Cómo Identificar El Déficit de Atención

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¿Cómo identificar el déficit de atención?

Es posible detectar manifestaciones particulares, como la dificultad para organizar


y planear tareas, distracción constante, incapacidad de seguir las reglas de un
juego, dificultad para adaptarse a las normas, atención solamente en intereses
particulares y necesidad constante de supervisión; sin embargo, se debe hacer un
seguimiento para corroborar que estos comportamientos sean constantes y que
las actitudes estén generando dificultades académicas y relacionales.

Cuando hay sospechas de que los niños tienen problemas de atención, lo mejor
es solicitar un acompañamiento profesional de sicopedagogía por parte de la
institución educativa y si el sicólogo lo recomienda, acudir a neurosiquiatría, en
caso de requerir medicamentos es necesario que todo el entorno del niño se
comprometa con las recomendaciones de los profesionales para vencer la
sintomatología, con el fin de que no persista en la adolescencia ni en la adultez. 

Aquí te damos algunas recomendaciones de los profesionales en el tema que


pueden ayudarte a superar los problemas de atención de tus niños. Te puede
interesar: ¿Cómo ejercitar la memoria?

1. Ejercicios de atención sostenida

Realizar este tipo de actividades busca que los niños logren focalizar su atención
por periodos de tiempo específicos y que logren concluir con la tarea
propuesta. Los rompecabezas, laberintos, sopas de letras, buscar diferencias,
colorear, son actividades que pueden contribuir a captar la atención de nuestros
niños, siempre y cuando la motivación sea la adecuada. 

Es importante recordar que los niños con problemas de atención, generalmente,


son rechazados debido a su dificultad por lograr terminar un juego o un trabajo en
equipo, así que al realizar este tipo de actividades es importante incentivarlos,
sobre todo con palabras de afecto que les permita sentirse queridos, aceptados
para que comprendan que terminar una tarea iniciada es satisfactorio, ya que los
puede llevar a alcanzar los objetivos propuestos, como pasar determinada
asignatura.

En caso de no conseguirlo es importante que el padre de familia y el docente


insista en la necesidad de alcanzar sus objetivos y que se evidencie el proceso
estimulo-respuesta, con afirmaciones como “deberías terminar la actividad para
poder ir por un helado al parque”, eso sí, teniendo cuidado de no caer en la
manipulación. Consulta aquí un artículo para ayudarle a tu hijo a mejorar el
rendimiento académico.

2. Actividades de atención dispersa

Estas buscan que niños y jóvenes realicen varias tareas al tiempo sin descuidar
ninguna, como cantar y palmotear las manos al mismo tiempo o realizar
movimientos coordinados con las extremidades en distintas orientaciones, estas
actividades lograran mantener su atención hasta lograrlo y pueden ser utilizadas
como herramientas educativas en todas las asignaturas, si el docente logra
enfocarlas correctamente.

Recordemos que parte de la labor como padres de familia es estar en contacto


con el proceso educativo de los niños, por tanto cuando se identifiquen las
actividades que más le favorecen, se debe establecer un contacto con los
docentes, ya que trabajando juntos mediante un seguimiento constante se podrá
evidenciar el progreso en los distintos ámbitos de su vida. 

3. Órdenes claras

No es lo mismo dar una orden a un niño que tiene problemas de atención a uno
que no, por eso las órdenes deben ser dadas por partes, mirándolos a los ojos y
asegurándose de que esté entendiendo la instrucción.

4. Apoyo escolar

Cuando un niño tiene algún retraso escolar por falta de comprensión de las
temáticas debido a su bajo nivel de atención, es necesario individualizar los
procesos, haciendo acompañamientos académicos y sicopedagógicos que brinden
herramientas para ayudarlo a alcanzar la atención y la confianza que necesita, con
el fin de lograr el control de su concentración, sin saturarlo y sin generar
dependencia por el acompañamiento continuo.

 
5. Apoyo sicológico

Los niños que padecen problemas de atención generan altos episodios de


estrés, desmotivación y frustración, y pueden llegar a sufrir de depresión y de baja
autoestima en la adolescencia, por la gran cantidad de críticas que padecen por
no hacer las cosas bien, así que lo mejor es siempre ir acompañado de un
profesional en la materia que logre guiarlos a ellos y a su círculo social
correctamente. 

6. Hacer deporte:

Cualquier deporte requiere de la atención necesaria para lograr entenderlo y poder


practicarlo, así que si a nuestro niño con atención dispersa le interesa alguno,
hay que darle la oportunidad de practicarlo, guiado por un entrenador que utilice la
práctica constante como una vía para contribuir con el desarrollo social-atencional
del niño.

La última y más acertada de las recomendaciones es informarnos sobre el tema,


ya que entre mayor conocimiento de la sintomatología, diagnóstico y tratamiento
del déficit de atención, ya sea con hiperactividad o no, podrá ayudar a padres y
maestros a enfrentar correctamente las situaciones sin caer en el error de creerlos
incapaces de lograr todas aquellas metas que se proponen a lo largo de su vida.

¿Qué procesos debemos tener en cuenta al trabajar con niños con TDAH?

En el TDAH existen unos déficits en las funciones ejecutivas, por lo que es lo que
debemos tener en cuenta a la hora de diseñar actividades para trabajar con ellos.

Una de las dificultades, por ejemplo, es la inhibición. Así, el sujeto con TDAH no
puede dejar de actuar cuando debería, no puede interrumpir sus acciones, no
puede proteger su pensamiento.
Las personas con TDAH no tienen sentido interno del tiempo, viven el momento,
no son capaces de usar su pasado para pensar en el futuro y prepararse para él.

También presentan dificultades en la memoria de trabajo (memoria operativa), que


es la que nos permite mantener la información en nuestro cerebro en el momento
que la requerimos.

Por otra parte, respecto al lenguaje interno, las personas con TDAH no pueden
hablarse a sí mismo ni usar el lenguaje como guía.

Esto conduce a su incapacidad para seguir instrucciones y reglas para hacer lo


que se les ordena, por lo que tendrán dificultades en la compresión, para entender
lo que oyen, leen y ven.

Con esta habilidad las personas somos capaces de prever las probabilidades de
respuesta, anticipando las consecuencias en cada una de las variables posibles y
finalmente elegirá una.

Respecto a las emociones, los niños con TDAH muestran sus emociones y deseos
más que el resto de individuos, así que sentimientos como la rabia, frustración y
hostilidad, deben de ser controlados y canalizados para que sus relaciones
sociales sean sanas.

Esto explica por qué existen niños con TDAH que desarrollarán
Trastorno Oposicionista Desafiante.

La motivación es otro punto clave para la compresión de este trastorno, aquellos


que lo padecen no pueden motivarse por sí mismos, por lo que hay una falta de
persistencia hacia el objetivo, manifestada en forma de déficit de motivación.

La habilidad de jugar con uno mismo mentalmente es la empleada para planificar y


resolver problemas.
Los niños con TDAH, tienen disminuidas sus capacidades para resolver
problemas. Son poco fluidos en sus lenguaje y acciones, y si por ejemplo les
preguntamos por lo que leyeron hace unos días obtendremos pensamientos
inconexos, poco organizados o sin argumento.

A mayor capacidad de autocontrol emocional, mayor capacidad de organización y


planificación de la conducta, lo que reduce mucho las posibilidades de actuar
impulsivamente y por lo tanto de equivocarse.

Las habilidades ejecutivas ofrecen un punto de vista más amplio del problema.
Explican, por ejemplo, el habla excesiva.

21 actividades para trabajar con niños con TDAH

1. Jugar al Memory

Un buen ejercicio para poder trabajar la falta de atención que tienen los niños es
jugar al Memory.

Para ello, según la edad del niño, se puede adaptar a sus necesidades y en
distinto grado de dificultad.

Se trata de generar tarjetas por parejas (con fotografías, dibujos, números…).


Debe haber dos tarjetas iguales. Los puedes fabricar tú mismo adaptándolo a los
gustos del niño, de modo que le resulte más interesante.

Para ello, después de tener un montón de pares de tarjetas, lo que debes hacer es
barajarlas y colocarlas hacia abajo.

El juego consiste en que, estando todas las tarjetas barajadas boca abajo y por
turnos, el niño debe levantar una de ellas y fijarse en el dibujo que hay (por
ejemplo, un coche) y después levantar otra (que puede ser, por ejemplo, un
globo).
El niño debe prestar atención a la colocación de las cartas y fijarse en el dibujo de
cada tarjeta, por lo que entrenamos el déficit de atención.

Cuando en su turno sea capaz de levantar dos tarjetas con el mismo dibujo, se las
guarda y continúa jugando. El juego termina cuando se han levantado todas las
cartas. Y gana la persona que haya guardado más parejas de cartas.

2. Simón

El juego de Simón también sirve para prestar atención, que es uno de los mayores
déficits que presentan los niños con TDAH, además de trabajar la impulsividad.

Se trata de un juego electrónico en el que se van iluminando de forma aleatoria los


cuadrantes de colores y emite un sonido propio.

El niño debe de esperar a que el aparato deje de ejecutar la secuencia y


posteriormente, debe introducir la secuencia mostrada en el orden correcto. Este
juego permite al niño desarrollar la capacidad de autocontrol y la memoria.

Una de las ventajas de este juego es que existen diferentes niveles, conforme vas
acertando las secuencias se incrementa la velocidad de ejecución.

También hay aplicaciones para la Tablet que permiten trabajar de la misma


manera. Algunas de ellas son: Neurogames – Effective learning made fun!

Están creadas por el neuropsicólogo infantil Jonathan Reed. Entre ellas podemos
encontrar el “Impulse control” o “memorise”.

3. La torre

Uno de los juegos que sirven también para trabajar la impulsividad es “la Torre”.
Se trata de un juego de habilidad física y mental, donde los participantes deben
retirar bloques de una torre por turnos y colocarlos en la parte de arriba hasta que
se caiga.

Este juego cuenta con una de las ventajas de los juegos de mesa, como es el
establecimiento de turnos.

Además, el juego requiere que el niño se detenga por un momento inhibiendo su


impulsividad y planifique su siguiente movimiento.

El niño debe de retirar con sumo cuidado la pieza, trabajando así la motricidad fina
y la coordinación óculo-manual.

4. Técnicas de relajación

Para reducir la hiperactivación de los niños con TDAH se pueden utilizar las
técnicas de relajación.

Para niños, por ejemplo, las más apropiadas pueden ser las de Koeppen, que es
una adaptación de la famosa Técnica de Relajación de Jacobson pero adecuada
al ámbito infantil.

Los niños, por lo general, tienden a la activación y al juego, pero también precisan
de momentos de relajación y calma, y más los niños que presentan el síntoma de
la hiperactividad.

La técnica de relajación de Koeppen se basa en la tensión y la distensión, de


manera que centrándonos en distintas partes del cuerpo (brazos, manos, cara,
nariz…) va haciendo notar a los niños la tensión y más tarde la relaja, para que
sean capaces de notar la diferencia.

5. Mikado
El Mikado es un juego antiguo y divertido muy útil para los niños con TDAH, dado
que les permite trabajar la motricidad fina y la impulsividad.

Este juego consiste en un grupo de palitos muy finos con bandas de colores en las
esquinas.

Para comenzar a jugar, se unen todos los palos y se ponen de manera vertical,
dejándolos caer encima de una superficie. En ese momento, y por turnos, se
comienza a jugar.

Los palitos caerán de una manera determinada y por turnos se deben ir


extrayendo palitos sin que los demás palos se muevan. Cuando se haya
conseguido coger todos los palos, se sumará quién tiene más puntos.

6. Actividades de Mindfulness

El Mindfulness para niños es una actividad extremadamente beneficiosa, dado que


les permite trabajar la atención y la reducción de la hiperactividad.

El Mindfulness se basa en tomar conciencia y en la atención plena, lo que permite


ejercitar la atención, además de lograr un estado de calma y bienestar que
contrarresta la hiperactivación.

7. Puzzles

Los puzles, adaptados a la edad, también pueden ser una actividad muy divertida
para trabajar con los niños con TDAH.

Los puzles les permiten centrare en una tarea y trabajar la atención y la


motricidad.

8. Conduce una pajita


El juego de la pajita es divertido y útil para trabajar la atención y la impulsividad.
Para ello, necesitas papel continuo, un rotulador, unas bolitas hechas de papel y
una pajita.

Para ello, cogeremos papel continuo y dibujaremos una carretera con curvas. Con
las bolitas de papel, las colocaremos por la carretera y soplando con la pajita
intentaremos que el niño vaya llevando la bolita por la carretera.

9.

Buscar objetos escondidos en láminas con distractores

Una buena actividad para trabajar con niños es buscar objetos dentro de láminas
que tengan muchas cosas.

Busca láminas con dibujos muy completos (por ejemplo una ciudad donde haya
muchos edificios, tiendas distintas, gente en bicicleta, animales…). Cuantos más
elementos tenga el dibujo, más dificultad la tarea y mayor exigencia.

Se trata de que animes al niño a buscar determinados elementos, por ejemplo,


“¿cuántos edificios ves en la fotografía?”, “¿cuántos gatos hay?”, “encuentra la
panadería”, “encuentra las chicas con el pelo largo”.

Esto ayudará al niño a centrarse en una tarea y mantener la atención.

10. Laberintos 

Otra actividad fácil, divertida y útil para trabajar la atención y la planificación son
los laberintos.

Para ello, consigue laberintos distintos y con instrucciones como “presta atención y
recuerda que no puedes chafar las líneas del borde del laberinto”, “hazlo con
calma y atención, comienza aquí y encuentra la salida del laberinto”.
El niño debe prestar atención a la tarea y planificar cómo debe realizarla para
lograr encontrar la salida.

11. Mapas

Una actividad sencilla y que permite a los niños trabajar la atención son los
mapas. Puedes adaptarlo a la dificultad del niño y también le permitirá estudiar y
repasar conceptos escolares.

Para ello, sólo necesitas mapas: de la propia Comunidad Autónoma, del País, de
Europa, del Mundo o también una bola del mundo.

Para ello, le vas pidiendo al niño frente al mapa que te busque un lugar concreto,
por ejemplo, “encuentra Málaga”, “encuentra París”, etc.

De este modo, el niño debe prestar atención a la tarea para solucionar aquello que
se le está demandando.

12. Actividad física

El ejercicio físico es una actividad muy buena para los niños con hiperactividad.
Para ello, que haga ejercicio físico y deporte.

Apunta al niño a algún deporte que le interese y le permite interactuar con otros
niños.

Además, permítele que haga mucha actividad física: ofrécele actividades donde
pueda moverse: ir al parque, excursiones al parque, ir en patines…

13. Autoinstrucciones: para, piensa y actúa

Para trabajar las autoinstrucciones, las premisas son “Para, piensa y actúa”. Es
una técnica cognitiva que pretende trabajar con los niños la impulsividad.
Se trata de seleccionar al principio, por ejemplo, una conducta inadecuada que
suele repetir: “levantarse de la mesa mientras se come” o “levantarse de clase
mientras está haciendo una actividad”.

Las autoinstrucciones deben ajustarse a cada niño, viendo lo que sea necesario
para cada uno. Se las debe decir mentalmente y aplicarla ante conductas
impulsivas.

Para ello, las autoinstrucciones son útiles para que cuando el niño note el impulso
de levantarse debe pensar: “Párate. ¿Qué es lo que tengo que hacer? Ahora
mismo tengo que estar sentado. Puedo conseguirlo. Voy a estar un poco más de
tiempo sentado”.

De este modo, se pretende que retrase un poco más la impulsividad de hacer esa
conducta en ese momento determinado.

14. Trabajar con el efecto Stroop

El efecto Stroop es muy útil para trabajar la impulsividad. Se trata de una tarea
donde el color no corresponde con la palabra.

Por ejemplo, la palabra AMARILLO está escrita en color rojo, la palabra ROJO
está escrito en color azul o la palabra VERDE está escrita en amarillo.

Se trata de que el niño diga el color en el que está escrita la palabra AMARILLO,
es decir, debería decir “rojo”, pero tenderá a leer la palabra, por lo que debe inhibir
y decirlo correctamente.

15. La técnica de la tortuga

Para trabajar la impulsividad, también puede ser muy adecuada la técnica de la


tortuga.
Tenemos que indicarle al niño que en determinados momentos, nos vamos a
convertir en una tortuga y debe saber cómo se comportan las tortugas.

Pueden ir caminando con la cabeza y las patas por fuera pero cuando sienten que
alguien las amenaza, se esconden y dejan a la vista sólo el caparazón.

Debemos indicarles que ellos pueden comportarse de ese modo. Así, cuando el
sienta que no puede controlarse, puede convertirse en una tortuga y esconderse
dentro de su caparazón.

Se le insta a que piense cosas agradables, a que deje volar el enfado o las
emociones desagradables y que se relaje.

16. Juegos de similitud

Para trabajar la atención, podemos imprimir y plastificar muchas imágenes con


distintos dibujos de colores.

Imprimiremos un montón de imágenes o figuras de color rojo, otros de color azul,


de color verde, amarillo…

Cuando vayamos a trabajar con el niño, las mezclaremos todas e iremos


pidiéndole una serie de consignas. Por ejemplo, “dame sólo las tarjetas con
objetos de color rojo”.

Si son figuras geométricas (incluimos círculos grandes, círculos pequeños,


cuadrados azules grandes, cuadrados verdes pequeños…). Podemos hacer todas
las combinaciones y le pedimos al niño consignas específicas.

Por ejemplo: “dame sólo los triángulos pequeños”, “dame los círculos grandes
azules”. Obviamente, esta tarea se adecuará al nivel que tenga el niño.

17. El bingo
El bingo también es una actividad muy adecuada para trabajar la atención, dado
que le damos al niño una serie de números que leemos en voz alta y él, con
distintos cartones, debe centrar la atención para buscar si tiene el número que ha
sido extraído.

Si no prestas atención, es muy fácil que no seas capaz de seguir el juego.

18. Juegos de estrategia

Muchos juegos de estrategia permiten al niño trabajar la atención y la


concentración. En este sentido, por ejemplo, puedes utilizar el dominó, el tres en
raya, el ajedrez o hundir la flota.

19. Encontrar las diferencias

Los juegos de encontrar las diferencias también son muy útiles para trabajar la
atención. Para ello, presentamos al niño dibujos muy similares pero que tengan
pequeñas diferencias y le animamos a que encuentre dónde están las diferencias.

En este sentido, se pueden hacer variaciones. Por ejemplo, establecemos un


dibujo de partida (una estrella) y en vertical establecemos a su lado 8 estrellas
diferentes, una o varias pueden ser exactamente iguales y las demás con alguna
diferencia.

Pedimos al niño que encuentre qué estrellas son iguales y cuáles son diferentes.
Este ejercicio se puede hacer con muy diversos objetos.

También se pueden establecer series de números, por ejemplo: “3 4 5 6” y al lado


podemos poner “3 4 5 6” o “3 5 4 6”, “4 7 4 6” y pedimos al niño que seleccione las
que son iguales y las que son distintas.

20. Tareas de escucha


Estas tareas pretenden que el niño escuche atentamente alguna cosa y después
conteste a algunas preguntas que le hemos hecho.

Vale contarle cuentos, descripciones, historias inventadas, chistes, adivinanzas…


cualquier cosa que se nos ocurra, y después podemos hacerle preguntas para que
centre su atención.

Podemos pedirle también que describa el entorno en el que se encuentra o


distintas ilustraciones: dónde se encuentra cada cosa, los colores, el espacio en el
que están…

21. Tareas de completar

Hay muchas tareas de completar que permiten centrar la atención. Le podemos


presentar una imagen a la que le falta algún componente y su tarea consiste en
decir, indicar o dibujar cuál es.

También se le pueden presentar algunos dibujos como modelo y una serie de


versiones incompletas del dibujo. Su tarea consiste en ver e informar y después
acabar las partes hasta que sean idénticas al dibujo original.

Otra actividad útil es ordenar viñetas, por ejemplo, dado que el niño tiene que
centrar su atención y descubrir qué sucede en la historia ordenándolas.

Aquí te dejo un vídeo-resumen de las principales actividades:

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Existen numerosos ejercicios y actividades destinadas a reforzar la atención de
aquellos niños que se distraen con facilidad en clase y en casa. Os
proponemos esta selección. ¿Queréis que incluyamos alguno más?

1- Rompecabezas

El trabajo de concentración y asociación que requiere reconstruir una imagen


resulta ideal para lograr el objetivo de mantener a los niños  totalmente enfocados
en el desarrollo de una actividad. Al principio es recomendable plantear
rompecabezas de un número reducido de piezas, e ir aumentando a medida que
se completan. Además, también sirven para estimular la asociación visual.

2- Laberintos

Un laberinto visualmente atractivo y de una complejidad media puede lograr captar


la atención de un estudiante durante bastante tiempo, concentrado en encontrar el
camino correcto mientras se topa con muros que le obligan a reconstruir el
recorrido. Conforme los vaya completando, se le pueden plantear nuevos y más
complicados laberintos para resolver. Además, sirven para trabajar otras
competencias como la psicomotricidad fina, la memoria visual y la orientación.

3- Lectura de cuentos

La lectura o la escucha activa de cuentos son, sin duda, uno de los


entretenimientos clásicos de los más pequeños que de esta forma se mantienen
atentos y concentrados debido al interés que les genera. Tanto si son ellos los que
leen el cuento, como si son los padres los que se lo relatan, se engancharán a la
trama y la seguirán hasta el desenlace.

4- El juego de la estatua

También conocido como ‘Stop’, se trata del popular juego para el que tan sólo se
necesita un reproductor de música. Su funcionamiento es muy sencillo: el niño o la
niña deben bailar de forma libre siempre y cuando la música esté sonando, pero
en el momento en el que la canción se detiene deben quedarse completamente
quietos, de ahí el nombre de ‘estatua’ o ‘stop’. Es muy instructivo ya que les obliga
a pensar en bailar sin perder de vista la idea de que, en cuanto la música pare,
deben detenerse, manteniéndolos concentrados en dos cosas a la vez.

5- Bingo

En este juego, todos los participantes disponen de un cartón de imágenes o


números que van saliendo aleatoriamente de una gran bola que las remueve.
Cada vez que la imagen o número que sale coincide con alguno de los que se
tiene en el cartón, éste se elimina. El ganador será el primero que quite todas las
imágenes o números de su cartón. Con esta dinámica, los niños y niñas estarán
totalmente concentrados en los números o imágenes que van saliendo, ya que
tienen que ser rápidos para localizarlos en su cartón y eliminarlos.

l juego de la estatua
También conocido como ‘Stop’, se trata del popular juego para el que tan sólo se
necesita un reproductor de música. Su funcionamiento es muy sencillo: el niño o la
niña deben bailar de forma libre siempre y cuando la música esté sonando, pero
en el momento en el que la canc ión se detiene deben quedarse completamente
quietos, de ahí el nombre de ‘estatua’ o ‘stop’. Es muy instructivo ya que les obliga
a pensar en bailar sin perder de vista la idea de que, en cuanto la música pare,
deben detenerse, manteniéndolos concentrados en dos cosas a la vez.

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