Historicidad de La Historia de La Psicologia en Argentina

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Facultad de Ciencias Psicológicas

Departamento de Psicología

Licenciatura en Psicología

HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA

Trabajo Práctico:
Periodo de la Psicología clínica, experimental
y social en el inicio del Siglo (1895-1916)

Año lectivo 2022

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El nacimiento de la psicología en la Argentina: Positivismo y Nación

El presente trabajo tiene como finalidad dar a conocer la periodicidad por la que

atravesó la historia de la psicología, entender cuál fue el rol de estado en cada uno de los

periodos y la relación que tiene el gobierno en la formación de la psicología en Argentina. La

historia de la psicología argentina, tomada en su conjunto, ha sido examinada en reiteradas

oportunidades.

En primer lugar, en algunos trabajos pioneros en las primeras décadas del siglo XX

(Piñero, 1903; Ingenieros, 1919; Foradori, 1935); seguidamente, en aquellos trabajos

producidos en las décadas de 1960, 1970 y 1980 (; Monasterio, 1965; Gotthelf, 1969; Ardila,

1979; Horas, 1961, 1981; Cortada, 1978, 1989; Papini, 1985; Vezzetti, 1988). Desde ya, no

resultaría sencillo encontrar rasgos comunes en tan variada bibliografía, realizada desde

presupuestos historiográficos diferentes, en función de objetivos también diferentes y por

actores situados en campos intelectuales, académicos o profesionales igualmente

diferenciados.

En el caso de la historiografía de la psicología argentina, tales conceptualizaciones

generales han sido muy limitadas (Foradori, 1935; Gotthelf, 1969; Papini, 1978; Vezzetti, 1996).

Desde ya, podría afirmarse con fundamento que tal limitación panorámica es resultado del

estado todavía incipiente de la investigación histórica. En tal sentido, es oportuno remarcar

que cualquier intento de periodización de la psicología argentina parece ser, en primer lugar,

una empresa prematura. Es decir, no podría tratarse más que de un esquema provisorio,

tentativo, pasible de ser rectificado en la medida en que las investigaciones parciales de

carácter más empírico vayan aportando nuevos conocimientos.

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Período de la psicología clínica, experimental y social (1895-1916)

El nacimiento de la psicología en nuestro país puede ubicarse a fines del siglo XIX, en el

llamado proyecto de la generación del ’80 y a la fundación de la Argentina como estado

moderno y nación unificada. En la historia se conoce como la Generación del 80 a la élite

conservadora que gobernó Argentina entre 1880 y 1916, a través del Partido Autonomista

Nacional, en el que surgieron un conjunto de intelectuales y políticos conservadores,

oligárquicos y asociados al sector ganadero del país. Se produjo bajo esta fuerza ganadera, la

llegada de muchos inmigrantes mayormente europeos y en menor medida del Asia occidental,

entre finales del siglo XIX y la primera mitad del XX (particularmente italianos y españoles),

fomentada por la Constitución de 1853 que prohíbe establecer limitaciones para ingresar al

país a los «extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e

introducir y enseñar las ciencias y las artes» y ordena al Estado fomentar la inmigración

«europea». Esto conllevó a la aparición de nuevas problemáticas, ya que comenzaron periodos

de desigualdad social, discriminación, y pobreza.

En este periodo se gestan los primeros laboratorios de la psicología experimental

Argentina y se comienza a enseñar psicología en las universidades. En 1891, el Laboratorio de

Psicofisiología en San Juan por Víctor Mercante, en 1899 el Laboratorio de Psicología

Experimental en el colegio Nacional Central por Horacio G. Piñero y unos años después en la

Facultad de Filosofía y Letra, en 1905, el Laboratorio de Psicología experimental en la Plata, de

Víctor Mercante.

En aquellos años el contexto intelectual de la Argentina tenía una influencia muy

acentuada de la escuela francesa. En 1903 Horacio Piñero, pronuncia su conocida conferencia

“La psychologie experimentale dans la republique Argentina”. Horacio Piñero había afirmado

que “intelectualmente, somos en realidad franceses” (Piñero, 1903, p.404).

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En ese contexto que estuvo dominado por una cultura científica, bajo el positivismo,

esa temprana recepción de la nueva psicología se haría a través de cinco canales de facilitados

por el naciente campo cultural:

1. Las obras originales de autores franceses, de Grasset a Ribot y Janet.

2. Las publicaciones periódicas originadas en Francia, particularmente la Revue

Philosophique dirigida por Ribot.

3. Las obras de divulgación de autores franceses, muy especialmente las dos famosas

obras de Ribot, Psychologie anglaise contemporaine, editada en 1870 y Psychologie allemande

contemporaine de 1879.

4. Las traducciones al francés de autores de otras lenguas, básicamente alemanes.

5. Las traducciones al español de autores de otras en otras lenguas, sobre todo

aquellos que encaraban editoriales como Daniel Jorro, la España Moderna, Librería de

Fernando Ré, Sempere y Cía, entre otras, cuestión que ha sido documentadamente analizada

por Quintana, Rosa, Huertas y Blanco (1998).

Puede apreciarse entonces, la importancia del matiz Francés en la recepción de la

temprana psicología en Argentina. Un claro testimonio de esa tendencia, lo constituye la

recepción de la psicología wundtiana. En 1894, Bidet había reconocido el importante papel de

Wundt en el surgimiento de la denominada nueva psicología. Sin embargo, consideraba

personalidades como Charcot y Ribot habían contribuido en un mismo plano jerárquico en el

desarrollo de aquella psicología.

Dos de las personalidades de mayor envergadura en la temprana psicología argentina,

Horacio Piñero y José Ingenieros, reiterarían, casi sin variantes, esas palabras de Binet. En

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efecto, en 1902 Piñero iniciaba su curso de Psicología en la Facultad de Filosofía y Letras con

expresiones similares:

Dos hechos de importancia primordial señalan definitivamente sus rumbos en

1878: Charcot y sus estudios sobre la histeria y el hipnotismo, y Wundt fundando en

Leipzig el primer Laboratorio de Psicología experimental. Si a estos hechos agregamos

que Ribot funda la Revue Philosophique en esa misma época, podemos decir que de

este trío surge: la observación clínica, la investigación experimental y la divulgación

científica (Piñero, 1902a, p. 117).

En definitiva, en Argentina, tanto Piñero como Ingenieros señalaban que estos tres

factores estaban en la base de la nueva psicología. Tal afirmación, ponía de manifiesto que, de

aquel trío, solamente las figuras de Charcot y Ribot, y con mayor generalidad, la psicología de

las desagregaciones de la personalidad originada en Francia, se convertirían en los modelos de

la temprana psicología argentina.

La impronta cultural francesa tamizaba la recepción de Wundt en esa temprana

psicología argentina. Por tal motivo, el conocimiento de su obra fue bastante limitado.

Considerando ese clima de ideas se hace necesario esclarecer dos cuestiones. La primera, que

los objetivos de los laboratorios de psicología experimental instalados en Argentina, por

ejemplo, los que Piñero organizó tempranamente en el país, en el Colegio Nacional Central en

1899 y en la Facultad de Filosofía y Letras en 1901, distaban notoriamente de los objetivos de

los laboratorios fundados en Alemania. La segunda cuestión es que, la denominación

psicología experimental en la temprana psicología argentina tenía poco que ver con el

concepto de psicología experimental producida en Alemania en el último cuarto del siglo XIX.

Por el contrario, la denominación psicología experimental se relacionaba directamente con la

Introducción a la Medicina Experimental de Claude Bernard (1865/1959), obra ampliamente

difundida en el país y, en la misma dirección, con los estudios médico-psicológicos como los

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denominaban Toulouse, Vaschide y Piéron (1904/1906) en su obra precisamente titulada

Técnica de Psicología Experimental.

El positivismo, era una manera de mirar y confiar en el mundo, confiar en el avance

que podían generar las ciencias naturales con sus métodos (particularmente la observación y la

experimentación, que fueron tomados por la psicología). José Ingenieros (psiquiatra,

criminólogo y sociólogo italiano) bajo este perfil desarrolla una “psicología biológica” con una

fuerte impronta evolucionista. En 1906, consideraba que para estudiar las funciones psíquicas

se necesitaban nociones generales de biología y fisiología cerebral, por lo que los métodos de

la biología le eran de gran utilidad. Además, pensaba que lo que no provenía de la clínica o del

laboratorio, carecía de un valor científico cierto. Piñero, fue otro de los primeros profesores de

psicología que concordaba con su criterio.

En 1905, luego de la creación de la Universidad Nacional, se desarrolló una psicología

no médica, muy distinta, a pesar de que partía de una corriente positivista. Por esos años, en la

Facultad de Ciencias Jurídicas, se implementó una Sección Pedagógica para la formación de

profesores, semejante a las europeas. Su primer director fue Víctor Mercante, un educador

que partía de la pedagogía científica, la psicología experimental y la antropología biológica. A

partir de él, se creó la llamada “Escuela de la Plata”, promoviendo una psicología no clínica,

ligada al ámbito de la educación.

La psicología debía afrontar los problemas principales de la época, centrados en la

locura y las neurosis (psicopatología), la “cruzada civilizatoria” (psicología educacional), el

delito (psicología criminológica), las masas (psicología social), la creación de una identidad

nacional en los inmigrantes (psicología política), etc. Cada persona destacada de la psicología,

debió reinterpretar y difundir la obra de autores extranjeros como Comte, Darwin y Spencer,

Charcot, Ribot y Janet, Binet, Claparède y Piéron para poder crear vías de mejora.

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Antes se pensaba desde la observación y experimentación, pero con los cambios

sociales y la llegada de nuevos autores, se comenzó a tener en cuenta la comprensión y la

interpretación. Esta nueva mirada, generó una psicología muy alejada de lo objetivo de las

ciencias naturales y de sus determinismos, poniendo el foco en problemas tales como los

valores, la libertad, la creación y la vida diaria, desde perspectivas filosóficas e históricas. Una

mirada mas apuntada a la cualidad, que a la cantidad, mas a lo personal y subjetivo, que a lo

objetivo y exacto de las ciencias naturales.

La educación era el instrumento fundamental para formar las nuevas generaciones,

con este cambio de ideas, más asociadas a la justicia social. Para esto, era necesario que

incorpore nuevas técnicas desde la psicología aplicada. La escuela era el medio para reunir y

convocar nuevas personas que luego construirían el sistema social, mientras que la universidad

era un foco opositor a estas ideas. La escuela era para el poder un espacio controlable, en el

que podía aplicar e implementar esas nuevas técnicas de intervención psicológica.

Conclusiones generales del trabajo:

En la Argentina, la psicología se forma sobre dos ideas importantes: El positivismo y la

necesidad de construir una Nación. El positivismo proviene de la cultura basada en las ciencias

naturales y sus métodos objetivos que buscaban progresar a partir de la puesta empírica y

demostrativa. Y, por otra parte, hablamos de la construcción de una Nación, dado que, con la

llegada de los inmigrantes, que generó grandes cambios sociales, y la llegada de nuevos

pensadores y autores de prestigio, se vio modificada la mirada social y las maneras de

conformarse la estructura social. Estos dos componentes combinados, hicieron que la mirada

de la psicología se modifique y considere estos dos aspectos para conformar la Nueva

psicología.

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Es por eso que, bajo estos conceptos, se conforma una psicología con una mirada

clínica, experimental y social. Este período de considera finalizado cuando se torna con una

mirada más apuntada a la filosofía.

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Bibliografía

 Revista de la historia de la Psicología, Vol. 27, núm. 1, (2006) 109-164

 Dossie- Piscología e Historia. Construcción de tradiciones historiográficas en


psicología y psicoanálisis. Pág. 4-14

 VEZZETTI, H. (1988). El nacimiento de la psicología en la Argentina. Buenos Aires:


Puntosur.

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