Aprendizaje Significativo
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Las Matemáticas son de las materias que no dejan indiferente, se las quiere o se
las odia. Por ello, más vale que introduzcamos refuerzos positivos para hacer que
aumenten aquellos que las aprecian.
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Septiembre de 2006 <> Número 10
Depósito Legal: AL-61_2004
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relaciones, discute sus ideas, plantea conjeturas, y lo que es mejor, constantemente
evalúa y contrasta sus resultados. Es decir, en el aprendizaje de las Matemáticas, es
importante el proceso y el sentido que los estudiantes muestran en el desarrollo o
construcción de las ideas matemáticas. En Matemáticas uno puede aprender los
conceptos acerca de números, resolver ecuaciones, representar funciones, etc., pero eso
no es desarrollar matemáticas. Hacer o desarrollar matemáticas incluye el resolver
problemas, abstraer, inventar, probar y encontrar el verdadero sentido a las ideas
matemáticas. Se trata de considerar como lo más importante:
# Que el estudiante manipule los objetos matemáticos.
# Que active su propia capacidad mental.
# Que ejercite su creatividad.
# Que reflexione acerca de su propio proceso de pensamiento a fin de mejorarlo
conciententemente.
# Que haga transferencias de estas actividades a otros aspectos de su trabajo
mental.
# Que adquiera confianza y seguridad en sí mismo.
# Que se divierta con su propia actividad mental.
# Que se prepare así para otros problemas de la ciencia y de su vida cotidiana.
Nos esforzamos para conseguir estos objetivos porque este tipo de enseñanza
conlleva las siguientes ventajas:
; Tenemos que proporcionar a nuestros alumnos la capacidad autónoma
para resolver sus propios problemas.
; Los procesos efectivos de adaptación a los cambios de la ciencia y de la
cultura no se hacen obsoletos.
; El trabajo se puede hacer atrayente, divertido, autorrealizador y creativo.
; Muchos de los hábitos que se consolidan así tienen un valor universal y
no limitado al mundo de las Matemáticas.
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a dedicarle tiempo y esfuerzos. Como consecuencia de todo ello, una vez resuelta nos
proporciona una sensación considerable de satisfacción. E incluso, sin haber acabado el
proceso, sin haber logrado la solución, también es un proceso de búsqueda, en los
avances que vamos realizando, encontraremos una componente satisfactoria.
Resaltemos una vez más la fuerte componente de compromiso personal en los
problemas, y la importancia que tiene la manera en que se nos presenten para que los
asumamos como tales. Todo ello es de especial interés en la enseñanza, porque de cómo
se plantea la cuestión, el contexto en que se sitúe y de la tecnología expositiva utilizada,
depende, en un porcentaje muy importante, el que un problema pase a ser considerado
como tal por el alumno.
Hay que referirse a la importancia que tiene resolver un problema en clase. Para
resolver problemas no existen fórmulas mágicas, no hay un conjunto de procedimientos
o métodos que aplicándolos lleven necesariamente a la resolución del problema (aún en
el caso de que tenga solución).
Es evidente que hay personas que tienen más capacidad para resolver problemas
que otras de su misma edad y formación parecida. Estas suelen ser las que aplican
(generalmente de una manera inconsciente) toda una serie de métodos y mecanismos
que suelen resultar especialmente indicados para abordar los problemas. Son los
procesos que se llaman “heurísticos”: operaciones mentales que se manifiestan
típicamente útiles para resolver problemas. El conocimiento y la práctica de los mismos
es justamente el objeto de la resolución de problemas, y hace que sea una facultad
entrenable, un apartado en el que se puede mejorar con la práctica. Pero para ello hay
que conocer los procesos y aplicarlos de una manera planificada, con método.
La formulación que hizo Polya (1945) de las cuatro etapas esenciales para la
resolución de un problema, que constituye el punto de partida de todos los estudios
posteriores, es la siguiente:
8 Comprender el problema.
8 Trazar un plan para resolverlo.
8 Poner en práctica el plan.
8 Comprobar los resultados.
Hay que pensar que no basta con conocer técnicas de resolución de problemas:
se pueden conocer muchos métodos pero no saber cuál aplicar en un caso concreto. Por
lo tanto hay que enseñar también a los alumnos a utilizar los instrumentos que conozca,
con lo que nos encontramos en un nivel metacognitivo, que es donde parece que se sitúa
la diferencia entre quienes resuelven bien problemas y los demás.
Dentro de las líneas de desarrollo de las ideas de Polya, Schoenfeld da una lista
de técnicas heurísticas de uso frecuente, que son:
8 Análisis.
8 Exploración.
8 Comprobación de la solución obtenida.
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• Descomponer el problema en pequeños problemas (simplificar).
• Experimentar y extraer pautas (inducir).
• Resolver problemas análogos (analogía).
• Seguir un método (organización).
• Hacer esquemas, tablas, dibujos (representación).
• Hacer recuento (conteo).
• Utilizar un método de expresión adecuado: verbal, algebraico, gráfico,
numérico (codificación, expresión, comunicación).
• Cambio de estados.
• Sacar partido de la simetría.
• Deducir y sacar conclusiones.
• Conjeturar.
• Principio del palomar.
• Analizar los casos límite.
• Reformular el problema.
• Suponer que no (reducción al absurdo).
• Empezar por el final (suponer el problema resuelto).