Postmodernidad y Juventud

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Postmodernidad y Juventud

Una respuesta apologética y pastoral

Autor
Jaime Morales Herrera

Un curso del

Seminario Internacional de Miami


Miami International Seminary
14401 Old Cutler Road
Miami, FL 33158
305-238-8121 ext. 315
email, MINTS@ocpc.org
web site, www.MINTS.ws
TABLA DE CONTENIDO

PLAN DE CURSO

INTRODUCCION

CAPÍTULO 1: LA POSTMODERNIDAD

CAPÍTULO 2: APOLOGÉTICA Y POSTMODERNIDAD

CAPÍTULO 3: APOLOGÍA CONTRA EL HEDONISMO

CAPÍTULO 4: APOLOGÍA CONTRA EL INDIVIDUALISMO

CAPÍTULO 5:APOLOGÍA CONTRA EL EMOCIONALISMO

CAPÍTULO 6: APOLOGÍA CONTRA EL RELATIVISMO

CAPÍTULO 7: APOLOGÍA CONTRA EL PLURALISMO

CONCLUSION

BIBLIOGRAFIA

WEBGRAFÍA
Guía del Estudiante
Postmodernidad y Juventud

I. Generalidades
a. Nombre del curso: Postmodernidad y Juventud
b. Profesor: Jaime Morales Herrera
c. Créditos: 3
d. Modalidad: OnLine

II. Objetivos
a. El estudiante reconocerá el fenómeno de la postmodernidad y sus
características, y será capaz de poder realizar una apología en
contra de sus principales supuestos.
b. El estudiante adquirirá destrezas para poder equipar a los jóvenes
creyentes para que estos puedan hacer frente a las amenazas
presentadas en la época postmoderna.

III. MODALIDADES
Este curso se ofrece de tres maneras distintas:
1. Gratuito, pero sin evaluación de tareas, sin crédito académico y sin
atención individualizada.
2. Con crédito mediante un centro de MINTS u otra institución. Si el alumno
desea recibir crédito de un centro de MINTS, o de alguna otra institución,
debe comunicarse directamente con las autoridades de aquella institución
para averiguar los requisitos para recibir crédito, y para que ellos evalúen las
tareas escritas.
3. Con crédito, evaluando tareas, con atención individualizada y con un costo
monetario mediante el Centro de Estudios Hispanos En Línea (CEHEL) de
MINTS. Si desea información sobre está modalidad puede escribir a Jaime
Morales Herrera, profejaime@costarricense.cr
IV. Evaluación
Modalidad Gratuita
Si usted lleva este curso de forma no acreditada, simplemente realice las
lecturas y seguidamente los cuestionarios del 1 al 5.

Modalidad Acreditada
1. Participación del alumno en los foros. 15%. Se espera que el estudiante
participe al menos 15 veces en los foros. Un promedio de tres veces por
semana.
2. Cuestionarios en línea. 15%
3. Lecturas obligatorias adicionales. Los alumnos del programa de
licenciatura leerán 300 páginas, y deben entregar un informe de lectura de 3
páginas. Los alumnos del programa de maestría leerán 500 páginas, y deben
entregar un informe de lectura de 5 páginas. Para el informe deben utilizar
el"Formulario para los Informes de Lectura" en los "Recursos Generales de la
Asignatura". 20%
4. Proyecto especial del alumno. 30%. (escoger uno)
• Hacer un ensayo de diez páginas sobre una creencia dentro
del pluralismo postmoderno, demostrar su falsedad y
superioridad de la fe cristiana. Para ello utilizar como guía los
documentos "Cómo escribir un ensayo académico", "Pautas
para escribir un ensayo" y "Evaluación del ensayo
académico" en los "Recursos Generales de la Asignatura".
• Diseñar un programa participativo de tres o cuatro sesiones
para enseñar a los jóvenes sobre alguno de los temas
específicos del curso (hedonismo, individualismo, relativismo,
emocionalismo, pluralismo, neohumanismo). Para ello utilizar
como guía la tabla de cotejo "Planeamiento Didáctico con
una Metodología Participativa" en los "Recursos Generales de
la Asignatura".
5. Examen final. El alumno demostrará su conocimiento de los conceptos y
contenidos de los materiales del curso. 20%.
Introducción

El presente escrito busca ofrecer una respuesta desde una cosmovisión


bíblica y cristiana a los desafìos que nos pone al frente la sociedad
contemporánea, llamada sociedad postmoderna. Está forma de ver la vida
llamada postmodernismo es diametralmente opuesta a la cosmovisión
cristiana, y parte de valores totalmente opuestos. En las próximas páginas
definiremos en forma más detallada que es la postmodernidad, y como hacer
apología a sus diferentes valores que inundan hoy en dìa a nuestros
adolescentes y jóvenes en nuestras congregaciones. Al igual que cristianos
de anteriores generaciones enfrentemos con una apologética escritural los
desafìos que se nos presentan. Preparémonos para presentar defensa ante
todo aquel que demande respuesta acerca de nuestra fe (2 P 3:15).
Capítulo 1
La Postmodernidad
“Vosotros sois la luz del mundo”
Mt 5:14
Objetivos:
1. Tomar conciencia de conocer la postmodernidad como la realidad
contextual en que se desenvuelven los niños y jóvenes de nuestras
congregaciones y sus implicaciones para nuestro momento histórico y
las próximas generaciones.

2. Comprender como la postmodernidad surge como consecuencia


directa del fracaso de los ideales proclamados por la era moderna.

3. Enumerar a grandes rasgos las características propias de la era


postmoderna.

I. ¿Por qué estudiar el postmodernismo?

El hombre a través de los siglos se nos presenta en forma básicamente


homogénea; después de la caída, su naturaleza se corrompió totalmente, no
quedando nada en su ser que no estuviera contaminado por el pecado. Los
pecados de hoy no son tan distintos a los de ayer; la corrupción ha existido
desde los primeros reyes, el asesinato inició con Caín (Gn 4), se aumentó con
Lamec (Gn 11) y se mantiene hasta hoy; ya en la escena de Sodoma y
Gomorra (Gn 19) vemos evidencia de homosexualismo; la Didaché un
documento del primer siglo de la era cristiana cuya autoría erróneamente se
adjudicó a los apóstoles nos dice "no prostituirás a los niños... no harás
abortar a la criatura..."1, lo que nos indica que dos elementos que nos son
totalmente “actuales” como lo son "el aborto" y "la prostitución infantil" eran
cosa común hace casi dos mil años. Ya la genealogía de la línea Cainita en el
Génesis (Gn 4:17-24) nos habla de la degradación que tendría el ser humano
a lo largo de los siglos; pero, aunque el corazón de los hombres es
básicamente el mismo, lo que sí ha sufrido transformación es la sociedad
donde se desarrolla ese pecado, la cuál ha cambiado su manera de ver el
mundo a través del paso del tiempo; muchas veces entrando en ciclos de
corrupción donde el pecado del hombre ha llegado a ser como en los días de
Noé, prediciendo el inminente juicio de Dios.

Hoy en día nos estamos desenvolviendo precisamente en una época


sumamente similar a los días de Noé, y la iglesia espera el pronto retorno de
su Mesías (Mt 24:36-39). Es en este mundo actual donde se desenvuelven
los jóvenes en nuestras iglesias; el destinatario del Evangelio es el hombre
actual, el joven de este momento histórico, no el de ayer ni el de mañana.
Este joven “está marcado y hasta configurado por determinadas realidades
sociológicas que le influyen radicalmente y de manera inevitable. Si no
intentamos un estudio serio, atento, preciso y lúcido de está realidad
sociológica de la que emerge el hombre actual, nunca llegaremos a conocerle
íntimamente, no podremos acompañarlo en su experiencia vital y de fe”2.

El presente siglo, el denominado Siglo XXI, será nominado con una


alta probabilidad en los anales de la historia como la “era postmoderna”. El
joven actual se encuentra ante esta realidad sociológica, por ello, se
pretende partir de la misma, para poder atenderle y realizar una pastoral de
acompañamiento que sea contextualizada y pertinente ante la realidad a la
cuál se enfrenta.

1
Autor desconocido. La Doctrina de los Doce Apostóles (Didaché). http://escrituras.tripod.com
2
Martín, Guzmán. La Religiosidad del Preadolescente, p.43.
Nuestra sociedad hispana se encuentra precisamente en un período de
transición entre dos grandes formas de ver el mundo; la mayoría de las
personas adultas pertenecen a la época moderna, y las nuevas generaciones
se identifican y desarrollan cada vez más intermediados por los ideales
postmodernos. Muchos se preguntarán cómo hablar de postmodernidad en
América Latina, cuando ni nos dimos cuenta el momento en que paso la
modernidad por nosotros; pero, aunque la mayoría de sociedades
latinoamericanas nunca han entrado en la modernidad propiamente dicha, si
han sentido el azote de la racionalidad instrumental moderna, y hoy en día
están sintiendo el azote de la cosmovisión postmoderna.

Por supuesto, aunque este libro habla de juventud postmoderna, lo


cierto, es que cada vez hay más adultos con que se identifican con este tipo
de mentalidad, especialmente en las esferas académicas universitarias; por
tanto, muchos de los principios presentados en este manuscrito tendrán cada
vez mayor aplicabilidad en el mundo en que nos desenvolvemos. Pronto, no
estaremos en un período de transición, sino que los ideales postmodernos
inundarán a todas las generaciones dentro de la sociedad occidental.

Por otra parte, el trabajo que realizamos hoy con los niños,
adolescentes y jóvenes de nuestra congregación tiene una trascendencia de
índole supremo: ellos serán los líderes del mañana. Nuestra responsabilidad
trasciende nuestro momento histórico, debemos sembrar esperanza para la
nueva generación y trabajar con la visión puesta en la siguiente generación.
Dios nos ha llamado a ser luz y sal de este mundo postmoderno en que nos
desenvolvemos (Mt 5:13-16).

Debido a la complejidad del fenómeno postmoderno y al hecho de que


este se encuentra en plena construcción y esta inacabado dentro de nuestra
América Latina, este escrito lo que busca es hacer una contribución, no busca
ofrecer respuestas definitivas y mucho menos fórmulas mágicas, sino que
reconociendo las limitaciones se desea ayudar a tomar conciencia de la
realidad postmoderna y de la necesidad de enfrentar los retos que la
sociedad contemporánea les plantea a la Iglesia de Jesucristo,
especialmente, a aquella iglesia que debe verse ya no como la iglesia del
mañana, sino como la iglesia de hoy: los jóvenes y adolescentes que se
reúnen en nuestras congregaciones.

Por otra parte, debo hacer la aclaración de que este escrito pretende
enfrentarse a la postmodernidad de la calle, a la del pueblo, no a la filosófica
de los academicistas y catedráticos universitarios. No vamos a hablar de
postestructuralismo, ni de metarelatos; sino de la filosofía postmoderna tal y
como la viven los adolescentes en su contexto inmediato.

II. ¿Qué es la postmodernidad?

No es fácil definir el término postmodernidad. El término significa


posterior o tras el modernismo; en sí abarca una nueva manera de ver el
mundo, una cosmovisión que viene a surgir como reacción ante el
modernismo. Es una apertura a todo tipo de creencias sin mediar la razón,
una tolerancia que rechaza todo tipo de valores absolutos, una indiferencia

Pero ¿cómo surgió esta nueva manera de ver el mundo? Como se dijo
anteriormente, la postmodernidad surge como reacción ante la modernidad.
Una modernidad que proclamaba ideales que con el transcurso del tiempo
fueron cayendo por la misma naturaleza pecadora del ser humano,
evidenciada en la doctrina escritural de la depravación total del hombre. La
modernidad se caracterizó por ser una época de fe, la gente creía en los
principios libertadores de la Revolución Francesa, los avances de la ciencia,
en el progreso del ser humano y en la libertad religiosa. Se pensaba que se
había llegado al punto cumbre de la humanidad donde se llegaría a la
solución de todos los problemas; ideales que siquiera llegaron a un mínimo
cumplimiento.
Las dos grandes guerras humanas marcan el inicio del
postmodernismo. Antes de la Primera Guerra Mundial era la época del
progreso, de la Europa imperialista, la época de la revolución; después al
llegar la guerra se sienten las consecuencias: ciudades son destruidas
completamente, millones de civiles caen muertos, viene la crisis de 1929
donde cantidades de seres humanos se suicidan y las grandes fortunas
desaparecen. El orgullo humano que pensaba en el progreso de la humanidad
se ve frustrado ante un orgullo aún peor, la expansión de la raza aria en la
llamada Segunda Guerra Mundial.

La postmodernidad surge precisamente como resultado del


desencanto, ante la frustración que produce el fracaso de los postulados de
la llamada modernidad o época moderna. El holocausto judío, las tragedias
de Hiroshima y Nagasaki, la peste del sida, las guerras bacteriológicas, la
caída de las “torres gemelas” en manos de terroristas, entre otras; son
evidencia ineludible del fracaso del proyecto moderno.

Los ideales caen, la fe en la ciencia y la tecnología se derrumba al


observar que estas no se utilizan para hacer el bien; y por implicación lógica,
la fe en el progreso también se desvanece. “La búsqueda del saber, la
tecnología, la razón y la ciencia, dejaron un vacío en el espíritu del hombre.
La industrialización trajo la contaminación y la destrucción acelerada de los
recursos naturales. El capitalismo hizo a los ricos más ricos y a los pobres
aún más pobres. El socialismo tampoco lleno las necesidades del ser
humano, y también se convirtió en una nueva dictadura. La medicina logró
hallar la cura de muchas enfermedades, pero a la misma vez surgieron
nuevas versiones de virus y bacterias resistentes a los antibióticos y las
vacunas que se habían inventado”3.

Durante el siglo XX una gran parte de la tecnología ha venido en el


servicio de la muerte. Eso lo reconoció Alfredo Nobel, inventor de la dinamita

3
Pereira, René. Revista Unilit Enfoque: “La Iglesia Postmoderna”, p.40.
y fundador de los premios Nobel. La química se ha empeñado en producir
una gran cantidad de explosivos. La aviación también ha revolucionado la
guerra moderna. Las armas nucleares, los misiles "inteligentes", la guerra
química, biológica y genética son también "maravillas" de la tecnología4.

Vino el desencanto de las promesas incumplidas, la renuncia a toda


utopía, el abandono de toda esperanza por renovar el mundo y la sociedad.
Se rechazan las certezas, y se vive sin sentido, en lo provisional y fugaz:
cultura de lo desechable. El aumento de maldad, amenazas a la vida e
inseguridad social ha traído crisis de desesperación. El progreso técnico no ha
logrado hacernos más humanos ni felices. La juventud perdió su fuerza de
denuncia, cayó en un pasivismo, acomodada al ambiente, mareada con el
vértigo de experiencias vivenciales extremas: viajes psicodélicos, erotización,
recurso a las drogas y la violencia como intensa experiencia ante situaciones
de muerte. Los nuevos partidos políticos en el poder no llenaron las
expectativas del pueblo, ni despertaron nueva conciencia cívica, ni ofrecieron
proyectos alternativos de organización ciudadana5.

El ser humano hoy en día puede tener todas las comodidades que
quiera, pero de igual modo tiene todo el potencial para destruir el planeta.
Tiene tanto conocimiento, pero este no le permite ser feliz. Recordemos la
escena en la película “The Matrix”, en la cuál el agente Smith al hablar con
“Morpheus” describe precisamente al ser humano como “un virus” ya que
este se comporta como tal, multiplicándose y destruyendo lo que tiene a su
paso.

Antes la humanidad veía hacia delante y su escatología se proyectaba


en una era dorada de paz y prosperidad, un nuevo paraíso en la tierra. Hoy
se tiene la mirada en un apocalipsis funesto, donde los propios avances

4
Stam, Juan. Llamados a discernir las señales del tiempo, p. 8.
5
Escobar, Francisco. Influencias de la modernidad y postmodernidad en nuestra diócesis.
http://www.redial.com.mx/obispado/semi/aletheia/a3708.html
destruirán a la humanidad, ya sea, por la amenaza nuclear, la guerra
bacteriológica u otros medios. Talvez los amantes de la ciencia ficción tengan
algo de razón al mostrarnos en películas como “The Terminator” (El
Exterminador), “Matrix” y “I, Robot” (Yo, Robot) como el hombre es
destruido por sus propias “creaciones”.

Heber Alfredo Gallito, pastor, misionero argentino y mi alumno, nos


comenta en un ensayo no publicado, acerca de estos eventos históricos “las
dos guerras mundiales no solo destruyeron ciudades y aniquilaron personas
sino que también derrumbaron el edificio de ideales que el hombre se había
construido sobre la arena de la modernidad. En un sentido la postmodernidad
es la recolección de los escombros de la era moderna para edificar múltiples
construcciones filosóficas, que pueden convivir en un mismo terreno. Claro,
que este terreno ni siquiera es arena sino pantano. El gran desafío que el
cristiano tiene en este tiempo es llegar a la arena y al pantano para
convencer con la Palabra de Dios que el hombre deben edificar su vida sobre
la roca, que es Cristo. En la modernidad había una torre de Babel y en el
postmodernismo muchas torres de Siloé. Babel terminó vacía y Siloé en
ruinas, así ocurrió y ocurrirá con el mundo de hoy.”

Usando lenguaje parabólico, continua “había una vez un hombre


moderno que edificó su casa sobre la arena, de pronto vinieron guerras y
atentados y la casa se derrumbó y fue grande su ruina. Luego llegaron los
hombres posmodernos y dijeron tomaremos los escombros y edificaremos no
una casa sino muchas casas, cada uno la hará a su manera... y así
comenzaron a construir en el pantano siglo XXI. Pero nunca quisieron oír a
los "locos" que les decían "construyan sobre la roca" y hoy esos locos tiene
un trabajo mayor, ya no es hablar por altoparlantes a los de la arena, ahora
hay que meterse en el pantano, arremangarse las botamangas, tomar los
salvavidas y convencer a los del fango que cambien el cimiento.”
III. Características de la postmodernidad en contraposición con la
época modera

Cómo se mencionó anteriormente, la postmodernidad es una reacción


ante la época moderna que la precedió; por ello, sus valores pueden ser
contrapuestos con los valores de la modernidad. A continuación se
presentarán algunas de las características de la era postmoderna
contrapuestos con aquellas características que se manifestaban en la
modernidad.

1. Hedonismo vs. Laboriosidad


El esfuerzo, el trabajo y la laboriosidad eran valores predominantes en
la cultura moderna; ya que estos se percibían como la llave del progreso del
ser humano. Hoy en día, el hombre postmoderno ha reconocido que no
puede cambiar el mundo; ya lo intentó, y fracasó; por ello ha se ha rendido
y ha optado por tomar otro camino: por disfrutar de él, viviendo plenamente
el momento presente6. De está manera ha surgido una sociedad hedonista
cuyo fin supremo es la búsqueda del placer.

2. Relativismo vs. Absolutismo


La época moderna es la época de los absolutos, ya sea los absolutos
religiosos como el Cristianismo que veía en Dios y su Palabra la Verdad
Absoluta; o de los seculares como el humanismo que ve en el ser humano y
su dignidad, el valor absoluto. En cambio en la postmodernidad, la ética y
moralidad surgen en función del hedonismo engendrando el relativismo
actual donde los actos son buenos o malos en función del placer que
generan. La ética se convierte en estética. Todo es relativo, la verdad
depende de cada individuo y de lo conveniente que sea para él.

3. Individualismo vs. Colectivismo

6
Cruz, Antonio. Postmodernidad, p. 63.
En la postmodernidad ya no hay una búsqueda del bien común, el
individuo no se proyecta como servidor de la sociedad, sino más bien, como
alguien que se sirve de está; se ha pasado de servidor a servido. El
hedonismo le ha proyectado hacia el individualismo, ya que si lo que busco
es satisfacerme a mi mismo, entonces, no queda lugar para el bienestar de
los demás. La respuesta del postmoderno al bienestar de los demás es
comparable a la respuesta que dio Caín a Dios “¿Soy yo acaso guarda de mi
hermano?” (Gn 4:9). Cada individuo tiene derecho a realizarse y ser libre.
“Tomo mis propias decisiones, soy responsable de mi propia vida, y de nadie
más”.

4. Narcisismo vs. Prometeísmo


El hombre moderno se identifico con el mítico Prometeo, el cual
arriesgo su vida para traer a la tierra el fuego de los dioses para que los
mortales pudieran progresar7. Por su parte, la máxima expresión del
individualismo postmoderno es el narcisismo. El individuo enamorado de sí
mismo, que idealiza su persona, agrandándose y aminorando a los que le
rodean; los cuales le son útiles si le admiran invalidando el mandamiento de
"amar al prójimo como a ti mismo" y convirtiéndole en "ámate a ti mismo y
olvídate de tu prójimo, a menos que te convenga".

5. Emocionalismo vs. Racionalismo


Mientras que en la modernidad era de suma importancia la razón en la
posmodernidad lo más importante son los sentimientos. Recordemos que la
razón no dio los resultados esperados en la modernidad; por tanto, el
hombre ha “evolucionado” de ser el Homo Sapiens hacia el Homo Sensibilis,
un hombre cuyo valor principal es el sentimiento. Así de esta manera, los
jóvenes postmodernos no quieren detenerse a pensar quieren sobre todas
las cosas “sentir”.

7
Cruz, Antonio. Postmodernidad, p. 106.
6. Pluralismo vs. Teísmo/Ateísmo
En la era moderna el individuo era ateo o creyente, en la
postmodernidad se han diversificado las opciones. Precisamente por el
derrocamiento de la razón en manos del sentimiento, el ser humano a
pasado de no creer en Dios a creer en cualquier cosa. “Su lema es: hay que
creer en algo, no importa lo que sea”8. Las creencias del postmoderno se
tornan irracionales. “Cuando la racionalidad falla como base firme, abre la
puerta a todo tipo de religiones, cuanto más amorfas mejor; y la falta de
consistencia teológica permite la entrada al ‘vale todo’ y a la ‘sin razón’.9 Se
ha retornado a lo esotérico, a lo satánico, al misticismo de las religiones
orientales, al culto de lo extraterrestre y a un sin número de religiones a la
carta. Además están surgiendo lo que podemos llamar religiones profanas
como cultos a la música joven, al deporte, el cuerpo, la ecología, las
celebridades, etc.

7. Neohumanismo vs. Humanismo Clásico


En épocas y culturas precedentes Dios tuvo un papel fundamental, o al
menos la religión. La cultura hebrea siempre tuvo como centro en su vida - o
al menos pretendió tenerlo - al gran "Yo soy" que se revelo a Moisés; la
iglesia en la época de persecución era martirizada por permanecer fiel a
aquel que gobernaba su ser; aún en la iglesia medieval, aunque no de una
forma muy ortodoxa, la religión era el fundamento de la sociedad. En la
época moderna con la secularización de la sociedad, el ser humano paso a
ser el centro del mundo. Con el humanismo se ha explicó el mundo y el
hombre descartando a Dios, y por supuesto a su Revelación.

El humanismo es un fenómeno moderno, un poner en el centro del


mundo al ser humano, donde este es la medida de todas las cosas. Este
surge en el Renacimiento en hombres como Russeau, Voltaire, entre otros.

8
Pereira, René. Revista Unilit Enfoque: La Iglesia Postmoderna, p.40.
9
Terranova, Juan. Apuntes Pastorales: “La iglesia frente a la cultura postmoderna”. p. 46.
Ante la caída de los ideales acerca del ser humano de la época
moderna; el humanismo entra en crisis, surgiendo un nuevo tipo de
humanismo. Un humanismo donde el ser humano como ente social dejo de
ser el centro como lo proclamaba el humanismo tradicional, sino que ha sido
bañado de los ideales individualistas y de la visión de la Nueva Era de que en
los individuos se encuentra una chispa de la divinidad, y se debe, por tanto,
desarrollar el potencial divino oculto en cada persona.

Por otra parte, como consecuencia directa de los ideales individualistas


de la postmodernidad deja de verse la humanidad desde una perspectiva
más social donde el valor absoluto establecido era “la dignidad humana”,
para ahora verse desde el neohumanismo o humanismo postmoderno al ser
humano desde una perspectiva más individual, donde el mismo como
individualidad es el centro, el valor absoluto, pero absoluto sólo para sí
mismo; no para los otros.

Conclusión
Los siete valores de la postmodernidad presentados anteoriormente no
agotan lo que representa esta era en que vivimos, pero si nos dan un
panorama general de lo que enfrenta el cristianismo de hoy en día, y por
tanto, nos muestra a grades rangos las características del mundo donde se
desenvuelven nuestros chicos y chicas que pastoreamos. Por ello, nos
corresponde a nosotros los que hemos sido llamado por Dios a cumplir su
misión en la esfera de la adolescencia y juventud, responder ante las
inquietudes y demandas de nuestros jóvenes y de la sociedad en que nos ha
tocado vivir. Enfrentemos la postmodernidad con el Evangelio cristiano que
trasciendo toda época y tiene aplicación a todas las generaciones. Seamos
luz y sal a nuestra generación y a las próximas generaciones.
Capítulo 2
Apologética y Postmodernidad
“Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en
vosotros” (2 Pedro 3:15)
Objetivos:

1. Entender la importancia de ofrecer una apologética contextualizada al


mundo contemporáneo.

2. Comprender que la labor educativa y pastoral del líder de jóvenes en


el desarrollo integral de los adolescentes, debe incluir una formación
apologética contextualizada al mundo juvenil y a la postmodernidad.

I. ¿Qué es la apologética?

El Dr. Cornelio Hegeman en su libro “La Apologética” nos da una


excelente definición de la palabra apologética:

“La apologética cristiana es la defensa de la fe bíblica y cristiana según


la Gran Comisión”10.

Está definición es clara y concisa, nos habla de lo que defendemos: los


principios y verdades escriturales; y también nos habla de nuestro mandato
y modelo: La Gran Comisión; y es que a través de la historia el cristianismo
ha tenido que establecer un diálogo con la cultura en la cual se desarrolla y
extiende; esa cultura siempre ha tenido valores acordes al Reino de Dios y
otros que son radicalmente opuestos a los principios del Evangelio. Por ello,
siempre ha habido personas que han luchado por mantener y defender los

10
Hegeman, Cornelio. La Apologética, p.2.
principios y verdades expresados en las Escrituras. Así hoy en día la
necesidad de defender la fe de sus acusadores es tan grande como en
cualquier época de la historia eclesiástica.

La historia de la iglesia nos muestra excelentes ejemplos de cómo los


cristianos de diferentes épocas han tenido que hacer apología ante los
desafíos que se les presentan. Cada uno de los cuatro Evangelios fue escrito
para un destinatario particular buscando enfrentar las demandas de su propio
contexto. En el libro de los Hechos capítulos 6:8 a 7:60 podemos ver
claramente como Esteban hizo apología ante el sumo sacerdote. También en
el libro de los Hechos en los capítulos 21:37 al 22:29 podemos ver como
Pablo tiene que defenderse ante las acusaciones que se le hacían. Ante los
judíos, los apóstoles y apologistas antiguos respondieron con argumentos
basados en el Antiguo Testamento, ya que está eran la Ley para sus
atacantes. En la época moderna la apologética racional estableció el
monopolio dentro de su contexto.

Nuestra defensa del cristianismo debe responder ante las inquietudes


que se nos presentan, y en la época postmoderna son diferentes a las de la
época moderna que la precedió; por tanto, debe variar también nuestra
respuesta.

II. La apologética es defensa

Recordemos la definición de apologética presentada por Dr. Hegeman,


la apologética es la defensa de la fe bíblica y cristiana según la Gran
Comisión. Está definición me parece muy acertada precisamente por los
desafíos que nos presenta la sociedad actual postmoderna; primero, porque
la apologética es defensa y la mejor defensa siempre será una buena
ofensiva, es decir, debe presentarse el testimonio cristiano ante los ataques
de la sociedad; y en nuestro contexto, proveer bases firmes para proteger a
los adolescentes de los embates de los enunciados postmodernos.
Estamos hablando de formar a nuestros adolescentes y jóvenes de
nuestras congregaciones para que puedan afrontar las amenazas que vienen
desde afuera, y que se les presentan desde todos los ángulos; y es que
“gracias a la moderna tecnología de comunicaciones, la cultura popular se ha
convertido en algo penetrante que se inmiscuye por todos lados. Es
virtualmente imposible evitar la influencia de la cultura a través de los avisos
comerciales, video-tapes, variedad interminable de CD, televisión, radio,
películas, revistas, juegos para computadora, salas de juegos electrónicos e
Internet”11.

Muchos de ellos no se sentirán atacados porque su visión del Evangelio


se ha amoldado a la postmodernidad, y en este caso nadie atacara su
cómodo cristianismo. Sus pares que tienen otras creencias “respetaran” las
de estos cristianos “cómodos”, siempre y cuando ellos “respeten” las propias;
“yo respeto lo que tu crees y tu respetas lo que yo creo”. El cristianismo se
ve simplemente como una más de la serie de creencias que un individuo
puede tener, “tu andas en la onda del cristianismo, yo ando en la onda de la
meditación trascendental”. Este adolescente asume simplemente la posición
de “respetar” las creencias de sus amigos, profesores y demás personas a su
alrededor; de la misma forma que estás personas “respetan” sus creencias;
vive un cristianismo “soft” individualista.

Con respecto, a este grupo nuestro papel como pastores juveniles es el


de enseñarles la realidad del verdadero cristianismo; el cual es superior a
otras creencias y sobretodo no es una más de muchas verdades, sino que es
la Verdad. Hay que enseñarles que respetar no es necesariamente quedarse
callado; que siempre hay opción al diálogo. No es imponer nuestras
creencias, al modo de la “Santa” Inquisición; sino la persuasión bíblica
acompañada del poder del Espíritu Santo. No estamos respetando a las
personas si sólo les decimos lo que quieren escuchar; más bien, es todo lo
contrario, los ofendemos cuando no decimos la Verdad.

11
Colson, Charles. Revista Unilit Enfoque: Los peligros de la cultura popular, p. 62.
Quiere decir esto ¿que ya no hay persecución en el cristianismo?
Dejando de lado el hecho, de que en algunas partes del mundo sobretodo en
el mundo no occidental hay una verdadera persecución a modo de los
tiempos de antaño; hoy en día en nuestro mundo occidental lo que se da es
una persecución diferente, realmente se persigue a aquellos cristianos que
han tomado en serio su papel de ser testigos y creer que la única y
verdadera forma de llegar a Dios es a través de Jesucristo, y que está es la
única fe verdadera; a estos se les tacha de fanáticos, y fundamentalistas
extremos; y es una persecución más a nivel de ideas; sobretodo tildándonos
de intolerantes; relegándonos al grupo de los “cerrados intelectualmente”.
Así se nos pide tener “amplitud de criterio”, pero, como dice Norman Geisler
“es bueno reconocer la posibilidad de que uno se equivoca, lo malo es
mantener una posición sin considerar las pruebas en su contra. Además, uno
nunca debe adoptar una decisión firme sin examinar desprejuiciadamente
todas las pruebas disponibles. ¿Seguiremos con nuestro amplísimo criterio
cuando toda la razón nos dice que sólo puede haber una conclusión? Eso es
lo mismo que el error del criterio estrecho. En efecto, la amplitud de criterio
es la posición más estrecha de todas porque elimina la consideración del
punto de vista absoluto”12.

Hoy en día se está dando gran importancia a los valores, y


precisamente uno de los que podemos ver que ha tomado preponderancia es
la “tolerancia”. Y por supuesto que los creyentes debemos ser tolerantes;
pero ¿cómo ha entendido este valor la sociedad postmoderna? es
simplemente tolerar las creencias de todos los creen de cierta manera, es
decir, tolerar a los que respetan ciertas creencias fundamentales; pero no
tolerar a los absolutistas que dicen tener la fe verdadera, entre ellos los que
nos llamamos cristianos y defendemos que hay un solo camino al Padre; su
hijo Jesucristo (Juan 14:6).

12
Geisler, Norman y Brooks, Ron, Apologética, p. 310
Tertuliano (c.160-220 d.C.) uno de los grandes padres polemistas de
la historia eclesiástica, era un excelente defensor de la fe cristiana, este tenía
formación en derecho y como buen abogado respondía ante los ataques que
le hacían a la fe cristiana, desmintiendo las acusaciones que se le hacían y
refutándolas con argumentos racionales; pero, esto hombre no quedaba ahí,
sino que “volcaba la tortilla”, es decir, acusaba a los acusadores de la fe
cristiana de los mismos delitos que se le atribuían al cristianismo y pasaba a
demostrar su hipótesis. Esto es algo que debemos hacer los creyentes
demostrar que nosotros no somos intolerantes ni cerrados de criterio; pero,
no quedarnos en ello, sino realmente demostrar que los verdaderos
intolerantes son los que no nos quieren permitir que creamos en un Absoluto
y que defendamos esa verdad; que los realmente cerrados y estrechos de
criterio, son aquellos que aún considerando todas las pruebas que tienen en
su contra siguen manteniendo sus ideas; aquellos que no están abiertos al
diálogo y simplemente se cierran afirmando que les respete sus creencias.

III. La Apologética es según la Gran Comisión

En segundo lugar la definición del Dr. Hegeman me parece en sumo


grado adecuada debido a que la apologética debe de ser según “La Gran
Comisión”; debe tener cómo propósito el ser testigos de Jesucristo. Y es que
el adolescente de hoy en día no quiere hablar de su fe; primero, porque la
considera una opción más dentro del gran abanico de posibilidades. No se ve
motivo para evangelizar debido a que debo respetar las creencias del otro, y
por medio de sus creencias el también está bien con Dios – ya sea con otra
religión o por medio de prácticas como la meditación trascendental, la
astrología, etc. Segundo, porque la postmodernidad es la era del
individualismo; la era del “yo-yo”, primero yo, después yo y luego yo; donde
el individuo se preocupa solamente de sí mismo y se olvida de las otras
personas. Donde los otros son importantes sólo si le son útiles o le aman.
Cómo el adolescente va a ser testigo de Jesucristo, si sólo se interesa por sí
mismo, realmente, lo que le importa es su comodidad, es mejor, quedarse
haciendo las rutinas diarias y así “evitar la fatiga” de evangelizar al prójimo;
lo que importa es que el está bien con Dios y no le importa que los demás se
vayan al infierno; o de otro modo piensa que estos llegarán a Dios por medio
de sus propias creencias.

El adolescente piensa que no es necesario evangelizar porque acepta


el pluralismo y el individualismo. Pensando en el pluralismo cree que hay que
respetar lo que los demás creen, ya que las creencias de los demás también
los lleva a Dios. Y en segundo lugar por el individualismo, lo más importante
es uno mismo y no los demás y esto conduce a la comodidad.
El pluralismo libera su conciencia y el individualismo estimula su comodidad.

El Dr. Cornelio Hegeman13 nos habla de cuatro razones por las cuales
nuestro testimonio cristiano puede ser débil:

1. Por no ser cristiano.


2. Por no estar convencido de que la verdad es absolutamente cierta.
3. Por no conocer la verdad y estar equivocados.
4. Por no obedecer la gran comisión.

1. El Testimonio es débil por no ser cristiano


Con respecto a la primera razón, un amigo pastor siempre me decía
“yo trato a los adolescentes de mi iglesia como no cristianos hasta que me
demuestren lo contrario”. Solamente Dios conoce si los adolescentes y
jóvenes de la iglesia han nacido de nuevo y han sido regenerados por el
poder del Espíritu Santo. El hecho de que hayan nacido en un hogar
cristiano, no nos dice nada realmente, y más bien por mi propia experiencia
puedo decir que ser cristiano de segunda o tercera generación, es decir,
tener padres o incluso abuelos cristianos; muchas veces crea inseguridad en
la fe de estos adolescentes. Y es que Dios no tiene nietos sólo hijos, y cada

13
Hegeman, Cornelio. La Apologética. p. 3.
persona debe tener su propia vivencia de conversión. Tal vez muchos
adolescentes no son testigos porque simplemente no son creyentes.

2. El testimonio es débil por no estar convencido de que la verdad es


absolutamente cierta
La segunda razón citada por el Dr. Hegeman, es que no se está
convencido de que la verdad es absolutamente cierta. Esto tiene mucho
sentido en la adolescencia, curiosamente es en está época que los
muchachos que fueron criados desde la niñez en la fe cristiana deciden si se
van o se quedan en la iglesia; resultando en que muchos de ellos desertan
de congregación e incluso de la fe cristiana. Esto porque la adolescencia es
una etapa de búsqueda de identidad y en esto el ser humano como persona
integral no queda exento de una búsqueda en su área espiritual; la fe no
puede vivirse como una herencia cultural, estar en la iglesia no es sinónimo
de ser un hijo de Dios y muchas veces, aunque no siempre, es necesaria una
crisis de identidad religiosa en los hijos de creyentes. Félix Ortiz nos dice:
“En muchos de estos jóvenes se ha dado o se da una confusión en relación
con la experiencia de conversión. ¿Creen por convicción personal propia o
porque han recibido esas creencias de sus padres? ¿Son religiosos o
convertidos? ¿Han aceptado a Jesús o han aceptado una ética y una moral?
¿Tienen relación o tienen religión?”14; también nos menciona que las dos
reacciones normales pueden ser el abandono de la congregación o el
nominalismo cristiano. Un nominalismo evangélico que se caracteriza por la
mínima observancia de una serie de manifestaciones externas de la fe
cristiana y un escaso compromiso con los ideales radicales del Evangelio15. Es
un nominalismo evangélico que se asemeja muchísimo al ateísmo práctico,
es decir, el vivir como si Dios no existiera. Estos jóvenes deben tener clara
16
su experiencia de conversión y en esto debe jugar un papel claro el líder.
Por otro lado, no siempre se da está crisis de fe, muchas veces el joven tiene

14
Ortiz, Felix. ¿Por qué abandonan la iglesia los hijos de los creyentes?.
http://www.paralideres.org/sections/section_38.asp
15
Idem.
16
Citado por Ortiz, Felix. La Crisis de fe en la adolescencia. http://www.paralideres.org/pages/page_783.asp
clara su experiencia de conversión, ya sea que fue en la misma adolescencia,
o en su niñez. Pero, aún en estos casos es necesario un desarrollo de la fe;
recordemos que el ser humano siempre está en constante desarrollo, y que
hay períodos críticos de desarrollo humano, entre ellos la adolescencia.
Según Fowler, la adolescencia es la etapa de la fe convencional y síntesis
donde el mundo del adolescente es ampliado más allá de la familia por los
amigos del barrio, la escuela, jóvenes de la iglesia, medios de comunicación
entre otros; estableciendo un proceso de integrar la fe que le fue enseñada
por sus padres y el entorno que lo rodea; esto debe llevarle a un proceso de
cuestionamiento y reflexión que los lleve a una fe sólida y firme. El problema
muchas veces es que este proceso está a medio camino, o toma rumbos no
adecuados; y en un mundo postmoderno donde la multiplicidad de creencias
abunda es fácil que los jóvenes se desvíen por “caminos que parecen
derechos, pero su fin es camino de muerte” (Pr. 14:12); así pueden
desviarse completamente o tener una fe ecléctica sincretista donde se es
cristiano pero se cree en otros elementos en forma inconsistente.

Si los jóvenes no están convencidos de que la fe es absolutamente


cierta; es menester, que el líder o pastor de jóvenes intervenga primero;
como modelo de una fe viva y real; segundo, como educador en la fe y
tercero como orientador espiritual a nivel individual o grupal en las
inquietudes de los adolescentes.

Aquí también es importante recalcar la necesidad de enseñar a pensar


a los adolescentes y jóvenes; como dije anteriormente la postmodernidad es
la época del “homo sensibilis”, el “homo sapiens” ha quedado atrás. El
hombre de la época moderna era bastante racional y esa racionalidad lo llevo
muchas veces a poner en duda su fe. Hoy en día es todo lo contrario el
hombre es gobernado por sus sentimientos, el sentimiento ha sido
totalmente revalorizado, y la razón desvalorizada. La gente no quiere pensar,
sino que quieren sentir; vivir plenamente el momento, sin detenerse a
pensar. Hemos pasado de un extremo al otro, de enfatizar lo razonable hasta
negar lo sobrenatural a enfatizar lo subjetivo a expensas de lo objetivo. Una
de las implicaciones de ello es que la apologética debe ser testimonial; pero
por otra parte, no debemos amoldarnos al culto a lo subjetivo de la
postmodernidad, jamás debemos cometer suicidio intelectual; debemos
forzar a los jóvenes y adolescentes a pensar, fuimos creados Imago Dei, y
parte de esa imagen de Dios en nosotros y que nos hace diferentes al resto
de los seres vivientes es la capacidad racional, podemos ir contra corriente
como contracultura cristiana y enseñar a los jóvenes a pensar; enseñarles a
ser críticos según los parámetros de las Sagradas Escrituras (1 Ts 5:21-22);
hay que promulgar la verdad de que el cristianismo es una fe razonable y
objetiva; y es por medio, del razonamiento que podemos confiar en que
estamos en la verdadera fe; la razón y la fe nunca se van a oponer, más bien
se complementan; es por medio de la razón que llegamos a la verdadera fe,
y la fe por su parte ilumina la razón. Es precisamente por medio de la razón
que podemos comprender la veracidad y singularidad de la fe cristiana y la
superioridad de la misma sobre otras creencias que dicen ser la verdad.

3. El Testimonio es débil por no conocer la verdad y estar equivocado


De aquí es importante la tercera causa, por no conocer la verdad y
estar equivocados. “¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y
cómo oirán sin haber quien les predique?” (Ro. 10:14). Me remito aquí
nuevamente a la importancia de la labor educativa en la pastoral juvenil, si
un adolescente o joven en nuestras iglesias no conoce la verdad, entonces,
¿qué estamos haciendo los maestros, líderes y pastores que trabajamos con
la juventud? Si están equivocados entonces enseñemos la verdad; y
enseñemos a defender la verdad ante los ataques postmodernos. La
ignorancia es lo que produce destrucción en el pueblo de Dios y por ende en
el adolescente "mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento" Oseas
4:6. Este es el gran desafío que tenemos como pastores de jóvenes: enseñar
la verdad, vivir la verdad y mostrar la verdad. El guía de jóvenes por lo tanto
deberá ser hombre de la Biblia.
Es esencial la enseñanza de la apologética a los adolescentes y jóvenes
de nuestras iglesias; pero no una apologética sacada de los libros,
descontextualizada de nuestro entorno y sobretodo de la situación de los
adolescentes; sino una apologética que sea pertinente, que realmente
responda a las inquietudes actuales de los jóvenes, no podemos seguir
usando la apologética de la modernidad en la postmodernidad, por supuesto,
los principios son los mismos, pero está debe readecuarse a las nuevas
necesidades; por ejemplo, hoy en día no es importante demostrar la
existencia de Dios; todos los jóvenes reconocen que hay un Dios, los ateos
están en extinción, más bien, en vez de concentrarnos en demostrar que hay
un Dios - algo que hoy en día es una premisa para nuestros jóvenes -, hay
que concentrarse en demostrar que ese Dios que existe es el Dios de la
Biblia, y no Alá, Buda o nosotros mismos como lo proclamaría la Nueva Era.
No es ahora importante demostrar la historicidad de Jesús, el problema no es
creer que Jesús existió, el problema es despojarlo de la gran cantidad de
mitos que hay a su alrededor, ya que la Nueva Era, el humanismo, y las
sectas han hecho de él; alguien que es desconocido a lo que realmente
proclama la Biblia acerca de Él. Los adolescentes tienen muchas inquietudes
y debemos responderlas.

Por otra parte, nuestros adolescentes en nuestras congregaciones,


están deseando realmente poder ver un líder comprometido que encarne los
principios del Evangelio, se despoje de los tradicionalismos religiosos y que
viva un cristianismo verdaderamente auténtico. Mahatma Ghandi nos hizo a
nosotros los cristianos una crítica que nos debe hacer pensar: "Me gusta
Cristo, pero no me gustan los cristianos que no se parecen a él". No es que el
líder de jóvenes deba ser perfecto, sino que sea consistente y viva la fe como
deber ser, un líder que se equivoque y pueda pedir perdón, un líder que
reconozca sus errores y su naturaleza pecaminosa, un líder que tenga claro
el propósito de vida del cristiano de ser formado a la imagen de Jesucristo y
darle la gloria a Dios en todo; y camine día a día a ese propósito. Cuando el
cristianismo se enfrento a los judíos sus argumentos eran escriturales,
cuando se enfrento a los ideales de la modernidad sus argumentos fueron
racionales, en la postmodernidad sus argumentos deben ser primariamente
vivenciales. En la época del “homo sensibilis” donde la razón ha decaído la
mejor apologética siempre va a ser el testimonio cristiano. Nosotros mismos
como líderes debemos cumplir la Gran Comisión y ser testigos, está será la
mejor apologética y lo que llevará a nuestros jóvenes a creer
verdaderamente lo que proclamamos al poder observar coherencia entre lo
que enseñamos y lo que vivimos. Algo bastante difícil de encontrar en
nuestro mundo de hoy en día. Como el proyecto moderno cayó, y muchos ya
no creen en la teoría; se necesita ver “práctica”; se necesita ver personas
encarnando los ideales del Evangelio de Jesucristo.

4. El Testimonio es débil por no obedecer la Gran Comisión


La última razón, es la no obediencia a la gran comisión; los muchachos
saben que deben evangelizar y cumplir la gran comisión; pueda que no estén
convencidos de su fe y por eso no cumplan la gran comisión, pueda que
simplemente no cumplan la gran comisión porque no saben como hacerlo;
nuevamente nos corresponde a los líderes provocar el cambio y asegurarnos
de que los jóvenes puedan cumplir con su testimonio cristiano. Se debe
enseñar a los jóvenes que tolerar no significa tomar una actitud pasiva, ni
muchos menos lo contrario que sería la imposición; sino que dentro del
marco del respeto al otro, esta la apertura al diálogo; y que por medio, del
diálogo podemos testificar de lo que creemos (nuevamente enfatizo que para
esto debemos saber lo que creemos). Además, hay que readecuar los
antiguos paradigmas de evangelización personal y masiva; la
postmodernidad nos demanda nuevas necesidades y por tanto, hay que
tomar nuevas estrategias; empezando con verdaderamente cumplir con
nuestro testimonio cristiano, vivir el Evangelio, ser diferentes; esto se puede
hacer poniendo a la cabeza principios evangélicos. En medio del
individualismo existente, preocuparnos por las personas. Ser solidarios,
demostrar que encarnamos el amor al prójimo; teniendo sensibilidad social y
enseñarle a los jóvenes a hacer evangelismo amistoso dentro de su propio
Jerusalén (Hechos 1:8): entre sus amistades, compañeros, vecinos y
familiares. Los métodos evangelísticos de la postmodernidad deben tener que
ver directamente con el testimonio – el llamado evangelismo silencioso -,
deben demostrar la credibilidad de la fe. En lo personal considero que el
evangelismo amistoso - ya antes mencionado - y la proyección social son los
dos métodos evangelísticos que mejor funcionarán con la juventud
postmoderna; por supuesto, acompañados del evangelio bíblico, que es el
que transforma vidas por medio de la operación dinámica del Espíritu Santo.

Conclusión
Cada una las razones citadas anteriormente como causa del porque el
testimonio de un cristiano podría ser débil nos demuestran la necesidad
eductiva de los chicos y chicas en diversas áreas, pero lo que tienen en
común es la necesidad de ofrecer una formación en áreas apologéticas a
nuestros adolescentes, estás deben darse en forma contextualizada y
pertinente a su situación. Es normal que los chicos se cuestionen cosas
como ¿Si hay tantas religiones, cómo sabemos que el cristinianismo es la
verdadera fe? ¿Cómo sabemos que el Dios que existe es el Dios de la Biblia?
¿Realmente podemos afirmar que hay una verdad absoluta?, entre muchas
preguntas que podrían realizar. Preparémonos para responder a sus
inquietudes y de paso los prepararemos a ellos para enfrentar el mundo
donde se desenvuelven. Esa es nuestra labor educativa en el área
apologética, hagámolo con temor y temblor para la gloria de Dios.
Capítulo 3
Apología contra el Hedonismo
“Si, pues, coméis o bebeís, o haceís otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de Dios”
1 Co 10:31
Objetivos:
1. Tomar conciencia de las dimensiones e implicaciones de la filosofía del
hedonismo en los jóvenes de nuestras iglesias.
2. Identificar algunas influencias de está filosofía en la iglesia
contemporánea.
3. Hacer una apología a la filosofía del hedonismo desde una perspectiva
bíblica equilibrada.

I. Postmodernidad y Hedonismo

La Nueva Era y el Postmodernismo no tienen nada de nuevo; son


solamente un resurgimiento del paganismo que siempre ha existido en la
humanidad. De la misma manera lo es el hedonismo. Ya en tiempos del
Nuevo Testamento, se veían trazos del hedonismo en el movimiento filosófico
llamado epicureísmo. Este era un sistema filosófico basado en las enseñanzas
del filosofo griego Epicuro; para este el summo bonum y meta de la vida no
es otra cosa que el placer.

Precisamente en la postmodernidad lo que se da es una actualización


de la máxima epicúrea “Comamos y bebamos, que mañana moriremos” (1
Co. 15:32). Esto debido a que frente al fracaso de la modernidad el hombre
postmoderno ha sencillamente optado por el disfrute, por el deleite, por el
placer; así ha decidido en vez de tratar de cambiar el mundo, el disfrutar del
mismo, del momento presente. El fin supremo de la vida es conseguir el
placer. O al menos evitar al máximo cualquier tipo de dolor, bien sea este
físico, psicológico o moral.17 Ya la Palabra de Dios nos anticipaba acerca de
estos “tiempos peligrosos” donde habrá hombres “amadores de los deleites
antes que de Dios” (2ª Tim 3:4).

La búsqueda del placer se ha convertido en un valor predominante en


nuestra cultura. El Dr. In Sik Hong afirma sobre el individuo postmoderno
“Todo lo que le interesa es pasarla bien; a partir de la perdida de la confianza
en los proyectos de la transformación de la sociedad, sólo concentra sus
esfuerzos en la realización personal”18.

La frase cristiana que decía es mejor un día en tus atrios que mil fuera
de ellos, ha sido cambiada por los medios de comunicación al decirnos "es
mejor un día de diversión que 100 días de trabajo". Es la gran paradoja que
se predica por los medios de comunicación, ellos nos dicen "disfruta y luego
pagas el precio", mientras que la laboriosidad reclama "paga el precio y
después disfruta". Lástima que el precio que se debe pagar por el hedonismo
es en muchas cuotas y muy elevadas.

La filosofía de los jóvenes de hoy es “nada importa, sólo hay que


pasarla bien”; “nada me importa, nada me duele, nada me afecta”, solo
importa que seamos felices. Lo que vale es el “aquí y ahora” que divierte
enseguida, prometiendo una sensación positiva. La ropa, el tiempo libre, el
coche, el pasarlo bien se gestionan para que todo reciba el sello de la
aventura, sea bello y provoque sensaciones agradables. Esto se llama “La
sociedad de la aventura”.19

Hay una tendencia al facilismo, a la comodidad, a la ley del menor


esfuerzo: se trata de ganar plata fácil, lograr metas a muy corto plazo, hacer
dietas milagrosas o utilizar objetos que adelgazan mágicamente, recurrir a

17
Ortiz, Felix. Postmodernidad. http://www.paralideres.org/sections/section_139.asp
18
In Sik Hong, Tomasini y otros. Ética y Religiosidad en tiempos postmodernos, p. 20
19
Autor desconocido. Vida Religiosa y postmodernidad.
http://www.oarecoletos.org/archivo/texto/download/Formacion_Continua/Vidareligi_Postmodernidad.doc
comidas instantáneas o a artefactos eléctricos que hacen todo velozmente.
Todo debe ser rápido, instantáneo, mágico20. Muchos cargan su tarjeta de
crédito en los shoppings, se desconectan del entorno con sus Discman, iPods,
y MP3 Players; miman sus senos desnudos al sol, se drogan o se entregan a
diversos estímulos placenteros.

Basado en este hedonismo la imagen de amor que se vende en los


medios de comunicación es la de un amor romántico "rápido", apasionado,
pero fácil, intenso y a la vez poco duradero, indisolublemente asociado a la
relación genital21. Es un amor "desechable", el amor de "usar y tirar" con la
simple meta del placer. Esto afecta especialmente a los adolescentes, debido
al despertar sexual que se da por la pubertad que cada vez es más precoz y
que aumenta el período de espera y control de su sexualidad; sumado a la
fuerte presión que ejercen los pares en este período se vuelve un elemento
muy importante a considerar por aquellos que se desenvuelven en la esfera
de la pastoral juvenil.

Incluso en la educación formal se ha visto la influencia del hedonismo


al querer cada vez, los maestros buscar el placer en la educación, tratando
cada vez de hacer lecciones más amenas y divertidas; en el paradigma
educativo del “aprender jugando”.

El hombre posmoderno busca la felicidad basada en el hedonismo y,


por consiguiente en el consumismo. El ser humano posmoderno es alguien
lleno de la necesidad compulsiva de consumir, que busca productos cada vez
más estimulantes, impactantes, nuevos y refinados22.

El ansia de "tener cosas", de "poseer cosas" ha llegado a ser más


importante que "ser persona". Es necesario adquirir bienes materiales por
encima de todas las cosas. La mayoría de estos considerados "necesarios"

20
In Sik Hong, Tomasini y otros. Ética y Religiosidad en tiempos postmodernos, p 60.
21
Cruz, Antonio. Postmodernidad, p. 79.
22
In Sik Hong, Tomasini y otros. Ética y Religiosidad en tiempos postmodernos, p. 21.
solamente debido la publicidad comercial, que crea nuevas necesidades la
mayoría ficticias. La cambiante moda hace que cada vez se deseen más
cosas y que continuamente haya que cambiarlas. Se ha creado una patología
de la infelicidad debido a que siempre los hombres "quieren algo mejor, más
caro, otra cosa. Nada les parece bien, y no hay forma de que se vayan
contentos"23.

La publicidad por lo general va enfocado especialmente a los


adolescentes y su necesidad de pertenencia, lo que ha hecho que estos sean
el principal mercado meta de la sociedad de consumo. "Se brinda la felicidad
en las ofertas de productos de limpieza, de perfumería; en medicamentos, en
alimentos, en aparatos electrodomésticos, en pólizas de seguros. Así lo
afirma la propaganda comercial por la boca y figura de unas fotomodelos
radiantes de felicidad"24.

En los jóvenes pronto el materialismo práctico se vuelve su único


proyecto de vida válido, creyendo que este bienestar material los llevará a la
felicidad, sin darse cuenta que esa felicidad es solamente pasajera, que es la
sensación placentera del momento en que el instinto natural alcanza el
objetivo, las necesidades son ficticias y por tanto, no satisface nada real. Por
esto, surge de nuevo el ansia de poseer cosas que son más nuevas y
mejores, provocando un ciclo infinito que nunca lo llevará a una felicidad de
carácter definitivo.

La televisión también ha favorecido al consumismo, ya que sin ella,


muchos de nuestros muchachos y muchachas no tendrían ni la más mínima
idea de todas las cosas que "deben comprar para ser felices", y por tanto, no
les haría falta.

23
Meves, Christa. Juventud Manipulada y Seducida, p. 14.
24
Ibíd, p. 14.
Por otra parte, la doble imagen que es transmitida nos resulta a veces
tan inconsistente, pues aunque al pie de publicidades se diga que el fumar es
nocivo para la salud, o que el alcohol no debe ser vendido a menores de 18
años; la imagen transmitida puede resumirse en “fumando y tomando serás
ganador, feliz, saludable, tendrás éxito, popularidad, belleza, etc.”

Las nuevas catedrales del consumismo, los llamados “Mall”, son


inundadas, en ellas semana tras semana – especialmente los fines de
semana-, muchos compran, llevan la familia, consumen comoda rápida en
los multirestaurantes o food court, casi en una forma ritual cuasi o pseudo-
religiosa donde el homo religious ha hecho de cosas seculares su religión.

II. El Hedonismo en la Iglesia

La sociedad postmoderna también ha afectado la iglesia cristiana, así


como los pueblos páganos afectaron el desarrollo del pueblo de Israel y de
Judá. El hombre postmoderno ha creado la imagen de un Dios que nunca
pide, sólo parece estar dispuesto a dar, el llamado “Dios ambulancia”. Es un
Dios empleado exclusivamente en el servicio del ser humano. Hay un
verdadero consumismo religioso, donde lo que importa es la propia felicidad
espiritual y la descarga del yugo pesado que lleva el individuo en su vida.

En la cultura postmoderna la imagen del supermercado self service


parece describir muchas de las iglesias del continente. Esta imagen hace del
evangelio un producto, convierte la iglesia en un gran supermercado, al ser
humano en un consumidor y al pastor en un gerente. Dentro de esta cultura
la principal preocupación de la iglesia es como vender ese producto25.

Se ha expandido el paradigma de iglecrecimiento de la iglesia light,


donde los congregantes llegan solamente a escuchar por el placer de

25
Henríquez, César. Culto, Teología y Postmodernidad.
www.selah.com.ar/database/images/2393A01.DOC
escuchar, máxime si el predicador tiene carisma y sus sermones son
divertidos. Una iglesia que reduce la acción y participación eclesial al mínimo
esfuerzo, a lo absolutamente necesario, tienen el mínimo de cultos para no
quitarle el tiempo a las ajetreadas agendas del creyente contemporáneo, una
iglesia que predica bonito, lo que la gente quiere escuchar, para que no se
vayan de la iglesia. Una iglesia cuya actitud siempre es de recibir de Dios y
nunca de dar. Una iglesia cuya liturgia ha sido globalizada, ya que no hay
mucha diferencia entre como se desarrolla un culto en una iglesia
neopentecostal a una de corte bautista que haya entrado en el espíritu de la
llamada “renovación de la alabanza”26. Por qué las iglesias tienen esta liturgia
globalizada, la respuesta es sencilla, es lo que le gusta a la gente. La
tendencia es a volver cada vez más espectacular el culto.

Se sustenta y promueve un “cristianismo descafeinado” que se hace


evidente en los sermones sin “kerigma”, cantos sin teología, testimonios
sin vida, ofrendas sin gratitud, adoración sin adoradores, reuniones que no
reúnen, espiritualidad sin Espíritu y fe sin Evangelio. El Evangelio se
presenta como un producto y tiene que ser ofrecido litúrgicamente en un
formato que no espante a la clientela dominical. Debe ser atractivo y
llamativo, por lo que debe “vaciarse” de todo aquello que pueda interpretarse
como compromiso, sacrificio, esfuerzo, y entrega. Debe ser estético y lucir
bien, por lo que tiene que deshacerse de todo lo que carezca de belleza, es
decir que no sea “fashion”.27

III. Respuesta Pastoral y Apologética al Hedonismo

El principal problema del hedonismo está en su misma esencia. El


supremo fin del ser humano no debe ser el placer, sino debe ser el agradar a
Dios. Nuestro propósito es darle la gloria a Dios en todo (1 Co. 10:31). Está
es la razón por la cuál Dios nos creó. Es la razón de ser del cristiano. Toda

26
Henríquez, César. Culto, Teología y Postmodernidad. www.selah.com.ar/database/images/2393A01.DOC
27
Idem.
nuestra vida debe glorificar a Dios, hagamos lo que hagamos. Debemos vivir
de una forma distinta demostrándole a todos que no buscamos el propio
placer sino el servir a Dios, el vivir de acuerdo a los ideales del Evangelio, el
glorificarle en todo aquello que somos y hacemos.

Ahora, al hacer una apología del hedonismo hay que tener mucho
cuidado, ya que muchas veces el protestantismo se ha mimetizado con la
modernidad; y en este caso, valores como el esfuerzo, la laboriosidad y el
trabajo, como valores precursores del cambio en la modernidad fácilmente
pueden ser confundidos con el cristianismo. Por supuesto, la Palabra de Dios
defiende el trabajo y la laboriosidad, recordemos el texto “Si alguno no
quiere trabajar, tampoco coma” (1 Ts. 3:10). Pero, la Vox Dei también
defiende el descanso y el placer que se da en forma sana. Recordemos que el
mismo Dios descanso el sétimo día (Gn 2:1-3). Por otra parte, Jesús llamó a
sus discípulos a descansar (Marcos 6:31). En muchas ocasiones la sociedad
postmoderna enfatizo el trabajo a expensas del descanso, y la iglesia ha
veces caído en lo mismo, sacralizando el trabajo y satanizando el placer.

Muchos creyentes han caído en el extremo de condenar los placeres,


sin discriminar entre aquellos que nos son permitidos de los que no lo son;
consecuencia de conceptos erróneos, acerca de la santidad, el recreo y el
tiempo libre. Cuando al contrario, el no descansar o disfrutar sanamente del
tiempo de recreo puede ser un grave pecado del que no estamos
conscientes, al no ejercer una buena mayordomía de nuestro tiempo,
desgastando nuestro cuerpo, el cuál es templo del Espíritu Santo, y por
tanto, pecando contra nuestros propios cuerpos.

El permanecer en santidad nada tiene que ver con el abstenerse de


placer; esto es más un ideal monaquista que bíblico. En una iglesia en una
zona rural de mi país el pastor les decía a los chicos que no podían ir a jugar
fútbol en la plaza porque esto era pecado; otro pastor les decía a sus
congregantes que era pecado asistir a los festejos populares de la zona. A
veces seguimos arrastrando la idea de que el pecado original se hallaba en el
placer.

Aún, el placer sexual está bien dentro de los límites del matrimonio, es
parte del goce que quiere Dios que experimentemos como creyentes. El
problema son las pasiones desordenadas fuera de los límites de la Escritura.
El amor nunca debe ser asociado al simple placer, sino a una verdadera
entrega. El hacer el amor no es lo mismo que tener relaciones sexuales, eso
es simplemente coito; el amor supone una relación integral, duradera y pura
dentro de lo que Dios ha diseñado para nosotros, el matrimonio. Esa es una
gran verdad que debe ser transmitida a nuestros chicos y chicas.

La Biblia nos llama a disfrutar sanamente de nuestro tiempo libre. La


idea no es enseñarles a los jóvenes que el placer es malo, sino que este debe
disfrutarse dentro de los límites; por ello, debemos ayudarles a desarrollar
una sana mayordomía de su tiempo libre.

Dios quiere que disfrutemos en abundancia lo que Él creó. Dios nos


pide en sus Escrituras que nos deleitemos en la buena comida (Gn 2:9, 1 Co
10:31), en el amor conyugal (Cnt 2:3, 7:6; Pr 5:19), en la amistad cristiana
(Sal 133:1), en las fiestas (Sal 36:7-9, Jn 2:1-11), en la música (Sal 81:2),
en la creación de Dios (Ec 11:7, Mt 6:25-34) y en un sin número de
bendiciones que nos da y nos quiere dar en forma continua.

Debemos enseñarles a nuestros jóvenes a redimir el tiempo que Dios


les ha dado (Ef 5:16, Col 4:5). La gran verdad es que hay un tiempo para
cosa, hay un tiempo para el goce así como también hay tiempo para trabajar
(Ec 3:1-8). “No podemos hacer del ocio el sentido de la vida, o del disfrute
de lo temporal un estado permanente”28.

28
Dellutri, Salvador. Guía Pastoral: “El Tiempo Libre”, p16.
Una premisa importante para determinar si lo que hacemos en nuestro
tiempo libre glorifica a Dios es la que se encuentra en Filipenses 4:8 “Por lo
demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

Las diferentes acciones que hacemos en nuestro tiempo libre debemos


buscar cumplan con los principios enunciados en las Sagradas Escrituras. Los
jóvenes deben evaluar si los deportes que practican, el uso de Internet, los
videojuegos, la televisión, el cine, la música, el tiempo que pasan con sus
amigos, y otras cosas que hagan en su tiempo libre realmente cumplen con
la premisa evaluativo de Filipenses 4:8 y con otros principios escriturales.

Los libros y revistas podrán ser buenos en general, pero no todo lo que
está impreso es bueno; el cine, la música y televisión pueden ser buenos,
pero no todas las películas, series o videos musicales son buenos.
Recordemos que aún podemos hacer uno de estos pasatiempos un vicio
adictivo, convirtiéndole en idolatría y en esclavitud. “Todas las cosas me son
lícitas”, pero, hay tres parámetros, “no todas convienen”, “no me dejaré
dominar de ninguna” y “no todo edifica”. Dios no legitima todas las cosas,
sino aquellas que son convenientes, buenas y edificantes. Y aún en ello
debemos considerar al débil en la fe.

Satanás nos tentará en nuestros momentos de ocio, al igual que lo


hace en nuestros momentos de laboriosidad, por ello debe siempre filtrar
nuestras acciones con la Palabra de Dios confiados en el discernimiento que
nos da el Espíritu Santo de Dios.

Cuando el cristiano enfoca su vida en Cristo, aprovecha el disfrute de


su tiempo libre para glorificar a Dios, porque en todo, ve la poderosa mano
del Creador. Sin embargo, no toma eso como una licencia para abusar, sino
como un privilegio para disfrutar29. En este mundo terrenal hay una
multiplicidad de cosas que Dios nos ha dado para llenar nuestra vida de
goces significativos, a través de estos, desea enriquecernos y bendecirnos,
todo ello resultará en un mayor rendimiento de nuestras vidas y por tanto,
estaremos sirviendo con un alto grado de excelencia y cumpliendo con el
mandato de ejercer una buena mayordomía del cuerpo del cuál no somos
propiedad, sino que es propiedad de Dios.

Por otro lado, debemos enseñar que la verdadera felicidad no se


alcanza por medio del bienestar material, el cuál dentro de los límites
correctos podría ser una bendición, sino, más bien, el negarse a sí mismo
entregándose a la obediencia de la Palabra de Dios. El consumir productos
que llenan necesidades ficticias, nunca nos llenará; solamente, podemos
experimentar el goce pleno y satisfacción de necesidades cuando creemos y
confiamos en el Señorío de Cristo en nuestras vidas.

Hay que dar esperanza al que no tiene esperanza. Recordemos que si


el postmoderno busca el placer como el summo bonum es porque el ser
humano se ha rendido en su búsqueda por cambiar el mundo presente, y por
ello se entregado solamente al disfrute. Los creyentes tenemos la esperanza
bienaventurada, el retorno de Jesucristo; nuestra mirada está puesta en la
gloriosa eternidad. En vez de la carrera del consumismo debemos correr la
carrera del Consumador que tiene el gozo delante (Heb. 12:2-3).

Frente a la mentalidad hedonista, debemos ser capaces de plantear y


construir proyectos de largo plazo. En esto la utopía del Reino de Dios es
clave para animar a tanta gente sin esperanza y sin rumbo e incluso le da
sentido al fracaso30. Va a llegar el día donde el ser humano será perfecto y
pleno, una época donde dejará de pecar, y entonces, los ideales del Reino
perfecto serán cumplidos a cabalidad en la Nueva Creación y en los Nuevos

29
Sáenz, Luis Nahum. Guía Pastoral: “El Entretenimiento y el Cristiano”, vol 3-3, p15.
30
Rey, Victor. Biblia y Cultura Postmoderna. http://www.unapab.cl/vrey1.html
Cielos y Nueva Tierra prometidos en las Sagradas Escrituras. Dios nos
permita transmitir esa esperanza y que nuestra forma de vida sea testimonio
de esa Verdad.

Conclusión
El buscar el placer como bien supremo no es otra cosa que idolatría ya
que le roba la gloria a Dios, el verdadero summo bonum del ser humano. Es
nuestra responsabilidad desenmascar está forma de pensamiento tan común
en las personas en nuestra sociedad, y ayudarle a los muchachos y
muchachas a reconocer que antes que el vivir en la eterna búsqueda del
placer debemos vivir en la eterna búsqueda del agradar a Dios con nuestras
vidas.
Capítulo 4
Apología contra el Individualismo
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Mt 22:39
Objetivos:
1. Comprender como afectan a la juventud las posturas individualistas,
narcisistas y corporicistas de la sociedad postmoderna.
2. Comprender como estás filosofías postmodernas están actualmente
inundando a la iglesia de Jesucristo.
3. Ofrecer una respuesta pastoral y apologética al pensamiento
individualista de la época postmoderna.

I. Postmodernidad e Individualismo

La sociedad postmoderna es la época del individualismo, una época


donde lo que importa es la propia felicidad, el propio bienestar, el bien de mí
mismo, y no el bien común; ya no se busca el bien colectivo, sino el
autocomplacerse y el autobeneficio. Al ser uno mismo la prioridad, no se deja
lugar para los demás, a menos, por supuesto, que le traigan algún tipo de
beneficio. La era del “yo-yo”, primero yo, después yo y luego yo; donde el
individuo se preocupa solamente de sí mismo y se olvida de las otras
personas. Todo esto sumado al anonimato urbano donde la persona es
reducida a un número, a la masa, promueve un individualismo insano que
margina a nuestros jóvenes.

Hoy en día, una de las profesiones que se encuentra en boga, es la de


la psicología; hay un verdadero, auge de psicólogos, consejeros,
orientadores, y profesiones similares; esto debido a que nadie quiere
escuchar los problemas de los demás. La mera verdad es que al ser humano
postmoderno el prójimo no le interesa. Su frase preferida al hablar de los
problemas de otros es “es su problema, que lo resuelva el mismo”. Pero sí
quiere que escuchen sus problemas, a veces por la simple catarsis, de ahí la
primacía de los sistemas rogerianos.

La época moderna se caracterizo por seguir el ideal de Prometeo. Un


titán de la mitología que enseña a los hombres a construir casas con ladrillos,
trabajar la madera, conocer las estaciones, los números y las letras, entre
otras cosas; este al robarse una parte del fuego que los dioses rehusaban al
hombre, es castigado por los mismos. En cambio, la época postmoderna
sigue el ideal de Narciso, el hombre que enamorado de sí mismo rechaza el
amor de la ninfa Eco, y cuyo castigo divino fue el morir de la angustia de
desearse a sí mismo. Cuanta diferencia hay entre ambos ideales. La sociedad
posmoderna le ha dado un espejito a cada habitante para que viva su vida
preguntándose "espejito, espejito ¿quién es el mas bonito?". Ya no se mira a
través del vidrio del amor al prójimo sino que se mira en el espejo del
narcisismo. Este afán de presumir ante los demás ha llevado al hombre a
sucumbir ante el consumismo y el imperio de la moda.

El culto al cuerpo surge como consecuencia del narcisismo,


convirtiéndose en uno de los más altos valores de la época postmoderna. “El
cuerpo ya no es – como pensaba Santa Teresa – la cárcel del alma, sino la
totalidad de la persona”31. Se ha asumido una postura reduccionista del valor
del ser humano al reducirlo solamente al cuerpo; una postura básicamente
corporicista. Las personas ya no se definen por su existencia, sino por su
apariencia. Lo importante hoy no es “ser” sino “parecer”. Mostrar un buen
look. Es más importante lo de afuera que lo de adentro. Vivimos en la
sociedad de la apariencia, en el imperio de lo efímero32. Hay una obsesión
por lo atlético, el maquillaje, la apariencia. Las revistas que leen los
adolescentes contienen múltiples consejos sobre como maquillarse, vestirse,
alimentarse, etc. Abundan los mensajes publicitarios que nos venden

31
Cruz, Antonio. Postmodernidad, p. 76.
32
Ibid, p. 81.
productos “light”, “in line”, macrobióticos, pastillas, máquinas y un sin
número de métodos para adelgazar y “estar en forma”.

Además de ello, ha surgido una sociedad adolescentizada, donde se ha


colocado al adolescente como un modelo a seguir. La publicidad ha hecho del
cuerpo del y de la adolescente el ideal; la estética se ha definido en términos
de la adolescencia. La forma de vida del adolescente se ha convertido en la
ideal, sin las muchas responsabilidades que conlleva el ser adulto, y sin las
limitaciones de ser un niño. Una etapa con muchas libertades y muy poca
responsabilidad. Los niños, por tanto, ansían llegar a esta etapa, los jóvenes
de hoy en día buscan mantenerse todo el tiempo posible en ella, y los adultos
buscan regresar a ella imitándoles en lo más posible. Hoy en día
encontramos a muchas personas que a los treinta años no han podido
independizarse ni tener un proyecto de vida. La brecha generacional ya casi
ni existe, debido a que los padres se están comportando y vistiendo igual que
sus hijos; en consecuencia, los muchachos tienen una ausencia de modelos
de referencia con quiénes identificarse en la búsqueda de la síntesis propia
de la identidad individual, lo que ha resultado en una imitación y casi
clonación, sin elaboración propia, sin estilo personal. Lo que más hace sufrir
a los adolescentes es ver que los padres tratan de vivir a imagen de sus hijos
y quieren hacerles la competencia, ellos entonces se ven obligados a ser
padres de sí mismos, sin tener la preparación para autocontrolarse en medio
de tanta libertad y dejando a la televisión como su única fuente referencia.

Los medios de comunicación por su parte han contribuido a construir


un hedonismo superlativo en torno a la imagen. Las atletas, las heroínas de
televisión son adolescentes y sobre todo las llamadas "lolitas", modelos que,
en su mayoría, tienen menos de 16 años. Estas son el paradigma de la
imagen femenina vendida desde los medios. Se exalta la delgadez. Las
revistas están plagadas con fotos de mujeres con cuerpo adolescente y
recomendaciones de dietas para tener la cintura ideal. Recuerdo haber leído,
ya hace unos años, que Valeria Mazza - la modelo más destacada de
Argentina en los '90, con medidas 88-60-90 fue excluida de un desfile por
"gorda".33 Hasta se ha cambiado la imagen de las muñecas barbies, hace
algunos años estás muñecas tenían cuerpo de adulta con figuras bastante
esbeltas, hoy en día más bien se asemejan al cuerpo de una adolescente.

Se nos dice que hay que cuidar la imagen, y lo cierto es que la estética
ha llegado a ser el factor fundamental en la valorización de un individuo.
Rolando Pisanú, conocido como el cirujano de las modelos en los '90, dice:
"Es muy común que vengan chicas de 16 y 17 años con fotos de modelos de
tapa o televisión y pidan esa nariz, las "lolas" de esta actriz o la boca de
aquella otra.". La imagen, con su versión de "belleza", ha postergado otros
valores culturales, intelectuales, espirituales y hasta biológicos, ya que
muchas veces esa búsqueda de una apariencia perfecta se torna una
agresión a la salud34.

Este culto a la apariencia tiene efectos devastadores en los


adolescentes de nuestras iglesias. Primero, porque muchos de ellos caen en
la idolatría a la apariencia buscando verse mejor por medio de modas,
ejercicios, medicamentos, dietas y productos estéticos. En segundo termino,
porque la adolescencia es una época de grandes cambios, y muchos jóvenes
no saben cómo asumirlos. Muchos aceptarán su imagen pero otros la
rechazarán; algunos se sentirán horribles, torpes, deformes más aún en está
sociedad corporicista.

Ha algunos el cambio del tamaño de su cuerpo los hará sentirse


torpes, al haberse dado el “estironzazo” y aún no estar acostumbrado a
manejar las nuevas proporciones; a otros el acné les hará sentir como que
en vez de cara tienen una gran espinilla, las niñas púberes pueden tender a
pensar que son demasiado obesas, muchas se preocuparán porque son muy
“planas” y otras porque sus amigos las molestan de tener muy buena

33
Leys, Lucas. http://www.certezajoven.com.ar/materiales/material/liderazgo/lacultura.htm
34
Leys, Lucas. http://www.certezajoven.com.ar/materiales/material/liderazgo/lacultura.htm
“pechonalidad”, sintiéndose casi como si fueran “vacas lecheras”; a los
adolescentes varones, por su parte, les preocupa mucho también el ser muy
flacos, o muy gordos, y como siempre está en muchos el complejo del pene
pequeño; más si se comparan con los sujetos de las revitas pornográficos
que tienen miembros de proporciones exageradas. Estos comentarios que a
algunos les pueden resultar algo exagerados, no son fruto de mi imaginación
sino de mi experiencia en el trabajo con adolescentes.

Otro aspecto que puede causar algún tipo de perturbación es la


maduración temprana o tardía en los adolescentes. El adolescente tiende a
querer ser igual a su grupo de pares y si su desarrollo es más pronto o
después de lo usual puede generarle toda una gama de sentimientos que
difieren entre chicos y chicas. Según las investigaciones los varones que
desarrollan más rápidamente, tienden a madurar más rápido, son populares,
tienen una más sana autoestima, son más equilibrados, calmados y tienen un
mayor liderazgo. Esto tiene la ventaja de fortalecer su autoestima, ser mejor
en los deportes y mayormente atractivos para las chicas. La desventaja que
presenta esto es que se les exige que actúen con la madurez que aparentan
y tienen poco tiempo para prepararse para los cambios de la adolescencia.
Los hombres que maduran más tarde se sienten desadaptados y rechazados,
dependientes, agresivos, inseguros, con baja autoestima y rebelan en mayor
forma contra los padres. Pueden comportarse por más tiempo como niños y
no tienen que afrontar las exigencias de la adolescencia, pueden ser más
flexibles a la hora de enfrentar el problema de ser más pequeños. A
diferencia de los varones en la mayoría de los casos a las adolescentes no les
agrada madurar temprano, ellas son más felices si su maduración se da en el
mismo momento que el resto de sus amigas. Las chicas que maduran más
pronto son menos sociables y expresivas, son equilibradas, introvertidas y
tienen baja autoestima. Los adultos pueden tratarlas con rigidez y
desaprobación y otros adolescentes la pueden someter a presiones sexuales
para las cuales no está preparada. Puede unirse a jóvenes mayores y ser
más fácil presa de manipulaciones. Tienen más bajos logros educativos y
ocupacionales; aunque esto está muy relacionado con el contexto general
que rodea el ambiente social de la joven35.

Querer ser más alto o musculoso, o tener unos senos y cadera


proporcionados pueden generar muchas inquietudes para los adolescentes.
No es de extrañar ante todo este panorama que los y las adolescentes caigan
en patologías como la anorexia, la bulimia, la vigoretxia y la ortorexia; ya
que se les exige mantener una imagen estética acorde al patrón idealizado,
donde el obeso es obsceno y el muy delgado “cadavérico”.

Los ancianos antes visto como personas llenas de sabiduría, hoy en día
son percibidos como estorbos. Hay una imagen y estereotipo negativo con
respecto a la vejez, la cual ha sido asociada con dependencia, enfermedad,
aislamiento, y decrepitud entre otros. Peor aún, si hablamos de personas que
tienen defectos físicos como la parálisis, el síndrome de Down, entre otros.
¿Cómo los percibe la sociedad de la apariencia?.

De este culto a la apariencia se deriva la veneración hacia las personas


célebres. De las celebridades hacemos verdaderas apoteosis, así como los
paganos de antaño. La apoteosis era para los griegos y romanos el acto por
el cual se elevaba un mortal al rango de los dioses.

El adolescente postmoderno es llamado a celebrar a las personas


celebres, quiere parecerse a ellos, los imita y los usa como modelos, sigue
sus vidas y los idolatra. Es la época del sensacionalismo relacionado con las
celebridades, la Generación MTV36. No es extraño que los programas “Reality
Show” como el llamado “Big Brother” tengan tanto rating en la cultura
hispana, que los paparazzis nos inunden con fotos de la vida privada de las
celebridades y abunden notas acerca de las intimidades de los individuos de
la farándula en los medios de comunicación.

35
Papalia y otros. Psicología del Desarrollo, p. 609-611.
36
MTV son siglas de Música por Televisión.
Inclusive han surgido verdaderos cultos a las celebridades como la
llamada Iglesia Maradoniana, la cuál casi deidifica al astro del fútbol
argentino Diego Armando Maradona, teniendo sus diez mandamientos, sus
apóstoles, sus herejes, e incluso hablan de años D.D. (después de Diego).

Aún en medio de todo este culto a las celebridades subyace la verdad


que son solamente ídolos pasajeros, ya que prevalece la envidia narcisista
del individuo postmoderno, donde lo importante es sí mismo y no los otros.

Las sectas por su parte, aprovechando está idolatrización de las


celebridades se promueven por medio de sus personajes famosos. Un
ejemplo de ello es la cienciología, que utiliza a adeptos como las actores Tom
Cruice, John Travolta y el cantante Chick Corea para cultivar su imagen; así
Tom Cruice inaguró en setiembre del 2004, con un espectáculo digno de
Hollywood, la sede española de la Iglesia de la Cienciología en el centro de
Madrid. Cruise dijo ante cientos de seguidores de esta secta que la
desesperanza en la que había caído por conflictos personales y laborales la
superó "hace 20 años, cuando encontré la Cienciología", aseguró que en esta
iglesia había encontrado "soluciones" a los problemas de su vida, que le
ayudó a hallar la felicidad y que "todo lo que he conseguido en la vida, como
hombre, padre y artista, ha sido gracias a la Cienciología".

II. El Individualismo en la Iglesia

¿Es posible que esta ola de individualismo este afectando la iglesia? Mi


respuesta es positiva. En la iglesia contemporánea hay mucha indiferencia
ante las necesidades de los otros, es notable la indolencia de las personas
por el dolor ajeno; por ejemplo, en muchos países latinoamericanos ya es
normal ver las noticias de farándula y las de masacres como si fueran lo
mismo. Nos hemos acostumbrado tanto a la dosis sensacionalista de los
diarios y noticieros, que más que experimentar dolor por el ser humano, lo
que sentimos es un morbo pecaminoso o una indiferencia ante la realidad
ajena.

El transformar la sociedad no es siquiera buscado y el evangelismo


pierde fuerza dado que el individualismo ha provocado que los demás no
sean importantes. Lo importante somos nosotros mismos, el crecimiento
propio y nunca las almas perdidas. Queremos que las almas lleguen a la
iglesia, no queremos ir a las almas. Somos una fuerza centrípeta y no una
fuerza centrífuga.

Se nos ha olvidado nuestro llamado a ser “luz y sal” (Mateo 5:13-16).


Atrás han quedado los días donde los creyentes luchaban por erradicar los
males de la sociedad, como la esclavitud, los vicios, etc. Donde quedo el
legado de los grades cristianos como el pastor alemán Dietrich Bonhoeffer
que murió ejecutado por participar un complot contra Hitler, como el
evangelista Billy Sunday en su lucha contra el licor en los Estados Unidos,
Wilberforce y su participación en la abolición del tráfico de esclavos, los
misioneros como Willian Carey oponiéndose a las costumbres de la India de
lanzar niños al Río Ganges y de quemar a las viudas en la pira fúnebre con
sus esposos, entre muchísimos ejemplos históricos.

Ahora, quedamos pasmados cuando nos damos cuenta que


megaiglesias y grandes denominaciones ofrendan sumas casi ínfimas, a las
misiones transculturales. El porcentaje anual ofrendado en muchas iglesias a
las misiones es tan pequeño que pocas veces alcanza el 1% de las entradas
de muchas congregaciones. ¿Dónde queda el llamado a ser luz a las
naciones?. ¿Cómo vamos a llegar hasta la último de la tierra, cuando ni
siquiera llegamos a nuestra Jerusalén? (Hch 1:8). El evangelismo y la misión
de la iglesia en todas sus dimensiones ha decaído.

Hemos estado hablando de los perdidos, pero también podemos


observar está realidad cuando hablamos de nuestros hermanos. Hay
megaiglesias donde el anonimato abunda, donde el individuo entra y nadie le
saluda, nadie le conoce y nadie se interesa por él. La persona ha llegado a
ser solamente un número, importante únicamente, para las nuevas
estrategias pastorales de iglecrecimiento. Hemos muchas veces llegado a
reducir a las personas solamente a números, sin darnos cuenta de su valor
integral.

Preguntémonos, ¿Estamos realmente intercediendo en nuestras


oraciones por los otros, o estamos tan insertos en orar por nuestras propias
necesidades que olvidamos las de los otros? ¿Oramos por nuestros
hermanos, vecinos, familiares y amigos? ¿Estamos orando por nuestros
gobernantes? ¿Oramos por aquellos que son víctimas de desastres naturales,
guerras, terrorismo u otras desgracias humanas? ¿O pasamos impasibles
ante las necesidades de los otros, y ni siquiera podemos elevar una plegaria
al cielo intercediendo por nuestro prójimo?

Por otro lado, la iglesia también está influenciado por el culto a la


imagen y a las celebridades. En vez de invertir en misiones y proyectos de
acción social, invertimos en aire acondicionado, proyectores de video,
tecnología y cuanta necesidad ficticia nos ha creado la sociedad
postmoderna. La iglesia busca verse atractiva, tener una buena imagen para
que la gente se sienta cómoda, para atraer a las almas perdidas, haciendo
del evangelio solamente un “look” para satisfacer a las personas, muchas
veces con el ideal de poder competir ante los otros, en este mundo de
mercadotecnia, en el cuál también ha entrado la iglesia. La iglesia sigue
creciendo pero por parecer atractiva, no por permanecer fiel al mensaje
original del Evangelio de Jesucristo.

Hay megaiglesias concentradas ante un líder carismático. Se llenan


estadios completos en las famosas cruzadas con los evangelistas y
predicadores del momento. En vez de seguirnos las señales como evidencia
del Espíritu Santo en nuestras vidas, se ha alterado el orden y ahora
nosotros seguimos las señales. Donde vemos un líder carismático que le
siguen señales y prodigios, ahí va la iglesia a escucharle. Hemos
engrandecido a muchos predicadores, convirtiéndoles en “grandes siervos de
Dios” en vez de llamarles “siervos del Gran Dios”.

Seamos sensibles, y tomemos conciencia de cómo las filosofías de la


postmodernidad han penetrado hasta las mismas entrañas de lo que
llamamos el cuerpo de Cristo: La iglesia. Pongamos nuestras barbas en
remojo, arrepintámonos y pidamos perdón por la iglesia que somos cada uno
de nosotros, los que se nos ha dado el privilegio de ser llamados hijos de
Dios.

III. Respuesta Pastoral y Apologética al Hedonismo

El individualismo no es otra cosa que el pecado de egoísmo y la


indeferencia. El yo va al encuentro del tú para volver al yo. El otro es
solamente mi satélite. El individualista no será capaz de decir “nosotros”
porque para el sólo existe el yo. El individualismo es la negación del amor -
el valor principal del cristianismo y su gran mandamiento (Mt 22:39), el
principal fruto del Espíritu (Gá 5:22-23), la esencia de Dios reflejada en la
imagen y semejanza de sí mismo que Él nos ha dado (1 Jn 4:7-8)-.
Recordemos el texto “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es
de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no
ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (RVR). Si somos
cristianos debemos amar a nuestro prójimo, demostrar ese amor ágape que
el ha implantado en nuestros corazones, el amor de 1 a los Corintios,
capítulo 13.
En el amor ágape el yo va al encuentro del tu para llegar al nosotros.
Este amor como capacidad de donación, supone entrega; pensar primero en
el otro. Dovstoievsky decía “amar es querer a la otra persona tal como la
piensa Dios”, tenemos que mirar a los otros con los “ojos de Dios”, y reflejar
ese amor cristiano, cuya palabra en latín es charitas, de donde viene nuestra
palabra castellana “caridad”.

El amor en las Escrituras no es solamente una expresión de un


sentimiento o una emoción, sino que en la cosmovisión bíblica las palabras
referidas a estados interiores connotaban siempre al mismo tiempo, su
correspondiente expresión exterior. Así, el amor la cuál nuestra sociedad
occidental la relaciona con un estado de ánimo, tiene una connotación
diferente para las culturas de la cuenca del Mediterráneo del siglo I. Así, la
expresión amar a Dios se puede parafrasear como tener apego a Dios, o
estar entregado a Dios. Puedo o no haber afecto, pero lo que realmente
implica el amor es el sentimiento interior de adhesión junto con la conducta
exterior que lleva consigo esa adhesión. Así, amar a Dios con todo el
corazón, significa adhesión total a él con exclusión de otras divinidades; el
amar al prójimo como a uno mismo, implica estar vinculado a la gente del
vecindario, a la gente de mi ámbito social, lo mismo que a la propia familia.
En correspondencia “odio” significaría desadhesión, falta de apego,
indiferencia y por tanto, lo que hoy llamamos individualismo37.

Se debe solidarizarse con los necesitados y sobretodo demostrar un


testimonio cristiano real dado que las personas no quieren doctrina quieren
hechos, quieren observar personas que realmente vivan el Evangelio. Jesús
realmente demostró con sus acciones y su vida la caridad, la compasión y la
misericordia que nosotros como creyentes debemos vivir (Mt 6:34; 14:14;
15:32). Realmente nos interesan los perdidos, ¿queremos evangelizar las
prostitutas? ¿los homosexuales?. A veces nos topamos a una persona con no
muy buena apariencia física en la calle, y lo primero que pensamos es en
nosotros, nos preocupamos de que nos pueda asaltar, y nunca sentimos
misericordia o compasión como lo haría nuestro Maestro.

37
Malina, Bruce y otro. Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea del siglo I. Comentario desde
las ciencias sociales, p. 330.
Hoy como creyentes debemos fomentar el sentido de bienestar social y
enseñar que definitivamente cada uno "es guarda de su hermano" (Gn 4:9),
como creyentes debemos preocuparnos por los demás, por aquellos que
están en necesidad. El modelo compasivo de Jesucristo debe llevarnos a la
acción, a poner en hechos el don del servicio cristiano.

Por otro lado, ante el énfasis de la apariencia, debemos argumentar


una antropología bíblica más integral. El ser humano es una unidad esencial,
no es puramente biológico; sino es un ser material y espiritual a la vez; tiene
cuerpo y alma. Somos criaturas con un cuerpo material y un alma no
material. Distinguimos entre cuerpo y alma pero no lo separamos, esto sería
un dualismo. El separar el cuerpo del alma es un ideal maniqueo y de
corrientes helenistas. Los maniqueos – una secta del siglo tercero - creían
que el espíritu del hombre es de Dios pero el cuerpo del hombre es del
demonio. En el hombre, el espíritu o luz se encuentra cautivo por causa de la
materia corporal; por lo tanto, creen que es necesario practicar un estricto
ascetismo para iniciar el proceso de liberación de la luz atrapada. Desprecian
por eso la materia, incluso al cuerpo. Hoy en día se da un maniqueísmo a la
inversa, sobrevalorando el valor de la apariencia, de la imagen es decir, del
cuerpo. El ser humano es una dicotomía pero no un dualismo, el cuerpo y el
alma no son vistos como dos sustancias incompatibles que coexisten en
constante tensión, sino como dos partes integrantes de un todo. La posición
bíblica es que toda la totalidad del ser humano – alma y cuerpo - fue
corrompida por el pecado.

Amar, pensar, querer son reacciones de carácter integral. Mis


reacciones son integrales, amar no es sólo espiritual porque debe
manifestarse en forma corporal. Peca el alma y el cuerpo, el todo de la
persona. Las emociones brotan del alma pero se expresan corporalmente,
“de un colerón me puede dar un infarto”, “si me siento triste se me ve en la
cara”. De hecho, cuando los creyentes lleguemos a tener un cuerpo
glorificado se cumplirá esa integralidad a la perfección.
Por supuesto, el cuerpo humano es una maravilla por su gran
complejidad, su belleza, y perfección; pero su apariencia no es lo más
importante; cuerpo y alma son importantes en forma equivalente, y en sí
constituyen una unidad indivisible. Por tanto, es necesario el ejercer una
buena mayordomía del cuerpo, ya que somos templo del Espíritu Santo.
Recordemos que nuestro cuerpo no nos pertenece, realmente pertenece a
Dios, somos de él como porque Él nos hizo y nos ha comprado a precio de
sangre (1 Co 6:19-20; 1 Co 7:23).

Una buena mayordomía de nuestro cuerpo no sólo incluye el


abstenerse de vicios y de pecados sexuales como se reduce muchas veces en
nuestras iglesias. Sino que incluye, una adecuada cultura física que debe
reflejarse en el consumo de una dieta balanceada, dormir las horas
necesarias, descanso y recreo en su momento, ejercicio físico, cuidado
dental, etc.

Cómo mentores espirituales debemos enseñar a nuestros chicos y


chicas a aceptar su cuerpo tal y como es. Dios nos ha creado a cada uno
como un ser especial. Cada ser humano es único e irrepetible, somos un
pequeño universo de complejidades, un microcosmos creado a la imagen de
Dios. Así, Dios valora a cada persona en sus distintas etapas de desarrollo.
Dios aprecia tanto la oruga, como la crisálida como la mariposa; así debemos
enseñarle a nuestros adolescentes que ellos tienen valor en cada etapa de su
vida, por lo que son, porque son hechos a imagen de Dios y son criaturas
diferentes y especiales; ayudándoles a comprender el proceso por el cuál
están pasando, atendiendo sus inquietudes y preocupaciones sobre los
cambios en su aspecto y apariencia corporal.

Por otra parte, el culto a las personas celebres no es otra cosa que una
idolatría, y por tanto, una violación al primer mandamiento. Una apoteosis no
duradera de simples seres humanos. Evidencia, de algo más profundo, la
dura verdad de los adolescentes no tienen modelos reales, por eso, ante esta
ausencia deben seguir a los ficticios, los tomados de la televisión, los
deportes, y el cine. Si hubieran modelos reales los adolescentes no tendrían
que utilizar a estos para utilizarlos como referentes en la formación de su
propia identidad. Los chicos y chicas quieren y necesitan modelos reales, no
modelos adolescentizados. No podemos vestirnos igual que ellos, ni hablar
como ellos, así no podemos servir de referentes. Los jóvenes necesitan
líderes y padres que se comporten como adultos, como creyentes maduros;
líderes a quién imitar. Debemos ser verdaderos modelos de la Palabra, cartas
abiertas y leídas por todos los hombres. El pastor juvenil deberá hacer lo que
dice, ser un modelo de Cristo en miniatura. Debemos poder ser dignos de
pronunciar como Pablo "sean imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo"
(1ª Cor. 11:1), "hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que se
conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros"(Fil. 3:17), "lo que
aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced" (Fil 4:9). Hay
que enseñar y vivir la verdad, sino mostrarla. Esto es presentar a los jóvenes
la manera de presentar defensa, la manera de vivir la fe en Jesús. Es llevar
los postulados y principios bíblicos a las decisiones diarias. Que hacer ante
las presiones sexuales, cual es la manera de pensar y actuar de un
adolescente cristiano en medio de la crisis familiar, el derrumbe de valores,
el relativismo, etc.

Claro, debemos buscar puentes de contacto contextualizados. Jesús


nos dio el mayor ejemplo en su kenosis al humillarse y tomar forma de
hombre para llegar a nosotros (Fil 2:6-8). Pablo decía que se hacía de cierta
manera para llegar a otros (1 Co. 7:19-22), pero lo que el hacía era buscar
puentes de conexión; al evangelizar a los creyentes de en Atenas utiliza
como puente el altar “al Dios no conocido” para presentar el mensaje del
Evangelio; así nosotros debemos establecer puentes de contacto, conociendo
de primera mano la situación sociocultural donde se mueven la juventud, sus
intereses, sus pasatiempos, su contexto, etc. Pero es muy diferente predicar
un mensaje contextualizado a comportarnos como adolescentes. El mensaje
es “sed imitadores de mí” no “imitad al servido” para poder servirle con
efectividad. En relación al individualismo, realmente debemos ser una
contracultura, chocando contra el muro de una perspectiva de vida
diametralmente distinta a una cosmovisión bíblica y cristiana.

Por otra parte, se debe recuperar la relación vertical del culto eclesial
como una unidad tan importante en la época de la Reforma. El culto en la
iglesia es un diálogo entre Dios y su iglesia; no entre Dios y cada individuo
como se fomenta en las iglesias en la actualidad. La alabanza, adoración,
oración y cada actividad litúrgica debe reorientarse en su forma
congregacional. Jesús en su oración modelo no dijo: Padre mío, sino, Padre
Nuestro.

Conclusión
El individualismo, el narcicismo y el culto al cuerpo no son más que
otra cosa que el pecado hecho filosofía de vida. El individualismo nos
recuerda el egoísmo de este mundo, el narcisimo nos recuerda el
egocentrismo, y el culto al cuerpo nos trae a la memoria la vanidad y la
envidia. Las tres filosofías tienen en común el pensar solo en el bien propio y
olvidarnos de los demás. Por tanto, estos valores de la postmodernidad son
opuestos a los valores del Reino de Dios. Nuestras vidas y nuestras palabras
deben exhortar a los chicos en contra de este modo de pensar y actuar, y
debemos ayudarles a sensibilizarse mediante actividades de proyección social
y sobretodo con el poder transformador del Espíritu Santo que opera a través
de la Palabra de Dios.
Capítulo 5
Apología contra el Emocionalismo
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
y con toda tu alma, y con toda tu mente”
Mateo 22:37
Objetivos:
1. Entender como la postura emocionalista afecta a los jóvenes de hoy
en día.
2. Comprender en que dimensiones ha influido el auge del sentimiento,
la naturaleza de la iglesia.
3. Ofrecer una respuesta bíblica y pastoral a la filosofía emocionalista del
mundo postmoderno.

I. Postmodernidad y Emocionalismo

La iglesia en muchas ocasiones se ha mimetizado con la modernidad y


esto es especialmente cierto con relación al racionalismo, una corriente
nacida desde la época moderna. El racionalismo nace en Francia en el siglo
XVII con René Descartes como corriente epistemológica, aunque puede
rastrearse desde filósofos como Platón. Para el racionalista la causa principal
del conocimiento reside en el pensamiento, en la razón. Afirma que un
conocimiento sólo es realmente tal, cuando posee necesidad lógica y validez
universal. La realidad puede ser explicada únicamente “razonando”,
otorgando un valor extremo a la razón entendida como la única facultad
susceptible de alcanzar la verdad. Así, en la época moderna la razón fue la
principal fuente del conocimiento. En mucho la iglesia protestante se
identifico con este movimiento, dejando llevar por este énfasis en la razón
humana.
Pero hoy las cosas han cambiado radicalmente. El “pienso, luego
existo” ha cambiado a “siento, luego existo”. La razón no trajo la era dorada
de prosperidad profetizada por la modernidad, así que lo que importa es la
vivencia del momento presente, el sentir en forma plena, inmediato y lo más
duradero posible. El mesianismo atribuido a la ciencia moderna ha sido falso,
puesto que no ha traído, ni mucho menos, la liberación de la humanidad38,
por ello, estamos viviendo bajo la filosofía “No hay que pensar, solo hay que
sentir, no hay que razonar sólo hay que experimentar, pon tu mente en
blanco y déjate llevar”39.

El racionalismo ha llegado a aburrir a la juventud. Los chicos y chicas


no quieren detenerse a pensar, quieren vivir. No quieren razonar sino dejar
que las cosas sucedan naturalmente. Félix Ortiz nos cuenta acerca de un
graffiti en el metro de Madrid que decía así: La sabiduría me persigue, pero
yo corro más40. El desear sentir puede ser motivo del aumento de las
relaciones sexuales en los adolescentes, del hecho de que no se usen
métodos anticonceptivos y proliferen los embarazos no deseados y las
Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). También este emocionalismo
explica la preferencia por el uso de drogas naturales como la marihuana que
hipersensibiliza a la persona y de drogas sintéticas como el éxtasis que
provoca una sensación de calor en el que las utiliza.

El matrimonio Obiols, en su libro Adolescencia, pos-modernidad y


escuela secundaria, destaca cómo ha cambiado nuestra constelación de
palabras. Poco tiempo atrás, se hablaba de futuro, ideal, proyecto,
progreso... Ahora, el léxico popular incluye expresiones como relax, light,
diet, imagen, consumo, fin de la historia.., y la lista puede seguir. El cambio
de connotación es claro: las primeras hablan de objetivos sociales mediatos;

38
Ureña, Manuel. Cristianismo y Modernidad. http://www.mercaba.org/DOSSIERES/modernidad.htm
39
Henríquez, César. Culto, Teología y Postmodernidad.www.selah.com.ar/database/images/2393A01.DOC
40
Ortiz, Félix. Postmodernidad. http://www.paralideres.org/sections/section_139.asp
las últimas corresponden a la satisfacción inmediata de los sentidos41. El
adolescente quiere satisfacer sus deseos en forma inmediata, teniendo poca
capacidad de postergación para obtener un mejor galardón.

En educación y en ciencias sociales se habla de que ya no tiene la


misma importancia el coeficiente intelectual (IQ) sino que ha sido desplazado
con el innovador concepto de la inteligencia emocional. En la época moderna
se resalta la inteligencia de un individuo por su coeficiente intelectual,
concepto enfatizado por los exámenes creados por Lewis Terman, psicólogo
de Stanford; en la época postmoderna resaltamos la inteligencia emocional.
Este es un concepto derivado de las inteligencias múltiples de Gardner, y
básicamente une las llamadas inteligencias intrapersonal e interpersonal.
Sternberg y Salovey son dos psicólogos de Yale que han desarrollado más a
fondo este concepto; la desarrollan en cinco esferas principales: conocer sus
propias emociones, manejar las emociones, tener motivación propia,
reconocer las emociones ajenas, y manejar las relaciones sociales. En la
inteligencia emocional individual cada persona tiene fortalezas y debilidades
dependiendo de las áreas. Daniel Goleman, uno de los autores de libros más
vendidos sobre inteligencia emocional nos habla de distintos componentes de
la misma como el autoconocimiento, el manejo del estrés, el dominio y
comprensión de los sentimientos, el asumir responsabilidades, entre otras
habilidades sociales. Todo esto una evidencia ineludible de la preponderancia
que han tomado las cuestiones relativas a los sentimientos y emociones en la
cultura postmoderna.

Otra evidencia interesante es que antes se daba un énfasis en lo


racional a expensas de lo sobrenatural, ahora es alrevés. Josh McDowell en
su libro “Evidencia que exige un veredicto, volumen II” nos habla de la
premisa antisobrenaturalista, es decir, el dar por sentado la no existencia de
Dios, ni su intervención dentro del orden natural del universo42. El

41
Leys, Lucas. El Legado del Vacío
.http://www.certezajoven.com.ar/materiales/material/liderazgo/legadodevacio.htm
42
McDowell, Josh. Evidencia que exige un veredicto II, p. 29.
racionalismo descarto a priori la viabilidad de fenómenos de orden espiritual
o sobrenatural dentro del orden natural. Ahora es todo lo contrario se cree en
todo lo sobrenatural a expensas de lo racional. Se cree en brujas, supuestas
manifestaciones del Espíritu Santo, fantasmas, estigmas, astrología,
extraterrestres y cuanta porquería paranormal y esotérica se nos presente.

II. El Emocionalismo en la Iglesia

El cristianismo siempre se ha movido en el péndulo entre la razón y el


sentir. De un extremo vamos al otro, enfatizando demasiado la razón o
sobrevalorando lo subjetivo. Del montanismo (s. II) con sus ideales ascéticos
en el cual se enfatizaba la revelación directa en Montano, Prisca y Maximila
fuimos al gnosticismo (s. II-III), en su búsqueda del verdadero conocimiento,
de la “gnosis” iluminadora; del monasticismo (s. III-X) como ideal del
encuentro personal en el desierto con Dios, caemos al escolasticismo (s.XI-
XIV) con sus monumentales obras teológicas como el Proslogium de Anselmo
y la Summa Teológica de Aquino; del misticismo de Kempis, Duns Scoto y el
Maestro Eckhart (s. XIV-XV) al liberalismo con sus grandes teólogos
modernistas como Tillich, Bultmann, y Barth; y ahora hemos caído en los
movimientos neocarismáticos y neopentecostales, nuevamente en extremos
extraemotivos y experienciales.

También en la era postmoderna no nos hemos escapado de está “ley


del péndulo”. En la mentalidad postmoderna la espiritualidad se ha
subjetivado. Ya no se habla de religiosidad sino de espiritualidad, y está se
traduce como resultado de una búsqueda, de un encuentro de una
elaboración personal. La religión se ha privatizado, se ha individualizado y se
ha subjetivizado43. Son famosas las frases “Dios existe, porque yo lo he
encontrado”, recayendo todo el peso en la propia experiencia y subjetividad
del creyente.

43
In Sik Hong, Tomasini y otros. Ética y Religiosidad en tiempo, p. 9.
Debido al auge del sentimiento la fe se ha vuelto más a la búsqueda de
experiencias de éxtasis que a doctrina intelectual. El creyente actual busca
experimentar la presencia de Dios dejando de lado la racionalidad y
objetividad del cristianismo.

Así, en muchos cultos neopentecostales se buscan experiencias


emocionalistas, surgiendo una teología emocional, más basada en la propia
experiencia subjetiva que en elementos de orden escritural. Está teología
emotivo-experiencial se fundamenta en elementos que surgen de la vivencia
personal o colectiva y se desvanecen por su poca profundidad bíblica.

El hecho que sea la “era del Espíritu” como lo afirma una buena parte
de la teología neopentecostal, no implica que Dios hable a parte de su
Palabra. El afirmar que se ha tenido una u otra experiencia espiritual no debe
ser probado por el simple “yo lo viví, por eso lo creo”; sino que debe ser
demostrada por argumentos basados en la única verdadera autoridad del
creyente: La Palabra de Dios.

Por otra parte, las iglesias se han convertido en comunidades


emocionales, donde se pretende intensificar los vínculos afectivos. Donde lo
importante son las vivencias personales. Dios se hace presente “para
hacerme sentir “bien”, para hacerme vibrar de gozo, para provocar en mi las
emociones más fuertes, para “llenarme” de paz. La alabanza, que ahora
ocupa más de 70% del tiempo del “culto”, se convierte en espacio de
“psicoterapia espiritual”, y la hegemonía de los sentidos se hace presente por
medio de cantos cuyos contenidos abundan en expresiones tales como:
“sentir”, “palpar”, “tocar”, “ver”, “llenar”44.

44
Henríquez, César. Culto, Teología y Postmodernidad.www.selah.com.ar/database/images/2393A01.DOC
III. Respuesta Pastoral y Apologética al Hedonismo

La modernidad y la postmodernidad ambas son eras de extremos. La


modernidad era el extremo del “homo sapiens” y la postmodernidad del
“homo sensibilis”. Hay que integrar ambos, los dos son parte de la imagen y
semejanza de Dios que hay en los seres humanos; además, no debemos
olvidar integrar la dimensión volitiva del ser humano. Una verdadera
cosmovisión bíblica guardará un sano equilibrio entre las tres dimensiones,
sin enfatizar ninguna y sin menospreciar la otra.

Hay que entresacar lo precioso de lo vil (Jeremías 15:19); rescatemos


el concepto acerca del ser humano presente en la postmodernidad que
reconoce un componente afectivo o sentimental. No solamente la razón nos
diferencia de los animales, la afectividad también es parte de la Imago Dei
que Dios ha puesto en nosotros y que constituye parte esencial de nuestra
humanidad. El problema no es ser emocional el problema es ser
emocionalista; el problema está en el extremo, lo saludable es el equilibrio.
Somos seres afectivos y relacionales de la misma manera que es Nuestro
Creador. La dimensión espiritual del ser humano refleja la imagen divina que
tiene tanto componentes racionales, como afectivos como volitivos; así que
no debe despreciarse ninguno de estos aspectos, en detrimento de los otros.
Está mal el pensamiento postmoderno “siento, luego existo” pero también
esta incorrecto el pensamiento cartesiano “pienso, luego existo”. Realmente
el pensamiento bíblico-integral es “existo; por esto pienso, siento y actúo”.

En antropología bíblica está dimensión espiritual del ser humana, es


llamada “alma”, nefesh en hebreo y siempre está relacionado con los
componentes internos del ser humano. La Escritura constantemente se
refiere al corazón (Josué 5:1 1 Samuel 2:1; etc), las entrañas (Sal 5:9; Pr
18:8; 23:16), los riñones refiriéndose al alma o componente no material del
ser humano. Esta esfera espiritual nos habla de la integralidad de estos tres
componentes – racionalidad, emotividad y voluntad – en el ser humano, los
cuáles nunca deben ser desligados, recordemos que cada uno de estos
aspectos ha sido contaminado por el pecado. Un buen ejemplo de cómo estos
elementos se integran y no deben disociarse, lo encontramos en la salvación
del hombre, donde cada uno juega su propio papel. Por el componente
racional comprendemos el mensaje, por el emotivo podemos llegar al
arrepentimiento, y por el volitivo el hombre toma la decisión de entregarse a
Cristo. La conversión es un giro de 180 grados en nuestra forma de pensar,
de sentir y de actuar. Si solo se convierten las emociones será
sentimentalismo, si solo se convierte la razón será liberalismo y si solo se
convierte la voluntad será moralismo, pero ninguno de ellos será conversión
a Dios.

Ante la valoración de la subjetividad y del sentimiento en la


postmodernidad, integremos sentimiento, pensamiento y voluntad.
Abrámonos a la subjetividad de los otros, aceptando el desafío de construir
sentidos comunes, significados y significantes compartidos. Que cada uno se
entienda "en-relación". Que seamos capaces de discernir entre sensaciones,
emociones, y sentimientos, haciendo de ellos elementos vehículadores de la
comunicación para el enriquecimiento mutuo45.

Hay que ir contra corriente, somos una contracultura, ante la primacía


del sentimiento, hay que enseñarle a los adolescentes a pensar. No debemos
amoldarnos a la época y cometer suicidio intelectual, debemos esforzarnos
en promover el pensamiento crítico basado en los parámetros escriturales (1
Ts 5:21-22); el cristianismo es una fe razonable y objetiva. Por medio de la
razón llegamos a la fe; y la fe ilumina la razón. Por medio de la razón
podemos comprender la veracidad y singularidad de la fe cristiana y la
superioridad de la misma sobre otras creencias que dicen ser la verdad.

45
Rey, Victor. Biblia y Cultura Postmoderna. http://www.unapab.cl/vrey1.html
La razón no contradice la fe, no debemos caer como los teólogos
liberales en negar las cuestiones espirituales desde posturas
antisobrenaturalistas. El enfatizar la razón puede llevarnos a tener un
cristianismo farisaico o intelectual, donde no siempre el conocimiento y la
vivencia tienen verdadera consistencia y congruencia.

La razón no es la única forma de obtener conocimiento, hay


conocimiento que es intuitivo y otro que es revelado que por la mera razón
no puede ser obtenido. El conocimiento intuitivo se refiere a aquel que
sabemos por la mera intuición sin mediar la razón y el conocimiento revelado
es aquel que no podríamos obtener por la simple revelación general de Dios
en su creación, sino aquel que la única forma de obtenerle es por medio de
su revelación especial al hombre en la forma de su Hijo Jesucristo y en las
Sagradas Escrituras, la palabra encarnada y la palabra escrita. Como
conocimiento revelado podemos pensar en la Trinidad, la doble naturaleza de
Cristo, la gracia salvadora, etc. Este conocimiento no es contrario a la razón,
pero, si no fuera por la revelación de Dios al hombre no podríamos conocerla.

Por otra parte, hay que enseñarles a los chicos y chicas a postergar
dentro de está cultura hedonista que da culto a las sensaciones, y entre
ellas, las pasiones sexuales. Es cierto que en la adolescencia las hormonas
están en plena revolución y la pulsión sexual se encuentra a plenitud, pero
hay que enseñarles a la juventud que el plan de Dios es la vivencia de la
plena sexualidad dentro de los límites del matrimonio, sólo de está manera el
goce será completo y satisfactorio. Para ello, ante la mercadotecnia que los
inunda con el consumo de placeres sexuales, debemos enfatizar una parte
esencial del fruto del Espíritu Santo: el dominio propio, llamado templanza en
muchas versiones castellanas de la Biblia (Gálatas 5:22-23). La palabra
griega para templanza es “egkrate¡a”, está viene de los vocablos ego “yo” y
kratos “gobierno”, es decir, gobierno de mí mismo, el autodominio, la
capacidad de dominar mis impulsos. Podemos enfatizarles a los chicos que
un verdadero hombre es aquel que logra dominarse a sí mismos, no aquel
que sucumbe ante los mismos. Esto es especialmente bueno con los varones
adolescentes donde uno con estos argumentos puede tocar su masculinidad,
aclarando siempre que nuestro modelo de masculinidad siempre es y será, el
Señor Jesucristo en su humanidad. ¿Qué haría Jesús en mi lugar?
Recordemos el mensaje WWJD (What would Jesus do?) tan presente en
collares y pulsares en muchos jóvenes cristianos. No usemos lenguaje
prohibitivo, diciéndoles no hacer esto u lo otro, sino, más bien, retemos.
Retemos a los muchachos y muchachos a mantenerse puros, no vírgenes – el
concepto de virginidad no es bíblico46, sino, más bien, el concepto bíblico es
la pureza sexual el cual es mucho más amplio y profundo que la simple
ruptura del himen o la penetración del miembro masculino. La pureza debe
ser el reto, el no dejarse dominarse por sus impulsos, y más bien controlarlos
con el poder del Espíritu Santo.

Ahora bien, Dios nos ha dado la capacidad de sentir, no debemos


sobreenfatizarla sino guardarla en equilibrio. Son igualmente importantes en
el ser humano tanto su coeficiente intelectual como su coeficiente emocional.
Debemos anhelar celosamente la presencia de Dios y su comunión, y tener
una verdadera vivencia con él, pero esta vivencia siempre va ser racional, y
sobretodo basada en los preceptos bíblicos. Un creyente que enfatiza la parte
emotiva se vuelve un místico y en está contemplación mística no está
distante de la meditación de las religiones orientales.

La capacidad de sentir es una bendición de Dios. Mediados por está


capacidad de sentir podemos mostrar afecto, sentir gozo, mostrar
compasión, hacer misericordia, y muchas cualidades esenciales de la vida
cristiana. Por medio del sentir es que podemos cumplir con el mandato
“gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran” (Ro. 12:15). Pero sí
46
Con ello no quiero decir que la Palabra no nos llama a mantenernos vírgenes, sino al hecho de que
muchas veces se identifica la virginidad como la ruptura del himen en una mujer o la primera relación
sexual con penetración de un hombre o una mujer; excluyendo del mismo tipos de relaciones como el sexo
oral, la masturbación, los tocamientos en la pareja, etc. El concepto bíblico es más bien la pureza sexual, el
cuál además del abstenerse de relaciones coitales fuera del matrimonio, nos llama a permanecer puros y no
participar de las prácticas antes mencionadas. En resumen, el concepto de pureza bíblica es mucho más
amplio que el de virginidad tal como lo define el mundo.
hacemos de la capacidad de sentir el summo bonum de la humanidad, esto
no es otra cosa que simple y llano hedonismo.

Debemos aprender a ejercer una buena mayordomía de nuestros


sentimientos y emociones; esto es parte de la Imago Dei del ser humano,
nuestro Dios es un Dios emotivo. Dios es un Dios de gozo, dice Sofonías 3:17
que Él “se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti
con cánticos”. Es un Dios que se enoja (Jn. 2.13-22), que llora (Jn 11:35),
que se compadece (Mt 9:36; 14:14; 15:32) y que en toda la Escritura nos
deja ver su amor hacia nosotros, expresado en sumo grado al enviar al
Unigénito a morir en la cruz por nosotros (Jn 3:16). Por esa capacidad de
sentir podemos sentirnos tristes por el pecado cometido a otros y por el
propio y de está manera llegar al arrepentimiento; por está capacidad nos
indignamos ante el dolor ajeno y los males sociales como el racismo, la
xenofobia, el machismo, etc.

Una buena mayordomía de los sentimientos, incluye el sentir y actuar


adecuadamente. Los sentimientos se deben sentir pero sin pecar; si se
reprimen los sentimientos podemos enfermarnos o acumularse hasta que
explotamos; por ello deben expresarse de manera sana. Jesús se enojó pero
porque la gloria de Dios fue opacada, sólo Él puede enojarse sin pecar; aún,
así las Escrituras nos llaman a enojarnos sin pecar (Ef. 4:26). Igualmente
podríamos hablar de manejar adecuadamente sentimientos como la tristeza,
la depresión, el gozo, etc. Somos responsables por lo que sentimos, es un
dualismo no responsabilizarnos por ellos, como si los sentidos nos
dominaran. Recordemos, que en la Biblia las palabras referidas a estados
internos connotan siempre su correspondiente expresión exterior. En la
cosmovisión bíblica los sentimientos y las acciones están estrechamente
interrelacionados. El amor no es sólo un sentimiento sino una acción, al igual
que cada uno de los aspectos del fruto del Espíritu.
La cultura de hoy en día pone mucho énfasis en los sentimientos;
nosotros en cambio como cristianos que buscamos obedecer la Biblia
debemos pensar en forma diferente. Nosotros creemos que las conductas
están ligadas a los sentimientos, y no que los sentimientos producen las
conductas. Un buen ejemplo de ello está en Génesis 4:3-7 donde Dios le dice
a Caín ¿Si bien hicieres no estarías enaltecido?. Hoy en día una respuesta
común sobre por que no se actúa es "Es que no me nace", esto es solamente
una excusa, un cristiano debe actuar, conforme al bien y esto producirá
sentimientos positivos. Cuando damos consejería a los chicos y chicas
debemos enseñar el principio de que el comportamiento determina los
sentimientos. No podemos hablar bíblicamente sobre "problemas
emocionales"; cuando una persona está deprimida, ansiosa, hostil, etc.; el
problema no reside en sus emociones sino en su comportamiento. Las
personas se sienten mal a causa de sus malas acciones (Gn 4:6-7; 1 P 3:16).

Por último, no hay que olvidar el componente volitivo del ser humano,
esa esfera desicional del mismo, que siempre va ligada a la acción; y que al
mismo tiempo está intrínsicamente ligado a la razón y al sentir. Este
componente activo de la Imago Dei es el que nos lleva a producir, a generar,
a crear. Por supuesto, nuevamente sin enfatizarlo para no convertirnos en
meros activistas y en la esfera de la fe en homo religius.

Conclusión
El ser humano es un ser integral, en el hay aspectos tanto volitivos,
como racionales como afectivos. El enfatizar las emociones u otro de estos
aspectos es caer en un extremo que no es fiel a nuestra
multidimensionalidad. Mantengamos siempre el sano equilibrio entre estos
tres componentes, y enseñemos a los chicos a reaccionar desde esta
perspectiva holística antropológica.
Capítulo 6
Apología contra el Relativismo
“Yo soy el camino, la Verdad y la vida”
Juan 14:6
Objetivos:
1. Comprender la multidimensionalidad de la perspectiva relativista.
2. Entender como el relativismo a afectado a la juventud cristiana.
3. Comprender como la iglesia ha caído en el extremo de absolutizar sus
vivencias y negar las cuestiones relativas.
4. Ofrecer una respuesta pastoral y apologética al relativismo.

I. Postmodernidad y Relativismo

Dice el profeta Isaías: La verdad se cae en las calles y no puede ser


encontrada (Is 59:14-15). ¿Qué es la verdad? Es la pregunta que Poncio
Pilatos le hace a Jesús cuando este es juzgado civilmente (Jn 18:38). Es
equivalente a la pregunta que la epistemología se hace al preguntarse ¿Qué
conocimiento es verdadero?. Esto nos lleva a preguntar ¿Existe realmente la
verdad? ¿Se puede hablar de la verdad como algo único? Para un individuo
postmoderno la respuesta a está interrogante, sería un negativo. No hay
verdades definitivas, a lo sumo existen verdades parciales. La
postmodernidad es la era del relativismo. Para el postmoderno todo es
relativo, todo depende del ángulo en que observemos las cosas, todo
depende del cristal con que se mire; y no hay un solo lente, como lo fue la
Escritura en otros tiempos.

La Enciclopedia Encarta 99 nos dice que el relativismo es un término


“que posee distintos significados en diferentes ramas de la filosofía. En teoría
del conocimiento, se entiende por relativismo la imposibilidad de que existan
verdades absolutas; al no existir éstas, sólo se puede conocer en forma
relativa al contexto y circunstancia de esas verdades. En ética, el relativismo
supone que no es posible considerar algo que sea bueno o malo
absolutamente; es decir, que no hay referencias absolutas para la bondad o
la maldad: éstas siempre dependen de determinadas circunstancias de la

acción”.47 Desde aquí, podemos ver dos grandes esferas del relativismo, una
en el campo de la epistemología o teoría del conocimiento; y otra en el área
de la ética o filosofía moral. Además, podemos hablar de una tercera, esfera,
esta desde el campo de la antropología, cuando hablamos de relativismo
cultural, según el cual cada cultura es un sistema cerrado sobre sí mismo,
equiparable moral y funcionalmente a cualquier otra. Aunque realmente, el
relativismo ha invadido todas las áreas del pensamiento, inclusive las
ciencias exactas como la física, la lógica y las matemáticas han sido
afectadas por esta forma de pensamiento. Los físicos nos hablan de la teoría
de la relatividad y la física cuántica; los lógicos hoy hablan de lógica difusa
(fuzzy logic), el cuál es un tipo de lógica para procesar datos inciertos; en
ella, un elemento puede tener infinitas degradaciones entre verdadero y
falso. Hubo una época donde dos más dos era evidentemente cuatro, hoy en
día la respuesta puede ser diferente, ello dependiendo de la base del sistema
numérico con el que estemos trabajando. En geometría al poner en duda el
quinto postulado del sistema euclidiano, la suma de los ángulos internos de
un triángulo ya no necesariamente suman 180°, sino, que está suma puede
ser mayor (geometría elíptica) o puede ser menor (geometría hiperbólica).

En forma llana para efectos prácticos, podemos definir el relativismo


como la creencia de que lo que es cierto para usted tal vez no sea cierto para
mí, o lo que fue verdadero entonces, puede que ahora no lo sea. La verdad
se vuelve una cuestión relativa respecto al tiempo, el espacio y las personas.

Con ello se pierde la habilidad de discernir entre lo bueno y lo malo. La


verdad se ha convertido en cuestión de gusto, la moralidad ha sido

47"Relativismo (filosofía)", Enciclopedia Microsoft® Encarta® 99. © 1993-1998 Microsoft Co.


reemplazada por la preferencia individual. Los jóvenes de hoy están
creciendo en una cultura que refleja la filosofía “si te hace sentir bien, hazlo”.
Su idea acerca de la diferencia de lo bueno y lo malo es inestable, algo que
está sujeto a cambios, algo que es relativo, circunstancial y personal, no
permanente o universal. Desde está perspectiva el infanticidio, el adulterio y
el homosexualismo podrían ser buenas cosas. El límite entre la diferencia
entre lo bueno y malo es casi imperceptible; todo depende de cómo miremos
las cosas. Desde una perspectiva monista, que nos recuerda la filosofía
oriental del Ying-Yang, el hombre es la manifestación de ambos aspectos de
la deidad: lo bueno y lo malo; todo bueno tiene algo malo, y todo malo tiene
algo bueno. El personaje del cómic Hellboy, y que luego es llevado al cine, es
un buen ejemplo de está dualidad monista. Incluso hombres como Adolfo
Hitler pueden ser buenos, ya que al asesinar a tantos libera a muchos de su
deuda karmika, o desde sus ideales el nazismo fue su verdad y debe ser
respetada; ya que lo único que hizo fue defender su verdad.

En el diálogo entre amigos se ha hecho común la siguiente escena.


Cada contertulio presenta su opinión sobre el tema en cuestión. Las
posiciones son diferentes e incompatibles entre sí. La reconciliación de
conceptos se hace imposible. Antes la solución se hubiera buscado en la
continuación del diálogo y en la profundización del tema hasta descubrir el
concepto más cercano a lo verdadero. Hoy no. La conversación hoy
seguramente terminará con la muy trillada frase: “Esto será verdad para ti,
pero no para mí.”48

Ahora con el relativismo muchas cosas que se consideraban pecado, se


empiezan a observar como “normales”. Ha desaparecido el límite entre la
normalidad y la patología. Hay un extraño gusto por lo transexual; el
homosexualismo y el trasvestismo se ven como cosas comunes, la psicología
no lo ve ya como una parafilia sino como una nueva opción, una forma de

48
Martinez, José. La Verdad sobre la verdad. http://www.menteabierta.org/html/articulos/ar_laverdad.htm
vida alternativa. En Inglaterra una nueva ley de derechos humanos permite
las relaciones homosexuales entre estudiantes mayores de dieciséis años, así
como el trasvestismo en aquellos que lo deseen. A su vez, los profesores
podrán ser enjuiciados si tratan de impedir a sus alumnos mayores de
dieciséis años mantener relaciones homosexuales. En Estados Unidos, Bill
Clinton hizo historia el 11 de junio de 1999 al decretar que el mes de junio
sea proclamado como el mes de los homosexuales y lesbianas y animó a
todos los norteamericanos a que "observarán este mes con programas
apropiados, ceremonias, y actividades". En California se aprobó el 3 de
Octubre de 2000 una ley que castigará como "crimen de odio" a todos
aquellos que hablen, prediquen o escriban en contra de la homosexualidad.
El 25 de abril del 2000, la legislatura estatal de Vermont formulo la "unión
civil" como una clasificación legal que permite a parejas homosexuales gozar
de todos los derechos y responsabilidades de las parejas casadas. En muchos
estados norteamericanos y naciones se está incluyendo la homosexualidad
en el curriculum de educación sexual en las escuelas primarias y secundarias,
y se esta promoviendo como un estilo de vida normal y deseable. El primero
de octubre del 2004 el gobierno español aprobó una reforma al Código Civil
que permite a los homosexuales casarse y adoptar hijos lo constituyó un hito
histórico a favor de las asociaciones de gays y lesbianas.

También otro elemento que está asombrando es la legalización de


prácticas como el aborto y la eutanasia, Holanda escribió historia al
convertirse este 10 de abril del 2001 en el primer país del mundo que
legaliza la eutanasia al votar mayoritariamente el Senado una ley la permite
bajo ciertas condiciones.

El relativismo ha afectado el concepto del pecado provocando una


ausencia de sentimientos de culpabilidad, arrepentimiento, incomodidad,
remordimiento y respeto, y más bien, ha incrementado precisamente el
llevar a cabo el acto de pecar.
Todos estos ideales nos llegan a nuestras casas en Latinoamérica a
través de los medios de comunicación masiva, y hemos empezado a emular
el mismo tipo de comportamiento. El relativismo que viene de Europa y
Estados Unidos cada vez se ve más imitado por los hispanoamericanos.
Observamos por los medios en forma casi abierta sin ningún tipo de censura
los videos de las “TATU girls”, un dúo ruso de dos jovencitas con aspecto de
lolitas que salen abiertamente besándose en la boca, las cuáles quieren
transmitir en sus canciones y videos musicales su supuesto lesbianismo y
criticar a la sociedad que las “margina”. Las series televisivas, películas y
telenovelas reproducen personajes gays, travestis, y cuanto sujeto sui
generis transexual les puede pasar por sus mentes.

Félix Ortiz menciona algunas implicaciones del relativismo49:


• Como mucho podemos aspirar a conocer partes de la realidad.
• Como mucho, nuestras creencias deberían ser consideradas en un
estado de precariedad, ya que son únicamente teorías temporales.
• Todas las afirmaciones son hechas en base a la fe. Por tanto, ninguna
afirmación puede tener una prioridad, precedencia o superioridad
sobre otra.
• Cualquier afirmación de poseer la verdad con mayúscula es totalmente
ridícula.
• Quien intente imponer sus puntos de vista sobre otro es un ser
despreciable.
• La tolerancia se convierte en la principal virtud social.

Cada una de estás implicaciones nos ofrece grandes retos para la pastoral
juvenil evangélica. ¿Cómo hablar de la veracidad del Evangelio, cuando es
considerado una verdad parcial? Decir que tenemos la verdad es para
muchos ridículo, y se queremos difundir la Verdad que Dios nos llamado a
transmitir a toda criatura, somos seres despreciables e intolerantes.

49
Ortiz, Felix. Postmodernidad. http://www.paralideres.org/sections/section_139.asp
No hace demasiado tiempo la mayoría de las personas en los países de
cultura occidental sabían con total y meridiana claridad qué era correcto y
qué era incorrecto50. Ahora ha desaparecido el consenso cultural. El consenso
cultural occidental fundamentado sobre las bases del cristianismo se ha
derrumbado, sus pilares fueron destruidos y el edificio se vino abajo. Ya la
gente no sabe lo que es correcto, o depende de puntos de vista.

Un ejemplo de esto se puede observar en la película “Avión


Presidencial” (Air Force One) en la cuál el presidente dice hacer lo correcto –
una afirmación de absoluto. El terrorista le pregunta a la hija del presidente
sobre cual es la diferencia entre él y su padre, si ambos han asesinado
personas. Aquí vemos dos puntos de vista totalmente distintos, donde ambos
creen hacer lo correcto. Para los islámicos los pilotos que chocaron contra las
torres gemelas del World Trade Center eran héroes mártires, para la mayoría
de occidentales asesinos.

Es lo que llamamos desde la antropología, el relativismo cultural. La


verdad depende de la cultura en que se nace. Por ejemplo, los derechos
humanos es un concepto occidental; por lo que no tiene sentido luchar contra
problemas como la circuncisión u oblación femenina; la muerte de niñas en
algunas culturas orientales; las prácticas deshumanizantes hacia las mujeres
de la cultura musulmana; entre muchas otras; porque ello está mal sólo
dentro de la cultura occidental, por esto se debe respetar y tolerar estas
tradiciones y costumbres del mundo oriental.

La fuerza se convierte en el único remedio para resolver los conflictos


entre los valores sostenidos por grupos diferentes cuando estos valores son
enfrentados o contradictorios. La fuerza hace que el ganador esté en lo
correcto y el perdedor en lo incorrecto. Se convierte pues en una auténtica
ley de la selva. Un imperio del más fuerte51. Mucho de esto es lo que hemos

50
Idem.
51
Idem.
visto en las cruzadas y “guerras santas” entre las grandes potencias
occidentales y el mundo musulmán.

Al respecto y de manera profética Francis Schaeffer, el gran filósofo


cristiano, en fecha tan temprana como el año 1984 escribió lo siguiente en su
libro El gran desastre evangélico:

No existe una edad de oro en el pasado que podamos idealizar –Ya sea
en los años tempranos de los Estados Unidos, la Reforma o la iglesia
primitiva. Pero hasta hace muy pocas décadas existía algo que
correctamente podía ser denominado un consenso cristiano que dio de
un modo definitivo una forma distintiva a la sociedad occidental y a los
Estados Unidos. Ahora, ese consenso se fue para siempre y las
libertades que trajo se destruyen ante nuestros ojos. Estamos en un
tiempo en el que el humanismo está llegando a su conclusión natural
en moralidad, valores y legislación. Lo único que la sociedad tiene hoy
en día son valores relativos basados en resultados estadísticos, o la
decisión arbitraria de aquellos que tienen el poder político o legal52.

II. El Relativismo y la Iglesia

El relativismo es una de las corrientes que más difícilmente ha


penetrado en la iglesia latinoamericana, que siempre se ha caracterizado por
su moral conservadora. A excepción de algunos “cristianos” influenciados por
teologías liberales, la gran mayoría de cristianos, son en muchos lugares
identificados como el grupo que no fuma, no toma licor, no escucha música
secular, etc. Una definición del perfil cristiano más prohibitiva que positiva; lo
cuál tiene sus pros y sus contras. Así que es más bien en las nuevas
generaciones cristianas que podemos ver mucho más claro el influjo de las
posturas relativistas.

52
Ortiz, Félix. Postmodernidad. http://www.paralideres.org/sections/section_139.asp
Uno de los aspectos donde vemos fácilmente la influencia del
relativismo es en el concepto de familia. La cultura postmoderna ha
derribado los esquemas de pensamiento predominantes, ha derrumbado las
grandes estructuras tradicionales. Así podemos hablar de familias
alternativas. Ya no es raro considerar una familia a tres hombres
homosexuales viviendo juntos. Josh McDowell en su libro “Es bueno, es
malo” nos sorprende con la definición de familia que dan los jóvenes
cristianos norteamericanos en una investigación, estos en su mayoría (60%)
definen una familia como “los que lo aman profundamente a uno o a quienes
uno ama” con este nuevo concepto de familia se pueden englobar las parejas
que viven en unión libre y las uniones homosexuales como familias
legítimas53. Se han resquebrajado los mismos cimientos de la sociedad,
incluso relativizando la estructura social primaria, la misma familia.

Los muchachos están confundidos en cuanto a sí existe una verdad


absoluta y quién la determina. Su incertidumbre radica en que desconocen
cuáles son las verdades absolutas y lo que hace que sean absolutas. En
consecuencia, están tomando decisiones basadas en las circunstancias,
optando por lo que parece la mejor alternativa del momento, sin referirse a
ningún conjunto fundamental de preceptos o principios básicos que guíe su
comportamiento.

Hace un tiempo una adolescente de mi iglesia me preguntaba, porque


los cristianos discriminábamos tanto a los homosexuales; ella decía “ellos
tienen derecho a vivir así”. Por otro lado, adolescentes evangélicos dicen que
copiar en un examen es “ser solidario con los compañeros”; realmente ellos
no lo ven como deshonestidad. Y es que muchas de estás prácticas se han
vuelto tan habituales, que ya no se ven como pecado. Cuando yo era un
joven de dieciocho años e iniciaba mis estudios teológicos realmente quede
pasmado al observar como un compañero, el cual era pastor de una iglesia,
estaba copiando mis respuestas en un examen del Instituto Bíblico. ¿Cómo

53
McDowell, Josh. Es bueno, es malo, pp. 313-314.
es posible que pastores de la grey preparándose para la obra del Señor en
una institución teológica no caigan en cuenta de lo pecaminoso de este acto
y sean tan inconsistentes con los requisitos que demandan su llamado?

Los adolescentes ya no ven como pecado ciertas caricias sexuales


como tocar los senos de una jovencita, acariciarse los genitales o incluso el
tener relaciones sexuales con su pareja de noviazgo. Según la investigación
antes citada realizada por Josh McDowell y sus colaboradores, el 36% de los
jóvenes creyentes encuestados dicen que es moralmente aceptable que las
personas acariecien los pechos o se dejen acariciar, el 33% lo ha hecho; el
29% considera que es moral acariciar los genitales; el 25% admite haberlo
hecho; el 20% aprueba las relaciones sexuales fuera del matrimonio; el 15%
las ha tenido54.

Muchas cuestiones que la iglesia tradicionalmente ha visto como


pecado son puestas en entredicho por los adolescentes. Muchas veces
teniendo ellos razón, muchas veces estando equivocados.

La iglesia en esto ha caído nuevamente en la ley del péndulo. Estamos


muchas veces en el otro extremo. Hemos caído al creer que no todo es
relativo a creer que no hay nada relativo. Y si hay cuestiones relativas.
Hemos reaccionado contra la afirmación de que no existen absolutos, a
absolutizar cuestiones que son relativas. Muchas veces en vez de promover
principios bíblicos, queremos promover convencionalismos sociales de la
cultura evangélica. No todo es blanco o negro, hay grises; pero aún existen
los tres: blanco, negro y diversas tonalidades de gris. Ambos elementos
coexisten.

El absolutismo de la modernidad se ha casado con el evangelicalismo


tradicional. El hecho de que creamos ciertas cosas no significa que ellos
también las crean y mucho menos que nuestros argumentos sean realmente

54
Ibíd. p. 289.
bíblicos. No estoy hablando de cuestiones donde la Biblia afirma un absoluto,
sino en aquellas donde he hecho mi propia vivencia como pastor o líder un
absoluto. Un pastor predicaba que “si se tiene una novia es para casarse” y
lo afirmaba categóricamente como una verdad a ser cumplida, cuando el
noviazgo no es un fenómeno bíblico, sino un invento del siglo XX. Otro pastor
me decía con respecto al baile que eso era malo, su argumento era “yo
recuerdo que cuando yo iba a bailes en la adolescencia, lo que buscaba era
ver que le podía tocar a la muchacha”, haciendo de su vivencia un absoluta.
Otro pastor predicaba “Usted, joven hermano. No sabe lo que siente un
hombre cuando una mujer lo abraza, y siente los senos de la joven en su
pecho”, exhortando a las adolescentes de la iglesia ha no abrazar a los
adolescentes. Es cierto que el hombre es más sensible, la relación de
testosterona es 1 a 20, pero, nuevamente muchas veces desde el púlpito
absolutizamos nuestra vivencia como si fueran argumentos de peso bíblico.

En muchas cosas queremos imponer nuestra creencia como si fueran


un absoluto cuando la evidencia muestra la relatividad del asunto. En
algunos países europeos tomar café es pecado, en cambio los latinos somos
buenos consumidores de está bebida. El consumo de cerveza es normal en
cristianos alemanes, el consumo de vino en cristianos franceses; y para
nosotros ello es pecado. Tengamos claro si existen verdades absolutas, pero
también existen cuestiones en este mundo que son relativas.

III. Respuesta Pastoral y Apologética al Relativismo

El relativismo habla de la imposibilidad de las verdades absolutas; y


mucho menos una Verdad con mayúscula. En esto el cristianismo se sale de
la línea al pregonar a viva voz que sí existe una Verdad y que es absoluta.
Dios es la Verdad Absoluta y esa Verdad es reflejada por medio de su Palabra
revelada a través de las Sagradas Escrituras. Ante los interrogantes de los
jóvenes creyentes podemos afirmar que sí existe la verdad absoluta; esta
supone dos cosas: que lo verdadero en un tiempo y lugar es verdad en todo
tiempo y lugar, y que lo verdadero para una persona es verdad para todas
las personas. Hay una verdad absoluta que depende del único ser al que
podemos llamar el Absoluto, es decir, la verdad absoluta depende
exclusivamente de Dios. Jesucristo afirmó en Juan 14:6: "Yo soy la Verdad".
Dios es la Verdad Absoluta Máxima y quién define las verdades absolutas.

Ahora, debemos aclarar que existen cuestiones que son relativas -


especialmente, algunas culturales - pero, no todo es relativo, existen los
absolutos; debemos enseñarles a las chicas y chicos que hay relativos, y
enseñarles a ser críticos para que estos puedan discernir las cuestiones
relativas de las absolutas. Dice el profeta Isaías “!!Ay de los que a lo malo
dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las
tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! (Isaías
5:20).” La Palabra nos exhorta a seguir lo bueno y desechar lo malo (Ro
12:9; 3 Juan 1:11; 1 Ts 5:16-17).

Por ello, los valores deben ser enseñados partiendo de la naturaleza y


carácter divino, deben fundamentarse en la semejanza a la imagen de Dios,
en la suprema meta del cristiano el ser como Cristo; y estos, deben ser
enseñados desde la infancia a los miembros de nuestra iglesia, tomando
como principal modelo de estos valores el hogar mismo.

Debemos estar agradecidos que los cristianos si tenemos quién defina


los valores correctos y este es el Dios Supremo que se ha revelado a sus
criaturas a través de las Sagradas Escrituras. Ahora, no quiero decir, con
esto que ante la pregunta de ¿Por qué cierto valor es un absoluto? Debemos
responder simplemente: "Porque la Biblia lo dice"; sino, más bien, "Por qué
Dios es así". Por ejemplo, debemos ser honestos porque Dios es Verdad;
debemos huir de la inmoralidad sexual porque Dios es amor, es puro y es
fiel; y así hay un sin número de ejemplos. En conclusión, hay que enseñar a
los niños y jóvenes ha discernir claramente lo que es bueno y lo que es malo
a la luz de la naturaleza de Dios; son las características del Ser Divino las
que definen la verdad absoluta. Esto es un reto para la iglesia, y debemos
enfrentarlo confiando en que Dios cuida de su iglesia y su Espíritu Santo está
con nosotros.

También evaluemos lo que creemos, que tanto de ello parte de la


Biblia, y que tanto es resultado de la propia vivencia. Enseñemos realmente
la Biblia y no reproduzcamos sencillamente convencionalismos sociales de la
cultura evangélica. Dios es el que define lo bueno y lo malo, no lo define la
iglesia, y mucho menos los pastores o líderes de jóvenes; la Palabra de Dios
es la máxima autoridad, no la palabra del pastor. Recordemos, el salmo dice
“El Señor es mi pastor” no “El pastor es mi señor”. Tengamos cuidado en no
imponer nuestros tradicionalismos poniendo más peso a los jóvenes de lo
que demanda nuestro Dios y seamos como los fariseos (Mt 23:4).

Apologizemos el relativismo, demostremos la falsedad de está


ideología. La misma afirmación “todo es relativo” es una afirmación de un
absoluto, la misma frase cae por su propio peso. Geisler nos dice “si el
relativismo fuera cierto, entonces debe haber algo respecto a lo cual todas
las cosas son relativas, pero que no sea relativo en sí mismo. Algo tiene que
ser absoluto antes de que podamos ver que todo lo demás es relativo a
eso”.55 Hay que reconocer que nuestra moralidad surge en un Absoluto
superior a nosotros, esto es evidencia de la existencia de Dios. Hay
cuestiones que son universalmente reconocidas como malas, por ejemplo, la
crueldad hacia los niños, la violación, el asesinato, etc; esto supone que un
Ser Superior definió estos principios morales que rigen a la humanidad. Esto
es lo que se conoce como “argumento axiológico” de la existencia de Dios.
Dios nos ha creado Imago Dei, y el ha puesto su moralidad en nosotros, nos
ha comunicado sus perfecciones, sus atributos. Si no hay absolutos no hay
ética, ¿Cómo podemos juzgar entonces como cruel la práctica de la oblación
femenina?, ¿Cómo podemos afirmar que Osama Bin Laden es un hombre
malvado? ¿Cómo podemos decir que vender a nuestros hijos como esclavos

55
Geisler, Norman y Brooks, Ron. Apologética, p. 332.
es una práctica cruel? No podríamos afirmar nada porque todo dependería
del cristal con se mirará. Cuando los postmodernos pluralistas defienden su
“tolerancia” lo están haciendo un valor absoluto, pero ¿como la tolerancia es
un valor absoluto, si todo es relativo?. Todos estos son argumentos que
demuestran que el relativismo como posición filosófica no puede ser
sustentado.

Conclusión
No todo es negro o blanco, existen los grises; pero aún así sigue
existiendo el negro y el blanco. Existen los absolutos pero también existen
los relativos. Los absolutos los define Dios, los relativos el ser humano
dependiendo de su propio contexto y cultura. No debemos caer en el
extremo de absolutizar todo pero también no debemos caer en el extremo de
relativisar todo. Tengamos esto muy claro como lìderes de jóvenes que
muchas veces queremos absolutizar lo que creemos casi elevandolo a la
revelatio dei, sin reconocer que hay cuestiones relativas. Por otro lado,
enseñemos a los chicos a reconocer en su vida al Absoluto, el Gran Alfa y
Omega, y principio de todas las cosas.
Capítulo 7
Apología contra el Pluralismo
“Hay camino que al hombre le parece derecho;
pero su fin es caminos de muerte”
Proverbios 14:12
Objetivos:
1. Comprender en que consiste el pluralismo religioso y que
implicaciones tiene en la pastoral juvenil.
2. Comprender los retos que ofrece al cristianismo las ideas pluralistas.
3. Ofrecer una respuesta pastoral y apologética al pluralismo
postmoderno.

I. Postmodernidad y Pluralismo

Mientras en la modernidad el racionalismo negaba lo sobrenatural


cayendo en el ateísmo, el postmoderno tiende a dos extremos. El primero, es
ser agnóstico y nihilista. El agnóstico nos dice que es imposible saber si Dios
existe, así que mejor hablemos de otra cosa; el nihilismo es la negación de
cualquier creencia. El agnosticismo nos viene a cuestionar todos los
esquemas tradicionales, se cuestiona la existencia del cielo, el infierno, Dios,
Satanas, el bien y el mal, entre muchos otros.

Hace un tiempo al hacer la famosa pregunta del evangelismo explosivo


a uno de mis alumnos adolescentes “¿Si usted muere hoy donde irá al cielo o
al infierno?” El chico me respondió “al cielo porque el infierno no existe, el
infierno es en está vida”. Este es un buen ejemplo de un adolescente
agnóstico, al menos en forma parcial.
Según reconocidos pensadores de la posmodernidad, el individuo de
fines de siglo XX no cree en:

Una razón fundamentadora (llámese Dios, moral, etc.) que pueda


proporcionar cimientos a una visión universal de la realidad
(Nietzsche).

Grandes ideales que den sentido a la historia y legitimen proyectos


políticos, económicos, y sociales como ocurría en la modernidad
(Lyotard).

Un proyecto de vida con expectativas de desarrollo y prosecución de


ideales personales que no sean económicos (Mardones).56

El segundo extremo es el pluralismo, el creer en un gran abanico de


posibilidades aunque estás no tengan mucho sentido. Antonio Cruz nos dice
“en la cultura del gran vacío sigue permaneciendo la nostalgia de lo
religioso”57 El escritor británico Chesterton decía: Desde que los hombres han
dejado de creer en Dios, no es que no crean en nada. Ahora creen en
cualquier cosa58. Hoy no existen los ateos, se reconoce que los mismos
científicos que no son creyentes tienen fe en la ciencia. Por otro lado, el
adolescente cree en cualquier cosa: duendes, fantasmas, horóscopos,
numerología, extraterrestres, demonios que mueven objetos, reencarnación,
estigmas, etc.

Este pluralismo se observa en la relativización de los valores, un


elemento al que ya hemos apuntado; pero, también especialmente en la
religiosidad actual. El adolescente es bombardeado por una gran
multiplicidad de creencias. En la revista de moda les explica como hacer un
hechizo para atar al ser amado. Pueden ver como en Argentina surge la

56
Leys, Lucas. El Legado del Vacío.
http://www.certezajoven.com.ar/materiales/material/liderazgo/legadodevacio.htm
57
Cruz, Antonio. Postmodernidad, p. 114.
58
Ortiz, Felix. Postmodernidad. http://www.paralideres.org/sections/section_139.asp
Iglesia Maradoniana, como los raelianos quieren hacer una máquina para
clonar seres humanos, como incluso existen seguidores de la religión “jedi”
de la historia de la Guerra de las Galaxias, pueden ver como en los medios se
promueve el Islam y las religiones orientales y como estás empiezan a crecer
en muchos países de Latinoamérica. Por otro lado, las sectas van en
aumento, cada vez surgen más falsos mesías y movimientos religiosos, los
cuáles buscan hacer constantemente proselitismo de diversas maneras para
engrosar sus filas.

Es la época de la revitalización religiosa. La gente joven se vuelve más


religiosa en su búsqueda de los trascendente, pero no necesariamente en las
formas tradicionales. Un mundo donde coexisten la diversidad de ideas y
comportamiento, donde el monopolio de la verdad no le pertenece a nadie.
Donde el máximo valor es la tolerancia al otro, el respeto a la opinión y
conducta ajena.

El pluralismo, la variedad, la heterogeneidad, la distinción, la


diferencia, son algunas de las divisas de los tiempos en que vivimos59.
Múltiples opciones, no hay verdades absolutas todas son relativas, es decir,
para quien las asuma es verdad y los demás debemos respetarlas. No hay
una estructura o sendero a seguir. Cada quien labra su camino a bien le
parezca. Es una forma de elección y de poder escoger los valores que
creamos más adecuados y correctos. Como lo dice la antigua máxima “todos
los caminos llevan a Roma”. La vida se forma y administra según valores
culturales y religiosos, pero “a la carta”, un poco de budismo, un poco de
“Nueva Era”, un capítulo del Nuevo Testamento y un curso de meditación
oriental. El problema del mundo postmoderno no es la ausencia de religión,
sino la mezcla de varios elementos de religiones60. Se cree en la vieja verdad
de que todos los caminos religiosos conducen a Dios. No importa si el dios
que adoras se llama la diosa Gaia, Alá, Brahma, Buda, Maitreya, Cristo o

59
Idem.
60
Autor desconocido. Vida Religiosa y Postmodernidad.
http://www.oarecoletos.org/archivo/texto/download/Formacion_Continua/Vidareligi_Postmodernidad.doc
Jehová; ya que este en el fondo es el mismo. Puedo rezarle a Cristo, a Buda
y a la Virgen al mismo tiempo, y no hay ningún tipo de problema.

En este pluralismo el movimiento de la Nueva Era cobra gran


importancia, así como sus filosofías. Se puede observar un resurgimiento del
monismo como corriente de pensamiento y otras filosofías orientales. Se ha
eliminado la distinción entre Creador y criatura. El principio del ying-yang se
ha popularizado de los diversos medios. Recordemos, la saga de películas de
la “Guerra de las Galaxias” con el lado oscuro y positivo de la fuerza. La
muerte es tu amiga. Un evento más en el círculo de la vida. Es un paso a una
vida de plano mayor, por tanto, la muerte no es indeseable, sino es la
herramienta de la evolución, un paso necesario para la reencarnación y
alcanzar el nirvana.

Los adolescentes crecen entendiendo fácilmente las ideas nuevaeristas


debido a la promoción de estas en las series animadas japonesas, en el
llamado animé, recordemos el concepto del “ki” en Dragon Ball Z o el
“cosmo” en Caballeros del Zodíaco. En está última serie es increíble como
mezclan astrología, con diversos tipos de mitología (griega, romana,
escandinava, hindú, etc.) y además con religiones orientales. Usted puede
preguntarle a un adolescente sobre estos conceptos de “ki” y “cosmo” y se
dará cuenta como ellos manejan la idea de la fuerza interna que hay en el
ser humano y que debe ser desarrollada en cada uno, para alcanzar el llegar
a ser como Dios.

Mientras el modernismo humanista desvinculo al ser humano de Dios,


el postmodernismo neohumanista hace del ser humano un Dios. Le
absolutiza, y por lo tanto se deifica; y con el tiempo ese yo desligado de Dios
sustantivado y absolutizado, se pone al mismo nivel de Dios, hasta el punto
de que tiene la percepción de ser él mismo Creador. Nosotros mismos somos
dioses y debemos desarrollar nuestro potencial divino. Así somos llamados al
autodescubrimiento, a “mirar hacia dentro”, a encontrarnos a nosotros
mismos. El ser humano tiene en sí la chispa divina y en el mismo puede
encontrar la solución a sus problemas. Esto se ve reflejado en las “técnicas
no directivas” utilizadas en las disciplinas de ayuda de las ciencias sociales;
basadas en las ideas de Carl Rogers y en la proliferación de cursos y
conferencias estimulando el desarrollo personal.

Se ha pasado desde la visión de que no existe Dios, y que el todo de la


vida debe girar en el hombre, al pensamiento de "debemos sacar del interior
el dios que en cada uno de nosotros, debes realizarte alcanzando la chispa de
los dioses". Es la voz de la serpiente antigua que retumba en los oídos del
posmodernismo "serás como Dios sabiendo el bien y el mal".

Las soluciones no están fuera sino dentro de cada quien, sólo hay que
sumergirse dentro de nuestro mundo interior y extraer la paz y felicidad que
allí se encuentran. Como ya no hay futuro ni utopías, no hay que ir hacia
delante, sino hacia dentro, hacia lo privado y lo íntimo. El mundo no puede
ser transformado, sólo puedes cambiarte a ti mismo61.

Por otro lado, Jesús es simplemente un personaje más dentro de la


serie de iluminados en el mundo. Jesús es visto como un hombre que
evolucionó hasta convertirse en uno de los “maestros ascendidos”. Incluso se
hace una diferencia entre Jesús y Cristo, siendo este último un espíritu o una
fuerza impersonal enviado para descansar sobre el ser humano de Jesús,
auque también ha descansado sobre otros iluminados y puede descansar hoy
en día sobre otros seres humanos. Otros nos dicen que Jesús viajo a la
India, China y el Tibet donde aprende sus conocimientos morales y curativos,
e incluso hay quienes dicen que Jesús fue un extraterrestre.

Ya antes he hablado de la teoría de las inteligencias múltiples; pues,


ahora se habla de una nueva inteligencia, la llamada “inteligencia espiritual”,

61
Henríquez, César. Culto, Teología y Postmodernidad.www.selah.com.ar/database/images/2393A01.DOC
pero ella está definida desde una postura más bien semejante a la de la
Nueva Era que a cuestiones cristianas.

Todos estos elementos nos hablan de cómo nuestros adolescentes


están invadidos por una multiplicidad de creencias a las cuales no se
debieron enfrentar las generaciones cristianas en la modernidad.

II. Pluralismo y Cristianismo

El pluralismo y la postmodernidad hacen un llamado a derrumbar los


viejos esquemas de pensamiento, entre ellos se encuentra, el cristianismo,
especialmente el de corte protestante, el cuál nació precisamente al lado de
la modernidad. Y muchos hablan del mismo como algo más que fracasó en el
proyecto moderno.

Son muchos los errores que se le señalan a la iglesia cristiana: las


divisiones de la iglesia, la inquisición (no sola la católica española, sino la
protestante, pensemos en la quema de personas acusadas por brujería en
Salem), el surgimiento de las denominaciones negras en Estados Unidos
simplemente a causa del la esclavitud y el racismo, las guerras santas –
tanto las cruzadas del medievo como las actuales según el “destino
manifiesto” de los Estados Unidos. El cristianismo se ve como una religión
que es consistente entre la proclamación de sus ideas de amor al prójimo y
sus acciones a lo largo de la historia.

Así, ha muerto la religión como institución para resurgir la


espiritualidad. Ya no hablamos de religión sino de espiritualidad. Cuando
evangelizamos decimos “No vengo a predicar religión sino a Cristo”, “yo
tengo una relación no una religión”. Y nos aventuramos a decir el
cristianismo no es una religión sino un estilo de vida
Por otro lado, la influencia de la Nueva Era y el pluralismo se ve
también en la iglesia. A veces atribuimos tanto poder a Satanás como se lo
damos a Dios en lo que llamamos “guerra espiritual”, donde incluso es más
resaltado el personaje del diablo que el del mismo Jesucristo; esto no es otra
cosa que una versión cristiana del dualismo del ying-yang y la vieja filosofía
zoroastriana que ya vimos hace muchos siglos en el maniqueísmo. La
premisa cristiana es que Satanás esta derrotado, fue vencido hace 2000 años
en la Cruz del Calvario, por eso su poder nunca se pondrá comparar al del
Todopoderoso Dios. Hemos creado una religión Light, donde Dios no es
exigente; incluso muchas veces creyendo en el universalismo, en la creencia
de que Dios es tan bueno que al final todos van a ser salvos.

En la era postmoderna cada persona decide por sí mismo lo que quiere


creer. Puedes ser sincrético y ecléctico, combinar lo que te gusta de cada
religión. Convertir la religión a la medida que tu quieres. Por ejemplo, se
puede mezclar reencarnación y cristianismo, algunos buscando conciliarlas y
otros sin ello, no habiendo ningún problema en que se contradigan. En la
cultura de la postmodernidad uno cambia de opinión con más frecuencia que
de camisa. Además uno puede sostener ideas contradictorias y eso no
producirle la más mínima tensión.62 Hace unos años me di cuenta que en una
universidad cristiana en mi país había un estudiante que era un pastor
presbiteriano y al mismo tiempo sacerdote maya.

La iglesia se está entregando a un megaecumenismo, Son muchos los


movimientos megaecumenicos donde hay representación protestante: las
Religiones Unidas, el Parlamento de las Religiones Mundiales, el movimiento
Interfe, entre varios. Nos dice Peter Jones al hablar sobre este
megaecumenismo: “Todas las religiones comparten una experiencia mística
en común, y los verdaderos creyentes en una religión llegarán a una misma
unio mystica (unión mística con Dios en la cual nos hacemos divinos). No
importa si eres cristiano, judío, hindú o bruja; eres parte del mismo todo, el

62
Ortiz, Felix. Postmodernidad. http://www.paralideres.org/sections/section_139.asp
cuál es Dios. Puedes encontrar la unión con ese todo, y el camino a tal unión
es la experiencia. ¡Sólo come el pastel!”63.

Por otro lado, al mismo que este megaecumenismo, hay un


ecumenismo al nivel del cristianismo que también nos ofrece grandes retos.
Este es un ecumenismo motivado por el Concilio Mundial de Iglesias y la
Iglesia Católica Romana. Este movimiento buscar establecer lazos entre las
diferentes iglesias. Más que una cuestión teórica quiero discutir las
implicaciones prácticas de este tipo de ecumenismo para el día de hoy en
nuestros pueblos hispanos.

El historiador cristiano Dr. Justo González nos habla que “el interés de
los protestantes de Europa y los Estados Unidos hacia América Latina fue
menor que el que manifestaron en otras áreas (Asia o Africa), y en muchos
casos posterior a él. Para muchos protestantes europeos y nortemericanos,
los nuevos horizontes geográficos que se abrían a las misiones no incluían la
América ibérica, descubierta y colonizada por los cristianos siglos antes”64.
Las misiones protestantes en América Latina se pospusieron y mermaron
debido a que ellos no querían ofender a los católicos iniciando misiones en
América Latina dando a entender que los católicos no eran cristianos.

Debemos partir de la realidad que la América Latina fue colonizada por


los españoles y portugueses, y por tanto, sus pueblos son esencialmente
católicos. El evangélico promedio hoy en día es anticatólico precisamente
debido a la oposición inicial que hubo de parte del catolicismo a las misiones
protestantes en nuestra tierra latina.

Hoy en día ante el surgimiento de este ecumenismo debemos


preguntarnos ¿Es cristiano un católico? ¿Tiene sentido evangelizar a un
católico? ¿Son creyentes que tienen algunas falsas doctrinas o son herejes?.

63
Jones, Peter. Mentiras paganas, verdad bíblica; p. 40.
64
Gonzalez, Justo. Historia del Cristianismo, Tomo 2, p. 477.
¿En un eclecticismo cristiano donde caben otras cosas más contradictorias,
hay algún problemas con María, los Santos, etc.?. ¿De que depende la
salvación, de la gracia o de la doctrina? Todas ellas interrogantes muy
importantes en nuestro contexto latinoamericano. Muchas de las preguntas
que nos harán nuestros jóvenes tendrán que ver con está situación. Ellos
querrán saber si salir con un católico es salir en yugo desigual (2 Co. 6:14).

No pretendo tener respuesta a estás interrogantes, sería muy


arrogante de mi parte hacer esa pretensión; pero si comentaré algunos
aspectos a tomar en cuenta:

a. A mí no me corresponde decidir si un católico es cristiano eso le


corresponde a Dios. Sólo Él conoce los corazones de los
hombres.
b. Lo que sí es cierto es que existe un grado muy alto de
nominalismo católico en Latinoamérica. Hay que diferenciar el
católico nominal del católico practicante, diferenciar el nominal
del verdadero creyente.
c. En la Reforma el principal problema entre católicos y
protestantes era la doctrina de la justificación por la fe, hoy en
día en forma práctica podemos decir que el gran problema es
los dogmas atribuidos a María; después de la Contrarreforma
crecieron los dogmas en la iglesia católica y por tanto, las
diferencias entre ambos tipos de cristianismo.
d. Aún si los consideráramos cristianos esto no nos exime de la
responsabilidad de testificar la verdad. No hay que tomar una
actitud pasota laissez-faire; ellos tienen toda una serie de
errores doctrinales y como creyentes somos llamados a
proclamar la Verdad revelada en las Sagradas Escrituras.
e. Debemos tener una posición clara al respecto, para poder
conversar del tema con nuestros jóvenes creyentes. Ellos
necesitan saber si un católico es un “incrédulo” como lo dice el
texto en 2 Co. 6:14. Talvez la palabra “incrédulo” nos los
describa perfectamente, pero la verdad es que se debe motivar
a las relaciones dentro de la misma parentela espiritual (Gn
24:4, 38).

III. Respuesta Pastoral y Apologética al Pluralismo

Aunque muchas veces en el ámbito evangélico reaccionamos


negativamente, la verdad es que el ser humano es un ser religioso; este
siempre estará abierto a la trascendencia, busca lo trascendente, lo divino.
No hay pueblo sobre la tierra que sea ateo. Podrá ser ateo práctico o
filosófico; pero terminará divinizando algo: el sexo, el poder, el dinero, el
placer u otra cosa. El ser humano es creado a imagen de Dios y sus acciones
tienen un fondo religioso. El ser humano como ser religioso posee el deseo
de adorar algo, busca un centro para su vida que le de sentido. Cada acción
del hombre es una respuesta al hecho de ser creado a la imagen de Dios, no
hay acciones neutrales – toda nuestra vida es adoración -, o traemos gloria a
Dios o practicamos idolatría.

El problema es que muchas veces asociamos religiosidad con ritos o


estructuras rígidas. El verdadero problema es cuando la persona lleva su
religiosidad a un fanatismo ciego, al fariseísmo o a la rigidez ritual. “Religare”
significa “estar ligado a”, y nosotros estamos ligados a Cristo, es más, somos
esclavos de Él por la propia voluntad.

El humanismo y el ateísmo no tenían espiritualidad, ellos tenían ese


vacío, pero el neopaganismo sí tiene una gran religiosidad o espiritualidad.
Por ello no existe ese vacío para ellos. El problema es que su espiritualidad
es una mentira disfrazada de verdad.

El hombre postmoderno tiene esa semilla de religiosidad. Este se


manifiesta de diversas formas. El postmoderno es nihilista y agnóstico pero
no es irreligioso Ha perdido la fe en el progreso, en la ciencia, en el ser
humano. Para él no hay sentido, no hay destino, ni propósito ni esperanza.
Ante ello podemos declarar que la Biblia trae un mensaje de esperanza. No el
evangelio de prosperidad, ni de consumo que asegura la solución a todos
nuestros problemas; sino, la providencia y soberanía de Dios en la historia, el
mundo y nuestras vidas. La Palabra de Dios nos dice “Gozaos cuando os
halléis en diversas pruebas”. Aunque la esperanza en el progreso de la
humanidad del mundo moderno se ha desvanecido, debemos mirar hacia la
esperanza bienaventurada del cristiano: hacia la segunda venida del Señor
Jesucristo.

Al agnóstico por su parte hay que afirmar las declaraciones bíblicas de


las Sagradas Escrituras. Dios existe, el cielo y el infierno es una realidad,
realmente existe el bien y el mal. Son verdades escriturales y nuestra
responsabilidad es reafirmarlas aunque el hombre las niegue.

Por otra parte debemos apologizar contra el pluralismo. Este


pluralismo postmoderno al igual que el movimiento de la Nueva Era no es
otra cosa que un retorno al paganismo antiguo, nos encontramos en la era
del neopaganismo. La Nueva Era no es otra cosa que el retorno al
gnosticismo antiguo, a las religiones mistéricas, etc.

Los primeros siglos del cristianismo fueron una época caracterizada


por la persecución intermitente, primeramente por los judíos y luego por el
imperio romano, el cuál era esencialmente pagano. Perseguían al
cristianismo debido a que estos no querían adorar a los dioses ni dar culto al
emperador. El cristianismo era perseguido debido a su afirmación de creer en
el único Dios verdadero y adorarle exclusivamente a él, en medio de una
cultura pagana politeísta. Hoy en día se nos persigue por las mismas
razones, porque en medio del pluralismo politeísta nos negamos a reconocer
los falsos dioses del neopaganismo.
Si estamos retornando al neopaganismo porque no utilizar como
modelos los apologistas de antaño. Los padres apologistas defendían su fe al
refutar los argumentos que tenían los paganos hacia los cristianos y por otra
parte, demostraban la falsedad de las creencias paganas. Utilicemos el
mismo patrón refutemos las ideas de ellos que nos llaman intolerantes,
fanáticos, fundamentalistas y extremos; y demostremos la falsedad de sus
religiones. Un excelente ejemplo de este tipo de defensa no lo da Tertuliano,
el cuál tenía formación en el derecho de su época, este les argumenta a los
griegos que sus dioses son solamente hombres divinizados, incluso utilizando
el mismo lenguaje de las creencias debatidas65. Por supuesto, para ello
conoce muy bien el adversario para poder refutarlo, un principio que
debemos nosotros también seguir.

En el postmodernismo todas las opciones son igualmente válidas. Los


argumentos evidencialistas tradicionales no convencen, ya que lo único que
demuestran es la veracidad de está opción, y no necesariamente su
exclusividad. Hoy no hay que demostrar que Dios existe sino que el Dios que
existe es el Dios de la Biblia; no hay que la Biblia es la Palabra de Dios sino
demostrar que es la única Palabra de Dios; todos hoy reconocen que Jesús
fue un personaje histórico, lo que dudan es cual es su papel como el “hijo de
Dios”, “El Salvador”, “el único camino”, etc. Para muchos Jesús es sólo un
iluminado más; de hecho, Buda, Mohammed66 y Krishna también son
reconocidos como personajes históricos; lo importante no es demostrar la
historicidad de Cristo sino la superioridad del mismo.

Siguiendo el método de Tertuliano describo primeramente la falsedad


de los argumentos que se arguyen contra el cristianismo. Para ello voy a
utilizar los argumentos utilizados por mi amigo hondureño Kevin Serrano, el
cuál trabaja en la red de adolescentes de la Iglesia Evangélica Filadelfia en
San Pedro Sula. Sus argumentos son sencillos pero inteligentes y concisos.

65
Tertuliano, Apologeticum 10-15.
66
Utilizo el nombre árabe de Mahoma, ya que el termino “Mahoma” resulta ofensivo para los musulmanes.
Se nos acusa de intolerantes, fanáticos, extremistas y
fundamentalistas. Para responder a tales acusaciones creo que primero
deberíamos definir lo que son cada una de las mismas.

1.- Intolerantes
El postmodernismo interpreta la tolerancia de una manera distinta.
La tolerancia que propugna la postmodernidad, no equivale a libertad
religiosa, sino a una actitud de indiferencia frente a las distintas
religiones. Hoy en día para ser auténticamente tolerante –siempre de
acuerdo con la nueva tolerancia- uno debe aprobar, apoyar y
sinceramente refrendar las creencias, valores y estilos de vida de los
demás. Este es el más paso más allá al que nos ha llevado la nueva
tolerancia.67

Ante ello nosotros podemos afirmar que la tolerancia es la


valoración, aceptación y respeto hacia el individuo, sin la implicación
de una aprobación o participación de sus creencias y conductas.
Podemos decir que somos intolerantes, contra la aprobación de leyes
que vayan en contra de los principios bíblicos morales, pero somos
tolerantes con el individuo por que no utilizamos la violencia ni ningún
método que pueda pisotear la dignidad del mismo para defender
nuestra posición. Por ejemplo, creemos en la libertad de expresión y
defenderíamos con todas nuestras fuerzas el que se respete este
derecho a personas aunque lo utilizaran en contra nuestra.

Las personas que nos acusan de intolerantes por no refrendar sus


estilos de vidas nosotros también los podemos acusar a ellos por no
refrendar nuestro estilo de vida como cristiano.

67
Ortiz, Felix. Postmodernidad. http://www.paralideres.org/sections/section_139.asp
2.- Fanáticos
Es aquel quien defiende con apasionamiento, una creencia una
causa o un partido. Si nos acusan de fanáticos por nuestro
apasionamiento y fe en la palabra de Dios, tienen razón, por que es lo
que Dios demanda de nosotros amarle con todas nuestras fuerzas y
nuestro corazón. (Marcos 12:30). Pero, no estamos de acuerdo que se
nos llame fanáticos en el termino que defendemos creencias
irracionales por que la fe bíblica es racional y lógica. Y no tiene
contradicciones, por tanto defendemos la palabra de Dios como la
verdad.

3.-Fundamentalistas
Son personas que defienden los fundamentos de una doctrina.
Identificado muchos con un movimiento protestante conservador en
los Estados Unidos que rechazan la critica bíblica moderna en beneficio
de la infalibilidad literal o verbal de la Biblia.

No cabe duda de que existen grupos que creen que la Biblia no


debe ser criticada, sin embargo nosotros creemos que la Biblia es la
palabra de Dios, entregada con el propósito de ser escudriñada,
analizada y discutida, por eso creemos de que todo aquel que quiera
hacer una critica lógica de la Biblia y aun hacer investigaciones
profundas acerca de la misma tiene la libertad y el derecho de hacerlo.
Sin embargo nosotros creemos radicalmente que la Biblia es la palabra
infalible de Dios que no contiene errores en sus escritos originales,
creemos que la Biblia es suficientemente poderosa para defenderse
solo y no tiene necesidad de que nadie la defienda, ya que su
interpretación esta en la misma Biblia. De esta manera invitamos a
todo aquel que quiera a que haga un estudio exhaustivo en ella
misma.(Timoteo 3:16)
Creemos como creyentes que la Biblia tiene aparentes
contradicciones, figuras literarias y errores de traducción de un idioma
a otro pero que no afectan la lógica de su enseñanza. (Jn 17:17; Juan
10:35). Y esto hace difícil, pero no imposible su interpretación
correcta.

4.- Extremistas
Para estos damos dos definiciones:
4.1.-Tendencia a adoptar políticas de ideas extremas
4.2.- Manifestación exagerada y vehemente.

Los cristianos creemos firmemente que Jesucristo es la verdad


(Juan 14:6) y el único medio de salvación para el ser humano, ya que
el mismo lo testifico.

Sus discípulos siendo judíos radicales en su religión tradicional


lo creyeron y murieron por defender esa verdad. Eje: el caso de
Esteban antes mencionado. Pablo, Pedro, entre otros.

Nosotros creemos de tal forma y no cambiaremos esta verdad


aunque nos costara la vida, si en este sentido nos acusan de
extremistas tienen razón.

No nos consideramos un grupo extremista como otros, en el


sentido que no utilizamos la violencia ni la fuerza para obligar a las
personas a que crean lo que nosotros creemos, simplemente los
cristianos somos personas que voluntariamente hemos escuchado y
aceptado la fe bíblica desde una iniciativa personal.

No creemos que los cristianos debemos vivir aislados del mundo


y de los problemas del mundo sino que creemos que somos parte
esencial en la resolución de los mismos.
A continuación hago una breve apología donde explico porque
Jesucristo y el cristianismo es superior a las que se consideran las tres
religiones más grandes del mundo y sus profetas o maestros.

El Islam
• Jesús nos ofrece un mejor camino para la salvación. Dios envío a su
hijo a morir por nosotros y esto nos da todo lo necesario para ser
salvos (1 P 3:18). Mohammed sólo nos da instrucciones para lograr el
favor de Alá.
• Mahoma fue un guerrero, Jesús fue un hombre que predicaba con
palabras y hechos la paz interna.
• Las victorias militas de Mohammed no se comparan con los milagros
de Jesús. El Corán no relata que Mohammed hiciera milagros. Aunque
cuenta la tradición que movió montañas, su propósito no es la bondad
ni la compasión como en el mensaje de Jesús. Ninguno de sus
milagros se comparará a la encarnación y resurrección de Jesucristo.
• Jesús vivía lo que predicaba. Mahoma se excedió en el número de
mujeres que prescribió para su religión.
• Jesús dijo ser Dios y lo comprobó con sus acciones. Mahoma sólo dijo
ser profeta, un mensajero mortal.

El Hinduismo
• El hinduismo debe permitir que la gente sufra debido a su deuda
karmica. El cristianismo nos llama a amar al prójimo y hacer
misericordia.
• Para entender los libros sagrados hindues son necesarios los gurúes, la
Biblia es lámpara a los pies y lumbrera al camino de cualquier persona,
sin necesidad de un maestro.
• Las sanidades, milagros y profecías de Jesús son superiores a las de
los gurúes.
• Jesús proclama ser Dios, Gautama nunca lo hizo. Buda fue deidificado
con el paso del tiempo por las tradiciones, especialmente por el
budismo mahayama, Jesucristo siempre proclamó con sus palabras y
vida que Él era Dios.
• Los milagros de Cristo los hizo porque Él era Dios, según el relato
Jataka, Buda realizo milagros para convencer a los dioses sobre su
misión.
• Buda murió a la edad de 80 años mientras que viajaba cerca de
Benares, se enfermó mortalmente después de una cena de puerco,
quizá por disentería. Jesús murió por los pecados de la humanidad a la
edad de 33 años, y luego de ello resucitó para estar a la diestra del
Padre.

Al igual que argumentamos contra estás tres grandes religiones, se


pueden refutar otras creencias como el ocultismo, las diversas sectas, la
creencia en extraterrestres, los estigmas, los fantasmas, y el sin número de
creencias en la sociedad postmoderna contrarias a las Sagradas Escrituras.

Antes de finalizar es importante referirse al sincretismo y ecumenismo


de la sociedad postmoderna. El sincretismo es herejía, no se puede mezclar
la verdad con la mentira. La Biblia enseña que sólo hay una religión
verdadera, todas las demás han sido creadas por el hombre. El pueblo de
Dios en el Antiguo Testamento fue advertido de no relacionarse con los
paganos ni experimentar su religión. Eran prohibidos los matrimonios con los
paganos al igual que hoy se nos exhorta a no unirnos en yugo desigual con
los incrédulos. No debemos mezclar paganismo y cristianismo, porque él
resultado será una mentira disfrazada de verdad. No se puede amalgamar
elementos heterogéneos según la Palabra de Dios (Lv 10:1-2, 10; Ez 22:26).
Sólo hay un camino y ese es Jesucristo (Juan 14:6), aunque otros caminos
nos pueden parecer derechos (Pr 14:12).
Por otro lado, el ecumenismo no es el tipo de unidad por la cual oró el
Señor Jesucristo (Jn.17:11), sino que se trata de una falsa unidad (2
Co.6:14-17). La unidad verdadera se basa en el Un Espíritu (1Co.12:13) que
mora solamente en aquellos que, salvados por arrepentimiento y fe en el
Señor Jesucristo, han experimentado el nuevo nacimiento (Ro.8:9). Y se
basa en las Santas Escrituras (Jn.17:17), no en “otro Evangelio” (Ga.1:8-9),
ni “otros Cristos” (Mt.24:24), ni otros intercesores. Seamos prudentes al
buscar este tipo de unidad y siempre prediquemos el mensaje de Verdad que
nos ha sido asignado llevar a toda criatura (Mt 28:19-20).

Conclusión
Son muchos los retos que nos presenta la religiosidad postmoderna. El
pluralismo, el agnosticismo, el nihilismo y el ecumenismo son cuestiones que
nos demandan una respuesta. Los chicos tienen muchas dudas e inquietudes
en esas áreas por ello debemos tener una posición clara al respecto.
Demostremos la veracidad y superioridaddel único camino que tenemos al
Padre, Jesucristo; el es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6).
Conclusión

Cada uno de las características de la postmodernidad que hemos


tratado a lo largo de este escrito: hedonismo, individualismo, pluralismo,
emocionalismo y relativismo, son los pilares de está cosmovisión. Con ello,
no se pretende abordar la totalidad del tema, ni de las características de la
postmodernidad, sino tocar algunos elementos esenciales de está Imago
Mundi.

Estas cinco características fundamentales nos ofrecen grandes retos


que como cristianos y líderes de la iglesia cristiana debemos enfrentar.
Contrastemos está forma de pensamiento siendo fieles a la cosmovisión
cristiana reflejada en las Sagradas Escrituras, la Palabra de Verdad.
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