TFG Casa
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN............................................................................................................2
1. ¿Que es el arbitraje?...................................................................................................3-4
2.TIPOS DE ARBITRAJE........................................................................................13-15
6. CONCLUSIÓN.....................................................................................................27-29
7. BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................30-31
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INTRODUCCIÓN
Vista la definición, y si observamos el título del TFG, “El Arbitraje como medio
de resolución de conflictos”, descubrimos la interrelación entre los conceptos que lo
componen, en la medida en que se busca la resolución de un conflicto de mutuo
acuerdo, sin necesidad de llegar a la vía judicial eternizante, siendo la consecuencia
primordial que se desea conseguir a través de este procedimiento, es decir, resolverlo
cuanto antes y de la mejor manera posible para las partes.
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1.¿QUE ES EL ARBITRAJE?
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para la resolución definitiva de un conflicto, ya que habitualmente en la Administración
de Justicia se suele dilatar y eternizar en el tiempo la solución de un conflicto.
Actualmente, cuando surge una disputa o desavenencia entre dos o más partes, se
recurre habitualmente a los tribunales de justicia para resolver cual de las partes tiene la
razón. Es frecuente, que una o incluso las dos partes intervinientes, no se sientan
congratuladas por el sistema judicial actual, ya que el procedimiento para resolver el
conflicto es tedioso y prolongado en el tiempo. Es cierto, que los tribunales de justicia
están saturados, llegando a tardar años resolver algún conflicto, y por ello, la
concepción de la mayoría de las personas, es que la figura del arbitraje aparece como la
solución de crear un mecanismo de resolución alternativa de los conflictos, es decir,
como una alternativa para no tener que acudir a los tribunales de justicia, agilizando con
ello el procedimiento para llegar a un acuerdo entre las partes.
La figura del arbitraje puede parecer como una figura novedosa, pero no tiene
nada de nueva, pues aunque históricamente, la forma originaria de resolver un conflicto
era la justicia privada, con el paso del tiempo, la sociedad en el afán de superar la era
salvaje hacia la civilización y el progreso social, adopta las primeras normas de
comportamiento, estableciendo que personas respetables con cierta autoridad moral,
como podían ser, los ancianos, los sacerdotes o los sabios, serían los encargados de
dictar resoluciones sobre las disputas que pudieran surgir entre los ciudadanos, de este
modo, se dejaba atrás la época en la que se aplicaba la revancha personal, y se incluía la
dosificación de la pena, aplicándola proporcionalmente a la gravedad del hecho. De
este modo, al eliminar el concepto de venganza personal, surge el concepto de
graduación de la pena, aplicándose la misma en función de la trascendencia del hecho,
como por ejemplo muestra la Biblia en el libro del Éxodo: “Si en una riña golpean a
una mujer encinta, y la hacen abortar pero sin poner en peligro su vida, se les
impondrá la multa que el marido de la mujer exija y que en justicia le corresponda. Si
se pone en peligro la vida de la mujer, esta será la indemnización: vida por vida, ojo
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por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, herida por herida”.(Francesco
Zappalà, (2010) Universalismo histórico del arbitraje SSN:0041-9060. Universitas.
Bogotá (Colombia) N° 121: 193-216, julio-diciembre de 2010).
La figura del arbitraje, surge en la civilización Griega sobre el año 520 a.C., donde
ya el famoso filósofo Aristóteles considera que es mejor: “preferir un arbitraje más
bien que un conflicto ante el tribunal, de hecho el árbitro cuida la equidad, el juez la
ley; y el arbitraje ha sido inventado propiamente para esto, para dar fuerza a la
equidad”.
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En la actual época moderna, después de la Segunda Guerra Mundial, los contratos
entre particulares aumentan, llegando a tener el valor de la ley en muchos sectores de la
vida social. Además, el comercio se internacionaliza, y aparece un amplio vacío
normativo y con ello dificultades para solucionar los posibles conflictos que surjan,
existiendo una desprotección por parte del sistema. Ante estos conflictos, aparece el
arbitraje, que sufre un gran desarrollo en el campo internacional, llegando a crearse
estructuras e instituciones propias del arbitraje internacional, e igualmente en el ámbito
nacional, teniendo un reconocimiento patente, específico y singular en casi la totalidad
de legislaciones, de hecho, existen tanto sentencias del Tribunal Constitucional español,
así como distintos tribunales internacionales, que reconocen y dan valor de equivalente
jurisdiccional, como medida de resolución de conflictos.
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Finalmente, se proclama la Ley 11/2011, de 20 de mayo, de reforma de la Ley
60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje y de regulación del arbitraje institucional en
la Administración General del Estado. Esta reforma de la Ley de Arbitraje y de
regulación del arbitraje institucional en la Administración General del Estado tiene dos
objetivos fundamentales: “por un lado, mejorar algunos aspectos de la Ley de 60/2003,
de 23 de diciembre, de Arbitraje, requeridos por su aplicación práctica y, por otro,
impulsar los medios alternativos de solución de conflictos, en especial, el arbitraje, al
que las sentencias del Tribunal Constitucional 43/1988 y 62/1991 ya reconocieron la
consideración de «equivalente jurisdiccional».”
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Consumo, llevando a pronunciamientos desiguales y a la división del sistema, aclarán-
dose que materias podían ser objeto de arbitraje de consumo, así como la regulación de
las Juntas Arbitrales de Consumo y de los órganos encargados de la resolución del con-
flicto.
Tal y como hemos visto en el epígrafe anterior, el arbitraje en nuestro país está
bien regulado normativamente. El sistema arbitral en España presenta dos
particularidades importantes, como son la voluntariedad y la accesibilidad. Por ello, ante
un conflicto entre partes, es fundamental que a la hora de iniciar el procedimiento del
arbitraje, exista el sometimiento voluntario de las partes al sistema arbitral, y además
deberá hacerse constar expresamente por escrito. Es decir, que es esencial que para que
exista un convenio arbitral entre partes, haya una reclamación por escrito de una de las
partes y la aceptación de la otra, para que posteriormente, ambas se adhieran al
procedimiento de mutuo acuerdo. En cuanto a la accesibilidad, no requiere
formalidades especiales, y por ello, no precisa de abogado ni procurador para formalizar
el procedimiento, de hecho, existen formularios disponibles y la posibilidad de una
audiencia oral. Para facilitar la accesibilidad, el procedimiento es gratuito, salvo que
alguna de las partes quiera aportar pruebas en su favor. Con este sistema arbitral, se
consigue una mayor rapidez en la solución de un conflicto, siendo un punto a favor en
cuanto a economía procesal se refiere.
Una vez que las partes se adhieren a este sistema, aparece la figura de la
mediación en el conflicto, función propia de las Juntas Arbitrales, las cuales están
constituidas en administraciones públicas, es decir, que es un Servicio Público, que llega
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a asumir casi la totalidad de los costes. En estas juntas, estan muy pendientes de la
legalidad y los defectos en el procedimiento, así como las causas de anulación judicial.
En las juntas arbitrales prima la objetividad, la profesionalidad y las garantías de
legalidad, así como de la impulsión del procedimiento y de los derechos de las partes.
Realmente, estas juntas son un sistema de arbitraje privado que se lleva a cabo en sede
de las Administraciones Públicas, y sus funciones son las actuaciones de mediación,
tales como el traslado al consumidor (normalmente reclamante) de la propuesta de
solución aportada por la empresa. Del mismo modo que estas juntas son un sistema
público, también podemos decir que son un sistema participativo, ya que en los órganos
de arbitraje tiene que haber representación de las asociaciones de consumidores y
organizaciones empresariales, para con ello ofrecer el compromiso de fomentar el
Sistema Arbitral de Consumo, además de ofrecer asesoramiento, asistiendo a las partes
intervinientes, normalmente un consumidor y una empresa.
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Una vez compuesto el tribunal, se inicia el acto de Audiencia, existiendo un
plazo máximo de 3 meses desde designación del Colegio Arbitral. Esta audiencia para
ser más consistente debe ser oral y presencial, aunque también puede ser por escrito, o
por medio de representante o vídeo conferencia. En esta fase, se presentan las
alegaciones, pudiendo o debiendo contestar la parte reclamante, y teniendo derecho a
réplica. En esta fase también tiene lugar la proposición de prueba, donde se aportan
documentos y pruebas necesarias. El Colegio Arbitral puede acordar práctica de más
pruebas en caso que lo estime necesario y oportuno. Una vez vista la reclamación y las
pruebas, el Colegio Arbitral intentará la conciliación entre las partes, llegando a
dictaminar lo que se conoce como Laudo Conciliatorio, levantando acta al respecto.
Este Laudo es un escrito donde se recogen el lugar, fecha, árbitros intervinientes, partes
implicadas, puntos controvertidos, alegaciones, pruebas, plazo para cumplimiento de la
resolución dictada, el voto, y las firmas de todos los que operan en el procedimiento.
Para llegar a dictaminar este laudo, es necesario el voto por mayoría, y con unanimidad
de los miembros. Una vez todo este proceso, se llega a la resolución del conflicto, el
cual puede ser estimado total o parcialmente, o desestimado con respecto a las
pretensiones del consumidor-reclamante. Este laudo es vinculante, y tiene efecto de cosa
juzgada, es decir, que tiene título ejecutivo y en caso de incumplimiento, la parte
afectada puede acudir al Juez (1ª Instancia del lugar donde se dictó), no para que cambie
la resolución, sino para que obligue la ejecución del mismo. Indicar también que las
partes pueden pedir a los árbitros la corrección de algún punto, complementar la misma
o aclaración en alguno de sus extremos. Si las partes llegaran a un acuerdo por sí
mismas a lo largo del procedimiento, éste será recogido en un laudo llamado
conciliatorio, con el fin de que tenga también la misma eficacia que si de una sentencia
judicial se tratase.
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debe destacar, es que en España, cada vez más, se opta por este procedimiento para
llegar a la solución de un conflicto entre partes, de hecho existen Juntas arbitrales a
nivel nacional, autonómico, provincial, de mancomunidades y provinciales.
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comercio internacional, sean del país que sean, repercutiendo en nuestro entorno directo
como corte de arbitraje. En Francia también existe la denominada Asociación Francesa
de Arbitraje (AFA), que es un centro de arbitraje y mediación independiente y privado,
que ofrece sus servicios en colaboración directa con la Administración francesa. Francia
en relación con el arbitraje internacional, es uno de rivales más directos con respecto a
nuestro país.
Los elementos susceptibles de arbitraje en nuestro país, son muy diferentes de los
regulados en la legislación alemana. El Derecho alemán, adopta el mismo modelo del
Derecho arbitral establecido en Suiza. De esta manera, en ambos países son susceptibles
de arbitraje las disputas relativas a los derechos patrimoniales, de modo que no podrán
ser objeto de arbitraje los conflictos relativos a derechos sobre los que las partes no
puedan resolver sin la intervención de las autoridades. Según la jurisprudencia alemana,
como es el caso de determinados bienes jurídicos realmente estimables que el Estado ha
excluido del poder de disposición de las partes implicadas, reservando la competencia
exclusiva para resolver sobre los citados conflictos, a la jurisdicción ordinaria, con la
finalidad de proteger el interés de los particulares, como por ejemplo, que no podrán ser
objeto de arbitraje las cuestiones que traten sobre los derechos de familia.
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armonizar las reglas del comercio internacional. Esta comisión surge en la Convención
sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, llevada
a cabo en Nueva York en el año 1958, siendo conocida como la "Convención de Nueva
York". La citada Convención entró en vigor el 7 de junio de 1959, y entre sus objetivos
principales se encuentra tratar de instaurar normas legislativas comunes para el
reconocimiento de los convenios de arbitraje, y el reconocimiento y la ejecución de los
laudos arbitrales dictaminados. El fin primordial de esta Convención es impedir o
prevenir que las sentencias o laudos arbitrales, sean objeto de exclusión, por lo que
obliga a los Estados que componen la comisión, a vigilar para que dichos laudos
internacionales sean reconocidos en su jurisdicción, y puedan ejecutarse en ella, del
mismo modo que las sentencias o laudos arbitrales nacionales.
2.TIPOS DE ARBITRAJE.
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arbitraje es válido y eficaz, el miso debe ajustarse a los preceptos legalmente
establecidos. Por ejemplo, en el caso que se actúe de forma distinta a la
establecida, cuando dos o más personas acuerden la intervención de un arbitro,
podremos decir que estamos ante un convenio cuya acción vinculante será la de
un contrato, pero lo decidido por el árbitro no producirá el efecto de cosa
juzgada, y tampoco tendrá el valor necesario como para ser ejecutado.
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que las partes implicadas residen o tienen sede en territorio nacional, y el
conflicto entre las mismas no sale de las fronteras del territorio donde se produce
lel conflicto. Y el arbitraje Extranjero, es aquel en el bien una de las partes o bien
el conflicto, tiene la necesidad de reconocimiento para su ejecución en España,
ya que según el artículo 46 de la Ley de arbitraje “Se entiende por laudo
extranjero el pronunciado fuera del territorio español. El exequátur de laudos
extranjeros se regirá por el Convenio sobre reconocimiento y ejecución de las
sentencias arbitrales extranjeras, hecho en Nueva York, el 10 de junio de 1958,
sin perjuicio de lo dispuesto en otros convenios internacionales más favorables
a su concesión, y se sustanciará según el procedimiento establecido en el
ordenamiento procesal civil para el de sentencias dictadas por tribunales
extranjeros”.
En nuestro país, también podemos encontrar otros tipos de arbitraje, los cuales
implementan los expuestos anteriormente, ampliando las posibilidades de las partes
implicadas, encontrándonos con los siguientes y mas significativos:
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En cambio, con el arbitraje obligatorio, a diferencia del voluntario, surge cuando
las partes afectadas por un conflicto colectivo laboral, cuando no han logrado la
solución del mismo y han descartado el arbitraje voluntario. El arbitraje obligatorio es
facultad del Ministro del Trabajo, Si los trabajadores consideran que el arbitraje afecta
sus derechos podrán utilizar la acción de amparo laboral para restituir la situación
jurídica infringida. En la mayoría de los casos, los trabajadores han hecho uso del
ejercicio del derecho de huelga reconocido legalmente. Pero cuando la huelga por su
extensión, duración u otras circunstancias graves, afecten servicios públicos esenciales
que pongan en peligro inminente la vida, salud de la población, su seguridad o una parte
de ella, el Ministro de Trabajo podrá dictar mediante resolución motivada, el arbitraje
obligatorio, poniendo fin al conflicto, suspendiendo la huelga, reanudando las
actividades y sometiendo la solución del conflicto a un laudo arbitral, el cual deberá ser
dictado en treinta días después de ser constituida la junta arbitral.
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sobre actos administrativos reglados o sobre el la actuación de actos discrecionales en
sus aspectos normalizados, ya que éstas no son materias de libre disposición. Con este
tipo de arbitraje, las personas naturales o jurídicas puedan proponer, previo convenio,
sobre la decisión de uno o varios árbitros, así como las cuestiones dudosas surgidas o
que puedan aparecer, en materias de su libre disposición conforme esta regulado en
Derecho.
En relación con la forma de aplicar el arbitraje, éste tiene que tener carácter
voluntario, y no puede suponer el descarte del recurso administrativo ordinario. Por
todo ello, la Ley intenta fomentar que los ciudadanos se acepten voluntariamentea este
sistema del arbitraje, o bien al sistema tradicional de recursos existente, siempre y
cuando el arbitraje sustituye también de forma parcial al contencioso-administrativo.
Lo que se intenta es conseguir es que la solución de los litigios sean más rápidos, y que
el sistema funcione mejor para los intervinientes. Para ello, este tipo de procedimiento
arbitral debe atenerse a una serie de principios que son los de oficialidad, celeridad,
contradicción, prueba y defensa, los cuales inculcaran el conjunto de actuaciones y
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trámites previos al laudo arbitral, y en ningún caso podrá suponer una limitación ni de
los derechos de los ciudadanos reconocidos en la Ley de régimen jurídico y
procedimiento de las Administraciones Públicas.
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2.4. EL ARBITRAJE INTERNACIONAL DE INVERSIÓN.
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ejecutados inmediatamente según consta en el Convenio de su constitución, ahora ya
firmado por más de 150 Estados, entre ellos España.
Tal y como hemos podido ver en los puntos anteriores, queda claro que el
arbitraje está regulado por una ley especial, la ley 60/2003 de arbitraje, siendo éste un
procedimiento que se aplica en el ámbito de las relaciones jurídicas contractuales,
siendo aplicable tanto en el ámbito de nuestro país como en otros países, sin perjuicio de
los tratados o convenios internacionales en los que España este incluida.
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interese a las partes o al árbitro, sino que debe de seguir una serie de pautas y normas.
Es por ello, que la ley de arbitraje concede la posibilidad de que las partes y el árbitro
establezcan un procedimiento, el cual se sustente en unas garantías mínimas y
necesarias, para que de este modo se impida la indefensión de las partes intervinientes
en el procedimiento. Los principios básicos que impiden dicha indefensión, son el
principio de audiencia, la proposición de pruebas en defensa del derecho de cada uno y
el principio de igualdad de cada una de las partes. Una vez se llega la resolución del
conflicto por el arbitro, es decir, al laudo, éste produce los efectos de cosas juzgada, no
puede ser objeto de recurso. El arbitraje también se caracteriza por la celeridad y
flexibilidad con las que el procedimiento se desarrolla, siendo de este modo
beneficiadas las partes. Es costoso, es decir, que se deben abonar los honorarios y
gastos del tribunal para que se pueda agilizar y adelantar el procedimiento. El arbitraje
es temporal, puesto que el tribunal arbitral nombrado, cesa en sus funciones cuando se
resuelve del laudo o se produce el vencimiento del procedimiento entre otros.
Una vez visto en los puntos anteriores que es el procedimiento arbitral, hay que
decir que el mismo debe ajustarse a una serie de principios, los cuales son: oficialidad,
celeridad, contradicción, prueba y defensa, los cuales sugerirán los trámites y
actuaciones necesarias previas a la resolución del laudo arbitral. La Ley de Arbitraje
en nuestro país, ha supuesto en un giro radical en el funcionamiento de este
procedimiento, ya que se dan las condiciones necesarias para convertir España en un
referente mundial en esta materia, posibilitando un aumento de la tendencia
internacional atrayendo a otros países para la realización de arbitrajes internacionales, y
con ello se fomenta el intercambio económico y cultural entre las empresas y/o
ciudadanos de nuestro país con el resto de los países, en especial los de iberoamérica, y
con ello se favorece el intercambio y movimiento de capitales, a la vez que supone un
aumento de la seguridad jurídica de las inversiones en el extranjero
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internacionales y una mayor interdependencia de la economía global. Y se ha optado,
además. Igualmente, con esta Ley de Arbitraje, aparecen unas condiciones idóneas para
hacer de España un atractivo proveedor de servicios jurídicos de alta cualificación,
facilitando de este modo la internacionalización de nuestra economía y fortaleciendo la
presencia de nuestras empresas en el ámbito internacional. En definitiva, gracias a este
modelo arbitral más seguro y moderno, así como la agilización del procedimiento, la
posición de España es favorecida sustancialmente en cuanto al arbitraje internacional
se refiere, ya que con ello se atrae a los empresarios de otros países a someterse al
arbitraje en España, redundado en múltiples beneficios.
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En la Ley de Arbitraje, concretamente en la exposición de motivos, se
menciona tácitamente el derecho de defensa de las partes y al principio de igualdad, de
modo que en cualquier arbitraje, son aplicables unas serie de normas procesales de
obligado cumplimiento, dirigidas a proteger los principios de audiencia, contradicción
e igualdad, no existiendo la posibilidad de su vulneración por parte de los implicados e
incluso por el árbitro. Igualmente, en la Ley de Arbitraje, donde se recogen principios
de igualdad, audiencia y contradicción, dice que “deberá tratarse a las partes con
igualdad y darse a cada una de ellas suficiente oportunidad de hacer valer sus
derechos».
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4. VENTAJAS DEL ARBITRAJE.
De entre las muchas ventajas que podemos encontrar con el procedimiento del
arbitraje, voy a destacar las siguientes:
• No se pueden impugnar los laudos por cualquier razón, sino que tiene que
ser por un motivo regulado previamente, lo que evita la interposición de
recursos como medio dilatorio.
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• Libertad para elegir el foro. Esto significa que ante una controversia
internacional o con foros comunes y especiales, las partes pueden acordar
someterse a un foro concreto, por lo que ninguna parte debería quedar
perjudicada por el foro de un país o región determinado.
• Sistema más sencillo que el judicial, ya que las partes acuerdan el método
por el que resolver el conflicto, ahorrando tiempo y esfuerzo. Y también se
puede elegir el idioma.
• Se puede decidir por las partes el número de árbitros que deban resolver el
conflicto, lo que ayuda en casos que son de especial dificultad, siempre
con un número impar.
• Existe un mayor coste inicial, ya que por lo general hay que proveer el pago a
los árbitros.
• Dificultad de nombrar árbitros, si no se somete a una institución.
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• Puede haber necesidad de acudir a los tribunales ordinarios para realizar
determinadas actuaciones.
• Pueden surgir otros inconvenientes, para ello hay que prevenirlos desde el
inicio, primero con la redacción de la cláusula arbitral y con la elección de la
institución o corte de arbitraje.Si se ha elegido a una institución para que
resuelva el conflicto, esta será la encargada de seleccionar a los árbitros, por lo
que ya no serán las partes quienes lo hagan, y puede que la calidad técnica de
los árbitros no sea la deseada por las partes.
• Los costes pueden llegar ser más elevados, ya que hay que pagar a los árbitros,
y al carecer generalmente de la cláusula de “condena en costas”, cada parte
deberá afrontar los honorarios de sus letrados, aunque podría el laudo condenar
en costas totales o parciales a una de las partes. También, al no estar regulado
expresamente, los honorarios de los letrados puede ser realmente elevado.
• Y para finalizar, quizás la mayor desventaja en nuestro país, es el
desconocimiento y la desconfianza sobre este procedimiento, que tiene gran
trascendencia y es muy utilizado a nivel internacional.
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CONCLUSIÓN
Una vez visto el funcionamiento del procedimiento del arbitraje con todas sus
particularidades, así como sus ventajas y desventajas, se puede decir que el arbitraje
como método para la resolución de conflictos se considera como un síntoma de
evolución innegable de una sociedad. Afortunadamente, en España se ha avanzado
bastante en los últimos años en cuanto al número de procedimientos sometidos al
arbitraje, ya que desde los distintos estamentos encargados, se ha visto la necesidad de
fomentar la cultura orientada al arbitraje, empezando a ser una realidad y
considerándose la ley del arbitraje como algo positivo y eficiente, ya que ofrece
grandes ventajas como forma de llegar a la resolución de un conflicto, y más aún si se
compara con la justicia ordinaria, donde existen una gran cantidad de organismos,
llegando a ralentizarse los procedimientos, y con ello la solución para las partes. Pero
también es cierto, que muchísimas veces, por desconocimiento, las partes implicadas
no acuden al arbitraje, cuando con este tipo procedimientos, ademas de optimizar y
ganar en tiempo, se garantiza en cierto modo la confidencialidad del procedimiento, ya
que al contrario que ocurre en los procedimientos judiciales, las vistas o citas en el
Arbitraje se llevan a cabo en emplazamientos más reservados, y para más inri, las
resoluciones se notifican sólo a las partes intervinientes, y no tienen que ser publicadas
en boletines oficiales o ser expuestas en tablones de anuncios de organismos públicos.
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número tan grande de causas que tienen por resolver y la actual burocracia. Es
importante deja claro, que el arbitraje no es órgano auxiliar de los tribunales ordinarios,
sino un colaborador de los mismos, por lo que es casi inevitable una colaboración o
asistencia entre este tipo de procedimientos y la autoridad judicial, siempre y cuando,
lo que se pretenda es que la institución arbitral desempeñe su cometido eficientemente
y de manera positiva para las partes implicadas.
En nuestro país existen una gran cantidad de organismos arbitrales, que van
desde los de menor repercusión (de carácter regional o provincial), hasta los que se
especializan en procesos o demandas internacionales, e incluso los organismos que se
especializan en alguna materia concreta. Por ello, entendiendo que el procedimiento del
arbitraje es positivo para las partes, repercute en que su evolución, crecimiento y
desarrollo en los últimos años han sido muy favorables, llegando a situarse nuestro país
en un lugar inconcebible hasta hace no muchos años, y todo ello gracias a la regulación
existente en cuanto a materia de arbitraje se refiere, en cuanto al número instituciones y
asociaciones creadas, y por la calidad de árbitros, abogados y demás intervinientes en
el procedimiento.
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internacionales, y con ello que las empresas extranjeras vean a nuestro país como un
lugar protegido, por existir una ley avanzada y segura, y con prestigio reconocido
internacionalmente. Decir también, que la globalización hace que el arbitraje se perciba
como una institución jurídica autónoma que facilita la resolución de conflictos a nivel
internacional, y con ello la relación entre países.
A modo de conclusión final, pienso que el arbitraje surge como un recurso ante
la ineficiencia y lentitud de la justicia ordinaria, para poder actuar en unos tiempos
razonables con la mecánica empresarial actual. Creo realmente que el arbitraje es un
sustitutivo de un sistema judicial deficiente y costoso, y para solucionar este dilema, se
debería promover y fomentar el Arbitraje como método alternativo a la justicia
ordinaria, ya que con la figura del arbitraje los resultados en muchos tipos de conflictos
son mejores que los resultados obtenidos mediante el sistema judicial tradicional.
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BIBLIOGRAFIA
-Battista Guzzetti, G., L’uomo e gli altri uomini, Marietti, Roma, 1965.
-Constitución Española de 1978. Boletín Oficial del Estado núm. 311 de diciembre de
1978.
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-El arbitraje en España: ventajas y desventajas. Madrid. Ed. Difusión Jurídica. 2010.
-Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje. Boletín Oficial del Estado núm. 309 de
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-Morales, H., Curso de derecho procesal civil (Editorial ABC, Bogotá, 1973).
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