Taller #5 - Bases Del Transgeneracional - Árbol Genealógico
Taller #5 - Bases Del Transgeneracional - Árbol Genealógico
Taller #5 - Bases Del Transgeneracional - Árbol Genealógico
Para ciertos niños de hoy, ya no se puede decir que han nacido del encuentro de un
hombre y de una mujer: la fecundación se hizo por el esperma puesto en banco
anónimamente o la gestación por una madre portadora.
Sucede lo mismo con nuestra familia. Criados por nuestros vecinos, seríamos
totalmente diferentes. Las personas que nos educan bebé, niño, adolescente, nos dan
un patrimonio psicogenealógico. Tomemos el caso más frecuente en que nuestros
padres biológicos son los que velan por nosotros.
Durante nuestro crecimiento, nos identificábamos con nuestra madre o nuestro padre.
Estos gigantes, para los pequeños que somos, representan el mundo, la realidad, la
verdad. Los imitamos, aprendiendo a través de ellos lo que significa ser humano, ser
hombre, ser mujer, lo que es la pareja, la familia. Descubrimos la vida a través de ellos.
Después de sufrir un conjunto de proyecciones familiares e identificarnos con nuestros
padres y ciertas personalidades de nuestro árbol genealógico, instalamos muy
naturalmente un sistema de repeticiones.
Pero reaccionar “a lo opuesto de” siempre es actuar “en función de”. Para la mayoría de
nosotros, en algunos campos de nuestra vida, estas repeticiones conllevan conflictos
interiores. No hacemos lo que deseamos y no deseamos lo que hacemos. Se efectúa
una separación entre nuestro consciente que expresa ciertas aspiraciones y nuestro
inconsciente que traduce deseos desconocidos, oscuros, reprimidos.
En lo más hondo de nosotros, no sólo viven nuestros padres, sino que también los
padres de éstos, o sea nuestros abuelos, incluso nuestros bisabuelos aun cuando no los
hayamos conocido.
Adentro nuestro viven también amigos de la familia, adultos que amamos u odiamos
durante nuestra infancia (servicio doméstico, maestro o profesor, médico, religiosos,
etc.), niños, adolescentes que eran nuestros amigos íntimos o nuestros compañeros.
EPIGENÉTICA
Todos tenemos una memoria biológica, que transporta los resultados de lo que ha
vivido toda la humanidad ante situaciones de conflicto biológico, y una memoria
psíquica, que contiene las vivencias, las creencias, los valores y la forma de vivir y de
reaccionar de nuestro linaje.
Los impactos positivos serán nuestros recursos para afirmarnos en la vida; las tareas
inacabadas, el trabajo que tendremos a nivel personal para conseguir cerrar ciclos. En
caso contrario, volverán a transmitirse a las siguientes generaciones.
Hasta hace muy poco se creía que la transmisión biológica se realizaba mediante los
genes y que en ellos venía el “destino”, que se consideraba inamovible en cuanto a
enfermedades, síntomas o características propias de la persona.
Estos elementos pueden modificar los genes sin alterar su secuencia de ADN y esas
modificaciones llegan a transmitirse a los descendientes. Es decir, se transmite la
manera de vivir las situaciones conflictivas.
Tomando como ejemplo este último caso, podríamos encontrar a una persona que
dedica todo su tiempo a su profesión y no es capaz de parar.
Todo aquello que no ha sido resuelto se manifiesta a menudo en otras generaciones con
existencias problemáticas (“no consigo tener pareja estable”, “no me quedo embarazada”,
“me enfado con facilidad”, “las reacciones con mis h os son desproporcionadas”, “obligo al
resto a hacer cosas y no entiendo por qué”, etc.), con enfermedades o accidentes.
El estudio del genograma suele durar meses o incluso años, y se suele hacer de
memoria.
Pretende investigar en profundidad todos los aspectos del clan y de cada uno de sus
miembros. Su objetivo es levantar el velo tras el que se puede descubrir los lazos
inconscientes que nos mantienen unidos a la familia y que nos perjudican o
condicionan.
Dicho así, podría parecer que es menos efectivo e incluso menos útil. Pero años de
práctica le están proporcionando unas altas cotas de popularidad porque supone una
extraordinaria herramienta para multitud de disciplinas.
De este modo, se posiciona como un método ideal para las personas que tienen muy
claro cuál es su problema. Es una herramienta directa y altamente efectiva. Y ahí pienso
que radica el secreto de su éxito. Pues breve y fácilmente resuelve asuntos que pueden
estar condicionándonos durante muchos años.
Existen una serie de requisitos necesarios para comenzar el trabajo de sanación del
árbol familiar.
Rigor:
En un estudio psicogenealógico hay dos tipos de datos. Por un lado están aquellos que
son hechos factuales y que pueden ser verificados en documentos. Por ejemplo, la
fecha de nacimiento de una persona, o el tiempo durante el cual un hombre ha prestado
servicio militar.
Por otro lado, existen datos que forman parte de relatos familiares que no pueden ser
verificados. Por ejemplo, las descripciones acerca de cómo era el carácter de alguien
que no hemos conocido personalmente.
Sea cual sea el origen de los datos, es esencial que seamos rigurosos con la
información que recojamos durante nuestra investigación, anotando todo lo que pueda
ser de interés del modo más preciso posible, sin quitar ni añadir nada de nuestra
cosecha.
Apertura:
La indagación que se propone en este libro no es para personas pusilánimes, sino para
aquellos que se atreven a conocer aquello que está oculto, para los que desean
liberarse de los nudos generacionales, sean del tipo que sean.
La recompensa de esta apertura es una vida más libre de obstáculos para nosotros y
nuestros descendientes.
No juzgar:
Esto no quiere decir que uno no pueda tener un criterio ético sobre lo que está bien o
mal.
Por ejemplo, ¿se pueden juzgar los hechos que comete un hombre que ha sido forzado a
participar en una guerra? Sería fácil hacerlo si tenemos en cuenta que nosotros no nos
hemos visto en esa situación.
Pero como es lógico, una cuestión es ver los problemas de otras personas desde una
posición neutral, y otra muy distinta, encontrarnos en esas mismas situaciones. Así,
matar a otras personas, aunque sea en la guerra, es algo deplorable.
Pero todo aquel que se haya visto obligado a cumplir órdenes bajo una severa amenaza
contra su integridad física, quizá vea las cosas de una perspectiva muy diferente.
De este modo, aunque uno pueda estar legítimamente en contra de la guerra, resultará
difícil juzgar a aquellos que se hayan visto obligados a participar en ellas contra sus
deseos.
Flexibilidad mental:
Entrar en el mundo transgeneracional puede ser un buen ejercicio mental, que nos
obligará a pensar de un modo diferente al que estamos acostumbrados. Un ejemplo lo
hemos visto en el apartado anterior, con respecto a los juicios morales.
Hay que tener en cuenta que, desde el punto de vista generacional, el tiempo no existe.
De este modo, las historias de los antepasados están presentes y tienen repercusión en
lo que estamos viviendo ahora, mostrando su impacto también hacia el futuro.
La parte más positiva de este enfoque es que podemos resolver ahora problemas que
vienen arrastrados del pasado familiar, mejorando así la calidad de vida no sólo de las
personas que viven actualmente, sino de las que aún no han nacido.
Además, hay que tener en cuenta la perspectiva sistémica, de la que hablaremos más
adelante. Una perspectiva que nos obliga a mirar a los individuos no como seres
aislados, sino como parte de algo más amplio, de un sistema familiar en el que las
relaciones que se establecen entre las personas son tan importantes como las propias
personas.
De este modo, todos realizamos actos que son incomprensibles si se intentan analizar
desde la perspectiva de un yo aislado del mundo, pero perfectamente razonables si se
encuadran dentro de una lealtad ciega al clan al que pertenecemos.
Un ejemplo claro de esto es cuando defendemos a “los nuestros” contra toda lógica,
sólo porque nos sentimos más cerca de ellos que de quienes les atacan. Sin una mente
abierta difícilmente podremos comenzar nuestra inmersión en el mundo genealógico.
LA PSICOGENEALOGÍA
La idea esencial que está detrás de la comprensión psicogenealógica del ser humano es
que, detrás de los síntomas y los conflictos que vivimos en nuestra vida presente, están
presentes los problemas sin resolver de nuestros antepasados.
Así, podemos entender cómo muchos comportamientos extraños, enfermedades
repentinas, desgracias o bloqueos en el amor, el trabajo o la economía, suceden en
nuestra vida sin que aparentemente haya una causa reconocible que los esté
provocando.
A través del análisis genealógico, se vuelve fácil de entender cómo por ejemplo, el nieto
necesita emigrar del mismo modo que lo hizo su abuelo, como muchos se auto-limitan
para no superar a sus progenitores, o cómo los h os repiten patrones de
comportamiento nocivos que se remontan a varias generaciones atrás.
La visión psicogenealógica, que puede parecer extraña a nuestra percepción del ser
humano, basada en el estudio de la personalidad o el carácter individual, es muy común
en casi todas las culturas tradicionales del planeta.
En realidad, este saber no hace sino unirnos con algo ancestral, el reconocimiento de
que estamos conectados con nuestros antepasados, en otras palabras, que la historia
familiar, con sus promesas y sus amenazas, es muy importante para la construcción de
lo que somos.
Entender que el colectivo tiene un poder muy fuerte sobre el individuo es algo que aún
nos cuesta asumir, pero que tiene una gran importancia cuando ese colectivo es
nuestra propia familia, representada no sólo por la influencia evidente que nuestros
padres tienen sobre nosotros, sino por toda la historia familiar, ya que ésta tiene un
peso considerable a la hora de definir quiénes somos y de mostrarnos cuáles son los
caminos correctos o incorrectos en la vida, como veremos más adelante.
De este modo, acogemos tanto la idea tradicional de que una persona solo es feliz cuando
está en armonía con los deseos de su sistema familiar, como el concepto, más
contemporáneo de que todos necesitamos crear nuestro propio camino, individualizarnos
y generar así un destino propio que nos ayude a ser más felices.
Un sistema es una organización de cualquier tipo, en la cual, sus miembros tienen una
estrecha conexión entre sí. De este modo, todo lo que sucede dentro de un sistema afecta
de una manera u otra a todos los miembros del mismo.
En otras palabras, aquello que se soluciona, no genera dolor transgeneracional, sino los
temas que quedan pendientes, lo que se oculta, lo que se teme, lo que no se sana
correctamente.
No hace falta que hayas conocido a ese antepasado, ni es preciso vivir en el mismo país
o región. Todo lo que ha existido en la familia, existe dentro tuyo, y probablemente
también todo lo que pueda existir en el futuro.
Esto tiene dos derivadas. La primera, que ya hemos visto, es que podemos estar
sufriendo conflictos en nuestra vida que no están directamente relacionados con
nuestros propios actos, sino que vienen heredados de conflictos familiares ancestrales
que están sin resolver.
La segunda, de tipo positivo, es que podemos resolver esos conflictos familiares que
actúan en nosotros. En algunos casos, puede suceder que al desatar el nudo familiar
que hemos heredado, se den cambios en las personas de nuestro entorno, aunque esto
no siempre se puede asegurar.
En todo caso, uno no debe trabajar en sí mismo para resolver los conflictos de otros
miembros de la familia, sino para desatar los propios nudos y acceder a una vida más
plena. Si lo que te sana a vos, sana a tu pareja, a tus padres o a tus hermanos, es una
excelente noticia, pero ese no debería ser tu primer objetivo, puesto que nadie puede
hacer nada por los otros que no haya hecho antes para sí mismo.
Hay que reseñar que existe una excepción a lo dicho. Los h os siempre sienten la
mejoría de sus padres, independientemente de la edad que tengan.
De manera que todo lo que resuelvas en vos va a tener un efecto muy positivo sobre tus
h os, si los tenés. Ni siquiera es preciso que les expliques nada de lo que hagás, si no lo
deseás.
Más allá de ser una mera recopilación de nombres, fechas y parentescos, tal como se
observa en cualquier árbol genealógico, un genograma puede contener datos acerca de
la profesión de los miembros del clan, de sus conflictos internos, de los subsistemas
que forman, de las enfermedades, los accidentes o los acontecimientos relevantes de la
vida.
Cada persona se representa de manera individual, pero unida a aquellos miembros del
sistema con quien tiene una conexión genealógica directa (padres, cónyuges e h os).
Las líneas de conexión son horizontales para los matrimonios y para los hermanos. Las
líneas son verticales para representar la descendencia.
Los fallecidos se pueden indicar con una “X” o con una cruz.
Se puede simbolizar a los hombres con un triángulo y a las mujeres con un círculo.
Quien arranca el árbol (el consultante) siempre se le hace un recuadro de color para
identificarlo rápidamente.
RECOGIENDO LOS PRIMEROS DATOS
Nos centraremos en nuestros hermanos, padres, tíos, abuelos con sus hermanos y
bisabuelos. En primer lugar deberemos dedicar un tiempo a la recogida de datos sobre
cada uno de ellos.
Falta de información objetiva: sea cual sea nuestro esfuerzo, no podremos jamás
conocer "toda la verdad" pues numerosos rastros materiales objetivos pueden haber
sido borrados por avatares de la vida. Esto es verdad en todas las familias y en todas las
culturas.
Resistencia familiar: los testigos aún vivos no pueden o no quieren contar cosas que
saben por vergüenza, pudor, agotamiento, pérdida de memoria, negarse a colaborar,
etc.
Por ejemplo, se puede haber dicho a alguien que su llegada al mundo "fue muy buena"
cuando en verdad se necesitaron fórceps, dos días de parto y además nació prematuro.
Otro hecho muy corriente es que, en el momento de preguntar a una persona sobre su
infancia, responda que fue muy querido/-a y además componga un cuadro idílico de sus
relaciones familiares aunque, en realidad, estuvieran marcadas por numerosas
carencias o abusos.
Nuestra propia resistencia: de una manera u otra el árbol, desde el interior de nosotros
mismos, rehúsa ceder ciertas informaciones. Si descubrimos una verdad, un hecho
desconocido que choca contra nuestra resistencia y omitimos anotarlo, puede que lo
borremos como si hubiera sido sólo un sueño. En estos casos, "olvidamos" o "perdemos"
detalles de un valor precioso.
En cierta medida, estos tres obstáculos estarán siempre presentes. Pero con calma y
perseverancia podremos aprender muchas cosas sobre nuestro árbol genealógico.
Y es precisamente en ese punto donde más útil nos resulta esta fase de recopilación de
información, pues nos sirve para delimitar todo lo que humanamente es posible
conocer: la prudencia, la lucidez y el método ante todo.
He aquí los elementos que, idealmente, de mínima, deberemos ser capaces de recopilar
para estudiar el árbol genealógico.
Datos que deberían estar disponibles de todos nuestros ascendientes en línea directa
(bisabuelos, abuelos y sus hermanos, padres y tíos), así como de nosotros mismos y
nuestros hermanos y hermanas:
1. Anotar los nombres y apellidos de todos los que componen el árbol
Básicamente, el nombre propio es una suma de sonidos por medio de la cual se nos
identifica. Por consiguiente, el nombre es un elemento clave en nuestra identidad
adquirida al que pueden ir asociadas diversas maldiciones (en el caso de que nos
hubieran puesto el nombre de una persona enferma, muerta, loca, marginada) o
proyecciones (cuando nuestro nombre coincide con el de alguien de quien habremos de
recoger su antorcha para culminar esa tarea que no pudo finalizar, etc.).
Según la cultura de que se trate, a los niños se les pone uno o varios nombres propios al
nacer. En muchas sociedades, a los h os se les da el nombre de alguno de sus abuelos,
el de su padrino o el de su madrina, además del de sus padres.
Estos elementos debemos tomarlos en cuenta, no minimizarlos: en todos los casos, los
nombres propios revelan algo de la transmisión inconsciente al trabajo genealógico.
Podríamos interesarnos por la fecha o la época en que se formaron las parejas, las
circunstancias en que lo hicieron, verificar si la fecha de matrimonio es anterior o
posterior a la concepción del primer h o de la pareja, etcétera.
En realidad se trata de circunscribir la existencia de cada persona para poder tener así
una visión esquemática y concreta a la vez: ¿A qué edad murieron mis antepasados?
¿Qué edad tenían cuando contrajeron matrimonio? ¿Los nacimientos tuvieron lugar fuera
del matrimonio? ¿Quién era el mayor de todos los hermanos y quién el benjamín? ¿A qué
edad tal persona perdió a su madre? Etc.
3. Aclarar las causas o circunstancias de los fallecimientos (no limitarse a "por vejez",
"por accidente")
Sea con un diagnóstico médico preciso, sea por un caso de accidente, hay que tener
una imagen lo más precisa posible de lo que ocurrió. La muerte sigue siendo, en nuestra
sociedad, un tabú muy importante. Y más aún si se trata de una muerte prematura o
accidental.
En el caso de las personas de edad cuya vida nos resulta escasamente conocida, es
muy frecuente que las circunstancias de sus fallecimientos nos puedan informar sobre
sus caracteres, sus heridas secretas o su nivel de conciencia.
Al igual que en la antigua China un hombre de bien, antes de exhalar su último aliento,
procuraba recitar un poema con el que sus allegados lo recordarán, se puede decir que
nuestra forma de morir es nuestro último poema, nuestro postrer mensaje a las
generaciones siguientes.
4. Anotar el número de h os que haya tenido cada pareja (si es posible, incluir también
los h os pequeños fallecidos, los embarazos malogrados y los abortos, pues podrían
permanecer en la memoria inconsciente como hermanos o hermanas "fantasma")
Estos datos resultan a veces muy difíciles de obtener, y mucho más de mujeres que, en
realidad, no están decididas a hablar de sus embarazos interrumpidos de forma
voluntaria o no.
De ahí por qué los abortos, los embarazos malogrados o las muertes prematuras de una
o varias criaturas pueden pesar psíquicamente sobre el resto de la familia, sobre todo si
la madre no tuvo el tiempo o los medios precisos para hacer, en su momento, el
correspondiente duelo.
Para las amas de casa es importante conocer las circunstancias de su vida como madre
de familia (con/sin ayuda doméstica en la casa, por ejemplo). Puede igualmente resultar
muy interesante investigar el desfase entre una vocación o los estudios realizados y la
profesión con la cual la persona finalmente se gana la vida.
Una breve biografía de cada uno de sus miembros, como si se tratara de escribir una
noticia periodística resumiendo los acontecimientos más destacados de su existencia,
será sumamente útil a la hora de caracterizar las líneas de fuerza que manejan nuestro
destino.
Todas estas cuestiones encontrarán una respuesta tanto más clara cuanto más
intensamente nos dediquemos a reconstruir la trayectoria de todos y cada uno de los
miembros del árbol, y no solamente de ciertos "héroes", positivos o negativos: como el
tío que hizo fortuna en América, la tía abuela prostituta y muerta en la mayor de las
decadencias, el notable y respetado abuelo que fue alcalde de su pueblo, etc.
Éstos son, con mucha frecuencia, los personajes que más atraen la atención de la
familia. Pero es bueno estar muy atentos para poder completar el cuadro.
7. Tener idea de las relaciones entre los diferentes miembros de la familia (en
particular, las rivalidades y relaciones privilegiadas que se tuvieron entre hermanos y
hermanas, padres e h os, etc.)
Sean tabú o no, en algunas familias existen lazos predominantes de solidaridad, de
complicidad, de conflicto entre padres e h os o entre miembros de una misma
estructura fraternal, etc.
En general, como todos somos conscientes en nuestra infancia de los vínculos y las
oposiciones en relación con la obra familiar, resulta crucial poder conocer la infancia de
nuestros padres y abuelos, y si fueron los "preferidos", los "marginados", los
"bondadosos" o los "malvados" y cómo, cada uno, tuvo que desempeñar su rol en la
economía familiar.
Puede haber personas que, aunque no estén relacionadas con nosotros por vínculos de
sangre, hayan ejercido una influencia determinante en nuestro árbol, y es conveniente
destacar su existencia. Es el caso también de padrinos y madrinas, si han tenido una
influencia decisiva sobre el niño.
Fuentes de las que podemos extraer una valiosa información pueden ser:
Los datos facilitados por nuestros padres, primos, tíos, amigos de la familia o vecinos
son, con mucha frecuencia, el mejor de todos los recursos.
Por ejemplo:
Se pueden también reconsiderar o modificar las preguntas más personales para que no
resulten inconvenientes. Por ejemplo:
"¿Alguno de ustedes tenía una afinidad especial con su madre?" en vez de "¿Quién
era el preferido de su madre?".
"¿Qué cosas tenían en común? ¿Qué prototipo de pareja crearon? ¿Hacia qué
aspecto enfocaron su unión?" en vez de "¿Qué tal se llevaban tus padres?".
Sin embargo, se puede obtener de ellas información objetiva (fechas, lugares…) así
como datos de algunos acontecimientos relevantes (viajes, accidentes,
hospitalizaciones…).
Con frecuencia, los traumas del árbol se nombran de una manera muy vaga porque, en
el momento de suceder el accidente, la ruina económica, el exilio, la agonía o el duelo,
guardar silencio sobre el hecho en cuestión era una forma de sufrir menos. Pero diez,
veinte o treinta años después resulta importante –por ejemplo, en una muerte por
accidente de tráfico– saber cosas como quién conducía el coche, quién fue el
responsable, si la persona murió en el acto, quién la vio primero, etc.
El hecho de tener una imagen borrosa del acontecimiento supone, a su vez, prolongar
un dolor que ya no nos incumbe, y que, si no se expresa debidamente de una vez por
todas, actúa sobre nosotros de otra manera (como una fobia, una vergüenza, una
creencia, etc.).
Para el inconsciente, y particularmente para la parte infantil del ser, una muerte
prematura, violenta o accidental es recordada como un suicidio ("La persona en
cuestión se habría podido salvar si..."), como un abandono ("¿Cómo es posible que él/ella
no haya tenido la fuerza necesaria de sobrevivir por mí?, ¿es que no me amaba lo
suficiente?") o quizá también como un asesinato ("Tiene que existir un responsable", que
en el caso de una mujer muerta durante el parto lo sería el bebé, el padre que se lo
engendró o la incompetencia del médico que la atendió).
Al fin y al cabo, incluso las lagunas que pudiera haber en el árbol acaban suministrando
información: siempre revelarán una falta de transmisión (sea de conciencia, de
información, de amor, etc.) entre alguno de nuestros padres o abuelos y sus
antepasados.
De forma similar, las familias "castigan" a quienes ven como culpables de un conflicto
afectivo, no transmitiendo su nombre u otras informaciones sobre su persona a los
descendientes.
Principales portales de Genealogía para recopilar datos a través de Internet
● www.myheritage.es
● www.ancestry.com
● www.familysearch.org
● www.geni.com
● www.geneanet.org
● www.jewishgen.org
Permite consultar on-line (GRATIS) la base de datos más completa sobre arribos de
inmigrantes a la Argentina.
● www.cemla.com/buscador
● Grupos de Facebook sobre inmigrantes: Si bien es algo que lleva tiempo, son
gratuitos y la gente es MUY colaborativa.
UN SISTEMA DE REPETICIONES
Verse rechazado y expulsado del pueblo, de la tribu o del seno materno implica morir de
hambre, de frío o sufrir el ataque de bestias salvajes. En numerosos contextos
culturales de hoy, ser rechazado por la propia familia equivale a ponerse en peligro
social y económicamente.
El clan nos ata y no nos permite evolucionar nada más que en una dirección dada.
Son muchas las familias actuales en las que todavía se pueden encontrar ecos de una
pertenencia forzada tipo:
Para comenzar a identificarlas, señalemos que las más flagrantes son en general:
Sin embargo, todas estas repeticiones pueden ser todavía más sutiles con uno o más
elementos que evolucionan de una generación a otra:
Un nombre propio puede ser casi el anagrama de otro cuando todas las letras del
nombre del h o/-a están contenidas en el del padre o la madre: ALEjAnDro crea Adela y
ANGUsTIaS crea Agustín; también puede comenzar por la misma inicial o tener el
mismo número de sílabas: Verónica, Valeria, Vanesa, etc.; o en una misma familia se
pueden encontrar grupos de letras o de sílabas que se repiten: eulALia, ALfredo,
PascuAL, vALeria, vidAL, ALberto, etc.).
La fecha en que un h o/-a fue concebido es, en ocasiones, tan elocuente como la de
su nacimiento (por ejemplo, un bebé nacido en abril había sido concebido en julio,
exactamente en la misma fecha del aniversario de su abuelo materno:
inconscientemente, la madre había incluido a su propio padre –del cual se celebraba
entonces el aniversario– en el acto sexual en el que se engendró su h o).
Ciertos oficios son inversos unos de otros. Esta oposición puede ser simbólicamente
interesante: por ejemplo, en un linaje de zapateros surge repentinamente un peluquero,
como si cabeza y pies buscarán unirse, o separarse.
Un opuesto que puede esconder una vinculación podría ser este caso: "Mi padre es
alto, rubio, de ojos azules y europeo, pero a mí sólo me gustan los hombres menudos,
morenos de piel y procedentes de otros continentes. Así, enamorándome de personas tan
opuestas a él, no destrono a mi padre".
Por ejemplo, si mis antepasados emigraron a España en una época en la que este país
les parecía muy remoto, es posible que las generaciones siguientes escojan América
Latina como nuevo horizonte a conquistar (la lengua que se habla es la misma).
Existe afinidad entre las personas relacionadas por fechas de concepción, nacimiento o
fallecimiento, ya que estos acontecimientos implican cambios muy drásticos que
suponen una transición informacional y energética importante.
Así pues, las fechas se relacionan por diferencias de tres, o nueve meses. Existiendo
afinidad entre los meses 1,4,7 y 10; 2, 5, 8 y 11; 3, 6, 9 y 12.
El doble, dentro del árbol genealógico, es aquella persona o personas con las cuales
existe una afinidad importante (muchas veces inconsciente), a través de la cual
heredamos programas (vivencias, conflictos, creencias, enfermedades, conductas,
etc.).
Cuando nos dicen que somos dobles de alguien, lo que quiere decir es que estamos en
resonancia con ese ancestro, es decir, que llevamos parte de su información
inconsciente.
Como para el inconsciente no existe la dualidad, lo que vamos a heredar son programas
y estos se pueden manifestar en una polaridad o en otra.
Cuando estamos en la misma polaridad que nuestro ancestro, se dice que duplicamos el
programa y si estamos en la polaridad contraria utilizamos el término reparar.
Podemos ser doble de los que "duplican" o de los que "reparan" el programa. Esto lo voy a
explicar con un ejemplo muy sencillo.
Si duplicás el programa, ese programa te va a llevar a ser alcohólico o a tener algún tipo
de adicción.
En cambio, si reparás este programa, es muy probable que no te guste nada el alcohol, y
sobre todo no soportarás a la gente que bebe mucho.
Hay formas diferentes de reparar un mismo programa. Partiendo del ejemplo anterior
podrías reparar:
El inconsciente, a veces, tiene mucho sentido del humor y podemos vernos duplicando
o reparando programas de maneras diversas y muy sutiles.
En ocasiones, la persona de la que soy doble tuvo un conflicto en vida que no solucionó,
y yo puedo somatizar ese conflicto.
Pongamos que eres doble de una tía que no pudo tener h os, porque por el motivo que
sea "se le pasó el tren", es decir, se le pasó el tiempo y no los tuvo.
Ella vivió esto en silencio y sintiendo que el tiempo se le escapaba.
Como vos sos doble de esa tía, podrías somatizar un problema de tiroides (la tiroides es
un conflicto de tiempo "me falta tiempo, se me escapa el tiempo, etc.").
Podés ser doble por muchos motivos, aunque me voy a centrar en los que considero
más importantes. Son estos:
Si tienes un parecido físico muy importante, eres doble. Todos en la familia podemos
tener cierto parecido físico, pero cuando el parecido pasa a parecer una fotocopia,
seguro que eres doble.
Por las fechas de nacimiento, muerte y concepción. Por ejemplo, cuando naces el
mismo día que nace o muere otra persona, también diríamos que eres doble.
Quiero dejar claro que ser doble de alguien no es ni bueno ni malo, simplemente quiere
decir que vamos a heredar sus programas.
Heredamos muchas cosas positivas para nuestra experiencia de vida, y otras que
pueden ser muy limitantes.
Recuerda que el árbol no se mira de arriba hacia abajo, pensando "¿qué me puede
pasar?", sino de abajo arriba… "¿qué me pasa?, y de ahí parto a buscar la lógica de mi
árbol".
Pero puede ocurrir que nuestro comportamiento sea semejante, que tengamos las
mismas manías o aficiones análogas, vivamos iguales desgracias, nos digan que nos
parecemos mucho a un familiar o incluso desarrollemos los mismos síntomas
patologías y enfermedades.
Estas evidencias son más que suficientes para concluir que somos dobles de un
familiar.
Respecto a la consideración de las fechas de muerte seré más específico más adelante.
YACENTE
Existe cuando la persona nace en una fecha relacionada con la de muerte de otro
familiar.
Así, una persona yacente “aglutina” las emociones no expresadas de los miembros de la
familia. Se suele decir que a la persona fallecida “no se le lloró” lo suficiente y no se
habla de ella, esto se puede manifestar de diferentes modos.
La energía emocional del yacente es de las más intensas que se puedan detectar en un
análisis transgeneracional. Por eso, lo principal es localizar al muerto y empezar a
hablar de él entre los familiares y con naturalidad, para que las palabras ayuden a
desbloquear las sensaciones de culpa, tristeza, frustración o ira.
HEREDERO UNIVERSAL
La condición necesaria es que el heredero debe haber sido ya concebido cuando muera
su familiar.
La dificultad práctica suele encontrarse en los casos en los que el heredero ha sido
concebido, aunque no ha nacido todavía. Por este motivo es conveniente prestar
especial atención, en el momento de la muerte de un familiar, a las mujeres
embarazadas de la familia.
ARMAR EL ÁRBOL
El siguiente paso es representar a los padres con sus nombres y sus correspondientes
fechas.
Seguro que estás viviendo alguna situación o circunstancias en tu vida que se repite,
que te bloquea, que te ocasiona conflictos recurrentemente. ¿Querés solucionarla
definitivamente? ¿Quieres vivir como mereces? ¡Adelante! ¿Qué es aquello que querés
resolver? ¿Qué te preocupa? Escríbílo.
Paso 1. Propósito
Ya sabés que debes especificar. ¿Es un tema de salud, dinero o amor? ¿Carencia
económica? ¿Ruinas? ¿Inestabilidad laboral? ¿Inestabilidad de pareja? ¿Disputas
continuas de pareja? ¿Riñas familiares? ¿Traiciones personales? ¿Gastas todo el dinero
que ganas? ¿Miedos irracionales? ¿Síntomas? ¿Tristeza? ¿Emociones bloqueadas?
¿Pensamientos repetitivos?
Recordá que el transgeneracional funciona mejor cuanto más concretes el asunto que
deseas solucionar.
Para ello suele ser importante detallar el momento en que surge el conflicto personal.
Si recordás la fecha aproximada mucho mejor. ¿A qué edad sucede? ¿En qué
situaciones se manifiesta el problema? ¿Con qué personas? ¿En qué época del año?
¿Ante qué circunstancias? Especificá hasta que no seas capaz de concretar más.
Paso 2. Afinidad
Dibujá, como mínimo, las generaciones hasta tus bisabuelos, aunque no tengas ningún
dato sobre ellos. Tu árbol debería arrancar con vos, más tus 2 padres, más tus 4
abuelos, más tus 8 bisabuelos.
En el momento en el que encuentres afinidad por fechas con algún familiar comenzá a
desarrollar el siguiente paso. Mientras, no la encuentres, seguí buscando. Analizá en
este orden a tus abuelos, bisabuelos, h os, hermanos, tíos o cualquier otro parentesco.
¿Has localizado ya al familiar al que estás unido? Genial. Podés ser su doble, maestro,
gemelo, heredero, yacente o sustituto.
Escribe todo aquello que conozcas sobre el familiar en cuestión. Te recuerdo algunas
de las preguntas importantes
Es interesante responder cualquier otra cuestión que surja y no esté planteada en las
anteriores preguntas.
Tal vez te parezca exagerado responder a tantas preguntas. Tomá el tiempo que
necesites. Quizá tengas que preguntar a alguien que conozca mejor las historias de tu
familia.
Es importante que respondas a todas las preguntas posibles. Las primeras no suelen
esclarecer nada. Pero conforme vas respondiendo, accedés a conocimientos familiares
más profundos, aquellos de los que nadie suele hablar porque han calado hondo.
Por este motivo tomate el tiempo necesario y respondé a estas preguntas. ¿Ya tenés las
respuestas? Continuamos.
Las creencias más comunes son “el dinero no da la felicidad”, “el dinero no trae nada
bueno”, “nadie se hace rico trabajando”, “no es posible enriquecerse honradamente”,
“todos los hombres son iguales”, “todas las mujeres buscan lo mismo”, “la pareja anula tu
libertad”, “todos los hombres son unos egoístas”, “los extranjeros son peligrosos”, “mi país
es el mejor”, “en la vida hay que esforzarse mucho”, "los chicos no lloran", "nadie me
entiende", "el sexo es malo", "nadie hace las cosas como uno mismo", “todo cuesta dinero”,
"los favores hay que devolverlos", "nadie da nada gratis", "es mejor no expresar los
sentimientos", "los h os te quitan libertad", "el dinero es la causa de todos los males",
“ganarás el pan con el sudor de tu frente”, "no puedo, no soy capaz" o "que van a pensar de
mi".
Paso 5. Test
Este patrón fue útil a tus ancestros en un momento particular de sus vidas. Sin
embargo, en tu momento actual no tiene sentido, es anacrónico y disfuncional. ¿Ya te
has dado cuenta?
Tomar conciencia es una experiencia única, íntima y personal. Por tanto, cada persona
la vive de un modo diferente. No obstante, existen indicativos que te pueden ayudar a
saber si tu toma de conciencia ha sido real y profunda.
Paso 6. Acción
Una vez comprobado que tenés una capacidad resolutiva diferente, podrás estar seguro
de que todo va por buen camino. Sin embargo, la prueba definitiva de la total
integración y normalización de la situación es la palabra.
7. Palabra
Observá si hablás con naturalidad sobre ese tema. Por supuesto, cuando quieras y con
quien vos quieras. Pero sin ningún tipo de lastre emocional.
Solamente vos sabrás cuando ese tema planteado en el trabajo con tu árbol ha quedado
totalmente resuelto.
Tené en cuenta que el proceso es similar a un duelo, y esto es algo MUY personal.
No es fácil saber si ha quedado resuelto. Pero si has tomado conciencia, has vivido un
cambio interior y mejora tu capacidad resolutiva ante situaciones similares, todo indica
que lo has logrado.
Hay miles de posibles respuestas, desde conseguir un buen trabajo hasta conocer el
funcionamiento del Universo. Es una pregunta fundamental, que debemos responder
con valentía. Entendiendo por finalidad el objetivo que nos marcamos en estos
momentos, que puede cambiar con el transcurso del tiempo.
Si soy el segundo hermano y antes había un chico, con toda probabilidad mis padres
deseaban una niña. O bien, hay cuatro hermanas y de repente viene el niño, que será sin
duda “el deseado”.
Los padres mienten de forma inconsciente respecto a esta pregunta, dicen alguna
obviedad como: ¡lo importante es que venga bien! Pero sus actos posteriores los
delatan cuando empiezan a regalar balones de fútbol a esa tercera h a “consecutiva”...
5.- ¿La fecha y hora de mi nacimiento, cuál es? ¿Se asemeja a otra fecha importante
para mi familia?
Esas “casualidades” o sincronicidades: He nacido el mismo día que mi abuelo materno, o
llegué al mundo el día del aniversario de la muerte de una de mis abuelas.
¿Sencillo, o rodeado de todo tipo de complicaciones? Nací a los siete meses, antes de
estar completamente formado o a los diez, con la sensación de que me retuvieron en
contra de mi voluntad. ¿Nací por cesárea?, ¿Mi madre murió con el parto?...
Somos como esponjas que absorbemos las emociones de ese periodo de nuestra vida.
¿Se separaron nuestros padres cuando éramos unos niños? ¿Cambiaron de país? ¿Les
afectó una guerra? ¿Un accidente los dejó marcados?
Nuestra salud es de hierro. O tal vez, durante los primeros cuatro años de mi vida sufrí
de amigdalitis... Me rompí tres veces el mismo brazo, etc.
9.- ¿De qué personas recibí cuidados, afecto y educación en mi infancia? ¿Qué
mascotas hubo en casa?
Es posible que nuestros padres estuvieran poco y la que nos atendía era nuestra abuela
materna. O sencillamente nuestra hermana mayor, 10 años mayor que nosotros, era la
que nos vigilaba.
11.- ¿Qué diferencia de edad existe entre mi hermano que me antecede y yo, o entre el
que me sucede y yo?
Hermanos muy seguidos son tratados como una unidad, el territorio se reparte entre
ambos. Si uno es el simpático, el otro es el serio, pero éste será listo y el otro torpe, por
ejemplo. Hermanos entre los que hay mucha diferencia de edad, son tratados como
h os únicos, e incluso el mayor, ante un padre o una madre ausentes, puede tomar roles
paternales o maternales.
12.- ¿Cuáles son los nombres de mis hermanos (incluidos abortos y fallecidos) y las
fechas de nacimientos de cada uno de ellos?
13.- ¿Cómo era la convivencia con mis hermanos mientras viví con ellos? ¿Cómo es en la
actualidad?
14.- ¿Hubo alguno de ellos que acaparó más atención qué los demás? ¿Por qué?
La respuesta siempre estuvo frente a nuestros ojos, tal vez no nos atrevíamos a mirarla.
Se paga un precio por ser el preferido.
15.- ¿Qué es de ellos en la actualidad? ¿Tienen pareja e h os? ¿A qué se dedican? ¿Cómo
es la salud de mis hermanos?
Pregunta fundamental para entender el tema del territorio, del espacio, del ego corporal
o material.
Estas son unas preguntas que permitirán que tomemos consciencia sobre nuestro ego
libidinal, es decir sobre nuestro centro creativo y sexual.
1-¿Cuál es el nombre de mi madre? ¿Por qué o por quién se llama? ¿Cuál es el nombre de
mi padre? ¿Por qué o por quién se llama?
Cuantas veces se observa en una familia que tras la muerte de una abuela nace una
niña, h a de una de sus nietas, que consideran idéntica a la abuela desaparecida.
Parece un engranaje de una máquina que sustituye piezas desgastadas por otras
nuevas a las que somete a una función similar. Nuestro trabajo consiste en identificar y
desactivar esas “monstruosidades”...
Aunque para ello primero debemos conocerlas, debemos realizar “una toma de
consciencia”
Atención a este dato, si nuestro nombre coincide con el hermano mayor de nuestro
padre: ¡Pueden echarnos encima a un tío en forma de proyección!
Rivalidad, celos, etc. Recordemos que nuestros padres nos marcan sexualmente. Puede
que encontremos cosas tan curiosas como dos hermanas casadas con dos hermanos,
(de otra familia) lo que significa que hay un nudo homosexual... (nudo que ya
explicaremos)
5-¿Algunos de mis tíos maternos han enfermado, han sufrido accidentes graves o han
fallecido? Describe lo sucedido.
El árbol genealógico es como un puzzle, cada fecha de nacimiento es como una pieza.
Conocer todas las piezas es disponer de una información muy valiosa para identificar
patrones de repetición.
Tal vez nuestros padres formaban parte de una familia muy numerosa, pero después
nadie tuvo h os, o muy pocos. El árbol se estancó, es posible que se trate de un árbol
que no quiere reproducirse…
Investigar sobre el tipo de trabajo que realizan. El trabajo de funcionario, conecta con
un padre-estado que continúa suministrando dinero incestuoso y que en parte limita el
crecimiento. ¿Se permitieron superar a sus padres?
9-¿Algunos de mis tíos paternos han enfermado, han sufrido accidentes graves o han
fallecido? Describe lo sucedido.
Descubrir a qué edades ocurrieron esas muertes, ¿cómo pudo afectar esa situación a
nuestros padres? Observar el tipo de enfermedad familiar que se repite, si la hay.
11-¿Qué forma de pensar tienen (o tenían) mis padres? ¿Cuáles eran sus creencias? ¿Me
dejaban libertad para pensar y decidir por mi mismo? (En esta y en las siguientes
preguntas especificar si hay diferentes respuestas respecto al padre y respecto a la
madre)
12-¿Me sentí querido por mis padres (manifestaciones de cariño, abrazos, besos,
caricias, acompañamiento, comunicación de afectos)? ¿Me apoyaron para que yo me
relacionara con los demás? ¿Me dieron permiso para salir con chicas o chicos, para
elegir mis amistades y mis parejas?
Es un punto muy importante que nos permitirá evaluar las satisfacciones y las
frustraciones de nuestro árbol genealógico. Además de la forma de imponerlas...
Dice Alejandro Jodorowsky que las personas angustiadas esperan salir de esa situación
recibiendo un buen consejo psicológico o una cita de Freud o de Jung.
Sin embargo la base es el cuerpo, debemos ver lo que nos daban de comer en la infancia
y lo que comemos en este momento y por qué. Si continuemos “enganchados” con
alimentos de nuestra infancia, es porque sentimos un apego emocional por esos
primeros alimentos y con ellos nos encadenamos a la angustia.
Preguntarnos: ¿Cómo comemos y el qué? ¡Ser conscientes de este aspecto material de
nuestra vida!
15.- Si le preguntáramos a tus padres cuales son (o eran) las finalidades de sus vidas
¿Qué crees tú que responderían?
Con ello estamos averiguando “la trampa” a la que se vieron sometidos, que en parte
puede deslizarse hacia nosotros, sus h os.
Tenemos niveles y límites en cada uno de nuestros cuatro egos. Debemos avanzar
milímetro a milímetro en nuestra claridad mental, buscando mejorarnos a nosotros
mismos. Aceptar nuestros límites e imperfecciones.
1.-¿Cuál es el nombre de mi abuela materna? ¿En qué fecha nació? ¿Cómo era
físicamente? ¿Qué hermanos tenía, incluidos abortos y fallecidos? ¿Cuándo nacieron?
¿Qué sé de cada uno de ellos? (profesiones, familias que formaron, anécdotas,
enfermedades, fallecimientos)
3.-¿Qué crees que hizo sufrir a tu abuela materna? ¿Qué crees que alegró más la vida de
tu abuela materna?
4.-¿Cuál es el nombre de mi abuelo materno? ¿En que fecha nació? ¿Cómo era
físicamente? ¿Qué hermanos tenía mi, incluidos abortos y fallecidos? ¿Cuándo
nacieron? ¿Qué sé de cada uno de ellos (profesiones, familias que formaron, anécdotas,
enfermedades, fallecimientos)?
6.-¿Qué crees que hizo sufrir más a tu abuelo materno?¿Qué crees que alegró más la
vida de tu abuelo materno?
7.-¿Qué crees que deseaba más tu abuela materna? ¿Qué crees que deseaba más tu
abuelo materno?
8.-¿Cuál es el nombre de mi abuela paterna? ¿En que fecha nació? ¿Cómo era
físicamente?¿Qué hermanos tenía, incluidos abortos y fallecidos? ¿Cuándo nacieron?
¿Qué sé de cada uno de ellos (profesiones, familias que formaron, anécdotas,
enfermedades, fallecimientos)?
10.-¿Qué crees que hizo sufrir a tu abuela paterna? ¿Qué crees que alegró más la vida de
tu abuela paterna?
11.-¿Cuál es el nombre de mi abuelo paterno? ¿En qué fecha nació? ¿Cómo era
físicamente? ¿Qué hermanos tenía, incluidos abortos y fallecidos? ¿Cuándo nacieron?
¿Qué sé de cada uno de ellos (profesiones, familias que formaron, anécdotas,
enfermedades, fallecimientos)?
13.-¿Qué crees que hizo sufrir más a tu abuelo paterno?¿Qué crees que alegró más la
vida de tu abuelo paterno?
14.-¿Qué crees que deseaba más tu abuela paterna? ¿Qué crees que deseaba más tu
abuelo paterno?
15.-¿Cómo era, o/y es, la relación entre tu madre y sus padres? ¿Cómo era, o/y es la
relación de tu padre con sus padres?
CUARTA PARTE DEL ESTUDIO DEL ÁRBOL GENEALÓGICO
(Ego intelectual)
¿Nos hemos parado a pensar alguna vez de que forma veían nuestros ocho bisabuelos la
vida?
Cualquier dato de este estrato es útil para conocernos mejor, y sobre las probables
lagunas que existan, edificaremos con la imaginación, castillos de historias que sirvan
para sanarnos.
2.-¿Cuál es el nombre del padre de mi abuela materna? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal del padre de mi abuela
materna?
4.-¿Cuál es el nombre del padre de mi abuelo materno? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal del padre de mi abuelo
materno?
6.-¿Cuál es el nombre del padre de mi abuela paterna? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal del padre de mi abuela
paterna?
7.-¿Cuál es el nombre de la madre de mi abuelo paterno? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal de la madre de mi abuelo
paterno?
8.-¿Cuál es el nombre del padre de mi abuelo paterno? ¿Cuáles son las fechas de su
nacimiento y de su muerte?¿Qué sé de la historia personal del padre de mi abuelo
paterno?
13.-¿Cuál crees que sería la finalidad de vida de cada uno de tus 8 bisabuelos? 14.-¿Cuál
es el miembro más desconocido de tu árbol? ¿Qué le darías si pudieras?
15.-Me detengo unos instantes. ¿Qué siento después de contestar a las preguntas de
este cuestionario?
El sólo hecho de comenzar a recopilar datos, o incluso de estar leyendo este artículo, ya
es dar un paso. “Un viaje de miles de kilómetros comienza siempre por un paso”, como
dejó escrito Lao-Tsê.
Para terminar esta primera parte, te dejo una reflexión de Carl Jung sobre este tema:
“Cuando trabajaba en mi árbol genealógico, entendí la extraña comunión del destino que
me une a mis antepasados. Tuve el fuerte presentimiento de que estaba bajo la influencia
de actos y problemas que quedaron incompletos, no resueltos por mis padres, mis
abuelos, y mis otros antepasados. Tuve la impresión de que a menudo en la familia hay un
Karma impersonal transmitido de padres a h os. Siempre pensé que tenía que responder
preguntas ya hechas a mis antepasados o que tenía que concluir, o continuar los
problemas no resueltos previamente”.
CINCO PUNTOS PARA EMPEZAR A INTERPRETAR EL ÁRBOL GENEALÓGICO
1.- ¿Qué lugar ocupas en tu hermandad? sólo unos apuntes rápidos sobre lo que
llamaremos el ego material
Son tantas las variables que interaccionan en la psique de cada individuo que sería
imposible hacer correspondencias universales, válidas para todos.
- Eres h o único y tienes todo el espacio para ti. Aunque también, todos los
proyectos que tus padres tenían para “sus h os”, recaen sobre ti. Puede que en la
vida te cueste entender el concepto de jerarquía y te cueste compartir.
Existe una relación directa entre el número de años de diferencia entre los
hermanos y el derecho de “ocupar todo el territorio disponible para un h o”.
- Estás justo en el centro, repites cosas del mayor y del pequeño: te dieron la
posición más compleja. Muchas veces la vida es una verdadera lucha por
encontrar tu lugar.
- Tienes un hermano que es 10 años mayor que tú: en realidad tu hermano actúa
más como un padre o madre para ti. Al fin, eres h o único, pero con más de dos
padres, lo que se traduce con frecuencia en desobediencia a todos o conflictos
de lealtad que neurotizan.
Por encima de nuestra hermandad, toda la mitad izquierda está destinada a nuestro
linaje femenino (nuestra madre y sus ancestros) La mitad derecha es la del linaje
paterno.
- ¿De qué parte tenemos más información? Con frecuencia, la parte de la que
tenemos más datos es aquella que ha influido más en nuestra educación y
formación. Es muy difícil que los dos linajes estén equilibrados.
- ¿Llevamos el nombre de alguno de nuestros tíos o tías? ¿De los abuelos? ¿De los
bisabuelos? Si es así tenemos un nudo narcisista, al que dedicaremos todo un
capítulo para explicarlo. De momento subraya con un color todos los nombres del
árbol genealógico que sean como el tuyo. Y puedes dar un grito de alegría si tu
nombre no está repetido... ¡Enhorabuena!
4.- Edades a las que se casaron nuestros padres y a la que concibieron los h os
Cuando una madre proyecta en el h o a su propio padre que era carpintero, el pequeño
empezará a jugar con el martillo enseguida.
Hago un pozo, la entierro y en total conexión me voy a expresar con ese ser: “Vengo
finalmente a despedirte, a reconocerte, a darte mi lugar, sos mi h o nro tal… Mi h o
“fulano” no es el primero, vos sos el primero y el es el segundo… voy a hacerte un lugar en
la familia. Vas a tener tu lugar, va a haber en mi casa un objeto que te represente, o un
poema de alguien con tu nombre…”
(Por ejemplo, si el h o se llamaba Jorge, puedo tener en casa un cuadro con un poema
de Jorge Luis Borges, que lo represente)
Voy a decir todo lo que sienta que le tengo que decir, todo…
Y le doy la bienvenida al clan familiar.
Fin de la ceremonia.
Bibliografía utilizada y sugerida: