Cómo Identificar El Déficit de Atención
Cómo Identificar El Déficit de Atención
Cómo Identificar El Déficit de Atención
Cuando hay sospechas de que los niños tienen problemas de atención, lo mejor
es solicitar un acompañamiento profesional de sicopedagogía por parte de la
institución educativa y si el sicólogo lo recomienda, acudir a neurosiquiatría, en
caso de requerir medicamentos es necesario que todo el entorno del niño se
comprometa con las recomendaciones de los profesionales para vencer la
sintomatología, con el fin de que no persista en la adolescencia ni en la adultez.
Realizar este tipo de actividades busca que los niños logren focalizar su atención
por periodos de tiempo específicos y que logren concluir con la tarea
propuesta. Los rompecabezas, laberintos, sopas de letras, buscar diferencias,
colorear, son actividades que pueden contribuir a captar la atención de nuestros
niños, siempre y cuando la motivación sea la adecuada.
Estas buscan que niños y jóvenes realicen varias tareas al tiempo sin descuidar
ninguna, como cantar y palmotear las manos al mismo tiempo o realizar
movimientos coordinados con las extremidades en distintas orientaciones, estas
actividades lograran mantener su atención hasta lograrlo y pueden ser utilizadas
como herramientas educativas en todas las asignaturas, si el docente logra
enfocarlas correctamente.
3. Órdenes claras
No es lo mismo dar una orden a un niño que tiene problemas de atención a uno
que no, por eso las órdenes deben ser dadas por partes, mirándolos a los ojos y
asegurándose de que esté entendiendo la instrucción.
4. Apoyo escolar
Cuando un niño tiene algún retraso escolar por falta de comprensión de las
temáticas debido a su bajo nivel de atención, es necesario individualizar los
procesos, haciendo acompañamientos académicos y sicopedagógicos que brinden
herramientas para ayudarlo a alcanzar la atención y la confianza que necesita, con
el fin de lograr el control de su concentración, sin saturarlo y sin generar
dependencia por el acompañamiento continuo.
5. Apoyo sicológico
6. Hacer deporte:
¿Qué procesos debemos tener en cuenta al trabajar con niños con TDAH?
En el TDAH existen unos déficits en las funciones ejecutivas, por lo que es lo que
debemos tener en cuenta a la hora de diseñar actividades para trabajar con ellos.
Una de las dificultades, por ejemplo, es la inhibición. Así, el sujeto con TDAH no
puede dejar de actuar cuando debería, no puede interrumpir sus acciones, no
puede proteger su pensamiento.
Las personas con TDAH no tienen sentido interno del tiempo, viven el momento,
no son capaces de usar su pasado para pensar en el futuro y prepararse para él.
Por otra parte, respecto al lenguaje interno, las personas con TDAH no pueden
hablarse a sí mismo ni usar el lenguaje como guía.
Con esta habilidad las personas somos capaces de prever las probabilidades de
respuesta, anticipando las consecuencias en cada una de las variables posibles y
finalmente elegirá una.
Respecto a las emociones, los niños con TDAH muestran sus emociones y deseos
más que el resto de individuos, así que sentimientos como la rabia, frustración y
hostilidad, deben de ser controlados y canalizados para que sus relaciones
sociales sean sanas.
Esto explica por qué existen niños con TDAH que desarrollarán
Trastorno Oposicionista Desafiante.
Las habilidades ejecutivas ofrecen un punto de vista más amplio del problema.
Explican, por ejemplo, el habla excesiva.
1. Jugar al Memory
Un buen ejercicio para poder trabajar la falta de atención que tienen los niños es
jugar al Memory.
Para ello, según la edad del niño, se puede adaptar a sus necesidades y en
distinto grado de dificultad.
Para ello, después de tener un montón de pares de tarjetas, lo que debes hacer es
barajarlas y colocarlas hacia abajo.
El juego consiste en que, estando todas las tarjetas barajadas boca abajo y por
turnos, el niño debe levantar una de ellas y fijarse en el dibujo que hay (por
ejemplo, un coche) y después levantar otra (que puede ser, por ejemplo, un
globo).
El niño debe prestar atención a la colocación de las cartas y fijarse en el dibujo de
cada tarjeta, por lo que entrenamos el déficit de atención.
Cuando en su turno sea capaz de levantar dos tarjetas con el mismo dibujo, se las
guarda y continúa jugando. El juego termina cuando se han levantado todas las
cartas. Y gana la persona que haya guardado más parejas de cartas.
2. Simón
El juego de Simón también sirve para prestar atención, que es uno de los mayores
déficits que presentan los niños con TDAH, además de trabajar la impulsividad.
Una de las ventajas de este juego es que existen diferentes niveles, conforme vas
acertando las secuencias se incrementa la velocidad de ejecución.
Están creadas por el neuropsicólogo infantil Jonathan Reed. Entre ellas podemos
encontrar el “Impulse control” o “memorise”.
3. La torre
Uno de los juegos que sirven también para trabajar la impulsividad es “la Torre”.
Se trata de un juego de habilidad física y mental, donde los participantes deben
retirar bloques de una torre por turnos y colocarlos en la parte de arriba hasta que
se caiga.
Este juego cuenta con una de las ventajas de los juegos de mesa, como es el
establecimiento de turnos.
El niño debe de retirar con sumo cuidado la pieza, trabajando así la motricidad fina
y la coordinación óculo-manual.
4. Técnicas de relajación
Para reducir la hiperactivación de los niños con TDAH se pueden utilizar las
técnicas de relajación.
Para niños, por ejemplo, las más apropiadas pueden ser las de Koeppen, que es
una adaptación de la famosa Técnica de Relajación de Jacobson pero adecuada
al ámbito infantil.
Los niños, por lo general, tienden a la activación y al juego, pero también precisan
de momentos de relajación y calma, y más los niños que presentan el síntoma de
la hiperactividad.
5. Mikado
El Mikado es un juego antiguo y divertido muy útil para los niños con TDAH, dado
que les permite trabajar la motricidad fina y la impulsividad.
Este juego consiste en un grupo de palitos muy finos con bandas de colores en las
esquinas.
Para comenzar a jugar, se unen todos los palos y se ponen de manera vertical,
dejándolos caer encima de una superficie. En ese momento, y por turnos, se
comienza a jugar.
6. Actividades de Mindfulness
7. Puzzles
Los puzles, adaptados a la edad, también pueden ser una actividad muy divertida
para trabajar con los niños con TDAH.
Para ello, cogeremos papel continuo y dibujaremos una carretera con curvas. Con
las bolitas de papel, las colocaremos por la carretera y soplando con la pajita
intentaremos que el niño vaya llevando la bolita por la carretera.
9.
Una buena actividad para trabajar con niños es buscar objetos dentro de láminas
que tengan muchas cosas.
Busca láminas con dibujos muy completos (por ejemplo una ciudad donde haya
muchos edificios, tiendas distintas, gente en bicicleta, animales…). Cuantos más
elementos tenga el dibujo, más dificultad la tarea y mayor exigencia.
10. Laberintos
Otra actividad fácil, divertida y útil para trabajar la atención y la planificación son
los laberintos.
Para ello, consigue laberintos distintos y con instrucciones como “presta atención y
recuerda que no puedes chafar las líneas del borde del laberinto”, “hazlo con
calma y atención, comienza aquí y encuentra la salida del laberinto”.
El niño debe prestar atención a la tarea y planificar cómo debe realizarla para
lograr encontrar la salida.
11. Mapas
Una actividad sencilla y que permite a los niños trabajar la atención son los
mapas. Puedes adaptarlo a la dificultad del niño y también le permitirá estudiar y
repasar conceptos escolares.
Para ello, sólo necesitas mapas: de la propia Comunidad Autónoma, del País, de
Europa, del Mundo o también una bola del mundo.
Para ello, le vas pidiendo al niño frente al mapa que te busque un lugar concreto,
por ejemplo, “encuentra Málaga”, “encuentra París”, etc.
De este modo, el niño debe prestar atención a la tarea para solucionar aquello que
se le está demandando.
El ejercicio físico es una actividad muy buena para los niños con hiperactividad.
Para ello, que haga ejercicio físico y deporte.
Apunta al niño a algún deporte que le interese y le permite interactuar con otros
niños.
Además, permítele que haga mucha actividad física: ofrécele actividades donde
pueda moverse: ir al parque, excursiones al parque, ir en patines…
Para trabajar las autoinstrucciones, las premisas son “Para, piensa y actúa”. Es
una técnica cognitiva que pretende trabajar con los niños la impulsividad.
Se trata de seleccionar al principio, por ejemplo, una conducta inadecuada que
suele repetir: “levantarse de la mesa mientras se come” o “levantarse de clase
mientras está haciendo una actividad”.
Las autoinstrucciones deben ajustarse a cada niño, viendo lo que sea necesario
para cada uno. Se las debe decir mentalmente y aplicarla ante conductas
impulsivas.
Para ello, las autoinstrucciones son útiles para que cuando el niño note el impulso
de levantarse debe pensar: “Párate. ¿Qué es lo que tengo que hacer? Ahora
mismo tengo que estar sentado. Puedo conseguirlo. Voy a estar un poco más de
tiempo sentado”.
De este modo, se pretende que retrase un poco más la impulsividad de hacer esa
conducta en ese momento determinado.
El efecto Stroop es muy útil para trabajar la impulsividad. Se trata de una tarea
donde el color no corresponde con la palabra.
Por ejemplo, la palabra AMARILLO está escrita en color rojo, la palabra ROJO
está escrito en color azul o la palabra VERDE está escrita en amarillo.
Se trata de que el niño diga el color en el que está escrita la palabra AMARILLO,
es decir, debería decir “rojo”, pero tenderá a leer la palabra, por lo que debe inhibir
y decirlo correctamente.
Pueden ir caminando con la cabeza y las patas por fuera pero cuando sienten que
alguien las amenaza, se esconden y dejan a la vista sólo el caparazón.
Debemos indicarles que ellos pueden comportarse de ese modo. Así, cuando el
sienta que no puede controlarse, puede convertirse en una tortuga y esconderse
dentro de su caparazón.
Se le insta a que piense cosas agradables, a que deje volar el enfado o las
emociones desagradables y que se relaje.
Por ejemplo: “dame sólo los triángulos pequeños”, “dame los círculos grandes
azules”. Obviamente, esta tarea se adecuará al nivel que tenga el niño.
17. El bingo
El bingo también es una actividad muy adecuada para trabajar la atención, dado
que le damos al niño una serie de números que leemos en voz alta y él, con
distintos cartones, debe centrar la atención para buscar si tiene el número que ha
sido extraído.
Los juegos de encontrar las diferencias también son muy útiles para trabajar la
atención. Para ello, presentamos al niño dibujos muy similares pero que tengan
pequeñas diferencias y le animamos a que encuentre dónde están las diferencias.
Pedimos al niño que encuentre qué estrellas son iguales y cuáles son diferentes.
Este ejercicio se puede hacer con muy diversos objetos.
Otra actividad útil es ordenar viñetas, por ejemplo, dado que el niño tiene que
centrar su atención y descubrir qué sucede en la historia ordenándolas.
Psicología educativa
Psicología educativa
1- Rompecabezas
2- Laberintos
3- Lectura de cuentos
También conocido como ‘Stop’, se trata del popular juego para el que tan sólo se
necesita un reproductor de música. Su funcionamiento es muy sencillo: el niño o la
niña deben bailar de forma libre siempre y cuando la música esté sonando, pero
en el momento en el que la canción se detiene deben quedarse completamente
quietos, de ahí el nombre de ‘estatua’ o ‘stop’. Es muy instructivo ya que les obliga
a pensar en bailar sin perder de vista la idea de que, en cuanto la música pare,
deben detenerse, manteniéndolos concentrados en dos cosas a la vez.
5- Bingo
l juego de la estatua
También conocido como ‘Stop’, se trata del popular juego para el que tan sólo se
necesita un reproductor de música. Su funcionamiento es muy sencillo: el niño o la
niña deben bailar de forma libre siempre y cuando la música esté sonando, pero
en el momento en el que la canc ión se detiene deben quedarse completamente
quietos, de ahí el nombre de ‘estatua’ o ‘stop’. Es muy instructivo ya que les obliga
a pensar en bailar sin perder de vista la idea de que, en cuanto la música pare,
deben detenerse, manteniéndolos concentrados en dos cosas a la vez.