Analisis de Sentencia No.1
Analisis de Sentencia No.1
Analisis de Sentencia No.1
Bachiller:
María Gudiño.
C.I: 29.812.723.
Cátedra:
Derecho Tributario.
Profesor:
Eduardo Millano.
Así, los Municipios se encuentran facultados para dictar, en relación con los ingresos que la
Constitución les asigna, la normativa que regule lo concerniente a la creación, modificación y supresión
de sus tributos, la definición del hecho imponible, la determinación de la materia o acto gravado, la
cuantía del tributo, el modo, término y oportunidad en que éste se cause y se haga exigible, las
obligaciones de los contribuyentes, los procedimientos constitutivos, los recursos administrativos de
impugnación y las sanciones correspondientes (…).
(Omisis)
2. Las tasas por el uso de sus bienes o servicios; las tasas administrativas por licencias o
autorizaciones; los impuestos sobre actividades económicas de industria, comercio, servicios, o de
índole similar, con las limitaciones establecidas en esta Constitución; los impuestos sobre inmuebles
urbanos, vehículos, espectáculos públicos, juegos y apuestas lícitas, propaganda y publicidad
comercial; y la contribución especial sobre plusvalías de las propiedades generadas por cambios de uso
o de intensidad de aprovechamiento con que se vean favorecidas por los planes de ordenación
urbanística.
3. El impuesto territorial rural o sobre predios rurales, la participación en la contribución por mejoras
y otros ramos tributarios nacionales o estadales, conforme a las leyes de creación de dicho tributos.
(Omisis).
5. El producto de las multas y sanciones en el ámbito de sus competencias y las demás que les sean
atribuidas.
(Omisis).
Artículo 180: La potestad tributaria que corresponde a los Municipios es distinta y autónoma de las
potestades reguladoras que esta Constitución o las leyes atribuyan al Poder Nacional o Estadal sobre
determinadas materias o actividades.
Las inmunidades frente a la potestad impositiva de los Municipios, a favor de los demás entes
políticoterritoriales, se extiende sólo a las personas jurídicas estatales creadas por ellos, pero no a
concesionarios ni a otros contratistas de la Administración Nacional o de los Estados.
.
En virtud de lo expuesto, tienen razón los demandantes al afirmar que los municipios no
podrían legislar sobre las telecomunicaciones.
Sin embargo, esta Sala (por sentencia N° 285 del 4 marzo de 2004, caso: “Alcalde del
Municipio Simón Bolívar del Estado Zulia”), dejó sentado que no pueden confundirse las
potestades de regulación con las de tributación. Lo hizo al interpretar el primer párrafo del
artículo 180 de la Constitución, según el cual:
La potestad tributaria que corresponde a los Municipios es distinta y autónoma de las potestades
reguladoras que esta Constitución o las leyes atribuyan al Poder Nacional o Estadal sobre
determinadas materias o actividades
.
En esa oportunidad la Sala declaró, con carácter vinculante, que ese artículo vino a dar fin a
la discusión sobre las competencias tributarias implícitas, a las que hace continua mención la
parte actora. Para la Sala, la norma es clara: la potestad tributaria que corresponde a los
Municipios es distinta y autónoma de las potestades reguladoras atribuidas al Poder Nacional
o Estadal sobre determinadas materias o actividades. Con esa disposición se dejan a salvo
las potestades tributarias locales. Por supuesto, ello obliga a precisar, entre las potestades
nacionales cuáles son exclusivamente reguladoras.
El artículo 180 –y así lo destacó la Sala- constituye una de las novedades constitucionales de
1999: la expresa distinción entre potestades tributarias y potestades reguladoras y surgió
para buscar remediar el problema de la tributación en las telecomunicaciones, ya
suficientemente relatado en las páginas precedentes.
Como es sabido, los municipios cuentan en nuestro ordenamiento con un poder tributario
originario, a la vez que la República goza de la exclusividad del poder normativo en un buen
número de materias, enumeradas en el artículo 156 de la vigente Constitución. Al vincular
ambos aspectos la situación ha sido tradicionalmente la siguiente: que los poderes
normativos de la República han absorbido los poderes tributarios locales.
Para la Sala, la previsión de la primera parte del artículo 180 de la Constitución podría haber
sido innecesaria, si siempre se hubiera entendido de manera pacífica la separación de
potestades, pero lo cierto es que no fue así.
Como la presente demanda se fundamenta en el hecho de que los Municipios no pueden
exigir tributos en materias cuya regulación sustantiva corresponde al Poder Nacional –como
las telecomunicaciones- y dado que ello fue rechazado por esta Sala al interpretar el artículo
180 de la Constitución, se hace imperioso desestimar la denuncia de los demandantes,
relativas a la inconstitucionalidad de la ordenanza impugnada.
No puede desconocer la Sala que los Municipios pueden gravar cualquier actividad
económica que se desarrolle en su jurisdicción, salvo que lo prohiba expresamente la
Constitución, que no es el caso de autos. No existe norma constitucional alguna que asigne la
tributación al sector de las telecomunicaciones a la República.
La conclusión contraria había sido la regla en Venezuela, pero ello ocurría antes de la
transformación que significó la vigente Constitución, que contiene la disposición del artículo
180, según el cual no deben confundirse potestades normativas y tributarias. No tiene reparo
la Sala en insistir en que el origen de esa norma fue, en gran medida, el caso de las
telecomunicaciones, pues el poder nacional para legislar sobre la materia fue siempre
entendido como comprensivo del poder para gravar. Ya no es así, y de esa manera lo indica
expresamente el Texto Fundamental, lo cual fue corroborado por esta Sala.
Por ello, la Sala se aparta en este caso de lo que ha sido jurisprudencia del M.T., tanto la
Corte Suprema de Justicia como este Tribunal. Incluso en este caso la medida cautelar fue
otorgada a favor de la parte actora, cuando en esta ocasión, en la que se resuelve el fondo,
se sostiene lo contrario. No es descuido de la Sala: se trata de una consecuencia inevitable
de la entrada en vigencia de la actual Constitución venezolana.
Lo Municipios, por tanto, deben ver garantizados por todos los medios sus ingresos
tributarios, y debe tanto el legislador como el juez respetarlos, pues con ello se respetan los
mandatos constitucionales. Sólo una exclusión expresa podría negar el impuesto municipal
sobre ciertas actividades lucrativas, como podría ser el caso de lo que establece el número
12 del artículo 156 de la Carta Magna, que para nada menciona el caso de las empresas de
telecomunicaciones. Ese numeral contiene una atribución residual de poder tributario a la
República, pero no es aplicable al caso de autos, pues se basa en la inexistencia de poder
tributario local. Como se ha visto, en este caso sí existe poder local –el impuesto a las
actividades económicas-, por lo que no puede refugiarse la República en una competencia
residual. …”
En este sentido, el numeral 28 del artículo 156 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela de 1999, prevé la competencia del Poder Nacional para regular el servicio de
correo y de las telecomunicaciones, así como el régimen y la administración del espectro
electromagnético, sin embargo, tal competencia está relacionada directamente con la
potestad reguladora y no la potestad tributaria, prevista en los numerales 12 y 14 del artículo
156 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en consecuencia, no puede
inferirse que ante la potestad reguladora de la Nación se excluya la potestad tributaria
municipal, por cuanto de la propia disposición Constitucional, no se desprende una reserva
tributaria inherente al Poder Nacional en forma expresa, sino una reserva legal destinada a
facultarlo para dictar normas, organizar y controlar determinadas materias o actividades, en
este caso para la regulación de la actividad de las telecomunicaciones, quedando a salvo la
potestad tributaria de los municipios para gravar las actividades lucrativas que se realicen
desde su jurisdicción y que encuadren en el hecho imponible del impuesto sobre actividades
económicas de industria, comercio, servicios o de índole similar.
En efecto, del contenido del encabezamiento del artículo 180 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, se extrae la diferencia y la autonomía de la potestad
tributaria municipal frente la potestad reguladora nacional y estadal, por lo que las
competencias reconocidas a la República conforme al artículo 156 en sus treinta y tres
numerales, únicamente se refiere a la materia tributaria en los numerales 12, 13 y 14 del
citado artículo constitucional, en tal sentido no debe entenderse implícita la potestad
tributaria en las materias determinadas en el resto de los numerales del artículo 156 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ni excluyente de la potestad
tributaria de los municipios.
En virtud de las consideraciones anteriores y atendiendo el carácter vinculante de la sentencia
Nº 1453, de fecha 3 de agosto de 2004, dictada por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, quien decide concluye que la Alcaldía del Municipio Iribarren del Estado
Lara actuó en virtud de la potestad tributaria originaria, prevista en el artículo 179 numeral
2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, gravando la actividad
concerniente a la distribución de programas de televisión por cable, siendo ésta una actividad
generadora del hecho imponible correspondiente al impuesto sobre actividades económicas
de industria, comercio, servicios o de índole similar, en jurisdicción del Municipio Iribarren, por
lo que se desecha el argumento expuesto por la recurrente, en cuanto a la incompetencia del
Municipio Iribarren del Estado Lara, para gravar la actividad que desarrolla su representada,
por no tratarse de una actividad expresamente excluida para ser gravada por los municipios.
Así se decide.
2) Violación de la garantía constitucional de la Capacidad Contributiva y la no
confiscatoriedad:
Al respecto la representación de la contribuyente, señala que los códigos empleados en la
Resolución impugnada violan los artículos 316 y 317 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, referidos a la capacidad contributiva y la no confiscatoriedad, por
cuanto la Ordenanza establece un gravamen adicional a los servicios de telecomunicaciones,
toda vez que la Ley Orgánica de Telecomunicaciones, establece un gravamen específico a
este tipo de actividad, el cual además tiene como hecho imponible, alícuota y base imponible
los mismo elementos que el Impuesto sobre Actividades Económicas de Industria, Comercio,
Servicios o de Índole Similar. Asimismo, argumenta que la sumatoria tributaria y el impuesto
municipal, generan un impacto excesivo que viola la capacidad contributiva tiene un efecto
confiscatorio.
En este sentido, el principio de la Capacidad Contributiva previsto en el artículo 316 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece:
Articulo 316. El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas públicas según la
capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo al principio de progresividad, así como la
protección de la economía nacional y la elevación del nivel de vida de la población; para ello se
sustentará en un sistema eficiente para la recaudación de los tributos.
En conexión con lo anterior es importante señalar que la denuncia realizada por la recurrente
sobre el impacto excesivo por la sumatoria de impuestos, se estima que la misma no trajo al
proceso ningún elemento de convicción que demostrara que la cuantía de la tarifa o alícuota,
detraía injustamente una porción de su capital al punto de considerarse confiscatoria, y que
sumado a lo anterior, dichas alícuotas afectara su capacidad contributiva en los términos de
la Constitución. Así se declara.
Igualmente, quien decide observa que la recurrente al invocar la violación de los principios
consagrados en los artículos 316 y 317 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, argumenta que la Ordenanza establece un gravamen adicional a los servicios de
telecomunicaciones, toda vez que la Ley Orgánica de Telecomunicaciones, grava este tipo de
actividad que tienen el mismo hecho imponible, alícuota y base imponible del Impuesto sobre
Actividades Económicas de Industria, Comercio, Servicio o de Índole Similar.
Observa este tribunal, que en virtud de lo alegado por la recurrente para sustentar la violación
de los principios de capacidad contributiva y de no confiscatoriedad, considera oportuno
destacar el concepto del hecho imponible del Impuesto sobre Actividades Económicas de
Industria, Comercio, Servicios o de Índole similar, que viene a ser el ejercicio de una actividad
económica, comercial, industrial, de servicio o de índole similar, con fines de lucro en o desde
la jurisdicción de un determinado Municipio. Así, de la citada definición se desprende los
elementos integradores y característicos de la obligación tributaria, a saber: El ejercicio de
una actividad económica, que persiga un fin lucrativo y dentro de un ámbito territorial.
Ahora bien, el impuesto previsto en el artículo 147 de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones,
publicada en Gaceta Oficial Nº 36.970, en fecha 12 de junio de 2000, establece:
…Quienes con fines de lucro presten servicios de radiodifusión sonora o de televisión abierta, pagarán
al Fisco Nacional un impuesto del uno por ciento (1%) de sus ingresos brutos, derivados de la
explotación de tales servicios.
Quienes presten cualquier otro servicio de telecomunicaciones con fines de lucro, deberán pagar al
Fisco Nacional un impuesto del dos coma tres por ciento (2,3%) de sus ingresos brutos, derivados de la
explotación de tales servicios.
Este impuesto se liquidará y pagará trimestralmente, dentro de los primeros quince días continuos
siguientes a cada trimestre del año calendario y se calculará sobre la base de los ingresos brutos
correspondientes al trimestre anterior.
Del contexto anterior, se aprecia la diferencia entre el hecho imponible del impuesto sobre
telecomunicaciones y el hecho imponible del impuesto sobre actividades económicas de
industria, comercio, servicios o de índole similar, en el primero de los mencionados, el
impuesto está dirigido a la actividad lucrativa destinada al servicio de radiodifusión sonora o
de televisión abierta o cualquier otro servicio referido exclusivamente a las
telecomunicaciones, mientras que en el impuesto municipal el concepto del hecho imponible
es más amplio, pues se refiere al ejercicio de una actividad económica, comercial, industrial,
de servicio o de índole similar, con fines de lucro en o desde la jurisdicción de un determinado
Municipio, en la que cabe el servicio de las telecomuniciaciones y en consecuencia, es objeto
de gravamen por parte de los municipios, por lo que se desestima la violación de los
principios de la capacidad contributiva y la no confiscatoriedad. Así se declara.
3) Infracción de la garantía constitucional innominada de la razonabilidad, así como 4) La
violación de la garantía que prohíbe tratos confiscatorios:
Manifiesta la recurrente que la creación de un cúmulo de tributos y ahora el Impuesto sobre
Actividades Económicas de Industria, Comercio, Servicios o de Índole Similar, genera un
efecto discriminatorio con respecto a otros sectores ya que no obedece a una distribución
equitativa de sostenimiento de las cargas públicas, sino que se concentra en un solo sector
de la economía, considera que la actividad de las telecomunicaciones comparada con otras
actividades es desproporcionada e irracional la carga tributaria que se le impone.
Ahora bien, en el mismo orden de lo declarado respecto al argumento anterior, quien decide
debe señalar que la mencionada desproporcionalidad en virtud del conjunto de tributos que
recaen sobre la contribuyente, es de carácter cuantitativo, es decir, cuando no existe una
relación proporcional y razonable con respecto a la capacidad contributiva del sujeto pasivo.
Así, el efecto irracional y confiscatorio enfatizado por la parte recurrente, necesariamente
debe ser probado mediante la promoción y evacuación de las pruebas legales pertinentes,
que permitan demostrar algún perjuicio que constituyan la eliminación de una parte sustancial
de las rentas o potenciales de la contribuyente, no siendo este el caso, toda vez que la
recurrente como quedara anteriormente establecido no demostró en forma alguna la
afectación invocada. Así se declara.
5) Falso supuesto de derecho por la violación del principio de la territorialidad:
En este tenor, la recurrente argumenta que en el presente asunto la Administración Tributaria
Municipal vulneró el principio de la territorialidad por los siguientes razonamientos:
“…consideraron a los fines de determinar el ISAE en el Municipio Iribarren los ingresos brutos
que conforman la cuenta contable No. 400-10 correspondientes a los “Ingresos por Satélites”
… tal como se evidencia de la página 4 de la Resolución 542F-2002, cifras que presumimos
no han sido alteradas en la Resolución objeto de este recurso puesto que no existe ninguna
explicación numérica sobre el cuadro denominado “Rectificación de la base imponible según
reclasificación”. Estos montos no pueden ser considerados como base imponible por este
Municipio para la determinación del referido impuesto, en virtud que estos ingresos brutos
corresponden a los pagos que realizan los clientes ubicados en otros Municipios por el
servicio de televisión por cable que nuestra representada realiza a través de establecimientos
permanentes (empresas llamadas “satélites”) ubicadas en jurisdicción de esos otros
Municipios, entonces, por aplicación del principio de territorialidad que rige este impuesto
municipal, el Municipio Iribarren no está facultado ni por Constitución ni por las Leyes
(Nacionales o Municipales) para gravar los ingresos brutos originados o causados en otros
Municipios.”
Sobre este punto, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº
285 de fecha 4 de marzo de 2004, estableció:
…Debe recordarse que, en materia tributaria municipal, constituyó un avance jurisprudencial la
introducción de la figura del establecimiento permanente, la cual significó un cese o mitigación de la
múltiple imposición interna sobre actividades inter jurisdiccionales, precisamente porque esa noción
lleva aparejada la consecuencia de que lo que termina por ser relevante no es, en todos los casos, el
Municipio en el cual se ejerce la actividad, sino aquél desde donde ella se ejerce, entendido esta última
expresión como atributiva de potestad impositiva a la jurisdicción en la cual el contribuyente fije una
presencia física estable, desde donde ejerza la actividad (el “establecimiento permanente”).
De manera que si una empresa tiene un establecimiento en un Municipio, aunque desarrolle una
actividad en otro lugar, en principio puede válidamente ser gravada por el Municipio del
establecimiento permanente. Si esta norma ha sido aceptada para evitar que dos o más Municipios
pretendan gravar la misma actividad económica, sin que se dé coordinación o división de base
imponible entre ellos. Pretender que se debe obviar tal regla porque de su aplicación resultará que una
actividad económica será gravada al menos por un Municipio –en vez de quedar completamente no
sujeta en razón de que se atienda sólo al lugar en donde se ejecute- constituiría una discriminación para
con otros operadores de campos petroleros que no tengan la ventaja de actuar en territorios cubiertos
por aguas.
No hay, pues, razón jurídica ni lógica para excluir en estos casos la herramienta de armonización que
significa el establecimiento permanente, menos aún cuando esa noción está ya arraigada en materia de
tributación. Quedará al criterio del legislador nacional, cuando regule la hacienda pública municipal,
proveer la definición más apropiada de “establecimiento permanente”, a los fines de la tributación
municipal, ya que se trata de uno de los elementos que constituye factor de conexión con el derecho de
imposición de una jurisdicción municipal, frente a otra . Reitera la Sala el criterio sostenido en
sentencia del 6 de octubre de 2003, en el sentido de que la aceptación de dicho factor de conexión no
significa pretender desconocer el lugar donde efectivamente se ejecuta una actividad económica como
el más relevante a los fines de reconocer poder tributario a un Municipio, frente a otros que también lo
disputen, pues cuando ese lugar pueda ser atribuido a una jurisdicción municipal determinada y, de la
misma manera, el ejercicio de la actividad no deje dudas acerca del lugar donde se la está ejecutando
–en el caso de ciertos servicios o construcción de obras, por ejemplo- ese lugar de la ejecución de la
actividad deberá ser el primordial a la hora de atribuir derecho de imposición a un municipio
determinado.
…Omisis…
Aceptar que ningún municipio zuliano puede exigir impuestos por actividades que se extiendan hacia el
Lago de Maracaibo por el hecho de que su cuenca no es parte de su territorio, implica desconocer que
el establecimiento permanente en tierra es suficiente para lograr la imputación de la actividad. Como
sostuvo el primero de los recurrentes: la tesis del establecimiento permanente no significa que se
desentienda el Derecho del principio de la territorialidad; simplemente que se exige un tributo a través
de un elemento diferente al lugar de efectivo desarrollo de la actividad.
Esta Sala destacó la utilidad de la figura en materia tributaria municipal, declarando que si bien se
trata de una herramienta útil, no es la única relevante a los fines de fijar la jurisdicción competente a
los efectos de la tributación sobre una actividad económica. El concepto es de imprescindible referencia
cuando resulte casi imposible determinar el lugar preciso en el cual se ejecuta la actividad económica
(caso de las actividades que comportan compra-venta de bienes efectuada con puntos de contacto entre
distintas jurisdicciones municipales) o cuando, como en el presente caso, no se puede precisar el
Municipio con jurisdicción concreta sobre el lugar en el cual se ejerce una actividad que, como es el
caso de los servicios, resulta de relativamente fácil constatación fáctica el lugar de ejecución de las
prestaciones de “hacer” que comportan.
…Omisis…
En atención a lo expuesto, quien juzga observa que riela en el cuerpo del expediente lo que a
continuación se detalla:
- Copia certificada por la Administración Tributaria Municipal del Documento constitutivo
protocolizado por ante el Registro Mercantil II de la Circunscripción Judicial del Distrito
Federal y Estado Miranda, en fecha 3 de febrero de 1995, bajo el Nº 23, Tomo 39-A segdo.,
de cuyo contenido se desprende que el Objeto Social de la compañía CORPORACIÓN
TELEMIC, C.A., es: “La distribución de programas de televisión por cable y, en general, toda
operación lícita ya sea mobiliaria o inmobiliaria…”. (folios 141 al 160).
- De los antecedentes administrativos remitidos por la Administración Tributaria, cursa desde
el folio 141 al 146, Acta de Asamblea General Ordinaria de Accionista de la CORPORACIÓN
TELEMIC C.A., celebrada el 20 de marzo de 1996, inscrita por ante el Registro Mercantil II de
la circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, en fecha 26 de abril de 1996,
bajo el número 10, Tomo 187-A-Sgdo., de la cual se lee: “…CUARTA: Se acuerda cambiar el
domicilio de la compañía a la ciudad de Barquisimeto, Estado Lara. Por decisión de la
Asamblea General de Accionista podrá sin embargo, establecer agencias o sucursales dentro
y fuera de Venezuela…”.
- Copia certificada por la Administración Tributaria Municipal de los contratos de servicios y
desarrollo de negocio celebrados por la CORPORACIÓN TELEMIC, C.A., con otras empresas,
cursantes en los folios 818 al 850, en cuyos contratos entre otras cosas establece:
“…OBJETO DEL CONTRATO … desarrollará el Negocio en la Zona por medio de la prestación
a “TELEMIC” de los servicios que seguidamente se identifican (en conjunto, los “Servicios”)
en las condiciones contempladas en la Cláusula Tercera:
1.1 Servicios de Mercadeo y Contratación, los cuales consisten en:
1. Realizar las actividades de mercadeo apropiadas para adquirir y/o aumentar el número de
suscriptores en la Zona conforme a la práctica de las empresas más destacadas en el
área de televisión por cable, incluyendo, a manera ejemplificativa y no limitativa,
presentaciones, visitas a domicilio, publicidad y propaganda;
2. Recibir las solicitudes de suscripción de televisión por cable y emitir las órdenes de
instalación en nombre de “TELEMIC” conforme a las instrucciones impartidas por
“TELEMIC”, utilizando para ello los modelos que oportunamente se adjuntarán,
identificado como Anexo 1.
1.2 Servicios de Instalación, Mantenimiento y Operación de Activos, los cuales consisten
en:
1. Administrar , depositar, transportar, instalar y operar los Activos necesarios para la
recepción de las señales por los suscriptores de “TELEMIC” que oportunamente se
adjuntará, en un documento identificado como Anexo 2, conforme a los Instructivos y
Manuales de Instalación que oportunamente se adjuntará, identificado como Anexo 3;
2. Mantener en buen estado de conservación los Activos, debiendo … hacer las
reparaciones de los mismos cuando dichos Activos lo requieran.
1.3 Servicios de Facturación, Cobranza y Administración, los cuales consisten en:
1. Facturar y cobrar a los suscriptores las tarifas mensuales acordadas con “TELEMIC” y
controlar el adecuado funcionamiento de este sistema, utilizando el software provisto a
estos efectos por “TELEMIC” descrito en el documento que oportunamente se adjuntará,
identificado como Anexo 4;
2. Dirigir por cuenta de “TELEMIC” las relaciones con sus suscriptores, y recibir y dar
solución a sus quejas y reclamos, de acuerdo a las instrucciones contenidas en el Manual
que oportunamente se adjuntará, identificado como Anexo 5.
3. Supervisar, coordinar y sufragar los gastos resultantes de la contratación de Servicios de
Seguridad Industrial.
4. Ejecutar cualquier otra actividad que sea necesaria para llevar a cabo la gerencia y
administración de los suscriptores “TELEMIC”.
“(…) prestará estos servicios de gerencia y administración utilizando el Software provisto
por “TELEMIC”, conforme a lo dispuesto en el numeral 3.8…”
De esta manera, existen elementos de convicción que permiten a esta Juzgadora inferir
que la recurrente posee su establecimiento permanente en el Municipio Iribarren del
Estado Lara, no demostrando tener otros establecimientos en jurisdicciones distintas de
la municipalidad recurrida, toda vez que, las denominadas empresas satelitales, ubicadas
en otros municipios son personas jurídicas diferentes de la contribuyente CORPORACIÓN
TELEMIC, C.A, entre las cuales existe un contrato de Servicios y Desarrollo de Negocios,
siendo en consecuencia la sociedad mercantil CORPORACIÓN TELEMIC, C.A, la que le
corresponde tributar en jurisdicción del Municipio Iribarren del Estado Lara, por cuanto la
actividad económica que desarrolla la ejerce en y desde el referido Municipio, siendo este
el lugar donde se encuentra la fuente de producción del ingreso gravable, en
consecuencia, se desestima lo alegado por la recurrente en lo atinente a la invocada
vulneración del principio de la territorialidad. Así se declara.
Por otra parte y en atención a lo señalado por la recurrente en cuanto a “…los ingresos
brutos que conforman la cuenta contable No. 400-10 correspondientes a los “Ingresos
por Satélites” … tal como se evidencia de la página 4 de la Resolución 542F-2002, cifras
que presumimos no han sido alteradas en la Resolución objeto de este recurso puesto
que no existe ninguna explicación numérica sobre el cuadro denominado “Rectificación
de la base imponible según reclasificación”, conviene en esta oportunidad a manera de
ilustrar que del contenido de la Resolución 276-05, de fecha 27 de octubre de 2005,
suscrita por el Alcalde del Municipio Iribarren del Estado Lara, notificada el 22 de
noviembre de 2005, se desprende que, el artículo 1 de la Resolución Nº 542F-2002, de
fecha 10 de diciembre de 2002, emitida por la Dirección de Hacienda del Municipio
Iribarren del Estado Lara, fue modificado, en cuanto a la liquidación efectuada en ocasión
a los impuestos causados y no pagados en los períodos fiscales enero-diciembre de
1999, enero a diciembre de 2000, enero a marzo de 2001 y abril a junio de 2001, por la
actividad de Estaciones de Rastreadores y Retrasmisión de Radio y Televisión, Código
505, alícuota 6%, por una parte, en razón de la exención establecida en el artículo 19 de
la Ordenanza de Reforma Sobre Exoneraciones y Rebajas del Impuesto de Patente de
Industria y Comercio que estuvo vigente hasta el período fiscal 2000, y por otra parte, en
razón de la modificación de la base imponible por la clasificación de la actividad atribuida
a la contribuyente como “Otros Servicios profesionales no especificados”, siendo
reclasificada por “Estaciones de Rastreadores y Retrasmisión de Radio y Televisión”,
situación que disminuyo el monto reparado por la Administración Tributaria en la
primigenia resolución.
6) Falso Supuesto de Derecho por errónea aplicación de la Ordenanza del Impuesto sobre
Actividades Económicas de Industria, Comercio, Servicios o de Índole Similar a la
actividad de publicidad realizada por la contribuyente:
Afirma la recurrente que la publicidad o propaganda en pantalla constituye un servicio de
telecomunicaciones, en este sentido, es propio señalar que la contribuyente obtiene
ingresos según los Balances de Comprobación cursantes a los folios 258 por espacio
revista, publicidad revista y publicidad pantalla; así como Consulta de Análisis de Cuentas
del año 1999, cursante a los folios 274, 281 y 282 en el que se detallan ingresos por
espacio revista, ingresos revistas e ingresos por publicidad pantalla; por otra parte los
Balances de comprobación que riela a los folios 283 al 320, correspondiente al ejercicio
económico 2000, se especifican ingresos por publicidad revista, código de cuenta
contable 410-10 e ingresos por publicidad pantalla código de cuenta 410-20; igualmente
en el folio 362 cursa Balance Comprobación correspondiente al año 2001, en el que se
detallan los ingresos por publicidad en revistas, ingresos publicidad en pantalla ; Balance
de comprobación que riela al folio 433 de este expediente, en el que se describe ingresos
por publicidad revista e ingresos por publicidad pantalla.
Es de hacer notar que la publicidad es una técnica de comunicación masiva, destinada a
informar al público sobre un bien o servicio resaltando la diferenciación por sobre otras
marcas, con el objetivo de motivar al público hacia una acción, a través de los medios de
comunicación bien sea mediante anuncios en televisión, radio, prensa y otros medios
utilizados para tal fin.
Así, en el presente asunto se desprende que la contribuyente por una parte, obtiene
ingresos en virtud de la distribución de programas de televisión por cable cuyos clientes
son los suscriptores del servicio, y por otra parte, adquiere ingresos por concepto de
publicidad, cuyo origen se debe a un contrato de emisión o difusión distinto del que surge
para los suscriptores, siendo en este caso los clientes por dicho servicio de publicidad los
anunciantes o los interesados que a cambio de una contraprestación solicitan la emisión
del anuncio publicitario, situación que distingue evidentemente ambas actividades y que
a los efectos del Impuesto Sobre Actividades Económicas de Industria, Comercio,
Servicios o de Índole Similar, debe entenderse como actividades lucrativas diferentes
clasificadas conforme lo estableció la Administración Tributaria Municipal, de acuerdo al
Clasificador de Actividades Económicas que forma parte de las Ordenanzas aplicadas en
este asunto, en razón de ello se desestima lo alegado por la recurrente. Así finalmente se
declara.
IV
DECISIÓN
En virtud de las razones expuestas, este Tribunal Superior de lo Contencioso Tributario de
la Región Centro Occidental, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR el Recurso Contencioso Tributario, interpuesto
por los abogados M.V.T., E.H.A.P. y X.E.E., titulares de las cédulas de identidad números:
6.487.825, 12.626.142 y 10.534.928, inscritos en el Inpreabogado bajo los siguientes
números: 35.060, 76.503 y 48.460, actuando todos con el carácter de apoderados de la
sociedad mercantil “CORPORACIÓN TELEMIC, C.A.”, suficientemente identificada, según
consta en autos, en contra de la Resolución Nº276-05, de fecha 27 de octubre de 2005,
emitida por la Alcaldía del Municipio Iribarren del Estado Lara, notificada el 22 de
noviembre de 2005. En consecuencia, se confirma la resolución impugnada en la
presente causa.
Se condena en costas la sociedad mercantil “CORPORACIÓN TELEMIC, C.A.”, en un
monto equivalente al tres por ciento (03 %) de la cantidad a pagar por la recurrente, de
conformidad con lo establecido en el artículo 327 del Código Orgánico Tributario.
Publíquese, regístrese y notifíquese a las partes involucradas en el presente juicio y en
especial al Síndico Procurador del Municipio Iribarren del Estado Lara, a la Contraloría
General y Fiscalía General de la República Bolivariana de Venezuela.
Déjese copia certificada de la presente decisión conforme a lo establecido en el artículo
248 del Código de Procedimiento Civil vigente.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Tribunal Superior de lo Contencioso
Tributario de la Región Centro Occidental, en Barquisimeto a los cinco (05) días del mes
de diciembre del año dos mil ocho (2008). Años 198º de la Independencia y 149º de la
Federación.
La Jueza,
Dra. M.L.P.G..
El Secretario,
Abg. F.M..
En fecha cinco (05) de diciembre de dos mil ocho (2008), siendo las once y diez minutos
de la mañana (11:10 a.m.) se publicó la presente decisión.
El Secretario,
Abg. F.M..MLPG/fm.
ANÁLISIS SENTENCIA No.1.
Expresan que el municipio no tiene potestad tributaria para gravar los servicios de
telecomunicaciones, ya que es un tipo de servicio gravado por el poder público nacional.
De esta manera señalan que el legislador municipal no tomo consideración de las
limitaciones constitucionales por lo tanto violó fragante mente esa disposición
El tribunal expresa que los municipios están facultados para dictar en relación con
la constitución lo concerniente a la creación, modificación y supresión de tributos, la
definición del hecho imponible, la determinación de la materia o acto gravado, la cuantía
del tributo, el modo, el término y la oportunidad que este cause y se haga exigible, las
obligaciones de los contribuyentes, los procedimientos constitutivos, los recursos
administrativos de impugnación y las sanciones correspondientes.