo siguiente:
Los resultados del estudio revelan que 88,7% de los niños afirman
haber presenciado situaciones de agresión, 19,7% se reconocen como
agresores y 40,7% como víctimas. Además los abusos más frecuentes
entre compañeros son las agresiones verbales –hablar mal (30,5%),
poner apodos (46,3% e insultar (25,7%)- seguidas de las agresiones
físicas indirectas y directas –esconder las cosas (21,1%) y pegar
(13,5%).
Más adelante, la Universidad del Norte aclaró que cuando se presentan estas
situaciones los estudiantes buscan apoyo principalmente en sus amigos, y que
los padres de familia y los profesores son los últimos en enterarse, lo que
reduce la posibilidad de que éstos intervengan oportunamente. Agregó lo
siguiente:
(…)
Por último, esta Institución relacionó algunas de las características de este tipo
de comportamiento e inclusive abordó algunas tipologías de la víctima y el
victimario, para al final relacionar algunas referencias bibliográficas sobre el
tema.
el largo plazo”.
Para este centro educativo los estudios del hostigamiento escolar en Colombia
se empiezan a generar a partir del año 2000. No obstante, éste hace referencia a
los disertaciones presentadas en los 90s, por ejemplo, Rodrigo Parra Sandoval,
quien “abordará los estudios sobre la violencia en Colombia desde un ángulo
en el cual no se había estudiado antes: el del aula escolar”. Además este
documento revela una completa referencia bibliográfica del tema y cita el
análisis de Carlos Medina (1991) de la siguiente manera: “es evidente que
algunos estudiantes no vienen de un medio en el que predomina la tolerancia;
proceden por lo general de ambientes en que confrontan la negación en la que
viven y se resisten al aniquilamiento asumiendo actitudes que les permiten
sobrevivir, muchas de las cuales están cargadas de agresividad y de
comportamientos anómicos”. Por último, adicional a las conclusiones
presentadas por el Proyecto Atlántida (1995), el IDEP (1999), Chaux (2000 y
2002), Hoyos, Aparicio y otros (2004) vale la pena resaltar la cita que la
Universidad hace de Marina Camargo (1993): “muestra como el contexto
escolar el término violencia presenta una enorme ambivalencia. En primer
lugar porque su uso generalizado, amplio, sin especificaciones ni precisiones
ha llevado a vaciarla de contenido. En segundo lugar, porque la violencia es
una problemática escasamente trabajada en la institución educativa, por lo
cual no se reconoce su existencia”.
Bajo esta lógica concluyó: “Es necesario indicar que no existe una política
pública que aborde de manera directa la problemática del Bullying, el acoso
escolar, el matoneo. Existe un vacío en cuanto a la orientación que se debe
ofrecer a las comunidades educativas sobre la prevención, detección o
intervención de esta realidad”.
Posteriormente afirmó que las herramientas dispuestas por el Estado para hacer
frente a dicha práctica no son suficientes teniendo en cuenta que “las
instituciones no le han dado la importancia a este aspecto y continúan
promoviendo prácticas que en lugar de formar, solo son sancionatorias.
Además el número alto de niños y jóvenes en un aula de clase no permite a los
docentes conocer la realidad de su entorno y lo que sucede aun en su clase ||
Ciber bullying u hostigamiento a través de redes sociales, es aún mas difícil de
controlar desde la (sic) escuelas. Insisto, si se forma desde niño en el respeto,
la inclusión, la responsabilidad y la aceptación del otro, estos casos no se
presentarían pero es difícil hacerlo en una sociedad que diariamente a través
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Este centro educativo insiste en que los colegios no tienen la capacidad para
“controlar” a sus alumnos y relacionó un conjunto de sugerencias, dirigidas a
las posibles víctimas del “matoneo”, y que tienen como objetivo minimizar los
efectos del hostigamiento y evitar que ellas se aíslen. Por último, advirtió lo
siguiente: “Todo este proceso debe estar acompañado de acciones formativas
para padre de familia, estudiantes, administrativos, profesores y toda persona
que tenga una función en la institución educativa. || Es importante que la
escuela identifique a los agresores y a las víctimas para hacerles
acompañamiento, buscando la reacción asertiva de los agresores y el
restablecimiento de la autoestima de las víctimas”.
(…)
Con base en tales cifras la Defensoría concluyó que las prácticas de “matoneo”
afectan el desarrollo de los procesos educativos en los colegios y es una
variable importante que tiene incidencia en la salud pública del país, lo que
conlleva a que se formulen “programas preventivos con una orientación
multidisciplinaria y acorde con el principio de enfoque diferencial”. A
continuación advirtió que dicha política no existe y para ello citó el estudio
publicado por el Departamento de Estadística de la Universidad Nacional,
denominado “Acoso escolar a estudiantes de educación básica y media”.
Particularmente, afirmó lo siguiente: “(…) es innegable que todavía no existe
una clara política de intervención y prevención del hostigamiento estudiantil y
de su injerencia en el cumplimiento de las obligaciones de adaptabilidad y
aceptabilidad, de cuya realización depende el derecho de permanencia en el
sistema educativo”.
Los anexos recopilados por esta entidad para dar respuesta al Auto emitido por
esta Corporación, se encuentran contenidos en el segundo AZ de pruebas
recopiladas por la Sala de Revisión (folios 276 y siguientes).
En lo que se refiere a los menores entre los 7 y los 17 años, el ICBF tiene
implementado el programa de “Clubes Juveniles y Prejuveniles” en el que
promociona “herramientas prácticas para el manejo pacífico de situaciones
cotidianas, formación juvenil con valores éticos y asertividad en la toma de
decisiones, incentivando la tolerancia como un factor determinante para la
armonía social”. Esta estrategia está dirigida a adolescentes en situación de
riesgo y el Instituto manifestó que consiste en lo siguiente: “(…) el ICBF,
junto con los aliados estratégicos, ejecuta los programas de prevención y
protección, así como con los equipos técnicos interdisciplinarios de las
Defensorías de Familia de los Centros Zonales, que a su vez se encargan de
hacer seguimiento y acompañamiento a las familias de los niños que hacen
parte de los programas mencionados y que requieren la atención”.
recibió mas atención por parte de ninguna autoridad y reiteró que los
padres de K habían sido muy groseros en la reunión y habían
solicitado la aplicación de “medidas estrictas”.
(ii) Grupo de Calidad Educativa: Frente a este módulo resaltó los proyectos
“Seamos Buenos Ciudadanos” y “Escuelas Saludables”, también compuesta
por nueve actividades específicas, de las cuales es importante destacar el
desarrollo de los programas de educación para la sexualidad y construcción de
ciudadanía – PESCC y la “estrategia de prevención, detección y atención
temprana de conductas suicidas”.
G- La Regional competente del ICBF indicó que conoció de este caso como
consecuencia del oficio originado en la Corte Constitucional y que, por tanto,
procedió a aplicar el procedimiento previsto en la Ley 1098 de 2006, citando a
los progenitores de K para determinar qué estrategia seguir con el grupo
interdisciplinario. Asimismo, informó que se comunicó con distintas
autoridades municipales, incluyendo las directivas del ITI, “con el fin de de
(sic) que se revisen, socialicen y den cumplimiento las Obligaciones y
responsabilidades, que se establece (sic) en los manuales de Convivencia, y
Reglamentos estudiantiles, que rigen al interior de las instituciones educativas
de la ciudad, Y que se tomen las medidas pertinentes, para que frente a la
problemáticas, (sic) donde se presente hechos, que configuren, inobservancia,
amenaza o vulneración de derechos entre los miembros de la comunidad
estudiantil, se adelanten los procesos establecidos, y se apliquen las sanciones
pertinentes, las cuales deben adoptarse mediante un trámite que respete el
derecho al debido proceso.”
Sobre sus propias competencias, esta entidad anunció que “diseñará planes de
seguimiento a esta nueva modalidad de violencia estudiantil” y aclaró que
aunque a la fecha no ha publicado ninguna instrucción o manual referido a este
fenómeno, “procederá a recaudar información para que a través del Instituto
de Estudios del Ministerio Público –IEMP- se proceda a emitir un boletín que
trace directrices para el estudio de este fenómeno de violencia estudiantil”.
Además, presentó sugerencias frente al estudio de este caso, relativas a la
generación de “directrices jurídicas” que sean obligatorias para las directivas
de los claustros educativos, a saber: (i) Modificación de los manuales de
convivencia, para que allí se incorporen los artículos 42 a 44 de la Ley 1098 de
2006; (ii) Ordenar al MEN que expida un estatuto de “ANTIMATONEO
ESTUDIANTIL”2; (iii) Garantizar la coordinación entre los establecimientos
educativos y la Jurisdicción Penal para Adolescentes; (iv) Creación de la “RED
SOCIAL PÚBLICA ANTIMATONEO”, como un espacio para la denuncia de
este tipo de prácticas; (v) evitar la denominación de este tipo de prácticas como
“matoneo”.
J- El rector del ITI reiteró los pasos adoptados para atender los reclamos de
los padres de la niña K y agregó que el 24 de junio la mamá de ella presentó
escrito en el que cancela su matrícula escolar. Al respecto, señaló: “El señor
rector pide a la madre de familia reconsidere la decisión pues la institución
adquirió el compromiso de continuar con el proceso formativo y de reparación
para contra restar (sic) los actos de violencia, para proteger a la estudiante K
y para asesorar a los padres de familia. La señora F no aceptó la
recomendación dada y por el contrario solicitó Vo Bo de rectoría para
legalizar el retiro”. Indicó que con los demás estudiantes “se ha continuado el
proceso formativo y de seguimiento para que hechos como estos no se
presenten. En la institución se han presentado tres casos más los cuales se han
solucionado en forma satisfactoria”; anunció que hará las modificaciones al
manual de convivencia para que el “matoneo” aparezca como una falta
explícita y explicó que en la actualidad cuentan con el apoyo de la Universidad
Nacional de Manizales para atender estos casos. Por último allegó el trabajo de
investigación adelantado por Magda Liliana Buitrago Sánchez, denominado:
“Matoneo virtual un virus peligroso” (folios 188 a 201 del AZ de pruebas en
sede de revisión).
1. Competencia
El juez que en instancia única conoció del caso, comprobó que las autoridades
escolares habían dado aplicación a los reglamentos que rigen la institución,
infirió que la vulneración de derechos no había sido probada y concluyó que la
acción constitucional no era procedente.
Bajo tales condiciones, esta Sala determina que el problema jurídico que se
debe resolver en este caso es el siguiente: ¿Vulneran los derechos
fundamentales de una niña, los actos de coerción y burla a los que es sometida
por algunos de sus compañeros de clase, a pesar de haberse aplicado el
respectivo manual de convivencia y de haberse impartido las sanciones
correspondientes?
3
La misma base dogmática se encuentra establecida en la sentencia T-188 de 2010.
4
En cuanto a las diferencias entre la configuración de la declaración de carencia actual de objeto por hecho
superado y hecho consumado, pueden confrontarse las sentencias T-758/05, T-272/06, T-573/06, T-060/07, T-
429/07, T-449/08, T-792/08, T-699/08, T-1004/08, T-612/09, T-124/09, T-170/09, T-533/09, T-634/09, entre
otras.
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5
Al respecto se dijo en la Sentencia T-519 de 1992, “en efecto, la acción de tutela tiene por objeto la
protección efectiva y cierta del derecho presuntamente vulnerado o amenazado, lo cual explica la necesidad
de un mandato proferido por el juez en sentido positivo o negativo. Ello constituye a la vez el motivo por el
cual la persona que se considera afectada acude ante la autoridad judicial, de modo que si la situación de
hecho de lo cual esa persona se queja ya ha sido superada en términos tales que la aspiración primordial en
que consiste el derecho alegado está siendo satisfecha, ha desaparecido la vulneración o amenaza y, en
consecuencia, la posible orden que impartiera el juez caería en el vacío. Lo cual implica la desaparición del
supuesto básico del cual parte el artículo 86 de la Constitución y hace improcedente la acción de tutela...”.
6
Así, en la Sentencia T-186 de 1995, se declaró: “(...) considera la Sala que en el asunto que se examina hay
sustracción de materia por carencia actual de objeto, por lo tanto las pretensiones consistentes en la
desvinculación del Batallón o el otorgamiento de permisos para trabajar en favor de (...) no son posibles, por
cuanto a la fecha de esta providencia ya no se encuentra prestando el servicio militar.// Así las cosas, esta
Sala de Revisión confirmará la Sentencia proferida (...), por las razones expuestas en la parte motiva de esta
providencia.” Igualmente, en la Sentencia T-509 de 2000, se declaró: “(...) ante la sustracción de materia que
se presenta, no existe a la hora de éste fallo, razón alguna para impartir una orden al ente accionado. Por
ello, se confirmará la decisión de instancia, pero por las razones aquí expuestas.”
7
Así, en la Sentencia T-957 de 2000, la Sala resolvió: “ABSTENERSE de hacer pronunciamiento alguno,
respecto de las providencias proferidas por los Juzgados Primero Penal Municipal y Dieciocho Penal de
Circuito dictadas dentro de la acción de tutela instaurada por (…) en contra del Instituto de Seguros
Sociales, Seccional Valle del Cauca, por carencia actual de objeto, en virtud de la sentencia proferida por la
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, el 7 de junio del presente año mediante la cual dejó sin
efectos las providencias mencionadas.”
8
Sentencia T-442 de 2006. Al respecto pueden confrontarse, entre otras, las Sentencias T- 486 y T-1004 de
2008 que la reiteran.
9
Al respecto pueden consultarse las Sentencias T-398 y T-742 de 2004, T-297 y T-1163 de 2005, al igual que
la T-442 de 2006.
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En efecto, aunque no existe una pauta clara para definir en qué consiste la
práctica del hostigamiento escolar o el “matoneo”, se ha logrado evidenciar
que los actos ejecutados por un grupo de compañeros en contra de K, (i)
configuraron un desequilibrio entre los poderes o facultades de los estudiantes
que, adicionalmente, (ii) constituyeron un acto de censura y rechazo ilegítimo
e inconstitucional sobre aspectos personales de la niña y que (iii) terminaron
por vulnerar su dignidad, en la medida en que la sometieron a un trato
humillante10.
Ahora bien, más allá de los pequeños detalles que definirían la existencia del
hostigamiento, para la Sala es primordial juzgar, a diferencia del juez de
instancia, que los instrumentos y la estrategia adoptada por el colegio para
hacer frente al problema fueron insuficientes para garantizar la restauración de
los derechos de la víctima y para acreditar que la experiencia sirviera para que
los menores infractores identificaran y evitaran la multiplicación de ese tipo de
conductas.
Sin embargo, la Corte advierte que no es el juez de tutela quien debería indicar
qué estrategias se deben aplicar en un caso de acoso escolar. En estos asuntos
el operador judicial debe tener en cuenta que para restaurar los derechos de las
víctimas y para garantizar el aprendizaje (no sanción) de los infractores, se
requiere de herramientas que varían de un caso a otro, de acuerdo con el nivel
de complejidad del conflicto. En su lugar, una vez comprobado que el
mecanismo implementado por el colegio no era suficiente o idóneo, además de
declarar la vulneración de los valores constitucionales invocados, se debió
haber llamado la atención de las autoridades educativas a nivel municipal o,
inclusive, aquellas adscritas al Sistema Nacional de Bienestar Familiar.
Ahora bien, la carencia actual de objeto por daño consumado en este caso no
impide que esta Sala efectúe un análisis de las pruebas recaudadas y que tome
decisiones en procura de garantizar los derechos de los niños y de las niñas
que lleguen a encontrarse en circunstancias similares. En términos generales,
de acuerdo con lo que fue respondido por las diferentes entidades estatales en
todos lo niveles y de los conceptos remitidos por varias universidades del país,
se infiere que en la actualidad no existe una fórmula o herramienta coherente y
efectiva que garantice la identificación y atención de los casos de acoso u
hostigamiento escolar mediante un proceso restaurativo12.
12
Sentencia T-917 de 2006, argumento jurídico 3.2.. De éste se resalta lo siguiente: “Un resultado
restaurativo es la culminación de un proceso en donde se haya dado la oportunidad de que las partes se
expresen acerca de lo sucedido, se repare el daño causado, se restauren los vínculos de las personas con la
comunidad. Por lo tanto, un resultado restaurativo comprende respuestas de arrepentimiento, perdón,
restitución, responsabilización, rehabilitación y reinserción comunitaria, entre otros, que garanticen el
restablecimiento de la dignidad de la víctima, su reparación y la restitución de los lazos existentes al interior
de la comunidad, incluidos los lazos existentes entre la comunidad y quienes agredieron a la víctima, en el
evento de que sigan perteneciendo a la comunidad.”
Expediente T-3153682 30
Ante tal escenario, la Corte juzga que, sin perjuicio de las competencias de la
Nación y de los entes territoriales, los programas presentados resultan
fragmentarios y poco efectivos y, en definitiva, que ante este tipo de
situaciones el manual de convivencia del ITI (no es posible referirse a los de
otras instituciones educativas) no acredita el goce efectivo de los derechos de
sus estudiantes.
Ante tal escenario y en atención a los artículos 5.1., 5.10 y 5.14. de la Ley 715
de 200113 esta Corporación ordenará al Ministerio de Educación, en
coordinación con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la Defensoría
del Pueblo y la Procuraduría General de la Nación, que lidere la formulación
de una política general que permita la prevención, la detección y la atención de
las prácticas de hostigamiento, acoso o matoneo escolar, de manera que sea
coherente con los programas que se adelantan en la actualidad, con las
competencias de las entidades territoriales y que constituya una herramienta
básica para la actualización de todos los manuales de convivencia. Para tal
efecto, se dispondrá el término de seis meses.
VI. DECISIÓN
RESUELVE:
13
Estas normas expresan lo siguiente: “ARTÍCULO 5o. COMPETENCIAS DE LA NACIÓN EN MATERIA DE
EDUCACIÓN. Sin perjuicio de las establecidas en otras normas legales, corresponde a la Nación ejercer las
siguientes competencias relacionadas con la prestación del servicio público de la educación en sus niveles
preescolar, básico y medio, en el área urbana y rural:
5.1. Formular las políticas y objetivos de desarrollo para el sector educativo y dictar normas para la
organización y prestación del servicio.
(…)
5.10. Prestar asistencia técnica y administrativa a las entidades territoriales, cuando a ello haya lugar.
(…)
5.14. Fijar parámetros técnicos para la prestación del servicio educativo estatal, estándares y tasas de
asignación de personal, teniendo en cuenta las particularidades de cada región;”.
Expediente T-3153682 31
Notifíquese y cúmplase,