Mi Relación de Amor y Odio Con Las Redes
Mi Relación de Amor y Odio Con Las Redes
Mi Relación de Amor y Odio Con Las Redes
1. La bandera roja
Si te encuentras escribiendo o compartiendo algo que realmente nunca dirías
cara a cara a una persona, eso es una bandera roja. ¿Sabes que hay teorías
acerca de este fenómeno social donde la gente se hace increíblemente
atrevida en línea? Esas teorías dicen que sentimos una sensación de
empoderamiento para decir casi cualquier cosa, porque estamos mirando
una pantalla en vez de una cara humana. Es una sensación de anonimato.
Para una cristiana, esas son malas noticias. Nuestras palabras siempre
deberían pasar por un filtro – ya sea que estemos hablando, twitteando o
compartiendo en Facebook.
Proverbios 13:3 dice: “El que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho
abre sus labios, termina en ruinas”. ¿Dejar que tu boca crezca salvajemente
en línea? Te encontrarás un montón de problemas. Pero Dios nos honra
cuando guardamos nuestras palabras.
3. Evalúa tu actitud
¿Las palabras “mala” y “enojada” describen tus perfiles de las redes sociales?
¿Qué hay de “criticona”, “presumida” o “grosera”? Si este es el caso de
alguna de nuestras cuentas en las redes, tenemos que cambiar algo.
Nuestras cuentas de Twitter, Instagram & Facebook reflejan quienes somos –
y nosotras estamos llamadas a reflejar a Cristo. Así que aquí hay una mejor
pregunta: ¿Reflejan tus redes sociales el amor, la gracia y la pureza de Cristo?
Aquí hay un examen de la Escritura basado en 1 Corintios 13 & Filipenses 4:8.
Pregúntate:
● ¿Mi cuenta de Twitter es paciente y bondadosa? ¿Se jacta de serlo? ¿Es
arrogante o grosera?
● ¿Mi cuenta de Facebook se regocija en la maldad? ¿Refleja un corazón que
es irritable y resentido?
● ¿Mi cuenta de Instagram es pura, linda y recomendable?
La Escritura nos llama a tener los más altos estándares. Y las redes sociales no
están exentas de los mandamientos dados en la Palabra de Dios. ¡La buena
noticia es que Dios nos da más que bastante gracia para honrarle a Él! Dale
un vistazo a 1 Pedro 1:3.
4. ¿Demasiado curiosa?
¿La curiosidad mató a tu gato? ¿Has ido por el camino incorrecto a través de
la barra de búsqueda en línea?
Hay muchísima basura allá afuera. Y con el Internet, no es difícil encontrar un
montón de esa porquería. Pero dulce niña, esa basura no es para una hija del
Rey. Si estas revolcándote en la suciedad del pecado que estas encontrando
en línea, ¿te volverías a Cristo? Él te hará limpia nuevamente. 1 Juan 1:9 hace
esa promesa.
Si la curiosidad no ha matado tu gato, ¿Puedo darte estas palabras de
advertencia? No te pongas curiosa con el pecado y salgas a buscarlo.
Proverbios 22:3 dice que el prudente ve el mal y se esconde.