Educación Subversiva
Educación Subversiva
Educación Subversiva
Hay que tomar en cuenta que toda educación se constituye sobre saberes
históricos, sobre una filosofía cincelada por procesos sociales. Que interactúan y
entran en tensión a partir de una diversidad de proyectos civilizatorios. Para el
análisis de la educación es necesario “especificar desde dónde se habla para
entender la diversidad de [saberes], percepciones y estrategias, o la ausencia
relativa de las mismas.”2
Más que “la Educación”, las cuestiones sobre las cuales hay que deliberar son las
relaciones que anidan en ella. Relaciones amasadas históricamente por el choque
de fuerzas, esto es, por relaciones de poder. No hay una educación enmarcada en
su pureza por un programa político económico, sino como resultado de políticas
públicas que han sido enmarcadas por luchas sociales. Por tanto, la educación
que se instituye es aquella que se da por los posicionados y empoderados en la
“revolución institucional”. No obstante, en los sujetos siempre hay una
superposición, traslape e interpenetración de distintos proyectos educativos. Está
la educación que impone el Estado y también la educación que se vive en relación
a un entorno familiar y vecinal, muchas veces étnicamente distinto, culturalmente
antagónico o subversivo. Proyectos educativos, saberes específicos dirigidos a
fines concretos, que se enfrentan a otros proyectos civilizatorios y manifiestan una
educación para la subordinación o para la emancipación.
1
Aquí estoy parafraseando a Foucault, Michel, Genealogía del racismo, Editorial Altamira, Argentina, 1996,
Colección Caronte Ensayos, p. 107. En lugar de estudiante libertario dice el príncipe, y en lugar de saber
libertario sólo dice saber.
2
Ceceña, Ana Esther, Derivas del mundo en el que caben todos los mundos, Siglo XXI- Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales, México, 2007, p. 14.
1
En consecuencia, no sólo el poder y la política sino también la educación debe ser
analizada en términos de lucha, de enfrentamientos y de guerra. Parafraseando a
Foucault, la educación es la consecución de la guerra por otros medios. De esta
forma las modificaciones en los programas educativos desde el nivel preescolar
hasta el universitario serían descifradas como episodios, fragmentaciones,
cambios de lugar de la guerra misma. De este modo estamos hablando de una
educación para la guerra enmascarada como educación para la paz. 3
El trabajo universitario tiene, por tanto, el compromiso de liberar los saberes y
subvertir los dispositivos de control. Una subversión o insurrección de los saberes,
contra los efectos de poder centralizadores dados a las instituciones y al
funcionamiento de un discurso científico organizado dentro de una sociedad de
control, como lo señala Foucault, así como también contra los contenidos, los
métodos y los conceptos de su ciencia.4
En la educación instituida hay saberes ocultos que chocan y se traslapan en la
relación pedagógica maestros-alumnos. Esta se manifiesta en la universidad en us
casos extremos como preparación en la técnica de explotación tanto de la
naturaleza como de los pueblos, de los cuales surgen los principales dirigentes de
los partidos político; y por otra parte universitarios comprometidos con las causas
populares de liberación nacional. De aquí surgen intelectuales comunales y líderes
sociales.
Ambas prácticas generan su propia legitimidad. Pero en tanto están en lucha, una
de ellas será catalogada como ilegal. Una será educación y otra será corrupción.
Pero todo depende desde dónde se descalifique a una. Hay una educación visible
y otra invisible. Pero en un “diminuto acto de desafío simbólico, aparentemente
trivial…revela la existencia de un espacio político mayor, desencadena una
repentina explosión de afirmaciones y reclamaciones temerarias”. 5 Oficialmente,
hay una serie de ritos de pureza y de contaminación que rige el contacto entre los
antagonistas. Lo que importa es que no se hagan declaraciones, ni
manifestaciones explícitas de esos saberes en contienda que atenten
3
Cfr., Foucault, Michel, Op. cit., p. 25.
4
Ibidem, p. 19.
5
Scott, James C., Los dominados y el arte de la resistencia, Ediciones Era, México, 2007, p. 264.
2
públicamente contra la versión oficial de la educación. 6 Por ello podemos ver
expulsiones y también menciones honorificas.
Para los alumnos hay una serie de prohibiciones, que tienen su explicación e
importancia en y para la cultura dominante. El interés consiste en que los alumnos
sepan repetir lo que el maestro sabe. Por tanto el maestro sabe y los alumnos son
ignorantes. Hay pues una jerarquía de saberes. 7 Podemos ver que esta jerarquía
también se delimita por el grado de individualidad de los actores, por tanto, de
alejamiento con los pueblos. Mientras más individual más “occidental”, por tanto
más erudita será para la educación instituida. Será el más calificado, el más
competitivo y tendrá un nivel más alto en la jerarquía con respecto a sus
compañeros. La competencia subordina y tiende a eliminar a los otros
competidores del bien común. El que elimina adquiere mayores beneficios
materiales y una aparente mayor felicidad. Las mentalidades sociales de los
oprimidos ven en el dominador la imagen de la felicidad. El poder tiene una
fascinación que lleva a su reproducción en todas las escalas. Genera un habitus,
retomando a Bourdieu, de dominación y opresión mental y física, individual y
colectiva.8 Al hacer “que un cuerpo…sea identificado como individuo, es ya uno de
los primeros efectos de poder. […] en la medida en que es un efecto suyo, es el
elemento de composición de poder. El poder pasa a través del individuo que ha
constituido”.9 Disciplina alienado para que en él se reproduzcan los patrones de
dominación contra los que aún no son especializados. La concepción capitalista
del mundo y de lo real se inscribe en este marco de una sociedad escindida de
manera antagónica entre las fuerzas de dominación y de la resistencia. 10
Hay ideologías educativas como ideologías del poder pero lo que se encuentra en
la base, sobre lo que se fundan estos, son instrumentos efectivos de formación y
acumulación de saber, métodos de observación, técnicas de registro,
6
Ibidem, p. 77.
7
Lenkersdorf, Carlos, Filosofar en clave tojolabal, Porrúa, México, 2002, p. 60.
8
Ibidem, p. 11.
9
Cfr., Foucault, Michel, Op. cit., p. 32.
10
Cfr., Ceceña, Ana Esther, Op. cit., p. 14
3
procedimientos de investigación, aparatos de verificación. Es decir, operadores
materiales, formas de sujeción, conexiones, técnicas y tácticas de disciplinamiento
y dominación.11 Éstas hay que socavarlas, subvertirlas, para carcomer la opresión
desde sus raíces más profundas.12 De lo contrario sólo repetiremos lo que ya nos
ha interiorizado el Estado: pensar que somos la vanguardia educativa y que los
otros están errando en la forma en que avanzan y muestran el camino a sus
generaciones. Esto lo vemos en las técnicas de adiestramiento dadas en la
formación ideológica –nacionalista- que el Estado impone, igualmente lo vemos en
los cuadros políticos de la derecha y de la llamada izquierda; no sólo en ellos sino
que también en los movimientos sociales y armados. Se siguen reproduciendo los
dispositivos de control que vienen desde la colonia.
11
Ibidem, p. 35.
12
Cfr., Ceceña, Ana Esther, Op. cit., p. 14
13
Cortés pisa tierras mexicanas en el año de 1519, en las costas de la hoy llamada Veracruz. Su presencia en
estas tierras tuvo un desenlace trágico. Constantes ataques, negociaciones, alianzas y traiciones.
14
Cfr., Semo, E., México, Un pueblo en la historia, México, Alianza Editorial, 1990, pp. 197-208.
4
Palabras de los doce franciscanos Palabras de los doce “sacerdotes
Nos encomendó, nos confió el trabajo, el gran indígenas”
gobernante en las cosas divinas, para que con Vosotros dijisteis que nosotros no conocíamos
palabras divinas os enseñáramos, os pusiéramos en al Dueño del cerca y del junto.
alto la tea, la luz, os abriéramos los ojos, os […]
despertáramos los oídos, de suerte que pudierais Habéis dicho que no son verdaderos dioses los
conocer a él Dios verdadero, señor que gobierna, en nuestros. Nuestra palabra es esta, la que
todas partes, en el cielo, en la tierra, en la región de habláis y por ella estamos perturbados, por ella
los muertos.15 estamos espantados. Porque nuestros
[…] progenitores, los que vinieron a ser, a vivir en la
Pero vosotros porque no habéis adorado [al verdadero tierra, no hablaban así. Ellos nos dieron su
Dios] no habéis sabido dejar a los malvados, al que norma de vida.
engaña a la gente. Porque nunca habéis escuchado la […]
reverenciada palabra de Dios, ni teníais el libro divino, Y ahora, nosotros, ¿destruiremos la antigua
la palabra divina. regla de vida?
[…] […]
Desde entonces estáis ciegos, estáis sordos, como en No podemos estar tranquilos, y ciertamente no
el tiempo de oscuridad, en lugar tenebroso vivíais. Por lo seguimos, eso no lo tenemos por verdad, aun
esto no son muy grandes vuestras culpas. cuando os ofendamos.
Pero ahora si no queréis escuchar, el reverenciado Aquí están los que tienen a su cargo la ciudad,
aliento, la palabra de Dios… mucho es lo que los señores, los que gobiernan, los que llevan,
peligraréis, Y Dios que ha comenzado vuestra ruina, la tienen a cuestas al mundo. Es ya bastante que
llevará a término, entonces del todo pereceréis.16 hayamos dejado, que hayamos perdido, que se
[…] nos haya quitado, que se nos haya impedido, la
Ésta es la palabra muy verdadera. […] Todo esto es estera, el sitial [el mando].
palabra divina y nosotros sabemos que muchos son Si en el mismo lugar permanecemos,
vuestros engaños, que os dejaron vuestros padres. De provocaremos que [a los señores] los pongan
ello nada hay recto, nada verdadero, nada digno de en prisión.
creerse, todo eso es sólo palabras vanas. Pero todo lo Haced con nosotros lo que queráis. Esto es todo
que os decimos, todo está en el libro divino, allí está lo que respondemos, lo que contestamos a
pintado.17 vuestro reverenciado aliento…18
Siempre hay que preguntarse al igual que Foucault, ¿qué sujetos hablantes,
discurrentes, qué sujetos de experiencia y de saber queréis reducir a la minoridad
cuando decís: ´Yo que hago este discurso, hago un discurso [verdadero] y soy un
científico?19 La verdad que se imponen como totalidad niega todo otro saber y
pronuncia “una verdad que sólo puede desplegarse a partir de su posición de
lucha o de la victoria que quiere obtener, del algún modo, en el límite de la misma
supervivencia del sujeto que habla”. 20 Aquí se revela el surgimiento del conflicto
inter-ético o intercultural que horadará el imaginario social de indígenas y no
indígenas. Sin embargo se impone una moral y una normatividad educativa que
tiene por fin enajenar un “Nuevo Mundo” en el sistema mundo. La categorización
15
Sahagún, Fray Bernardino de, Coloquio y Doctrina Cristiana, Edición facsimilar de Miguel León Portilla,
México, UNAM, 1986, p. 115.
16
Ibidem, pp. 159 y 161.
17
Ibidem, pp. 193 y 195.
18
Ibidem, pp. 147 y 155.
19
Foucault, Michel, Op. cit., p. 20. En lugar de verdadero dice científico.
20
Ibidem, p. 49.
5
del otro como “indio” impulsó una conciencia racista, amparada en una gramática
jusfilosófica de sometimiento. Los reyes, los clérigos, filósofos y juristas se
ocuparon de justificar y legitimar la colonización. 21 Así, la historia habla y en ella “el
que habla, …el que cuenta la historia, el que reencuentra la memoria y conjura los
olvidos, está necesariamente…situado de un lado o del otro: está en la batalla,
tiene adversarios, se bate para obtener una victoria particular”. 22
6
Los conflictos de saber que socaban la educación estatal se desborda en
conflictos y violencia entre colectivos universitarios que socaban la revolución
instituida como ciencia educativa.
Para subvertir una educación de dominación y alienación, “para descolonizar el
pensamiento y generar visones emancipadas de la realidad hace falta más que
pensarse desde el margen o desde el subdesarrollo, es preciso pensarse más allá
de ese sistema de relaciones e imaginarios sustentados en la polaridad”. 26 Más
allá de la polaridad está la comunalidad, enraizada en la cosmovisión de los
pueblos originarios de este México abigarrado. Una educación sin centros ni
jerarcas condición de posibilidad de una educación por la dignidad humana. Pues
de lo contrario estaremos hablando de una educación de contención, corrupción y
disciplinamiento a normas y proyectos civilizatorios enmarcados por las relaciones
de fuerza y luchas por el poder.
Las universidades tienen el compromiso de desnudar y transformar todo
disciplinamiento opresivo en los saberes. De lo contrario las universidades no
serían más que grandes aparatos de control social, uniformidad de saberes,
desarrollo de tecnologías de poder, control topográfico de los variados planos y
prolongaciones, que tienen ante todo una función de selección tanto de individuos
como de saberes. Allí la selección de saberes se ejerce a través de formas
monopólicas; donde de hecho y de derecho un saber no ha nacido sino se formó
dentro del campo institucional constituido por la universidad y los organismos
oficiales de investigación. El saber de los pueblos originarios, considerado un
saber en estado salvaje, nacido en otra parte es automáticamente, sino excluido
del todo, por lo menos descalificado a priori. 27 La educación estatal sólo se
propone preparar a los alumnos para un aspecto muy particular de la realidad. Se
enfatiza la competitividad en lugar de dar solución comunitaria a una necesidad
social. Los problemas en la vida real, apunta Carlos Lenkersdorf, son tales que
requieren la mejor solución y para esta se recomienda la colaboración de la
comunidad y no al individuo aislado.28
26
Ceceña, Ana Esther, Op. cit., p. 61.
27
Cfr., Foucault, Michel, Op. cit., pp. 150 y 151.
28
Lenkersdorf, Carlos, Op.cit., pp. 60-62.
7
¿De qué bases partiría una educación comunal?
De la historia, de la memoria en relación con el presente, es decir, con prácticas y
saberes de liberación; que muchas veces retoman sus principios y postulados de
la tradición cultural. Por ejemplo la de los pueblos nahuas, mixes o tojolabales. En
sus saberes se exhorta a una nueva apertura en las conformaciones del saber, a
una nueva apertura de la memoria, a una toma de conciencia, a reencontrar el
conocimiento y el saber comunal. Hay que encontrar, por estas razones, el status
de los saberes de los cuales fuimos desposeídos, que no hemos ni siquiera
buscado poseer. Pues la batalla, nos explica Foucault, no pasa sólo a través de
las armas sino a través del saber y la memoria. 29 Allí la educación tiene un papel
fundamental.
¿Qué entender por educación desde la cosmovisión nahua? Hay que recurrir a la
lengua pues en ella viven saberes que se pretendían sepultados. Encontramos el
verbo Izcaltia y teixtlamachtilia.
En primera teizcaltilliztli, educación, de Izcaltia tiene el sentido de “propiciar el
desarrollo y la fructificación del maíz que se siembra. Proceso que –en una
aplicación del símil hombre-maíz- se equipara terminológicamente con la crianza y
educación de los niños.”30 Por lo que educar es hacer que el ser humano
fructifique en todos los aspectos de la vida, que sea alimento para la comunidad,
que alimente con el ejemplo, la fuerza de voluntad, que haga fértil la tierra y
satisfactoria la casa: el calpolli, “la familia, el barrio”. Que dignifique a la
comunidad en lo comunal.
En segundo, Teixtlamchtiliztli. Proviene de te-, gente; -ixtli, rostro; tlamachtilia de la
raíz machtia, que a su vez toma sentido de la raíz mati: saber, conocer, sentir.31
Donde se funden en un mismo núcleo semántico dos nociones que se excluyen
radicalmente en la educación occidental: el conocimiento y el sentimiento. Lo cual,
a su vez, se refiera al difrasismo de el rostro, el corazón: In ixtli in yollotl: la
personalidad. Pero no se refiere a una personalidad individual sino comunitaria.
29
Cfr., Foucault, Michel, Op. cit., p. 128.
30
A. Lupo, La tierra nos escucha, México, INI, 1995, p.220
31
Rémi Siméon, Diccionario de la Lengua Nahuatl o Mexicana, S.XXI, México, 4ª edición, 1984.
8
Teixtlamchtiliztli significa, por tanto, “el hacer saber, hacer sentir, hacer conocer el
rostro, el corazón comunal de la comunidad”.
9
principios es un buen médico, remedia las cosas, guarda la tradición, la
enseñanza, aconseja y amonesta. Hace a los otros tomar y desarrollar el rostro y
el corazón. Hace florecer el territorio. Humaniza el querer. Conforta el corazón,
ayuda y contenta respondiendo a los que se allegan a él. Cura y se cura al
enseñar y aprender a crear un poco más de tiempo para vivir en comunalidad. 34
Pues sólo en y por ella merecemos vida. Por ello en la antigüedad a la humanidad
de esta región cultural se le concibió como los merecidos: macehualtin. En el
merecer se da la comunidad, relación que hace posible el saber y praxis del don.
En la tradición nahua no hay amor al saber porque el saber es una forma de amar.
Educar más que disciplinar es amar y guiar. No es un saber puro y cerrado, es la
búsqueda de una razón que se muestre como guía para que los otros puedan
caminar y avanzar un paso más allá de lo que uno ha avanzado. Educar es donar
saber y saber es crecer impulsando el crecimiento de los otros en comunalidad. El
rostro, el corazón de la comunalidad es posible en su complejidad. Su lectura es
un entrar y salir de saberes, visiones, sentimientos y deseos. La pretensión de una
comunal y humanizante educación desde un núcleo cultural determinado en el
bordado epistemológico es lo que podemos denominar, más que verdad filosófica,
pretensión filosófica de verdad. Si tal nudo epistemológico sirve para reproducir la
vida y el encuentro intercultural hermanado con la naturaleza de nuestros
territorios servirá para vivir más allá de la dominación. Por ello los Universitarios
deben aprender de los saberes comunales.
Con memoria lo comunal triunfa sobre el paso del tiempo y sobre el olvido
individual. Herman@, no importa la frontera geográfica que nos distancie, no
olvides tu historia y todos aquellos que se han ofrendado para que merezcas un
mundo y lo hagas florecer. Quieres educar comunalmente, entonces proyecta tus
pensamientos y tus acciones para el bien común, para que se reproduzca la vida y
se comparta con el otro. El otro puede ser un vagabundo que llegue a la puerta de
tu hogar y te pida alimento. Es alguien que te pide compartas tu saber, tu
34
Ibidem, pp. 89 y 90.
10
experiencia y tu sentir. Quieres ser comunal da pan al hambriento, agua al
sediento, ropa al desnudo, amor al abatido, vida al saber excluido. Trabaja la
tierra, siembra. Sé un digno merecedor de la vida como lo es la tierra que día con
día te da todo de sí sin pedir más que tu amor y respeto. No destruyas a tu
hermana ni a tu hermano, no descuides a tu nahual que puede ser esa hormiga
que ignoras, esa flor que cortas o el agua que ensucias.
35
Foucault, Michel, Op. cit., pp. 17 y 18.
11