Teoria de La Estimulación de Pozos
Teoria de La Estimulación de Pozos
Teoria de La Estimulación de Pozos
Objetivo
Para la descripción de los métodos para depósitos orgánicos, el primer paso es la identificación
de las condiciones en las que precipitan los asfaltenos en la búsqueda de una solución para un
problema potencial asociado con la presencia de asfaltenos. Para identificar estas condiciones,
se llevan a cabo dos tipos de programas experimentales de laboratorio. Inicialmente se toman
mediciones de la precipitación para determinar las presiones de inicio de la precipitación de
asfaltenos a temperatura constante, dado que la precipitación de asfaltenos no
necesariamente conduce a su adhesión o su depositación, es importante efectuar además
mediciones de depositación en condiciones de producción realistas de temperatura, presión,
composición y esfuerzo de corte. Las pruebas de depositación ayudan a evaluar la tendencia
de depositación de los asfaltenos inducidos por la presión y a estimar la tasa de depositación.
Diversas técnicas de laboratorio han sido desarrolladas para estudiar la precipitación de los
asfaltenos a partir del petróleo crudo vivo. Se han utilizado métodos tales como la
precipitación gravimétrica, la resonancia acústica y la filtración para determinar la presión de
inicio de precipitación de asfaltenos. Otras técnicas tales como la dispersión de la luz, la
microscopia de alta presión y el análisis granulométrico, han sido ampliamente aceptadas
dentro de la comunidad que se ocupa del tema del aseguramiento del flujo y se han convertido
en estándares industriales para la clasificación de los fluidos de yacimientos en cuanto a
estabilidad de los asfaltenos, las ceras y los hidratos. Cada técnica mide una propiedad
diferente del fluido a medida que se reduce la presión. La combinación de los resultados de los
diversos métodos incrementa la confiabilidad en la cuantificación de la envolvente de
precipitación de asfaltenos.
Matriz cercana al pozo - Las incrustaciones de carbonatos o sulfatos típicas de la zona cercana
al pozo presentan partículas de menor tamaño respecto de las incrustaciones que se
encuentran en las tuberías: se miden en micrones en vez de centímetros. Bloquean los
empaques de grava y las mallas, además de los poros de la matriz. Por lo general, se forman
después de largos períodos de cierre del pozo, ya que el flujo transversal hace que se mezclen
aguas incompatibles provenientes de distintas capas. Este tipo de incrustaciones se puede
definir como daño. Su eliminación por medio de disolventes químicos o ácidos puede
contribuir a aumentar las tasas de producción en forma notable.
Pozos inyectores- Los daños provocados por las incrustaciones en los pozos inyectores, por lo
general, se originan en procesos activados por la temperatura del agua de inyección. Además,
en las inmediaciones del pozo puede producirse una mezcla incompatible cuando el agua de
inyección se pone en contacto con el agua de formación o con la salmuera de la completación.
Este problema se limita a las etapas iniciales de la inyección, cuando el agua de inyección entra
en contacto con agua incompatible en la región cercana al pozo. Las incrustaciones que se
forman en este punto pueden disminuir la permeabilidad de la formación y reducir la
efectividad de la estrategia de inundación con agua.
La posibilidad de advertir esta situación desde sus inicios resulta de gran valor para los
operadores, dado que los pozos pueden incrustarse en un período de 24 horas o incluso
menos. Los pozos que cuentan con completaciones inteligentes y sistemas de monitoreo
permanente están preparados para detectar los cambios que se puedan producir en la
composición química del agua. El desarrollo de sensores subterráneos de incrustaciones y las
aplicaciones de monitoreo permanente son temas de acentuada investigación actual. BP
Amoco, por ejemplo, comenzó un sistema de manejo integrado de incrustaciones que utiliza
un sensor electroquímico subterráneo sensible al pH y a las concentraciones de iones de
cloruros, que además efectúa mediciones de temperatura, presión y flujo multifásico para
detectar potenciales formaciones de carbonatos y ayudar a regular las dosis químicas para
lograr el control de las incrustaciones
Una prueba de presión es una herramienta estándar para la caracterización del sistema pozo-
yacimiento, ya que los cambios en la producción ocasionan disturbios de presión en el pozo y
en su área de drenaje. Esta respuesta de presión depende de las características propias de
cada yacimiento. Las propiedades del yacimiento son determinadas por las pruebas de pozos,
usando mediciones de dos variables, tasa de producción y presión del mismo.
– Daño de formación.
– Pruebas de interferencia.
– Pruebas de pulso.
Cuando cambia la tasa de flujo y la respuesta de presión se mide en el mismo pozo se llama
prueba de pozo simple o sencillo.
Las pruebas de pozos múltiples se utilizan para determinar la comunicación entre pozos de un
yacimiento.
El estado mecánico es definido como la estructura geométrica del pozo en cada una de las
diferentes etapas de perforación; el estado mecánico es realizado una vez concluido el análisis
de los datos obtenidos en la geología de superficie y sísmica, así como en los pozos de
correlación (registro por medio del cual se determinan las unidades estratigráficas o
estructurales con el fin de realizar mapeos del subsuelo y secciones).
Dado que es evidente que los hidrocarburos se generan, se mueven o migran, y se entrampan
o acumulan en un yacimiento localizado en un preciso lugar geológico del subsuelo profundo, y
que este subsuelo fue edificado por los procesos y leyes geológicas, la industria de los
hidrocarburos ha venido a desarrollar una geología, un tanto especial, que se conoce como
geología del petróleo.
Esta disciplina se nutre de todos los conocimientos y conceptos que, puramente geológicos, se
ocupan o relacionan con las cuencas sedimentarias y sus mecanismos de deformación, pero
también incorpora otras muchas herramientas que constituyen una fuente de datos, directos e
indirectos, que pueden ser traducidos a procesos y atributos geológicos.
Es así como la geología del petróleo, cuyo fin es encontrar y producir hidrocarburos, realiza
multitud de trabajos que, procedentes de una base conceptual geológica y de distintas
herramientas especializadas, se aplican o ponen en obra, en general auto-alimentándose y
según requieren las diferentes fases de un proyecto exploratorio.
Los más significativos ejemplos de estas herramientas son los relativos a la interpretación de
numerosos métodos geofísicos (sísmica de reflexión, gravimetría y magnetismo,
principalmente), de los registros de propiedades físicas, naturales o inducidas, obtenidas desde
la pared de los pozos profundos (radiactividad natural, resistividad, velocidad de una onda
acústica, densidad, etc.) y de los análisis geoquímicos realizados tanto sobre muestras de
superficie y pozo como en petróleos (contenido y tipo de materia orgánica, indicadores de
maduración o de metamorfismo de muy bajo grado, cromatografía y espectrometría de
masas, biomarcadores, etc.).
Existen dos técnicas de estimulación de pozos: matricial y por fracturamiento. Estos dos tipos
básicos son caracterizados por los gastos y presiones de inyección.
Matricial
es caracterizada por los gastos y presiones de inyeccon inferiores a la presion de fractura, Esto
permitira una penetracion del fluido a la matriz, en forma radial circular con un consecuente
mejor contacto de la zona dañada cercana a la pared del pocoz con el flido de estimulacion. El
objetivo es recomver la condicion de daño en la formacion antes de que el pozo produzca a su
potencial natural, el exito de la estimulacion matricial depende primordialmente de la
seleccion apropiada de fluido de tratamiento.
Tratamiento diseñado para tratar la formación cercana al pozo, en lugar de otras áreas del
conducto de producción, tales como la tubería de revestimiento a través del intervalo de
producción, los tubulares de producción o los disparos o perforaciones. Los tratamientos de
estimulación matricial incluyen ácido, solvente y tratamientos químicos para mejorar la
permeabilidad de la formación cercana al pozo, lo que aumenta la productividad de un pozo.
La estimulación matricial es un proceso de inyección de fluido en la formación, sea ácido o
solvente, a presiones inferiores a la presión de fractura, para mejorar la producción o la
capacidad de flujo de un pozo. El objetivo de un tratamiento matricial es diferente en areniscas
que en carbonatos. En areniscas, los tratamientos matriciales restauran o mejoran la
permeabilidad natural de la formación alrededor del pozo al remover el daño de la formación,
disolver material que tapona los poros o aumentar el tamaño de los espacios porosos. En
carbonatos, la estimulación matricial crea nuevos canales (túneles) altamente conductores que
sortean los daños. Debido a estas diferencias, el criterio de selección para el fluido de
tratamiento también es distinto. Para tratamientos de arenisca, es especialmente importante
el conocimiento de la extensión, el tipo de daño, la ubicación, el origen, la mineralogía del
yacimiento (estudio petrográfico) y la compatibilidad del fluido de tratamiento con la
formación. En tratamientos de carbonato, resultan más significativas la temperatura del
yacimiento, la tasa de bombeo y el tipo de fluido porque estos parámetros afectan
directamente a la reactividad del fluido de tratamiento con la roca del yacimiento.