Cómo Enseñar A Los Alumnos A Abrazar Sus Errores

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Cómo enseñar a los alumnos a abrazar sus errores

Publicado por Almudena Orellana en mayo 30, 2019

Decir a los estudiantes que necesitan aprovechar mejor los comentarios que
reciben por parte de sus profesores no es solo un buen consejo, sino que es una
ciencia establecida. Según algunos científicos son unas 10.000 horas lo que una
persona necesita para convertirse en experta en algún tema o disciplina concreta,
10.000 horas de trabajo aplicadas a casi cualquier campo y que, por supuesto,
requieren de teoría, pero también de práctica.

Por eso es muy importante que los alumnos comprendan que el trabajo es el que
les conducirá a aprender, a ser buenos en determinadas cosas y a tener un buen
futuro, pero casi es más importante aún que sepan que lo verdaderamente
efectivo no es la cantidad de prácticas ni trabajos a realizar, sino en qué consisten
los mismos.

A esto se le denomina hacer “prácticas deliberadas” e implica ser conscientes de


aquello que no funciona y aquello que sí, para poder realizar un aprendizaje y un
domino efectivo del área que estemos tratando.

Por ejemplo, si un músico se centra nada más que en aprender de corrido y en


hacer la melodía cuanto antes para terminar el trabajo pronto, no estará
aprendiendo realmente las claves de la técnica y no podrá resolver los problemas
de empaste de sonidos y demás que se le puedan presentar.

Un buen músico se detiene, escucha, observa y resuelve los fallos tocando una y
otra vez las veces que haga falta. Del mismo modo, los “errores” son una de las
cosas más importantes que suceden en un aula cada día y es importante no dejar
que se arrastren.

Centrarse en los errores permite enfocar mejor la “práctica deliberada” necesaria


para solucionarlos. Esta forma de trabajar permitiría ver a los estudiantes sus
errores como algo valioso, como esa clave necesaria para poder continuar y
mejorar. Sin embargo, los estudiantes no tienen a pensar racionalmente sobre sus
errores, sino que piensan de forma mucho más emocional sobre ellos mismos y
sobre todo lo que les afecta.

Los errores hacen que los estudiantes se sientan estúpidos, pero en realidad ese
tipo de “estupidez” es solo eso: un sentimiento. De forma más específica, es el
sentimiento de la vergüenza y la respuesta natural del ser humano a la misma es
evitar su origen. Por eso si tenemos la sensación de haber dicho algo
embarazoso, solemos ocultar nuestra cara o mirar al suelo para “escapar” de la
mala sensación.

Del mismo modo, cuando los alumnos obtienen una mala calificación tienen a
ocultar las pruebas, y aunque esto es algo humano es preciso que procuremos
hacer ver a los estudiantes que esas son las peores decisiones que podemos
tomar si lo que queremos es mejorar y avanzar.

El éxito académico no proviene de cuán inteligentes o motivados estén los


estudiantes, sino de cómo se sientan y cómo actúen con respecto a sus errores.

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