Resumen-La Modernidad Desbordad - Appadurai

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La modernidad desbordad – Appadurai

La modernidad que declara poseer y desea una aplicabilidad universal.

El mundo en el q vivimos -en el cual la modernidad está desbordada , con irregular


conciencia de sí y es vivida de forma despareja- supone un quiebre general con
todo tipo de pasado.

Appaduria propone una teoría de la ruptura, en la cual los medios de comunicación y


los movimientos migratorios son los dos principales ángulos desde los cuales abordar
el cambio, y explora los efector de ambos fenómenos en el trabajo de la imaginación,
concebido como un elemento constitutivo principal de la subjetividad moderna.

1- Los medios masivos de comunicació n electró nicos transformaron


decisivamente el campo de los medias masivos de comunicació n en conjunto.
Transforman el cambio de la mediació n masiva porque ofrecen nuevos
recursos y nuevas disciplinas para la construcció n de la imagen de uno mismo
y una imagen de mundo. Los medios electró nicos tienden a cuestionar, suvertir
o transformar las formas expresivas vigentes o dominantes en cada contexto
particular.

Los medios electró nicos pasan a ser recursos disponibles en todo tipo de
sociedades y accesibles a todo tipo de personas, para experimentar con la
construcció n de la identidad y la imagen personal.

2- Las migraciones en masa no es un fenó meno nuevo. Pero al yuxtaponerlas con


la velocidad del flujo de imá genes, guiones y sensaciones vehiculizadas por los
medios masivos de comunicació n, resulta un nuevo orden de inestabilidad en
la producció n de las subjetividades modernas. La desterritorializació n es una
de las fuerzas centrales del mundo moderno.

Estos dos fenó menos caracterizan el mundo de hoy como fuerzas que parecen
instigar al trabajo de la imaginació n.

El nú cleo del nexo entre lo global y lo moderno, es definido entre esta relació n
cambiante e imposible de pronosticar que se establece entre los eventos puestos
en circulació n por los medios electró nicos y las audiencias migratorias.

El trabajo de la imaginació n

La imaginació n pasó a ser un hecho social y colectivo (Durkheim)

La imaginació n presenta una fuerza nueva en la vida social de la actualidad: como


nunca antes, muchas má s personas en muchas má s partes del planeta consideran
un conjunto mucho má s amplio de vidas posibles para sí y para otros.

En el mundo poselectró nico la imaginació n juega un papel significativamente


nuevo por:

1- La imaginació n se desprendió del espacio expresivo propio del arte, el mito


y el ritual, y pasó a formar parte del trabajo mental cotidiano de la gente
comú n y corriente. Ha penetrado la ló gica de la vida cotidiana de la que
había sido exitosamente desterrada.
Las personas comunes y corrientes comenzaron a desplegar su imaginació n
en el ejercicio de la vida diaria, lo q se ve en el modo en que mediació n y
movimiento se contextualizan mutuamente.
Aquellos que se mueven, se piensan mover, se movieron o escojan
quedarse, raramente formulan sus planes fuera de la esfera de los medios
de comunicació n.

2- Distinció n entre la imaginació n y la fantasía. La idea de la fantasía connota


la noció n del pensamiento divorciado de los proyectos y los actos, y
también tiene un sentido asociado a lo privado y hasta lo individual. La
imaginació n, en cambio, posee un sentido proyectivo, el de ser un preludio a
algú n tipo de expresió n, sea estética o de otra índole. La fantasía se puede
disipar, pero la imaginació n, sobre todo cuando es colectiva, puede ser el
combustible para la acció n. Es la imaginació n en sus formas colectivas la q
produce las idea del vecindario y la nacionalidad, de la economía moral y
del gobierno justo, lo mismo q la perspectiva de salarios má s altos. La
imaginación es un escenario para la acción, no para escapar.

3- Distinció n entre el sentido individual y el sentido colectivo de la


imaginació n. Hay q aclarar que se ve la imaginació n como una propiedad de
colectivos y no meramente como una facultad de individuos geniales. Los
medios de comunicació n de masas hacen posible, precisamente a raíz de
producir condiciones colectivas de lectura, crítica y placer, lo que Appadurai
llama comunidad de sentimientos, q consiste en un grupo q comienza a
sentir e imaginar cosas en forma conjunta, como un grupo. Son
comunidades, capaces de pasar de la imaginació n compartida a la acció n
colectiva. (Rushdie)

La teoría de la ruptura o el quiebre es necesariamente una teoría del pasado


reciente o de un presente extendido, ya q ha sido só lo en estas dos ú ltimas décadas
q tanto los medios electró nicos de comunicació n como los movimientos
migratorios se globalizaron masivamente, es decir, se volvieron activos en grandes
e irregulares espacios trasnacionales.

Por qué no es una continuació n de las teorías social antiguas?


1- Porque no es teleoló gica
2- Su eje no es un proyecto de ingeniería social a gran escala
3- Es mucho má s ambivalente respecto a la prognosis.

Para la mayor parte de las clases trabajadoras, los pobres y los marginados, la
modernidad como vivencia es un fenó meno reciente.

Podemos ver có mo los medios de comunicació n electró nicos y las movilizació n


transnacional rompieron el monopolio q tenían los Estados-nació n autó nomos
respecto del proyecto de la modernizació n en los movimientos contestatarios y de
oposició n, algunos de los cuales son de cará cter violento y represivo y otros de
cará cter pacífico y democrá tico.
Las imá genes está n en movimiento encontrá ndose con espectadores
desterritorializados. Dando lugar a la creació n de esferas pú blicas en diá spora,
fenó meno que descoloca a las teorías que dependen de la importancia del estado-
nació n como agente fundamental de los grandes cambios sociales.

Podemos hablar de diá sporas de la esperanza, diá sporas del terror y diá sporas de
la desesperació n. En el primero se busca un sueñ o, en el segundo se ven forzados
de manera brusca y en el tercero se ven obligados a moverse debido a un precario
nivel de vida.

Para grandes grupos humanos, estas mitografías sustituyen la fuerza glacial del
habitus (Bordieu) por el ritmo acelerado de la improvisació n.

Es la aparició n de varios tipos de esferas pú blicas en diá spora, desplegadas por el


mundo, lo q constituye uno de los lugares desde los cuales visualizar y
problematizar lo moderno como global. Estas generan políticas diaspó ricas, que
reivindican demandas particulares.

Las esferas pú blicas diasporicas son el crisol donde se cocina un orden político
posnacional. Los motores de su discurso son los medios masivos de comunicació n
y los movimientos de refugiados, activistas y trabajadores.

En lugar de usar el sustantivo cultura, es mejor pensar en el uso del adjetivo


cultural. Al implicar una sustancia mental, el sustantivo “cultura” parece privilegiar
las ideas del estar de acuerdo, estar unidos y de lo compartido por todos que
sobrevuelan frente al hecho del conocimiento desigual y del diferente prestigio del
q gozan los diversos estilos y formas de vida, y parece desalentar q prestemos
atenció n a las visiones del mundo y la agencia de aquellas personas y grupos q son
marginados o dominados.

Si el uso de “cultura” como sustantivo parecer cargar con un conjunto de


asociaciones con diversos tipos de sustancias, de modo que termina por esconder
má s de lo q revela, el adjetivo “cultural” nos lleva al terreno de las diferencias, los
contrastes y las comparaciones y por lo tanto es má s fructífero.

El aspecto má s valioso del concepto de cultura es el concepto de diferencia.

Cuando decimos q algo posee una dimensió n cultural, intentamos subrayar la idea
de una diferencia con relació n a algo local, q tomó cuerpo en un lugar determinado
donde adquirió ciertos significados.

La cultura no es ú til cuando la pensamos como una sustancia, es mucho má s ú til si


la pensamos como una dimensió n de los fenó menos, q pone atenció n a la
diferencia q resulta de haberse corporizado en un lugar y tiempo determinado.
Debemos tomar como culturales só lo aquellas diferencias q o bien expresan o bien
sientan las bases para la formació n y movilizació n de identidades de grupo.

La cultura es una dimensió n del ser humano q explora las diferencias para crear
diversas concepciones de la identidad de grupo. Un proceso de naturalizar un
subconjunto de diferencias movilizadas a fin de articular una identidad de grupo.

El culturalismo es una política de identidades movilizada en el nivel del Estado-


nació n. Ya q los grupos se dirigen a los Estados-nació n modernos, q son los q
distribuyen y administran una serie de derechos y sanciones, en correspondencia
con una serie de clasificaciones y políticas relativas a la identidad de grupo.
Comenzar a usar esta palabra para designar una característica de los movimientos
sociales q exhiben procesos consientes de construcció n de su identidad

Los movimientos culturalistas son la forma má s general del trabajo de la


imaginació n, y con frecuencia se alimentan del hecho o de la posibilidad de
migració n o secesió n. Estos movimientos son plenamente conscientes respecto a
su identidad, su cultura y su herencia cultural, todo lo cual pasa a ser parte de su
vocabulario en lucha frente a los Estados y a otros focos culturalistas.

El culturalismo es la forma q las diferencias culturales tienden a adoptar en la era


de los medios masivos de comunicació n, las migraciones masivas y la
globalizació n.

-La globalizació n no implica necesariamente homogenizació n, en la medida en que


las diferentes sociedades se apropian de manera distinta de los materiales de la
modernidad, todavía queda un amplio margen para el estudio en profundidad de
las geografías, las historias y los idiomas específicos.

El Estado-nació n como forma política moderna compleja, se encuentra en declive.


Solo tienen sentido como parte de un sistema pobremente equipado para lidiar con
el fenó meno interconectado de pueblos e imá genes en diá spora que caracterizan el
aquí y ahora. En el plano ético, la mayoría de los aparatos gubernamentales
modernos son tendientes a su perpetuació n, a hincharse, a corromperse y a
recurrir a la violencia. Las guerras limítrofes, las guerras culturales, la escalada
inflacionaria, la presencia de grandes masas de inmigrantes y la fuga de capital
amenazan severamente la soberanía de muchos de los estados-nació n.

Las peculiares cronicidades del capitalismo tardío, la nostalgia y el pastiche, son


dos de los modos principales de producció n y recepció n de imá genes.

Jameson formuló la conexió n entre la política de la nostalgia y la mercancía


posmoderna de la sensibilidad.

En el presente, el pasado ya no es un territorio al q volver en una simple política de


la memoria. Pasó a ser un gran depó sito sincró nico de escenarios culturales, una
suerte de elenco central transitorio.

El mundo en el q vivimos se caracterizaría por el nuevo papel que jugaría la


imaginació n en la vida moderna. En donde hay que combinar la viaja idea de las
imá genes producidas mecá nicamente (Francfort), la idea de la comunidad
imaginada (Anderson) y la idea de imaginario, entendido como un paisaje
construido de aspiraciones colectivas, que ahora son mediadas por los medios
masivos de comunicació n modernos.

Hay que ver a la imaginació n como una practica social, y algo nuevo en los
procesos culturales globales.

Un marco de partida para trabajar consiste en relacionar los cinco planos o


dimensiones de flujos culturales globales:
1- Paisaje étnico: El paisaje de personas q constituyen el cambiante mundo en
q vivimos: turistas, inmigrantes, refugiados, en general individuos en
movimiento que hoy constituyen una cualidad esencial del mundo y
parecen tener un efecto, como nunca se había visto hasta este momento,
sobre la política de las naciones y entre las naciones.

2- Paisaje tecnoló gico: La configuració n global de la tecnología y el hecho de


que esta actualmente se desplaza a altas velocidades a través de todo tipo
de límites.

3- Paisaje financiero: La disposició n del capital global conforma actualmente


un paisaje mucho má s misterioso, rá pido y al q es difícil seguirle la pista,
dado q los mercados de monedas, las bolsas nacionales de valores y las
especulaciones mercantiles mueven gigantescas sumas de dinero a
velocidades instantá neas

4- Paisaje mediá tico: La distribució n del equipamiento electró nico necesario


para la producció n y diseminació n de informació n. Disponible actualmente
para un nú mero creciente de intereses pú blicos y privados en todo el
mundo, como a las imá genes del mundo producidas y puestas en circulació n
por estos medios. Proveen un gran y complejo repertorio de imá genes,
narraciones y paisajes étnicos a espectadores de todo el mundo, donde el
mundo de las mercancías culturales, de las noticias y de la política se
encuentran profundamente mezclados.

Tienden a centrarse en imágenes, a esta construidos sobre la base de


narraciones de franjas de realidad, y ofrecen a aquellos q los viven y
transforman, una serie de elementos a partir de los q se pueden componer
guiones de vida imaginadas, tanto las suyas como las de otras personas que
viven en otros lugares.

5- Paisaje ideoló gico: También consisten en concatenaciones de imá genes, con


la diferencia que, son políticas de una manera directa y tienen que ver con
las ideologías de los estados y las contraideologias de los movimientos
explícitamente orientados a conquistar el poder del estado. Está n
compuestos por elementos de una visió n de un mundo ilustrada q consisten
a su vez en una cadena de ideas, términos e imá genes varios (Ej. dignidad,
derechos, bienestar, representació n, soberanía, etc.

Las personas, la maquinaria, el dinero, las ideas y las imá genes circulan por canales
cada vez menos isomorficos. Su escala, velocidad y volumen es enorme

Estos términos intentan hacer notar que no se trata de relaciones construidas


objetivamente, que se mantienen fijas con independencia del á ngulo desde donde
se las mire. Por el contrario, intentan llamar la atenció n sobre el hecho de ser
constructos, el resultado de una perspectiva y q, por el contrario, han de expresar
las inflexiones provocadas por la situació n histó rica, lingü ística y política de las
distintas clases de actores involucrados: Estados-nació n, corporaciones
multinacionales, comunidades en diá spora o grupos varios contenidos en la acció n.
El locus final de este conjunto de paisajes perspectivo es el propio actor individual,
puesto que estos paisajes son eventualmente recorridos por agentes que viven y
conforman formaciones mayores, en parte como resultado de su propia
interpretació n y sentido de lo q estos paisajes tienen para ofrecer.

Vienen a ser algo así como los bloque elementales con los q se construyen lo q
Appadurai denomina los mundos imaginados: los mú ltiples mundos q son
producto de la imaginació n histó ricamente situada de personas y grupos dispersos
por todo el globo.

Sientan las bases para una formulació n provisoria acerca de las condiciones bajo
las cuales tienen lugar los flujos globales en la actualidad: estos ocurren dentro y a
través de crecientes dislocaciones entre los paisajes. Es el nucleo de un modelo de
flujos culturales globales.

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