Transhumanismo Música Industria-Elvira Simancas

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El manifiesto ciborg es un ensayo escrito por Donna Haraway en 1983 cuya idea

esencial es la búsqueda de una alternativa al feminismo esencialista.

González Mellado ha considerado la figura del ciborg como una evolución


adaptada al siglo XX del mito del andrógino de Aristófanes, en el que lleva a cabo una
explicación del deseo sexual y el amor. En este mito se pretende explicar la atracción
sexual hombre-mujer, aunque reconociendo también la homosexualidad femenina y
masculina: “Es preciso que conozcáis la naturaleza humana y las modificaciones que ha
sufrido, ya que nuestra antigua naturaleza no era la misma que la de ahora, sino
diferente”.

El ciborg es una combinación de elementos orgánicos y cibernéticos, que pasará


a ser un ciudadano más dentro de nuestra sociedad. El ciborg puede cambiar su sexo, su
género y su identidad de forma fluida.

El individuo debe construir libremente su propia identidad, transformándola y


modificándola según sus deseos, y esto culminará en la figura del ciborg con la ayuda
de los avances tecnológicos. Esto supondrá la dinamitación de la dualidad sexo-género,
masculino-femenino… Se propone la eliminación del sexo y la cacelación del género,
un proceso de desnaturalización sexual y humana. El cúlmen de este proceso es la figura
del ciborg, que es utilizado como eje y figura metafórica para la propuesta post-
humanista y post-género en el texto de Donna Horoway.

Es, en definitiva, el ideal de un nuevo sujeto sin una esencia fija, rechazando los
límites rígidos de la naturaleza humana y la construcción esencialista de la identidad.

Haraway defiende un rechazo firme hacia la tecnofobia, y un arrojarse a la


tecnología, que no debe ser vista como alienante sino como liberadora.

La idea de performatividad de la teoría queer y el concepto de naturaleza líquida


del transhumanismo nos permiten conectar las dos ideologías. Son desarrollos teóricos
que conciben la naturaleza humana como una realidad moldeable, y que buscan
deshacerse de las dualidades y las limitaciones del cuerpo y el ser humano tal y como
ahora lo conocemos.

La naturaleza líquida se refiere a la idea propia del transhumanismo que


defiende que la alteración mediante la tecnología de las conexiones neuronales (la
esencia del ser humano) puede llevar a su emancipación definitiva. Mientras tanto, la
teoría queer considera el cuerpo como una masa sexualmente indefinida a partir de la
cual se puede construir el género de manera performativa.

Si el ser humano está destinado a evolucionar hacia la post-humanidad, ¿qué


cabe esperar del arte?

El concepto de naturaleza líquida y del propio cuerpo y el ser humano como un


ente cambiante han sido inspiración para muchos artistas. Un ejemplo claro es la
corriente de la música industrial.

La música industrial es una género experimental que surge en torno a la década


de los 70 producto de ciertos artistas que venían de un entorno de la performance, más
que de un entorno propiamente musical, y que se suele encuadrar dentro de la música
electrónica.

Pretendía reflejar la realidad del individuo en la sociedad post industrial: la


monotonía, el anonimato, la aliencaión… Esto suele hacerse con ostinatos y
repeticiones interminables y obsesivas. De esta idea viene la famosa frase “Industrial
music for industrial people”, atribuida al grupo Throbbing Gristle, que dio nombre al
movimiento con la fundación de Industrial Records.

La música industrial aboga de la misma forma por dejar atrás los elementos
orgánicos. Sus orígenes se pueden rastrear hasta los intunarumori futuristas, y las ideas
futuristas de la máquina como nuevo objeto y generador del arte. Fue el primer
movimiento de tecnologización del arte y la humanidad.

Aunque el futurismo es el padre de la música industrial, podemos observar claras


diferencias en la forma de contemplar la tecnología. El futurismo es un movimiento de
exaltación de la tecnología y la violencia. Es optimista, triunfalista, grandilocuente,
plagado de manifiestos que vaticinaban la llegada de una nueva era, como The art of
noises, de Luigi Russolo. La música industrial es un movimiento más bien pesimista,
consternado y resignado. Tiene un clarísimo tinte de alienación derrotista que no se
contempla en el futurismo, que es claro tecno fetichismo festivo.
La relación entre el futurismo y la música industrial no era casual, pues los
propios artistas industriales citaban a los pensadores futuristas, eran conscientes y
bebían de esta corriente.

El ruido, y la violencia son elementos primordiales, con influencias como John


Cage, el movimiento Fluxus o el free jazz. El crítico musical Simon Reynolds habla del
ruido como un colapso del lenguaje y una extinción del significado. El ruido es
inaprehensible por la teoría. Esto supone, al igual que en el concepto de cyborg,
dinamitar pilares fundamentales, en este caso de la expresión musical, con fines
subversivos y en favor de un objeto musical más libre y abierto a múltiples
posibilidades.

Throbbing Gristle fue uno de los grupos más influyentes y pioneros del género.
Eran, en diversos sentidos, noise, música hablada, arte, performance, música mutante,
música electrónica, un concepto musical y un pop suficiente para mantener todos sus
álbumes sorprendentes y repetidamente gratificantes.

La banda se formó en 1975 en el Reino Unido a partir de un colectivo de arte


performance llamado COUM Transmissions, con el cual realizaban actuaciones,
exhibiciones y performances creando controversia en la sociedad en todo momento. Su
exposición “Prostitution” en el Instituto de Arte Contemporáneo llevó a los miembros
del parlamento a arremeter en contra del grupo tachándolos como “saboteadores de la
civilización”. Fue muy provocativa su acción en la cual exponían fotos pornográficas,
cuchillos oxidados, jeringas, pelo ensangrentado…

COUM Transmissions terminó sus actividades en 1976 con una actuación


de Throbbing Gristle, la primera bajo este nombre. Throbbing Gristle estaba fomado
cuatro músicos que seguían funcionando esencialmente como artistas performance, solo
que cambiaron sus polémicas acciones por conciertos, igualmente controvertidos.

En cuanto a su música, utilizaban recursos como grabaciones distorsionadas,


frases habladas... En general una experimentación sonora que bebía mucho de la música
concreta.

El intento de Throbbing Gristel de destrozar los valores y las reglas musicales


preexistentes y convencionales forma parte de la tendencia común en la música
contemporánea de reacción contra el control y lo establecido.
Uno de los nexos claros entre la música industrial y el transhumanismo es P-
Orridge, cantante y líder de Throbbing Gristle. Su concepción del género ha ido
cambiando a lo largo de su carrera. A día de hoy se considera una mujer trans. MFue
música, poeta y escritora y su principal obra, o más bien acción performativa es el
proyecto “Genesis-Breyer”,un proyecto de pandroginia en colaboración con su mujer
Jaye Breyer. Pandroginia es un término acuñado por la propia P-Orridge, y designaba
un proceso por el cual, las dos trataron de crear la unión de sus dos yoes mediante
cirujía y hormonas. Mediante este experimento, deconstruyeron las concepciones
tradicionales del yo, el género, la identidad. Consistía en llevar a cabo una serie de
cambios físicos hasta el punto de parecerse lo más posible la una a la otra.Para ello,
procedieron a la modificación de sus cuerpos por medio de la cirugía plaśtica (implantes
en el pecho, retoques en la nariz y barbilla, etc.) y se presentaban peinadas, vestidos y
maquillados de la misma manera.

El ciborg es un ser humano que ha dejado atrás su naturaleza totalmente


orgánica y necesita de la tecnología para sustentarse como una entidad nueva, mejor,
más compleja. En este caso, esta nueva entidad es el pandrógino, la unión de estas dos
personas, que se lleva a cabo a través de los avances en la tecnología y la cirugía. Por
tanto, esta entidad es solamente posible dentro del concepto del ciborg.
BIBLIOGRAFÍA

ABBEY, Enric James, Hardcore, punk, and other junk: aggressive sounds in
contemporary music, Maryland: Lexington Books, 2014.

GONZÁLEZ MELLADO, Fermín J., MARTÍNEZ-GUISASOLA, José M.,


Hijos de un mismo dios: ideología de género y transhumanismo, en Razones para vivir
y razones para esperar: homenaje al Prof. Dr. D. José Ramón Flecha, coord..
Francisco José Andrades Ledo y otros, 2012.

HARAWAY, Donna, Manifiesto para ciborgs: ciencia, tecnología y feminismo


socialista a finales del siglo XX, Mar de Plata: Letra Sudaca Ediciones, 2018.
Traductora: Sofía Bras Harriottt.

MARTÍNEZ, Luis, “la Pandroginia, la nueva frontera del sexo o el más radical
“amor fou”” en El mundo, 19 de febrero de 2011
https://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/19/cultura/1298100247.html Consultado el
22-12-2019

MARTÍNEZ, Yolanda, “Transhumanismo en el arte” en Indiecolors, 6 de


noviembre de 2013. http://www.indiecolors.com/blog/arte/transhumanismo-en-el-arte/
Consultado el 22-12-2019.

REED, S. Alexander, Assimilate: a critical history of industrial music, Oxford:


Oxford University Press, 2013.

WOODS, Bret D., Industrial music for industrial people: the history and
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Music, 2007

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