Educ Ciudadana 3
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CUADERNILLO DE CONTENIDOS
EDUCACION CIUDADANA
TERCER AÑO
MORALES CARLOS
BARRAZA JULIAN
HORTON CARLA
Programa de Educación Ciudadana: Tercer Año
Unidad 1
Unidad 2
Unidad 3
Unidad 4
Unidad 1
La palabra ESTADO aparece por primera vez en la obra del pensador político italiano Nicolás
Maquiavelo, quien utiliza la expresión de “stato”, en su libro “El príncipe”. El “Stato” deriva
de la expresión latina status que significa situación u orden. Maquiavelo empleó esa palabra
para denominar a la organización política suprema de un país. La expresión ESTADO se hizo
común desde el siglo XVI y fue adquiriendo un significado más preciso. Al punto de entender
hoy que existe un ESTADO cuando se dan juntos estos tres elementos: una población, un
territorio y una organización jurídica del poder político. En síntesis el ESTADO es la “Nación
jurídicamente organizada”. Esto es cuando está regido por un conjunto de normas. Además,
el Estado teóricamente puede definirse como un conjunto de instituciones de gobierno que
ejerce el control sobre un territorio determinado. El cual puede ser físico o ideológico, a
través de las fuerzas del orden (policía, FF.AA, etc.). Por otro lado, también puede
interpretarse al Estado como el instrumento de opresión de una clase sobre las otras, que
en distintos momentos históricos toma o tiene una determinada estructura o característica.
Así la existencia de una comunidad nacional da unidad y voluntad política al pueblo, pero
puede ocurrir que aun sin esa unidad existan Estados. En ese caso, un ejemplo de ello puede
ser el caso del extinto Imperio Austro Húngaro, disuelto en 1918, donde bajo el Estado
regido por la dinastía de los Habsburgo, convivían varias nacionalidades: austríacos,
magiares, checos, polacos, italianos, etc. La existencia de un territorio es fundamental en la
noción de Estado. La pérdida total y definitiva del territorio conduce a la desaparición del
Estado, aun cuando sus integrantes conserven la unidad nacional.
Componentes de un Estado.
Por último, para el legítimo desempeño de un Estado, debe existir una constitución y un
gobierno legitimado (ya sea por el uso de las leyes o por la fuerza), es decir un poder político
jurídicamente organizado, con leyes comunes y demás disposiciones normativas, que
colocan a la población dentro de un orden jurídico y normativo necesario para la vida social.
En cuanto al Estado Confederado, podemos decir, que esta modalidad surge, generalmente,
por un acuerdo entre varios Estados que convienen su unión, pero sin formar un nuevo
Estado superior a las partes confederadas. No hay, pues, en esta fusión estatal un super-
Estado, con soberanía que se imponga a los poderes de los Estados miembros. Solamente
quedan unidos los Estados por los términos del pacto de Confederación; en todo lo restante
quedan enteramente libres, pueden encauzar su actividad a su arbitrio, tanto en el plano
interno como en el internacional. Únicamente sufren restricciones en aquello que se
encuentra previsto por el pacto. La Confederación tiene su base en el Derecho
internacional, ya que nos encontramos con una comunidad internacional. La Confederación
es el modelo estatal en el que las relaciones con el Poder Central son más laxas. Más bien,
se trata de una unión de Estados soberanos con carácter más o menos permanente. La
soberanía de cada Estado se mantiene, pero se renuncia a cierto poder en búsqueda de una
coordinación mayor entre varios para formar una entidad superior. Uno de los objetivos
básicos de una confederación puede ser la defensa común para garantizar la seguridad
externa e interna de los Estados. Otro objetivo puede ser la creación de mercados comunes.
EE.UU. entre 1781 y 1787, Suiza hasta 1848 y Argentina durante la época rosista (1829-
1852), se adaptaban a este modelo.
Tipos de Estado.
Podemos también clasificar a los Estados de acuerdo a cómo se relacionan los gobiernos
con la sociedad civil. Estos pueden ser absolutistas, liberales, de bienestar, socialistas o
neoliberales.
El tipo de Estado liberal surgió como resultado de una crítica al Estado monárquico
absolutista, de los siglos XVII y XVIII. Es decir, la forma de Estado que existía hasta antes de
la Revolución Francesa de 1789. El liberalismo surgió a partir de una crítica contundente al
sistema monárquico-feudal, que tuvo su expresión más acabada en la frase del Rey Luis XIV:
"El Estado soy Yo". Este liberalismo original tenía no solo una dimensión política, sino
también económica y filosófica. Entre los pensadores o ideólogos se encontraban Jean
Jacques Rousseau, Montesquieu, Diderot, Voltaire, Adam Smith, David Ricardo, Malthus,
John Locke, etc. Todos estos filósofos y pensadores hicieron una crítica a la sociedad
absolutista-monárquica, que culminó en un proceso revolucionario de carácter político-
social como fueron las revoluciones burguesas (donde la Revolución Francesa es su máxima
exponente), y al mismo tiempo coincidió con un fenómeno de carácter científico-
tecnológico: la primera Revolución industrial. Ambos dieron origen a un nuevo tipo de
sociedad: la sociedad capitalista; y a un nuevo tipo de Estado: el Estado Liberal-Burgués.
Esta convergencia también dio origen a un nuevo tipo de trabajador: el obrero industrial o
proletario, así denominado por Karl Marx; y a una superexplotación de ese mismo
proletariado naciente. El Estado de Derecho se encuadra en el marco del Estado liberal pero
no lo agota. Es a partir de las revoluciones burguesas en que entra en vigencia, y perduró
hasta la crisis económica mundial de 1929, ampliándose al mundo después de la Segunda
Guerra Mundial. Una de las características típicas del Estado Liberal es su despreocupación
de las condiciones mínimas de los sectores menos pudientes de la sociedad, por la mera
justificación del liberalismo económico (propio de los Estados liberales), en donde los
Estados no están autorizados a intervenir en lo económico, pues este se regula solo.
Por último, después de la crisis económica mundial, que generalmente se denomina la crisis
del Petróleo de 1973, hace aparición el tipo de Estado Neoliberal. Este hace referencia a
una política económica con énfasis tecnocrático y macroeconómico que pretende reducir
al mínimo la intervención estatal en materia económica y social, defendiendo el libre
mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento
económico de un país, salvo ante la presencia de los denominados fallos del mercado. Suele
considerarse, erróneamente, como una reaparición del liberalismo decimonónico. Sin
embargo, al contrario de éste, no rechaza totalmente el intervencionismo estatal y además
guarda una ambigüedad ideológica, respondiendo más a su base teórica-técnica neoclásica.
Al ser una propuesta macroeconómica tiende a ser neutral con respecto a las libertades
civiles. Se usa con el fin de agrupar un conjunto de ideologías y teorías económicas que
promueven el fortalecimiento de la economía nacional (macroeconomía) y su entrada en el
proceso globalizador a través de incentivos empresariales que, según sus críticos, es
susceptible de conducirse en beneficio de intereses políticos más que a la economía de
mercado propiamente dicha. Muchos economistas cuestionan el término neoliberalismo
porque no corresponde a ninguna escuela bien definida, ni siquiera a un modo especial de
describir o interpretar las actividades económicas (aunque probablemente sí de
explicarlas). Se trata de un término más bien político o ideológico, frecuentemente usado
por medios de comunicación e intelectuales de izquierda. El término nació de la necesidad
de diferenciar el liberalismo económico (previo a la Primera Guerra Mundial), de los
modelos económicos de la democracia liberal surgidos durante la Guerra Fría, siendo el
neoliberalismo en todos los casos, un conjunto de ideas bastante alejadas de la ortodoxia
liberal del siglo XIX. El llamado neoliberalismo en cierta medida consiste en la aplicación de
los postulados de la escuela neoclásica en política económica. No define una teoría
económica concreta, y se usa más para referirse a la institucionalización de un sistema en
el comercio mundial. Tampoco el neoliberalismo es una filosofía política unificada debido a
la diversidad de escuelas y movimientos que se le suelen relacionar. Entre las cuestiones
ampliamente promovidas por el neoliberalismo están la extensión de la iniciativa privada a
todas las áreas de la actividad económica o la limitación del papel del Estado. Esto involucra
el desmantelamiento de las empresas estatales y la desvinculación del Estado en materia
de salud y educación. Entre las ideas y principios introducidos por el neoliberalismo y
ausentes en el liberalismo clásico están el principio de subsidiariedad y, en especial, el
monetarismo de la Escuela de Chicago que, desde mediados de los años 50, se convirtió en
crítico opositor de las políticas de intervención económica que se adoptaban en todo el
mundo, junto con aportaciones del enfoque macroeconómico keynesiano.
La República (del latín res publica, «la cosa pública, lo público»), en sentido amplio, es un
sistema político que se fundamenta en el imperio de la ley (constitución) y la igualdad ante
la ley como la forma de frenar los posibles abusos de las personas que tienen mayor poder,
del gobierno y de las mayorías, con el objeto de proteger los derechos fundamentales y las
libertades civiles de los ciudadanos, de los que no puede sustraerse nunca un gobierno
legítimo. A su vez la república escoge a quienes han de gobernar mediante la representación
(democracia representativa) de toda su estructura mediante el derecho a voto. El
electorado constituye la raíz última de su legitimidad y soberanía. Muchas definiciones,
como la de Enciclopedia Británica de 1922, resaltan también la importancia de la autonomía
y del Derecho (incluyendo los derechos humanos) como partes fundamentales para una
república.
El Poder Ejecutivo.
La expresión Poder Ejecutivo hace referencia a la autoridad legítima que tiene capacidad
para ejecutar decisiones que afectan a una comunidad. Es decir, se trata del poder que hace
cumplir los principios y las normas que forman parte del ordenamiento jurídico, y que lleva
adelante los objetivos y las tareas acordados por una colectividad, ya sea una nación, una
unidad subnacional o un municipio. La tarea del poder ejecutivo es una función específica
de todo orden político fundado en una forma republicana de gobierno, caracterizada por la
división de poderes. En las repúblicas, el ejecutivo se ocupa de las actividades específicas
de gobierno. La actual noción de poder ejecutivo se originó en las concepciones generales
del buen gobierno propias de la tradición jurídico-política del movimiento liberal, que se
opuso al absolutismo monárquico en los siglos XVII y XVIII en Europa occidental. Sus hitos
más importantes fueron la Revolución Inglesa de 1688 y la Revolución Francesa de 1789,
que posibilitaron la instauración de monarquías parlamentarias y repúblicas. Esta tradición
se consolidó con la evolución de los usos y las costumbres del poder soberano en Europa
durante los siglos siguientes. En América, la Revolución Norteamericana de 1776 fue el
intento más original de construir una república federal, en una época en que no existían
instituciones republicanas. En América latina, los movimientos independentistas fueron
influidos por las mismas ideas en las luchas contra el absolutismo monárquico y sus
versiones locales. Sin embargo, desde la época colonial existía una tradición que orientaba
hacia un poder ejecutivo muy fuerte. Por ello, buena parte de las constituciones
latinoamericanas buscaron respetar el papel central del Poder Ejecutivo, pero limitándolo
por la existencia de un complejo sistema de pesos y contrapesos en el ámbito institucional:
el régimen federal, el congreso bicameral, la existencia de un poder judicial no votado por
los ciudadanos. El objetivo de estos pesos y contrapesos era, por un lado, evitar que el
sistema político se fundara en forma exclusiva en la voluntad de la mayoría ciudadana; por
otro lado, impedir que el gobierno central derivara en una tiranía. Por la misma razón, se
reserva a los ciudadanos la posibilidad de ejercer el derecho de rebelión si el gobierno
cometía abusos que afectaban los derechos de los individuos que se consideraban
esenciales: el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. En la actualidad, se reconoce
que a las instituciones ejecutivas les corresponde la tarea de resolver los asuntos públicos
mediante el aparato estatal. Por esta razón, muchas veces se emplea el término gobierno
para referirse al poder ejecutivo: es decir, el órgano o institución encargada de decir, dirigir,
administrar y hacer cumplir las leyes de un estado y de representarlo ante otros estados y
ante la comunidad internacional. En la actualidad los sistemas democráticos de gobierno
adoptan dos formas principales: el presidencialismo y el parlamentarismo. Estas formas se
diferencian una de la otra por la manera de elegir el Poder Ejecutivo y el modo en que éste
asume la responsabilidad de sus actos ante el Parlamento y la ciudadanía, por su
composición, por la duración de su mandato y por la relación entre los tres poderes. Así,
existen monarquías parlamentarias, repúblicas presidencialistas y repúblicas
parlamentarias. En todos los casos, de acuerdo con los principios de la democracia
representativa, los máximos cargos de gobierno deben ser cubiertos mediante la votación
popular en elecciones libres y ser elegidos con pleno respeto de los derechos y las reglas de
juego emanados de la Constitución.
Las facultades del presidente son las de nombrar a los ministros, los secretarios y los
funcionarios políticos; reglamentar las leyes nacionales, promulgar y hacerlas cumplir,
nombra a los jueces de Corte Suprema (con acuerdo del Senado) y de los tribunales
federales inferiores, indultar o conmutar penas por determinados delitos y crear comisiones
nacionales de asesoramiento o asesorías sin funciones ejecutivas. Dicta decretos de
necesidad y urgencia y el veto de promulgación parcial, el cual permite al presidente
rechazar en parte un proyecto de ley sancionado por el Poder Legislativo y promulgar el
resto. La parte no promulgada vuelve al Congreso, que puede volver insistir en su proyecto
original. La elección para elegir presidente se realiza de forma directa, si la fórmula
presidencial no alcanzara el 45% de los votos, con una diferencia de diez puntos con
respecto al segundo candidato más votado se realizará un ballotage o segunda vuelta. El
período presidencial tiene una duración de cuatro años con la posibilidad de la reelección
inmediata por un período consecutivo. Para aspirar a un tercer mandato, el eventual
candidato debe esperar un intervalo de cuatro años. El vicepresidente, es también el
presidente del Senado, pero solo tiene derecho a voto en caso de que se produzca un
empate en la votación. El poder Ejecutivo tiene a su vez la figura del jefe de gabinete de
ministros. El objetivo de este cargo es el de conducir las cuestiones administrativas del
Estado.
El Poder Legislativo.
- Función representativa: cuando los ciudadanos votan en las elecciones legislativas, eligen
a quienes los representarán en el Congreso. Los parlamentos en su conjunto representan a
la ciudadanía al expresar sus demandas e intereses.
- Función de control: El Congreso debe supervisar que se cumpla debidamente con las
responsabilidades de gobierno y cuenta, para ello, con la posibilidad de investigar y requerir
informes. Puede juzgar a los miembros de otros poderes.
La Cámara de Diputados está compuesta por 257 diputados elegidos por el voto directo de
la ciudadanía mediante el mecanismo de representación proporcional. Esto significa que la
cantidad de legisladores por cada distrito (23 provincias y la C.A.B.A.) se determina en
función de la cantidad de población. Los diputados permanecen cuatro años en sus cargos
y se renuevan por mitades cada dos años. Pueden ser reelegidos.
La Cámara de Senadores está compuesta por 72 senadores, a razón por tres por cada
distrito. La duración de su mandato es de seis años y pueden ser reelegidos, pero la Cámara
se renueva parcialmente cada dos años.
*Facultad Legislativa: habilita al Congreso para formular y sancionar las normas de carácter
general.
*Facultad Constituyente: es el único órgano de poder que tiene esta función, es el habilitado
para declarar la necesidad de reformar la Constitución nacional ya sea en forma completa
o sólo algunas partes. Para hacerlo, se requiere la aprobación de dos tercios de los
miembros de ambas cámaras.
*Control externo del sector público, en sus aspectos patrimoniales, económicos, financieros
y operativos, sobre la base de los dictámenes que produce la Auditoría General de la Nación.
Los proyectos de ley deben ser tratados por ambas cámaras. Estos ingresan o se elaboran
en una de las cámaras, que se denomina cámara de origen. La otra, que también trata el
proyecto, se denomina cámara revisora. Los proyectos son evaluados por comisiones,
grupos de diputados o senadores que se especializan en determinados temas. Estas
comisiones emiten un dictamen, que es elevado para su tratamiento en sesiones plenarias,
es decir, de la cámara en su conjunto. Las leyes pueden tener su origen en cualquiera de las
cámaras del Congreso. Los proyectos pueden ser presentados por sus miembros, por el
Poder Ejecutivo o por iniciativa popular. Para que sean convertidos en ley, deben ser
aprobados por ambas cámaras y por el Poder Ejecutivo de la Nación, que promulga las leyes.
Las votaciones de ambas cámaras deben ser nominales por sí o por no. Esto significa que se
registran el nombre y el apellido del legislador junto con el sentido de su voto. Tanto los
nombres y fundamentos de los sufragantes como las objeciones del Poder Ejecutivo deben
ser publicados por la prensa. Si un proyecto de ley es desechado totalmente por una de las
cámaras no se puede volver a presentar en las sesiones ordinarias de ese mismo año.
Las sesiones plenarias deben ser públicas. Para que las cámaras puedan sesionar, la
Constitución nacional exige que estén presentes, como mínimo, la mitad más uno de sus
miembros, es decir, su mayoría absoluta. Esta cantidad se denomina quórum. También se
denomina quórum la cantidad mínima de votos que se exige para aprobar determinados
proyectos. Para temas de trascendencia institucional se requiere un quórum especial.
Las sesiones del Congreso tienen cuatro categorías, tres previstas en la Constitución y una
en los reglamentos internos de las cámaras. Las tres primeras son las sesiones ordinarias,
las de prórroga y las extraordinarias. La cuarta corresponde a las llamadas sesiones
preparatorias que anteceden a las ordinarias. El Congreso tiene asignado un período
ordinario de sesiones entre el 1 de marzo hasta el 30 de noviembre. Entre ambas fechas
hay un receso. Las sesiones ordinarias se pueden prorrogar y el presidente de la Nación
puede convocar a las cámaras a reunirse en sesiones extraordinarias. En ocasiones
especiales, ambas cámaras se reúnen en conjunto, esta reunión se denomina Asamblea
Legislativa.
El Poder Judicial.
Complejo: pues está integrado por varios órganos: jueces, tribunales, cortes en cada
jurisdicción y con competencia (civil, comercial, penal, laboral, etc.)
De acuerdo con la organización federal del Estado argentino, nuestra Constitución creó un
doble orden judicial: por un lado, una justicia nacional o federal, y por otro lado, una Justicia
ordinaria o común. La justicia federal ejerce sus atribuciones en todo el territorio de la
Argentina (artículo 116). Actúa también sobre cualquier asunto en aquellos lugares
sometidos a la potestad del gobierno nacional. La Justicia común es ejercida por los
tribunales locales de cada una de las jurisdicciones provinciales, organizados de acuerdo
con sus respectivas constituciones locales.
El poder Judicial está organizado en varias instancias. Todas las causas se plantean ante los
jueces de primera instancia, por lo general organizados en la forma de juzgados
unipersonales (un juez). Si después de que el juez dicta su sentencia, el demandante o el
demandado consideran que sus derechos no fueron reconocidos, puede apelar la decisión
del juez. En ese caso, la sentencia de primera instancia podrá ser revisada por los tribunales
de segunda instancia, organizados en una cámara integrada por tres jueces. La revisión de
las sentencias debe establecer si el juez valoró adecuadamente los hechos probados en el
transcurso del proceso y si interpretó el derecho aplicable al caso. En situaciones
excepcionales, los casos pueden llegar incluso a ser revisados por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación (la tercera instancia), si corresponde.
Los integrantes de este poder, es decir los Jueces, son asignados a sus cargos con carácter
permanente, para asegurar su independencia; son sedentarios porque solo cumplen
funciones en la circunscripción territorial de su juzgado; son inamovibles, porque solo
pueden ser removidos de sus cargos en determinadas circunstancias y siguiendo los
procedimientos establecidos a tal efecto, y son letrados, porque se requiere que tengan el
título de abogado.
Otro de los organismos del Poder Judicial en la Argentina es el Ministerio público, órgano
independiente de los tres órganos del Estado, integrado por un procurador general y un
defensor general, y también por los fiscales y los defensores oficiales de acuerdo con la ley
que lo reglamenta. Promueve la actuación de la justicia en defensa de la legalidad y de los
intereses generales de la sociedad, ejerce la defensa de los pobres quienes no tienen
recursos suficientes para pagar a un abogado particular y de los ausentes, representa y
defiende los derechos de quienes, por distintos motivos, no se han presentado al juicio.
También debe ejercer la defensa de los menores y los incapaces, de sus bienes y de sus
derechos en general.
Para ser miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, deben ser abogados con
ocho años de ejercicio en la profesión y, al igual que los senadores, deben tener 30 años de
edad como mínimo y seis años como ciudadanos de la Nación. El nombramiento de los
jueces de la Corte tiene un origen político, son designados por el presidente de la Nación
con el acuerdo del Senado.
La Democracia moderna
La igualdad, en las democracias modernas, es jurídica (es decir igualdad ante la ley) y
política. Esta es el segundo valor fundamental. Este valor no significa que se cancelen todas
las diferencias o incluso desigualdades de corte económico, social, cultural o físico, sino que
ninguna de tales diferencias o desigualdades puede legitimar el dominio de unos seres
humanos sobre otros y, por ende, la preeminencia política de los primeros sobre los
segundos. Por eso, es un principio básico de los procedimientos democráticos que cada
ciudadano tenga derecho a un voto. De esta manera, en el momento de emitir los sufragios
desaparecen las diferencias intelectuales, físicas o socioeconómicas, y cada votante tiene
exactamente el mismo peso en los comicios, sin importar su ocupación, su sexo, su fortuna
o sus capacidades personales. Pero el valor de la igualdad jurídica y política no sólo se realiza
en los comicios: implica, por el contrario, que todo ciudadano goza de los mismos derechos
y de las mismas obligaciones y, por ende, que no existan grupos, clases o capas sociales
privilegiadas con derechos políticos especiales, lo que explica que las normas jurídicas
democráticas tengan que ser universales al disponer los derechos y las obligaciones de
todos los ciudadanos, y que nadie -persona o grupo- pueda pretender colocarse por encima
del imperio de la legalidad. Siendo esas normas universales, su aplicación deberá ser
igualitaria, sin excepción de personas o intereses específicos o particulares.
Afirmar el valor de la fraternidad, es decir, afirmar que todos los seres humanos deben
tratarse como hermanos significa, en primer lugar, enfatizar los valores antes mencionados
de la libertad y la igualdad de los ciudadanos. Pero significa algo más, que resulta
importante para el buen funcionamiento de los procedimientos democráticos. A saber, que
a pesar de sus diferencias y conflictos de intereses o de opinión, los miembros de una
sociedad no deben verse como enemigos, es decir, como divididos en bandos contrapuestos
e irreconciliables, sino, en todo caso, como copartícipes parcialmente conflictivos en la
formación de la voluntad política nacional. En otras palabras, la democracia requiere, para
funcionar correctamente, que los conflictos no excluyan la cooperación, y que la
cooperación no excluya los conflictos. Por ello es éste, quizás, el valor más difícil de
entender y asumir dentro de las democracias modernas, pues supone dejar atrás
tradiciones y actitudes no sólo autoritarias sino beligerantes, fuertemente arraigadas en la
historia de la humanidad, y pasar a concebir y practicar la política de un modo distinto,
tolerante y racional. Asumir entonces el valor democrático de la fraternidad supone
reconocer que las contradicciones sociales, los conflictos entre grupos de interés o de
opinión, o entre partidos políticos, no son contradicciones absolutas, antagónicas, que sólo
puedan superarse mediante el aplastamiento, la exclusión o la aniquilación de los rivales,
sino contradicciones que pueden y deben tratarse pacífica y legalmente, es decir, mediante
procedimientos capaces de integrar, negociar y concertar soluciones colectivas legítimas y
aceptables para todos. Por ello, la democracia política es prácticamente imposible cuando
la sociedad se encuentra desgarrada por polarizaciones extremas, cualquiera que sea su
naturaleza, pues entonces no existe la posibilidad de llegar a acuerdos y compromisos y sólo
queda la «solución» de fuerza, la exclusión, el aniquilamiento, el sometimiento absoluto de
los derrotados, situaciones todas radicalmente incompatibles con los valores democráticos
en su conjunto. A pesar de lo dicho, existen algunos sectores políticos que anhelan a una
mejor igualdad material de los ciudadanos, por medio de la distribución de la riqueza. Esta
funciona en los tipos de Estado de Bienestar o keynesiano. En otros casos, los partidos del
tipo socialista o comunista, buscan que el Estado controle exhaustivamente los medios de
producción, prohibiendo inclusive la propiedad privada.
Los elementos claves de una democracia moderna son:
- Una constitución, que define los derechos y los deberes básicos de los ciudadanos, las
funciones del Estado y los procedimientos de decisiones en la política.
Significado de Totalitarismo
- Líder carismático dictatorial (el führer en Alemania, el duce en Italia, el caudillo militar en
España y Japón).
- Nacionalismo extremo.
Regímenes totalitarios
El periodo suele dividirse en dos grandes etapas: la primera ocurre de 1919 a 1929, durante
la cual se procuró la consolidación de las democracias liberales, así como la reconstrucción
económica de los países afectados por la Primera Guerra Mundial. La segunda etapa se
caracteriza por el rechazo de la democracia y el auge de regímenes autoritarios y
totalitarios. El momento de ruptura fue la crisis económica de 1929, iniciado en los Estados
Unidos y que trajo como consecuencia -como un efecto dominó- crisis económicas, sociales
y políticas en todo el mundo capitalista.
Tras la Primera Guerra Mundial prevalecía la idea entre los Aliados de que las democracias
llegarían a alcanzar la normalidad de los años previos a la guerra y en cierta medida todo
parecía indicar que así sería: la mayoría de los países, que nacieron de los imperios
derrotados, adoptaban la democracia como modelo de gobierno y se dedicaban a la
reconstrucción económica. No obstante, el nacionalismo de los pueblos y la lucha de clases
propagada por el comunismo desestabilizarían el orden burgués, dando lugar a nuevos
sistemas políticos como los Estados totalitarios.
Fascismo italiano
La palabra “Fascismo” debe su origen etimológico al latín fasces (hacha o haz de las escoltas
romanas). El símbolo fascista hace referencia al hacha de metal sostenido por varas de
madera (“La unión hace la fuerza”) y representa así al Estado fascista (“El Estado por encima
del individuo”).
Después de la Gran Guerra de 1914-1918, Italia fue presa de un gran descontento popular
tanto político como social en contra del gobierno y de los Tratados de Paz firmados, ya que
éstos no se ajustaron necesariamente a las promesas hechas por los Aliados. En los “Catorce
Puntos” del presidente estadounidense Woodrow Wilson se les negó a los italianos
importantes reivindicaciones territoriales (a pesar de haber combatido desde 1915 al lado
de las potencias aliadas).
La crisis no solamente fue internacional, al mismo tiempo fue moral, política y económica.
Durante la guerra perecieron casi 700 mil soldados, hubo 1 millón de heridos; el país quedó
afectado por el desempleo y la inflación; y una crisis política con gobiernos rápidamente
alternantes. En este contexto, algunos partidos políticos de corte comunista y socialista
ocupaban fábricas y realizaban huelgas nacionales. En este contexto apareció en 1922 el
partido fascista organizado por Benito Mussolini; cuyas bases se encuentran en la
integración de las milicias juveniles llamadas Fascio di combatimento, surgidas en Milán en
1919, y que aparentemente luchaban por el establecimiento de una República Democrática
y Socialista.
Tras dividir una huelga general de obreros en marzo de 1922, 30 mil fascistas –apoyados
por grupos conservadores, de la clase media y de la burguesía– realizaron una violenta
marcha sobre Roma, mediante la cual lograron que el rey Víctor Manuel III le entregara el
gobierno a Mussolini, quien se autoproclamó inmediatamente Duce (dictador). Benito
Mussolini intentaría revivir la grandeza del antiguo Imperio Romano a través de su
dictadura. Fue precisamente este dictador quien planteó por primera vez el concepto de
“totalitarismo” ya que él mismo controlaría todos los aspectos de la vida italiana, puesto
que se hizo cargo de los ministerios de Guerra, de la Fuerza Aérea, de la Marina, del Control
Colonial y de los Negocios con el Extranjero.
Poco a poco Mussolini fue eliminando los aspectos democráticos de la sociedad italiana,
intimidando a opositores, haciendo ajustes constitucionales, implementando la censura y
el culto a su personalidad. Apoyado por las clases dirigentes, el fascismo se fue imponiendo
por medio de la violencia física e ideológica y el chantaje político. Su fuerza de choque
estuvo constituida por la integración de un ejército denominado “Camisas Negras” y pudo
imponerse gracias a la incapacidad de las instituciones democráticas tradicionales.
"Para el fascismo el Estado es lo absoluto, ante lo cual los individuos y los grupos no son
más que lo relativo […]. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.
El liberalismo negaba el Estado a favor del individuo; el fascismo reafirma al Estado como
la verdadera libertad del individuo. Este existe en tanto existe en el Estado; está
subordinado a las necesidades del mismo y a medida que la civilización adquiere formas
más complejas, la libertad del individuo se restringe cada vez más […]. Nosotros
representamos un principio nuevo en el mundo, la antítesis pura, categórica y definitiva
de la democracia, de la plutocracia, de la masonería…"
Benito Mussolini: La doctrina del fascismo (publicado por primera vez en Roma en la
Enciclopedia italiana de 1932), en Fernández, A. Historia Universal Contemporánea, p. 514.
Un paso importante en la consolidación de su poder fue el pacto que realizó Mussolini con
el Papa Pío XI. Desde la formación de Italia en 1860, la Iglesia católica había tenido
relaciones tensas con el Reino de Italia por los territorios papales perdidos y durante 59
años los papas no habían salido de su palacio del Vaticano a modo de protesta en contra de
los gobiernos italianos.
Ganarse a la Iglesia fue una importante jugada propagandística para Mussolini y en 1929, el
Pacto de Letrán reconoció al Estado independiente del Vaticano.
Una de las características del fascismo italiano fue su política expansionista: en 1911 Italia
le arrebató a los turcos el territorio africano de Libia para lanzarse luego a la conquista de
nuevos territorios (Etiopía sufrió la ocupación de la Italia fascista entre 1935 y 1941). Al
mismo tiempo apoyó al régimen de Francisco Franco durante la guerra civil española y en
1939 ocuparía también Albania con la pretensión de hacer resurgir el antiguo imperio
romano.
- El imperialismo colonial.
Con el Tratado de Versalles de 1919, Alemania fue declarada culpable de la Guerra y los
aliados disolvieron el antiguo Imperio, exiliando al emperador Guillermo II para que se
construyera una nueva república parlamentaria sobre las cenizas del segundo Reich.
El reto de la República de Weimar fue doble. En primer lugar, construir una democracia
parlamentaria viable, con base en una nueva constitución, que además de las libertades
individuales características del liberalismo político incluyera derechos económicos y
sociales (al trabajo, a la vida digna, a la vivienda…) estableciendo así un modelo de Estado
interventor, parecido en este aspecto a los artículos sociales de la constitución mexicana de
1917. La construcción política de Alemania fue compleja porque por un lado se mantuvieron
elementos de la antigua estructura imperial con una administración central del Reich (reino)
liderado por un presidente y un tipo de sistema federativo con 17 estados con amplias
prerrogativas sobre justicia, policía y salud. En segundo lugar, la normalización de las de
relaciones internacionales para tratar de solucionar la crisis económica, que era aún más
aguda debido al pago de las indemnizaciones como fue establecido por los Tratados de
Versalles.
Durante estos años la crisis económica y la fuerte inflación, así como el conflicto de clases,
las luchas por el poder político y divergencias ideológicas entre comunistas, socialistas,
nacionalistas, liberales, conservadores, etc. dificultaban el consenso sobre el futuro alemán.
Algunos fueron buscando culpables del malestar y una serie de crisis pequeñas seguidas por
la crisis de 1929 provocaron el colapso gradual de la nueva república germana.
Desde la cárcel escribe su ideario conocido como Mein Kampf (Mi Lucha) en el que plantea
las bases de la doctrina nazi. Las ideas fundamentales de este texto son la superioridad de
la raza aria, el racismo, en particular el antisemitismo, el rechazo al liberalismo, socialismo
y al comunismo; su ideología militarista y la expansión territorial justificada mediante el
concepto de lebensraum o “espacio vital”.
Nazismo alemán
"Es muy difícil realizar un análisis racional del fenómeno del nazismo. Bajo la dirección de
un líder que hablaba en tono apocalíptico de conceptos tales como el poder o la
destrucción del mundo, y de un régimen sustentado en la repulsiva ideología del odio
racial, uno de los países cultural y económicamente más avanzados de Europa planificó la
guerra, desencadenó una conflagración mundial que se cobró las vidas de casi cincuenta
millones de personas y perpetró atrocidades —que culminaron en el asesinato masivo y
mecanizado de millones de judíos— de una naturaleza y una escala que desafían los
límites de la imaginación. La capacidad del historiador resulta insuficiente cuando trata
de explicar lo ocurrido en Auschwitz."
Ian Kershaw (1993) en Hobsbawn, E., Historia del Siglo XX, p. 116.
Para 1935, el totalitarismo impuesto por Adolfo Hitler era evidente, ya que estableció un
gobierno dictatorial rigurosamente centralizado; incendió el Parlamento en 1933 acusando
a los comunistas, encarceló y asesinó a opositores, abolió la Constitución de Weimar,
disolvió el Reichstag (parlamento), suprimió los partidos políticos (menos el Nazi), asesinó
a los competidores –entre los cuales se destaca Ernst Röhm- dentro de su propio partido
durante “La Noche de Cuchillos Largos” (30 de junio de 1934); se alió con grandes magnates
financieros como el grupo Schroeder y Thyssen para asegurar el poderío económico y las
asociaciones obreras dejaron de existir, en su lugar apareció un sindicato único, el Frente
Alemán del Trabajo.
En estos años aplicó de manera sistemática el boicot a los establecimientos judíos para
culminar en 1938 en la “Noche de los cristales rotos”, este extremismo racial fue obra de
Hitler y del líder de la SS, Heinrich Himmler, quien buscaba convertir sus tropas de élite en
“guardianes de la pureza racial” para destruir “razas inferiores” y procurar así la perfección
del método de selección biológica.
El medio más importante para implementar estas políticas fue el Partido Nazi. Éste se
encontraba fuertemente jerarquizado con un grupo dirigente (entre los cuales se
encontraban Goering y Hess), un grupo de 34 Gauleiter (responsables locales), una sección
paramilitar que fungía como guardia personal de los líderes y como grupo de choque
liderado por Röhm, la SS (Schutzstaffel) de Himmler que se dedicaba a la policía y el control,
la policía política o Gestapo (GeheimeStaatspolizei) y las juventudes hitlerianas. Así con el
tiempo el Partido fue tomando control sobre la administración total del Estado alemán. Para
convencer y utilizar al pueblo como fuerza política se implementó un fuerte control sobre
los medios mediante el programa de propaganda de Joseph Goebbels y movilizaciones
masivas, especialmente en la ciudad de Núremberg que Hitler consideraba la más alemana
de todas.
- El racismo.
- El nacionalismo.
- El autoritarismo dictatorial.
- El pangermanismo.
- El militarismo.
Durante la década de 1920 surge una resistencia al gobierno por parte de grupos de
izquierda: sindicatos socialistas, anarquistas y el Partido Comunista de España, que se
organizó con apoyo de la Tercera Internacional de Moscú. Tras una derrota contra los
pueblos del desierto en la colonia española de Marruecos, se cuestionó fuertemente a la
monarquía y el general Miguel Primo de Rivera instauró una dictadura militar. Durante su
dictadura se agudizó el enfrentamiento con los grupos de oposición de izquierda y con las
minorías culturales (catalanes y vascos). Se suprimieron los partidos políticos y la libertad
de prensa, pero al mismo tiempo se pactó con la Unión General de Trabajadores, el
sindicato socialista más grande.
Las elecciones de 1931 terminaron en una rotunda victoria para una coalición de
republicanos, socialistas y catalanes que hizo abdicar al rey español el 14 de abril, dando
paso a la proclamación de la Segunda República Española. El nuevo gobierno promulgó una
nueva Constitución buscando mejorar la situación económica (agricultura e industria),
social (derechos individuales y sociales), política (estableciendo la separación Iglesia-Estado,
dando autonomía a las minorías culturales y el voto femenino) y cultural (reorganizando el
sistema educativo) del país.
Los diversos grupos de la derecha española emprendieron varios intentos para derrocar al
gobierno popular y el 29 de octubre de 1932 se organizaron en un nuevo organismo político:
la Falange Española. Liderado por José Antonio Primo de Rivera (hijo del dictador Primo de
Rivera), la Falange, de inspiración nazifascista, representaba los intereses de los grupos más
reaccionarios de la sociedad y tenía como propósito centralizar el poder en manos de los
militares con el objeto de “defender la familia, las profesiones, la justicia y la patria”.
En ese contexto se agudizó la lucha entre la izquierda y la derecha, sin que ningún bando
obtuviera la hegemonía en el país. Durante las elecciones de 1936, el Frente Popular,
compuesto por una coalición de las izquierdas de toda la península ibérica ganó las
elecciones e intentó retomar las reformas de cinco años atrás. Ante tales acontecimientos
políticos, el 18 de julio de 1936, el alto mando del ejército español realizó un
pronunciamiento o golpe de estado para derrocar al Frente Popular. No obstante, el ejército
quedó dividido en una facción que apoyaba al gobierno de izquierda y otra comandada por
Francisco Franco que buscaba derrotarlo. Con apoyo de la Falange, monarquistas, el clero,
los terratenientes y el gran empresariado, Franco realizó un asalto con tropas marroquíes y
españolas dando así inicio a la llamada Guerra Civil Española.
La Unión Soviética siguió mandando apoyo al Frente Popular, a pesar de haber aceptado la
no intervención británica, y aprovechó para liquidar a los principales líderes de izquierda
española que se alineaban con el ideario estalinista. En 1937, con apoyo de tropas
nazifascistas, los nacionalistas ejecutaron la “Operación Cóndor”, en la que cayeron muchas
ciudades republicanas, como la de Guernica que fue magistralmente retratada por Pablo
Picasso. Se replegaron a Cataluña y resistieron el asalto franquista y nazifascista hasta el 28
de marzo de 1939, cuando las tropas del general Franco hicieron su entrada triunfal en
Madrid, con esto se daba por hecho el fin del gobierno republicano e inició la dictadura
franquista.
El franquismo logró su triunfo en España al interior debido al apoyo recibido del ejército, la
iglesia católica, los grandes terratenientes, la alta burguesía industrial y financiera, e incluso,
de una buena parte de las clases medias españolas; al exterior recibió recursos humanos y
materiales de Alemania e Italia.
El balance de la guerra civil española fue de un millón de muertos y un país desgarrado por
las diferencias ideológicas, por ello, para evitar represalias, muchos republicanos arribaron
por exilio a Latinoamérica –particularmente a México-. Francisco Franco se autonombró
como “Caudillo” y encabezó el país -aislado del resto del mundo- hasta el año de su muerte,
1975.
Significado de Oligarquía
Este pequeño grupo se caracteriza porque tiende a controlar las políticas sociales y
económicas del Estado a favor, sobre todo, de sus propios intereses.
La palabra, como tal, proviene del griego ὀλιγαρχία (oligarchía), que se compone de las
raíces griegas ὀλίγος (olígos), que significa ‘pocos’, y ἄρχω (arko), que podemos traducir
como ‘gobernar’ o ‘comandar’. En síntesis, vendría a significar “gobierno de unos pocos”.
El término también se aplica a los grupos sociales que monopolizan la economía, el poder
político y la influencia cultural de un país, independientemente de que la democracia sea el
sistema político vigente. No obstante, un régimen oligárquico es más parecido a una
dictadura o una tiranía que a una democracia.
Así, hay distintos tipos de oligarquía: oligarquía financiera, que controla el sistema
económico; oligarquía terrateniente, compuesta por los principales latifundistas (como, por
ejemplo, la del porfiriato, en México); oligarquía criolla, formada por las familias
privilegiadas por el sistema colonial.
Estos esquemas sociales oligárquicos se han dado a lo largo de la historia en multitud de
civilizaciones, tanto europeas, como africanas, asiáticas o americanas, y continúan vigentes
en muchos lugares del mundo.
Unidad 2
Se llama derecho positivo al conjunto de normas jurídicas escritas, que a su vez han
cumplido con los requisitos formales que deben efectuarse para la creación de las leyes
conforme a lo establecido a la Constitución de la República.
En base a lo anterior, los ciudadanos acuerdan como quieren regir sus vidas, definen como
estará organizado el Estado y pasa de ser un Poder Constituyente de los ciudadanos al Poder
Constituido del Estado, porque ya está formado y establecido quedando plasmado en la
Constitución Nacional todo lo acordado por éstos.
Por otro lado, el derecho positivo se caracteriza por gozar de vigencia o carecer de esta, es
decir, si tiene vigencia es porque la ley rige en la actualidad, y aún no ha sido derogada por
otra ley, lo cual hace que dicha ley vincule a todos los ciudadanos y su cumplimiento sea
obligatorio para todos. Si por el contrario carece de vigencia, quiere decir que existe otra
ley que la derogó, y por lo tanto, su cumplimiento no es obligatorio en virtud de la existencia
de la nueva ley, la cual goza de vigencia, y su incumplimiento es reprochable.
También hay autores que explican o exponen que el derecho positivo es un derecho dado
por el Estado, ya que una vez que el Estado queda constituido y se delega al Poder
Legislativo la función de la creación de las leyes, previo cumplimiento de los deberes de
forma y de fondo para la creación de estas. Por lo tanto, la ley debe de ser entendida como
derecho positivo, producto de esa función del Estado de legislar, que fue dada por todos los
ciudadanos al momento de pactar las normas que regirán la convivencia de todos y cada
uno de los ciudadanos de un país.
Para los defensores del derecho positivo no cabe más opción que decir que el derecho
positivo abarca un solo derecho, es decir, no existe ningún otro derecho capaz de influir en
el mundo del Derecho, para hacer énfasis en que el derecho natural no existe, o si existe
dependerá en parte de lo que el propio derecho positivo le permita existir, lo cual desarrolla
el llamado monismo jurídico, es decir el positivismo.
He aquí la discrepancia entre el derecho positivo y el derecho natural, lo cual hace una
extensa batalla entre uno y otro y las diferentes posturas que existen entre los catedráticos
del derecho.
Por eso el derecho positivo está basado en el iuspositivismo, corriente filosófica-jurídica
que el único derecho válido, es aquel que es creado por el hombre, más específicamente
por el Estado, a través de uno de sus poderes como lo es el Poder Legislativo, el cual se
encarga de la creación de las leyes en un país.
Sin embargo, existen autores que defienden que tanto el derecho positivo, como el derecho
natural existen, y estos a su vez se complementan, porque aunque exista un derecho
inherente al ser humano, algunos derechos inalienables, derechos fundamentales, estos
deben ser respetados por las leyes de los distintos ordenamientos jurídicos.
Por otro lado, toda norma positiva ha de estar escrita, publicada, difundida en la comunidad
a la que rige, es decir, debe ser de conocimiento público. Una ley no puede ser obedecida
si nadie la conoce, y para eso existen los soportes físicos en los que se imprime y hace
circular la normativa jurídica: constituciones, códigos de diversa índole, normativas, etc.
- Derecho constitucional. Aquel que organiza los poderes públicos, las atribuciones propias
del Estado y su relación con la ciudadanía.
- Derecho internacional público. Aquel que rige y regula las relaciones entre los distintos
Estados que existen en una región geográfica determinada (que puede ser el mundo todo).
- Derecho eclesiástico. Aquel que rige la relación entre las instituciones religiosas y el
Estado.
- Derecho civil. Aquel que regula las relaciones privadas entre las personas, sus derechos,
libertades, patrimonios y transmisión de bienes hereditarios.
- Derecho comercial. Aquel que rige las transacciones e intercambios de bienes y servicios.
- Derecho laboral. Aquel que rige las relaciones de trabajo, es decir, patrones y trabajadores.
- Derecho rural. Aquel que regula los asuntos del campo y la producción de alimentos.
Esto significa, en términos concretos, que las normas promulgadas por el derecho público
son normas de subordinación, ya que el Estado es el garante del pacto social y es quien
debe velar por el cumplimiento de las leyes y de lo establecido en la Constitución Nacional,
incluyendo vigilarse a sí mismo.
En cambio, las normas del derecho privado son nombras de coordinación, pues sirven para
poner de acuerdo o regular las negociaciones entre dos partes independientes e iguales
ante la ley, para garantizar que ninguna ejerza acciones indebidas sobre la otra.
También existe la posibilidad de que el Estado mismo actúe como un particular, comprando
o vendiendo bienes y servicios, negociando con otros Estados o con particulares
internacionales, etc. En esos casos, también, hablaremos de derecho privado, ya que el
Estado se someterá como una persona cualquiera a los términos de igualdad ante la ley y
de autonomía de la voluntad.
Los derechos humanos
Hoy se habla con frecuencia de derechos humanos en los medios de comunicación, en las
escuelas, en los discursos políticos. La expresión se utiliza a un sinnúmero de situaciones.
Este concepto, tan habitual en la actualidad, tuvo su origen en Europa a fines del siglo XVIII,
cuando comenzó a plantearse que las personas eran titulares de derechos, y quedó definido
en 1948, con la Declaración Universal de Derechos Humanos.
La idea de que todas las personas son iguales en derechos y, por lo tanto, merecen tener
las mismas posibilidades generó conflictos y ocasionó revueltas sociales y políticas en
Europa. Las revoluciones impulsadas fundamentalmente por la burguesía hicieron sucumbir
la monarquía absoluta como forma de gobierno. Luego, además, se aprobaron leyes y
documentos que reconocieron algunos derechos. La Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, de 1789, fue uno de los principales legados de la Revolución
Francesa.
El eje de los derechos humanos es la vida, entendida como la síntesis de lo físico y lo psíquico
en el marco de la vida social. El derecho a la integridad física y el derecho a la subsistencia
hacen referencia a lo físico, y la libertad de expresión, de credo y de educación corresponde
al ámbito de lo psíquico, mientras que el derecho a participar en la cultura y a asociarse con
otros para desarrollar una actividad política, al aspecto social.
Si se analiza la historia de la humanidad, es posible ver que en todos los tiempos hubo
personas sometidas a la esclavitud, condenadas a vivir en la pobreza, o segregadas y
perseguidas por distintos motivos (por ser consideradas “bárbaras”, por ser extranjeras o
por tener una ideología o creencias diferentes de las dominantes, por ejemplo). También se
puede observar que, al mismo tiempo, muchos hombres y mujeres mostraron un impulso
superador y de integración del otro; estas actitudes buscaron unir a las personas más allá
de sus características visibles. Esta tensión desencadenó luchas y enfrentamientos que, en
algunos periodos, adquirieron mayor virulencia, pero también produjeron avances en el
conocimiento de derechos.
El nacimiento de la idea de derechos inalienables, que abarcan a todas las personas y que
necesitaban ser reconocidos por las leyes, se puede ubicar en la constitución de los Estados
modernos, en Occidente. Después, la Revolución Francesa, con la declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, planteó una serie de reivindicaciones
acorde a los intereses de la burguesía, pero con tono universal: no solo para los ciudadanos
sino para todos los hombres. Paradójicamente, el proceso revolucionario desembocó en el
avance imperialista de Francia, ya que Napoleón Bonaparte invadió varias naciones
europeas con el pretexto de difundir los ideales que, así, se convirtieron en la bases de las
constituciones liberales de Europa y de los Estados que comenzaban a formarse en América
Latina. Durante la segunda mitad del siglo XIX, en Europa hubo varias revueltas populares
que sostuvieron que los derechos seguían siendo un privilegio de los propietarios del capital
y pretendían su expansión real a todas las personas.
El surgimiento y progreso de los derechos humanos es un ida y vuelta entre los que tienen
poder y los que no. Son conquistas sucesivas a partir de luchas sociales, no siempre
pacíficas.
El surgimiento de los derechos humanos tuvo lugar en los países desarrollados del
hemisferio occidental; estos países los impulsaron y luego consiguieron el apoyo del resto
de las naciones.
En el mundo, existen numerosas comunidades morales y políticas, cada una con su propia
cosmovisión, sus valores y costumbres. Esta diversidad representa un conflicto entre lo
universal de los derechos humanos, es una manera de imponer la cultura occidental
avasallando las diferencias étnicas. Frente a este planteo, los defensores de la
universalización afirman que la aspiración a tener una vida digna es inherente a la condición
humana y que las diferencias de regímenes políticos, modos de organización social o
características culturales no son razones para menoscabar ese deseo.
Uno de los logros más importantes de las Naciones Unidas es la Declaración de los Derechos
Humanos (DUDH), que fue adoptada el 10 de diciembre de 1948, en París. Esta declaración
es la piedra fundacional de todas las normas internacionales sobre derechos humanos.
Funciona como norma común de comportamiento de todos los Estados frente a las
personas sin distinción de ningún tipo. Su carácter universal se sustenta en la idea de que
todos los seres humanos somos libres e iguales en dignidad y derechos y, en consecuencia,
no se admite ningún tipo de discriminación.
Todos los Estados miembros, al ratificarlo, asumieron la obligación de respetar los derechos
enmarcados en el pacto, en su territorio o bajo su jurisdicción.
El pacto tiene seis partes con un total de 53 artículos. Se asegura a través de este
instrumento la protección de la integridad física del individuo (por ejemplo, en contra de
ejecución, tortura y detención arbitraria). A su vez, se garantiza la protección por motivos
de género, religiosos, raciales o cualquier otra forma de discriminación. También se expresa
la obligación de todos los Estados de respetar la libertad individual de creencia, expresión y
libertad de prensa.
El pacto tuvo como fin asegurarse de que todos los Estados miembros de las Naciones
Unidas respetaran a todas las personas que habitaban sus territorios en términos políticos
y civiles.
Actividad
Los derechos humanos están ligados al cuerpo jurídico que producen los Estados. Estos son
los responsables exclusivos de su cumplimiento y vigilancia. Existe, entonces, una relación
unidireccional de derechos y obligaciones entre el Estado y los ciudadanos. El Estado es el
único y legítimo representante político del bien común y, por lo tanto, el exclusivo
responsable de los derechos de sus ciudadanos. Por ese motivo, en caso de violación de
estos derechos, es el único que puede ser demandado. Por su parte, los ciudadanos son
titulares de los derechos sin ninguna contraprestación ni condición.
Golpe de Estado
Un golpe de Estado es la toma del poder político, de un modo repentino y violento, por
parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un
Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el poder vigentes con anterioridad. Es
un movimiento de fuerza que depone a las autoridades legítimas, para remplazarlas por
otras. Muchos golpes de Estado se produjeron para frenar cualquier tipo de
transformaciones socioeconómicas a que se disponía un gobierno constitucional.
Históricamente, los golpes de Estado los hacían quienes controlaban las Fuerzas Armadas,
transformándose en el brazo armado de las clases acomodadas. Cualquier tipo de política
(ya sea distributiva, o de corte socialista), que podía perturbar los intereses de las clases
acomodadas, eran motivo de una asonada militar, que interrumpía el gobierno
constitucional. En la actualidad, para hacer caer a un gobernante legítimo, que favorece a
los intereses de las clases populares, se utiliza el tipo de Golpe de Mercado, organizado por
poderosos grupos económicos, utilizando la desestabilización, el caos económico y el
desabastecimiento de productos básicos de los ciudadanos. Es recurrente el uso de los
Medios masivos de Comunicación, por estos poderosos grupos económicos, quienes buscan
el desprestigio de los gobernantes populares a través de las llamadas operaciones de prensa
y la instalación de mentiras institucionalizadas.
Muchas veces se confunde Golpe de Estado y Revolución, donde esta última es una
transformación socioeconómica profunda de una sociedad determinada, debido a que
tomó el poder una clase o grupo social que antes estaba marginado del mismo. En otras
palabras, este grupo cambia todos los aspectos de la vida de la sociedad, provocando una
transformación total: política, social, económica, cultural, etc. Ej.: Revolución Francesa,
Mexicana, Rusa, China, Cubana, Nicaragüense, etc. Cuando otro grupo busca frenar, a
través de la fuerza, estos cambios, se denomina contrarrevolución.
Un Estado de derecho está basado en la Constitución, que fue elaborada por medio de los
representantes del pueblo. Para modificar algo de la misma, hay resortes legales que lo
permiten. Los gobernantes acceden al poder mediante el sufragio popular; las leyes se
hacen en el Congreso; existe la división de poderes. Cuando en cambio, el proceso
institucional normal se interrumpe por medio de un golpe de Estado, nos encontramos
frente a un Estado de hecho o gobierno de facto. Al promover el golpe, sus integrantes
desarrollan una actividad ilegal, porque contravinieron las leyes y violaron la Constitución.
Sin embargo, cuando suben al poder, inauguran una nueva legalidad, muchas veces
convocando a elecciones restrictivas o fraudulentas, creando Estatutos sin respetar la
Constitución. Pese a haber roto ellos la legalidad, denominan a sus opositores subversivos,
sediciosos o conspiradores y los persiguen.
En Argentina se realizaron seis golpes de Estado durante el siglo XX, en 1930, 1943, 1955,
1962, 1966 y 1976. Los cuatro primeros establecieron dictaduras provisionales en tanto que
los dos últimos establecieron dictaduras de tipo permanente. En los 53 años que
transcurrieron desde el primer golpe de Estado de 1930, hasta que cayó la última dictadura
en 1983, los militares gobernaron 25 años, imponiendo 14 dictadores con el título de
«presidente». Un presidente de facto cada 1,7 años en promedio. En ese período todas las
experiencias de gobierno elegidas democráticamente (radicales, peronistas y radical-
desarrollistas) fueron interrumpidas mediante golpes de Estado. Al tiempo que el ejercicio
de las facultades de gobierno como del Estado, permitieron la persecución física e
ideológica de opositores políticos, gremiales, estudiantiles, obreros, y distintos tipos de
luchadores sociales.
Convivencia.
Convivencia y conflicto.
Las personas somos seres sociales y desde que nacemos necesitamos de otros para crecer
y desarrollarnos. Durante las sucesivas etapas de nuestra vida compartimos experiencias
con distintos grupos: familiares, amigos, compañeros, maestros, etc. En todos los ámbitos
convivimos con personas con necesidades e intereses diferentes. Por eso, convivir no
siempre es armonioso; aun cuando la convivencia esté regida por normas, suele haber
conflictos. Para resolver estos conflictos, a veces utilizamos la violencia, poniendo en riesgo
nuestro bienestar como el de la sociedad.
La convivencia es un aspecto central en la formación del ser humano. Para que esta sea
posible es necesario que existan códigos de comportamiento y reglas que contribuyan a que
las personas puedan desempeñar sus tareas dentro de la sociedad y a organizar los distintos
escenarios en los que transcurre la vida en común.
El primero de estos escenarios de convivencia es la familia. Allí incorporamos valores y
reglas básicas de comportamiento social y se aprenden las formas de relacionarse con los
demás. Es el proceso de socialización.
La convivencia en la escuela.
La escuela es uno de los primeros espacios de convivencia para el niño, fuera de la familia.
Allí comienzan a convivir con personas que no forman parte de su círculo íntimo. Se
adquieren nuevas normas e incorporan modelos de convivencia escolar, que amplían lo
aprendido en la familia.
Además, en la escuela se prepara a los alumnos para enfrentar la complejidad del mundo
adulto, la manera de relacionarse con las autoridades y con los profesores no será la misma
que se establece con los compañeros y amigos que comparten el aula.
La convivencia en la sociedad.
En toda sociedad existen distintos grupos sociales que comparten espacios y tiempos
determinados y tienen objetivos, intereses y gustos en común. Pueden ser los vecinos de
un barrio, los miembros de un club, los simpatizantes de un equipo deportivo, los
compañeros de trabajo, los integrantes de un partido político, etc.
Las pautas de convivencia contribuyen a crear, dentro de estos grupos, vínculos basados en
el cuidado y el respeto.
La vida en sociedad permite que los seres humanos puedan desarrollarse como personas.
Pero la convivencia no siempre transcurre en armonía. Tanto en la familia como en los
demás grupos sociales, las tensiones y desacuerdos son habituales. Porque vivir con otros
supone convivir con opiniones, ideas y valores distintos a las nuestras. Los conflictos son,
por lo tanto, habituales en las relaciones de convivencia.
Los conflictos.
Son situaciones en las que se enfrentan dos o más posiciones, intereses o necesidades, que
se perciben como contrapuestos o incompatibles. Es usual que los conflictos sean vistos
como algo negativo y que deben ser suprimidos rápidamente. Sin embargo, también se
pueden encontrar aspectos positivos en los conflictos. Las situaciones conflictivas nos
obligan a inventar o imaginar nuevas formas de hacer las cosas. Cuando las personas se
sienten mal o están incómodas con la vida que están llevando, el malestar que le producen
sus conflictos los hace modificar su forma de vida para producir cambios que contribuyen a
su bienestar y desarrollo personal.
En los grupos de trabajo o de estudio, los conflictos pueden funcionar como desafíos para
promover la creatividad y motivar a sus integrantes. Nos enseñan a convivir y cooperar con
nuestros pares, incorporando criterios diversos.
La historia humana en su conjunto se puede entender como una sucesión de conflictos que
contribuyeron a su transformación. Por eso las sociedades fueron cambiando a lo largo de
la historia.
La violencia genera vínculos sociales asimétricos en los que una de las partes ejerce un
forzamiento sobre la otra para obligarla a actuar en contra de su propia voluntad. El efecto
de la violencia es producir un daño, físico o psicológico, incluyendo la anulación de la
voluntad y la autonomía de las personas que son agredidas. Los violentos no reconocen al
otro como un semejante con los mismos derechos y lo despojan de su dignidad humana.
- Violencia dirigida contra uno mismo, incluye las formas de daño y descuido que una
persona se inflige a sí misma.
- Violencia interpersonal, cuando una persona agrede o maltrata a otra o a un grupo
pequeño de personas. Acá se incluyen las violencias intrafamiliares o de pareja, en
lugares de trabajo, escuelas, prisiones, residencias de ancianos, etc.
- Violencia colectiva, abarca los casos que son producidos por grupos grandes, como
milicias, organizaciones políticas o religiosas e instituciones del Estado. Pueden ser
conflictos armados, represión o vulneración de derechos por parte del Estado,
formas de crimen organizado, etc.
Todos los vínculos violentos tienen efectos negativos sobre las personas involucradas. Las
agresiones físicas, sexuales o psicológicas pueden provocar angustia, ansiedad o depresión.
Los individuos implicados en situaciones violentas suelen tener baja autoestima y gran
cantidad de inhibiciones, pueden tender a aislarse y presentar dificultades en los ámbitos
sociales que frecuentan. Esto se da generalmente en los niños y adolescentes que sufren
situaciones de abuso, acoso o maltrato.
La OMS recomienda una serie de estrategias para reducir la violencia en los círculos sociales,
por ejemplo:
Esfuerzos por modificar las normas sociales y culturales: son importantes las campañas de
educación pública para enfrentar los problemas de género, discriminación y prácticas
lesivas de los derechos humanos, profundamente instaladas en la sociedad.
Los conflictos son parte constitutiva de las interacciones humanas en todos los ámbitos de
la vida social. Las situaciones conflictivas pueden ser ocasiones propicias para que las
personas o grupos involucrados reconozcan la presencia de un problema, reflexionen sobre
los comportamientos que lo ocasionaron, revisen la forma de comunicarse y mejoren sus
vínculos. Para que los conflictos puedan tener efectos positivos es imprescindible
manejarlos a través de la cooperación y el diálogo respetuoso.
Los conflictos son situaciones en las que se enfrentan dos o más personas o grupos sociales
con necesidades, intereses, valores, afectos, conductas y objetivos distintos, y que se
perciben como contrapuestos o incompatibles. Pueden surgir en distintos ámbitos de la
vida social y tener diversas causas:
- Los prejuicios son una importante fuente de conflicto, cuando se juzga de antemano
y de manera negativa a personas o grupos, estableciéndose una actitud hostil que
no permite vínculos sanos, menospreciando las creencias y valores de los otros.
Pueden llevar a críticas, discriminación y violencia.
- Las diferencias en la percepción de la realidad y el manejo de información
incompleta o inexacta por parte de uno o de todos los integrantes de un grupo,
también puede ser el origen de conflictos.
- La distribución de recursos, quién recibe qué u obtiene algún beneficio, puede ser
causa de conflictos.
- También puede haber problemas si existen desacuerdos en relación a las metas u
objetivos que deben llevar adelante un grupo o si alguno de los integrantes
manifiesta intereses contrapuestos a otros.
- El estilo de las relaciones interpersonales y la estructura de organización de una
institución puede producir conflictos, si se permite la desigualdad o la exclusión o si
las normas son ambiguas o confusas.
Elementos de un conflicto.
Todos los conflictos no son iguales, pero se pueden encontrar elementos en común.
Identificándolos se aclararía la situación conflictiva para poder avanzar en una solución
adecuada.
Frente a los conflictos, las personas reaccionan de forma diferente. Algunos mantienen un
mismo estilo a lo largo de su vida, pero a veces pueden cambiar su forma de reaccionar
según el conflicto. Los individuos que tienden a priorizar sus propios intereses por sobre los
intereses de los demás y buscan ganar la discusión, manifiestan una posición controversial.
En cambio, los que tienen en cuenta los intereses del resto de los involucrados y buscan un
acuerdo aunque tengan que ceder, expresan una posición colaborativa. Basada en estas
posiciones, los especialistas en psicología de las organizaciones Kenneth Thomas y Ralph
Kilmann identificaron varios estilos para lidiar con los conflictos:
- Estilo competitivo: las personas que asumen este estilo buscan imponer sus
objetivos e intereses, tratando de resolver las cosas “a su modo”. Se desconocen los
intereses de los demás y se descuidan los vínculos interpersonales. El resultado es
que “uno gana y otros pierden”. En muchos casos, los conflictos de fondo no llegan
a resolverse, imponiéndose una posición y quedando otras personas heridas,
insatisfechas o resentidas, lo que puede hacer que el conflicto siga latente o resurja
más adelante.
- Estilo complaciente: es la contracara del competitivo. Se intenta satisfacer las
necesidades o intereses de las otras personas, a veces sacrificando sus propios
intereses. Tienen una postura cooperativa y se preocupan por preservar las
relaciones con los demás. Esto los lleva a ceder ante sus demandas y a dejar de lado
sus propios intereses. Este estilo puede contribuir a tapar o legitimar actitudes
agresivas, hostigamientos o intimidaciones de otros miembros del grupo.
- Estilo evasivo: hay personas que evitan los conflictos, no los afrontan o niegan su
existencia. No tienen en cuenta los intereses propios y los de los demás, evitando
confrontaciones. Esta actitud puede ser apropiada frente a disputas triviales, pero
puede generar conflictos latentes que derivarían en un problema mayor. Se pierden
también la oportunidad de lograr cambios positivos y soluciones al conflicto.
- Estilo de compromiso: las personas buscan resolver los conflictos mediante una
solución aceptable que satisfaga a todas las partes involucradas. Se busca que todos
cedan un poco y renuncien a algo para lograr avanzar en los objetivos generales y
en la búsqueda de un acuerdo. Este estilo se ubicaría en un punto medio entre el
competitivo y el complaciente y es eficaz cuando todos los involucrados quieren
encontrar una salida. Se lograría así una solución intermedia que implica un análisis
menos profundo de la situación.
- Estilo colaborativo: es el intento de trabajar con otras personas para encontrar una
solución que satisfaga plenamente los intereses de todos los involucrados en el
conflicto. Todas las partes deben tener confianza y deseo de superar las disputas,
encontrando alternativas comunes. Se deben escuchar todos los puntos de vista y
profundizar en los problemas para lograr una solución creativa que deje satisfechos
a todos. Todas las partes ganan sin que las relaciones interpersonales se deterioren.
A veces, para que esto sea posible, es necesaria la intervención una tercera persona
distante de las posiciones que se juegan en el conflicto.
Las personas deben poner en juego diversas herramientas y habilidades para lograr la
resolución de conflictos. La autorregulación y el control, para evitar comportamientos
agresivos o respuestas hirientes; la creatividad, para contribuir a elaborar soluciones
nuevas que satisfagan a todos; la asertividad, claridad para exponer sus propios intereses y
objetivos; la escucha activa, la posibilidad de estar abierto a puntos de vista diferentes; el
respeto, por sí mismo y por los demás, para que la solución del conflicto sea una experiencia
positiva para el desarrollo de cada uno.
Los mediadores son personas neutrales, aceptadas por todas las partes, que no tienen
poder de decisión sobre los acuerdos a los que pueden llegar. Su función es ayudar a
explorar los distintos elementos del conflicto, guiando el diálogo, garantizando una
comunicación eficaz de las posiciones. Contribuyen a pensar soluciones posibles al conflicto,
fijar las pautas de los acuerdos y establecer mecanismos para llevarlos adelante.
El mediador debe:
Unidad 3
Contenidos: -Partidos políticos. -Ciudadanía. -Evolución histórica en la Argentina. -El
sistema electoral y el sistema de los partidos políticos. -La participación política en una
sociedad democrática.
Para comenzar este recorrido, vamos a remontarnos al año 1853, cuando se sanciono la
constitucional nacional, que estableció la democracia representativa como forma de
gobierno.
En 1880, la ciudad de Buenos Aires se convirtió en capital federal y Julio A. Roca asumió
como presidente de la Nación. Roca y sus sucesores se poyaron en el Partido Autonomista
Nacional (PAN), que surgió como resultado de acuerdos entre los grupos de gobernantes
de las provincias. Hasta 1916 dominó la vida política y gano todas las elecciones nacionales
gracias al fraude. El PAN reflejo las ideas de los sectores más conservadores de la sociedad.
Su hegemonía coincidió con un régimen oligárquico en el que solo una minoría tenía
derecho al voto y eran muy pocas las personas con posibilidades reales de ejercer el poder.
En 1889 se creó un nuevo partido político, la Unión Cívica. Sus principales metas fueron la
denuncia del fraude y la lucha por democratizar la política buscando incluir a mayor
cantidad de personas en los procesos políticos y electorales. En 1891, la unión cívica de
dividió y una fracción del partido, liderada por Leandro N. Alem, paso a ser la Unión Cívica
Radical (UCR).
El Partido Socialista
Al mismo tiempo que nacía y se consolidaba la UCR, hubo otros cambios políticos en el país.
Con los inmigrantes (entre 1870 y 1914 llegaron más de 6 millones de personas, de las
cuales la mitad se quedo a vivir en el país) también arribaron ideas políticas novedosas
provenientes de Europa, en especial, de la mano de socialistas y anarquistas. La actividad
política que desarrollaron en sus lugares de trabajo -como el puerto, talleres y fábricas-
fueron las primeras expresiones del movimiento obrero en argentina. Los socialistas
fundaron el Partido Socialista en 1896 y su principal referente, Juan B. Justo, fue diputado
en 1904.
El Partido Justicialista
Perón se presento en las elecciones de 1946, y con el apoyo de una fracción desprendida
de la UCR – la Junta Renovadora-, y junto al Partido Laborista- un partido recién creado por
los sindicatos de la CGT-, resulto electo con algo más del 50% de los votos.
Perón creo el Partido Peronista, que después se convirtió en Partido Justicialista (PJ). Este
nombre hace referencia a uno de los tres pilares de la doctrina partidaria: justicia social,
independencia económica y soberanía política de la Argentina frente a cualquier imposición
extranjera. Existe formalmente desde diciembre de 1947, fecha en la que se aprobó su carta
orgánica.
A partir de 1993, algunos dirigentes del PJ comenzaron a hacérsela misma pregunta que la
ciudadanía porque consideraban que el partido en el gobierno estaba cada vez más distante
de las necesidades de la gente. Su desacuerdo con las medidas que tomaba el presidente
en ese momento, Menem, y con las formas de manejar las relaciones internas del partido,
determinaron que un grupo tomara distancia y organizara una nueva agrupación política
integrada también por seguidores de la Democracia Cristiana y agrupaciones de izquierda:
el Frente Grande.
Este hecho fue muy importante porque marco una tendencia que luego se fue
consolidando: las fracturas de los partidos tradicionales, el armado de alianzas y acuerdos
y la aparición de agrupaciones que deseaban establecer nuevas forma de hacer política.
Estas nuevas agrupaciones intentaron mostrarse como alternativas para los ciudadanos que
no se sentían representados por los partidos tradicionales.
De ese modo, surgieron y se organizaron partidos que pronto cobraron fuerza. Un claro
ejemplo es el del Frente Grande, que incorporo a sus filas más dirigentes y partidos
pequeños y se transformo en el Frepaso. Se presento en las elecciones presidenciales de
1995 y obtuvo un excelente resultado: 30 % de los votos. Si bien perdió frente a Menem
que fue reelecto, quedo demostrada la fuerza de esta agrupación. Al mismo tiempo quedo
en evidencia que el sistema de partidos argentino ya no se componía solo de los dos
partidos tradicionales sino que había otros grupos que participaban con gran apoyo de la
ciudadanía. Nuestro sistema de partidos se estaba transformando en lo que los especialistas
llaman pluripartidismo.
¿Es posible mantener una alianza que nació como una estrategia electoral? La historia
demuestra que, en cualquier país del mundo, cuando varias fuerzas políticas se unen sin
tener puntos fuertes de acuerdo más allá del deseo de ganar una elección, no es tan fácil
perdurar en el tiempo.
El PJ, también fracturado, volvió al gobierno. Durante los años siguientes, surgieron otras
experiencias políticas que buscaban, desde la oposición, renovar la política. Tal es el caso
del ARI, la Coalición Cívica o el PRO.
El Sistema Electoral
Un sistema electoral es un conjunto de reglas que determinan cómo se llevan a cabo las
elecciones y los referendos y cómo se determinan sus resultados. Los sistemas electorales
políticos están organizados por los gobiernos, mientras que las elecciones no políticas
pueden tener lugar en empresas, organizaciones sin fines de lucro y organizaciones
informales.
Los sistemas electorales consisten en conjuntos de reglas que rigen todos los aspectos del
proceso de votación: cuando se realizan las elecciones, a quién se le permite votar, quién
puede presentarse como candidato, cómo se marcan y emiten las papeletas de votación,
cómo se cuentan las papeletas de votación (método electoral), límites en el gasto de
campaña, y otros factores que pueden afectar el resultado. Los sistemas electorales
políticos están definidos por las constituciones y las leyes electorales, por lo general son
conducidas por comisiones electorales y pueden usar múltiples tipos de elecciones para
diferentes cargos.
Algunos sistemas electorales eligen a un único ganador para un puesto único, como
representante de distrito en una asamblea nacional, primer ministro, presidente o
gobernador, mientras que otros eligen múltiples ganadores, como miembros del
parlamento o juntas directivas. Hay una gran cantidad de variaciones en los sistemas
electorales, pero los sistemas más comunes son el escrutinio mayoritario uninominal, el
sistema de segunda vuelta electoral, el escrutinio proporcional plurinominal y la votación
preferencial. Algunos sistemas electorales, como los sistemas mixtos, intentan combinar los
beneficios de los sistemas no proporcionales y proporcionales.
El sistema de Partidos Políticos
En términos históricos los partidos políticos tienen una reciente vinculación con la
democracia. Un sistema de partidos políticos implica la estabilidad en la competencia entre
partidos, con raíces más o menos estables en la sociedad, la aceptación de partidos y
elecciones como instituciones legítimas para definir quién gobierna, y organizaciones
partidarias con reglas y estructuras razonablemente estables. Para caracterizar un sistema
de partidos se debe tener en cuenta el grado de polarización (la distancia ideológica entre
partidos) y la dirección de la competencia (centrífuga y centrípeta). Sobre la base de esto se
confirma una tipología de siete tipos:
Unipartidismo puro: Sólo hay un partido que tiene el derecho de gobernar, por lo
general sobre la base de la constitución vigente.
Unipartidismo hegemónico: Sistema que permite la existencia de una pluralidad de
partidos, pero sólo uno se impone largamente sobre el resto debido a nivel
organizativo, capacidad económica, inserción social, utilización del aparato estatal, u
otros motivos.
Unipartidismo predominante: Sistema en el que un partido tiene una influencia superior
a la de otros partidos y/o gana por mayoría absoluta en 4 o 5 legislaturas.
Democracia sin partidos: Forma de gobierno en la cual se
celebran elecciones periódicas sin la participación de partidos políticos, siendo todos
los postulantes candidatos independientes.
Bipartidismo: Dos partidos políticos de ideologías opuestas absorben la mayoría
abrumadora de los votos, dejando espacio escaso a otros partidos.
Pluripartidismo: Gran cantidad de partidos políticos tienen amplias posibilidades de
obtener el poder ejecutivo
Pluripartidismo polipartidista: Varios partidos políticos se reparten los escaños, estando
obligados a realizar coaliciones u otras formas de alianzas para alcanzar el poder.
Pluripartidismo de centro: Entre varios partidos políticos hay uno de centro que obtiene
la mayoría de los votos, pero que generalmente ha de realizar coaliciones con el resto
de partidos que adquieren más o menos votos según las tendencias del momento.
Según algunos autores, la gobernabilidad democrática se facilita en los sistemas de partidos
institucionalizados, que no estén polarizados o fragmentados, pero no son requisitos
indispensables para la gobernabilidad.
Unidad 4
Derechos de solidaridad
El derecho al desarrollo sostiene que toda persona y todos los pueblos son los sujetos
centrales del desarrollo humano y están facultados para participar en un desenvolvimiento
económico, social, cultural y político en el que pueden realizarse plenamente como
personas.
El derecho a un medio ambiente sano es una extensión natural de los derechos a la vida y
a la salud, que ya estaban consagrados en el Derecho Internacional. Esta nueva prerrogativa
abarca y amplía el derecho a una calidad de vida saludable, que garantice el bienestar físico
y mental. No cabe duda de que la degradación ambiental constituye una amenaza para la
vida y la salud humanas. Lo que se busca es que las sociedades establezcan una relación con
su ambiente (al realizar las actividades productivas, en los asentamientos, etc.) que tiendan
no solo a la conservación sino también al mejoramiento paulatino.
Otros, a la inversa, argumentando que se deben ejercer los derechos civiles y políticos en
primer lugar, no dedican esfuerzos ni recursos a garantizar los económicos, sociales y
culturales. Estas distorsiones se producen porque se niega la interrelación e indivisibilidad
de los derechos humanos. La visión en generaciones, dicen sus críticos, es fragmentaria y
tiende a presentar unos derechos como más avanzados que otros y así se corre el riesgo de
cumplir solo una parte de ellos.
Los cambios en las necesidades humanas, en los medios disponibles para su satisfacción y
en los intereses tanto de las clases que tienen el poder como de las que no lo tienen, van
modelando la evolución de los derechos humanos. Una muestra de este proceso es que los
derechos que fueron declarados indiscutibles y fundamentales en el siglo XVIII, como el
derecho a la propiedad, hoy están siendo sometidos a profundos cuestionamientos en las
declaraciones contemporáneas. Esto es lo que ocurre cuando se reconoce que los pueblos
originarios americanos son preexistentes a la colonización europea y que, en consecuencia,
la estructura de propiedad de la tierra y sus recursos se conformó a partir del despojo y la
apropiación forzosa. También ha resurgido la preocupación por derechos que fueron
legalmente reconocidos hace 200 años y cuya vulneración se consideraba superada en
muchos lugares del mundo. Por ejemplo, la falta de documentación de los migrantes o de
personas que viven en situación de indigencia representa la violación a los derechos a una
nacionalidad y al ejercicio de las libertades individuales.
Actividad
Familia.
La familia es un grupo social que esta constituido por personas vinculadas entre sí por
relaciones de distintos tipos.
*De parentesco: por ejemplo, entre abuelos y nietos, con tíos, etc.…
Con hijos, sin hijos, con ambos padres presentes o no, todas estas formas de convivencia
constituyen familias porque son grupos sociales con objetivos en común, relaciones de
cooperación y vínculos afectivos.
Familias Biparentales con hijos: son aquellas en las cuales el núcleo familiar completo
(pareja e hijos) conviven en un hogar. El formato “madre, padre e hijos” ha sido y continúa
siendo el modelo tradicional de familia.
Familias biparentales sin hijos: Se denominan así porque la pareja aún no a tenido
descendencia (hijos) o bien decidió no hacerlo. En la actualidad, encontramos mayor
número de familias de este tipo porque hay una tendencia a retrasar la edad de tener hijos.
Familias monoparentales: Son los casos de familias en la que los hijos conviven en el hogar
con uno solo de sus padres, ya sea porque existió una separación o porque alguno de ellos
falleció. La mayoría de las familias monoparentales están a cargo de una mujer. Los datos
demuestran que, después de una separación o un divorcio, es más frecuente que los hijos
queden viviendo con su madre y que ella sea la principal responsable y el sostén económico.
Familias ensambladas: quedan constituidas cuando una pareja, cuyos miembros se han
separado o enviudado anteriormente y ya tienen hijos, deciden formar una nueva familia.
En algunos casos vuelven a tener hijos en el contexto de la nueva familia.
Familias extendidas: son aquellas en las que el núcleo familiar convive con otros parientes,
por ejemplo, los abuelos o un tío o una tía. Algunas situaciones en las que puede
conformarse una familia extendida es cuando una mujer se separa o un hombre enviuda y
se va a vivir junto con otros adultos (los abuelos, por ejemplo), ya sea porque necesita
compartir los gastos o porque precisa la ayuda de otras personas para el cuidado de sus
hijos. Otro caso es el de las parejas jóvenes que no pueden acceder a una vivienda propia
y deciden compartir el hogar con algunos de sus padres.
Salud.
Existe también la salud mental, la cual se caracteriza por el equilibrado estado emocional de
una persona y su autoaceptación (gracias al autoaprendizaje y al autoconocimiento); en
términos clínicos, es la ausencia de cualquier tipo de enfermedad mental.
Estas definiciones han sido cuestionadas ya que se la considera una definición ideal, puesto
que no toda la población alcanzaría ese estado. Hoy asumimos que la salud es un proceso
en el cual el individuo se desplaza sobre un eje salud-enfermedad acercándose a uno u otro
extremo según se refuerce o rompa el equilibrio.
La salud se concibe como la posibilidad que tiene una persona de gozar de una armonía
biopsicosocial, en interacción dinámica con el medio en el cual vive.
Educación.
El TRABAJO es el medio por el cual cada persona o grupo social satisface sus necesidades.
Es la base para que la sociedad subsista y se desarrolle. Tradicionalmente se lo clasificaba
en dos categorías: trabajo manual y trabajo intelectual, pero en todo tipo de trabajo hay
actividades intelectuales y manuales.
Subocupación: son los que trabajan menos de 35 horas semanales y desean hacerlo por
más tiempo o los que aspiran a un empleo mejor del que tienen.
Los datos de desocupación y subocupación están relacionados con la pobreza social. En una
sociedad con elevadas tasas de desocupación, también existen elevadas tasas de
desnutrición infantil, déficit habitacional, mortalidad infantil y analfabetismo.
Es un deber del estado tomar medidas para evitar la falta de fuentes de trabajo y garantizar
a los trabajadores condiciones de trabajo dignas.
Recién a fines del siglo XIX surgen leyes que reconocen mejoras para los trabajadores:
jornada limitada, descanso dominical. En nuestro país, a principios del siglo XX se dictaron
leyes que marcaron los derechos y deberes laborales. Por ejemplo, en 1904 se reglamentó
el primer régimen jubilatorio establecido en el país, para el personal del Estado, y en 1905
la ley de descanso dominical.
El primer país que introdujo los derechos laborales en su constitución nacional fue México
en 1917. Alemania fue el primer país europeo en hacerlo en 1919. En este mismo año se
creó la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) con el objetivo de elaborar una
legislación del trabajo de proyección internacional. Su sede está en la ciudad de Ginebra
(Suiza).
En nuestro país, la Constitución Nacional de 1853 incluyó entre los derechos de los
trabajadores el de “trabajar y ejercer toda industria lícita” en el artículo 14. En 1949 fue
reformada, incorporándose los derechos del trabajador, en la presidencia de Juan Domingo
Perón. En 1955 fue declarada sin efecto la reforma de 1949 por un decreto de la dictadura
militar. En 1957 una Convención Constituyente agregó a la Constitución Nacional el artículo
14 bis, que enuncia los derechos individuales del trabajador y las garantías reconocidas a
las asociaciones gremiales.
Cada sindicato tiene un estatuto, que establece su estructura interna y debe ser aprobado
por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, según la legislación vigente. En la Argentina,
desde el año 2018, el Ministerio de Trabajo se transformó en Secretaría de Trabajo,
dependiente del Ministerio de Producción.
Estructura interna.
Todo sindicato tiene una comisión directiva, cuyos miembros son elegidos por el voto
directo de los afiliados. Esta comisión directiva distribuye las tareas a través de secretarías
(gremial, deportes, acción social, vivienda). La participación democrática del afiliado se
manifiesta también por la existencia de delegados y comisiones internas.
Un delegado es el afiliado que, en cada lugar de trabajo, es elegido por el voto de sus
compañeros para representarlos ante los organismos sindicales y ante la patronal. En los
establecimientos con gran cantidad de trabajadores se eligen varios delegados, quienes
conforman la comisión interna.
Las tareas de los delegados y comisiones internas en cada lugar de trabajo son la base
fundamental de la actividad sindical y de su práctica democrática.
A través de la acción de las obras sociales, divididas según rama de actividad laboral, los
trabajadores de escasos recursos tienen cobertura ante problemas de enfermedad y
también pueden acceder a lugares turísticos con gastos mínimos, como los hoteles
sindicales.
Los principales instrumentos que tienen los sindicatos para defender los intereses de los
trabajadores son:
- De primer grado: las asociaciones, son los sindicatos constituidos por trabajadores
que se desempeñan en una misma actividad y puede haber uno por cada provincia.
Ejemplo: A.T.S.A. (Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina).
- De segundo grado: son las federaciones, constituidas por varios sindicatos de una
misma rama, son nacionales. Ejemplo: F.A.T.S.A. (Federación de Asociaciones de
Trabajadores de la Sanidad Argentina).
- De tercer grado: son las confederaciones, que agrupan sindicatos y federaciones de
distinta actividad laboral. Ejemplo: C.G.T. (Confederación General del Trabajo) y
C.T.A. (Central de Trabajadores Argentinos).
En Europa.
A fines de la Edad Media, por la necesidad de mayor productividad por la ampliación de los
mercados, las formas y relaciones de producción se transformaron. El trabajo artesanal no
pudo satisfacer la mayor demanda de artículos. El operario era el dueño de las herramientas
y fabricaba piezas completas en pequeñas cantidades. El operario dejó de poseer los bienes
de producción y se convirtió en un trabajador asalariado, dependiente del que disponía del
capital (el mercader empresario) y aportando su trabajo a cambio de salarios muy bajos.
Los obreros – artesanos se rebelaron con frecuencia, pero eran movimientos de protesta
esporádicos, desorganizados y sin objetivos claros.
Estas transformaciones fueron creando las condiciones para la Revolución Industrial, que
modificó las estructuras sociales y económicas europeas. Surgió en Inglaterra a fines del
siglo XVIII y se extendió por varios países, fue el resultado de una serie de factores:
Las condiciones de trabajo de los obreros en las fábricas y en las minas eran deplorables:
Los obreros comenzaron a organizarse en los lugares donde había actividad fabril, primero
en Inglaterra, luego en Francia y el resto de Europa. Crearon asociaciones secretas y de corta
duración porque eran prohibidas por el estado. Las primeras formas de protesta eran
peticiones, huelgas, destrucción de talleres y máquinas. Fueron reprimidas violentamente.
En América.
En los Estados Unidos, las demandas obreras eran para limitar la jornada laboral a ocho
horas. En 1886, el 1° de mayo se produjo una gran huelga obrera en todo el país. En Chicago
hubo graves disturbios y los líderes del movimiento fueron detenidos y ejecutados. Se los
conoce como “Los mártires de Chicago”. Luego del conflicto, muchos empresarios
aceptaron la jornada laboral de ocho horas. Por eso se recuerda esa fecha como el Día
Internacional del Trabajador.
En Argentina.
Como en el resto del mundo, los orígenes del sindicalismo están relacionados con los
comienzos de la actividad industrial. En la segunda mitad del siglo XIX surgieron las primeras
industrias, ligadas a la actividad agropecuaria. Luego aparecieron empresas comerciales, de
transporte, talleres y fábricas. El sector obrero estaba formado, en su mayoría, por
inmigrantes europeos, quienes comenzaron a organizarse para lograr mejoras.
En 1857 surgió el primer sindicato argentino: la Sociedad Tipográfica Bonaerense, los que
protagonizaron la primera huelga del país en 1878. Consiguieron aumento de salarios y
reducción de la jornada laboral a 10 horas.
- En 1901 se creó la F.O.A. (Federación Obrera Argentina) que se hizo famosa a partir
de 1904 como la F.O.R.A. (Federación Obrera Regional Argentina), de tendencia
anarquista.
- En 1903 se creó la U.G.T. (Unión General de Trabajadores), dominada por los
socialistas.
En enero de 1919, los obreros metalúrgicos de los talleres Vasena, realizaron una protesta
impidiendo el paso de los camiones con materias primas al taller. Reclamaban una jornada
laboral limitada a 8 horas, salario digno y salubridad en el trabajo. Los resultados de su
protesta fueron 4 obreros muertos por la policía. Se decretó entonces la huelga general.
Dos días después, los trabajadores de todos los sectores realizaron un cortejo fúnebre en
homenaje a los mártires de los talleres Vasena. Pero dentro del cementerio de la Chacarita
los policías habían preparado una emboscada por la insolencia obrera. El resultado de esa
tarde fueron 100 muertos y 400 heridos, todos trabajadores. Ese mismo día, otros 24
trabajadores que se encontraban protestando en el taller Vasena, fueron asesinados
también por el accionar represivo del Estado.
Durante esa Semana Trágica también participó la Liga Patriótica Argentina, formada por
jóvenes de las clases sociales altas, convencidos de que “la mano dura en defensa propia”
haría retroceder y resignarse a salarios míseros a los obreros sublevados. Ellos se
encargaron de atacar las sedes sindicales, bibliotecas obreras y periódicos socialistas y
anarquistas, barrios judíos y sinagogas, incendiándolos. La policía no hizo nada para evitarlo.
Finalmente, triunfó el reclamo de los trabajadores, aunque con un saldo trágico de muertes.
El 14 de enero retornaron al trabajo con entre un 20 y un 40 % de aumento salarial y una
jornada de 9 horas diarias de trabajo.
En 1920, las provincias de la Patagonia sufrieron una crisis económica porque el mundo,
sacudido por la Primera Guerra Mundial, ya no compraba la lana que vendíamos. Los más
perjudicados por la caída de las exportaciones fueron los peones de las estancias, que vivían
en condiciones realmente infrahumanas. Estos peones de Santa Cruz, organizados por
sindicalistas anarquistas y socialistas, comenzaron a movilizarse llegando al paro, pero
fueron denunciados al gobierno por la Sociedad Rural local.
En su nueva intervención, Varela llegó con órdenes del gobierno nacional de “exterminar a
los anarquistas” y ordenó una represión generalizada. Los sindicalistas anarquistas y
socialistas fueron perseguidos sin tregua, pero no se rendían. Tras los sucesivos
enfrentamientos, al final del conflicto hubo alrededor de 1500 trabajadores fusilados.
Terminada la represión, se derogó el acuerdo que habían logrado y se rebajaron los salarios
a la situación anterior al conflicto. Varela volvió a Buenos Aires y fue designado director de
la Escuela de Caballería de Campo de Mayo, cargo que desempeñó hasta el 27 de enero de
1923, cuando fue asesinado en la puerta de su casa del barrio de Palermo por el anarquista
alemán Kurt Wilckens. Este, a su vez, también fue asesinado en la cárcel por un miembro
de la Liga Patriótica, llamado Millán Temperley, el que también fue asesinado en el Hospicio
de las Mercedes (actual Hospital Borda) por otro anarquista.
Toda esta cadena de crímenes y venganzas, así como la historia detallada del conflicto de la
Patagonia, fue revelada por la investigación llevada a cabo por el periodista e historiador
Osvaldo Bayer, en la década de 1970. Escribió un libro, “La Patagonia rebelde”, que luego
fue llevado al cine con el mismo nombre, por el director Héctor Olivera, en 1974. Esta
película fue censurada y prohibida por varios gobiernos, lo que provocó las amenazas de
muerte recibidas por los artistas participantes, quienes debieron exiliarse del país, muchos
de ellos reconocidos actores como Héctor Alterio, Pepe Soriano, Federico Luppi y Luis
Brandoni.
A partir del golpe de estado de 1943, el coronel Juan Perón fue designado en la Secretaría
de Trabajo y Previsión. Fue creciendo y acumulando poder, llegando a ocupar el Ministerio
de Guerra y la vicepresidencia de la Nación. Benefició a los trabajadores con una serie de
medidas:
En octubre de 1945, Perón fue obligado a renunciar a todos sus cargos y fue encarcelado en
la isla Martín García, debido a sus posiciones a favor de los trabajadores y a la presión
interna y externa, expresamente del embajador de los Estados Unidos Braden, quien lo
trataba de “nazi-fascista”.
Durante el periodo 1946/1955, Perón presidió la Argentina, ya que fue reelecto en 1951 y
derrocado por otro golpe de estado en 1955. En ese periodo:
La dictadura de 1955 intentó, por todos los medios, volver al país al estado en el que estaba
antes de 1945 en materia económica, política, social y cultural. Tuvo el apoyo de los grandes
terratenientes y de sectores de clase media y media alta. Se intentó limitar los derechos de
los trabajadores, haciendo desaparecer los sindicatos o interviniéndolos, cambiando el
modelo redistributivo del peronismo, proscribiendo durante dieciocho años a ese partido
político hasta 1973.
Respecto de los trabajadores, se intervino la C.G.T. y se proscribió a todos los dirigentes
sindicales que hubieran ocupado cargos a partir de 1952. Con los líderes de los sindicatos
presos, los empresarios no cumplieron con los convenios colectivos de trabajo y violaron
los derechos de los trabajadores. Además, confeccionaron listas negras en las fábricas,
dejando a miles de obreros sin trabajo.
Se sucedió un periodo de represión hacia los trabajadores, con elecciones en las que el
peronismo se mantuvo proscripto 18 años y gobiernos radicales débiles, que también
fueron derrocados por otros golpes de estado. Mientras tanto crecía la resistencia, cada vez
más organizada y luego comenzaron a aparecer grupos guerrilleros de izquierda, algunos
de ellos querían reproducir la revolución cubana en Latinoamérica y otros reclamaban el
regreso de Perón al país.
El Cordobazo fue una continuación de las luchas obreras que se habían iniciado con la
Resistencia Peronista y, luego de algunos años, consiguieron el fin de la proscripción del
peronismo y el regreso de Perón a la presidencia en 1973.
Durante la última dictadura militar, entre 1976 y 1983, la represión fue generalizada y los
trabajadores fueron sus principales víctimas, engrosando el número de muertos y
desaparecidos. Los sindicatos fueron intervenidos.
La protesta social dejó de ser patrimonio exclusivo de los sindicatos. Otros actores ocuparon
las calles con diferentes metodologías de protesta. Por ejemplo, la consolidación de los
piqueteros, el activismo de los delegados de base por sobre sus propios dirigentes, el
protagonismo de los trabajadores de las fábricas recuperadas, etc.
El derecho individual del trabajo es el conjunto de normas jurídicas que regulan las
relaciones de trabajo de los trabajadores y de los empleadores, considerados
individualmente. El cuerpo normativo de esta rama del derecho del trabajo es la Ley de
Contrato de Trabajo N° 20.774 y sus modificaciones, cuyo ámbito de aplicación excluye a
los trabajadores estatales, domésticos y agrarios, quienes están regulados por disposiciones
específicas.
El derecho colectivo del trabajo es el conjunto de normas jurídicas que regulan las
relaciones de trabajo de los sujetos colectivos, las asociaciones de trabajadores (sindicatos)
y de empleadores (entidades empresarias). La norma fundamental es la Ley de
Convenciones Colectivas de Trabajo N° 14.250 y sus modificaciones.
Estos convenios colectivos de trabajo regulan las distintas ramas de actividad (metalurgia,
construcción, etc.). En ellos se convienen las condiciones mínimas de trabajo a las que
deberán ajustarse los contratos de trabajo de los empleados de cada rama.
Las negociaciones que se llevan adelante para lograr la conformación de los convenios
colectivos de trabajo son llamadas paritarias. Basadas en el supuesto básico del derecho
común de que existe igualdad entre las partes.
La premisa central del derecho del trabajo es que, en la relación de trabajo, existe una
asimetría entre la posición del empleador y la del empleado. Esta rama del derecho (laboral)
tiene ciertos principios básicos:
Derechos de la solidaridad.
Los derechos de solidaridad, o también llamados derechos de los pueblos, son las
exigencias más recientes en el tiempo, surgidos en los años 1980, y hasta ahora están
consolidándose, son llamados así porque son derechos que optimizan el desarrollo de
una persona en un ambiente apropiado. Según la clasificación de las tres generaciones e
derechos humanos, se los denomina como derechos de tercera generación.
Son caracterizados porque se vinculan con la solidaridad, cubren a pueblos o la humanidad
entera y no meramente a individuos, contemplan al ser humano en su universalidad y
buscan garantías para la humanidad como un todo.
Pero… ¿Qué significa gozar de un ambiente sano? ¿Cómo enfrentar los problemas
ambientales considerando los derechos humanos? Los invitamos a reflexionar sobre el
reconocimiento de los problemas ambientales y presentamos una serie de conferencias
grabadas durante 2009-2012, en el marco de los cursos de Derechos Humanos que dicta la
FAUBA.
En las últimas décadas se han manifestado en los ecosistemas grandes impactos entre los
que se puede mencionar la degradación de los suelos, el agua y la disminución de la
biodiversidad. Desde inicio de los años ‘70 la percepción de estos efectos negativos por
parte de las sociedades ha instalado en numerosos organismos oficiales y no oficiales, un
debate en torno a las problemáticas ambientales y la necesidad de generar nuevas
estructuras organizacionales así como también alternativas de desarrollo.
Para numerosos autores la noción de crisis ambiental que dio origen al concepto
de Desarrollo Sustentable debería ser considerada como una crisis civilizatoria, en la cual
la identificación de las diferentes perspectivas filosóficas que interpretan la relación
hombre-naturaleza, las relaciones sociales, las escalas de tiempo y espacio, se convierten
en factores claves para el análisis de las problemáticas y el planteo de soluciones.
Fairweather (1993) se interroga respecto a cuáles son los valores sociales sobre los que se
reconocen los problemas ambientales y en consecuencia las formas en que son definidos.
Esto supone analizar las relaciones que se establece entre los seres humanos y la naturaleza,
ya que los significados simbólicos que las sociedades le otorgan a los diferentes elementos
del ambiente, surgen de la interacción entre lo bio-físico y lo cultural.
Reconocer las diversas formas en que se expresan las relaciones del ser humano con la
naturaleza define las formas y la magnitud en que son reconocidos y definidos los
problemas ambientales en tiempo y espacio. Estas variables que manifiestan diferentes
normas, valores, intereses y acciones socioculturales, definen indirectamente no sólo como
son identificados y caracterizados los problemas ambientales sino también,
consecuentemente como son formuladas e implementadas las posibles soluciones.
Será por esto, que a pesar de todas las advertencias y evidencias científicas sobre las
problemáticas ambientales aún persisten actitudes que las rechazan o las minimizan. La
toma de conciencia por parte de la sociedad no implica necesariamente un cambio en las
formas en que éstas definen sus formas de producción. En la medida que no se expliciten y
discutan los valores sociales que subyacen en la identificación, análisis y evaluación de los
impactos ambientales, las metas para alcanzar un desarrollo sustentable seguirán
construyéndose de forma difusa.
Identificar y analizar las diferentes formas en que se establecen las relaciones entre los
seres humanos y la naturaleza, como también las escalas de tiempo y espacio consideradas,
permitirán enmarcar los debates en torno a la transformación de los sistemas productivos,
orientando la discusión hacia el sentido y la magnitud del cambio necesario, el tipo y las
formas en que éste se implemente, redefiniendo así una ética ambiental