Carta Magna

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Carta Magna

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Este artículo trata sobre el tratado de paz de 1215 entre Juan sin Tierra y los barones ingleses. Para
la ley fundamental de un Estado, véase Constitución.

Carta Magna

Magna Carta (British Library Cotton MS Augustus II.106).jpg

Cotton MS. Augustus II. 106, una de las cuatro copias auténticas sobrevivientes del texto de 1215.
Albergada en la Biblioteca Cotton.

Idioma latín medieval

Funcióntratado de paz

Autor(es) Juan I de Inglaterra

sus barones

Stephen Langton, arzobispo de Canterbury

Aprobación 15 de junio de 1215

Sanción 15 de julio de 1215

Derogación 24 de agosto de 1215

(anulada por el papa Inocencio III)

Ubicación dos en la Biblioteca Británica, una en la catedral de Lincoln y otra en la catedral de


Salisbury.

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Magna Carta Libertatum (en latín medieval, «Gran Carta de las Libertades»), más conocida como la
Carta Magna (en inglés y latín medieval, Magna Carta, «Gran Carta»),i es una carta otorgada por
Juan I de Inglaterra en Runnymede, cerca de Windsor, el 15 de junio de 1215.ii Fue redactada en
primer lugar por el arzobispo de Canterbury, Stephen Langton, con el objetivo de hacer las paces
entre el monarca inglés, con amplia impopularidad, y un grupo de barones sublevados. El
documento prometía la protección de los derechos eclesiásticos, la protección de los barones ante
la detención ilegal, el acceso a justicia inmediata y limitaciones de tarifas feudales a favor de la
Corona. El acuerdo sería implementado por un concilio de veinticinco barones. Ninguno de los
bandos cumplió con sus compromisos y la carta fue anulada por el papa Inocencio III, lo que
provocó la primera guerra de los Barones.
Después de la muerte de Juan I, el gobierno de regencia del joven Enrique III volvió a promulgar el
documento en 1216 —aunque despojado de algunos de sus incisos más radicales—, en un intento
fallido de obtener apoyo político para su causa. Al final de la guerra en 1217, la carta formó parte
del tratado de paz acordado en Lambeth, donde adquirió el nombre de «Carta Magna» para
distinguirla de la pequeña Carta Forestal emitida al mismo tiempo. Ante la falta de fondos, Enrique
III decretó nuevamente la carta en 1225 a cambio de una concesión de nuevos impuestos. Su hijo
Eduardo I repitió la sanción en 1297, esta vez confirmándola como parte del derecho estatutario
de Inglaterra.

El documento se volvió en parte de la vida política inglesa y era renovada habitualmente por el
monarca de turno, aunque con el paso del tiempo el nuevo Parlamento inglés aprobó nuevas leyes
que hicieron que la carta perdiera parte de su significado práctico. A finales del siglo xvi hubo un
creciente interés por ella. Los abogados e historiadores de la época pensaban que existía una
antigua constitución inglesa, remontada a los días de los anglosajones, que protegía las libertades
individuales de los ingleses, y argumentaron que la invasión normanda de 1066 había suprimido
estos derechos; según ellos, la Carta Magna fue un intento popular de restaurarlos, lo que la
convirtió en un fundamento importante para los poderes contemporáneos del Parlamento y
principios legales como el habeas corpus. Aunque este relato histórico tenía sus fallas, juristas
como Edward Coke lo utilizaron asiduamente a principios del siglo xvii para objetar el derecho
divino de los reyes, planteado por los Estuardo desde el trono. Tanto Jacobo I como su hijo Carlos I
intentaron prohibir la discusión de la Carta Magna, hasta que la Revolución inglesa de los años
1640 y la ejecución de Carlos I restringieron el tema.

El mito político de la carta y la protección de las antiguas libertades personales persistieron


después de la Revolución Gloriosa de 1688 hasta bien entrado el siglo xix. Influyó en los primeros
colonos americanos de las Trece Colonias y en la formación de la Constitución estadounidense en
1787, que se convirtió en la ley suprema de los territorios en la nueva república de los Estados
Unidos.iii La investigación de historiadores victorianos demostró que la carta original de 1215
concernía a la relación medieval entre el monarca inglés y los barones, en lugar de los derechos de
la gente común, pero seguía siendo un documento poderoso e icónico, incluso después de que
casi todo su contenido fue derogado de los estatutos de los siglos xix y xx.

La Carta Magna aún constituye un símbolo importante de la libertad, frecuentemente citada por
políticos y activistas angloparlantes y respetada por las comunidades legales británicas y
estadounidenses; el jurista Tom Denning la describió como «el documento constitucional más
grande de todos los tiempos: la fundación de la libertad del individuo contra la autoridad arbitraria
del déspota».6
En el siglo xxi solo existen cuatro copias auténticas de la carta de 1215: dos en la Biblioteca
Británica, una en la catedral de Lincoln y otra en la catedral de Salisbury. El 3 de febrero de 2015,
en conmemoración del 800.º aniversario, se exhibieron en la Biblioteca Británica las cuatro cartas
originales de 1215. También existe un puñado de cartas posteriores en poder de instituciones
públicas y privadas, como algunas copias de la carta de 1297 conservadas en los Estados Unidos y
Australia.

Las cartas originales se escribieron en hojas de pergamino utilizando plumas de ave, en latín
medieval rigurosamente abreviado, que en ese tiempo era la redacción convencional de los
documentos legales. Cada uno tenía el gran sello real, hecho de cera estampada y lacre de resina,
aunque pocos de estos sellos han sobrevivido. Aunque los eruditos se refieren a sesenta y tres
«cláusulas» numeradas de la Carta Magna, este sistema moderno de numeración fue introducido
por William Blackstone en 1759; el estatuto original era un texto único, vasto e ininterrumpido.

Índice

1 Historia

1.1 Siglo XIII

1.1.1 Antecedentes

1.1.2 Gran Carta de 1215

1.1.2.1 Listas de participantes en 1215

1.1.3 Gran Carta de 1216

1.1.4 Gran Carta de 1217

1.1.5 Gran Carta de 1225

1.1.5.1 Testigos en 1225

1.1.6 Gran Carta de 1297

1.1.7 Influencia en el derecho medieval inglés

1.1.8 Concesiones de libertades en otras naciones

1.2 Siglos XIV-XV

1.3 Siglo XVI

1.4 Siglos XVII-XVIII

1.4.1 Tensiones políticas


1.4.2 Revolución Gloriosa

1.4.3 Inspiración en las Trece Colonias y los Estados Unidos

1.5 Siglos XIX-XXI

1.5.1 Interpretaciones

1.5.2 Derogación de cláusulas e influencia constitucional

1.5.3 Legado moderno

1.5.4 Celebración del 800.º aniversario

2 Contenido

2.1 Formato físico

2.2 Copias auténticas

2.2.1 Pergaminos de 1215

2.2.2 Copias posteriores

2.3 Cláusulas

2.3.1 Lista

2.3.2 Cláusulas vigentes en el ordenamiento jurídico inglés

3 Véase también

4 Notas

5 Referencias

6 Bibliografía

7 Enlaces externos

Historia

Siglo xiii

Antecedentes

Artículo principal: Juan I de Inglaterra

Coronación de Juan I. Miniatura del Flores Historiarum, por el coetáneo Mateo de París (c. s. xiii).

La Carta Magna surgió como un intento fallido de lograr la paz entre facciones realistas y rebeldes
en 1215 y fue parte de los eventos que propiciaron el estallido de la primera guerra de los
Barones. Inglaterra era gobernada por Juan I, el tercero de los reyes angevinos. Aunque el reino
tenía un sistema administrativo robusto, la naturaleza del gobierno bajo los monarcas angevinos
estaba pobremente definida e inestable.78 Juan I y sus predecesores habían gobernado usando el
principio de vis et voluntas («fuerza y voluntad»), según el cual podían tomar decisiones ejecutivas
y ocasionalmente arbitrarias, con frecuencia justificadas sobre la base de que un rey estaba por
encima de la ley.9 Muchos escritores contemporáneos creían que los monarcas debían gobernar
de acuerdo con la costumbre y la ley y seguir el consejo de los principales miembros del reino,
pero no existía un modelo de lo que debería suceder si un rey se negaba a hacerlo.9

Juan I había perdido la mayoría de sus tierras ancestrales en Francia ante el rey Felipe II en 1204 y
estuvo luchando por recuperarlas durante muchos años. Impuso varios impuestos sobre los
barones con los que acumuló el dinero destinado a la guerra, que terminó en un cuantioso fracaso
en 1214.10 Después de la derrota de sus aliados en la batalla de Bouvines, Juan I fue forzado a
negociar la paz y pagar una indemnización.11 Para ese momento ya era muy impopular para un
amplio sector de los barones, muchos de los cuales debían dinero a la Corona y existía poca
confianza entre ambas partes.121314 Una victoria hubiera fortalecido su situación, pero ante la
derrota, pocos meses después de su regreso de Francia, Juan I descubrió que los barones rebeldes
en el norte y este de Inglaterra estaban organizando la resistencia a su autoridad.1516

Los rebeldes juraron que «se mantendrían firmes por la libertad de la Iglesia y el reino» y exigieron
que el rey confirmara la Carta de Libertades que había sido proclamada por Enrique I en el siglo
anterior y que era percibida por los barones como una protección a sus derechos.171618 Los
líderes rebeldes eran insignificantes según los estándares de la época, incluso tenían mala
reputación, pero les unía el odio hacia Juan I;19 Robert FitzWalter —más tarde elegido líder de los
barones rebeldes— afirmó públicamente que Juan I había intentado violar a su hija;20 este
sublevado estuvo implicado en un complot para asesinar al rey en 1212.21

Mural contemporáneo del papa Inocencio III.

En enero de 1215, Juan I celebró un concilio en Londres para discutir posibles reformas y patrocinó
discusiones en Oxford entre sus agentes y los rebeldes durante la primavera.22 Ambas partes
apelaron al papa Inocencio III para que interviniera en la disputa.23 Durante las negociaciones, los
barones rebeldes elaboraron un documento inicial, que los historiadores han denominado «la
Carta de las Libertades Desconocida» (the Unknown Charter of Liberties), que se basó en la
mencionada Carta de las Libertades de Enrique I para gran parte de su texto; tiempo después,
aparecieron siete artículos de ese documento en los «Artículos de los Barones» y la carta
subsiguiente.242526

Juan I tenía la esperanza de que el papa le diera un valioso socorro legal y moral y, en
consecuencia, dilataba las discusiones para hacer tiempo; el rey inglés se había declarado a sí
mismo como vasallo papal en 1213 y creía fervientemente que podía contar con la ayuda del
romano pontífice.2723 También comenzó a reclutar tropas mercenarias de Francia, aunque
algunas fueron convocadas poco a poco para evitar dar la impresión de que el monarca estaba
incrementando el conflicto.22 En una jugada para afianzar su apoyo, Juan I juró convertirse en
cruzado, lo que le daba protección política adicional según las leyes de la Iglesia católica, aunque
muchos pensaron que la promesa no era sincera.2829

En abril llegaron mensajes de respaldo papal al rey, pero para entonces los barones rebeldes se
habían organizado en una facción militar. Se congregaron en Northampton en mayo, renunciaron
a sus lazos feudales con Juan I y marcharon hacia Londres, Lincoln y Exeter.30 Los esfuerzos de
Juan I por aparentar moderación y conciliación habían tenido mucho éxito, pero, una vez que los
rebeldes tomaron Londres, atrajeron una nueva ola de desertores en el bando realista.31 El rey
ofreció someter el problema a un comité de arbitraje con el papa como el intermediario supremo,
pero esto no era atractivo para los rebeldes.32 Stephen Langton, arzobispo de Canterbury, había
estado trabajando con los barones rebeldes sobre sus demandas y, después de que la sugerencia
de un arbitraje papal fracasó, Juan I le instruyó para que organizara conversaciones de paz.3133

Gran Carta de 1215

Los Artículos de los Barones (1215), en la Biblioteca Británica.

El 10 de junio de 1215, Juan I se entrevistó con los líderes rebeldes en Runnymede, una pradera de
inundación en la ribera sur del Támesis. Runnymede era un sitio tradicional para asambleas, pero
también estaba ubicado en territorio neutral, entre la fortaleza real del castillo de Windsor y la
base rebelde en Staines, lo que ofrecía a ambos bandos la seguridad de una cita donde era poco
probable que se encontraran en desventaja militar.3435 Allí los rebeldes presentaron a Juan I sus
proyectos de reforma, los «Artículos de los Barones».313336 Los esfuerzos pragmáticos de
Stephen Langton en la mediación durante los siguientes diez días transformaron estas demandas
incompletas en un documento que resumía el acuerdo de paz propuesto; unos años más tarde,
este acuerdo fue renombrado Carta Magna, que significa «Gran Carta» en latín.373336 El 15 de
junio, llegaron a un acuerdo general sobre el texto y, el 19 de junio, los rebeldes renovaron sus
juramentos de lealtad al rey y emitieron formalmente las copias de la carta.3633

Como señaló historiador David Carpenter, aunque la carta «se apresuró en la teoría política», fue
más allá de simplemente abordar las quejas individuales de los barones y formó una propuesta
más amplia para la reforma política.37 Prometía protección de los derechos eclesiásticos,
protección contra el encarcelamiento ilegal, acceso a justicia inmedianta y, lo que es más
importante, limitaciones sobre la tributación y otros pagos feudales a la Corona, así como ciertos
impuestos feudales que requerían consentimiento de los barones.3815 Se centró en los derechos
de los hombres libres, en particular los barones;39 sin embargo, los derechos de los siervos se
incluyeron en las cláusulas 16, 20 y 28.40iv Su estilo y contenido rememoran la Carta de las
Libertades de Enrique I, así como un conjunto más amplio de tradiciones legales, como las cartas
reales emitidas a las ciudades, las operaciones de la Iglesia en Inglaterra y los tribunales de los
barones y las cartas europeas como el Estatuto de Pamiers de 1212.4344

De acuerdo a la «cláusula 61» o «cláusula de seguridad», denominación informal de historiadores


posteriores, se crearía un concilio de veinticinco barones para vigilar y asegurar la futura adhesión
de Juan I a la carta.45 Si el rey no cumplía sus obligaciones a los cuarenta días de ser notificado de
una infracción por el concilio, los veinticinco barones estaban facultados por la cláusula 61 para
apoderarse de los castillos y tierras de Juan I hasta que, a discreción de ellos, se hayan hecho las
enmiendas.46 Para asistir al concilio que controlaría al rey los súbditos tenían la obligación de
rendir juramento, pero una vez que se hubieran hecho las reparaciones de cualquier violación, el
soberano continuaría gobernando como antes. En cierto sentido, esto no tenía precedentes; otros
reyes habían concedido previamente el derecho de resistencia individual a sus súbditos si el
soberano no cumplía con sus obligaciones. Sin embargo, la Carta Magna era novedosa en el
sentido de que estableció un medio formalmente reconocido para coaccionar colectivamente al
rey.47 El historiador Wilfred Warren argumentó que era casi inevitable que la cláusula resultara en
una guerra civil, ya que «era tosca en sus métodos e inquietante en sus implicaciones».48 Los
barones trataron de obligar a Juan I a cumplir con la carta, pero la cláusula 61 era tan exigente con
el rey que tal disposición resultó inaplicable.46

Juan I y los barones rebeldes no confiaban entre sí y ninguno de los dos bandos intentó
seriamente implementar el acuerdo de paz.4549 Los veinticinco barones seleccionados para el
nuevo concilio fueron anteriormente rebeldes, elegidos por los barones más extremistas y muchos
de los sublevados encontraron excusas para mantener sus tropas movilizadas.505152 Surgieron
disputas entre los rebeldes y los realistas que esperaban que la carta devolviera las tierras
confiscadas.53

La cláusula 61 contenía por compromiso que Juan I «no trataría de obtener nada de nadie, en
nuestra propia persona ni a través de otra persona, por lo que cualquiera de estas concesiones o
libertades puede ser revocada o disminuida».5455 A pesar de esto, en julio de 1215, el rey hizo un
llamado al papa Inocencio III en busca de ayuda, con el argumento de que la carta comprometía
los derechos del romano pontífice como su señor feudal.5653 Como parte del acuerdo de paz de
junio, el 15 de agosto los barones debían entregar Londres, pero rehusaron hacerlo.57 Entretanto,
las instrucciones del papa llegaron en agosto, escritas antes del acuerdo de paz, con la orden de
que los comisionados papales debían excomulgar a los barones rebeldes y suspender a Langton de
su cargo a principios de septiembre.58 Una vez consciente de la carta, el papa respondió en
detalle: en una misiva fechada el 24 de agosto y que llegó a fines de septiembre, declaró que la
carta «no solo [era] vergonzosa y denigrante, sino ilegal e injusta», ya que Juan I había sido
«forzado a aceptarla» y, en consecuencia, la carta era «nula y carente de validez por siempre»;
bajo amenaza de excomunión, el rey no debía obedecer la carta ni los barones tratar de
imponerla.59536057
Para entonces, la violencia había estallado entre ambos bandos; menos de tres meses después de
que se había acordado, Juan I y sus barones leales rechazaron firmemente la fallida carta y estalló
la primera guerra de los Barones.616253 Los rebeldes concluyeron que la paz con Juan I era
imposible y recurrieron al hijo de Felipe II, el futuro Luis VIII, en busca de ayuda, ofreciéndole el
trono inglés.6353v La guerra pronto se estancó. El rey inglés enfermó y murió la noche del 18 de
octubre, siendo sucedido en el trono por su heredero Enrique III (de nueve años de edad).64

Listas de participantes en 1215

Consejeros nombrados en la Carta Magna

Consejo de los Veinticinco Barones

Rebeldes excomulgados

Gran Carta de 1216

Aunque la carta de 1215 fue un fracaso como un tratado de paz, fue resucitada por el nuevo
gobierno del joven Enrique III como una forma de disuadir a la facción rebelde. En su lecho de
muerte, Juan I designó un concilio de trece albaceas para ayudar a su hijo a reclamar el reino y
solicitó que fuera puesto bajo la tutela de William Marshal, uno de los caballeros más famosos de
Inglaterra.72 Marshal fue nombrado caballero del joven rey y el cardenal Guala Bicchieri, legado
papal en Inglaterra, supervisó la coronación en la catedral de Gloucester el 28 de octubre.737475

Enrique III heredó una situación difícil, con más de la mitad de Inglaterra ocupada por los
rebeldes.7677 Sin embargo, contaba con el apoyo decisivo de Guala, quien tenía la intención de
ganar la guerra civil para el joven rey y castigar a los rebeldes.78 Guala comenzó a fortalecer los
lazos entre Inglaterra y el papado, comenzando con la propia coronación, durante la cual el nuevo
monarca rindió homenaje al papado y reconoció al romano pontífice como su señor feudal.7973
Honorio III declaró que Enrique III era vasallo y pupilo del papa y que el legado apostólico tenía
completa autoridad para protegerlo y a su reino.73 Como medida adicional, el rey tomó una cruz y
se declaró cruzado y con derecho a una protección especial de Roma.7380

La guerra no estaba yendo bien para los realistas, pero el príncipe Luis y los barones rebeldes
también tenían dificultades para seguir avanzando.8182 La muerte de Juan I había apaciguado
algunas de las preocupaciones de los rebeldes, mientras los castillos reales aún resistían en las
partes ocupadas del país.8382 El gobierno de Enrique III alentó a los barones rebeldes a retornar a
su causa a cambio de la devolución de sus tierras y volvió a publicar una versión de la Carta
Magna, aunque primero eliminó algunos incisos que desfavorecían al papado, así como la cláusula
61 que había establecido el concilio de barones.8485 La estrategia no tuvo éxito y la oposición al
nuevo gobierno se endureció.86
Gran Carta de 1217

Carta Forestal de 1217.

En febrero de 1217, Luis zarpó hacia Francia para reunir refuerzos.87 En su ausencia, surgieron
discusiones entre sus seguidores franceses e ingleses, mientras el cardenal Guala declaró que la
guerra de Enrique III contra los rebeldes era una cruzada religiosa.88 Esta proclamación resultó en
una serie de deserciones del movimiento rebelde y la equilibrio del conflicto se inclinó a favor del
rey.89 Luis regresó a fines de abril, pero sus tropas del norte fueron derrotadas en mayo de ese
año por William Marshal en la batalla de Lincoln.9091

Mientras tanto, el apoyo a la campaña de Luis disminuía en Francia y llegó a la conclusión de que
la guerra en Inglaterra estaba perdida.92 Negoció un acuerdo con el cardenal Guala, según el cual
el príncipe francés renunciaba a su pretensión al trono inglés a cambio de que a sus seguidores les
devolvieran sus tierras, se levantara cualquier sentencia de excomunión y el gobierno de Enrique
III se comprometiera en hacer cumplir la carta del año anterior.93 El acuerdo propuesto pronto
comenzó a desmoronarse cuando algunos barones leales afirmaron de que era demasiado
generoso con los rebeldes, particularmente con el clero que se había unido a la rebelión.94

En ausencia de un acuerdo, Luis permaneció en Londres con sus fuerzas restantes, en espera de la
llegada de refuerzos desde Francia.94 Cuando la esperada flota llegó en agosto, fue interceptada y
derrotada por los barones leales en la batalla de Sandwich.95 Luis abrió nuevas negociaciones de
paz y, el 12 y 13 de septiembre de 1217, las facciones llegaron a un consenso en el llamado
acuerdo final de Lambeth, también conocido como el Tratado de Kingston.96 Este era similar al
primer ofrecimiento de paz, pero excluyó al clero rebelde, cuyas tierras y nombramientos
permanecieron en suspenso; sin embargo, añadía la promesa de que a los seguidores de Luis se les
permitiría disfrutar de sus libertades y costumbres tradicionales, retomando las cláusulas de la
carta de 1216.97 El príncipe francés abandonó Inglaterra según lo acordado y se unió a la cruzada
albigense en el sur de Francia, lo que puso fin a la guerra.92

Se convocó a un gran concilio (Magnum Concilium) en octubre y noviembre para hacer un balance
de la situación de la posguerra; se piensa que este concilio formuló y emitió la carta de 1217.98
Este documento se asemejaba al de 1216, aunque se insertaron algunas cláusulas adicionales para
proteger los derechos de los barones ante sus súbditos feudales y disminuyeron las restricciones a
la Corona para emitir impuestos.99 Continuó existiendo una serie de desacuerdos sobre el manejo
de los bosques reales, que implicaba un régimen legal especial que había producido una fuente de
ingresos considerables para la Corona; también hubo quejas tanto por la implementación de los
tribunales forestales como sobre los límites geográficos de los bosques reales.100 Se redactó un
texto complementario, la llamada Carta Forestal, que perdonaba los delitos forestales ya
existentes, impuso nuevos controles sobre los tribunales competentes y estableció una revisión de
los límites de cada bosque.100 Para distinguir las dos cartas, los escribas emplearon el término
magna carta libertatum («gran carta de las libertades») para referirse al documento más extenso,
que con el tiempo se conoció simplemente como «Carta Magna».101102

Véase también: Primera guerra de los Barones

Gran Carta de 1225

Versión de 1225 emitida por Enrique III, que se encuentra en los Archivos Nacionales.

La Carta Magna se enquistó cada vez más en la vida política inglesa durante la minoría de Enrique
III.103 A medida que el joven monarca crecía, su gobierno lentamente comenzó a recuperarse de
la guerra civil y restableció el control de los condados y la recaudación de ingresos, con el cuidado
de no sobrepasar los términos de las cartas.104 Enrique III seguía siendo menor de edad y la
capacidad legal de su gobierno para tomar decisiones permanentemente vinculantes en su
nombre era limitada. En 1223, las tensiones sobre el estatus de las cartas se hicieron patente en la
corte real, cuando el gobierno intentó reafirmar sus derechos sobre sus propiedades e ingresos en
los condados, lo que enfrentó la resistencia de muchas comunidades que argumentaban —aunque
a veces incorrectamente— que las cartas protegían las nuevas disposiciones.105106 Esta
resistencia ocasionó una discusión entre el arzobispo Langton y el juez William Brewer sobre si el
rey tenía la obligación de cumplir con los términos de las cartas, dado que él se había visto forzado
a aceptarlos.107 En esta ocasión, Enrique III garantizó verbalmente que se consideraba obligado a
respetarlas y permitió el desarrollo de una investigación sobre aquella situación en los
condados.108

Dos años más tarde, volvió a surgir la cuestión del compromiso de Enrique III con las cartas,
cuando Luis VIII invadió las provincias restantes del rey inglés en Francia, Poitou y Gascuña.109110
El ejército inglés en Poitou no tenía recursos suficientes y la provincia rápidamente cayó.111
Gascuña se vio amenazada también a menos que se enviaran refuerzos desde Inglaterra.112 A
principios de 1225, un gran concilio aprobó un impuesto de 40 000 libras para enviar un ejército,
que rápidamente retomó a Gascuña.113114 A cambio de dar su apoyo a Enrique III, los barones
exigieron que el rey volviera a promulgar la Carta Magna y la Carta Forestal.115116 El contenido
era casi idéntico a las versiones de 1217, pero en las nuevas ediciones el monarca declaró que
estas eran emitidas por su «voluntad espontánea y libre» y las confirmó con el sello real, por el
que otorgó a las nuevas cartas de 1225 mucha más autoridad que cualquier versión anterior.117
116

Los barones anticiparon que el rey actuaría de acuerdo con estas cartas, sujeto a la ley y moderado
por los consejos de la nobleza.118119 Continuó la incertidumbre y, en 1227, cuando fue declarado
mayor de edad y capaz de reinar de manera independiente, Enrique III anunció que las futuras
cartas debían emitirse bajo su propio sello.120121 Esto puso en tela de juicio la validez de las
cartas anteriores emitidas durante su minoría, entretanto el rey amenazó activamente con anular
la Carta Forestal a menos que los impuestos prometidos como condición para la aprobación fueran
abonados íntegramente.120122 En 1253, Enrique III confirmó las cartas una vez más a cambio de
impuestos.123

El rey hizo un hincapié simbólico en la reconstrucción de la autoridad real, pero su poder estaba
relativamente circunscrito por la Carta Magna.12475 Por lo general, actuaba dentro de los
términos de las cartas, lo que impedía que la Corona tomara medidas extrajudiciales contra los
barones, como las multas y expropiaciones que habían sido comunes durante el reinado su
padre.12475 Las cartas no abordaban problemas delicados como el nombramiento de consejeros
reales y la distribución del patrocinio real; además, carecían de cualquier medio de aplicación si el
rey decidía ignorarlas.125 La inconsistencia con la aplicación de ellas en el trascurso de su reinado
alienó a muchos barones, incluso aquellos dentro de su propia facción.75

A pesar de estas cartas, la disposición de la justicia real era inconsistente e impulsada por las
necesidades de la política inmediata: a veces se tomaban medidas para abordar una queja legítima
del barón; en otras ocasiones, el problema era simplemente ignorado.126 Los tribunales reales
que recorrían el país impartiendo justicia a nivel local —generalmente para los barones de menor
rango y la nobleza que reclamaban agravios contra los de mayor rango— tenían poco poder, lo
que permitía a los barones principales dominar el sistema de justicia local.127 El gobierno de
Enrique III se tornó laxo y descuidado, se redujo la autoridad real en las provincias y, en última
instancia, el colapso de su autoridad en la corte.12775

En 1258, un grupo de barones tomó el poder en un golpe de Estado, supuestamente con la


necesidad de hacer cumplir estrictamente la Carta Magna y la Carta Forestal y crearon un nuevo
gobierno liderado por barones, con el que avanzarían en la reforma según las Provisiones de
Oxford.128 Los barones no fueron lo suficientemente poderosos desde el punto de vista militar
como para obtener una victoria decisiva y, en cambio, recurrieron a Luis IX entre 1263-1264 para
mediar con sus reformas propuestas. Los barones reformistas argumentaron su caso basándose en
la Carta Magna y defendieron la idea de que era inviolable según el derecho inglés y que el
monarca había quebrantado sus términos.129

Luis IX se inclinó firmemente a favor de Enrique III, pero el arbitraje francés no logró la paz ya que
los barones rebeldes rehusaron aceptar el veredicto. La situación en Inglaterra degeneró en la
segunda guerra de los Barones, que fue ganada por el hijo de Enrique III, el príncipe Eduardo,
quien también invocó a la Carta Magna para promover su causa y señaló que los reformadores
habían llevado las cosas demasiado lejos y estaban actuando en contra de dicho documento.130
En 1267, en un gesto conciliador ante los barones derrotados, Enrique III emitió el Estatuto de
Marlborough, que incluía un nuevo compromiso para cumplir los términos de la Carta Magna.131
Testigos en 1225

Testigos de la carta de 1225

Gran Carta de 1297

Versión de 1297 en exhibición en el edificio de los Archivos Nacionales en Washington D.C.

En 1297, Eduardo I volvió a publicar las cartas de 1225 a cambio de un nuevo impuesto.133 Esta
versión es la que permanece en la legislación actual, aunque con la mayoría de las cláusulas
revocadas.134135 También en ese mismo año emitió la Confirmatio Cartarum («Confirmación de
las Cartas» en francés normando),136 debido también a que necesitaba más fondos, por lo que
impuso más tributos a los nobles, quienes se armaron contra él y finalmente le forzaron a
confirmar la Carta Magna y la Carta Forestal para evitar la guerra civil.137 Ellos habían intentado
incorporar otro texto a las cartas, el De Tallagio, pero el gobierno no estaba dispuesto a
concederlo y convinieron la emisión del Confirmatio que ratificaba los tratados anteriores y
revalidaba el principio de que los impuestos debían ser por consentimiento,133 aunque la forma
precisa de tal requisito no fue definida.138

Un pasaje ordenaba que las copias se distribuyeran en «iglesias catedralicias en nuestro reino,
para quedarse allí, y se leerán ante el pueblo dos veces por año»,139 de ahí la exhibición
permanente de una copia en la catedral de Salisbury.140 En el segundo artículo de la Confirmatio
se establece:141142

if any judgement be given from henceforth contrary to the points of the charters aforesaid by the
justices, or by any other our ministers that hold plea before them against the points of the
charters, it shall be undone, and holden for nought.

si de ahora en adelante se diere un juicio contrario a los puntos de las cartas antes mencionadas
por los jueces, o por cualquier otro de nuestros ministros que tienen un argumento ante estos[,]
contrario a los puntos de las cartas, se deshará, y no se tomará en cuenta.

En 1300, con la reconfirmación de las cartas, se insertó otro documento, Articuli super Cartas
(«Artículos sobre las Cartas»),143 compuesto por diecisiete artículos y que buscaba
principalmente abordar el problema de hacer cumplir tales documentos. La Carta Magna y la Carta
Forestal debían enviarse al magistrado civil (sheriff) de cada condado y ser leídas al menos cuatro
veces al año en las reuniones de los tribunales del condado, que tendrían un comité de tres
hombres que escucharían las quejas sobre las violaciones a ellas.144

El papa Clemente V continuó la política eclesiástica de apoyar a los monarcas (que atribuían su
poder a la gracia divina) contra cualquier reclamo en la Carta Magna que desafiara sus derechos,
por lo que en 1305 anuló la Confirmatio Cartarum. Eduardo I interpretó que la bula de Clemente V,
en la que suprimió aquel documento, también tenía efectos derogatorios sobre los Articuli super
Cartas, aunque esta última no era mencionada específicamente.145 En 1306, aprovechó la
oportunidad, dado el respaldo del romano pontífice, para reafirmar las leyes forestales sobre
extensas áreas que habían sido «desafectadas». Tanto el rey como el papa fueron acusados por
algunos cronistas contemporáneos de «perjurio» y que por tal motivo, según el historiador Robert
McNair Scott, en 1312 Roberto I Bruce rehusó hacer las paces con el hijo de Eduardo I con la
justificación: «Cómo el rey de Inglaterra mantendrá su fe en mí, ya que no cumple el juramento a
las promesas hechas a sus vasallos [...]».146147

Véase también: Segunda guerra de los Barones

Influencia en el derecho medieval inglés

La Gran Carta era referida en varios casos legales durante el período medieval. Por ejemplo, en
1226, los caballeros de Lincolnshire argumentaron que el sheriff local estaba cambiando la práctica
consuetudinaria con respecto a los tribunales locales, «contraria a su libertad que deberían tener
por la carta del rey».148 En la práctica, no se presentaron casos contra el monarca por
incumplimiento de la Carta Magna y la Carta Forestal, pero era posible presentar un caso contra
los oficiales del rey (por ejemplo, los magistrados civiles) empleando como prueba las violaciones
de las libertades concedidas por el monarca en esos documentos.149

Además, los casos medievales que tomaban como base estas cartas trataban cuestiones
específicas como la tutela y la dote, la recaudación de deudas y el mantenimiento de ríos libres
para la navegación.150 Incluso en el siglo xiii, ciertas cláusulas de la Carta Magna raramente
aparecían en casos legales, ya sea porque los asuntos en cuestión ya no eran relevantes o porque
ya había sido remplazada por una legislación más relevante. Para 1350, la mitad de sus cláusulas
ya no se invocaban activamente.151

Concesiones de libertades en otras naciones

La Bula de Oro (transcripción de 1351). Frecuentemente es comparada con la Carta Magna,


aunque una diferencia significativa es que en Inglaterra el acuerdo fortaleció la posición de los
súbditos reales, mientras en Hungría la aristocracia llegó a dominar tanto a la Corona como los
órdenes inferiores.

En el continente se desarrollaron casos similares en los que la nobleza y el alto clero buscaban
garantizar ciertas libertades. Por ejemplo, en 1212, Simón de Montfort, comandante supremo de
la cruzada albigense, emitió el Estatuto de Pamiers que confirmaba los privilegios de los clérigos y
limitaba la autoridad de los futuros gobernantes de Tolosa y Carcasona. Se ha sugerido que este
estatuto influyó en la propia Carta Magna de 1215, que también aseguró las libertades de la Iglesia
y reglamentó las relaciones feudales.152
El emperador teutón Federico II fortaleció la autoridad de los prelados imperiales con la
Confoederatio cum principibus ecclesiasticis (1220),153 que constituyó una importante fuente
jurídica del Sacro Imperio y fue incluida entre sus documentos constitucionales por los editores de
la Monumenta Germaniae Historica.154 Los historiadores del siglo siglo xix interpretaron las
concesiones de 1220 como un ejemplo de la pérdida de poder de la autoridad real central sobre
intereses principescos particulares, pero apenas trató nuevos reclamos ya que el proceso de
expansión del gobierno territorial episcopal estaba muy avanzado en las décadas precedentes. Los
antiguos derechos reales de los príncipes fueron asegurados con este amplio privilegio. La probada
y esperada fidelidad forzó al rey a recompensar a los príncipes con una dádiva especial y buscar el
consenso con ellos.155 Cinco años después, su hijo Enrique extendió esas concesiones a los
príncipes seculares.153

También en este período Andrés II de Hungría emitió la Bula de Oro en la primavera de 1222, «uno
de los muchos estatutos publicados en la cristiandad del siglo xiii que buscaba restringir el poder
real».156 Esta ley establecía los derechos de la nobleza húngara, como la desobediencia al rey
cuando actuaba en contra de la ley (ius resistendi). Los nobles y la Iglesia fueron liberados de
todos los impuestos, no podían ser obligados a ir a la guerra fuera de Hungría y no estaban
obligados a financiarla. Asimismo era un documento de importancia histórica porque establecía
principios de igualdad para toda la nobleza.157 La creación de la bula estuvo influenciada por el
surgimiento de una clase media nobiliaria, inusual en el régimen feudal húngaro. Como un gesto
regular de generosidad, el rey donaba bienes a sirvientes particularmente fieles, quienes a partir
de entonces ganaban un nuevo poder económico y de clase. Con el sistema de clases y el estado
económico cambiando, Andrés II se vio obligado a decretar el Bula de Oro para relajar las
tensiones entre los nobles hereditarios y la nobleza de la clase media en ciernes.157158 Sobre su
relación con la Carta Magna de 1215, el historiador Gabriel Ronay teorizó que los húngaros
participantes de la quinta cruzada probablemente se reunieron con Robert Fitzwalter y otros
líderes que la habían discutido.159 Según James Clarke Holt, no es necesario suponer que los
autores de estos documentos se tomaron prestados unos de otros, ya que encarna la «reacción
natural de las sociedades feudales a la importunidad monárquica».160

Por otro lado, durante las Vísperas sicilianas, Carlos I de Anjou emitió ordenanzas de reforma en
un intento por recuperar Sicilia y evitar la rebelión en el sur de Italia, mientras que su hijo forzó al
invasor Pedro III de Aragón a mantener una política exterior costosa al conceder el Privilegio
General a sus súbditos.160 En la monarquía capetiana de principios del siglo xiv, debido al
agotamiento de los recursos franceses en la cruzada aragonesa y las campañas en Flandes, Felipe
IV y Luis X concedieron varios estatutos provinciales para apaciguar a la nobleza.161

Siglos xiv-xv
Magna carta cum statutis angliae (Gran Carta con los Estatutos Ingleses), de principios del s. xiv.

Durante el reinado de Eduardo III, se aprobaron seis medidas, más tarde conocidas como los Seis
Estatutos (Six Statutes), entre 1331 y 1369, que trataron de aclarar ciertas partes de las cartas. En
particular, el tercer estatuto de 1354 redefinió la cláusula 29: donde mencionaba «hombre libre»
(free man) se convirtió en «ningún hombre, sea cual fuere su estado o condición que pudiese
tener» (no man, of whatever estate or condition he may be) y se introdujo la frase «debido
proceso legal» (due process of law) en «juicio legal de sus pares o la legislación nacional» (lawful
judgement of his peers or the law of the land).162

Entre los siglos xiii y xv, la Carta Magna fue reconfirmada treinta y dos veces, según Edward Coke,
o posiblemente hasta cuarenta y cinco veces.163164 Con frecuencia, el primer punto del quehacer
parlamentario era la lectura pública y reafirmación de la carta y, como en el siglo anterior, los
parlamentos muchas veces exigían la confirmación del monarca.164 En 1423, fue confirmada por
última vez por Enrique VI.165166167

A mediados del siglo xv, la Carta Magna dejó de ocupar el centro de la vida política inglesa cuando
los monarcas reafirmaron su autoridad y los poderes que habían sido desafiados en los cien años
posteriores al reinado de Eduardo I.168 Siguió siendo un texto para abogados —especialmente
como una protección de los derechos de propiedad— y era leída cada vez más a medida que
circulaban versiones impresas y aumentaba nivel de alfabetización de la población.169

Siglo xvi

Una versión de la carta de 1217, producida entre 1437 y c. 1450.

Durante el siglo xvi cambió la interpretación de la Carta Magna y la primera guerra de los
Barones.170 Enrique VII tomó el poder al final de la turbulenta guerra de las Dos Rosas y fue
sucedido por Enrique VIII; la amplia propaganda durante ambos gobernantes promovió la
legitimidad del régimen absolutista, la ilegitimidad de cualquier tipo de rebelión contra el poder
real y la prioridad de apoyar al Corona en sus argumentos con el papado.171 Los historiadores de
la era Tudor redescubrieron al Cronista de Barnwell, un texto más favorable a Juan I que otros del
siglo xiii y, como describe el historiador Ralph Turner, «vieron al rey Juan como un héroe que
luchaba contra el papado» y mostraba «pequeña simpatía por la Gran Carta o los barones
rebeldes».172 Las manifestaciones procatólicas durante el levantamiento de 1536 citaban la Carta
Magna y acusaban al rey de no darle el debido respeto.173

La primera edición reproducida mecánicamente fue probablemente la Magna Carta cum aliis
Antiquis Statutis (1508) de Richard Pynson, aunque las primeras versiones impresas del siglo xvi
atribuyeron incorrectamente sus orígenes a Enrique III y 1225, en lugar de Juan I y 1215,
respectivamente; en consecuencia, se trabajaba a partir de un texto posterior.174175176 En 1527,
John Rastell publicó una edición abreviada en inglés. Thomas Berthelet —sucesor de Pynson como
impresor real durante 1530-1547— difundió una edición del texto junto con otros «estatutos
antiguos» en 1531 y 1540.177178179 En 1534, George Ferrers publicó la primera edición íntegra
de la Carta Magna en inglés, en la que dividió el documento en treinta y siete cláusulas
numeradas.180

A finales del siglo xvi, despertó entre los anticuarios ingleses un interés especial por la Carta
Magna.173 Concluyeron que había un conjunto de antiguas costumbres y leyes inglesas,
temporalmente abolidas por la invasión normanda de 1066, que luego se habían recuperado en
1215 y quedaron plasmadas en la Carta Magna, que a su vez daba autoridad a importantes
principios legales del siglo xvi.181173182 Los historiadores modernos señalaron que aunque esta
narrativa era fundamentalmente incorrecta, ya que muchas personas lo consideraban un «mito»,
adquirió gran importancia entre los estudiosos del derecho en aquella la época.182vii

Por ejemplo, el anticuario William Lambarde publicó lo que él creía que eran los códigos de
derecho anglosajón y normando, remontando los orígenes del Parlamento inglés del siglo xvi a ese
período, aunque malinterpretando las fechas de muchos documentos en cuestión.181 Francis
Bacon opinó que la cláusula 39 era la base del sistema de jurados y los procesos judiciales del siglo
xvi.187188 Los anticuarios Robert Beale, James Morice y Richard Cosin argumentaron que la Carta
Magna era una declaración de libertad y una ley suprema y fundamental de la cual dependía el
gobierno inglés.189 Aquellos que cuestionaban estas conclusiones, como el parlamentario Arthur
Hall, enfrentaban sanciones.190191

Siglos xvii-xviii

Tensiones políticas

El jurista Edward Coke hizo un extenso uso político de la Carta Magna.

A principios del siglo xvii, la Carta Magna era vista como documento político esencial en los
argumentos sobre la autoridad de la monarquía inglesa.192 Jacobo I y Carlos I propusieron una
mayor autoridad para la Corona, sobre la base de la doctrina del derecho divino de los reyes,
mientras que la carta era muy citada por sus oponentes para desafiar a la monarquía.184

Sus defensores aseguraban que la carta reconocía y protegía la libertad de los individuos ingleses y
hacía que el rey estuviera sujeto a la ley común de la tierra; también que introducía el juicio con
un sistema de jurado y reconocía los orígenes antiguos del Parlamento. Concluyeron que, gracias a
la Carta Magna y la «constitución antigua» que supuestamente había sobrevivido la invasión
normanda,193 un monarca no podía alterar esas costumbres inglesas de larga data.184192194195
No obstante, aunque los argumentos basados en la carta eran históricamente inexactos, tenían un
poder simbólico ya que ella tenía un profundo significado durante este período; anticuarios como
Henry Spelman la describieron como «el más majestuoso y sacrosanto pilar de las libertades
inglesas».184192182

Edward Coke utilizó la Carta Magna como herramienta política durante esta época. Trabajando a
partir de la versión de 1225 del texto —la primera copia impresa de la carta de 1215 apareció en
1610—, pronunció discursos y publicó varios folletos sobre este documento.182196 Su trabajo era
desafiado en ese entonces por lord Ellesmere e historiadores modernos como Ralph Turner y
Claire Breay han criticado a Coke por «malinterpretar» la carta original «anacrónicamente y sin
sentido crítico» y por adoptar un enfoque «muy selectivo» de su análisis.184197 Con más
simpatía, James Clarke Holt señaló que la historia de las cartas ya se había «distorsionado» cuando
Coke estaba llevando a cabo su trabajo.198

John Lilburne criticó la Carta Magna como una definición inadecuada de las libertades inglesas.

En 1621, se presentó un proyecto de ley al Parlamento para renovar la Carta Magna; aunque este
borrador fracasó, el abogado John Selden argumentó durante el caso Darnell en 1627 que el
derecho de habeas corpus estaba respaldado por ella.199200 Coke apoyó la Petición de Derechos
de 1628, que la citaba en su preámbulo, en un intento de ampliar las provisiones y hacerlas
vinculantes para el poder judicial.201202 La monarquía respondió justificando que la situación
legal histórica era mucho menos clara de lo que se pretendía, por lo que restringió las actividades
de los anticuarios, arrestó a Coke por traición y censuró su libro sobre la Carta Magna.200203
Carlos I inicialmente no estaba de acuerdo con la Petición de Derechos y rehusó confirmar la carta,
de manera que evitaría la reducción de su independencia como soberano.204205

Inglaterra descendió a la guerra civil en los años 1640, lo que ocasionó la ejecución de Carlos I en
1649. Después de la proclamación la república, algunos cuestionaron si la Carta Magna —un
acuerdo con un monarca— seguía siendo relevante.206 The English Devil, un panfleto anti-
Cromwell publicado en 1660, decía que la nación había sido obligada a someterse a ese tirano, que
su palabra era ley y que, cuando ponga «su mano sobre su espada, lloraría» la Carta Magna.207 En
un discurso de 2005, el presidente del Tribunal Supremo (Lord Chief Justice) de Inglaterra y Gales,
Harry Woolf, repitió la afirmación de que Cromwell se había referido al documento como Magna
Farta208 (lit., «Gran Pedo»).

Los grupos radicales que florecieron durante este período tenían diferentes opiniones sobre la
Carta Magna. Los niveladores (Levellers) rechazaron la historia y la ley tal como eran presentadas
por sus contemporáneos y sostuvieron en su lugar un punto de vista «antinormanista».209 Por
ejemplo, John Lilburne argumentó que la carta contenía solo algunas de las libertades que
supuestamente existían bajo los anglosajones antes de ser suprimidas por el yugo normando.210
El nivelador Richard Overton la describió como «una cosa mezquina que contiene muchas marcas
de cautiverio intolerables».211 Ambos veían a la Carta Magna como una útil declaración de
libertades que podía usarse contra gobiernos con los que no estaban de acuerdo.212213 Gerrard
Winstanley, el líder de los cavadores (Diggers) más extremistas, declaró que «las mejores leyes
que Inglaterra tiene [viz., la Carta Magna] fueron alcanzadas por nuestros importunados
antepasados cuando solicitaron a los reyes que todavía eran sus maestros de obra; sin embargo,
estas buenas leyes son ataduras y manicuras, reteniendo a un tipo de personas para que sean
esclavas de otros: el clero y la nobleza obtienen su libertad, pero la gente común sigue siéndolo y
se les ha dejado como sirvientes para que trabajen para ellos».214215

Revolución Gloriosa

Un grabado de 1733 de la carta de 1215 por John Pine.

Robert Brady realizó el primer intento de una historiografía formal,216 ya que refutó la supuesta
antigüedad del Parlamento y la creencia de la continuidad inmutable de las leyes anglosajonas.
Brady advirtió que las libertades de la carta eran limitadas y argumentó que eran solamente
concesiones del rey. Al ubicar la Carta Magna en un contexto histórico, puso en duda su relevancia
política contemporánea;217 su comprensión histórica no sobrevivió a la Revolución Gloriosa, que,
según el historiador John Pocock, «marcó un revés para el trascurso de la historiografía
inglesa».218

Según la interpretación whig de la historia inglesa, la Revolución Gloriosa era un ejemplo de la


reivindicación de las antiguas libertades. Reforzados con conceptos lockeanos, los whigs creían
que la constitución de Inglaterra era un contrato social basado en documentos como la Carta
Magna, la Petición de Derechos y la Declaración de Derechos.219 English Liberties (1680, titulada
British Liberties en versiones posteriores), del propagandista whig Henry Care, fue un libro
polémico de bajo costo, muy influyente y reimpreso tanto en las colonias norteamericanas como
en la metrópoli, que puso a la Carta Magna en el centro de la historia y la legitimidad
contemporánea de su asunto.220

Las ideas sobre la naturaleza de la ley en general estaban empezando a cambiar. En 1716, se
aprobó la Ley Septenal, que tuvo numerosas consecuencias. En primer lugar, el Parlamento ya no
consideraba indiscutibles sus estatutos anteriores, ya preveía un plazo parlamentario máximo de
siete años, mientras que la Ley Trienal (1694, promulgada menos de un cuarto de siglo antes)
preveía un plazo máximo de tres años.221 También amplió en gran medida los poderes del
Parlamento. Bajo esta nueva constitución, el absolutismo monárquico fue remplazado por la
supremacía parlamentaria. Rápidamente se dieron cuenta de que la Carta Magna se aplicaba de la
misma manera tanto si el rey ejercía o no su poder en el Parlamento. Esta supremacía sería
desafiada por personas como Granville Sharp, quien consideraba que la carta era una parte
fundamental de la constitución y sostenía que sería traición revocar cualquier parte de esta;
también sostuvo que el documento prohíbe la esclavitud.221

William Blackstone publicó una edición crítica de la carta de 1215 en 1759 y creó el sistema de
numeración que todavía se utiliza en la actualidad.222 En 1763, el parlamentario John Wilkes fue
arrestado por escribir un panfleto incendiario (No. 45, 23 April 1763), en el que citaba la Carta
Magna continuamente.223 Lord Camden denunció el tratamiento de Wilkes como una
contravención de ese documento.224 En sus Derechos del hombre, Thomas Paine hizo caso omiso
de la Carta Magna y la Declaración de Derechos sobre la base de que no se trataban de
constituciones escritas por representantes electos.225

Inspiración en las Trece Colonias y los Estados Unidos

Réplica y exhibición en la rotonda del Capitolio de los Estados Unidos.

Cuando los colonos ingleses partieron hacia el Nuevo Mundo, llevaron consigo cartas reales con
las que establecieron las colonias. Por ejemplo, la carta de la Compañía de la Bahía de
Massachusetts establecía que los colonos «tendrían y disfrutarían de las libertades e inmunidades
de sujetos libres y naturales».226 La Carta de Virginia de 1606 —redactada en gran parte por
Edward Coke— declaró que los colonos tendrían las mismas «libertades, derecho a voto e
inmunidades» que las personas nacidas en Inglaterra.227 El Massachusetts Body of Liberties
contenía similitudes con la cláusula 29 de la Carta Magna; al redactarlo, la Corte General de
Massachusetts consideró a la carta como la encarnación principal del derecho consuetudinario
inglés.228 Otras colonias seguirían su ejemplo. En 1638, Maryland intentó reconocerla como parte
de la ley de la provincia, pero la solicitud fue denegada por Carlos I.229

En 1687, William Penn publicó The excellent privilege of liberty and property: being the birth-right
of the free-born subjects of England, que contenía la primera copia de la Carta Magna impresa en
suelo estadounidense. Los comentarios de Penn rememoraban los de Coke, en los que
manifestaba la creencia de que era una ley fundamental del reino.230 Los colonos recurrieron a
los libros de leyes inglesas, lo que los llevó a una interpretación anacrónica de la Carta Magna, ya
que creían que garantizaba un juicio por jurado y habeas corpus.231 El desarrollo de la supremacía
parlamentaria en las islas británicas no afectó constitucionalmente a las Trece Colonias, que
conservaron un apego al derecho consuetudinario inglés, pero afectó directamente la relación
entre Gran Bretaña y sus colonias.232 Cuando los colonos estadounidenses luchaban contra la
metrópoli, no solo lo hacían por la nueva libertad, sino también por preservar las libertades y los
derechos que creían estaban consagrados en la Carta Magna.233
A fines del siglo xviii, la Constitución de los Estados Unidos se convirtió en la ley suprema del país,
recordando la manera en que la Carta Magna se había convertido en ley fundamental.233 La
quinta enmienda de la Constitución federal garantiza que «[a nadie] se le privará de la vida, la
libertad o la propiedad sin el debido proceso legal», una frase que se deriva de la carta de
1215.234 Además, se incluyó un escrito similar en la cláusula de suspensión del artículo 1 sección
9: «El privilegio de habeas corpus no se suspenderá, salvo cuando la seguridad pública lo exija, en
los casos de rebelión o invasión».235 Cada uno de estos proclamaba que ninguna persona puede
ser encarcelada o detenida sin pruebas de que haya cometido un delito. La novena enmienda
establece: «La enumeración en la Constitución de ciertos derechos no ha de interpretarse como
que niega o menosprecia otros que retiene el pueblo». Los redactores de la Constitución de los
Estados Unidos deseaban garantizar que los derechos que ya tenían —como los que creían que
eran proporcionados por la Carta Magna— se preservarían a menos que se restringiesen
explícitamente.236237 La Corte Suprema de los Estados Unidos hizo referencia explícita al análisis
de lord Coke como un antecedente del derecho de la sexta enmienda a un juicio inmediato.238

Siglos xix-xxi

Interpretaciones

Recreación romántica del s. xix de Juan I firmando la Carta Magna.

La interpretación whig de la Carta Magna y su papel en la historia constitucional siguió siendo


dominante durante principios del siglo xix. Constitutional history of England (1874-1878), del
historiador William Stubbs, representaba esta opinión.239 Stubbs argumentó que la carta había
conformado una etapa importante en la configuración de la nación inglesa y creía que los barones
de Runnymede en 1215 no solo representaban a la nobleza, sino también al pueblo de Inglaterra
en general, enfrentándose a un gobernante tiránico de la naturaleza de Juan I.239240

Esta visión de la Carta Magna pronto perdió ímpetu. El jurista e historiador victoriano tardío
Frederic William Maitland proporcionó una historia académica alternativa en 1899, que comenzó a
devolver a la Carta Magna sus raíces históricas.241 En 1904, Edward Jenks publicó un artículo
titulado «El mito de la Carta Magna», que socavó la visión previamente aceptada sobre ella.242
Historiadores como Albert Pollard coincidieron con las conclusiones de Jenks en que Edward Coke
había «inventado» en gran medida el mito de la Carta Magna en el siglo xvii; estos estudiosos
argumentaron de que la carta de 1215 no se refería a la libertad para el pueblo en general, sino
más bien a la protección de los derechos de los barones.243

Este punto de vista también se hizo popular en círculos más amplios y, en 1930, los humoristas
Walter Sellar y Robert Yeatman publicaron una parodia sobre la historia inglesa (1066 and all that),
en la que se burlaban de la supuesta importancia de la carta y sus promesas de libertad universal:
«La Carta Magna era, por tanto, la principal causa de la democracia en Inglaterra y además una
buena cosa para todos (excepto la gente común)».244245

Sin embargo, en muchas representaciones literarias del pasado medieval, la Carta Magna siguió
siendo la base de la identidad nacional inglesa. Algunos autores utilizaron los orígenes medievales
del documento como base para preservar el statu quo social, mientras que otros la invocaban para
desafiar supuestas injusticias económicas.241 En 1898, se formó la Orden de Barones de la Carta
Magna para promover los antiguos principios y valores que se percibían en ese documento.246 La
abogacía de Inglaterra y los Estados Unidos continuó teniendo alta estima en la carta; esto fue
fundamental en la formación de la Sociedad Carta Magna en 1922 para proteger los prados de
Runnymede ante la urbanización en los años 1920; en 1957, el Colegio de Abogados de Estados
Unidos erigió un memorial a la Carta Magna en Runnymede.234247248 En 1956, el jurista Tom
Denning la describió como «el documento constitucional más grande de todos los tiempos: la
fundación del libertad del individuo contra la autoridad arbitraria del déspota».6

Derogación de cláusulas e influencia constitucional

Algunos políticos radicales como Francis Burdett creían que la Carta Magna no podía ser
derogada,249 pero ya para el siglo xix las cláusulas que estaban obsoletas o las que habían sido
sustituidas comenzaron a ser abrogadas. La derogación de la cláusula 36 en 1829 por la Ley de
Delitos contra la Persona de 1828 (9 Geo 4 c 31 s 1)250 fue la primera vez que se remplazó una
cláusula de la carta. Durante los siguientes ciento cuarenta años, casi toda la Carta Magna (1297)
como estatuto fue derogada251 y solo quedaron en vigencia las cláusulas 1, 9 y 29 (en Inglaterra y
Gales) después de 1969. La mayoría de las cláusulas fueron derogadas en Inglaterra y Gales por la
Ley de Revisión del Derecho Estatutario de 1863, mientras que en la Irlanda del Norte moderna y
también en la República de Irlanda actual por la Ley de Revisión del Derecho Estatutario (Irlanda)
de 1872.250

Muchos intentos posteriores de redactar formas constitucionales de gobierno remontan su origen


a la Carta Magna. Los dominios británicos, Australia y Nueva Zelanda,252 Canadá253 (excepto
Quebec) y anteriormente la Unión Sudafricana y Rodesia del Sur reflejaron la influencia de la Carta
Magna en sus leyes y los efectos de esta se pueden observar en las leyes de otros Estados que
surgieron del Imperio británico.254 La Carta Magna se reimprimió en Nueva Zelanda en 1881
como una de las leyes imperiales vigentes en ese país.255 La cláusula 29 sigue vigente como parte
del ordenamiento jurídico neozelandés.256

Legado moderno
El memorial a la Carta Magna en Runnymede, diseñado por Edward Maufe y erigido por el Colegio
de Abogados de Estados Unidos en 1957. El monumento se encuentra en el prado conocido
históricamente como Long Mede: es probable que el sitio real del sellado de la Carta Magna esté
más al este, hacia Egham y Staines.34

La Carta Magna continúa teniendo un poderoso estatus icónico en la sociedad británica y es citada
por políticos y abogados en apoyo de posturas constitucionales.257258 Por ejemplo, la supuesta
garantía de juicio por jurado y otras libertades civiles condujo al laborista Tony Benn a decir, en
2008, que el debate sobre el aumento del tiempo máximo que los sospechosos de terrorismo
podían ser retenidos sin cargos de 28 a 42 días era «el día [en que la] Carta Magna fue
abrogada».259 Aunque rara vez se invoca en tribunales en la era moderna, en 2012 los
manifestantes de Occupy London intentaron utilizar este documento medieval para oponerse a la
amenaza expulsión del cementerio de San Pablo en el centro de Londres. El presidente de la
Sección Civil (Master of the Rolls) de la Corte de Apelación hizo un breve comentario en el que
señalaba, con cierta ironía, que, aunque la cláusula 29 era considerada por muchos como la base
del estado de derecho en Inglaterra, no la consideraba directamente relevante para el caso y que
las otras dos cláusulas sobrevivientes en realidad se referían a los derechos eclesiásticos y de la
ciudad de Londres.260261

El documento tiene poco peso legal en la Gran Bretaña moderna, ya que la mayoría de sus
cláusulas han sido abrogadas y los derechos relevantes están garantizados por otros estatutos,
pero el historiador James Holt señaló que la memoria de la carta de 1215 en la vida nacional es
una «reflexión del desarrollo continuo de la legalidad y administración inglesas» y un «símbolo de
las muchas luchas entre la autoridad y la ley a lo largo de los siglos».262 El historiador Wilfred
Lewis Warren notó que «muchos que sabían poco y que se preocupaban menos por el contenido
de la carta, en casi todas las épocas invocaron su nombre, y con buena causa, porque significaba
más de lo que decía».263

También sigue siendo un tema de gran interés para los historiadores; Natalie Fryde caracterizó la
carta como «una de las vacas más sagradas en la historia medieval inglesa», porque es poco
probable que terminen los debates sobre su interpretación y significado.264 En muchos sentidos
sigue siendo un «texto sagrado», ya que se considera generalmente parte de la constitución no
codificada del Reino Unido; en un discurso de 2005, el presidente del Tribunal Supremo de
Inglaterra y Gales, Harry Woolf, la describió como el «primero de una serie de instrumentos que
ahora se reconoce que tienen un estatus constitucional especial».265208

El documento también continúa siendo estimado en los Estados Unidos como un antecedente de
la Constitución federal y la Carta de Derechos de los Estados Unidos.266 En 1976, el Reino Unido
prestó uno de los cuatro originales de la Carta Magna de 1215 a los Estados Unidos para la
celebraciones de su bicentenario y también donó una vitrina adornada para ello. El original fue
devuelto después de un año, pero una réplica y la vitrina siguen en exhibición en la cripta del
Capitolio de los Estados Unidos en Washington D.C.267
Celebración del 800.º aniversario

El 15 de junio de 2015 conmemoró el 800.° aniversario de la carta original y las organizaciones e


instituciones planearon eventos festivos.268 La Biblioteca Británica reunió las cuatro copias
existentes del manuscrito de 1215 en febrero de 2015 para una exposición especial.269 La artista
británica Cornelia Parker recibió el encargo de crear una nueva obra de arte, Magna Carta (an
embroidery), que se exhibió en la Biblioteca Británica entre mayo y julio de 2015.270 La obra de
arte es una instantánea del artículo «Magna Carta» en la Wikipedia en inglés (como apareció en el
799.° aniversario del documento) y fue bordada a mano por más de 200 personas.271

Se llevó a cabo una ceremonia de conmemoración en Runnymede, en el parque National Trust, a


la que asistieron dignatarios británicos y estadounidenses.272 La copia en poder de la catedral de
Lincoln fue exhibida desde noviembre de 2014 hasta enero de 2015 en la Biblioteca del Congreso
en Washington D.C.273 Se inauguró un nuevo centro de visitantes en el castillo de Lincoln para el
aniversario.274 La Real Casa de Moneda lanzó dos diseños conmemorativos de dos libras
esterlinas.275276 En 2014, Bury St Edmunds en Suffolk celebró el 800.º aniversario de la Carta de
las Libertades de los barones, que se acordó en secreto allí en noviembre de 1214.277

Contenido

Formato físico

Archivo:Four surviving Magna Carta to be brought together for the first time in history.webm

Cuatro de la Carta Magna supervivientes se reunirán por primera vez en la historia. 2013

De cada versión de la carta se elaboraron varias copias, conocidas como ejemplificaciones o copias
auténticas, muchas de las cuales han sobrevivido.278 Los documentos fueron escritos
delicadamente con plumas de ave en latín medieval rigurosamente abreviado, según los
estándares de la época, sobre hojas de pergamino de piel de oveja de aproximadamente 15 por 20
pulgadas (380 x 510 mm).279280 Fueron autenticados con el gran sello real por un oficial llamado
spigurnel, equipado con una prensa de sellado especial que empleaba cera estampada y lacre de
resina.281282 No habían firmas en la carta de 1215 y los barones presentes no incluyeron sus
propios sellos.283 Las cartas originales no fueron numeradas ni divididas en párrafos o cláusulas
separadas; el sistema de numeración utilizado actualmente fue ideado por el jurista William
Blackstone en 1759.222

Copias auténticas

Pergaminos de 1215
Carta de 1225, albergada en la Biblioteca Británica, con el gran sello real anexado.

La cancillería real emitió al menos trece copias originales de la carta de 1215, siete en la primera
tanda distribuida el 24 de junio y otras seis más tarde; fueron enviadas a magistrados civiles y
obispos del condado, quienes probablemente se encargaron de su lectura pública.284 Existen
variaciones entre cada una de estas copias y probablemente no haya una sola «copia
maestra».285 De estos documentos, solo cuatro sobreviven, todos en el Reino Unido: dos en la
Biblioteca Británica, uno en la catedral de Lincoln y otro en la catedral de Salisbury.286 Cada una
de estas versiones es ligeramente diferente en tamaño y redacción; los historiadores consideran
que cada una tiene igual autoridad.287

Las dos cartas de 1215 en poder de la Biblioteca Británica, conocidas como Cotton MS. Augustus
II.106 y Cotton Charter XIII.31a, fueron adquiridas por el anticuario Robert Cotton en el siglo
xvii.288 Una de estas fue encontrada originalmente por Humphrey Wyems, un abogado de
Londres, quien la habría descubierto en una sastrería y la entregó a Cotton en enero de 1629.289
La otra fue encontrada en el castillo de Dover en 1630 por Edward Dering. La llamada «carta
Dering» generalmente se identifica como la copia enviada originalmente a Alianza de los Cinco
Puertos en 1215.290viii Esta copia se dañó en el incendio de la Biblioteca Cotton de 1731, en el
que su sello quedó parcialmente derretido. El pergamino estaba algo arrugado, pero
relativamente indemne; John Pine imprimió un facsímil en 1733. Sin embargo, en los años 1830,
un intento imprudente y fallido de limpieza y conservación dejó el manuscrito prácticamente
ilegible para el ojo desnudo.293294 No obstante, esta es la única copia de 1215 sobreviviente que
aún tiene su gran sello anexado.295296

La copia original de la carta de 1215 en la catedral de Lincoln ha estado en manos del condado
desde ese mismo año; se exhibía en la cámara común de la catedral antes de ser trasladada a otro
edificio en 1846.297286 Entre 1939 y 1940, la copia fue presentada en el pabellón británico en la
Feria Mundial de 1939 en Nueva York y en la Biblioteca del Congreso.298 Cuando estalló la
Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill quiso obsequiarla al pueblo estadounidense con la
esperanza de que esto alentaría a esa nación, entonces neutral, a entrar en la guerra contra las
potencias del Eje, pero la catedral no estuvo dispuesta y los planes fracasaron.299 Después de
diciembre de 1941, la copia se almacenó en el fuerte Knox por seguridad, antes de volver a
exhibirse en 1944 y regresar a la catedral de Lincoln a principios de 1946.300301298 En 1976
estuvo expuesta al público en la biblioteca medieval de la catedral.297 Posteriormente se exhibió
en San Francisco y, durante un tiempo, se retiró de la exposición para someterse a procesos de
conservación durante los preparativos para otra visita a los Estados Unidos, donde se expuso en
2007 en el Centro de Arte Contemporáneo de Virginia y el Centro Nacional de la Constitución en
Filadelfia.297302303 El documento regresó a Nueva York para mostrarse en el museo Fraunces
Tavern durante 2009.304 Actualmente en préstamo permanente a la bóveda David PJ Ross del
castillo de Lincoln, junto con una copia original de la Carta Forestal de 1217.305306
La cuarta copia, en propiedad de la catedral de Salisbury, fue entregada por primera vez en 1215 a
su predecesora, la catedral de Old Sarum.307 Redescubierta por el obispo en 1812, se ha
mantenido en esa ciudad a lo largo de su historia, excepto cuando fue retirada de su sitio para
trabajos de restauración.308309 Posiblemente es la mejor conservada de las cuatro, aunque se
observan pequeños orificios en el pergamino en las esquinas donde alguna vez estuvo sujetada a
la pared.309310311 La letra de esta versión es diferente de la de las otras tres, lo que sugiere que
no fue escrita por un escriba real, sino por un miembro del personal de la catedral, que tenía la
copia auténtica de la corte real.308278

Copias posteriores

Copia de 1297 en propiedad del Gobierno de Australia y en exhibición en el Salón de los Miembros
del Parlamento.

Sobreviven otras versiones tempranas de las cartas. Una copia auténtica de la carta de 1216
permanece almacenada en la catedral de Durham.312 Existen cuatro copias de la carta de 1217;
tres de estas están en la Biblioteca Bodleian en Oxford y una en la catedral de Hereford.312313 La
copia de Hereford se exhibe ocasionalmente al lado de un mapamundi en la «biblioteca
encadenada» de la catedral y es acompañada por un pequeño documento llamado Articuli super
Cartas que se envió anexado con la carta, en la que instruye al sheriff del condado sobre cómo
cumplir las condiciones descritas en el documento.314 Una de las copias de Bodleian se exhibió en
el Palacio Legión de Honor de California en San Francisco en 2011.315

Existen cuatro ejemplares de la carta de 1225: la Biblioteca Británica tiene una, que estuvo en
manos de la abadía de Lacock hasta 1945; la catedral de Durham también tiene otra copia y la
Biblioteca Bodleian alberga una tercera.313316317 La cuarta copia de la ejemplificación de 1225
estuvo en el museo de la Oficina de Registro Público y ahora se encuentra en posesión de los
Archivos Nacionales.318319 La Sociedad de Anticuarios de Londres también posee un borrador de
la carta de 1215 (descubierta en 2013 en un registro de finales del siglo xiii de la abadía de
Peterborough), una copia de la tercera edición de 1225 (dentro de una colección de estatutos de
principios del siglo xiv) y una copia en rollo de la reedición de 1225.320

Solo dos copias auténticas de la Carta Magna se realizaron fuera de Inglaterra, ambas de 1297.
Una de estas fue vendida en 1952 por la King's School de Bruton al gobierno australiano por £ 12
500.321 Esta copia se encuentra en exhibición en el Salón de los Miembros del Parlamento en
Canberra.322 La segunda fue originalmente propiedad de la familia Brudenell, condes de Cardigan,
antes de venderla en 1984 a la Fundación Perot en los Estados Unidos, que en 2007 la vendió al
empresario estadounidense David Rubenstein por $ 21 300 000.323324325 Rubenstein comentó:
«Siempre creí que este era un documento importante para nuestro país, aunque no fue redactado
en nuestro país. Creo que fue la base de la Declaración de Independencia y el pilar de la
Constitución». Esta ejemplificación está en préstamo permanente a los Archivos Nacionales en
Washington D.C.326327 Sobreviven únicamente dos copias auténticas de 1297,328 una de las
cuales se encuentra en los Archivos Nacionales del Reino Unido.329

Se conservan siete copias de la ejemplificación de 1300 de Eduardo I:328330 en Faversham,331 el


Oriel College de Oxford, la Biblioteca Bodleian, la catedral de Durham, la abadía de Westminster,
el antiguo ayuntamiento de Londres332 y el Consejo del Condado de Kent (Sandwich). La copia de
Sandwich fue redescubierta a principios de 2015 en un álbum de recortes victoriano en los
archivos de esa ciudad, una de los antiguos Cinco Puertos.330 En el caso de las copias auténticas
de Sandwich y el Oriel College, también poseen las copias originales anexadas de la Carta
Forestal.330

Cláusulas

Un penique de plata de Juan I; gran parte de la Carta Magna concernía a cómo se recaudaban los
ingresos reales.

La mayoría de las cartas de 1215 y versiones posteriores buscaban regular los derechos feudales
de la Corona sobre los barones.333 Durante el reinado de los angevinos y en particular en el de
Juan I, los derechos del monarca inglés se habían usado con frecuencia de manera inconsistente,
en muchas veces en un intento de aumentar los impuestos a los barones. El rescate feudal era una
de las formas en que un rey podía exigir dinero; las cláusulas 2 y 3 fijaban las tasas a pagar cuando
un heredero recibía un patrimonio o cuando un menor alcanzaba la mayoría de edad y tomaba
posesión de sus tierras.333 El escudaje era otra forma de impuesto medieval: los caballeros y
nobles debían el servicio militar a la Corona a cambio de sus tierras, que teóricamente seguían
perteneciendo al rey, pero muchos preferían evitar este servicio y ofrecer dinero; la Corona solía
usar estos fondos para contratar mercenarios.334 La tasa de escudaje que debería pagarse y las
circunstancias según las cuales era apropiado que el rey la exigiera era incierta y controvertida; las
cláusulas 12 y 14 se referían a la gestión de este proceso.333

El sistema judicial inglés fue modificado considerablemente en el siglo anterior y los jueces reales
desempeñaban un papel más importante en la administración de la justicia en el país. Juan I había
utilizado su discreción real para extorsionar grandes sumas de dinero a los barones y recibía pagos
para ofrecer justicia en casos particulares, por lo que el rol de la Corona en la administración de
justicia se había vuelto políticamente delicado entre los barones. Las cláusulas 39 y 40 exigían que
se aplicara el debido proceso en el sistema de justicia real, mientras que la cláusula 45 establecía
que el rey designara funcionarios reales bien informados en puestos relevantes.335 Aunque estas
cláusulas no tenían ningún significado especial en la carta original, esta destacó como
particularmente importante en siglos posteriores.335 Por ejemplo, en 1974, la Corte Suprema de
California interpretó la cláusula 45 como la afirmación de un requisito en el derecho común de que
un acusado que enfrenta una potencial pena de prisión tenga derecho a un proceso supervisado
por un juez legalmente capacitado.336

Juan I ataviado con sus vestiduras reales y sosteniendo una iglesia en una miniatura de Historia
Anglorum por Mateo de París (c. s. xiii).

Los bosques reales eran importantes desde el punto de vista económico en la Inglaterra medieval
y eran protegidos y explotados por la Corona, que proporcionaba al rey terrenos de cacería,
materias primas y dinero.337338 Estaban sujetos a una jurisdicción real especial y la ley forestal
resultante era, según el historiador Richard Huscroft, «rígida y arbitraria, como exclusivamente
una cuestión de la voluntad del rey».339 La extensión de los bosques había aumentado en la
época de los reyes angevinos, algo que se volvió impopular.340 La carta de 1215 tenía varias
cláusulas relacionadas con los bosques reales; las cláusulas 47 y 48 prometían deforestar las tierras
añadidas a los bosques durante el reinado de Juan I e investigar el uso de los derechos reales en
este ámbito, pero no abordaron los territorios forestados los reinados anteriores, mientras que la
cláusula 53 prometía algún tipo de reparación a los afectados por los cambios recientes y la
cláusula 44 daba cierto alivio del funcionamiento de los tribunales forestales.341 Ni la Carta
Magna ni la Carta Forestal subsiguiente resultaron completamente satisfactorias en su intento de
solventar las tensiones políticas surgidas en la administración de los bosques reales.341

Algunas de las cláusulas abordaron cuestiones económicas más amplias. Las preocupaciones de los
barones sobre el tratamiento de sus deudas con los prestamistas judíos, que ocupaban un lugar
especial en la Inglaterra medieval y estaban por tradición bajo la protección del rey, se abordaron
en las cláusulas 10 y 11.342 El carta concluía esta sección con la frase «las deudas debidas a otros
que no sean judíos se tratarán de la misma manera», por lo que es discutible en qué medida los
judíos fueron afectados por estas cláusulas.343 Algunas cuestiones eran relativamente específicas,
como la cláusula 33 que ordenaba la eliminación de los corrales de pesca —una importante y
creciente fuente de ingresos en ese momento— de los ríos de Inglaterra.341

El rol de la Iglesia católica en Inglaterra había sido un tema muy debatido en los años previos a la
carta de 1215. Los reyes normandos y angevinos habían ejercido tradicionalmente un gran poder
sobre la Iglesia dentro de sus territorios. Desde los años 1040 en adelante, los papas habían
enfatizado la importancia de que la Iglesia sería gobernada más efectivamente desde Roma y
habían establecido un sistema judicial independiente y una cadena jerárquica de autoridad.344
Después de los años 1140, estos principios habían sido aceptados dentro de la Iglesia en
Inglaterra, incluso si estaban acompañados por un elemento de preocupación sobre la
centralización de la autoridad en Roma.345346 Esos cambios pusieron en tela de juicio los
derechos consuetudinarios de los líderes laicos, como el rey, sobre los nombramientos
eclesiásticos.345 Como se describió anteriormente, Juan I llegó a un acuerdo con el papa
Inocencio III a cambio de su apoyo político; la cláusula 1 de la Carta Magna expresaba
explícitamente este acuerdo, que prometía exenciones y libertades a la Iglesia.333 La importancia
de esta cláusula también reflejaría el rol del arzobispo Langton en las negociaciones, quien había
tomado una postura firme sobre este tema durante su carrera eclesiástica.333

Lista

Cláusulas de la Carta Magna en los estatutos de 1215 y posteriores

Cláusulas vigentes en el ordenamiento jurídico inglés

Solo tres cláusulas de la Carta Magna permanecen vigentes en el ordenamiento jurídico de


Inglaterra y Gales.258 Estas se refieren a la libertad de la Iglesia en Inglaterra, las «antiguas
libertades» de la ciudad de Londres (cláusula 13 en la carta de 1215, cláusula 9 en la carta de
1297) y el derecho al debido proceso legal (cláusulas 39 y 40 en la carta de 1215, cláusula 29 en la
carta de 1297).258 En detalle, utilizando el sistema de numeración de la carta de 1297, establecen
que:250

I I. FIRST, We have granted to God, and by this our present Charter have confirmed, for Us
and our Heirs for ever, that the Church of England shall be free, and shall have all her whole Rights
and Liberties inviolable. We have granted also, and given to all the Freemen of our Realm, for Us
and our Heirs for ever, these Liberties under-written, to have and to hold to them and their Heirs,
of Us and our Heirs for ever. Primero, hemos garantizado a Dios, y por esto nuestra presente
carta hemos confirmado, para nosotros y para nuestros herederos para siempre, que la Iglesia de
Inglaterra será libre y tendrá sus derechos y libertades inviolables. También hemos otorgado, y
dado a los hombres libres de nuestro reino, para nosotros y nuestros herederos para siempre,
estas libertades subescritas, para tener y mantener a ellos y sus herederos, de nosotros y de
nuestros herederos para siempre.

IX THE City of London shall have all the old Liberties and Customs which it hath been used to
have. Moreover We will and grant, that all other Cities, Boroughs, Towns, and the Barons of the
Five Ports, as with all other Ports, shall have all their Liberties and free Customs. La ciudad de
Londres tendrá todas las antiguas libertades y costumbres que solía tener. Más aún, aceptaremos
y garantizamos que las demás ciudades, distritos, ciudades y barones de los Cinco Puertos, como
los demás puertos, tendrán todas sus libertades y costumbres libres.

XXIX NO Freeman shall be taken or imprisoned, or be disseised of his Freehold, or Liberties, or


free Customs, or be outlawed, or exiled, or any other wise destroyed; nor will We not pass upon
him, nor condemn him, but by lawful judgment of his Peers, or by the Law of the land. We will sell
to no man, we will not deny or defer to any man either Justice or Right. No se tomará ni se
encarcelará a ningún hombre libre, ni se usurpará su propiedad vitalicia, o libertades, o aduanas
libres, ni se le prohibirá, ni se le exiliará, ni se destruirá de ninguna otra manera; ni será pisoteado,
ni le condenaremos, sino por juicio legítimo de sus pares, o por la ley de tierras. No venderemos a
nadie, ni negaremos ni postergaremos justicia o derecho a ningún hombre.

Véase también
Historia de la democracia

Notas

El nombre latino del documento se escribía Magna Carta o Magna Charta (la pronunciación es
igual) y, en inglés, con o sin el artículo definido the. El latín no tiene artículo definido equivalente.
El Oxford English Dictionary recomienda no usar el artículo definido en inglés.1 La grafía Charta se
originó en el siglo xviii, como una restauración del latín clásico charta para la versión latina
medieval carta.2 Si bien Charta sigue siendo una variante ortográfica aceptable, nunca prevaleció
su uso en el inglés.3

En este artículo, las fechas anteriores al 14 de septiembre de 1752 están en el calendario juliano.4
Las fechas posteriores están en el calendario gregoriano. Sin embargo, en este último sistema la
fecha habría sido el 22 de junio de 1215.

La Constitución de los Estados Unidos fue redactada en 1787 y entró en vigor en 1788, después de
la ratificación por parte de nueve de los trece estados; su gobierno federal comenzó a funcionar al
año siguiente.5

La Carta de las Libertades de Runnymede no se aplicaba a Chester, que en ese momento era un
dominio feudal separado. El conde Ranulfo otorgó su propia Carta Magna a Chester.41 Algunos de
sus cláusulas eran similares a la mencionada carta de Runnymede.42

El reclamo de Luis al trono inglés —descrito como «discutible» por el historiador David Carpenter
— derivaba de su esposa Blanca de Castilla, quien era nieta del rey Enrique II. Luis argumentó que,
dado que Juan I había sido depuesto legítimamente, los barones podrían legalmente nombrarlo
rey pasando por alto los reclamos de Enrique, el heredero presunto.53

Roger de Montbegon es nombrado solo en una de las cuatro fuentes anteriores (BL, Harley MS
746, fol 64), mientras que otras mencionan a Roger de Mowbray. Sin embargo, Holt consideró que
el listado de Harley es «el mejor» y que las menciones a De Mowbray son un error.70

Entre los historiadores que han discutido el «mito» de la Carta Magna y la antigua constitución
inglesa están Claire Breay, Geoffrey Hindley, James Holt, John Pocock, Danny Danziger y John
Gillingham.182183184185186

En 2015, David Carpenter había concluido que la «carta Dering» era idéntica a una transcripción
de 1290 de la copia de 1215 de la catedral de Canterbury, por lo que sugirió que su destino era la
catedral en lugar de los Cinco Puertos.291292

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Enlaces externos

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Wikisource en latín contiene dos copias de la Carta Magna.


Wikisource en inglés contiene una versión traducida de la Carta Magna.

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