Economía Salvadoreña y Aplicabilidad Del Modelo IS LM
Economía Salvadoreña y Aplicabilidad Del Modelo IS LM
Economía Salvadoreña y Aplicabilidad Del Modelo IS LM
La política monetaria hace referencia a las diferentes acciones que las autoridades
monetarias, que en la gran mayoría de los casos son los bancos centrales, aplican para
poder ajustar el mercado de dinero. Mediante estas políticas los bancos centrales regulan
el rumbo de la economía, a través de la manipulación de la cantidad de dinero existente.
Cuando el Banco Central desea aumentar la base de dinero, se implementa una política
monetaria expansiva; y, al caso contrario se le llama política monetaria contractiva. Para
realizar estas acciones, es necesario valerse de instrumentos, cuyos objetivos pueden ser
incrementar o disminuir la cantidad de dinero o volumen de oferta, o bien intervenir en las
tasas de interés o el encaje legal, A continuación, la descripción de estos;
Encaje Legal. Es una reserva de dinero, una imposición hacia los bancos comerciales de
la cantidad de dinero que deben almacenar en el banco central con el objetivo de
garantizar cierta liquidez en sistema bancario.
Créditos e intereses. El banco central puede determinar el tipo de créditos y los intereses
que adquieren los bancos comerciales, además al ser el único autorizado para emitir
dinero, es el encargado de las concesiones de créditos lo que conlleva a un control de la
liquidez del dinero en la economía.
Cuando las políticas monetarias tienen como finalidad intervenir en la tasa de interés, se
genera efecto proporcional al consumo, pues los usuarios (personas naturales o
empresas), podrán acudir a entidades bancarias comerciales a solicitar préstamos, en
donde estas cantidades dependerán de cuan elevados sean sus intereses, estos montos
prestados también podrán ser empleados como inversión, en donde los inversionistas,
buscando la mayor rentabilidad por su dinero buscarán emplearlo en donde obtengan un
mayor beneficio.
En muchos casos los inversionistas comparan las tasas de interés local con las
internacionales para decidir dónde colocar dicho dinero. Estas políticas monetarias que
tienen como fin modificar la tasa de interés se pueden aplicar mediante la variación de la
oferta monetaria por parte del banco central por medio del aumento o disminución del
dinero en circulación. Además, las tasas de interés tendrán un efecto contrario en la
inversión y el consumo, es decir a mayor interés menor inversión y menor consumo.
Los bancos centrales deben velar porque la inflación se mantenga entre un rango
aceptable, dado que los precios son los que garantizan que los recursos se repartan de
manera eficiente, el principal problema de la inflación radica en la pérdida de valor
adquisitivo cuando el aumento de los precios no viene acompañado de un aumento en los
salarios.
Además, los bancos centrales desempeñan un rol de vital importancia dado que también
intervienen directamente en el flujo de dinero y créditos para así lograr una estabilidad en
los precios y por tanto de la inflación y el consumo, también normalmente supervisan y
regulan las operaciones bancarias para garantizar la seguridad y la solidez del sistema
bancario y financiero del país o región. En algunos casos incluso bridan servicios
financieros al gobierno del país donde encuentra y como prestamistas de última instancia
para la banca comercial cuando estos se encuentren en problemas dado que no cuenten
con el suficiente dinero para respaldar sus obligaciones.
Dolarización Salvadoreña
Esta decisión se debió a consecuencia de un estancamiento económico del país entre los
años de 1996 al 2000, en donde se tenían tasas de interés elevadas, dificultad de acceso a
créditos bancarios. Ante esta situación el gobierno de esa fecha considero la integración
monetaria del dólar como una solución a esta crisis dado que al tener el dólar como
moneda de cursos legal se esperaba que las tasas de interés nacionales se asemejaran
con las internaciones, incentivando la adquisición de créditos hacia el consumo y la
inversión. A su vez fue planteada la ventaja de eliminación del riesgo cambiario, esto dado
a que las transacciones internaciones quedarían fijadas al dólar que era la moneda
empleada en el mercado. Este planteamiento esperaba convertir a El Salvador en un país
más atractivo para los inversionistas extranjeros y con esto dinamizar más la economía.
Con la dolarización, el Banco Central de Reserva dejó de ser la autoridad encargada. dado
que no poseía ningún control sobre el dólar en circulación, el Banco Central fue obligado a
reestructurarse, pues muchas de sus anteriores funciones ahora eran obsoletas, y con ello
el país perdió la autonomía de política monetaria.
La misión del Banco Central de Reserva ya no es de mantener una tasa de inflación dentro
de los rangos óptimos y la implementación de políticas monetarias, sino que ahora su
deber es velar la estabilidad y desarrollo competitivo del sistema financiero y de pagos, la
generación de estadísticas económicas y financieras con el propósito de la generación de
investigaciones y seguimiento también brindaría apoyo a la ejecución de políticas públicas
y vela por el desarrollo económico del país.
El Banco Central de Reserva tenía como una de sus principales funciones velar la
estabilidad del sistema financiero. Para el mantenimiento de la estabilidad se creó la
reserva de liquidez, que fue un sustituto del encaje legal, el cual no es un instrumento de
política monetaria sino un instrumento de carácter prudencial cuyo objetivo es asegurar
liquidez y es manejada por las instituciones bancarias por lo que no es propiedad del
Banco Central de Reserva y no constituye oferta crediticia.
Ante todos los puntos antes mencionados también se considera que la dolarización trajo
consigo cierto grado de estabilidad a la economía salvadoreña tomando como referencia
algunos otros países de la región, como los casos de Guatemala y Costa Rica, como se
observa en la siguiente imagen, en donde se observa que la inflación de El Salvador se
mantiene por debajo a pesar de seguir prácticamente el mismo comportamiento.
Sin embargo, y a pesar de las dificultades en las mediciones econométricas del país, de las
cuales se adolece bastante, no se puede afirmar de manera categórica que, si bien es
cierto la inflación es ligeramente estable, es, generalmente, más alta en El Salvador que en
EE. UU (hasta el año evaluado por Sorto, 2012). Si esta afirmación se cumpliera, se
determinaría en primer lugar un indicador de menor PIB real que nominal, reflejado en el
índice de competitividad, y por ende una mayor pérdida de poder adquisitivo para las
familias y las empresas que comercian en el país. Por lo que sería entonces común que el
flujo de capitales netos sea hacia afuera. Recientemente se ha apreciado una disminución
de la inflación relativa (sin incluir el año 2021) lo cual habría que evaluar si se logra
mantener la tendencia.
Las implicaciones de que El Salvador sea una economía pequeña es su poca o nula
influencia en la tasa de interés y, por ende, no permite que la política fiscal tenga una fuerte
afectación sobre el atractivo de inversión del país. Esto se visualiza gráficamente como una
curva LM extremadamente inelástica.
Por otro lado, la carencia de moneda imposibilita la real aplicación de una política
monetaria sobre la economía, puesto no se cuenta con la capacidad real para intervenir en
la expansión de la base monetaria con base a las herramientas normales de intervención
de banca central. Lo anterior deja atado al banco central en la toma de decisiones para el
impulso a la economía y mantener la estabilidad, y la misma queda sujeta en gran medida
a las decisiones que toma la reserva federal de los Estados Unidos.
Por lo que el país le queda pocas opciones para proveer incentivos para el crecimiento
económico, una de sus opciones para aumentar el nivel de divisas y la inversión, una
mayor rentabilidad local a través de medidas que se identifiquen con la facilidad de hacer
negocios, la seguridad fiscal y otros paralelos a la política monetaria. Otra opción es abrir el
mercado para ciertos monopolios y/o sectores protegidos por el estado, de tal forma que
puedan influir en la disminución de los precios (reducir la inflación) y promover
competitividad.
El análisis del modelo IS – LM, como una herramienta macroeconómica que muestra la
relación entre los tipos de interés y la producción real en el mercado de bienes y, por ende,
en el mercado de dinero, en definitiva, favorece la creación de políticas fiscales y
monetarias adecuadas, dependiendo de la realidad de cada nación.
Dada la naturaleza del PIB, se puede asumir que el Gobierno de El Salvador desea
mantener un nivel de crecimiento superior al 4% (según proyecciones). En base al modelo
de equilibrio de bienes, un aumento de la producción va acompañado de un incremento en
el nivel de renta disponible que, a su vez, genera un incremento en el consumo. ¿Cómo se
puede garantizar el crecimiento para 2022?
Se podría recomendar una disminución de los impuestos que, a una tasa de interés
constante, se traduciría en un mayor ingreso disponible que generaría mayor demanda de
bienes por parte de los consumidores, incentivando a una subida de precios y, en un
segundo momento, a un crecimiento de la renta.
Sin embargo, el panorama anterior no es posible dado que, el alto nivel de deuda no facilita
la disminución de los impuestos, más bien, instituciones como el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial incentivan su incremento, situación que reduciría el PIB, a
menos que haya un incremento altísimo en la inversión y el consumo. Incluso, es
considerado que los niveles de recaudación proyectados por el GOES para el 2022 son
demasiado optimistas, tomando en cuenta que no se han establecido nuevas políticas
fiscales. Una política de este tipo probablemente solo incrementaría el déficit
presupuestario.
Adicionalmente, una reducción de impuestos podría beneficiar el consumo dependiendo de
la percepción de los consumidores, si ellos perciben esa disminución de forma permanente,
probablemente el consumo aumentará más que si solo lo percibieran transitorio.
Otro ejemplo de política podría ser el incidir sobre la tasa de interés local, sin embargo, a
raíz de la venta de la banca a conglomerados financieros, el GOES no tiene mayor
influencia sobre esta variable; por lo tanto, ante un posible incremento en la renta, la tasa
de interés subiría, disminuyendo así la inversión.
Una política fiscal expansiva, ante una incapacidad de controlar el tipo de interés por parte
del banco central, generará un aumento en la renta y un incremento en el consumo, que
será mayor o menor, dependiendo de la propensión marginal a consumir (porcentaje que
define cuánto aumenta el consumo por cada dólar incrementado de renta). A mayor
propensión al consumo, habrá mayor crecimiento de la producción, beneficiando a la
economía nacional y su desarrollo en el ámbito analizado.
Tomando en cuenta que es el banco central de cada país el que define la oferta monetaria,
se puede suponer que esta institución decide mantener constante esta oferta, con el
objetivo de que el tipo de interés se ajuste a raíz de cualquier variación en la renta; sin
embargo, en la economía cotidiana y real de los países, generalmente se fija el tipo de
interés: se ajusta la cantidad de dinero a ofertar (mediante operaciones de mercado
abierto, ya sean contractivas o expansivas), con el objetivo de lograr el tipo de interés
deseado.
Por ejemplo, gracias a un incremento en la renta de un país, su demanda de dinero se verá
incrementada y, su tasa de interés disminuida. Ante lo anterior, el banco central decide que
no es conveniente esta disminución y, a través de una Operación de Mercado Abierto
contractiva, se disminuye la oferta de dinero, aumentando el tipo de interés.
Según John Maynard Keynes, cuando un individuo recibe su salario, debe decidir cuánto,
de su ingreso disponible (Y – T) destinará a ahorro y cuánto a consumo. El monto que se
ha decidido destinar a ahorro se puede invertir en el mercado financiero ya sea mediante
una cuenta a plazo fijo, compra de acciones o compra de bonos gubernamentales; todas
estas actividades generan un interés, siendo esta una recompensa por renunciar a su
liquidez.
Si la tasa de interés del mercado de dinero se reduce, quiere decir que el costo de
oportunidad de mantener el dinero en efectivo disminuye, por lo que aumenta la demanda
de dinero; mientras que, ante un aumento en el interés, la demanda de dinero se reduce y
el incentivo a invertir será menor.
En este punto es necesario plantear cuál es el efecto de una variación en la tasa de interés.
Hay que recordar que una variación negativa en ella generará más inversión, (y,
automáticamente, menos ahorro), promoviendo así mayor actividad económica. Una
variación positiva en la tasa de interés será capaz de generar más ahorro, reduciendo la
inversión y desincentivando la actividad económica.
Para el caso salvadoreño, su economía dolarizada restringe el control del Banco Central
sobre la oferta monetaria, limitando su capacidad de maniobra dentro de la economía.
Estados Unidos, ante la crisis económica generada por la pandemia del COVID – 19,
decidió incrementar la oferta de dinero, generando, en sobremanera, altos niveles de
inflación para su país, pues los precios tienen una relación directa con la oferta de dinero.
Como El Salvador depende de las materias de EE. UU., la mencionada inflación se ha
importado, reduciendo la capacidad adquisitiva de los salvadoreños.
Para reducir esta oferta monetaria y motivar el descenso de los precios, se recomendaría
aumentar tasas de interés, aumentar el encaje legal o realizar operaciones de mercado
abierto. Una estabilidad de precios, como resultado de una disminución en la oferta de
dinero, podría causar un crecimiento económico en los habitantes de un territorio.
Continuando con el caso del crecimiento del PIB salvadoreño, ante un incremento en las
tasas de interés que afectan el mercado, se corre el riesgo de disminuir la inversión, pues
tasas de interés más altas motivan al ahorro. Una disminución de la inversión, en definitiva,
afecta negativamente la demanda de bienes, generando, en un primer momento, baja en
los precios y, en un segundo momento, disminución en la producción.
Ante esta naturalidad, el implementar una política fiscal, ya sea contractiva o expansiva,
únicamente quienes se pueden financiar externamente, a tasas de interés más bajas y
cuya oferta responde ante la demanda nacional.
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