Resumen Oratoria Forense
Resumen Oratoria Forense
Resumen Oratoria Forense
Ciclo: VII
Integrantes:
1. Aurora Ruiz, Elvia Rosa
2. Baltazar Garay, Maritza Doris
3. Bocanegra Sullon, Melanie Ivonne
4. Chauca Ramos, Carlos Eduardo
5. Medina Chávez, Peter Cubilla
6. Robles Arce, Rocío Yuliana
Los grandes oradores de nuestra historia son reconocidos por su poder persuasivo y su
elocuencia para defender sus ideas.
Quintiliano de Calahorra fue un abogado y orador del siglo I después de Cristo. Practicó la
abogacía, además de ser maestro de oratoria, el primero pagado con dinero público en Roma.
¿Qué es la oratoria?
De manera simple y puntual, podemos definirla como el arte de la comunicación clara y objetiva
con el público.
Sin embargo, como con todo lo que involucra a una audiencia, esta definición puede variar
agregando principios como la elocuencia, la capacidad para lidiar con objeciones e, incluso, la
interacción con los espectadores.
Es un error pensar que todo esto lo puede lograr una persona únicamente con una buena
comunicación verbal.
Un buen orador debe trabajar en un lenguaje corporal adecuado para el público y la idea que
quiere transmitir.
Este es el primer escenario en el que los abogados necesitan de la oratoria. Es obvio que, salvo
raras excepciones, los clientes confían en el conocimiento jurídico de sus abogados. De lo
contrario, no serían sus clientes. Sin embargo, para que el cliente perciba que está en buenas
manos, es imprescindible que, los abogados sean capaces de convencer (persuadir) a sus
clientes de que eligen el mejor camino para defender sus intereses.
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En este punto, cabe destacar la relación de la oratoria con la persuasión. La RAE relaciona la
oratoria con la elocuencia Y a su vez, la elocuencia, está directamente relacionada con la
persuasión. Alguien elocuente es alguien que utiliza la persuasión con eficacia. Un detalle más.
La persuasión se vale de argumentos y razones para convencer. Así que, en primer término, el
abogado necesitará de la oratoria, para convencer a su cliente de la conveniencia de su estrategia
procesal.
Otro ámbito en el que los abogados necesitan de la oratoria forense es ante los jueces.
El abogado necesita convencer al juez de que sus argumentos son correctos. Para ello trata de
aportar pruebas y razones para apoyarlos. Debe tratar de conseguir que el juez dicte una
sentencia favorable a los intereses de su cliente. ¿Cuál será la estrategia que utilizará el
abogado?
Pues, parece que aquí surge la primera dificultad. Muchos abogados, no utilizan ningún método
sistematizado para definir y evaluar su estrategia procesal. Sin embargo, lo primero que
deberían hacer es definir su objetivo. Una vez investigado el caso y reunida y revisada toda la
documentación del caso (nunca antes), el abogado estará en condiciones de determinar cuál es
su objetivo, aquello que quiere conseguir. Un buen análisis de la documentación hará que
objetivo que quede claro de forma natural, espontánea.
Una vez definido el objetivo, otro aspecto que le ayudará es preparar argumentos convincentes.
Tendrá que elegir los argumentos más adecuados a la estrategia procesal que permita alcanzar
su objetivo. Por lo tanto, no se trata de elegir, tan solo, argumentos de peso, se trata de que sean
convincentes, fáciles de explicar, fáciles de entender y fáciles de aceptar.
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Sin embargo, es muy fácil que el abogado pierda la objetividad. Es muy fácil ver las cosas (los
hechos), desde la perspectiva con que las ve su cliente. Así que, para preparar argumentos
convincentes, lo primero que habría que hacer es recuperar la visión objetiva de los hechos. Al
fin y al cabo, ¿no es eso lo que se supone que hará el juez?
Entonces, para tratar de alcanzar el punto de equilibrio correcto, el abogado tendrá que estudiar
a fondo los argumentos que ya conoce de la otra parte y tratar de intuir aquellos que, de
momento, desconoce. Debería ponerse en el lugar de la parte contraria y tratar de pensar en qué
argumentos utilizaría si fuera su letrado.
Es obvio que, si hace eso, su perspectiva de los hechos, cambiará. Y desde esa visión, será más
fácil preparar los argumentos propios con mayor objetividad. Consecuentemente, será más fácil
que su auditorio los asuma como suyos.
Lo tercero, la empatía
En realidad, por lo tanto, es muy importante que, para el éxito de su estrategia argumental, el
abogado tenga en cuenta al auditorio. En la jurisprudencia española, el auditorio que tendrá que
emitir su veredicto puede ser un juez, un tribunal (varios magistrados) o un jurado formado por
nueve miembros. Siempre que sea posible, el letrado debería conocer al juez (o jueces) y, desde
luego a la otra parte. Eso facilitará los siguientes pasos, le ayudará a controlar mejor la situación
y mejorará su eficacia.
Desde luego, también tiene que tener en cuenta a su cliente (parte de su auditorio), que es quién
le va a pagar sus honorarios. Independientemente de la sentencia, el cliente debe estar
convencido de que el abogado ha hecho lo que razonable y éticamente estaba a su alcance.
Por lo tanto, el abogado, debería empatizar con su auditorio, ponerse en sus zapatos. Sobre todo,
debe ser capaz de evaluar los hechos como lo van a hacer aquellos que acabarán dictando
sentencia. Solo así, será capaz de presentar argumentos que convenzan y persuadan a ese
auditorio.
En este punto, el abogado, debería poder responder a cuestiones como las siguientes:
• ¿Quién será el auditorio?
• ¿Qué visión inicial tendrá ese auditorio del caso?
• ¿Cómo podrá afectar a su criterio su experiencia vital?
• ¿Qué considerará el auditorio de sentido común?
• A simple vista ¿quién le parecerá que tiene la razón?
• ¿Qué parecen demostrar los hechos?
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• ¿Cómo venceré cualquier “prejuicio”?
• ¿Le he transmitido al cliente las razones detalladas que existen para la estrategia elegida? ¿La
comprende? ¿La comparte?
• Si no la comprende o no la comparte ¿podría hacer algo más para ganarme su confianza?
A partir de este punto, teniendo en cuenta a ese auditorio, será necesario que el abogado decida
cuál será la forma más efectiva de presentar la información.
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Otros aspectos de la oratoria forense que deben tener en cuenta los abogados
Aún quedan muchas más cuestiones para tratar. Por ejemplo ¿puede ser útil el uso de las
ilustraciones para hacer más comprensibles los argumentos? La presentación oral ¿debe ser
leída? En caso contrario ¿Cómo conseguir la máxima naturalidad? ¿Cómo se puede preparar un
bosquejo eficaz? ¿Cómo se puede demostrar convicción y entusiasmo? ¿Cómo podemos
ganarnos la confianza del auditorio? ¿Cómo debemos referirnos a la parte contraria? ¿Qué
deberíamos evitar? ¿Cuál debería ser el tono de nuestra exposición? ¿Cómo podemos dominar
los nervios? ¿Cómo podemos asegurarnos de no utilizar demasiado tiempo para nuestra
exposición?
Referencias Bibliográficas
Couture, E. (2017). Los mandamientos del abogado. Editorial Miguel Ángel Porrúa.
https://elibro.net/es/ereader/uladech/40143?page=6
Pastor Artigues, B. y Regúlez Morales, E. (2019). 13 reglas de oro para el abogado. Wolters
Kluwer España. https://elibro.net/es/ereader/uladech/121913?page=25
García González, J. M. (2021). Guía de oratoria forense: a partir de las "Instituciones oratorias"
de Quintiliano de Calahorra. Wolters Kluwer España.
https://elibro.net/es/lc/uladech/titulos/175367