Tema 3 Mg. Sc. Adolfo Mendoza
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CAPITULO III
Contabilidad agrícola
De las diferentes definiciones expuestas por distintos autores sobre el concepto de
contabilidad agrícola, me permito exponer una, que creo que puede cubrir las expectativas
de nuestro querido lector:
Es una técnica para registrar la actividad de una empresa agrícola a través de la anotación
sistemática, cualitativa y cuantitativa de sus estados de situación y variación de los mismos,
teniendo como base fundamental la información.
Importancia de la contabilidad agrícola
Uno de los principales problemas en nuestro país, dedicada a la producción agrícola en un
buen porcentaje, es que se encuentra con una deficiente cuantificación y presentación de las
transacciones de las empresas agrícolas, por no contar con un adecuado sistema contable.
La empresa tanto del sector público como privado, tienden a darle más consistencia a la
explotación agrícola, prueba de ello es que existen financiamientos con bajos intereses a largo
plazo y sobre todo apoyo y asistencia técnica que brindan varios países, de manera preferente
europeos y asiáticos.
Pues bien, al ser la contabilidad el lenguaje predilecto y común con que hablan los negocios,
será necesario adecuar este lenguaje al rubro agrícola con fin de garantizar una razonable
veracidad y confianza en la información financiera.
De aquí nace la importancia de la contabilidad agrícola, pues al no contar con patrones
definidos para el registro, evaluación y presentación de las operaciones contables y
financieras, las empresas de este sector están utilizando diversidad de criterios, y lo que
pretendemos es presentar un sistema contable unificado, con la opción de que se pueda
mejorar y presentar nuevos sistemas.
MANUAL DE CONTABILIDAD AGRICOLA Y GANADERA Mg. Sc. ADOLFO MENDOZA Y.
Proceso agrícola
Considerados tanto el análisis de la actividad agrícola como los elementos que se tiene que
tomar en cuenta para la transformación en realidad productiva, es necesario que el empresario
como el administrador tengan un profundo conocimiento de todo lo que es el proceso
agrícola, es decir, las etapas que surgen en un ciclo de producción.
Comienza con la preparación del terreno que forma parte del capital agrario y termina con lo
cosecha de los productos obtenidos.
En este proceso se cumplen varias etapas, que se pueden agrupar en los siguientes pasos:
1. Preparación de tierras
2. Siembra y uso de semilla
3. Trabajos de postsiembra (cuidados y mantenimiento)
4. Cosecha y/o recolección
1. Preparación de tierras
La preparación del terreno, se inicia con la roturación, cuyo objetivo es desbloquear los
nutrientes para hacerlos asimilables a las plantas, cumpliendo de esta manera una etapa de la
producción.
La técnica de roturar el suelo que toma un tiempo necesario hasta el momento de la siembra,
que es el lapso requerido para que pueda producirse la transferencia mencionada, se llama
barbecho. Este trabajo es necesario porque un terreno roturado (desbarbechado), tiene
mayor absorción de agua, y por otro lado cumple con la nitrificación o fertilización de la
tierra.
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Este proceso avanza en forma más o menos lenta, porque está condicionada al tipo de suelo
donde se trabaja, como también depende de las condiciones de humedad y de temperatura
para su celeridad y mayor consistencia.
Durante el tiempo que se requiere para este trabajo, se utilizan maquinaria especial y
herramientas, etapa muy importante porque se está preparando "la cama de siembra", porque
en ella la semilla, que requiere de una determinada dosis de humedad y temperatura y que es
variable para cada cultivo, encontrará la benevolencia para su germinación.
2. Siembra y uso de semilla
Concluido los trabajos de preparación de tierras, viene el proceso de la siembra.
El primer aspecto a considerar en ésta etapa es el momento oportuno, el tiempo de la siembra,
que debe estar unido a la disponibilidad de maquinaria y capacidad de trabajo, el no tomar
en cuenta éstos elementos, se puede trabar el cumplimiento de los objetivos trazados.
Determinados el momento y viabilidad de cumplimiento, es necesario el cálculo de la
cantidad de semilla, de acuerdo a la calidad de la misma, calidad que está determinada por
su pureza, poder de germinación y energía germinativa.
La pureza de la semilla está dada por la categoría y por los elementos que la acompañan. El
poder de germinación es el porcentaje de granos de una cantidad determinada, que están en
posibilidad de germinación, pues podemos encontramos con semillas aparentemente munidas
de buenas cualidades y que en el momento de desarrollar demuestran sus deficiencias, por
tanto, lo que vale es la cantidad de semilla en condiciones óptimas de germinación y no
cantidad de semilla depositada en la tierra preparada.
En cuanto a la energía germinativa podemos manifestar que es el lapso que demora la semilla
para germinar.
Conocida la calidad de la semilla, de la cual dependerá la cantidad a ser utilizada para tener
en el cultivo una densidad óptima de plantas por superficie, densidad que a su vez dependerá
del suelo y del clima.
Aquí se cumple la ley de los rendimientos decrecientes. Cada unidad de superficie tiene un
límite máximo para soportar un número determinado de plantas, pasado el cual la
competencia entre ellas disminuye los rendimientos. Por otra parte, sabemos que cada planta
tiene un límite de producción, de tal suerte que cuando faltan plantas en un terreno
determinado los rendimientos también disminuyen.
Determinado el número de plantas deseables para el cultivo y la calidad de la semilla, se
puede calcular la densidad óptima de siembra.
En nuestro medio y casi en todas las zonas dedicadas a la agricultura, la densidad del cultivo
se calcula en función de los Kg. de semilla que se siembra por hectárea. Para entendidos en
la materia manifiestan que tal sistema es deficiente y promueven la regulación de la siembra
por cantidad de semilla por unidad de superficie, es decir por metro cuadrado o por metro
lineal.
Además de la calidad y cantidad de semillas, es necesario tomar en cuenta la correcta y
uniforme distribución en la superficie; esto significa que no exista ausencia de plantas en
algunos lugares y puntos en donde estas se encuentran amontonadas, pues el rendimiento se
verá afectado por el déficit de plantas en una parte, y por exceso en otra. Estas deficiencias
ya son superadas en gran parte por la maquinaria que nos presenta el mundo industrial
agrícola.
Otro aspecto a ser considerado es la forma de siembra, es decir, cómo se dispone el cultivo
en el lote. En nuestro medio en las empresas familiares se utiliza el voleo (al vuelo), que
significa arrogar la semilla con la mano en forma esparcida, sistema que es muy imperfecto,
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convierten en la máquina de la empresa, es decir, dentro de los activos fijos y es por esta
razón que de forma inmediata al formar parte de los activos de producción se procede a la
amortización respectiva, claro está, tomando en cuenta la fecha de ingreso.
Los segundos denominados cultivos transitorios, son aquellos cuyo ciclo de producción
concluye dentro de un ejercicio económico, desapareciendo con la cosecha la planta en
producción, es por esta razón que no se amortizan.
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De los cuadros que acabamos de mostrar tanto de los cultivos transitorios como de los
permanentes, nacen las cuentas que se serán utilizadas en el sistema contable que
proponemos.