LB Campechano EE-Cuasialpud CR
LB Campechano EE-Cuasialpud CR
LB Campechano EE-Cuasialpud CR
latinoamericana
a la pandemia
de Covid-19
Reflexiones desde las ciencias
sociales y las humanidades
Una mirada latinoamericana a la pandemia de COVID-19: Reflexiones desde las
ciencias sociales y las humanidades
e-ISBN: 978-612-4435-41-6
DOI: www.doi.org/10.18050/mirada.latina.covid
©Primera edición: abril de 2021
Disponible en: wwww.repositorio.ucv.edu.pe
Los manuscritos que conforman este libro fueron seleccionados a través de un proceso de
evaluación por pares ciegos.
Coeditores
Dirección editorial
Eduardo José Campechano Escalona
Editorial Uniagustiniana
Campus Tagaste: Av. Ciudad de Cali # 11B-95
Bogotá, Colombia
Tel.: +57 419 3200, ext. 1070
editorial@uniagustiniana.edu.co
http://www.editorial.uniagustiniana.edu.co
Corrección de estilo
Hernando Sierra
Diseño y Diagramación
Fondo Editorial Universidad César Vallejo
Todos los derechos reservados. La reproducción parcial o total de esta obra en cualquier tipo
de soporte está prohibida sin la autorización expresa de los editores.
Una mirada
latinoamericana
a la pandemia
de Covid-19
Reflexiones desde las ciencias
sociales y las humanidades
EDITORES
Eduardo Campechano-Escalona
Ruth Cuasialpud Canchala
Sobre los editores
Presentación 11
Prólogo 13
Julían D'Angelo
13. Nombrar las pandemias: De guerras, desastres y otras pestes en clave 218
mediática
Mariano Dagatti, Universidad Nacional de Quilmes, Argentina
Presentación
La desigualdad en América Latina y el Caribe se presenta como una limitación para alcanzar el
potencial de la región, rica en recursos naturales, pero sin capacidad para su transformación y
aprovechamiento. Por ello, es imperativo que las Instituciones de Educación Superior asuman,
mediante la investigación y la innovación, esta realidad como un desafío para buscar alternativas
de solución que permitan superar la escasa productividad, una infraestructura deficiente, la
segregación y los rezagos en la calidad de los servicios de educación y salud, persistentes brechas
de género y desigualdades territoriales; aspectos que han influido de una manera notable en el
incremento de los niveles de contagio del nuevo Coronavirus.
Según datos del Banco Mundial, América Latina y el Caribe se enfrenta a un panorama bastante
crítico con la crisis mundial generada por la pandemia del Covid-19. Las dificultades de la crisis
serán enormes para grandes segmentos de la población. Muchos hogares viven de la economía
informal, del “día a día”, y no disponen de los recursos para poder afrontar los confinamientos y las
cuarentenas necesarias para contener la propagación de la pandemia. Muchas personas trabajan
por cuenta propia, y la informalidad es común incluso entre los asalariados. Llegar hasta estos
trabajadores por medio de transferencias es más difícil que en economías formalizadas. Muchos
hogares también dependen de las remesas, que están colapsando a medida que la actividad se
paraliza en los países de acogida, donde los trabajadores migrantes se encuentran entre los más
afectados. Para este organismo, el diagnóstico es sin duda negativo. Así mismo, las previsiones
contenidas en el reciente informe Perspectiva Económicas Globales (GEP, por sus siglas en inglés)
de junio de 2020, la pandemia del Covid-19 provocaría una caída anual del PIB regional de 7.2 %,
una cifra sin paralelos en el último siglo. América Latina y el Caribe será la región más castigada y
la consecuencia directa será menos empleo y más pobreza.
sanitario y de salud pública, sino las condiciones sociales que existen en la región; considerada
la más desigual del planeta.
Después del proceso de la convocatoria liderada por ambas instituciones, los manuscritos se
sometieron a evaluación a través del sistema doble ciego dando como resultado distintos
ensayos agrupados en tres temas principales:
Los editores
Prólogo
La raza humana se encuentra atravesando una de las crisis más profundas de sus últimos cien
años. Una crisis que comenzó siendo sanitaria, pero que rápidamente se transformó en económica
y social.
Una crisis, en términos sociales y económicos, muy profunda y diferente, en cuanto a causas y
consecuencias, de las demás crisis globales ocurridas en la última centuria, por ejemplo, ha
llevado al prestigioso economista francés, Jacques Attali (2020)2, ex presidente del Banco
Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, a plantear que no se está llegando a comprender
la gravedad de las consecuencias de la crisis en materia de recesión, desempleo, pobreza y los
costos que insumirá superarla.
Sus orígenes se remontan, al menos, a diciembre de 2019 cuando numerosos casos de una extraña
neumonía se diagnosticaron en la ciudad de Wuhan (Provincia de Hubei, China). El 12 de enero,
China informa públicamente que ha obtenido la secuencia genética del nuevo coronavirus,
que se da en llamar SARS- CoV- 2. Al día siguiente se registra el primer caso de la enfermedad,
denominada Covid-19, fuera del territorio chino, en Tailandia.
En sus primeras semanas, los casos se concentraban en China, el sudeste asiático e Irán, y algunos
aún mantenían la ilusión de que se podría contener el brote en esas regiones.
Pero, cuando la epidemia hizo una “cabecera de playa” en Italia, habilitando el ingreso a Europa,
rápidamente Covid-19 se transformó en pandemia. Así lo declaró la Organización Mundial de la
Salud (OMS) el 11 de marzo de 2020. Hasta ese momento, importantes líderes y formadores de
opinión subestimaban todavía el potencial dañino de la pandemia, por ejemplo, la decimoquinta
edición del estudio The Global Risks Report 2020 publicado por el Foro Económico Mundial
(2020)3, no incluía a los virus o enfermedades dentro de los principales riesgos globales para los
próximos diez años.
1 Director Ejecutivo del Centro Nacional de Responsabilidad Social Empresaria y Capital Social (Cenarsecs), de la Facultad
de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) y del Centro de Estudios en Desarrollo Sostenible
(CEDESO) del Instituto Universitario Escuela Argentina de Negocios. Autor del libro “Responsabilidad Social y Universi-
dad. Agenda Latinoamericana” (UNAM FCA Publishing, Colección ALAFEC, 2018)
2
Attali, J. (26 de julio de 2020). La humanidad aún no comprendió la profundidad de la crisis que se avecina y el costo de
la resurrección. La Nación, p. 10.
Según este informe, presentado el 15 de enero de 2020 en la Ciudad de Londres, los cinco principales
riesgos globales para la próxima década eran todos ambientales: Eventos climáticos extremos,
el fracaso de la mitigación y adaptación al cambio climático, grandes desastres naturales como
terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y tormentas geomagnéticas, pérdida importante de
biodiversidad y colapso de los ecosistemas, y daños y desastres ambientales causados por el hombre.
Incluso el informe del Foro de 2020 año señalaba específicamente que las enfermedades no
transmisibles sustituyeron a las infecciosas como principal causa de muerte, pero a la vez planteó
que los progresos en la lucha contra las pandemias se ven socavados por la indecisión en la
obtención de vacunas, la resistencia a los medicamentos y la poca preparación de los sistemas
de salud de todo el mundo ante posibles brotes. Es decir, mientras, por un lado, subestimaban
la posibilidad de ocurrencia de una pandemia, al mismo tiempo reconocían la fragilidad de
los sistemas de salud, con su consecuente escasa capacidad de respuesta para enfrentar una
emergencia sanitaria de esas características.
Pero tampoco puede considerarse a esta pandemia como un acontecimiento del tipo “Cisne
negro”, conforme la definición dada por Nassim Taleb, ya que numerosos académicos, científicos
y líderes mundiales, venían advirtiendo desde hace décadas sobre las condiciones que
incrementaban las probabilidades de ocurrencia de nuevas pandemias, y sus efectos nefastos4.
Aunque, a pesar de ello, la Covid-19 parecía no estar en los planes de nadie, terminó cambiando
los planes de todos.
Sin dudas, esta pandemia, que, oficialmente, ya ha superado en el mundo los 150 millones de
contagiados y los tres millones de víctimas fatales (aunque se estima que esta última cifra puede
llegar a ser diez veces mayor) y cuyo horizonte de resolución aún no está tan claro, ha constituido
un verdadero drama para la humanidad, una tragedia espantosa que dejará tras su paso millones
de muertos y otros tantos dañados, física, económica, psicológica y espiritualmente.
Es por ello por lo que no es ético hablar del “lado positivo” de la pandemia. Sin dudas, estos años
nos dejarán grandes enseñanzas, pero a un costo muy alto. Invariablemente, vamos a poder
superarla, por la resiliencia de la especie humana. Pero el golpe será durísimo en términos de
vidas humanas, de costos económicos y de indicadores sociales y ambientales.
Ante este escenario, es tiempo de escuchar a los que realmente saben, aunque tampoco debemos
caer en la falacia del experto, porque mucho del comportamiento de este coronavirus es novedoso
y no es posible contar con series estadísticas científicas que respalden ese conocimiento, tal como
3
Foro Económico Mundial. (2020). The Global Risk Report 2020. Recuperado de http://www3.weforum.org/docs/WEF_
Global_Risk_Report_2020.pdf
4
Entre 2011 y 2018 la Organización Mundial de la Salud realizó un seguimiento de 1483 brotes epidémicos en 172 países
del mundo.
viene ocurriendo con las aprobaciones de emergencia que los diferentes sistemas de salud vienen
dando a las vacunas alrededor del mundo.
Como lo han demostrado las marchas y contramarchas ocurridas en diferentes países, y la dureza
con la que la pandemia se ha ensañado, incluso en los países mejor preparados del mundo, nadie
tiene el Manual de Instrucciones. Pero es necesario escribirlo, para no repetir los errores.
Por eso esta obra, “Una mirada latinoamericana a la pandemia del Covid-19. Reflexiones desde
las ciencias sociales y las humanidades” constituye un gran aporte en este sentido, con el
particular enfoque en una de las regiones del planeta en donde el coronavirus ha golpeado más
fuertemente de manera implacable.
Desde las ciencias sociales y las humanidades, aborda temas tan diversos como las condiciones
demográficas, la educación, la sostenibilidad y los medios de comunicación, analizando en ellos
los impactos de la pandemia, y esbozando los aprendizajes que podremos obtener en estos
ámbitos.
La profundidad de esta obra, que tengo el honor de prologar, radica también en la diversidad y
riqueza de los múltiples temas abordados, con miradas plurales y fuerte sustento científico, a
partir del metódico análisis de casos reales y experiencias concretas de Argentina, Brasil, Chile,
Colombia, Ecuador, México, Perú y República Dominicana.
Todos estos temas, precisamente, han sido abordados en la obra publicada por el Fondo Editorial
de la Universidad César Vallejo de Perú, a cuyo Director, mi estimado amigo Dr. Eduardo
Campechano Escalona, agradezco la invitación para prologarla, y la Editorial Uniagustiniana, de
Colombia.
América Latina, una de las regiones con mayor cantidad de víctimas fatales producto de esta
pandemia, que ha dejado al descubierto la fragilidad de sus sistemas de salud, las graves
consecuencias de la alta informalidad de su economía y la debilidad presupuestaria de sus
administraciones públicas, ha sido también en consecuencia, uno de los continentes más
golpeados en materia de indicadores económicos y sociales.
Y es por ello también que esta obra resulta de una gran trascendencia académica a los efectos de
poner la mirada en estos temas tan sensibles, cuyo debate resulta indispensable para el futuro de
nuestras naciones.
Wilmer Sepúlveda1
Fabio Estupiñán2
Luis Salazar3
Resumen
El objetivo del presente estudio llevado a cabo en Colombia fue analizar acciones de autocuidado
y de distanciamiento social frente a la pandemia del COVID-19 y su relación con variables
sociodemográficas. Asimismo, se exploraron segmentos de personas acorde con dichas acciones.
Para ello, se recurrió a tres muestras de sección cruzada tomadas al inicio de la cuarentena en
el país, transcurridos 2 meses y transcurridos 4 meses de cuarentena. En total, se aplicaron 745
encuestas on-line. Los resultados sugieren que existe relación significativa entre las prácticas
de distanciamiento social y el nivel de formación académica de los encuestados. Por su parte, el
desarrollo de acciones de autocuidado está relacionado de manera significativa con el género y la
edad de las personas. El análisis clúster sugiere la existencia de cuatro segmentos de personas que
difieren significativamente. Existe un segmento que sobresale por una mayor preocupación hacia
el desarrollo de acciones frente al COVID-19, estando representado mayormente por mujeres con
alto nivel de conocimiento acerca del COVID-19. Contrario a este, existe un segmento de personas
representado en mayor medida por hombres y niveles no tan altos de conocimiento, en donde el
desarrollo de prácticas de distanciamiento social y de autocuidado son cuestionables.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art1
1
Corporación Universidad de Investigación y Desarrollo – UDI (Colombia). webwilsep@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7562-5089
2
Corporación Universidad de Investigación y Desarrollo – UDI (Colombia). fabioestupinangomez@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7562-5089
3
Institución Educativa El Pórtico, sede A (Colombia). luisalbertosalazarvera@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6535-1467
Introducción
En diciembre del año 2019, una serie de casos de neumonía en humanos de etiología
desconocida ocurridos en un mercado tradicional de Wuhan, fue informado por parte de la
Comisión de Salud de la provincia de Hubei, China (Ma et al., 2020). Mas tarde, se identificó
como agente causante del brote un nuevo coronavirus que, posteriormente, debido a su similitud
con el síndrome respiratorio agudo severo (SARS, 2002-2003) fue denominado SARS-CoV-2
(Liu et al., 2020). Al igual que otros betacoronavirus, el SARS-Cov-2 es altamente patógeno.
Se han señalado a los murciélagos como el reservorio natural más probable (Liu et al., 2020).
Aunque se cree que el pangolín y las serpientes fueron los posibles huéspedes intermediarios de
transmisión, el modo en el que pudo transmitirse el virus de la fuente animal a los primeros casos
humanos en Wuhan es aún desconocido (Bchetnia et al., 2020). La nueva enfermedad asociada
al SARS-Cov-2 fue designada más tarde como enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) por
parte de la Organización Mundial de la Salud (Chaparro-Mérida & Franco-Lacato, 2020; Ezhilan
et al., 2021; Ma et al., 2020).
Metodología
Recolección de la información. La información empleada en el presente estudio proviene de
la realización de 745 encuestas on-line de sección cruzada aplicadas en tres momentos durante la
cuarentena en Colombia sobre una misma población. La primera encuesta (n=356) fue aplicada
entre el 24 y el 27 de marzo del año 2020, la misma semana en la cual el gobierno de Colombia
declaró el inicio de la cuarentena (aislamiento preventivo obligatorio). En ese momento, en el país
existían confirmados 480 casos de personas contagiadas por el SARS-Cov-2. La segunda encuesta
(n=219) fue aplicada entre el 27 de mayo y el 01 de junio, momento en el cual el gobierno de
Colombia decretaba una cuarentena más flexible que incluía la práctica de deporte en periodos
más amplios. Finalmente, la tercera (n=170) encuesta fue aplicada entre el 29 de julio al 31 de
julio, momento en el cual los casos en Colombia incrementaban de manera exponencial. En el
momento de la aplicación de la tercera encuesta existían en el país 286.020 casos confirmados
de personas contagiadas por el SARS-Cov-2 (ver figura 1).
Figura 1
Cronología de la recolección de las muestras
Previo a la aplicación de la encuesta se informó a cada participante acerca del objeto de esta
y de las condiciones de anonimato. La encuesta aplicada fue gestionada a través de un enlace
generado desde la herramienta forms de Google. Por lo tanto, la participación en el estudio fue
enteramente voluntaria, confidencial y el cuestionario aplicado en ningún momento recolectó
ni indagó por información que pudiese revelar la identidad de las personas. Se optó por el uso de
una encuesta virtual debido a la situación especial en la que se encontraba el país en el momento
de recolectar la información y en donde la aplicación de encuestas presenciales no era viable.
Tabla 1
Características sociodemográficas de la muestra
Momento
En las tres muestras, existe una representación mayor de mujeres y personas con niveles
académicos a nivel intermedio: técnico, tecnólogo o formación universitario en curso. En línea
con la región en donde se llevó el estudio, la mayoría de los encuestados fueron de San Gil y de
municipios muy cercanos a este (alrededor del 80%). Asimismo, la edad promedio global de
los encuestados fue de 26,59 años y por muestra vario desde 24,97 años en la segunda muestra
hasta los 28,27 años en la primera muestra. A través de todo el estudio, la edad mínima de los
encuestados fue de 18 años, correspondiendo en el país a mayores de edad.
La encuesta ómnibus aplicada estuvo estructurada en tres partes. Una primera parte
indagaba acerca del nivel de conocimiento aducido de las personas hacia el COVID-19. Asimismo,
en este mismo primer bloque, a través de una batería de 11 preguntas se valoraban acciones
individuales que se pudiesen llevar a cabo frente al COVID-19 y que, desde el punto de vista de
los encuestados, podrían ser vistas como prácticas para reducir la probabilidad de contagio por
el SARS-Cov-2 (ver tabla 2). Algunas de acciones incluidas en la batería de preguntas provienen
de recomendaciones dadas por la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud y
Protección Social de Colombia y de entidades locales que promueven la salud pública (Alcaldía
Municipal de San Gil, 2020; Ministerio de Salud y Protección Social, 2020; Organización Mundial
de la Salud, 2020a). Para ello, se empleó una escala ordinal con cinco niveles de valoración en
donde, 1=nunca, 2=raramente, 3=ocasionalmente, 4=frecuentemente y 5=muy frecuentemente.
El tercer bloque de preguntas indagaba por características sociodemográficas.
Tabla 2
Acciones individuales frente al COVID-19
fue el de componentes principales. Con el fin de identificar los factores a retener, se empleó el
criterio de valores propios iguales o mayores a 1 y la matriz de carga. Asimismo, con el ánimo de
mejorar la identificación de las cargas factoriales se empleó el método de rotación ortogonal
Varimax. Una vez identificados los factores a retener, se asignaron nombres y se crearon nuevas
variables empleando el método de regresión para el cálculo de las puntuaciones factoriales.
Con los componentes (o factores) obtenidos del análisis factorial, un análisis clúster jerárquico
aglomerativo fue llevado a cabo. El análisis clúster es una técnica estadística multivariante que,
a partir de una estructura de datos, es posible identificar segmentos de objetos basados en las
variables que los definen. Es una técnica de uso común de segmentación. Por lo tanto, el análisis
clúster fue empleado con el fin de explorar posibles segmentos de la población basados en
sus acciones frente al COVID-19, de tal forma que posean alta homogeneidad interna (lo más
símil posible entre los integrantes del mismo grupo) y heterogeneidad externa (lo más disímil
entre grupos). Para calcular las distancias entre casos se empleó la distancia Euclídea elevada al
cuadrado. El método de agrupación empleado fue el método de Ward. Con el fin de identificar
los posibles grupos a conformar, se empleó el dendograma. Identificada la solución, se creó una
variable de pertenencia al grupo la cual fue empleada para caracterizarlos.
Resultados
Acciones de autocuidado y distanciamiento social frente al COVID-19 y variables
sociodemográficas. Teniendo en cuenta la batería de preguntas relativas a acciones frente al
COVID-19, un análisis factorial sugiere la existencia de tres factores. El primer factor denominado
“distanciamiento social” y que explica el 27,5% de la varianza total, correlaciona de manera positiva
las primeras cuatro variables de la tabla 2. Por su parte, el segundo factor que explica el 24,5% de
la varianza total denominado “autocuidado”, correlaciona de manera positiva las seis variables
siguientes de la tabla 3. El tercer factor lo compone la variable relativa a autoadministración.
La prueba de esfericidad de Barlet (P=0,000) y el KMO= 0,857, indican que las variables bajo
análisis están significativamente correlacionadas entre sí. Los tres factores retenidos explican
en conjunto el 61,6% de la varianza total. Por lo tanto, los resultados obtenidos sugieren que
las acciones llevadas a cabo por los encuestados frente al COVID-19 se agrupan en acciones de
distanciamiento social, de autocuidado y de autoadministración.
Tabla 3
Análisis factorial: matriz de componentes rotados
Componente
Prácticas para prevenir el contagio Distanciamiento Autoadministra-
Autocuidado
social ción
Intenta estar al máximo posible en 0,828
aislamiento social
Evita al máximo posible visitar lugares 0,818
públicos
Reduce al máximo el contacto con otras 0,785
personas
Evita estar en espacios en donde hay 0,779
aglomeración de personas
Emplea gel anti-bacterial o alcohol 0,816
glicerinado
Rutinas de lavado de manos con agua y 0,792
jabón
Cuando estornuda o toso se cubre nariz 0,602
o boca con el brazo
Uso de pañuelos desechables para 0,580
sonarme
Evita tocarse la nariz, boca u ojos con las 0,539
manos
Empleo de tapabocas 0,491
Usa fármacos, suplementos o métodos 0,958
alternativos autoadministrados
Por otro lado, correlaciones bi-variadas sugieren que existe relación significativa y positiva
entre la edad de la persona encuestada y las prácticas de autocuidado (r=0,121, P=0,001). Por
lo tanto, los resultados sugieren que a medida que se incrementa la edad se tiende a adoptar
en mayor medida prácticas de cuidado personal frente al COVID-19 y viceversa, a medida que
disminuye la edad las prácticas de autocuidado como el empleo de mascarillas, lavado rutinario
de manos y el cuidado al estornudar y toser son menos acatadas. La literatura, comúnmente
asocia a las personas jóvenes con el desarrollo de prácticas de riesgo. Incluso, el desarrollo de
prácticas de riesgo hacia el SARS-Cov-2 se ha asociado a personas más jóvenes (Zhong et al.,
2020). También, se encontró que las personas encuestadas que se consideran suficientemente
informadas tienden a poseer una edad mayor respecto a aquellas que se consideran algo o
poco informadas (prueba de Kruskal-Wallis). Abir et al. (2020) reportaron que, las personas
con mayores edades tenían un conocimiento más elevado acerca del Covid-19. Este menor
conocimiento por parte de las personas con menores edades también puede influir en el poco
desarrollo de prácticas de autocuidado frente al COVID-19.
A través del decreto 457 de la presidencia de la república (Decreto 457 del 22 de marzo de
2020, 2020), el 25 de marzo se inicia la cuarentena en Colombia bajo la figura de aislamiento
preventivo obligatorio. Se ha caracterizado por una cuarentena muy estricta que se ha venido
flexibilizando transcurrido el tiempo. Por ejemplo, en la zona en donde se llevó a cabo el estudio,
mientras que a los inicios de la cuarentena las personas solo podían salir entre una y dos veces a
la semana a hacer sus provisiones de alimentos (Decreto municipal No. 100-33-086-2020, 2020;
Decreto municipal No. 100-33-105-2020, 2020), al finalizar los dos primeros meses (segunda
muestra), esta medida fue flexibilizada (Decreto municipal No. 100-33-110-2020, 2020). Luego,
debido al incremento de los casos, al finalizar el mes de julio y que coincide con la tercera
muestra, nuevamente se volvieron a decretar medidas más restrictivas de aislamiento preventivo
(Decreto municipal No. 100-12-195-2020, 2020). Este comportamiento parece coincidir con el de
las prácticas de distanciamiento social de la población encuestada.
A través del tiempo, las prácticas relativas al distanciamiento social han variado (prueba
de Kruskal-Wallis, P=0,008) (ver figura 2). Al inicio de la cuarentena (primera muestra), las
personas tendían a desarrollar con más relativa frecuencia prácticas de distanciamiento social.
Trascurridos dos meses (segunda muestra), las prácticas de distanciamiento social disminuyeron.
Al cuarto mes de cuarentena (tercera muestra), las prácticas de distanciamiento social volvieron
a incrementarse, pero a niveles no tan altas como se practicaban al inicio de la cuarentena. Por
lo tanto, los resultados sugieren que las prácticas de distanciamiento social como el aislamiento
preventivo parecen ir de la mano con el nivel impositivo. Esta predisposición podría deberse, al
menos en parte, a la supresión y al tiempo de confinamiento en Colombia que se ha caracterizado
por ser extensa. En un segmento de la población, el confinamiento tiende a generar estrés y la
necesidad de relacionarse por temor a sentir soledad podría ser un catalizador (Emerson, 2020;
Pedrozo-Pupo et al., 2020). De otro lado, cabe destacar que la situación económica que ejerce
presión sobre personas dependientes o que han perdido su trabajo durante la pandemia y no han
podido acceder a las ayudas del estado o le son insuficientes, también puede ser otro modulador
del comportamiento (Gonzalez-Diaz et al., 2020). En el presente estudio se encontró que, las
personas con receso temporal y trabajadores independientes son los que tienden en menor
medida a realizar prácticas de distanciamiento social (prueba de Kruskal-Wallis, P=0,000). Por lo
tanto, en economías con un sector informal importante, en donde existen personas que viven “el
día a día”, es probable que estas medidas impositivas de distanciamiento social no modifiquen
del todo el comportamiento (Gonzales-Castillo et al., 2020).
Figura 2
Comportamiento de los factores a través del tiempo
Con relación a las medidas de autocuidado, acciones más de tipo individual han mostrado
una tendencia creciente a través de la cuarentena (prueba de Kruskal-Wallis, P=0,000).
Este aumento podría ser un reflejo del compromiso que ha tomado la población acerca del
autocuidado acompañado de la gran cantidad de comunicación efectuada por las entidades del
estado con relación a algunas prácticas de autocuidado. El gobierno de Colombia optó por un
modelo mixto que combina medidas de mitigación con políticas de supresión (Correa-Cuadros
et al., 2020). Por lo tanto, frente al panorama actual de medidas de confinamiento flexibles o
que parecen no ser del todo acatadas, al menos por parte de un grupo determinado de personas,
las medidas de autocuidado parecen jugar un papel más relevante. A medida que las personas
abandonan sus hogares y empiezan a trabajar fuera del hogar, se aumenta la probabilidad de
propagación del virus (Emerson, 2020). En el caso del autocuidado, Gonzales-Castillo et al.
(2020) recomiendan que es una práctica que, junto con otras medidas, puede ser útil para reducir
la velocidad de transmisión frente a medidas de supresión como el confinamiento que suelen
ser económicamente insostenibles en el tiempo, al menos para economías en vías de desarrollo
(Correa-Cuadros et al., 2020).
Al igual que ha sucedido con las acciones tomadas por los encuestados frente al COVID-19, el
nivel de conocimiento auto percibido se ha incrementado significativamente desde el inicio de la
cuarentena hasta pasado 4 meses (test de Chi-cuadradado, P=0,000). Al inicio de la cuarentena, el
Segmentación de las personas en función de sus acciones frente al COVID-19. Como parte del desarrollo
del análisis clúster, se encontraron cuatro segmentos de personas que difieren significativamente en
cuanto a sus acciones frente al COVID-19 (prueba de Kruskal-Wallis, P=0,000), el género (prueba de
Chi-cuadrado, P=0,020) y su nivel de conocimiento (prueba de Chi-cuadrado, P=0,000) (ver tabla 4).
Se encontró un clúster de gran tamaño, dos de tamaños equiparables y uno de tamaño reducido.
Tabla 4
Perfiles de los segmentos encontrados
Segmentos
Características P
Neutrales No autocuidado Apáticos Preocupados
Factores
Distanciamiento sociala 0,15 0,60 -2,31 0,48 0,000
Autocuidado a
0,22 -1,73 -0,24 0,39 0,000
Autoadministración a
-0,28 0,21 -0,08 2,07 0,000
Género b
El primer clúster, el de mayor tamaño y que en la muestra global agrupa al 71,67% de los
encuestados, está representado por personas que tienden a realizar prácticas destacables de
distanciamiento social y de autocuidado, pero no tanto de autoadministración. Este primer
clúster denominado “neutrales”, está conformado en un 69,04% por mujeres y el 51,50% se
consideran suficientemente informados acerca del COVID-19. El segundo clúster, denominado
“no autocuidado”, se caracterizan por realizar con cierta frecuencia prácticas de distanciamiento
social y de autoadministración, pero las prácticas de autocuidado son bastante cuestionables
desde el punto de vista de la frecuencia con que las realizan. En la muestra global, representan el
10,07% de los encuestados con distribución casi proporcional entre hombres y mujeres y el 58,67%
se consideran algo informados acerca del COVID-19. Un tercer clúster, denominado “apáticos”
y que representan el 9,26% de los encuestados, lo conforman los encuestados con menores
prácticas promedio de distanciamiento social, de autocuidado y de autoadministración. Tienen
leve predominancia los hombres (56,52%) y el 52,17% se consideran algo informados acerca
del COVID-19. Un cuarto clúster, el de los “más preocupados” y que en conjunto representan el
9% de la muestra global, está conformado por personas con uno de los mayores promedios de
prácticas de distanciamiento social y los mayores promedios de prácticas de autocuidado y de
autoadministración. En su mayoría está representado por mujeres (68,18%) y por personas que
se consideran suficientemente informados acerca del COVID-19 (55,22%).
Figura 3
Clúster a través de la cuarentena
El clúster de los neutrales, a través de toda la cuarentena se han mostrado como el segmento
más grande, incrementando su tamaño luego de transcurrido 4 meses (ver figura 4). Por su parte,
el segmento del no autocuidado, a través de la cuarentena han venido disminuyendo mientras
que el de los apáticos se incrementó a los dos meses y volvió a disminuir transcurridos los 4 meses.
con bastante frecuencia por un segmento reducido de la muestra (preocupados), existen otros
segmentos, de tamaño nada despreciable, en donde puede ser preocupante su accionar frente
al COVID-19 (segmentos de no autocuidado y apáticos). Tal y como lo señalan los resultados,
se trata de personas que no se consideran suficientemente informadas acerca del COVID-19. En
este sentido, los resultados resaltan la importancia que representa el nivel de conocimiento y el
género frente al desarrollo de acciones relevantes de cuidado ante la pandemia del COVID-19.
Nuestros resultados respaldan la literatura, al menos en parte, acerca de que un mayor
conocimiento puede influir de manera positiva en el desarrollo de prácticas adecuadas frente a
la pandemia (Abir et al., 2020; Saefi et al., 2020). Asimismo, los resultados obtenidos confirman
aún más que las mujeres en comparación con los hombres se muestran más predispuestas a
desarrollar acciones de autocuidado, al menos en un segmento de estas, las más informadas
(Chan et al., 2020; Zhong et al., 2020; Salman et al., 2020; Saefi et al., 2020). En este sentido, en
contraposición a las prácticas supresoras empleadas para desacelerar la velocidad de contagio,
las entidades gubernamentales podrían apoyarse en este segmento de la población para así
tener un mayor eco sobre la adopción de prácticas de autocuidado. Incluso, incrementar el nivel
de conocimiento de la población acerca del SARS-Cov-2 y del COVID-19, sería otra acción a la que
se podría optar con el fin de incrementar el desarrollo de prácticas para reducir la probabilidad
de ser contagiado por el SARS-Cov-2. Aunque cuando las medidas de educación no funcionan
los gobiernos tienden a establecer sanciones penales (Ochoa-Rosales et al., 2020); también es
cierto que no se sabe hasta qué punto los gobiernos se decantan por una educación supresora
tendiente a una adopción de prácticas más que una educación que fomente buenos hábitos
basados en el conocimiento.
Conclusiones
En el presente estudio llevado a cabo en Colombia, se analizaron acciones empleadas por las
personas frente a la pandemia del COVID-19, su relación con características sociodemográficas y
se exploraron segmentos de personas basadas en dichas acciones. El estudio recurrió al empleo
de tres muestras de sección cruzada provenientes de una misma población obtenidas durante la
cuarentena en el país.
Los resultados permiten concluir que, las acciones positivas llevadas a cabo por los
encuestados tienden a estar más relacionadas con las mujeres y con un mayor conocimiento
acerca del COVID-19 por parte de las personas. Por el contrario, los hombres y personas con
menores niveles de conocimiento acerca del COVID-19, tienden a desarrollar menos acciones
para reducir la probabilidad de ser contagiados. Estos resultados son interesantes desde el punto
de vista de la comunicación por parte del gobierno y de las entidades que promueven la salud
pública, ya puede fortalecer la toma de decisiones en cuanto al desarrollo de una comunicación
mucho más dirigida acerca del SARS-Cov-2 y del COVID-19. En definitiva, esto podría traducirse
en un “mayor eco”. Por otro lado, se obtuvieron cuatro segmentos de la población, uno de estos
más preocupados por llevar a cabo con mayor frecuencia acciones frente a la pandemia y que son
consistentes con el género mujer y mayor conocimiento acerca del COVID-19. Si bien es cierto
que la mayor parte de la muestra aduce llevar a cabo prácticas nada despreciables, un segmento
de encuestados podría ser preocupante ya que sus acciones para reducir la probabilidad de
contagio son poco frecuentes.
Por otro lado, se puede concluir que las prácticas de autocuidado han venido incrementándose
en cuanto a su frecuencia mientras que las relativas al distanciamiento social parecen ir de
la mano con las medidas impositivas del gobierno. En el caso del autocuidado, esto muestra
la adopción cada vez mayor de este tipo de acciones por parte de las personas. Sin embargo,
acciones de distanciamiento social es un tema que podría preocupar frente a medidas flexibles
gubernamentales, al menos en el caso de Colombia. No se sabe hasta qué punto es debido a una
cultura de relacionamiento social estrecho o a que la práctica de la cuarentena en Colombia ha
sido excesiva y agotadora, o producto de las dos. Indiscutiblemente es un tema que valdría la
pena analizar en futuras investigaciones de carácter retrospectivo.
Una de las limitaciones del estudio, es que, al provenir de un muestreo por conveniencia, los
resultados difícilmente pueden ser extrapolados a la población en general. Sin embargo, parte
de los resultados obtenidos son consistentes con los reportados en otros países como China. Es
rescatable del estudio el uso de muestras estáticas a través del tiempo en tres momentos claves
de la cuarentena en Colombia.
Agradecimientos
El presente estudio proviene del proyecto de investigación “Percepción de los habitantes de la
provincia Guanentina y Comunera hacia el SARS-Cov-2: Un análisis empleando estadística bivariante
y multivariante aplicada” financiado por la Universidad de Investigación y Desarrollo -UDI. Los
autores quieren agradecer a todas las personas que colaboran en ayudar a difundir el formulario
empleado para la recolección de la información.
Referencias
Abir, T., Kalimullah, N. A., Osuagwu, U. L., Yazdani, D. M. N.-A., Mamun, A. A., Husain, T., Basak,
P., Permarupan, P. Y., & Agho, K. E. (2020). Factors Associated with the Perception of Risk and
Knowledge of Contracting the SARS-Cov-2 among Adults in Bangladesh: Analysis of Online Surveys.
International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(14), 5252. https://doi.
org/10.3390/ijerph17145252
Alcaldía Municipal de San Gil. (2020, septiembre 2). Canal oficial de la Alcaldía de San Gil. San Gil.
https://sangil.gov.co/
Argüello, M., Belaus, A., Bengolea, M., Caicedo, E., Correa, P., Godoy, J., Mola, D., Ortiz, M. V.,
Reyna, & Reyna, C. (2020). Experiencias y estrategias frente al COVID-19 en Argentina. Equipo
de Investigación en Psicología y Economía Comportamental.
Bchetnia, M., Girard, C., Duchaine, C., & Laprise, C. (2020). The outbreak of the novel severe acute
respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2): A review of the current global status. Journal of
Infection and Public Health. https://doi.org/10.1016/j.jiph.2020.07.011
Chan, E. Y. Y., Huang, Z., Lo, E. S. K., Hung, K. K. C., Wong, E. L. Y., & Wong, S. Y. S. (2020).
Sociodemographic Predictors of Health Risk Perception, Attitude and Behavior Practices Associated
with Health-Emergency Disaster Risk Management for Biological Hazards: The Case of COVID-19
Pandemic in Hong Kong, SAR China. International Journal of Environmental Research and Public
Health, 17(11), 3869. https://doi.org/10.3390/ijerph17113869
Emerson, K. G. (2020). Coping with being cooped up: Social distancing during COVID-19 among 60+
in the United States. Revista Panamericana de Salud Pública, 44, e81. https://doi.org/10.26633/
rpsp.2020.81
Ezhilan, M., Suresh, I., & Nesakumar, N. (2021). SARS-CoV, MERS-CoV and SARS-CoV-2: A Diagnostic
Challenge. Measurement, 168, 108335. https://doi.org/10.1016/j.measurement.2020.108335
Garcia, L. P., Traebert, J., Boing, A. C., Santos, G. F. Z., Pedebôs, L. A., d’Orsi, E., Prado, P. I., Veras,
M. A. de S. M., Boava, G., & Boing, A. F. (2020). O potencial de propagação da Covid-19 e a
tomada de decisão governamental: Uma análise retrospectiva em Florianópolis, Brasil. https://doi.
org/10.1590/SciELOPreprints.993
Gonzalez-Diaz, J. M., Cano, J. F., Pereira-Sanchez, V., Gonzalez-Diaz, J. M., Cano, J. F., & Pereira-
Sanchez, V. (2020). Psychosocial impact of COVID-19-related quarantine: Reflections after the
first case of suicide in Colombia. Cadernos de Saúde Pública, 36(6). https://doi.org/10.1590/0102-
311x00117420
Liu, J., Xie, W., Wang, Y., Xiong, Y., Chen, S., Han, J., & Wu, Q. (2020). A comparative overview of
COVID-19, MERS and SARS: Review article. International Journal of Surgery, 81, 1-8. https://doi.
org/10.1016/j.ijsu.2020.07.032
Ma, C., Su, S., Wang, J., Wei, L., Du, L., & Jiang, S. (2020). From SARS-CoV to SARS-CoV-2: Safety and
broad-spectrum are important for coronavirus vaccine development. Microbes and Infection, 22(6),
245-253. https://doi.org/10.1016/j.micinf.2020.05.004
Ministerio de Salud y Protección Social. (2020, septiembre 2). Infografías Covid-19. https://www.
minsalud.gov.co/salud/publica/PET/Paginas/infografias-covid-19.aspx
Organización Mundial de la Salud. (2020c, agosto 31). WHO Coronavirus Disease (COVID-19)
Dashboard. https://covid19.who.int
Pedrozo-Pupo, J. C., Pedrozo-Cortés, M. J., Campo-Arias, A., Pedrozo-Pupo, J. C., Pedrozo Cortés,
M. J., & Campo-Arias, A. (2020). Perceived stress associated with COVID-19 epidemic in Colombia:
An online survey. Cadernos de Saúde Pública, 36(5). https://doi.org/10.1590/0102-311x00090520
Saefi, M., Fauzi, A., Kristiana, E., Adi, W. C., Muchson, M., Setiawan, M. E., Islami, N. N., Ningrum,
D. E. A. F., Ikhsan, M. A., & Ramadhani, M. (2020). Survey data of COVID 19-related knowledge,
attitude, and practices among indonesian undergraduate students. Data in Brief, 31, 105855. https://
doi.org/10.1016/j.dib.2020.105855
Salman, M., Mustafa, Z. U., Asif, N., Zaidi, H. A., Hussain, K., Shehzadi, N., Khan, T. M., & Saleem,
Z. (2020). Knowledge, attitude and preventive practices related to COVID-19: A cross-sectional
study in two Pakistani university populations. Drugs & Therapy Perspectives, 1-7. https://doi.
org/10.1007/s40267-020-00737-7
Sepúlveda, W., Maza, M., & Mantecón, A. (2013). Information demanded by consumers: New
issues in voluntary beef labelling. Acta Alimentaria, 42(2), 135-142. https://doi.org/10.1556/
aalim.42.2013.2.2
Zhong, B.-L., Luo, W., Li, H.-M., Zhang, Q.-Q., Liu, X.-G., Li, W.-T., & Li, Y. (2020). Knowledge,
attitudes, and practices towards COVID-19 among Chinese residents during the rapid rise period of
the COVID-19 outbreak: A quick online cross-sectional survey. International Journal of Biological
Sciences, 16(10), 1745-1752. https://doi.org/10.7150/ijbs.45221
Resumen
Este capítulo pretende reflexionar respecto de los cambios que sufrirá inevitablemente la
planificación urbana en los países latinoamericanos a propósito de las medidas de confinamiento
que se deberán adoptar en los próximos años mientras no se encuentre la solución sanitaria al
nuevo coronavirus. La hipótesis que orienta esta discusión, se refiere a que las políticas urbanas
de desplazamiento reducido que se instalarán en los territorios post pandemia, potenciarán
aún más los bolsones de pobreza y las brechas sociales, retrocediendo de esta manera en la
avanzada agenda de integración social Latinoamericana. Este capítulo presenta en primer lugar
la sustentación teórica presentando las directrices urbanísticas planteadas por los organismos
internacionales pre pandemia. En segundo lugar, se analizan algunos enfoques urbanísticos
que han surgido en Europa y países desarrollados y que están influenciando las academias
latinoamericanas, para finalmente revisar algunas de las brechas existentes y los desafíos
que las políticas públicas deben cumplir. Como conclusión se plantea que la seducción que
generan modelos externos exitosos probablemente en otras condiciones no debe nublar a los
planificadores urbanos latinoamericanos que deben aplicar territorialmente las características
que asumirán las ciudades latinoamericanas post pandemia no renunciando a la búsqueda de la
integración social.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art2
1
Universidad Católica del Maule (Chile). christian.quinteros@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6145-9347
Introducción
Este ensayo pretende reflexionar respecto de los cambios que sufrirá inevitablemente la
planificación urbana en los países latinoamericanos a propósito de las medidas de confinamiento
que se han adoptado y que se deberán adoptar en los próximos años mientras no se encuentre la
solución sanitaria al nuevo coronavirus. De esta manera, nuevos enfoques urbanísticos asoman
desde los expertos en planificación territorial y recomiendan innovadoras formas de “entender”
la ciudad proponiendo estrategias ad-hoc para reducir obligadamente la movilidad espacial de
los habitantes. Desde enfoques como ciudades inteligentes, ciudades compactas/dispersas o incluso
los más recientes como la ciudad de cuarto de hora, la ciudad caminable o la unidad de barrios aparecen
y reemplazan las sendas estrategias de densificación urbana y de integración social planteadas
últimamente en los foros y encuentros internacionales en la temática que se materializan
en compromisos hacia el mejoramiento de los instrumentos de planificación territorial. Esto
naturalmente tiene un giro o efecto no deseado, ya que la voluntad por lograr mejores niveles de
integración social sería un objetivo desplazado -o en su mejor versión- postergado por los nuevos
diseños urbanísticos, que casi por inercia se invocarán, manteniendo lamentablemente la actual
segregación social de nuestros territorios y asentamientos. Lo que pretendía abordar y disminuir
dichas estrategias urbanísticas en las décadas anteriores, se reemplaza ahora por un cuasi-eterno
confinamiento, la distancia social de los territorios, y la perpetuación de la segregación social.
Sustentación teórica
Ha sido de tal magnitud el desarrollo de esta pandemia mundial que ha provocado la
revisión y adopción obligada de una serie de estrategias de desarrollo a nivel mundial, que
incluyen desde cambios improvisados en los sistemas de trabajo formal, en las metodologías de
enseñanza en las universidades y establecimientos educativos y hasta en la construcción y diseño
de las políticas públicas desarrolladas por los distintos gobiernos sub nacionales y nacionales.
En efecto, la pandemia ha introducido importantes desafíos en la implementación de políticas
públicas, fundamentalmente en materias de coordinación intersectorial y en la relación entre los
gobiernos sub nacionales, lo que ha evidenciado en muchos casos serios problemas en el respeto
a las autonomías de las decisiones de unos y otros.
Tabla 1
Algunos Indicadores para medir Objetivo 11 Agenda 2030.
Proporción de la población urbana que vive en barrios marginales, asentamientos informales o viviendas
Proporción de la población que tiene fácil acceso al transporte público, desglosada por sexo, edad y
personas con discapacidad
Relación entre la tasa de consumo de tierras y la tasa de crecimiento de la población
Proporción de ciudades que cuentan con una estructura de participación directa de la sociedad civil en la
planificación y la gestión urbanas y funcionan con regularidad y democráticamente
Total de gastos (públicos y privados) per cápita destinados a la preservación, protección y conservación de
todo el patrimonio cultural y natural
Número de personas muertas, desaparecidas y afectadas directamente atribuido a desastres por
cada100.000 personas
Proporción de desechos sólidos urbanos recogidos periódicamente
Proporción de la población residente en ciudades que aplican planes de desarrollo urbano y regional que
tienen en cuenta las previsiones demográficas y las necesidades de recursos, desglosada por tamaño de
ciudad
Proporción de gobiernos locales que adoptan y aplican estrategias locales de reducción del riesgo de
desastres
Fuente: Elaboración propia a partir de Marco de indicadores mundiales para los Objetivos de Desarrollo
Sostenible y metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
Hasta este punto, y pese a la complejidad del desafío, todo parecía que se avanzaba en una
ruta perfectamente delineada desde lo técnico y lo estratégico para el buen desarrollo de las
ciudades y de adopción de medidas adecuadas para absorber una acelerada urbanización, que se
experimentaba en la región, sin detenerse eso sí, en definir o sugerir algún prototipo de ciudad
específico, ya sea en términos de propiciar el diseño de ciudades compactas o difusas, o del tipo
Smart cities, por ejemplo. Sin embargo, tal como lo hemos precisado en apartados anteriores,
la aparición de la Pandemia COVID19, ha obligado a las políticas nacionales y multilaterales y
a sus respectivas agendas de desarrollo a reorientar sus lineamientos para construir territorios
aún más amigables y humanos, pero que principalmente reduzcan eficazmente el desmesurado
crecimiento urbano de las megas ciudades y aseguren así mayores niveles de seguridad ante
posibles contagios. Sin embargo, es necesario resolver aun si estos nuevos enfoques urbanos se
basarán en formatos como las ciudades inteligentes, amigables, o incluso se fundamentarán en
el concepto de recuperación de barrios.
Los objetivos de la agendas de desarrollo 2030 (2015) o incluso posteriormente los declarados
en la Nueva agenda urbana (2016), no se inclinaban por uno u otro prototipo o modelo especifico,
pero si lo hacia la academia y los urbanistas, al plantear decididamente ciertas jerarquías
urbanísticas a considerar en la planificación del territorio, por ejemplo al hablar de modelos
como áreas metropolitanas, mega polis o incluso instalaban decididamente el concepto de
ciudades intermedias, como revisaremos posteriormente. Sin embargo respecto exclusivamente
de la unidad de ciudad, ya algunos expertos en planificación urbana, señalan que a propósito de
la crisis sanitaria se deberá instalar un nuevo modelo de ciudad o espacio público. Por ejemplo,
hoy en Paris, urbanistas plantean la discusión de promover las denominadas ciudades de 15
minutos o ciudades caminables, que eviten enormes traslados de los ciudadanos, adecuándose a las
exigencias obligadas de la pandemia.
Sin embargo, pese a lo anterior, el crecimiento de la población urbana en las grandes zonas
metropolitanas se ha desacelerado, y ha surgido una tendencia de las ciudades de tamaño
medio a crecer a un ritmo más elevado, aprovechando la cercanía con las metrópolis y el acceso
vial a ellas. Es lo que se llama el crecimiento de las ciudades intermedias. En este punto debe
precisarse eso sí, que esta clasificación corresponde más bien a la necesidad de establecer una
jerarquización en un sistemas de ciudades que distinga entre mega ciudades, áreas metropolitanas,
u otra formación equivalente, pero no apunta al “tipo” especifico de diseño de ciudad que se deba
construir en la región. Para Llop et al, la ciudad intermedia, debe su creciente éxito, más allá
de su relevancia demográfica, a la capacidad para vertebrar y cohesionar el sistema urbano
y los vínculos urbano-rurales. Las ciudades intermedias de esta manera, tejen y trabajan en
redes cumpliendo funciones de intermediación entre lo rural y lo urbano (Llop et al, 2019) y se
trasforman en un espacio donde la triada ciudad-sociedad-ambiente es una entidad indivisible
que requiere de una aproximación holística.(CEPAL, 2017). Es interesante revisar algunas
características que asume este tipo de ciudades en este sistema jerarquizado, al que aludimos:
b. La ciudad intermedia, por su escala, tiene mayor capacidad para trazar e implementar
estrategias de alto valor añadido que le permitan situarse en escenarios regionales,
nacionales e incluso internacionales, utilizando para ello menos recursos que las grandes
ciudades.
Finalmente y para entregar al lector de este ensayo, mayor contextualización de lo que hemos
señalado respecto de la urbanización, consideraremos algunos datos y cifras categóricos respecto
de la urbanización que arrojó la cumbre Hábitat III celebrada en Ecuador en 2016. En efecto, la
mitad de la humanidad, 3500 millones de personas, vive hoy en las ciudades y que en 2030,
ascenderá a un 60% de la población mundial que vivirá en zonas urbanas. Por otra parte, un 95%
de la expansión urbana en los próximos decenios se producirá en el mundo en desarrollo. 828
millones de personas viven en barrios marginales y el número sigue aumentando. Respecto de su
nivel de sostenibilidad ambiental, es necesario señalar que las ciudades si bien ocupan apenas el
3% del planeta, representan entre el 60 y 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones
de carbono.
Se genera de esta manera una segunda nueva paradoja: La rápida urbanización está
ejerciendo presión sobre el abastecimiento de agua dulce, las aguas residuales, los medios de
vida y la salud pública. Pero al mismo tiempo la densidad relativamente alta de las ciudades
puede lograr un aumento de la eficiencia y la innovación tecnológica y al mismo tiempo reducir
el consumo de recursos y de energía. Respecto de la desigualdad social latinoamericana, CEPAL
señala que todos los países de la región y sus mayores urbes registran condiciones de desigualdad
muy elevadas y alarmantes, ya que las cifras llegan incluso a superar el valor crítico del coeficiente
de Gini de 0,40 (CEPAL/MINURVI/ONU-Hábitat, 2016 en Rico & Segovia, 2017).
Como se ha señalado anteriormente en este trabajo, la desregulación en el uso del suelo sumado
a políticas de ordenamiento territorial débiles o inexistentes en muchos casos, provocaron una alta
diferenciación espacial en el territorio, lo que derivó en fuertes cuotas de segregación territorial al
no proveérseles a todos esos sectores condiciones de igualdad de acceso a servicios y oportunidades
conminándolos a vivir en guettos espaciales y distanciados geográficamente. Esto último, es lo que
ha promovido el modelo o prototipo urbanístico denominado ciudad dispersa o difusa como veremos
luego, y que es por lo demás una de las aprehensiones del autor de este ensayo: el riesgo de que
los nuevos esfuerzos urbanísticos post pandemia, propicien ciudades que tengan sectores o barrios
desconectados entre sí, con alto grado de segregación, principalmente social.
Como señalamos anteriormente, el compromiso de distintos Estados del orbe por alcanzar
objetivos de desarrollo sostenible y de construir ciudades más inclusivas seguras y resilientes así
lo confirman. Con una convicción inaudita, la Nueva Agenda urbana Hábitat III, garantizaba la
voluntad común de los países adheridos de asegurar oportunidades de desarrollo con un fuerte
énfasis en el rol precisamente de los gobiernos sub nacionales y fundamentalmente locales en
materia de planificación territorial junto a la necesidad de ofrecer espacios de diálogos entre los
distintos actores que intervienen en el desarrollo. La Pandemia junto al obligado confinamiento
y a la incertidumbre que acarrea en materia de su extensión que a la vez es facilitada por la
creciente globalización e inmigración entre los países principalmente latinoamericanos, ha
girado- al menos en círculos académicos- la visión de la ciudad y su diseño.
Nuevos enfoques surgidos en Europa han seducido a nuestros técnicos locales sin medir –a
nuestro juicio- suficientemente su aplicabilidad y el impacto potencial que pudieran tener en
materias como desarrollo social por ejemplo. A esta altura, resulta imperioso reflexionar sobre
estos tópicos y abrir una nueva discusión sobre si la realidad Latinoamérica soporta el giro hacia
estos nuevos modelos de espacios públicos cercanos al concepto de ciudad difusa o dispersa, y
que estarán centrados en la mediatez espacial, en la cercanía de los empleos y de los servicios.
Es aquí donde el rol del Estado en materia de planificación es relevante para adoptar decisiones
que reduzcan el impacto negativo de las llamadas ciudades de quince minutos o de barrios ya
consolidados, perpetuando la pobreza o segregación en la región.
La idea aquí planteada no desestima en absoluto los méritos de este tipo de ciudades. Se sostiene
en lo siguiente. A diferencia de lo que sucede en Europa en materia de experiencia de ciudades,
en Latinoamérica los barrios pobres históricamente quedaron ubicados en las periferias de las
ciudades y los empleos y fuentes laborales a mucha distancia de las viviendas, lo que obliga a
los ciudadanos a trasladarse por largos trayectos a sus lugares de trabajo. Si no existe un plan
integral de apoyo a estas familias, se les seguirá manteniendo en sectores pobres, con escasa
calidad urbanística- y lo peor aún a nuestro juicio- sin la posibilidad de interactuar con personas
de otros sectores y grupos sociales, lo que sin duda siempre robustece y nutre la experiencia
social, fortaleciendo la necesaria cohesión social. Es decir este tipo de diseños-creemos- afectaría
la calidad de su integración social.
Según Jiménez Pacheco, en discusiones previas a la Conferencia Hábitat 3, uno de los desafíos
más abrumadores evidenciados fue la provisión de vivienda adecuada y asequible, para lo cual se
planteó, entre otros desafíos, el fortalecimiento del nexo entre vivienda y planificación urbana,
considerándose fundamental la incorporación de procesos cooperativos en la planificación como
catalizadores del acceso a la vivienda (UN-Hábitat, 2017, en Jiménez Pacheco et al, 2019)
Paradigma que Una smart cities Concepción de la Tipo de diseño que Es aquella que La ciudad es tie- Este concepto con- Tipo de ciudad
aprovecha la tec- es aquella que ciudad basada en equiere de pro- basa su funciona- rra de vida y en- siste en redescu- propuesta por la
nología de la in- utiliza el potencial las, que a su vez cesos cognitivos miento en el inte- cuentros sujetos brir la proximidad OMS, que centra
formación y la in- de la tecnología se enmarcan en la (mentales) que in- rés comunitario a cambios perma- geográfica y la su atención en los
teligencia artificial y la innovación, ciudad inteligente, cluyan las decisio- y su proyección nentes. La ciudad proximidad fami- adultos mayores.
junto con la cogni- junto al resto de complementán- nes individuales enfatiza aspectos es comparable a liar, el vecindario Propone y alienta
ción humana para recursos, para pro- dola. Su enfoque y/o colectivas, la tales como: el uso un ser vivo: tiene para que la ciudad el envejecimiento
mejorar la toma mover de manera y argumentos se resolución de variado del suelo, su propio metabo- no esté segmenta- activo mediante
de decisiones y la más eficiente un estructuran sobre problemas y el la accesibilidad fí- lismo, nacido de la da socialmente. Es la optimización de
asignación de re- desarrollo soste- tres desafíos ac- aprendizaje, pero sica universal, una interacción de los uno de los para- las oportunidades
cursos en la pres- nible y mejorar la tuales: la eficien- también los com- mayor densidad múltiples sistemas digmas que cobra de salud, partici-
Tal como se señala en el cuadro 2, existe una amplia diversidad de enfoques teóricos para
diseñar la mejor ciudad y lograr de esta manera el desarrollo sostenible. Cada una de ellas como
es natural, privilegia ciertos factores estratégicos para lograrlo. Una de las últimas propuestas, es
la de configurar ciudades de 15 minutos o de cuarto de hora o también denominadas ciudades
caminables, que privilegien decididamente la calidad de vida de las personas, aprovechando
y optimizando el tiempo disponible. Sin duda que el mérito de esta idea cobra fuerza,
especialmente entre los planificadores europeos que conviven con configuraciones territoriales
que permiten esta proximidad. La pregunta es si este tipo de prototipos se soporta en nuestras
realidades latinoamericanas.
Según Alarcón, la ciudad dispersa o también llamada difusa, sería la contracara o polo
opuesto de la ciudad compacta. Se caracterizaría por la preferencia del interés particular, la baja
densidad poblacional, la proliferación de zonas periféricas, la fragmentación del territorio, el
aislamiento espacial, y un mayor protagonismo de vehículos particulares para recorrer largas
distancias (Muñiz et al., 2010). La ciudad dispersa privilegia de esta manera el interés particular
sobre el interés común y evidencia la baja densidad poblacional, posibilita los núcleos dispersos,
distantes e inconexos, con un alto costo de la infraestructura y una obligada movilización en
vehículos particulares con la consiguiente contaminación ambiental. Esta es la realidad de las
ciudades latinoamericanas.
Por otra parte la ciudad compacta, es lo más parecido desde el punto de vista teórico a la
nueva ciudad de 15 minutos. Es decir, es un modelo de ciudad que estimula la cohesión social,
garantiza la justicia urbana y promueve el uso del espacio público, lo que potencia las diversas
actividades desarrolladas en su contexto, con impacto positivo en los ámbitos ecológico,
económico, social y cultural. En definitiva comparte la idea de aumentar la densificación y el
acceso a servicios públicos y privados para todos aquellos que puedan hacerlo. En el contexto de
la ciudad compacta, la cohesión social consiente una convivencia entre culturas, edades, rentas
y profesiones de diferentes grupos de personas. Es aquí donde la ciudad permite la integración
social ya que este tipo de diseños fortalece la posibilidad de contacto, intercambio y comunicación
que, potenciadas por la diversidad y mixtura de actividades, configura un modelo urbano de
convivencia y sostenibilidad, en contraste con el modelo de ciudad dispersa que se caracteriza
por la segregación social espacial, inequidad y marginación, donde la socialización se la realiza
en pequeños grupos de personas y en ambientes restringidos, cerrados, aislados y protegidos,
que no admiten una plena convivencia.
El concepto de “Ciudades en 15 minutos”, algo así como una versión 3.0 de la ciudad compacta,
es una alternativa que ya se está utilizando en ciudades como París u Ottawa, donde todos los
ciudadanos tienen acceso a servicios básicos como salud, supermercados o espacios destinados
al ocio y también la posibilidad de trabajar, a solo quince minutos de sus respectivos domicilios.
Para algunos, dicha propuesta cobra relevancia en América Latina, donde surgen dudas sobre
cómo retomar la vida tras el desconfinamiento. Sin lugar a dudas, el teletrabajo se instalará como
una realidad, pero también se debe analizar propuestas de ciudades que incluyan medidas para
aquellos ciudadanos/as que no puedan ejercer el trabajo a distancia, principalmente debido a
que no cuentan, en sus domicilios, con requerimientos mínimos tales como una conectividad de
calidad y mobiliario con "ergonomía" óptima que les permita desarrollar sus obligaciones diarias,
lo que dificulta la aplicación de estas ciudades a nuestras realidades locales más dispersas y sin
infraestructura ni equipamiento urbano adecuado.
Para el urbanista Carlos Moreno, principal ideólogo de este tipo de ciudades, un nuevo crono-
urbanismo debe estar en el centro de la hoja de ruta en los próximos años. Señala Moreno que
es necesario ser creativo e imaginar, proponer, construir otros ritmos de la vida, otras formas
de ocupar el espacio urbano para transformar su uso, acceder a funciones sociales urbanas
esenciales. Para el pensamiento de este autor , el diseño urbano debe preservar nuestra calidad
de vida conciliando óptimamente factores o recursos como el tiempo y el espacio.
Para este autor, vivir de manera diferente significa, ante todo, cambiar nuestra relación con el
tiempo, esencialmente el de la movilidad, que ha degradado en gran medida la calidad de vida a
través de viajes costosos, desde todos los puntos de vista. Para este influyente urbanista se trata
de cambiar el concepto y avanzar no solo hacia la planificación urbana sino hacia la planificación
de la vida urbana. Se trata de operar una transformación del espacio urbano todavía altamente
mono funcional, con la ciudad central y sus diversas especializaciones hacia una ciudad
policéntrica, respaldada por 4 componentes principales: proximidad, diversidad, densidad y
ubicuidad, para ofrecer esta calidad de vida en distancias cortas, a través de las seis funciones
sociales urbanas esenciales que son: vivir, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender, descansar.
Es la ciudad del cuarto de hora, en una zona compacta, (o del territorio de la media hora en
una zona semi o poco densa), de la hiper proximidad, del “accesible” para todos y en cualquier
momento … Aquella en la que, en menos de 15 minutos, un habitante puede acceder a sus
necesidades básicas de vida. Este es un desafío que concierne a todos los actores en la vida
urbana y que requiere que todos reconsideren su papel en esta vida urbana para abrirse a otros
horizontes, portadores una alta calidad de vida social. En vez de que exista un solo centro en las
ciudades o que las diferentes actividades (comerciales, industriales, administrativas, etc.) tengan
una ubicación distinta, el también urbanista, propone que los lugares clave "como una alcaldía
o un gimnasio sean abiertos para otros usos" para que efectivamente sea posible acceder a esos
sitios a pie o en bicicleta en un cuarto de hora (Moreno, 2020).
Consideraciones finales
La hipótesis que orientaba la discusión en este ensayo, era que las políticas urbanas de
desplazamiento reducido que se instalarán en los territorios post pandemia, potenciarán aún
más los bolsones de pobreza y las brechas sociales, retrocediendo de esta manera en la avanzada
agenda de integración social Latinoamericana. El intento por dar respuesta teórica esta pregunta
nos permitió dos hallazgos.
En primer lugar, a lo largo de este trabajo hemos observado al menos dos paradojas en
materia de desarrollo urbano en américa latina. Por una parte hemos revisado que la forma de
vida urbana será por un lado, el principal motor económico mundial y por otro, el mayor foco de
insostenibilidad del planeta, lo que nos compromete a buscar y diseñar formatos y prototipos de
ciudades que cuiden y respeten el medioambiente, mediante la incorporación de energías limpias,
renovables y circulares, donde se reduzca no solo la contaminación atmosférica o del aire si no
también los desechos. Por otra parte la rápida urbanización si bien está ejerciendo presión sobre el
abastecimiento de agua dulce, las aguas residuales, los medios de vida y la salud pública permite
que la densidad relativamente alta de las ciudades puede lograr un aumento de la eficiencia y la
innovación tecnológica y al mismo tiempo reducir el consumo de recursos y de energía.
Estas dos paradojas nos obligan a considerar que es fundamental-independiente del tipo de
ciudad que se instale post pandemia- introducir cambios en los estilos de vida de los ciudadanos
y de promover estilos de desarrollo sostenible. Ya la pandemia ha logrado introducir elementos
como la economía circular, el autoconsumo, el uso de tecnologías limpias, entre otros efectos.
Por otra parte, tal como se ha revisado, no existe en las definiciones urbanísticas de organismos
internacionales y multilaterales evidencia suficiente que permita interpretar cierta inclinación
de los técnicos y políticos de estos organismos por alguno de los nuevos enfoques o prototipos
de ciudad revisados a lo largo de este trabajo. Solo se constata que hay propósitos generales por
lo que cada país o cada gobierno sub nacional deberá resolver como enfrentará estos nuevos
desafíos y formas de entender el funcionamiento de una ciudad. Sin embargo como hemos visto
hay cuestiones y procesos estructurales que nos determinan a lo largo y ancho del continente.
De acuerdo a lo anterior y tal como se ha revisado en este ensayo, es vital que los planificadores
urbanos logren reconocer la particularidad de las ciudades latinoamericanas. La seducción
que generan modelos externos exitosos probablemente en otras condiciones no debe nublar
a los planificadores urbanos latinoamericanos. Cuestiones por ejemplo como la ruralidad
Latinoamérica históricamente receptoras de bolsones de pobreza deben incorporarse en las
políticas territoriales, de manera de generar un desarrollo integral. El caso de la política nacional
de desarrollo rural promulgada este caso en Chile-inédita en la región- es sin duda un buen
indicador de la preocupación de la autoridad nacional por preocuparse del desarrollo e inclusión
de estos territorios.
Pero los esfuerzos por generar ciudades más inclusivas deben considerar las condiciones de
pobreza y segregación territorial de nuestras ciudades. La integración social que se perseguía y
declaraba antes de la pandemia debe ser un objetivo plausible que no debe ser desechado por
los técnicos aunque las recomendaciones sanitarias indiquen la conveniencia de concentrar las
actividades en un espacio más reducidos de manera de evitar los largos desplazamientos de los
ciudadanos y ciudadanas hacia sus lugares de empleo.
Estos son algunos desafíos de la política pública en materia de desarrollo urbano sostenible.
Pero lamentablemente el sueño de reducir la segregación territorial es un tema pendiente que
a todas luces deberá esperar un largo tiempo. Introducir espacios de encuentro entre distintos
grupos sociales debe ser un anhelo de toda sociedad bien intencionada pues es la única manera
de fortalecer cuestiones básicas de convivencia como la cohesión social de los territorios. Este
principio deberá estar presente en todas las políticas de desarrollo pero especialmente en las
políticas de desarrollo urbano a nivel latinoamericano, des pues de la pandemia.
Ahumada, P., Zunino, J., & Carreño, P. (2019). El nuevo proyecto de Av. Perú de Recoleta como espacio
de integración urbana. Revista de Urbanismo, (40). doi:10.5354/0717-5051.2019.48837.
Disponible en https://revistaurbanismo.uchile.cl/index.php/RU/article/view/48837
Alarcón Zambrano, Jaime (2020) La ciudad compacta y la ciudad dispersa: Un enfoque desde
las perspectivas de convivencia y sostenibilidad The compact city and the dispersed city:
An approach from the perspectives of coexistence and sustainability Revista San Gregorio
Baena Paz, Guillermina (Coord) (2015) Planeación Prospectiva Estratégica. Teorías, Metodologías y
Buenas Prácticas en América Latina. Universidad Nacional Autónoma de Mèxico. Disponible
en; https://www2.politicas.unam.mx/publicaciones/wp-content/uploads/2015/08/Libro-
PPE_interactivo1.pdf
Cerezo Ibarrondo, Alvaro (2020) La actuación sobre el medio urbano de regenracion y renovación
integrada. El nuevo paradigma de la gestión urbanística en suelo urbanizado. Cuaderno de
Investigación Urbanística nº 130 – mayo / junio 2020. Universidad Politecnica de Madrid.
Disponible http://polired.upm.es/index.php/ciur/article/viewFile/4446/4619
Llop, Josep Maria; Iglesias, Borja M.; Vargas, Rodrigo; Blanc, Francesca (2019): “Las ciudades
intermedias: concepto y dimensiones”, en Ciudades, 22, pp. 23-43. DOI: https://doi.
org/10.24197/ciudades.22.2019.23-43. Disponible en https://revistas.uva.es/index.php/
ciudades/article/view/2256/2869
Martínez Euklidiadas (2020) Cómo quiere convertirse París en una “ciudad de 15 minutos”
Tomorrow.Mag. Disponible en https://www.smartcitylab.com/blog/es/gobierno-finanzas/
paris-ciudad-15-minutos/
Mateo, Cristina (2020) Quien esta Construyendo tu ciudad. IE INSIGHTS. IE University Disponible
en https://www.ie.edu/insights/es/articulos/quien-esta-construyendo-tu-ciudad/
Montero, Laetitia & García, Johann Editoras. (2017) Panorama multidimensional del desarrollo
urbano en América Latina y el Caribe. Documentos de Proyectos. Santiago, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2017. Disponible en https://repositorio.
cepal.org/bitstream/handle/11362/41974/1/S1700257_es.pdf
Moreno, Carlos (2020) La ciudad del cuarto de hora: ¡por un nuevo crono-urbanismo!http://www.
moreno-web.net/la-ciudad-del-cuarto-de-hora-por-un-nuevo-crono-urbanismo/
Organización Mundial de la Salud (2007) Ciudades globales amigables con los mayores : una
guía. Disponible en: https://www.who.int/ageing/age_friendly_cities_guide/es/
PNUD (2018) Marco de indicadores mundiales para los Objetivos de Desarrollo Sostenible y
metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible Labor de la Comisión de Estadística
en relación con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible A/RES/71/313 https://unstats.
un.org/sdgs/indicators/Global%20Indicator%20Framework_A.RES.71.313%20Annex.
Spanish.pdf
PNUD-Ecuador (2016) Centro de Prensa Habitat III - Ecuador, Quito Disponible en https://
www.ec.undp.org/content/ecuador/es/home/presscenter/articles/2016/10/14/habitat-iii-
ecuador-quito.html
PNUD (2026) Nueva Agenda Urbana A/RES/71/256* Secretaría de Habitat III. Dipsonible en http://
habitat3.org/wp-content/uploads/NUA-Spanish.pdf
Rico, María Nieves y Segovia, Olga (eds.) (2017) ¿Quién cuida en la ciudad? Aportes para políticas
urbanas de igualdad, Libros de la CEPAL, N° 150 (LC/PUB.2017/23-P), Santiago, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2017. https://repositorio.cepal.org/
bitstream/handle/11362/42424/6/S1700617_es.pdf
Sabatè Bel, Joaquin. Posibles implicaciones en la enseñanza del urbanismo (I): nuevos paradigmas
hasta el cambio de siglo [en línea] Recvista ACE: Architecture, City and Environment,
14 (41): 61-82, 2019. Universidad Politécnica de Cataluña DOI: http://dx.doi.org/10.5821/
ace.14.41.8186 ISSN: 1886-4805. Dispobible en https://revistes.upc.edu/index.php/ACE/
article/view/8186
Smolka, Martin y Mullahy, Laura (2007). Perspectivas urbanas. Temas Críticos en Políticas de
Suelo en América Latina. Lincoln Institute of Land. Disponible en https://www.lincolninst.
edu/sites/default/files/pubfiles/perspectivas-urbanas-cd-full.pdf
Resumen
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art3
1
Universidad del Azuay (Ecuador). franklinordonez@uazuay.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7911-5243
Introducción
El presente artículo tiene como objetivo evidenciar la realidad de la educación ecuatoriana
en tiempos de la pandemia Covid-19. Para ello se ha realizado un seguimiento de medios de
comunicación impresos y los documentos emitidos por el Ministerio de Educación durante los
meses de marzo a agosto de 2020. También hemos realizado entrevistas a docentes de educación
primaria y secundaria para respaldar de manera verás lo que sucedió durante estos meses en los
que la pandemia COVID-19 alteró el sistema educativo ecuatoriano y hubo que tomar medidas
para mantener sobre ruedas el sistema educativo y no perjudicar a la niñez ni a la juventud
del Ecuador. Aunque hay que reconocer que en ese contexto (entramado de contradicciones e
improvisaciones) los que cumplieron un papel heroico fueron los docentes: profesionales que
entregaron todo de sí y que lastimosamente el Estado no ha sido consecuente con ellos.
Los docentes ecuatorianos, hasta cierto punto desamparados y mal comprendidos, siguen
teniendo como herramienta de defensa su trabajo del cual son testigos los alumnos, padres de
familia y la comunidad.
Desarrollo
El doce de marzo de 2020, bajo Comunicado Oficial del Ministerio de Educación (2020) se
suspenden de las actividades académicas para los estudiantes de las regiones Sierra y Amazonía
del Ecuador y se comunica que desde el lunes dieciséis de marzo se activará la plataforma
educativa para que los estudiantes realicen sus actividades académicas desde sus casas. El mismo
comunicado agrega que el personal docente deberá seguir asistiendo a las instituciones hasta
definir las regulaciones necesarias para planificaciones, tutorías y evaluaciones de los trabajos
pedagógicos de los alumnos.
Pero ¿a qué plataforma se refiere la Ministra de Educación? Los docentes únicamente conocen
la plataforma Carmenta para el ingreso de notas y Educarecuador para que los docentes tutores
hagan seguimiento académico de sus alumnos y emitan papeletas de calificaciones. La autoridad
educativa aclaró en rueda de prensa que la plataforma no es un aula virtual y que más de un
millón trecientos mil estudiantes del régimen Sierra-Amazonía deberán acceder. Que:
“[…] esta plataforma lo que nos ayuda es a acudir a las planificaciones, a la página de los textos
que tienen los estudiantes para que vayan leyendo, reforzando sus conocimientos, aclarando
cosas que no hayan podido comprender a través de recursos educativos" (Creamer, 2020)
Entendemos. Era una justificación para decir que Ecuador es un país en línea y que no estamos
tan rezagados en educación on line. Pero la verdad era otra, los docentes fueron convocados
a reuniones en sus establecimientos educativos y ellos tomaron medidas para enfrentar el
problema: elaborarían fichas de contenidos, actividades y tareas para enviar por email a sus
alumnos. Levantarían una base de datos con emails, teléfonos y watsaps de sus estudiantes, otra
base con teléfonos y watsap de los representantes legales y padres de familia. A través de esas
plataformas comenzarían a enviar y recibir las tareas a sus alumnos. Darían asesoría. Además,
reportarían el incumplimiento de actividades y tareas a los representantes. Como si esto fuera
poco también tendrían que ubicar a los alumnos que, como es natural, algunos fueron a la casa de
sus padres al campo y estaban incomunicados. Desde ese momento el docente ecuatoriano dejó
de laborar seis horas diarias y se convirtió en un empleado de tiempo completo.
Con ese material, creación del docente, trabajaron las ocho primeras semanas. No hubo
asesoría de las autoridades del plantel, los asesores pedagógicos del Ministerio de Educación
brillaban con su ausencia y las autoridades distritales y zonales estaban dando entrevistas y
ruedas de prensa pregonando el éxito de la educación virtual en Ecuador.
Con la educación sobre ruedas, gracias a los docentes, las autoridades de los establecimientos
educativos dieron a conocer sus Planes de Contingencia Sanitaria para enfrentar la pandemia.
Obviamente necesitarían a los docentes para quedar bien frente a las autoridades que los habían
colocado en esos puestos. Se les encargó formar, coordinar y dirigir brigadas de padres de familia
para el aseo de las aulas, corredores y espacios verdes de la institución.
microtexto: “Estimadas Autoridades, comparto con ustedes los instrumentos que podrían
utilizarse como herramientas complementarias en el proceso de aprendizaje”. El material son
fichas pedagógicas que están cargadas en la Plataforma del Ministerio de Educación y tienen como
destinatarios fundamentales a los padres de familia y estudiantes. A los alumnos se les sugiere
realizar las actividades y se le comunica que no es necesaria la impresión de los trabajos, pero se
les pide que lleven un registro de lo que hacen y “guarden todas las evidencias del proyecto en una
Caja-Portafolio que es el único medio para la evaluación” (Ministerio de Educación, 2020). A partir
de ello surgen las siguientes preguntas: ¿Sino es necesaria la impresión de estas actividades cómo
los estudiantes generan evidencias para sus portafolios? ¿Qué pasa con los alumnos que están
incomunicados? ¿Por qué los docentes no son capacitados sobre este material virtual y se lo filtra
como contrabando?
Por supuesto, de la noche a la mañana de las seis horas que se trabajaba diariamente pasamos a trabajar
hasta más de doce horas diarias. Los correos institucionales nos llueven y hay que leerlos enseguida
porque debemos conocer los nuevos lineamientos para el trabajo en línea. Las pocas horas libres
del día tuvimos que coger cursos de cómo manejar plataformas, cómo planificar por proyectos. Se
incrementaron las reuniones con las autoridades y compañeros docentes. A esto se suma el WhatsApp
con cientos de mensajes, los mismos que hay que leerlos para no perdernos algo importante. Sin dejar
de lado que si los estudiantes no se conectan hay que buscarlos por aire, tierra, agua y tecnología,
porque esas son las órdenes del Distrito y de las autoridades del colegio. Paso más de doce horas diarias
frente al computador y con el celular en la mano para contestar llamadas o mensajes de estudiantes,
padres de familia o autoridades.
Medios de comunicación, Centros de salud y las universidades hablan del estrés en los docentes
en tiempos de Covid y cuarentena. Los docentes, a más de profesores, son padres de familia, y,
ahora, deben mezclar a tiempo completo sus funciones de docentes y funciones de sus hogares.
Diario El Universo del 22 de abril de 2020 (en el apogeo de la pandemia en Guayaquil) publica
un artículo en el cual su autor, docente guayaquileño, afirma que “La pérdida o enfermedad de
2
Para evidenciar este trabajo hemos realizado encuestas y entrevistas a docentes de todo el país. Pero para generar
evidencias concretas tomamos datos y evidencias generadas en la Unidad Educativa del Milenio Francisco Febres
Cordero que pertenece a la Zona 6 de Educación conformado por tres provincias. 17 Distritos Educativos conforman
esta zona. ¿Burocracia o descentralización? Ese es otro tema.
3
https://recursos2.educacion.gob.ec/
un ser querido o allegado (padres, esposa, esposo, abuelos, hermanos, primos, vecinos, etc.)
altera el equilibrio emocional e imposibilita las capacidades de aprendizaje de los estudiantes
y el correcto desenvolvimiento de los docentes” (Rodas, 2020) Pero el Ministerio de Salud ni el
gobierno se pronuncian al respecto. Los profesores, a la deriva, siguen con sus funciones.
En abril llegaron a los emails institucionales de los docentes las primeras fichas pedagógicas
emitidas por el Ministerio de Educación, pero nadie capacitó a los maestros sobre su aplicación.
Autoridades y asesores educativos se desentendieron de ello. Los docentes siguieron trabajando
con sus fichas pedagógicas.
A inicios del mes de mayo, semana octava de teletrabajo, las autoridades obligan la aplicación
de las Fichas Pedagógicas e Interdisciplinarias. Tampoco capacitaron a los docentes. Ellos, solos,
tuvieron que entenderlas y buscar mecanismos de socialización para con sus alumnos, explicarles
la metodología que desde ese momento deberían aplicar cuando les lleguen las fichas cada
semana y una vez desarrolladas enviar a sus docentes. Por entonces charlas, clases y reuniones
a través de la plataforma zoom ya eran frecuentes. A la docente Rosa Baculima, profesora de
un colegio fiscal de la ciudad de Cuenca, le preguntamos si usó la Plataforma Teams para la
realización de sus actividades académicas. La docente contestó:
No la utilicé. Personalmente, me fue complicado aplicar Teams. La supuesta capacitación de tres horas
fue a la ligera y honestamente no la comprendí.
Esta plataforma era la oficial para realizar actividades académicas y en la página Educación
Ecuador (Ministerio de Educación, 2020) se han cargado tutoriales sobre su uso, además de otros
tutoriales como el registro de las actividades realizadas por los docentes cada semana de teletrabajo.
Las Fichas pedagógicas son un gran archivo comprimido y dentro de él se incluyen fichas
destinadas a los alumnos desde Inicial hasta Tercero de Bachillerato. El docente revisa las fichas
interdisciplinarias y a partir del contenido de las mismas está al tanto de las actividades que
deben realizar sus alumnos. Excepto las materias de inglés y matemáticas que tienen fichas
específicas. El profesor también tiene que adaptarlas curricularmente para sus alumnos con
necesidades especiales.
Evidenciamos que estas fichas llegaron a fines de marzo al email de los docentes y solo la
primera semana de mayo, a través del correo electrónico, les llega el Plan Educativo Aprendamos
Juntos el cual detalla el manejo adecuado de las mismas.
Este plan circuló a través de la plataforma del Ministerio y llegó a las unidades educativas (al
correo de los docentes) con un micro texto que decía: Envío el Plan Educativo para su conocimiento.
(Email masivo emitido por las autoridades del plantel). Este documento, entre otras novedades,
aclaraba que “Se recurrirá a la teleeducación, radioeducación, al portal educativo del Mineduc, a
la distribución de fichas pedagógicas, la tutoría del docente y al acompañamiento de las familias”.
(Ministerio de Educación, 2020). De todas estas maravillas tecnológicas lo que les consta a los
docentes es que ellos tuvieron que descargar las fichas, entenderlas y enviarlas a sus alumnos
con un instructivo (elaborado por ellos) para que los alumnos entiendan las fichas del ministerio
y realicen las actividades. A pesar del manual adjunto padres de familia y alumnos, a través de
email y watsap, bombardearon a los docentes pidiéndoles ayuda para entender ese material y
que sus representados hagan bien las tareas.
Por estas fechas la Ministra de Educación decide que los profesores tendrían que retornar
a las aulas para hacer la entrega de los kits alimenticios que reposan en las bodegas de las
instituciones educativas. Argumenta: “Se hará la entrega organizada de alimentación escolar
gracias a la vocación de servicio de nuestro magisterio. Contamos además con manos extendidas
y corazones abiertos que desean colaborar. Siempre con la prioridad de seguridad sanitaria”
(Creamer, 2020). Es importante recalcar las palabras de la ministra en frases como vocación de
servicio de nuestro magisterio y seguridad sanitaria. Los docentes tienen vocación hacia su trabajo y
este lo hacen con pasión, pero si a través de acuerdos, resoluciones y comunicados se los obliga a
exponerse a ellos (y a través de ellos a sus familiares) ello ya no es vocación, es cumplir una tarea
porque si no la hacen pueden perder su empleo. Sobre la seguridad sanitaria se hace hincapié
que cuando los docentes tuvieron que obligatoriamente ir a sus establecimientos educativos lo
hicieron comprando insumos de salud con el dinero de su bolsillo.
Frente a esta decisión de exponer a los docentes a que asistan a los establecimientos y sean
blancos de contagio del Covid -19, la Unión Nacional de Educadores del Ecuador, (UNE), a través
de su presidenta , Isabel Vargas, emite un oficio al Presidente de la República y argumenta que no
hay garantías para los docentes y que por lo tanto se debe deponer esta resolución y en caso de no
hacerlo responsabiliza a la Ministra de Educación y a los miembros del Centro de Operaciones de
Emergencias (COE). (Diario Correo, 2020)
Efectivamente, el Estado desiste de esta resolución y los alimentos perecibles que reposan en
las instituciones educativas fiscales, municipales y fiscomisionales son entregados a los padres
de familia de los alumnos que los requieran por parte de las autoridades del plantel.
Con fecha 19 de mayo de 2020 el Presidente de la República publica el Acuerdo 1053 (Decreto
Oficial 1053, 2020) en el cual se Reforma el Reglamento General a la Ley Orgánica del Sector
Público y se reduce el salario a los docentes. La reducción consiste en una hora diaria, 20 horas al
mes: 8,33% en la remuneración mensual. Los docentes hicieron sus cálculos y manifestaron que
la reducción equivalía a una categoría menos en su sueldo. La prensa nacional publicó el malestar
de los docentes:
"Excelente manera de reconocer la labor docente, descontando de su propio sueldo que permaneció
congelado por más de 10 años. Sigan hablando de revalorización docente, haciéndonos trabajar hasta
domingos". / “Ante el recorte de sueldos es necesario que 'reconozcan' el trabajo, dotándoles de Internet
e implementos tecnológicos gratuitos, ya que estos salían del bolsillo del docente y con estas medidas
no alcanzará". (EL COMERCIO, 2020)
“Son totalmente deficientes. Las instituciones educativas carecen de recursos tecnológicos y las que los
tienen no los utilizan. Esta emergencia evidenció la deficiencia tecnológica del Ministerio de Educación
y también el error de haber quitado de la malla curricular la materia de Informática que mal o bien
contribuía para que los estudiantes tengan un conocimiento básico de algunas herramientas ofimáticas
para desarrollar sus tareas”.
Por la pandemia se suprime el examen estandarizado SER BACHILLER aplicado por el Instituto
Nacional de Evaluación Educativa. Se lo sustituye por un Proyecto de Grado, el cual
“se desarrollará por medio de dos instrumentos: (1) Estudio de Caso y (2) Proyecto Demostrativo.
Estos instrumentos se han propuesto para evaluar las habilidades de los estudiantes de tercer curso
de bachillerato, en función de la oferta educativa. Los estudiantes de Bachillerato en Ciencias deben
realizar un Estudio de Caso a partir de los ocho Temas Macro definidos por el Ministerio de Educación…”
(Ministerio de Educación, 2020).
A cada docente secundario se le encargó como mínimo tres alumnos para que a través de
redes sociales les den asesoría para el desarrollo y cumplimiento de esta actividad.
El veintidós de junio el Ministerio de Educación comunicó que los libros de texto que todos
los años el Estado entrega gratuitamente a los alumnos de los establecimientos fiscales,
municipales y fiscomisionales, deberían ser devueltos por parte de los padres o representantes
en las instituciones educativas y “se deberán seguir las medidas de bioseguridad como el uso de
mascarillas y la distancia de dos metros entre los asistentes” (EL COMERCIO, 2020)
Los profesores tuvieron que exponerse a la pandemia, (lo correcto sería afirmar: el Estado
ecuatoriano y el Ministerio de Educación los expusieron a la pandemia), cuando el número de
contagiados iba en ascenso. El Ministerio de Educción ni el Estado les dieron implementos de
salud. De su bolsillo los profesores tuvieron que comprar mascarillas, alcohol, desinfectante y
guantes para poder protegerse del Covid-19. Es importante también recalcar que nunca se les
preguntó a los docentes si podían cubrir gastos de internet, luz, telefonía móvil y telefonía fija
para seguir trabajando desde sus hogares. Por decreto se cambió la modalidad de estudio. Por
decreto se les bajó el sueldo, y, se les obligó a sostener la educación ecuatoriana pagando de sus
bolsillos los servicios necesarios para poder seguir trabajando desde sus hogares.
Sobre los libros de texto también es importante recalcar que la Ministra de Educación,
Monserrat Creamer, hace unos meses atrás denunció lo que calificó de adoctrinamiento ideológico:
textos e imágenes con tendencia política correísta en algunos libros escolares “…páginas en honor
al expresidente venezolano Hugo Chávez y consignas en torno a lo ocurrido el 30 de septiembre
de 2010, día en que, según el correísmo, nació la democracia ecuatoriana” (2020). Por lo tanto, se
retiraron de circulación esos textos y se elaboraron otros. Lo novedoso es que, en los nuevos textos
escolares, en el libro de Estudios Sociales de tercer año de Educación Básica, en las páginas 68 y
69 están dedicadas al actual presidente, Lenín Moreno, que bajo el título Ejemplo de solidaridad se
describe una breve y apoteósica biografía del presidente. (El Comercio, 2020)4 ¿Cómo le definirá
las Ministra de Educación y el propio Presidente de la República a ese texto? ¿Cuáles serán las
intenciones con su publicación? ¿En ese artículo, igual que en los textos de los libros del periodo
de correísmos no se cae en el adoctrinamiento ideológico y la demagogia política?
Pero bueno, las intenciones de este texto es evidenciar el trabajo de los docentes del Ecuador,
aunque lo malo de la corrupción en nuestro país es que siempre salpica a la educación.5
La educación en Ecuador aún tiene sus ambigüedades y contradicciones (así como las
autoridades y los encargados de generar las leyes). Todo ello ha contribuido a que reconozcamos
nuestro regazo educativo si nos comparamos con los países de la región.
La especialista Michele Bass, Directora Digital Learning Solution Center – Región Andina en
Laureate International Universities, refiriéndose a la situación que vivimos los países de la zona
por el Coronavirus, reconoce que: “El docente está siendo una pieza clave en las universidades de
Latinoamérica, por ello está recibiendo apoyo de distintas maneras.” (Revista Emprende, 2020)
Evidenciamos que las universidades, en la región, capacitaron y valoraron a sus docentes sin los
cuales la educación superior hubiera fracasado, pero la educación primaria y secundaria fue dejada
a la deriva y las autoridades nacionales, seccionales y locales (incluso institucionales) cargaron el
peso a los docentes. Como si fuera poco en ese proceso se generó mucho caos y contradicciones
entre autoridades. Cuando les preguntamos a los docentes ecuatorianos sobre cómo evalúa el
trabajo del Ministerios de Educación y sus diferentes instancias en el manejo de esta emergencia, el
profesor Juan Pablo Bravo, profesor secundario de la ciudad de Cuenca, contesto:
4
Al escribir este ensayo no tenemos intención de defender a un político o a otro. Es más, tanto el presidente Correa
como el Presidente Moreno pertenecen al partido político Alianza País, tienen la misma ideología política, han sido
equipo y hasta han trabajado con los mismos colaboradores. El propósito de nuestro texto es reflejar lo que a través
de los medios de comunicación se ha publicado y que tienen como punto de convergencia la educación ecuatoriana
y sus docentes.
5
Pero el malestar por la corrupción también se evidencia en las instituciones educativas. Un docente entrevistado de la
ciudad de Cuenca se queja de la manera como las Direcciones Zonales y Distritales colocan a personas sin perfiles aca-
démicos ni profesionales en los cargos de autoridades de los establecimientos educativos. El docente acusa a los man-
dos medios “que designan autoridades que no cumplen un perfil, incumpliendo los reglamentos de la Ley de Educación,
autoridades sin capacidad ni liderazgo que únicamente buscan protagonismo” (Profesor Christian Cornejo)
“No tienen lineamientos claros. Además, no hemos recibido nuestros sueldos a la fecha correspondiente
y tenemos asignaciones de trabajo dentro de cada institución que nos llevan a estar sentados demasiado
tiempo en el computador y los estudiantes estaban, están y estarán acostumbrados a un sistema
educativo demasiado paternalista que nos llevará a un desastre total”.
Otra profesora que trabaja en una institución privada en la ciudad de Guayaquil, manifestó:
“Los docentes tuvimos que ver cómo se trabajaba e inventar maneras de hacerlo más factible. Lo que
sirvieron (hace referencia al Ministerio de Educación) es para interrumpir el poco tiempo libre que nos
queda. Incluso en nuestras “vacaciones” no paran de llegar acuerdos y lineamientos”
Cada día asoman nuevos corruptos y otros “se olvidan”. En conclusión el dinero robado no se
recupera. Para las elecciones del 2021 el CNE proyecta USD 42,8 millones para el fondo de promoción
electoral, pero los docentes están impagos… en algunas ciudades asoman pocos docentes con
carteles “implorando” su sueldo. No les hacen caso… En las redes sociales se leen textos:
ECUADOR dile NO a los 42 millones para la campaña electoral. Necesitamos: Salud, educación,
alimentación, medicina.
Debería existir el examen QUIERO SER CANDIDATO, mínimo 800 puntos y luego postular a lo que
quiera con su título de cuarto nivel.
ECUADOR: país en el que se quita comida, frutas, caramelos y ropa al vendedor ambulante pero no se
incauta lo robado a políticos ladrones.
Sino te mató el Covid, te matará no saber por quién votar: ¿Si por el prófugo, el preso, el cómplice, el
procesado, el sospechoso o el corrupto?
Estas frases, algunas incluidas dentro de memes, reflejan el pesar y malestar del pueblo
ecuatoriano. El abandono a los docentes (y sin olvidar a los médicos que están viviendo otro
calvario) y la visibilización de la corrupción (que muchos la llaman el verdadero virus) han
desenmascarado a un gobierno corrupto, inepto e inconsciente con el pueblo que lo eligió y
“cómplice” de los amigos, familiares, colaboradores y cuerpo militar que lo mantienen en el poder.
A finales de agosto, los docentes de la Sierra y Región Amazónica, acabaron sus vacaciones
de tres semanas y les toca regresar, otra vez, a su fatigosa y mal comprendida profesión. Están
impagos, los bancos como medidores del tiempo contabilizan sus días de retraso en las deudas
y se los hacen saber con mensajes de texto a sus teléfonos. Pero a pesar de ello y pagando de sus
bolsillos los servicios de luz, teléfono e internet están listos para volver a cumplir sus funciones
y a seguir sosteniendo la educación del Ecuador mientras el Ministerio de Educación y sus
autoridades Nacionales, locales e instituciones se llenan la boca con acuerdos, resoluciones, e
incluso amenazas.
Conclusión
Los docentes ecuatorianos, con emergencia del Covid-19 y sin él, siempre han demostrado
con su trabajo y vocación que son los verdaderos pilares de la educación ecuatoriana. Pero
lastimosamente a lo largo de la historia del país no se ha reconocido su labor y muchas de las
veces se los ha tildado de “ociosos” o “tira piedras”.
El gobierno anterior quiso manchar la imagen de los docentes y para demostrar la deficiencia de
los mismos creó el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEVAL) que aplica evaluaciones
constantes a los docentes con nombramientos fijos y provisionales: SER MAESTRO6. Los docentes,
con dinero de sus bolsillos, pagan cursos de actualización y capacitación, maestrías o doctorados,
y de esa manera han demostrado su calidad académica y profesionalismo. Además, no tienen
alternativas, el ascenso de categoría en el escalafón es permitido solamente cada cuatro años y
con una justificación de como mínimo 330 horas de capacitación.
6
“El proceso Ser Maestro es una evaluación de desempeño dirigida a docentes que son parte del Magisterio Fiscal con
nombramiento definitivo o provisional. Sus propósitos son: identificar las necesidades de fortalecimiento de capaci-
dades y la participación en los procesos de recategorización” (Instituto Nacional de Evaluación Educativa)
Nacional de Educación (UNAE) el oficio de docente sigue siendo menospreciado y poco valorado7.
Pero los docentes ya están nuevamente cumpliendo sus funciones. Sobrecargados de trabajo, de
responsabilidades y hasta funciones administrativas. Impagos y con sueldos disminuidos. Con un
contexto social y políticos donde impera la ley del político corrupto que hace y deshace las leyes.
Donde al vendedor ambulante le incautan sus bienes y al político corrupto, en el país o prófugo,
(incluso algunos exiliados como es el caso de Gabriela Rivadeneira) disfrutan de lo robado y
siguen incrementando sus fortunas. Ecuador neoliberal, lleno de errores e injusticias, no valora a
sus docentes que son el pilar en el que siempre se sostiene.
Referencias
Creamer, M. (2020, Marzo 16). Así puede acceder a plataforma educativa del Ministerio de
Educación habilitada por la suspensión de clases en Ecuador. EL UNIVERSO, pp. https://www.
eluniverso.com/noticias/2020/03/16/nota/7784211/coronavirus-plataforma-educativa-
ecuador-ministerio-suspension.
Creamer, M. (2020, Abril 13). Luego de críticas, Ministerio de Educación reprograma entrega de kits
de alimentos. From https://www.diariocorreo.com.ec/41299/nacional/luego-de-criticas-
ministerio-de-educacion-reprograma-entrega-de-kits-de-alimentos
Decreto Oficial 1053. (2020, Mayo 19). Presidencia de la República. From https://fabara.ec/wp-
content/uploads/2020/05/Decreto-Ejectuvo-1053.pdf
Diario Correo. (2020, Abril 13). Luego de críticas, Ministerio de Educación reprograma entrega de kits
de alimentos. From https://www.diariocorreo.com.ec/41299/nacional/luego-de-criticas-
ministerio-de-educacion-reprograma-entrega-de-kits-de-alimentos
Diario Primicias. (2020, Julio 11). Educación revisa el currículo académico para retirar contenido de
‘adoctrinamiento ideológico’. From https://www.primicias.ec/noticias/sociedad/ministerio-de-
educacion-adoctrinamiento-ideologia-libros-escuelas/
7
Pero también hay que reconocer la existencia de casos de algunos docentes que no valoran su trabajo y aceptan fun-
ciones sin remuneraciones acordes a las responsabilidades encomendadas. Algunas instituciones carecen de autori-
dades ganadoras de concurso que por sus méritos y preparación deberían ganar un sueldo de dos mil dólares, pero el
Estado ahorra y encarga esas funciones y responsabilidades a docentes sin experiencia ni perfil acorde. De pronto lo
que motiva a los docentes a aceptar ello es el ansia de poder y vanidad. Pero esos hechos, aparentemente heroicos,
perjudican no solo a los docentes que exigen ser dirigidos por profesionales, sino también a niños y jóvenes cuyas
autoridades deben administrar y gestionar proyectos en beneficio de ellos. También, es bueno acotar que en Ecua-
dor, aunque la ley estipula funciones a todas las autoridades de las instituciones educativas, nunca se ha llamado a
concursos de méritos y oposición para Vicerrectores ni Directores de Talento Humano. Esas funciones las cumplen
docentes de las propias instituciones por encargo.
EL COMERCIO. (2020, Junio 23). ¿Alumnos de Sierra y Amazonía deberán devolver los textos escolares al
final de este ciclo? From https://www.elcomercio.com/actualidad/alumnos-sierra-amazonia-
devolucion-libros.html
EL COMERCIO. (2020, Mayo 19). 166 658 profesores fiscales hay en Ecuador, ¿cómo ven la reducción
salarial? From https://www.elcomercio.com/actualidad/profesores-fiscales-ecuador-
reduccion-salarios.html
El Comercio. (2020, Mayo 4). Lenín Moreno aparece en texto escolar de planteles fiscales como ‘ejemplo
de solidaridad’. From https://www.elcomercio.com/actualidad/textos-colegios-fiscales-
moreno-solidaridad.html
Ministerio de Educación. (2020, Marzo 12). COMUNICADO OFICIAL | Suspensión de las actividades
académicas para los estudiantes para precautelar la salud de la comunidad educativa. From https://
educacion.gob.ec/comunicado-oficial-suspension-de-las-actividades-academicas-para-
los-estudiantes-para-precautelar-la-salud-de-la-comunidad-educativa/
Ministerio de Educación. (2020). Lineamientos para la elaboración del Proyecto de Grad. Quito,
Ecuador: Ministerio de Educación / https://es.calameo.com/books/006307519932f2adaca03.
Ministerio de Educación. (2020, Marzo 17). Ministerio de Educación > Comunicamos > Noticias >
COMUNICADO OFICIAL | MinEduc implementa modalidad de teletrabajo a partir del martes 17
de marzo . From COMUNICADO OFICIAL | MinEduc implementa modalidad de teletrabajo a partir
del martes 17 de marzo: https://educacion.gob.ec/comunicado-oficial-mineduc-implementa-
modalidad-de-teletrabajo-a-partir-del-martes-17-de-marzo/
Revista Emprende. (2020, Abril 22). Expertos señalan que el rol del docente ha sido clave para la
educación online durante la crisis por el coronavirus. From https://revistaemprende.cl/expertos-
senalan-que-el-rol-del-docente-ha-sido-clave-para-la-educacion-online-durante-la-crisis-
por-el-coronavirus/
Rodas, O. (2020, Abril 22). Diario El Universo. From Es razonable que hayan suspendido las
clases. Estudiantes y docentes con estrés por la cuarentena: https://www.eluniverso.
com/opinion/2020/04/22/nota/7819311/es-razonable-que-hayan-suspendido-clases-
estudiantes-docentes-estres
Resumen
El presente artículo tiene como objetivo discutir y analizar la educación ambiental y virtual en
el contexto de pandemia COVID 19 y sus implicaciones desde una perspectiva de la mujer. La
metodología cualitativa adoptada fue investigación empírica y bibliográfica, como técnica
de análisis optamos principalmente por Análisis de Contenido. Abordamos como perspectiva
teórica, y campo disciplinar de estudio, la Educación Ambiental para la Sostenibilidad con énfasis
en la formación de profesores, responsabilidad parental y la problematización socio-crítica de la
práctica educativa virtual en este escenario emergencial. Existe una pérdida de las actividades de
educación ambiental y limitaciones de la educación virtual, generando consecuencias de calidad
en la educación y psico-emocionales. Se requiere superar las limitaciones de políticas públicas,
desigualdades sociales y avanzar en estrategias para construir ciudadanos críticos y capaces de
transformar una realidad de injusticias en los nuevos escenarios para la humanidad.
Palabras clave: Educación Ambiental; Pandemia; Educación virtual; Formación de Profesores; Cuestiones
de género.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art4
1
Universidad Federal de Rio Grande (Brasil). careliahidalgo@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4531-
6987
2
Universidad Federal de Rio Grande (Brasil). william.gomez93@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-
9386-5171
Abstract
This paper aims to discuss and analyze environmental and virtual education in the context
of the COVID 19 pandemic and its implications from a women's perspective. The qualitative
methodology adopted was empirical and bibliographic research, as an analysis technique we
opted for Content Analysis mainly. As a theoretical perspective and disciplinary field of study,
we addressed Environmental Education for Sustainability with emphasis on teacher training,
parental responsibility and the social-critical problematization of virtual educational practice in
this emerging scenario. There is a loss of environmental education activities and limitations of
virtual education, generating consequences of educational quality and psycho-emotional. It is
necessary to overcome the limitations of public policies, social inequalities, and to advance in
strategies to build critical citizens capable of transforming a reality of injustice.
Introducción
Las reflexiones en torno a la pandemia, en estos días, se han transformado en un denominador
común entre aquellos que hemos soñado con nuevas visiones del mundo, y los efectos de un
hecho que resultó inesperado para todos. Pareciera que la humanidad ha podido evidenciar,
en algunos sentidos, el fracaso de un modo de vida insustentable y de alta injusticia social
que nos hace vulnerables como sociedad. Por otra parte, el manejo actual de esta pandemia
se está centrando en un tema de salud preventiva, porque los sistemas de salud se encuentran
colapsados en la mayoría de los países. Entonces esta situación repercute claramente, entre otras
cosas, en políticas públicas tanto de salud como de educación con alta incertidumbre sobre sus
verdaderas posibilidades de alcanzar los promovidos objetivos para el desarrollo sostenible, así
como enfrentar la situación emergencial de la pandemia.
Sin duda las políticas públicas educativas en América latina se enfrentan a la toma de
decisiones en medio de retos aún no cumplidos, como el derecho a la educación para todos
en medio de sociedades de alta injusticia social. La necesidad de continuar con los objetivos
educativos, los llevó a asumir la educación virtual como posibilidad; decisión cuestionable frente
a la desigualdad social y territorial, reflejada entre otras cosas, en limitadas posibilidades de
acceso a internet y tecnologías apropiadas. Todo esto en un momento histórico donde se continúa
discutiendo el tema de inclusión, calidad educativa, aún la necesaria educación ambiental
transformadora y crítica, y formación de ciudadanos para sociedades sostenibles. Además, la
situación ocurre inmersa en sociedades aún machistas y patriarcales, donde la mujer ha asumido
múltiples roles, entre ellos la sustentación económica de sus hogares y ser el apoyo fundamental
en el cuidado de su familia.
Mientras escribimos este ensayo, aún se observan los impactos de la pandemia, con muchos
acontecimientos indeseables que nos llevan a realizar reflexiones, principalmente con relación
a la justicia que se manifiestan en este territorio y la incapacidad para enfrentar esta situación
extraordinaria de salud pública. La Tabla 1 muestra los 3 países con mayores porcentajes de
muertes por población total estimada 2020, ocupando el primer lugar Perú seguidos de Chile
y Bolivia; por otra parte el país con mayores casos confirmados lo ocupa Chile seguido de Perú y
Brasil. Estos resultados están determinados por un sin fin de factores que no son nuestra razón
de análisis, pero sí nos permite visualizar un panorama general de la pandemia en latinoamérica.
Tabla 1
Datos de COVID-19 para países de sur América (16 de septiembre 2020)
Población Casos
Muerte por % Casos
PAÍS (estimado confirmados de % Muertes
Covid-19 confirmados
2020) Covid-19
Argentina 44,560,000 11,910 577,338 0.027 1.30
Bolivia 11,633,371 7,447 128,286 0.064 1.10
Brasil 211,000,000 133,217 4,384,860 0.063 2.08
Chile 18,729,160 12,040 437,983 0.064 2.34
Colombia 50,300,000 23,288 607,978 0.046 1.21
Ecuador 17,500,000 10,963 119,553 0.063 0.68
Paraguay 7,252,672 552 29,298 0.008 0.40
Perú 32,600,000 30,927 738,020 0.095 2.26
Uruguay 3,499,299 45 1,827 0.001 0.05
Venezuela 28,870,195 502 62,655 0.002 0.22
Fuente. Cálculos de los autores con datos de población estimado por país y datos de covid de la base de datos www.
covidvisulizar.com
Creemos entonces que este momento sin igual de la humanidad, sumergida en una profunda
crisis planetaria, debe reconocer un modelo insostenible, que mantiene: la pobreza, hambre,
cambio climático, contaminación, desigualdades, entre otras, que se articula sinérgicamente
en sus devastadores efectos de injusticia ambiental. Como educadores ambientales, podríamos
revisar como esta “necesaria” forma de continuar la cotidianidad educativa de manera virtual
se ha transformado en el generador de conflictos, así como de nuevos pensamientos sobre
la educación, particularmente sobre la educación ambiental, el rol de la mujer y la familia.
Nos enfrentamos a condicionantes de calidad, que históricamente han venido perdiendo
relevancia en las políticas públicas, como: la capacitación continuada de los profesores ante los
desafíos del futuro; las relaciones de los padres e hijos en la educación; así como la educación
ambiental transformadora y crítica en las escuelas. Son temas inmersos en la crisis, en medio
de una pandemia, que afecta los roles de la mujer en una sociedad donde aún se mantiene la
desigualdad de género (CEPAL, 2007).
Se han abiertos muchos espacios de debate, así como la oportunidad de producir este
ensayo y contribuir con un mirar crítico a la realidad latinoamericana. Para lograr el objetivo del
presente ensayo y responder al cuestionamiento de cómo se da la relación entre la educación
virtual, Educación Ambiental, la pandemia y el papel de la mujer en este escenario, elegimos un
enfoque principalmente cualitativo. Quisimos sustentar este ensayo con una consulta de opinión
a mujeres latinoamericanas que han tenido que asumir el rol de educación de sus hijos e hijas
en estos días de pandemia. Como técnica de recolección optamos por un cuestionario virtual
mediado por la plataforma Google Forms con 20 preguntas entre abiertas, de selección y en escala
de satisfacción que enviamos a mujeres en Venezuela, Colombia, Chile, Argentina, Uruguay y
Perú, quienes participaron en su divulgación y participantes consultadas. Logramos opiniones
de 54 mujeres que representan realidades y experiencias de procesos educativos de escuelas
públicas y privadas. Como técnica de análisis de las respuestas a las preguntas abiertas, utilizamos
Análisis de Contenido (Bardin, 2011), generando categorías y unidades de significado. A cada
ítem se le generó una estadística básica de porcentajes. El ejercicio descriptivo e interpretativo
nos permitió organizar la discusión en los siguientes tópicos que se expondrán a continuación:
(1) Algunas características del grupo de mujeres participantes, (2) Pandemia y desafíos de la
educación virtual emergencial y (3) Educación Ambiental y nuevos horizontes.
Sin entrar a discutir la profundidad filosófica de la Educación Ambiental (EA), ni las polémicas
y controversias conceptuales ante el llamado a una educación para el desarrollo sostenible
(Gutiérrez y Priotto, 2010), aquí asumimos la Educación Ambiental para la Sostenibilidad (EAS).
Es lamentable que los resultados de la EA no terminen siendo procesos transformadores de esa
sociedad esperada, porque como dice Gonzalez-Gaudiano (2012) en una crítica a la EA promovida
a nivel básico en América Latina no ha creado “los puentes necesarios para aplicarlos en el análisis
de las causas del deterioro y la prevención y solución de problemas socioambientales locales, en
el marco de una aproximación interdisciplinaria”. (p. 19). La interdisciplinaridad en este campo
del saber le ha permito a la EA caminar con diferentes matices de apropiación social y ambiental
(Gonzalez-Gaudiano, 2009) que nos diferencia de los enfoques de los países desarrollados.
Cada día es más imperativo superar las visiones naturalistas, ecologistas o verdosas sobre
el ambiente, y abordar los temas en un sentido político multidimensional y complejo, no
solamente con el enfoque instrumental de enseñanza de la ecología como lo dice el mismo autor.
Necesitamos avanzar en una EAS para la transformación de la realidad que sucumbe en alta
incertidumbre e injusticia ambiental. Vemos, cómo ante esa realidad compleja de un modelo
de vida insostenible, la EA crítica aún no es alcanzada en las escuelas. La EA aún cuando ha sido
declarada un eje transversal en los currículos escolares, le falta camino por recorrer; en la práctica
pedagógica sigue siendo visto como un activismo ambiental que nos coloca ajeno a las realidades
del mundo y nuestros propios territorios latinoamericanos.
De manera concreta en este ensayo, asumimos una conjugación de EAS, como una respuesta
de los sistemas educativos latinoamericanos ante los Objetivos para el Desarrollo Sostenible
como referente temático. Entendemos que esa EAS debe responder a las realidades territoriales
con sus complejos problemas e injusticias por ser superadas, asumiendo una educación crítica
y transformadora con alta participación social (Gonzalez-Gaudiano, 2012). Esta educación debe
problematizar los asuntos ambientales desde los contextos territoriales, en un reconocimiento
de las características políticas, culturales, socioeconómicas y ecológicas. En ese sentido la EAS
no debe priorizar en la abundancia y consecuente consumismo, sino en la insatisfacción de
necesidades básicas e injusticia que provoca los modelos hegemónicos, que sustentan el capital
en una realidad de desigualdad social.
Los sistemas educativos decidieron por la educación virtual (EV) asumiendo un igual acceso
a los servicios y equipos para llevar a cabo la exigencia. Sin embargo, la realidad mostró la
desigualdad social, ante la imposibilidad de que todos los niños y niñas logren educación. Cuando
hablamos de EV, nos referimos al tipo de proceso pedagógico mediado por algún instrumento de
comunicación con diferencia espacial.
Con Gagliardi (2020) podemos sustentar que los anteriores elementos llevan a
una transformación de la práctica educativa virtual en la pandemia, con las siguientes
problematizaciones:
Este desafío supone reconocer las otras corporeidades que se configuran desde lo virtual. Encontrar
nuevos modos de habitar la clase, incluso desde la virtualidad. Aportar humanidad al entorno web,
que a veces puede resultar poco amable para algunos. Hay que dotar a las clases de sentido: ¿para qué
usar esta plataforma? ¿para qué esta actividad? ¿Cuáles son los objetivos de esta tarea? ¿Qué criterios
de corrección se aplicarán? ¿Pueden ser los mismos parámetros que utilizamos en la clase presencial o
habrá que pensar nuevas formas de evaluar en este contexto? (p. 4)
Nos gustaría aclarar que este concepto que tratamos de establecer, incumbe el agravamiento
de mediaciones forzadas de implementación escolar en el contexto pandémico, denominándose
apropiadamente Educación Virtual Emergencial. Está EV, en el contexto latinoamericano ha
develado las desigualdades sociales, caracterizada por: índices de acceso desigual a cualquier
artefacto tecnológico; elevados precios de conexión a internet; el aumento del valor de los
productos eléctricos y electrónicos, consumo de servicios básicos; entre otras.
La CEPAL también señala que los gobiernos han reconocido que las mujeres contribuyen
decisivamente a la economía tanto del trabajo remunerado como de las labores no remuneradas
del hogar. El cuidado en el contexto familiar es un trabajo de “carácter obligatorio y desinteresado”
con implicaciones morales y emocionales. Como todo trabajo “supone el empleo de tiempo
y conocimientos, y cuya especificidad se basa en el aspecto relacional, tanto en el marco de la
familia como fuera de ella” (p. 64). La desigualdad continúa porque, entre otras cosas,
(...)de otros miembros de la familia como los hijos, enfermos o personas de edad avanzada recae
desproporcionadamente sobre las mujeres. Esto obedece a una tradición cultural con una marcada
división sexual de roles según hombre y mujer, la idea es superar esto se traduce en asumir la
responsabilidad compartida en las tareas domésticas que “se relaciona con cambios estructurales e
intersubjetivos” (p. 57).
Igualmente señalan, en el mismo documento, que se hace necesario diseñar políticas que
faciliten la vida laboral de la mujer, así como favorecer la participación de los hombres en las
actividades domésticas no remuneradas. Para las mujeres, es causa de descontento el provocado
también por el agobio que produce la carga familiar, porque generalmente al momento de que
la mujer ingresa al campo laboral sigue siendo responsables de los cuidados familiares. Este
rol, muchas veces invisible, de la mujer en el hogar se traduce en un trabajo de cuidado infantil,
nutrición, salud y educación. La CEPAL señala el cuidado como parte del trabajo de reproducción
social o doméstico no remunerado, d e un amor invisibilizado.
Este trabajo se relaciona con un proceso material y simbólico caracterizado por el mantenimiento de los
espacios y bienes domésticos, la alimentación y el cuidado de los cuerpos, la socialización, la educación
y la formación de los menores, el mantenimiento de relaciones sociales y el apoyo psicológico a los
miembros de la familia. (p. 58)
Según este mismo organismo, “A esto se suman hechos como la demanda adicional de
cuidado, que no ha sido suficientemente reconocida ni evaluada, como resultado de la pandemia
del VIH/SIDA en el caso del Caribe y de algunos países latinoamericanos” (p. 64). Esto nos anuncia
los efectos de la actual situación que vivimos con el COVID-19 en este año 2020, que sorprendió
al mundo y a las mujeres sumándose más roles de los que históricamente ha cumplido. Podemos
presumir que, incluso la mujer se ha visto en la necesidad de retomar algunos roles que ha
descuidado o delegado a otros por sus múltiples funciones en la sociedad. Alvarez y Gomez (2010)
confirman muchos de los aspectos señalados por la CEPAL y agregan que “La incorporación de la
mujer al mercado de trabajo ha tenido repercusiones en la estructura familiar”.
Esta realidad, en cada país, responde a asuntos como la diversidad cultural, los cambios
históricos de la sociedad y la familia; a las políticas públicas en materia de la mujer que han
avanzado, pero siguen siendo ineficientes; y también a las desigualdades económicas existentes.
También esto se devela en las concepciones de las mujeres que tienen la responsabilidad sobre
la crianza, así como también en una desconección de ellas con los procesos de enseñanza-
aprendizaje por sus múltiples funciones. Sin ser esto una crítica a la mujer, lo vemos como esta
cotidianidad moderna que atropella las relaciones entre las personas y en la familia, como
resultado de un sistema que nos vuelve esclavos del trabajo para alcanzar cierto nivel de vida, en
una carrera entre el tiempo y el dinero.
Existe la idea que la educación de calidad, como parte de las políticas públicas, va acompañada
de la formación continuada de los profesores. Sin embargo, existe una deuda en la formación de
profesores y el cumplimiento de los objetivos para una educación de calidad. Según Vaillant,
(2013) en América Latina esto ocurre principalmente por la falta de una efectiva política que
movilice los cambios curriculares. Por tanto, imaginar y crear una labor docente que sea capaz
de problematizar los modos de relación con todos los elementos de un sistema complejo como
el latinoamericano, conlleva a una práctica de enseñanza y exigencias como Freire (2002)
establece en su obra Pedagogía de la Autonomía. Por un lado, en donde la práctica educativa exige
la convicción de que el cambio es posible y por otro, donde la enseñanza exige comprender que la
educación es una forma de intervención del mundo.
Freire (2002) nos desafía a que en la práctica educativa contemplemos la existencia, y aquí
somos incisivos en una existencia humana con garantías y digna a toda forma de manifestación,
como posibilidad y no como determinación. En tal sentido, los profesores necesitan orientar
cambios ontológicos desde la conciencia de sí mismos, y conciencia de la naturaleza en que nos
constituimos, para luego desde un trabajo colectivo promover actividades de integración que
den sentido y significado a las decisiones de vida.
É a partir deste saber fundamental: mudar é difícil mas é possível, que vamos programar nossa ação
político-pedagógica, não importa se o projeto com o qual nos comprometemos é de alfabetização
de adultos ou de crianças, se de ação sanitária, se de evangelização, se de formação de mão-de-obra
técnica. (p. 31).
Figura 1
Porcentaje de países participantes en la respuesta al cuestionario
Figura 2
Porcentajes de tipo de ocupación de las mujeres participantes
En el grupo de mujeres participantes, se reveló que la cantidad de hijos en edad escolar, fue
de 61 hijos en total. El 68% tiene un hijo en edad escolar, seguido de 28% con dos hijos y 7%
con 3 hijos. El 33% de los niños están en el rango de edad entre 3-7 años; el 43% de los niños
están en el rango de edad entre 8 a 12 años, solo el 24% son mayores a 12 años. El 53% de los
niños está inscrito en escuela privada, el 43% pública y 5% en mixta. El 61% de las mujeres tiene
hijos menores de 12 años que se consideran niños de cuidado, lo que implica mayor ocupación de
tiempo para ellos.
Para hacernos una idea del tipo de condición de vida, se les preguntó que cuántos sueldos
mínimos eran los ingresos de la familia, según los resultados, podemos presumir que son
personas de clase baja principalmente, el 54% vive con un sueldo mínimo; el 35% vive con uno a 3
sueldos mínimos. En relación a la ayuda que tienen las madres para el cuidado de los hijos e hijas,
que se muestra en la figura 3, resultó significativo el rol de los abuelos que participan en un 39%
de los casos, seguido por un 28% de participación de los padres, y en un 11% tienen el cuidado
completo las madres. Solo el 6% señaló tener una empleada remunerada que la ayuda con el
cuidado de hijos e hijas. Considerando la igualdad de género queda en evidencia la participación
desigual de los padres, demostrando que la madre es la que lleva principalmente el cuidado de
los hijos, siendo significativo el apoyo que reciben de los abuelos.
Figura 3
Porcentajes por tipo de personas que ayudan en el cuidado de los hijos
En resumen podemos señalar que las mujeres que participaron en la consulta son trabajadoras,
con un promedio de 39 años, de ingresos familiares bajos, que cuentan con la colaboración de los
abuelos en el cuidado de hijos e hijas. En la mayoría de los casos los hijos e hijas en edad escolar
son menores de 12 años. Además se devela el bajo compromiso de los padres con el cuidado de
los hijos.
Con este panorama latinoamericano nos enfrentamos al siguiente desafío, el 89% de esos
hogares hicieron frente a los procesos educativos por medio virtual. Este número significativo nos
lleva a problematizar varias cuestiones. Por un lado, se evidencia la transformación digital presente
en la educación en las últimas décadas con la apertura y democratización de las tecnologías de
la información y de la comunicación. Un asunto que también ha sido, desde hace algún tiempo,
declarado como tema prioritario en los currículos, con un discurso muy desarrollista, según la
UNESCO (2013) aún tiene mucho que avanzar en oportunidades de acceso, de calidad educativa
y temas de enseñanza aprendizaje. Este ejercicio aún incipiente en materia legislativa para los
Por otro lado, nos enfrentamos a un dilema clásico estudiado por todas las vertientes
de la economía frente a la distribución de recursos. Migrar los procesos educativos que se
venían constituyendo como presenciales a estrategias completamente virtuales generó una
consecuencia no deseada: la acentuación de la desigualdad en el acceso a la educación. Cuando
cuestionamos y traemos la desigualdad a la discusión ampliamos la esfera de análisis a los
sectores de conectividad, acceso y pertenencia a aparatos electrónicos, soberanía alimentaria,
calidad educativa, servicios de saneamiento y demás variables relacionadas intrínsecamente con
los objetivos de desarrollo sostenible, propuestos en el 2015 .
Desde una perspectiva histórico-crítica, Boaventura (2020) nos ayuda a comprender que el
actual modelo económico que rige la pandemia por COVID designa a todas las áreas sociales
como educación, salud y seguridad social la continua reproducción y sometimiento a lógicas de
modelos de negocio de capital. Ahora bien, si es en la esfera pública el ejercicio de los principios
de ciudadanía y derechos humanos ¿Cuál es el papel del Estado en este periodo emergencial en la
garantía del derecho a la Educación? ¿Cómo superar las desigualdades para lograr una educación
incluyente y de calidad?
Dicho lo anterior, efectivamente la educación virtual requiere del acceso a algún dispositivo
electrónico que permita la comunicación entre el educando y el educador. En los resultados
del cuestionario se evidencia que el 50% de los hogares cuentan con equipo individual para
sus estudios, un 40% es compartido con la familia y un 10% cuentan con equipo prestado por
familiares o amigos. Estos resultados revelan una desigualdad de acceso a la tecnología, además
de sumar otras complicaciones como la cantidad de personas en la familia que requieran del
aparato tecnológico, causando limitaciones de uso.
en este tiempo pandémico. Se evidencia que la aplicación WhatsApp es la más utilizada con una
participación del 31%, seguido de la herramienta Zoom con un 23%, en tercer lugar el correo
electrónico con un 14% y en un cuarto lugar Google Classroom con un 14%. Los datos anteriores
muestran que las herramientas y plataformas virtuales que están siendo utilizadas en los
procesos educativos son específicas de las áreas de tecnologías de la comunicación.
También se evidenció que el tiempo en familia, producto del aislamiento social, ha sido
un aspecto que las mujeres han reconocido como sobresaliente (29%), con comentarios
como: : “Compartir más con nuestros hijos es lo más positivo de este nuevo método de enseñanza”; “Más
compenetración con mis hijos”; “En cierta forma se integra la familia”; “estamos más tiempo con ellos y
saber más de sus amistades y gustos.”; “Conocer desde otra perspectiva a mis hijos, pasar más tiempo juntos,
poder hacer actividades en familia durante la semana (antes de la pandemia, sólo lo hacíamos los fines de
semana)”; “Estoy más cerca de ellas y dedico más tiempo con mis hijas”; luego expresan esta práctica
educativa como actividad novedosa (25%), en comentarios como: “Es una experiencia que nos brinda
la oportunidad de conocer nuevas maneras de aprender”; “Incorpora a la familia en el uso de la tecnología.
Los chicos se sienten cómodos y permite que avancen en sus deberes escolares”; “Nuestros hijos se familiarizan
con el uso de la tecnología”; “La tecnología cada día crece a pasos agigantados y esta experiencia nos permite
ponernos en contacto con ella”.
Figura 4
Aspectos positivos y negativos en porcentaje de la educación virtual en pandemia.
Fuente. Autores
Emerge un aspecto significativo que algunas de las mujeres han reconocido el papel
imprescindible de la labor docente. Efectivamente, el acompañamiento continuo y la orientación
parental o familiar, que son base primordial de los procesos educativos, se han manifestado como
una contribución a la sensibilización y concientización que la educación paternal ha ganado
en este periodo pandémico. Es un camino retrospectivo de análisis donde los responsables de
la educación en casa han asumido con las actividades de enseñar y aprender, como manifiesta
Freire (2019) una relación educando-educador: “De este modo, el educador ya no es sólo el que
educa sino aquel que, en tanto educa, es educado a través del diálogo con el educando, quien,
al ser educado, también educa” (p. 61). En este sentido otro aspecto que fue reconocido es la
oportunidad para refrescar conocimientos
Con los aspectos negativos surgieron tres grupos de consideraciones de importante cuidado y
análisis que deben ser un punto de partida para futuras discusiones que este periodo de educación
emergencial ha dejado: Problemas psico-afectivos (53%), pérdida de la calidad educativa (51%) y
problemas tecnológicos (21%).
Las imbricaciones entre estos tres elementos mencionados pasan por las inquietantes
sobre el quehacer con un escenario de educación post-pandémico, que reconfiguró nuevas
sensibilidades a la salud y al medio ambiente. Por lo tanto es necesario traer a la reflexión
estos cuestionamientos sobre ¿cómo la salud mental de los estudiantes, profesores, padres y
responsables del cuidado se ha visto afectada en este periodo? ¿Cómo el acceso, aumento de los
costos y problemas tecnológicos afectan el continuo desarrollo de los procesos educativos? Y ¿de
qué manera esa percepción frente a la pérdida de la calidad educativa puede llegar a un escenario
de discusión regional, nacional e latinoamericano a partir de las sensaciones de las mujeres que
participaron en este estudio?
Uno de esos espacios, aquí ampliamente analizados, es la escuela. Se elevó una cuestión a ser
indagada por las participantes frente a una posible calificación en una escala de 1 a 10, siendo 1
muy mala calidad y 10 máxima calidad de la educación que ofrece la escuela durante la pandemia.
La asignación promedio fue de 6,1, obteniendo los valores promedios más bajos Perú, Colombia
y Venezuela. Esta expresión numérica, que evalúa en términos regulares esa calidad educativa,
nos muestra también la esperanza del efectivo trabajo de la educación parental en este ejercicio
investigativo. Es evidente que se espera mucho más de la escuela, representada virtualmente
por los profesores y funcionarios, también se verifican las ansias de respuestas estructurales en
materia de política social que solventen la emergencia actual mientras se aguarda el instrumento
de ciencia y tecnología eficaz para el combate y aseguramiento de la salud pública.
Podemos seguir asignando responsabilidades en escala para continuar con los aseguramientos
necesarios de protección de la vida humana, y es aquí donde nuevamente la educación, como
práctica de sujetos que transforman el mundo, y como confirma Santos (2020), orientados al
fortalecimiento de valores en el ejercicio democrático de “una educación cívica orientada a la
solidaridad y cooperación, y no hacia el emprendedurismo y competitividad a toda costa” (p. 25).
Otra calificación asignada por las participantes es respecto al grado de dificultad en sus
actuales roles de educación, siendo 1 fácil y 10 difícil, en este sentido se evaluaron con nota
5,6. Lo que muestra esta calificación es una fuerte incertidumbre y un compromiso con la
responsabilidad que tuvieron que asumir en los actos pedagógicos de sus hijos e hijas . Existen
inquietudes sobre el cuidado, sobre los contenidos de las clases, sobre el riesgo sanitario, sobre
las garantías del empleo, sobre las incesantes y extenuantes jornadas de trabajo en casa. El papel
de la mujer en este escenario debe re-significarse en sus integridades, dignidades, identidades
de género, igualdad social, respeto de sus derechos, de sus decisiones y de la protección de su
vida humana, consecuentemente de su familia.
Para finalizar esta sección, en la pregunta realizada con el instrumento ¿Qué tipo de
actividades educativas usted cree que se han visto afectadas en estos tiempos de pandemia?,
las participantes convergen en sus percepciones frente a las actividades físicas (deporte) de sus
hijos e hijas (54%), seguido de la preocupación con las habilidades de socialización (36%), y luego
señalaron las actividades práctica y recreativas (22%). No hay duda de que la existencia humana es
social, histórica y relacional, y que emerjan esas percepciones en las participantes de corporeidad
y sentidos de pertenecimiento social, confirman una vez más el relevante proceso de la educación
ambiental en las prácticas de autoconocimiento, concientización y reconocimiento como seres
con posibilidades de transformación. La figura 5, muestra todos los tipos de respuestas, siendo
en muchos casos más de una respuesta por cada una.
Figura 5
Porcentajes de actividades educativas pérdidas en tiempo de pandemia.
Fuente. Autores
Figura 6
Porcentajes de respuestas a la existencia de educación ambiental antes de la pandemia.
Figura 7
Porcentajes de actividades de educación ambiental perdidas en pandemia.
Figura 8
Porcentajes de actividades de educación ambiental promovidas en pandemia.
De manera general podemos ver que las mujeres consultadas muestran una concepción
naturalista sobre ambiente y en el sentido de la EAS las actividades relacionadas siguen siendo
las mismas que han marcado la EA en estas décadas: paseos (como contacto con la naturaleza),
huertos, composteros, reciclaje y ahorro de agua y energía. La diversidad de temas posibles para
la construcción de sostenibilidad aparentemente no están siendo relacionados con el ambiente,
tampoco realzan los valores como esencia de esos nuevos ciudadanos ambientalmente
conscientes que se esperan. Solo una persona señaló la solidaridad, como un valor promovido
pensando en los otros que han necesitado ayuda en estos tiempos de pandemia. De manera
interesante un 11% refirió la convivencia con otros como parte de la EA.
para involucrar a las familias en la discusión tan necesaria de dichos temas, entre ellos la igualdad
de género, la justicia ambiental y la necesidad de nuevos modelos socioeconómicos para América
Latina. En estos momento la pandemia es un hecho que se transforma en oportunidad para
abordar temas de salud integral con acciones preventivas con temas de alimentación saludable
con otros modelos de producción; la actividad física; la vida espiritual, entre otros. Igualmente
permite ser problematizada con la desigualdad social, las oportunidades de acceso a servicios y
educación; el consumo responsable e impactos del consumo ante la disponibilidad actual y futura
de recursos; acciones y valores para la convivencia pacífica para alcanzar sociedades sostenibles.
Son esta, y otras más, las temáticas que convergen con la idea de una EAS ya estipulada para las
escuelas. Este tipo de educación hace una demanda sistemática a los escenarios de desigualdad,
vulnerabilidad y opresión con un objetivo mayor que es la transformación social.
Consideraciones finales
Los aspectos abordados en el ensayo, entretejidos con la pandemia que llegó en proporciones
desmedidas a acentuar los escenarios de injusticia social, han afectado la educación y de
manera particular la EAS en las escuelas. Nos surgen muchas preguntas, siendo intencionales
¿Cuál será esa educación ambiental que se resignifica en la pandemia?, y consiguiendo aún
más posicionamiento previsional, podríamos plantear otra cuestión, ¿Cuál será esa educación
ambiental que dialogará con la educación virtual en un panorama post-pandémico?, ¿Cómo
serán superadas las desigualdades de género que sobrecargan a las mujeres en estas nuevas
formas de educación?
Ese lograr emancipar y proyectar a las comunidades por medio de un proceso de enseñanza-
aprendizaje, implica la interdisciplinariedad en las nuevas formas de organizarnos, alimentarnos,
educarnos, y relacionarnos de manera responsable como parte de la naturaleza y los medios de
transformación productiva, pensando así un nuevo proyecto societário. Los intereses societarios
en la búsqueda de un futuro mejor, que sea viable, sostenible, resiliente y con capacidad de
organizar otras estructuras socioeconómicas posibles, que deben ser reevaluadas para avanzar
en la transformación hacia sociedades sostenibles.
Surge entonces un escenario para registrar una educación de calidad, tecnológica, ambiental,
que se interrelacione en el actual sistema en crisis infecto-sanitário, como la presente, y una
responsabilidad ético-política que dé valor a una igualdad y equidad de género. En dicho
escenario, nos planteamos el rol de la mujer en la educación de los hijos e hijas, que genera
alertas de tipo psicoafectivas y tecnológicas que afectan la calidad de todas las conexiones de
carácter social y económico.
La mujer y los arraigos culturales que trae desde la antigüedad, la han puesto en desventaja
en algunos derechos sociales que deben ser superados, es necesario “fomentar la armonización
de las responsabilidades de las mujeres y los hombres en lo que respecta al trabajo y la familia”
(CEPAL, 2007, p. 101). Es la mujer quien liderará pautas de cambio en la familia en su rol de
cuidadora, por eso ella puede también a través de la educación de los hijos e hijas constituirse en
clave de la educación ambiental transformadora. Se requieren políticas que les den protección
laborales y seguridad social, cuando trabajan en el hogar; también para promover una educación
que modifique las actitudes machistas y refuerce la división del trabajo sobre la base del género,
la responsabilidad familiar compartida en los asuntos domésticos, como en la atención de los
niños y niñas.
Referencias
Álvarez, A. & Gómez, I. (2011). Conflicto trabajo-familia, en mujeres profesionales que trabajan
en la modalidad de empleo. Revista Pensamiento Psicológico. vol.9 no.16 Cali Jan./June 2011
Bardin, L. (2011). Análise de Conteúdo (L. Reto & A. Pinheiro, Trads.). São Paulo: Edições 70.
CEPAL. (2007). El aporte de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe. UNESCO-Cepal.
http://genero.bvsalud.org/lildbi/docsonline/get.php?id=713
Freire, P. (2002). Pedagogia da autonomia: saberes necessários à prática educativa (25.a ed). São Paulo:
Paz e Terra.
Gutiérrez, J. & Priotto, G. (2008). Estudio de caso: sobre un modelo latinoamericano de desarrollo
curricular descentralizado en Educación Ambiental para la Sustentabilidad. Revista mexicana
de investigación educativa. Investigación temática. vol.13 no.37 México abr./jun. 2008.
Santos, B. (2020). La cruel pedagogía del virus (P. Vasile, Trad.; 1.a ed.). Buenos Aires: CLACSO. https://
www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1977
UNESCO. (2013). Enfoques estratégicos sobre las TICS en Educación en América Latina y el Caribe.
OREALC/UNESCO Santiago.
Resumen
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art5
1
Universidad Santo Tomás (Colombia). ernestofajardo@usantotomas.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1168-
9512
Introducción
El presente texto tiene como objetivo realizar un ejercicio reflexivo sobre el papel que cumple
la educación, el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), como objetivo de
desarrollo sostenible en el contexto latinoamericano y su incidencia frente a la pandemia del covid
19. para tal efecto, se aborda una serie de temáticas para fundamentar lo propuesto. en un primer
apartado se hace referencia a la pobreza y su impacto en el mundo globalizado. seguidamente,
se aborda el fenómeno de la desigualdad social frente a los sectores privilegiados. a partir de
estos referentes, se asumen las brechas en educación, salubridad y acceso a la prestación de los
servicios básicos. en este sentido, se hace una aproximación reflexiva sobre el fenómeno del
desempleo y la incertidumbre frente a los mercados emergentes, y en este sentido, a las políticas
sociales y su institucionalización en el contexto de la pandemia, las brechas en el establecimiento
de una educación de calidad para América latina, para cerrar con una mirada sobre la inversión
con responsabilidad y la educación sostenible.
Las diferencias sociales no dan espera, así como hay personas que desde el inicio tenían la
tecnología necesaria para adaptarse a esta forma de estudio remoto. Igualmente, hay también
personas que consiguieron los medios de una u otra forma para facilitar sus estudios, sin
embargo, hay quienes no lograron conseguir los medios, generando desigualdad en los procesos
educativos yendo en contra del objetivo de desarrollo sostenible de una educación de calidad
para todas las personas del mundo. (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
La pandemia demostró la necesidad que tiene el mundo de adaptarse a una educación virtual
de calidad pues nunca se sabe cuándo se tendrá que utilizar la educación remota nuevamente
como algo 100% necesario. Por otra parte, la globalización y el desarrollo de las TIC ha permitido
el aumento de la educación virtual, demostrando buenos resultados a partir de la tecnificación y
la adaptación a nuevas realidades globalizantes.
Los conflictos como la inseguridad, las instituciones débiles y precarias, así como el acceso
limitado a la justicia ordinaria, continúan como una grave amenaza para el desarrollo sostenible.
El número de personas que huyen de las guerras, las persecuciones y los conflictos superó en 2018
los 65 millones, la cifra más alta registrada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Refugiados en el último siglo.
Es altamente probable que quien es pobre, salga de la detención con una profunda desventaja
económica, física y personal, además de que será marginado como un criminal y no podrá acceder
a los beneficios de la justicia que el Estado proporciona. Esto plantea serias dudas respecto del
impacto en la pobreza y la desigualdad de los sistemas de justicia que dependen de manera
excesiva de la privación de libertad.
¿Pero por qué esta brecha social es tan grave para una población? La explicación puede ser
simple. Una persona de escasos recursos económicos accede a una educación de baja calidad por
lo cual este individuo es muy poco competitivo en el mercado laboral a comparación de alguien
de grandes recursos económicos, y por esta razón, sus oportunidades para acceder a un trabajo
bien remunerado para salir de la pobreza en la que nació son escasas y hace que este problema se
convierte en círculo vicioso. Esta situación provoca que una economía no crezca y se estanque, lo
cual ayuda para que sistemas políticos y familias ricas de tradición se aprovechen de la situación
y manipulen a la población a conveniencia. Esto a la larga es muy peligroso porque genera una
inestabilidad y descontento, que en una época de crisis como lo es la provocada por el Covid 19
puede terminar en un estallido social que tiene consecuencias nefastas para un país.
En la parte rural se evidencia aún más las falencias educativas, la falta de presencia del Estado
con las ayudas correspondientes y los pocos subsidios de alimentación y kits escolares no cubren la
totalidad de la población y por lo tanto no se benefician con los programas como familias en acción.
Debido a la situación económica actual, los padres de familia han incorporado a los menores
a los trabajos de producción, cultivo y mano de obra para mitigar el impacto y asegurar la
subsistencia de todos sus integrantes, dejando de lado la educación y provocando la deserción
escolar. Algunos docentes de estas zonas de difícil acceso han tenido que desplazarse y elaborar
material didáctico diferente para suplir las actividades presenciales contando con poca
colaboración de los padres de familia, además de los conflictos que ha generado el confinamiento
general al hacerse cargo de la formación desde casa.
Todos estos conflictos muestran claramente la brecha que existe entre las personas que
cuentan con abundantes recursos y los que por el contrario no cuentan con casi nada, aplicado
tanto a la fuente de ingresos, de empleo, de acceso a la salud y seguridad social y más aún a un
derecho tan importante como lo es la educación. Es de notar que también ha incidido la falta
de cultura del ahorro y la cultura del trabajo informal que muestra la desigualdad y la falta de
oportunidades para todos los sectores de la sociedad.
Entre 2002 y 2017, la desigualdad en la distribución del ingreso, expresada mediante el índice
de Gini del Banco Mundial -que mide la desigualdad de ingresos de los ciudadanos en un país-,
se redujo de 0,534 a 0,466, lo que es un resultado significativo. En este sentido, los altos niveles
de desigualdad existentes en la región conspiran contra el desarrollo. Sin embargo, el ritmo de
la disminución entre 2014 y 2017 se ha ralentizado y, a pesar de los avances, América Latina y el
Caribe continúa siendo la región más desigual del mundo.
Más allá del apartado económico, las desigualdades abarcan la desigualdad en el ejercicio
de los derechos, las capacidades y los niveles de autonomía. También incluye la desigualdad de
género, la étnica y raciales, la territorial, entre otras.
Esas desigualdades se ven acentuadas y bloqueadas por la llamada cultural del privilegio que
naturaliza las jerarquías sociales y las profundas asimetrías de acceso a los frutos del progreso, la
deliberación política y los activos productivos.
Con la llegada del Covid-19, llegaron otros problemas asociados a la pandemia y en otros
casos sirvió para evidenciar las deficiencias a las que las personas se enfrentan y que incluso se
les llegó a perder el rastro, lo que ha permitido calcular que el 24% de estudiantes de educación
superior llegaría a desertar en el segundo semestre del 2020.
El ministerio de educación expone que la deserción escolar “es provocada por la combinación
de factores que se generan tanto al interior del sistema como en contextos de tipo social,
familiar, individual y del entorno” dado que el Covi-19 trajo consigo disminución de ingresos
principalmente en poblaciones de estratificación baja y media, lo que obligo a que se adaptaran
a condiciones de acuerdo a su dinero y con esto el abandono de la educación de muchos niños y
jóvenes para lograr suplir las necesidades básicas del hogar. Entre 2002 y 2017 según datos de la
ONU se redujo la desigualdad 0,534 a 0,466, sin embargo, en América latina y el caribe la realidad
es menos alentadora. Además de la condición actual, se suman problemas de acceso para recibir
sus clases, porque el país no estaba preparado para la enseñanza mediada por plataformas
virtuales, debido a que las políticas públicas en cuanto a esta materia son relativamente nuevas,
por lo que siguen siendo evidentes las brechas en la conectividad y la deficiencia en las redes
de las instituciones educativas configuran una formula trágica (educación de acceso limitado +
desigualdades sociales y culturales + ingresos bajos + necesidades básicas + pandemia mundial =
imposibilidad de desarrollo) que limita mucho más el acceso a una educación y aleja aún más el
cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible.
Según la CEPAL, (2019), “más de un 40% de los jóvenes de entre 25 y 29 años del quintil de
mayores ingresos concluyeron al menos cuatro años de educación terciaria, solo el 3,6% de
quienes pertenecen al quintil de menores ingresos alcanzaron ese nivel”, determinando que es
una realidad claramente afectante y generadora de desigualdades sociales sin respetar que la
educación es un derecho fundamental para todas las personas sin ningún hálito de diferencia.
(Gobierno de Colombia, 2016, p. 6 - 7).
De igual forma esta situación se presenta en la salud cuando las personas no reciben una
atención hospitalaria digna que supla las necesidades básicas de salubridad tanto de niños,
adultos y ancianos y, por lo tanto, puede degradarse en mortalidad infantil como sucede entre
los afrodescendientes llegando a ser hasta 1,6 veces mayor que la registrada en el caso de los no
afrodescendientes, mientras que la tasa de mortalidad entre los niños indígenas casi duplica las
de los no indígenas. (CEPAL, 2019).
Los países que conforman América Latina presentan un porcentaje elevado de desigualdad en
el acceso a la educación y este fenómeno se ha incrementado aún más con la pandemia producida
por el COVID 19, lo que genera una gran preocupación pues dadas las cifras de la CEPAL se observa
que un grupo reducido de jóvenes logra llegar a culminar el nivel universitario, de acuerdo a lo
anterior es importante hacer el siguiente cuestionamiento ¿cuál es el impacto para un país que
tiene como problemática principal la desigualdad en el acceso a la educación?
De acuerdo a lo reportado por la CEPAL, (2019), existen brechas para el acceso a la educación
dentro de las cuales se encuentra la población joven que habita en zonas rurales y urbanas. Dado
al COVID-19, estas diferencias de habitar en zona rural y urbana se ha incrementado para tener
acceso a la educación porque no toda la población cuenta con los mecanismos ni los recursos para
acceder de manera virtual a las clases no presenciales generando como resultado imposibilidad
al conocimiento, el acceso y a las herramientas educativas lo que implica disminución en
oportunidades frente a la oferta educativa. La diferencia de estratos socioeconómicos influye de
manera considerable pues, aunado a lo anterior, se obtiene que quien no tiene recursos para acceder
al internet, que para muchos sectores de la sociedad es un recurso de lujo y relacionando con la
situación de pandemia actual, no tenerlo es un gran obstáculo para acceder a la información para
dar continuidad a la formación académica de la población que conlleva a que los jóvenes se atrasen
y finalmente muchos terminen por desistir sus procesos académicos y la formación profesional.
La llegada de la pandemia demostró lo poco preparados que se encuentran las naciones, para
enfrentar una emergencia sanitaria, y la decadencia en que se encuentra el sistema de salud y
en países subdesarrollados este fenómeno tuvo un mayor impacto. (ESCAP, 2014, p. 1). En el
contexto colombiano, los análisis suministrados por el ministerio de salud, ha demostrado una
evolución creciente demográfica desde la segunda mitad del siglo XX. De una población cercana
a 12 '000.000 de habitantes en 1950, preponderantemente rural (60%), se llega hoy a casi 50'
000.000 de colombianos, residentes principalmente en centros urbanos (79%) (CELADE, 2019).
Así mismo, se aprecia un significativo incremento en la expectativa de vida, pasando de los 51
años en 1950, a los 76.92 en 2019 (DANE 2019), lo que permite evidenciar el crecimiento social y
económico que ha tenido, pero no se puede ocultar, que pese a que en los últimos años la brecha
entre salud urbana y rural ha disminuido, continúan presentándose resultados desfavorables,
como por ejemplo un mayor número de muertes maternas o bajo peso al nacer en la poblaciones
que habitan zonas rurales del país. a lo que se puede calificar que la pobreza, el nivel educativo o
los grupos étnicos, son algunos determinantes sociales que refuerzan la inequidad del sistema.
(Departamento Nacional de Planeación, 2020).
La población rural ocupa un 30% del país, y estas comunidades sufren desigualdad
socioeconómica, como la falta de vías, el bajo de nivel de educación, acceso restringido al
consumo agua potable y altos niveles de desnutrición. Los puestos de salud y su infraestructura
no cumplen con estándares de la calidad, el riesgo de inseguridad y accesibilidad a estas
comunidades, hace complejo la movilidad de profesionales en el campo de la salud y la educación
a áreas rurales del país. El estado como benefactor de estos servicios debe dejar de lado el
abandono a estas comunidades, y proporcionar unos mayores recursos en el cumplimiento
de las necesidades básicas, pero esto se vuelve una falacia, ya que los niveles de corrupción y
el clientelismo, consumen al país. De acuerdo con el último informe emitido por la oficina de
Transparencia Internacional el cual mide el nivel de corrupción de 180 países, Colombia obtuvo 37
puntos, siendo el país con más corrupción de América Latina. Por lo tanto, estos son los factores
que limitan la sostenibilidad y el desarrollo del país. En cuanto coyuntura económica producto
de la pandemia que afectó no solo a Colombia sino a todo el mundo, está dejando ver la trágica
realidad de un país. en el cual la desigualdad es cada vez mayor, con una informalidad de más de
60% y una tasa de desempleo 20.2% y un decrecimiento -15.7 en PIB para el segundo trimestre
2020. Estas cifras muestran los retos que tiene el país frente a la recuperación de la economía,
siendo un factor determinante para el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sostenible.
(Departamento Nacional de Planeación, 2020).
Aun así, el mercado laboral, se sigue caracterizando por su incapacidad para generar empleos
productivos y un salario decente a la mayoría de las personas, y estas características hacen que se
generen mayores desigualdades sociales.
El covid-19 afecta la parte laboral puesto que obliga a parar la actividad económica, lo que da
como consecuencia que al no haber una producción se generen despidos masivos y se abra más
la brecha de la desigualdad social.
Por otra parte, también la parte económica afecta la parte académica ya que no se pueden
pagar colegiaturas, ni matrículas universitarias, puesto que no hay el presupuesto para mantener
el desarrollo de la vida académica.
Uno de los cambios más duros o el peor cambio fue el incremento de trabajo infantil, niños
que se vieron en la necesidad de dejar sus estudios para poder obtener su propia manutención o
colaborar con la manutención familiar ya que, por este tema de pandemia, muchos salarios de los
progenitores de estos niños se vieron altamente reducidos, lo cual implicó el abandono de aulas
de un número considerable de infantes.
Dicha calidad y acceso sea en principio una necesidad global, al ser un potencial para las
capacidades personales y sociales que hacen frente a las transformaciones de la tecnología
como desarrollo del país. Igualmente comporta un cambio a la formación participativa en la
que puedan los niños y futuros ciudadanos al tomar decisiones que beneficien su entorno, esto
gracias al derecho al voto que le permite elegir democráticamente a un dirigente que represente
en gran medida a intereses colectivos. (Fajardo, 2018, p. 26), Lo que se persigue es no sólo formar a
un individuo capaz de enfrentar los problemas de la vida, sino que ese individuo viva en sociedad
con una conducta basada en los más nobles principios morales.
La incidencia que tiene actualmente la educación con la situación social de los países por la
presencia de un virus, permitió que se evidenciara la ausencia estatal en los procesos educativos
de la población vulnerable, al no poder tener acceso a un celular, a un computador, desde
referentes de trabajo y salud precarios, porque las familias de estos niños tampoco tienen acceso
a servicios básicos.
Actualmente la población tiene problemas para adoptar y tomar los criterios de desarrollo
sostenible debido a que en su mayoría están preocupados por otras dificultades presentadas
por la pandemia (COVID-19), dificultades que les impide adquirir suplementos básicos para su
supervivencia y afectan su diario vivir. La mayor parte de la población está afectada y en declive
por las pérdidas que se ven, dado que su mayor preocupación es su bienestar y el de sus familiares
en contextos urbanos y rurales. (ONU, 2019).
Durante la pandemia, las escuelas de América Latina y el Caribe permanecen cerradas. Más
de 170 millones de estudiantes permanecen fuera de las aulas de clase, tomando clases que
para muchos gobiernos fueron improvisadas generando aumento en la brecha en la educación
de aquellos que tienen la posibilidad de acceder a los medios tecnológicos y de aquellos que
por motivos económicos y geográficos no. Lo que da más pie a que los estudiantes abandonen
sus clases. Nos encontramos frente a dos factores que impactan la crisis en la educación en
América latina. La primera es que aun antes del covid-19 la educación ya enfrentaba problemas
económicos, a pesar de los esfuerzos de los países Suramericanos de invertir en educación.
o necesidad que se tenga. Si bien es cierto, para este año las políticas sociales han estado más
frágiles debido a la pandemia decretada mundialmente, en donde centenares de empresas han
tenido que cerrar por la crisis económica, y con esto, el desempleo ha incrementado trayendo
consigo hambre, necesidades más allá de las personales; en donde si se observa desde un
enfoque social, esto en un puntero que se direcciona a un estallido civil, provocado por la miseria,
la desigualdad, la inequidad y la falta de interés por parte del estado Latinoamericano.
Las bases sociales en Latino América son inconclusas y poco estables, en donde no establecen
controles y alcances que permitan un descanso frente a problemas que enfrenta la sociedad. Se
exonera el esfuerzo por entes de control que han ido fortaleciendo paso a paso las afectaciones,
pero falta mucho para conseguir la tan anhelada necesidad de la inequidad y la desigualdad.
De todos los recursos obtenidos por el estado provenientes del pueblo, deben ser dirigidos
a políticas sociales que ayuden al crecimiento del país ya que para su mejora hay que generar
progresos en la efectividad de la recaudación de dichos recursos y todo esto porque el financiar
políticas sociales, permite el desarrollo social inclusivo que es lo mismo que transformar un gasto
corriente en una inversión para la sociedad; ahora, teniendo en cuenta la situación actual del
mundo, la inversión en la educación es necesaria ya que el coronavirus obliga a todos a confinarse
para cuidar su salud y a estudiar y trabajar desde sus casas; sin embargo, muchas familias
que no tenían la posibilidad de “asistir” al colegio, y que no contaban con acceso a internet y
computadores, se han quedado sin posibilidad de estudiar.
Colombia cuenta con una amplia diversidad de recursos naturales y ecológicos que no han
sido aprovechados y explotados de la mejor manera, en donde tristemente con el paso del
tiempo los ricos se vuelven más ricos y los pobres aún más pobres, precisamente porque no se han
detenido a pensar que no es sostenible un éxito que exija el fracaso de otros, que no es sostenible
y posible pensar en economía si no se parte de la base invirtiendo en educación, en promover
políticas de desarrollo sostenible direccionadas al apoyo de emprendimientos nacionales en
donde se incentive a la explotación del ingenio humano.
Por este motivo, es necesario hacer énfasis en el hueco fiscal que actualmente soporta
Colombia, porque no se puede hablar de una educación sostenible si no se tiene una inversión
social suficiente para la educación propiamente dicha. Se requieren cambios gigantes en cuanto
a las políticas tributarias como a los gastos públicos, es decir, se requiere que vayan en la misma
dirección, encaminadas a impulsar y propender por el progreso de todo un país.
La contingencia sanitaria que tiene paralizado el mundo, es una evidencia más de que Colombia
cuenta con mentes brillantes, emprendedoras e ingeniosas; no se puede desconocer que, en cada
rincón del país, salieron a flote pequeños empresarios con excelentes emprendimientos que para
prosperar necesitarían de un apoyo dinámico y eficaz de los entes estatales, en donde todo se
sintetiza en un trabajo cooperado.
Ahora bien, la falta de trabajo y la incertidumbre del mercado laboral a la que se ha enfrentado
históricamente América latina, ha dificultado e incluso imposibilitado la priorización de la
educación para, a partir de ella, alcanzar un desarrollo sostenible. Aunado a ello, el covid-19 ha
profundizado esta situación generando como consecuencia el aumento de desempleo, quiebra
de empresas, falta de oportunidades y un aumento de la incertidumbre en lo monetario, laboral
y personal; además ha generado que el comercio sea insostenible provocando masivos despidos
ya que las empresas no tienen los ingresos suficientes para mantener y contratar colaboradores.
Adicional a ello, la sociedad deja de consumir y se produce una recesión en la económica.
En este contexto no se garantizan ofertas laborales y educarse no resulta ser atractivo para la
población porque no hay una retribución justificable, es decir que se va a presentar un retroceso
en la educación. Así mismo, no permite pensar en aportes para la sociedad como el consumo
responsable, el comercio justo y el activismo ciudadano ya que la sociedad solo se enfoca como
consecuencia del virus en sobrevivir con las necesidades básicas de todo ser humano y mejorar su
calidad de vida. (Fajardo, 2019).
Consideraciones finales
Educar para la sostenibilidad implica empoderarse en la protección, restablecimiento y
promoción del uso sostenible de los ecosistemas terrestres, efectuar una ordenación sostenible
de los bosques, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y
poner freno a la pérdida de diversidad biológica.
Se ve cada vez más pobreza, desigualdad, desempleo, desplazados, gente habitando las
calles de las ciudades y crecen las zonas comúnmente llamadas “invasiones”, además de crecer los
estratos 1 y 2. Se ven mayores oportunidades en las ciudades, lo cual hace que grandes cantidades
de personas migren todos los días a estas mismas, con el fin de buscar un empleo y crecer tanto
personal como profesionalmente y encontrar una mejor calidad de vida. Sin embargo, la gran
cantidad de movilización ha hecho que en vez de tener efectos positivos sean negativos.
Hay mayor urbanización lo cual obliga a que la infraestructura crezca, la gente tenga menos
calidad de servicios públicos, la vivienda suba de precio, se sature el transporte público y por la
circulación de tanta gente en un solo sector aumente la contaminación.
En estos tiempos de crisis donde se presenta una contingencia que ha sido poco controlable,
hay que reconocer que el sector de la educación ha sido uno de los más afectados paros los
niños, jóvenes y adultos. El cierre de muchas instituciones y universidades han llevado a que los
mismos se reinventen para poder asegurar la continuidad pedagógica de los estudiantes. El virus
que es la causa de esta problemática que presenta el mundo trae como efectos en la educación,
cierres temporales de los sistemas educativos que ha venido afectando a más de 23.4 millones de
estudiante y a 1.4 millones de docentes (Pedró, 2020).
Cabe destacar que, desde el punto de vista educativo se acentúa el impacto el cual no permite
que la educación presencial se pueda llevar de manera óptima tal como la tecnología, ya que
muchos de los estudiantes y docentes no cuentan con el equipamiento y de la conectividad
requerida para atender esta necesidad. Según la unión internacional de telecomunicaciones, en
América Latina solo el 52% de los hogares cuentan con esta tecnología.
Referencias
Los ocho obstáculos al desarrollo sostenible de América Latina. (2020, 28 enero). https://news.
un.org/es/story/2019/10/1463292
ESCAP. (2014). A Conceptual Framework for Science, Technology and Innovation Driven
Sustainable Development and the Role of ESCAP. Retrieved from http://www.unescap.org/
sites/default/files/Conceptual%20framework%20for%20STI_0.pd f
Fajardo, E., (2018), Equidad y calidad educativa en América Latina: responsabilidades, logros,
desafíos e inclusión. CEDOTIC. Vol. 3 No. 1. 6- 31.
Gobierno Colombiano. (2014). Informe de seguimiento a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Retrieved from https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Prensa/Publicaciones/09%20
Informe%20ODM_ve rsi%C3%B3n_dise%C3%B1o.pdf
Gobierno de Colombia. (2016). Presentación Nacional Voluntaria de Coolombia. Los ODS como
instrumento para consolidar la paz. Retrieved from https://sustainabledevelopment.un.org/
content/documents/12644VNR%20Colombia.p df
Hernández, D. T. (2016). educación para el desarrollo sostenible,¿nada nuevo bajo el sol? https://
rieoei.org/RIE/article/view/784
Ostos, O. & Cortés, M. (2019). Los campos de acción en la Universidad Santo Tomás. Resultados del
estudio 2012 – 2018. RIIEP, 12(1), 15-40. https://revistas.usantotomas.edu.co/index.php/
riiep/article/view/4896/4609
Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022). Pacto por Colombia, pacto por la equidad. https://
colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Prensa/Resumen-PND2018-2022-final.pdf
PNUD (2001). Poner el adelanto tecnológico al servicio del desarrollo humano, México: Ediciones
Mundi Prensa.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Objetivos de Desarrollo Sostenible. https://
www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable- developmentgoals.html
SAB. (2016). Science for sustainable development. Policy brief. UNESCO. Retrieved from http://
unesdoc.unesco.org/images/0024/002461/246105E.pdf
Resumen
Este artigo trata da relação entre barbárie e humanidade, ou daquilo de que até então
poderíamos denominar como barbárie educativa em tempos de pandemia do Coronavírus. Para
tanto, partimos de algumas elaborações da teoria crítica de Theodor W. Adorno (1995, 2009,
2015), sobre o desgaste que os contextos de crise ou colapso vem causando na condição humana,
particularmente, naquilo que ele traz na sua dialética negativa. Pretendemos explorar alguns
elementos que imaginamos estarem contidos no pensamento adorniano, sobretudo, na sua
seguinte tese “escrever um poema depois de Auschwitz é um ato bárbaro”. Buscamos elaborar
algo como pontos de curto-circuito social, nos quais as condições de possibilidade de “ser no
mundo” estão mudando drasticamente. Para isso, essa elaboração segue, em certa medida, o
mote adorniano do ensaio como forma, buscando a imanência do objeto. Nosso foco está em
articular algumas possibilidades teórico-metodológicas, tendo em vista uma compreensão
da relação dialética barbárie/humanidade no contexto educacional. Esta perspectiva nos
leva a pensar no seguinte dilema: será possível pensar outras constelações educativas depois
da pandemia do Coronavirus? Nossa hipótese é de que sim, é possível. Porém, isso indica a
necessidade de reflexões profundas a respeito desta questão, particularmente, destacar a
atualidade e o potencial do pensamento constelativo do filósofo Theodor W. Adorno para
reflexão dos problemas educacionais e a formação cultural na sociedade contemporânea.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art6
1
Universidade do Extremo Sul Catarinense (Brasil). falexsanders@unesc.netv ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0945-
9075
2
Instituição de Ensino Superior UNIASSELVI (Brasil). guilhermeorestescanarim.canari@gmail.com ORCID: https://orcid.
org/0000-0002-9021-9799
Introdução
Para iniciarmos este ensaio, vamos tomar aqui uma citação do filósofo Theodor W. Adorno
de modo ambíguo na sua seguinte tese “escrever um poema depois de Auschwitz é um ato
bárbaro” (Adorno, 1996, p.26). Essa tese será um pré-texto e um pretexto para analisar um
contexto especifico, particularmente, o contemporâneo. Pretendemos trazer alguns elementos
que imaginamos estarem contidos no pensamento adorniano, sobretudo, a ideia é articular essa
tese com a situação mundial de enfrentamento das pestes contemporâneas, particularmente, na
pandemia do Coronavírus.
Entendemos que uma situação de pandemia se caracteriza como uma crise sanitária
que tomou proporções mundiais. Buscamos aqui elaborar algumas questões, tais como: que
educação há e haverá depois da pandemia no Brasil? Que tipo de sociedade seremos a partir dos
efeitos da pandemia nas relações sociais contemporânea? E ainda, o que restara de humanidade
em nós, daquilo que nós éramos quando tudo isso passar? Para visualizarmos o quadro atual do
colapso em diversas dimensões, no qual a questão da barbárie vai aparecer, nesse contexto de
pandemia. Se faz importante destacar que alguns críticos dizem que não estamos vivendo uma
crise, estamos imersos numa grande crise desde há muito tempo. 3
Se tomarmos como referência o filosofo Theodor W. Adorno (1995, 2009, 2015), e mais
contemporaneamente, o filósofo esloveno Slavoj Žižek (2018), indicam que a crise é o estado
“natural” do próprio capitalismo. Desde que nos “aventuramos” nesse regime, catástrofe e
barbáries estão sempre por perto nos assombrando, bem como, a grande massa espoliada e
excluída que estão por aí para nos mostrar o que realmente nos sobra.
3
Importante ver o texto: Neoliberalismo em tempos de coronavírus ou coronavírus em tempos de neoliberalismo? de Bruna
Soloina Machado, Marcos Vinicius Fernandes Gonçalves e Maria Fernanda Gomes Arcanjo publicado na Espaço e Eco-
nomia Revista brasileira de geografia econômica 18 | 2020 ANO IX, número 18. In: https://journals.openedition.org/
espacoeconomia/12379#tocfrom2n6 acesso 23 de novembro de 2020.
Žižek (2018) em seu texto “Não podemos tratar da questão dos refugiados sem abordar o
capitalismo global”4, indica que a crise capitalista trata da característica global e sistemática das
várias dimensões. Dessa crise global ou colapso no qual já vivemos há muitos anos, ele faz uma
leitura que relaciona a crise dos refugiados na Europa com a exploração econômica de países
como o Congo. Nessas regiões as milícias vêm sendo armadas e a violência e o empobrecimento
regional são alimentados por regimes pouco transparentes dos quais se beneficiam empresas
transnacionais americanas, europeias e asiáticas.
Tais questões serão para orientar nossa reflexão sobre o enfrentamento da pandemia do
Coronavírus numa perspectiva crítica. Não vamos tentar analisar todas as expressões da crise
capitalista num contexto de pandemia, tentar apenas organizar algumas dimensões e alcances
da catástrofe pandêmica em termos educacionais.
Nesse ensaio, pretende-se pensar algumas questões e alguns elementos presentes na tensão
existente entre as aspirações formativas educacionais e os desafios que se colocam para uma
educação contra a barbárie em tempos de pandemia. Isto é, a tentativa é pensar uma reflexão
possível na situação dessa nova catástrofe que a humanidade está enfrentando, muito voltado
para pensar algumas consequências dos problemas educacionais que se aprofundam nos países
em desenvolvimento, particularmente, o caso brasileiro. Também pretensiosamente nossa
reflexão se direciona para a atualidade e a potencialidade do pensamento constelativo contra a
barbárie contemporânea.
Parafraseando Adorno nos questionamos “será possível escrever poema após a pandemia
do Coronavirus?” Primeiramente, traçamos uma crítica a versão capitalista da economia a partir
do modelo neoliberal e suas consequências éticas e políticas de condução da vida humana.
Num segundo momento, trazemos uma análise que procura, a partir de uma paráfrase da tese
adorniana de que “escrever um poema após a pandemia do Coronavírus figuraria num ato bárbaro”,
compreender os desafios lançados para uma educação contra a barbárie em tempos pandêmicos.
4
Disponível em: https://blogdaboitempo.com.br/2015/09/18/zizek-nao-podemos-abordar-a-crise-dos-refugia-
dos-sem-enfrentar-o-capitalismo-global-os-refugiados-nao-chegarao-a-noruega-tao-pouco-a-noruega-que-
eles-procuram-existe/
Em síntese, podemos dizer que a mercadoria como produto do capital implica a materialização
do fetiche na produção social da vida. Se o modo de produção da vida no capitalismo é pobre,
se as relações materiais são de dominação, a produção da cultura não se distancia disso. Se o
capitalismo absorve a tudo como mercadoria, a educação, como produção social, também não
escapa disso. Isso significa a necessidade de reorientar os conceitos formativos da educação
contemporânea.
No mundo do capital, a vida adquire um caráter pálido, prejudicado, ou, como afirma o
próprio Adorno:
Aquilo que "vida" significava outrora para os filósofos passou a fazer parte da esfera privada e, mais
tarde ainda, da esfera do mero consumo, que o processo de produção material arrasta consigo como
um apêndice sem autonomia e sem substância própria. Quem quiser saber a verdade acerca da vida
imediata tem que investigar sua configuração alienada, investigar os poderes objetivos que determinam
a existência individual no mais recôndito dela (Adorno, 1993, p. 7).
A ideia de uma vida alienada e danificada aparece para Adorno (1993) como o resultado do
A dominação sobre seres humanos continua a ser exercida através do processo econômico”
(Adorno, 1994, p. 67). O resultado desse triunfo da lógica da produção e do consumo é a criação
de uma aparência “de que o [...] o ideal seria a plena ocupação e não o interesse em libertar-se do
trabalho heterônomo” (Adorno, 1994, p. 69). Assim, uma vida danificada é aquela que se define
a partir de uma determinada relação entre a vida e a produção, uma relação que é de sujeição da
vida ao processo produtivo.
5
Segundo Marx, na sociedade capitalista “cada produto é uma isca com a qual se quer atrair o ser dos outros, seu din-
heiro; toda necessidade real ou possível é uma fraqueza que arrastará as moscas ao melado – exploração universal
da essência humana coletiva do homem...” (MARX, 1987, p. 182). O poder do dinheiro expressa o poder que o sujeito
não tem mais sobre sua própria vida: “O dinheiro é a capacidade alienada da humanidade” (Ibid., p. 196). Cf.: MARX,
Karl. Manuscritos econômico-filosóficos. Lisboa: Edições 70, 1987.
A dura lida imposta aos trabalhadores, bem como as condições precárias de seu existir, se
constitui em um obstáculo de difícil superação para a construção de pensamentos livres. Só o
fortalecimento do pensamento, cuja pretensão escapa aos fabricantes de produtos culturais,
permite a destruição desta subordinação à qual a razão está submetida na contemporaneidade.
Até o ócio é aproveitado, engenhosamente pelos meios que propagam a ideologia dominante,
para que não reflita sobre sua condição de explorado e, muito menos, sobre quem o explora.
Assim, as classes dominantes economicamente, para manter seus privilégios, não têm
poupado esforços para que a dominação das consciências permaneça no estado em que se
encontra. As pessoas acatam passivamente a sociedade dada, refutando as possibilidades de
uma provável modificação da situação existente – ainda que, cada vez mais, limitadas. Mas
com a experiência da pandemia do Coronavírus essas contradições se mostraram mais agudas
e explicitas.
Nossa análise procura, a partir de uma paráfrase da tese adorniana de que “escrever um
poema após a pandemia do Coronavírus figuraria num ato bárbaro”, analisar os desafios lançados
para uma educação contra a barbárie em tempos pandêmicos. Mas mais especificamente, busca
uma tentativa de organizar uma reflexão crítica sobre as formas educativas desafiadas por um
contexto de crise sanitária, enredada num contexto de crise política, no caso do Brasil. Ou seja,
o dilema é: como será possível enfrentar dos desafios educacionais no período pós-pandemia?
Nossas reflexões estão voltadas para uma crítica da permanência da dominação neoliberal
do capitalismo avançado, que provoca a necessidade de reflexões sobre os perigos que seria
prolongar uma barbárie no âmbito educacional, na perspectiva do pensamento educacional de
Theodor W. Adorno (1995). A questão que se coloca é: como poderemos, então, dialogar com
Adorno para compreender a tensão presente entre as necessidades para uma educação formativa
e as condições para efetivá-la em tempos de pandemia?
No texto “Educação para quê?” é possível pensar esta questão e alguns elementos presentes
na tensão existente entre as aspirações e os desafios que se colocam para a educação de hoje.
Adorno reconhece haver uma crescente preocupação com a extensão da educação para todos os
níveis a um maior número de pessoas. O que não deixaria de isso ter importância, mas sendo
necessário também perguntar acerca dos conteúdos, isto é, “do que é e do para que é a educação”
(ADORNO, 1995, p.139).
Adorno sustenta que esta pergunta não consistiria em perguntar “para que fins a educação
ainda é necessária?” o que colocaria numa relação de subserviência a lógica dominante de
resultados. Mas, valeria perguntar “para onde a educação deve conduzir?” (ADORNO, 1995, p.
139). Desse modo, a maneira mais radical de perguntar-se sobre o vínculo entre modernidade
e barbárie, do ponto de vista adorniano, é enfrentar a brutal, e em muitos casos, inextrincável
forma como estão relacionadas, segundo Adorno
Quanto mais totalitária for a sociedade, tanto mais reificado será também o espirito, e
tanto mais paradoxal será o seu intento de escapar por si mesmo da reificação. Mesmo a mais
extremada consciência do perigo corre o risco de degenerar em conversa fiada. A crítica cultural
encontra-se diante do último estágio da dialética entre cultura e barbárie: escrever um poema
depois de Auschwitz é um ato bárbaro, e isso corrói até mesmo o conhecimento de porque hoje
se tornou impossível escrever poemas. Enquanto o espirito critico permanecer em si mesmo
em uma contemplação autossuficiente, não será capaz de enfrentar a reificação absoluta, que
pressupõe o progresso do espirito como um de seus elementos, e que hoje se prepara para
absorve-los inteiramente (Adorno, 1998, p.20).
Numa dialética intrincada, o progresso técnico possibilitou a precisão industrial das mortes
orquestradas sob o regime ideológico mais devastador do século XX, e por outro lado, o tipo
de racionalidade que formou o ocidente tem-se constituído pelo escamoteamento ostensivo
das suas ruinas, calabouços, grilhões e prisões. Um exemplo disso é a relação histórica entre as
fabricas e o cárcere no capitalismo.
No ensaio “Crítica cultural e sociedade” (Adorno, 1998, p. 26), Adorno diz que: “A crítica cultural
encontra-se diante do último estágio da dialética entre cultura e barbárie: escrever um poema
depois de Auschwitz é um ato bárbaro, e isso corrói até mesmo o conhecimento de porque hoje
se tornou impossível escrever poemas”. Esta frase propõe a necessidade de refletir sobre a tensão
entre catástrofe e representação. Para dimensionar o alcance da tensão é importante retomar o
conceito de catástrofe. Não falamos de qualquer forma de catástrofe, mas do significado mais
extremo do movimento de desaparecimento, de extinção, de aniquilamento humano, pois já não
se abre qualquer possibilidade de recomposição, de ressurgimento.6
Além disso, o fato de ser bárbaro escrever poesia depois de Auschwitz, eclipsa e obscurece
a própria compreensão do teor de barbárie que isso contem. Ou seja, o esvaziamento da
consciência e a objetificação da subjetividade, ameaçam a própria possibilidade de consciência
e da subjetividade. Desse modo a própria humanidade que nos constitui está sob ameaça. Em
certo sentido isso significa dizer que a expressão e o conteúdo expressado se encontram num
falso paradoxo, que é o centro da indústria cultural, prometer o impossível ou realizar o não
prometido. Nesse caso, as duas posições estão, de certo modo, opacas entre si.
3
No livro intitulado Catástrofe e Representação, Márcio Seligmann-Silva apresenta um texto intitulado “A história como
trauma”, no qual a história contemporânea é apresentada na impossibilidade de ser representada como meros fatos
ou correção de dados. Ela é apresentada no testemunho da singularidade da experiência histórica do evento-limite
(Shoah), para além da representação conceitual ancorada na consciência. .
Para Adorno a sociedade se apresenta como uma totalidade falsa. Mas, se o todo é falso, é
necessário um meio pelo qual este todo seria apreendido pela determinação social. Aquilo que
se propõe como totalidade, como plena concretização e amalgama completo de tudo, deve então
por isso mesmo ser considerado falso, dado que a dialética é o movimento interno das coisas
e também um método do pensamento, quero dizer, aquilo que está inteiro, que é total, é falso
porque é imóvel, imutável, porque regride a um estado de fixidez que não condiz com o mundo.
Para Adorno, a fragilidade da cultura ou o limite da crítica cultural reside em seu caráter
antirreflexivo, em seu praticismo, no sentido de permanecer estanque em relação ao próprio
conceito. Nessa perspectiva, falar em cultura como fazem alguns “críticos” já significa ir contra
ela. Isso corresponde a subordiná-la, classificá-la e submetê-la à heteronomia. Requer violar
a reivindicação do seu caráter espontâneo e autônomo, pois seu conceito é intrinsecamente
contraditório (Cohn, 1994, p. 19).
O que emerge de tal constatação é a discussão sobre a complicada relação que se estabelece
entre a situação de pandemia (barbárie) e a produção da vida (humanidade). Agir de forma
heterônoma, curvando-se diante de normas e compromissos de obediência “cega” à autoridade
gera condições favoráveis à barbárie. Adorno reflete sobre a necessidade de se pensar os
aspectos que permitiram ou não Auschwitz, mas os considera com os motivos de cunhos sociais.
Ele afirmara que os aspectos deformativos escapam aos meros poderes da cultura e mesmo de
indivíduos isolados.
Desse modo, a preocupação com o colapso na pandemia está pautada pelo colapso da
economia. Em especial, uma forma de economia ou de abordagem econômica, o neoliberalismo,
que tem no seu grande eixo revolucionário, o modelo “just in time”, o maior sintoma da sua
fragilidade como sistema global. É irresistível comparar essa situação com o efeito dopller, em
alguns pontos desse sistema, várias ondas de materiais estão se acumulando, obrigando a novas
formas de alivio da pressão extrema gerada pela produtividade exagerada.
Essa sofisticação, ou mistificação, é tanto mais eficaz quanto mais se entranha nos sujeitos o
modo como seu funcionamento se distancia da possibilidade da construção de uma subjetividade
e de uma consciência crítica. Ou seja, escrever poesia depois de Auschwitz é bárbaro e isso corrói,
dialeticamente, a própria possibilidade de entendermos porque isso é bárbaro. Não podemos
mais engolir de maneira conivente que o dinheiro não dá em arvore e que a economia é tão
importante quanto as pessoas. Isso é um falso dilema, simplesmente porque ela não é. Não
podemos mais protestar pela manhã, trabalhar a tarde e ir ao teatro a noite, sem que isso nos
provoque um desconforto.
Hoje, mais que nunca, se faz necessária uma compreensão crítica do que temos convencionado
chamar de ciências ou modernidades, que muitas vezes parecem óbvias, mas não são. É preciso
tentar elaborar possíveis reflexões que mostrem por que estas ideias não são assim tão evidentes
e quais as possibilidades éticas que essa própria critica detona. Nesse sentido, são as ideias,
ideologias e os conceitos, o sustentáculo das estruturas do sociometabolismo do capital, pois que
dele emanam as substancias dos discursos hegemônicos do monopólio. É neles que se sustenta a
Por conta disso, se faz imprescindível a qualquer compreensão das sociedades contemporâneas
e a realização daquele ideário kantiano da saída da menoridade: que nos debrucemos sobre
este pilar (ético) fundamental sobre o qual vivemos e no qual funcionamos como peças-chave
no maquinário do colapso e da exploração. Nenhuma resposta é completamente válida, nem
consegue se manter, hoje mais que do nunca, o todo é o não verdadeiro, ou seja, atualmente,
parece ter se destacado o caráter fragmentário da ciência contemporânea. O aspecto desregulado
do neoliberalismo, e as escleroses múltiplas dos governos. Independentemente do seu teor de
democracia, ou da sua suposta racionalidade e apelo economicista, poucas governanças puderam
realmente lidar com esse agravamento.
Considerações finais
Há um conto do escritor Julio Cortázar (2007) que vale a pena mencionar, chamado “A autoestrada
do sul” que consta de uma coletânea de contos chamada “Todos os fogos o fogo”. Poderíamos dizer
que é um conto sobre um engarrafamento, sobre um estado de emergência ou sobre uma
quarentena. Mas em especial poderíamos dizer que é um conto sobre a provisoriedade e sobre a
intensidade da contingencia ou da emergência.
Sem mais explicações há uma parada na estrada. Eles não estão exatamente presos. Em algum
momento alguns deles decidem procurar ajuda nas redondezas, nas fazendas e propriedades
da região. Mas as pessoas, com medo e preocupadas, estão armadas de várias formas. Estão
preocupadas com sua sobrevivência e com medo desses estranhos. Alguém está viajando e de
repente tem que parar. São vários personagens, cada um identificado a princípio com seus carros:
as duas freiras do 2hp, os rapazes o Simca, o engenheiro do Peugeot etc. Aos poucos, como todos
tem que ficar ali parados, começa a se formar um cosmos em miniatura, como uma espécie de
aquário temporário, uma constelação.
Nesses espaços, nessas filigranas, os personagens vão encontrando tuneis, galerias, portas,
janelas, ou passagens se preferirmos, para a elaboração de uma transfusão porosa de si no outro.
Eles vão mudando suas características e assumindo novas formas, novas posições. De modo
semelhante, na constelação se abrem múltiplas camadas, dimensões e campos de expressão, em
especial pela dialética negativa. A dialética negativa (e, por conseguinte o não-idêntico) é aquilo
de que a consciência tem consciência como seu outro, e não uma ausência da consciência em si,
algo inconcebível. Assim ela é parte do processo de autoconsciência do conceito.
A essência educativa, se é que poderíamos dizer desse modo, não está “atrás” somente da aparência
didático-pedagógica, se usamos ou não as tecnologias digitais, se ajudam ou atrapalham, entre
outras falsas polêmicas. Mas, está vinculada à reflexão da aparência acerca do modo educativo
que se articula na remissão do seu duplo caráter dialético diante das consequências da pandemia,
isto é, de adaptação e resistência na perspectiva da teoria crítica adorniana.
A intenção até aqui foi mostrar a atualidade e a persistência dos diversos modos de submissão da
educação aos limites da desregulamentação formativa imposta pela lógica capitalista neoliberal.
E o que isso significou? Significou compreender que a formação dos indivíduos, nesse particular,
a educação em tempos pandêmicos, tornou-se intrinsecamente limitada. Nosso estudo se
propõe, a partir desse ponto, a articular algumas formas de desencantamento da educação contra
a barbárie, colocando em evidência a crítica dialética e a expressividade estética nas suas formas
de resistência crítica e criativa.
Referências
Adorno, T. W. (1998). Prismas: crítica cultural e sociedade. Trad. Augustin Wernet e Jorge Almeida.
São Paulo: Ática.
_______. (2015). Ensaios sobre psicologia social e psicanálise. Tradução Verlaine Freitas. São Paulo:
Editora UNESP.
_______. (1992). Minima moralia. Tradução Eduardo Bicca. São Paulo: Editora Ática.
Cohn, G. (1994). Theodor W. Adorno: sociologia. Trad. Flavio R. Kothe et al. 2ª ed. São Paulo: Ática.
Žižek, S. (2020). Não podemos tratar da questão dos refugiados sem abordar o capitalismo global. https://
blogdaboitempo.com.br/2015/09/18/zizek-nao-podemos-abordar-a-crise-dos-refugiados-
sem-enfrentar-o-capitalismo-global-os-refugiados-nao-chegarao-a-noruega-tao-pouco-a-
noruega-que-eles-procuram-existe/
Resumen
El presente texto pretende mediante un ejercicio de reflexión ofrecer una comprensión explicativa
de la responsabilidad que le asiste al profesor universitario en el desarrollo del pensamiento
crítico en estudiantes de educación superior, y por extensión, en la consolidación de sociedades
más justas, tolerantes y cuidadoras del bienestar social. Para ello, se identifican algunos de
los elementos que intervienen en el desarrollo de esta forma de esta forma de pensamiento y
esbozan las consecuencias más inmediatas de su adopción. Esto con miras a vislumbrar, algunas
líneas de análisis a situaciones pospandemia, en donde el docente tiene que ser capaz de innovar,
reflexionar y transformar su práctica pedagógica, en pro de responder a las demandas que vive
el mundo en medio de la crisis sanitaria producida por el Covd-19, pero sobre todo haciendo uso
de la indagación, análisis y autorregulación, en tanto habilidades que favorecerían la toma de
decisiones para proponer soluciones a problemas de diversa índole.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art7
1
Escuela Superior de Administración Pública (Colombia). jose.segurag@campusucc.edu.co
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6679-5895
Las aulas universitarias deberían estar repletas de profesores entusiastas, que favorezcan el
desarrollo de competencias claves para aprender y por ende participar eficazmente en la sociedad
democrática. En otras palabras, de profesores que no preparen a sus estudiantes para responder
a pruebas o exámenes, sino para que construyan el conocimiento que desean y les será útil al
desarrollo de sus vidas en el ámbito social y profesional. Una tarea, no de fácil realización, pero
posible, sí como afirma Bain (2007) “los mejores profesores están al día y estudian con cuidado las
novedades en sus disciplinas, además de leer muchas cosas de otros campos” (p. 35).
Descripción, que lleva a apuntar como el profesor universitario en tanto pensador crítico se
constituye como una persona comprometida con las diferentes situaciones que ocurren en su
esfera vital. Reconociendo para ello, la escucha activa, la reflexión, el silencio, el entendimiento
y respeto por lo demás, como aspectos fundamentales en su constitución personal y profesional.
Esta última, hace referencia a un sujeto cuyo coraje intelectual, autonomía de pensamiento,
curiosidad, empatía intelectual, actuación justa y fe en la razón, lo convierten en un miembro
estratégico para su comunidad.
Los desafíos y consecuencias que ha traído la pandemia Covid-19 a nivel global, ponen
de manifiesto la necesidad de reflexionar sobre la responsabilidad que le asiste al profesor
universitario en la configuración de escenarios futuros en lo que resta de esta emergencia viral y
ante el aumento de las fragilidades del tejido social. Precisando para ello, del uso del pensamiento
crítico y señalando algunas características necesarias a todo profesor universitario en tanto gestor
de la reflexión, el pensamiento crítico es:
Un sintagma que hace referencia a un conjunto amplio de procesos cognitivos, como analizar, inferir,
razonar, evaluar. Resolver problemas, tomar decisiones. Y especifican cómo el pensador crítico es aquel
que piensa y responde razonadamente ante una situación relevante, poniendo en juego recursos
mentales apropiados. (Santiuse et al; 2001, p. 47)
Bajo ese orden de ideas, el texto se organiza de la siguiente manera: a.) El profesor universitario
y la experiencia de construir futuro desde el pensar, b.) Covid-19: ¿Un reto para reflexión sobre el
futuro?, c.) Pensamiento crítico y docencia: La esperanza de volver a la razón.
los estudiantes de posgrado que las clases embotan la mente y destruyen el potencial creativo, tal
como lo expresa John Nash en la película una mente brillante (2002). No obstante, a esto ser cierto,
también es posible observar, como en algunos casos los profesores no se detienen, no explican dos
veces y más por el contrario asumen una postura de autoridad que se condensa en la oración "yo
tengo el control porque conozco cosas que usted no sabe" como lo manifestará Alan Turing ante el
comandante Denniston, a su llegada a Bletchley Park en la película Código Enigma (2014).
Situación que, aunque de forma probable hace del profesor universitario un engreído, no
restringe la posibilidad para alentar una relación productiva con el saber en aquellos que se
encuentran más próximos a su espectro de acción social. Esta experiencia puede convertirse en la
oportunidad para hacer del lugar donde se habita un mundo mejor, como lo evidencia esta película.
Sin duda, una de las características que debiera exponer todo profesor universitario, dado
su ejercicio profesional, es bordear el delgado filo de la realidad, mediante la generación de
una pedagogía dialógica de corte socrático. Que inspire a todos a visitar las bibliotecas, invite
a sobredosis de lecturas de los más variados temas y formatos, y, por último, haga participes a
estudiantes, vecinos y demás actores con que se vincula al juego de la seducción que guarda el
amor a la sabiduría, y termina por energizar todo nuestro cuerpo.
Ante un mundo que se encuentra en estado de conmoción y en donde el futuro aparece como
suspendido, pensar funciona como una herramienta efectiva para liberarnos de la incertidumbre
que abunda entre nosotros, además de permitirle al agente formador construir una bisagra
entre la realidad y su práctica profesional. Al situar el ejercicio docente en el contexto social, lo
que se hace es orientar la reflexión dentro de una trama colectiva atravesada por coordenadas
histórico-políticas que dinamizan el mundo de la vida, pero a su vez, dejan ver como al hombre
contemporáneo se le ha expropiado su experiencia, privado de su biografía, limitado en su
capacidad para tener experiencias, siendo esto entonces el único dato cierto de que dispone
sobre sí mismo (Agamben, 2007).
La realidad económico y cultural de esta época, muestra como los seres humanos son
capturados bajo una red, que los conecta con objetos y da sentido a su existencia, pero en
detrimento de su capacidad para entender dicha dinámica y su evolución. Razón para que, este
texto se ancle a lo que Wright (1996) denomina “artesanía intelectual”: “Debéis aprender a usar
vuestra experiencia de la vida en vuestro trabajo intelectual, examinándola e interpretándola sin
cesar” (p. 207). Pero también, echando mano de algunas fuentes bibliográficas.
Ante la inversión de todo aquello que conocíamos, como producto de la pandemia. La desconfianza
en el "otro" se instala en la psique de las personas como aquel genio maligno de que diera cuenta
Descartes en el siglo XVII. Haciendo que se olvide que uno mismo podría ya estar contagiado por
Covid-19, pero ser asintomático, generando así situaciones inusitadas para los gobiernos, en lo que
respecta al ejercicio de ciertas libertades, aumento del desempleo, mantenimiento del orden social
y la paz pública. Mientras que, del lado de la sociedad civil, la solidaridad se vería afectada, por
causa del confinamiento incluso voluntario y la exacerbación de lo individual que trae consigo el
consumo, instaurado por el modelo neoliberal y auspiciado por el capitalismo de Estado.
2. Reutilizar las aguas grises, dado que reducen el costo del servicio y aumento del consumo
de agua.
3. Disminuir los sobrantes de cocina, esto favorece el ahorro en la canasta familiar, pero si se
dan, beneficiar a alguien que la requiera o en su defecto críe pequeños animales (gallinas,
patos, conejos, cuyes, pollos, ovejas, cabras y cerdos).
4. Clasificar los desechos, esto además de reducir el impacto ambiental de los mismos, otorga
a quien lo ejecuta de unos recursos al ofrecerlos a las recicladoras.
6. Imprimir en papel reciclado y con calidad borrador, así se aumenta la vida útil del cartucho
Acciones que describen el anhelo por un mejor espacio vital, no solo en este momento
de coyuntura por la emergencia, sino de una civilidad futura para y con los demás. El actual
panorama, lo que deja ver es la pérdida de control sobre el rumbo de nuestras vidas y la necesidad
de un cambio efectivo de actitud frente a lo que significaba la muerte. Hoy quizás inducida, por
el extractivismo y la agroindustria que afecta la producción de alimentos, el trabajo informal
que disminuye las garantías sociales y el creciente desempleo, esto además agravado, por una
mercantilización de la educación, en donde la universidad se ha trasformado en productora de
productores y máquina efectiva de reproducción de las desigualdades sociales.
Las universidades ahora mismo se están convirtiendo en empresas capitalistas y los individuos
que compran sus servicios de educación superior en máquinas empresariales, portadoras de
saberes estandarizados en función del crecimiento económico, pero sin pertinencia social y
territorial. Mientras que los profesores parecen olvidar que enseñar a leer la realidad es una de
sus consignas fundamentales, este aprendizaje no solo le otorga a la persona que lo recibe una
visión más completa del mundo, sino de sí misma, al permitirle tener conciencia de sí.
Hemos perdido, bastante tiempo pensando de manera egoísta y sin atender al cuidado y
responsabilidad que nos asiste con otros y la naturaleza. A tal punto de olvidar, que "pensar es
servir" como afirmaba José Martí y que la historia, como escribió Lucien Febvre, solo son aquellos
acontecimientos que buscamos poner de relieve para poder comprender el tiempo presente y
ayudarnos a vivirlo. Ante la pérdida del carácter místico que tuviera el Oráculo de Delfos para
los antiguos griegos, y de la Pachamama en algunos pueblos andinos, todo parece indicar que
nos hayamos solos, frágiles y con miedo a morir. Por lo cual, resulta oportuno asumir el papel
de sobrevivientes y trasformadores de la incertidumbre que es el nombre actual que se le está
dando al futuro.
Si bien el futuro es incierto, cabe esperar que en los docentes universitarios no persista la apatía
a enfrentarse a través de la reflexión crítica a los vertiginosos cambios que generó la pandemia
del coronavirus SARS-COV-2, y más por el contrario estén en capacidad de comprometerse en
idear la construcción de un nuevo orden social ante la hegemonía del pensamiento único que ya
ha vuelto dóciles nuestras mentes, y revelado la verdad sobre quién manda.
Ningún hombre puede pasar por educado cuando sólo ha oído hablar de un aspecto de las cuestiones
que dividen a los demás. Una de las cosas más importantes que se debe enseñar en los centros docentes
de una democracia es la actitud de sopesar argumentos, y el tener una mente abierta y preparada de
antemano a aceptar el argumento que parezca más razonable. (p. 240)
Situación que sugiere tomar atenta nota de lo que dicen e informan las autoridades púbicas,
medios de comunicación, organizaciones de salud pública, y pseudointelectuales. Necesitamos
pensar por nosotros mismos, para sabernos personas, lo cual implica conocer para no ser
engañados. Si se recuerda en los inicios de la pandemia, se afirmó por parte de algunas "voces
autorizadas" que el virus solo era trasmitido por animales silvestres, y hoy sabemos, que este virus
también se contagia de forma interpersonal y sin que medie nacionalidades, fronteras naturales
y lenguajes maternos. ¿Por qué subestimar el virus y su forma de trasmisión? Si resultaba menos
costoso cuidarse desde un inicio, independientemente si el virus se trasmitía o no de persona a
persona. Al parecer olvidamos que nuestras decisiones siempre son imperfectas y empezamos a
congraciarnos con un exceso de positividad que resulta desdeñable.
Aunque el número de muertes por el Covid-19 para América del Sur ya alcanzó la cifra de
202.398 y Colombia reporta 19.663 a primero de septiembre de 2020 (OPS, 2020). Muchos
siguen creyendo que este virus solo se cierne sobre las ciudades y sus moradores, simplificando
así la realidad y eliminando las opciones de solidarizarse con otros. Tal y como lo reporta la
Organización Nacional Indígena de Colombia (2020) "70 comunidades indígenas han sido
afectadas por COVID-19, hay 10.062 casos confirmados de COVID-19, incluyendo 339 muertes y
8.619 recuperados".
particular a América Latina, pero también las personas para eludir su compromiso moral de cuidar.
La pandemia del coronavirus SARS-COV-2, solo actuó como detonante del conjunto de aflicciones
en que se encontraba ya el mundo ante el incremento de la pobreza que genera vulnerabilidad,
los conflictos socioambientales que afectan la seguridad y deterioran la calidad de vida, así como
del desmonte progresivo de los sistemas de protección social (salud y pensiones), y el ajuste de
las relaciones socio afectivas a la dinámica mercantil y de capital. Mostrando así, de acuerdo con
Morin (2020) como:
Después de la epidemia vendrá la aventura incierta en que se desarrollarán las fuerzas de lo peor y las
de lo mejor; estas últimas aún son débiles y están dispersas. Sepamos, en fin, que lo peor no es seguro,
que lo improbable puede acontecer, y que en el titánico e inextinguible combate entre los inseparables
enemigos que son Eros y Tánatos siempre es sano y tónico tomar partido por Eros.
Ante la complejidad que enfrenta el mundo por causa del Covid-19. La añoranza en el futuro
ya esboza algunas líneas de reflexión para el profesor universitario, que superan su propia esfera
laboral (implementación de innovadoras estrategias de aprendizaje y uso de tecnología), y lo
llevan a fungir ahora como facilitador de la formación de ciudadanos críticos, agente colaborador
en las organizaciones de base social y comunitaria. Además de miembro tejedor de la nueva
realidad social que nos engloba, y que sin duda requerirá de profesionales competentes en
la ejecución de tareas con dimensión humana y capacidad para gestionar el desarrollo en sus
contextos particulares.
Aplicando para ello, los conocimientos adquiridos en su proceso de formación, pero también
nutriéndose de las experiencias asimiladas en su participación en clubes de revistas, foros,
investigaciones e implicación en realidades sociales. El Covid-19, se constituye en una posibilidad
para repensar no solo la práctica pedagógica ejecutada por el profesor universitario, sino también,
frente a cómo este aprende a prender y logra autorregular su aprendizaje, cuestión que sin duda
impactara de forma positiva a los estudiantes en el aula.
Sin embargo, los efectos presentes de la crisis, muestra como lo advierte el Instituto
Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (2020) que:
Incluso, cuando el panorama parece ya esbozado, algunos docentes que estaban vinculados
en I-2020 como catedráticos en universidades regionales ven limitada su posibilidad para II-
2020 de seguir trabajando y auspiciando la reflexión disciplinar bajo una perspectiva social
del cuidado, como resultado de la decisión de las instituciones de educación superior (IES) de
no renovar sus contratos, dada la baja en las matrículas y débil infraestructura tecnológica para
ofertar sus programas, y que sumado al no cese del cobro de los créditos educativos para formación
posgradual, mantenimiento del confinamiento con ya cinco meses en los que no se han detenido
los gastos de arrendamiento, manutención, conexión a internet y salud, hace que su afectación
tenga dimensiones incalculables, que se agravan por la ausencia de respuestas estatales y falta
de garantías para acceder al subsidio al cesante que entregan las cajas de compensación, hoy
aducen no poder entregarlo por falta de recursos económicos.
Además, en algunos casos se dejó a la deriva a aquellas personas que acudían a los servicios
de consultorio jurídico, psicológico y, empresarial, entre otros, y la biblioteca, no logro diseñar un
programa de cajas viajeras como estrategia de escape a la cruda realidad que se cernían sobre todos.
Ya amanecerá y veremos cómo declara el adagio popular, si dentro de las apuestas políticas
pandémicas y pospandémicas, los docentes universitarios de tiempo parcial o requerido tendrán
un lugar en las discusiones actuales y futuras, frente al regreso a clases, uso de mediaciones
tecnológicas para el aprendizaje, y activación del sector, procurando así su protección.
Como lo advierte Brunner et al (1995) los docentes, sobre todo de las universidades privadas,
“habitualmente son contratados por tiempo parcial de dedicación y se sujetan al derecho
laboral común” (s.p). Esto como producto de la flexibilización laboral, que adopta la universidad
mercantilizada y cuyo origen se haya en el modelo económico de corte neoliberal. Situación
que no solo afecta la dignidad de los docentes, sino también su representación simbólica como
intelectuales, ahora son solo el eslabón instrumental de una cadena productiva que los agobia y
además exige, flexibilidad, capacidad de escucha, creatividad y deferencia con los estudiantes. En
otras palabras, como el sueño que se alcanza bajo una noche de lluvia, pero cargada de truenos.
¿Quién eres?
Un grillo
¿Y qué es un grillo?
¿Y qué es el silencio?
Solo si necesitas saber quién eres, de dónde vienes y para dónde vas… ¿Y quién eres tú?
Preguntó el grillo; pero ella no respondió. El grillo comprendió lo que sucedía y sin pronunciar
más palabras se metió entre un hueco de la noche, que pronto se llenó de silencios. (p.45)
En los últimos meses, hemos sido testigos de cómo la crisis sanitaria provocada por el Covid-19
ha liberado como nunca antes las brechas sociales y económicas que gravitaban en nuestras
comunidades, pero sin dar lugar a una observación detenida y análisis profundo de la realidad,
incluso desde las aulas universitarias, hoy cargadas de incertidumbre e inseguridad. Se olvida,
que desde la pedagogía se tiene la gran responsabilidad ética de crear condiciones para que los
estudiantes sean autorreflexivos, bien informados y tengan la capacidad de unir el aprendizaje
con el cambio individual y social (Freire, 1974). "El principal reto que debe conducir la misión y
el sentido de la educación superior será lograr la formación de ciudadanos éticos, solidarios,
colaborativos, comprometidos con el planeta, en una sociedad globalizada, capaces de enfrentar
la incertidumbre" (Barrón,2020, p.71).
Si bien, la pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto las carencias de las IES en materia
de infraestructura tecnológica, formación del personal académico en el manejo de la educación
en línea y enormes desigualdades que existen entre la población estudiantil y el cuerpo docente
mismo, a su turno, también ha revelado la incapacidad de los docentes de servir como guía de
reflexión crítica ante la contingencia sanitaria, esto como consecuencia de la sobrecarga de
información disponible y solicitud de múltiples informes que no impactan en la calidad del
proceso educativo o disminución de obstáculos materiales para estudiantes y docentes que
desean asistir a clase, pero si da cuenta del carácter viral del control biopolitico de nuestra época.
Situación, que no solo genera tensiones en los estudiantes y docentes ante las evidentes
desigualdades, sino también ante los vertiginosos cambios que se están dando y necesitan
ser reflexionados no solo por la escuela, sino por todos sus miembros, dada su condición de
ciudadanos globales. De acuerdo con López y Rodríguez (2020):
[…] aunque existe la creencia de que estos alumnos pertenecen a la generación tecnológica, muchos
de ellos carecen de las habilidades necesarias para desarrollar actividades de aprendizaje de forma
virtual, así como de la autodisciplina que demandan estas modalidades, en un ambiente de estrés,
incertidumbre y de restricciones socioeconómicas derivadas de la pandemia. (p.104)
Razón, para preguntar si los docentes cuentan con las habilidades necesarias para diseñar
actividades en las diferentes plataformas digitales, que hoy emergen con la enseñanza virtual,
y demandan de ambientes de aprendizaje más dinámicos, incluso a partir la reflexión misma
sobre las capacidades digitales de las personas, valores asociados a su uso y los factores políticos
y económicos que inciden en su distribución. Según Lloyd (2020):
Para la mayoría, su primera experiencia con la educación virtual llegó con la pandemia de covid-19.
Asimismo, hace falta encontrar formas de calificar a los alumnos que no discriminen a aquellos que no
cuentan con acceso a las tic y que tomen en cuenta las otras desigualdades que se han agudizado con la
crisis sanitaria y económica en el mundo, incluyendo la escasez de dinero y alimentos; las demandas por
cuidar a niños y otros familiares; el aumento en las labores de casa, etcétera. (p.119-120)
Tales demandas, siguen afectando a la población más pobre, pero también haciendo visible
la necesidad de desarrollar capacidades para la autogestión del conocimiento y el autocuidado
ante la dispersión del virus SARS-CoV-2 en todo el mundo. La propagación del covid-19 no solo
confirma la crisis del sector salud a escala global, sino también el de la educación superior y en
particular de la docencia que se imparte en este nivel y hoy yace bajo el modelo neoliberal, como
producto del manteniendo relaciones de dominio y subordinación, que imposibilitan pensar en
conjunto sobre lo que está sucediendo, incluso desde las ciencias sociales y las humanidades.
Áreas del conocimiento que impelen a reflexionar sobre la práctica docente que se viene
dando en las universidades y que, como producto de la pandemia, requerirá de cambios que
ratifiquen sin miedo que la educación es la clave para acceder a otros derechos, y que el pensar en
el futuro es una función de las universidades en tanto espacios de reflexión que buscan a través
de la formación humana social y la investigación, anticiparse a este. En estos tiempos de crisis,
tal y como lo declara De Sousa (2020) "Los intelectuales deben aceptarse como intelectuales de
retaguardia, deben estar atentos a las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos comunes y
teorizar a partir de ellas" (p. 40-41)
Dentro de los principales desafíos que enfrentan los países para la continuidad de los
servicios educativos en el período pospandemia, está el generar estrategias para la continuidad
pedagógica, gestión administrativa de los centros escolares y el aseguramiento de las condiciones
sanitarias para la reapertura de los centros educativos. Esto sin descontar una oferta educativa
de calidad y con equidad. Aunque la pandemia y el aislamiento preventivo obligatorio, con sus
consecuencias interrumpieron las previsiones hechas para la enseñanza presencial. La nueva
dinámica educativa, también ha generado vínculos y estrategias, que impactarán sin duda en
el debate en torno a la política educativa requerida para afrontar el escenario generado por el
Covid-19. Al reconocer en el relato de la experiencia docente, la capacidad para pensar y proponer
medios que garanticen su oficio con saber exigente, práctica pedagógica y perspectiva didáctica.
Esto incluso cuando, el comando de las prácticas pedagógicas sigue a cargo de la universidad
y modalidades como la virtualidad además de visibilizar la desigualdad de acceso, conexión y uso
de la tecnología, posibilita a su vez, una relación más rizomática con el conocimiento, es decir,
en conexión con otros sujetos, comunidades, textos y artefactos que configuran la experiencia
de aprender en cualquier tiempo y lugar, pero sin renunciar a la autorregulación. "Se asume la
autorregulación como el conocimiento, conciencia y control que tienen los sujetos acerca de sus
propios procesos de pensamiento y de acción (Tamayo, et al.,2015, p.116).
La pandemia, y la forma en que nos hemos aproximado a ella en términos reflexivos, da cuenta
de la actitud que tenemos frente al conocimiento y hacia la vida, pero, sobre todo, de cómo:
La pedagogía y la didáctica tienen como uno de sus propósitos centrales la consolidación de relaciones sociales
a través del pensamiento crítico, deliberativo, creativo e independiente, a través de la relación dialógica y en
busca siempre de la generación de procesos liberadores del hombre. (Tamayo et al., 2015, p.122)
Un guerrero nativo de esta tierra, cuyas armas más letales con que cuenta para hacer frente a
la realidad que nace y muere cada día son las preguntas ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y después qué?
Interrogantes, que permiten interpretar el presente en que se vive, enfrentarse a los problemas
que surjan, y participar en la construcción del futuro. Tal y como lo declarara Deleuze (1986):
(…) la crítica no ha sido jamás concebida por Nietzsche como una reacción, sino como una acción.
Nietzsche opone la actividad de la crítica a la venganza, al rencor o al resentimiento (…) es la expresión
activa de un modo de existencia activo. (p. 9)
Pensar en tiempos de pandemia como una función del profesor universitario, significa valorar
el conocimiento y soluciones hasta ahora alcanzadas desde las ciencias naturales, de la salud y
sociales para hacer frente a los efectos producidos por esta. Además de permitir interrogarse por
la forma en que los nuevos profesionales irán integrándose a los diferentes espacios sociales y
territoriales afectados por el virus SARS-CoV-2, y hasta hace poco guiados por una mano invisible,
cuyo rostro ha dejado ver muerte y desolación desde Oriente hasta Occidente.
Referencias
Avendaño de Barón, G.S., González-González, O.L. (2020). Una propuesta de plan de clase para
dinamizar la lectura crítica. Folios, (52), 155-171. https://doi.org/10.17227/folios.52-10002
Bain. K. (2007). Lo que hacen los mejores profesores de universidad. (Traducción Óscar Barberá).
Universitat de Valencia.
Brunner. J.J (Coord). (1995). Educación superior en América Latina una agenda de problemas,
políticas y debates en el umbral del año 2000. Universidad de Colombia. http://www.schwartzman.
org.br/simon/brunner95/brunner95.htm
Estepa, J. (2017). Otra didáctica de la historia para otra escuela. Universidad de Huelva.
Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe. (13 de mayo
2020). Covid-19 y educación superior. De los efectos inmediatos al día después. Análisis de impactos,
respuestas políticas y recomendaciones. UNESCO IESALC http://www.iesalc.unesco.org/wp-
content/uploads/2020/05/COVID-19-ES-130520.pdf
López-Ramírez, M., y Rodríguez, S.A. (2020). Trayectorias escolares en la educación superior ante
la pandemia ¿continuar, interrumpir o desistir? En Casanova-Cardiel, H. (Coord.), Educación
y pandemia. Una visión académica. ((pp.103-108). Instituto de Investigaciones sobre la
Universidad y la Educación, Universidad Nacional Autónoma de México. http://www.iisue.
unam.iisue/covid/educacion-y-pandemia
Morin, E. (21 de abril de 2020). Festival de incertidumbres. (Jorge Dávila, trad.). Tracts de
crise 54.https://kipschool.org/usr_files/generic_pdf/MORIN%20Edgar%20(2020)%20
Festival%20de%20incertidumbres_%20(002).pdf
Santiuste, V., Ayala, C.L. y García, E. (2001). El pensamiento crítico en la práctica educativa. Fugaz
Ediciones.
Tamayo, O. E., Zona, R., y Loaiza, Y. E. (2015). El pensamiento crítico en la educación. Algunas
categorías centrales en su estudio. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, 11(2), 111-133.
Yi, Y., Lagniton, P., Ye, S., Li, E., y Xu, R. H. (2020). Covid-19: what has been learned and to be
learned about the novel coronavirus disease [covid-19: lo que se ha aprendido y lo que se
debe aprender sobre la nueva enfermedad el coronavirus] International Journal of Biological
Sciences, 16, 10, 1753–1766. https:// doi.org/10.7150/ijbs.45134
Enrique Richard 1
Denise Ilcen Contreras Zapata2
Resumen
La reforma de 1918 y principios dados por la UNESCO propiciaron un perfil de docente investigador
“cantautor” (Con letra y música generada desde la investigación), seguro de sí mismo, integro en
valores y compromiso social. El perfil ideal y competente para motivar el pensamiento crítico,
lógico, epistemológico, el cuestionamiento, la problematización y la verificación: Formar
integralmente al ser humano. Estos logros en algunas universidades (Torres Oscuras) de la región
se fueron diluyendo con el tiempo hasta una situación prereformista, reproduciendo mediocridad
del corpus docente, pactos de mediocridad docente estudiantil, corrupción académica, etc. y
promoviendo una educación replicativa, dogmática, amparada en el principio de autoridad,
carente de valores y de credibilidad. Todo ello traducido en la proliferación de pseudociencias
y su propagación en las aulas, redes sociales y sociedad en general: Pseudoeducación. Los
profesionales formados en este marco transfieren su frustración e imposibilidad de argumentar
a patologías (trolls, haters y síndromes como Dunning Kruger, Procusto, Frankenstein, Kori,
Falacia ad hominem etc.) que se evidenciaron en forma exacerbada en la virtualidad durante la
pandemia COVID19. Esta situación puso en evidencia la urgente necesidad de retomar la mirada
crítica de la academia (Autoridades, docentes y estudiantes) con el fin de volver a los principios
reformistas y posreformistas (UNESCO) que permitan recuperar la credibilidad y confianza
social, así como capitalizar el talento humano legítimo, social y creíble en el corpus docente en
un contexto aristotélico que incluya el logos, el ethos y el pathos (las evidencias, los valores y la
empatía) como parte del discurso.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art8
1
Centro de Investigación y Desarrollo (Ecuador). chelonos@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0061-
7807
2
Centro de Investigación y Desarrollo (Ecuador). dennycz@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7912-
7095
Introducción
La ignorancia [del latín ignorare, “no saber”; derivado negativo de la raíz gnō- de (g)noscere,
saber] es un concepto referido a la falta de conocimientos o experiencia y tiene curso común en los
ámbitos filosófico, pedagógico y jurídico. La ignorancia o ausencia de conocimiento, existe desde
que existe la propia humanidad, ya sea como algo voluntario o involuntario. De igual forma la
educación informal o formal existe desde los inicios mismos de la humanidad. La palabra educar
combina prefijo ex-, sacar afuera o externalizar, y ducĕre, por la acción de conducir. La idea se
dirige a promover el desarrollo intelectual y cultural del individuo, los valores éticos, morales de
la sociedad y, al mismo tiempo, el aprendizaje de nuevos conocimientos, destrezas y habilidades
(Richard 2004, 2018). En otras palabras, la educación le da al individuo el conocimiento y la forma
de aplicarlo para tener éxito en la vida y el vivir bien (sensu Huanacuni 2010, Richard & Contreras
2012, 2013). En este sentido, la UNESCO (1999) define como objetivo universal de la educación
la formación de seres humanos íntegros. Luego, todo aquello que vulnere de una u otra forma
las definiciones y/o objetivos consensuados epistemológicamente para la educación podemos
considerarlo pseudoeducación (Pseudo, del griego, falso). Por otro lado, ciencia es el conocimiento
racional, sistemático, exacto, verificable y por ende falible (Bunge 2000). Bunge (1985) también
identifica cuatro condiciones en la ciencia que la distinguen de la pseudociencia (Falsa ciencia):
“mutabilidad, compatibilidad con los conocimientos existentes, intersección parcial con alguna
otra ciencia, y control por parte de la comunidad científica mediante la discusión fundamentada.
Cualquier pseudociencia, afirma, viola al menos una de estas condiciones” (cfc. Bunge 1985, 2010).
Acorde con Bunge (2000, 2006) la realidad sólo es posible conocerla a través de indicadores.
De igual forma, si queremos analizarla o cualicuantificarla solo podremos hacerlo a través de
dichos indicadores. En este sentido, el inicio de año 2020 tomó al mundo por sorpresa con la
pandemia provocada por el virus SARS CoV2, responsable de la denominada COVID19. A raíz
de ello, se inició una cuarentena extendida de casi todo el año 2020. Ello derivó, entre otros,
en el hecho de que el sistema educativo se volcara por entero al contexto virtual; poniendo en
evidencia, sobre todo en Latinoamérica, numerosos problemas educativos estructurales y
funcionales a todo nivel (Richard 2020). Así como el reflejo de dichos problemas en la sociedad.
En dicho contexto, las universidades no quedaron excluidas de la situación. Es así que algunas
universidades frente a la coyuntura mostraron la calidad de su corpus docente afrontando con
soltura la docencia virtual y ofreciendo capacitaciones, webinars, conversatorios etc. gratuitos a
la sociedad; mientras que otras a la fecha siguen brillando por su ausencia (Richard 2020). Por
parte de la sociedad, volcada en la virtualidad, se pudo apreciar un desmesurado crecimiento
de los síndromes de Dunning Kruger (sensu Kruger & Dunning 1999), Kori (fide Moyano 2019),
Procusto (sensu Young 2018) y una proliferación desmesurada de anticiencia entre otros; así
como manifiestas expresiones de disonancia cognitiva (Sensu Festinger 1957). Generando con
ello en muchos casos, odio manifiesto, tipificado bajo la figura de haters (sensu Moyano 2019),
así como supuestas conspiraciones por doquier (Elster 2010, Moyano 2019) etc. Sobre todo, en
torno la problemática de la pandemia, la existencia del virus SARS COV2, el COVID19, el uso de
sustancias tóxicas para combatirlos como el dióxido de cloro, etc. Estos indicadores manifiestos
en personas con estudios universitarios e incluso posgrados ponen en evidencia, sobre todo en
Latinoamérica, problemas educativos estructurales a todo nivel, así como el reflejo de dichos
problemas en la sociedad. Algunas preguntas que surge de esto son ¿Por qué, si actualmente
tenemos todo el conocimiento al alcance de la mano, no parece haber racionalidad alguna en
la realidad detrás de los indicadores señalados? ¿Por qué gran parte de la sociedad, escucha y
acepta la palabra, opiniones y argumentos de los denominados influencers (sensu Moyano 2019)
de las redes sociales sin ponerlos en duda al menos? ¿Puede tener la academia algún grado de
responsabilidad en todo ello? En este sentido el objetivo del presente ensayo es analizar algunos
de los causales (Hipótesis) de los problemas citados a partir de indicadores percibidos y proponer
soluciones. Pero limitando, por motivos de espacio, el contexto a la academia y Latinoamérica.
Desarrollo
Comprender la problemática inherente al auge actual de pseudociencias y pseudoeducación
entendidas ambas como carentes de sustento epistemológico alguno; implica necesariamente
remitirse a un análisis de los fundamentos estructurales y funcionales de la Academia desde la
perspectiva histórica. En 1918, en la provincia de Córdoba (Argentina), se gestó el movimiento
reformista de la Universidad que pronto se extendió a toda Latinoamérica (Ciria & Sanguinetti
1962, Richard & Suayter 2006). Dicha reforma fue una reacción de rebeldía estudiantil frente
a la dogmatización de la enseñanza y mediocridad docente principalmente. Propugnaba a la
universidad como un instrumento de cambio y desarrollo social a todo nivel (Ciria & Sanguinetti
1962, Mayz 1984, Richard & Suayter 2006 inter aliis). Situación que había sido vislumbrada unos
años antes (1913) por Ingenieros (2000); quien le dedicara un libro entero y en forma preclara
a la mediocridad. Como consecuencia de aquel movimiento la reforma logró, además de la ya
conocida autonomía y cogobierno, la libertad de cátedra, los concursos docentes y la asistencia
libre a las clases teóricas entre otros. La idea era, combatir la mediocridad y dogmatización de
la enseñanza a través de docentes competentes y con la libertad de cátedra. Esto permitiría al
estudiante elegir con qué docente pasar una asignatura y la asistencia libre se convertiría en un
claro indicador de calidad docente. Los docentes dogmáticos y/o sin cualidades pedagógicas
rápidamente se quedarían sin estudiantes perdiendo su condición de tales. Por otro lado,
los concursos docentes periódicos e imparciales contribuirían al mejoramiento continuo
de la academia. En los años posteriores a la reforma, sus principios se expandieron por toda
Latinoamérica. Sin embargo, la mediocridad enquistada en la academia comenzó a resurgir
nuevamente y expresarse usando la propia autonomía universitaria para sus fines (Mayz 1984,
Richard & Suayter 2006). De esta manera y a lo largo de Latinoamérica comenzaron en forma
creciente en varias universidades (Las denominaremos “Torres Oscuras” parafraseando a Stephen
King), reformas estatutarias y reglamentarias dirigidas a mantener o retornar a un status quo
de dogmatismo y mediocridad… Entre tales reformas, el retorno de la asistencia obligatoria en
muchas universidades públicas reformistas de Latinoamérica. Evidentemente esta acción era
legal, toda vez que usando los principios autonómicos la asistencia obligatoria fue claramente
reglamentada. Pero no era legítima desde ningún punto de vista, ya que por un lado vulnera los
principios reformistas de 1918 a los que dicen adherir en sus estatutos y por otro; siguiendo los
principios de la pirámide de Kelsen; un reglamento universitario no puede nunca oponerse a
una ley superior como el código penal. En este sentido, la asistencia obligatoria a clases teóricas
legalmente adquiere el carácter de “extorsión” al exigirle al estudiante en forma coercitiva asistir
a clases teóricas o perder la asignatura por no hacerlo (Camacho & Zurita 2002, Richard 2020). En
otros casos, además de tener un carácter obligatorio, existe un “premio” bajo la forma de puntaje
adicional en el examen final de la materia, con lo cual además de un carácter extorsivo la asistencia
adquiere un carácter de “soborno” también (Camacho & Zurita 2002, Richard 2020) (Fig. 1). Lo
cierto es que, a través de este sistema, los docentes (particularmente los mediocres) obtienen
una garantía de aula llena, al margen de su calidad educativa… Esto de alguna manera compensa
cualquier desequilibrio entre los buenos docentes que tendrían el aula llena por méritos propios
y los que no tendrían ninguno por su mediocridad. Pero en esta ecuación, obviamente los únicos
favorecidos son los mediocres (Richard 2018). Algunos países de la región han implementado
también un portafolios de evidencias en el cual los docentes deben evidenciar que efectivamente
controlan la asistencia obligatoria (Fig. 1). La implementación de portafolios de evidencias ha
sido cuestionada seriamente en cuánto a sus fundamentos (Barriga & Pérez 2010). Pero, además,
en muchas universidades regionales la libertad de cátedra está bastante acotada y deben
documentar con evidencias todo lo que hicieron en sus clases, evaluaciones, salidas de campo,
etc. En estos portafolios muchas veces no alcanza como evidencia un certificado de participación
en un evento, o un informe de salida de campo o práctica de laboratorio, sino que además debe
acompañarse de un colecto de fotografías que evidencie la presencia del docente allí. Si bien
existe un principio legal y legítimo universal que reza “Toda persona es inocente hasta que se
demuestra la contrario”; el portafolios de evidencias es un claro indicador de todo lo opuesto. El
docente debe demostrar que cumple en todo, aunque no se haya demostrado lo contrario. Otro
claro indicador de mediocridad docente e institucional que contribuye muy poco a la credibilidad
social de la academia (Fig. 1). Lo interesante es que muchas de las actividades evidenciadas en
el portafolios se hacen a través de fotografías que no necesariamente prueban lo que indican.
Lo cierto es que la implementación de la asistencia obligatoria logró aulas llenas tanto para los
buenos docentes como para los mediocres por igual y el portafolios de evidencias contribuyó aún
más a la mediocridad debido a lo explicitado previamente (Fig. 1). Pero también al hecho de que
el docente pierde una gran cantidad de tiempo productivo llenando papeles que, como se indicó,
no necesariamente prueban algo…
mediocridad (Fig. 1) o al menos de no haber puesto en práctica jamás sus competencias. Tales
guarismos de alguna forma explican por qué en Bolivia y otros países de la región, a nivel de grado
tuvo que implementarse a inicios del siglo XXI modalidades alternativas de graduación a la tesis
(Vide Zambrana 1999, CEUB 2011). Modalidades que de ninguna manera sustituyen a la tesis. En
efecto, la tesis de grado es el único examen donde el estudiante demuestra competencias para
resolver problemas aplicando el marco teórico de su profesión (Lo aprendido y aprehendido en
toda su carrera) y en los hechos la gran mayoría de los estudiantes opta por no hacer tesis, al
igual que en otros países de la región (Por ej. Perú, Ecuador, etc.) (Richard 2018) (Fig. 1). Lo cual
trae serios problemas posteriores. Entre ellos el más evidente de todos cuando los egresados
sin tesis quieren hacer un posgrado, especialmente doctorado y se encuentran con que lo que
no aprendieron de investigación en el grado lo deben aprender en el posgrado y a un nivel muy
superior. Lógicamente, desarrollar competencias desde cero en esta etapa de la vida es más
complicado. Pero de alguna manera, esto además de ser otro indicador de mediocridad explica
también la alta tasa de deserción en las etapas finales (Desarrollo de tesis) de tales posgrados en
los países de la región afectados por la situación expuesta (Padilla et al 2007, Richard 2018).
2016). Ante la problemática expuesta, por un monto de dinero a convenir ofrecen publicar artículos
en revistas con indexaciones inventadas y un comité de pares inexistente. Actualmente son miles las
que forman el famoso listado de Jeffrey Beall de revistas predator (Jimenez y Jimenez 2016) lo cual
constituye un claro indicador de la situación que atraviesa la academia, pero en especial las “Torres
Oscuras” frente a los problemas estructurales y funcionales que se ha venido exponiendo muy
sucintamente (Fig. 1). Resulta harto evidente que este cada vez más lucrativo negocio existe, porque
existe un mercado para ello. En otros casos (Por ej. Bolivia, Perú, Ecuador, entre otros), tanto en las
redes sociales como en los principales periódicos se encuentran avisos de empresas legalmente
constituidas dedicadas tanto a hacer tesis, como artículos científicos (Richard 2006, 2018, La Razón
2011). Todo ello, además de erosionar los cimientos de la ética científica, muestra una imagen social
de corrupción académica y pérdida de credibilidad y confiabilidad institucional ya que estos avisos
y periódicos donde aparecen son leídos por toda la sociedad, incluyendo las redes sociales donde
tienen presencia permanente (Fig. 1). Justamente uno de los argumentos más esgrimidos por los
cultores influencers de las pseudociencias y anticiencia en las redes sociales, es que la ciencia es un
fraude y aluden normalmente a artículos científicos que generalmente han aparecido en revistas
predators. Aunque también en menor proporción en revistas importantes. En este contexto las
autoridades de muchas academias demuestran estar más preocupadas por su de poder o por los
ránquines que por el rol de la academia como instrumento de cambio y transformación social (Ciria
y Sanguinetti 1962, Mayz 1984, Richard & Suayter 2006, Richard & Contreras 2014, McIntyre 2020).
aplicación del síndrome de Procusto (Young 2018); referido al miedo del mediocre a ser puesto en
evidencia por otro colega o superados profesionalmente (Young 2018, Richard 2018, Oppenheimer
2011) (Fig. 1). O la envidia que puede llevar a algunos directivos o mandos intermedios a eludir su
principal responsabilidad de tomar las decisiones más adecuadas para su institución, dedicándose
en su lugar a cercenar las iniciativas (Síndrome de Procusto), aportes e ideas de aquellos que
pueden dejarles en evidencia (miedo a perder nuestro puesto o ascenso) (Oppenheimer 2011,
Young 2018). Estos círculos de retroalimentación de mediocridad redundan luego en lo que
Lizárraga (2002) denominó “pacto de mediocridad docente estudiantil” (Sic). Pacto según el cual
“los docentes hacen como que enseñan y los estudiantes hacen como que aprenden” (Sic) (Fig. 1).
Agregando que, mientras ambas partes respeten lo acordado implícitamente, todo va de maravillas
(Lizárraga 2002). Resulta muy interesante en este sentido leer la perspectiva e incluso el sufrimiento
que conlleva para los estudiantes genuinos estudiar fuera del contexto del “pacto de mediocridad” y
otras formas de corrupción académica. Perspectiva muy bien lograda y documentada por dos
estudiantes graduados con honores en derecho (Fernández & Gutiérrez 2003) en su libro
“Universidad Enferma”. En este contexto de mediocridad (Fig. 1), a falta de competencias (Saber
hacer sensu Delors et al 1996) la enseñanza se torna dogmática apelando en demasiadas veces al
principio de autoridad con lo cual la educación toma más bien el color del adoctrinamiento
(Lizárraga 2002, Bunge 2010, Oppenheimer 2011, Barral 2014, Richard 2018, MacIntyre 2020, inter
aliis) (Fig. 1). Máxima expresión de la pseudoeducación. Sus clases teóricas son impartidas usando
medios como la proyección de © MS Power Point con texto copiado y pegado de textos que
normalmente leen de espaldas a sus estudiantes en una acción más parecida al karaoke que a una
clase magistral (Barral 2014, Richard 2018). Los estudiantes por su parte y consecuentemente
adquieren conocimientos a través del estudio memorístico, mecánico y dogmático; dejando de lado
el razonamiento lógico, la problemática, el debate y el desarrollo de aptitudes, destrezas y
habilidades para la resolución de problemas (Lizárraga 2002, Oppenheimer 2011, Barral 2014,
Richard 2018, inter aliis) (Fig. 1). Los estudiantes manejan la frase “materia vencida, materia olvidada”
indicando con ella que estudian de memoria las materias y olvidan todo luego de rendirla, al igual
que lo visto en toda la carrera (Richard 2018). Por otro lado, con frecuencia los docentes de karaoke
inducen al estudiante a leer de lo que denominan “apuntes de clases” y que normalmente no son
otra cosa que fragmentos de textos fotocopiados. Tales “apuntes”, ni siquiera llevan la cita
bibliográfica y en general su fotocopiado está prohibido por ley. Pero el mensaje de dicha acción a
los estudiantes es muy claro: Si el docente fotocopia lo prohibido e induce a fotocopiar lo prohibido;
si el docente plagia en sus clases… Ergo, el plagio y la fotocopia de lo prohibido, está permitido (cfc.
Fontúrbel 2004, Richard 2006). La reproducción generalizada en muchas “Torres Oscuras” de estas
prácticas “institucionalizadas” termina erosionando la imagen y credibilidad del docente y de la
academia en general; tanto por parte de la sociedad como por parte de los propios estudiantes
(Richard 2004, 2018, Oppenheimer 2011) (Fig. 1). Obviamente también se erosiona y degrada la
dimensión sustantiva de la educación inherente a los valores incluidos en el saber ser (Delors et al
1996, Lizárraga 2002, Fontúrbel 2004, Richard 2004, Barral 2014, Richard 2018 inter aliis) y por tanto
esto contribuye a los procesos de pseudoeducación. En este sentido cabe recordar que los valores
inherentes al saber ser sólo pueden enseñarse predicando con el ejemplo (Richard 2004, 2006,
2018, Barral 2014, Richard & Contreras 2012). En concreto, el proceso de enseñanza aprendizaje en
el contexto descrito queda circunscripto a un aprendizaje de conocimientos sueltos, en forma
memorística, pero con una carencia casi absoluta de todas las dimensiones formativas de la
educación (Ser, saber, hacer, convivir) acorde con Delors et al (1996) (Fig. 1). Consecuentemente la
persona que se gradúa de una “Torre Oscura” y de la cual recibió mayormente pseudoeducación
asépticas en valores, será un profesional poco útil a la sociedad y una persona que por su deficiente
formación será permeable a la pseudociencia, conspiraciones, disonancia cognitiva, etc. (Fig. 1). La
sola condición de graduado universitario le hará creer que podrá desenvolverse más allá de lo que
recibió sin valores y dogmáticamente. Más allá de lo que comprende, razona y le compete (Dunning
Kruger). Con ello, potencialmente se mostrará a la sociedad con los síndromes de Dunning Kruger,
Kori, Procusto, etc. (Fig. 1). Además de manifestar en forma casi permanente disonancia cognitiva
entre la realidad social, virtual y lo “aprendido” (Fig. 1). Finalmente, la confrontación con personas de
ciencia, con formación filosófica o simplemente con capacidad de razonamiento lógico pondrá en
evidencia las deficiencias de aquellas personas, causando una disonancia cognitiva que
frecuentemente deriva en sentimientos de odio y resentimiento. El odio que actualmente
caracteriza las redes sociales bajo el denominativo anglosajón y caracterización psicológica de hater
(Moyano 2019) (Fig. 1). Por otro lado, la falta de comprensión y razonamiento lógico frente a la
realidad en la que se desenvuelven incide en que dicho odio, en muchos casos, se retroalimenta al
ver el éxito profesional que poseen otras personas con títulos equivalentes, pero que pasaron por
instituciones donde las dimensiones educativas de Delors et al (1996) se cumplieron de la mano de
docentes investigadores competentes. En no pocos casos también se desarrollan otras patologías
como el síndrome de Procusto (sensu Young 2018). Lo cierto es que estos haters por su condición
(Dunning Kruger, Kori) y frente a un debate, discusión o situación social que propugne una
disonancia cognitiva no pueden rebatir ya que carecen de argumentos; con lo cual legitiman su
condición de haters a través de la Falacia ad hominem (No puedo rebatir, ergo insulto) (cfc. Ruiz 2016)
(Fig. 1). En este sentido la academia genuina, los divulgadores, frente a dichas reacciones y posición
de los haters y/o Kori optan por abandonar el debate (Backfire sensu Moyano 2019). Con lo cual el
hater, haciendo gala nuevamente del síndrome de Dunning Kruger, tiene la falsa percepción de que
su posición es correcta; en tanto que el divulgador científico se retira con poco o ningún estímulo
para continuar con su tarea (Síndrome Backfire, fide Moyano 2019) (Fig. 1, Fig. 2). Cabe destacar que
ya en décadas precedentes diferentes divulgadores científicos (Asimov 1980, Sagan 1995, inter aliis)
mostraron una gran preocupación por la proliferación de las pseudociencias y su impacto social
antes del advenimiento de las redes sociales e influencers. Asimov (1980) hablaba sobre el “culto a la
ignorancia” y sobre la tendencia social y política por difundir el “anti-intelectualismo”. Lo anterior,
nutrido por una falsa noción de que la democracia significa que “mi ignorancia es tan buena como
tu conocimiento” (Sic) (Asimov 1980). Esto último con el advenimiento de las redes sociales se ha
popularizado aún más, asociados a frases como “la ignorancia nos hace felices” o que efectivamente
la ignorancia es parte de los derechos de las personas. En este punto hay que destacar que más del
99 % del conocimiento de la humanidad se generó entre 1945 y la actualidad en forma exponencial;
especialmente en las últimas décadas (Richard 2004). Pero, además, nunca el conocimiento ha
estado más accesible y socializado que ahora a través de las redes sociales y dispositivos como el
teléfono celular. Sin embargo, paradójicamente la ignorancia voluntaria (Síndrome de Kori), las
pseudociencias, el movimiento anticiencia (Síndrome de Frankestein, fide López 2017),
pseudoeducación también han crecido exponencialmente (Moyano 2019, MacIntyre 2020).
Vale decir, la idea es que el perfil ideal para el desempeño de la docencia universitaria es el
de un investigador con competencias en su área y pedagógicas. Una persona creíble e íntegra
conectada con la realidad (Competencias profesionales, sociales, etc.). Una persona capaz,
no solo de dar su materia integrando conocimientos generados por él mismo (credibilidad) a
través de la investigación, sino también de integrarlos al currículo de la carrera y sobre todo a la
realidad social local y regional (UNESCO 1999, Richard 2006, 2018, Oppenheimer 2011, inter aliis).
Por otro lado, un docente investigador con el perfil descrito, además de poder transducir (fide
Richard 2004) el lenguaje científico de un artículo o paper a la docencia a través de la pedagogía y
didáctica, también debería poder hacerlo a un lenguaje aún más coloquial para compartirlo con
la sociedad en su conjunto a través de la función sustantiva de la extensión (Lemarchand 1996,
Richard 2005) y como parte de la responsabilidad social universitaria (Vallaeys et al 2008, Torres &
Sánchez 2014). Esto último sin duda contribuiría notablemente a la tan requerida alfabetización
científica que la sociedad hoy necesita frente a la problemática de la pseudoeducación y
pseudociencia (Sagan 1995, Bunge 2010, MacIntyre 2020). Para la Reforma de 1918, la extensión
era la obligación ética y moral de iluminar a la sociedad y aportar con las soluciones que le
permitan salir de las condiciones que la oprimen (Ciria y Sanguinetti 1962, Mayz 1984, Richard
2005, Richard & Suayter 2006). Entonces, la extensión, más allá de lo epistemológico tiene entre
otros, la finalidad de informar y formar (sensu UNESCO 1999) a la sociedad que sustenta el trabajo
académico (Richard 2005). Es decir que los docentes investigadores no solo deben investigar,
dar clases y formar talento humano; sino también informar y formar a la sociedad en términos o
lenguaje accesible y/o coloquial y a través de medios masivos (Televisión, radio, periódicos, redes
sociales, etc.) sobre sus investigaciones y la utilidad de las mismas. De esta forma la sociedad
no solo vería a la academia como una referencia creíble, imparcial y confiable en la solución de
problemas de toda índole, sino que además valoraría mucho más su función social generando
tensión populista (Sensu Lemarchand 1996) sobre los órganos políticos de gobierno y generando
con ello mayores partidas presupuestarias y reconocimientos salariales. Esto es lo que ocurre
en los países desarrollados (Lemarchand 1996, Richard 2005) y debería ocurrir en la región.
Lamentablemente, la función sustantiva de extensión o vinculación social se ha ido diluyendo con
el tiempo en muchas academias de la región restándole importancia o quitándole puntaje en las
evaluaciones docentes y con ello se ha contribuido a que la opinión social de la academia sea la de
una institución meramente profesionalizante y anacrónica frente a los problemas sociales. Dicha
situación ha dejado un nicho vacante que hoy lo ocupan los influencers de la pseudociencia y las
conspiraciones, entre otros (Fig. 1. Fig. 2). Paradójicamente, muchas universidades y autoridades
universitarias de la región siguen mirando a la academia de sus puertas hacia adentro con
políticas que mantienen el status quo mediocre actual sin darse cuenta que la sociedad tiene
una mirada crítica cada vez más incisiva sobre ella (Mayz 1984, Lemarchand 1996, Bunge 2010,
Oppenheimer 2011, Richard 2004, 2006, 2018, Moyano 2019, MacIntyre 2020). Obviamente este
claro divorcio entre la academia (Torres Oscuras) y la sociedad no solo incide en la valorización
y credibilidad de esta última sobre la primera, sino que además contribuye al desarrollo libre
de las pseudociencias y pseudoeducación (Fig. 1 y Fig. 2). La erosión de credibilidad social de
la academia en las últimas décadas también se ha visto incrementada por fatuos intentos de
integrar la sociedad a la academia a través de cursos y capacitaciones entre los que incluyen, ni
más ni menos, que cursos de pseudociencia como viene siendo denunciado en las tristemente
famosas “listas de la vergüenza” (2020)
A partir de este muy breve recorrido histórico se ha tocado solo algunas de las variables que
potencialmente explican e inciden y/o contribuyen en el desmedido desarrollo social actual de
pseudociencias desde la pseudoeducación y que paradójicamente en muchos casos tiene su
origen en la academia formal (Fig. 1).
Figura 1. Las “Torres Oscuras” como formas anómalas de la academia reproducen mediocridad y generan
diferentes formas de corrupción académica en un círculo de retroalimentación positiva. Muchos profesionales
emergentes de dicho círculo fracasan al insertarse en el mercado laboral generando resentimiento entre
otros sentimientos negativos. En tanto que en la sociedad los mismos, en función de su formación deficiente
y deficiente capacidad de razonamiento lógico, generan y promueven síndrome de Dunning Kruger, Kori,
Procusto junto a las reacciones consecuentes como la Falacia ad hominem por disonancia cognitiva y/u odio
y el Backfire por su contraparte (Los científicos y docentes genuinos). Si el profesional no consigue trabajo
en su área, posiblemente retorne a la academia como docente; perpetuando el círculo de mediocridad y
corrupción académica. CA = Indicador de Corrupción Académica, IM = Indicador de Mediocridad Académica.
Elaboración propia de los autores.
Figura 2. Las “Torres Oscuras” como parte de la academia contribuyen con pseudociencia y
pseudoeducación promoviendo en la sociedad entre otros, síndrome de Dunning Kruger, de Procusto y
derivado de ello, odio (haters) expresado a través de la Falacia ad hominem sobre todo en las redes sociales.
Como contraparte la academia genuina intenta contrarrestar con educación y ciencia creando en la
sociedad disonancia cognitiva que en algunas personas derivará en el síndrome Dunning Kruger, Kori, y
odio consolidando dicho círculo en tanto que en otras personas generará la conciencia deseada en la ciencia
y la educación. Sin embargo, frente a las reacciones adversas (Por ej. Falacia ad hominem) de la disonancia
cognitiva muchos divulgadores científicos optan por el Backfire y retirarse del debate. Elaboración propia
de los autores.
Epílogo y conclusiones
La Reforma de 1918 marcó un hito en la historia de la academia latinoamericana. Sin embargo,
sus logros en muchas universidades (Torres Oscuras) de la región se fueron empañando y
diluyendo con el tiempo hasta volver prácticamente a una situación prereformista, reproduciendo
mediocridad y corrupción académica. Desde dicha situación, las “Torres Oscuras” promovieron
una educación replicativa y carente de valores ajena a los objetivos y pilares reformistas y
los posreformistas planteados por la UNESCO y desde la misma propiciaron pseudociencia y
pseudoeducación. Un reflejo de ello con carácter de indicador lo constituye la proliferación de
pseudociencias amparadas en el aval de muchas universidades y la propagación de las mismas en
las redes sociales y sociedad en general. Sociedad que lejos de estar ajena a esta situación viene
realizando críticas abiertas en todos los medios de comunicación encontrando en la mayoría de
ellas sólo oídos sordos. Esta situación derivó en una pérdida y erosión creciente de credibilidad
y confianza social que la propia sociedad tiende a generalizar a toda la academia. Se necesita
Bibliografía
Barriga A., F. & M. M. Pérez, R. (2010). El portafolio docente a escrutinio: sus posibilidades y
restricciones en la formación y evaluación del profesorado. Rev. Observar 2010 (4): 6-27.
Bravo, G. E., M. García, B. G. Pinell, E. Molina Sandoval, F. Omonte V., C. Pimentel R., E. Prado A., (2003).
Diplomados en educación superior: ¿Necesidad ó búsqueda de nuevos paradigmas? Pp 34 – 52.
En: E. Richard (Ed). Actas I Simposio de Evaluación Académica. Editorial UMSA. 98 pp.
Bunge, M. (2000). La investigación científica. Su estrategia y su filosofía. México, Siglo XXI Editores. 823 p
Bunge, M. (2006). A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Barcelona, Gedisa. 452 p.
CEUB (Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana), (2003). Plan estratégico del Postgrado 2002 –
2006. Ed. CEUB. La Paz, Bolivia.
CEUB (Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana), (2011). Modelo académico del sistema de la
universidad Boliviana 2011. CEUB, La Paz, Bolivia. 160 p.
Ciria, A. & H. Sanguinetti (1962) Universidad y estudiantes. Ed. De Palma. Buenos Aires. 165 p.
CWUR (2020). SCImago Institutions Ranking (SIR) 2020. Consultado el 29 de julio de 2020 http://
www.scimagoir.com/
Delors, J. y Otros. (1996). La educación encierra un tesoro. Madrid: Santillana. Ediciones UNESCO
Elster, J. (2010). La explicación del comportamiento social. Más tuercas y tornillos para las ciencias sociales.
Barcelona, Gedisa.
Fernández, E. & O. Gutiérrez (2003). Universidad enferma. Editorial Buho. Santa Cruz, Bolivia. 169 p
Festinger, Leon (1957). A theory of cognitive dissonance. Standford, CA. Standford University Press.
Fontúrbel, F. (2004). ¿Qué sería de los bolivianos sin el copy–paste?. En: Richard, E. (Ed.-). Cátedra
de Educación Ambiental, Maestría en Recursos Naturales y Gestión Ambiental, Escuela Militar de
Ingeniería. CD–ROM Interactivo. Escuela Militar de Ingeniería y Ed. Multimedia Theratos,
La Paz, 41p.
Frigerio, G., (1992). Las instituciones educativas, cara y seca. Ed. Troquel. 220 p
Kruger, Justin & Dunning, David (1999). Unskilled and unaware of it: How difficulties in
recognizing one’s own incompetence lead to inflated self-assessments. Journal of Personality
and Social Psychology, 77 (6): 1121-1134
Hartemink A. E. (2000) Publish or Perish – Fraud and ethics. Bull Internat Union Soil Sci 2000; 97: 36-45.
Hernández Ch., F. (2007). Fraude en la autoría de artículos científicos. Rev Biomed 2007; 18:127-140.
Huanacuni, F. (2010). Buen Vivir/Vivir Bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas.
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI. Lima Perú. 80 p
La Razón, 2011. Se elaboran tesis a pedido desde U$ 350 y en un mes. Periódico La Razón (La Paz,
Bolivia), 13 de marzo de 2011, A 24.
Lizárraga Z., K. (2002). Economía y universidad pública. Fundación Milenio y Konrad Adenauer
Stiftung. 348 p. La Paz.
MacIntyre L. (2020). La actitud científica Una defensa de la ciencia frente a la negación, el fraude y la
pseudociencia. Ediciones Cátedra. Anaya Multimedia. España. 320 p.
Moyano, M. (2019) Trolls S.A. La industria del odio en Internet. Editorial Planeta 376 p. Buenos Aires,
Argentina.
Oppenheimer, A. (2011) ¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del
futuro. Ed. Debate. 4ª. Impresión, México. 2011
Padilla O., A. R. Daza Rivero & Vanya Roca Urioste. (2007). El rol de las universidades en el desarrollo
científico-tecnológico en la década 1998 – 2007. Informe Nacional Bolivia. 48 p.
En: Barral Zegarra, R. y E. Richard (Eds). Educación y constituyente: Autonomías y soberanía. 148
p. Ed. Ayni Ruway. La Paz, Bolivia.
Richard, E. (2020) Problemas educativos emergentes COVID19. La Academia: Café virtual, científico y
cultural. Recuperado el 15 de setiembre de 2020 https://youtu.be/np6vI-YjaEQ
Richard, E. & D. I. Contreras Z. (2012). Educación Ambiental para el Tercer Milenio: Un enfoque
epistemológico, pedagógico, legítimo y legal. Instituto de Investigaciones, Convenio Andrés
Bello. 418 p. La Paz. Bolivia.
Richard, E. & D. Contreras Z. (2013). Reflexiones en torno a las reservas naturales urbanas
como espacio de diálogo de saberes en la construcción de un ciudadano urbano crítico,
responsable y comprometido con la problemática ambiental, la biofilia y la cultura de la
contemplación para el buen vivir en Bolivia y Latinoamérica. Revista de Didáctica Ambiental
9 (13): 1- 31. España
Ruiz, G. (2016). Argumentación y lenguaje jurídico: Aplicación al análisis de una sentencia de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. UNAM. Instituto de Investigaciones Jurídicas. 226 p.
Sagan. C. (1995). El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad. Editorial Planeta.
481 p
UNESCO, (1999). Conferencia mundial sobre Educación Superior, 1998: La educación superior en el siglo
XXI. CD ROM Interactivo. Ed. Unesco. Paris.
Vallaeys, F., C. Cruz & P. Sasia (2008) Responsabilidad social universitaria: Manual de primeros
pasos. McGraw-Hill Interamericana Editores. México. 94 p.
Young, P. (2018). Síndrome de Procusto en la Medicina. Rev. Med. Chile 2018; 146: 942-946
Zambrana, G. (1999). La tesis: Modelo para martirizar. Símbolo de una vergüenza académica. Biblioteca
de Medicina volumen XXVII. Universidad Mayor de San Andrés. 76 p. La Paz.
Resumen
El siguiente texto presenta una reflexión a partir de la influencia de la situación de confinamiento
(medidas de cuarentena) decretadas como medidas de prevención del virus Covid - 19 en gran
parte de los territorios latinoamericanos, en relación con el reconocimiento como individuos
y sociedad, y por lo tanto, de la construcción de una identidad cultural propia. Estas medidas
de prevención obligaron de un momento a otro, a períodos de - aislamiento preventivo- en los
hogares de residencia, sin prever los grandes retos y cambios que esto implicaría para el ejercicio
de la cotidianidad. Las formas de relacionarse con familiares, amigos y con el entorno más
cercano se vieron afectadas de la noche a la mañana; este hecho fue mucho más significativo en
el ámbito de la educación, ya que como medida inmediata se debieron adaptar los contenidos y
las herramientas pedagógicas para hacer factible y continuar el proceso educativo por medio del
uso de plataformas digitales.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art9
1
Universidad de Investigación y Desarrollo (Colombia). evidal1@udi.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0003-
3550-7525
Introducción
Estas condiciones de aislamiento han variado conforme ha avanzado la crisis generada por
la pandemia y ha hecho notorias y relevantes las diferencias en términos sociales y culturales.
Para algunos sectores estas medidas son más difíciles de cumplir pues prima la supervivencia
cotidiana (trabajo - ocupaciones) pero a su vez refleja cómo nuestras formas de relacionarnos
condicionan ese acercamiento o relacionamiento afectivo y emocional. Particularmente, la
cultura latinoamericana se destaca por su carácter festivo y sus vínculos estrechos generando un
impacto mayor de la Pandemia en la vida cotidiana, ya que se rompen esquemas de comunicación,
y a la larga se afectan estructuras sociales. (Mizrahi, 2020).
Graves desigualdades empezaron a ser notorias con el paso de los días, obligándonos sin
querer a valorar y reconocer el entorno inmediato de nuestros hogares. Un entorno que había sido
desplazado por motivos de trabajo, educación, recreación y convertido únicamente en un punto de
referencia dentro de nuestra vida diaria. Ese entorno cercano o familiar, también durante los últimos
años ha sufrido una transformación notoria y significativa en relación a su composición y cómo
afectan productos del aparato industrial y comercial nuestra capacidad de “sensación, percepción
e imaginación”. (Augé, 2017, p. 51) Objetos cotidianos como los aires acondicionados, ventiladores,
pantallas de televisión, computadores contribuyeron notoriamente en esta situación.
Sustentación teórica
Detrás de esta compleja situación asociada a las implicaciones en términos de salud generadas
por la Pandemia o la reflexión en torno a las problemáticas de tipo socio-económico que implicó
el aislamiento, surge también un escenario propicio para la reflexión presente, y seguramente
futura, de ese universo construído en los días de la Pandemia, y que como lo mencionamos
previamente influye notoriamente en la forma y maneras en cómo nos comportamos, e incluso,
en cómo podemos pensar la misma Pandemia como un tema de discusión. Nos interesa plantear
a manera de tejido, la relación y entrecruzamiento a partir del tema de la identidad (como
construcción de realidad), la educación (como caso de estudio y determinante de la situación) y
la pandemia como hilo de reflexión crítico.
Cada una de las horas vividas durante el período de aislamiento permitió la construcción de
un universo propio, y tal vez contrario a los días antes de la Pandemia: cambio de horarios, cambio
en el tipo de conversaciones, uso (o desuso) de ciertos objetos, restricciones, etc; nuestro primer
acercamiento al concepto de identidad para generar este tejido, tiene que ver con ser pensado a
manera de entramado fruto de entender las diversas relaciones que se establecieron en nuestros
hogares durante estos días. Fueron las experiencias y la forma como éstas se fueron dando las
que permitieron reconocer e identificar nuestros hogares como unidad familiar o como contexto
específico. Entonces entender la identidad en función de las experiencias (Centro Educativo,
2020) nos permite asociar la situación generada con la pandemia con el universo de valores,
costumbres y tradiciones que nos permite reconocer una cultura.
En este entramado, a su vez, es importante reconocer las jerarquías que se pueden establecer
entre ellas, o incluso los elementos o aspectos que no pueden ser considerados. Conceptos de
poder y deseo se unen para generar este entramado: las normas dadas por los gobiernos para
quedarnos en casa, las normas dadas por los jefes de familia para garantizar el orden cotidiano,
el deseo por mantener nuestros hábitos de la forma más normal, o el deseo por salir a las calles,
como configuradores de una experiencia que construye la nueva realidad y además nos permite
sentirnos allegados a ella. La tensión entre los dos conceptos a su vez establece dinámicas más
complejas y escenarios de muchas posibilidades que abordaremos desde el hilo de la educación.
Autores como Augé (2017, p.52) hablan de la importancia del estudio del hombre (antropología)
a partir de la observación, siendo hoy en día relevante e “indispensable”, en un mundo globalizado
y explotado. Las relaciones que se tejen entre lo universal y lo particular, o lo global y lo local son
el reflejo no sólo de complejas tensiones de tipo económico y político sino también un reflejo
de la forma en cómo decidimos enfrentarnos a él. La pandemia, entonces, nos enfrentó con una
situación de tipo universal pero que requería miradas particulares y contextualizaciones de tipo
local. Así mismo, cada uno de los lugares o universos generados en el modo de aislamiento se vio
afectado por decisiones de tipo universal que requerían la necesidad de no ser generalizadas sino
diferenciadas. El mismo, Auge, identifica esta convivencia de escenarios bajo el contexto de lo
<<glocal>>, y aunque está más asociado a aspectos de política o religión, plantea la importancia
de ser teorizados y tenidos en cuenta en nuestro entendimiento cultural.
Podemos pensar en todos aquellos objetos que empezaron a ser relevantes en nuestros
espacios de vivienda o en nuestras actividades cotidianas, siendo concebidos como una
materialización de nuestro impulso de sobrevivencia, donde se ve reflejados la mayoría de
nuestros pensamientos, afectos y emociones (Sanín; 2007, p. 30). Sin lugar a dudas, los barbijos
(tapabocas - caretas) requeridos para la protección contra el virus, puede ser aquel objeto por
excelencia que nos deja la pandemia. Pero a su vez, cada uno de aquellos objetos que empezamos
a visibilizar o dar importancia al convivir con ellos, tienen un alto impacto en nuestra forma de
asumir y entender la pandemia: nuestras camas y sillas fueron más importantes para descansar,
los detalles y objetos decorativos en cada rincón fueron más relevantes o significativos, o nuestros
utensilios para comer hicieron más agradables las comidas.
A partir de esta convivencia cotidiana con los objetos podemos concebirlos no solamente
como una entidad física (materia) sino que podemos asumir su importancia dentro de los
espacios como “un mecanismo de representación y comunicación (el objeto comunica). El
objeto es, además, una representación de todo un conjunto de contextos que lo determinan”.
(Krippendorf, 1995). Los productos y objetos de diseño, a su vez, nos permiten inferir más allá
de su forma material, en un sistema de actividades (experiencias) donde es necesario el proceso
retomar los aspectos y elementos que configuran el proceso de comunicación tradicional (emisor
– receptor). Dicho de forma mucho más clara, no podemos limitar el objeto – producto a las
formas materiales; las formas materiales son las que permiten la acción comunicativa.
Según Costa (2003), el conjunto de la forma y la imagen nos permiten construir la identidad;
en este caso la identidad del objeto. Un acertado proceso de diseño, entendiendo esta dimensión
comunicativa permitirá hacer buenos o malos productos, ya que se puede considerar que
si el producto propuesto es bien leído por parte del usuario final, no solo se dará solución a la
necesidad planteada inicialmente como solución a un problema, sino también a las necesidades
de relación y comunicación propias del entorno donde fue propuesto; es decir, el objeto no será
contemplado únicamente como esa entidad material sino como un aparato que nos facilita la
comunicación con los otros.
Monterroza y Mejía (2013, p. 49) señalan que algunos estudiosos del ámbito social restringen
sus investigaciones y olvidan la importancia de la materialidad como parte de las prácticas sociales.
La cultura y la identidad no son conceptos abstractos sino que a través de los objetos podemos
visualizar, reflejar, mostrar, ocultar nuestros pensamientos y sentimientos. Los objetos restringen
o posibilitan dichas prácticas sociales y la forma en cómo establecemos nuestras relaciones con
los otros; y si pudiéramos ahondar en esta idea los objetos se comportan a su vez como seres
inanimados con los que nos comunicamos y permiten establecer formas de comunicación con
los otros. La Pandemia no solo puede ser vista, entonces, a partir de la prevención en términos de
salud o del aislamiento obligatorio como pausa en la cotidianidad, sino como el momento en que
nos tocó reencontrarnos y convivir con nuestros objetos cotidianos.
A través de estos objetos podemos realizar una mirada a este difícil período, pero también
a su conformación objetual y material, como forma de representación de condiciones sociales,
políticas, económicas y culturales propias de un territorio o una región. Ellos, dan cuenta, a su
vez, de nuestro contacto con la tecnología, de nuestro gustos o rechazos, incluso de nuestras
adaptaciones. De un momento a otro, también aprendimos a convivir nuevamente con ellos y a
encontrar tras las interfaces y los espacios, rasgos que nos permiten identificarnos y reconocernos,
y que a la larga nos permiten afrontar el día a día bajo una cierta calidad de vida. ¿Pero qué tanto
nos reconocemos y encontramos en esos objetos? ¿qué tanto los valoramos antes? o ¿qué tanto va
a cambiar nuestra cultura objetual después de la pandemia?
Este proceso de identificación fue posible gracias a la sensación de encierro (la necesidad de
estar frente a ellos), el largo período del confinamiento (la no variación en la acción de estar en
casa) y la disminución (o en algunos casos aumento) de labores de tipo repetitivo en nuestros
hogares (Ej: hacer aseo). Nuestra curiosidad por los objetos, su percepción y todas las inquietudes
que nos pueden generar, se develaron a partir de nuestra convivencia cotidiana con ellos. Guerra y
Pérez (2020) denominaron a este hecho “el objeto desnudo” que dejó al descubierto sus orígenes,
sus tecnologías, sus formas, sus pro y sus contra a partir de nuestra mirada juzgante bajo la lógica
funcional y estética. Una mirada si bien juzgante, pero seguramente más del tipo curioso que se
pregunta constantemente el por qué y el para qué de todas nuestras materialidades. La función
innata del objeto entonces fue complementada bajo la lógica de la comunicación en significados,
conceptos e historias que seguramente en algún tiempo futuro recordaremos.
La resignificación de estos objetos y de los momentos en torno a ellos nos permite pensar
en la importancia de convivir con ellos, de aceptarlos, de apropiarlos, de incluirlos o incluso en
repararlos, y a veces, en dejarlos ir. Los objetos mejoran nuestra calidad de vida, nos facilitan
la cotidianidad y nos permiten ubicarnos dentro de la realidad como forma de construcción de
nuestra identidad; son ellos la forma “más entrañable de recordar quiénes somos y saber quién
soy yo entre nosotros” (Martin, 2002, p.15). Nuestros mejores proyectos como comunidad y
colectivo, nuestros mejores saberes individuales y nuestros sueños los reflejamos a través de los
objetos. Ellos son los vehículos que nos permiten cumplir con nuestra misión como humanos.
Bajo esta mirada, el proceso educativo trasladado a nuestros lugares de vivienda también
implicó un acercamiento y reconocimiento del universo objetual asociado a esta labor: escritorio,
dispositivos de comunicación, el comedor, o cualquier superficie empezaron a ser significativos, y en
algunos momentos restrictivos de dicha acción. Ya sea como estudiantes o docentes, las medidas de
confinamiento permitieron además, que este universo objetual fuera abierto a todos, las cámaras
desnudaron para nuestros compañeros o colegas, los tipos de objetos con los que convivimos y de
alguna manera, también permitieron reconocernos o diferenciarnos a través de ellos.
El curso Identidad Objetual1 fue uno de estos escenarios donde los conceptos de identidad -
pandemia - educación y objetos de diseño se pudieron pensar a través de estas dinámicas en el
período de confinamiento. Si bien el curso académico buscó continuar los contenidos del curso
en el paso de lo presencial a lo virtual, también se convirtió en el escenario preciso para abordar
las relaciones que se pueden tejer entre los conceptos con miras a cuestionarnos en el uso y/o
abuso de los mismos. El tejido cada día se volvió más complejo al identificar la importancia de
ese entorno objetual, incluso por encima de esos contenidos académicos del curso pensados bajo
otras lógicas y contextos.
1
Curso de Identidad Objetual - Séptimo semestre - Universidad de Investigación y Desarrollo desarrollado durante el
primer semestre académico 2020.
Dentro de la educación, por lo menos a nivel universitario, los espacios y lugares de trabajo
físico fueron simplificados al aula y al tablero de clase. Con algunas excepciones, y por temáticas
particulares, a talleres o incluso espacios al aire libre, pero donde los objetos, las herramientas
y los medios pasaron a un segundo lugar, dando prioridad a contenidos y metodologías que
no consideraban al espacio y a los objetos más allá que de un uso funcional. Muchos centros
educativos, y a partir de la oferta del mercado, generalizaron y estandarizaron el espacio o el
tipo de mobiliario, al punto de volverse, y verse frío y aburrido. La identidad del espacio de clases
quedó reducida a las emociones propias de la formación académica.
Tal vez uno de los hechos más relevantes que dan cuenta del impacto en la educación de este
período de pandemia, y del ejercicio asumido con responsabilidad por las instituciones para
continuar y llevar a cabo los procesos formativos desde el uso de herramientas informáticas y
virtuales, sobrepasa la discusión acerca de esta virtualidad impuesta y recae en las formas en
cómo empezamos a comunicarnos y hacer uso de nuestros espacios cotidianos y adaptarlos
para mantener el aprendizaje. La recursividad, el uso de recursos análogos o la importancia de lo
visual hacen parte de este impacto. Pero es un impacto, que propongo sea visto, bajo la mirada
de la identidad, cada una de las acciones que se fueron reflejando en el universo académico
o estudiantil son un fiel reflejo de cómo nos entendemos, cómo nos pensamos y cómo nos
comunicamos como cultura. Estuvo siempre tras la pandemia la necesidad de reconocernos en
nuestros lugares y en nuestros seres cercanos.
2
Demi, Mara (2020). El desafío que refleja cómo cambió nuestro vínculo con los objetos (en cuarentena). Portal On-
line Puro Diseño. Disponible en: https://www.purodiseno.lat/pasan-cosas/cuales-son-tus-esenciales-de-cuarente-
na-el-desafio-que-refleja-el-vinculo-con-los-objetos/
Consideraciones finales
Bien señala Santos (2020, p.10) que son estos aspectos los que determinarán nuestras formas
de ver hacia el futuro, al pensar en este tipo de comportamientos y actitudes durante la pandemia
como apariciones: “La claridad pandémica y las apariciones en las que se materializa. Lo que nos
permite ver y cómo se interpreta y evalúa determinarán el futuro de la civilización en la que
vivimos. Estas apariciones, a diferencia de otras, son reales y llegaron para quedarse”. Es posible
entonces, y ojalá sea así, que muchas de estas circunstancias prevalezcan a futuro, y que incluso
la cotidianidad nos retorne a nuestros estudios o trabajos, haya surgido la necesidad de mirarnos
a nosotros mismos como forma primordial y básica para sobrevivir.
Nuestra mirada a los objetos, a nuestro entorno, a nuestros lugares de vivienda debería ser
más crítica, más justa y sobre todo más humana, entendida como punto de partida para crear
escenarios cotidianos de vida, que sobrepasen cargas y ocupaciones, y se conviertan en campos
de resistencia ante las inclemencias económicas o de la salud, Somos nosotros los que desde
nuestras casas podemos juzgar nuestro hacer, autoevaluar el aprendizaje o reflejar nuestros más
profundos sueños; un software o un tablero acrílico son solo medios para hacerlo posible, y si
bien también se comportan como objetos vitales en nuestra vida antes de la pandemia, nuestra
comunicación con ellos y a través de ellos, ha permitido que hagan parte de nuestra vida.
Necesitamos la convivencia con nuestros objetos, con nuestros espacios, con nuestros valores
y con cada uno de los aspectos que nos configura como sociedad para poder enfrentar situaciones
más complejas. Zizek (2020) menciona al respecto “Las cosas a las que estábamos acostumbrados
como parte de nuestra vida diaria ya no se darán por sentadas, tendremos que aprender a vivir
una vida mucho más frágil con amenazas constantes. Tendremos que cambiar toda nuestra
postura ante la vida, ante nuestra existencia como seres vivos entre otras formas de vida” (p. 48).
Y este escenario lo hace posible la educación en conjunto con la cultura.
Espacios más amplios, nuevos materiales, zonas al aire libre, entre otras, fueron determinantes
para plantear soluciones que al corto plazo la medicina no pudo solucionar. Y si bien ya ha
pasado un siglo desde esto, el escenario de la pandemia del Covid -19 tiene varias similitudes
3
Algunos de estos escenarios se mencionan en los artículos de Torrico (2020) y Ventura (2020).
para poder visionar nuestros futuros más próximos. El contexto dejado tras el uso excesivo
de nuestras pantallas de computador durante el período de confinamiento implica también
el acompañamiento a partir de la creatividad y la innovación para superar los obstáculos más
importantes e inmediatos en el período de transición entre el antes y después de la pandemia. Y
frente a estos retos, la educación de hoy en día, en modelos remotos o alternancia requiere de la
recuperación de su liderazgo para la construcción de una mejor sociedad.
A través de la educación, con pantallas de por medio o sin ella, como educadores de nuevas
generaciones tenemos la misión de entender y asimilar el momento en el que estamos, sus
riesgos y sus oportunidades para encaminarlos con buenos propósitos en relación a nuestras
disciplinas y profesiones con una “visión esperanzadora” (Correa y Restrepo, 2020). Así mismo,
a partir de la educación, a manera de entretejido, como lo mencionamos al comienzo de este
texto, la nueva “normalidad” debe ser pensada como un tejido social conceptual, incluyente y
sostenible, tendido como puente para re pensarnos como sociedad y cultura; para ello es muy
importante la comunicación y los escenarios que ella permite como camino a recorrer y del que
hay varias cosas aún por aprender.
Pero ¿cómo enfrentar estos nuevos escenarios que debe afrontar la educación? Santos (2020,
p. 12) menciona este proceso como un problema atribuido a la relación entre una práctica caótica
y esquiva y una teoría tradicional. Tratar de reflejar los contenidos prácticos a través de teoría en
un escenario detrás de la fría pantalla tecnológica, o al revés, realizar una aplicación muy concreta
de la teoría en el escenario práctico puede ser un hecho bastante confuso. La misma teorización
de la pandemia, o de las variables asociadas a ella deben ser vistas, en palabras de Santos, a partir
de una “subteorización” donde “la claridad de la pandemia creara tanta transparencia que nos
impidiera leer y mucho menos reescribir lo que estábamos registrando en la pantalla o en papel”.
Esto lo podemos entender como una invitación a entender estas circunstancias pero desde una
mirada externa a ellas, donde podamos visualizar todos aquellos aspectos ocultos detrás del
mero concepto.
La labor que cumplen entonces las herramientas, los espacios, los objetos es de mediadores
y facilitadores de la acción de aprender, siendo esta acción contextualizada a partir de nuestros
contextos particulares y locales, pero sobre todo a partir del espacio de experiencia en medio de ella.
Extrañamos los lugares de aprendizaje, los espacios físicos de las aulas porque están pensados bajo
la lógica del compartir, la experiencia y la interacción. Los escenarios de la virtualidad nos pusieron
en escenarios cuyo único mediador era la pantalla y se mezclaban con nuestras cotidianidades.
Correo y Restrepo (2020) señalan que un reto tras de este período de pandemia y distanciamiento
social surge el reto de pensar y crear espacios de construcción de comunidad.
La mirada entonces sugerida para poder pensar el período de la pandemia del Covid-19
y los inciertos escenarios que ella conlleva a futuro, deberá ser guiada y revisada a la luz de
planteamientos, conceptos, autores y experiencias resignificadas en contextos locales y desde
un enfoque comunicativo, para de esta forma, enriquecer y poner en debate nuevas realidades
que superan nuestras teorías y planteamientos clásicos, nuestras metodologías y concepciones
estáticas de la educación. Se requiere y se debe establecer un diálogo constante entre la
construcción de nuevos pensamientos y la existencia de una nueva realidad más allá del espacio
físico para la realización de las clases.
El objeto de diseño cotidiano, que nos acerca a nuestra cotidianidad y permite la generación
de esos escenarios es puesto aquí bajo una lógica de discusión y construcción del pensamiento
flexible en relación hacia la construcción de una realidad y un espacio de vida más pensado desde
y para nosotros. Pensar los objetos de diseño desde una perspectiva más amplia, superando
incluso el quehacer de la producción material de objetos y que es visibilizado y reconfigurado
desde particularidades locales y experiencias propias, será la forma más adecuada para construir
otros mundos de significados que permitan ofrecer esos espacios seguros y confortables que
hoy en día necesitamos más que nunca. . Desde un pensamiento que se acerque más a nuestra
cotidianidad podemos construir una mejor educación.
Estos posibles y nuevos escenarios, implican entonces la resignificación, y por qué no, la
transmutación de la realidad a través de los objetos cotidianos, implican acciones de apropiación
y adaptación que sobrepasen dimensiones meramente funcionales y formales y recaigan en
dimensiones significativas. Los objetos cotidianos, los espacios en los que convivimos también
pueden ser pensados entonces como acontecimientos que permiten a través de diversas
expresiones la construcción de un tejido social y de formas de vida que se entrelazan entre sí, y
que al igual que el tejido que teje una araña, o la tela que trenza un artesano reflejan nuestros
más profundos anhelos y deseos, y a la vez, nos sirven de protección para las circunstancias
externas como el viento o la lluvia.
Sin lugar a dudas este ejercicio de pensar los espacios de aprendizaje, sus significados o sus
metodologías, exigen, que sean vistos desde las perspectivas no solo glocales sino particulares de
una comunidad o incluso de un individuo. Cada uno de nosotros pensado como el sujeto centro
de la reflexión, y a su vez de la generación de soluciones, un poco contrario al concepto moderno
de la estandarización, y no lejano a una visión en comunidad del desarrollo. Tal vez más allá
de la pandemia, lo que nuestros sistemas educativos deben recuperar es ese puesto o lugar
que cada uno de nosotros debe ocupar dentro de un sistema o aparato educativo, pues es esta
singularización la que permite otorgar sentido a la estructura misma del proceso, la que puede
visualizar sus fallas y visualizar nuevas realidades. La pandemia y el escenario después de ella
debe ser el momento propicio para pensarnos como seres constructores de sentido e identidad.
Nuestra presencia como figuras centrales del proceso también tiene la función necesaria y
urgente de llenar los vacíos generados por esas influencias externas y exigen en esa lógica de la
– subteorización – una compresión resignificada de cada uno de los elementos, objetos, espacios,
lugares, métodos y escenarios que permitan dar cuenta de la realidad. El momento después de
la pandemia y esta suerte de preocupación y ansiedad hacia el futuro deben también permitir a
partir de la reflexión y construcción de nuestro tejido, la puesta en práctica de rituales, saberes y
sueños dejados de un lado por la satisfacción de lo lógico y no de lo emotivo, y deben configurarse
como el escenario ideal para detectar fallas y rupturas previamente a su aparición. Debemos
reconstruirnos como sociedad, como cultura y como comunidades que abogan por la importancia
de los símbolos, significados y emociones como parte de su quehacer y su vivir.
Generar objetos, espacios y métodos que permitan mejorar nuestras labores de enseñanza
y aprendizaje no solo superan conceptos tradicionales sino que deben retomar a partir de
valores culturales la importancia de usos, comportamientos y tradiciones. La arqueología sobre
el escenario de la pandemia y los tiempos porvenir exigen visualizar la ruptura en el campo
emocional y la recuperación de la pedagogía como única forma de reparación de las inmensas
grietas que esta situación deja. Recuperar y rescatar lo auténtico de cada uno de nosotros, de
nuestros lugares, de nuestras comunidades es un ejercicio de vital importancia a corto plazo
donde la educación tiene una labor primordial, sin ser ello, tampoco, un asunto rígido y estático
o una solución momentánea, sino tan flexible que puede ser también la solución a futuro a otras
duras condiciones sociales, políticas o económicas.
Recuperar lo auténtico exige también un minucioso ejercicio de reordenar cada una de sus
fases, momentos y variantes. Cada pequeña cosa que nos acompañó durante el período de la
pandemia, ya fuera en forma objetual, o como comentario tras una pantalla del computador, se
convierte bajo la mirada del campo emocional y la resignificación en un potente y significativo
hilo de dónde tirar, de dónde explotar y de dónde fortalecernos como sociedad. El poder del
aprendizaje y la magia tras lo pedagógico se convierten en catalizador, y a su vez, en la estrategia
para recuperar las grietas generadas por el Covid19, y a vez como el mejor campo para sembrar
un mejor futuro.
objetos. La mirada a la pandemia debe ir más allá de un asunto de espacios físicos o de uso de
herramientas, y debe retomar la importancia que como sociedad tenemos para la generación de
nuevas posibilidades, materialidades y realidades. El verdadero reto, consiste entonces, en cómo
cada uno de nosotros logra a partir de acuerdos como sociedad, superar esta pandemia, y en el
ejercicio de encontrar la esencia de cada uno de nosotros nos permita encontrarnos en nuestros
rasgos más valiosos y en nuestros mejores motivos.
AUGÉ, Marc. (2017). La antropología del porvenir. El fin de la prehistoria de la humanidad como
sociedad planetaria. en El porvenir de los terrícolas. Editorial Gedisa S.A. Barcelona.
CORREA, Pablo y RESTREPO, Ana (2020). “Es momento de pensar con claridad para qué
educamos”. Entrevista a Fernando Reimers. Periódico El Espectacor. Versión Online,
publicada el 08 septiembre, 2020. Disponible en: https://www.elespectador.com/noticias/
educacion/es-momento-de-pensar-con-claridad-para-que-educamos/
COSTA, Joan. (2003). Diseñar para los ojos. La Paz, Bolivia: Grupo Editorial Design.
DEMI, Mara (2020). El desafío que refleja cómo cambió nuestro vínculo con los objetos (en
cuarentena). Portal Online Puro Diseño. Disponible en: https://www.purodiseno.lat/pasan-
cosas/cuales-son-tus-esenciales-de-cuarentena-el-desafio-que-refleja-el-vinculo-con-los-
objetos/
MIZRAHI, Darío. (2020). Sociología del coronavirus: cuando la cultura de los países puede ser una
ayuda o un obstáculo ante la pandemia. Infobae. Sección Mundo. Publicado el 22 de marzo
de 2020. Recuperado de https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/22/sociologia-
del-coronavirus-cuando-la-cultura-de-los-paises-puede-ser-una-ayuda-o-un-obstaculo-
ante-la-pandemia/
GUERRA, Omar y PÉREZ, Carolina (2020). Miradas desde un confinamiento: el objeto desnudo.
Portal web Diconexiones, Junio 6, 2020. Disponible en https://www.di-conexiones.com/
miradas-de-un-confinamiento-el-objeto-desnudo/
MARTÍN, Fernando. (2002). Contribuciones para una antropología del diseño. Gedisa Editorial.
Barcelona.
MONTERROZA, Alvaro y MEJIA, Jorge. (2013). Artefactos y símbolos como dispositivos causales
de la cultura. Revista Trilogía. N.8. ISSN 2145-4426 Enero - Junio, 2013. pp. 39-45
KALMAN, Judith (2020). Aprender en casa. Lo mismo pero en pantalla. Nexo. Blog de Educación.
13/06/2020. Disponible en https://educacion.nexos.com.mx/?p=2334
SANIN, Juan Diego. (2007). Estéticas el consumo. Configuraciones de la cultura material. Editorial
Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín.
SANTOS, Boaventura de Sousa. (2020). La cruel pedagogía del virus. Ediciones Akal, S. A.
Resumen
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art10
1
Universidad Autónoma Metropolitana – UAM (México). elisa.delgado.c@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-
0002-2213-7708
Introducción
A partir de lo más elemental, de aquello que marca una sustancial diferencia en la evolución,
se inicia entonces, por la raíz etimológica de la palabra: comunicación; del latín communicatio,
communicationis, que significa compartir, intercambiar, poner en común. La expresión de “poner en
común” se utiliza cuando dos o más personas o grupos, exponen pensamientos, conocimientos u
opiniones respecto a un fenómeno, colocando elementos para encontrar puntos de convergencia
entre las ideas. Poner en común situaciones, posturas, intereses o conceptos, no es una acción
simple, pues requiere además del acceso a cada componente, un nivel de comprensión profunda
de esos conceptos y un proceso de análisis a través del cual se identifiquen los puntos de
interpolación entre ambos, para que el uno intercambie con el otro, para que se comuniquen. Por
lo tanto, la comunicación es un acto de relación entre los individuos mediante el cual se evoca un
significado de encuentro.
La tríada (forma, modo y sentido) se inserta en el fenómeno social en donde intervienen los
individuos, el colectivo, las instituciones, el Estado, los hechos históricos, el discurso, los medios
de comunicación y los procesos culturales para la emisión-codificación y la interpretación-
decodificación relacionándose de forma compleja y sistémica. Es decir, cada elemento guarda
cierto grado de proximidad y coexistencia con el otro, sin tener una retícula o esquema
establecido, sino que en algunos casos prevalece un cierto elemento sobre otro, pero finalmente
todos los componentes intervienen en el múltiple entramado de la comunicación social.
Figura 1
Delgado, A. (2019). Tríada comunicativa: Forma, Modo y Sentido.
En este terreno, se ubica la figura del profesional de la comunicación, como aquel individuo
formado para ejecutar un rol de intermediario de los mensajes en los espacios y medios de
comunicación social, y también productor o articulador de discursos comunicativos, cuya actividad
comprende hacer uso de las formas de comunicación, construir el modo y dotar de sentido a
aquello que se comunica, el mensaje. En este ámbito profesional, existe una hiper especialización
para las actividades desarrolladas por los comunicadores, desde la conceptualización y
articulación de la línea discursiva del medio, la transferencia, evaluación del impacto, reflexión
y opinión crítica sobre un discurso mediático, monitoreo de medios, diversificación de los
mensajes en diferentes formatos, producción para medios digitales o multimediales, entre otros.
De manera que, el profesional de la comunicación, agrupado generalmente en organizaciones
como las agencias o instancias, comúnmente llamadas medios de comunicación (que integran
grupos de profesionales hiper especializados en diversos aspectos de la comunicación), pueden
crear, entregar y examinar un mensaje y el impacto que este tiene en tanto la decodificación que
los diversos públicos y sectores de la sociedad hacen de él.
Sustentación teórica
Articulación, producción y consumo simbólico: los medios de comunicación
Autores clásicos del campo de estudios de la cultura, como Cliffort Geertz (1973) apuntan que
la cultura es una estructura de significaciones y dentro de esta estructura de significaciones actúan
en reciprocidad significados-acciones entre los actores del fenómeno que generan sistemas
simbólicos de relaciones internas y estructuras subyacentes, de estás relaciones, proviene el
término de interaccionismo simbólico que representa los modos y sentidos que se articulan para
generar estructuras de significación, por ejemplo, el discurso.
Pero, son los sujetos los que conciben y le dan significación al discurso a partir de un proceso
de reciprocidad donde convergen: la realidad, el proceso de configuración, la forma en que se
difunde, es decir el medio, el modo en que se expresa, la experiencia y los efectos producidos
en la interacción social. Estás interacciones generadas son representaciones sociales. Por su
lado, Pierre Bourdieu (1989) plantea la existencia de las relaciones de consumo y por tanto de
producción cultural, en donde el discurso comunicativo se encuentra como un componente de
las representaciones sociales, él señala que cada sociedad tiene una jerarquía de los objetos
de estudio y las estrategias de prestigio que dan el estatus a esas jerarquías de estudio. De esta
forma, la comunicación social y los medios que la hacen posible generan jerarquías, estructuras
y niveles de articulación, producción y consumo, generan por tanto relaciones de poder. A este
respecto, Giménez señala que “el poder tiene por base y fundamento la estructura objetiva de la
desigualdad social” (1983, p. 23), introduciéndose de la forma que parece a simple vista menos
peligrosa, el discurso comunicativo.
2. El valor del trabajo. Este aspecto se ocupa de procesos que restringen al mercado de
consumo, que es un sistema de relaciones objetivas entre agentes o instituciones por luchas
o monopolio de poder a partir del mensaje. Este aspecto es claro cuando se observa la
industria mediática, sus pugnas y sus posturas frente a la sociedad.
A estos análisis en la diferenciación social a partir de las estructuras simbólicas y los vínculos
entre la articulación, producción y consumo, entendidos como elementos de lo político,
económico y social y por tanto de la jerarquía, Bourdieu la denomina Teoría de los campos (1989),
la cual, interviene en las relaciones de las estructuras y superestructuras sociales. Los medios
de comunicación, desde esta concepción, representan un sistema de relaciones constituido por
los agentes sociales directamente vinculados con la producción y el consumo de los mensajes
(profesional de la comunicación, organización mediática, públicos, estado, poder económico-
empresas-), con el objetivo de legitimar, normalizar, formar, penalizar y denunciar, dentro de
micro, medianas y superestructuras a partir de dos elementos: la existencia de un capital común
y la lucha por la aprobación del elemento común.
Sobre Ética
La ética como disciplina se encarga del estudio filosófico y científico de la moral, que por su
parte integra el conjunto de principios, criterios, normas y valores que dirigen los actos, -nuestro
comportamiento-. Ambas, la ética y la moral, han constituido una preocupación en todos los
tiempos del hombre, ya que somos la única especie que da cuenta de sus actos y justifica su
conducta de acuerdo a los contextos histórico-culturales. Tenemos un grado de libertad mayor
que cualquier especie. El ser humano no es esclavo del determinismo físico o biótico, tenemos
capacidad de respuesta ante situaciones inesperadas, nos adaptamos e innovamos, nos
desarrollamos mediante la libertad de escoger y de rectificar. En este sentido, es que se encuentra
el sujeto y la sociedad, se encuentra inmerso en una constante preocupación por la determinación
de lo justo, lo correcto, las escalas de valores, las creencias, los códigos de conducta, las sanciones,
etc., que permiten el desarrollo individual y en comunidad.
Por tanto, la ética interviene en todos los niveles de la conducta humana y esta implicada en
los procesos de socialización por parte de diversas instituciones religiosas, familiares, políticas y
por supuesto educativas. En este sentido, la educación ética es sustancial en tanto que contribuye
a la formación integral del hombre, a la humanización del mismo, haciendo explícitos todos los
valores que entran en juego dentro de los diversos contextos.
embargo, la comunicación, como se ha descrito, abarca todas las dimensiones del hombre, al
igual que la ética, cuestión que las coloca en un terreno común, el terreno de lo social. Cada vez
que se concibe y articula un mensaje, requiere plantear en sí mismo la forma, el modo y el sentido
en que será comunicado, por tanto, implica la postura ética del sujeto o sujetos que lo producen,
reproducen y consumen. Es así como cada discurso y estructura simbólica, plantea de la mano un
modo en que será transmitido a partir de una concepción ética de los actores involucrados en su
codificación y decodificación.
En esta práctica la ética de la comunicación tiene como norte coadyuvar al ejercicio de dos
derechos humanos: el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la información, que
constituyen las dos caras de la moneda, participar en la emisión de mensajes y recibirlos. La
Declaración Universal de los Derechos Humanos, ratificada por la Naciones Unidas enumera el
conjunto de derechos, señalando en su Artículo 19 donde se expresa que:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no
ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión” (Naciones Unidas, Declaración
Universal de Derechos Humanos, p.40).
También proporciona asesoramiento sobre legislación y formulación de políticas para los medios a
los Estados Miembros de la UNESCO. Esto ayuda a los gobiernos, parlamentarios y otros decisores a
sensibilizarse acerca de la necesidad de garantizar la libertad de expresión […] cuestiones como la
regulación de los medios en línea con los estándares internacionales, la regulación de los medios para
la protección y promoción de los derechos humanos, los dividendos digitales, la libertad de expresión y
la Internet, la regulación de la publicidad oficial, entre otros, son temas que están en el orden del día de
los principales debates sobre la garantía, promoción y protección de la libertad de expresión para todos
y todas. (UNESCO, s.f.)
El ejercicio ético en los medios comunicación no es una cuestión nueva, hoy más que nunca
sigue siendo relevante y necesaria abordarla y urgente entenderla, debido a la velocidad en la
que se produce y transmite la información, el ejercicio de la ética en el ámbito profesional de la
comunicación, se suma a la forma, el modo y el sentido de comunicar en el espacio social. En estos
procesos es donde se identifican los principales problemas detectados, derivado principalmente
por la falta de consideraciones y preceptos éticos, un requisito indispensable para organismos,
empresas de comunicación y profesionales, en quienes recae en buena medida la articulación,
producción y consumo del capital simbólico.
La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino
en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el
orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. (Artículo
6º, Constitución Política Mexicana).
Bajo este marco jurídico se garantiza la libre expresión en sus diferentes formas y
manifestaciones, es decir, en los medios, vehículos o instrumentos de los que se disponga
para el ejercicio de este derecho. En este sentido, todo individuo puede hacer uso de la
libertad de expresión, lo mismo que los organismos –medios de comunicación- que tienen
como objeto social la comunicación social. Y aunque, la ley es clara y establece este principio
en la constitución mexicana, uno de los problemas más grandes es la falta del ejercicio de
este derecho ante la opresión social, los prejuicios, el miedo y la intimidación que pueden
producir los mecanismos de poder (principalmente el poder del estado y el poder económico)
sobre los ciudadanos y sobre los profesionales de la comunicación; por tanto, es fundamental
que se conozcan todas las dimensiones jurisprudenciales de este derecho, por ser uno de
los principios éticos fundamentales de la comunicación, que impactan directamente en el
margen de actuación de los medios, profesionales y ciudadanos en general.
Toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como a buscar,
recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión. El Estado
garantizará el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, así como a
los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e internet. Para
tales efectos, el Estado establecerá condiciones de competencia efectiva en la prestación de
dichos servicios. (Artículo 7º, Constitución Política Mexicana).
Los problemas que se exponen a continuación se derivan de los dos principios éticos de
la comunicación y se relacionan con ellos de forma sistémica, aunque presentan elementos
específicos como se describe:
c. La veracidad del mensaje. Este es un problema relacionado con el modo y el sentido que se
da al discurso, representa una lucha entre la objetividad del mensaje contra el simulacro
que se puede poner de manifiesto e implica una postura objetiva por parte del medio de
comunicación y del profesional de la comunicación para apegarse a la verdad de los sucesos,
describiendo y presentando los hechos de manera clara, directa y contundente.
j. El problema del silencio mediático. El silencio, como una ausencia, también se detecta en
los medios de comunicación y en los profesionales, sucede como con la difusión de mensajes
no verídicos, el no comunicar, también trae como consecuencia la falta de credibilidad, deja
entrever posturas e intereses de los medios frente a la verdad pública, normaliza un discurso.
Figura 2
Delgado, A. (2019). Problemas éticos en los medios de comunicación.
Hacia una responsabilidad social y ética de los medios de comunicación para el siglo XXI
d. La integridad profesional.
Estos elementos forman parte de la responsabilidad social que debe de asumirse en todos los
niveles que componen la estructura mediática, no sólo el periodista, al que se le confiere un papel
central, sino todos los participantes, fotógrafos, diseñadores, productores multimedia, figuras
públicas, organismos, instituciones, empresas de comunicación, sociedad civil y por supuesto el
Estado. En cada pieza se materializa, por más pequeña que parezca, el poder del capital simbólico,
del mensaje frente al servicio que debe rendir al bienestar social o que rinde para la hegemonía
de las estructuras de poder en los diferentes países de Latinoamerica y el mundo.
El siglo XXI, plantea grandes retos para la sobrevivencia del hombre en el mundo, la escasez
de los recursos, la desigualdad, pobreza, injusticia, falta de oportunidades, deterioro medio
ambiental, cambio climático, entre otros aspectos, ponen en riesgo seriamente la posibilidad
de un futuro cercano. Las próximas décadas son decisivas para la transformación o el continuar
con el inminente declive y la catacumbe. Esto no atañe a las generaciones de niños y jóvenes
unicamente, toca enfrentar a todos los actores y generaciones sin importar su rango de edad.
En este punto los medios de comunicación constituyen un factor clave que pueda incidir en los
ámbitos de difusión, sensibilización y concientización para la transformación, pero la pregunta
clave es ¿hasta dónde se han involucrado? ¿en qué aspectos han hecho ingerencia y cuáles han
dejado del lado? ¿de qué siguen hablando los medios de comunicación en la actualidad? ¿qué
discursos están invisibilizados ante la problemática mundial?
De esta forma, los temas transversales de interés para una sociedad más justa, equitativa
y que considere aspectos relevantes para los diferentes grupos sociales, debieran plantearse
como concepto central en la transversalidad de la ética, la comunicación y sus implicaciones.
Considerando los Derechos Universales de libertad de expresión y acceso a la información, así
como el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda internacional 2020-2030,
la cual, apunta conceptos fundamentales para el desarrollo social, la convivencia colectiva,
ciudadanía, educación para la paz, derechos humanos, transparencia, responsabilidad social,
desarrollo económico y sostenible, así como la protección de la vida y ecosistemas terrestres.
Figura 3
Naciones Unidas, Objetivos de Desarrollo Sostenible, Agenda Internacional 2020-2030.
Con todo este contexto que antecede y que resulta el más relevante, porque atiende no
solo a la problemática sanitaria actual del COVID-19, sino a todo el problema de los medios de
comunicación y el papel de la ética como elemento central para la construcción de discursos
comunicativos que inciden en las estructuras sociales, lo anterior a través de la “Triada
Comunicativa” (Delgado, 2019), se da la pauta para las consideraciones finales de la reflexión de
la comunicación para el siglo XXI.
Consideraciones finales
Los medios de comunicación enfrentan constantemente dilemas éticos enmarcados en los
principios de libertad de expresión y acceso a la información, ya que pueden manipular y difundir
mensajes, que son capitales o bienes simbólicos, por tanto, el impacto que estos tienen sobre los
procesos sociales es evidente en la forma que comunican, el modo en que se comunica y el sentido,
elementos que mantienen, legitiman, normalizan, evidencian, exponen.
Derivado de lo anterior, en todo momento se hace foco sobre el papel ético de los medios de
comunicación como entidades, agrupaciones o empresas, sin dejar de lado el papel individual
del profesional de la comunicación, esto, porque en la actualidad la diversificación de los medios
de comunicación digital abre nuevos espacios que por su carácter público están a disposición de
todos y todas, sin tener que atravesar o formar parte de una organización mediática, dotándola
de posibilidades de difusión, acceso a la información y libre expresión en medios digitales y en
red, ampliando espectralmente las posibilidades de la comunicación y por tanto, también los
vínculos con la ética frente a estos panoramas comunicativos de la actualidad.
Fuentes de consulta
Arapé, E. (2005). Cambios en la comunicación y en la ética. Revista ORBIS, Ciencias Humanas. Año 1,
No. 1, pp.5-12.
García de Torres, E. & Farmer, Y. (2017). Ética en los medios de comunicación: retos y oportunidades para
la investigación. El profesional de la información, 2017, marzo-abril, vol. 26, No.2, ISSN1699-
2407.
Geertz, C. (1973). La interpretación de las culturas. Editorial Gedisa. Recuperado de: https://
antroporecursos.files.wordpress.com/2009/03/geertz-c-1973-la-interpretacion-de-las-
culturas.pdf
Giménez, G. (2007). Estudios sobre la cultura y las identidades sociales. Capítulo III: La dinámica
cultural. Colección Intersecciones, CONACULTA-ITESO, México.
Mattelart, A. & Mattelart, M. (1995). Historia de las teorías de la comunicación. Editorial Paidós
Comunicación, España.
Miralles, A.M. (1998). El periodismo cívico como comunicación política. Nómadas, No.9, septiembre,
pp.61-72.
UNAM. Marco jurídico de la libertad de expresión en México. Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
UNESCO. (1983). Código Internacional de ética periodística UNESCO. Conclusiones del Fourth
Consultative Meeting of International and Regional Organizations of Journalists, París,
Noviembre 1983.
Resumen
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art11
1
Universidad César Vallejo (Perú). frios@ucv.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7049-8869
Introducción
Sin embargo, los medios de comunicación no han sabido aprovechar la oportunidad de ser
considerados nuevamente por la población como los referentes en el contexto de la pandemia,
pues encontramos que algunos de ellos se han preocupado más por la cuantificación de la
pandemia, dejando poco a la reflexión cualitativa y al aporte social sobre el tema, trayendo
consigo insatisfacción en las audiencias.
1
Reuters es una agencia multimedia de noticias con sede en Inglaterra, conocida a nivel mundial por suministrar de
información a medios de comunicación y mercados financieros.
3
Podemos encontrar la definición en https://latinus.us/2020/05/06/infodemia-segun-la-oms/
4
Información encontrada en una revisión en épocas de la COVID-19 a los diarios: El Mercurio, La Tercera, Radio Biobío,
El Mostrador, La Nación y Cambio21.
estado en todo el proceso comunicativo ha resultado esencial, donde los medios de comunicación
en especial la televisión, cambió la manera de gestionar los contenidos, permitiendo para la
población cubana una información oportuna, confiable, sin miedo.
Piezas claves de la gestión realizada han sido el diálogo directo de los expertos, académicos y
profesionales con el Gobierno, el fomento de la colaboración interinstitucional e intersectorial, la
participación interdisciplinaria, el despliegue de un trabajo intenso para acelerar las respuestas y
una activa comunicación pública para mejorar la información y el desempeño de la población. (Ausa-
Santivañez et al., 2020, párr. 7)
Investigaciones como esta nos permiten ver la otra cara de la moneda, donde sí se puede dejar
de buscar la espectacularidad y el sensacionalismo en la información en tiempos de pandemia,
se puede de alguna manera brindar una información saludable desde cualquier perspectiva. Es
importante indicar que, si bien en Cuba existe una constante regulación a los medios por parte
del gobierno, no se busca con este ensayo poner en tela de juicio la censura de la información, ni
mucho menos querer que se informe solamente noticias agradables de interés de un gobierno,
porque creemos que “las malas noticias son malas, pero son noticias” (Gomis. 1991, p. 144) y estas
deben informarse. Lo que se busca es que se pueda narrar la noticia con los valores noticia bien
definidos, añadiendo criterio y empatía con el ciudadano; donde la ética sea el factor fundamental
de la práctica periodística como un favor transversal en todo el proceso, y es que:
El periodismo sin ética deja de ser periodismo; puede ser propaganda, un relato de ficción o noticias que
no deberían haberse publicado. Podríamos decir que, sin ética, el periodismo es mal periodismo, no es
un relato informativo o es una distorsión de la realidad. En ocasiones, el periodismo sin ética puede no
ser una distorsión de la realidad, pero puede ser un relato que atenta contra los derechos básicos de la
ciudadanía, como el derecho a la intimidad, al buen nombre, a la propia imagen. El periodismo sin ética
es un periodismo irresponsable, que rompe con su función social para con la ciudadanía (Rodrigo-Alsina
& Cerqueira, 2019, p. 229).
Por otro lado, tampoco se discute la labor imparable y sacrificada que realizan los periodistas
al exponerse a la COVID-19 de manera muy directa, porque son estos, los profesionales de la
comunicación, quienes se encuentran en la primera línea, luchando contra el coronavirus desde
su tribuna: la información. Sin embargo, en la crisis sanitaria en la cual estamos viviendo hoy en
día, donde todos los países están siendo afectados con gran cantidad de muertes y una increíble
crisis económica, social y mental, es importante que los medios de comunicación informen
apropiadamente a la población; con veracidad, calidad de la información y sobre todo con
respeto hacia los ciudadanos, convirtiéndose estos en los mediadores sociales entre lo que pasa
en la realidad y las personas (Gomis, 1991) (Pineda y Molero, 2015) (Vicente, et al., 2016).
Es por ello que, los medios de comunicación, el periodismo y periodistas se han convertido
en el factor fundamental y predominante al momento de generar en la población una idea de lo
que realmente está sucediendo en tiempos de confinamiento, más allá de lo que naturalmente
podamos ver. Gracias a la tecnología podemos conocer lo que está pasando en el mundo, en
nuestro país y en nuestra localidad sobre los avances de la pandemia, pero, sobre todo, podemos
conocer como los actores sociales conviven en un espacio lleno de restricciones y temores.
Bajo esa perspectiva, lo que se busca con este ensayo es exponer mediante una revisión
exploratoria algunas prácticas periodísticas y argumentar la urgencia y necesidad de reinventarse
en tiempos de crisis de la COVID-19, poniendo como base aquello que alguna vez nos enseñaron en
las aulas universitarias: la ética en el periodismo, bajo sus cuatro ejes que diseñan su orientación:
misión de la empresa periodística, libertad de información, la verdad como eje fundamental y el
respeto a la persona (Cornu, 1994).
Sustentación teórica
Cada día los medios de comunicación, y especialmente la televisión, se ven más cuestionados
por el tratamiento que los productores dan a los contenidos (Gómez-Giraldo et al., 2010) ya que
se dejan llevar por la parte comercial y empresarial del medio dejando de lado la esencia para lo
que fueron creados, asimismo los periodistas y demás que laboran en los medios se han dejado
llevar por las malas prácticas que estos realizan, es por ello que para iniciar este apartado es
importante preguntarnos ¿Qué es la ética periodística? ¿Cuál es el valor ético del periodismo y los
periodistas en tiempos de crisis? Y ¿Qué papel han desempeñado los medios de comunicación
en los tiempos de pandemia en los cuales nos encontramos? preguntas que nos harán entender
el papel del periodismo como constructor de la realidad bajo los cánones éticos de la profesión.
La palabra “ética” proviene del griego, y puede tener dos distintas etimologías, que son complementarias.
Una primera etimología nos dice que proviene de ἔθοσ (εοσ, τό, ἔθω) que significa “hábito”, “costumbre”,
“estar acostumbrado” […] una segunda etimología del término “ética” lo haría provenir de ἦθος (êthos)
que significa “carácter”. En resumen, etimológicamente, “ética” querría decir, conjugando sus dos
posibles etimologías, “carácter”, “morada” o “costumbre” (p.117).
A lo largo del tiempo, los medios de comunicación se han caracterizado por ser de gran
importancia en la construcción de sociedades a partir de su “carácter” y “costumbres”, pero “hablar
de ética en los medios de comunicación, en un momento histórico de crisis moral de valores
como el actual, no resulta tarea sencilla” (Padilla, 2017, p.95) y mucho menos sencilla en estos
tiempos de incertidumbre en el cual estamos viendo a nivel mundial a causa de la pandemia. La
COVID-19 ha venido a sacar lo mejor pero también lo peor de los gobernantes, los empresarios,
los ciudadanos y de manera especial de los medios de Comunicación.
En una entrevista realizada por Gustavo González5 a Javier Darío Restrepo denominada
“La ética vende y las empresas lo están entendiendo”, este último indicó que el “compromiso
con la verdad es lo esencial para un periodista, y apoyando ese compromiso con la verdad, la
responsabilidad para con la sociedad es sobre todo la independencia” (González , 2006, p.3).
Siendo estos los valores éticos esenciales para un periodista.
Para José María Restrepo un periodismo basado en la ética infunde mayor confianza en la
audiencia, con esto se garantiza la permanencia del medio en el mercado. Precisa también que la ética
periodística desliga al poder de los medios con el ejercicio independiente del periodista, haciendo esto
significaría un punto de recuperación del periodismo en Latinoamérica (Espinosa, 2006).
Jorge Luis Espinosa tuvo una gran esperanza en que las prácticas periodísticas fuera de la ética
que venían desarrollándose en la época, dieran un cambio importante sobre todo en América
Latina, con el fin de cambiar esa imagen negativa que tenía la sociedad de algunos medios de
comunicación. En estos tiempos en los cuales nos encontramos inmersos con información
sobre la COVID-19 es importante nuevamente que los medios de comunicación y los periodistas
reflexionen sobre su labor en la sociedad.
Otro especialista es Luis Alberto Luna Tobar, quien establece que la ética fija en el ser humano
una responsabilidad de ser coherente entre sus pensamientos y actitudes, estos bajo principios
morales que rigen la universalidad, llegando a la sociedad y constituyendo una cultura, el autor
indica que la comunicación como ente cohesionador entre la persona y sociedad exige una mayor
presencia ética en la autenticidad y dignidad de contenidos (Luna, 2000)
5
Profesor del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile
A partir de ello Rodrigo-Alsina & Cerqueira (2019) se preguntan “¿Es posible pensar en el
periodismo sin ética? En principio, la ética al periodismo se le supone. Al relato periodístico, por
defecto, se le atribuye un componente ético a la hora de trasmitir una información cierta” (p.229).
No podemos pensar en un periodismo sin ética, pensar en ello sería convertir al periodismo en
una técnica solo narrativa, vacía, sin la esencia de su existencia: la construcción de la realidad
(Berger & Luckmann, 1985). Es entonces donde a partir del periodismo debemos preocuparnos
por una correcta interpretación de lo que está sucediendo, una interpretación que se acerca a la
realidad y a la verdad. El periodismo y los medios de comunicación deben estar conscientes que
realizar una labor fuera de las normas éticas traería consecuencias sociales muy grandes.
En este trabajo ponemos en consideración que Cornu (1994) precisó cuatro ejes que orientan el
quehacer periodístico bajo la relación entre periodismo y ética: Misión de la empresa, libertad de
información o derecho a la información, verdad como deber fundamental en el trabajo informativo
y el respeto a las personas como límite de su labor, los cuales traeremos a debate haciendo una
relación con lo que están mostrando los medios de comunicación en estos tiempos de pandemia.
Los medios de comunicación son empresas comerciales que en muchos momentos han
puesto por encima del rol social que los acoge, el rol mercantilista que los atrae. Cornu (1994) nos
precisa que un primer eje donde gira la ética periodista es en apuntar en la misión de la empresa
periodística, que se reduce a entender por un lado la función social del medio, pero por otro lado
el beneficio económico que posibilite su permanencia en el mercado. Este dilema ético en el cual
se encuentran, nos hace reflexionar sobre lo que ahora está pasando los medios de comunicación.
Como ejemplo, podemos ver en estos tiempos, a medios de comunicación que se dedican
directa o indirectamente a alarmar a la población a partir de la línea editorial, a favor o en contra
de lo que viene realizando el gobierno, programas de farándula desarrollando temas de salud
sin ninguna especialización, centralización de la información, etc., todo aquello dejando de lado
su función social como medio de comunicación que se debe a la ciudadanía y yendo contra las
normas éticas de la profesión.
Pero esto no solamente pasa en Perú, en otros países como Argentina, podemos ver que
las cosas no son tan distintas, encontramos que los medios de comunicación en especial los
noticieros presentan información imprecisa, poco claras y hasta contradictorias de un medio a
otro (Segura, 2020). Aunque el autor nos dice que esto no es de ahora, con la crisis sanitaria en la
cual nos encontramos esto se agrava.
No es nada complicado afirmar entonces que, los problemas éticos que aquejan y se
desarrollan en la cobertura periodística, se presenta por los intereses empresariales y políticos
puesto de manifiesto en los medios de comunicación públicos o privados (Rodrigo-Alsina &
Cerqueira, 2019, p. 229), y son estos intereses comerciales los que muchas veces desorientan la
labor periodística impuesta por el medio.
Otro de los problemas en los que caen los medios de comunicación en la región es el tema
de la cobertura centralizada, al parecer los medios de comunicación con sede en las capitales de
los países han girado la información acerca de la COVID-19 en la capital, dejando de lado a las
regiones del país. Podemos ver que las coberturas se encuentran muy centralizadas en términos
geográficos, como sucede en Perú, en donde hay un tendencia casi grosera por parte de los
medios de comunicación por centralizar la información en la ciudad de Lima, como si solo Lima
fuese el Perú, o como si los hechos solo sucedieran en la capital, esto tampoco es de ahora, la
programación en los noticieros y programas informativos se rigen bajo esta dinámica pero se
incrementa en época de crisis, tal como sucedió en el año 2017 cuando el país vivió uno de los
desastres naturales más grandes en los últimos años debido al Fenómenos del Niño. Argentina
tampoco se escapa de esta tendencia “debido a la centralización de la producción audiovisual en
Ciudad de Buenos Aires” (Segura, 2020, p.56).
Los diarios de Chile6 tampoco son ajenos al problema. La atención mediática se concentró en
la ciudad de Santiago y en ciudades importantes, sin ser estas en muchos de los casos ciudades
con mayor número de contagiados por la COVID-19; creemos que esto se debe simplemente a
aspectos de interés económicos como en los casos anteriores, basados en la publicidad. Sin lugar
a dudas lo antes mencionado, parece ser un común denominador en los países de la región.
Aunque para descentralizar la información existen los medios de comunicación locales, estos
aún no cumplen su rol protagónico en las sociedades, por motivos de sustento económico, sus
programaciones son aún pobres de contenido; no se busca ser ajenos a la realidad comercial en la
cual se encuentran inmersos los medios de comunicación, los cuales se encuentran ceñidos de una
publicidad centralizada, rigiéndose bajo ciertos intereses particulares que se desenvuelven en las
principales ciudades, donde a su vez algunos comunicadores están dejando de lado su rol social en
estos momentos de crisis, poco recuerdan que desde las aulas universitarias siempre se han discutidos
estos dilemas éticos entre el comunicador y las empresas de comunicación, es por ello que:
“El periodista del siglo XXI no debe ignorar que la espectacularización es parte de la realidad del mercado
en el que se desenvuelve el medio para el cual trabaja. Ser conscientes del efecto que la combinación
imagen y palabra tienen sobre el público e implementar los principios periodísticos en medio de la
vorágine de las rutinas de producción, de las demandas de los altos directivos de la televisión, es el reto
de los que laboran en los noticiarios” (Nieves, 2011, p.112).
“La veracidad viene a ser, por necesidad profesional, pero fundamentalmente de la sociedad,
quizá el valor más importante cuando se proporciona una información” (Trejo, 1997, p. 231).
En este punto es importante tomar en consideración la libertad que tienen las audiencias por
consumir información basada en la verdad (Cornu, 1994), información desarrollada por parte de
los medios de comunicación y los periodistas, sobre todo ahora en tiempos de crisis sanitaria, en
el que el periodista debe y deberá entender que “el ser humano no es el constructor de la verdad.
Esta existe por sí misma” (Germán-Zurriaráin, 2017.p.236), entonces no hay porqué inventar
información en los medios de comunicación.
6
En una revisión a los diarios: El Mercurio, La Tercera, Radio Biobío, El Mostrador, La Nación y Cambio21.
Los medios de comunicación en estos tiempos han mermado este código ético fundamental
para realizar la labor periodística, quizá sin ninguna mala intención, pero dejaron de lado su
labor investigativa, tal como pasó con las entrevistas realizadas a un pseudocientífico peruano,
quien decía colaborar con un laboratorio chino para desarrollar la vacuna contra la COVID-19.
Luego de descubrirse que todo era una farsa y habiendo realizado entrevistas sin una verificación
previa de los datos y habiendo alarmado a la población con la supuesta propagación de la
COVID-20, ningún medio de comunicación involucrado en el Perú, reconoció su error de la forma
que se esperaba lo hicieran, sin embargo deslindaron la responsabilidad al Gobierno7, otro claro
ejemplo lo encontramos cuando un diario peruano publicó en su portada una información falsa8
mostrando la fotografía de otro país como si fuese del Perú, aunque el medio de comunicación
pidió disculpas por los hechos9 los lectores mostraron un malestar por lo sucedido, reflejando su
rechazo contra el medio por las principales redes sociales.
El respeto como valor fundamental en las sociedades es el acto que desarrolla una persona
sobre la consideración que se tiene sobre el otro, esta consideración se desarrolla en todos los
aspectos de la vida. En el ámbito profesional y periodístico, Cornu (1994) lo define como el último
eje que diseña la orientación de la ética periodística y en el cual se debería de tomar muy en
cuenta al momento de trabajar con la información, sin embargo vemos que los reporteros de los
programas de noticias y entre otros, ejercen el papel o función de autoridades exigiendo pases
laborales, documento de identidad, juzgando a las personas por encontrarse sin mascarillas
7
Disponible en https://bolavip.com/america/Se-lava-las-manos-Juliana-Oxenford-culpo-al-gobierno-por-entrevis-
tar-a-Jorge-Cuyubamba-20200721-0054.html
8
Disponible en http://utero.pe/2020/05/23/fakenews-peru-21-usa-una-foto-de-colombia-para-criticar-la-amplia-
cion-de-la-cuarentena/
9
Disponible en:https://twitter.com/peru21noticias/status/1264253756952240129
10
Susana Herrera Damas Licenciada en Comunicación Audiovisual (Universidad de Navarra) y en Sociología (UNED,
2004) y Doctora en Comunicación Audiovisual (Universidad de Navarra, 2002).
o fuera de la hora del toque de queda, cosa que por ningún lado es responsabilidad de los
comunicadores. Hay que entender que la responsabilidad social del hombre de prensa implica
sobre todo un respeto hacia la audiencia, quienes en todo momento buscan informarse de
profesionales y son los receptores también quienes están pendiente que los periodistas realicen
una labor alineada a las normas ética (Barragán, A, 2007).
El trabajo del periodista en tiempos de crisis sanitaria a nivel mundial, debería centrarse en
informar lo que pasa en la sociedad desde una perspectiva educativa, reflexionando sobre lo bien
o mal que actúa la ciudadanía, buscando una mejora en la misma sin llegar a convertirse en juez
de los habitantes, es importante que los medios de comunicación demuestren el papel social del
periodismo en tiempos de crisis, ese papel que se basa en la responsabilidad de lo que se emite
en los medios y la repercusión que esto trae en la sociedad.
Es por ello, que los hombres de prensa deben interiorizar que sus intereses giran en torno
a sus lectores sea cual sea su condición económica, por lo que la información vertida por los
mismos debe darse bajo la línea del respeto a los derechos de todo ciudadano, es por ello que, en
los medios de comunicación “urge contar, indudablemente, con el mayor número de periodistas
éticos, es decir, veraces, objetivos, imparciales, honestos, con independencia de criterio,
democráticos, responsables y solidarios” (Negrete, 2009, pág. 2).
Consideramos que este tipo de acciones no se justifican al hecho de la opinión personal de los
periodistas, porque hasta para opinar se debe hacer sobre los límites éticos los cuales se rigen
bajo las reglas básicas de un debate ético (Germán-Zurriaráin, 2017).
Todo esto ha traído una gran crítica por parte de los ciudadanos bajo el hashtag
#PeriodistasASusCasas, un hashtag que se venía utilizando antes de la pandemia pero que
en plena crisis sanitaria se hizo tendencia en el Perú, llegando a reproducir 1863 tweets, los
ciudadanos se mostraron molestos y cansados por las actitudes muy poco éticas por los medios
de comunicación. Esta actitud por parte de la ciudadanía se basa gracias al creciente desarrollo de
nuevos medios de comunicación alternativos e independientes que han salido al mercado de las
comunicaciones y que han tenido una mayor acogida en tiempos de confinamiento, así también
los cambios que ha sufrido la audiencia con mayor participación y más empoderada, ha puesto en
preocupación el rol de los medios de comunicación (Arriagada & Navia, 2013)
La Defensoría del Pueblo, en su portal de Twitter 13 el 03 de abril del 2020, publicó que “se debe
evitar los comentarios estereotipados que generen prejuicios hacia cualquiera de los géneros,
pues naturaliza el machismo y puede provocar violencia” pero, ¿es acaso responsabilidad de un
ente externo hacer cumplir con los cánones deontológicos de la profesión? Pues la respuesta
es NO. Javier Darío Restrepo en una de sus entrevistas indicaba que “la ética tiene un estudio
singular. No puede ser impuesta desde fuera. Es una decisión personal e intransferible. Uno es
ético porque le da la gana” (González, 2006, p.6).
También encontramos, en investigaciones como la de Bravo-Segal & Villar (2020) quienes nos
muestran acerca de cómo la prensa escrita utiliza una representación negativa de las personas
mayores en España, esto con la finalidad de captar mayor audiencia en sus lectores, relacionado a
cuatro aspectos específicos: crisis en las residencias, muertos o cadáveres, vulnerabilidad y faltas
cometidas por los mayores. En esta investigación se puede encontrar titulares como: «Alarma
en la residencia San Celedonio con 25 muertos y la mitad de la plantilla aislada: “Que controlen
el centro ya, por favor” mostrada en el diario El País, algo que también es muy preocupante, es
ver como en algunos diarios se ha encontrado titulares con menciones explícitas segregadas en
función a la edad «Coronavirus: los médicos de UCI aconsejan no intubar a mayores de 80 años ni
a enfermos con demencia» encontrado en el diario ABC de España.
13
https://twitter.com/Defensoria_Peru/status/1246182648395022344
Se ha visto, titulares que rompen con todo principio ético del periodista, llegando a lograr
muchas veces un efecto caricaturesco en la ciudadanía. El titular del diario ABC de España cuando
indica «Multado un hombre de 77 años por saltarse el estado de alarma por el coronavirus para
“cazar pokemons”, los medios de comunicación españoles en tiempo de crisis de la COVID-19 en su
mayoría han sido muy duro con las personas de la tercera edad, en tanto que los recursos retóricos
desarrollados en los titulares de los diarios ha destacado un preponderante tono emocional,
destacando muchas veces el miedo con titulares como: “Drama en una residencia de Madrid: No
sabemos qué pasa. Estamos aterrorizados”, “La desesperada llamada de auxilio de una residencia
de Teruel con coronavirus: Estamos abandonados” del diario ABC o “Al rescate de una residencia a la
deriva” y “La alarma ya existía en las residencias de mayores antes del coronavirus” del diario El País,
esto sin lugar a dudas lo único que causa es lograr miedo y zozobra en una población que se encuentra
en riesgo mayor a ser contagiados y que por ende están viviendo los peores días de su vida.
Lo preocupante de todo lo hasta aquí mencionado, es que ya hemos pasado por temas
similares y los medios de comunicación no han cambiado la manera de informar en tiempo de
crisis. En 1991 el Perú vivió la epidemia del cólera y la prensa fue sensacionalista, prejuiciosa y
formadora de estereotipos (Valdivia, 2004). En esta investigación se analizó como los diarios
de la capital peruana reforzaron la idea de que los enfermos del cólera eran personas sucias, sin
conocimientos de higiene, pobres y migrantes, responsabilizándolos de su propio contagio.
Los diarios reforzaron el vínculo entre el cólera y los provincianos migrantes en Lima, pues
para esta época vivían en la capital muchos migrantes del interior del país. Sobre ellos se dijo
en los diarios que celebraban fiestas donde demostraban sus “costumbres provincianas, con
abundantes y desordenadas libaciones y comidas típicas”. Es decir, establecieron una relación
entre las costumbres de los provincianos con la propagación de la epidemia de cólera (Valdivia,
2004, p.63).
Consideraciones finales
Finalmente creemos que las malas prácticas periodísticas y de medios de comunicación, se
puede cambiar interiorizando los ejes de la ética periodística y desarrollando iniciativas que,
desde los medios de comunicación, periodistas, reporteros, presentadores y todo hombre de
prensa que está en los medios, se conviertan en parte fundamental en la construcción de la
realidad en estos tiempos de crisis que estamos viviendo.
Una de las buenas iniciativas por algunos medios de comunicación que se debe imitar, fue
la de publicar tapas unificadas con titulares como: “al virus lo frenamos todos. Viralicemos la
responsabilidad #SOMOSRESPONSABLES” en Argentina, #YOMEQUEDOENCASA en Perú y
Bolivia, "Juntos venceremos al virus: Unidos por la información y la responsabilidad" en Brasil,
#ESTEVIRUSLOPARAMOSUNIDOS en España y Puerto Rico, #ElCoronavirusNoPasa en México,
“Juntos saldremos adelante El Salvador” en El Salvador, y “la garra guaraní vencerá el Coronavirus”
en Paraguay, son una muestra de como desde la presa escrita, una prensa tradicional, se puede
dejar de lado el tema comercial y las malas prácticas y unificar esfuerzos con la sociedad civil
para que desde la responsabilidad social podamos salir de esta crisis que no solo es sanitaria sino
también económica y sobre todo psicosocial.
Es importante en estos tiempos de crisis sanitaria dejar de lado la negatividad como valor
noticioso y tal como lo indican Leung & Lee (2015) debemos interesarnos por su opuesto: las noticias
positivas. En España también encontramos buenas prácticas venidas desde la prensa escrita Bravo-
Segal & Villar (2020), el autor precisa que los diarios presentan la recuperación de las personas
mayores, presentándolas de manera favorable destacando alguna fortaleza de los mismos.
Según el Diario El País14, en el artículo titulado “Ética y periodismo: no todo vale”, considera
que la supervivencia del periodismo depende de la responsabilidad ética que los medios asuman
respecto a los derechos de los ciudadanos a recibir una información veraz mediante una buena
praxis de la profesión periodística. La ética periodística es una herramienta fundamental para la
evolución de la vida democrática de cualquier sociedad.
Estamos pasando por un acontecimiento histórico que jamás hemos experimentado como
sociedad a nivel mundial, ya sea para bien o para mal lo que está sucediendo va a cambiar sin
dudas el rumbo del siglo XXI, y “los modelos de periodismo tradicional no sobrevivirán en un
ecosistema tan competitivo si no aportan el valor añadido de la profundidad informativa y la
solidez profesional que sus códigos deontológicos postulan” (Rodrigo-Alsina & Cerqueira, 2019,
p. 234), es por ello que lo que se pide especialmente a los medios de comunicación con urgencia
es reinventar la práctica periodística en tiempos de crisis de la COVID-19 y construir una realidad
a la altura de las circunstancias en las cuales estamos viviendo, donde debe imponerse "el buen
periodismo" bajo los cánones de la ética y la deontología de la profesión, esto para bien de la
sociedad y para bien del medio de comunicación si desea aún sobrevivir.
14
https://elpais.com/diario/2011/07/28/opinion/1311804005_850215.html
Referencias
Arriagada, A. & Navia, P. (2013). Medios y audiencias, ciudadanos y democracia [Media and
audiences, citizens and democracy]. In A. Arriagada y P. Navia, (Eds.), Intermedios: Medios
de comunicación y democracia en Chile [Intermedia: Media and democracy in Chile] (pp. 11-
34). Santiago de Chile: Ediciones Universidad Diego Portales.
Bravo-Segal, S., & Villar, F. (2020). La representación de los mayores en los medios durante
la pandemia COVID-19: ¿Hacia un refuerzo del edadismo? Revista Española de Geriatría y
Gerontología. https://doi.org/10.1016/j.regg.2020.06.002
Cornu, D. (1994). Jornalismo e Verdade: para uma ética da informação (Journalism and Truth: for
an Information Ethics). Lisboa: Instituto Piaget.
Germán-Zurriaráin, R. (2017). Los límites éticos: ¿avance o retroceso? Persona y Bioética, 21 (2),
233-242. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=832/83257154003
Gomis, L. (1991). “Los interesados producen y suministran los hechos”. Teoría del periodismo.
Cómo se forma el presente. Barcelona: Paidós.
González, G. (2006). Javier Darío Restrepo “La ética vende y las empresas lo están entendiendo”.
Comunicación y Medios, (17), Pág. 87 - 92. doi:10.5354/0719-1529.2006.11508
Herrera, S. (2005). Entrevista a Javier Darío Restrepo:" En periodismo, el fin no justifica los
medios". Revista de comunicación, (4), 80-94.
Leung, D. K., & Lee, F. L. (2015). How journalists value positive news: The influence of professional
beliefs, market considerations, and political attitudes. Journalism Studies, 16(2), 289-304.
Negrete, E. (2009). 100 Códigos de Ética periodística del mundo. Lima: Jaume Bauzate.
Ortiz, G. (2016). Sobre la distinción entre ética y moral. Isonomía, (45), 113-139. http://www.scielo.
org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-02182016000200113&lng=es&tlng=es
Padilla, G. (2017). ÉTICA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: PRENSA, RADIO, TV Y CINE. María
del Mar López Talavera. Editorial UOC, Barcelona, 2016. Vivat Academia, (139), 95-96. https://
www.redalyc.org/articulo.oa?id=5257/525754431008
Park, R. E. (1940). News as a Form of Knowledge: A Chapter in the Sociology of Knowledge. The
American Journal of Sociology, 45(5), 669-686. https://doi.org/10.1086/218445
Segura, M. S. (2020). Con alerta, pero sin pánico. El rol de los medios durante la pandemia.
Revista De La Facultad De Ciencias Médicas De Córdoba, 77(1), 55-58. https://doi.
org/10.31053/1853.0605.v77.n1.28066.
Tapias, C. (2019). ¿Qué estimula la emoción en las audiencias? Un estudio de caso sobre persuasión,
distorsión y emoción en las noticias. Anagramas -Rumbos y sentidos de la comunicación-,
18(35), 237-259. https://dx.doi.org/10.22395/angr.v18n35a12
Trejo, R. (1997) “Periodismo: la ética elástica (la ética y los valores en el periodismo)”, en Juliana
González y José Landa (coords.), Los valores humanos en México, Siglo XXI, México, 1997,
pp. 225-250
Vicente BR, Rojas MMH, Vicente EJR (2016). Convergencias narrativas de la radio en Cuba. Razón
y palabra (92):55-22.
Leonardo Díaz1
Resumen
Se analiza el rol de los medios tradicionales y digitales en el surgimiento de la posverdad,
una actitud caracterizada por la indiferencia hacia la verdad. Se muestra la prevalencia de
desinformaciones, vinculadas con adherencias politicas, en vez de la información experta en
torno al contagio del virus SARS-CoV-2, mediante la presentación de un estudio de Pérez, Dasilva;
Meso-Ayerdi y Mendigurin-Galdospín (2020) sobre las fake news en la plataforma de Twitter;
basado en el análisis de las redes sociales (Borgatti et al., 2009). El clima desinformativo propio
de los medios digitales no es ajeno a América Latina, donde, además de las fake news, los Estados
restringen determinadas informaciones, o establecen políticas informativas que excluyen los
patrones culturales de los grupos sociales marginados, contribuyendo a que los mismos no
puedan comprender significados relacionados con sus propias experiencias sociales, el fenómeno
denominado por Miranda Fricker (2007) como injusticia hermenéutica. Esta situación repercute
de manera negativa para las sociedades democráticas. Por consiguiente, se hace necesario la
transformación de la estructura tecnológica que ha hecho posible la posverdad, reorientando los
canales de transmisión de la información en función de las informaciones fidedignas, e incorporar
los patrones culturales de los grupos marginados transformando los modelos educativos.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art12
1
Universidad Autónoma de Santo Domingo – UASD (República Dominicana). rdiaz45@uasd.edu.do
ORCID: https:// orcid.org/0000-0003-3519-0919
Abstract
In this essay the role that the crisis of traditional media and the emergence of digital media have
played in the emergence of post-truth is analyzed. It is shown, through the analysis of a study
carried out by Pérez, Dasilva; Meso-Ayerdi and Mendigurin-Galdospín (2020) on fake news on
the Twitter platform, the proliferation of news related to political sectarianism to the detriment
of health information, at the height of the COVID-19 pandemic. The climate of disinformation
typical of digital media is not alien to Latin America, where the restrictions and concealment
of information from many States are added. This has accentuated the existing hermeneutical
injustices of vulnerable populations.
Introducción
Existe un debate en torno a si la posverdad designa una nueva subjetividad, o si por el
contrario, remite a viejas prácticas ejercidas en nuevos contextos. Pero, independientemente de
la postura que se asuma al respecto, el fenómeno que designa el vocablo ha generado un clima de
mucha preocupación en el campo de las humanidades y las ciencias sciales.
No es casual, porque la actitud de indiferencia hacia las evidencias cientificas, hacia el juicio
de los expertos por adherencias emocionales, resulta significativo en una época donde se dispone
de la mayor información producida por las comunidades de expertos y al mismo tiempo, en la era
donde la tecnología digital posibilita contrarrestarla en una escala sin precedentes.
Se analiza un estudio sobre el papel que uno de esos medios (Twitter) desempeñó en el
contexto de la COVID-19 durante los primeros meses de la pandemia. Se muestra que, a pesar
del escenario crítico a escala global generada por el virus SARS-CoV-2, en el entorno virtual
han prevalecido las fake news o falsas noticias intencionadas, por delante de las informaciones
académicas sobre la pandemia, contribuyendo a obstaculizar el acceso a la información necesaria
para reducir el contagio del virus.
En América Latina y el Caribe, la vulnerabilidad social de sus poblaciones los hace endebles
ante las redes sociales. Además, las mismas carecen del acceso a una información que, tomando
en cuenta sus situaciones de exclusión social y sus patrones culturales, les permita accesar a los
significados necesarios para vivir en el contexto de la pandemia. Esto los ha colocado en situaciones
de déficit de intelegibilidad de sus propias experiencias sociales, y por tanto, ha acentuado las
situaciones de injusticia hermenéutica ya existentes, un obstáculo para la consolidación de las
sociedades democráticas en la región.
Una literatura creciente (Ibáñez, 2017; D' Ancona, 2017; McIntyre, 2018; Ball, 2018; Ferraris,
2019) expresa preocupación por un clima intelectual de indiferencia hacia la evidencia científica
en función de adherencias emocionales. El fenómeno, denominado posverdad, ha trascendido el
debate académico convirtiéndose en un tema de un impacto cultural significativo. En palabras de
Ibáñez, la posverdad:
Es lisa y llanamente la indiferencia ante la posibilidad de que una convicción o una creencia
sean verdad o mentira siempre y cuando convengan a un modo de sentir y de vivir, a un deseo
de realidad, a una creencia más profunda pero no sometida a ningún tipo de escrutinio
mínimamente racional, sino simplemente entregada a la autoconfirmación permanente de
identificaciones afectivas y creencias mediante la filtración selectiva de aquello que se decide dar
por verdad frente a aquello que se decide dar por mentira o simplemente se ignora. (2017, p.33).
Como señala Ferraris (2019), no sólo nos encontramos ante un problema nuevo e interesante
por sus implicaciones políticas, sino porque en ella influye la fusión entre una etapa histórica y una
innovación tecnológica, el resultado del encuentro entre el poder normativo de los documentos
y el alcance de INTERNET.
La emergencia del fenómeno se relaciona, también, con el auge y la crisis de los medios de
comunicación masiva, en tres vertientes señaladas por McIntyre (2018): en primer lugar, con el
desarrollo de los medios de comunicación tradicionales comenzó a gestarse, para usar la expresión
de Nichols (2014): “la muerte de la experticia”, la ruptura con la homogeneidad y el consenso público
en torno al saber de los expertos, aspecto que se acentuó con los medios digitales; en segundo lugar,
los medios tradicionales promovieron una falsa neutralidad sobre los temas de debate público sobre
los que había un consenso científico; en tercer lugar, nacieron corporaciones de la comunicación
explícitamente comprometidas con propuestas ideológicas específicas.
Nichols (2017) y McIntyre (2018) describen el proceso mediante el cual la radio telefónica,
rompiendo con el principio que obligaba a los medios a proporcionar un espacio de debate entre
los perjudicados por declaraciones formuladas en los medios sobre temas controversiales y los
responsables de dichas afirmaciones (fairnees doctrine), creó programas con un entorno cerrado
en torno a opiniones sectarias no debatidas y a la vez, rompiendo con el procedimiento de
transmisión informativa vertical, típica en los orígenes de los medios, integró la participación del
público no experto identificado con las ideas de estos programas. De esta manera, se generaron los
precedentes de lo que, con la emergencia de las redes sociales, conocemos como “el filtro burbuja”.
Fox ha llevado la cobertura de noticias partidistas a un nuevo nivel. El día después del trágico
tiroteo de veinte estudiantes de escuela primaria en Newtown, Connecticut, los ejecutivos de Fox
News enviaron una directiva a sus productores para que no permitieran que nadie hablara sobre
el control de armas en el aire. La práctica de los ejecutivos de Fox de buscar sesgar las noticias del
día hacia los puntos de conversación conservadores eran de hecho bien conocidas. Esto no puede
evitar afectar el contenido de las noticias. Un estudio de 2013 encontró que el 69 por ciento de
los visitantes de Fox News eran escépticos sobre el cambio climático, comparado con el 29 por
ciento en Los Angeles Times y el 17 por ciento en el Washington Post. Otro estudio encontró que
el 68 por ciento de las historias de Fox News reflejaban opiniones personales, en comparación con
sólo el 4 por ciento en CNN. Como resultado, sin una línea discernible entre las noticias duras y
la opinión partidista, tal vez se pueda perdonar a los espectadores incondicionales de Fox News
por creer y difundir parte de la información errónea que han aprendido. De hecho, un estudio de
2011 encontró que los espectadores de Fox News estaban menos informados que aquellos que no
vieron ninguna noticia. (2018, p. 70. Traducción libre).
Uno de los aspectos más preocupantes del mundo actual es la tendencia del poder, de los
poderes políticos o económicos, a difundir un relato contrario a las evidencias y a las pruebas cuando
hay intereses particulares o patrimoniales que defender (…) el contraataque narrativo —que no
argumentativo—, la difusión de un relato falso, opuesto y perfectamente congruente. (2017, p. 103).
Así, cuando al 45to presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se le cuestionó por la
ineficacia en el manejo de la pandemia COVID-19, que para junio de 2020 había convertido
a Estados Unidos en epicentro mundial de infectados y fallecidos, su respuesta no fue una
argumentación que salvara su gestión ante los datos, sino un relato, reseñado entre otros, por
Menéndez (2020), sobre cómo la construcción del muro en la frontera con México salvó a Estados
Unidos de la pandemia.
(2019), responsabilizan a este movimiento cultural como uno de los responsables de crear
las condiciones de posibilidad para la emergencia de la posverdad. No obstante, el vínculo no
está muy claro. En primer lugar, lo que suele denominarse como relativismo epistemológico
y posmodernismo son términos que agrupan a una amplia gama de autores y enfoques
intelectuales que no coinciden entre si, o cuyas diferencias conceptuales son importantes con
respecto al problema de la verdad. En segundo lugar, el tema de la conexión entre aquellas
corrientes del posmodernismo académico escépticas a la existencia de la verdad y las posturas
más comunes de relativismo popular parecen responder más a una asociación intelectual que a
relaciones auténticas de causalidad.
Por otra parte, como se ha señalado en este ensayo, la actitud asociada con la posverdad no tiene
que ver exactamente tanto con el relativismo epistemológico, como con un escepticismo emocional
hacia las intenciones del clan ajeno. Cuando el creyente en la teoría de la conspiración sostiene que
no debe creerse en las recomendaciones de los epidemiológos de usar mascarillas y mantener el
distanciamiento físico, rechaza el juicio del experto al considerar que su afirmación es falsa, no se
corresponde con los hechos, responde a intereses ilegítimos. Su desprecio hacia los hechos no se
basa en la actitud de que no existe la verdad, o de que todas las perspectivas del espacio público
son igualmente verdaderas, como no reconoce a las comunidades epistémicas legitimadas en
nuestra cultura, les niega su estar en la verdad, piensa que mienten y que distorsionan o fabrican las
evidencias para favorecer intereses de corporaciones económicas o grupos políticos. Su postura no
es académica, sesga de modo emocional la información, inintencionadamente.
Esta afirmación parece estar más en consonancia con lo que nos dicen las investigaciones en
el campo cognitivo en torno al papel que desempeñan los sesgos en el comportamiento humano
(Kunda, 1999; Fine, 2006). Los resultados de estos estudios arrojan que los seres humanos
tienden, de modo inintencional, a interpretar las evidencias de manera sesgada, en función de
sus adherencias emocionales.
Mensajes sobre pseudomedicamentos para prevenir el contagio del virus SARS-CoV-2, falsos
tratamientos para curar los síntomas de la COVID-19, teorías conspirativas que advierten sobre
un plan macabro de la Organización Mundial de la Salud y los líderes mundiales para simular
la existencia de una “falsa pandemia” son solo algunas de las informaciones que recorren las
autopistas de la Web violentando límites mínimos de rigor epistémico y de sentido común.
Por el contrario, los principales grados de entrada están relacionadas con sectarismos políticos.
Un ejemplo de ello es el seguidor de Trump, Dylan Wheeler, de quien es el siguiente tweet:
El mercado de valores cayó 1200 puntos hoy, la peor caída de su historia. Esto es lo que sucede
cuando los medios de comunicación falsos asustan al público para que crean que el Coronavirus
es peor que la gripe española. Harán cualquier cosa para dañar la imagen de Trump antes de la
temporada electoral”. (Pérez, Dasilva; Meso-Ayerdi y Mendigurin-Galdospín, 2020, p.7).
Rush Limbaugh y el Fiscal General Bill Barr llaman a los medios de comunicación de izquierda.
Mientras que el tercero es un crítico del 45to presidente de la Unión Americana, Carl Hasting:
Hoy pasé por delante de alguien de una oficina adyacente y le dije: “¿Estás siguiendo esta
situación del Coronavirus? Asusta.” Ella respondió, “¡Falsas noticias!” Y ahí tienes el peligro de que
Trump y Fox ignoren la crisis mundial y culpen a los Demócratas... (Pérez, Dasilva; Meso-Ayerdi y
Mendigurin-Galdospín, 2020, p. 8 ).
La revista Vanity Fair, que pronto dejará de existir, y sus reporteros Fake de tercera categoría,
que inventan fuentes que no existen, escribieron otro falso aburrido artículo. Los hechos son justo
lo contrario. ¡Nuestro equipo está haciendo un gran trabajo con el CoronaVirus! . (Pérez, Dasilva;
Meso-Ayerdi y Mendigurin-Galdospín, 2020, p. 9).
El siguiente mensaje más reenviado se relaciona con el líder religioso Aaron Adajar, quien
combina la exhortación a tomar las medidas estandarizadas por los expertos para lidiar con el
virus, con la exhortación a la oración:
Debemos llegar al ocupante del quinto puesto, ocupado por el Ministerio de Salud de Brasil,
para volver a encontrar un mensaje instructivo relacionado con la pandemia.
Las noticias falsas son un gran obstáculo en la lucha contra el #coronavirus (Covid-19). Además
de desinformar, pueden generar un alboroto innecesario entre la población. Antes de compartir
las noticias, confirme su veracidad. Protégete a ti mismo y a tu familia. Más información https://t.
co/UYm3jliCGA https://t.co/TOjUNGJKXg” (Ministério-da-Saúde, 2020). (Pérez, Dasilva; Meso-
Ayerdi y Mendigurin-Galdospín, 2020, p. 10 ).
del mandatario, desempeñaron el papel central en la circulación de una de las redes sociales de
mayor influencia en la cultura contemporánea.
Debe destacarse que la circulación de estas noticias, sesgadas por la mirada ideológica, se
produce en medio de la mayor crisis sanitaria conocida en un siglo, donde, debido el vertiginoso
ritmo de contagio del virus SARS-CoV-2, era razonable pensar que la noticias preferenciales
giraran en torno a declaraciones de epidemiólogos y autoridades sanitarias, así como de
cientistas sociales proporcionando sus perspectivas sobre un fenómeno que también tiene
diversas aristas socio-culturales, o de autoridades médicas proporcionando las recomendaciones
de las comunidades científicas para abordar la pandemia.
No obstante, el caso nos muestra que ni una emergencia de salud a escala global hace
prevalecer en una red social de primera línea el juicio de los expertos. García-Marin (2020)
recuerda en su estudio sobre los desórdenes informativos y las narrativas fakes, que las situaciones
de emergencia y de incertidumbre son propicias para generar informaciones que proporcionen
sentidos de seguridad y control, así como para la reconfiguración de las informaciones a partir de
falsos contextos o contenidos manipulados.
Así, a diferencia de otras épocas que sufrieron epidemias, como las de la peste bubónica, o
mucho más reciente, la pandemia de 1918, no es la ausencia de accesos rápidos a la información
disponible lo que se convierte en un problema para reducir los contagios. Paradójicamente, la
disponibilidad de dispositivos a la mano con toda la información experta necesaria a la mano,
reenviable en segundos a millones de ciudadanos en todo el mundo, se convierte en un obstáculo,
porque dicha información se ve ahogada en los mismos dispositivos por las noticias falsas, las
opiniones sesgadas por el compromiso político, o los juicios que responden a las afectividades en
desprecio a las evidencias.
De este modo, accesar a los datos diarios de millones de contagios y de muertes, en unas pocas
semanas, no impide alertar del peligro del virus a quien se ha convencido de que estamos ante
una simple “gripe”. No importa la ilogicidad de afirmar que líderes mundiales y organizaciones
internacionales con intereses disimiles no tienen nada que ganar con la simulación de una
pandemia, para quien tiene la certeza de que hay una conspiración mundial en las políticas de
confinamiento. Y no hay carencia de evidencias para quien tiene una disposición a aceptar las
teorías conspirativas.
Si como sostiene Nichols (2014), vivimos en una época de quiebre de la experticia, nos
encontramos ante una situación de crisis de reconocimiento y de conocimiento.
Gadamer sostiene, contra el prejuicio de la Ilustración, que la autoridad de las personas “no
tiene su fundamento último en un acto de sumisión y de abdicación de la razón, sino en un acto
de reconocimiento y de conocimiento” (1996, p. 347). El modelo de la experticia, que caracteriza el
funcionamiento de la ciencia desde hace más de un siglo, presupone el reconocimiento personal
de nuestros límites cognoscitivos, el hecho de que aceptamos tener déficits de conocimiento
respecto a dominios donde no hemos recibido entrenamiento y por tanto, allí debemos guiarnos
por el juicio de quien, precisamente por poseer el entrenamiento y la experiencia, se convierte en
una autoridad.
Kempf (2019) muestra el auge de lo usuarios conectados por la Web. En el período que va de
enero del año 2018 a enero del 2019, solo en las Américas hubo un crecimiento de 10 millones
más de subscripciones móviles con respecto al año anterior (+0.9%); con 57 millones más de
conectados a la INTERNET (+7.7%); 25 millones más de usuarios activos de redes sociales (+3.8%)
y 29 millones más activos a las redes a través de móviles (+5.0%).
No debe olvidarse, como recuerda Rodríguez (2019), que Latinoamérica posee una tradición
de carencias y déficits en educación entre los que destaca la inequidad y la baja calidad de sus
sistemas educativos.
Las deficiencias señaladas tienen repercusiones para formar un estudiantado con la capacidad
de comprender textos. Esto se traduce en una ciudadanía incapaz de interpretar cualquier
tipo de mensaje, sea escrito, visual o auditivo. Esta incapacidad genera mayores dificultades
para discriminar información fidedigna de aquella que es falaz. Si bien no hay certeza de que
la comprensión lectora inmunize de una discriminación correcta, porque la naturaleza de la
mente tiende a sesgos de interpretación (Kunda, 1999; Fine, 2006) es razonable pensar que
las disfuncionalidades de lectura aumenta las dificultades para discriminar de la información
válida de la que no lo es. Estas deficiencias pueden significar serios peligros a la salud personal
en un período de saturación informativa como el de una pandemia. Este hecho, sumado a las
situaciones informativas generadas por muchos Estados latinoamericanos arroja a millones de
personas en la región a situaciones de injusticia hermenéutica.
Fricker (2007) acuña el concepto de injusticia epistémica para referirse a una situación
donde las personas se ven degradadas como sujetos de conocimiento. Estableció dos formas de
injusticia epistémica: la injusticia testimonial y la injusticia hermenéutica.
Por su parte, de acuerdo con Fricker (2007), la injusticia hermenéutica acontece cuando una
persona es incapaz de interpretar sus propias experiencias sociales debido a que su época carece
de los recursos hermenéuticos para interpretarlas.
Desde la obra de Fricker, se ha generado una literatura que amplía el significado del
concepto de injusticia hermenéutica (Mason, 2011; Medina, 2017; Fricker y Jenkins, 2017) e
incorpora situaciones donde puede producirse la misma a pesar de disponerse de los recursos
hermenéuticos para interpretar las propias experiencias sociales.
Así, Mason (2011) muestra tres situaciones en los que puede hablarse de injusticia
hermenéutica ampliando la definición originaria de Fricker:
también, políticas de restricción comunicativa. Uval (2020), Bizberge (2020), muestran los
problemas de lagunas informativas que obstaculizan tener un conocimiento integral de la
pandemia y los efectos que la misma produce de modo diferenciado en función de la pertenencia
o no a una población vulnerable.
Los medios de comunicación tradicionales se han hecho eco de los discursos oficiales en
torno al COVID-19, en la mayoría de los casos, ajenos a los imaginarios y patrones culturales de
los sectores más vulnerables de América Latina. Entre estos grupos destacan las mujeres, los
inmigrantes y los pueblos originarios.
El referido rol genera un daño epistémico, tanto para los grupos excluyentes, como para los
excluidos. A los primeros, porque la marginación hermenéutica de la que son compromisarios les
impide la incorporación de estrategias cognitivas y significados necesarios para lograr el proceso
de aplanamiento de la curva de contagio; y a los segundos, porque su marginación les impide
comprender como sus imaginarios ayudan u obstaculizan a la preservación de su salud.
En el caso específico de los países latinoamericanos donde todavía existen pueblos originarios
se acentúa un ejemplo claro de “desconocimiento hermenéutico”.
Desde hace décadas el movimiento conocido como filosofía de la liberación había denunciado
la “ontología de la mismidad”. Desde esta perspectiva, los núcleos del poder hegemónico
configuran una concepción de la realidad que convierte la periferia de esos núcleos en el “no ser”.
Desde esta mirada etnocentistra toda la producción intelectual generada desde esa periferia es
mera mitología, superstición, no saber.
Esta actitud analizada por Dussel (2011, 2015) y Cerutti (1999) hace que saberes como el de
la medicina tradicional de las comunidades aborígenes sean silenciadas y excluidas del acervo
Se suele afirmar que la composición social en América Latina se caracteriza por poseer
grandes segmentos poblacionales excluidos del desarrollo económico. Pero, se olvida que la
referida exclusión también implica la incomprensión por parte de los que establecen las políticas
públicas de los patrones culturales que han conformado las subjetividades predominantes en
esos segmentos.
La marginación hermenéutica que sufren los pueblos indígenas en América Latina lo sufren,
también, las mujeres. Históricamente, las sociedades latinoamericanas han establecido una
demarcación estricta de los roles de género. Los hombres son los proveedores del sustento
familiar, mientras las mujeres desempeñan el rol de cuidadoras de la familia. (Esquivel, Faur,
Jelin, 2012; Vargas, 2019), a pesar de la cada vez mayor integración de la mujer al mercado laboral
(Abramo, 2004). En función de la asignación de estos roles, quedan implícitamente asignados
también los espacios de desempeño y realización personal.
Bobbio (1985) señala que una sociedad democrática, en oposición a una autocrática, establece
reglas fundamentales para determinar quien tiene potestad para tomar decisiones colectivas, así
como los medios para tomarlas. También la define como aquella en la que el poder se sustenta en
la mayoría, a diferencia del gobierno de un individuo, propio de la monarquía, o el de unos pocos,
característico de la oligarquía (1989). Held (2007) fundamenta el atractivo de la democracia en que
permite formas de vida donde es posible la justa deliberación de valores y la negociación de conflictos.
Snyder (2017) señala que hay cuatro actitudes que lesionan una sociedad democrática. Hay
dos destacables: La hostilidad hacia los hechos y la credulidad ciega.
La segunda actitud remite a que, una vez se desconoce la autoridad epistémica de los expertos,
se entrega la confianza a quienes no se han ganado dicha autoridad: demagogos, profetas de la
Nueva Era, predicadores fundamentalistas y los traficantes de creencias de la revolución digital
(you tubers, influencers y coaches).
En América Latina, además de las dos actitudes señaladas, se debe agregar las situaciones
de injusticia hermenéutica señaladas y relacionadas con las situaciones generales de injusticia
social. Ademas, de que todavía, como se ha señalado, existen situaciones de constreñimiento en
los procesos de transmisión oficial de la información.
En América Latina, la principal amenaza a las sociedades democráticas no pasa por lo que
Koyré (2009) describe como un Estado en el que una camarilla política sectaria, con intención
totalitaria, propaga la mentira fuera del círculo, hacia el espacio público, clausurando los accesos
de información, aunque los Estados de la región todavían tienen un largo camino que recorrer en
el sendero de la consolidación democrática.
Las redes sociales han permitido la paradoja de que, sin ocultar la información, haciéndola
disponible, posibilitan un proceso de socavamiento de los valores democráticos. La ciudadanía,
sin necesidad de que un grupo político conforme una sociedad secreta para ocultar la verdad
desde instituciones centralizadas, se autoencierra en el círculo informativo de una red social
donde comparte afectividades generando autoaislamiento hermenéutico.
Más bien, debemos aprovechar la tecnología digital, esa “infraestructura de la posverdad”, para
emplear la expresión de D'Ancona (2017, p.113), y transformarla en beneficio del discernimiento crítico.
La referida red diseñó dos temporadas de podcast para analizar los problemas éticos
relacionados con la pandemia que afectan a las poblaciones más vulnerables. Dichos podcast
realizados con académicos latinoamericanos, permite reflexionar de modo ágil, breve y con fácil
acceso a informaciones académicas sobre los pueblos originarios, las mujeres, las poblaciones
que viven en situación de pobreza, entre otros grupos vulnerables.
Las universidades pueden seguir este ejemplo para insertarse en la RED valiéndose de
los mismos recursos empleados para transmitir los fake news: twitter, facebook y you tube,
incorporando al estudiantado a programas estratégicos de difusión informativa fidedigna.
Pero estas recomendaciones no deben obviar que el problema de los medios, la posverdad
y la injusticia hermenéutica tiene una base social estructural. Por tanto, se requiere una
transformacion profunda de los procesos institucionales de los Estados latinoamericanos
destacando sus sistemas educativos, que todavía arrastran el lastre de la herencia de pobreza e
inequidad social acumulada durante siglos, y siguen intentando incorporar modelos educativos
europeos y anglosajones ajenos a las especificidades de los patrones culturales latinoamericanos.
Consideraciones Finales
Se ha examinado el problema de la posverdad como un problema filosófico que comienza
a gestarse con la transformacion de los medios tradicionales de comunicación, donde comenzó
a socavarse la imagen pública de los consensos científicos basados en un falso concepto de
neutralidad, y con el surgimiento de las grandes corporaciones comprometidas con un programa
ideológico.
El estudio llevado a cabo por los investigadores Pérez-Dasilva; Meso- Ayerdi y Mendigurin-
Galdospín sobre los fake news en el marco de la pandemia de COVID-19, entre los meses de enero
y marzo del 2020, arrojan como resultado la preeminencia de los mensajes relacionados con
adherencias politicas sobre las informaciones relacionadas con las advertencias de los expertos
sobre las medidas a tomar relacionadas con el contagio del virus SARS-CoV-2.
América Latina no escapa a esta situación con el agravante de que el notable acceso de sus
poblaciones a los medios digitales contrasta con sus bajos niveles educativos, lo que incrementa
las posibilidades de carencias en la discriminación de la información.
Las consecuencias para el sostenimiento de las sociedades democráticas son negativas porque
estas necesitan de poblaciones con la suficiente información y discernimiento crítico para ejercer
el debate crítico sobre las reglas que rigen las formas de vida democráticas, así como requieren de
la deliberación en torno a los conflictos que se presentan dentro de una sociedad plural.
Por tanto, se hace necesario asumir una postura activa en la transformación de la “infraestructura
de la posverdad” o la tecnología digital que ha hecho posible la posverdad reorientando los canales
de transmisión de la información en función de informaciones fidedignas.
Referencias bibliográficas
Abramo, L. (2004). Inserción laboral de las mujeres en América Latina: ¿una fuerza de trabajo
secundaria? Revista de Estudios Feministas, (12) 2, pp.224-235
Ball, J. (2017). Postruth. How bullshit conquered the world. Biteback Publishing.
Cerutti. H. (1999). Perspectivas y nuevos horizontes para las ciencias sociales en América Latina.
En J. Maerk y M. Cabrolié (Coords), ¿Existe una epistemología latinoamericana? (pp. 29-46).
Plaza y Valdés.
D'Ancona, M. (2017). Postruth. The new war on truth and how to fight back. Ebury Press.
Esquivel, V. Four, E., Jelin, E. (2012). Las lógicas del cuidado infantil. Entre las familias, el Estado y el
mercado. I
Fine, Cordelia (2006), A Mind of its own: how your brain distorts and deceives. Icon books.
Fricker, M. (2007). Epistemic Injustice: Power and the Ethics of Knowing. Oxford University Press.
En A. Garry, S. Khader y A. Stone, The Routledge Companion to Feminist Philosophy (pp. 268-278).
Routledge.
Ibáñez, J. Ed. (2017). Una introducción. En J. Ibáñez (Ed.), En la era de la posverdad (pp. 11-36).
Calambur.
Kempf. S. (2019). Digital 2019. Essentials Insights Into how People Around The World Use The INTERNET,
Movile Devices, Social Media, And E-Commerce. Hootsuite. https://www.juancmejia.com/wp-
content/uploads/2019/03/Digital-2019-WeAreSocial-y-HootSuite.pdf
Kunda, Z. (1999). Social Cognition. Making Sense of People. The MIT Press.
Medina, J. (2017). Varieties of Hermeneutical Injustice. En I. Kidd, J. Medina y G. Pohlhaus Jr., The
Routledge Handbook of Epistemic Injustice (pp. 41-52). Routledge.
Menéndez, C. (2020, 24 de junio). Donald Trump afirma que el muro con México “frenó la covid”.
Euronews. https://es.euronews.com/2020/06/24/donald-trump-afirma-que-el-muro-con-
mexico-freno-la-covid
Nichols, T. (2017). The Death of Expertise: The Campaign against Established Knowledge and Why It
Matters. Oxford University Press.
Puig, V. (2017). Posverdades de siempre y más. En J. Ibáñez (Ed.), En la era de la posverdad (pp. 129-
137). Calambur.
Serna, J. (2017). Fake news. Todo es falso, salvo alguna cosa. En J. Ibáñez, En la era de la posverdad.
(pp. 101-116). Calambur.
Uval, N. (2020, 4 de abril). Vacíos informativos sobre la covid-19 en Uruguay. La diaria política.
https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2020/4/vacios-informativos-sobre-la-covid-19-en-
uruguay/
Mariano Dagatti1
Resumen
La pandemia ha provocado una crisis de vida cotidiana a diferentes escalas –desde el ámbito
público hasta el ámbito más íntimo: cómo nos relacionamos, cómo nos movemos, cómo
trabajamos, cómo nos divertimos, y también cómo hacemos las compras, cómo conversamos en
los bares y en nuestros hogares, cómo expresamos físicamente nuestras emociones–. Vivimos
una instancia singular, y parece difícil que una situación de esta índole no traiga consigo una
pregunta por el lenguaje: ¿cómo designar una situación tan original como inesperada?, ¿qué
imágenes trae a colación nuestra memoria colectiva?, ¿cómo volvemos inteligible nuestra
experiencia del confinamiento y el distanciamiento? Con estos interrogantes en mente, el ensayo
considera tres fenómenos de lenguaje observados a partir de un repaso por cientos de discursos
periodísticos, políticos y culturales que han circulado en los medios de comunicación sobre el
COVID-19 a lo largo de los últimos meses: en primer lugar, cómo ha sido “concebido” el evento a
partir de la presión que ejerce nuestra memoria mediática colectiva en las lecturas que hacemos
(e. g. la pandemia como guerra o como desastre natural); en segundo lugar, y de manera inversa,
cómo el lenguaje del nuevo suceso impregnó el modo de hablar de otros fenómenos públicos (e.
g. las fakes news, la corrupción o los femicidios como pandemia); y por último, el procedimiento
de nominación conocido como “neologismo”, por medio del cual se intenta capturar de manera
novedosa –creativa– lo que es considerado novedoso.
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art13
1
Universidad Nacional de Quilmes (Argentina). onairamdagatti@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5560-
7489
La pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis de nuestra experiencia, y parece difícil que
una crisis tal no traiga consigo una pregunta por el lenguaje.
En Arqueologías del pasado, su libro sobre las utopías y la ciencia ficción, Fredric Jameson
formula una frase que ha sido repetida a menudo en estos meses: “es más fácil imaginar el
fin del mundo que el fin del capitalismo”. Mark Fisher recuerda esta aserción cuando comenta
Children of men, la película dirigida a principios de siglo por Alfonso Cuarón; a su entender, “una
distopía específica del capitalismo tardío”. Confío en que los lectores recordarán a grandes rasgos
el film: es 2027. Después de 18 años de una pandemia de infertilidad humana, la civilización
–y la raza humana misma– se enfrenta a la extinción. En medio de esta desolación, una mujer
queda embarazada. El protagonista del relato es el hombre que la protege, atrapados ambos
en el conflicto entre el Gobierno y los rebeldes. Nadie conoce en Children of men las causas de la
catástrofe. ¿Se trata de un pasado remoto de abusos y negligencias, se trata del capricho de un
ser maligno o de una maldición que ninguna penitencia puede aliviar? El fin de la peste es tan
azaroso como su comienzo y, por esta razón –dice Fisher– toda acción resulta superflua desde el
principio: solo la esperanza insensata tiene sentido. Este comentario principia su libro Realismo
capitalista, en el que reflexiona sobre la idea muy difundida de que el capitalismo no solo es el
único sistema económico viable, sino que es uno al que es imposible imaginarle una alternativa.
Hoy, catorce años después del estreno del film, otra pandemia ha hecho temblar estas
certezas, primero como un viento voraz, después como una brisa suave que hoy parece recuperar
su fuerza ingobernable. Hace meses escuchamos una expresión que se pretende cifra aparente
del mundo por venir: “la nueva normalidad”, “the new normality” o también “the new normal” la
llaman, y esa cifra cobra la forma de un vaticinio que se quiere deber o de un interrogante que
se quiere vaticinio. Leía semanas atrás, por ejemplo, una nota de opinión titulada: “Un adelanto
de la nueva normalidad”. Como si fuese una película de la que por ahora se nos ofrece un tráiler.
La bajada decía: “Nadie sabe cuál será el resultado del gran experimento sociopolítico que está
en marcha. ¿Será más solidaria la nueva normalidad de lo que era la de ayer o más mezquina?
¿Más pacífica o aún más violenta?”. Comparto con los lectores el primer párrafo de la nota, que
condensa la mezcla de ficción (distópica), complot y estado policial que hemos escuchado tantas
veces desde que a fines de enero la epidemia surgida en Wuhan se convirtió en una peste global:
“El mundo acaba de tragar una poción que es tan potente como la confeccionada por las brujas de
Macbeth. Los seres que rigen los destinos humanos echaron en el caldero un sinnúmero de virus
mortíferos, encerraron, bajo vigilancia policial, a centenares de millones de hombres, mujeres y niños
diciéndoles que cuando por fin salgan tendrán que mantenerse bien alejados los unos de los otros para
entonces agregar a la mezcla dosis crecientes de desempleo y pobreza.”1
Tan temprano como el 26 de febrero, el filósofo italiano Giorgio Agamben publicó un artículo
muy difundido, “La invención de la epidemia”, en el que afirmaba a propósito del Covid-19 y de
https://noticias.perfil.com/noticias/opinion/un-adelanto-de-la-nueva-normalidad.phtml?_ga=2.147006707.550757668.1592749920-
1
410161601.1584233043
las medidas adoptadas en Italia para combatirla: “La limitación de la libertad impuesta por los
gobiernos es aceptada en nombre de un deseo de seguridad que ha sido inducido por los mismos
gobiernos que ahora intervienen para satisfacerlo”. En este retoma algunos de los argumentos de
su serie Homo sacer, sobre todo la tesis según la cual, en Occidente, se gobierna en términos de
excepción2. Califica allí las medidas de confinamiento como “frenéticas, irracionales y totalmente
inmotivadas” al punto de provocar “un verdadero y propio estado de excepción”. Afirma luego:
“podría decirse que, una vez agotado el terrorismo como causa de procedimientos de excepción,
la invención de una epidemia puede ofrecer el pretexto ideal para ampliarlos más allá de
cualquier límite”. En una nota del 17 de marzo se preguntaba: “¿qué es una sociedad que no tiene
otro valor que el de la sobrevivencia?”.
Los usos, desusos y abusos del lenguaje en tiempos de pandemia abren un espacio de reflexión
que debemos ocupar. Franco Berardi, en su Crónica de la psicodeflación, señala al respecto: “El
capitalismo es una axiomática, es decir, funciona sobre la base de una premisa no comprobada (la
necesidad de crecimiento ilimitado que hace posible la acumulación de capital). […] nada puede
concebirse o intentarse por fuera de ese axioma. No existe una salida política de la axiomática del
Capital, no existe un lenguaje capaz de enunciar el exterior del lenguaje, […] porque todo proceso
lingüístico tiene lugar dentro de esa axiomática que no permite la posibilidad de enunciados
eficaces extrasistémicos”.
Con esta premisa en mente, sin más preámbulos, quisiera señalar tres fenómenos de lenguaje
que he observado a partir de un repaso por cientos de discursos periodísticos, políticos y
culturales que han circulado en los medios de comunicación sobre el COVID-19 a lo largo de los
últimos meses.
https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/giorgio-agamben-nuevo-excepcion-gracias-coronavirus_0_PudxE2ilo.html
2
La alegoresis –entendida como fenómeno de interlegibilidad– nos hace leer las cosas nuevas
con ojos viejos, oprime –por recordar al Marx del 18 Brumario– “como una pesadilla el cerebro de
los vivos” y ante “algo nunca visto” convoca a “los espíritus del pasado” para “con este disfraz de
vejez venerable y este lenguaje prestado”, representar la nueva escena. Así, entonces, podemos
decir que la novedad es capt(ur)ada por metáforas, símiles o analogías recurrentes, por isotopías
de suma conocidas o por referencia a memorias colectivas –sobre todo, mediáticas, como señala
con acierto Moirand en El discurso de la prensa cotidiana– que nos permiten tramitarla.
La metáfora más utilizada en este contexto de peste ha sido la de la pandemia como guerra y
la de la enfermedad como enemigo. Sabemos que la metáfora3 permite comprender conceptos
abstractos o una realidad extraña a nuestra experiencia en términos menos abstractos o más
conocidos, o a partir de una realidad más familiar. La prensa local comparará el tamaño de un
iceberg desprendido de la Antártida con la superficie de San Pablo, el DF o Buenos Aires según
estemos en Brasil, México o la Argentina. En los últimos tiempos hemos oído y leído metáforas
bélicas hasta la saciedad: “Las dificultades de la guerra contra un enemigo invisible” titula El País
de España, “A medida que el COVID-19 golpea Nueva York, Cuomo emerge como el Churchill de
la guerra”, titula el National Herald de la India4, y asegura que “La lucha de New York contra el
COVID-19 es nada menos que una guerra”. También “Reino Unido apela al espíritu de Churchill
contra el Covid 19”, según informa un matutino norteamericano. Marcado quizás a fuego por los
años setenta, un periodista afirma que “El Covid 19 es muy inteligente: actúa como una guerra
de guerrillas”; “¿Qué sigue en la guerra contra el coronavirus COVID-19?”, se pregunta el New York
Times. Un portal de noticias español propone “Paralelismos bélicos: la crisis del coronavirus y la
guerra civil”5.
Los medios privilegian este encuadre. Bajo el título “La pandemia de coronavirus realmente
es como una guerra”, una enfermera norteamericana que sirvió en Kuwait desarrolla la metáfora
3
Desde Metáforas de la vida cotidiana hasta No pienses en un elefante, George Lakoff ha dedicado gran parte de sus investiga-
ciones a demostrar que tendemos a estructurar nuestro pensamiento con metáforas.
4
“As COVID-19 batters NYC, Cuomo emerges as the Churchill of the war
5
https://theconversation.com/paralelismos-belicos-la-crisis-del-coronavirus-y-la-guerra-civil-135912
en toda su extensión: “Los soldados son los sanitarios. El enemigo es el virus. El campo de batalla
son los hospitales”.6 La cobertura de CNN para América Latina7 publica una nota de la doctora
Janice Blanchard, profesora del Departamento de Medicina de Emergencia de la Universidad
George Washington. Su titular: “El coronavirus es como una guerra, pero no en la forma en que
Trump piensa”. Para Blanchard, “Hay cierta validez en la comparación del presidente. Al igual
que la guerra, el coronavirus presenta una amenaza que a menudo es invisible para aquellos
que están fuera del entorno de batalla. Solo una fracción de lo que experimentan nuestras
tropas se transmite al público y, de manera similar, ninguna cobertura noticiosa puede reflejar
adecuadamente el dolor que los proveedores de atención médica viven cada día mientras cuidan
a las personas afectadas por el coronavirus. Pero quizás el elemento común más importante entre
covid-19 y la guerra es la angustia mental duradera que enfrentan muchos de sus guerreros. […] Si
el presidente quiere cuidar a quienes luchan en esta batalla viral, debe comenzar asegurándose
de que haya recursos disponibles para enfrentar el estrés, la ansiedad y las ramificaciones
psicológicas de la pandemia.”
Las analogías, símiles o metáforas de la pandemia como guerra insisten también en los
discursos políticos10, donde el espíritu bélico advierte sobre la excepcionalidad de la situación,
justifica medidas (más o menos) drásticas y la centralización del mando, a la vez que tiñe de
bronce a políticos y ciudadanos. Los líderes mundiales adoptan este lenguaje: Trump habla de
un “enemigo” que “pronto estaría en retirada”, y refiere a los médicos “guerreros de la atención
médica … que mueren al igual que los soldados se topan con balas”; Macron “le declara la guerra”
al virus; para el Primer Ministro italiano su país “está perdiendo la guerra” contra la pandemia.
También los líderes en América Latina recurren a la comparación: Evo Morales asevera que
6
The soldiers are health care workers. The enemy is the virus. The battlefield is the hospitals.
7
https://cnnespanol.cnn.com/2020/05/27/opinion-coronavirus-una-segunda-oleada-diferente/
8
https://www.lanacion.com.ar/sociedad/el-heroismo-enfermeros-primera-linea-lucha-coronavirus-nid2349274
9
https://www.pagina12.com.ar/257761-el-diario-de-un-medico-en-guerra-contra-el-coronavirus
10
https://www.perfil.com/noticias/coronavirus/metaforas-del-coronavirus-covid19.phtml
“China ganó la Tercera Guerra Mundial sin disparar ni un arma”. En su primera conferencia de
prensa sobre la gestión del COVID en la Argentina, el presidente Alberto Fernández habló de una
“guerra” contra un “enemigo invisible”. El presidente de Ecuardo, Lenín Moreno, afirmó que la
crisis del coronavirus “es la verdadera primera guerra mundial”. 11
La filóloga María Josep Cuenca ha recopilado 50 símiles en inglés sobre la base “Coronavirus
(o COVID-19) is like…”, por ejemplo: “El coronavirus es como una plaga bíblica” o “El coronavirus
es una olla a presión”. Señala, como resultado de su exploración, que otras categorías trasladadas
para la comparación son aquellas de los desastres naturales. “Brasil ya es el vértice del huracán
del coronavirus: ¿Podrá sobrevivir Jair Bolsonaro?”12, se pregunta un cronista argentino en el
país vecino, enviado especial del portal Infobae. En el cuerpo de la nota, figuradamente define:
“Bolsonaro se encuentra en el medio de una ‘tormenta perfecta’ de tres frentes: graves crisis
política, económica y sanitaria. Y la pregunta que ronda en Brasil es si Bolsonaro podrá sobrevivir
a semejante tsunami”. El portal “Mujeres y cía” presenta una reflexión de tipo espiritual cuyo
título es “Covid: un tsunami del que aprender”13. El matutino Clarín, el diario de mayor tirada en
la Argentina, publica una crónica sobre la preparación de los hospitales para el “pico” de casos.
Titula: “La calma que antecede al huracán: la preparación de un hospital de campaña”. El portal
de la Deutsche Welle informa que la Organización Panamericana de la Salud “pronostica ‘tsunami’
de casos latinoamericanos de COVID-19”14. El epidemiólogo sueco Johan Giesecke brinda una
entrevista reproducida por cientos de medios en la que compara: “El coronavirus se propaga
como un incendio y no importa lo que uno haga, todos se van a contagiar”. La misma categoría
ha utilizado Pedro Cahn, epidemiólogo argentino, asesor del gobierno nacional, aunque con un
sentido complementamente distinto: “Una epidemia es como un incendio, no sirve el sálvese
quien pueda. Es necesario ver cómo salimos de esto juntos”15.
Transitado por referencias eruditas, apuestas al humor o mero juego intertextual, el dominio
de las artes también ha provisto imágenes o situaciones que permiten procedimientos de
interlegibilidad. Alguien bromeaba en Twitter diciendo que “El coronavirus es como una caja de
bombones. Nunca sabes lo que te va a tocar. ¿Un resfriado leve? ¿Una infección respiratoria de las vías
superiores? ¿La muerte?”. Forrest Gump estaba allí como guiño cómico. Otros afirman que el COVID
“es como vivir en una novela de Kafka” o más genéricamente “en una película de terror”. Ninguna
película ha sido tan mencionada en estos días como Contagio, el film de Steven Soderbergh lanzado
en 2011, cuando el espectro de la gripe porcina estaba todavía en nuestras retinas. Más de medio
siglo antes, Susan Sontag escribió “La imaginación del desastre”, un ensayo sobre las películas de
https://elcomercio.pe/mundo/latinoamerica/coronavirus-ecuador-lenin-moreno-asegura-que-la-crisis-del-covid-19-es-la-verda-
11
dera-primera-guerra-mundial-financial-times-noticia/
https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/05/23/brasil-ya-es-el-vertice-del-huracan-del-coronavirus-po-
12
dra-sobrevivir-jair-bolsonaro/
13
https://www.dw.com/es/ops-pronostica-tsunami-de-casos-latinoamericanos-de-covid-19/a-53014981
El tsunami del covid-19 y sus consecuencias https://www.diarioalfil.com.ar/2020/04/24/el-tsunami-del-covid-19-y-sus-
14
consecuencias/
15
https://www.diagnosticsnews.com/entrevistas/34793-34793
ciencia ficción que poblaban las pantallas de los cines en el período entre las guerras de Corea y
Vietnam. Para la autora, el tema de estos films, más allá del género, era su estética de la destrucción:
la belleza de sembrar el caos, el placer del desorden, el espectáculo puro de “tanques de guerra
desintegrados, cuerpos desperdigados, paredes derrumbadas, cráteres increíbles y grietas en la
superficie terrestre”. El cine permite –afirmaba allí– “participar en la fantasía de experimentar la
muerte y más, la muerte de las ciudades, la destrucción de la humanidad”.
Susan Sontag publicó en 1978 La enfermedad y sus metáforas, ampliado diez años después con
el ensayo El sida y sus metáforas. Indaga allí la relación del hombre con las enfermedades y su
manera de transformarlas en metáforas para entenderlas. Y se ocupa de cómo las enfermedades
marcan al mundo, al punto que la interpretación de esas enfermedades se utiliza para interpretar
a la sociedad. “Nada hay más punitivo –señala–que darle un significado a una enfermedad,
significado que resulta invariablemente moralista. Cualquier enfermedad importante, cuyos
orígenes sean oscuros y su tratamiento ineficaz, tiende a hundirse en significados. En un principio
se le asignan los horrores más hondos (la corrupción, la putrefacción, la polución, la anatomía,
la debilidad). La enfermedad misma se vuelve metáfora. Luego, en nombre de ella (es decir,
usándola como metáfora) se atribuye ese horror a otras cosas, la enfermedad se adjetiva. Se dice
que algo es enfermizo, para decir que es repugnante o feo.”
Quisiera recuperar aquí una expresión de Lucrecia Escudero Chauvel en su libro Malvinas. El
gran relato, dedicado a estudiar los mundos mediáticos credos por la prensa argentina durante
la Guerra de Malvinas. Escudero habla allí del “síndrome de permeabilidad de la información”,
según el cual la casi totalidad de la información de los diarios y semanarios publicados en esas
jornadas se encontraba en relación directa con el conflicto entre la Argentina y Gran Bretaña.
“La guerra atraviesa secciones, rúbricas, pseudorrúbricas y el lector no encuentra en el diario un
espacio “neutral” en el cual no se hable del evento” (2007: 63), subraya.
En los últimos meses, uno de los usos más extendidos del lenguaje ha sido el de referir
diferentes experiencias y cuestiones sociales, políticas, económicas con el término “pandemia” o
“epidemia”. A diferencia del primer fenómeno mencionado, en esta segunda sección me interesa
entonces el uso comodín del término “pandemia” (y de su campo semántico). El fenómeno de
permeabilidad ha sido, de hecho, común a la hora de tratar dentro del periodismo la cuestión de
la desinformación, la sobreinformación o las noticias falsas. El portal News titula: “Noticias falsas
y desinformación, otra pandemia del coronavirus”16: “Come ajo, bebe alcohol, el virus se transmite
por las líneas 5G… Estos y algunas otras falsedades corren por internet, redes sociales y otras
plataformas de comunicación mundiales. La información falsa y poco fiable se propaga de forma
vírica hasta el punto de estar poniendo en riesgo muchas vidas.” Y agrega: “Todos hemos recibido
algún mensaje con alguna cura milagrosa contra el coronavirus COVID-19. Y lo hemos recibido a
pesar de que los médicos especialistas de todo el mundo, liderados por la Organización Mundial
de la Salud, aseguran que de momento no hay tratamiento ni vacuna contra esta enfermedad.”
Hace una semana, por ejemplo, un mensaje de WhatsApp llegó a las pantallas de receptores de
varios países de América Latina, incluida Colombia: "Quédate en casa, la ONU te traerá comida",
decía. El mensaje, que era mentira, se utilizaba para obtener datos personales.
Ninguno fenómeno en América Latina ha sido tratado con más frecuencia como una
enfermedad o un mal endémico en las últimas décadas que la corrupción. La emergencia
del COVID ha ofrecido a la política y al periodismo nuevas oportunidades de permeabilidad
“sanitaria”, que no carece de pátina moral: “He enfrentado a la peor de las epidemias, a la
corrupción política”, confió López Obrador, y aseguró estar preparado “para enfrentar cualquier
desafío que se presente, ya que lleva años lidiando con adversidades”; el portal peruano El
montonero se pregunta: “La peste negra de la corrupción. ¿Es la corrupción la causa de todos
nuestros males?17. No parece tener las mismas dudas el diario El espectador de Colombia, que
titula: “Corrupción: una pandemia tan peligrosa como el coronavirus”18. En su sección “El mundo”,
el diario Clarín aborda el tema: “El coronavirus alimenta otra pandemia en América Latina: la de
la corrupción” y expone en su primer párrafo: “La pandemia de coronavirus no ha evitado que
otro virus persistente siga recorriendo América Latina: la corrupción. Repartos irregulares de
ayudas, compras sobrevaloradas, falta de transparencia en adjudicaciones, estos son algunos
casos vinculados a la emergencia sanitaria que muestran la buena salud de unas prácticas
ilegales que todavía no han encontrado una vacuna efectiva”.19 “La pandemia de la corrupción”20
titula sintéticamente El País de España, afirma que se trata de una “enfermedad estructural de la
región” y ofrece estrategias para combatir al enemigo: “En el arte de la guerra, la mejor estrategia
ante el enemigo es poder anticiparlo.” También se observa interlegilidad mixta en el titular con
que el portal colombiano Portafolio refiere las palabras de una asesora de la ONG Transparencia
Internacional: “Pandemia crea la tormenta perfecta para la corrupción”21.
Como puede inferirse por el tratamiento de la corrupción, la cobertura de los hechos y de los
actores políticos –incluso la política misma– suele ser permeada en los discursos informativos por
una semántica de la pandemia. “Los villanos del coronavirus en América Latina: especuladores de
16
https://news.un.org/es/story/2020/04/1472922
17
https://elmontonero.pe/columnas/la-peste-negra-de-la-corrupcion
18
https://www.elespectador.com/noticias/nacional/corrupcion-una-pandemia-tan-peligrosa-como-el-coronavirus-arti-
culo-916480/
19
https://www.clarin.com/mundo/coronavirus-favorece-pandemia-america-latina-corrupcion_0_CQQdmTbPb.html
20
http://agendapublica.elpais.com/la-pandemia-de-la-corrupcion/
21
https://www.portafolio.co/economia/pandemia-crea-la-tormenta-perfecta-para-la-corrupcion-540966
equipos de protección y funcionarios corruptos22”, titula The New York Times con esa retórica de
superhéroes tan cara a la tradición norteamericana. No hace muchos días el Jefe de Gabinete del
actual gobierno argentino, Santiago Cafiero, manifestó en el Congreso que “Argentina ya estaba
en pandemia” cuando Alberto Fernández asumió como presidente en diciembre del año pasado,
a causa de los efectos de la administración de Mauricio Macri.
La nota del portal Feminacida titula la nota donde se refiere esta charla: “Una pandemia
dentro de otra pandemia”. El titular se hace eco de una pregunta de López Peiró: “¿Qué pasaría si
se hablara de una pandemia dentro de esta pandemia? ¿Habría más recursos? ¿Se tomarían más
medidas? ¿La justicia actuaría por primera vez más rápido?”. “En cuarentena, al menos 36 mujeres
y niñas perdieron la vida en manos de un femicida –informa el portal en otra noticia– […] Para
ellas, la violencia machista fue más letal que el coronavirus”24.
“La otra pandemia que no cesa: 26 femicidios en cuarentena” es el titular de una noticia de la
sección “Policiales” del portal Mejor informado25, y arguye: “Otra pandemia corre en paralelo a la del
coronavirus. Es la de la violencia familiar. Su índice más preocupante lo constituyen los femicidios.
En el mundo. Y en Argentina también: desde que empezó la cuarentena, con aislamiento
obligatorio, hubo 26 femicidios verificados en el país.” Con el título “La otra pandemia”26, la revista
de Foreign Affairs Latinoamérica publica un artículo sobre violencia de género: “En el contexto
actual, obligados a acatar las medidas impuestas a nivel mundial por la pandemia de covid-19, y
a la luz de estas cifras, resulta que no solo se deberían encender las alarmas por la expansión del
virus, sino también por la otra pandemia que enfrentamos: la de la muerte de miles de mujeres
que quedaron encerradas en casa con sus agresores.” En Estados Unidos, diferentes colectivos
https://www.infobae.com/america/the-new-york-times/2020/06/22/los-villanos-del-coronavirus-en-america-lati-
22
na-especuladores-de-equipos-de-proteccion-y-funcionarios-corruptos/
23
Quiero seguir en este punto algunas publicaciones o debates publicados en o difundidos por la revista Feminacida. Le
agradezco especialmente a Solana Camaño por brindarme referencias a algunas notas y debates.
24
https://feminacida.com.ar/afuera-el-coronavirus-adentro-la-violencia/
https://feminacida.com.ar/ni-una-menos-un-grito-que-persiste/
https://www.mejorinformado.com/policiales/2020/5/1/la-otra-pandemia-que-no-cesa-26-femicidios-en-cuarentena-62519.
25
html
26
http://revistafal.com/la-otra-pandemia/
feministas hablan de “mandemic”. El diario argentino Perfil publica el pasado 7 de mayo: “Violencia
de género, la otra pandemia”27. El mencionado portal News en su sección “Mujer” titula: “La ONU
y Argentina luchan con la otra pandemia del coronavirus, la violencia de género”28. Afirma: “La
ONU la llama ‘la otra pandemia’ y, con el apoyo de la Unión Europea, colabora con el Gobierno
para proteger a las mujeres y las niñas, amenazadas doblemente por el COVID-19 y la violencia.”29
“Femicidio: la otra pandemia” es el título de un informe realizado por Gisela Paola Villalba
para el gobierno argentino30. Sus conclusiones señalan que “que no se trata de un pequeño
problema que sólo afecta a algunos sectores de la sociedad, sino más bien de un problema
de salud pública mundial de proporciones epidémicas, que requiere la adopción de medidas
urgentes. Es necesaria una intervención a nivel mundial […]”. Las interlegibilidades alcanzan
incluso los protocolos gubernamentales de violencia de género: en las Islas Canarias cualquier
mujer en peligro podía asistir a una farmacia y pedir una “mascarilla-19” y, así, alertar al personal
de que necesitaba ayuda. En la Argentina, entre otras medidas tomadas por el Ministerio de las
Mujeres, Géneros y Diversidad, se lanzó una adaptación de la mascarilla-19, a la que se denominó
“barbijo rojo”. El Ministerio, en conjunto con la Confederación Farmacéutica Argentina, solicitó a
todas las farmacias del país se adhirieran a un protocolo mediante el cual, si una mujer pide un
barbijo rojo, quien la atienda sabrá que tendrá que solicitar sus datos y se comunicará por ella a
la línea 144, habilitada para denuncias y ayuda. De acuerdo con el Ministerio, las denuncias por
violencia de género aumentaron un 39% durante el tiempo que lleva el país en confinamiento
por el Covid-1931.
Las críticas al uso de términos como “pandemia” o “epidemia” para referir a fenómenos como la
corrupción o la violencia de género suele poner el acento –a mi modo de ver, con criterio– en el
efecto de desagentivización que provoca respecto a los responsables de las acciones: los corruptos,
los golpeadores, los abusadores, los irresponsables afectivos, etc.
27
*Lic. en Psicología. Psicoanalista. Especialista en niños y adolescentes. Integrante del Depto. de Pareja y Familia de la
Asociación Psicoanalítica Argentina. Autora del libro: “La familia y la ley. Conflictos-transformaciones”. (Fuente www.per-
fil.com).
28 https://news.un.org/es/story/2020/04/1473082
29
El portal DW Noticias publicó: Femicidios: la otra pandemia : En 45 días de cuarentena en Argentina ha habido 41 femi-
cidios. Mientras los delitos caen en general, la violencia machista crece. También la violencia contra los hijos, en medio
del encierro. El Gobierno ha exceptuado del confinamiento a las mujeres que vayan a denunciar violencia y a los centros
de atención de víctimas de la violencia de género.
http://www.saij.gob.ar/gisela-paola-villalba-femicidio-otra-pandemia-dacf200099-2020-05-21/123456789-0abc-defg9
30
900-02fcanirtcod?q=fecha-rango%3A%5B20191124%20TO%2020200523%5D&o=0&f=Total%7CFecha%7CEstado%20
de%20Vigencia%5B5%2C1%5D%7CTema%5B5%2C1%5D%7COrganismo%5B5%2C1%5D%7CAutor%5B5%2C1%-
5D%7CJurisdicci%F3n%5B5%2C1%5D%7CTribunal%5B5%2C1%5D%7CPublicaci%F3n%5B5%2C1%5D%7CColecci%-
F3n%20tem%E1tica%5B5%2C1%5D%7CTipo%20de%20Documento/Doctrina&t=106
https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/por-que-es-incorrecto-hablar-de-femicidios-o-de-violencia-de-genero-co-
31
mo-una-pandemia
Matar, abusar, robar, ejercer violencia física o simbólica contra alguien no es –está claro– un
fenómeno natural. Esta aserción –que considero acertada– corre el riesgo, con todo, de pensar
que la pandemia es un fenómeno sin agentes. De hecho, el uso de términos de desastres naturales
que señalamos antes para referir al coronavirus expone esta cuestión: el COVID como huracán,
como tsunami, por ejemplo. Así, Infobae informa que: “El coronavirus avanza en América Latina
con un sombrío impacto sobre sus economías”, o bien el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC) titula: “Coronavirus invade pueblos indígenas de
América Latina y los deja al borde de la extinción”.
El COVID ha puesto sobre la mesa el viejo problema de qué hacer, sea como sociedad, como
Estado o como gobierno, cómo pensar nuestras formas de conexión y conjunción (por apelar a
la distinción de Berardi). Gran parte de la disputa actual en la Argentina acerca de la pandemia
se juega en la cuestión de la agencia: quién es responsable, qué significa ser responsable en este
contexto, cómo actuar.
No es causalidad que el neologismo más difundido durante los meses iniciales de la pandemia
en la Argentina haya sido el de “infectadura”, que apuesta a conjugar, bajo su portmanteau, las
responsabilidades: la infección como excusa para medidas autoritarias o contrarias a una cierta
idea muy promocionada de la libertad. Paso, entonces, al tercer y último fenómeno del lenguaje.
Todo comienza en la retórica, en el discurso social, en las ideologías, dándole nombres a las
cosas, a los acontecimientos, a los grupos humanos, haciendo, por ejemplo, con dos palabras, dos
entidades distintas de lo que, según otros, resulta indistinguible, de lo que forma las dos caras
o las etapas de un único proceso. O, por el contrario, asimilando bajo un único término lo que
podríamos distinguir como doble o diferente. Sabemos que un neologismo es una nueva palabra
o expresión que se crea en una lengua, por lo general a partir de una experiencia, una situación,
sensación u objeto que exige ser nombrado por primera vez, desde inventos y descubrimientos
hasta, por ejemplo, prácticas liadas con redes sociales como stalkeo (stalking) o fantasmeo
(ghosting). Términos como criptodivisa, cookie, dron, flashmob, googlear o hipster son palabras que
surgieron en los últimos años por pura invención o por préstamo de otras lenguas.
Hacia fines de mayo, un conjunto de “ciudadanos” –la mayoría, por cierto, oposición
declarada al actual gobierno– que pertenecen “a varias áreas de la ciencia, al mundo académico,
profesional y la cultura general” publicó una carta que tuvo cierta repercusión mediática. Su título
era urgente: “La democracia está en peligro”. El texto critica casi todas las acciones del gobierno
nacional, desde una reacción tardía ante la llegada de la pandemia hasta la falta de control, y lo
reprende por decretar una cuarentena “improvisada, sin presentar ningún plan ni una posible
fecha de finalización”.
No hace falta avanzar mucho para advertir que la acusación central es otra. El primer indicio
es la comparación entre una expresión del presidente Fernández, “la hora del Estado”, y la famosa
frase del poeta Leopoldo Lugones, “la hora de la Espada”, considerada un vaticinio, alegato o
apología del Golpe militar de 1930, que derrocó al gobierno democrático del radical Hipólito
Yrigoyen. Los firmantes aducen que se trata de justificar con el confinamiento “un fenomenal
avance en la concentración del poder para eludir cualquier tipo de control institucional”.
Agregan, ya de lleno en el asunto: “En nombre de la salud pública, una versión aggiornada de
la ‘seguridad nacional’, el gobierno encontró en la ‘infectadura’ un eficaz relato legitimado en
expertos, seguramente acostumbrados a lidiar con escenarios que se asemejan a situaciones
de laboratorio y ratones de experimentación, pero ignorantes de las consecuencias sociales de
sus decisiones.” El final afirma: “La democracia está en peligro. Posiblemente como no lo estuvo
desde 1983.” Para los argentinos, la referencia es obvia: en 1983 la última dictadura cívico-militar
genocida, ya sin legitimidad alguna después de la derrota en la Guerra de Malvinas, convocó a
elecciones democráticas ganadas por el candidato también radical, Raúl Alfonsín32.
En este contexto, especial repercusión tuvo una medida –rápidamente desechada– del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, gobierno de signo opositor al gobierno nacional, que
impedía por decreto la circulación de mayores de 70 años en la vía pública, quienes deberían
solicitar un permiso de excepción. Intelectuales de variada ideología criticaron la medida: “Masivo
rechazo de prestigiosos intelectuales al permiso para mayores de 70: ‘Es injusto, denigrante
e inhumano’, intitulaba el mencionado portal Infobae33. Graciela Fernández Meijide, dirigente
política de conocida trayectoria y exintegrante de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de
Personas, afirmó: “Hay detrás de esta idea una vibra autoritaria frente a la que reacciona cada
fibra de mi cuerpo”. “Protección SI. Prisión domiciliaria NO”. Esa fue la consigna que eligió Alcira
Argumedo para referir al tema en las redes digitales. Juan José Sebreli expuso: “Es discriminación
a los ancianos. Yo sufrí toda mi vida la discriminación” y llamo a desobedecer la ley: “Incito a todos
los mayores de 70 años, que somos millones, a que desobedezcan esta ley.” “Parece tomado de
una película sobre el nazismo o los regímenes comunistas”, expresó el historiador Luis A. Romero,
para luego concluir: “Nadie duda de que, durante una pandemia, se requieren decisiones que
comprimen esas libertades [las personales]. Pero precisamente en la Argentina, con una tradición
muy próxima de gobiernos decisionistas prestos para avanzar sobre las libertades en muchos
terrenos, es necesario estar atento. Que la pandemia no sea finalmente el camino del ‘vamos por
todo’”. El escritor Jorge Asís, por su parte, tuiteó “El Estado Autoritario (con causa noble) mantiene
la sutileza del carnicero soviético de la década del 30”, bajo el hashtag #gerontofobiainstitucional.
Beatriz Sarlo, otra reconocida ensayista y crítica cultural, denunció un “estado de sitio selectivo”.34
El ensayista José Emilio Burucúa, en protesta contra la medida, envió una foto a sus amigos en la
que posaba con una estrella amarilla en el pecho: “Ante un pequeño Hitler, pequeño, pequeño,
propongo que los mayores de 70 años nos pongamos una estrella según el modelo que aquí va.
¿Para cuándo el ghetto y el campo de concentración?”.35
32
Aquí el link del formulario donde puede leerse –y eventualmente– firmarse la carta https://docs.google.com/forms/d/e/
1FAIpQLSc0vddQft-M4IpuPlPg6EGPKce_RX5Bx5uE2nvtxSNWgyXkIw/viewform
Hay que decir que en respuesta a la carta mencionada un conjunto de ciudadanos divulgó otra, en la que reivindicaba la
gestión de la pandemia por parte del gobierno y llamaba a “un esfuerzo adicional para salvar vidas”, título de la misiva.
Este es el link de referencia: https://docs.google.com/document/d/1vol0_y34D0qHWu2BGJfv0ASGZ0nRthLyNqgrvnVN-
zdk/edit
En otro orden, no tengo espacio aquí –ni tampoco es objetivo de este trabajo– para referir a la significativa ausencia total
de referencias al peronismo.
33
https://www.infobae.com/politica/2020/04/18/masivo-rechazo-de-prestigiosos-intelectuales-al-permiso-para-mayo-
res-de-70-es-injusto-denigrante-e-inhumano/
34
https://www.lanacion.com.ar/sociedad/coronavirus-beatriz-sarlo-permiso-circular-en-imaginacion-nid2355559
35
https://www.inforegion.com.ar/2020/04/17/caba-polemica-medida-que-discrimina-a-un-sector-de-la-poblacion/
“inventariar no es solamente, como pareciera a primera vista, constatar sino también apropiarse. (...)
la propiedad depende esencialmente de una cierta división de las cosas: apropiarse es fragmentar el
mundo, dividirlo en objetos finito, sujetos al hombre en proporción misma de su discontinuidad: pues
no se puede separar sin finalmente nombrar y clasificar, a partir de esto nace la propiedad. Míticamente,
la posesión del mundo no comenzó con el Génesis sino con el Diluvio, cuando el hombre fue obligado a
nombrar cada especie de animales y a ubicarla, es decir separarla de sus especies vecinas (...) (Barthes
[1972] 2003: 128-9)
Crear un neologismo es un intento por capturar una situación inédita, por designar –como
decíamos– un objeto, experiencia o situación desconocido. “Infectadura” nombra el Aislamiento
Social, Preventivo y Obligatorio a partir de un neologismo evaluativo axiológico con valor
disfórico. Es decir, nombra y a la vez evalúa negativamente. Ahora bien, ¿qué evalúa? Parece
evidente que el término no designa a la pandemia sino al Gobierno. La “infectadura”, de la que
el Gobierno sería promotor, amenaza la democracia, aumenta la pobreza y conduce al país a
la crisis económica. Siendo un neologismo, “infectadura”37–como ha señalado en una lúcida
nota la ensayista argentina Beatriz Sarlo– es una hipérbole política, cuyo objetivo es asociar las
decisiones de un gobierno con las de una dictadura, en un país donde las dictaduras tienen un
largo prontuario de desapariciones, asesinatos, persecuciones y muertes.
Comentarios finales
Gran parte del planeta sigue hoy en una sensación de suspensión. Prevalecerá –auguran
los medios tradicionales y digitales– una “nueva normalidad”38. Los discursos que provienen de
los ámbitos de la salud y la higiene han ganado un terreno inusitado; también los discursos del
Estado –y sus ministerios e instituciones sanitarias– han ocupado la primera plana de nuestro
“real social”, por usar una expresión cara a Eliseo Verón en Construir el acontecimiento. Las zonas del
saber y del deber se han expandido hasta invadir –me permito la metáfora bélica– o dominar las
36
https://www.perfil.com/noticias/columnistas/neologismo.phtml
37
https://www.perfil.com/noticias/politica/franco-rinaldi-autor-infectadura-gobierno-alberto-fernandez-avasalla-dere-
chos-argumentos-infectologicos.phtml
38
https://www.elmundo.es/madrid/2020/06/20/5eecfaabfdddffc8448b46a2.html
palabras políticas e informativas, dejando todo aquello que es del orden del deseo en los bordes
mismos del discurso social.
Conforme pasan los días, se puede advertir que la “nueva normalidad” viene acompañada de
una propedéutica. Qué se puede hacer y qué no, qué cuidados tomar, qué distancia mantener, al
punto de bordear en algunos casos el absurdo. Pienso, por ejemplo, en las noticias que llegan de
Madrid, donde abrirán discotecas, pero no se podrá bailar y habrá que mantener la distancia social.
El Boletín Oficial del Estado español ofrece una suerte de “manual de uso” de la esfera pública:
cómo será el transporte de viajeros, en qué casos será obligatoria la mascarilla, qué restricciones
de aforo habrá en bares, tiendas u ocio, qué obligaciones hay en los puestos de trabajo, qué pasa
con los colegios, y un largo etcétera. El cuidado –una retórica también cara a los gobiernos nacional,
provinciales y municipales argentinos– tiene una frontera porosa con el control.
Más allá del Estado y el discurso informativo de los medios, un rápido repaso por la expresión
“nueva normalidad” permite observar que la psicología y el marketing39 encuentran un terreno
propicio de competencia. La Vanguardia de Barcelona publica una nota sobre la psicología del
inmediato porvenir40: en qué vamos a modificar nuestros hábitos, nuestra afectividad, nuestra
comunicación, cómo nos preparamos para ello, qué harán las empresas y comercios. También El
País ofrece noticias sobre el día después del “fin del coronavirus”41. “Making every second count”,
profesa sugestivamente la nota de una consultora comercial en su portal42.
Apenas comenzada la pandemia, Zizek aventuraba que “el virus matará al capitalismo”, con
esa “técnica del corazón explosivo de la palma de cinco puntos” que aprendimos de la Beatrix
Kiddo de Kill Bill. Ante las respuestas menos optimistas de otros intelectuales de extensa fama,
insistió con que “El comunismo que debería prevalecer ahora no es un sueño oscuro sino lo que
ya está ocurriendo”. La Argentina parece menos lejos de una “nueva normalidad” capitalista que
de un comunismo más o menos feliz. Hoy prevalece el cansancio, atisbamos un horizonte de
profundo malestar económico (más del 50 % de los habitantes debajo de la línea de pobreza)
y la desesperanza gana terreno. Quisiera, entonces, para terminar, recordar una frase de Franco
Berardi en su libro Fenomenología del fin:
En medio de las infinitas muertes y nacimientos, en medio de la decadencia, de las hojas que caen
de los árboles y las olas del mar –todos los infinitos eventos caóticos que ocurren aleatoriamente en
39
https://www.tenova.com/news/detail/covid-19-back-to-a-new-normality/https://marketing.twitter.com/emea/en_gb/
insights/the-new-normal-what-does-it-mean
https://www.oki.com/me/printing/about-us/news-room/blog/2020/life_post_pandemic/index.html
40
https://www.lavanguardia.com/participacion/cartas/20200528/481425260079/nueva-normalidad-psicologia-emocio-
nes-convid-19-pandemia.html
41
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/05/07/opinion/1588846293_432509.html
https://english.elpais.com/society/2020-06-13/what-will-happen-under-the-new-normality-heres-everything-you-
need-to-know-about-the-end-of-coronavirus-deescalation.html
42
“COVID-19: Back to a New Normality”, “The new normality post-COVID-19”
Angenot, M. (2010). El discurso social. Los límites de lo decible y lo pensable. Siglo XXI.
Berardi, F. (2019). Fenomenología del fin. Sensibilidad y mutación conectiva. Caja Negra.
Jameson, F. Arqueologías del pasado. El deseo llamado utopía y otras aproximaciones de ciencia ficción.
Akal.
Resumen
DOI: www.doi.org/10.18050/miradacovid.art14
1
Universidad de Antioquía (Colombia). clara.zea@udea.edu.co ORCID: https:// orcid.org/0000-0003-0707-7695
Introducción2
Nadie veía venir la pandemia. O no en la forma en que llegó, en una suerte de estado de
excepción de la vida donde el cambio vino de la mano de decretos y transformaciones de la
cotidianidad de muchas personas. Y es que “las plagas siempre son bíblicas, pedagógicas,
aleccionadoras. De repente, es posible preguntarse si el orden institucional y la usina económica
a la que respondía no era ficcional, si el universo que habitábamos no adolecía ya de una
precariedad insostenible” (Segato, 2020). Justamente la pandemia de Covid-19 ha evidenciado
la médula espinal de las desigualdades, donde los derechos se han jerarquizado ganando un
estatus de privilegio. Estamos ahora frente a la evidencia que siempre los dueños de la riqueza y
sus administradores buscaron esconder: la llave de la economía es política, y las leyes del capital
no son las leyes de la naturaleza (Segato, 2020).
El mandato que prohíbe trabajar en las calles ha afectado a muchos sectores de la población,
en especial a las trabajadoras sexuales, y entre estas a las trabajadoras sexuales trans3. La
búsqueda de los entes gubernamentales de regular y organizar la vida en medio del estado de
alarma ha llevado a la estigmatización, violencia y precarización de la vida de estas trabajadoras
y de las personas trans en general. Un caso específico fue la medida del ´pico y género’ en
Bogotá, que desde el Decreto 106 del 8 de abril de 2020 alternó los días pares e impares entre
hombres y mujeres para salir a realizar actividades específicas como compra de alimentos,
elementos farmacéuticos, así como sacar a las mascotas o animales de compañía. Este decreto
implicó un perfilamiento de acuerdo con lo que consideraba la policía que era una mujer y un
hombre, dándole un rol a esa institución de ‘disciplinador del género’ (El Tiempo, 2020a; 2020b; El
2
La perspectiva personal y política del trabajo sexual que se presenta a continuación es consistente con la idea de que
este es una forma legítima de trabajo, reconociendo que también implica peligros y placeres dentro de un continuo de
experiencias individuales.
3
Llama la atención la autogestión de organizaciones de base como Calle 7 y la Red Comunitaria Trans en el barrio Santafé,
en Bogotá, y Putamentepoderosas en la Candelaria en Medellín, para brindar apoyos económicos y mercados a las tra-
bajadoras sexuales.
Espectador, 2020; Puentes, 2020). Esta lectura binaria como factor ordenador de la sociedad, que
no reconoce los tránsitos ni las políticas de desidentificación, opera bajo la suposición de que las
categorías de identidad se mapean fielmente en los cuerpos y evidencia lo que se podría llamar
una forma de necropolítica queer (Haritaworn, Kuntsman, & Posocco, 2014). Este concepto emerge
como una metáfora que ilumina y conecta una gama de formas excepcionales y mundanas de
matar y 'dejar morir' mientras de forma simultánea reimagina radicalmente los significados,
los valores y las apuestas inherentes a la 'queerness' como categoría de análisis y crítica. Siendo
así, la necropolítica, como una propuesta que nace de Mbembe (2011), es una referencia a los
regímenes de atribución de vitalidad y letalidad de sujetos, cuerpos, comunidades y poblaciones
y su instauración a través de representativos de género, sexualidad y parentesco, así como a través
de procesos de confinamiento, remoción y agotamiento de esas vidas (Haritaworn, et al., 2014).
Casos de negligencia en acceso a salud y pruebas de detección del Covid-19 por transfobia,
como fue el caso de Alejandra Monocuco en Colombia (Flechas, 2020), se replican en todas
las latitudes porque encierran la violencia estructural y desigualdad sistémica en términos de
nacionalidad4, geografía, género, racialización y clase. Muchas trabajadoras sexuales trans
han migrado a las plataformas webcam en las últimas dos décadas, en parte, por la búsqueda
comercializar sus servicios, en un esfuerzo por maximizar sus ganancias y reducir el riesgo
a través del uso de tecnologías digitales en red para gestionar espacios donde sus vidas no
estén en constante exposición (Bernstein, 2007). También, la coyuntura de confinamiento y
estigmatización del contacto ha llevado a una crisis del trabajo sexual callejero, donde lo webcam
emerge como una posibilidad para aquellas que logran reunir las condiciones materiales e
incluso físicas exigidas para dicha labor, encontrando un medio para ganarse la vida.
El giro laboral del trabajo sexual callejero a la virtualidad invita a considerar la trayectoria del
capital desde la intersección del valor con el género y la composición de los cuerpos que, junto con
la necropolítica queer, iluminan nuestra comprensión de discursos de odio y de violencia transfoba,
pero también de los modos de subjetivación que escenifican la exclusión como simplemente otra
4
La antropóloga colombiana Marcia Ochoa (2019) utiliza el concepto de ciudadanías ingratas para describir casos como el
de Alejandra. Lo usa para referirse a mujeres transexuales que rechazan el contrato que se les ofrece dentro de un sistema
que clasifica de forma binaria – hombre o mujer – y que luego las expulsa y las trata con violencia (Ochoa, 2019). Y es que
la problemática de la ciudadanía se basa en que se ha consolidado por medio de un sujeto imaginario universal, que parte
de marcos normativos del género y que, por tanto, acarrea exclusiones y negaciones de distintos grupos sociales.
forma de incluir cuerpos en la rutina estructural del capital. Así, la relación entre la vida sin valor
y la vida valorada cambia de forma constante con el mercado: "lo que está excluido siempre está
listo para regresar en forma de una mayor productividad" (Haritaworn, et al., 2014, pág. 130).
Sustentación teórica
La estructura de este apartado presenta, en un primer momento, un análisis del tránsito a lo
webcam como un encuentro de la esfera pública y privada del cuarto propio conectado. Luego,
se exponen los catálogos del placer y el marketing del cuerpo desde la plataforma Cam4 como
representante de las industrias del sexo desde dos ejes: la caracterización que deben hacer
de sus cuerpos, y la tipología del género que evidencian las apuestas de estas industrias para
codificar los deseos desde la formulación de ciertas identidades políticas. Finalmente, se trae la
descripción a modo de texto que usan para narrar sobre sí mismas las trabajadoras, evidenciando
la apuesta de algunas por la autorepresentación.
El análisis que ofrece este capítulo está anclado a la economía política crítica, que según lo
define Dan Irving, es un enfoque que "se basa en dos pilares principales; el dibujo de vínculos
entre las áreas económicas y otras áreas de la vida social y el reconocimiento de lo económico
cuando se establecen estos vínculos” (Irving, 2008, pág. 40). La economía política crítica se centra
en la esfera productiva del capitalismo mientras trabaja de forma simultánea para cultivar
una comprensión más amplia de las relaciones productivas y las subjetividades. Esto se logra
mediante el análisis de los numerosos componentes que comprenden la esfera de lo productivo,
incluido el ciberespacio como una extensión de lo trasnacional, así como otros vectores de poder
como el sexo y el género. Además, muestra como el poder opera desde el discurso a medida
que se crea y circula el significado en toda la sociedad. Un ejemplo de esto son los discursos
de productividad alrededor de los cuerpos trans que naturalizan las relaciones laborales
explotadoras características del capitalismo.
Otro pilar fundamental del artículo es la teoría transgénero como un lente teórico emergente
para comprender las experiencias vividas de los individuos trans a través de un énfasis en la
encarnación física del género (Capous-Desyllas & Loy, 2020). La teoría transgénero se centra por
tanto en la complejidad de la identidad de género y la importancia de la experiencia encarnada
y vivida. Los principios fundamentales de esta teoría son que hay un aspecto encarnado del
yo que genera experiencias corporales esenciales para formar la identidad de uno, y que este
aspecto explícitamente autoconstruido de la identidad deriva significado de la narrativa de las
experiencias vividas. Así, la teoría transgénero permite que la agencia de un individuo "conozca"
lo que siente y decida quién es dentro de un sistema rígido de expectativas de género y en las
intersecciones de sus otras identidades (Capous-Desyllas et al., 2020).
También se rescata de las teorías feministas cómo las desigualdades sociales generan
relatos únicos de la naturaleza y de las relaciones sociales. Desde este punto de vista, las teorías
feministas negras permiten comprender los grados de poder y privilegio que encajan con
diferencias particulares al aferrarse a la realidad material de la opresión bajo las intersecciones
de género, clase y raza (Viveros, 2004). Ya desde una perspectiva de la teoría queer, Butler
ilumina cómo la noción de género aparecía como "el resultado de un proceso mediante el cual
las personas recibimos significados culturales, pero también los innovamos", donde las personas
pueden interpretar “las normas de género recibidas de tal forma que las reproduzca y las organice
de nuevo" (Lamas, 1996, pág. 359). Esta apuesta propone que hay que desarrollar una estrategia
para desnaturalizar los cuerpos y resignificar categorías corporales con una serie de "prácticas
paradójicas" que ocasionan "su resignificación subversiva y su proliferación más allá de un marco
binario" (Lamas, 1996, pág. 359).
En el caso del tránsito del trabajo sexual a lo webcam, la incursión ha implicado un desafío
explícito a los dualismos simbólicos que han caracterizado las formas "modernas" de trabajo
sexual: entre lo privado y lo público, el hogar y el trabajo, la sexualidad y el mercado (Bernstein,
2007). Por lo general, las trabajadoras sexuales mantienen separaciones distintas entre la esfera
pública y la privada: ocultan su trabajo de familiares, colegas, amigos e incluso conocidos;
niegan su participación en el trabajo sexual; utilizan seudónimos y personalidades alternativas
en el trabajo; y llevan vidas dobles o triples (Capous-Desyllas & Loy, 2020). Sin embargo, con el
cuarto propio conectado desde el trabajo webcam no son siempre los espacios genéricos de los
estudios los que aparecen, sino las habitaciones y extensiones de las casas que hacen su debut
como escenarios que hablan de sus portadoras. Esto ha implicado la continuidad expandida de
la intimidad como elemento transversal de la experiencia del trabajo sexual webcam, donde el
comercio y lo interpersonal se han interseccionado entre sí y, por lo tanto, se han transformado
al mismo tiempo, convirtiendo el mercado de consumo postindustrial en un escenario potencial
para el intercambio de formas de conexión íntimas auténticas, pero limitadas.
Esta emergencia del trabajo en las redes está anclado a condiciones de posibilidad nuevas e
históricamente específicas. Estas condiciones incluyen una economía postindustrial impulsada
por la tecnología, implicando la emergencia y demanda de trabajo sexual remunerado dentro del
sistema globalizado que capitaliza todo tipo de experiencias, al mismo tiempo que crea trabajos
muy especializados, y otros trabajos 'basura' temporales como los domiciliarios y de tercerización
de la fuerza laboral, que son a tiempo parcial y mal pagados que existen en grandes cantidades
(Bernstein, 2007).
5
Se plantea como la organización de los mercados destinados al sexo comercial, aglutinando propietarios, gerentes y
trabajadores (Piscitelli, 2011)
que activa niveles de actividades sexuales que están preestablecidos en ‘menús’ indicados
por la trabajadora.
Otro elemento que considerar sobre el mercado webcamer es cómo está integrado por la
tercerización de mano de obra bajo el modelo de la economía gig o de bolos que se vende así
misma bajo la noción de ser ‘freelancer’ donde la compañía es solo un intermediario dentro de
una gran cadena de bienes de servicio (Paul, 2019). Esto se ve reflejado en las remuneraciones
económicas a las trabajadoras sexuales. La redistribución de las ganancias depende del
tipo de modelo que se use. Por ejemplo, en las páginas webcam de privados se dividen las
ganancias en porcentajes: la trabajadora y el estudio que terceriza reciben el 35% del total,
el publicista 30%, la plataforma de pago 10%, los servidores 5%, los gastos operativos 5% y
ganancias de la página 15% (finanzas personales, 2018).
Esto se relaciona con la forma cómo el neoliberalismo se define de acuerdo con una
reestructuración económica que marca el resurgimiento de la economía de libre mercado. Para
aumentar la acumulación de riqueza, se han realizado esfuerzos concentrados para empujar
los salarios cada vez más bajos. Tales esfuerzos han contribuido al crecimiento significativo de
ciertos sectores, como el sector de servicios, así como a la expansión del "trabajo a domicilio" y
el trabajo por contrato, que son en su mayoría puestos precarios, a tiempo parcial y de bajos
salarios con pocos o ningún beneficio (Irving, 2008). Aunque la apropiación del capital con otras
relaciones de poder ha sido bastante estudiada desde sus intersecciones, suele obviarse que las
personas que no pasan como heterosexuales son los principales pilares de los “sectores hiper-
explotadores” de la industria sexual (Irving, 2008, pág. 52).
Por ejemplo, yo mandé a uno de estos sitios una foto con pelo corto y no me aceptaron y
después mandé la misma foto con una peluca y me aceptaron. Ese es un ejemplo banal. Pero
además hay una hegemonía de un cierto tipo de corporalidad femenina que muchas veces
excluye a las trans. Tenés que adaptarte al criterio de esa gente que andá a saber quién es y en
qué país está (Slucki, 2020).
Lo anterior da cuenta de cómo la entrada a los mercados webcam opera muchas veces desde
estereotipos que funcionan no solo para reducir a las mujeres trans a objetos sexuales para
la mirada patriarcal, sino también para reducirlas al nivel de valor de cambio (Sosa-Rubi,
& Cuadra, 2009). Los cuerpos trans están así regulados y disciplinados de acuerdo con las
estructuras dominantes que hacen que algunos sujetos trans sean más aceptables que otros
(Vartabedian, 2019).
Cam4 es la página webcam que se eligió para sumergirse desde la ciberetnografía6 crítica
en la búsqueda de analizar su estructura organizacional, económica, y hacer inteligible las
representaciones del cuerpo y del deseo de personas trans colombianas en este mercado
transnacional del sexo y el placer. Desde 2007 Cam4 se ha ido posicionando como una de
las plataformas webcam con mayor flujo de dinero, y una de las páginas más frecuentadas
del sector con un promedio de 18,5 millones de visitas diarias (La Opinión, 2020). Uno de los
factores que ha consolidado el éxito de esta plataforma es el hecho de contar con un formato
organizacional conocido como ‘freemium’. En este, voyeristas de distintos contextos pueden
acceder parcialmente a los lives de las modelos sin necesidad de crear un usuario de la página
o pagar por tener vistas del contenido de estas.
Aunque Cam4 ofrece shows privados a los que los espectadores pueden acceder mediante
el uso de tokens o fichas, la mayoría de los ingresos de las trabajadoras viene de establecer un
objetivo simbólico en tokens en su chat público para que los usuarios contribuyan y ‘activen’
distintos niveles de actividades sexuales. Así, el trabajo erótico en general se lleva a cabo
tanto en la performativa del show como en las salas de chat públicas, donde las webcamers
participan en la conversación buscando incitar a los usuarios a lograr la meta de tokens.
Es interesante el uso que hace la plataforma de realizar todas las transacciones entre
individuos y las trabajadoras con fichas o tokens en vez de optar por una moneda en
6
Varios autores han seguido el llamado de Arturo Escobar sobre las posibilidades de la etnografía para el campo de la
cibercultura al formular preguntas y respuestas más complejas de las transformaciones de las relaciones de la vida social
con el capital en el cambio de milenio (Segata & Rifiotis, 2016).
específico: son usadas para enviar propinas a webcamers, comprar regalos para estas,
pagar una consideración quid-pro-quo para acceder a un show privado interactivo o
realizar actos sexuales en vivo, y para comprar membresías que les permiten a los usuarios
mayores beneficios y contacto con estas. De esta forma, Cam4 se garantiza siempre un
precio estable a través del uso de una moneda ficticia que regula los procesos de ventas de
servicio, proveyendo la infraestructura de formación alrededor de las normas regulatorias del
capital que lo conforman a las nuevas integrantes de la página. Al fortalecer la noción de ser
sujetos viables dentro de las lógicas del mercado que ofrece Cam4, las personas transexuales
pueden ser vistas como sujetos neoliberales viables: han demostrado ser flexibles y
fluidas, autosuficientes y contribuyentes7 importantes para sus familias, lugares de trabajo,
comunidades y sociedades (Irving, 2008).
Acá se retoma el concepto de Rita Segato (2002) de que las identidades políticas son
diferentes a las alteridades históricas ya que responden a una agenda global hegemónica,
que exporta su estructura interna de fricciones y sus idiomas políticos para luego vender un
paquete de soluciones bien afinadas a la lógica del mercado y de la productividad que se
expande por los canales abiertos en el mundo «globalizado».
Para las plataformas webcams se ha señalado la importancia del "estudio del conjunto
de requisitos previos de los mecanismos que hacen posible el intercambio: los bienes y las
trabajadoras llegan al mercado ya calibrados, clasificados y medidos de muchas maneras"
(Niels van, et al., 2018, pág. 5). De hecho, los formatos y modelos organizacionales de Cam4,
así como sus espectáculos, operan a través de un conjunto de dispositivos de mercado u objetos
y técnicas que permiten la organización de industrias que transforman cuerpos y actuaciones
muy diversas en productos sexuales calculables y, por lo tanto, comparables. Este fenómeno se
incrusta en del proceso de la intrusión del capital dentro de los universos del deseo y el sexo.
Dichos dispositivos de mercado incluyen: interfaces gráficas en las páginas web que
contienen información sobre la edad de la modelo, su género y subgénero8, estado civil,
entre otras; la cantidad de espectadores que miran el programa; foto de perfil; puntajes
de satisfacción hacia la trabajadora y premios que ha ganado la modelo en vistas; también
aparecen los cuadros de chat que las trabajadoras pueden usar para comunicarse con sus
espectadores; y los algoritmos de las publicidades que emergen durante un espectáculo.
Sin embargo, dentro de esta arquitectura circunscrita, las trabajadoras pueden personalizar
sus perfiles, añadir descripciones de sí mismas que no están mediadas por la caracterización
7
Desde el 2018 se tiene en Colombia un impuesto por mecanismo de retención en la fuente sobre la industria webcam que
recauda alrededor de 50.000 y 100.000 millones de pesos en impuestos cada año (El Tiempo, 2019)
8
Con este modismo se busca hacer énfasis en cómo Cam4 crea subcategorías dentro del género como ladyboy, travesti,
t-girl, vinculadas al marketing del deseo, dialogando con la noción de Zahene Muholi de que “antes de saber sobre trans-
género, lo llamé un género dentro del género” (Baderoon, 2011, pág. 390).
exigida por Cam4, y categorizar de forma automática sus programas al asignarles hashtags
que los espectadores pueden usar al buscar actividades sexuales específicas.
En un análisis de los apartados que exige Cam4 a las modelos para caracterizar y clasificar
su género se encontró el uso de variables como marcadores potenciales del deseo de los
usuarios como son el grupo étnico, la nacionalidad, la orientación sexual, el color del cabello
y de los ojos, la longitud del cabello y la cantidad de vello corporal como se muestra en la
Tabla 1. Con esta tabla se busca examinar la forma en que se presentan a las trabajadoras
trans a los clientes potenciales a través de descripciones estáticas del tamaño de sus cuerpos,
atributos físicos, y tipologías trans, negociando el género y la sexualidad en relación con las
demandas culturales y socioeconómicas del mercado (Vartabedian, 2019). De esta forma,
la caracterización de los perfiles de las trabajadoras de Cam4 hace parte de la tendencia de
codificar la diversidad en bloques identitarios que segmentan y organizan las personas según
los catálogos del deseo del mercado, que buscan predecir o esperar grupos homogéneos
dentro de los espacios que en apariencia se venden ‘para el gusto de todos’ (Gieseking, 2017).
Tabla 1
Selección de apartados de la caracterización obligatoria de las trabajadoras Trans en la plataforma
webcam de Cam49.
Hispano/Latino
Indio
Asiático
Blanco/Caucásico
Grupo étnico
Nativo Americano
Negro/Ébano
Mezclado
Oriente Medio
9
Las respuestas que tienen énfasis en color gris corresponden a la selección de una muestra de 11 webcamers trans de
Cam4 frente a las categorías de caracterización de los perfiles, proceso exigido por la plataforma.
Gay
Bisexual
Orientación sexual Heterosexual
Bicurioso
Desconocido
Negro
Rubio
Castaño
Color de cabello Pelirrojo
Blanco
Gris
Calvo
Largo
Mediano
Longitud del cabello Corto
Afeitado
Calvo
Afeitado
Normal
Vello corporal
Peludo
Poco
Marrón
Negro
Avellana
Color de ojos Gris
Azul
Verde
Otro
Es interesante apuntar que al crear una cuenta en Cam4, sea para realizar espectáculos
o como usuario, una vez se llena el apartado del género, este no puede ser modificado a
menos que se cree otra cuenta nueva. Así, hay incluso otros apartados de la caracterización
que aparecen en los perfiles de las trabajadoras sexuales que varían por la condición de
género. Esto se refleja en la Tabla 2 que compara las secciones de tipo de cuerpo, tamaño
(pene/pechos) y la clasificación del tipo de rol que asumen el género para las trans y mujeres.
Esta construcción de categorías de género y tipologías del cuerpo crea muchos desafíos
para las trabajadoras sexuales trans, incluida la falta de reconocimiento para algunas como
mujeres, el estigma frente a sus cuerpos al exaltar el pene, y enfatizar las experiencias de las
operaciones como marcador de las identidades trans.
Tabla 2
Cruce comparativo de apartados de la caracterización que varían por la condición de género de las
trabajadoras webcam colombianas en la plataforma Cam4
Variable de la
caracterización que Trans Mujeres
cambia por el género
Atlético BBW (Big Beautiful Woman)
Delgado/pequeño Con Curvas
Tipo de cuerpo Normal Flaca
Más que lo normal Mediano
Grande Atlético
Grande Muy pequeño
Mediano Pequeño
Pequeño Mediano
Tamaño Pene Pechos
Monster Grande
Post Muy grande
Operación
Teen +18
Lady boy
Babe
Milf (Mama I'd Like to Fuck)
Travesti
Ama de casa
Emo
T-girls
Clasificación Goth
Madura
Pre-operación
Abuela
Domina
Post-operación Sumisa
Embarazada
Esta forma empresarial como marco de creación de cuerpos segmentados y alineados a los
algoritmos de búsqueda de los usuarios no implica un borramiento completo de las formas
propias de representación de las identidades trans. Es decir, los significados sociales alrededor
de las trabajadoras trans no se crean a través de la transferencia directa y unidimensional
de las infraestructuras empresariales de las páginas webcam a los cuerpos y la conciencia de
los miembros de la sociedad. Las identidades encarnadas, como la trans, son el resultado de
complejas amalgamas de procesos históricos de dominación, explotación y agencia, caso que
se expone en el siguiente apartado.
Las tecnologías digitales están cambiando los trabajos que apelan a cierto tipo de estética
e identidad, donde la remuneración económica se intercambia por una cualificación de
la experiencia emocional y física. Esto hace que la auto-representación esté cada vez más
mediada por el marketing del cuerpo y las búsquedas de las industrias del sexo de codificar
los gustos en catálogos del placer. Feona Attwood (2007) argumenta que podemos dar
sentido a las nuevas formas de imagen e identidad que funcionan como parte de un cambio
hacia la comprensión de la identidad en términos de una autenticidad escenificada, que
combina el "deseo de lo real, la fetichización de lo real, la resignación al hecho de que lo real
es siempre evasivo, divertido en la falsificación y celebración de las delicias del juego de roles
y la performance” (Attwood, 2007, pág. 452).
Esto se evidencia en el nombre que se asignan las trabajadoras trans en las plataformas
webcam que imitan el de actrices porno, personajes de películas y juegos de palabras
excitantes. Esa apropiación de códigos de representación “convencionales” asociados con
las celebridades que trabaja para embellecer y exaltar a las modelos, tiene el efecto de
apoyarse en la trayectoria histórica de personajes que ya se han consagrado en la industria
del entretenimiento; y simultáneamente de abrir una brecha en las imágenes pornográficas
que "objetivan" y “despersonalizan a sus sujetos” al mostrar que ellas son más que de "solo
cuerpos" (Attwood, 2007, pág. 449).
La fluidez que permiten las categorías que usa la plataforma Cam4 es que son un
receptáculo de interpretaciones que pueden verse como homogeneizadoras y ordenadoras
de vidas y cuerpos, como también abiertas a ser interpeladas y usadas como catalizador para
promoverse en un mercado muy competitivo. Así, emerge la necesidad de abordar al trabajo
sexual como un fenómeno expansivo, más que delimitado y estático (Bernstein, 2007).
En la página de Cam4 cada trabajadora tiene un perfil donde hace los shows en vivo, en
este ellas tienen la opción de poner una descripción de sí mismas, donde muchas plasman los
hobbies que les gusta realizar en su tiempo libre, las partes de su cuerpo que más disfrutan,
la expectativa de encontrar su “chico ideal”, las normas de trato y respeto en el chat público,
entre otras. Este espacio puede verse como una apropiación de las trabajadoras de la
plataforma para mostrarse más allá de los servicios sexuales y la clasificación de los cuerpos,
emergiendo como composiciones propias de circunstancias, deseos y expectativas. En el
siguiente ejemplo, Morgan hace énfasis en la importancia que tiene que los usuarios respeten
su trabajo y valoren lo que ella hace, así como hacer las fantasías de los usuarios realidad:
Hola, me llamo Morgan y quiero decirte que me encantan los videojuegos, el baile y que soy muy soñadora.
Me gustan los hombres educados y divertidos. Me hace muy feliz escuchar las fantasías de mis seguidores y
pensar que puedo jugar con ellos y hacerlos realidad. Lo que más me gusta es ver feliz a las personas que me
rodean, eso es muy importante para mí, tanto que trato de hacer que cada persona sonría a mi lado. Soy muy
sencilla y complaciente siempre y cuando me divierto mucho también. No me gusta que me engañen y que no
valoren mi trabajo, hago todo lo posible para que mis seguidores se sientan bien, pero sé que hay algunos que
no valoran todo esto (Cam4, 2020).
También se encuentra que muchas trabajadoras trans que se presentan desde la estética
altporn o porno alternativo, construyéndose desde un híbrido que combina connotaciones de
sensualidad de su cuerpo con frases que las identifica como geeks, a la vez que glamurosas
y de afinidad a comunidades sociales particulares. Este es el caso de Melanie_hard quién
muestra primero los atributos de su personalidad y de actividades más allá de la esfera de
“trabajadora sexual”, y posteriormente narra cómo se especializa en roles de videojuegos y
superhéroes. También, es importante el énfasis que hace en que su trabajo sea remunerado,
mostrando una política propia con respecto a los clientes:
Soy una mujer fuerte, poderosa y sobre todo amorosa. Me gusta conocer gente nueva y divertirme, amante
del buen sexo y los hombres amables, soy de mente abierta, me gustan todo tipo de cosas diferentes, pero
divertidas. Mis pasatiempos favoritos son: salir a caminar, sentarme en un parque para ver el escenario o
todas esas cosas que hay a mi alrededor (…) Me encanta jugar videojuegos, ver dibujos animados. Además, me
gustan los superhéroes y los villanos, los disfrazo. Entonces, si me visitas, sientes que estás en un videojuego.
Evite sus solicitudes sin pagar primero, cam4 es mi único trabajo, es por eso por lo que sus propinas son
importantes. No suplique. ¡Bienvenido a mi habitación! (Cam4, 2020).
Esto muestra cómo las trabajadoras de Cam4 crean una imagen de ellas mismas que pasa
por procesos de selección de gustos. Al respecto, Bourdieu señala que "el gusto clasifica y
clasifica al clasificador. Los sujetos sociales, clasificados por sus clasificaciones, se distinguen
por las distinciones que hacen, entre lo bello y lo feo, lo distinguido y lo vulgar, en las que
se expresa o traiciona su posición en las clasificaciones objetivas” (Bordieu, 1984, pág. 6).
Por tanto, la producción de imágenes y descripciones propias también está pensada para
encaminar al consumo, pero a diferencia de las categorías que caracterizan a las trabajadoras
por parte de Cam4, esta sección destaca un conjunto de preocupaciones con la estética sexual,
la autenticidad y la autoexpresión, constatando que en el trabajo sexual es más probable
que implique la vida erótica y emocional "privada" de uno que otras ocupaciones (Bernstein,
2007).
Esto no solo se ve en el plano textual de las descripciones sino también en las fotos de
perfil de las trabajadoras. En estas, ellas apelan a la creación de toda una puesta en escena
específica, que indica formas propias de representación: usan foto estudios y se disfrazan;
otras crean una performance propia que las identifica frente a sus clientes con poses
provocativas; y otras optan por fotos que exalten su rostro. Esta autenticidad derivada de las
fotos de perfil viene de mano de la idea de que la "personalidad" de las modelos se puede
hacer más inteligible a través de la "imagen" (Attwood, 2007, pág. 449).
También algunas trabajadoras apelan a la noción del cuerpo como un lienzo, donde sus
tatuajes y piercings también hacen referencia de forma continua al estilo individual y a la
pertenencia a comunidades particulares. Esto se evidencia en el perfil de danielacute1, quién
también evidencia unas expectativas de comportamiento de sus clientes y como esto tiene
un efecto en su placer:
Soy una chica muy amigable, me encanta hablar y tener conversaciones interesantes, soy muy atenta con
quien me importa, me gusta mucho bailar, socializar con todo tipo de personas, soy espontánea, me encanta
tratar con respeto a todos para obtener lo mismo. Me gusta jugar voleibol, entrenar en el gimnasio, patinar.
Me encanta la música electrónica, bailar de forma sensual. Deseo algún día conocer a mi Príncipe Azul,
alguien que me llene de detalles, que realmente se enamore de mí, con todos mis defectos y virtudes, y que me
enamore de palabras y detalles hermosos todos los días. Me encantan los tatuajes, tengo más de 3 tatuajes
ahora, pero tendré muchos más. Fumo y bebo ocasionalmente. Me emociono cuando sé que los chicos me
miran masturbarme, cuando me hablan bien, cuando me complacen y me tratan como a una reina, ¡me mojo
tanto! Me apaga cuando la gente me trata mal, cuando dice palabras feas, cuando me dejan en medio del
espectáculo; No me gusta la grosería en mis páginas (Cam4, 2020).
Consideraciones finales
La pandemia ha develado las desigualdades estructurales de las sociedades, así como la
capacidad de plasticidad ejemplificada en el tránsito que han tenido algunas trabajadoras
sexuales trans a plataformas webcam debido a la estigmatización del contacto, las medidas de
cuarentena y violencia sistémica. En ese contexto no entran todas: se requieren unas condiciones
materiales mínimas, unos cuerpos deseables por las plataformas y los usuarios, y un conocimiento
tecnológico del uso y manejo de estas.
De esta forma, se abordaron las relaciones de poder que subyacen en la ligazón de las trabajadoras
sexuales con las plataformas webcam, incluyendo el estudio del discurso como un fabricante de
identidades y cuerpos deseables, desde la comprensión más amplia de las intersecciones del capital
con la vida. Esto se logró mediante el análisis de los numerosos componentes que comprenden
la esfera de lo productivo: incluido el cuarto propio desde el trabajo webcam, el ciberespacio y el
cuerpo, así como otros vectores de poder como el sexo y el género.
A pesar de que el debate sobre las formas de representación sexual necesita abordajes
más amplios de los que se presentan en este trabajo, se ha hecho evidente por varios autores y
Estas propuestas apuntan a invitar a las trabajadoras sexuales de las plataformas webcam
"a expresarse y dar su opinión sobre cómo se presentan" y que se las retrate "como seres
multidimensionales”, con intereses que se mueven también más allá de la esfera de lo sexual
(Attwood, 2007, pág. 450). También, que se desafíen las convenciones de belleza, tipo y estilo
de cuerpo y oponerse a los estereotipos y actitudes discriminatorias y violentas sobre la raza, el
cuerpo, la clase, el género y así la orientación sexual. De esta forma, la apuesta a continuar es
buscar iluminar las representaciones en fuga de la agenda global homogeneizadora.
Bibliografía
De la Mata, N. (2020, abril 6). Pandemia, estado de alarma y suspensión de libertad. Retrieved from
https://almacendederecho.org/pandemia-estado-de-alarma-y-suspension-de-libertad
Attwood, F. (2007). No Money Shot? Commerce, Pornography and New Sex Taste Cultures.
Sexualities Vol 10(4), 441–456.
Augé, M. (2000). LOS «NO LUGARES» ESPACIOS DEL ANONIMATO Una antropología de la
Sobremodernidad. Barcelona: España: gedisa.
Baderoon, G. (2011). "Gender within Gender": Zanele Muholi's Images of Trans Being and
Becoming. Feminist Studies 37, 390-416.
Bernstein, E. (2007). Sex Work for the Middle Classes. Sexualities Vol 10(4), 473–488. Bordieu, P.
(1984). Distinction A social Critique of the Judgement of Taste. Cambridge: Harvard University Press.
Brad. (2019, diciembre 15). Best Adult Cam sites. Retrieved from https://bestadultcamsites.com/cam4/
EFE. (2020, mayo 7). Los servicios de sexo por webcam hacen su agosto con la cuarentena. Retrieved from
https://www.elinformador.com.co/index.php/sociales/54-entretenimiento/231665-los-servicios-
de-sexo-por-webcam-hacen-su-agosto-con-la-cuarentena?cf_chl_jschl_tk=28e5827381e9d9f6fe
d8833f307e17c713c5f64c-1588891345-0-AS4eq7urK5OD4f_gPzO2Ep2nZi0DxkYmKGqHg
El Espectador. (2020, mayo 3). Burlas, discriminación y puñaladas: la violencia que revela el Pico y Género.
Retrieved from https://www.elespectador.com/noticias/nacional/burlas-discriminacion-y-
punaladas-la-violencia-que-revela-el-pico-y-genero-articulo-917657/
El Tiempo. (2019, julio 22). Modelos 'webcam', a pagar impuestos Esperan recaudar entre 50.000
y 100.000 millones de pesos cada año por cuenta de estos pagos. Retrieved from https://
www.eltiempo.com/economia/sectores/modelos-webcam-a-pagar-impuestos-en-
colombia-391514
El Tiempo. (2020, abril 11). Organizaciones de personas trans rechazan medida de ‘pico y género’.
Retrieved from https://www.eltiempo.com/bogota/organizaciones-de- personas-trans-
rechazan-medida-de-pico-y-genero-en-bogota-482746
Figueroa, M. G. (2013). Displaced looks: The lived experience of beauty and racism. Feminist
Theory 14(2), 137–151.
Finanzas personales. (2018, mayo 25). ¿Todavía es rentable trabajar como modelo webcam? Retrieved
from https://www.finanzaspersonales.co/trabajo-y- educacion/articulo/webcam-cual-es-
el-negocio-de-las-chicas-webcam-y- cuantMedia%20Buyero-ganan/76375
Guattari, F., & Deleuze, G. (1976). “Capitalismo y esquizofrenia”. (Entrevista con Vittorio
Marchetti). In F. G. Basaglia, La otra locura. Mapa antológico de la psiquiatría alternativa (pp. 55-
71). Barcelona: Tusquets.
Haritaworn, J., Kuntsman, A., & Posocco, S. (2014). Queer Necropolitics. Nueva York: Estados
Unidos: Routledge.
Hubbard, P., & Prior, J. (2012). Out of sight, out of mind? Prostitution policy and the health, well-
being and safety of home-based sex workers. Critical Social Policy 33 (1), 140–159.
Infante, C., Sosa-Rubi, S. G., & Cuadra, S. M. (2009). Sex work in Mexico: vulnerability of male,
travesti, transgender and transsexual sex workers. Culture, Health & Sexuality No. 2, 125–137.
Internacional, A. (2020, febrero 5). Siete maneras en que el coronavirus afecta a los derechos humanos.
Retrieved from https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/02/explainer-seven-ways-
the- coronavirus-affects-human-rights/
La opinión. (2020, abril 19). Modelos webcam se reinventan en medio de la pandemia. Retrieved from
https://www.laopinion.com.co/economia/modelos-webcam-se-reinventan-en-medio-de-
la-pandemia-194975#OP
La Silla vacia. (2020, abril 2). Los desalojos muestran la cara más cruda de la pobreza en cuarentena.
Retrieved from https://lasillavacia.com/silla-cachaca/los-desalojos- muestran-cara-mas-
cruda-pobreza-cuarentena-76086
Niels van, D., & Olav, V. (2018). A good hustle: the moral economy of market competition in adult
webcam modeling. Journal of Cultural Economy, 1-18.
Paul, M. S. (2019). The gig-economy and the impact on the millennial generation. Leeds: Leeds
University.
Piscitelli, A. (2011). ¿Actuar la brasileñidad? Tránsitos a partir del mercado del sexo. Etnográfica 15
(1), 5-29.
Puentes, J. (2020, mayo 2). Pico y género: más violencia y vigilancia sobre la población trans. Retrieved
from https://pacifista.tv/notas/la-discriminacion-que-le-ha- tocado-vivir-a-la-poblacion-
trans-por-el-pico-y-genero/
Salas, L. (2020, marzo 31). Modelos ‘webcam’: ¿prostitución o trabajo formal? Retrieved from El Tiempo:
https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/modelos-webcam-prostitucion-o-
trabajo-formal-478902
Segato, L. R. (2020, abril 14). Coronavirus: Todos somos mortales. Del significante vacío a la naturaleza
abierta de la historia. Retrieved from Coronavirus: Todos somos mortales. Del significante
vacío a la naturaleza abierta de la historia
Segato, R. L. (2002). Identidades políticas y alteridades históricas Una crítica a las certezas del
pluralismo global. RUNA, Archivo Para Las Ciencias Del Hombre, 23(1, 239-275).
Slucki, J. (4 de mayo de 2020). Trabajo sexual en cuarentena: crisis para muchas, sexting para pocas.
Obtenido de baenegocios: https://www.baenegocios.com/sociedad/Trabajo- sexual-en-
cuarentena-crisis-para-muchas-sexting-para-pocas-20200504-0047.html
Vartabedian, J. (2019). Bodies and desires on the internet: An approach to trans women sex
workers’ websites. Sexualities Vol. 22(1–2), 224–243.
Zafra, R. (2011). Un cuarto propio conectado. Feminismo y creación desde la esfera público-
privada online. Asparkía, Investigació Feminista Núm. 22, 115-129.
15. Dr. Mario Alberto Álvarez, Universidad San Buenaventura de Cali, Colombia.
16. Msc. José de la Cruz Díaz, Instituto Educativo Dolores del Rio, México.