Parcial #1 Arte
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Parcial #1 Arte
Departamento de Folklore
ARTE IBEROAMERICANO
Primer Parcial
Año: 2020
Las ciudades fundadas o transformadas por los árabes, muy similares entre sí, han
conservado su estructura originaria. Todas las construcciones forman una serie de recintos, y
los ambientes interiores se asoman sobre ellos y no sobre el espacio exterior. Las calles son
pasillos por los que apenas pueden pasar las personas.
El sistema cultural del Corán, ocasiona una disminución de las relaciones sociales. Por eso
no habrá basílicas, teatros, estadios sino solo habitaciones privadas, casas o palacios, y
solo dos tipos de edificios públicos los baños (para las necesidades del cuerpo) y las
mezquitas donde los fieles de manera individual o en grupos van a rezar.
El islam resalta el carácter reservado y secreto de la vida familiar. La casa en general tiene
una sola planta, y la ciudad se ve como un conjunto de casas que no muestran desde el
exterior ni su forma ni su categoría. Las calles son estrechas con cantidad de callejones sin
salida, que impide la vista completa del barrio. Por ello Leonardo Benévolo afirma que la
ciudad se convierte en un organismo compacto cerrado por una o más murallas que la
dividen en diferentes recintos. Cada grupo étnico o religioso tiene su propio barrio, y el
príncipe reside en una zona periférica. La puerta de ingreso a la ciudad, es a menudo un
edificio monumental con una puerta exterior, uno o más patios intermedios y una puerta
interior, que al atravesarla, nos enfrenta a la red de calles donde es imposible encontrarse o
detenerse. Pero Benévolo también señala que la ciudad islámica es una ciudad secreta,
puesto que no se pone a la vista.
Chueca Goitía denomina a la ciudad islámica como “privada” e indica que la clave nos la da
el Corán en el capítulo llamado el “Santuario”. Esto da a la ciudad musulmana un carácter
profundamente religioso que desde la propia casa (que para el musulmán es su santuario)
trasciende a todo, impregna todo. Así como la ciudad clásica aristotélica es la suma de un
número de ciudadanos, la ciudad islámica es la suma de un determinado número de
creyentes. Su carácter privado hermético y sagrado da a este tipo de ciudad otra nota que
podemos expresar con la palabra secreto. La ciudad islámica es una ciudad secreta, una
ciudad que no se exhibe, que no se exterioriza. Es una ciudad secreta que no tiene calles.
No es que sean irregulares o confusas es que no son calles. Las calles de muchas ciudades
medievales son irregulares e enredadas y sin embargo son calles que muestran a la ciudad.
La ciudad occidental ya sea clásica, medieval o moderna se organiza de afuera hacia
adentro, desde la calle (espacio colectivo) hacia el interior de la casa. Pero siempre es la
calle lo predominante desde el punto de vista morfogenético. En cambio, en la ciudad
islámica todo se organiza de adentro hacia afuera, perdiendo valor estructural el espacio
colectivo, es decir, la calle. En las ciudades islámicas se ve reflejada el valor que le da a la
intimidad Mahoma. La calle es un espacio residual que queda después de hacer los espacios
privados. Las edificaciones giran en torno al patio interior, un espacio en el cual la familia y
principalmente las mujeres, pueden disfrutar del aire libre y de la privacidad impuesta por su
religión.
Algunos años después de la muerte de Mahoma el Islam se expandió con una rapidez sin
precedentes. Los musulmanes ocuparon gran parte de la Península Ibérica. La conquista se
realizó con algunos episodios violentos, aunque en términos generales, se llevó a cabo de
una forma pacífica y sin que encontrara grandes resistencias. En 756 llegaba Abd al-Rahman
desde Damasco y fundó el Emirato Independiente de Córdoba.
La Mezquita de Córdoba, inicio 785 (3 años antes de morir Abderraman I) tuvo su origen en
el año 785, bajo el mandato del emir Abd al-Rahman I. Se inicia su construcción sobre una
antigua basílica visigoda, la basílica de San Vicente. Debido al vertiginoso crecimiento de la
población, la Mezquita apaleó a numerosas ampliaciones.
Desde la Reconquista de Córdoba por Fernando III se ha venido utilizando como Catedral
del culto católico.
Sobre la puerta se observa un arco que es más que un semicírculo. Este arco recibe el
nombre de “Arco de Herradura” (este se llama ciego y es decorativo). Dicho arco se
encuentra encerrado en un rectángulo llamado cuadratura alfiz.
En la parte alta se observan dos celosías como ventanas, las mismas permitían la entrada de
aire.
Chueca Goitia en invariantes castizas expone en primer lugar una estricta planitud, es decir,
como un leve relieve. La decoración hispano-musulmanas posee una decoración
absolutamente planista. En la composición decorativa de los lienzos planos estos
encuadramientos o cuadratura serán signo distintivo y diferencial e influirá en el desarrollo
todo de la articulación del muro, acusando la horizontalidad y la proporción cuadrada. Bajo
este aspecto no es preciso que destaquemos la importancia que tenía la décima del alfiz en
toda arquitectura española.
El arco de herradura es característico de toda la arquitectura hispano-musulmana pero el
afán de cuadratura lleva a encerrar el arco dentro del alfiz y hasta es frecuente que por sus
arranques corra un dintel, permaneciendo el arco ciertamente prisionero en un cuadrado.
En estas puertas está planteado el tipo de decoración suspendida cuyo origen puede ser por
una causa práctica.
En resumen en la puerta de San Esteban y según las invariantes castizas de Chueca Goitia
tendremos una decoración: plana (bidimensional) y suspendida.
Elijo los Palacios Nazaríes pues si observamos el plano allí se ve por ejemplo, el patio los
Arrayanes dispuesto longitudinalmente en cambio el patio de los Leones se construye de
manera transversal. Ese movimiento de los espacios es la diferencia con los espacios
occidentales (pues la mirada va a un foco) acá cuando una persona camina no va derecho a
un lugar, debe doblar, continuar pues hay elementos que le impiden seguir. Por ello Chueca
Goitia habla de dirección múltiple no se va a un lugar concreto en forma lineal y directa.
Tampoco hay una perspectiva central sino líneas quebradas, espacios discontinuos.
También otra característica de esta arquitectura es la asimetría.
En los palacios lo central son los patios y alrededor de ellos se construyen las estructuras.
Son patios cerrados sobre sí mismos. En ese patio hay fuentes donde está el agua esencial
para los musulmanes.
Muhammad V construyó, el Palacio de los Leones. El Patio de los Leones se organiza
ortogonalmente según el libro de invariantes castizas. Tiene un diseño muy elaborado con
patio rectangular, distribuido según el modelo de jardín de crucero, dotado de una gran
fuente central y cuatro canalillos ortogonales. Su nombre procede de los doce leones
surtidores de la fuente que ocupa el centro del patio. Esta fuente, de mármol blanco, es una
de las más importantes muestras de la escultura musulmana. En la iconografía musulmana
no se ven figuras ni de animales ni humanos.
El patio de los Leones es horizontal, centralizado, los espacios que lo rodean tiene una fila
de columnas. En los extremos más largos hay unas estructuras llamadas templete. Cuando
uno accede no hay un acceso visual directo, pues esos templetes interrumpen la visual.
Estos arcos comunican el patio con la Sala de los Abencerrajes y con la Sala de Dos
Hermanas.
La sala de las dos hermanas se llamó así porque tiene dos losas de mármol blanco en el
suelo. La fuente central se comunica con la fuente de los Leones. La sala llama la atención,
pues, sus techo no son de madera sino de mocárabes. Parecen como estalactitas dando
sensación de estar flotando. Son formas geométricas y organizadas hechas en moldes con
yeso y una vez que se enfriaban se ponían en las paredes. La planta cuadrada de la sala se
convierte en un octógono en la parte alta. Hay ventanas en lo alto del octógono que
proyectaban la luz sobre los mocárabes del techo. Además esta sala tiene un mirador sobre
la ciudad pero para llegar a ese mirador como dice Chueca Goitia es a través de una
dirección múltiple, no se llega al lugar concreto en forma lineal y directa.
Otra sala diferente a lo que se ve en estos palacios es la de los Reyes, que debe su nombre
por el tema de una pintura que podemos observar en la cúpula central. Se accede a ella
desde la cabecera del Patio de los Leones por tres pórticos con arcos triples de mocárabes.
En esta sala los techos poseen pinturas sobre madera forradas de cuero. La pintura del
centro representa a los diez primeros reyes de la dinastía nazarí. Las de las bóvedas
laterales muestran escenas figurativas con escenas de la vida real.
El Palacio de Comares iniciado por Yusuf I (r. 1333- 1354) y terminado por su hijo
Muhammad V (r. 1354-1359 y 1362-1391), fue residencia de los sultanes nazaríes. Está
precedido por el Mexuar o área administrativa y su eje longitudinal se orienta en la dirección
norte-sur. En su extremo norte destaca la sede del trono real, el Salón de Comares, de
planta cuadrada y volumetría cúbica, con techo de madera. Constituía la residencia oficial del
sultán, y está compuesto por un conjunto de dependencias agrupadas en torno al Patio de
los Arrayanes, con galerías porticadas en los extremos, situándose al norte la Sala de la
Barca y la Sala de los Embajadores, que ocupa el interior de la Torre de Comares, Para
llegar a ella, y tras atravesar el pórtico encontramos, en primer lugar, la sala de la Barca, con
hermoso techo de madera. Saliendo de la sala de la Barca, en el espacio entre ésta y el
Salón de Embajadores, podemos ver, a la derecha, una pequeña mezquita para el sultán.
Algo sobresaliente es la cúpula, realizada en madera. Se trata de un armazón de madera con
diseño geométrico combina estrellas o figuras geométricas puras. En estas estructuras se ve
ventanales gemelas o sea dos ventanales iguales donde uno no tiene más importancia que
el otro. Los baños reales espacio estratiforme eran baños termales se calentaban desde el
subsuelo por eso no se podía caminar descalzo tomado la idea de los baños termales de la
antigua Roma techo de los baños con huecos para que salga el vapor.
A fines del siglo XV comienzan a observarse con mayor claridad las influencias del
renacimiento italiano: Primer Plateresco, en este momento las fórmulas del lenguaje
arquitectónico italiano son tratadas con toda libertad y perviven los elementos del gótico
isabelino. En esta etapa, políticamente, España y el Reino de Nápoles pertenecen al Reino
de Aragón, este contexto origina los contactos culturales. El arte español de fines de siglo XV
es un arte aristocrático, promovido por mecenas (reyes, familias nobles, cardenales) que
traerán piezas (columnas, pilastras, mármoles con decoraciones vegetales y con grutescos,
etc.) y obras de la Italia renacentista. Estos mecenas encargan grandes edificios, colegios y
universidades, que presentan características platerescas. El término Plateresco proviene de
la asociación del trabajo de repujado de la plata con el labrado de la piedra. Este tipo de
trabajo en piedra es característico del plateresco. En la arquitectura plateresca lo ornamental
y decorativo es lo fundamental. Los españoles son hábiles constructores, alarifes, albañiles.
Trabajan las fórmulas italianas con mucha libertad, conocen las reglas pero no las aplican.
Consiguientemente, el primer plateresco exhibe un trabajo más libre, no sujeto a cánones,
más ornamental que estructural. Elementos decorativos y ornamentales que aparecen en los
edificios de este estilo: columnas abalaustrada, ánforas, cenefas, grutescos, formas
pinjantes, escudos heráldicos, palmetas.
Ejemplificando en la Catedral de Burgos, en la fachada principal, aparecen elementos del
Primer Plateresco como la ornamentación de los balaustres y el frontis triangular sostenido por
ménsulas sobre el acceso principal a la catedral.
Características
La decoración se realiza con mucha minuciosidad. Se aplica a todo tipo de arquitectura: civil
(universidades, palacios) y religiosa (conventos, iglesias).
Las fachadas de este estilo se caracterizan por ser muy adornadas, como si fueran de orfebrería.
Aparecen algunos elementos utilizados en las decoraciones de la época, como son escudos,
pináculos
Fachadas-retablo.
El arte colonial americano es un arte dependiente del arte europeo y especialmente del arte
español.
Por lo tanto América recoge la influencia europea de la mano de España, sumado el influjo
propiamente español, pero en América hay una reelaboración en un arte propio con
diferencias regionales.
Así los estilos históricos en América subsisten más allá de razones artística. Estos estilos en
América no se pierden, sino que se van superponiendo. En América se origina una
reacomodación estilística, readaptación y aclimatación a los estilos en América.
Ramón Gutiérrez sostiene que para el arte americano hay que plantear una visión de
conjunto y un abordaje interdisciplinario, para la compresión contextual del objeto de estudio:
además es necesario conocer el momento histórico, el uso y la refuncionalización en el
tiempo., saber qué pensaban, tener en consideración las sincronicidades religiosas, la
cosmovisión de los pueblos originarios, el avance tecnológico y la funcionalidad de los
lugares abiertos.
Con respecto a las etapas de aculturación o transculturación cabe señalar que durante el
siglo XVI dominan las formas europeas, la mano de obra indígena deja su huella.
Para el siglo XVII lo europeo se dejará de lado. Hay una etapa de transición entre la
europeización y la presencia de la mano de obra indígena que impone su sello. Tendrán
lugar la formación de las escuelas regionales. También en este siglo se da una reacción
americana: Eclosión del Barroco.
En todo este proceso Europa impone las formas, pero América responde con sus normas.
Esto es claro en cuanto a los materiales. En América, no se encuentra el mismo tipo de
piedra que en Europa, la disponibilidad de materiales varía. Por ese motivo por ejemplo, la
piedra se va a reemplazar por la madera en algunas construcciones de la región paraguaya o
del litoral de la Argentina.
Chueca define la arquitectura española por una serie de invariantes entre las que está la
concepción particular del espacio y el volumen
La planta tipo de las iglesias es la planta de cruz latina con capillas laterales diferenciadas
por la ornamentación.
Las grandes catedrales góticas, con patrocinio aristocrático, se vieron rodeadas de un sinfín
de capillas, que, como compartimentos autónomos, fueron haciéndose sitio unas contra
otras, corno las piedras de una mampostería concertada.
En las iglesias mozárabes, joyas de una arquitectura esencial y despojada, pero riquísima en
valores estructurales, es donde aparece muy pronto el sentimiento «máclico» del volumen.
En una fachada con huecos de diversas proporciones la vista se sentirá atraída por los
huecos cuadrados; por ello se colocan frecuentemente en el último piso (ático) para que
sirvan de tope de la composición.
Con respecto a los volúmenes: predominan los simples y definidos: cúbicos, acoplados o
adosados y como ejemplo entre otros cabe señalar la Capilla del Condestable de la Catedral
de Burgos