El Rito Erótico en la Grecia Antigua.

Gerónimo Robles Zamora

El erotismo siempre ha encontrado cabida dentro de las expresiones artísticas desde los orígenes
remotos de la humanidad. La sexualidad es parte fundamental de la vida, sin embargo, los seres
humanos saciamos esta pulsión más allá de la intención de procrear, sino también como una fuente
de placer. Por medio de la historia del arte es posible detectar las prácticas sexuales en la cultura, Comentado [GRZ1]:
incluso a través de su prohibición. Comentado [GRZ2R1]:

Ya sea en la pintura, en relatos o dando vida a esculturas, el erotismo ha residido en el bagaje cultural
de diversos pueblos a través del mundo. Pero desde el advenimiento de la religión cristiana se impuso
un sentimiento de culpa y pena, acusando de perversidad o de diabólico cualquier deseo que enfrente
las normas bíblicas. Valores que han articulado la moral incluso hasta nuestros días.

Por eso el tema del ensayo abordará a la sociedad de la antigua Grecia, donde las prácticas sexuales
eran bastante contrastantes con las nuestras. Develaremos la permanencia que han tenido sus ritos
expresados en el arte. Por eso hacer una revisión al arte erótico en Grecia resulta interesante, como
una forma de rescatar reflexiones acerca del lugar que tiene el erotismo en nuestros días, pues sigue
siendo un tabú y motivo de escándalo.

Orgías en Cerámica.

Exterior de una copa ática de figuras rojas del pintor de Brygos, 480 a. C., Florencia, Museo Arqueológico

La cerámica de figuras rojas fue uno de los estilos más importantes, desarrollándose especialmente
en la región del Ática, conformada especialmente por Atenas. Durante el periodo de la Grecia Arcaica
que comprende (600-480 A.C) E
el nuevo estilo recubría los vasos con barniz negro, respetando el rojo de la arcilla únicamente para
las figuras, cuyos detalles se definían con finas pinceladas. Notando un aspecto más sobrio, las figuras
fueron ganando más movimiento y gracia. Teniendo además una producción que fue exportada por
toda Grecia y más allá del mediterráneo. A partir de estos trabajos podemos apreciar escenas épicas,
dionisiacas y de la vida cotidiana. Inspiró trabajos posteriores en Etruria y Roma.

El pintor de Brigos autor de esta obra, perteneció a la fase más tardía de la etapa arcaica, considerado
en su época como el artista que alcanzo la más alta maestría en la postura de los cuerpos, y que mejor
que apreciar una escena de interacción sexual en grupo para notar la calidez de su precisión
anatómica.

La posibilidad de que la función decorativa con incitaciones sexuales existiese con tanta confianza
siendo que estos eran utilizados como recipientes para almacenar comida o vino. Hace caer en cuenta
que “la comunidad griega, con sus pocos, pero evidentes defectos, fue la que tuvo la cultura más libre
de todas con las que nosotros estamos en deuda”1.

La Sociedad y el Sexo

Los Griegos veían al cuerpo desnudo, incluyendo los órganos sexuales, sin la menor inhibición. Se
pintaba en el fondo de los platos de los niños a fin de que pudieran contemplar algo entretenido una
vez que habían terminado de comer. “En las reuniones deportivas los hombres aparecían desnudos.
Dentro de la casa las mujeres llevaban vestidos sumamente transparentes, de los que se despojaban
cuando tenían ganas de hacerlo”2.

El sexo desempeñaba una función intensa en la vida religiosa. La cultura fálica estaba tan difundida
en la vida pública, niños y sacerdotes llevaban esos enormes símbolos a los campos para atraer una
buena cosecha. Sin embargo, la hegemonía masculina determinó que los órganos sexuales del hombre
siempre fuesen el símbolo de fertilidad.

Pero ¿Cómo vivián los griegos el amor? La figura mitológica de Eros, el dios del amor, era muy
importante. “Los órficos dicen que la Noche de alas negras, fue cortejada por el Viento, y puso un
huevo de plata en el vientre de la Oscuridad; y que Eros, al que llamaban Fanes, salió de ese huevo y
puso el universo en movimiento. Eros poseía los dos sexos, tenía alas doradas, cuatro cabezas, a veces

1
Brusendorff, Libro de los cuadros del amor, pag. 15
2
Op.cit, pag. 19
 mugía como toro o rugía como león, y a veces siseaba como una serpiente o balaba como un carnero”3.
Estos animales representan las estaciones del año y también estaban asociadas a Zeus y Dionisio.

Para los griegos la imagen de amistad entre dos amantes era muy diferente a lo que conocemos hoy
día. Consideraban el enamoramiento como una enfermedad. El matrimonio significa la continuación
de la familia, pero en lo que respecta a las relaciones sexuales fuera del matrimonio coincidían en
punto de vista de sentido común. Apreciaban más una amistad duradera que una pasión fogosa. Los
celos los situaban en el mismo nivel que estar enamorado, como una enfermedad.

En lo que respecta a sus prácticas sexuales “los griegos cultivaban al hermafrodita como un sueño
erótico. No sé podía concebir nada más elevado que experimentar al mismo tiempo las emociones
amorosas de los dos sexos”4. Lo mismo puede decirse de la relación erótica entre seres humanos y
animales. Leda y el cisne constituyen un tema favorito para los escultores. Es en diversas ocasiones
en la mitología, donde Zeus se convierte en animal con el fin de gozar de las mujeres. Otro nicho
importante era la homosexualidad «educacional», se desarrolló en torno a la creencia y la fantasía de
que la virtud y la fuerza del hombre más viejo se transmitían, a través del semen, al ano del joven. La
areté5 del hombre estaba en su semen tanto como la virtud

Dionisio, Sátiros y Ménades.

Retomando de la obra anterior, al explorar las diversas formas en que se manifestaba el arte erótico
encontré varias referencias al Culto Dionisiaco. En estas representaciones es frecuente encontrar a los
sátiros, criaturas mitad hombre mitad animal, simbolizando el desenfreno sexual, remitiendo al lado
salvaje y natural del hombre. Normalmente serán
representados con grandes barbas, coronados, lo que denota
un triunfo o la iluminación, normalmente con una erección y
una cola.

En la siguiente representación dibujada en una copa, Comentado [GRZ3]:

igualmente atribuida al pintor Brigos, podemos notar con
mayor detalle la iconografía del dios Dionisio y los seguidores
Sátiros, rodeados de hojas de vid.
Dioniso y sátiros, tondo de un kílix, c. 480 a. C. París, Museo del Louvre.

3
Robert Graves, Los mitos Griegos, Pag. 42
4
Brusendorff, Libro de los cuadros del amor, pag. 20
5
Areté (en griego antiguo, ἀρετή aretḗ 'excelencia') es uno de los conceptos cruciales de la Antigua Grecia.
En su forma más general, para algunos sofistas la areté es la «excelencia» o prominencia en el cultivo de la
elocuencia; la raíz etimológica del término es la misma que la de (aristós, 'mejor'), el cumplimiento acabado
del propósito o función. (ἀρετή, Liddell & Scott)
En una representación del mismo autor, tenemos por el lado
femenino a las Ménades, un grupo de mujeres embriagadas,
que son partícipes de los eventos más violentos dentro de los
mitos que acompañan a Dionisio.

En esta imagen se ve a una de ellas furiosa y renuente.

Sostiene un tirso en su mano derecha. “El tirso es un símbolo
de fecundidad, paradójica antorcha de vegetación, es una vara
enramada, cubierta con hojas de vid y de hiedra. Es posible
que tuviera un origen anterior, y que lo conocieran los
egipcios y asiáticos”6 . Mientras con la izquierda balancea una pantera. Una serpiente se enrosca como
una diadema en el pelo, la serpiente simboliza la energía de la fuerza pura, la sabiduría abisal y
también la seducción de la fuerza por la materia.

Culto a Dionisio

“Tras siglos de tradición iconográfica el arte nos ha acostumbrado a ver a Dionisio como un dios
hedonista y benévolo, amante del vino y la fiesta. Más bien era una deidad con afinidad a la locura,
induce a quienes se niegan a reconocer su poder, y a quienes ya le rinden culto, a unas ceremonias
que son puro frenesí. Era un dios contradictorio y dual, por un lado, era seductor y afable, por el otro
castigaba con ferocidad. Un dios que remite a la felicidad y al terror. Sádico como festivo.

Su origen también resulta curioso, los griegos lo veían como un extranjero. Dionisio es el dios del
vino y la vid, la fertilidad y el éxtasis. Donde mejor podemos apreciar su carácter extraño es en su
culto

no solo se conformaba con que sus fieles practicaran una serie de rituales y
sacrificios bien establecidos, sino que reclamaba mucho más, una unión intima
y absoluta con él. Para lograrla, de noche, sus seguidores se entregaban a una
danza frenética que, acompañada por el fragor de flautas, panderetas,
tambores y crótalos, desembocaba en una especie de embriaguez mística, en
un éxtasis que, al anular el propio yo, devolvía a la persona a su esencia más
primordial y salvaje, hasta el extremo de que al final los participantes se

6
Cirlot, J.E. Diccionario de símbolos, pag. 446.
 lanzaban hacia la presa viva para descuartizarla y devorar su carne aún
palpitante.7

El lugar de las clases inferiores en el desarrollo del erotismo religioso.

El erotismo desempeñó un papel importante en la actividad humana, aunque no siempre fueron los
aristócratas, ante todo, pero quienes dotaba de sentido a esta agitación religiosa eran los indigentes.
La riqueza intervenía siempre de formas estabilizadoras como el matrimonio o la prostitución. En lo
que respecta al culto orgiástico de Dionisos no se tenía en cuenta el dinero. Quienes participan era
gente pobre o inclusive esclavos.

Al principio en Grecia, según parece, la práctica de las bacanales tuvo un sentido de superación del
placer erótico. Las practicas dionisiacas fueron primero violentamente religiosas. Al igual que hay
una asociación intima con el teatro griego. No podemos extrañarnos si, de alguna manera, el origen
de la tragedia parece estar ligado a este culto violento. Esencialmente, el culto de Dionisos fue trágico
y, al mismo tiempo, erótico y estuvo sumido en una delirante promiscuidad.

El erotismo religioso.

En palabras de Bataille menciona que “hoy en día nadie se da cuenta de que el erotismo es un universo
demente, cuya profundidad, mucho más allá de sus formas etéreas, es infernal… Los aspectos
contradictorios del erotismo son innumerables: su fondo es religioso, horrible, trágico e incluso
inconfesable, ya que es divino”8.

En la religión católica la oposición de los actos prohibidos al generar la evitación también le confieren
valor. Se convierte en un límite. A veces es posible transgredirlo. Encontramos este valor en las
fiestas, en que esta se permite lo que normalmente está excluido. Es lo que dota a las fiestas de un
aspecto divino. Así, Dionisio representa la trasgresión religiosa, la locura es en esencia divina, en el
sentido que rechaza las reglas de la razón. El culto a Dionisio es subversivo, impone el exceso, el
sacrificio y la fiesta, cuya culminación es el éxtasis. Al rechazar el aspecto erótico, la religión
promueve una moral utilitaria.

Conclusión

Al revisar el erotismo en la antigua Grecia, fue inevitable no conmoverme por las escenas que
representaban los griegos, en esta travesía a través de los ritos “detrás de que cada expresión

7
Moreno,J.C. Los viajes de Dioniso. Pag. 109
8
Bataille,G. Las lagrimas de Eros. Pag. 88
artística se encuentra las energías creadoras de su pueblo, el ritual y el decoro son las formas
estructurales de cada civilización”9.

También fue inevitable notar el contraste con la actualidad, “el esfuerzo por suprimir la sexualidad
estaría más allá de nuestra comprensión si solo se trata de sexo como tal. Sin embargo, no se difama
al sexo por el sexo mismo, sino para quebrantar la voluntad humana”10.

La naturaleza con que se dio la sexualidad en la antigüedad griega, nos nuestra que no existía tabúes
sexuales, y si la de gozar sin remordimientos. La libertad sexual no produce codicia. No podemos
retomar las costumbres del pasado, sin embargo, podemos suprimir esa codicia sexual que se asocia
al tener. Revalorizar los dotes sagrados del erotismo, y apropiarnos de esa alteridad que ofrece, sin
cosificar ni reducir los cuerpos al dominio porque la fiesta de Dioniso es una fiesta comunitaria, donde
se diluye el yo y se funde con el otro.

Bibliografía

Bataille, Georges. Las lágrimas de Eros. España, Tusquets, 1997.

Brusendorff, Ove. Henningsen, Paul. Libro de los cuadros del amor. Copenhague, F.E Boarding,
1963.

Campbell, Joseph. Los mitos. Su impacto en el mundo actual. Barcelona, Kairós, 2014

Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos. Barcelona, Siruela 16°Edición, 2013.

Fromm, Erich. ¿Tener o Ser? México, Fondo de cultura Económica. 23° reimpresión, 2013.

Moreno, Juan Carlos. Los viajes de Dioniso. México, Gredos, 2018.

Graves, Robert. Los mitos griegos 1. Madrid, Alianza Editorial, 2011.

V.V.A.A. Historia del arte. España, Espasa, 1999.

9
Campell, J. Los Mitos, Pag.77
10
Fromm.E ¿Tener o Ser?, pag 96.