El Urocultivo
El Urocultivo
El Urocultivo
Resumen: las infecciones del tracto urinario son la tercera infección más frecuente que se presenta en
el ser humano y la segunda razón por la cual se prescriben antibióticos. Los cultivos de las muestras de
orina (urocultivos) son el cultivo más solicitado a los laboratorios de microbiología y continúan siendo
la prueba de referencia para su diagnóstico. En este artículo de revisión se tratan aspectos como la
etiología y la problemática de la resistencia a los principales antibióticos que se emplean de manera
empírica para el tratamiento de las infecciones del tracto urinario adquiridas en la comunidad. Ade-
más, se analizan las pruebas de laboratorio básicas que apoyan el diagnóstico de esta infección; se
detallan los aspectos relacionados con el urocultivo, desde el cuándo está indicado solicitarlo hasta el
informe final y la interpretación de los resultados, con el fin de promover un uso racional de los antibió-
ticos. De esta manera, además de contribuir a disminuir el efecto colateral del empleo de antibióticos,
se mejora el costo-beneficio del proceso diagnóstico-tratamiento y lo fundamental, se recupera la
salud del paciente.
Palabras clave: infecciones urinarias, toma de muestras de orina, antibacterianos, farmacorresisten-
cia bacteriana.
Abstract: Urinary tract infections are the third most common infection among humans and the second
cause for antibiotic prescription. Urine cultures are the most commonly requested type of culture to
microbiology laboratories and this test remains as the gold standard for diagnosis. This article reviews
aspects such as etiology of the infection and issues related with empiric antimicrobial utilization to
treat community acquired urinary tract infections. In addition, basic laboratory tests that support the
diagnosis of urinary tract infections are reviewed. The article will also describe aspects related to urine
culture, from the moment this test is indicated until the final report and interpretation of results are
issued by the laboratory, in order to promote rational use of antibiotics. The proposed approach will
not only help to reduce collateral effects of antibiotic use, it may also improve the cost-benefit of the
diagnosis-treatment process, and the most importantly, it may help in the recovery of the patient’s
health.
Key words: Urinary tract infections; urine specimen collection; anti-bacterial agents; drug resistance,
bacterial.
López Vargas JA, Campuzano Maya, G. El urocultivo: prueba ineludible para el diagnóstico específico
de la infección del tracto urinario y el uso racional de los antibióticos. Medicina & Laboratorio 2013;
19: 211-242.
1
Médico especialista en Microbiología y Parasitología Médicas. Coordinador sección de Microbiología, Laboratorio Clínico Hemato-
lógico. Correspondencia: Carrera 43C #5-33. Medellín, Colombia. Correo electrónico: micro@lch.co
2
Médico especialista en Hematología y Patología Clínica. Docente, Ad Honorem, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia.
Médico Director, Laboratorio Clínico Hematológico. Medellín, Colombia.
Las infecciones del tracto urinario ocurren en todas las personas independiente de la edad,
el sexo y el estado inmunológico, aunque se presentan con mayor frecuencia en mujeres y
en personas inmunocomprometidas; a su vez, algunos subgrupos de pacientes, como los
hombres, los niños y las embarazadas, presentan complicaciones que incrementan el riesgo
de adquirir infecciones sistémicas e invasivas, pero las complicaciones son especialmente
comunes en ancianos, pacientes inmunocomprometidos o con desórdenes neurológicos
[7]. Se calcula que un tercio de las mujeres presentarán al menos una infección del tracto
urinario a la edad de 24 años y más de la mitad durante su vida; además, la mayoría expe-
rimentarán recurrencias y el 25% al 50% sucederán durante el primer año siguiente a la pri-
mera infección [3, 8]. La cistitis es una de las principales razones para prescribir antibióticos
a las mujeres de manera ambulatoria y se calcula que en Estados Unidos anualmente se
realizan 11,3 millones de prescripciones por este motivo [9, 10].
Por otra parte, se estima que en Estados Unidos se presentan 1,7 millones de infecciones
asociadas con el cuidado de la salud cada año, siendo la infección del tracto urinario la más
frecuente, ya que representa un 32% del total de infecciones [14]. En nuestro medio no hay
estadísticas que permitan cuantificar la magnitud del problema, pero no debe ser menor
que el que se ha expuesto para la población estadounidense.
Bacteriuria asintomática
La prevalencia de esta entidad varía ampliamente dependiendo la edad, el sexo y la presen-
cia de anormalidades genitourinarias. De acuerdo con las guías de la Sociedad Americana
de Enfermedades Infecciosas (IDSA), se define la bacteriuria asintomática, en las mujeres,
como dos urocultivos consecutivos, recolectados por micción espontánea, con el aislamien-
to de la misma cepa bacteriana, y con un recuento ≥ 100.000 (105) unidades formadoras
de colonias por mililitro (ufc/mL), en ausencia de síntomas; en los hombres se define igual,
pero solo se requiere de un urocultivo [15]. En ambos sexos, cuando la muestra se recolecta
por sonda evacuante, solo se necesita de un urocultivo positivo, con un tipo de bacteria, y
un recuento ≥102 ufc/mL [15]. La bacteriuria asintomática generalmente no es importante
desde el punto de vista clínico y no amerita tratamiento antimicrobiano, a excepción de las
embarazadas, en las cuales entre el 25% y el 40% desarrollarán pielonefritis en caso que no
reciban tratamiento [3], y en pacientes que vayan a ser sometidos a procedimientos uroló-
gicos en los cuales se anticipe que se producirá sangrado de la mucosa [15].
Aunque la cistitis se puede presentar en los hombres, es poco común y es por ello que las in-
fecciones del tracto urinario siempre se califican como complicadas en este sexo [17]. Igual-
mente, en los niños toda infección del tracto urinario se considera como complicada [18].
DeCampuzano-Maya G. infecciones del tracto urinario en pacientes con diabetes mellitus (cues-
igual forma, las
tionado por algunos autores), disfunción del vaciado vesical, insuficiencia renal, riñones po-
liquísticos, urolitiasis o con antecedentes de cirugía de tracto urinario, así como en niños
menores de 12 años o en gestantes, se deben considerar como complicadas [20].
que predominan como agentes causales de infección del tracto urinario son Enterococcus
spp., Streptococcus agalactiae, Staphylococcus aureus y Staphylococcus coagulasa negati-
va, principalmente Staphylococcus saprophyticus [24-26, 29-32]; este último generalmente
afecta a mujeres jóvenes.
Con respecto a la frecuencia de los agentes etiológicos de infección del tracto urinario en
Colombia, Castro y colaboradores, en Cartagena, mediante el análisis de bacilos gramnegati-
vos aislados de urocultivos de pacientes ambulatorios, hallaron que el 69,9% correspondían
a cepas de E. coli, el 6,4% a Proteus mirabilis y el 5,4% a Klebsiella pneumoniae, mientras
que en los pacientes hospitalizados, los tres principales bacilos gramnegativos cultivados
fueron en su orden: E. coli, P. aeruginosa y K. pneumoniae, correspondientes a un 36,3%,
16,1%, y 10,5%, respectivamente [36]. En otro hospital del Caribe colombiano se informó
que del total de aislamientos urinarios, E. coli representó el 66,2%, Klebsiella spp., el 10,6%
y Enterobacter cloacae el 8,9% [37]; llama la atención que los cocos grampositivos en su
conjunto solo se cultivaron en el 4% de los casos [37]. Pasando al interior del país, Gómez y
colaboradores, en la Fundación Santa Fe de Bogotá, hospital de cuarto nivel de complejidad,
analizaron todos los urocultivos realizados en dicha institución durante 2007 y encontraron
que del total, E. coli representó el 62,6%, Enterococcus faecalis el 12,3%, Proteus spp., el
8,7% y K. pneumoniae el 6,8% [38]. El Grupo de Estudio de Resistencia de Medellín (GER-
MEN), a partir de la información de 18 instituciones hospitalarias de alto nivel en el área
metropolitana del Valle de Aburrá en el año 2011, informó la distribución de los 18.373 mi-
croorganismos aislados en muestras de orina, discriminando entre pacientes ambulatorios
y hospitalizados como se muestra en la tabla 1 [39], y se observó que el microorganismo
implicado con mayor frecuencia
Tabla 1. Principales microorganismos aislados en urocultivos en 18 fue E. coli. Al revisar los datos
instituciones hospitalarias de alto nivel del área metropolitana del
Valle de Aburrá, 2011. Adaptado de Grupo GERMEN [39]. de nuestro laboratorio, desde
Microorganismo Porcentaje de Porcentaje de el mes de agosto de 2010 hasta
aislamientos aislamientos febrero de 2013, de 1.918 aisla-
en pacientes en pacientes
ambulatorios hospitalizados mientos realizados en muestras
(n= 11.256) (n= 7.117) de orina, el 71,3% correspondió
Escherichia coli 71 52 a E. coli, el 8% a K. pneumoniae,
Klebsiella pneumoniae 10 11 el 5% a Proteus mirabilis, el 4% a
Enterococcus faecalis 1 7
E. faecalis y el 3% a S. agalactiae
(datos sin publicar).
Pseudomonas aeruginosa 5 2
Proteus mirabilis 6 5
Candida spp. 0.2 5 Resistencia
Enterobacter cloacae 1 2 microbiana
Morganella morganii 1 1
La resistencia microbiana a los
Serratia marcescens 1 1
antibióticos ha alcanzado pro-
Campuzano-Maya
porciones que sonG. motivo de preocupación [40]. En el caso de las bacterias que causan in-
fección del tracto urinario, la situación no es diferente; en la mayoría de las investigaciones
realizadas tanto a nivel hospitalario como ambulatorio, se ha detectado un incremento en
la resistencia. Los programas epidemiológicos dedicados a estudiar y hacer seguimiento de
este tema en el ámbito internacional, informan que aunque este ascenso es constante, los
porcentajes varían ampliamente dependiendo de las regiones geográficas y los países.
Tabla 2. Porcentajes de sensibilidad a los principales antibióticos de disponibilidad oral, en Escherichia coli
aisladas en urocultivos de pacientes ambulatorios, en hospitales colombianos.
Antibiótico Porcentajes de Escherichia coli sensibles, por investigación
Castro y colabo- Gómez y colabo- Martínez y colabo- GERMEN [39]
radores [36] radores [38] radores [45]
Ampicilina 19,0 Sin dato Sin dato 38,0
TMP/SMZ 37,0 60,8 50,0 58,4
Ciprofloxacina 47,4 77,5 61,8 63,5
Nitrofurantoína 92,7 98,2 Sin dato 88,7
Convenciones: TMP/SMZ, trimetoprim/sulfa
Para favorecer la comparación entre los perfiles de sensibilidad de diferentes zonas geo-
gráficas, en la tabla 3 se realiza un compendio de los resultados de algunas de las investiga-
Tabla 3. Porcentajes de sensibilidad a los principales antibióticos de disponibilidad oral, en las enterobac-
terias aisladas con mayor frecuencia en urocultivos de pacientes ambulatorios provenientes de diferentes
zonas geográficas
Porcentajes de aislamientos sensibles
E. coli Klebsiella spp. Proteus spp.
Antibiótico
Europa y Latinoamé- Europa y Latinoamérica, Europa y Nor- Latinoamé-
Norteamé- rica, Asia y Norteamé- Asia y África teamérica rica, Asia y
rica África rica África
Ampicilina 60 - 75 14 - 53,7 * * 86 - 92 59 - 92
TMP/SMZ 82 - 89 19,4 - 62,2 87,6 - 92 47 - 79,1 85 - 94 71,8 - 94
Ciprofloxacina 93 - 100 31 - 77,4 97 - 99 53 - 81,4 92 - 99 84,6 - 99
Nitrofurantoína 98 - 100 20 - 94,7 57 - 58 24- 51,2 * *
* Las bacterias son intrínsecamente resistentes a estos antibióticos. Convenciones: TMP/SMZ, trimetoprim/sulfa
Campuzano-Maya
La mayoría de lasG. guías e investigaciones relacionadas con el diagnóstico y el tratamiento
están de acuerdo en que ante un cuadro clínico sugestivo de infección del tracto urinario no
complicada se podría prescribir un antibiótico de manera empírica, sin otras ayudas diag-
nósticas, con resultados costo-efectivos [59, 60]; sin embargo, algunos autores cuestionan
este proceder ante la baja exactitud del diagnóstico de infección del tracto urinario cuando
se apoya solo en la sintomatología, lo cual puede exponer a un grupo importante de perso-
nas al uso innecesario de antibióticos [61, 62], y a su vez incrementar la resistencia antimi-
crobiana, como algunas investigaciones ya lo han demostrado [63].
Uroanálisis
El uroanálisis, también conocido como citoquímico de orina, es el principal examen en el
cual se apoya la mayoría de los diagnósticos de infección del tracto urinario por el laborato-
rio, y se basa en el estudio químico semicuantitativo realizado con la tirilla reactiva de orina,
como la detección de nitritos, estearasas leucocitarias y eritrocitos, y el análisis citológico
del sedimento urinario por medio de microscopía o métodos automatizados, para identifi-
car la presencia de leucocitos (piuria), bacterias, levaduras y eritrocitos [64].
Se han realizado múltiples estudios para definir los posibles parámetros del uroanálisis, ya
sea de manera única o combinados, que tengan utilidad para el diagnóstico de infección del
tracto urinario y en todos los estudios se tomó como patrón de referencia el urocultivo. En
estos casos, se han observado diversos valores de sensibilidad, especificidad, valor predicti-
vo positivo y negativo, dependiendo principalmente del criterio establecido como recuento
significativo de colonias en el urocultivo, y en el caso de los leucocitos, el punto de corte
establecido como piuria, ya sea ≥5 o ≥10 por campo de alto poder. En la tabla 4 se puede
observar el desempeño diagnóstico de cada uno de los parámetros de acuerdo con algunas
de las investigaciones revisadas. Según estos resultados, se podría concluir que las estea-
rasas leucocitarias y los nitritos se comportan como pruebas complementarias, siendo más
sensible pero menos específica la primera y en el caso contrario la segunda. Es importante
anotar que este tipo de pruebas no se deben utilizar como tamizaje para el diagnóstico de
bacteriuria asintomática en embarazadas, situación en la cual los estudios han demostrado
bajos niveles de confiabilidad, y en donde la no detección de cualquier caso puede tener
consecuencias graves tanto para la madre como para el feto [65-69].
■ Sistemas automatizados
para el estudio citológico del sedimento urinario
Desde hace algunos años están disponibles en el contexto local, equipos automatizados que
permiten el estudio del sedimento urinario, los cuales se han evaluado para determinar su
papel en el diagnóstico de la infección del tracto urinario. En este caso, además del criterio
establecido para considerar como positivo el urocultivo, el desempeño depende de los valo-
res de referencia de los leucocitos y las bacterias, a partir de los cuales se consideran como
patológicos, lo que conlleva a encontrar investigaciones que reportan cifras de valor predic-
tivo negativo entre 86% y 100% (la cifra menor se obtuvo con el equipo Iris IQ Elite®), sensi-
bilidad entre 68% y 98% (99% para gramnegativos y 85% para grampositivos) y especificidad
entre 25% y 93% [73-81]. De acuerdo con las conclusiones de la mayoría de estos estudios,
los sistemas actualmente disponibles presentan su mejor aplicabilidad en laboratorios con
alto flujo de muestras y que atiendan a una población ambulatoria, más que a pacientes de
alta complejidad u hospitalizados.
Tabla 4. Desempeño de las estearasas leucocitarias y los nitritos para la detección de bacteriuria
Prueba, recuento Desempeño diagnóstico
colonias
Sensibilidad Especificidad Valores predictivos
Positivo Negativo Referencias
Estearasas leucocitarias
≥105 ufc/mL 68 - 98 37 – 96 19 - 86 71 - 97 [5, 70-72]
≥104 ufc/mL 64 - 94 9 - 83 16 - 86 20 - 97 [5, 18]
≥103 ufc/mL 62 - 89 52 - 84 3 - 81 51 - 99 [5, 18]
≥102 ufc/mL 72 - 84 45 - 46 72 - 83 31 - 63 [18]
Nitritos
≥105 ufc/mL 19 - 90 85 - 98 50 - 93 50 - 89 [5, 18, 70-72]
≥104 ufc/mL 8 - 57 78 - 98 27 - 94 23 - 88 [5, 18]
≥10 ufc/mL
3
0 - 50 48 - 98 0 - 82 37 - 99 [5]
≥102 ufc/mL 36 - 39 88 - 89 85 - 92 29 - 45 [18]
Estearasas leucocitarias
y Nitritos
≥105 ufc/mL 27 - 96 88 - 100 51 - 84 87 - 98 [5, 70, 71]
≥10 ufc/mL
4
84 98 84 98 [18]
≥103 ufc/mL 0 - 45 62 - 98 0 - 93 27 - 99 [5, 18]
Estearasas leucocitarias
y/o Nitritos
≥105 ufc/mL 56 – 100 44 – 98 39 – 95 84 – 96 [5, 70, 71]
≥10 ufc/mL
4
74 – 79 66 – 82 42 – 54 91 – 92 [5]
≥103 ufc/mL 71 – 84 41 – 83 49 – 81 46 – 90 [5]
Coloración de Gram
La detección de bacterias, ya sea de manera directa o por coloración de Gram de la orina sin
centrifugar o del sedimento urinario, es otra prueba diagnóstica empleada en el diagnóstico
de infección del tracto urinario (ver figuras 1 a 3). Los estudios realizados han establecido
que el hallazgo de ≥1 bacteria por campo de inmersión (1.000X) se correlacionan con el
cultivo de ≥105 ufc/mL de la bacteria observada entre el 87% a 96% de las veces [82-84].
Como en el caso de las pruebas bioquímicas, el desempeño de la prueba depende del re-
cuento de colonias considerado como diagnóstico. En general, ya sea si la coloración se rea-
liza de orina sin centrifugar o del sedimento, y se considera como criterio diagnóstico ≥105
ufc/mL, el valor predictivo negativo está entre 92% y 100% (esto significa que entre un 92%
y un 100% de los pacientes que presentan la prueba negativa, no tendrán un urocultivo po-
sitivo con ≥105 ufc/mL), lo que la hace una buena prueba de tamizaje en estas circunstancias
[5]. Sin embargo, a medida que el criterio diagnóstico del recuento de colonias se hace más
bajo (103 ufc/mL a 104 ufc/mL), la sensibilidad de la coloración de Gram disminuye de mane-
ra importante, lo que limita su utilidad [85]. López y colaboradores, a partir del estudio de
10.917 urocultivos solicitados a pacientes hospitalizados en una institución hospitalaria de
cuarto nivel de complejidad en la ciudad de Medellín, Colombia, encontraron que el uroa-
nálisis anormal (entendiéndose como aquel en el que se hallaba cualquiera de los siguientes
resultados: estearasas leucocitarias en cualquier cantidad, nitritos positivos, ≥5 leucocitos
Campuzano-Maya G.
Figura 1. Gram de orina sin centrifugar. Se observan Figura 2. Gram de orina sin centrifugar. Se observan ba-
bacilos gramnegativos >1 por campo de inmersión; cilos grampositivos >1 por campo de inmersión; reacción
reacción leucocitaria abundante. 1.000X. Laboratorio leucocitaria escasa. 1.000X. Laboratorio Clínico Hemato-
Clínico Hematológico. Medellín, Colombia. lógico. Medellín, Colombia.
Urocultivo
El cultivo de una muestra de orina continúa siendo el patrón de referencia para las otras
pruebas relacionadas con el diagnóstico de la infección del tracto urinario; por lo tanto,
demostrar la presencia de una cantidad significativa de bacterias en la orina (bacteriuria)
identifica definitivamente esta afección.
Algunas personas han comenzado a cuestionar el tratamiento empírico a las pacientes que
acuden a consulta por síntomas urinarios, ya que esta manera de proceder incrementa el uso
indiscriminado de antibióticos, con las consecuencias que en materia de fomento a la resisten-
cia antimicrobiana esto conlleva [90-92]. Se calcula que entre el 30% y el 50% de las mujeres
que reciben tratamiento empírico por cistitis tienen urocultivos negativos [62, 93], y en caso
de resistencia del microorganismo al antibiótico inicialmente formulado, se prolonga el tiempo
sintomático de la paciente y se incrementa la carga de trabajo a los servicios de salud [94, 95];
en contraste, en otras investigaciones no se encuentra incremento en las consultas por falla en
el tratamiento [96]. Se debe considerar que estas políticas de enfoque diagnóstico y terapéutico
provienen de países en donde la sensibilidad de los principales agentes etiológicos de la infec-
ción del tracto urinario no complicada, a la mayoría de los antibióticos de primera elección su-
pera el 80%, cuando en nuestro medio, con la excepción de la nitrofurantoína, apenas se acerca
o supera el 60% [39].
Otra situación importante por considerar es la solicitud del urocultivo de control, luego de ins-
taurado el tratamiento antibiótico. De acuerdo con las guías esto solo es necesario en caso de
que los síntomas persistan o recurran, en embarazadas con infección del tracto urinario o bac-
teriuria asintomática, y en pacientes con alto riesgo de daño renal, una a dos semanas después
de terminado el tratamiento [7, 8, 87-89]. Aun en niños hospitalizados por infección del tracto
urinario, no es necesario solicitar urocultivo de control [97], incluyendo la mayoría de aquellos
que aún presentan fiebre luego de 48 horas de iniciado el tratamiento [98].
Punción suprapúbica
Es el «estándar de oro» por ser el método de recolección con menor probabilidad de con-
taminación con la flora uretral. Generalmente se utiliza en niños sépticos que requieren el
Campuzano-Maya G.
Los pasos a seguir son los siguientes: 1) ponerse guantes desechables, 2) comprobar que
el paciente no ha hecho micción recientemente (en el caso de los niños, que el pañal esté
seco), 3) colocar al paciente en decúbito supino, 4) realizar, con agua y jabón, un lavado de
arrastre de los genitales; en los hombres retirando bien el prepucio, y en las mujeres sepa-
rando los labios y haciéndolo de adelante hacia atrás, 5) lavado de manos de la enfermera
que va a efectuar el sondaje, 6) cambiarse los guantes por otros nuevos, 7) colocar el campo
quirúrgico estéril, 8) limpiar de nuevo el meato y la zona circundante con gasas estériles y
solución antiséptica (clorhexidina 2%), 9) lubricar el extremo proximal de la sonda sin obs-
truir el orificio de drenaje, 10) colocar el extremo distal de la sonda en un contenedor, 11) En
el hombre: coger el pene, colocándolo en posición vertical, visualizar el meato e introducir
la sonda sin forzar, bajar el pene a medida que se vaya introduciendo la sonda y mantener el
prepucio hacia abajo para evitar parafimosis. En la mujer: separar bien los labios, visualizan-
do el meato, introducir la sonda sin forzar hasta que fluya la orina. Los primeros mililitros de
orina que salgan por la sonda se deben descartar para evitar contaminación con la flora ure-
tral; la muestra restante se recolecta directamente en un recipiente estéril [103]. Se debe
tener presente que este procedimiento tiene como riesgo potencial introducir bacterias a la
vejiga e inducir una infección del tracto urinario.
Micción espontánea
La micción espontánea es el método más utilizado para obtener muestras de orina, ya que
no es invasivo y evita los riesgos inherentes al sondaje vesical. La persona que vaya a reco-
lectar la muestra debe recibir instrucciones tanto verbales como por escrito por parte del
médico tratante, la enfermera y el personal del laboratorio que le entrega el recipiente para
la recolección. En la figura 5 se representa la toma de muestras en mujeres y en la figura 6
en hombres. Se recomienda que la persona realice un aseo genital con agua y jabón, con
especial cuidado en el área del meato uretral y en el caso de las mujeres pasar la esponja
o gasa de adelante hacia atrás, seguido por un enjuague con agua. No se deben utilizar
soluciones desinfectantes para realizar el aseo genital ya que estas pueden, si se ponen
en contacto con la orina, esterilizarla [99] y dar un resultado falso negativo. La paciente
debe proceder a separar los labios genitales, descartar la primera parte de la micción en
el inodoro, y recolectar de la mitad de la micción, directamente en un recipiente estéril. En
los hombres es suficiente con asear el meato uretral y retraer el prepucio para minimizar
la contaminación. Nunca se debe recoger la muestra de un «pato» u «orinal». Existe con-
troversia con respecto a si en realidad las medidas recomendadas para la obtención de la
muestra evitan la contaminación; algunos estudios demuestran que esto es posible [104],
mientras que otros encuentran que más que el aseo perineal, lo importante es recolectar la
muestra de la mitad de la micción [105-108] o lo fundamental es separar los labios genitales
al momento de la recolección [109, 110]. Además, otras investigaciones no demuestran
diferencias en la probabilidad de contaminación entre recolectar la orina de la mitad o del
inicio de la micción [111, 112].
Bolsas recolectoras
En niños que aún no controlan sus esfínteres, es común el empleo de bolsas especialmente
diseñadas para la recolección de la orina (ver figura 7). El área perineal del niño se debe
lavar con agua y jabón y luego se adhiere la bolsa a sus genitales. Cuando se recolecte la
muestra, se debe retirar inmediatamente la bolsa y se refrigera o se envía inmediatamente
al laboratorio. Si a los 20 a 30 minutos de colocada la bolsa no se ha logrado recolectar la
muestra, se debe retirar, volver a realizar el aseo perineal y colocar una bolsa nueva. Es con-
veniente tener a la mano un recipiente estéril para la recolección de la orina, ya que durante
estas maniobras de estímulo es posible que el niño realice la micción. Este método tiene
una sensibilidad y un valor predictivo negativo del 100%; por lo tanto, en caso de resultar
negativo el urocultivo se puede descartar con casi total seguridad una infección del tracto
urinario. Desafortunadamente, los estudios comparativos con las otras técnicas de recolec-
Campuzano-Maya G.
Figura 6. Instrucciones para la toma de muestras en hombres para el uroanálisis y el urocultivo. A. Lávese las manos
con agua y jabón durante 30 segundos. Tenga toallitas desechables a la mano, en un lugar limpio y seco, cercano a
usted. B. Destape el frasco que le brindó el laboratorio para recoger la muestra y coloque la tapa con el lado plano
hacia abajo. No toque el interior del recipiente o de la tapa. C. Prepárese para orinar (si no está circuncidado, des-
lice el prepucio hacia atrás). Con agua y jabón, limpie la cabeza del pene, inicie por la abertura uretral y continúe
en dirección a usted, como muestra la ilustra-ción; use una toallita para secarse. D. Orine una pequeña parte en
el inodoro y después de pasar uno o dos segundos, coloque el frasco debajo del flujo urinario y recoja aproxima-
damente 30 mL en el recipiente. No deje que el frasco toque la piel. Al finalizar de recolectar la muestra, cierre el
frasco adecua-damente. Adaptado de Campuzano y colaboradores [64].
ción han demostrado un alto porcentaje de falsos positivos, una muy baja especificidad y
valor predictivo positivo.
Las tasas de contaminación cuando se utiliza esta técnica de recolección varían entre el
27% y el 69% [114-116]; por ello, se recomienda confirmar el resultado de todo urocultivo
positivo de una muestra recolectada por bolsa, con otra muestra recolectada por punción
suprapúbica o sonda vesical evacuante [7, 100, 101]. Al parecer, la flora que contamina
este tipo de muestras procede de la
región periuretral y ello explicaría el
por qué, al igual que con las muestras
obtenidas por sonda vesical evacuante,
la contaminación es más frecuente en
niños no circuncidados y en mujeres
[117]. De acuerdo con lo observado
en nuestro laboratorio, si la técnica es
realizada por el personal dedicado a
toma de muestras, se pueden obtener
bajos porcentajes de contaminación de
las orinas recolectadas mediante estas
bolsas (datos no publicados).
Figura 7. Bolsa recolectora de orina para niños.
■ ¿Cómo se conserva
y transporta la muestra de orina al laboratorio?
Una vez que la muestra de orina es recolectada, el recipiente debe ser rotulado con el nombre
y apellidos del paciente, la fecha y hora en que fue recogida la muestra, y el método de re-
colección empleado. La solicitud de laboratorio debe incluir datos demográficos del paciente
como la edad y el sexo, además de información clínica relevante como impresión diagnóstica,
enfermedades de base (anormalidades anatómicas o funcionales del tracto urinario, entre
otras), embarazo e información con respecto a los antibióticos que ha recibido o se iniciarán
en el paciente [5]. La muestra debe ser procesada en el laboratorio en las primeras dos horas
de recolectada [118] o mantenerla refrigerada (4°C a 8°C), en cuyo caso se logra conservar así
hasta por 24 horas sin que se afecte significativamente el recuento de colonias de las bacterias
[99]. En caso de que la orina se vaya a cultivar entre las 24 a 48 horas de recolectada, se debe
conservar con un preservativo como el ácido bórico [7], aunque se han demostrado alteracio-
nes en los resultados cuando se utiliza este tipo de sustancias [119].
Campuzano-Maya
no apropiados o G.
se solicite cultivo para anaerobios, ya que en este último caso la muestra se
debe recolectar por punción suprapúbica [99].
Nunca se debe descartar una muestra sin antes verificar que se puede recolectar otra nueva. Si
una muestra no adecuada no pudo ser reemplazada, se debe anotar esta situación como una
observación en el resultado del urocultivo, y a quien se notificó.
Como ya se detalló al tratar la etiología de las infecciones del tracto urinario, la mayoría de
las bacterias implicadas hacen parte de la flora normal fecal y uretral. Aunque no existe un
estándar universal y definido del urocultivo que se deba aplicar, es fundamental que cada
laboratorio defina sus procedimientos, los cuales deberán garantizar las condiciones que
permitan el cultivo de estos microorganismos. Acá es importante informar que la siguiente
guía se basa en los estándares de procedimientos recomendados por la Sociedad America-
na de Microbiología y detallados en las guías Clinical Microbiology Procedures Handbook y
Cumitech 2C [7, 99].
Desde hace algunos años, están disponibles los llamados medios cromogénicos, que per-
miten a través de reacciones bioquímicas establecer en algunos casos, por el color de la
colonia, la identidad del microorganismo cultivado (ver figura 14), como ocurre con Escheri-
chia coli, sin tener que realizar procesos adicionales. Tienen además la ventaja de facilitar la
interpretación de los urocultivos, los procesos de identificación y el subcultivo en los casos
polimicrobianos. Las investigaciones realizadas en las que se comparan estos medios con los
Figura 8. Escherichia coli. Urocultivo >100.000 ufc/mL, Figura 9. E. coli (izquierda) y Klebsiella pneumoniae (de-
agar MacConkey. Laboratorio Clínico Hematológico. Me- recha), agar MacConkey. Laboratorio Clínico Hematológi-
dellín, Colombia. co. Medellín, Colombia.
Figura 10. Proteus mirabilis. Urocultivo >10.000 ufc/mL, Figura 11. Pseudomonas aeruginosa, agar MacConkey.
agar MacConkey. Laboratorio Clínico Hematológico. Me- Laboratorio Clínico Hematológico. Medellín, Colombia.
dellín, Colombia.
Figura 12. Enterococcus faecalis. Urocultivo 5.000 ufc/ Figura 13. Streptococcus agalactiae. Urocultivo
mL, agar sangre. Laboratorio Clínico Hematológico. Me- >100.000 ufc/mL, agar sangre. Laboratorio Clínico He-
dellín, Colombia. matológico. Medellín, Colombia.
Campuzano-Maya G.
tradicionales, demuestran las ventajas ya enunciadas, como también reflejan que reducen
la carga laboral en el laboratorio sin afectar la calidad en los procesos de identificación ni
los estudios de sensibilidad,y tienen un costo-beneficio importante [120-130] (ver figuras
15 a 18).
Una vez sembrados los cultivos, se deben incubar entre 35°C y 37°C en ambiente normal.
Es conveniente incubar el agar sangre y los medios selectivos de cocos grampositivos en
atmósfera de CO2 al 5% para estimular su crecimiento. Los medios se deben incubar mínimo
por 18 horas antes de ser interpretados y descartados como negativos en caso tal [132], o
reincubar hasta por 48 horas en cualquiera de los siguientes casos [133]:
Figura 15. Escherichia coli. Urocultivo >100.000 ufc/mL, Figura 16. Klebsiella pneumoniae. Urocultivo >100.000
agar cromogénico. Laboratorio Clínico Hematológico. ufc/mL, agar cromogénico. Laboratorio Clínico Hemato-
Medellín, Colombia. lógico. Medellín, Colombia.
Figura 17. Streptococcus agalactiae. Urocultivo >10.000 Figura 18. Enterococcus faecalis. Urocultivo >10.000
ufc/mL, agar cromogénico. Laboratorio Clínico Hemato- ufc/mL, agar cromogénico. Laboratorio Clínico Hemato-
lógico. Medellín, Colombia. lógico. Medellín, Colombia.
La muestra fue obtenida por una técnica invasiva, como punción suprapúbica o sonda
vesical evacuante.
Campuzano-Maya G.
A B
Figura 19. Técnica de siembra del urocultivo. A. Tomar la cantidad estandarizada de la muestra (0,001 mL o 0,01
mL). B. Depositar la muestra de orina en el centro del agar seleccionado. C. Esterilizar el asa de siembra. D. Tocando
la muestra con el asa, trazar una línea vertical en el agar. E, F, G. Proceder a realizar la siembra en estrías de lado a
lado del agar. H. Agar con las estrías de siembra. Laboratorio Clínico Hematológico. Medellín, Colombia.
El criterio empleado con más frecuencia para definir si una bacteriuria es significativa o no,
es un recuento de colonias ≥105 ufc/mL. Este criterio solo se estableció para mujeres con
pielonefritis aguda o asintomáticas con múltiples urocultivos positivos con este resultado, y
se extendió a otro tipo de pacientes. Sin embargo, muchos pacientes con infección del trac-
to urinario no presentan este número de colonias en el urocultivo, por lo que los criterios
diagnósticos varían según factores como la técnica de recolección de la muestra, el número
y el tipo de microorganismos cultivados, la presencia o ausencia de sintomatología, entre
otro factores, lo cual hace que la interpretación del urocultivo se convierta en ocasiones
en un proceso personalizado y que algunos lo califiquen más como un arte que una ciencia
[137]. Por lo anterior, existen múltiples algoritmos propuestos en la literatura científica, y es
por ello que la guía de interpretación contenida en la tabla 5 solo pretende unificar algunos
de los conceptos de dichos algoritmos [5, 7, 99], y cada laboratorio debería ajustarla de
acuerdo con su experiencia y la población que atiende.
Por otra parte, se debe tener presente que microorganismos como Streptococcus del Grupo
Viridans, Neisseria spp., Lactobacillus spp., hacen parte de la flora normal urogenital, y al
igual que Staphylococcus spp., y difteroides que lo son de la piel, se deben informar como
flora normal colonizante, a menos que el recuento sea 10 veces superior a otra flora acom-
pañante, caso en el cual se debe proceder como si fuera un uropatógeno.
En relación con falsos recuentos bacterianos bajos en los urocultivos, éstos se pueden deber
a dilución de la orina por exceso en la hidratación, acidificación o alcalinización de la orina,
aumento en la frecuencia de la micción, uso concomitante de antibióticos, aplicación de
agentes tópicos con acción antimicrobiana durante la recolección de la muestra, infección
hematógena del tracto urinario e infección con un microorganismo exigente o de crecimien-
to lento como lactobacilos, corinebacterias, Gardnerella vaginalis, Mycoplasma spp, y Hae-
mophilus spp [137].
Campuzano-Maya G.
Tabla 5. Guía para la interpretación de los resultados y procesamiento de los urocultivos según el número de
uropatógenos aislados y el recuento de colonias
Técnica de recolec- Número de uropatógenos aislados
ción
1 2 3 o más
No invasiva: micción <104 ufc/mL: identifica- Ambos <104 ufc/mL: identi- Identificación morfoló-
espontánea, sonda ción morfológica mínima ficación morfológica mínima gica mínima y anotar:
permanente, bolsa ≥104 ufc/mL (o ≥103 ufcl/ Ambos ≥104 ufc/mL: identifi- “Recuento alto de ≥3
recolectora mL en mujeres entre 14 cación en género y especie y morfotipos bacterianos.
y 30 años): identificación estudio de sensibilidad Se recomienda solicitar
en género y especie y Uno con <10 ufc/mL: identi-
4
nuevo urocultivo con
estudio de sensibilidad ficación morfológica mínima una muestra adecuada,
Uno con ≥10 ufc/mL: identi-
4
si está clínicamente in-
ficación en género y especie dicado»,
y estudio de sensibilidad o definir con el médico
tratante la conducta.
Invasiva: sonda eva- <10 3 ufc/mL no uropa- Ambos <103 ufc/mL: identi- Aquellos con <104 ufc/
cuante, tógeno: identificación ficación morfológica mínima mL: identificación mor-
punción morfológica mínima Ambos ≥103 ufc/mL: identifi- fológica mínima
suprapúbica, ≥10 ufc/mL uropatóge-
2
cación en género y especie y Aquellos con ≥104 ufc/
cistoscopia, no: identificación en gé- estudio de sensibilidad mL: identificación en gé-
nefrostomía nero y especie y estudio Uno con <103 ufc/mL: identi- nero y especie y estudio
de sensibilidad ficación morfológica mínima de sensibilidad
Uno con ≥10 ufc/mL: identi- o definir con el médico
3
orina proviene de neonatos con bajo peso al nacer, pacientes sometidos a procedimientos
invasivos genitourinarios, pacientes neutropénicos, trasplantados renales o pacientes sin-
tomáticos [142].
Piuria estéril
Se define como la presencia de más de cinco o más de 10 leucocitos por campo de alto
poder en la orina, en ausencia de bacterias en el urocultivo. Se puede presentar en un
gran número de enfermedades, ya sean sistémicas o localizadas en el tracto urinario, y
es también frecuente en pacientes con sonda vesical. La observación de bacterias en la
coloración de Gram y urocultivo negativo deben hacer sospechar la posible presencia de
bacterias anaerobias, si además el paciente presenta alguna anomalía anatómica del tracto
urinario. Otras posibles causas infecciosas son: Chlamydia trachomatis y Neisseria gono-
rrhoeae como causas de uretritis, Ureaplasma urealyticum, Mycobacterium tuberculosis,
infecciones micóticas sistémicas o leptospirosis [7].
Con respecto a las pruebas de sensibilidad, en nuestro país los estándares más utilizados
son los elaborados por el Clinical Standards Laboratory Institute® (CSLI), los cuales son
actualizados anualmente [145]. Allí se recomiendan los antibióticos a estudiar por tipo de
bacteria, y se publican los halos de inhibición y las concentraciones inhibitorias mínimas
que permiten establecer si la bacteria es sensible in vitro al antimicrobiano estudiado.
En la tabla 6 se presenta el listado de los posibles antibióticos a analizar de acuerdo con
los principales grupos de bacterias causantes de infección del tracto urinario [145]; sin
Campuzano-Maya G.
Tabla 6. Posibles antibióticos a analizar en los principales grupos bacterianos causantes de infección del
tracto urinario. Modificado de [145]
Enterobacteriacea P. aeruginosa A. baumannii Staphylococcus spp. Enterococcus spp. Streptococcus
β hemolítico
Ampicilina Ceftazidima AMS Penicilina Ampicilina Penicilina
TMP/SMZ Gentamicina Ceftazidima Oxacilina Ciprofloxacina Eritromicina
Norfloxacina
Nitrofurantoína Ciprofloxacina Ciprofloxacina Eritromicina Nitrofurantoína Clindamicina
Lomefloxaci-
na u
Ofloxacina
Norfloxacina
Cefazolina Aztreonam Imipenem Clindamicina Tetraciclina Cefepime o
Cefotaxima o
Ceftriaxona
Cefalotina PTZ Meropenem TMP/SMZ Vancomicina Vancomicina
Cefuroxima Amikacina Gentamicina Nitrofurantoína Linezolid Ceftarolina
Cefoxitin Cefepima Amikacina Lomefloxacina Daptomicina Daptomicina
Norfloxacina
Ciprofloxacina u
Ofloxacina
Ciprofloxacina o Doripenem PTZ Gentamicina Ofloxacina
Norfloxacina o Imipenem
Lemofloxacina u Meropenem
Ofloxacina
Gentamicina Cefepima Vancomicina Linezolid
Amikacina TMP/SMZ Linezolid
AMO/ACL Ceftriaxona Daptomicina
Cefotaxima
AMS Ceftarolina
PTZ Tetraciclina
Ceftriaxona o
Cefotaxima
Aztreonam
Ceftazidima
Cefepima
Ceftarolina
Doripenem
Meropenem
Imipenem
Ertapenem
Convenciones: AMO/ACL, Amoxacilina/ácido clavulánico; AMS, Ampicilina/sulbactam; PTZ, Piperacilina/tazobac-
tam; TMP/SMZ, Trimetoprim/sulfametoxazol.
embargo, como lo recomienda el CSLI, cada entidad debe establecer su propio listado,
en consenso con los médicos tratantes y en caso tal con el servicio de farmacia de la
institución. Además, es importante unificar criterios para determinar cuáles antibióticos
se deben informar en todos los casos, y de acuerdo con los perfiles de resistencia que
presente la bacteria cultivada, cuáles se deben ir informando en escala de menor a mayor
espectro de acción, con el propósito de hacer un reporte selectivo y a su vez permitir que
el laboratorio clínico contribuya al uso racional de los antimicrobianos.
Es importante considerar que los estudios de sensibilidad se han realizado con los niveles al-
canzados de los antibióticos en sangre, cuando muchos antibióticos, entre ellos la ampicilina,
son concentrados en los túbulos renales, y por ende alcanzan niveles superiores en la orina e
inhiben a las bacterias susceptibles. Esto puede explicar el por qué algunos pacientes respon-
den al tratamiento, cuando in vitro la bacteria causante de la infección del tracto urinario es
resistente al antibiótico administrado [25].
En el resultado final se deben anexar las observaciones y los comentarios que permitan reali-
zar su interpretación más adecuada. Si no se obtuvo crecimiento, no se debe reportar simple-
mente como «no crecimiento» o «negativo», sino que se debe reportar: «no crecimiento de
microorganismos en ≥102 ufc/mL» cuando se siembre 0,01 mL o «no crecimiento de microor-
ganismos en ≥103 ufcl/mL» en el caso de 0,001 mL. Por su parte, en los cultivos positivos se
debe informar el recuento de colonias, el género y especie del microorganismo, y el perfil de
sensibilidad a los antibióticos estudiados y pertinentes. En los cultivos en los cuales se obtenga
crecimiento de flora mixta, se recomienda reportar el número de morfotipos diferentes (ejem-
plo; se cultivaron cinco tipos diferentes de bacterias), el morfotipo de cada una de las clases de
microorganismos (ejemplo; dos tipos de grampositivos y tres tipos de bacilos gramnegativos),
y el recuento aproximado de cada morfotipo (ejemplo; 800 ufc/mL y 400 ufc/mL de los gram-
positivos y 200 ufc/mL, 500 ufc/mL y 600 ufc/mL de los bacilos gramnegativos); además, se
recomienda anexar la siguiente observación: «múltiples morfotipos bacterianos presentes por
probable contaminación; se sugiere apropiada recolección de la muestra y solicitud de nuevo
urocultivo, si está clínicamente indicado» (ver figuras 20 y 21). Cuando se observe inhibición
antimicrobiana (no crecimiento en el área inicial en donde se sembró la muestra y crecimiento
en donde el inóculo está diluido), no se debe reportar el recuento de colonias y anotar: «re-
cuento de colonias no confiable debido a inhibición antimicrobiana» [99].
Conclusiones
La infección del tracto urinario es una de las principales enfermedades que aqueja a los se-
res humanos y por esto, es un motivo importante de administración de antibióticos. Si bien
los síntomas establecen en muchos casos el diagnóstico, esto conduce al sobrediagnóstico y
Campuzano-Maya G.
Figura 20. Urocultivo con un bacilo gramnegativo 300 Figura 21. Urocultivo con bacilos gramnegativos y cocos
ufc/mL y un coco grampositivo 1.200 ufc/mL, agar cro- grampositivos <10.000 ufc/mL, agar cromogénico. Labo-
mogénico. Laboratorio Clínico Hematológico. Medellín, ratorio Clínico Hematológico. Medellín, Colombia.
Colombia.
El urocultivo aún es la prueba diagnóstica definitiva de la infección del tracto urinario, y ante
la crisis mundial por la resistencia microbiana a los antibióticos, se constituye en una herra-
mienta fundamental para el uso racional de estos medicamentos, y el tratamiento dirigido
al agente causante de la infección del tracto urinario en el paciente.
En este sentido, es importante recordar que si bien en el contexto nacional los principales
agentes etiológicos de infecciones del tracto urinario son E. coli, K. pneumoniae y P. mi-
rabilis, hay otros gramnegativos y grampositivos como agentes etiológicos implicados en
estas infecciones, de ahí que, teniendo en cuenta las recomendaciones mencionadas en el
artículo, sea importante realizar la identificación de género y especie, así como el estudio de
sensibilidad. Además, en los casos en que el recuento de unidades formadoras de colonias
u otros parámetros analizados no sean suficientes para definir si el microorganismo aislado
es de relevancia clínica, como sucede con Candida spp., la comunicación con el médico
tratante y la correlación con los antecedentes clínicos no debe ser opcional. En este punto
es importante recalcar que siempre que se tenga una duda con respecto a la importancia
de algún aislamiento, el personal de laboratorio responsable, se deberá contactar con el
médico tratante y definir, idealmente en conjunto, el proceso a seguir.
Es importante tener en cuenta que como sucede con toda prueba de laboratorio, los aspec-
tos pre-analíticos impactan positiva o negativamente en el desempeño analítico de las prue-
bas que se realicen y por lo tanto, en la oportunidad y relevancia clínica de los resultados.
Entre las situaciones que se deben tener en cuenta al respecto, se encuentra el seleccionar
el método de toma de la muestra más adecuado, por ejemplo, realizar punción suprapúbica
si se requiere específicamente cultivo de anaerobios [99]. Otro aspecto de vital importancia,
es la educación de los pacientes para la toma de muestra por micción espontánea, la cual es
la forma de recolección que se emplea con mayor frecuencia en el medio.
Para finalizar, teniendo presente que las infecciones del tracto urinario son la tercera infec-
ción más frecuente, el personal de laboratorio y el médico no deben escatimar esfuerzos
para proporcionar resultados con la mayor aplicabilidad clínica, y que los resultados se in-
terpreten adecuadamente, de forma que se instaure el tratamiento más indicado para el
paciente y a su vez se garantice el uso racional de los antibióticos.
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