MATEMATIZACION
MATEMATIZACION
MATEMATIZACION
CULTURA
Son muchos, entre los filósofos del siglo xx, los que han quedado
desmedidamente deslumbrados por el innegable éxito de los
métodos matemáticos para conseguir resolver muchos de sus
intrincados problemas. La inspiración en el pensamiento matemático de
importantes filósofos clásicos se ha convertido en una impositiva
imitación de su modo de proceder en escuelas enteras de pensamiento.
La opinión de Kant, a la que antes hemos aludido, que él mismo no hizo
aplicable a la filosofía, sino a las ciencias de la naturaleza, "tanto de
verdadera ciencia cuanto de matemática", se la han apropiado para sí
mismos y para su propia actividad muchos de los filósofos de las
escuelas dominantes del neopositivismo y de la filosofía analítica. El
examen de las razones del éxito del método de la matemática en los
últimos 150 años, les ha llevado a prescribir como método propio de
trabajo el método axiomático, la precisión absoluta, el rigor,...
declarando sin sentido todos aquellos temas de la filosofía tradicional
que no sean
abordables mediante tales esquemas.
LA MATEMATIZACION DE LA ECONOMIA
Introducción
A lo largo de la historia, la matemática ha incursionado en el ámbito de
la economía de diferentes maneras. Inicialmente, cumpliendo un rol
básico de cuantificación y de medición. El uso y desarrollo de este
aspecto de la matemática condujo, en parte, a lo que actualmente
conocemos como econometría, En este sentido, la matemática nos
permite abordar los hechos económicos de manera más formal y
rigurosa.
Esta última función de la matemática, la de la econometría, no
desplaza, de manera alguna, a un segundo uso de la misma, donde la
matemática ha sido incorporada a los aspectos teóricos de la economía
cumpliendo un nuevo rol metodológico. De este modo se propone
representar el comportamiento de las variables económicas,
principalmente por medio de ecuaciones. Así, por ejemplo, aquellos
autores que consideran, junto con Rosenberg (1992), que la economía
es matemática aplicada, han privilegiado el vínculo de la economía con
las ciencias formales. También privilegian a las ciencias formales
aquellos que consideran que el método deductivo es exclusivamente el
que debe seguir la economía: la lógica y la matemática son para ellos
las herramientas requeridas. De esta manera se pierde el carácter
fáctico de la disciplina, y esta es la cuestión que discuten Hutchinson
(1999) y Hausman (1998).
Orígenes I – mentalidad burguesa
La matematización de la economía surge como resultado de un
proceso social. Remontándonos a un momento clave de la historia,
durante varios siglos, una parte de la humanidad se desarrolló bajo el
orden feudal, conformando una sociedad caracterizada por una
mentalidad dogmático-religiosa, la cual puede ser entendida como un
sistema no trasgresor de dominación por ideas. El hombre de esa
época entendía que la sociedad estaba constituida bajo un orden social
fijo y preestablecido, así la ética y la moral provienen de la divinidad, de
un cuadro canónico perfectamente claro y de ideas integradas en un
corpus todo poderoso.
A partir del siglo XI, poco a poco una porción minoritaria de tal sociedad
abandona las ideas preestablecidas y comienza a operar sobre la
realidad, contrastando y desafiando el dogmáticamente establecido, al
tiempo que va modificando sus opiniones sobre la ética y la moral. Esto
da inicio a la mentalidad burguesa, que comienza su carrera de
formación como un conjunto de actitudes que parten de la experiencia
y sin un todo organizado que lo respalde. En resumen, se observa en la
mentalidad burguesa una moralidad relativa, contextualista, que se
redefine constantemente, y que no se apoya en la palabra revelada o
principio divino, sino en los hechos y en el consentimiento de la
humanidad tal como se la observa en la vida cotidiana.
Hacia fines del siglo XVII, la mentalidad burguesa triunfa, dejando atrás
las reglas divinas que regulaban la acción del hombre en sociedad. De
este modo, en el renacimiento de las universidades de los siglos XVI y
XVII, el Estado tendió a sustituir a la Iglesia en el control de la actividad
intelectual. Fue en esas universidades donde nació la filosofía moderna
y, con ella, la ciencia. En este sentido, los aportes de David Hume han
consolidado y fundamentado las bases de la mentalidad burguesa,
presentándose así como uno de los máximos referentes del empirismo
de aquella época. A continuación haremos una breve referencia de su
teoría para refrescar los principales conceptos.
El renovado entendimiento del hombre: La Acción Humana
Básicamente Hume se ocupó de examinar el entendimiento humano y
posteriormente analizó la vida en sociedad que se le presenta a este
renovado ser. El autor sostiene que el hombre motiva sus acciones a
partir de los sentimientos y las pasiones, los cuales se originan a raíz
de las percepciones que tiene de los objetos externos, es decir, de los
hechos. En cambio, las ideas son copia de nuestras percepciones más
fuertes, originadas en la experiencia y en los sentidos. La manera en
que el hombre relaciona las ideas sigue, posiblemente, el principio de
causa y efecto. Así, el autor nos explica que siempre que dos objetos
se mantengan constantemente unidos, la aparición del objeto-causa
provocará que la mente, guiada por la costumbre y el hábito, nos
conduzca a esperar el objeto-efecto, y a creer que existe tal relación
entre ambos sucesos, y así es posible realizar la inferencia de un efecto
a partir de su causa. De ello se desprende la conexión necesaria entre
sucesos, y lo que hace posible esta conexión es el fuerte sentimiento
que conecta causa y efecto en la imaginación del hombre.
En este sentido, el autor acepta como un axioma que las acciones
humanas mantienen una gran uniformidad en todo tiempo y espacio. Si
esto no se cumple, y por ende toda la experiencia que se pueda
encontrar en ella no mantenga una constante regularidad, sería
imposible observar hechos repetidos que nos permitan construir en
nuestra imaginación el vínculo que las conecta. En resumen, el hombre
actúa movilizado por sus pasiones, las cuales a partir de su constante
regularidad y uniformidad pueden inferirse siempre que los sucesos se
encuentren necesariamente conectados.
Orígenes II – aspecto económico
Bajo este paradigma, comienzan a percibirse las conexiones necesarias
que presenta la economía, y a partir ellas se elaboran leyes, modelos,
teorías, etc. utilizando la matemática como instrumento metodológico.
En este sentido, el impulso originario de las explicaciones económicas
cuyos argumentos están basados en términos cuantitativos se debe a
William Petty (1623-1687). Su contribución ha sido metodológicamente
innovadora para su época, y el método consiste en utilizar sólo los
argumentos basados en los sentidos y considera únicamente las
causas que tienen un visible fundamento en la naturaleza. Las
argumentaciones de carácter cualitativo, basadas en comparativos y
superlativos, se deben sustituir por otras más rigurosas, basadas en un
número, peso y medida (vol. I. p. 244). Por lo tanto, se trata de un
método fundado en la inducción de datos cuantitativos.
Por el contrario, el método que ha prevalecido es el propuesto por
Dudley North (1641-1691), y se basa en la deducción, y no en la
inducción tal como señalaba Petty. Para North, el conocimiento
económico debía ser “un conocimiento basado en verdades claras y
evidentes” (p. 511). De “principios indiscutiblemente verdaderos” se
podían deducir, simplemente en virtud del riguroso uso de la lógica,
conclusiones que - por eso mismo – serían claras y evidentes como las
premisas.
Por otra parte, si bien desde la escuela fisiócrata se han planteado
ciertas críticas al pensamiento mercantilista, las diferencias
metodológicas no fueron significativas aunque cabe rescatar algunas
tentativas en el uso de la matemática como instrumento formalizador de
sus propuestas.
Entonces, es a partir de estos autores que se introduce la idea del uso
de la matemática como instrumento para el desarrollo del estudio
económico. Las propuestas teóricas de los mercantilistas y los
fisiócratas, junto con el avance de la corriente italiana sustentaron las
bases para desarrollar los primeros intentos en el uso de la matemática
como un nuevo instrumento metodológico. Gracias a ello, “la revolución
marginalista de los años 1870-1880” ha dado un salto verdaderamente
sustancial hacia la matematización de la economía. Los rasgos
principales del marginalismo ya habían sido presentados en la segunda
mitad del siglo XVIII al formularse la “Teoría Subjetiva del Valor ” y la
“Ley de Utilidad Marginal Decreciente ”. Sin embargo, el marginalismo
ha iniciado su etapa explosiva a partir de la obra publicada por Cournot
(1838) , cuyo principal aporte ha sido la introducción de la demanda
como variable económica determinada únicamente por los precios, y
formulando así la Ley de la Demanda D=F(p). Walras (1834-1910)
asocia la formulación de Cournot con la Ley de Utilidad Marginal
decreciente, donde revela la misma forma funcional entre ambas, lo que
le permite formular matemáticamente que el cociente de utilidades entre
dos bienes coincide con su cociente de los precios. Walras intenta hacer
con la Economía la misma trasformación que operó en Física al
abandonar la Física aristotélica y construir una nueva Física,
auténticamente científica gracias a su matematización. Walras es el
primero en destacar que la matemática es una herramienta influyente
en la economía y por ende no es neutral, ya que para él produce
cambios en la naturaleza de la Teoría Económica. Su conciencia
epistemológica es muy superior a la de autores de la época en cuanto
a lo que significa la matematización de la economía, ya que no se trata
de estadísticas, sino de la construcción del objeto de una ciencia que
no desemboca en la posibilidad de obtener resultados cuantificados.
Pareto llegará a decir que no se trata, ni tan siquiera, de intentar resolver
numéricamente el sistema de ecuaciones: “es imposible y además inútil,
ya que la solución práctica está dada por el mercado”.
Entonces, esta última concepción de la matemática como herramienta
para la economía difiere del planteo de William Petty mencionado
anteriormente, el cual seguía un método inductivo a partir de la
cuantificación de los fenómenos económicos. En cambio, la propuesta
de Walras se asemeja al planteo de Dudley North, quien presenta el
camino deductivo como vía metodológica.
¿Qué explican los que explican?
La matematización de la economía se corresponde con varios hechos
entre los cuales se destaca el desarrollo y crecimiento de la sociedad
civil moderna, posterior al régimen feudal. De este modo, hubo un nuevo
entendimiento de las ciencias en general y de la economía en particular.
La regularidad y uniformidad en la conjunción de sucesos de la vida
cotidiana juegan un rol determinante, ya que permiten establecer una
formulación matemática que conecte causa y efecto en la imaginación
del hombre.
Pero si se desea estudiar la acción del hombre nos enfrentamos al
siguiente problema:
¿hay uniformidad y regularidad en sus acciones? En caso afirmativo,
entonces es posible matematizar las conexiones necesarias que se
perciben, y así poder hacer inferencias de la acción humana. Muchas
veces, la homogeneidad se logra a costa de perder precisión, es decir,
se podrá hablar de uniformidad en función del zoom con que se lleve a
cabo el análisis. Por el contrario, la realidad muchas veces nos enseña
que no se cumple tal condición de uniformidad, y quizá se debe a
diferencias en la cultura, en el desarrollo de la sociedad, etc.
Muchos modelos en economía se construyeron sólo para una parte de
la realidad, y por lo tanto incorporan la uniformidad y regularidad de esa
porción social. Pero cuando se intentó utilizar el modelo para otras
sociedades, no funcionó. En este sentido, el comportamiento humano
es cambiante según el tiempo y el espacio en que se estudie al hombre,
es decir, de acuerdo al momento histórico. Parecería que la ética y la
moral no sólo difieren en cada conjunto social, sino que además sufren
cambios tales que no permiten definir un comportamiento regular y
uniforme por parte del ser humano.
Muchas de las explicaciones en economía se expresan a través de
modelos que los economistas hacen de la realidad, los cuales suelen
estar fuertemente influenciados por la matemática. Analicemos esta
relación, matemática y economía, por separado.
Por el lado de la economía, se trata de una disciplina que se ocupa de
atender las cuestiones de hecho en una sociedad. Al considerar el
carácter fáctico de la disciplina, el camino para acceder al conocimiento
es, o debería ser, de tipo empírico. “La matematización es un proceso
de revelación o aplicación de estructuras que pueden ser cualitativas o
cuantitativas”. Por lo tanto se destaca la inexistencia de un carácter
racional a priori en esta materia.
Por otro lado, la matemática es una ciencia que no se basa en los
hechos empíricos, sino en relaciones formales de ideas, las cuales
provienen de la mente humana. La matemática asume, por lo tanto, un
status formal como disciplina.
Debido a estos dos últimas consideraciones, surge que los hechos
económicos ocurridos a partir del desarrollo de la sociedad civil, han
permitido observar en el ser humano determinados hábitos,
costumbres, y creencias que vinculaban a los hombres entre si. A partir
de estas observaciones en la sociedad, en el mercado y en el individuo,
ciertos comportamientos regulares despertaron el interés de muchos
economistas en transformar en operativas las relaciones observadas,
dando lugar a la matemática como herramienta formalizadora de
estructuras fácticas.
A partir de la revelación de las causas asociadas a los efectos
observados, los economistas utilizan la matemática para determinar tal
conexión y tejer en base a ella nuevas relaciones. Por ejemplo, al
prestar atención en ciertos hechos económicos de la vida cotidiana, es
posible formalizarlos matemáticamente a través de una ecuación, y así
presentar la relación funcional que vincula una causa con un efecto. De
este modo, podemos establecer un conjunto de ecuaciones que nos
describan la porción de la realidad que hemos formalizado u
operacionalizado. Resolviendo estas ecuaciones, obtenemos como
solución una nueva relación de comportamiento que no estaba al
alcance de nuestras percepciones iniciales. Este es uno de los más
recientes aportes metodológicos que la matemática ofrece como
herramienta para la economía. Así la economía alcanza nuevas
relaciones que le permiten arribar a conclusiones que se corresponden
con el espacio definido en las ecuaciones iniciales.
En resumen, el concepto de modelo matemático en economía debe
basarse fuertemente en la experiencia, que es de donde se recolectan
las interpretaciones económicas que se incorporan a los axiomas del
modelo. De esta forma, los modelos matemáticos en economía sólo
sirven como instrumento para interpretar y analizar la realidad en un
momento histórico determinado. Esto se debe a ese carácter empírico
que tiene la economía, donde en cada época y lugar las sociedades se
han desarrollado, se desarrollan y se desarrollarán de manera
específica.
Consideraciones Finales
En este trabajo he presentado, de acuerdo a mi interpretación,
momentos claves en el desarrollo de las ciencias y en particular de la
economía matemática, cuyo origen y progreso ha sido fruto de un
cambio radical en la manera de concebir el conocimiento.
Una de las consignas de la economía posterior al siglo XVII consistía
en el intento de revelar el comportamiento natural de la sociedad y del
hombre, con el fin de poder construir argumentos económicos más
precisos, y así utilizarlos como vehículo para alcanzar nuevos
argumentos derivados. En este sentido, la matematización opera sobre
los hechos de la vida cotidiana, definidos para un momento histórico, y
del cual los economistas de la revolución marginalista y sus seguidores
han adoptado la matemática como herramienta principal de la
economía, constituyéndose así en uno de sus instrumentos
metodológicos favoritos.
Cualquier forma matemática que se incorpore a la economía debe partir
siempre de la evidencia empírica. En este sentido, un modelo
matemático en economía no va más allá de los axiomas de los que
parte. Con esto me refiero a que no podemos esperar un resultado
preciso cuando partimos de axiomas vagos, y por ende hay una relación
entre la operacionalización de las observaciones de la realidad
económica y sus resultados. La semejanza o diferencia con la realidad,
respecto a los resultados que arroja un modelo económico, tiene que
ver con la semejanza o diferencia con la realidad que se incorpora a la
interpretación de los axiomas de los que parte. Muchos académicos han
cuestionado los resultados que arrojan los modelos económicos, y por
tal motivo han atacado fuertemente a los denominados “supuestos
económicos”, siendo estos las reglas de juego que rigen para alcanzar
el salto deductivo. Pero la realidad o irrealidad de los supuestos es un
tema muy discutido y amerita un estudio aparte.
Finalmente, considero que debe quedar en claro que la matemática es
un instrumento útil para la teoría económica, así como también le
resulta útil a la física, la biología, entre otras. Creo que la discusión en
economía matemática tiene lados obscuros para unos y altas
pretensiones explicativas para otros. Frecuentemente se cuestionan
los modelos junto con la matemática como instrumento metodológico
cuando en realidad se trata de dos cosas diferentes, instrumento y
formulación, que se deben analizar por separado. La matemática en
economía permite dar otro tipo de explicación a los fenómenos que nos
preocupan, pero depende de cómo se formulen los supuestos para
saber lo que podemos esperar de ella.