Ontología III

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Protocolo de Ontología.

                                        Clase del viernes 22 de noviembre de 2019.

David Hume fue un pensador de talante escéptico, naturalista e ilustrado. Su


pensamiento insiste en el carácter falible de nuestras facultades cognitivas y en la
continuidad entre el entendimiento humano y el instinto animal. Redactó una obra
titulada Investigación sobre el entendimiento humano, donde muchos de los
razonamientos y principios contenidos en este tomo fueron publicados en una obra de
tres volúmenes titulada  A Treatise of  Human Nature (Tratado de la Naturaleza
Humana). 

El propósito de esta serie de investigaciones es dilucidar la naturaleza de las


verdades o certezas y su falibilidad. El autor escocés distinguió dos tipos de
razonamientos separándolos por el modo de concebir a cada uno su tema de
investigación. Hume comenzaría así su sección IV de su investigación: 

Todos los objetos que caen bajo la razón o investigación humana pueden
dividirse de forma natural en dos clases, a saber: relaciones de ideas y cuestiones
de hechos. 1 

Las relaciones de ideas todos aquellos objetos cuyo conocimiento son verdades
bien intuitiva bien demostrativamente ciertas. Se puede comprender que tres veces
cinco es igual a la mitad de treinta y que esto expresa una relación entre números, “entre
ideas” según la terminología de Hume. Para aclarar lo que dice Hume sobre el
conocimiento de las relaciones de ideas, sostiene que intuitivamente ciertas son aquellas
verdades o conocimientos que la razón conoce de manera inmediata, es decir, sin
necesidad de prueba o demostración. Por el contrario, son demostrativamente ciertas
aquellas certezas que el entendimiento conoce a través de una serie encadenada de
demostraciones o pruebas y razonamientos que tienen como base o fundamento
verdades intuitivamente ciertas. Las primeras verdades se expresan en proposiciones
que son axiomas. Las segundas verdades se expresan en proposiciones que son teoremas
y que se derivan de los axiomas por una serie de pasos lógicos. David Hume decía:

1
Proposiciones de esta clase pueden descubrirse por la mera operación del
pensamiento, sin depender de nada que pudiera existir en cualquier parte del
universo. 2. 

Para Hume los juicios sobre las relaciones de ideas son juicios analíticos. No
necesitan de experiencia sensorial para saber si son verdad y, por tanto, son
intuitivamente ciertos o demostrativamente ciertos. El predicado de estos juicios va
inmerso en el sujeto. Son necesarios y no extensivos, ya que no proporcionan más
información sobre el objeto de conocimiento del que este ya contiene. Simplemente lo
explicitan o aclaran: El todo es mayor que las partes. 

Cuando tratamos con sucesos propios de la naturaleza, es decir, con estímulos


que proceden de esta, la situación cambia a la hora de emitir un juicio. Esto se da
porque sobre un objeto de la naturaleza se pueden emitir juicios contradictorios y no se
puede probar al instante cuál de ellos es verdadero. El juicio “El sol no saldrá mañana”
no es un juicio posible que no es contradictorio aunque acabe no siendo verdad. Si se
afirma que mañana saldrá el sol, es un juicio que puede ser verdad. Pero hasta que no
llegue el día de mañana no se puede llegar a una conclusión certera sobre el juicio, ya
que no se ha dado dicho suceso y siempre puede pasar que no salga el sol, por muy poco
probable que sea. Se puede investigar qué probabilidad hay de que se dé un juicio u
otro, pero el resultado de estos no se podrá saber con certeza.

Los sucesos u objetos de conocimiento de la naturaleza sobre los que se emite un


juicio son cuestiones de hecho y se fundamentan en unos argumentos alejados de la
razón pura entendida pura como a priori. Si se entiende a la razón como la mayor parte
de la tradición hacía, según un modelo perceptivo, como la facultad que nos permite
captar conexiones inteligibles entre ideas de manera inmediata o mediata, intuitiva o
demostrativamente, entonces dice Hume que una razón pura no es la facultad que nos
permite descubrir cuestiones de hecho.

Los razonamientos sobre los hechos tienen todos la misma naturaleza. No se


obtienen, en ningún caso, mediante razonamientos a priori sino por experiencia. Con
respecto del descubrimiento de estos conocimientos sobre la naturaleza, Hume dirá: 

2
Me aventuraré a afirmar, como proposición general que no admite excepción,
que el conocimiento de esta relación no se obtiene mediante razonamientos a
priori: sino que nace completamente de la experiencia cuando encontramos que
cualesquiera objetos particulares están constantemente conjuntados entre sí. 3.

A diferencia de las relaciones de ideas, cuyos conocimientos a priori están


fundamentados en una serie de axiomas en los cuales la falibilidad es nula, el
conocimiento de las cuestiones de hecho es de naturaleza y certeza probabilística.

En este ámbito entran en acción los juicios sintéticos. El predicado de estos no


está incluido en el sujeto, es decir, la información que aporta el predicado no está
contenida en el sujeto. La falibilidad de estos juicios depende de probabilidades y no es
inmediata, es decir, no se sabe si el juicio es cierto o no en el momento en el que se
emite. No son  necesarios y son extensivos, ya que proporcionan información sobre el
objeto de conocimiento: Mañana lloverá

Por último, el pensador escocés admitió que todos los razonamientos sobre
cuestiones de hecho parecen fundados en la relación causa y efecto. Por ejemplo, tirar
una piedra al agua tiene como consecuencia que la piedra se hunda. El conocimiento de
esta relación está más allá de una razón pura, ya que esta por sí sola no es capaz de
esclarecer las propiedades sensoriales de un objeto, ya que este conocimiento se da por
medio de la experiencia.

Ningún objeto descubre nunca por las cualidades que aparecen en los sentidos,
ni las causas que lo produjeron ni los efectos que se seguirán de él, ni puede la
razón, inasistida de la experiencia, trazar jamás cualquier inferencia sobre una
existencia real y una cuestión de hecho.

No obstante el conocimiento que se puede obtener de los juicios o proposiciones


sobre las cuestiones de hecho no es absoluto ni certero. Retomando el último ejemplo
mencionado, sobre la cuestión de hecho de que se tire la piedra al agua, además de
poder hundirse en el agua, puede salir rebotada de esta, de modo que estos dos juicios
pueden convivir sin caer en una contradicción, pero sólo uno de ellos será verdad. Así
pues, el conocimiento que podemos obtener de la naturaleza es probabilístico, y no hay
conocimiento certero sobre ella.

3
1. HUME, D.(1748). Investigación sobre el entendimiento humano. Pág 85: ISTMO.

2. HUME, D.(1748). Investigación sobre el entendimiento humano. :Pág 85 ISTMO.

3. HUME, D. (1748).Investigación sobre el entendimiento humano. Pág 91 : ISTMO

4. HUME, D. (1748).Investigación sobre el entendimiento humano.Pág 91: ISTMO.

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