TRASTORNOS

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RETRASO MENTAL

Conocido, actualmente, como discapacidad intelectual.


Es uno de los trastornos incluidos en los trastornos del lenguaje, puesto que afectan
directamente al lenguaje.
Aparece antes de los 18 años. El cociente intelectual esta por debajo de la media y el
individuo puede tener dificultades de adaptacion a su entorno.

El retraso mental es un estado de funcionamiento cognitivo significativamente inferior al


normal para la edad del paciente, que se manifiesta durante el curso del desarrollo y que se expresa
por el deterioro de las capacidades adaptativas del mismo.

Según esta definición, y ajustándonos a la clasificación internacional DSM-IV, en términos


numéricos se definiría por un cociente intelectual (CI) menor de dos desviaciones estándares para la
media, es decir, un CI menor o igual a 70 en un test realizado individualmente y adecuado para la
edad del paciente. Esta discapacidad intelectual debe tener un inicio precoz (antes de los 18 años) y
asociarse a un déficit o alteración de la actividad adaptativa en al menos dos de las siguientes áreas:
comunicación, cuidado personal, vida doméstica, habilidades sociales/interpersonales,
utilización de recursos comunitarios, autocontrol, habilidades académicas funcionales,
trabajo, ocio, salud y seguridad.
El retraso mental no es un síndrome ni una enfermedad, por lo que es difícil o imposible
predefinir las características clínicas de los pacientes afectados.

Esta discapacidad intelectual se va a expresar mediante dificultades adaptativas en diferentes


ámbitos cotidianos. La escolarización, y posteriormente la capacidad laboral estarán limitadas. La
relación social, el grado de comunicación con los demás y la dependencia podrán estar igualmente
comprometidas, dependiendo de la intensidad del retraso, el origen y los factores clínicos
sobreañadidos.

Es frecuente que los pacientes con retraso mental presenten otros problemas neurológicos o
tratamientos farmacológicos asociados que contribuyen de forma desfavorable sobre estos aspectos
adaptativos. Algunos estudios refieren la asociación a encefalopatías motrices en el 7% de los
pacientes, epilepsia en el 10%, alteraciones neurosensoriales en el 7%, autismo en el 2-3% y
trastornos neuropsiquiátricos en más del 50% de los mismos. Estas asociaciones son más intensas
cuanto menor es el CI.

La prevalencia de epilepsia es 2-3 veces más frecuente en la población con retraso mental.
Igualmente, la presencia de autismo es 100 veces más frecuente en esta población según algunas
series. A este hecho debemos sumar la presencia de hiperactividad y déficit de atención grave en un
amplio grupo de niños con retraso mental, lo que abunda en las dificultades escolares, sociales y
laborales de estos pacientes.

En el siguiente cuadro podemos observar los diferentes tipos que hay según el CI alcanzado:
Las causas o factores de riesgo que pueden desembocar en una discapacidad de este tipo
son:

• Infecciones (presentes al nacer o que ocurren después del nacimiento)


•Anomalías cromosómicas (como el síndrome de Down)
•Ambientales
•Metabólicas (por ejemplo, hiperbilirrubinemia o niveles muy altos de bilirrubina en los bebés)
•Nutricionales (por ejemplo, desnutrición)
•Tóxicas (exposición intrauterina al alcohol, la cocaína, las anfetaminas y otras drogas)
•Traumatismos (antes y después del nacimiento)
•Inexplicables (los médicos desconocen la razón de la discapacidad intelectual de una persona)

AUTISMO

Déficit del desarrollo que afecta a la comunicación, a la imaginación y a la capacidad de


relacionarse.
Pertenece al grupo de trastornos del lenguaje.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que
ya se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de todo el ciclo
vital.

Los síntomas fundamentales del autismo son dos:


• Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social.
• Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.

Los indicios que pueden ser indicativos del TEA en los niños son:
• En el parvulario y en la escuela, hay falta de interés por los otros niños.
• No comparten intereses (no acostumbran a señalar con el dedo aquello que les llama la atención
para compartirlo con los demás).
• Ausencia de juego simbólico (dar de comer a muñecas, hacer cocinitas, jugar a coches como si
fueran de verdad, etc.).
• Se establece poco contacto visual y no observan la expresión de la cara del interlocutor cuando
juntos están viendo alguna cosa inusual. No acostumbran a realizar la sonrisa social.
• Su lenguaje, si existe, es literal (no entienden las bromas, los chistes, los dobles sentidos ni las
metáforas).
• Evitan el contacto físico o les gusta más bien poco. Acostumbran a tener hipersensibilidad táctil,
olfativa, gustativa y auditiva. Frecuentemente existe poca sensibilidad al dolor.
• Reaccionan poco ante la voz de sus padres, lo que puede hacer sospechar de un déficit auditivo.
• Presentan intereses inusuales. Además, son repetitivos y no compartidos.
• Pueden mostrar comportamientos extraños, repetitivos y auto estimulantes como el balanceo, el
movimiento de aleteo de manos o caminar de puntillas entre otros.
• Los que presentan más nivel intelectual, notan que son diferentes y no entienden qué les pasa. Son
la pieza del puzle que no sabe acoplarse ni encajar en el tablero social.

#Síndrome de Asperger
El Síndrome de Asperger forma parte de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA).

¿Qué es el Síndrome de Asperger?


•Es un trastorno del neurodesarrollo; el cerebro de la persona con Síndrome de Asperger funciona
de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la
adaptación flexible a las demandas diarias. 
•Comparte las características nucleares del autismo. La persona con Síndrome de Asperger tiene
dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Sin
embargo, tiene un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media de
la población.

¿Cómo se comunica una persona con Síndrome de Asperger?


•Tiene dificultad para entender la comunicación no verbal (gestos, expresiones faciales, tono de
voz, etc.) y los mensajes sutiles que se transmiten a través de este canal.
•Puede hablar durante mucho tiempo de sus temas de interés, pero tiene dificultad para saber
cuándo terminar la conversación.
•Le cuesta elegir temas de los que “hablar por hablar” o tener una charla “social” con otras
personas.
•Es muy literal; comprende el lenguaje según el significado exacto de las palabras por lo que
muchas veces no entiende las bromas, los chistes, las metáforas o los sarcasmos.
•Su expresión verbal es correcta pero, a veces, utiliza el lenguaje de manera muy formal, siendo
demasiado preciso, técnico e incluso pedante.

¿Cómo se relaciona una persona con Síndrome de Asperger?


•Le resulta difícil reconocer y comprender las reglas sociales “no escritas” por lo que, a veces,
puede comportarse de manera inadecuada sin darse cuenta.
•Quiere relacionarse con los demás, pero no sabe cómo hacerlo por lo que, a veces, puede
encontrarse solo.
•Le resulta muy difícil manejarse en situaciones en las que tiene que interactuar con muchas
personas a la vez, lo que puede parecer que no quiere relacionarse o integrarse en el grupo.
•Puede parecer que no expresa sus emociones ni tiene en cuenta las de los demás pero, en realidad,
es que le resulta muy complejo darse cuenta intuitivamente de cuáles son los sentimientos y
emociones de otras personas.
•Encuentra difícil expresar sus propias emociones de una manera convencional por lo que, a veces,
puede parecer que reaccionan de manera inadecuada, desproporcionada o “fuera de lugar”.
¿Cómo piensa y se comporta una persona con Síndrome de Asperger?
•Su forma de pensar es rígida y concreta lo que le ayuda en actividades que requieren atención a
detalles y repetición de patrones, pero tiene dificultades en tareas que requieren flexibilidad o
búsqueda de alternativas para la resolución de problemas.
•Es fiel a las rutinas que, en ocasiones, sigue de manera rígida y repetitiva.
•Las rutinas le proporcionan seguridad y pautas concretas de actuación pero limitan su
comportamiento dificultando la adaptación a cambios, situaciones novedosas o poco previsibles.
•Tiene intereses muy concretos y específicos sobre los que acumula mucha información y dedica
mucho tiempo, convirtiéndose, en ocasiones, en fuente principal de conversación y dedicación.
•Puede ser extremadamente sensible a algunos estímulos del ambiente, resultándole molestos o
dolorosos (ruidos, luces, olores, sabores, etc.).

¿Cómo puedes ayudar a una persona con Síndrome de Asperger?


•Reflexiona sobre los desafíos sociales que afrontas todos los días e intenta ponerte en el lugar de
una persona que genuinamente no los comprende ni sabe cómo afrontarlos.
•Trata de empatizar con su experiencia y procura comprenderla, aunque a veces sea muy distinta a
lo “convencional”.
•Interésate por conocer bien a la persona, sus gustos e intereses, sus puntos fuertes y débiles, y las
cosas que son importantes para ella.
•Será necesario que hagas explícitos algunos conceptos que para la mayor parte de las personas son
obvios, especialmente relativas a las relaciones sociales.
•Utiliza un lenguaje directo y concreto, sin ambigüedades o dobles sentidos. Esto hará que la
comunicación sea más sencilla y satisfactoria para la persona.
•Comprende que sus comportamientos no son caprichosos o intencionados. Reflejan una manera
distinta de comprender y desenvolverse en el mundo.
•Comprende la importancia de sus rutinas y “rigideces”. Son elementos importantes que le
proporcionan seguridad. Puedes ayudar a flexibilizarlas sin imponer tu manera de ver las cosas.
•Pregúntale cuál es la mejor manera de apoyarle. Él o ella te sabrá explicar cuáles son sus puntos
fuertes y débiles y cómo prefiere que le ayudes. 

AFASIA Y DISFASIA

Afasia es el término utilizado para denominar las alteraciones del lenguaje producidas por
las enfermedades del cerebro.
El cerebro procesa el entendimiento y producción del lenguaje en dos áreas: el área de
broca (se encarga de generar el lenguaje) y la de wernicke (responsable de la comprensión del
lenguaje que escuchamos).
Además en las inmediaciones se encuentran las zonas del cerebro con las que procesamos el cálculo
matemático, la lectura y la escritura con lo que es muy frecuente que los pacientes con afasia
además tengan problemas para la lectoescritura y el cálculo.
En la gran mayoría de las personas, estas dos zonas se encuentran en el hemisferio cerebral
izquierdo.

Tipos de Afasia:

1. Global: los pacientes tienen imposibilidad completa para comprender y emitir el lenguaje. Es
decir los pacientes no pueden decir ninguna palabra ni tampoco entendernos. Este tipo de afasias
ocurren cuando la lesión cerebral es grande y afecta a las áreas de Broca y Wernicke.

2. Afasia motora: el paciente tiene fundamentalmente una dificultad para poder hablar. Esta
dificultad puede ser total (el paciente está prácticamente mudo) o parcial (habla entrecortada y poco
fluente). Se produce cuando el área afectada es el de Broca. Sin embargo, el paciente nos
comprende todo lo que le decimos.

3. Afasia de comprensión: en este caso, la dificultad viene dada para la comprensión. No nos
entiende lo que le decimos y es incapaz de responder a lo que le preguntamos o a obedecer las
indicaciones que le damos. El paciente puede emitir lenguaje, pero es un lenguaje incomprensible.
En estos casos la lesión afectará al área de Wernicke.

Enfermedades que pueden producir afasia:


Cualquier enfermedad que produzca una lesión en las áreas cerebrales mencionadas
producirá una afasia. La causa más frecuente es el ictus que afecta al territorio de la arteria cerebral
media, generalmente del lado izquierdo.

También pueden producir afasia los tumores cerebrales, los traumatismos craneoencefálicos
graves y las encefalitis (infección del cerebro).

Finalmente en los procesos neurodegenerativos como en las demencias también aparece


afasia en relación con la muerte neuronal progresiva de las áreas del lenguaje. En este caso la afasia
es de inicio lento y progresivo a diferencia de los ictus y encefalitis donde la afasia aparece de modo
agudo.

Las afasias deben distinguirse de otro tipo de trastorno del lenguaje que se llama disartria.
Esta es mucho más frecuente y se define por una mala articulación del lenguaje conservándose el
contenido gramatical del mismo. Aparece en intoxicaciones etílicas o por fármacos sedantes,
enfermedades neuromusculares como la esclerosis lateral amiotrófica o la miastenia grave, ictus,
enfermedades del cerebelo o en la enfermedad de Parkinson.

La Disfasia es definida por algunos autores como un trastorno de la organización del


lenguaje en evolución. Los niños muestran un lenguaje desorganizado. Se aplica en general a los
que presentan un trastorno severo del lenguaje y cuyas causas no se deben a razones obvias:
sordera, retraso mental, alguna dificultad motora, desórdenes emocionales o alteraciones de la
personalidad.
También es considerada como una disfunción específica en el desarrollo de la expresión, y/
o en la recepción del habla y del lenguaje, o en ambas, en ausencias de otras discapacidades que
podrían considerarse como posibles causas de una deficiencia auditiva, un déficit de las estructuras
periféricas del habla, una deficiencia mental, un trastorno de la personalidad y una lesión central, así
como trastornos psicóticos. Un trastorno caracterizado por el fracaso del desarrollo normal del
lenguaje que no puede explicarse en términos de deficiencia mental o física, en deficiencia auditiva,
de trastorno emocional, ni deprivación ambiental.

En la actualidad, coinciden en denominar el trastorno como un Retraso Específico del


Lenguaje y explican que está caracterizado por un retardo en la adquisición de las habilidades
lingüísticas de acuerdo a la edad cronológica y que su diagnóstico se realice por exclusión, es decir,
se considera el desarrollo retrasado que no puede ser puesto en relación con un déficit sensorial,
motor, cognitivo, disfunciones cerebrales, ni con trastornos psicopatológicos evidentes.

En todas estas definiciones son comunes dos características básicas: el lenguaje es la función
más afectada, aunque los niños tengan otras dificultades en su desarrollo y no existe en la actualidad
una explicación definitiva a estos fenómenos.
"La Disfasia puede afectar numerosos niños con otras deficiencias graves (mental, motriz o
sensorial), pues los efectos de las distintas patologías sobre un mismo individuo se multiplican, al
mismo tiempo que se enmascaran."
Hay diferentes tipos de disfasias:
 
•DISFASIA EXPRESIVA O DE DESARROLLO: si la expresión esta afectada el lenguaje
el primer lenguaje no aparecerá hasta los 5 ó 6 años o, en algunos casos, no aparece nunca.
Cuando lo hace, se limita a la producción de algunas palabras, generalmente
incomprensibles para los no familiares y no se observa elaboración espontánea de
enunciados que combinen varias palabras. Presentan:
•Errores de pronunciación por dificultades en la fijación de engramas auditivos y práxicos.
•Dificultad en la utilización de las reglas gramaticales, con palabras sin ningún nexo ni
flexión verbal.
•Habla desordenada por la dificultad en la secuenciación de acontecimientos encadenados
•Dificultades en las expresiones cuando debe hacer referencias corporales, espaciales y
temporales.
•Heterogeneidad del léxico (aparición de palabras “complejas”, adecuadas para su edad,
coincidiendo con la ausencia de palabras muy sencillas que corresponden a los primeros
aprendizajes lexicales).
 
•DISFASIA COMPRENSIVA O RECEPTIVA: si la compresión esta afectada, las
dificultades de decodificación son mínimas fonológicamente y aparecen problemas para
comprender el sentido de las frases complejas e ideas abstractas, lo que da a lugar a
respuestas fuera de contexto de las preguntas. Así mismo, existen frecuentes problemas para
hallar vocablos, que afectan seriamente el discurso final. En consecuencia, el discurso puede
aparecer como incoherente resaltando un problema severo de la utilización comunicativa del
lenguaje.
 
•DISFASIA MIXTA: si la expresión y la comprensión están afectadas, el lenguaje es casi
nulo. El niño/a presenta muy poca atención a los sonidos en general y su expresión se limita
habitualmente a gritos y a una jerga entonativa que acompaña sus gestos y mímica natural. 
 
En la disfasia receptivo-expresiva el trastorno primario se encuentra en la dificultad para la
descodificación del mensaje verbal, que se suele acompañar de un déficit equivalente en la
expresión. En la disfasia expresiva la dificultad estriba en una alteración de los mecanismos
implicados en la codificación, encontrándose preservada, parcialmente, la comprensión.
 
         Aspectos característicos en niños/as que pueden presentar disfasia:
 
•Retraso en la aparición de las primeras pautas del lenguaje, no apareciendo las primeras
palabras hasta los tres-cuatro años.
•Trastornos en la motricidad bucofaríngea en el 40% de los casos, con ausencia de causa
orgánica.
•Trastornos en la percepción auditiva-verbal que se manifiesta en la repetición de fonemas
aislados y de palabras sin significado; los resultados son siempre inferiores a lo normal y no
sobrepasan en niños/as de edad escolar el nivel de un niño/a normal de dos años(estas
dificultades persisten incluso después de la reeducación).
•Trastornos de la comprensión verbal siempre presentes en grado variable.
•Trastornos en la realización del lenguaje; el vocabulario es limitado, impreciso e inexacto,
con errores que afectan a las categorías tempoespaciales y la sintaxis es pobre e incorrecta,
estando el discurso compuesto de frases cortas sin unión entre sí o totalmente agramatical.

PARKINSON

Denominada así por el médico inglés James Parkinson, quien fue la primera persona en
describir los síntomas de esta enfermedad, y a la que él mismo atribuía con el nombre de “parálisis
agitante”.

Es una enfermedad neurológica degenerativa que conlleva una reducción de los


movimientos de los músculos encargados de la fonación.
En esta enfermedad se pierden dichas neuronas, por lo cual el núcleo palidece. A medida que
las neuronas pigmentadas de la sustancia negra desaparecen, se deja de producir una sustancia
llamada dopamina. La dopamina es un aminoácido que, en el cerebro, actúa como neurotransmisor,
es decir, que es capaz de transportar información desde un grupo de neuronas a otro a través de
mecanismos químicos y eléctricos. La dopamina se encarga de trasmitir información desde la
sustancia negra a otras zonas de cerebro que forman entre sí un circuito de conexiones. Como
consecuencia de la degeneración de la sustancia negra disminuyen los niveles de dopamina,
apareciendo los trastornos característicos de la enfermedad.
Sin embargo, no se debe olvidar que el párkinson afecta a otras regiones del sistema
nervioso y a otros neurotransmisores diferentes a la dopamina, lo que provoca otros síntomas a
parte de los motores, que son conocidos como “síntomas no motores”. Estos últimos pueden
aparecer años antes que los síntomas motores, siendo los más conocidos: depresión, reducción del
olfato, estreñimiento y trastorno del sueño REM (con ensoñaciones muy vívidas).

En cuanto a la progresión de la enfermedad, se establecen 5 niveles:


•Estadío 1: Síntomas leves, afectan solo a una mitad del cuerpo.
•Estadío 2: Síntomas ya bilaterales, sin trastorno del equilibrio.
•Estadío 3: Inestabilidad postural, síntomas notables, pero el paciente es físicamente independiente.
•Estadío 4: Incapacidad grave, aunque el paciente aún puede llegar a andar o estar de pie sin ayuda.
•Estadío 5: Necesita ayuda para todo. Pasa el tiempo sentado o en la cama.

Los síntomas no motores de la enfermedad se enmarcan dentro de los trastornos de sueño, la


lentitud generalizada, la apatía, el cansancio, la ansiedad, la depresión, los trastornos de conducta, el
estreñimiento, la hipotensión, la dermatitis seborreica, los trastornos en la micción y la sialorrea
(exceso de salivación).
Los problemas asociados a estos síntomas y al resto son:
•Dolores de tipo muscular o articular.
•Fatiga, agotamiento fácil, cansancio crónico.
•Incontinencia urinaria.
•Problemas sexuales: habitualmente falta de deseo sexual, impotencia o frigidez, aunque también se
puede dar justo lo contrario: excitación excesiva de deseos sexuales o eyaculación retardada o
retrógrada.
•Trastornos depresivos y aislamiento social.
•Sudoración excesiva y crisis de seborrea.
•Trastornos respiratorios.
•Trastornos de la deglución (se traga mal y solo semi-líquidos).
•Trastornos oculares: sequedad de ojos, picor, visión doble, falta de enfoque visual.
•Enlentecimiento de las funciones psíquicas (bradifrenia).
CONSEJOS PARA EL DÍA A DÍA CON PÁRKINSON

Las dificultades de movimiento de las personas que padecen esta enfermedad pueden llegar
a complicar incluso las tareas más sencillas. Por eso, para reducir riesgos y facilitar los quehaceres
diarios, los siguientes consejos pueden resultar de gran utilidad.

EN EL HOGAR
•No dejar nunca objetos en el suelo con los que se pueda tropezar.
•Instalar una baranda al lado de la cama para ayudarle a acostarse y levantarse, evitando
caídas.
•Los cojines y las almohadas pueden ser muy útiles para conseguir un mayor confort en la
cama y en el sofá.
•Para caminar por el hogar es preferible un andador con ruedas giratorias y frenos de mano
en lugar de los bastones o los andadores sin ruedas.

EN LA HIGIENE Y EL ASEO
•La bañera, ducha e inodoro deben tener al menos dos agarraderas para ayudar a entrar, salir,
sentarse y levantarse.
•Tener un taburete o silla de plástico en la ducha para sentarse durante el aseo, así como una
alfombra antideslizante, puede evitar accidentes.
•Siempre que el paciente esté solo, debemos procurar que lleve consigo un teléfono móvil o
inalámbrico, incluido en el baño.
•Se recomienda usar maquinilla de afeitar y cepillo de dientes eléctricos para facilitar la
tarea.

AL VESTIRSE
•Es aconsejable ayudar al paciente a estirar los músculos antes de vestirse para que se mueva
con más facilidad.
•Se puede usar una silla con respaldo y brazos para facilitar la tarea. Debe hacerse con
calma, tomando todo el tiempo que se necesite.
•Es preferible ropa con cremalleras o velcro en lugar de botones o cordones.
•Usar ropa holgada y cómoda.
•Utilizar calzado cómodo, plano, que no se deslice y con cierre elástico o velcro.

** Para más información, aquí tenéis este folleto:


http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/parkinson-enfermedad-01.pdf
ICTUS

El ictus,también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), embolia o trombosis.


ocurre cuando el flujo sanguíneo a una zona del cerebro se interrumpe bruscamente. Esto puede
ocurrir por dos motivos:
•Debido a un taponamiento de una arteria cerebral por un coágulo o una placa de ateroma,
en cuyo caso hablamos de ictus isquémico. Es el tipo más frecuente.
•Por una hemorragia o derrame cerebral que ocurre cuando se debilita y rompe una arteria
cerebral. En este caso, hablamos de ictus hemorrágico.

Al interrumpirse el flujo sanguíneo, las neuronas afectadas padecen una isquemia (falta de


riego sanguíneo,) y, como consecuencia, una hipoxia (falta de oxigenación), lo que las puede llevar
a morir. Si esto ocurre, las funciones que se dan en la zona del cerebro afectada pueden perderse.
Por ejemplo, si se tapona la arteria que irriga la zona del cerebro donde se coordinan los
movimientos, la persona pierde de repente la capacidad de andar. Por fortuna, si se actúa con
rapidez, el flujo de sangre puede normalizarse y salvar la mayor parte del tejido cerebral afectado.
Causas
•Edad avanzada: Pasados los 55 años, cada década vivida dobla el riesgo de padecer un ictus. No
obstante, esto no quiere decir que las personas jóvenes no sufran el problema.
 
•Sexo: Se producen, más o menos la misma cantidad de ictus en los dos sexos. No obstante, más de
la mitad de las muertes son en mujeres.
 
•Herencia familiar y raza: El riesgo de sufrir un ictus es mayor si alguna persona de la familia lo ha
padecido. Los negros tienen más riesgo de muerte y de padecer discapacidades más grandes que los
blancos, en parte debido a que en esta raza la presión sanguínea elevada tiene más incidencia, y este
problema es un factor de riesgo importante en ictus.
 
•Haber sufrido un ictus recientemente: Una vez sufrido un accidente cerebrovascular las
posibilidades de padecer otro aumentan considerablemente.
 
•Tener la presión sanguínea elevada: Aproximadamente un 70% de los ictus ocurren a causa de la
hipertensión. 
 
•Fumar: La nicotina y el monóxido de carbono dañan el sistema cardiovascular de varias formas. El
uso de anticonceptivos orales sumado al tabaquismo incrementa en gran medida el riesgo de ictus.
 
•Padecer diabetes.
 
•Presentar enfermedad cardiaca.
 
•La estación del año y el clima: Las muertes por ictus ocurren con más frecuencia con temperaturas
extremadamente frías o calurosas.
 
•Consumir alcohol en exceso.
 
•Ciertos tipos de consumo de drogas: Tomar drogas por vía intravenosa aumenta el riesgo de ictus.
Estos problemas se han dado, incluso, cuando se ha consumido por primera vez cocaína.

ALZHEIMER

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas


mayores.
El Alzheimer comienza lentamente. Primero afecta las partes del cerebro que controlan el
pensamiento, la memoria y el lenguaje. Las personas con el mal pueden tener dificultades para
recordar cosas que ocurrieron en forma reciente o los nombres de personas que conocen. Un
problema relacionado, el deterioro cognitivo leve, causa más problemas de memoria que los
normales en personas de la misma edad. Muchos, pero no toda la gente con deterioro cognitivo
leve, desarrollarán Alzheimer.
Con el tiempo, los síntomas del Alzheimer empeoran. Las personas pueden no reconocer a
sus familiares. Pueden tener dificultades para hablar, leer o escribir. Pueden olvidar cómo cepillarse
los dientes o peinarse el cabello. Más adelante, pueden volverse ansiosos o agresivos o deambular
lejos de su casa. Finalmente, necesitan cuidados totales. Esto puede ser muy estresante para los
familiares que deben encargarse de sus cuidados.
El Alzheimer suele comenzar después de los 60 años. El riesgo aumenta a medida que la
persona envejece. El riesgo es mayor si hay personas en la familia que tuvieron la enfermedad.
Ningún tratamiento puede detener la enfermedad. Sin embargo, algunos fármacos pueden
ayudar a impedir por un tiempo limitado que los síntomas empeoren.
Fases del Alzheimer

Primera Fase del Alzheimer: Fase Leve

Esta primera etapa tiene una duración aproximada de 3 años y en ella se observa un


paulatino deterioro en la memoria episódica, especialmente. La persona olvida eventos recientes, no
importa que hayan pasado 10, 15 o 20 minutos de un hecho determinado. Puede no recordar que ya
comió u olvidar la conversación que tuvo con su hijo minutos antes. Asimismo, la percepción de su
medio ambiente se ve disminuida, lo mismo que la memoria en cuanto al tiempo y el espacio se ve
afectada.
En la persona empieza a surgir una típica desorientación de lo que lo rodea, no reconociendo bien el
lugar donde está. Así, es muy común que la persona no recuerde cómo llegar a las tiendas que
siempre ha frecuentado, saber dónde está el banco, al que siempre ha ido; qué dirección tomar para
ir a la iglesia, a la que asiste todos los domingos; o bien, qué camino tomar para regresar y llegar de
vuelta a casa. Otros ejemplos son el no recordar la fecha, ni el día ni el mes en que vive, no saber la
hora que es o creer que, aunque es de mañana, para él ya es de noche o viceversa.
Del mismo modo surgen otros detalles como son una disminución en la concentración y una
fatiga cada vez más notoria. Se presentan cambios de humor y síntomas de depresión con apatía,
pérdida de iniciativa y falta de interés. Junto a ello, a la persona se le comienza a notar inquieta,
mostrando agitación y ansiedad. Estos últimos síntomas, es muy común que ocurran al atardecer o
durante la noche. Por otra parte, el lenguaje, las habilidades motoras y la percepción son
conservadas. El paciente es capaz de mantener una conversación, comprende bien y utiliza los
aspectos sociales de la comunicación (gestos, entonación, expresión y actitudes) en forma aún
dentro de lo normal.

Segunda Fase del Alzheimer: Fase Moderada

En esta segunda etapa, todos los aspectos de la memoria empiezan progresivamente a fallar.


Este estadio tiene una duración aproximada de 3 años, durante el cual se producen importantes
alteraciones de la función cerebral con aparición de síntomas más preocupantes o que llaman más la
atención. Comienzan a surgir problemas de lenguaje (afasia), funciones aprendidas (apraxia) y
reconocimiento (agnosia).

Por otra parte, se torna descuidado en su higiene personal. Ya no se arregla como antes, la
pulcritud que todos admiraban; se le nota sucio y descuidado, les da por no quererse bañar o decir
que ya lo hicieron, enojándose cuando se les recrimina.
Aparecen algunos rasgos de tipo psicótico. Imagina que ve gente la cual no existe, escucha
ruidos que nadie oye o piensa y cree firmemente que alguien va a llegar por él. Empieza a preguntar
por personas que ya murieron (su papá, su mamá, su hermano) y todas estas imágenes que pasan
por su mente, realmente le inquietan. Asimismo, el embotamiento o represión de emociones,
aunadas a una apatía cada vez mayor, empiezan a hacerse cada vez más evidentes.
La dependencia con respecto a un cuidador es cada vez mayor. Las aficiones que tenía, las
actividades sociales, de ocio y de recreo pierden totalmente su valor, mostrándose aburrido, flojo,
apático o somnoliento.
La persona empieza a hacer acciones repetitivas rayando en lo obsesivo. Vagabundea,
recorre la casa por todas partes, ordena la ropa o los papeles varias veces al día, su mirada cambia .
En esta etapa, resulta obvio que la capacidad para el pensamiento abstracto y la habilidad para
llevar a cabo operaciones de cálculo desaparecen por completo. No pueden realizar las más
sencillas operaciones, aunque sí, tal vez, recitar de memoria las tablas de multiplicar.

Tercera Fase del Alzheimer: Fase Grave

En esta tercera y última etapa, se presenta una amplia y marcada afectación de todas y cada
una de las facultades intelectuales. Los síntomas cerebrales se agravan, acentuándose la rigidez
muscular así como la resistencia al cambio postural. Pueden aparecer temblores y crisis epilépticas.
El paciente de Alzheimer no reconoce a sus familiares e incluso puede no reconocer su propio rostro
en el espejo. La personalidad que siempre acompañó a la persona, cambia en gran medida. Se
muestran profundamente apáticos, perdiendo las capacidades automáticas adquiridas como la de
lavarse, vestirse, andar o comer, y presentan una cierta pérdida de respuesta al dolor.
Más adelante, tienen incontinencia urinaria y fecal. En la mayoría de los casos la persona termina
encamada, con alimentación asistida.
DEMENCIA

Es la pérdida de funciones cerebrales: problemas de memoria, comportamiento, aprendizaje


y comunicación. Son progesivos. Seguiremos las mismas pautas comunicativas que con los usuarios
que padecen alzheimer:
- Si presentan dificultades para encontrar la palabra adecuada, pueden señalar y nosotros daremos el
nombre a lo que señala. Para asegurarnos de que hemos entendido el mensaje, le preguntaremos
sobre lo que creemos haber entendido.
- Sustituir palabras es algo normal. No es necesario estar continuamente corrigiendo. Seguiremos la
conversación contextualizando.
- Si el enfermo necesita más tiempo, se lo daremos. Si deja una conversación a medias, no se lo
recordaremos; eso sólo servirá para que se frustre. Retomaremos la conversación cuando creamos
que vuelve a recordar aquello de lo que estaba hablando.
- A través de la voz y de nuestras expresiones, la persona afectada de alzheimer captará nuestros
sentimientos. Debemos hablar en voz baja, sin gritar o parecerá que estamos enfadados. Hablaremos
despacio y vocalizando y usaremos frases sencillas para que nos pueda dar respuestas sencillas. Nos
mostraremos cercanos y cariñosos. Los gestos amables siempre se entienden.
- El contexto donde nos comunicamos es muy importante. Evitaremos sitios ruidosos y con mucha
gente.
- En un principio, la escritura puede ser de gran ayuda. Podemos ir añadiendo dibujos que nos serán
de gran utilidad cuando el paciente pierda la capacidad lectora.

#Tanto la demencia como el Alzheimer se engloban dentro de las


denominadas enfermedades neurológicas, siendo ambas irreversibles y degenerativas, lo que
implica que las funciones orgánicas dañadas o perdidas del paciente no puedan regenerarse.
La diferencia es que, en el caso del Alzheimer, éste degenera hasta provocar la muerte de la
persona en la mayoría de los casos, mientras que la demencia no es causa directa de fallecimiento.
Además, no es lo mismo una fase leve, tanto de demencia en general, como de Alzheimer en
particular, en la que no hay apenas alteración, que una fase más avanzada, en la que se sumen otros
problemas. Por tanto, no hay una única enfermedad, sino un sinfín de enfermos, cada uno con sus
peculiaridades.
En cuanto a las causas, en el caso del Alzheimer éstas son desconocidas, pero en la demencia
puede ser la secuela de una infección, del consumo de drogas, de tumores, de otras patologías como
el Parkinson u otras de carácter degenerativo.
En ambos casos, que un familiar directo padezca alguna de las dos patologías, mantener
niveles de presión arterial altos o ser mujer pueden ser factores  de riesgo.

Por otro lado, tanto las personas con demencia como aquellas que tienen Alzheimer, poseen
una misma percepción de la realidad y sólo existen diferencias en los síntomas dependiendo de la
fase en la que se encuentre el paciente.
En conclusión, ambas se engloban dentro del término demencia pero, según su nivel de
evolución, conllevan características y síntomas que las convierten en enfermedades diferentes. 

ESCLEROSIS LATERAL AMIOTROFICA (ELA) Y ESCLEROSIS MULTIPLE


ELA:
A-mio-trófica proviene del griego. "A" significa sin o carente. "Mio" se refiere a los
músculos, y "trófica" significa alimentación: "Sin alimentación a los músculos". Cuando un
músculo no es alimentado, se "atrofia" o se desgasta. "Lateral" identifica las áreas de la médula
espinal donde se localizan partes de las células nerviosas que dan señales y controlan los músculos.
A medida que esta área se va degenerando, produce la cicatrización o el endurecimiento
("esclerosis") en la región.
Es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a las células nerviosas del
cerebro y de la médula espinal. Las neuronas motoras van del cerebro a la médula espinal y de la
médula espinal a los músculos de todo el cuerpo. Con el tiempo, la degeneración progresiva de las
neuronas motoras producida por la ELA ocasiona la muerte de éstas. Cuando mueren las neuronas
motoras, el cerebro pierde la capacidad de iniciar y controlar el movimiento de los músculos.
El cuerpo tiene muchas clases de nervios. Hay los involucrados en el proceso del
pensamiento, la memoria y en la detección de sensaciones (tales como caliente o frío, afilado o
romo, etc.), y otros para la vista, el oído y otras funciones corporales. Los nervios que son afectados
por la ELA son las neuronas motoras que producen movimientos voluntarios y fuerza muscular.
Ejemplos de movimientos voluntarios son hacer el esfuerzo de alcanzar el teléfono o bajarse de la
acera; estas acciones son controladas por los músculos de los brazos y piernas.

ESCLEROSIS MULTIPLE:

Es una enfermedad neurológica, crónica, autoinmune, de causa desconocida, que afecta al


sistema nervioso central (SNC) que daña la estructura que envuelve y protege las fibras
nerviosas (mielina), y altera la capacidad de los nervios para conducir impulsos eléctricos, desde y
hacia el cerebro.
De acuerdo con el grado de la lesión generada, la falta de comunicación entre las neuronas
puede ser transitoria cuando dura un período de tiempo y después se recupera (brote), o puede
ser permanente.
La mayoría de los casos aparecen entre los 18 y 35 años, y las mujeres tienen tres veces más
riesgo de padecerla que los hombres.

# ELA Y ESCLEROSIS MULTIPLE NO ES LO MISMO


Causas
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que está causada por un virus o un
antígeno desconocido. En este caso, el sistema inmune de nuestro organismo ataca a la mielina, que
es una sustancia que envuelve las fibras nerviosas permitiendo la transmisión del impulso nervioso
a una velocidad adecuada, lo que tiene como consecuencia una mala comunicación entre las
neuronas y provoca síntomas diversos que describiremos a continuación.
En la ELA, en cambio, se ven afectadas las células nerviosas encargadas de los movimientos
voluntarios tanto del cerebro como de la médula espinal, por lo que esta enfermedad afecta
únicamente al sistema motor. Su causa también es desconocida.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes de la esclerosis múltiple son trastornos visuales, problemas de
equilibrio, problemas en el habla, temblor en las manos, debilidad en los miembros y pérdida de
fuerza. También suelen aparecer problemas cognitivos en la memoria, la codificación y
recuperación de la información y problemas emocionales como la ansiedad y la depresión.
Por otra parte, como hemos dicho antes, un paciente con ELA sólo presenta síntomas
motores. Verá afectados los movimientos voluntarios, tendrá pérdida de fuerza en brazos y piernas,
problemas en la articulación de palabras y dificultad en la deglución. Hay que destacar la gravedad
de esta enfermedad, ya que el paciente finalmente puede presentar disfunción de los músculos
respiratorios, debido a lo cual, la esperanza de vida de estos pacientes es de 3 a 5 años desde el
diagnóstico. 

Tratamientos 

En la actualidad no existe ningún tratamiento que cure ninguna de estas enfermedades


neurodegenerativas, aunque podemos encontrar algunos fármacos que retrasan su desarrollo y
mejoran sus síntomas.
En ambas, el tratamiento consiste en fármacos que frenan la progresión de la enfermedad
combinados con sesiones de fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia. Además, en la Esclerosis
Múltiple es fundamental la figura del neuropsicólogo para abordar los déficits cognitivos que van
apareciendo.
Evolución
En la esclerosis múltiple, el 85% de los pacientes presentan cuadros caracterizados por
la aparición periódica de brotes y remisiones (esclerosis múltiple recurrente). Sin embargo, estos
brotes afectan a todo tipo de pacientes cuyos síntomas se  presentan durante 24-72 horas y luego
remiten. Muchas veces, incluso llegan a desaparecer por completo, lo que no impide que estos
pacientes vayan deteriorándose a causa de cada ataque. El otro 15% de los pacientes presenta un
comienzo de la enfermedad más lento y progresivo (forma primaria progresiva).
En cambio, la ELA cursa siempre de manera progresiva, aunque la velocidad de deterioro
puede variar de un paciente a otro.

Afectados

La esclerosis múltiple afecta en mayor medida a mujeres jóvenes (entre 20 y 40 años), y en


la forma primaria progresiva afecta en mayor medida a hombres entre 50 y 60 años de edad.
Por otra parte, la ELA afecta a personas entre 40 y 70 años de edad, afectando en una
proporción de 3 a 1 al género masculino.

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