Taller #5 - Bases Del Transgeneracional - Árbol Genealógico

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 58

Todos llevamos en nuestro interior parte de un dolor

transgeneracional que se manifiesta en lo que somos ahora, en


nuestros conflictos y en nuestras dudas.

Por eso es necesario conocer las historias, desvelarlas e incluso


imaginarlas, de manera que podamos sanar ese dolor y
convertirnos en seres más libres.
INTRODUCCIÓN

Todos hemos nacido de un espermatozoide y de un óvulo. Así se constituye nuestro


patrimonio genético, nuestra herencia biológica. Pero nuestra herencia no está hecha
únicamente de células, carne y sangre, también es psicológica. Frecuentemente sin
saberlo, inconscientemente.

Nacemos en el seno de cierta sociedad, en una época dada, en un país particular. No


seríamos el mismo o la misma si viviéramos en la Edad Media o dentro de tres siglos. Si
hubiéramos nacido en otra civilización, en un país lejano, tendríamos otras costumbres,
otros modales, otra visión de la vida.

Para ciertos niños de hoy, ya no se puede decir que han nacido del encuentro de un
hombre y de una mujer: la fecundación se hizo por el esperma puesto en banco
anónimamente o la gestación por una madre portadora.

Sucede lo mismo con nuestra familia. Criados por nuestros vecinos, seríamos
totalmente diferentes. Las personas que nos educan bebé, niño, adolescente, nos dan
un patrimonio psicogenealógico. Tomemos el caso más frecuente en que nuestros
padres biológicos son los que velan por nosotros.

A partir de nuestra concepción, somos objeto de proyecciones por parte de nuestra


familia.

Somos deseado(a)s o no lo somos, esperado(a)s como h o o h a, fantasmado(a)s,


soñado(a)s en cuanto a nuestro físico, nuestro carácter, nuestras aptitudes. Primero
somos un niño imaginario.

En nuestro nacimiento, recibimos nombre (s) y apellidos.

Al crecer, somos definidos, etiquetados según ciertas características corporales,


sexuales, afectivas, intelectuales, artísticas, en función de los miembros de nuestro
árbol genealógico, por comparación también con nuestros eventuales hermanos y
hermanas.

Durante nuestro crecimiento, nos identificábamos con nuestra madre o nuestro padre.
Estos gigantes, para los pequeños que somos, representan el mundo, la realidad, la
verdad. Los imitamos, aprendiendo a través de ellos lo que significa ser humano, ser
hombre, ser mujer, lo que es la pareja, la familia. Descubrimos la vida a través de ellos.
Después de sufrir un conjunto de proyecciones familiares e identificarnos con nuestros
padres y ciertas personalidades de nuestro árbol genealógico, instalamos muy
naturalmente un sistema de repeticiones.

Repetimos las opiniones, los comportamientos, las relaciones, las actuaciones de


nuestra familia. Si éstos nos convienen, esto no provoca tensiones en nosotros. En
cambio, algunos adoptan sistemáticamente la posición contraria a lo que conocieron.
Es lo que se llama el “contra – guión”.

Pero reaccionar “a lo opuesto de” siempre es actuar “en función de”. Para la mayoría de
nosotros, en algunos campos de nuestra vida, estas repeticiones conllevan conflictos
interiores. No hacemos lo que deseamos y no deseamos lo que hacemos. Se efectúa
una separación entre nuestro consciente que expresa ciertas aspiraciones y nuestro
inconsciente que traduce deseos desconocidos, oscuros, reprimidos.

Volvemos a encontrar las mismas dificultades en filigrana de nuestra existencia:


siempre tenemos los mismos problemas en nuestra vida profesional, encontramos el
mismo tipo de hombre o mujer en nuestras relaciones afectivas, volvemos a vivir las
mismas situaciones. Nuestras angustias, nuestros fracasos nos persiguen. ¿Cómo salir
de estas trampas?

El primer objetivo de la psicogenealogía es hacernos tomar consciencia de nuestros


mecanismos familiares, esta familia que nos habita. Somos el fruto de una larga
cadena.

En lo más hondo de nosotros, no sólo viven nuestros padres, sino que también los
padres de éstos, o sea nuestros abuelos, incluso nuestros bisabuelos aun cuando no los
hayamos conocido.

En nuestra alma, viven nuestros hermanos y hermanas, nuestros primos y primas.

Adentro nuestro viven también amigos de la familia, adultos que amamos u odiamos
durante nuestra infancia (servicio doméstico, maestro o profesor, médico, religiosos,
etc.), niños, adolescentes que eran nuestros amigos íntimos o nuestros compañeros.

La psicogenealogía tiene por segundo objetivo el ayudarnos a liberarnos de empresas


familiares que nos impiden vivir según nuestro deseo.

Para esto, vamos a empezar la búsqueda de nuestro yo auténtico, aprender a amarnos,


a estar en paz con nosotros - mismos para estar mejor, para actuar mejor, para amar
mejor a los demás y la vida.

Y si tenemos h os, separaremos lo bueno de lo malo para darles lo mejor de nuestra


historia familiar y nuestra.

EPIGENÉTICA

Todos tenemos una memoria biológica, que transporta los resultados de lo que ha
vivido toda la humanidad ante situaciones de conflicto biológico, y una memoria
psíquica, que contiene las vivencias, las creencias, los valores y la forma de vivir y de
reaccionar de nuestro linaje.

En la psique están los procesos conscientes e inconscientes propios de la mente


humana.

Como si se tratara de una unidad central de un ordenador (CPU), conservamos la


memoria de los procesos que tuvieron impacto en la psique de los que estuvieron antes
que nosotros.

Los impactos positivos serán nuestros recursos para afirmarnos en la vida; las tareas
inacabadas, el trabajo que tendremos a nivel personal para conseguir cerrar ciclos. En
caso contrario, volverán a transmitirse a las siguientes generaciones.

Hasta hace muy poco se creía que la transmisión biológica se realizaba mediante los
genes y que en ellos venía el “destino”, que se consideraba inamovible en cuanto a
enfermedades, síntomas o características propias de la persona.

Los estudios de epigenética (“por encima de la genética”) han demostrado la influencia


que tiene el medio ambiente y las condiciones de vida sobre los genes; condiciones
como pueden ser la nutrición, el estrés, las experiencias o las emociones.

Estos elementos pueden modificar los genes sin alterar su secuencia de ADN y esas
modificaciones llegan a transmitirse a los descendientes. Es decir, se transmite la
manera de vivir las situaciones conflictivas.

El medio en el que se produce y reproduce la historia de cada sujeto es la familia. Este


es un espacio privilegiado en el que se producen todos aquellos movimientos, cambios
y transmutaciones necesarios en los diversos procesos sociales y psicológicos.

Es el medio en el que se pueden transmitir pautas multigeneracionales, que pueden


generarse ante la repetición de hechos con una fuerte carga emocional: varias
generaciones de una familia en la que se ha producido una muerte violenta a manos de
la pareja; o varias generaciones en las que aparece incesto; o familias en las que sus
miembros han dedicado la vida a trabajar.

Tomando como ejemplo este último caso, podríamos encontrar a una persona que
dedica todo su tiempo a su profesión y no es capaz de parar.

La descendencia hereda no sólo las soluciones ganadoras de su familia, sino también


todas las contrariedades no resueltas de su grupo.

Todo aquello que no ha sido resuelto se manifiesta a menudo en otras generaciones con
existencias problemáticas (“no consigo tener pareja estable”, “no me quedo embarazada”,
“me enfado con facilidad”, “las reacciones con mis h os son desproporcionadas”, “obligo al
resto a hacer cosas y no entiendo por qué”, etc.), con enfermedades o accidentes.

ÁRBOL GENEALÓGICO, GENOGRAMA Y TRANSGENERACIONAL

El árbol genealógico viene a ser una representación histórica de la familia: nombres,


apellidos, orígenes e incluso el estudio de linajes.

Su característica principal es la intemporalidad, ya que recoge hechos históricos y


datos objetivos que no varían con el paso del tiempo. Puede abordar muchas
generaciones, aunque raramente recoge más de seis.

Su elaboración es bastante libre y prevalece la parte artística.

El genograma representa gráfica y esquemáticamente tres o cuatro generaciones


familiares a lo largo del tiempo. Su uso es terapéutico.

Sigue unas normas concretas de elaboración y diseño. Recoge el máximo de


información posible no sólo de hechos históricos y datos objetivos, sino de todo tipo de
relaciones, sucesos familiares y comportamientos: fechas de toda índole, quien ejerce
de cabeza de familia en casa (hombre o mujer), convivencias, matrimonios,
separaciones, divorcios, identidades sexuales, embarazos, abortos, partos, afinidades,
cercanía, conflictividad, abusos, peleas, toxicidad emocional, adicciones o problemas
mentales.

El estudio del genograma suele durar meses o incluso años, y se suele hacer de
memoria.
Pretende investigar en profundidad todos los aspectos del clan y de cada uno de sus
miembros. Su objetivo es levantar el velo tras el que se puede descubrir los lazos
inconscientes que nos mantienen unidos a la familia y que nos perjudican o
condicionan.

Conocer los comportamientos, traumas, sucesos y vergüenzas familiares nos posibilita


a hablar de ello para expresar las emociones enquistadas. De este modo podremos
aumentar nuestro nivel de libertad para decidir cómo afrontar nuestras vidas desde la
nueva perspectiva.

Es utilizado en la investigación de problemas psicosociales, el estudio del desarrollo


familiar y en personas con enfermedades crónicas y terminales.

Su versión reducida se ocupa de la familia nuclear (la formada o la de procedencia) y se


conoce con el nombre de familiograma o genograma familiar.

Tanto en la elaboración del árbol genealógico como en el genosociograma tenemos en


cuenta el año de los distintos hechos.

El transgeneracional constituye una disciplina aparte porque su metodología es


diferente. Toma como base el genosociograma (misma elaboración y mismo método de
estudio) pero profundiza menos.

Dicho así, podría parecer que es menos efectivo e incluso menos útil. Pero años de
práctica le están proporcionando unas altas cotas de popularidad porque supone una
extraordinaria herramienta para multitud de disciplinas.

En el análisis transgeneracional partimos del problema que la persona desee solucionar


(conductas, comportamientos o síntomas) y, si el acompañamiento se hace bien,
quedará resuelto en una sola sesión, en ocasiones en dos.

De este modo, se posiciona como un método ideal para las personas que tienen muy
claro cuál es su problema. Es una herramienta directa y altamente efectiva. Y ahí pienso
que radica el secreto de su éxito. Pues breve y fácilmente resuelve asuntos que pueden
estar condicionándonos durante muchos años.

Es la forma más rápida de localizar nuestras programaciones familiares y tomar


conciencia del motivo por el que repetimos determinados comportamientos, y para que
nos relacionamos de ese modo con nuestra familia y nuestro entorno.
Comprendiéndolo, podemos liberarnos de la información que nos condiciona en nuestro
día a día. ¿Cómo? Reconociendo los programas nos encontramos en posición de elegir
la opción de actuar de otro modo. Y esto lo logramos porque la toma de conciencia
modifica nuestro modo de vivir las experiencias relacionadas con estos programas.

Otra ventaja del análisis transgeneracional es que no es necesario conocer la historia


familiar.

Se puede trabajar con un mínimo de datos: fechas de nacimiento y muerte de los


familiares de la misma generación del consultante, de sus padres y de sus cuatro
abuelos (a veces se incluyen también a los bisabuelos).

Requisitos para trabajar con tu árbol genealógico

Existen una serie de requisitos necesarios para comenzar el trabajo de sanación del
árbol familiar.

Estas capacidades, que todos poseemos y que también podemos aprender a


desarrollar un poco más cada día, nos permitirán adentrarnos en la historia familiar sin
cargas o prejuicios que dificulten la tarea.

Entre esos requisitos, se pueden destacar los siguientes.

Rigor:

En un estudio psicogenealógico hay dos tipos de datos. Por un lado están aquellos que
son hechos factuales y que pueden ser verificados en documentos. Por ejemplo, la
fecha de nacimiento de una persona, o el tiempo durante el cual un hombre ha prestado
servicio militar.

Por otro lado, existen datos que forman parte de relatos familiares que no pueden ser
verificados. Por ejemplo, las descripciones acerca de cómo era el carácter de alguien
que no hemos conocido personalmente.

Sea cual sea el origen de los datos, es esencial que seamos rigurosos con la
información que recojamos durante nuestra investigación, anotando todo lo que pueda
ser de interés del modo más preciso posible, sin quitar ni añadir nada de nuestra
cosecha.
Apertura:

En una investigación genealógica, debemos permanecer abiertos a la verdad, sea la que


sea. La verdad nos hace libres y por ese motivo, hay que estar dispuestos a manejar
datos que quizá no nos agraden, que ofendan nuestras creencias o que desafíen lo que
creíamos saber de nuestros familiares.

La indagación que se propone en este libro no es para personas pusilánimes, sino para
aquellos que se atreven a conocer aquello que está oculto, para los que desean
liberarse de los nudos generacionales, sean del tipo que sean.

La recompensa de esta apertura es una vida más libre de obstáculos para nosotros y
nuestros descendientes.

No juzgar:

Como consecuencia de lo anterior, es importante, al menos cuando se está


investigando el árbol familiar y trabajando con los ejercicios prácticos de este libro,
evitar todo juicio moral acerca de nuestros antepasados.

Esto no quiere decir que uno no pueda tener un criterio ético sobre lo que está bien o
mal.

Simplemente, se trata aquí de no extender ese criterio a nuestros antepasados, a los


que podríamos llegar a juzgar de un modo demasiado severo desde una posición de
comodidad que no fue la suya.

Por ejemplo, ¿se pueden juzgar los hechos que comete un hombre que ha sido forzado a
participar en una guerra? Sería fácil hacerlo si tenemos en cuenta que nosotros no nos
hemos visto en esa situación.

Pero como es lógico, una cuestión es ver los problemas de otras personas desde una
posición neutral, y otra muy distinta, encontrarnos en esas mismas situaciones. Así,
matar a otras personas, aunque sea en la guerra, es algo deplorable.

Pero todo aquel que se haya visto obligado a cumplir órdenes bajo una severa amenaza
contra su integridad física, quizá vea las cosas de una perspectiva muy diferente.

De este modo, aunque uno pueda estar legítimamente en contra de la guerra, resultará
difícil juzgar a aquellos que se hayan visto obligados a participar en ellas contra sus
deseos.

Flexibilidad mental:

Entrar en el mundo transgeneracional puede ser un buen ejercicio mental, que nos
obligará a pensar de un modo diferente al que estamos acostumbrados. Un ejemplo lo
hemos visto en el apartado anterior, con respecto a los juicios morales.

Pero hay otros desafíos importantes para nuestra comprensión de la realidad.

Hay que tener en cuenta que, desde el punto de vista generacional, el tiempo no existe.
De este modo, las historias de los antepasados están presentes y tienen repercusión en
lo que estamos viviendo ahora, mostrando su impacto también hacia el futuro.

La parte más positiva de este enfoque es que podemos resolver ahora problemas que
vienen arrastrados del pasado familiar, mejorando así la calidad de vida no sólo de las
personas que viven actualmente, sino de las que aún no han nacido.

Además, hay que tener en cuenta la perspectiva sistémica, de la que hablaremos más
adelante. Una perspectiva que nos obliga a mirar a los individuos no como seres
aislados, sino como parte de algo más amplio, de un sistema familiar en el que las
relaciones que se establecen entre las personas son tan importantes como las propias
personas.

De este modo, todos realizamos actos que son incomprensibles si se intentan analizar
desde la perspectiva de un yo aislado del mundo, pero perfectamente razonables si se
encuadran dentro de una lealtad ciega al clan al que pertenecemos.

Un ejemplo claro de esto es cuando defendemos a “los nuestros” contra toda lógica,
sólo porque nos sentimos más cerca de ellos que de quienes les atacan. Sin una mente
abierta difícilmente podremos comenzar nuestra inmersión en el mundo genealógico.

LA PSICOGENEALOGÍA

Podemos entender la psicogenealogía como el estudio, de inspiración psicológica, de la


herencia familiar que recae sobre cada ser humano.

La idea esencial que está detrás de la comprensión psicogenealógica del ser humano es
que, detrás de los síntomas y los conflictos que vivimos en nuestra vida presente, están
presentes los problemas sin resolver de nuestros antepasados.
Así, podemos entender cómo muchos comportamientos extraños, enfermedades
repentinas, desgracias o bloqueos en el amor, el trabajo o la economía, suceden en
nuestra vida sin que aparentemente haya una causa reconocible que los esté
provocando.

A través del análisis genealógico, se vuelve fácil de entender cómo por ejemplo, el nieto
necesita emigrar del mismo modo que lo hizo su abuelo, como muchos se auto-limitan
para no superar a sus progenitores, o cómo los h os repiten patrones de
comportamiento nocivos que se remontan a varias generaciones atrás.

La visión psicogenealógica, que puede parecer extraña a nuestra percepción del ser
humano, basada en el estudio de la personalidad o el carácter individual, es muy común
en casi todas las culturas tradicionales del planeta.

En realidad, este saber no hace sino unirnos con algo ancestral, el reconocimiento de
que estamos conectados con nuestros antepasados, en otras palabras, que la historia
familiar, con sus promesas y sus amenazas, es muy importante para la construcción de
lo que somos.

Entender que el colectivo tiene un poder muy fuerte sobre el individuo es algo que aún
nos cuesta asumir, pero que tiene una gran importancia cuando ese colectivo es
nuestra propia familia, representada no sólo por la influencia evidente que nuestros
padres tienen sobre nosotros, sino por toda la historia familiar, ya que ésta tiene un
peso considerable a la hora de definir quiénes somos y de mostrarnos cuáles son los
caminos correctos o incorrectos en la vida, como veremos más adelante.

La psicogenealogía surge y se desarrolla entre Europa y Estados Unidos durante el siglo


XX, gracias a las investigaciones de varios estudiosos, entre los que destacan nombres
como el psicólogo de Standford, Gregory Bateson, el psicoanalista Murray Bowen, el
psiquiatra húngaro-norteamericano Ivan Boszormenyi-Nagy, la investigadora Anne
Ancelin Shützenberger, el artista franco-chileno Alejandro Jodorowsky, el terapeuta
Bert Hellinger, así como personajes como Nicholas Abraham, Maria Torok, Vincent de
Gaulejac y muchos otros.

Aunque existen diversas visiones dentro de esta disciplina, nosotros vamos a


desarrollar, a lo largo de este curso, un enfoque ecléctico, que toma lo mejor de cada
corriente.

De este modo, acogemos tanto la idea tradicional de que una persona solo es feliz cuando
está en armonía con los deseos de su sistema familiar, como el concepto, más
contemporáneo de que todos necesitamos crear nuestro propio camino, individualizarnos
y generar así un destino propio que nos ayude a ser más felices.

TODO CONECTA CON TODO: LOS SISTEMAS.

Para comprender realmente todo el pensamiento transgeneracional es muy importante


entender el concepto de “SISTEMA” y las implicaciones de esta palabra, puesto que en
todo momento estaremos hablando de “sistema familiar” y a veces hablaremos también
del “sistema social”.

Un sistema es una organización de cualquier tipo, en la cual, sus miembros tienen una
estrecha conexión entre sí. De este modo, todo lo que sucede dentro de un sistema afecta
de una manera u otra a todos los miembros del mismo.

Vivimos en un universo de sistemas dentro de sistemas. En nuestro caso, nos


interesamos específicamente por dos sistemas, el social, que engloba a todo lo que nos
rodea en nuestro país y de un modo más extenso en la región del mundo a la que
pertenecemos, que es Occidente, y el sistema familiar más reducido al clan del que
cada uno forma parte.

Dentro del pensamiento psicogenealógico, es importante entender el significado de


“nudo sistémico”, del que hablaremos en varias ocasiones.

Un NUDO SISTÉMICO es un conflicto no resuelto en algún punto del árbol familiar.

En otras palabras, aquello que se soluciona, no genera dolor transgeneracional, sino los
temas que quedan pendientes, lo que se oculta, lo que se teme, lo que no se sana
correctamente.

Si tenemos en cuenta que muchas veces nuestros antepasados no contaron con


medios para resolver algunos de sus problemas más graves, no es extraño que todos
carguemos con algunos nudos sistémicos en nuestro pasado familiar.

Ahora bien, en el mundo transgeneracional, el concepto de “pasado” no se refiere a algo


que esté fuera de nuestro alcance. De hecho, los nudos sistémicos, los problemas no
resueltos por nuestros antepasados están muy vivos en nuestro interior en este preciso
momento, y actúan de un modo insidioso en nuestra vida actual.

En los sistemas familiares no existe el tiempo ni el espacio. De este modo, lo que


sucedió a algún antepasado lejano puede muy bien estar actuando en tu vida presente,
como si fuera una bendición o como una maldición, ya que esa persona está muy viva
dentro de tu ser.

No hace falta que hayas conocido a ese antepasado, ni es preciso vivir en el mismo país
o región. Todo lo que ha existido en la familia, existe dentro tuyo, y probablemente
también todo lo que pueda existir en el futuro.

Esto tiene dos derivadas. La primera, que ya hemos visto, es que podemos estar
sufriendo conflictos en nuestra vida que no están directamente relacionados con
nuestros propios actos, sino que vienen heredados de conflictos familiares ancestrales
que están sin resolver.

La segunda, de tipo positivo, es que podemos resolver esos conflictos familiares que
actúan en nosotros. En algunos casos, puede suceder que al desatar el nudo familiar
que hemos heredado, se den cambios en las personas de nuestro entorno, aunque esto
no siempre se puede asegurar.

En todo caso, uno no debe trabajar en sí mismo para resolver los conflictos de otros
miembros de la familia, sino para desatar los propios nudos y acceder a una vida más
plena. Si lo que te sana a vos, sana a tu pareja, a tus padres o a tus hermanos, es una
excelente noticia, pero ese no debería ser tu primer objetivo, puesto que nadie puede
hacer nada por los otros que no haya hecho antes para sí mismo.

Hay que reseñar que existe una excepción a lo dicho. Los h os siempre sienten la
mejoría de sus padres, independientemente de la edad que tengan.

De manera que todo lo que resuelvas en vos va a tener un efecto muy positivo sobre tus
h os, si los tenés. Ni siquiera es preciso que les expliques nada de lo que hagás, si no lo
deseás.

Ellos notarán cambios positivos en sus vidas de un modo automático y sorprendente,


por lo que se puede decir que sanar tu árbol genealógico es el mejor regalo que les
podés hacer a tus descendientes, aparte, claro está, de haberles dado la vida.

COMO TRAZAR TU GENOGRAMA

El genograma como mapa del mundo interior

Pero ¿qué es de verdad el genograma? ¿En qué se diferencia de un árbol genealógico al


uso?

El genograma es un mapa genealógico que contiene gran cantidad de información


relevante para el estudio psicogenealógico.

Más allá de ser una mera recopilación de nombres, fechas y parentescos, tal como se
observa en cualquier árbol genealógico, un genograma puede contener datos acerca de
la profesión de los miembros del clan, de sus conflictos internos, de los subsistemas
que forman, de las enfermedades, los accidentes o los acontecimientos relevantes de la
vida.

El genograma es por tanto un acercamiento paulatino a la conciencia familiar, un


esquema familiar que resulta relevante en cada uno de los pasos de nuestra indagación
genealógica.

Símbolos usados en el genograma

Cada persona se representa de manera individual, pero unida a aquellos miembros del
sistema con quien tiene una conexión genealógica directa (padres, cónyuges e h os).

Las líneas de conexión son horizontales para los matrimonios y para los hermanos. Las
líneas son verticales para representar la descendencia.

Los h os se ubican según su orden de nacimiento de izquierda a derecha debajo de los


padres.

Los fallecidos se pueden indicar con una “X” o con una cruz.

Se puede simbolizar a los hombres con un triángulo y a las mujeres con un círculo.

Quien arranca el árbol (el consultante) siempre se le hace un recuadro de color para
identificarlo rápidamente.
RECOGIENDO LOS PRIMEROS DATOS

Desde la psicogenealogía, se considera que la persona que hace su árbol genealógico


se convierte en el héroe o la heroína de su familia. Como dice Marianne Costa: “Un árbol
genealógico es una toma de consciencia”.

La primera fase en este proceso de recogida de datos es puramente intelectual. Será la


base para poder interpretar después y obtener determinadas claves sobre la dinámica
de la familia.

Nos centraremos en nuestros hermanos, padres, tíos, abuelos con sus hermanos y
bisabuelos. En primer lugar deberemos dedicar un tiempo a la recogida de datos sobre
cada uno de ellos.

La recopilación de información es una etapa realmente importante. La cantidad de


datos concretos recopilados, y por lo tanto disponibles, dependerá de múltiples
factores: la edad (un árbol "joven" muestra más testigos vivos que muertos), el país o los
países donde tu familia estuvo arraigada (los datos disponibles no son los mismos
según las regiones, las sociedades y las culturas de que se trate) y las particularidades
familiares del árbol (más o menos propenso a transmitir información, o marcado por las
defunciones y la violencia, o cargado de secretos, etc.).

Cualquiera que sea la situación, se trata de recopilar el máximo de información posible


para, así, tener una idea muy clara de lo que se escapa –y siempre se escapará– de
nuestro deseo de conocimientos objetivos.

Las tres principales dificultades que es preciso aceptar y superar son:

Falta de información objetiva: sea cual sea nuestro esfuerzo, no podremos jamás
conocer "toda la verdad" pues numerosos rastros materiales objetivos pueden haber
sido borrados por avatares de la vida. Esto es verdad en todas las familias y en todas las
culturas.

Resistencia familiar: los testigos aún vivos no pueden o no quieren contar cosas que
saben por vergüenza, pudor, agotamiento, pérdida de memoria, negarse a colaborar,
etc.

En el caso contrario, ciertos miembros de la familia están tan deseosos de expresarse


que su narración subjetiva, forzosamente sesgada, se convierte en la verdad oficial del
árbol.
Pero no necesariamente la verdad que recibimos nos permitirá tener una visión
correcta del linaje.

La memoria familiar se fundamenta sobre un cierto número de mitos y leyendas


familiares que son, en realidad, mentiras más o menos deliberadamente urdidas y que
están destinadas a reforzar la cohesión del clan.

Por ejemplo, se puede haber dicho a alguien que su llegada al mundo "fue muy buena"
cuando en verdad se necesitaron fórceps, dos días de parto y además nació prematuro.
Otro hecho muy corriente es que, en el momento de preguntar a una persona sobre su
infancia, responda que fue muy querido/-a y además componga un cuadro idílico de sus
relaciones familiares aunque, en realidad, estuvieran marcadas por numerosas
carencias o abusos.

Nuestra propia resistencia: de una manera u otra el árbol, desde el interior de nosotros
mismos, rehúsa ceder ciertas informaciones. Si descubrimos una verdad, un hecho
desconocido que choca contra nuestra resistencia y omitimos anotarlo, puede que lo
borremos como si hubiera sido sólo un sueño. En estos casos, "olvidamos" o "perdemos"
detalles de un valor precioso.

Ciertos enfoques nos parecen insuperables, rechazamos el hecho de plantearnos


determinadas cuestiones, imaginamos que una indagación demasiado precisa pondría
en peligro la salud física o mental de personas a las que debemos preguntar, etcétera.

En cierta medida, estos tres obstáculos estarán siempre presentes. Pero con calma y
perseverancia podremos aprender muchas cosas sobre nuestro árbol genealógico.

Y es precisamente en ese punto donde más útil nos resulta esta fase de recopilación de
información, pues nos sirve para delimitar todo lo que humanamente es posible
conocer: la prudencia, la lucidez y el método ante todo.

Recopilación de datos: Puesta en práctica

He aquí los elementos que, idealmente, de mínima, deberemos ser capaces de recopilar
para estudiar el árbol genealógico.

Datos que deberían estar disponibles de todos nuestros ascendientes en línea directa
(bisabuelos, abuelos y sus hermanos, padres y tíos), así como de nosotros mismos y
nuestros hermanos y hermanas:
1. Anotar los nombres y apellidos de todos los que componen el árbol

Básicamente, el nombre propio es una suma de sonidos por medio de la cual se nos
identifica. Por consiguiente, el nombre es un elemento clave en nuestra identidad
adquirida al que pueden ir asociadas diversas maldiciones (en el caso de que nos
hubieran puesto el nombre de una persona enferma, muerta, loca, marginada) o
proyecciones (cuando nuestro nombre coincide con el de alguien de quien habremos de
recoger su antorcha para culminar esa tarea que no pudo finalizar, etc.).

Según la cultura de que se trate, a los niños se les pone uno o varios nombres propios al
nacer. En muchas sociedades, a los h os se les da el nombre de alguno de sus abuelos,
el de su padrino o el de su madrina, además del de sus padres.

Estos elementos debemos tomarlos en cuenta, no minimizarlos: en todos los casos, los
nombres propios revelan algo de la transmisión inconsciente al trabajo genealógico.

2. Precisar las fechas importantes (nacimiento, matrimonio, fallecimiento)

Podríamos interesarnos por la fecha o la época en que se formaron las parejas, las
circunstancias en que lo hicieron, verificar si la fecha de matrimonio es anterior o
posterior a la concepción del primer h o de la pareja, etcétera.

En realidad se trata de circunscribir la existencia de cada persona para poder tener así
una visión esquemática y concreta a la vez: ¿A qué edad murieron mis antepasados?
¿Qué edad tenían cuando contrajeron matrimonio? ¿Los nacimientos tuvieron lugar fuera
del matrimonio? ¿Quién era el mayor de todos los hermanos y quién el benjamín? ¿A qué
edad tal persona perdió a su madre? Etc.

3. Aclarar las causas o circunstancias de los fallecimientos (no limitarse a "por vejez",
"por accidente")

Sea con un diagnóstico médico preciso, sea por un caso de accidente, hay que tener
una imagen lo más precisa posible de lo que ocurrió. La muerte sigue siendo, en nuestra
sociedad, un tabú muy importante. Y más aún si se trata de una muerte prematura o
accidental.

Cuando un miembro del árbol ha perdido la vida en un accidente de coche, conviene


saber quién conducía y cuáles fueron las circunstancias que rodearon al accidente en
cuestión.
Si la muerte se produjo estando la víctima sentada al volante y sin que, por ejemplo,
existiera colisión, es probable que su fallecimiento haya sido parcialmente vivido como
un suicidio por sus allegados. Si, por el contrario, fue otra persona la responsable del
accidente, esa muerte se parece más a un asesinato, haya quedado aclarado o no quién
fue el causante.

En el caso de las personas de edad cuya vida nos resulta escasamente conocida, es
muy frecuente que las circunstancias de sus fallecimientos nos puedan informar sobre
sus caracteres, sus heridas secretas o su nivel de conciencia.

Al igual que en la antigua China un hombre de bien, antes de exhalar su último aliento,
procuraba recitar un poema con el que sus allegados lo recordarán, se puede decir que
nuestra forma de morir es nuestro último poema, nuestro postrer mensaje a las
generaciones siguientes.

4. Anotar el número de h os que haya tenido cada pareja (si es posible, incluir también
los h os pequeños fallecidos, los embarazos malogrados y los abortos, pues podrían
permanecer en la memoria inconsciente como hermanos o hermanas "fantasma")

Como información a recopilar: ¿Cuántas veces ha estado embarazada cada mujer?


¿Cuántos h os de su descendencia quedan vivos? ¿Cuántos han fallecido? ¿Cuántos
abortos o embarazos malogrados tuvo?

Estos datos resultan a veces muy difíciles de obtener, y mucho más de mujeres que, en
realidad, no están decididas a hablar de sus embarazos interrumpidos de forma
voluntaria o no.

Todo h o concebido existe en el inconsciente familiar como un miembro más de esa


familia, a pesar de que no haya pasado del estado fetal. Un h o muerto o un aborto se
transforman, con mucha frecuencia –bien en el espíritu de la madre, bien en el de otro
miembro de la familia–, en un "ángel" o en un insuperable salvador potencial.

De ahí por qué los abortos, los embarazos malogrados o las muertes prematuras de una
o varias criaturas pueden pesar psíquicamente sobre el resto de la familia, sobre todo si
la madre no tuvo el tiempo o los medios precisos para hacer, en su momento, el
correspondiente duelo.

5. Apuntar las profesiones y hobbies de todos


Las cuestiones sobre el nivel de vida, el reconocimiento social y la superación o
reproducción de los modelos parentales encontrarán sus claves en esta información.

Para las amas de casa es importante conocer las circunstancias de su vida como madre
de familia (con/sin ayuda doméstica en la casa, por ejemplo). Puede igualmente resultar
muy interesante investigar el desfase entre una vocación o los estudios realizados y la
profesión con la cual la persona finalmente se gana la vida.

6. Preguntar sobre los acontecimientos más notables de la vida de nuestros


ascendientes (viajes largos, exilios, accidentes, enfermedades, minusvalías,
vocaciones religiosas, encarcelamientos, guerras, éxitos económicos, ruinas, historias
de amor paralelas sexualmente consumadas o no, ideología política, etc.)

El árbol genealógico es, asimismo, un retrato socio-profesional de la familia: ¿Cuál era


su concepción del mundo, del dinero? ¿Cuáles eran sus relaciones sociales? ¿Qué tareas
nos han legado? ¿Qué concepción muestra nuestro árbol acerca de la suerte y la
desgracia, la salud y la enfermedad, la fuerza y la debilidad?

Una breve biografía de cada uno de sus miembros, como si se tratara de escribir una
noticia periodística resumiendo los acontecimientos más destacados de su existencia,
será sumamente útil a la hora de caracterizar las líneas de fuerza que manejan nuestro
destino.

¿Somos herederos de una tradición profesional? ¿Somos, por el contrario, los


responsables de reparar alguna injusticia social? ¿Nos veremos amenazados por la
repetición de una ruina o de una enfermedad producidas ya en el pasado? ¿Qué idea
tenemos sobre el exilio, según nuestro árbol sea nómada o sedentario?

Todas estas cuestiones encontrarán una respuesta tanto más clara cuanto más
intensamente nos dediquemos a reconstruir la trayectoria de todos y cada uno de los
miembros del árbol, y no solamente de ciertos "héroes", positivos o negativos: como el
tío que hizo fortuna en América, la tía abuela prostituta y muerta en la mayor de las
decadencias, el notable y respetado abuelo que fue alcalde de su pueblo, etc.

Éstos son, con mucha frecuencia, los personajes que más atraen la atención de la
familia. Pero es bueno estar muy atentos para poder completar el cuadro.

7. Tener idea de las relaciones entre los diferentes miembros de la familia (en
particular, las rivalidades y relaciones privilegiadas que se tuvieron entre hermanos y
hermanas, padres e h os, etc.)
Sean tabú o no, en algunas familias existen lazos predominantes de solidaridad, de
complicidad, de conflicto entre padres e h os o entre miembros de una misma
estructura fraternal, etc.

Es inevitable que las afinidades electivas se manifiesten en el seno de la familia, pues


las redes de preferencias y conflictos conforman una dinámica de base en la célula
familiar.

En general, como todos somos conscientes en nuestra infancia de los vínculos y las
oposiciones en relación con la obra familiar, resulta crucial poder conocer la infancia de
nuestros padres y abuelos, y si fueron los "preferidos", los "marginados", los
"bondadosos" o los "malvados" y cómo, cada uno, tuvo que desempeñar su rol en la
economía familiar.

8. Conocer las circunstancias históricas (guerras, revoluciones, represiones, etc.)

Si ciertos acontecimientos de la Historia han marcado intensamente el árbol, será


necesario tratar de comprender, aunque sea de forma rudimentaria, cómo la sociedad
actuó en él.

9. Saber qué personas ajenas a la familia fueron importantes (sacerdote, amigo/-a de


la familia, amantes, segundos enlaces, etc.)

Puede haber personas que, aunque no estén relacionadas con nosotros por vínculos de
sangre, hayan ejercido una influencia determinante en nuestro árbol, y es conveniente
destacar su existencia. Es el caso también de padrinos y madrinas, si han tenido una
influencia decisiva sobre el niño.

Fuentes de las que podemos extraer una valiosa información pueden ser:

- Documentos que hayamos encontrado: de identidad, libros de familia (con el


estado civil), partidas de nacimiento, matrimoniales, de defunción, etcétera.

- Cuadros, fotografías o vídeos que proporcionen datos sobre la corpulencia, el


carácter, los parecidos físicos entre algunos parientes o la imagen de belleza o
fealdad de quienes han desaparecido ya.

- Documentación a la que hayamos tenido acceso: cartas, diplomas, boletines de


notas escolares, cartillas de servicio militar, diarios íntimos, etcétera.
- Información recibida por conversaciones con miembros de nuestra familia o
personas allegadas. –tumbas, donde suelen aparecer inscritos nombres y
fechas.

- Registros civiles y archivos parroquiales.

- Hemerotecas con archivos de periódicos locales de la época.

- Internet, donde se pueden encontrar redes de genealogistas de numerosos


países, asociaciones con sus propios archivos, etcétera.

Los datos facilitados por nuestros padres, primos, tíos, amigos de la familia o vecinos
son, con mucha frecuencia, el mejor de todos los recursos.

Pero si nos encontramos con personas que tienen en su poder determinada


información, y que se muestran reticentes a la hora de proporcionarla, podemos
plantearles cuestiones objetivas que estén al margen de cualquier connotación afectiva
y que no les ex a una respuesta de carácter personal.

Por ejemplo:

"¿En qué fecha tuvo lugar ese acontecimiento?"


"¿Qué edad tenía esa persona cuando nacieron sus h os?"
"¿Cómo era ese negocio?"
"¿La profesión de tu padre era muy absorbente o le dejaba tiempo libre?"
"¿Qué distribución tenía esa casa? ¿Había una habitación para cada h o?"

Se pueden también reconsiderar o modificar las preguntas más personales para que no
resulten inconvenientes. Por ejemplo:

"¿Alguno de ustedes tenía una afinidad especial con su madre?" en vez de "¿Quién
era el preferido de su madre?".

"¿Qué cosas tenían en común? ¿Qué prototipo de pareja crearon? ¿Hacia qué
aspecto enfocaron su unión?" en vez de "¿Qué tal se llevaban tus padres?".

Cuando ciertas personas no desean manifestarse sobre hechos pasados, es de estricta


justicia respetar su pudor o silencio.

Sin embargo, se puede obtener de ellas información objetiva (fechas, lugares…) así
como datos de algunos acontecimientos relevantes (viajes, accidentes,
hospitalizaciones…).

Con frecuencia, los traumas del árbol se nombran de una manera muy vaga porque, en
el momento de suceder el accidente, la ruina económica, el exilio, la agonía o el duelo,
guardar silencio sobre el hecho en cuestión era una forma de sufrir menos. Pero diez,
veinte o treinta años después resulta importante –por ejemplo, en una muerte por
accidente de tráfico– saber cosas como quién conducía el coche, quién fue el
responsable, si la persona murió en el acto, quién la vio primero, etc.

El hecho de tener una imagen borrosa del acontecimiento supone, a su vez, prolongar
un dolor que ya no nos incumbe, y que, si no se expresa debidamente de una vez por
todas, actúa sobre nosotros de otra manera (como una fobia, una vergüenza, una
creencia, etc.).

Para el inconsciente, y particularmente para la parte infantil del ser, una muerte
prematura, violenta o accidental es recordada como un suicidio ("La persona en
cuestión se habría podido salvar si..."), como un abandono ("¿Cómo es posible que él/ella
no haya tenido la fuerza necesaria de sobrevivir por mí?, ¿es que no me amaba lo
suficiente?") o quizá también como un asesinato ("Tiene que existir un responsable", que
en el caso de una mujer muerta durante el parto lo sería el bebé, el padre que se lo
engendró o la incompetencia del médico que la atendió).

Al fin y al cabo, incluso las lagunas que pudiera haber en el árbol acaban suministrando
información: siempre revelarán una falta de transmisión (sea de conciencia, de
información, de amor, etc.) entre alguno de nuestros padres o abuelos y sus
antepasados.

En el antiguo Egipto, para castigar a un faraón tiránico o injusto, no se lo mataba sino


que se borraba su nombre de las estelas: es decir, lo hacían desaparecer de la Historia.

De forma similar, las familias "castigan" a quienes ven como culpables de un conflicto
afectivo, no transmitiendo su nombre u otras informaciones sobre su persona a los
descendientes.
Principales portales de Genealogía para recopilar datos a través de Internet

Algunos de ellos son gratuitos, otros son pagos, y otros mixtos.

● www.myheritage.es
● www.ancestry.com
● www.familysearch.org
● www.geni.com
● www.geneanet.org
● www.jewishgen.org

CEMLA - Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos

Permite consultar on-line (GRATIS) la base de datos más completa sobre arribos de
inmigrantes a la Argentina.

● www.cemla.com/buscador

Registros Civiles: En muchos casos, se puede acceder a las actas de nacimiento o de


defunción, teniendo solo los nombres y apellidos y las fechas. La importante de contar
con estas actas, es que, en general, en cada acta figura mucha información, como los
nombres de los padres y abuelos de esas personas, sus domicilios en ese momento,
etc.

● Grupos de Facebook sobre inmigrantes: Si bien es algo que lleva tiempo, son
gratuitos y la gente es MUY colaborativa.
UN SISTEMA DE REPETICIONES

El árbol genealógico es, ante todo, un sistema de repeticiones. Tradición, cultura,


transmisión de un nombre, herencia, conservación del patrimonio, etc.: todos estos
valores forman parte integral de la noción misma de "familia".

El clan es, ante todo, un sistema jerarquizado de solidaridad y de pertenencia en el que


sus miembros deben ser identificables como "miembros del grupo". Un mandato que
está presente en todos los sistemas sociales y familiares: "Tenés que ser como
nosotros".

Desde un punto de vista muy primitivo, si nos referimos a las condiciones de


supervivencia de las sociedades primitivas, o a la extrema dependencia en la que se
encuentra un niño que todavía es incapaz de atender sus propias necesidades, la
pertenencia a un clan es una condición sine qua non para poder sobrevivir.

Verse rechazado y expulsado del pueblo, de la tribu o del seno materno implica morir de
hambre, de frío o sufrir el ataque de bestias salvajes. En numerosos contextos
culturales de hoy, ser rechazado por la propia familia equivale a ponerse en peligro
social y económicamente.

Esta condición primaria está grabada en nuestro inconsciente y determina un terror


universal ante la perspectiva de ser excluido. El miedo a la exclusión camina a la par con
el miedo al futuro: no hay porvenir alguno si no es en el interior del clan, y dicho porvenir
no puede ser otra cosa que la repetición del pasado porque el clan me insta, antes que
nada, a perpetuar sus valores, y ello a pesar de que pudieran ir en detrimento de los
míos.

El clan nos ata y no nos permite evolucionar nada más que en una dirección dada.

Son muchas las familias actuales en las que todavía se pueden encontrar ecos de una
pertenencia forzada tipo:

- Programaciones: "Tú serás médico, como lo fueron tu padre y tu abuelo".


- Prohibiciones: "En esta familia no caben los homosexuales".
- Predicciones: "Si antes de los 30 años no te has casado, te convertirás en una
vieja solterona".
- Maldiciones: "En nuestra familia nadie se ha ganado jamás la vida siendo artista;
como sigas con tu vocación acabarás en la miseria".
El trabajo del árbol descansa sobre una comprensión cada vez más sutil de las
repeticiones.

Para comenzar a identificarlas, señalemos que las más flagrantes son en general:

- Los nombres propios.


- Las fechas señaladas, la edad o las desviaciones de tiempo: duración de un
matrimonio, edad al sufrir un accidente de coche, diferencia de edad entre
hermanos y hermanas, etcétera.
- Las profesiones.
- Las circunstancias de un fallecimiento, de un accidente o de una crisis vital.
- El número de h os que se tienen.
- Los lugares en los que vive o a los que se ha mudado el árbol.

Sin embargo, todas estas repeticiones pueden ser todavía más sutiles con uno o más
elementos que evolucionan de una generación a otra:

Un nombre propio puede ser casi el anagrama de otro cuando todas las letras del
nombre del h o/-a están contenidas en el del padre o la madre: ALEjAnDro crea Adela y
ANGUsTIaS crea Agustín; también puede comenzar por la misma inicial o tener el
mismo número de sílabas: Verónica, Valeria, Vanesa, etc.; o en una misma familia se
pueden encontrar grupos de letras o de sílabas que se repiten: eulALia, ALfredo,
PascuAL, vALeria, vidAL, ALberto, etc.).

La fecha en que un h o/-a fue concebido es, en ocasiones, tan elocuente como la de
su nacimiento (por ejemplo, un bebé nacido en abril había sido concebido en julio,
exactamente en la misma fecha del aniversario de su abuelo materno:
inconscientemente, la madre había incluido a su propio padre –del cual se celebraba
entonces el aniversario– en el acto sexual en el que se engendró su h o).

La fecha de un fallecimiento puede resultar igualmente significativa: por ejemplo, un


padre que ha muerto el día en que su h a se casa o da a luz.

Ciertos oficios son inversos unos de otros. Esta oposición puede ser simbólicamente
interesante: por ejemplo, en un linaje de zapateros surge repentinamente un peluquero,
como si cabeza y pies buscarán unirse, o separarse.

Un opuesto que puede esconder una vinculación podría ser este caso: "Mi padre es
alto, rubio, de ojos azules y europeo, pero a mí sólo me gustan los hombres menudos,
morenos de piel y procedentes de otros continentes. Así, enamorándome de personas tan
opuestas a él, no destrono a mi padre".

El árbol actúa también por medio de transposiciones.

Por ejemplo, si mis antepasados emigraron a España en una época en la que este país
les parecía muy remoto, es posible que las generaciones siguientes escojan América
Latina como nuevo horizonte a conquistar (la lengua que se habla es la misma).

Estos supuestos son muy numerosos, a imagen de la diversidad humana. Estamos


apenas comenzando a explorar este sistema de semejanzas y oposiciones, de herencia
y de compensación que es el árbol genealógico.
COLUMNAS DE AFINIDAD

Existe afinidad entre las personas relacionadas por fechas de concepción, nacimiento o
fallecimiento, ya que estos acontecimientos implican cambios muy drásticos que
suponen una transición informacional y energética importante.

Así pues, las fechas se relacionan por diferencias de tres, o nueve meses. Existiendo
afinidad entre los meses 1,4,7 y 10; 2, 5, 8 y 11; 3, 6, 9 y 12.

Es lo que llamamos columnas de afinidad porque, al representar los meses como en la


figura que acompaña a este texto, queda establecida una relación que visualmente
forma tres columnas. Por tanto, los concebidos, nacidos o fallecidos en enero están
relacionados con los concebidos, nacidos o fallecidos tanto en enero como en abril,
julio y octubre.

De modo similar para las otras dos columnas mensuales de afinidad.

Se establece un margen de más/menos 7/10 días, tomando como referencia el día de


nacimiento de la persona que consulta.

De este modo, los concebidos, nacidos o fallecidos, por ejemplo, el 15 de febrero se


encuentran relacionados con los concebidos, nacidos o fallecidos el 15 de febrero,
mayo, agosto y noviembre, más menos 7 días (del día 8 al 22).

Al estudiar las relaciones, nos encontramos con dobles, yacentes y herederos


universales.

Veamos el significado de cada uno.


EL DOBLE

El doble, dentro del árbol genealógico, es aquella persona o personas con las cuales
existe una afinidad importante (muchas veces inconsciente), a través de la cual
heredamos programas (vivencias, conflictos, creencias, enfermedades, conductas,
etc.).

Cuando nos dicen que somos dobles de alguien, lo que quiere decir es que estamos en
resonancia con ese ancestro, es decir, que llevamos parte de su información
inconsciente.

Como para el inconsciente no existe la dualidad, lo que vamos a heredar son programas
y estos se pueden manifestar en una polaridad o en otra.

Cuando estamos en la misma polaridad que nuestro ancestro, se dice que duplicamos el
programa y si estamos en la polaridad contraria utilizamos el término reparar.

Podemos ser doble de los que "duplican" o de los que "reparan" el programa. Esto lo voy a
explicar con un ejemplo muy sencillo.

Imagina que eres doble de un abuelo que es alcohólico.

Si duplicás el programa, ese programa te va a llevar a ser alcohólico o a tener algún tipo
de adicción.

En cambio, si reparás este programa, es muy probable que no te guste nada el alcohol, y
sobre todo no soportarás a la gente que bebe mucho.

Hay formas diferentes de reparar un mismo programa. Partiendo del ejemplo anterior
podrías reparar:

● A través de un hobby: siendo voluntario en una asociación de ayuda a las familias


de alcohólicos.
● A través de una profesión: siendo terapeuta especializado en adicciones o
siendo enólogo (trabajas alrededor del alcohol pero no te emborrachas).
● A través de una pareja: casándote con una persona alcohólica o alguien que
tiene el hobby o trabajo mencionado anteriormente.
● Y muchas otras formas…

El inconsciente, a veces, tiene mucho sentido del humor y podemos vernos duplicando
o reparando programas de maneras diversas y muy sutiles.

En ocasiones, la persona de la que soy doble tuvo un conflicto en vida que no solucionó,
y yo puedo somatizar ese conflicto.

Pongamos que eres doble de una tía que no pudo tener h os, porque por el motivo que
sea "se le pasó el tren", es decir, se le pasó el tiempo y no los tuvo.
Ella vivió esto en silencio y sintiendo que el tiempo se le escapaba.
Como vos sos doble de esa tía, podrías somatizar un problema de tiroides (la tiroides es
un conflicto de tiempo "me falta tiempo, se me escapa el tiempo, etc.").

¿Cómo se de quien soy doble en mi árbol?

Podés ser doble por muchos motivos, aunque me voy a centrar en los que considero
más importantes. Son estos:

Por nombre: Si te llamas igual que alguien de tu familia, automáticamente eres su


doble. En los nombres compuestos, puede ser que tengas el nombre exactamente igual,
o que coincidas en uno de ellos.

Ejemplo: Si te llamas María Jesús, y tu abuelo se llama Jesús, automáticamente eres su


doble. También hay que tener en cuenta que si te llamas Pepe, y tienes una abuela que
le dicen Finita y un tío que se llama José, dado que el nombre es el mismo, eres doble de
ambos.

Si tienes un parecido físico muy importante, eres doble. Todos en la familia podemos
tener cierto parecido físico, pero cuando el parecido pasa a parecer una fotocopia,
seguro que eres doble.

Por las fechas de nacimiento, muerte y concepción. Por ejemplo, cuando naces el
mismo día que nace o muere otra persona, también diríamos que eres doble.

Quiero dejar claro que ser doble de alguien no es ni bueno ni malo, simplemente quiere
decir que vamos a heredar sus programas.

Heredamos muchas cosas positivas para nuestra experiencia de vida, y otras que
pueden ser muy limitantes.

Cuando vivimos repitiendo dificultades y patrones y no sabemos cómo cambiarlos, o no


lo conseguimos por más que lo intentamos, es señal de que puedes estar en un patrón
de fidelidad familiar. Es ahí cuando puedes recurrir al árbol transgeneracional para
comprender, sanar y salir de ese patrón.

Nuestra naturaleza es vivir en coherencia, en equilibrio y paz interior, si no vives de esta


forma, es muy probable que estés duplicando o reparando algo. Es ahí cuando puedes
recurrir al árbol transgeneracional y mirar arriba.

Recuerda que el árbol no se mira de arriba hacia abajo, pensando "¿qué me puede
pasar?", sino de abajo arriba… "¿qué me pasa?, y de ahí parto a buscar la lógica de mi
árbol".

En ocasiones, no coinciden las fechas o no disponemos de ellas y no tenemos el mismo


nombre ni ningún parecido con la persona.

Pero puede ocurrir que nuestro comportamiento sea semejante, que tengamos las
mismas manías o aficiones análogas, vivamos iguales desgracias, nos digan que nos
parecemos mucho a un familiar o incluso desarrollemos los mismos síntomas
patologías y enfermedades.

Estas evidencias son más que suficientes para concluir que somos dobles de un
familiar.

En otras ocasiones, en países de tradición católica, al localizar la fecha del santoral en


el calendario se pueden observar afinidades (por columnas mensuales y rango de días)
en fechas de concepción, nacimiento o fallecimiento.

Respecto a la consideración de las fechas de muerte seré más específico más adelante.

Si sos doble de un familiar y no te reconocés en nada, no olvides que el inconsciente


repite o complementa. Puede que en tu caso manifiestes la programación opuesta del
familiar.

Esto es muy común cuando ambas personas son de diferente sexo.

A tener en cuenta: Nombres, Apodos, Parecido Físico, Santoral, Enfermedades,


Ocupaciones, Hobbies y Fechas de Concepción + Nacimiento.

YACENTE

Existe cuando la persona nace en una fecha relacionada con la de muerte de otro
familiar.

Es una condición indispensable que ambos NO hayan coincidido en vida y, que el


fallecimiento ocurra ANTES de la concepción del familiar superviviente.

La persona yacente es portadora y "encargada" de gestionar la información de un


familiar muerto.

A priori, la “misión” de un yacente es descubrir de quién lo es y poner al difunto en el


lugar que le corresponde en la familia. Esto se hace realizando el duelo por la pérdida
del fallecido.

Así, una persona yacente “aglutina” las emociones no expresadas de los miembros de la
familia. Se suele decir que a la persona fallecida “no se le lloró” lo suficiente y no se
habla de ella, esto se puede manifestar de diferentes modos.

La energía emocional del yacente es de las más intensas que se puedan detectar en un
análisis transgeneracional. Por eso, lo principal es localizar al muerto y empezar a
hablar de él entre los familiares y con naturalidad, para que las palabras ayuden a
desbloquear las sensaciones de culpa, tristeza, frustración o ira.

Pienso que una de las asignaturas pendientes de la cultura occidental es naturalizar la


muerte y hablar de ella. Además, la persona yacente porta los programas del fallecido y,
como tal, sentirá el impulso y la tendencia a manifestarlos.

A tener en cuenta: Nombres, Apodos, Parecido Físico, Santoral, Enfermedades,


Ocupaciones, Hobbies y Fechas de Concepción + Nacimiento + Fallecimiento.

HEREDERO UNIVERSAL

Es la relación entre una persona que fallece exactamente el mismo día de mi


cumpleaños.

La condición necesaria es que el heredero debe haber sido ya concebido cuando muera
su familiar.

La fecha de defunción de un individuo puede establecer una relación con la de


nacimiento o concepción de otra persona viva de la familia. Este último “heredará” toda
la información del difunto.
Es decir, si desde que somos concebidos hasta antes de morir, algún familiar muere en
una fecha relacionada (por columnas de afinidad y rango de días) con la de nuestro
nacimiento o concepción, nos transmitirá su programación.

La dificultad práctica suele encontrarse en los casos en los que el heredero ha sido
concebido, aunque no ha nacido todavía. Por este motivo es conveniente prestar
especial atención, en el momento de la muerte de un familiar, a las mujeres
embarazadas de la familia.

La elección inconsciente de estas fechas es una muestra de preferencia y amor, pues el


fallecido otorga todos sus asuntos y aprendizajes pendientes a la persona viva. Es decir,
confía en él o ella como la persona más indicada para seguir sus pasos o hacer aquello
que no pudo en vida.

ARMAR EL ÁRBOL

Lo primero es representar al consultante que ya hemos visto que se hace con un


triángulo si es hombre o un círculo si es mujer. Después lo rodeamos con un cuadrado.

Continuamos poniendo al lado el nombre y la fecha (día/mes/año) de nacimiento.

El siguiente paso es representar a los padres con sus nombres y sus correspondientes
fechas.

En caso de que los padres no tuvieran relación con el consultante dibujaremos la


siguiente generación en sentido ascendente (que es la de los abuelos) y procederemos
de modo similar a como hemos actuado con los padres para localizar a la persona más
próxima generacionalmente con la que el consultante tiene relación.

Si ninguno de los abuelos estuviera en afinidad con el cliente, pasaremos a representar


a los bisabuelos en búsqueda de la fecha que nos muestre ese lazo familiar.

En el caso de no localizar afinidad o de no disponer de las fechas de los bisabuelos,


representaremos a los h os y, si estos no nos proporcionan pista alguna, a los
hermanos y a los tíos. A efectos prácticos, en pocos análisis es imprescindible llegar a
estudiar más allá de los bisabuelos.
A PRACTICAR - LOS 7 PASOS

Seguro que estás viviendo alguna situación o circunstancias en tu vida que se repite,
que te bloquea, que te ocasiona conflictos recurrentemente. ¿Querés solucionarla
definitivamente? ¿Quieres vivir como mereces? ¡Adelante! ¿Qué es aquello que querés
resolver? ¿Qué te preocupa? Escríbílo.

Paso 1. Propósito

Ya sabés que debes especificar. ¿Es un tema de salud, dinero o amor? ¿Carencia
económica? ¿Ruinas? ¿Inestabilidad laboral? ¿Inestabilidad de pareja? ¿Disputas
continuas de pareja? ¿Riñas familiares? ¿Traiciones personales? ¿Gastas todo el dinero
que ganas? ¿Miedos irracionales? ¿Síntomas? ¿Tristeza? ¿Emociones bloqueadas?
¿Pensamientos repetitivos?

Recordá que el transgeneracional funciona mejor cuanto más concretes el asunto que
deseas solucionar.

Para ello suele ser importante detallar el momento en que surge el conflicto personal.

Si recordás la fecha aproximada mucho mejor. ¿A qué edad sucede? ¿En qué
situaciones se manifiesta el problema? ¿Con qué personas? ¿En qué época del año?
¿Ante qué circunstancias? Especificá hasta que no seas capaz de concretar más.

Paso 2. Afinidad

Es el momento de localizar el familiar más cercano en el tiempo con el que estás


relacionado. Para ello comenzá a hacer la representación gráfica del árbol. Recordá que
podés hacerlo en un papel en blanco comenzando de modo similar al que muestra la
figura e ir construyendo la representación gráfica del árbol.

Represéntate si sos un hombre mediante un triángulo y con un círculo si sos mujer.


Escribí al lado tu nombre y fecha de nacimiento (día/mes/año). Continuá hacia arriba en
la familia y procede de modo similar con tus padres: nombre y fechas de nacimiento y
defunción si fuera el caso.

Dibujá, como mínimo, las generaciones hasta tus bisabuelos, aunque no tengas ningún
dato sobre ellos. Tu árbol debería arrancar con vos, más tus 2 padres, más tus 4
abuelos, más tus 8 bisabuelos.
En el momento en el que encuentres afinidad por fechas con algún familiar comenzá a
desarrollar el siguiente paso. Mientras, no la encuentres, seguí buscando. Analizá en
este orden a tus abuelos, bisabuelos, h os, hermanos, tíos o cualquier otro parentesco.

¿Has localizado ya al familiar al que estás unido? Genial. Podés ser su doble, maestro,
gemelo, heredero, yacente o sustituto.

Paso 3. Experiencias familiares

Escribe todo aquello que conozcas sobre el familiar en cuestión. Te recuerdo algunas
de las preguntas importantes

● ¿Qué sabes de esta persona?


● ¿Por qué le llamaron así?
● ¿Vive o ha fallecido?
● ¿Estás relacionado con ella por nombre, fecha de concepción, nacimiento o
defunción?
● Si ha fallecido ¿coincidiste con ella en vida?
● ¿Cuándo murió, tu habías sido concebido o concebida?
● ¿De qué y cómo murió?
● ¿Qué piensas de ella?
● ¿Qué piensan otros familiares?
● ¿Qué opinión tiene la familia en general?
● ¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de ella?
● ¿Qué es lo más bonito y lo más desagradable de su vida?
● ¿Cuáles son o fueron sus mayores dones y sus mayores defectos?
● ¿Qué sucesos vivió?
● ¿Vivió algún drama familiar?
● ¿Tuvo algún fracaso importante?
● ¿Qué papel tenía o tiene en la familia?
● ¿Vivió experiencias similares o relacionadas con el asunto que quieres resolver?
● ¿Qué estado de salud tiene o tenía?
● ¿Padece o padecía alguna enfermedad?
● ¿Cómo se relaciona o relacionaba con el dinero?
● ¿Lo gana o ganaba fácil o con mucho esfuerzo?
● ¿Cómo se gana o ganaba la vida?
● ¿Le gusta o gustaba su trabajo?
● ¿Depende o dependía económicamente de otras personas?
● ¿A qué dedica o dedicaba su vida?
● ¿Cuál era su relación con el trabajo?
● ¿Trabaja o trabajaba por cuenta propia o ajena?
● ¿Le gusta o gustaba su trabajo?
● ¿Cómo se relaciona o relacionaba con su pareja?
● ¿Cómo era o es su pareja con él?
● ¿Tiene h os?
● ¿Muchos o pocos?
● ¿Cómo se lleva o llevaba con sus h os, padres y demás familiares?
● ¿Qué cuentan sus amigos de ella?
● ¿Cómo la describirías?

Es interesante responder cualquier otra cuestión que surja y no esté planteada en las
anteriores preguntas.

Tal vez te parezca exagerado responder a tantas preguntas. Tomá el tiempo que
necesites. Quizá tengas que preguntar a alguien que conozca mejor las historias de tu
familia.

Es importante que respondas a todas las preguntas posibles. Las primeras no suelen
esclarecer nada. Pero conforme vas respondiendo, accedés a conocimientos familiares
más profundos, aquellos de los que nadie suele hablar porque han calado hondo.

Por este motivo tomate el tiempo necesario y respondé a estas preguntas. ¿Ya tenés las
respuestas? Continuamos.

Paso 4. Resolución. Programa, intención positiva y creencias

Fíjate bien. Respecto al asunto planteado en el paso 1 y en referencia a las experiencias


del familiar al que eres afín, ¿has localizado algo? ¿Asuntos económicos? ¿Amorosos o
afectivos? ¿De salud?

Te pongo unos ejemplos:

● Tu problema es de tristeza continua y eres yacente o sustituto de tu familiar.


● Vives con una continuada carraspera o dolor de garganta y descubres que tu
ancestro fue ahorcado.
● Sientes un rechazo irracional comer carne y resulta que tu familiar murió asfixiado
mientras comía un trozo de pollo.
● Descubres que el origen de tu miedo al agua viene a raíz de la muerte de tu tío,
ahogado en el mar.
● Tu hermana te pide dinero continuamente, repitiendo el comportamiento de la
relación de tu madre y su hermano.
● Quizá tu familiar se encargó de sustentar, abastecer y proteger a toda la familia.
Tal vez tú te veas impulsad@ a hacer lo mismo repetitivamente.
● Tu abuela enviudó y tú no te permites tener relaciones amorosas.
● No tienes deseo sexual y descubres que eres doble de la bisabuela que era violada
continuadamente por su marido.
● Tu abuela fue expulsada de casa y tú tienes sesenta años y aun vives en el hogar
donde naciste.
● Tu tendencia a la parálisis, a no tomar acción, puede encontrar su paralelismo en
que tu familiar tuvo que hacerse el muerto para sobrevivir a una situación
concreta en la guerra.
● El hermano de tu padre murió soltero y tú tienes cincuenta años y no te has
casado.
● Quizá existen sucesos dramáticos entorno al dinero y tú, actualmente, eres fiel a
una circunstancia continua de carencia económica.

Analizando las experiencias familiares detectarás el programa que repetís y descubrirás


que surgió con una intención positiva, aunque en la actualidad no cumple su función.

El patrón programado no es necesario porque la intención original no es válida para las


circunstancias actuales.

Reflexionando un poco descubrirás las creencias familiares asociadas al programa, los


pensamientos que sustentan tu comportamiento presente.

Las creencias más comunes son “el dinero no da la felicidad”, “el dinero no trae nada
bueno”, “nadie se hace rico trabajando”, “no es posible enriquecerse honradamente”,
“todos los hombres son iguales”, “todas las mujeres buscan lo mismo”, “la pareja anula tu
libertad”, “todos los hombres son unos egoístas”, “los extranjeros son peligrosos”, “mi país
es el mejor”, “en la vida hay que esforzarse mucho”, "los chicos no lloran", "nadie me
entiende", "el sexo es malo", "nadie hace las cosas como uno mismo", “todo cuesta dinero”,
"los favores hay que devolverlos", "nadie da nada gratis", "es mejor no expresar los
sentimientos", "los h os te quitan libertad", "el dinero es la causa de todos los males",
“ganarás el pan con el sudor de tu frente”, "no puedo, no soy capaz" o "que van a pensar de
mi".

Paso 5. Test

Una vez detectado el programa, comprendida su intención positiva y localizadas las


creencias que lo sustentan, ya eres consciente de que sigues un patrón de respuesta
aprendido en familia.

Este patrón fue útil a tus ancestros en un momento particular de sus vidas. Sin
embargo, en tu momento actual no tiene sentido, es anacrónico y disfuncional. ¿Ya te
has dado cuenta?

La toma de conciencia te proporciona el conocimiento de que no eres víctima de las


circunstancias sino responsable de las decisiones que tomas en tu vida. Eres libre de
decidir continuar comportándote igual o cambiar tu modo de ser y proceder respecto al
programa descubierto.

Tomar conciencia es una experiencia única, íntima y personal. Por tanto, cada persona
la vive de un modo diferente. No obstante, existen indicativos que te pueden ayudar a
saber si tu toma de conciencia ha sido real y profunda.

Es común sentir un movimiento interno similar a una sacudida o vibración energética.


Esto es consecuencia de liberar una emoción. Puedes vivir un mareo, soltar una lágrima
o sollozar.

Además, en las horas posteriores a la toma de conciencia es común sentirse más


cansado que de costumbre.

Paso 6. Acción

Proceder de modo diferente respecto del asunto planteado en el punto 1 es la prueba


definitiva de que el trabajo con tu árbol ha cumplido su objetivo. Tras la toma de
conciencia hay un cambio de perspectiva del asunto y una liberación emocional que te
facilita actuar de otro modo.

No siempre sucede inmediatamente. En ocasiones requerirás algunos días, semanas o


meses para integrar el cambio y modificar tus acciones. Esto depende de lo arraigado
que esté en vos el programa.

Una vez comprobado que tenés una capacidad resolutiva diferente, podrás estar seguro
de que todo va por buen camino. Sin embargo, la prueba definitiva de la total
integración y normalización de la situación es la palabra.

7. Palabra

Observá si hablás con naturalidad sobre ese tema. Por supuesto, cuando quieras y con
quien vos quieras. Pero sin ningún tipo de lastre emocional.

Si realmente te cuesta expresarlo, te recomiendo empezar a escribir. No hace falta que


lo guardes o que se lo muestres a nadie. Escribirlo te ayudará canalizar las emociones
hacia el exterior, y luego te resultará más fácil expresarlo verbalmente.

Por supuesto, date todo el tiempo que necesites.

Solamente vos sabrás cuando ese tema planteado en el trabajo con tu árbol ha quedado
totalmente resuelto.

Tené en cuenta que el proceso es similar a un duelo, y esto es algo MUY personal.

No es fácil saber si ha quedado resuelto. Pero si has tomado conciencia, has vivido un
cambio interior y mejora tu capacidad resolutiva ante situaciones similares, todo indica
que lo has logrado.

RESUMEN: LOS 7 PASOS

1. Propósito: Plantear concretamente el problema a solucionar.


2. Afinidad: Localizar los lazos familiares transgeneracionales intensos.
3. Experiencias familiares: Recabar toda la información posible sobre la persona a
la que somos afines.
4. Resolución: Programa, intención positiva, creencias.
5. Test: Comprobar si ha habido una toma de conciencia.
6. Acción: Tomar acciones diferentes
7. Palabra: Expresar el asunto relacionado
PRIMERA PARTE DEL ESTUDIO DEL ÁRBOL GENEALÓGICO
La recogida de datos (el territorio / la materia)

Quince preguntas que deberemos responder con total sinceridad si pretendemos


empezar a profundizar en el conocimiento de nuestro árbol genealógico. Añado unos
pequeños comentarios en cada pregunta a modo de aclaración.

1.- ¿Cuál es mi finalidad en la vida?

Hay miles de posibles respuestas, desde conseguir un buen trabajo hasta conocer el
funcionamiento del Universo. Es una pregunta fundamental, que debemos responder
con valentía. Entendiendo por finalidad el objetivo que nos marcamos en estos
momentos, que puede cambiar con el transcurso del tiempo.

2.- ¿Fui un h o deseado?

Pregunta difícil, pretendemos no saberlo, incluso mirar en otra dirección. Resulta


doloroso no ser esperado ni deseado. Tal vez nuestra madre intentó abortarnos, o
incluso puede que seamos el fruto de una violación. Sea como sea, debemos conocer la
respuesta…

3.- ¿Me querían del sexo que soy?

Si soy el segundo hermano y antes había un chico, con toda probabilidad mis padres
deseaban una niña. O bien, hay cuatro hermanas y de repente viene el niño, que será sin
duda “el deseado”.

Los padres mienten de forma inconsciente respecto a esta pregunta, dicen alguna
obviedad como: ¡lo importante es que venga bien! Pero sus actos posteriores los
delatan cuando empiezan a regalar balones de fútbol a esa tercera h a “consecutiva”...

4.- ¿Por quién o por qué eligieron mi nombre?

Me llamo Antonio, como mi padre y mi abuelo. O por el contrario, soy chica y me


pusieron el nombre de una antigua novia de mi padre. Lo ideal es tener un nombre que
nunca haya sido usado en nuestro árbol genealógico, algo que nos concederá mayores
márgenes de libertad.

5.- ¿La fecha y hora de mi nacimiento, cuál es? ¿Se asemeja a otra fecha importante
para mi familia?
Esas “casualidades” o sincronicidades: He nacido el mismo día que mi abuelo materno, o
llegué al mundo el día del aniversario de la muerte de una de mis abuelas.

6.- ¿Cómo fue mi embarazo y mi parto?

¿Sencillo, o rodeado de todo tipo de complicaciones? Nací a los siete meses, antes de
estar completamente formado o a los diez, con la sensación de que me retuvieron en
contra de mi voluntad. ¿Nací por cesárea?, ¿Mi madre murió con el parto?...

7.- ¿Me dieron de mamar? ¿Cuánto tiempo?

Cualquier situación que se de por defecto o por exceso es un “abuso”. No tuve la


experiencia de tomar leche materna, o la tomé hasta los cinco años.

8.- ¿Ocurrieron acontecimientos importantes en mi infancia? ¿Cómo es y ha sido mi


salud?

Somos como esponjas que absorbemos las emociones de ese periodo de nuestra vida.
¿Se separaron nuestros padres cuando éramos unos niños? ¿Cambiaron de país? ¿Les
afectó una guerra? ¿Un accidente los dejó marcados?

Nuestra salud es de hierro. O tal vez, durante los primeros cuatro años de mi vida sufrí
de amigdalitis... Me rompí tres veces el mismo brazo, etc.

9.- ¿De qué personas recibí cuidados, afecto y educación en mi infancia? ¿Qué
mascotas hubo en casa?

Es posible que nuestros padres estuvieran poco y la que nos atendía era nuestra abuela
materna. O sencillamente nuestra hermana mayor, 10 años mayor que nosotros, era la
que nos vigilaba.

Las mascotas: pájaros, gatos, perros, etc.

10.- ¿Qué lugar ocupo en la hermandad?

El octavo, o soy h o único y tengo todo el espacio y la atención de mis padres.

11.- ¿Qué diferencia de edad existe entre mi hermano que me antecede y yo, o entre el
que me sucede y yo?
Hermanos muy seguidos son tratados como una unidad, el territorio se reparte entre
ambos. Si uno es el simpático, el otro es el serio, pero éste será listo y el otro torpe, por
ejemplo. Hermanos entre los que hay mucha diferencia de edad, son tratados como
h os únicos, e incluso el mayor, ante un padre o una madre ausentes, puede tomar roles
paternales o maternales.

12.- ¿Cuáles son los nombres de mis hermanos (incluidos abortos y fallecidos) y las
fechas de nacimientos de cada uno de ellos?

Observemos si llevamos el nombre de un hermano muerto antes de nuestro nacimiento,


si remplazamos a un muerto. O nuestra fecha de nacimiento coincide con la de ese
aborto traumático de nuestra madre... Incluso si nacimos el día de su aniversario de
boda

13.- ¿Cómo era la convivencia con mis hermanos mientras viví con ellos? ¿Cómo es en la
actualidad?

Rivalidad absoluta y continuas peleas por el espacio, o de cooperación y fluidez. Puede


que en la actualidad la relación con nuestros hermanos sea cálida y de cooperación o
alejada y distante en todos los sentidos.

14.- ¿Hubo alguno de ellos que acaparó más atención qué los demás? ¿Por qué?

La respuesta siempre estuvo frente a nuestros ojos, tal vez no nos atrevíamos a mirarla.
Se paga un precio por ser el preferido.

15.- ¿Qué es de ellos en la actualidad? ¿Tienen pareja e h os? ¿A qué se dedican? ¿Cómo
es la salud de mis hermanos?

Pregunta fundamental para entender el tema del territorio, del espacio, del ego corporal
o material.

SEGUNDA PARTE DEL ESTUDIO DEL ÁRBOL GENEALÓGICO


(Ego libidinal)

Estas son unas preguntas que permitirán que tomemos consciencia sobre nuestro ego
libidinal, es decir sobre nuestro centro creativo y sexual.

1-¿Cuál es el nombre de mi madre? ¿Por qué o por quién se llama? ¿Cuál es el nombre de
mi padre? ¿Por qué o por quién se llama?

La genealogía es una cadena de repeticiones, debemos averiguar las influencias de


nuestros abuelos sobre sus h os (nuestros padres) Ya sabemos que con los nombres se
deslizan contratos inconscientes, muchas veces heredados de nuestros ancestros.
Repetir nombres es una sutil forma de repetir destinos...

2-¿Cuál es la fecha de nacimiento de mi madre? ¿Recuerda esa fecha a otra fecha


importante en mi familia?

Cuantas veces se observa en una familia que tras la muerte de una abuela nace una
niña, h a de una de sus nietas, que consideran idéntica a la abuela desaparecida.
Parece un engranaje de una máquina que sustituye piezas desgastadas por otras
nuevas a las que somete a una función similar. Nuestro trabajo consiste en identificar y
desactivar esas “monstruosidades”...

Aunque para ello primero debemos conocerlas, debemos realizar “una toma de
consciencia”

3-¿Cómo se llaman los hermanos de mi madre (incluidos abortados y fallecidos)?


¿Cuando nacieron? ¿A que se dedican o han dedicado? ¿Tienen o tenían pareja e h os?

Atención a este dato, si nuestro nombre coincide con el hermano mayor de nuestro
padre: ¡Pueden echarnos encima a un tío en forma de proyección!

La posición de nuestra madre en su hermandad: la mayor y responsable o la pequeña a


la que no dejan crecer.

4-¿Qué sé de la relación de mi madre con sus hermanos?

Rivalidad, celos, etc. Recordemos que nuestros padres nos marcan sexualmente. Puede
que encontremos cosas tan curiosas como dos hermanas casadas con dos hermanos,
(de otra familia) lo que significa que hay un nudo homosexual... (nudo que ya
explicaremos)

5-¿Algunos de mis tíos maternos han enfermado, han sufrido accidentes graves o han
fallecido? Describe lo sucedido.

Es una parte importante de nuestra historia familiar que debemos conocer


perfectamente. Todo accidente grave debemos interpretarlo como un intento de
suicidio. La forma de morir nos ofrece pistas valiosas sobre lo que está sucediendo en
la “trastienda” de nuestro árbol genealógico.

6-¿Cuál es la fecha de nacimiento de mi padre? ¿Recuerda esa fecha a otra fecha


importante en mi familia?

El árbol genealógico es como un puzzle, cada fecha de nacimiento es como una pieza.
Conocer todas las piezas es disponer de una información muy valiosa para identificar
patrones de repetición.

7-¿Cómo se llaman los hermanos de mi padre (incluidos abortados y fallecidos)?


¿Cuando nacieron? ¿A que se dedican o han dedicado? ¿Tienen o tenían pareja e h os?

Tal vez nuestros padres formaban parte de una familia muy numerosa, pero después
nadie tuvo h os, o muy pocos. El árbol se estancó, es posible que se trate de un árbol
que no quiere reproducirse…

Investigar sobre el tipo de trabajo que realizan. El trabajo de funcionario, conecta con
un padre-estado que continúa suministrando dinero incestuoso y que en parte limita el
crecimiento. ¿Se permitieron superar a sus padres?

8-¿Qué sé de la relación de mi padre con sus hermanos?

Descubrir con quienes mantienen buenas relaciones, a quienes ignoran. Incluso la


rivalidad con algún hermano. Tal vez dentro de la hermandad el mayor sea una figura
paterna…

9-¿Algunos de mis tíos paternos han enfermado, han sufrido accidentes graves o han
fallecido? Describe lo sucedido.

Descubrir a qué edades ocurrieron esas muertes, ¿cómo pudo afectar esa situación a
nuestros padres? Observar el tipo de enfermedad familiar que se repite, si la hay.

10-¿Qué sé de la unión de mis padres?


(Como se conocieron, que le atrajo al uno del otro, cuántos años estuvieron de novios,
como fue ese tiempo previo a que me concibieran, si se casaron, en que fecha, como
era la relación entre ambos durante mi embarazo y mi crianza).

¿Se conocieron de niños y se emparejaron? ¿Fue un encuentro tardío? Los noviazgos


extraordinariamente largos son contratos de sufrimiento y de represión sexual. O tal
vez se casaron a causa de un embarazo no deseado y nosotros nos sentimos
responsables de esa unión.

11-¿Qué forma de pensar tienen (o tenían) mis padres? ¿Cuáles eran sus creencias? ¿Me
dejaban libertad para pensar y decidir por mi mismo? (En esta y en las siguientes
preguntas especificar si hay diferentes respuestas respecto al padre y respecto a la
madre)

Examinemos sus ideas religiosas, políticas, sus niveles de estudio. El proyecto


“parental” que tenían pensado para nosotros.

12-¿Me sentí querido por mis padres (manifestaciones de cariño, abrazos, besos,
caricias, acompañamiento, comunicación de afectos)? ¿Me apoyaron para que yo me
relacionara con los demás? ¿Me dieron permiso para salir con chicas o chicos, para
elegir mis amistades y mis parejas?

Veremos cómo se relaciona la familia a nivel emocional, y libidinal. Recordemos que lo


que no nos dieron, después nosotros lo repetimos de forma inconsciente.

13-¿Me permitieron que conociera la sexualidad, sin prohibiciones o limitaciones? ¿Me


permitieron con agrado ser creativo, experimentar, hacer cosas diferentes al resto de
los familiares? ¿Me negaron en algún momento el placer?

Es un punto muy importante que nos permitirá evaluar las satisfacciones y las
frustraciones de nuestro árbol genealógico. Además de la forma de imponerlas...

14.-¿Cómo me alimentaron, en exceso, en defecto? ¿Cómo me cuidaron? ¿Permitieron


mis padres que tuviese mi propio espacio en el hogar y que estrenara mis ropas, mis
libros y mis juguetes?

Recordemos que a través de la alimentación obtenemos un cuerpo, “un templo” que


debemos cuidar.

Dice Alejandro Jodorowsky que las personas angustiadas esperan salir de esa situación
recibiendo un buen consejo psicológico o una cita de Freud o de Jung.

Sin embargo la base es el cuerpo, debemos ver lo que nos daban de comer en la infancia
y lo que comemos en este momento y por qué. Si continuemos “enganchados” con
alimentos de nuestra infancia, es porque sentimos un apego emocional por esos
primeros alimentos y con ellos nos encadenamos a la angustia.
Preguntarnos: ¿Cómo comemos y el qué? ¡Ser conscientes de este aspecto material de
nuestra vida!

También es un problema “heredar” la ropa, los libros y los juguetes de un hermano


mayor… es algo que, entre otras cosas, puede deformar nuestro cuerpo...

15.- Si le preguntáramos a tus padres cuales son (o eran) las finalidades de sus vidas
¿Qué crees tú que responderían?

Con ello estamos averiguando “la trampa” a la que se vieron sometidos, que en parte
puede deslizarse hacia nosotros, sus h os.

Tenemos niveles y límites en cada uno de nuestros cuatro egos. Debemos avanzar
milímetro a milímetro en nuestra claridad mental, buscando mejorarnos a nosotros
mismos. Aceptar nuestros límites e imperfecciones.

TERCERA PARTE DEL ESTUDIO DEL ÁRBOL GENEALÓGICO


(Ego emocional)

1.-¿Cuál es el nombre de mi abuela materna? ¿En qué fecha nació? ¿Cómo era
físicamente? ¿Qué hermanos tenía, incluidos abortos y fallecidos? ¿Cuándo nacieron?
¿Qué sé de cada uno de ellos? (profesiones, familias que formaron, anécdotas,
enfermedades, fallecimientos)

2.-¿Qué acontecimientos importantes vivió mi abuela materna? ¿Cómo fue su infancia?


¿Qué enfermedades tuvo? ¿A que se dedicó? Si ya no vive, ¿en qué fecha murió y cual
fue la causa de su muerte?¿En que fecha se casaron, o comenzaron su convivencia, mis
abuelos maternos? ¿Qué tipo de relación tenían entre ellos?

3.-¿Qué crees que hizo sufrir a tu abuela materna? ¿Qué crees que alegró más la vida de
tu abuela materna?

4.-¿Cuál es el nombre de mi abuelo materno? ¿En que fecha nació? ¿Cómo era
físicamente? ¿Qué hermanos tenía mi, incluidos abortos y fallecidos? ¿Cuándo
nacieron? ¿Qué sé de cada uno de ellos (profesiones, familias que formaron, anécdotas,
enfermedades, fallecimientos)?

5.-¿Qué acontecimientos importantes vivió mi abuelo materno? ¿Cómo fue su infancia?


¿Qué enfermedades tuvo? ¿A que se dedicó? Si ya no vive, ¿en qué fecha murió y cual
fue la causa de su muerte?

6.-¿Qué crees que hizo sufrir más a tu abuelo materno?¿Qué crees que alegró más la
vida de tu abuelo materno?

7.-¿Qué crees que deseaba más tu abuela materna? ¿Qué crees que deseaba más tu
abuelo materno?

8.-¿Cuál es el nombre de mi abuela paterna? ¿En que fecha nació? ¿Cómo era
físicamente?¿Qué hermanos tenía, incluidos abortos y fallecidos? ¿Cuándo nacieron?
¿Qué sé de cada uno de ellos (profesiones, familias que formaron, anécdotas,
enfermedades, fallecimientos)?

9.-¿Qué acontecimientos importantes vivió mi abuela paterna? ¿Cómo fue su infancia?


¿Qué enfermedades tuvo? ¿A que se dedicó? Si ya no vive, ¿en qué fecha murió y cual
fue la causa de su muerte?¿En que fecha se casaron, o comenzaron su convivencia, mis
abuelos paternos? ¿Qué tipo de relación tenían entre ellos?

10.-¿Qué crees que hizo sufrir a tu abuela paterna? ¿Qué crees que alegró más la vida de
tu abuela paterna?

11.-¿Cuál es el nombre de mi abuelo paterno? ¿En qué fecha nació? ¿Cómo era
físicamente? ¿Qué hermanos tenía, incluidos abortos y fallecidos? ¿Cuándo nacieron?
¿Qué sé de cada uno de ellos (profesiones, familias que formaron, anécdotas,
enfermedades, fallecimientos)?

12.-¿Qué acontecimientos importantes vivió mi abuelo paterno? ¿Cómo fue su infancia?


¿Qué enfermedades tuvo? ¿A que se dedicó? Si ya no vive, ¿en qué fecha murió y cual
fue la causa de su muerte?

13.-¿Qué crees que hizo sufrir más a tu abuelo paterno?¿Qué crees que alegró más la
vida de tu abuelo paterno?

14.-¿Qué crees que deseaba más tu abuela paterna? ¿Qué crees que deseaba más tu
abuelo paterno?

15.-¿Cómo era, o/y es, la relación entre tu madre y sus padres? ¿Cómo era, o/y es la
relación de tu padre con sus padres?
CUARTA PARTE DEL ESTUDIO DEL ÁRBOL GENEALÓGICO
(Ego intelectual)

El estrato de los bisabuelos es casi siempre el más desconocido, sin embargo es


fundamental llegar a él, por su relación directa con nuestras creencias, nuestras ideas
locas, nuestras limitaciones intelectuales.

¿Nos hemos parado a pensar alguna vez de que forma veían nuestros ocho bisabuelos la
vida?

Cualquier dato de este estrato es útil para conocernos mejor, y sobre las probables
lagunas que existan, edificaremos con la imaginación, castillos de historias que sirvan
para sanarnos.

Pasemos a las preguntas:

1.-¿Cuál es el nombre de la madre de mi abuela materna? ¿Cuáles son las fechas de su


nacimiento y de su muerte? ¿Qué sé de la historia personal de la madre de mi abuela
materna?

2.-¿Cuál es el nombre del padre de mi abuela materna? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal del padre de mi abuela
materna?

3.-¿Cuál es el nombre de la madre de mi abuelo materno? ¿Cuáles son las fechas de su


nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal de la madre de mi abuelo
materno?

4.-¿Cuál es el nombre del padre de mi abuelo materno? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal del padre de mi abuelo
materno?

5.-¿Cuál es el nombre de la madre de mi abuela paterna? ¿Cuáles son las fechas de su


nacimiento y de su muerte? ¿Qué sé de la historia personal de la madre de mi abuela
paterna?

6.-¿Cuál es el nombre del padre de mi abuela paterna? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal del padre de mi abuela
paterna?
7.-¿Cuál es el nombre de la madre de mi abuelo paterno? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal de la madre de mi abuelo
paterno?

8.-¿Cuál es el nombre del padre de mi abuelo paterno? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal del padre de mi abuelo
paterno?

9.-¿Qué sé de las creencias de los padres de mi abuela materna? ¿Cómo criaron y


educaron a sus h os?

10.-¿Qué sé de las creencias de los padres de mi abuelo materno? ¿Cómo criaron y


educaron a sus h os?

11.-¿Qué sé de las creencias de los padres de mi abuela paterna? ¿Cómo criaron y


educaron a sus h os?

12.-¿Qué sé de las creencias de los padres de mi abuelo paterno? ¿Cómo criaron y


educaron a sus h os?

13.-¿Cuál crees que sería la finalidad de vida de cada uno de tus 8 bisabuelos? 14.-¿Cuál
es el miembro más desconocido de tu árbol? ¿Qué le darías si pudieras?

15.-Me detengo unos instantes. ¿Qué siento después de contestar a las preguntas de
este cuestionario?

Muy importante es que te tomes tu tiempo, no te asustes por la aparente avalancha de


información, cuantas más cosas sepas más sencillo resultará todo.

El sólo hecho de comenzar a recopilar datos, o incluso de estar leyendo este artículo, ya
es dar un paso. “Un viaje de miles de kilómetros comienza siempre por un paso”, como
dejó escrito Lao-Tsê.

Para terminar esta primera parte, te dejo una reflexión de Carl Jung sobre este tema:

“Cuando trabajaba en mi árbol genealógico, entendí la extraña comunión del destino que
me une a mis antepasados. Tuve el fuerte presentimiento de que estaba bajo la influencia
de actos y problemas que quedaron incompletos, no resueltos por mis padres, mis
abuelos, y mis otros antepasados. Tuve la impresión de que a menudo en la familia hay un
Karma impersonal transmitido de padres a h os. Siempre pensé que tenía que responder
preguntas ya hechas a mis antepasados o que tenía que concluir, o continuar los
problemas no resueltos previamente”.
CINCO PUNTOS PARA EMPEZAR A INTERPRETAR EL ÁRBOL GENEALÓGICO

Vamos a imaginar que ya tenemos los datos de nuestra investigación.

1.- ¿Qué lugar ocupas en tu hermandad? sólo unos apuntes rápidos sobre lo que
llamaremos el ego material

Todos los problemas con la hermandad pueden desembocar en dificultades con el


dinero, las posesiones, el territorio. Recordemos que los problemas con la hermandad
no resueltos, de adultos, se trasladan a la pareja, los amigos, los compañeros y los
vecinos.

Son tantas las variables que interaccionan en la psique de cada individuo que sería
imposible hacer correspondencias universales, válidas para todos.

Pero hay ciertas correlaciones que se repiten con bastante frecuencia:

- Eres h o único y tienes todo el espacio para ti. Aunque también, todos los
proyectos que tus padres tenían para “sus h os”, recaen sobre ti. Puede que en la
vida te cueste entender el concepto de jerarquía y te cueste compartir.

- El segundo h o cuando el mayor es niño o la segunda h a cuando la mayor es


niña. Tal vez te esperaron de un sexo diferente... Normalmente el que nace el
segundo acepta bien papeles secundarios y desarrolla con ahínco sus dones
para intentar alcanzar los privilegios del promogénito.

Existe una relación directa entre el número de años de diferencia entre los
hermanos y el derecho de “ocupar todo el territorio disponible para un h o”.

Digamos que si nacen dos h os muy seguidos, inconscientemente la familia los


trata como uno solo, de manera que si uno es el listo, guapo, come bien,
ordenado y es artista, el otro es el cariñoso, simpático, mal comedor, despistado
y trabajador, por ejemplo. ¡Pero cuidado! Que no se le ocurra al listo tener gracia,
¡eso es territorio del otro!...

- El pequeño de la hermandad: no quieren que crezcas, te instalan en una


adolescencia perpetua. Generalmente es el que hace pareja con uno de sus
padres y, congelarlos en la adolescencia, los mantiene a ellos en una fantasía de
juventud eterna: “si este pequeño no crece, nosotros no envejecemos” (detrás
está el miedo a la muerte).
Por ello, cuando el pequeño sale de casa, el padre, la madre o ambos desarrollan
enfermedades o aceleran el proceso de envejecimiento, lo que provoca en el h o
un retorno total o parcial.

Le otorgan inconscientemente la misión de cuidador que éste acepta para expiar


el sentimiento de culpa.

- Estás justo en el centro, repites cosas del mayor y del pequeño: te dieron la
posición más compleja. Muchas veces la vida es una verdadera lucha por
encontrar tu lugar.

- Tienes un hermano que es 10 años mayor que tú: en realidad tu hermano actúa
más como un padre o madre para ti. Al fin, eres h o único, pero con más de dos
padres, lo que se traduce con frecuencia en desobediencia a todos o conflictos
de lealtad que neurotizan.

- Una gran bola de hermanos, en un momento dado no había medios para


subsistir y empezó el exilio...se pierde el territorio. En la “bola” suelen suceder
abusos a todos los niveles y que los padres consciente o inconscientemente
consienten.

2.- Los dos linajes

Por encima de nuestra hermandad, toda la mitad izquierda está destinada a nuestro
linaje femenino (nuestra madre y sus ancestros) La mitad derecha es la del linaje
paterno.

- ¿De qué parte tenemos más información? Con frecuencia, la parte de la que
tenemos más datos es aquella que ha influido más en nuestra educación y
formación. Es muy difícil que los dos linajes estén equilibrados.

- Los huecos, son fallos en la transmisión, esconden conflictos en generaciones


anteriores a la nuestra. ¿Hay secretos? o ¿cortes afectivos? Más adelante
veremos que estos huecos los debemos “rellenar” con historias sanadoras, cada
laguna de información una novela llena de sentido y de consciencia. Lo que le
damos al árbol nos lo estamos dando a notros mismos.

- ¿Llevamos el nombre de alguno de nuestros tíos o tías? ¿De los abuelos? ¿De los
bisabuelos? Si es así tenemos un nudo narcisista, al que dedicaremos todo un
capítulo para explicarlo. De momento subraya con un color todos los nombres del
árbol genealógico que sean como el tuyo. Y puedes dar un grito de alegría si tu
nombre no está repetido... ¡Enhorabuena!

3.- La forma en la que han muerto nuestros ancestros

- Los accidentes son suicidios encubiertos


- Los problemas cardíacos son resultado de dificultades emocionales

En realidad, cada enfermedad y cada muerte es una fuente de información valiosísima


sobre la biografía del ancestro que analicemos y las relaciones con los que convivió.

4.- Edades a las que se casaron nuestros padres y a la que concibieron los h os

- Casi todo en el árbol es fruto de la repetición, cuando se deja de repetir es que se


avanza. Las fidelidades con sus propios padres hacen que los h os repitan sus
guiones de vida una y otra vez.

5.- ¿Se repiten los trabajos?

Cuando una madre proyecta en el h o a su propio padre que era carpintero, el pequeño
empezará a jugar con el martillo enseguida.

A veces, no se permite superar al padre médico, y el h o se hace enfermero.


CEREMONIA DE ENTIERRO DE LOS NO NACIDOS

Esta ceremonia es para MIS h os no nacidos, no es para los de mi hermana, mi amiga,


etc…

Segunda posibilidad, para mis hermanos NO nacidos...

También para enterrar a aquellos ancestros que han sido desconocidos.

● Tomar un objeto preciado, o puede ser también una piedrita


● Le pongo intención y le pido que represente a mi no nacido
● Le pido a mi no nacido que se ubique en esta piedra u objeto
● Le pido a mi conciencia que deposite ahí la esencia de mi no nacido, que
deposite todo lo que yo siento por mi no nacido.
● Puedo llevarla unos días conmigo para que se impregne de mi energía, pero no
mucho.
● Ojo con los bloqueos: No tengo tiempo, se me perdió la tierra, etc.

Entierro: EN TIERRA: No en un balcón, no en una maceta… Tiene que hacerse en la


madre tierra: En una plaza, en un parque, en el jardín de casa, la orilla de un río… Esto es
fundamental.

El o conscientemente un día y un momento.

Si siento o se cual es el sexo, le pongo un nombre de acuerdo a eso. Si no lo se, o no lo


presiento, le pongo algún nombre que me resuene. Puedo anotar el nombre en la piedra,
con un indeleble, o anotar ese nombre en un papelito y pegarlo a la piedra.

Si quiere participar alguien puede hacerlo, pero nadie se sienta obligado.

Hago un pozo, la entierro y en total conexión me voy a expresar con ese ser: “Vengo
finalmente a despedirte, a reconocerte, a darte mi lugar, sos mi h o nro tal… Mi h o
“fulano” no es el primero, vos sos el primero y el es el segundo… voy a hacerte un lugar en
la familia. Vas a tener tu lugar, va a haber en mi casa un objeto que te represente, o un
poema de alguien con tu nombre…”

(Por ejemplo, si el h o se llamaba Jorge, puedo tener en casa un cuadro con un poema
de Jorge Luis Borges, que lo represente)

Voy a decir todo lo que sienta que le tengo que decir, todo…
Y le doy la bienvenida al clan familiar.

Fin de la ceremonia.
Bibliografía utilizada y sugerida:

● López Gómez, Aurelio. Transgeneracional Aplicado: Libera tus creencias


familiares y transforma tu vida (Biblioteca Aurelio López nº 1)
● Rodriguez, Luz. Pido permiso a mis padres: Claves Sistémicas para una Vida
mejor
● Deniz, Octavio. Cómo sanar tu árbol genealógico
● Wolder, Angeles. Herramientas terapéuticas, Proyecto y Sentido, y Memorias
transgeneracionales.
● París, Diana. Mandatos Familiares
● París, Diana. Secretos familiares: ¿decretos personales?
● Anne Ancelin Schützenberger. ¡Ay mis abuelos!
● Rosario de la Rosa. El escarabajo rojo: liberá tu carga transgeneracional
● Jodorowsky, Alejandro; Costa, Marianne. Metagenealogía: 58 (El Ojo del Tiempo)

También podría gustarte