T2-Derecho Civil 3 Reales-Grupo 4
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CURSO
DERECHO CIVIL 3 REALES
T2 – LA POSESIÓN PRECARIA
PRESENTADO POR:
DOCENTE :
LA POSESIÓN PRECARIA
CAPÍTULO I
Introducción
El presente ensayo lleva por título “la posesión precaria” y el tema que nos atañe reviste
importancia porque la posesión es el poder físico entre una persona y una cosa material en virtud
del cual esta persona ejerce sobre la cosa, las facultades inherentes al dominio, en ese sentido
hay varias clases de posesión las cuales son posesión mediata e inmediata, posesión legitima e
ilegitima, posesión precaria, por el cual en el presente ensayo procuraremos determinar la
posesión prepacaria regulada por el articulo 911 del Código Civil, donde define a la posesión
precaria, como aquella que se ejerce sin título o el que se tenía ha fenecido. Es decir, nos sugiere
a dos supuestos primero que el sujeto que posee el bien no cuenta con titulo alguno que le
confiera alguna calidad posesoria como puede ser arrendatario, usufructuario o superficiario, etc.
Seria como un poseedor ilegítimo. en el segundo supuesto, se refiere al sujeto que posee el bien
pero que anteriormente tuvo un título como puede un contrato de arriendo, pero que el plazo del
contarto se venció quedando como un ocupante precario porque no tiene ningún documente que
acredite su posesión. Por la cual, el propietario puede reclamarlo a traves de un fallo judicial ya
que el poseedor no es propietario del bien y no cuenta con ningún título. Sin embargo, el poseedor
puede adquirir el bien inmueble a través de la prescripción adquisitiva de dominio, habiendo
cumplido en el transcurso del tiempo, los requisitos que son: posesión continua, pacífica y
pública, este hecho sería como un castigo al propietario, por haber descuidado su propiedad por
muchos años. También se deslidará las diferencias de las clases de posesión, las cuales se
destaca que el poseedor ilegítimo es quien no tiene derecho a poseer y el poseedor legítimo tiene
todo el derecho por adecuarse a su derecho. Y finalmente se analizará el Cuarto Pleno Casatorio
Civil, que tuvo como antecedente la casación 2195-2011-Ucayali, sobre el proceso de desalojo por
ocupación precaria, el tema materia del recurso de casación, fue la prescripción adquisitiva del
inmueble que alega el demandado, al tener la posesión del mismo por más de 40 años de forma
contínua, pacifica y pública, pero donde no demostraron tener ningún docuemento legal que los
ampare para su posesión del inmueble por tales motivos se declaró infundada la casacion y se
estableció como doctrina jurisprudencial vinculante siete reglas donde define los requisitos
copulativos para la configuración de la precariedad en un inmueble, primera regla «Una persona
tendrá la condición de precaria, cuando ocupe un inmueble ajeno, sin pago de renta y sin título
para ello, o cuando dicho título no genere ningún efecto de protección para quien lo ostente, frente
al reclamante, por haberse extinguido el mismo», segunda regla «Cuando se hace alusión a la
carencia de título o al fenecimiento del mismo, no se está refiriendo al documento que haga
alusión exclusiva al título de propiedad, sino a cualquier acto jurídico que le autorice a la parte
demandada a ejercer la posesión del bien, puesto que el derecho en disputa no será la propiedad
sino el derecho a poseer”, tercera regla, dispone que se debe «Interpretar el artículo 585° del
Código Procesal Civil, en el sentido que, por “restitución” del bien se debe entender como entrega
de la posesión que protege el artículo 911° del Código Civil, cuarta regla instaura que, conforme al
artículo 586° del Código Procesal Civil, «el sujeto que goza de legitimación para obrar activa no
solo puede ser el propietario, sino también, el administrador y todo aquel que se considere tener
derecho a la restitución de un predio, quinta regla define los supuestos de posesión precaria,
sexta regla «En todos los casos descritos, el Juez del proceso no podrá expedir una sentencia
inhibitoria, sino que deberá de pronunciarse sobre el fondo de la materia controvertida, en el
sentido que corresponda, conforme a los hechos y la valoración de las pruebas aportadas», y por
ultimo, la séptima regla en lo que concierne a lo dispuesto por el artículo 601° del Código Procesal
Civil, cuando ya ha prescrito el plazo para interponer la pretensión interdictal, el accionante no
podrá optar por recurrir al desalojo para lograr la recuperación de su bien».
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CAPÍTULO II
Desarrollo
2.1. Concepto
La posesión precaria es cuando una persona posee una propiedad, sin tener ninguna
documentación legal que acredite su dominio, que puede ser título, contrato de arrendamiento u
otro análogo; por ejemplo, Juan propietario de un bien lo sede en arrendamiento a Pedro por el
lapso de un (01) año, antes del vencimiento del plazo Juan viaja al extranjero sin fecha de retorno,
luego de vencido el plazo de contrato, Pedro se vuelve poseedor precario.
2.2. Normativa
El artículo 911° del Código Civil lo define como aquella que se ejerce sin título o el que se tenía ha
fenecido. Se entiende por “título” como todo aquel documento que sirve para acreditar un derecho
o una obligación.
En el derecho romano se entendía por precarium un contrato innominado realizado entre dos
personas, una de las cuales, decidida por los ruegos de la otra, concedía a esta el disfrute y la
posesión gratuita de una cosa por un tiempo cuya duración debía terminar con la primera
reclamación del concedente, quien postulaba así a la devolución de la cosa cedida.
2.3. Doctrina
Gunther Gonzales nos dice que “es precario todo poseedor inmediato que recibió el bien en forma
temporal por acto voluntario realizado por concedente o poseedor mediato, cuya finalidad es
proporcionar el goce por liberalidad, gracia o benevolencia. Sus notas distintivas son que el
precario se origina por título social o, excepcionalmente por título jurídico de carácter obligatorio
que ha fenecido por nulidad manifiesta”.
Asimismo, en consideración de la Corte Suprema, Casación N° 3488-2015-La Libertad, citando a
Eugenio Ramírez Cruz, se sostiene que “si la posesión precaria es la que ejerce sin título alguno o
cuando el que se tenía ha fenecido, entonces se posee precariamente cuando se usa un bien
conociendo que es ajeno y sin intención de apropiárselo”, por ende, la precariedad es una especie
de característica de la posesión ilegítima de mala fe; para nuestra dogmática jurídica 2 son las
causales: a) falta de inexistencia del título (nunca existió), b) el título que dio vida a la posesión ha
fenecido, caducado.
2.4. Derecho comparado (Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal,
aplicable en la Ciudad de México)
En tiempos del derecho romano, surgió la llamada “posesión en precario”, otorgada por el dueño a
una persona, generalmente con el fin de satisfacer alguna necesidad, esta se encontraba sujeta a
terminación automática, por la voluntad de quien la otorga, sin formalidades o dilaciones, ya que
dicha posesión no genera derechos a favor del detentador en contra de quien lo otorga, sin
embargo, genera derechos frente a terceros. Tal posesión precaria con el devenir del tiempo se ha
venido transformando y diluyendo en los ordenamientos, sin desvanecerse ni alterar su naturaleza.
Dicha institución jurídica se ha mantenido en la legislación mexicana. Así, en el Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, aplicable en la Ciudad de México, en el artículo 18,
disponiendo que la acción interdictal para recuperar la posesión no se confiere, a los poseedores a
ruego, frente a quien otorgó tal posesión. Por tanto, si el detentador opone resistencia a devolver
el objeto prestado en estas condiciones, el otorgante propietario del bien puede recuperarlo,
mediante el ejercicio de la acción personal, porque por su voluntad entró allí el ocupante, como a
través de la acción real reivindicatoria, porque el precarista detenta sin derecho la cosa, frente a
quien le concedió el beneficio.
2.5. Jurisprudencia
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La jurisprudencia producida por la Sala Civil de la Corte Suprema, cita que la posesión precaria es
distinta de la posesión ilegítima, en razón de que en la primera el poseedor carece de título sea
porque nunca lo tuvo o porque el que tenía feneció y en la segunda, el poseedor, según se indica,
tendría título aunque ilegítimo.
2.6. Diferencia de la posición precaria de la posesión “legítima e ilegítima”
Dado que las posesiones se dividen en clases legítimas, ilegitimas, mediata e inmediata y
posesión precaria; empero, en el presente ensayo vamos hallar las diferencias de la posesión
precaria de las posesiones legitimas e ilegítimas.
En primer lugar, se evidencia en el artículo 911° del Código Civil la descripción normativa de lo
que viene ser la “posesión precaria” cuando dice que se ejerce sin título alguno o cuando el que
tenía ha fenecido. Entonces estamos ante una clase de posesión o -mejor dicho- un tipo de
posesión en el cual se ejerce “sin título alguno” o “cuando ha fenecido”. Hasta este punto,
aparentemente, no tenemos problema alguno en la definición normativa de la posesión precaria;
sin embargo, para algunos juristas la idea de “posesión precaria” tiene “casi el mismo significado
que la posesión ilegítima” (Gonzales Barrón, p. 171). Incluso, la doctrina vinculante también exige
una correcta “…interpretación sistemática, teleológica e histórica de las normas contenidas en el
artículo 911°” (IV Pleno Casatorio Civil, CAS N° 2195-2011 Ucayali).
En segundo lugar, Gonzales Barrón nos dice que el Código Civil no hace una descripción explicita
acerca de la posesión legitima, sino de su contrario, la posesión ilegítima (p. 165). Es cuando el
código señala que “la posesión ilegítima es de buena fe cuando el poseedor cree en su
legitimidad, por ignorancia o error de hecho o de derecho sobre el vicio que invalida su titulo” (art.
906°, D.L. N° 295, 1984). Por consiguiente, se evidencia en la normatividad vigente la falta de
definición precisa de lo que vendría ser una posesión legitima porque se sobreentiende que el
poseedor legitimo tiene a su favor el derecho subjetivo que le reconoce un poder de legimitidad
sobre el valor preciado que posee y de esta manera dando mayor control normativo para la
posesión ilegitima.
Al respecto, en el IV Pleno Casatorio Civil interpreta en el marco de los artículos 906° al 910°, en
lo referente a la posición legitima, nos dice que “la posesión es legitima cuando existe
correspondencia entre el poder ejercido y el derecho alegado, será ilegitima cuando deja de existir
esa correspondencia”; es decir, la posesión legitima se encuentra amparada por las disposiciones
normativas del Código Civil y en este contexto un titulo adquirido no se ha declarado nulo. Y en lo
que respecta a la posisión ilegitima, el aludido Pleno, asocia la posisión ilegitima cuando se
“ejerece sin titulo o por un titulo nulo o que ha sido adquirido por un modo insuficiente para adquirir
los derechos reales…”, habiendo similitud con la posisión precaria, porque ésta última se configura
cuando se ejerce sin título alguno la ocupación o cuando ha fenecido el título.
En cambio, en el mencionado Cuarto Pleno, interpretan por posesión precaria en dos supuestos:
precario cuando se posee un valor sin titulo alguno, quiere decir, “sin la presencia y acreditación
de ningún acto o hecho que justifique” un derecho para disfrutar la posesión de un valor. El otro
supuesto ocurre cuando el poseedor tiene un titulo que ha fenecido, por tanto, el valor de poseer
no es un disfrute válido.
En conclusión, la posesión legitima permite al poseedor el uso y disfrute de un bien. Al propietario
de la posesión legitima le ampara el título de la posesión. Mientras, la posesión ilegitima son
disfrutes informales que contraviene lo amparado por la normatividad vigente. En cambio, la
posisión precaria es el ejercicio de mala fe que se hace sin título o con el título fenecido.
2.7. Sobre los supuestos de la posesión precaria establecidos en el IV Pleno Casatorio
Civil
Según la sentencia dictada por el IV Pleno Casatorio Civil, realizada por las salas civiles de la
Corte Suprema de Justicia de la República, plantea un conjunto de casos, que se han evidenciado
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como los más recurrentes en los procesos de desalojo que se tramitan y que configurarían
supuestos de ocupación precaria.
1) En los casos de resolución extrajudicial de un contrato, conforme a lo dispuesto por
los artículos 1429 y 1430 del Código Civil. En estos, se da el supuesto de posesión
precaria por haber fenecido el título que habilitaba al demandado para seguir
poseyendo el inmueble.
2) También constituirá un caso de título de posesión fenecido, cuando se presente el
supuesto previsto por el artículo 1704 del Código Civil, puesto que con el
requerimiento de la conclusión del contrato y devolución del inmueble se pone de
manifiesto la voluntad del arrendador de poner fin al contrato. Dicha comunicación
debe ser indubitable, de lo contrario, dará lugar a que la demanda de desalojo por
precario se declare infundada.
3) Si en el trámite de un proceso de desalojo, el juez de la causa, del análisis de los
hechos y de la valoración de los medios probatorios aportados por las partes, advierte
la invalidez absoluta y evidente del título posesorio, conforme lo prevé el artículo 220
del Código Civil, solo analizará dicha situación en la parte considerativa de la
sentencia y declarará fundada o infundada la demanda de desalojo por ocupación
precaria.
4) La enajenación de un bien arrendado, cuyo contrato no estuviera inscrito en los
registros públicos, convierte en precario al arrendatario, respecto del nuevo dueño,
salvo que el adquiriente se hubiere comprometido a respetarlo, conforme a lo
dispuesto por el artículo 1708 del Código Civil.
5) En los casos en los que el demandado afirme haber realizado edificaciones o
modificaciones sobre el predio en materia de desalojo, no justifica que se declare la
improcedencia de la demanda, bajo el sustento de que previamente deben ser
discutidos dichos derechos en otro proceso.
6) La mera alegación del demandado, en el sentido de haber adquirido el bien por
usucapión, no basta para destruir la pretensión de desalojo y declarar la
improcedencia de la demanda, correspondiendo al juez del desalojo valorar las
pruebas en las cuales sustenta el demandado su derecho invocado, sin que ello
implique que está facultado para decidir sobre la usucapión.; por lo tanto, se limitará a
establecer si, de la valoración de las pruebas, surge en él la convicción de, si
corresponde o no, declarar el derecho a poseer a favor del demandante o del
demandado.
El mismo pleno determina que, “(…) en todos los casos anteriormente descritos, el juez del
proceso no podrá expedir una sentencia inhibitoria, sino, por el contario deberá de pronunciarse
sobre el fondo de la materia controvertida, en el sentido que corresponda, conforme a los hechos y
la valoración de las pruebas aportadas”.
2.8. Análisis y explicación acerca del IV Pleno Casatorio Civil
Como último punto a tratar realizaremos un breve análisis de los principales fundamentos
utilizados en el cuarto pleno casatorio civil cuyo pronunciamiento vinculante , a nuestro modo de
ver, era necesario para establecer una posición en la identificación del poseedor precario, (Artículo
911° Código Civil) que debe ser retirado del inmueble en un proceso sumarísimo de desalojo
(Artículo 585° del Código Procesal Civil), logrando con esta sentencia de pleno, un adecuado
esclarecimiento y unificación de criterios en la resolución de conflictos relacionados con la
posesión precaria de un bien inmueble, al no existir antes del pleno, consenso y unidad de criterios
en las resoluciones dictados por los juzgados competentes en nuestro país referentes al tema,
situación similar de confusión era la que existía en la doctrina nacional, provocando incertidumbre
de cuando se consideraba precario al demandado a efectos del desalojo.
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Uno de los considerandos utilizados en este pleno casatorio civil involucra el derecho comparado,
específicamente con legislación española (Art. 1750° del Código Civil español) en donde, como en
nuestra jurisprudencia y doctrina, se ha debatido sobre dos posturas respecto a la posesión
precaria. Una que considera al precario como un contrato entre el comodante y el comodatario a
fin de convenir sobre la obligación de devolución de la cosa entregada gratuitamente por el
comodante cuando este la solicite; y en contraparte la postura que sostiene que en el artículo en
mención no se considera un precario de origen contractual sino una simple situación de posesión
que autoriza a otro a usar un bien inmueble ajeno gratuitamente de parte del titular de la posesión
real. Posteriormente uniformaron criterios al considerar como posesión precaria “aquella
ocupación de un inmueble ajeno sin pago de renta ni merced y sin título para ello, o cuando el que
se invoca es ineficaz frente al poseedor a título de dueño.”
Asimismo, en nuestra Jurisprudencia y doctrina existieron hasta antes del cuarto pleno casatorio
civil, posiciones discrepantes similares a las mencionados en el derecho español, generando
desconfianza jurídica en nuestra sociedad dando lugar, en muchos casos, al aprovechamiento de
quienes sin justificación jurídica disfrutaban de la posesión de predios, como resultado de la
declaración de improcedencia a gran número de pretensiones en casos de desalojo por ocupación
precaria, en donde bastaba que el demandado presentase cualquier aspecto vinculado a la
propiedad, por ejemplo, el argumento de ser propietario por prescripción adquisitiva de dominio,
para justificar su posesión, originando bajo este concepto que la pretensión del demandante sobre
la posesión tenga que resolverse primero en un proceso judicial más extenso y no en un proceso
sumario de desalojo. Afectando a la tutela jurisdiccional efectiva, además de la sobre carga
procesal traducida en pérdida de recursos del estado para atender tales conflictos.
En esa línea de ideas consideramos muy oportuno que el colegiado haya considerado
impostergable la necesidad de solucionar estos conflictos de forma “predecible, precisa y
oportuna”, para lo cual resulto necesario efectuar una interpretación clara y uniforme del Artículo
911° de nuestro Código Civil que dice: “La posesión precaria es la que se ejerce sin título alguno o
cuando el que se tenía ha fenecido.” Interpretando el pleno que cuando la norma hace alusión a la
carencia del título o al fenecimiento de este, no se está refiriendo al documento que hace alusión
al título de propiedad, sino a cualquier acto jurídico o circunstancia que hayan expuesto cualquiera
de las partes en el contenido de los fundamentos de pretensión o de contradicción y que le
autorice ejercer el pleno disfrute del derecho a la posesión. Entendiéndose que el derecho en
disputa en un proceso de posesión precaria no será la propiedad sino el derecho a poseer.
De la lectura del artículo en análisis queda claro que la figura de precario en el primer supuesto se
presenta cuando se esté poseyendo sin título alguno, sin la presencia y acreditación de ningún
acto o hecho que justifique el derecho al disfrute de poseer, abarcando a quien se beneficia con la
posesión y al poseedor real quien encarga el cuidado de un bien en un acto de liberalidad y con
carácter gratuito, y de no ser devuelto cuando el titular lo requiera devendrá en precario. En el
segundo supuesto que contempla la norma es que el título de posesión que ostenta el demandado
haya fenecido, sin precisar los motivos del fenecimiento, entendiéndose que el acto en el que
sustenta la posesión el demandado deja de justificar dicha posesión, dependa o no de la voluntad
de las partes, y por ende corresponde otorgársela al demandante por haber acreditado su derecho
a tal disfrute.
Como consecuencia de los fundamentos antes mencionados, el cuarto pleno casatorio civil ha
proporcionado como doctrina jurisprudencial vinculante respecto a la posesión precaria los
siguientes:
1. Una persona tendrá la condición de precaria cuando ocupe un inmueble ajeno, sin pago
de renta y sin título para ello, o cuando dicho título no genere ningún efecto de protección
para quien lo ostente, frente al reclamante por haberse extinguido el mismo.
2. Cuando se hace alusión a la carencia del título o al fenecimiento del mismo, no se está
refiriendo al documento que haga alusión exclusiva al título de propiedad sino a cualquier
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acto jurídico que autorice a la parte demandada a ejercer la posesión del bien, puesto que
el derecho en disputa no será la propiedad sino el derecho a poseer.
3. Interpretar el artículo 385° del código procesal penal en el sentido que por “restitución” del
bien se debe entender como entrega de la posesión que protege el artículo 911° del
Código Civil, para garantizar al sujeto a quien corresponde dicho derecho, a ejercer el
pleno disfrute del mismo, independientemente si es que es propietario o no.
Jurisprudencia vinculante con la que estamos de acuerdo, porque principalmente ha
proporcionado una definición de cómo entender la figura del ocupante precario, brindando
orientación a jueces competentes para resolver los casos de manera uniforme, tomando como
referencia los criterios proporcionados en este pleno casatorio. Evitando así, como ocurría
anteriormente que el proceso de desalojo pierda eficacia como mecanismo procesal, quedando
relegado y a merced de la conveniencia del demandado quien alegando ser propietario del bien en
posesión evitaba la restitución solicitada por el demandante en un proceso sumario de desalojo.
CAPÍTULO III
Conclusiones
1. El pleno define como precario a la persona que ocupe un inmueble ajeno sin pagar renta o
cuando ya no haya contrato de por medio o dicho contrato ya haya expirado. Asimismo, cuando se
dice que ha expirado el título o que no existe título alguno, no solo se refiere solo al documento en
sí, sino a cualquier acto jurídico que le autorice a la parte demandada a ejercer la posesión del
bien.
2. Por lo tanto, para que se le declare como poseedor precario, el propietario tiene que solicitar la
devolución del inmueble; dado que, el vencimiento del contrato de arrendamiento no da fin a la
posesión del bien inmueble; ya que, según el Art. 1700 del CC, establece que, la culminación del
contrato no da fin a la posesión; ya que, si el propietario no solicita la devolución significa que el
contrato continúa bajo los mismos requerimientos.
3. En los procesos de desalojo por posesión precaria solo se debe verificar si el demandante tiene
derecho o no a la posesión, los temas relacionados a la construcción total, parcial o las
modificatorias que se hayan realizado al inmueble sub litis se debe resolver en otro proceso.
4. El hecho que la demandada alegue que adquirió la propiedad por usucapión, no basta para
declarar improcedente la demanda, el juez solo debe valorar los medios probatorios presentados
por el demandado mas no debe pronunciarse sobre el proceso de usucapión. Además, en el
supuesto que se le declare fundada la demanda de desalojo, no afecta en nada lo que se decida
en el proceso de usucapión que se encuentre en proceso judicial, sin embargo, si en dicho
proceso se le declara propietario, dicha sentencia invalida la sentencia de desalojo por posesión
precario por lo tanto se podrá solicitar la reposición del inmueble. Asimismo, el juez no debe dar
una sentencia inhibitoria, ya que se establece en este pleno que deberá pronunciarse sobre el
fondo sub litis.
BIBLIOGRAFÍA